Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes aquí en Cayey, Puerto Rico; y también cada uno de ustedes a través de Galaxy VII, canal 11, en todos los países del Caribe, de América Latina, de Norteamérica y el Canadá, y demás países y personas que están a través de Galaxy VII, canal 11, o a través de la línea telefónica.
Que las bendiciones del Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes y sobre mí también.
Hoy, el Día del Padre, es un día muy importante para todos los padres; pues todos los padres representan a Dios, el cual tiene hijos aquí en la Tierra. Y para tener hijos aquí en la Tierra Él ha hecho un Programa por medio del cual Él ha estado trayendo a existencia Sus hijos, hijos del Cielo, los cuales han venido a este planeta Tierra para vivir.
Dice el apóstol San Pablo en la carta a los Efesios, en el capítulo 1 y verso 15 en adelante; dice de la siguiente manera:
“Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.
“LA POSICIÓN DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL FIN DEL SIGLO”.
Para poder conocer cuál es la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del siglo, necesitamos saber quién es, cuál es y qué es la Iglesia del Señor Jesucristo.
La Iglesia del Señor Jesucristo es el pueblo redimido con la Sangre del Señor Jesucristo, los cuales están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida de Cordero.
El cuerpo de creyentes, conocido por “la Iglesia del Señor Jesucristo”, encontramos que ha estado compuesto por dos grupos.
Encontramos que el Libro de la Vida es el récord de los nombres de aquellas personas que forman parte de la Iglesia del Señor; es, el Libro de la Vida, es el Libro de la planta de trigo, que representa a la Iglesia del Señor.
Ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo, como hemos visto, son los redimidos por la Sangre del Señor Jesucristo.
Ahora, encontramos que así como la raza humana se mezcló con simiente buena y simiente mala, hijos del Reino de Dios e hijos del malo (como lo muestra el Señor Jesucristo en la parábola del trigo y de la cizaña1), también la Iglesia del Señor Jesucristo se encontró en la misma situación; y en ese cuerpo de creyentes, conocido como “el cristianismo”, se han encontrado el trigo y la cizaña, los hijos del Reino y los hijos del malo.
Encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado pasando por diferentes etapas, por siete edades, durante la Dispensación de la Gracia; y ha estado en el cristianismo manifestado el trigo y también ha estado manifestada la cizaña; ambos siendo llamados “cristianos” a través de las diferentes etapas de la Iglesia gentil.
Ahora, encontramos que así como el hijo de la sierva (el hijo de Agar, que era Ismael) perseguía al hijo de la libre (al hijo de Sara, que era Isaac), encontramos que esa misma situación ha estado manifestándose en el mundo religioso del cristianismo2.
También encontramos la misma lucha que hubo entre Jacob y Esaú, la misma lucha, la misma situación que hubo entre Caín y Abel; encontramos esta situación repitiéndose en medio del cristianismo.
Y algunas personas no han tenido una explicación clara del por qué —siendo que se llaman cristianos— a través de las edades se ha encontrado un grupo de cristianos siendo perseguidos por otro grupo de cristianos.
Y encontramos que la causa ha sido que en el cuerpo del cristianismo han estado las dos semillas o simientes juntas: el trigo y la cizaña, en el mismo campo del cristianismo. Así como también en el mismo campo de este planeta Tierra han estado las dos simientes: la simiente de Dios y la simiente del diablo, o sea, la simiente del maligno.
Encontramos que el Señor Jesucristo también dio a conocer en otras ocasiones acerca de este gran misterio, cuando a aquellos líderes religiosos que lo rechazaron (Él hablándoles a ellos) les decía que si ellos no creían que Él era el Mesías, en sus pecados morirían3. También cuando ellos reclamaban ser hijos de Dios, Jesús les dijo4: “Vosotros de vuestro padre el diablo sois”. Ahora, estas eran palabras duras, pero eran la verdad.
Por eso Él les dijo5: “¡Generación de víboras, serpientes!”. Y les dijo: “¿Quién les enseñó a ustedes a huir del fuego del infierno?”, el fuego del infierno preparado para el diablo y sus ángeles6, y para todos los hijos del diablo.
Esa es una realidad bíblica que no podemos ignorar, aunque amamos a todos los seres humanos y deseamos que todos sean hijos de Dios. Pero la realidad es que Cristo y los diferentes profetas han enseñado que en este planeta Tierra hay hijos de Dios y hay hijos del maligno. Por lo tanto, tenemos que enfrentar esta realidad bíblica sin negarla; y colocándonos nosotros en la posición correcta establecida por Dios para nuestro tiempo.
Ahora, sabiendo que hay una verdadera Iglesia del Señor Jesucristo (representada en el trigo) y hay una falsa Iglesia del Señor Jesucristo (representada en la cizaña, pero que reclama ser la Iglesia del Señor Jesucristo)…; ambos grupos reclaman ser la Iglesia del Señor Jesucristo, el trigo y la cizaña así lo reclaman.
Ahora, es necesario conocer el tiempo y posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del siglo. Y para conocer cuál es su posición en el fin del siglo, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, necesitamos examinar la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo y sus diferentes etapas por las cuales ha pasado.
Son siete etapas por las cuales ha pasado la Iglesia del Señor Jesucristo durante la Dispensación de la Gracia; edades o etapas que fueron representadas en las siete iglesias que estaban en Asia Menor. Y los ministros o pastores de esas siete iglesias de Asia Menor representaron los siete mensajeros que Dios enviaría para las siete etapas de la Iglesia gentil, un mensajero para cada etapa.
Así que en esas siete iglesias de Asia Menor encontramos no solamente la parte histórica de estas siete iglesias de Asia Menor, sino que también encontramos las características que tendría la Iglesia del Señor Jesucristo pasando por las diferentes etapas. Ahí estaba el elemento profético mostrado en estas siete iglesias de Asia Menor.
Por eso encontramos que el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, les habla a estas siete iglesias un Mensaje para cada iglesia. Encontramos que a unos elogia y a otros encontramos que reprende. ¿Por qué? Porque encontramos que están las dos vides o las dos simientes en el mundo religioso del cristianismo pasando por las diferentes etapas o edades de la Iglesia gentil.
Encontramos que las mismas características que estarían en cada etapa de la Iglesia gentil fueron representadas en las características que tuvieron estas siete iglesias de Asia Menor.
Encontramos que la primera iglesia mencionada, la cual es tipo y figura de la primera edad o etapa de la Iglesia gentil, es la iglesia de Éfeso, dada por el apóstol San Pablo, el cual ministró la Palabra de Dios en la Iglesia de Éfeso. Y fue San Pablo el mensajero de la primera edad de la Iglesia gentil, representada esa edad en la iglesia de Éfeso.
Ahora, encontramos que la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo pasando por las diferentes etapas, fue su posición en cada edad.
Encontramos que cuando se comenzó una edad de la Iglesia gentil, la Iglesia verdadera del Señor Jesucristo (representada en el trigo) pasó de una etapa o de una edad a otra edad, y ocupó su posición correspondiente en esa nueva edad, con un nuevo mensajero y un nuevo Mensaje para el pueblo; y también con gente nueva, o sea, con un pueblo nuevo, con una nación nueva, desde donde se extendió el Mensaje de esa edad.
El Mensaje de cada edad se extendía…; o sea, venía al mensajero de esa edad y al pueblo correspondiente para esa edad; y el pueblo correspondiente para esa edad respondía a ese Mensaje y decía: “¡Presente!”, se hacía presente para esa edad, y era manifestado el pueblo de esa edad; y desde ahí se extendía el Mensaje para otras naciones.
Y luego, cuando terminaba esa edad y terminaba el ministerio de ese mensajero, Dios llamaba a descansar a ese mensajero, terminaba la vida de su cuerpo físico, y pasaba a su cuerpo teofánico para descansar de los trabajos de esta Tierra y estar en el Paraíso con los que recibieron el Mensaje de Dios a través de ese mensajero. Y así estar en el Paraíso viviendo por la cantidad de tiempo que falte para la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estamos viviendo.
En el Paraíso, cada ángel mensajero está con su grupo. Y están allí en un lugar que ni se cansan, ni trabajan, ni duermen, ni comen, ni tienen necesidades como las tenemos nosotros en este cuerpo físico. Ellos están allí y no se cansan de estar allí.
Están en el Paraíso, pero ellos desean regresar a la Tierra; en donde recibirán un cuerpo eterno, un cuerpo perfecto, y serán a imagen y semejanza del Señor Jesucristo; y entonces podrán comer y podrán llevar a cabo otras actividades que en la actualidad no pueden llevar a cabo.
Ahora, ese es el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, los escogidos de Dios, los que por medio de escuchar la Palabra y creerla con todo su corazón y confesar a Cristo como su Salvador, reciben la redención por la Sangre de Cristo ganada en la Cruz del Calvario. O sea, se hace efectiva la Sangre de Cristo para esa persona, se hace efectivo para esa persona el Sacrificio de Redención por el Señor Jesucristo como Cordero de Dios.
Y ahí es donde la persona acepta el perdón de sus pecados, que Cristo ganó para Él; pues Cristo fue el que pagó el precio del pecado, y por Su muerte en la Cruz del Calvario y el derramamiento de Su Sangre, hemos sido limpiados de todo pecado. Él quitó el pecado del mundo, el pecado original, y con Su Sangre Él nos limpia de todo pecado7.
Esa es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual tenía que pasar por diferentes etapas o edades ocupando su posición correspondiente en cada edad, en cada etapa, durante la Dispensación de la Gracia, colocándose al lado de Cristo manifestado en el mensajero de cada edad. Fue Cristo revelándose a Su Iglesia y en Su Iglesia, en cada edad, por medio del mensajero de cada edad.
Y así la Iglesia del Señor Jesucristo, cuando recibió al mensajero y el Mensaje que trajo ese mensajero, estuvo recibiendo a Cristo en cada etapa, en la manifestación de Cristo correspondiente para cada edad por medio del mensajero de cada edad. Evento ocurrido en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; porque toda Su Obra, Cristo la hace en y por medio de Su Cuerpo Místico, que es Su Iglesia.
Pues Él dijo8: “Un poquito y el mundo no me verá más, empero vosotros me veréis”. ¿Por qué el mundo no lo vería más? Porque Él no se presentaría con el cuerpo físico que Él tuvo en Su Primera Venida, sino que lo veríamos en cada edad revelado, manifestado en Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes, en el ministerio o don correspondiente para cada etapa o edad de la Iglesia gentil.
Por eso dice la Escritura que Cristo fue el que descendió, el cual también subió al Cielo, llevando cautiva la cautividad, llevándose todos los santos del Antiguo Testamento; y dio dones a los hombres, dio ministerios a los hombres, y dice que a unos puso Dios en la Iglesia como apóstoles, a otros como pastores, a otros como evangelistas, a otros como profetas y a otros como doctores o maestros. Esos son ministerios de los cuales dice San Pablo que han sido colocados para la perfección de los santos9.
Ahora, ¿quién es el que da estos ministerios? El Señor Jesucristo. Porque estos ministerios pertenecen a Cristo, y Él los manifiesta en Su Cuerpo Místico de creyentes para la perfección de los santos.
Ahora, dice que a unos colocó como apóstoles, y a otros también colocó como profetas.
Ahora, ¿y no dice la Escritura que los profetas hasta Juan profetizaron? Claro que sí, la Escritura dice que los profetas hasta Juan profetizaron10. Los profetas del Antiguo Testamento hasta Juan profetizaron; porque Juan el Bautista fue el último profeta del Antiguo Testamento. Pero, vean ustedes, después de Juan el Bautista vino Jesús de Nazaret, el profeta de Nazaret, el Profeta de todos los profetas, el profeta que fue reflejado en todos los profetas del Antiguo Testamento.
Por eso encontramos que los profetas del Antiguo Testamento fueron tipo y figura de Cristo, y por eso vino la Palabra a ellos. Y dice Dios en Amós, capítulo 3, verso 7: “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos los profetas”.
Ahora, encontramos que Cristo, cuando apareció, fue un profeta mayor que cualquier otro profeta del Antiguo Testamento. ¿Por qué era un profeta mayor que todos los demás? Por eso Él decía11: “He aquí uno mayor que Salomón”, y también decía12: “He aquí uno mayor que el templo”.
Es que el Señor Jesucristo era nada menos que la promesa mesiánica siendo cumplida en carne humana en la persona de Jesús de Nazaret. Y siendo que Él era el cumplimiento de toda promesa mesiánica correspondiente a la Primera Venida del Mesías, correspondiente a la Venida del Mesías como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, encontramos que Él siendo el cumplimiento de esa promesa, miren ustedes quién era el que estaba dentro de aquel velo de carne, miren ustedes cuál era la promesa divina correspondiente a aquel tiempo: El profeta Malaquías, en el capítulo 3, verso 1, nos dice así:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”.
Ese mensajero que Él envía para prepararle el camino fue Juan el Bautista, el cual vino con el espíritu y virtud de Elías, como le dijo el Ángel Gabriel a Zacarías, padre de Juan el Bautista.
Ahora, ¿a quién dice aquí que le iba a preparar el camino? Dice: “He aquí yo envío mi mensajero, delante de mí…”.
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”.
El profeta en el cual se cumpliera esta promesa estaría preparándole el camino al Mesías, al Señor; estaría preparando al pueblo y anunciándole que el Mesías vendría después de él. O sea que el próximo ministerio de profeta, después del de Juan el Bautista, sería el ministerio profético del Mesías o ministerio mesiánico, el cual se cumpliría en el próximo profeta que tenía que aparecer en aquellos días de Juan el Bautista.
Juan el Bautista decía13: “Después de mí viene uno, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado”. Y decía14: “El que me envió a bautizar me dijo: Sobre aquel que tú veas al Espíritu Santo descender en forma de paloma y permanecer en Él, ese es Él”.
Juan dice15: “Y yo no le conocía, pero para que fuese manifestado a Israel…”. Dice16: “Yo vine predicando y bautizando con bautismo de arrepentimiento, pero el que viene después de mí, detrás de mí, él os bautizará en Espíritu Santo y Fuego. Él tiene en Su mano el aventador, y aventará la paja que recogerá el trigo en el granero”.
Ahora, ¿a quién le está preparando el camino Juan el Bautista? Al Mesías, el cual tiene que presentarse al comienzo de la semana setenta de la profecía de Daniel, para comenzar Su ministerio profético mesiánico y cumplir toda promesa divina correspondiente a la Primera Venida del Mesías.
¿Y quién es el Mesías? ¿Quién es este mensajero al cual le está preparando el camino Juan el Bautista el mensajero precursor de la Primera Venida del Mesías? Dice17:
“… el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor…”.
¿Quién vendría? El Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob, el Yo soy del Antiguo Testamento.
“… y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Ahora, ¿quién dice que vendrá? El Ángel del Pacto. Es el Ángel del Pacto al cual Juan el Bautista le estaba preparando el camino, le estaba llevando a cabo la labor por la cual prepararía al pueblo para recibir al Mesías en Su Primera Venida.
¿Y qué fue la Venida del Mesías? Fue la Palabra hecha carne en un hombre, como dice el Evangelio según San Juan, capítulo 1 y verso 14:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…”.
Ahora, encontramos que Dios en teofanía es el Ángel del Pacto, es Dios velado en un cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Y Dios velado en un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, del cual nos dice la Escritura que Moisés vio las espaldas de Dios como las espaldas de un hombre18. O sea que lo vio en forma semejante a un hombre pero era una persona de otra dimensión, de la sexta dimensión.
Era Dios en teofanía, en Su cuerpo teofánico, dejándose ver de Moisés; el cual lo vio en diferentes ocasiones y pensó que iba a morir porque había visto a Dios cara a cara. Pero estaba viendo a Dios cara a cara metido en un velo teofánico, en un velo o cuerpo de la sexta dimensión. Por eso, aunque fue visto en esa forma, el Evangelio según San Juan, capítulo 1, verso 18, nos dice: “A Dios nadie jamás le ha visto; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le declaró, Él le reveló”.
Era el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Dios en teofanía siendo revelado en Cristo; y por eso Jesús podía decir19: “¿Tanto tiempo hace, Felipe, que estoy con vosotros, ¿y todavía no me has conocido? ¿No sabes que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí, y el que me ha visto a mí ha visto al Padre?”. El que vio a Jesús, vio al Padre, vio al Padre velado en carne humana: estaba dentro de la persona de Jesús de Nazaret.
Ahora, podemos ver quién es el Ángel del Pacto, quién es el Señor, quien es este personaje que se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y vivió 33 años en esta Tierra vestido de carne humana. Un misterio, pero un misterio divino, verdadero, el cual fue manifestado en carne humana; y así, con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, Él lavó a un pueblo, a una Iglesia, y con Su Sangre preciosa nos limpió de todo pecado.
Ahora, en cada etapa la Iglesia ha tenido que ocupar su posición. Reconociendo su posición en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo es que cada persona puede ocupar su posición, y no estar ocupando la posición del grupo de escogidos de una edad que ya terminó.
Ahora, tenemos que entender que todos los hijos de Dios, los hijos del Reino, componen un Cuerpo Místico de creyentes. Ese es el Cuerpo del Señor Jesucristo redimido con Su Sangre preciosa, en el cual Él ha estado obrando en edades pasadas y ha estado revelándose conforme a Su promesa para cada edad.
Encontramos que en cada edad Dios estuvo oculto de los ojos de los sabios y de los entendidos, y se reveló a los niños, para que así los niños (y no niños literales sino niños en el campo espiritual) pudieran recibir el nuevo nacimiento, y nacer del Agua y del Espíritu; para así, sus espíritus nuevos, al nacer del Espíritu de Dios, serían de la sexta dimensión: y ese es el Ángel de Jehová que acampa alrededor de los que le temen y los defiende; cada persona tiene su propio ángel, que es su cuerpo teofánico.
Ahora, esto se obtiene en cada edad, cuando las personas reciben el Mensaje correspondiente para su edad. Y así es que se entra al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Es por nacimiento, por el nuevo nacimiento, que se entra a formar parte del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que es la Casa de Dios.
Ahora, encontramos que para el fin del tiempo o fin del siglo, pregunta el Señor Jesucristo en esta parábola20: “¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo (a toda la familia de Dios que vive en el tiempo en que esa promesa llega a cumplirse)? ¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual cuando su Señor venga, le halle haciendo así?”. Le halle dándole el alimento espiritual, o sea, trabajando en el Reino de Dios en favor de los hijos del Rey. Dándole el alimento espiritual, la Palabra, el Mensaje que corresponde para el fin del tiempo, o sea, el Mensaje del Evangelio del Reino, el cual presenta a Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores.
Y así es que en el fin del tiempo la Iglesia del Señor Jesucristo, representada Su Iglesia en una esposa o en una novia, Él le dice a Su Iglesia todas las cosas hermosas que están escritas en el libro del Apocalipsis y en el libro de Cantares también, y en otros libros. Y a medida que se ha ido pasando de una edad a otra, se ha ido subiendo en el Reino de Dios, hasta que todos lleguemos a la perfección y seamos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo.
Ahora, cada uno, en el grupo que vivió en las edades pasadas, vivió su edad, su Mensaje y vivió la Palabra correspondiente para su edad. Y ya pasaron esas edades, pero ellos regresarán; regresarán para una nueva edad y una nueva dispensación.
Y la pirámide, que representa el Reino de Dios y representa el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, y representa allí, esa pirámide con esa Piedra no cortada de manos, representa el Cuerpo Místico de Cristo coronado con el ministerio de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, como Hijo de David. Es el Espíritu Santo, Jesucristo revelado en el fin del tiempo en y a Su Cuerpo Místico de creyentes, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia del Dios vivo.
Ahora, es necesario entender que hay siete etapas o siete edades y hay siete ángeles mensajeros, pero luego que ellos terminan sus labores le toca a la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Venida de Cristo, la Edad del Amor Divino; que es la edad más importante, en donde Él reflejó todo lo que Él hará en el fin del siglo o fin del tiempo. Para que así la Iglesia del Señor Jesucristo ocupe su posición en el Reino de Dios, en la etapa que le corresponde, y dispensación que le corresponde vivir. Etapa que fue representada también con el lugar santísimo del templo o tabernáculo que hizo Moisés y del templo que hizo Salomón.
Así que estos templos: el que hizo Moisés y el que hizo Salomón, son tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo, del Templo celestial; porque del templo que hizo Moisés y el templo que hizo Salomón fueron templos terrenales, pero Cristo dijo21: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo”.
Ahora, ¿en qué posición estaría la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo en el fin del tiempo? Estaría en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, que es la edad de la cima del Monte de Sion, es la Edad de la Venida de Cristo. Es la edad que tiene las grandes promesas con las grandes bendiciones, tales como: la resurrección de los muertos en Cristo, la transformación de nosotros los que vivimos, el recogimiento de los escogidos con el Mensaje de la Trompeta Final bajo el ministerio de Moisés y Elías.
Esto es muy importante conocerlo, porque en el fin del tiempo la Iglesia del Señor Jesucristo estará ocupando su lugar, estará ocupando su lugar en esa gran pirámide, estará ocupando el Lugar Santísimo de ese Templo literal; pero Cristo ocupará el Lugar Santísimo, y Él mismo será la Piedra Angular que los edificadores desecharon.
Es importante reconocer en qué lugar o posición estaba Cristo en Su ministerio de tres años y medio. Él estaba en la Edad de la Piedra Angular de aquel tiempo, Él estaba llevando a cabo la Obra correspondiente para aquel tiempo; y luego que murió y resucitó, empezó una nueva etapa en medio de Su Iglesia gentil; y así fue durante siete edades de la Iglesia gentil.
Y ahora, cuando hemos llegado al final, Él dice22: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de estas”. Y ahí comienza Cristo a mostrar las cosas que han de suceder. Cosas que en el Cuerpo Místico de Cristo serían vistas; y eso sería Cristo revelado, manifestado, en y por medio de Su Iglesia. Y así, en el fin del tiempo, los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo estarían esperando la transformación de sus cuerpos y la resurrección de los muertos en Cristo.
Ahora, Dios, viendo que todo marcha conforme a Su Programa, en el fin del tiempo Él envía al siervo fiel y prudente, al último profeta para bendición, para bendición de todos los hijos de Dios en la Casa de Dios. ¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual puso Su Señor sobre Su Casa? ¿Qué casa? La Casa de Dios, la Casa del Señor Jesucristo, que es Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes. Y en ese Cuerpo Místico de creyentes, la Iglesia tiene que reconocer su lugar en la etapa que le corresponde vivir.
Por eso en nuestro tiempo es muy importante conocer la etapa que nos has tocado vivir, porque si no sabemos qué etapa nos ha tocado vivir, no podemos recibir el beneficio de lo que Dios dice que producirá esa etapa en favor de los hijos de Dios.
Así que se requiere reconocer la posición, cada persona, y así se lleva a cabo la Gran Cosecha. La Gran Cosecha señalada por el Señor Jesucristo, donde Cristo enviaría a Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta.
El fin del tiempo es el tiempo más importante de todos, porque es el tiempo en que se concluye la construcción del Cuerpo Místico de Cristo y es también el tiempo en que los escogidos pasan al Lugar Santísimo del Templo espiritual para recibir la transformación de sus cuerpos y recibir a los muertos en Cristo que han de resucitar.
Encontramos que las promesas para el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo para el fin del tiempo son: la gran cosecha de San Mateo, capítulo 13, en donde Cristo habló de la cosecha del trigo y de la cizaña… Y para la realización de esa gran cosecha que aparece en San Mateo, capítulo 13, y también aparece en Apocalipsis, capítulo 14, verso 14 al 20, encontramos que para el cumplimiento de esta promesa, el mismo Señor Jesucristo incluye otras promesas en San Mateo, capítulo 24 y verso 31, donde dice:
“Y enviará (el Hijo del Hombre) sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”.
Aquí tenemos la promesa del recogimiento de la cosecha de los escogidos bajo el ministerio de los Ángeles del Señor Jesucristo, de los Ángeles del Hijo del Hombre con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta. Aquí tenemos, entonces, unas cuantas promesas para el fin del siglo, colocadas en este capítulo 24 de San Mateo, verso 31.
La Gran Voz de Trompeta: una promesa para el fin del siglo; el ministerio de los Ángeles: una promesa para los escogidos del fin del siglo; y el recogimiento de los escogidos: una promesa para los escogidos del fin del siglo, para la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del siglo.
Esta Gran Voz de Trompeta también fue mostrada como la Trompeta Final de Primera de Corintios, capítulo 15, versos 50 al 54. Trompeta o Mensaje que antecede a la resurrección de los muertos en Cristo y a la transformación de nosotros los que vivimos.
También fue mencionada en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 14 al 17, como la Trompeta de Dios.
Es también simbolizada en Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13, como la trompeta del año del jubileo que se tocaba o se sonaba el mes séptimo y el día diez, el día de la expiación:
Se sonaba en el año del jubileo o año cincuenta y se proclamaba libertad en toda la Tierra; y cada persona regresaba a su familia, a su herencia y a todo lo que él tenía. Su propiedad le era devuelta, si la había perdido; y él hacía el reclamo de esa propiedad y le era entregada. Era una ley divina en medio del pueblo hebreo. Era un estatuto y ordenanza divina de parte de Dios, con la cual Él estuvo reflejando la Trompeta del Año del Jubileo, o actualizada en el fin del tiempo, que es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final.
Y esa Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta es el Mensaje Final de Dios, el Mensaje Final de Cristo, que es el Evangelio del Reino presentando a Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo; en donde Él se presenta como el Hijo de David para reclamar el Trono de David y sentarse en ese Trono, y reinar por mil años y luego por toda la eternidad.
Ahora, podemos ver cuatro grandes promesas, o más, mostradas aquí: La Gran Cosecha, la Gran Voz de Trompeta, los Ángeles enviados por el Hijo del Hombre para llevar a cabo esa labor Cristo por medio del ministerio de estos Ángeles, que es el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de los Dos Candeleros de Zacarías, capítulo 4 y Apocalipsis, capítulo 11, que es el ministerio de los Dos Testigos. Estos ministerios son el ministerio de Moisés por segunda vez repitiéndose, y el ministerio de Elías por quinta vez repitiéndose.
Ahora, en el ministerio de Elías repitiéndose por cinco veces, encontramos que siempre ha sido el ministerio profético de Elías en un hombre; o sea, el espíritu ministerial de Elías en un hombre, en un hombre diferente, el de su segunda manifestación diferente al de su primera manifestación; y el de su tercera manifestación diferente al hombre de la segunda manifestación.
La primera manifestación del espíritu ministerial de Elías fue en Elías Tisbita, fue el Espíritu de Cristo en Elías Tisbita. Y fue el Espíritu de Cristo en la segunda manifestación de Elías, en Eliseo, con una doble porción del espíritu ministerial de Elías.
Y luego, el espíritu ministerial de Elías en su tercera manifestación fue en otro hombre, en Juan el Bautista; y el espíritu ministerial de Elías manifestado por cuarta vez fue en William Marrion Branham (otro hombre, otro profeta). Y luego, la quinta manifestación del espíritu ministerial de Elías es en el Ángel del Señor Jesucristo.
Y la primera manifestación de Moisés, del espíritu ministerial de Moisés, que fue el Espíritu de Cristo en Moisés, fue en Moisés: el profeta que sacó al pueblo hebreo de Egipto, a través del cual el Ángel del Pacto se manifestó. Fue el Ángel del Pacto en Moisés, cumpliendo la promesa de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, al cumplirse ya los cuatrocientos años de esclavitud.
Ahora, encontramos que siempre ha sido Cristo, el Ángel del Pacto, manifestado en Elías Tisbita, en Eliseo, en Juan el Bautista, en William Marrion Branham, y en Su última manifestación: en el Ángel del Señor Jesucristo.
Y luego el espíritu ministerial de Moisés fue el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo en Moisés; fue el Ángel del Pacto manifestándose en y a través de Moisés.
Por eso San Pedro y otros apóstoles nos hablan del Espíritu de Cristo que estuvo en los profetas del Antiguo Testamento, el cual estuvo dando a conocer las cosas que le acontecerían al Mesías; y dio a conocer también la Obra que Él llevaría a cabo; y luego les dio a conocer también la Segunda Venida de Cristo y las glorias venideras en la Segunda Venida de Cristo, la cual en el Antiguo Testamento no comprendieron porque pensaron que era una sola la Venida de Cristo; y no entendieron que la Venida de Cristo se divide en dos partes: la Primera Venida y la Segunda Venida de Cristo.
Por eso encontramos que el Espíritu de Cristo anunció a ellos estas cosas; aunque ellos, los profetas del Antiguo Testamento, no las comprendieron bien, porque no era el tiempo para ellos entenderlas. En el capítulo 1 de Primera de Pedro, nos habla acerca de los profetas; y dice, comenzando en el verso 10:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”.
Ahora, encontramos que esos profetas del Antiguo Testamento tenían el Espíritu de Cristo; dice: “… escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos”. El Espíritu de Cristo estaba en Elías, estaba en Eliseo, estaba en Juan el Bautista, y luego estaba en Jesús de Nazaret en toda Su plenitud; ese Espíritu de Cristo que guio al pueblo hebreo, el Ángel del Pacto, el cual en la persona de Jesús de Nazaret se hizo carne y habitó entre los seres humanos.
Por eso el profeta Malaquías dijo23: “El Ángel del Pacto, a quien deseáis vosotros”. ¿A quién le estaba preparando el camino Juan el Bautista, el mensajero que Dios enviaría delante de Él? Estaba preparando el camino al Ángel del Pacto, a Jehová, al Señor, el cual vendría velado en carne humana.
Encontramos que dondequiera que Dios esté revelándose, siempre estará velado en carne humana, y luego revelado a través de carne humana a Su Iglesia, a Su pueblo, a Sus hijos.
Por eso la revelación de Cristo, del Ángel del Pacto en el Nuevo Testamento, encontramos que luego que fue manifestado en carne humana en la persona de Cristo, cuando descendió nuevamente, descendió en Espíritu Santo el Día de Pentecostés; y ha estado en Su Cuerpo Místico de creyentes, en Su Iglesia, pasando de edad en edad, y manifestándose en cada edad a través de cada ángel mensajero, el cual ha sido parte de ese Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y luego de esas siete grandes manifestaciones o revelaciones del Ángel del Pacto, de Jesucristo en cada edad de la Iglesia gentil en Su Cuerpo Místico de creyentes, luego la revelación final de Jesucristo se lleva a cabo en el fin del tiempo en Su Cuerpo Místico de creyentes, en Su Iglesia, por medio de Su Ángel Mensajero.
Cada uno de los siete ángeles mensajeros en los cuales Él se veló y reveló a Su Iglesia y en Su Iglesia, pertenecen al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que es el Templo del Señor Jesucristo, y pertenecen al Lugar Santo del Templo del Señor Jesucristo.
Pero luego, cuando ha terminado la revelación de Jesucristo en el Lugar Santo, por medio de Sus siete ángeles mensajeros que fueron representados allá en el candelero o candelabro, en aquellas siete luces que estaban en cada una de las lámparas; las lámparas representando cada edad de la Iglesia gentil; el candelero representando a la Iglesia gentil con sus siete edades; y sus siete luces o mechas representando a los siete ángeles mensajeros por medio de los cuales Cristo se manifestó, se reveló, y dio Luz a Su Iglesia, y trajo Luz a este mundo por medio de Su Iglesia, a través de esos siete mensajeros o siete luces o siete estrellas que Él tenía en Su mano.
Ahora, San Pablo dice, estando en el Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo, Templo que es Su Iglesia, y siendo San Pablo el primer mensajero de la Iglesia gentil, primer ángel mensajero, dice24: “Ahora nosotros vemos como en espejo en lugar oscuro; pero luego veremos cara a cara. Y seremos conocidos – y conoceremos como somos conocidos de Él”.
Ahora, encontramos que durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, el pueblo no comprendió claramente la Obra que Dios estuvo llevando a cabo en cada edad; y aunque se movieron de edad en edad, cada mensajero con su grupo, con todo y eso no comprendieron plenamente lo que estaba ocurriendo en el Templo espiritual de Cristo, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; y no comprendieron plenamente que el Cuerpo Místico de Cristo estaba pasando por siete edades o siete etapas las cuales estaban reflejadas proféticamente en las siete iglesias de Asia Menor; y en los siete mensajeros o siete ángeles o siete ministros de Asia Menor, de esas siete iglesias, se estaban reflejando los siete mensajeros o ángeles de las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y luego, encontramos que cuando terminan esas siete manifestaciones o revelaciones del Ángel del Pacto en el Lugar Santo del Cuerpo Místico de Cristo, solamente queda un lugar en donde Él no se ha revelado en Su Cuerpo Místico de creyentes; y ese lugar es el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, representado en la Edad de la Piedra Angular, en donde una nueva dispensación se abre: la Dispensación del Reino, y un nuevo Mensaje dispensacional se abre al pueblo, a los hijos de Dios; y donde son llamados los escogidos de Dios para pasar a una nueva edad, la Edad de la Piedra Angular; y a una nueva dispensación, la Dispensación del Reino; y a un nuevo lugar del Templo espiritual de Cristo, representado en el lugar santísimo del tabernáculo que hizo Moisés y del templo que hizo Salomón.
En ese lugar santísimo estaba el arca del pacto, donde estaban las tablas de la Ley, la vara de Aarón que reverdeció y llevó frutos (echó almendras) y estaba también una vasija de oro llena de maná.
Encontramos que sobre el arca del pacto estaba el propiciatorio; y sobre ese propiciatorio, hechos de la misma pieza del propiciatorio (siendo parte del propiciatorio), estaban los dos querubines de oro, de oro macizo, mirando hacia el arca del pacto, y sus alas extendidas. Y en medio de los dos querubines estaba la Shekinah, estaba Dios, estaba el Ángel del Pacto, estaba la Columna de Fuego.
Esa Luz que le apareció a Moisés en el desierto y lo envió para libertar al pueblo hebreo por medio de él, por medio de Moisés, encontramos que esa Luz estaba sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines; y era la única luz existente en el lugar santísimo.
Sin esa luz, ese lugar era oscuro. A ese lugar solamente podía entrar el sumo sacerdote, y una vez al año, con la sangre de la expiación del macho cabrío; expiación que se efectuaba para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios.
Y en ese año del jubileo, también en la misma fecha en que en cada año se efectuaba el sacrificio por la expiación (se hacía expiación por el pueblo), el año del jubileo también se llevaba a cabo en el mismo mes y el mismo día: el mes séptimo y el día diez, y a las tres de la tarde se efectuaba esa expiación.
Y encontramos que se llevaba la sangre, el sumo sacerdote la llevaba al lugar santísimo, y la colocaba en el propiciatorio, donde estaban los dos querubines y donde estaba la Columna de Fuego, la Shekinah, el Logos que salió de Dios.
Y encontramos que en el Cielo, cuando Cristo ascendió al Cielo, Él entró al Lugar Santísimo y se presentó por cada hijo de Dios con Su propia Sangre; y allí Él hizo expiación por todos los hijos de Dios. Y luego ha estado haciendo intercesión por cada hijo de Dios a través del tiempo.
Y en el fin del tiempo, encontramos que Él desciende a la Tierra, y en Su Templo…, porque la promesa es: “Y vendrá a Su Templo el Señor, el Ángel del Pacto, a quien deseáis vosotros”. Malaquías, capítulo 3, verso 1.
Y también en Isaías, capítulo 59, verso 20; y lo repite San Pablo en el capítulo 11, verso 26, y dice [Romanos]: “Vendrá a Sion el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad”.
Ahora, encontramos que Sion representa a la Iglesia del Señor Jesucristo en su simbolismo espiritual; y encontramos que la promesa de la Segunda Venida de Cristo le corresponde al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y en el fin del tiempo, esta es una promesa que Él tiene que cumplir, tiene que convertirla en una realidad.
El Ángel del Pacto, Jesucristo en Su cuerpo teofánico (Jesucristo en esa Columna de Fuego, el Ángel del Pacto), en Apocalipsis, capítulo 10, desciende a la Tierra para traer las bendiciones divinas, y así cumplir Sus promesas de Su Venida, no como Cordero sino como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, e Hijo de David, viniendo con el Título de Propiedad que Él abrió, tomó en el Cielo y lo abrió en el Cielo; y lo trae a la Tierra para regresar ese Título de Propiedad a las manos de Su Iglesia, que en el fin del tiempo estará en la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, que es la Edad de la Piedra Angular.
Es esa la Edad del Lugar Santísimo, en donde el Título de Propiedad es colocado. Así como Dios ordenó a Moisés colocar las tablas de la Ley en el lugar santísimo del templo o tabernáculo que hizo Moisés, colocar esas tablas de la Ley25, y la vara de Aarón26, y el maná en esa vasija de oro27, colocarlo en el arca del pacto; y esa arca del pacto fue colocada en el lugar santísimo del tabernáculo que hizo Moisés28.
Ahora, vean una cosa, antes de estar, de existir el tabernáculo, encontramos que ya estaba el arca del pacto; y antes de Salomón fabricar el templo, ya estaba el arca del pacto. Y encontramos que el lugar santísimo es el lugar más importante del templo que hizo Moisés y del que hizo Salomón, y del Templo que ha estado haciendo el Señor Jesucristo; Templo que es Su Cuerpo Místico de creyentes, Su Iglesia.
Por eso es que en el Templo espiritual de Cristo es que Él coloca el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos; y lo coloca en el fin del tiempo en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
Podemos ver, también, que todo lo que fue ordenado por Dios a Moisés para construir en el tabernáculo, y también lo que hizo Salomón, es tipo y figura del Templo espiritual de Cristo formado por seres humanos.
Y por esa causa, en ese Templo están representados los escogidos de Dios; y están representados los mensajeros del Señor Jesucristo de la Dispensación de la Gracia, que corresponde al Lugar Santo de Su Templo espiritual; y está representado también el mensajero del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo coloca Su Palabra, y donde Cristo revela Su Palabra para la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, y donde Cristo lleva a cabo Su manifestación final.
Dondequiera que ha estado Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en Su Cuerpo Místico de creyentes, ha estado velado en carne humana, y revelado a través de carne humana por medio de Sus mensajeros de cada edad; y así es para la Edad de la Piedra Angular; y todo esto lo lleva a cabo en Su Cuerpo Místico, que es Su Iglesia.
Por eso es que Su Iglesia a través de las edades tuvo que ocupar Su posición correcta en cada edad. No se pudo quedar la Iglesia del Señor Jesucristo en una edad pasada, sino que tuvo que seguir adelante, caminando al compás del Programa de Dios, pasando de una edad a otra edad; porque Cristo, el Espíritu Santo, estuvo pasando de una edad a otra edad, y de un mensajero a otro mensajero, y de un pueblo a otro pueblo; hasta llegar al fin del siglo, en donde Él cambia de una edad a otra edad: Cambia de la Edad de Laodicea, y de la etapa o brecha en donde el precursor de la Segunda Venida de Cristo le preparó el camino, luego cambia a la Edad de la Piedra Angular; para lo cual le fue preparado el camino al pueblo, para que pasara a una nueva edad para ver el cumplimiento de las promesas de Cristo correspondientes al fin del siglo; y ver a Cristo velándose y revelándose en la Edad de la Piedra Angular, y dándonos el Mensaje de la Edad de la Piedra Angular, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje representado en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta.
Con el cambio de edad viene también el cambio de dispensación; porque así como los atrios y el lugar santo y el lugar santísimo representan diferentes etapas del Programa Divino, encontramos que el Lugar Santo representa la Dispensación de la Gracia, y el Lugar Santísimo representa la Dispensación del Reino.
Y por cuanto es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, el que en el fin del tiempo se vela y se revela en ese Lugar Santísimo en Su Ángel Mensajero: desde ahí es que Cristo, el Ángel del Pacto, da Su Mensaje de Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a todos los escogidos de entre los gentiles primeramente, para que reciban la fe para ser transformados y raptados.
Y también, al terminar Su labor con los escogidos de entre los gentiles, llamará a los escogidos de en medio del pueblo hebreo con el Mensaje de Gran Voz de Trompeta, y los juntará, y los sellará con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo, que es el Sello del Dios vivo, en sus frentes29; y así les será escrito el Nombre de Su Padre y el Nombre del Cordero, el Nombre de Cristo en sus frentes. O sea, les será dada la revelación de Cristo, del Ángel del Pacto, y Su nombre nuevo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores en Su Venida.
Y así los escogidos, la Iglesia del Señor Jesucristo, en el fin del tiempo estará ocupando su posición correcta: la posición de la Edad de la Piedra Angular.
Estar fuera de esa posición del Cuerpo Místico de Cristo en el fin del tiempo, es estar fuera de paso, estar atrasado en un paso, en el paso más importante: en el paso de subir a la Edad de la Piedra Angular, donde la promesa de Cristo de Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, es cumplida a los hijos de Dios que suben a la Edad de la Piedra Angular.
Jesús dijo en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, con esa Voz como de trompeta que hablaba con Juan, le dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Él promete mostrar las cosas que han de suceder en una nueva edad y en una nueva dispensación, luego de las cosas que ya sucedieron en las edades pasadas en la Dispensación de la Gracia, y siete edades de la Iglesia gentil correspondientes al Lugar Santo de Su Templo espiritual. Ahora promete mostrar las cosas que van a suceder en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Y desde ahí Él les muestra a Sus hijos las cosas que deben suceder.
Y miren ustedes cómo Él cumple esta promesa en forma tan sencilla en el fin del tiempo, a todos los hijos de Dios. Él dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Y ahora veamos cómo es que Él muestra estas cosas, porque de este orden Él no puede salirse. Y aunque Él quisiera salirse de este orden, Él no puede, porque está comprometido con Su Palabra. Como Él ha dicho, así Él hará. Jesús dijo30: “Los cielos y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
Así que aunque Él quisiera…, pero Él nunca quiere; pero aunque quisiera, alguien, que Él se salga de eso que Él ha prometido, para que lo haga en otra forma, Él no lo puede hacer; Él no puede hacer contrario a como Él prometió. Él tiene que hacerlo como Él lo prometió, porque son profecías que tienen que ser cumplidas.
Si Él lo hace de otra forma, ¿cómo, entonces, se cumplirán las Escrituras?, ¿cómo, entonces, se cumplirán las Escrituras correspondientes al fin del siglo?
Ahora, la forma para Él cumplir Su promesa: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, la forma para cumplirla está en Apocalipsis 22 y verso 16, que dice: “Yo Jesús he enviado mi Ángel para dar testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Aquí está la forma para Él cumplir Su promesa en el fin del siglo a Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes.
Por eso le dice a Su Iglesia: “Sube acá: sube a la Edad de la Piedra Angular, sube más arriba”, más arriba de las siete edades de la Iglesia gentil. “Y yo te mostraré”: Va a mostrar cosas que no fueron mostradas, que no fueron reveladas, en las siete edades de la Iglesia gentil; excepto, en forma profética fue que fueron dadas o habladas, pero no fueron reveladas en cuanto al significado de esas profecías y su cumplimiento; pero ahora Él promete mostrar, revelar, dar a conocer, las cosas que deben suceder.
Y para eso entonces envía a Su Ángel Mensajero dando testimonio de estas cosas. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16. Y Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas”.
O sea que no hay mentira en estas palabras: son fieles y verdaderas. Por lo tanto, Dios cumplirá fielmente lo que Él prometió.
“Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Cómo es que da a conocer a Su Iglesia, a Su Cuerpo Místico de creyentes, las cosas que deben suceder pronto? Por medio de Su Ángel Mensajero, enviado para llevar a cabo (Cristo por medio de Él) esta labor de revelar a Su Iglesia las cosas que deben suceder. Es el Espíritu Santo, el Consolador, en el Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso es el Ángel de Apocalipsis, capítulo 7, que viene, que sube de donde nace el Sol; y tiene el Sello del Dios Vivo, tiene el Espíritu Santo, la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto.
Ese es el Ángel que viene con el Espíritu Santo, que viene con el Ángel del Pacto. ¿Quién? El Ángel que sube de donde nace el Sol.
El Ángel del Señor Jesucristo es el que viene en el fin del tiempo con el Sello del Dios Vivo, con el Ángel del Pacto, con el Ángel de Jehová, con el Espíritu Santo, con Cristo en Espíritu en el fin del tiempo, para dar testimonio de estas cosas que deben suceder.
Y todo eso Él lo realiza en Su Templo, Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia.
Y para poder ver al Ángel del Pacto, a Jesucristo viniendo en esa Columna de Fuego, en Espíritu Santo, con Su Ángel Mensajero, para dar testimonio de estas cosas, y darle a conocer a Sus hijos las cosas que deben suceder, se requiere subir a la Edad de la Piedra Angular, que en el Templo significa entrar al Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo; y ahí ocupar su lugar correspondiente para el fin del siglo.
La Iglesia del Señor Jesucristo en la posición del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo en el fin del tiempo, estaría ocupando su posición correcta. Porque las demás posiciones, de las siete edades de la Iglesia gentil, ya las ocuparon los siete ángeles mensajeros con el grupo que Dios les dio a cada uno de ellos para cumplir la etapa correspondiente de cada edad.
Ellos ocuparon su posición correcta, el mensajero con su grupo en cada edad. Y en la brecha entre la séptima edad y Edad de la Piedra Angular, el séptimo ángel mensajero luego de ser rechazado por la séptima edad de la Iglesia gentil, ocupó la posición en la brecha entre la séptima edad y la Edad de la Piedra Angular; y los que con él estuvieron ahí, estaban ocupando la posición correcta, en donde estaba siendo preparado el camino del Señor para la Edad de la Piedra Angular, para entrar al Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo.
Ahora, estar fuera de la Edad de la Piedra Angular es estar fuera del Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo, es estar fuera de paso, es estar fuera de tiempo, es estar fuera de la perfecta voluntad de Dios, es estar fuera del Programa Divino que corresponde al fin del tiempo, cuando ya las edades han terminado y se ha cambiado de una edad a otra: de la Edad de Laodicea a la Edad de la Piedra Angular; y de una dispensación a otra: de la Dispensación de la Gracia a la Dispensación del Reino.
Las personas fuera de la Edad de la Piedra Angular, aunque sean creyentes de todas las profecías que hablen del fin del tiempo, de todas las promesas dadas por Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, y por medio de los siete ángeles mensajeros; estar fuera de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino es estar fuera de paso.
Aunque sean parte de la Novia, las personas que estén fuera de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino están fuera de paso; y tienen la responsabilidad de guardar el paso o edad que corresponde para este tiempo final.
Se requiere que guarden el paso, que guarden la edad y dispensación que corresponde para el fin del tiempo, para el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Se requiere que la Novia, la Iglesia del Señor Jesucristo, reconozca su posición en el Reino, en el Cuerpo Místico de Cristo; lo reconozca y ocupe su posición en ese Cuerpo Místico de Cristo, que es el Templo espiritual del Señor Jesucristo; y sepa que en el fin del tiempo se abre el Lugar Santísimo para que todos entremos al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, donde está la Palabra, el Libro que estaba sellado y fue abierto por Cristo en el Cielo, y traído a la Tierra en Apocalipsis, capítulo 10.
Es muy importante conocer y reconocer nuestra posición en el Reino de Dios, en el Templo espiritual del Señor Jesucristo. Y cuando la Novia, la Iglesia, reconozca Su posición, entonces vendrá el rapto, vendrá la transformación y el rapto; porque viene la fe para ser transformados y raptados. Fe que dan los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo rugiendo como cuando clama un león o clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.
En el Lugar Santo, Cristo habló por medio de los siete ángeles mensajeros, siete mensajeros y siete voces, o siete Mensajes, siete Trompetas; pero eso fue en el Lugar Santo en el Templo del Señor. Pero en el Lugar Santísimo, Cristo como León de la tribu de Judá ruge, clama como cuando ruge un león, y Siete Truenos emiten Sus voces. O sea, un Mensaje completo en el Lugar Santísimo emite Cristo como León de la tribu de Judá para todos los hijos de Dios.
¿Y qué revela Cristo como León de la tribu de Judá, clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces? Ya que los Siete Truenos contienen el gran misterio del Séptimo Sello, ¿qué revelan esos Siete Truenos?, ¿qué revela esa Voz de Cristo hablando desde el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual?
Revela el gran misterio del Séptimo Sello, que causó silencio en el Cielo por casi media hora; revela el gran misterio de la Segunda Venida de Cristo, del Ángel del Pacto, de Jesucristo en teofanía, de Jesucristo en esa Columna de Fuego a Su Templo espiritual, al Lugar Santísimo de Su Templo, entrando a Su Templo en el fin del tiempo; o sea, entrando al Lugar Santísimo de Su Templo espiritual con el Título de Propiedad.
“La posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del siglo”.
¿Cuál es la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del siglo? Su posición es la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y el Mensaje es el Evangelio del Reino, el Mensaje de una nueva dispensación. Y el mensajero es el Ángel del Señor Jesucristo de Apocalipsis, capítulo 1; de Apocalipsis, capítulo 7; de Apocalipsis, capítulo 22, verso 6; de Apocalipsis, capítulo 22, verso 16; y otros lugares y otras Escrituras que hablan de este Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso fue que Juan quiso adorar a los pies del Ángel del Señor Jesucristo, porque vio a Jesucristo como León de la tribu de Judá revelándose, velándose y revelándose en Su Ángel Mensajero; y por eso se postró a los pies del Ángel del Señor.
En la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del tiempo también podemos ver que el pueblo es otro pueblo. Porque el Mensaje de cada edad, miren ustedes, el Mensaje fue pasando de un mensajero a otro, de una edad a otra, y de un pueblo a otro pueblo, y fue pasando de un idioma a otro idioma.
Y ahora, cuando Cristo hace un cambio de dispensación y un cambio de edad, hace también un cambio de Mensaje: un Mensaje de una nueva edad y un Mensaje de una nueva dispensación; y hace un cambio también de mensajero; y hace un cambio también de pueblo para formar parte del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Pasó…, cambiando de edades, y cambiando de mensajeros y de pueblos, pasó a Asia Menor en la primera edad, en San Pablo; luego pasó a la segunda edad, a Europa, en el segundo ángel mensajero, y usando un nuevo idioma.
Luego pasó a otro pueblo de Europa con un nuevo mensajero, y a una nueva edad y a un nuevo pueblo, o sea, a una nueva nación; y a un nuevo idioma pasó el Mensaje; o sea, se predicó en el idioma que hablaba el mensajero. Y los escogidos, el 90% o 99%…, digamos, el 90%, hablaban el mismo idioma del mensajero. Así fue en cada edad, y así pasó el Mensaje del Evangelio de la Gracia, de edad en edad y de idioma en idioma.
En Europa se cumplieron cinco edades, y cinco mensajeros aparecieron; y cinco naciones fueron las bienaventuradas, en donde se cumplieron esas cinco edades de la Iglesia gentil allá en Europa.
Y luego de Europa… luego de Inglaterra… Miren ustedes, la quinta edad se cumplió en Alemania, la sexta edad se cumplió en Inglaterra; para la séptima edad, Cristo, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, vuela de Inglaterra a Norteamérica (un sitio tan lejos), y ahí envía a Su mensajero William Marrion Branham, en Norteamérica, con el Mensaje para la séptima edad de la Iglesia gentil, en inglés (pero inglés de Norteamérica).
Y ahí en Norteamérica levantó la séptima edad de la Iglesia gentil, y llamó a los escogidos; y de ahí se extendió por el mundo entero, de donde llamó a unos de un sitio y otros de otro lugar, para formar la edad séptima de la Iglesia gentil, encabezada por Norteamérica, representada en Norteamérica.
Y luego de Norteamérica, al cumplirse la séptima edad de la Iglesia gentil, y la séptima de edad de la Iglesia gentil (la Edad de Laodicea) rechazar a su ángel mensajero, a William Marrion Branham con el espíritu y virtud de Elías; encontramos que luego de la partida del mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, el Espíritu Santo (que es Jesucristo en Espíritu, en teofanía, que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová) vuela a la América Latina y el Caribe para manifestarse y revelarse; manifestarse en un nuevo idioma y con un nuevo pueblo de entre los gentiles; y traer el Mensaje Final, el Mensaje del Evangelio del Reino, un Mensaje dispensacional con el cual Él llamaría y juntaría a Sus escogidos con Gran Voz de Trompeta.
Cuando se dice “Gran Voz”, se habla de un Mensaje dispensacional. Y así con un nuevo pueblo, pueblo latinoamericano y caribeño, Él formar el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; llamar a ese Lugar Santísimo —a un lugar más alto, más sublime, de Su Templo espiritual— a Sus escogidos; para así todos ver la gloria del Señor Jesucristo.
Él dijo que el Hijo del Hombre vendría en la gloria de Su Padre, Él dijo que vendría el Hijo del Hombre con Sus Ángeles31. Todo eso es lo que Él estará mostrándoles a Sus hijos en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
Allí están los Dos Querubines de oro, está el Maná escondido, están las Tablas de la Ley, está la Vara de Aarón que reverdeció, y está la Columna de Fuego, la Shekinah, la Luz Divina que alumbra a todo hombre, la cual se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y lo conocimos por el nombre de Jesús de Nazaret.
Ahora, hemos visto cómo todo el templo, todo el tabernáculo que hizo Moisés y el templo que hizo Salomón, en el Templo o Tabernáculo, o Templo del Señor Jesucristo, que es Su Iglesia, todo aquello es convertido en seres humanos. Y al ser convertido en seres humanos, el Templo del Señor Jesucristo son seres humanos, es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual ha estado pasando por diferentes etapas.
Y ahora, al ver el Templo del Señor Jesucristo, y mirar al Lugar Santo del Templo del Señor Jesucristo, vemos que el Lugar Santo del Templo del Señor Jesucristo fue la Iglesia del Señor Jesucristo que pasó por las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Cuando miramos al pasado, podemos ver que el Templo del Señor Jesucristo fueron los escogidos, la Iglesia del Señor Jesucristo, el Cuerpo Místico de Cristo; ese fue el Lugar Santo del Templo del Señor.
Y ahora cuando miramos al Lugar Santísimo del Templo del Señor Jesucristo, podemos ver que son los hijos de Dios de este tiempo final que han subido más arriba: a la Edad de la Piedra Angular.
No es un Templo de piedras literales, sino de piedras vivas, de seres humanos. Y todo lo que está en el Lugar Santísimo se convierte en seres humanos, o sea, se vela en carne humana; así como se veló en carne humana todo lo que estaba en el Lugar Santo del Templo espiritual del Señor Jesucristo; todo fue colocado en seres humanos. Y así también, todo lo del Lugar Santísimo es colocado en seres humanos que reconocen su posición en el fin del siglo, que reconocen su posición como Cuerpo Místico del Señor Jesucristo en el fin del siglo.
Es en Su Cuerpo Místico, en Su Templo espiritual, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual —que es la Edad de la Piedra Angular—, donde Él estaría cumpliendo todas las promesas que Él ha hecho a Su Iglesia para el fin del siglo.
Y esas promesas se estarán convirtiendo en una realidad, porque estarán velándose en carne humana, y luego expresándose por medio de carne humana, y cumpliendo el propósito por el cual fueron hechas esas promesas. O sea que las obras de esas promesas veladas en carne humana estarán produciendo una labor, una obra, como fue en el pasado.
Y la labor que será vista, será la labor de esas promesas, de esa Palabra que fue prometida para el fin del tiempo, velada en carne humana y expresada por medio de carne humana.
Los escogidos verán al Ángel del Pacto, a Jesucristo viniendo en la Edad del Lugar Santísimo y cumpliendo así Sus promesas, materializando todo lo que Él prometió; y lo estará haciendo velándose y revelándose en carne humana. Por eso Él dice: “Yo Jesús he enviado mi Ángel para dar testimonio estas cosas en las Iglesias”.
Y los escogidos, la Iglesia del Señor Jesucristo, Su Cuerpo Místico, estará viendo al Ángel del Pacto, a Jesucristo, al Espíritu Santo, velado y revelado en carne humana en Su Ángel Mensajero.
Los que no estén en el Lugar Santísimo del Templo del Señor Jesucristo verán a un hombre haciendo esas obras, pero no se darán cuenta que será Cristo, el Espíritu Santo, por medio de ese hombre.
Y dirán: “Es ese hombre el que está haciendo esas cosas”. Pero será como dijo Jesús32: “Las obras que yo hago, no las hago de mí mismo. El Padre que mora en mí, Él hace las Obras, y Él es el que me dice lo que yo debo hablar”.
Por eso dijo33: “La Palabra que me diste, les he dado; y ellos la recibieron”. Y así podrá hablar el Ángel del Señor Jesucristo; podrá decir: “No soy yo el que hago estas obras, sino el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo; el Señor Jesucristo en esa Columna de Fuego es el que hace esas obras. Y no hablo nada de mí mismo, sino lo que yo oigo al Señor Jesucristo, al Ángel del Pacto hablar, eso es lo que yo les hablo a ustedes”, podrá decir el Ángel del Señor Jesucristo.
Así como Cristo dice34: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono”. O sea, lo mismo que hizo el Padre con Jesús, Jesús dice que lo hace con el vencedor.
Y también dice35: “Al que venciere, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro”. “Le daré autoridad sobre las naciones (dice), así como yo he recibido de mi Padre autoridad”.
O sea, lo mismo que hizo el Padre con Jesús, hace Jesús con el vencedor, con el siervo fiel y prudente, al cual puso Su Señor sobre todos Sus bienes; al cual puso Su Señor para que les dé el Alimento a tiempo; al cual puso Su Señor sobre Su Casa para que les dé a los hijos de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo (lo puso en Su Casa: en la Iglesia del Señor Jesucristo), para que les dé el Mensaje, el alimento espiritual, a tiempo; o sea, el Mensaje que corresponde para esa edad y para esa dispensación.
Y dice36: “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así…”.
¿Cuál es el siervo bienaventurado? Aquel que esté alimentando a los hijos de Dios, que esté alimentando a los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo en la Casa de Dios; o sea, en la Iglesia, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, en el Templo del Señor Jesucristo.
Ese siervo que este alimentando, que esté dando el Mensaje en ese tiempo, en el tiempo de la Venida del Ángel del Pacto en Apocalipsis 10, ese es el siervo fiel y prudente, y bienaventurado, al cual halla Su Señor dándoles el Alimento a tiempo.
No dándoles el Alimento de una edad o dispensación pasada, sino el Alimento que corresponde para ese tiempo: el Alimento que corresponde para el tiempo de la Venida del Señor, el alimento espiritual, el Maná escondido, el Mensaje del Evangelio del Reino. A ese siervo dice37: “… de cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá”.
Y cuando Abraham puso sobre todos sus bienes a su siervo Eliezer: su siervo Eliezer administraba los bienes de Abraham. Cuando el Faraón puso a José sobre todos sus bienes y lo colocó segundo en el reino: José administraba todos los bienes del reino de Egipto, del reino del Faraón.
Y encontramos que Cristo dice38: “El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo (y sigue explicando)”. Y luego encontramos que lo mismo que el Padre hizo con Jesús, es lo mismo que Jesús hace con Su Ángel, con el siervo fiel y prudente.
Por eso es que los juicios de la gran tribulación, encontramos que serán efectuados por los Dos Olivos, los Dos Candeleros, por el ministerio de Moisés y Elías; ministerios que estarán manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo, el mensajero que viene con una doble porción ministerial, como vino Eliseo.
Todo el juicio de la gran tribulación que ha de caer, lo pondrá Cristo en Su Ángel con el doble ministerio de Moisés y Elías; y lo ministrará Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, por medio de Su Ángel.
Y por medio de Su Ángel con el doble ministerio de Moisés y Elías, con Gran Voz de Trompeta llamará y juntará 144.000 de las doce tribus de los hijos de Israel; y por medio de Su Ángel se revelará al pueblo hebreo. Y reconocerán al Ángel del Pacto, a Jesucristo, al Ángel de Jehová manifestado, velado y revelado por medio de Su Ángel.
En la actualidad el pueblo hebreo que cree las profecías mesiánicas tienen pancartas y rótulos y cruzacalles en algunos lugares de la tierra de Israel, y algunos leen así: “Bienvenido el Mesías”, y otros leen de otra forma, como: “Estamos esperando al Mesías”; y hay un sinnúmero de creyentes en las promesas de la Venida del Mesías para el fin del tiempo en medio del pueblo hebreo, que de un momento a otro Cristo, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, se va a revelar al pueblo hebreo.
Pero, ¿desde dónde? A Moisés le dijo39: “De en medio de los dos querubines, de sobre el propiciatorio, de ahí me declararé a ti, y te diré todo lo que yo te mandare para Israel, para Jacob, para el pueblo hebreo”.
De ahí, del Lugar Santísimo del Templo espiritual del Señor Jesucristo, el cual estará ocupando su posición correcta, desde ahí, de en medio de ese grupo de creyentes, todo lo que Dios tenga para hablarle al pueblo hebreo se lo va a hablar.
De ahí saldrá el Mensaje para el pueblo hebreo, de sobre el Arca del Pacto, de en medio de los Querubines, de en medio del lugar de morada de Dios en el Templo espiritual del Señor Jesucristo, en el Lugar Santísimo de Su Templo. Templo que es hecho no con piedras literales, sino con seres humanos. ¿Y qué significa eso? Eso significa que cada uno de ustedes representa algo de lo que está o de lo que estaba en el lugar santísimo del templo o tabernáculo que hizo Moisés y que hizo Salomón. Así que todo eso es actualizado en seres humanos.
Por eso la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del tiempo, es la posición del Lugar Santísimo de Su Templo, es la Edad de la Piedra Angular, en una nueva dispensación. Y todo eso actualizado en seres humanos: en la Iglesia del Señor Jesucristo, en cada uno de nosotros. En ustedes y en mí Dios está actualizando el lugar santísimo del templo que hizo Moisés y del templo que hizo Salomón, y del Templo que está en el Cielo.
Por eso es tan importante reconocer y ocupar la posición que nos corresponde en el fin del tiempo en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; porque el que no ocupa su posición correcta en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, en la edad que le corresponde estar, que es la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo, la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, ¡se encuentra fuera de paso!; está caminando por otro lado, por otra edad, y con otro Mensaje, y con otras cosas que corresponden a una edad pasada.
Se requiere, entonces, que la Novia de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, reconozca su posición en el Reino en el fin del siglo, para que así reciba la fe para ser transformada y raptada.
Estamos en el tiempo más importante de todos los tiempos. Y en la próxima conferencia (dentro de dos horas) continuaremos hablando de ese lugar tan importante del Cuerpo Místico de Cristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo en el fin del tiempo; para que podamos ver a Cristo en Su Cuerpo Místico, en Su Templo, en Su Iglesia, llevando a cabo Su Obra final para nuestra transformación.
¿Dónde se encuentra usted, hermano y amigo que me escucha en esta ocasión? ¿Dónde se encuentra usted en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo? ¿Dónde se encuentra usted en el Templo espiritual del Señor Jesucristo? ¿Dónde se encuentra usted? Ya que Dios requiere que esté en el lugar correcto: que este en la edad y dispensación que corresponde para el fin del tiempo.
¿Para qué? Para que pueda recibir todas las bendiciones que Él ha prometido darles a Sus hijos en el fin del tiempo.
No es para estar luchando, discutiendo o peleando, sino para recibir todas las bendiciones que Él ha prometido a Su Iglesia para el fin del tiempo.
“LA POSICIÓN DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL FIN DEL TIEMPO”. ¿Cuál es? La Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Esa es la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el Cuerpo Místico de creyentes, en Su Templo espiritual.
Y de esa posición no se salga el que ya entró. Y el que no ha entrado y me escucha en esta ocasión: ¡entre al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo!, que es la posición del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo en el fin del siglo.
“LA POSICIÓN DEL CUERPO MÍSTICO DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL FIN DEL SIGLO”.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. Y será hasta las 3:00 de la tarde, hora de Puerto Rico (1:00 de la tarde, hora de México; y 2:00 de la tarde, hora de Bogotá, o de Colombia, y de otros países latinoamericanos).
Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Que el Ángel del Pacto nos bendiga a todos con las Bendiciones de la Primogenitura; y materialice toda bendición a todo hijo de Dios, a todo escogido que está en la posición correcta que corresponde al Cuerpo Místico de Cristo en el fin del tiempo. Que se materialicen las Bendiciones de la Primogenitura en cada hijo de Dios, en cada escogido, en cada primogénito que está en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Pasen todos muy buenas tardes; y dejo con nosotros nuevamente a Miguel Bermúdez Marín para concluir nuestra parte en esta mañana, en esta primera actividad; y luego continuaremos dentro de unas dos horas, más o menos, o una hora con cincuenta minutos, estaremos nuevamente otra vez aquí; tendremos un receso de cerca de dos horas, para luego estar nuevamente escuchando la Voz de Cristo desde Su Templo, en y desde el Lugar Santísimo de Su Templo.
Bueno, ya tenemos a Miguel por aquí.
Que Dios les bendiga a todos ustedes, y también a ti, Miguel; y hasta las 3:00 de la tarde, Dios mediante.
Muchas gracias y hasta luego.
“LA POSICIÓN DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL FIN DEL SIGLO”.
[Revisión septiembre 2020]
1 San Mateo 13:24-30, 36-43
2 Gálatas 4:28-29
3 San Juan 8:24
4 San Juan 8:44
5 San Mateo 12:34, 23:33
6 San Mateo 25:41
7 Primera de Juan 1:7
8 San Juan 14:19 (Reina Valera 1909)
9 Efesios 4:7-13
10 San Mateo 11:13
11 San Mateo 12:42
12 San Mateo 12:6
13 San Juan 1:27
14 San Juan 1:33
15 San Juan 1:31
16 San Mateo 3:11-12
17 Malaquías 3:1
18 Éxodo 33:22-23
19 San Juan 14:9-11
20 San Mateo 24:45
21 San Juan 3:13
22 Apocalipsis 4:1
23 Malaquías 3:1
24 1 Corintios 13:12
25 Deuteronomio 10:5, Éxodo 25:16
26 Números 17:10
27 Éxodo 16:32-33
28 Hebreos 9:3-5
29 Apocalipsis 7:1-4
30 San Mateo 24:35
31 San Mateo 16:27
32 San Juan 12:49 y 14:10
33 San Juan 17:8
34 Apocalipsis 3:21
35 Apocalipsis 2:26-27
36 San Mateo 24:46
37 San Mateo 24:47
38 San Juan 5:22
39 Éxodo 25:22