Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche para compartir con ustedes las bendiciones de Dios, y así tener compañerismo alrededor de la Palabra de Dios.
Nos dice nuestro amado Señor Jesucristo en San Mateo, capítulo 24, verso 27 en adelante:
“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”.
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta noche es: “DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS”.
Nuestro Señor Jesucristo también, cuando estuvo hablando acerca de estas mismas cosas en San Lucas, encontramos que estuvo diciendo [17:33]:
“Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
Y respondiendo (alguien o algunas personas), le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo (muerto), allí se juntarán también las águilas”.
Ahora miren que Cristo aquí está hablando del Día Postrero, Él está hablando del día en que el Hijo del Hombre se manifieste, pues en este mismo capítulo 17, verso… (…) San Lucas 17, verso 22 en adelante, dice:
“Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará”.
Aquí, vean ustedes de todo lo que Él está hablando: está hablando del tiempo final, del Día de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero; y luego le preguntan, o le dicen: “¿Dónde, Señor?”, y Él les dijo: “Donde estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”.
Ahora, en el Salmo 103, aquí encontramos lo que Dios habla acerca de las águilas, y dice de la siguiente manera… Salmo 103, verso 5, dice:
“El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila”.
Dios compara a Sus profetas con águilas, también compara a todos Sus hijos con águilas y también compara al pueblo hebreo con águilas; y el mismo Dios también se representa en un águila; y encontramos que también en el libro del Apocalipsis, uno de los seres vivientes, su rostro es de águila.
Y aquí encontramos que cuando nos habla: “Donde estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”, está hablándonos del recogimiento de todos los hijos de Dios, que son las águilas de Dios, de Jesucristo, en donde Jesucristo enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos; o sea, juntarán a Sus águilas, los hijos e hijas de Dios, los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo de en medio de los gentiles, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego al pueblo hebreo, donde hay 144.000 que recibirán la Palabra de Dios.
Las águilas se juntarán en el Día Postrero en la Edad del Águila, en la Edad de la Piedra Angular, en donde Él enviará en el Día Postrero después de haber ya enviado siete ángeles mensajeros, y de los cuales el primero (San Pablo) y el último (William Marrion Branham) fueron profetas, y hubo también otros que fueron profetas también…
Ahora encontramos que para la Edad de la Piedra Angular enviará un águila: Su Ángel Mensajero, el Ángel del Señor Jesucristo, para dar testimonio de estas cosas en las iglesias, para dar testimonio de estas cosas a todos los hijos de Dios; y así las águilas de Jesucristo, los hijos e hijas de Dios, ser juntados en la Edad de la Piedra Angular, donde con Gran Voz de Trompeta serán juntados todos los escogidos de Dios bajo el ministerio de los Ángeles del Señor Jesucristo, o sea, bajo el ministerio de Moisés y Elías en el Ángel del Señor Jesucristo.
Estos ministerios estarán en el Ángel del Señor Jesucristo, y estarán estos ministerios siendo operados por el Espíritu Santo, por el mismo Cristo en Su Ángel Mensajero; y el mismo Cristo, el Espíritu Santo, estará a través de Su Ángel Mensajero sonando la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, con la cual llama y junta a todos Sus escogidos en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino; ahí es donde se juntarán las águilas de Dios, ahí es donde se juntarán los escogidos de Dios en el Día Postrero.
Así como los escogidos de Dios fueron juntados en cada edad de la Iglesia gentil por medio del Mensaje de Cristo a través del mensajero de cada edad: O sea que para cada edad hubo un lugar, hubo una edad y hubo también una dispensación, la Dispensación de la Gracia; y hubo un Mensaje, el Mensaje correspondiente a ese tiempo; y hubo un mensajero, el ángel mensajero de cada edad; y hubo un pueblo, un grupo de escogidos de Dios, que fueron las águilas de Dios, los escogidos de Dios de cada edad.
Y ahora quedan las reliquias del Cuerpo Místico de Jesucristo, quedan las reliquias de las águilas de Dios, queda una reliquia de esa Iglesia del Señor Jesucristo, de esa nueva raza, de esa especie que aparentemente estaba en extinción, pero que podemos ver que por la gracia de Dios son juntados con la Gran Voz de Trompeta en la Edad de la Piedra Angular, para ser alimentadas con la Palabra de Dios correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, para ser alimentadas con el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder; Mensaje que trae Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, con el cual da a conocer todas estas cosas que deben suceder.
Y así es como las águilas de Dios, los escogidos de Dios, son juntados en el Día Postrero y son colocados en la Edad de la Piedra Angular, en la Casa de Dios, en el Cuerpo Místico de Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; en donde Él en el Día Postrero tiene al siervo fiel y prudente del fin del tiempo, del Día Postrero, así como tuvo un siervo fiel y prudente, un ángel mensajero en cada edad, en la Casa de Dios, que le dio el alimento espiritual a las águilas de Dios, a los escogidos de Dios en cada edad. Todo esto en la Casa de Dios.
Y ahora, en la Casa de Dios encontramos que Él en el Día Postrero tendrá al último siervo fiel y prudente, al último Ángel Mensajero: al Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, el profeta dispensacional para la Dispensación del Reino y para la Edad de la Piedra Angular; el cual le estará dando el alimento espiritual a tiempo a todos los hijos de Dios.
Y dice el mismo Señor Jesucristo en San Mateo, capítulo 24 y verso 44 en adelante:
“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa (¿cuál es la Casa de Dios? ¿cuál es la Casa de nuestro Señor? Su Iglesia)…”.
“… al cual puso su señor sobre su casa…”.
Siempre coloca un profeta mensajero en Su Casa, ¿para qué?
“… al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?”.
¿Qué Alimento? “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Para que les dé el alimento espiritual, el Mensaje correspondiente a ese tiempo, a esa edad, la Edad de la Piedra Angular, y a esa dispensación, la Dispensación del Reino; así como hubo otros profetas mensajeros en edades pasadas y en dispensaciones pasadas.
Por ejemplo, Moisés fue colocado en la Casa de Dios, en la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento, que fue el pueblo hebreo bajo la Dispensación de la Ley; y Moisés fue siervo fiel, fue fiel en toda la Casa de Dios1, y le dio el alimento espiritual al pueblo hebreo: el Mensaje de la Ley.
Y ahora, Cristo ha sido colocado sobre Su Casa, la Casa de Dios, que es Su Iglesia; y luego Cristo ha colocado en Su Iglesia siete ángeles mensajeros para las siete edades de la Iglesia gentil; y luego en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, a Su Ángel Mensajero, el mensajero de la Dispensación del Reino, un mensajero dispensacional, para que les dé el alimento espiritual a las águilas de Dios, o sea, a los escogidos de Dios, a los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y dice: “De cierto os digo que cuando su Señor venga y le hallé haciendo así (o sea, dándoles ese alimento espiritual), sobre todos Sus bienes le pondrá”.
En Apocalipsis también está la promesa: “Al que venciere, yo le daré autoridad sobre las naciones, así como yo he recibido de mi Padre”; o sea, así como el Padre hizo con Jesús, Jesús hace con Su Ángel Vencedor.
Y ahora aquí también en Apocalipsis (eso fue Apocalipsis, capítulo 3, verso 12), Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, dice:
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono…”.
Y en San Mateo, capítulo 24, verso 44 al 47 dice (al final de ese pasaje o de esa lectura dice): “Bienaventurado aquel siervo que cuando su Señor venga le hallé haciendo así. De cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá”, pues lo sentará en Su Trono, así como Él se sentó en el Cielo en el Trono de Su Padre.
Ahora tiene la promesa el siervo fiel y prudente que esté alimentando a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Venida del Señor, tiene la promesa de ser colocado sobre todos los bienes de su Señor; y tiene la promesa de sentarse con su Señor en Su Trono; tiene la promesa de recibir autoridad sobre todas las naciones, y las regirá con vara de hierro.
El Trono del Padre —donde Cristo se sentó— está en el Cielo, pero el Trono del Señor Jesucristo donde Él dice que se sentará ese Vencedor, dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.
En la misma forma que el Padre hizo en el Cielo, en el Trono que está en el Cielo, donde se sentó Cristo con el Padre allá, así hará Cristo con el Vencedor: lo sentará o se sentará con Cristo, en el Trono (¿de quién?) de Cristo.
Ahora, Cristo se sentó en el Cielo, en el Trono del Padre; pero el Trono de Cristo es el Trono de David, ese Trono donde Cristo como Hijo de David se sentará y reinará por mil años y luego por toda la eternidad; donde estaremos todos nosotros con Él, como reyes y sacerdotes reinando por mil años y luego por toda la eternidad.
Ahora, ahí en ese Trono es donde Cristo dice que se sentará el Vencedor; y aunque todos los escogidos de Dios, miembros del Cuerpo Místico de Cristo, son reyes y sacerdotes, y reinarán con Cristo mil años y luego por toda la eternidad…, o sea que estaremos con Cristo allá en Jerusalén, y desde allí estaremos reinando sobre todo el planeta Tierra.
Porque Jerusalén será la capital del mundo, y la tierra de Israel será el Distrito Federal; desde ahí cubriremos el planeta Tierra completo, y desde ahí estaremos dirigiendo con Cristo los destinos de todas las naciones; y Cristo colocará sobre diferentes naciones a los vencedores.
Por supuesto, habrá por lo menos ocho…, diríamos, ocho grandes naciones u ocho grandes continentes, donde cada ángel mensajero estará al frente; y estarán allí en diferentes naciones los siete ángeles mensajeros y también el octavo Ángel Mensajero, que es el Ángel dispensacional que Jesucristo envía en el Día Postrero.
Ahora, esto es algo grande lo que estará sucediendo en el glorioso Reino Milenial y la bendición que tiene el grupo de escogidos del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular, que es juntado en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Esos son los que tienen la bendición más grande en ese glorioso Reino Milenial, pues ese grupo es el que llega a la perfección, llega a tener un cuerpo eterno y glorioso sin ver muerte, porque son los que recibirán la transformación de sus cuerpos.
Los de las edades pasadas partieron y tienen que resucitar, y alguno de los nuestros también partió – han partido algunos, pero tienen que resucitar y regresar a nosotros en este Día Postrero.
Ahora, viendo que hay una bendición muy grande para cada uno de ustedes y para mí también, vale la pena trabajar en el Reino de Dios, y vale la pena comerse todo el alimento espiritual de la Palabra que Dios nos da en este tiempo final bajo el ministerio del Día Postrero, bajo el ministerio de la Dispensación del Reino y Edad de la Piedra Angular, bajo el ministerio de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero dándonos el alimento espiritual del Evangelio del Reino, para, así como dice el salmista… Vean ustedes, el salmista en este capítulo o Salmo 103 y verso 5, nos dice de la siguiente manera (lo cual ya leímos, pero quiero repetirlo):
“El que sacia de bien tu boca (y a las águilas de Dios, a los escogidos, los sacia de bien: sacia de bien su boca con la Palabra, el alimento espiritual para nuestra alma)
De modo que te rejuvenezcas como el águila”.
Y las águilas en el Día Postrero estarán comiendo un alimento espiritual: el Mensaje de Evangelio del Reino, el Mensaje que contiene la revelación del Séptimo Sello, de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, que es el Mensaje de los Siete Truenos.
Es ese el Mensaje que le da la fe para el rapto a todos los escogidos, le da la fe para ser transformados y raptados, le da esa revelación divina para poder recibir la transformación de sus cuerpos “de modo que te rejuvenezcas como el águila”: para que todos estemos jovencitos en un cuerpo nuevo, con una apariencia de 18 a 21 años.
Es en el Día Postrero, en la Edad del Águila, de la Edad de la Piedra Angular, en donde Él sacia con y del Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de los Siete Truenos, el Mensaje del Séptimo Sello, sacia nuestra boca y nuestra alma de bien, de esa Palabra rejuvenecedora, ese bien, esa Palabra que nos va a rejuvenecer como el águila.
Ahora miren dónde está la edad en donde los escogidos de Dios serán rejuvenecidos, la Edad del Águila, donde son juntados con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta.
¿Y dónde se juntarán las águilas? “Donde esté el cuerpo muerto”: donde esté la Palabra de Dios revelada, donde esté la revelación de Jesucristo, del Hijo del Hombre, donde esté la revelación divina del Séptimo Sello, donde esté la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; porque ese es el alimento espiritual para ser alimentados los escogidos de Dios, las águilas de Dios, para ser rejuvenecidas como el águila.
Estamos en el Día Postrero, en el tiempo en donde Él está saciando de bien —del Mensaje del Evangelio del Reino— nuestra boca espiritual, nuestra alma, y estamos comiendo ese alimento espiritual. Estamos en el tiempo de la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, donde se juntan las águilas, los escogidos de Dios. DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS, los escogidos de Dios.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. Muchas gracias por vuestra amable atención y pasen todos muy buenas noches.
Será hasta mañana, Dios mediante, en los horarios que ya ustedes conocen y que les estarán recordando nuevamente (para los que necesitan un recordatorio), ya les estarán recordando cuáles van a ser los horarios y el lugar de las actividades.
Vamos a dejar por aquí a Miguel Bermúdez Marín para que continúe y finalice en esta noche nuestra parte dándole gracias a Dios por Sus bendiciones. Nuestro tema ha sido: “DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS”. ¿Vieron lo sencillo que era todo?
Le preguntaron: “¿Dónde, Señor?”. —“Donde esté el cuerpo muerto, ahí se juntarán las águilas”, donde esté la Palabra revelada para ese tiempo, ahí se juntarán.
Y en este tiempo, el Día Postrero, ¿dónde es? En la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. ¡Por eso es que estamos ahí!, porque Cristo dijo que ahí sería donde se juntarían las águilas, ahí es donde se juntarán las águilas para ser rejuvenecidas.
“DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS PARA SER REJUVENECIDAS”.
Vamos a añadirle un poquito más al tema: “DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS PARA SER REJUVENECIDAS”.
Bueno, vamos a dejar por aquí a Miguel para que él así finalice nuestra parte en esta noche, y así le damos gracias a Dios por Sus bendiciones. Que Dios les continúe bendiciendo a todos.
“DONDE SE JUNTAN LAS ÁGUILAS PARA SER REJUVENECIDAS”.
[Revisión julio 2019]
1 Hebreos 3:1-5