El ministerio en la Casa del Señor Jesucristo en el Día Postrero

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta tarde, para continuar teniendo compañerismo espiritual con ustedes alrededor de la Palabra de Dios.

En esta ocasión quiero leer en Hebreos, capítulo 3, verso 1 al 6, donde San Pablo nos dice:

“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;

el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.

Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno este, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.

Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.

Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza”.

“EL MINISTERIO EN LA CASA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL DÍA POSTRERO”.

La Casa del Señor Jesucristo es Su Iglesia, pues Su Casa es Su Familia, compuesta por los creyentes en Cristo que lo han recibido como su Salvador y han recibido Su Espíritu Santo; y por consiguiente han nacido en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

En esa Casa, encontramos que Dios ha colocado para cada etapa, para cada edad, un mensajero llamado el ángel de la Iglesia de esa edad; representado ese ángel mensajero en el pastor de cada una de estas iglesias que estaban en Asia Menor, que fueron señaladas aquí en el libro del Apocalipsis.

Cada una de esas iglesias representaba cada edad por la cual pasaría la Iglesia del Señor Jesucristo, y el pastor de allí (de esa iglesia) representaba al mensajero que Dios enviaría a esa edad que estaba representada allí en esa iglesia.

Eso es en el campo profético lo que representan estas siete iglesias de Asia Menor, en el campo profético. En cuanto a lo literal, esas siete iglesias existieron allí en Asia Menor; pero fueron tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo pasando por siete etapas.

Ahora, encontramos que en la Iglesia del Señor Jesucristo se materializaron esas siete iglesias de Asia Menor, y sus mensajeros o ministros, pastores, que allí estaban ministrando la Palabra de Dios.

Ahora, encontramos que para la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, luego de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, se materializará Apocalipsis, capítulo 4, verso 1 en adelante, en donde lo que está allí se convertirá en una realidad para la Iglesia del Señor Jesucristo. Y recibe el llamado de subir más arriba, subir más arriba de la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil; y eso es subir a la Edad de la Piedra Angular, para escuchar la Voz de Cristo dándole a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto.

Ahora, así como en cada edad de las siete etapas de la Iglesia gentil, Dios tuvo un mensajero a través del cual Él le habló a Su Iglesia, al cual Cristo le revelaba Su Mensaje para esa edad, y en el cual Cristo estaba manifestado en la porción correspondiente a cada edad, para así alimentar a Su Casa, a Su Familia, a Sus hijos en cada edad… Y ese fue el ministerio en la Casa de Dios, en la Casa del Señor Jesucristo en cada edad; o sea, el ministerio de Jesucristo a través del ángel mensajero de cada edad, alimentando así a Su Familia.

O sea que el mensajero de cada edad (el de la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima edad), fueron los siete siervos fieles y prudentes que le dieron el Alimento a tiempo a la Familia de Dios, a los hijos e hijas de Dios, o sea, a los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de cada edad.

Pero luego, encontramos que hay una pregunta aquí: “¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo? De cierto os digo que cuando su Señor venga, y le halle haciendo así…”.

O sea que la bendición grande es para el que esté en la Casa de Dios dándole el alimento espiritual de la Palabra, del Mensaje correspondiente al tiempo de la Segunda Venida de Cristo.

Y dice: “¿Quién es?, ¿cuál es el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor (¿dónde?) sobre Su Casa (y Su Casa es Su Iglesia. ¿Para qué?) para que les dé el Alimento a tiempo”; o sea, el Mensaje de la Palabra de Dios correspondiente a ese tiempo.

Bienaventurado aquel siervo, al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo. ¿A quiénes? A los hijos de Dios, a la Casa de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo.

¿Qué dice Cristo que será de ese profeta, de ese mensajero que esté en el tiempo de la Venida de Cristo dándole el Alimento a tiempo a Su Casa, a Su Familia, a Su Iglesia? Dice… vamos a leerlo aquí: San Mateo 24, verso 44 en adelante (44 al 47), dice:

“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá”.

“… todos sus bienes le pondrá”; o sea, le pondrá sobre toda Su Iglesia, y le pondrá sobre toda la labor de Su Iglesia para ese tiempo.

En San Lucas, capítulo 12 (aquí me apareció rápido; antes de irlo a buscar, ya tenía la Biblia abierta aquí en San Lucas, capítulo 12), y versos 42 en adelante, dice:

“Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?”.

¿Ven? Este es el mismo pasaje o es la misma profecía, pero dada acá en San Lucas. Acá le llama… no le llama siervo fiel y prudente, sino mayordomo fiel y prudente.

Y un mayordomo es una persona que está a cargo de una casa, a cargo de un negocio, a cargo de una finca; y aquí es a cargo de la Iglesia del Señor Jesucristo, a cargo de la Casa de Dios, para que a tiempo les dé su ración.

¿Qué ración tiene que darle a tiempo? “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”[1]. Así que de la boca de ese siervo fiel y prudente tiene que salir el alimento espiritual, la Palabra de Dios correspondiente a ese tiempo.

Dice: “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”.

O sea que el siervo fiel y prudente que estará en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo aquí en la Tierra, alimentando a la Casa de Dios, la Familia de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, con la Palabra de Dios, será el siervo fiel y prudente, será el siervo o mayordomo fiel y prudente que será bienaventurado. ¿Por qué? Dice:

“En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.

Es el mayordomo fiel y prudente, que administra los bienes de la Casa de Dios para el Día Postrero, el que le tocará la bendición de ser colocado sobre todos los bienes de su Señor. Por eso dice:

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más (saldrá fuera) saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios”.

Apocalipsis, capítulo 3, verso 12.

Y en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, nos da aquí otra promesa. Dice:

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido…”.

¿Dónde estaba el maná escondido? En el lugar santísimo.

Ese Maná escondido es la revelación de Cristo para el tiempo final, para la edad o etapa del Lugar Santísimo; pues está en el Lugar Santísimo el Maná escondido.

O sea que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, revelación que en otros tiempos no fue dada a conocer; por lo tanto, esa revelación nadie se la pudo comer como alimento espiritual para el alma de la persona.

Ahora, dice:

“… y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.

Esa Piedrecita blanca es la misma Piedra no cortada de manos que vio el profeta Daniel en la interpretación que le dio al rey Nabucodonosor, en Daniel, capítulo 2. En el capítulo 2 del libro de Daniel, ahí está la interpretación que le dio al sueño que tuvo el rey Nabucodonosor: de una estatua con su cabeza de oro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus muslos de bronce, sus piernas de hierro, y sus pies de hierro y de barro cocido.

  • La cabeza de oro representa el imperio de Nabucodonosor, con su rey Nabucodonosor.
  • El pecho de plata representa el reino medo-persa (pecho y brazos de plata).
  • Y el vientre y muslos de bronce representa el imperio de los griegos, el imperio griego con Alejandro el Grande.
  • Y las piernas de hierro representa el imperio romano.
  • Y los pies de hierro y de barro cocido representa al imperio o reino del anticristo, que en el tiempo final, en el Día Postrero, recibirá el impacto de la Segunda Venida de Cristo, el impacto de la Piedra no cortada de manos que lo desmenuzará.

Y no quedará nada de ese imperio, ni de los demás imperios que fueron antes que él; porque desmenuzará el hierro y el barro, desmenuzará las piernas de hierro, también los muslos y el vientre de bronce, y también el pecho y los brazos de plata, y la cabeza de oro también. Todo quedará desmenuzado; o sea, lo que quedó desaparecerá.

Y así, esa estatua o reino de los gentiles desaparecerá, para dar lugar al Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, ese Reino Milenial que Él ha prometido para Su pueblo, Su Iglesia y el pueblo hebreo; en el cual entrarán muchos latinoamericanos y caribeños.

Porque en el Día Postrero la Iglesia del Señor Jesucristo estará en la etapa de la cabeza de oro del Reino de Dios, estará en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; estará en la etapa en que la Iglesia del Señor Jesucristo no estará vestida de la Luna, sino que estará vestida del Sol. Y por consiguiente, la Iglesia del Señor Jesucristo estará en la etapa más gloriosa de todos los tiempos: estará en la Edad Eterna que Él ha prometido para Su Iglesia.

Esa es la edad en donde los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, también estarán ahí manifestados en la Venida del Hijo del Hombre. “Porque el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles (y Sus Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías), y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”[2].

Ahora, podemos ver qué es y quién es la Piedra blanca con un nombre nuevo escrito. Pues ese Nombre Nuevo escrito aparece también en Apocalipsis, capítulo 2, verso… vamos a ver aquí, aparece también este Nombre Nuevo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, donde dice de la siguiente manera, y quiero leer esta Escritura, donde dice:

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.

¿Quién es el que dice que tiene un nombre nuevo? Nuestro amado Señor Jesucristo. Ese es el que también el profeta Daniel dijo que era la Piedra no cortada de manos; y ahí tenemos la Piedra no cortada de manos, esa Piedrecita blanca, con un nombre nuevo. Ese es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo y Nombre Eterno de Dios.

Ese es el Nombre que Moisés quiso conocer, y le preguntó a Dios cuál era Su Nombre; y le fueron dadas las consonantes, que nadie conocía la pronunciación de ellas[3].

Se dice que Moisés conocía la pronunciación de esas consonantes, y que el sumo sacerdote también conocía la pronunciación, o pronunciaban ese Nombre contenido en esas [cuatro] letras, cuatro consonantes: YHWH, según está dada aquí. Nuestro hermano Branham pues la cita usando otras letras[4].

Ahora, lo importante es que ese es el Nombre Eterno de Dios.

La pronunciación de ese Nombre, pues Dios la sabe; y en la forma en que se las dio a Moisés, probablemente Moisés escuchó cómo se pronunciaban esas letras produciendo un nombre, o sea, cómo se pronunciaba ese Nombre contenido en esas letras.

Ahora, encontramos que en Apocalipsis, capítulo 19, también nos habla de un nombre. Dice Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 en adelante, dice:

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo”.

Así que ese Nombre no es Jesús; porque el nombre Jesús todos en el cristianismo lo conocen, y también gente que no son cristianas lo conocen por medio de la historia.

Pero el Nombre Eterno de Dios, vean ustedes, es el Nombre que la humanidad ha deseado conocer; ese es el Nombre aquí, es el Nombre que ninguno conocía sino Él mismo.

“Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios”.

Es el Verbo de Dios viniendo en el Día Postrero: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Y nos dice que aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros[5].

Y cuando el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, tuvo un nombre para llevar a cabo la Obra de Redención, y ese nombre fue Jesús. Ese fue el Nombre para Redención.

Ahora, para la reclamación de todos los hijos de Dios que han sido redimidos con la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, el Nombre para la Obra de Reclamación o de Reclamo será el Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; y ese es el Nombre que Jesucristo revela a Su Iglesia en el Día Postrero en Su Segunda Venida.

Por eso es que la Escritura nos habla de la Venida de Cristo en un caballo blanco como la nieve con un nombre que nadie conoce, porque es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.

Y ese Nombre Nuevo del Señor Jesucristo no está escrito en la Biblia así abiertamente; como tampoco estaba escrito en la Biblia abiertamente el nombre Jesús, hasta que el Arcángel Gabriel le dijo a la virgen María que le pusiera por nombre Jesús[6].

Ahora, vean ustedes, la… María (la joven por la cual vendría el Mesías) ya conocía ese nombre, y el Mesías vendría por medio de ella; y ese nombre estaría allí manifestado, estaría manifestado allí en la familia, en la casa de María. Así como también en la Casa de la Iglesia del Señor Jesucristo, representada en María, estará ese Nombre manifestado, estará ese Nombre revelado; o sea que en la Casa de Dios estará ese Nombre, pues es una promesa.

Ahora, ese Nombre es para ser revelado en el Día Postrero, en el tiempo final.

Y los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que revelan el misterio de la Segunda Venida de Cristo, también estarán revelando el misterio de ese Nombre Nuevo, con el cual la Segunda Venida de Cristo será revelada a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Casa de Dios, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y miren ustedes, en la revelación o manifestación o Venida de Cristo, ese misterio será abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, encontramos también que la promesa aquí en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12 es:

“… y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.

Sobre alguien nuestro amado Señor Jesucristo escribirá Su Nombre Nuevo, porque es una promesa.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 2 y verso 26 al 27, también tenemos una promesa grande:

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”.

Vean, lo mismo que Cristo recibió del Padre ahora lo otorga al Vencedor, al siervo fiel y prudente, al mayordomo fiel y prudente que le esté dando el Alimento a tiempo a los hijos de Dios en la Casa de Dios, en el tiempo del cumplimiento de Su Venida.

Y ese vendrá a recibir la autoridad que Él ha prometido aquí, ¿para qué? Para estar sobre los negocios, sobre todos los bienes de nuestro amado Señor Jesucristo. O sea que será un administrador en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo; y su labor la comienza aun antes de comenzar el glorioso Reino Milenial, porque dice:

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; (así) como yo también la he recibido de mi Padre”.

Y eso se cumplirá en Apocalipsis, capítulo 11, donde los Dos Olivos, que son los ministerios de los Dos Ungidos, los ministerios de Moisés y Elías, tendrán autoridad sobre toda la naturaleza, sobre toda la Creación y sobre todas las naciones; y ahí estará manifestado ese poder, esa autoridad que Cristo ha prometido para el Vencedor.

Así como está prometido en Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, para los Dos Olivos y los Dos Candeleros, que son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios.

No están ni en el Atrio, ni en el Lugar Santo, sino están delante de la presencia de Dios; y por eso es que aparecen también en el Lugar Santísimo, representados en los dos querubines de oro que están sobre el propiciatorio.

Y ahora, por eso también es que vemos que en el Monte de la Transfiguración aparecieron allí Moisés y Elías con Jesucristo, en donde estaba siendo representada la Segunda Venida de Cristo como Rey; o sea, con Su rostro como el sol, eso lo presenta o representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores. Y aparecieron allí los Dos Ungidos, los Dos Olivos, que son Moisés y Elías.

Los ministerios de Moisés y Elías estarán en el Día Postrero en la Venida del Hijo del Hombre; porque Él dijo que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles. Así que la Venida de Cristo será con los ministerios de Moisés y Elías, para manifestarlos en la Tierra en el Día Postrero.

Esos son los ministerios que tendrán autoridad sobre todas las naciones y sobre toda la Creación, sobre toda la naturaleza; y por eso es que podrán llevar a cabo todas estas cosas que están ahí señaladas: porque esos ministerios estarán adoptados. Y también el siervo fiel y prudente, el mayordomo fiel y prudente, será adoptado, y tendrá esos ministerios manifestados en él, y tendrá también el ministerio de Jesús por segunda vez.

Y por medio de ese Ángel Fuerte o ese Ángel Mensajero, el Ángel Fuerte, Jesucristo, estará manifestándose. O sea que Cristo en Espíritu Santo estará manifestándose por medio del siervo fiel y prudente, por medio del mayordomo fiel y prudente que en el Día Postrero estará dándole el Alimento a tiempo, el Mensaje del Evangelio del Reino a todos los hijos de Dios, a la Casa de Dios, o sea, a la Familia de Dios.

También Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, nos dice o nos da una promesa grande. Dice así:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.

Otro privilegio grande para el Vencedor.

Y con el Vencedor en el Día Postrero estarán los escogidos del Día Postrero, que también obtendrán la victoria; y serán los que tendrán la posición más alta en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Y ese también era otro de los misterios.

Los discípulos del Señor Jesucristo querían tener la posición más alta en el Reino de Dios y siempre estaban buscando ser los mayores, principalmente Jacobo y Juan; Pedro también, Pedro no se quedaba atrás.

Pero Jacobo y Juan buscaban siempre la posición principal. Y le dicen a Jesús en una ocasión, en unión a su madre (a la madre de Jacobo y Juan), se reúnen con Jesús y le dicen: “Mira, queremos que nos concedas lo que nosotros te vamos a pedir”[7].

Como hacen algunas personas y como hacen los hijos: “Mira, yo quiero que tú me concedas lo que yo te voy a pedir, pero dime que sí primero”, para ya tener el sí antes de decir lo que ellos quieren; pero uno siempre pregunta, para saber si se puede o no se puede.

Ellos vienen a Jesús con esta petición, y Jesús les pregunta:

—“¿Qué es lo que ustedes quieren?”.

—“Mira, lo que queremos es que en Tu Reino, el uno se siente a Tu diestra y el otro a Tu izquierda, a Tu siniestra; o sea, queremos estar en Tu Reino, uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda”.

Y eso ellos lo pidieron después que estuvieron en el Monte de la Transfiguración con Jesús, porque ellos vieron la Venida del Reino de Dios; y ellos vieron allí: a la derecha de Jesús a Moisés, y a la izquierda de Jesús a Elías; y eso era la visión de la Venida del Reino de Dios.

Por lo tanto, en la Venida del Reino de Dios estarían esos ministerios de Moisés y Elías para ser manifestados aquí en la Tierra; así que uno de ellos quería ser Moisés y el otro quería ser Elías.

Por eso ustedes encuentran que Jacobo y Juan en una ocasión, cuando los samaritanos no quisieron recibir a Cristo, le dijeron a Jesús: “¿Quieres que mandemos a descender fuego del Cielo, como hizo Elías?”. ¿Ven que querían el ministerio de Elías? Jesús les dijo: “Ustedes no saben de qué espíritu son”[8].

O sea, no les permitió hacer eso; porque eso es para el Día Postrero, para el ministerio de Moisés y Elías, para el ministerio de los Dos Olivos, para el Día Postrero, cuando ya la misericordia habrá terminado para los gentiles.

Entonces en Apocalipsis, capítulo 11, nos enseña que podrán mandar a descender fuego del cielo, y descenderá; y eso es bajo el ministerio de Moisés y Elías, bajo el ministerio de los Dos Olivos.

Pero vean ustedes, Cristo les dijo:

—“¿Pueden ustedes beber de la copa que Yo he de beber?”.

Ellos dijeron:

—“Sí”.

—“¿Pueden ser bautizados con el bautismo que Yo soy bautizado?”.

—“Sí podemos”.

Porque el que está buscando una bendición de Dios no puede decir: “Yo no sé si puedo”, o “no voy a poder”. Tiene siempre que la persona decir: “¡Sí puedo!”; porque entonces uno le pide ayuda a Dios para lograr el éxito.

Aunque hay cosas que aunque uno las desee no le pertenecen a esa persona; y en esos casos entonces, Cristo —por Su Palabra— nos dice que no son para esa persona.

Y en este caso, esto que ellos deseaban era lo mejor, lo mejor de todos los ministerios que Él daría a Su Iglesia, porque estos son los ministerios de Moisés y Elías.

Esos ministerios ellos los querían para el tiempo de ellos; y todavía ni siquiera comenzaba la primera edad de la Iglesia gentil; y ya, si ellos tenían esos ministerios, hubieran quemado el mundo entero en aquel tiempo, hubieran quemado a los romanos y hubieran quemado al sumo sacerdote, y a todas esas personas que se levantaron en contra de Cristo y persiguieron luego a la Iglesia del Señor Jesucristo. O sea que la persecución para la Iglesia del Señor Jesucristo no hubiera sido en la forma que fue.

Pero esos ministerios están señalados para el Día Postrero. Y ellos vivieron en el primero de los días postreros, en el primer siglo del primero de los días postreros, o sea, ellos vivieron en el primer siglo del quinto milenio; y eso es para el primer siglo pero del Día Postrero, del séptimo milenio.

Así que estos ministerios que ellos querían, Cristo les dijo (les dijo a ellos): “No está Mío – no está en Mí darlos, sino a aquellos a quienes está ordenado”.

O sea que estos ministerios están ordenados para ser colocados en carne humana; pero no en las personas que quieran esos ministerios como los querían Juan y Jacobo, sino en quien Dios ha ordenado que estarán esos ministerios manifestados.

Y esos ministerios estarán manifestados en el Día Postrero por el Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, en el siervo fiel y prudente y en el mayordomo fiel y prudente.

Y el siervo fiel y prudente y el mayordomo fiel y prudente es el mismo: es el Ángel del Señor Jesucristo.

Él es el Ángel también de Apocalipsis, capítulo 7, que viene con el Sello del Dios vivo, o sea que viene con el Espíritu Santo en el Día Postrero, para llamar y juntar 144.000 hebreos.

Y son los ministerios de Moisés y Elías los que están en ese Ángel Mensajero, para poder llamar y juntar 144.000 hebreos, los cuales en el Día Postrero estarán presentes en medio del pueblo hebreo.

Ellos se han estado reuniendo de todas las naciones donde fueron esparcidos; pero ahora están en su tierra esperando el cumplimiento de la Venida del Mesías.

Ellos están esperando al profeta Elías, y el profeta Elías será visto por ellos en su quinta manifestación; y también será visto Moisés en su segunda manifestación, y también será visto Cristo en Su Segunda manifestación; o sea que ellos verán a Jesús, a Moisés y a Elías.

Estos tres ministerios grandes que han sido manifestados en la Tierra, estarán manifestados nuevamente en el Día Postrero en el siervo fiel y prudente, en el mayordomo fiel y prudente, al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo; y cuando su Señor viene y le halle haciendo así, entonces coloca estos ministerios en él, para así colocarlo sobre toda Su Casa, sobre todos Sus bienes.

Por lo tanto, por medio de ese siervo fiel y prudente, nuestro amado Señor Jesucristo estará llevando a cabo la Obra del Día Postrero, y estará cumpliendo cada promesa hecha para ser cumplida en la Segunda Venida de Cristo.

Y por medio de Su Ángel Mensajero estará dándole a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto; pues en Apocalipsis, capítulo 4, Él dijo: “Sube acá, y Yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Él, con esa Voz de Trompeta, prometió darle a conocer a Su Iglesia estas cosas que han de suceder después de las que ya sucedieron en las edades pasadas. Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, las da a conocer por medio de Su Ángel Mensajero; porque Su Ángel Mensajero es Su instrumento, Su profeta mensajero, a través del cual Jesucristo estará velado y revelado; y a través de él estará manifestado, dándole a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y Su Ángel Mensajero podrá hablar como habló Jesucristo cuando dijo: “Yo no hablo nada de Mí mismo; sino lo que Yo oigo al Padre hablar, eso es lo que Yo hablo”[9].

En otra ocasión, orando por Sus discípulos, dijo: “Padre, santifícalos en la verdad; Tu Palabra es la verdad”[10]. Él dijo: “Yo les he dado Tu Palabra, y ellos la recibieron”[11].

¿Qué Palabra le dio Cristo a Sus discípulos? La Palabra del Padre celestial, la cual el Padre celestial le dio a Cristo para que la diera a Sus discípulos.

Y así ahora, para el Día Postrero, Jesucristo da Su Palabra, Su Mensaje, el Evangelio del Reino a Su Ángel Mensajero, para que lo dé a Su Iglesia en el Día Postrero; y Su Ángel Mensajero… pero no estará dando nada de sí mismo, sino lo que Jesucristo le dará para que lo dé a Su Iglesia.

Porque el Alimento para la Casa de Dios, para los hijos de Dios, para la Iglesia del Señor Jesucristo, es la Palabra de Dios, la Palabra de Jesucristo; ese es el alimento espiritual para la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, y ese alimento espiritual es el Mensaje del Evangelio del Reino; así como para las siete edades de la Iglesia gentil el alimento espiritual era el Mensaje del Evangelio de la Gracia, el cual fue dado a la Casa de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo, por cada ángel mensajero.

Y ahora hemos llegado al Día Postrero, al tiempo final, al tiempo de la Edad de la Piedra Angular, al tiempo del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, para los escogidos de Dios estar bien alimentados con la Palabra de Dios, con el alimento espiritual del Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y así conocer el misterio de la Segunda Venida de Cristo, conocer el misterio de la manifestación de Cristo a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo final. Y luego, cuando seamos transformados y raptados, veremos a Cristo allá en la Cena de las Bodas del Cordero, donde nos reuniremos con Él.

Ahora, hemos visto que el llamado final, el llamado de la Trompeta Final, es la Voz de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero dándonos Su Mensaje Final, el Mensaje del Evangelio del Reino, y con él revelándonos el misterio de Su Venida como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Y así, con ese Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, los escogidos de Dios son llamados y juntados, y reciben la fe, la revelación del rapto, que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo, para así ser preparados para ser transformados y luego raptados en este Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, en el cual ya hemos entrado si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene.

Cristo dijo que sería en el Día Postrero en que Él resucitaría a los que han partido; pues Él dijo en San Juan, capítulo 6 y verso 40:

“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré (¿cuándo?) en el día postrero”.

También en San Juan, capítulo 11 y verso 25… vamos a ver, vamos a ver aquí, verso 21. Capítulo 11, verso 21 de San Juan, dice (de ahí en adelante):

“Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.

Jesús le dijo: Tu hermano resucitará”.

Y esa es una palabra muy hermosa para una persona que ha perdido un hermano o una hermana. Pero ahora, miren:

“Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero”.

Y eso es un consuelo grande para una persona: saber que su hermano o su hermana va a resucitar en el Día Postrero, porque es un miembro del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, creyente en nuestro amado Señor Jesucristo.

Pero como les dije en la mañana: para Lázaro resucitar en el Día Postrero tenía que ser resucitado, para recibir el Espíritu Santo el Día de Pentecostés o del Día de Pentecostés en adelante, para resucitar en el Día Postrero siendo parte del Cuerpo Místico de Cristo.

Aunque habrá otra resurrección para el Día Postrero, de los 144.000 hebreos que resucitarán.

Y también habrá una resurrección después que termine el Milenio; al final, cuando el Milenio ha terminado, habrá una resurrección: la resurrección general. Esa es la segunda resurrección para todo ser humano que ha vivido en este planeta Tierra y no resucitó en el tiempo de la resurrección de Cristo con los santos del Antiguo Testamento, y no resucite en la resurrección de los santos del Nuevo Testamento en el Día Postrero; entonces resucitará allá en la segunda resurrección, para ser juzgado (ahora…), para ir al Trono, al Trono Blanco del Juicio Final, en donde Cristo y Su Iglesia estarán juzgando a todas las personas, y aun a los ángeles que se rebelaron en contra de Dios[12].

Ahora, podemos ver aquí que Jesús tenía que resucitar a Lázaro para poder ser parte de la resurrección del Día Postrero, de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Así que Jesús le dice:

“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá (no morirá, ¿qué?) eternamente”.

O sea, si su cuerpo muere, eso es temporal; porque después resucitará en un nuevo cuerpo para vivir por toda la eternidad.

“¿Crees esto?”.

Le preguntó a Marta si lo creía. Y nosotros, ¿sí lo creemos o no? ¡Claro que sí! Entonces ella:

“Le dijo: Sí, Señor (¿Y nosotros cómo decimos? ‘¡Sí, Señor, lo creemos con toda nuestra alma!’); yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios (viviente), que has venido al mundo”.

Y luego, Cristo llevó a cabo más adelante la Obra de la resurrección de Lázaro, que es tipo y figura de la resurrección de todos los santos del Nuevo Testamento que se llevará a cabo en este Día Postrero.

Con esa Voz que clamó, con esa Gran Voz que clamó, clamó a Gran Voz; y con esa Voz clamando en el Día Postrero somos llamados y juntados los que estamos vivos; y luego los muertos en Cristo resucitarán, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados.

Pues el mismo Cristo nos dice, vamos a ver, por aquí en el capítulo 5, versos 21 en adelante, dice [San Juan]:

“Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo (¿Quién es el que juzgará? Jesucristo, el Hijo),

para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios (ahí lo tienen); y los que la oyeren vivirán.

Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;

y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre (o sea, por cuanto es un profeta; por cuanto es el profeta, pues le dio autoridad de hacer juicio).

No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;

y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida”.

¿Ven que oirán la Voz del Hijo de Dios, la Voz de Jesucristo, en el Día Postrero para ser resucitados?

Ellos desde el Paraíso pueden escuchar todo lo que se predica acá. Y también nosotros acá estaremos escuchando la Voz de Jesucristo, la Voz del Hijo de Dios en el Día Postrero, hablándole a Su Iglesia Su Palabra, el Mensaje del Evangelio del Reino, y dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Todo esto es en el ministerio de la Casa del Señor Jesucristo en el Día Postrero, bajo el ministerio del siervo fiel y prudente o mayordomo fiel y prudente, que en el Día Postrero estaría dándole el Alimento a tiempo, el Alimento de la Palabra de Dios, el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Ese es el alimento espiritual para el alma de todos los hijos e hijas de Dios, ese es el alimento espiritual para el alma de todos los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo.

Este es el alimento espiritual para el alma de y para la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero; y es el alimento espiritual también para 144.000 hebreos que lo recibirán en este Día Postrero.

Por eso es tan importante el ministerio del siervo fiel y prudente en la Casa de Dios en el Día Postrero; porque ese es el ministerio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero siendo manifestado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y dándole el alimento espiritual de la Palabra, el Mensaje del Evangelio del Reino. Y así es como los escogidos de Dios conocerían estas cosas que deben suceder en este Día Postrero, en este tiempo final.

Y el alma, el corazón y la mente, les sería abierto a los escogidos de Dios para entender estas cosas que deben suceder, para entender estas Escrituras que hablan de estas cosas que deben suceder en el Día Postrero; y así es como también nos abriría las Escrituras en este Día Postrero.

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”, nos dice Cristo en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16.

Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién dice que ha enviado para mostrar estas cosas que deben suceder pronto? A Su Ángel Mensajero; por lo tanto, solamente por medio de Su Ángel Mensajero es que la Iglesia del Señor Jesucristo conocerá estas cosas que deben suceder pronto.

Esa es la forma en que la Iglesia del Señor Jesucristo conocerá todas estas cosas que deben suceder; porque en medio de Ella estará el siervo fiel y prudente, el mayordomo fiel y prudente, dándole este alimento espiritual a la Iglesia del Señor Jesucristo, o sea, a todos los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Y así es como obtendrá, la Iglesia del Señor Jesucristo con sus miembros, obtendrá la revelación para ser transformada y raptada: obtendrá la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Ahora, hemos visto que el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo es el alimento espiritual para todos los hijos e hijas de Dios, ese Mensaje del Evangelio del Reino que contiene el misterio revelado de la Segunda Venida de Cristo; para todos los hijos e hijas de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, y luego para el pueblo hebreo.

“EL MINISTERIO EN LA CASA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL DÍA POSTRERO”.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio del ministerio de la Casa de Dios, o en la Casa de Dios, o en la Casa del Señor Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Día Postrero.

Estamos en el Día Postrero; estamos en el tiempo del ministerio del siervo fiel y prudente, del ministerio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero. Ese es el ministerio de la Casa de Dios y en la Casa de Dios, en la Casa del Señor Jesucristo, que es Su Iglesia, en el Día Postrero.

Ahora hemos visto quién es el que tendría el ministerio del Señor Jesucristo en la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero. Este es un ministerio para toda la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y este ministerio será el que traerá la Palabra de Dios; porque es un ministerio profético, es un ministerio de profeta mayor, de profeta dispensacional, y por eso traerá un Mensaje dispensacional para toda la Iglesia del Señor Jesucristo; para así la Iglesia del Señor Jesucristo ser preparada para ser transformada y raptada, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero; y luego para regresar, después de la gran tribulación, al glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo, el cual estará bajo la Dispensación del Reino.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo, para estar en el glorioso Reino Milenial, pues tiene que entrar a la Dispensación del Reino. No hay otra forma.

Y ese Mensaje viene por medio del siervo fiel y prudente, por medio del Ángel del Señor Jesucristo, en el cual Cristo en Espíritu Santo, en el Día Postrero, estaría manifestado dándonos a conocer —por medio de ese Ángel Mensajero— todas estas cosas que deben suceder pronto; para así obtener la fe, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, para ser transformados y raptados en este Día Postrero.

“EL MINISTERIO EN LA CASA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL DÍA POSTRERO”.

Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes.

Y que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, prometidas para Su Iglesia, para Sus miembros en este Día Postrero, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y se materialicen en cada uno de ustedes y en mí también; y pronto todos seamos transformados y raptados.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde.

Muchas gracias por vuestra amable atención. Y con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

“EL MINISTERIO EN LA CASA DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL DÍA POSTRERO”.

[Revisión junio 2023 -RM-DM]

[1] Deuteronomio 8:3, San Mateo 4:4

[2] San Mateo 16:27

[3] Éxodo 3:13-15

[4] Citas, pág. 21, párr. 173

[5] San Juan 1:1, 1:14

[6] San Lucas 1:31

[7] San Mateo 20:20-23, San Marcos 10:35-40

[8] San Lucas 9:54-56

[9] San Juan 12:49, 14:24

[10] San Juan 17:17

[11] San Juan 17:8

[12] 1 Corintios 6:2-3

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