Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes aquí en Lima, Perú, en esta noche, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, y ver las profecías correspondientes a este Día Postrero, y comprender esas profecías en este tiempo, y recibir los beneficios de entender estas profecías.
Para eso quiero leer en San Mateo, capítulo 13, verso 10 en adelante, donde dice:
“Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”.
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta noche es: “LOS MISTERIOS DEL REINO DE LOS CIELOS SIENDO REVELADOS A LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO”.
Vean cómo aquí Jesucristo nos enseña que a unos es dado a conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a otros no es dado, no es concedido, conocer esos misterios del Reino de los Cielos.
Ahora, ¿a quiénes es dado a conocer los misterios del Reino de los Cielos? Allí estaban Sus discípulos, creyentes en Cristo nuestro Salvador. Y en San Juan, capítulo 3, Cristo nos habla, cuando le habla a Nicodemo, diciendo… Cristo, aquí en este pasaje del capítulo 3 de San Juan, dice este pasaje:
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (o sea, no puede entender el Reino de Dios)”.
¿Quiénes no pueden entender el Reino de Dios? Los que no nacen de nuevo. ¿Y quiénes son los que nacen de nuevo? Vean ustedes, continúa diciendo la Escritura:
“Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”.
Ahora, aquí podemos ver que Cristo le habla a Nicodemo del nuevo nacimiento, y le dice que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios, o sea, no lo puede entender; por consiguiente, no puede entender los misterios del Reino de Dios, del Reino de los Cielos; y los misterios del Reino de los Cielos son los misterios de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y de esos misterios habló Cristo en diferentes parábolas; y por eso encontramos la parábola del trigo y de la cizaña: el trigo representa a los hijos del Reino, que son los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo, los hijos e hijas de Dios, los cuales han creído en Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre del Cordero, y han recibido Su Espíritu Santo; han nacido, por consiguiente, del Agua y del Espíritu.
Esas personas tienen la promesa de entender los misterios del Reino de los Cielos, los misterios de la Iglesia del Señor Jesucristo que se estarían realizando, llevando a cabo, de edad en edad y de dispensación en dispensación.
Conocer los misterios del Reino de los Cielos, de los miembros de ese Cuerpo Místico de creyentes, es realmente un privilegio muy grande: Saber que esas personas tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, y que cada una de esas personas tiene un tiempo en el cual es manifestado en la Tierra en un cuerpo mortal, corruptible y temporal, para hacer contacto con la vida eterna, hacer contacto con el Programa Divino, y entender estos misterios del Reino de Dios; y así recibir a Cristo como su Salvador y recibir Su Espíritu Santo; y así entrar al Cuerpo Místico de Cristo, entrar al Reino de los Cielos o Reino de Dios, y ser colocados en lugares celestiales en Cristo Jesús; y tener colocado nuestro cuerpo teofánico (que recibimos cuando hemos nacido de nuevo), ¿tenerlo colocado en dónde?, en la sexta dimensión, pero manifestado en y para nosotros en el tiempo en que vivimos.
Y por medio de esa manifestación de ese espíritu teofánico que recibimos, obtenemos la revelación divina de estos misterios del Reino de los Cielos.
Ahora, vean ustedes quiénes son los que están señalados para entender los misterios del Reino de los Cielos. Pero dice: “Mas a los otros (o a los demás) no es concedido”; o sea, a los que no están en ese Cuerpo Místico de creyentes, en la Iglesia del Señor Jesucristo, habiendo creído en Cristo y habiendo recibido Su Espíritu Santo.
Los que no han pasado por esa etapa no pueden comprender los misterios del Reino de los Cielos, por lo tanto, no pueden comprender el Programa Divino que Dios ha estado llevando a cabo en Su Iglesia: cómo Él ha estado llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre; y cómo de edad en edad ha enviado un mensajero, y en ese mensajero nos ha enviado un Mensaje, de edad en edad; y cómo cada edad se cumplió en cada territorio señalado por Dios.
Y ahora, llegando al tiempo final, miramos hacia atrás y podemos ver que la primera edad de la Iglesia gentil se cumplió en Asia Menor, y su mensajero fue San Pablo.
La segunda edad de la Iglesia gentil se cumplió en un territorio de Europa… (Vamos a ver si tenemos a Miguel por aquí; ¿me parece que fue Hungría, Miguel?); y el mensajero fue Ireneo (¿un húngaro…?) … ah, el segundo fue francés: Ireneo, fue en el territorio de Francia.
Luego, después, Martín; ese fue un húngaro y el territorio fue Hungría.
Y vean ustedes, cada vez que se cumplía una edad y Dios enviaba al mensajero de esa edad, Cristo manifestado en Espíritu Santo en ese mensajero hablaba en el idioma de ese mensajero.
Vean cómo Cristo ha estado hablando en diferentes idiomas por medio del mensajero de cada edad. Y vean cómo la Obra de Cristo de cada edad se origina en el territorio donde Dios coloca ese mensajero y donde desarrolla ese mensajero su ministerio; y de ahí se extiende luego a otras naciones. Pero vean cómo la mayoría de los escogidos de cada edad están en el territorio donde Dios lleva a cabo esa etapa de Su Iglesia gentil.
Luego, el cuarto mensajero fue Colombo, y eso fue (¿dónde Miguel?) … Irlanda y Escocia; y estuvo hablando por medio de ese mensajero en el idioma del mensajero; y estuvo llamando y juntando a Sus escogidos en esos territorios, y de ahí se extendió el Mensaje a otros territorios.
Pero miren cómo son cinco etapas o edades que Cristo lleva a cabo en Europa; o sea que la Iglesia del Señor Jesucristo tiene un grupo grande de europeos como parte del Cuerpo Místico de Cristo, los cuales corresponden a la segunda edad, tercera, cuarta, quinta y sexta edad de la Iglesia gentil.
Luego encontramos que para la quinta edad Dios envió a Lutero allá en Alemania, y Cristo en Espíritu Santo habló en alemán por medio de Lutero.
Luego, para la sexta edad envió a John Wesley allá en Inglaterra, y habló en inglés (de ese inglés de Inglaterra), y llamó y juntó a Sus escogidos para esa sexta edad.
Vean cómo en Europa Cristo tuvo cinco manifestaciones a través de cinco mensajeros que Él envió en cinco edades diferentes.
Luego pasó Cristo en Espíritu Santo a Norteamérica y envió a su séptimo ángel mensajero, el reverendo William Marrion Branham, con el espíritu y virtud de Elías; y por medio de él se manifestó Cristo, y llamó y juntó a Sus escogidos de la séptima edad de la Iglesia gentil; y luego, vean ustedes, precursó también la Segunda Venida de Cristo. Todo eso ocurrió en Norteamérica.
Y luego de ver la historia de esas siete etapas o edades de la Iglesia gentil, la pregunta es:
¿Y dónde se encuentra en la actualidad, cuando ya han transcurrido esas siete etapas o edades de la Iglesia gentil?
¿Hacia dónde se ha ido Cristo?, ¿hacia dónde ha volado Cristo en Espíritu Santo para estar manifestado en el Día Postrero, llamando y juntando a Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta?
¿A dónde se ha ido Cristo en el cumplimiento de Sus promesas correspondientes al Día Postrero, en donde tenemos la promesa que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles (¿para qué?) para pagar a cada uno conforme a sus obras?
Y vendrá con Sus Ángeles, ¿para qué? Para llamar y juntar a Sus escogidos (¿con qué?) con la Gran Voz de Trompeta, o sea, con el Mensaje del Evangelio del Reino.
Miren cómo en esta forma parabólica Cristo señala o profetiza (con parábolas) las cosas que estarán sucediendo en el Día Postrero.
Ahora, ¿cuál es el territorio para la manifestación final de Cristo para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino? Así como el lugar santísimo del templo literal que construyó Moisés y el que construyó Salomón estaba en el oeste, ahora Cristo estando en el oeste…
El oeste está compuesto por Norteamérica, Centroamérica, Suramérica y el Caribe; y ya la séptima edad de la Iglesia gentil se cumplió en Norteamérica; por lo tanto, le queda a Cristo Centroamérica, Suramérica y el Caribe para cumplir el resto de las profecías correspondientes a este tiempo final.
Y es la América Latina y el Caribe, el continente latinoamericano y caribeño, el que tiene las bendiciones de Cristo para el cumplimiento de estas profecías correspondientes al Día Postrero.
Y es en el continente latinoamericano y caribeño que Cristo envía a Su Ángel Mensajero con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, para —por medio de Su Ángel Mensajero— hablar en el idioma de los latinoamericanos y caribeños, que es el español; y por medio de Su Ángel Mensajero darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, que son las cosas que Él dice aquí en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, que nos dará a conocer. Dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo…”.
Esta Puerta es Cristo, es la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, es el Séptimo Sello abierto en el Cielo en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1; misterio que antes no era conocido en el Cielo porque Cristo dijo: “Ni aun los ángeles saben cuándo será el día y la hora”1. ¿El día y la hora en que qué? En que el Hijo del Hombre ha de venir.
Pero ahora, vean ustedes, Él dijo que sería como en los días de Noé el día en que el Hijo del Hombre vendría y estaría manifestado en la Tierra.
Y ahora, estas cosas que deben suceder pronto, está prometido por Cristo que Él nos dará a conocer todas estas cosas. Dice:
“… y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo (aquí tenemos la Voz de Cristo como una Voz de Trompeta), dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Las cosas que sucederán después de estas que han sucedido en las siete etapas de la Iglesia gentil, ahora las cosas correspondientes al tiempo final, al Día Postrero, que deben suceder, suceden acá arriba, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino.
Estas cosas son dadas a conocer en el Día Postrero por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.
Vean, Él prometió en Apocalipsis, capítulo 4 y verso 1, que Él las dará a conocer ¿a aquellos que qué?, que suban donde Él está, que suban a la Edad de la Piedra Angular.
Esa Voz que habla ahí como una Trompeta es la Voz de Cristo, es la misma Voz de Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, que Juan escuchó en el Día del Señor. Juan dijo:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Y quién es el Alfa y Omega, quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Y Él está hablando aquí en el Día del Señor, que es el séptimo milenio, Él está hablando con un Mensaje dispensacional. Eso es una Gran Voz de Trompeta: un Mensaje dispensacional.
Y ahora, ¿qué Él habla con ese Mensaje dispensacional? Las cosas que deben suceder pronto.
O sea, todas estas cosas que están profetizadas en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, en las diferentes parábolas, proverbios, salmos y diferentes profecías, dadas por el Espíritu Santo a través de Sus profetas del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento; ahora todas esas cosas están prometidas para ser dadas a conocer a los escogidos de Dios.
Estos misterios que están profetizados para ser cumplidos en el Día Postrero, también está prometido que será abierto —cada uno de estos misterios— para ser entendido por los escogidos de Dios, por los miembros del Cuerpo Místico de Jesucristo que estarán viviendo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Porque “a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos”; o sea, es concedido conocer los misterios de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, ¿quién es el velo de carne, el mensajero, que Cristo estará usando para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? Que lo diga el mismo Cristo. En Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿A quién envía? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para dar testimonio de estas cosas en las iglesias. ¿De qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto.
En Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, también nos da testimonio Cristo, diciéndonos así la Escritura:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿A quién envía? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Las mismas cosas que Cristo dijo en Apocalipsis, capítulo 4, que nos daría a conocer si subíamos donde Él estaba.
¿Y dónde Él estaría en el Día Postrero, en el Día del Señor, en el séptimo milenio? Él estaría aquí, en la Edad de la Piedra Angular; porque ya estas otras siete edades o etapas de la Iglesia gentil del Señor Jesucristo han terminado; y solamente nos queda la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Amor Divino, la edad perfecta, en donde Cristo estaría hablando con esa Gran Voz de Trompeta, o sea, con el Mensaje del Evangelio del Reino. Y en y con ese Mensaje nos estaría dando a conocer —revelando— todas estas cosas que deben suceder pronto, en el séptimo milenio, o sea, en el Día Postrero.
¿Cuántos de ustedes sabían que el Día Postrero era el séptimo milenio? No lo sabían; pero ya sí lo sabemos, porque ya eso ha sido abierto, ha sido dado a conocer.
¿Cuántos sabían que los días postreros eran el quinto, sexto y séptimo milenio? No lo sabíamos; pero ya sí lo sabemos, porque ya eso ha sido abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ¿cuántos sabían que el lugar santísimo en el templo estaba en el oeste; y el Lugar Santísimo del Templo espiritual está en el oeste, y corresponde a la América Latina y el Caribe, a los escogidos latinoamericanos y caribeños? No lo sabíamos; pero ya sí lo sabemos.
Y así como conocimos por medio del Mensaje del reverendo William Marrion Branham —precursor de la Segunda Venida de Cristo— lo que fueron las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, ahora hemos conocido una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular; cosa que no habíamos conocido antes y no sabíamos que había una nueva edad, una edad eterna: la Edad de la Piedra Angular.
Y así como las siete etapas o edades de la Iglesia gentil fueron cumplidas en territorios en específico…; territorios como: para la primera edad, el territorio de Asia Menor; para la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta edad, el territorio de Europa; y para la séptima edad, el territorio de Norteamérica.
Y ahora, para la Edad de la Piedra Angular, ¿qué territorio? La América Latina y el Caribe.
¿Ven cómo todo tiene una secuencia y cómo todo cuadra perfectamente con la Escritura?
Miren, el misterio del templo que hizo Salomón y del tabernáculo que hizo Moisés nos muestra la construcción de la Iglesia del Señor Jesucristo, de ese Nuevo Templo; un Templo construido para Dios con seres humanos.
Templo que ha estado siendo construido; y las siete etapas o edades de la Iglesia gentil corresponden al lugar santo del templo que construyó Moisés y el que construyó Salomón, y al que está en el Cielo; porque todos esos templos representan al que está en el Cielo, al Templo de Dios que está en el Cielo.
Y ahora, el lugar santísimo del templo que construyó Moisés y el que construyó Salomón, y el que está en el Cielo, ahora en el cumplimiento de ese Lugar Santísimo del Cuerpo Místico de Cristo (en la Iglesia del Señor Jesucristo, en ese Templo espiritual), corresponde al territorio de la América Latina y el Caribe, corresponde a la Edad de la Piedra Angular; donde Dios tendría a Sus escogidos siendo llamados y juntados en el Día Postrero por medio de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, llamándonos con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.
Es la Trompeta del Evangelio del Reino en este Día Postrero proclamando el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida de Cristo en Espíritu Santo a Su Iglesia; porque Él viene por Su Iglesia, por lo tanto tiene que venir a Su Iglesia.
Y viniendo a Su Iglesia, Él cerrará los ojos de los teólogos del tiempo final; así como en Su Primera Venida cerró, cegó, los ojos de los sabios y entendidos, teólogos y doctores en divinidad de Su tiempo.
Ahora vean cómo Cristo viene de edad en edad a Su Iglesia, en cada edad, en y a través del ángel mensajero de cada edad; y viene con un Mensaje para esa edad, para llamar y juntar a Sus escogidos en cada una de esas edades.
Y ahora, ¿cómo viene en el Día Postrero a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular? Viene en Su Ángel Mensajero, con el Mensaje del Evangelio del Reino, llamando y juntando a Sus escogidos con el Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Y el territorio para el cumplimiento de esa promesa es, pues, la América Latina y el Caribe. Dios no se había olvidado de los latinoamericanos y caribeños, aunque su condición económica y su condición…, sus diferentes fases de la América Latina y el Caribe, no son tan buenas como las de los europeos y como los de Norteamérica; pero en el Programa Divino nos ha tocado la mejor parte: nos ha tocado la parte del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
Y “la bendición de Dios es la que enriquece, y no añade tristeza”2.
Así que, vean ustedes, es mejor tener la bendición de Dios, aunque la persona sea pobre o el continente sea pobre; que ser rico el continente y la gente, y no tener la bendición de Dios.
Miren, el hombre rico tenía mucha riqueza pero no tenía la bendición de Dios; y cuando murió, ¿a dónde se fue? Se fue al infierno. El hombre pobre, el mendigo Lázaro, era pobre, tenía problemas de salud, pero cuando murió, por cuanto tenía la bendición de Dios, ángeles de Dios fueron enviados para llevarlo al Paraíso, al Seno de Abraham. Y allí era él consolado; y el rico era atormentado en el infierno.
Así que vean que la bendición de Dios es lo más importante para toda persona, toda ciudad, toda nación y todo continente. Por eso Cristo dijo: “Buscad primeramente (¿qué?) el Reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas”3.
Vean cómo buscamos el Reino de Dios: Cuando llega una edad y Dios envía un mensajero; y por medio de ese mensajero, Cristo en Espíritu Santo se manifiesta y le habla a Su pueblo; y llama y junta a Sus escogidos: Ahí está llamando a Su gente para entrar al Reino de Dios. Ahí, los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, buscan el Reino de Dios, lo hallan, entran a él por medio de creer en Cristo y nacer de nuevo.
Así entran al Reino de Dios. Y cuando entran, son colocados en la edad correspondiente a su tiempo; y están en el Reino de Dios, han encontrado el Reino de Dios; el cual va creciendo de edad en edad.
Y ahora, los escogidos, vean ustedes, de edad en edad, que han entrado al Reino de Dios, han estado en ciertos territorios. Y ahora, los que entrarán al Reino de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en su mayoría (y diríamos, el 90 o noventa y algo por ciento) están en el territorio latinoamericano y caribeño.
Y luego Dios tiene otros escogidos que no son de entre los gentiles, los cuales también Él debe traer; y oirán Su Voz; y serán colocados en el Monte de Sion (Apocalipsis, capítulo 14, verso 1, y Apocalipsis, capítulo 2, verso 7); porque por medio del Ángel que sube de donde nace el sol es que Cristo, manifestado en él, estará llamando y juntando esos escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.
Ahora, vean cómo siempre Cristo ha tenido un hombre, un profeta mensajero, para llamar y juntar a los escogidos; por medio de ese mensajero es que Cristo se ha manifestado y ha llamado y ha juntado a Sus escogidos de edad en edad. Y cada grupo está llamado a conocer su mensajero.
Y para el Día Postrero, ¿conocerán su mensajero los latinoamericanos y caribeños que estarán escuchando la Voz de Cristo, la Voz de nuestro amado Pastor, el Buen Pastor, que dio Su vida por nosotros en la Cruz del Calvario? Cristo dijo: “Y oirán mi Voz; y habrá un Rebaño, y un Pastor”4.
¿Cómo escucharíamos la Voz de Cristo? Pues cada uno en la edad que le tocaría vivir, la escucharía por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo a través del ángel mensajero de esa edad enviado a ese territorio.
Ahora, hemos visto que por medio del Ángel del Señor Jesucristo es que Cristo estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, a todos aquellos que subirán a la Edad de la Piedra Angular, donde Él está en este Día Postrero, en medio de los latinoamericanos y caribeños.
Ahora, hemos llegado a la parte más importante del Programa Divino, hemos llegado a la parte más importante del Templo del Señor Jesucristo, la parte del Lugar Santísimo siendo construida por latinoamericanos y caribeños, llamados y juntados en la Edad de la Piedra Angular. ¿Llamados y juntados por quién? Por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, hablándonos en el idioma de los latinoamericanos y caribeños, o sea, hablándonos en español.
Bien dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que los Truenos emitieron sus voces en un idioma desconocido para él; porque la parte de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino sería manifestada por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, en el idioma del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; y en ese idioma escucharíamos la Voz de Cristo llamándonos y juntándonos en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y revelándonos todos los misterios correspondientes al Reino de los Cielos, a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.
Y ahí es donde están los misterios más grandes del Reino de los Cielos: en la Edad de la Piedra Angular, o sea, en la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
¿Dónde estaba Dios manifestado en toda Su plenitud en el templo? En el lugar santísimo, sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro.
¿Y desde dónde Dios le hablaba a Moisés para que Moisés le hablara al pueblo hebreo? Desde el lugar santísimo; sobre el propiciatorio estaba Dios en medio de los dos querubines de oro.
¿Y de dónde le hablará Dios al pueblo hebreo, Jesucristo al pueblo hebreo, desde Su Templo espiritual, desde Su Iglesia? Pues desde el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, desde la Edad de la Piedra Angular; y desde la América Latina y el Caribe será que saldrá el Mensaje para el pueblo hebreo, el Mensaje del Evangelio del Reino.
Y ahora, ese misterio miren dónde estaba: estaba en el Lugar Santísimo.
Dios le había dicho a Moisés, en el libro del Éxodo, capítulo 25, verso 21 al 22; dice:
“Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.
Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”.
¿Desde dónde Dios le dijo a Moisés que le hablaría todo lo que le mandare para los hijos de Israel? Desde el propiciatorio, de en medio de los dos querubines de oro.
Y ahora, Cristo ha estado materializando todas las cosas que están en el templo que hizo Moisés y el templo que hizo también Salomón.
Vean ustedes, el candelabro o candelero con sus siete lámparas y sus siete mechas son materializados en las siete edades de la Iglesia gentil con sus siete ángeles mensajeros.
Y así por el estilo, Cristo ha estado materializando en Su Iglesia, en seres humanos, las cosas que están en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón.
Las siete etapas o edades de la Iglesia gentil corresponden al lugar santo del templo que construyó Salomón y el templo que construyó Moisés; y las cosas correspondientes a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino corresponden a lo que estaba en el lugar santísimo del templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés; y son la representación aquí en la Tierra de las cosas que están en el Cielo, en el Lugar Santísimo del Cielo, del Templo que está en el Cielo.
O sea, las cosas que están allá, en el Cielo, en el Trono de Dios, son representadas en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Y, vean ustedes, todas estas cosas que están allá en el Cielo, y luego estaban representadas en el tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón, Cristo las materializa en seres humanos. O sea, que es en seres humanos que todas las cosas que están en el Cielo serían representadas aquí en la Tierra.
Y ahora, esto es un misterio más grande de lo que nosotros nos podemos imaginar; porque todo lo que fue visto allí en el tabernáculo que construyó Moisés, allí en el lugar santísimo, y en el templo de Salomón; y todo lo que vemos en el Templo que está en el Cielo, en el Lugar Santísimo, en el Trono de Dios; todo eso tiene que convertirse en seres humanos, o sea, tiene que cumplirse en seres humanos, los cuales estarán ahí, en el Lugar Santísimo.
Y, miren ustedes, este es uno de los grandes misterios del Reino de Dios. Los misterios más grandes del Reino de Dios, del Reino de los Cielos, de la Iglesia del Señor Jesucristo, están (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino, están (¿dónde?) en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Y esa parte del Templo, en su materialización, corresponde (¿a dónde?) a la América Latina y el Caribe. Significa, entonces, que los misterios más grandes de la Iglesia del Señor Jesucristo serían cumplidos, serían abiertos, revelados (¿dónde?) en la América Latina y el Caribe.
Miren ustedes, en el lugar santísimo estaba la presencia de Dios, la Shekinah; y allí estaba el maná escondido también, y allí estaban las tablas de la Ley, y allí estaba la vara de Aarón que reverdeció; y allí también fue colocado el incensario, cuando el sumo sacerdote entraba una vez al año; y allí era colocada la sangre de la propiciación, la sangre de la expiación del macho cabrío. Y miren ustedes cómo también allí estaba el Nombre Eterno de Dios.
Dios le ordenó a Moisés construir un tabernáculo donde estaría el Nombre de Dios, un tabernáculo para Su Nombre. Y también, cuando construyó Salomón el templo para Dios, en la ciudad ordenada por Dios para la construcción de ese templo, estaba construyendo (¿qué?) un templo para el Nombre de Dios.
Ahora, ¿en qué parte de ese templo estaba el Nombre de Dios? Pues donde estaba Dios: estaba en medio de los dos querubines de oro, ahí estaba el Nombre de Dios. Porque allí estaba la Shekinah, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto.
¿Y qué dijo Dios al profeta Moisés en Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante?
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”.
¿Dónde estaba el Nombre de Dios? El Nombre Eterno de Dios estaba (¿dónde?) en el Ángel de Jehová.
“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.
Ahora vean dónde estaba el Nombre de Dios: estaba en la manifestación de Dios, en esa manifestación de Dios el cual es llamado el Ángel de Jehová; o sea, en ese Hombre de la sexta dimensión, que es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que es el Verbo también (llamado el Verbo), ahí estaba el Nombre de Dios.
Y cuando ese Ángel, el Verbo, se hizo carne y habitó entre los seres humanos, tomó el nombre de Redención, el nombre Jesús, para llevar a cabo Su Obra de Redención como Cordero de Dios muriendo en la Cruz del Calvario, lo cual efectuó hace dos mil años aproximadamente.
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, nos dice así Cristo; nos dice… vamos a ver aquí lo que nos dice:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.
Ahora, vean ustedes, esto es un misterio: Cristo diciendo que Él tiene un nombre nuevo. Y está diciendo que escribirá sobre el Vencedor el nombre de nuestro Dios, que es el Nombre Eterno de Dios, y el nombre de la Ciudad de nuestro Dios, el nombre de la Nueva Jerusalén.
El nombre de la Nueva Jerusalén es el Nombre Eterno de Dios; o sea que la Nueva Jerusalén como nombre tendrá el Nombre Eterno de Dios. Y, vean ustedes, tenemos también la promesa de que Cristo escribirá ese nombre sobre el Vencedor.
Y también dice: “… y mi nombre nuevo”: y el Nombre Nuevo del Señor, que es el mismo Nombre Eterno de Dios.
¿Hay acaso un nombre mejor para la Ciudad de nuestro Dios que el Nombre Eterno de Dios? No lo hay.
Hay ciudades aquí en la Tierra que tienen el nombre de algunas personas; por ejemplo: Santiago de Chile, la capital; y así también hay un sinnúmero de ciudades en esta Tierra que tienen el nombre de alguna persona.
¿Y hay algún nombre mejor para la Nueva Ciudad, la Nueva Jerusalén, que el Nombre Eterno de Dios? Yo no encuentro ninguno mejor.
Y ahora, para Jesucristo, un nombre nuevo para Jesucristo: ¿Hay algún otro nombre mejor que el Nombre Eterno de Dios? No lo hay.
Es el mismo nombre: el Nombre de Dios, el de la Ciudad de nuestro Dios y el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Y ese Nombre, Cristo dice: “Yo lo escribiré sobre el Vencedor”.
Así que habrá un Vencedor que vendrá a la Tierra portando ese Nombre. Así como la Primera Venida de Cristo se cumplió, y el velo de carne donde se cumplió portó el nombre de Redención; y Él llevó a cabo la Obra de Redención usando ese nombre de Redención: Jesús significa ‘Salvador’, ‘Redentor’; significa lo mismo que Josué.
Ahora, para la Segunda Venida de Cristo, el Nombre Eterno de Dios y de la Ciudad de nuestro Dios, y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, tiene que ser manifestado. ¿Y dónde estaba en el tabernáculo, en el templo? Estaba en el lugar santísimo, porque allí estaba el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, en esa luz de la Shekinah.
Y ahora, el Ángel de Jehová, cuando vino en carne humana dos mil años atrás en la persona de Jesús, allí estaba portando el nombre de Redención: el nombre Jesús.
Y cuando en el Día Postrero esté manifestado aquí en la Tierra el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Él vendrá con el Nombre Eterno de Dios.
¿A dónde vendrá? A Su Iglesia. ¿A qué lugar? Al Lugar Santísimo. ¿Y estará en medio de qué? De los Dos Querubines de Oro, que son los ministerios de Moisés y Elías.
Así que podemos ver la bendición tan grande que tiene la América Latina y el Caribe, donde la parte del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo sería materializada en seres humanos; y estaría ahí el Nombre Eterno de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.
Ese misterio del nombre nuevo del Señor Jesucristo es un misterio en la Mente de Dios que en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, sería revelado.
Ese es el nombre que Cristo usará en Su Venida con Sus Ángeles, y usará durante el Reino Milenial, y usará en Su Obra como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; y ese será el nombre que Él usará como Hijo del Hombre o Hijo de David, para sentarse en el Trono de David.
Así como cuando los patriarcas, y también Jacob o Israel, se encontraron con José en Egipto, y él se reveló a ellos; miren, el nombre que tenía José no era conocido por Israel, no era conocido por Jacob tampoco, ni por los hermanos de Jacob; era un nombre gentil: Zafnat-panea, nombre que le fue colocado por el faraón cuando lo sentó como segundo en el trono.
Y ahora, el nombre que recibió Jesucristo en el Cielo, el nombre nuevo de Jesucristo, que es el Nombre Eterno de Dios, es el que Él estará manifestando en el Día Postrero; y ese será el nombre que tendrá Cristo en Su Venida revelándose al pueblo hebreo. Y ese nombre, vean ustedes, estará manifestado (¿dónde?) en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Y ese nombre será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo para darle la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores; y así darle la fe para ser transformados y raptados.
Así como para salvación la fe es, la revelación es, la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios con Su nombre de Redención: el nombre Jesús; ahora para ser transformados y raptados, la fe de rapto es la fe, la revelación, de la Segunda Venida de Cristo con Su Nombre Nuevo.
Y bienaventurado el que no halle tropiezo en ese Nombre y en el Vencedor que traerá ese Nombre. Porque para ser revelado un nombre, pues tiene que estar manifestado en un hombre. Esa es la forma en que Él lo revela a Su pueblo y esa es la forma en que se cumple esa promesa; y es abierto ese misterio a los escogidos de Dios en el Día Postrero.
Ustedes encontrarán a través de la Escritura que nos habla del Nombre Nuevo. Por ejemplo, en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, nos habla de un nombre nuevo en una piedrecita blanca. Esa piedrecita es la Segunda Venida de Cristo. La Segunda Venida de Cristo ¿con qué? Con un nombre nuevo: con el nombre nuevo que recibió cuando ascendió al Cielo: el Nombre Eterno de Dios.
También nos habla en Apocalipsis, capítulo 19, del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, que es la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Espíritu Santo, la Venida de Cristo en Espíritu Santo en carne humana en el Día Postrero; nos habla de ese Jinete con un nombre que ninguno conoce, sino aquel que lo recibe. Ese nombre es el Nombre Eterno de Dios.
Dice [Apocalipsis 19:13]:
“… y su nombre es: El Verbo de Dios”.
Es el Verbo viniendo en carne humana, el Ángel del Pacto viniendo en carne humana en el Día Postrero; y manifestándose —conforme a Su promesa— en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
Y así es como ese Nombre estará manifestado en la Venida del Hijo del Hombre, en la Venida del Ángel del Pacto, con Sus Ángeles en este Día Postrero.
Dice [Apocalipsis 19:16]:
“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”.
Es viniendo como Rey de reyes y Señor de señores, con el Nombre Eterno de Dios, para la introducción del Reino Milenial y del séptimo milenio, y de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; para así llamar y juntar a los escogidos de Dios, colocarlos en la Edad de la Piedra Angular; y darnos la fe, la revelación, del Evangelio del Reino, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá; y así ser preparados para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Así que van a ser transformados y raptados: latinoamericanos y caribeños pertenecientes al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, pertenecientes a la Edad de la Piedra Angular; los cuales estarán escuchando la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe.
Ahora, hemos visto cómo es que Él viene en este Día Postrero: viene a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular, a la Edad del Lugar Santísimo, en la América Latina y el Caribe; viene el Hijo del Hombre con Sus Ángeles, conforme a Su promesa; y viene hablándonos directamente al alma, al corazón, y dándonos a conocer, revelándonos, todas estas cosas; y aun revelándonos Su Venida y Su nombre nuevo; el nombre nuevo que Él estará usando en Su Venida en el Día Postrero como Rey de reyes y Señor de señores; con ese Nombre Él reinará durante el Reino Milenial.
Pero el pueblo hebreo sabrá que Ese que viene con ese Nombre Nuevo, manifestándose en carne humana en Su Ángel Mensajero, es el mismo que dos mil años atrás vino con el nombre Jesús. Es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, viniendo con el Nombre Eterno de Dios; porque el Ángel de Jehová es el portador de ese Nombre Eterno de Dios.
“… no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”5.
Y cuando se manifiesta en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, estará manifestando también Su Nombre, el Nombre Eterno de Dios, que es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; y así será traída la revelación del Nombre Nuevo por medio de la manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, en carne humana en Su Ángel Mensajero.
Y por medio de la predicación del Ángel del Pacto a través de Su Ángel Mensajero, este misterio será dado a conocer a los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora pueden ver cómo habrá un grupo de personas que recibirá a Cristo en Su Segunda Venida como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en la manifestación del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en Su Ángel Mensajero, portando Cristo Su Nombre Nuevo en el Día Postrero, y manifestándose con Su Nombre Nuevo en Su Venida, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y así dándonos la revelación de Su Venida con Su Nombre Nuevo.
Y así Él nos mostraría la secuencia que todo el Programa Divino que Él lleva (en la Edad de la Piedra Angular) a cabo, está acorde con todo lo que ha sido prometido a través de las Escrituras, del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento.
Ahora, podemos ver que en el Programa Divino siempre hay secuencia. Cuando las personas no pueden ver que hay una secuencia, entonces ese no es el Programa Divino; ese es un programa humano inventado por sabiduría humana.
Porque el Programa Divino tiene una secuencia desde el Génesis hasta el Apocalipsis; y lo que es hablado en el Apocalipsis concuerda desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Y todo lo que Cristo revele en este Día Postrero, tiene que estar en secuencia con las cosas que han sido prometidas desde el libro del Génesis hasta el libro del Apocalipsis.
Así que podemos ver que el Programa de Dios es perfecto, tiene secuencia; y las cosas del Nuevo Testamento están basadas en el Antiguo Testamento. Por eso ustedes encontrarán a Cristo hablando cosas que, al ustedes buscar el Antiguo Testamento, ya habían sido habladas en el Antiguo Testamento.
Si ustedes buscan las bienaventuranzas, ustedes las encuentran en el Antiguo Testamento también: las encuentran en los salmos, en los proverbios y así por el estilo, y en diferentes profecías.
Por ejemplo: “Los mansos heredarán la Tierra”6, eso también había sido hablado en el Antiguo Testamento.
Y así por el estilo, ustedes encontrarán que el Nuevo Testamento da testimonio de lo que Dios había hablado en el Antiguo Testamento; y el Antiguo Testamento da testimonio de lo que Dios hablaría y haría en el Nuevo Testamento. ¿Ven? Están completamente unidos.
Y ahora, podemos ver que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento hay profecías para este Día Postrero en el cual nosotros estamos viviendo, y están habladas en parábolas, en proverbios y en diferentes formas, en tipos y figuras.
Pero la pregunta de los discípulos fue: “¿Por qué Tú les hablas por parábolas a la gente?”, Cristo les dijo: “Porque a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, mas a ellos no es concedido”.
Y ahora, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe, a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos correspondientes a la Edad de la Piedra Angular y a la Dispensación del Reino, y al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, y al Programa Divino correspondiente a la América Latina y al Caribe.
Todos esos misterios contenidos en el Lugar Santísimo y en el Templo espiritual de Cristo, en la parte del Lugar Santísimo, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, es concedido a vosotros conocerlos en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe.
Por eso es que Cristo por medio de Su Ángel Mensajero nos estaría dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y eso es lo que hemos estado teniendo por muchos años, más de veinte años.
Y por eso es que ya en la actualidad hemos obtenido el conocimiento de dónde está Jesucristo en Espíritu Santo manifestado, hablándole a Su Iglesia y cumpliendo una edad, la edad más importante, la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.
Hemos visto que estos misterios del Reino de los Cielos o del Reino de Dios, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo, correspondientes a este Día Postrero, vean ustedes, estaban en la parábola (por ejemplo) del trigo y la cizaña7, lo correspondiente al fin del siglo; también la parábola de la red8, lo correspondiente al fin del siglo, donde Él dice que enviará Sus Ángeles, ¿para qué tiempo? Para el fin del siglo.
La presencia del ministerio de Sus Ángeles es la señal más clara que hemos llegado al fin del siglo, o sea, la presencia de los ministerios de Moisés y Elías es la señal que hemos llegado al fin del siglo; y el recogimiento de los escogidos, del trigo, estaba prometido para ese tiempo.
Ahora, podemos ver también que el juicio divino está cerca, porque la cizaña será atada en manojos y será echada al horno de fuego para ser quemada; o sea que la señal del fin del siglo es la Venida de Sus Ángeles, la Venida de Moisés y Elías con esos ministerios siendo manifestados, y llamando y juntando a los escogidos con la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje del Evangelio del Reino.
Estos ministerios son los que llevan a cabo esa labor; son los ministerios que Jesucristo en Espíritu Santo manifiesta en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero; y manifiesta también el ministerio de Jesús por segunda vez, así como manifiesta el ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta vez.
Estos son misterios del Reino de los Cielos, del Reino de Dios, para ser revelados, para ser abiertos, a los escogidos de Dios en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe.
Y por eso es que estos misterios han estado siendo abiertos por todos estos años que han estado transcurriendo.
Y cada día Cristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero nos da más y más Luz; como hace el sol en la mañana, que nos da un poquito de luz cuando está amaneciendo, y podemos ver alguna cosa, y decimos: “Yo veo esto en esto que estoy viendo, en este objeto”; y luego, a la hora, lo miramos de nuevo y hay más luz, y lo vemos más claro, y podemos ver otros detalles; y pasa otra hora más, lo miramos de nuevo, y está siendo alumbrado con más luz del sol, y podemos ver más detalles, y podemos ver todos los ángulos, todos los lados, de eso que estamos mirando.
Y así es en cuanto a cada tema bíblico correspondiente al Día Postrero: a medida que va subiendo el día, a medida que va esclareciendo el séptimo día milenial, o sea, el séptimo milenio, que es el Día Postrero delante de Dios, vamos viendo todos estos temas proféticos correspondientes al Día Postrero, los vamos viendo con más luz; y vamos viendo más detalles de cada uno de estos temas, los cuales fueron hablados en parábolas y en proverbios y en diferentes profecías en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento.
Miren cómo Cristo, cuando habló de la Venida del Hijo del Hombre, lo habló con diferentes parábolas, lo habló en diferentes formas; o sea que en cada una de las formas que Él usó para hablar de la Segunda Venida de Cristo, Él estaba enfocando cierto ángulo de la Venida de Cristo. Y para poder comprender plenamente la Segunda Venida de Cristo, tenemos que entender todos esos diferentes ángulos presentados en diferentes parábolas y diferentes profecías.
Por ejemplo, la Segunda Venida de Cristo presentada con el nacimiento del Sol de Justicia de Malaquías, capítulo 4, verso 2; y la Segunda Venida de Cristo con Su rostro como el sol. Vean, todo eso tiene un significado. Por lo tanto, hay que verlo desde el punto de vista de lo que representa el sol: el sol, siendo el astro rey, representa la Segunda Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores; ese es un ángulo de la Segunda Venida de Cristo.
Y así por el estilo, podemos buscar todas las profecías correspondientes a la Segunda Venida de Cristo y las diferentes formas proféticas simbólicas utilizadas, y podemos ver así lo que significa cada uno de esos símbolos, cada una de esas parábolas, y así tener un cuadro claro de lo que es la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles en el Día Postrero.
Bueno, continuaremos en las próximas conferencias hablando de estos misterios del Reino de Dios, del Reino de los Cielos; y ustedes las estarán escuchando por video; pero las estarán escuchando y van a estar obteniendo cada día un cuadro más y más claro de lo que es la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles, llamando y juntando a Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino y Día Postrero, y territorio de la América Latina y el Caribe.
¿Dónde están los que verían estas profecías siendo cumplidas en el Día Postrero? ¡Aquí estamos! Aquí hay un grupo, en Lima, Perú, y también en toda la República del Perú y en todas las naciones latinoamericanas y caribeñas. En cada nación hay un grupo de personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, que verían el cumplimiento de estas profecías en el Día Postrero, y verían el significado de todas estas profecías; porque todo sería revelado a ellos, y los entendidos entenderían.
¿Y dónde están esos entendidos? Aquí estamos; ¿y en qué edad? En la Edad de la Piedra Angular; ¿y en qué dispensación? En la Dispensación del Reino; ¿y en qué día? En el Día Postrero, el Día del Señor, el séptimo milenio.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de los misterios del Reino de Dios. Y el Reino de Dios o Reino de los Cielos aquí es la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea que son los misterios de la Iglesia del Señor Jesucristo.
LOS MISTERIOS DEL REINO DE LOS CIELOS EN LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.
Bueno, ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de los misterios del Reino de los Cielos, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Es un misterio la Iglesia del Señor Jesucristo; pero vean cómo ese misterio ha estado siendo abierto a todos los escogidos de Dios, de edad en edad; y en este tiempo queda abierto plenamente.
Que Dios les bendiga, que Dios les guarde; muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes y televidentes; y continúen pasando un tiempo lleno de las bendiciones de nuestro amado Salvador Jesucristo; y pasen todos muy buenas noches.
“LOS MISTERIOS DEL REINO DE LOS CIELOS SIENDO REVELADOS A LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO”.
[Revisión enero 2022]
1 San Mateo 24:36, San Marcos 13:32
2 Proverbios 10:22
3 San Mateo 6:33
4 San Juan 10:16
5 Éxodo 23:21
6 Salmos 37:11, San Mateo 5:5
7 San Mateo 13:24-30; 13:36-43
8 San Mateo 13:47-50