Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo.
Nuestro tema para esta ocasión es: “EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
Para eso vamos a leer la Escritura de Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, donde Jesucristo dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Que Dios bendiga nuestros corazones con Su Palabra y nos permita entenderla.
“EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
Para poder comprender nuestro tema necesitamos conocer cómo Dios a través de las edades y dispensaciones siempre ha enviado un profeta mensajero, y a ese profeta ha venido la Palabra de Dios en el tiempo en que Dios lo ha enviado; y ese ha sido la Voz de Dios, la boca de Dios, para todo el pueblo de Dios; porque Dios coloca Su Palabra en la boca del profeta mensajero que Él envía en cada tiempo, para cada edad y para cada dispensación.
Y siempre esa manifestación de Dios para ese tiempo viene por medio de ese profeta, y es una manifestación de Dios en simplicidad, a través de un velo de carne sencillo, en el cual está Dios manifestado en Espíritu Santo; y coloca Su Palabra en ese hombre, y ese hombre habla esa Palabra ungido por el Espíritu de Dios.
Dice Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 en adelante:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea (o sea, en el monte Sinaí), diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (o sea, como Moisés); y pondré mis palabras en su boca (¿Dónde coloca Dios Sus palabras? En la boca del profeta que Él envía), y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
En el libro de los Hechos, capítulo 3, verso 18 al 23, dice: “Yo le desarraigaré del pueblo”. O sea que pierde todo derecho a ser parte del pueblo de Dios, y por consiguiente de la vida eterna.
Ahora, vean cómo también nos dice el apóstol San Pedro en su segunda carta, nos habla de la siguiente manera. Vamos a ver qué capítulo es… Primera carta de Pedro, capítulo 1, verso 10 al 12, dice:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”.
Ahora, vean cómo San Pedro nos dice que los profetas del Antiguo Testamento profetizaron ¿cómo? Dice:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros (dice), inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos…”.
En ellos estaba el Espíritu de Cristo, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos.
Ahora, vean ustedes cómo el Espíritu de Cristo que estaba en los profetas se manifestaba por medio de ellos, le hablaba al pueblo por medio de Sus profetas, porque colocaba Su Palabra en la boca de Sus profetas; porque el Espíritu de Dios, para hablarle al pueblo, necesita tener un velo de carne que le hable al pueblo en el idioma de ese pueblo, en el idioma humano, en el idioma terrenal. Y Dios levanta siempre el profeta para el pueblo de en medio del mismo pueblo que habla su propio idioma.
Y por eso es que encontramos que en medio del pueblo hebreo Dios levantó profetas de edad en edad; y estuvo el Espíritu de Dios, el Espíritu de Jesucristo, en esos profetas, en la porción correspondiente a cada edad, en el cumplimiento de la promesa de cada edad; y encontramos que ellos vinieron a ser la Luz de Dios manifestada en cada edad.
Por eso Jesús habla acerca de Juan el Bautista, y dice que Juan el Bautista era antorcha que ardía, o sea, una lámpara que estaba encendida alumbrando a la gente. Y Jesús dice: “Y ustedes quisieron caminar (¿a qué?) a su Luz”1. Quisieron caminar a la Luz de Juan el Bautista, y entender la Escritura conforme a como Juan el Bautista la estaba enseñando; porque a la Luz de Juan el Bautista las personas estaban creyendo en Dios, los que estaban recibiendo a Juan; y estaban viendo las cosas como Juan las estaba mostrando, con esa Luz de Dios manifestada en él.
Juan fue aquel Elías que había de venir para precursar la Primera Venida de Cristo, y por eso hubo Luz allí, en medio del pueblo hebreo, con la venida de Juan el Bautista; el cual fue el profeta mensajero de la séptima etapa o edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley; él fue la séptima lámpara del candelabro de la Iglesia hebrea correspondiente a esa etapa de ese tiempo.
Pero ahora Jesús dice: “Mas yo tengo mayor testimonio que Juan”; porque Jesús, siendo la Luz del mundo, pues tenía más Luz que Juan; por lo tanto, tenía mayor testimonio que Juan.
Juan fue la Luz, la lámpara encendida (séptima) del candelabro, de la séptima etapa o edad de la Iglesia hebrea, que alumbró al pueblo hebreo que le recibió.
Pero ahora Cristo, siendo la Luz del mundo, no alumbraría solamente en medio del pueblo hebreo, sino en el mundo entero, siendo Él la Luz no solamente de Israel, sino del mundo.
Y vean ustedes cómo la Luz del mundo, la Luz de Dios, viene manifestada, y alumbra a todo el que tiene que alumbrar cuando esa Luz viene en carne humana y cumple el propósito de Su Venida.
Cuando se manifiesta en carne humana, cuando se cumple esa promesa, ahí está la Luz para esa edad o para esa dispensación, y para ese pueblo que tiene la promesa de esa Luz para ser manifestada.
Ahora, vean cómo Dios estuvo hablando por medio de Sus profetas; lo dice Dios por medio del profeta Zacarías, en el capítulo 7, verso 11 al 12; y así fue como Dios estuvo alumbrando al pueblo hebreo de edad en edad. Dice:
“Pero no quisieron escuchar (¿Quién? El pueblo hebreo), antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros…”.
Dios enviaba por Su Espíritu —por el Espíritu Santo— toda esta Palabra a través de los profetas de Dios, pero el pueblo hebreo no quiso oír la Voz de Dios por medio de los profetas de Dios.
En Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo…”.
Vean, el mismo Dios que habló por medio de los profetas al pueblo hebreo, ahora dice San Pablo:
“… en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo…”.
Y ya han trascurrido dos mil años que Dios habló por medio del Hijo en medio del pueblo hebreo, en donde el Espíritu de Dios estaba en carne humana manifestado en este joven carpintero de Nazaret llamado Jesús.
Allí Dios estaba hablando por medio de Su Hijo al pueblo hebreo en los postreros días. Y ya han transcurrido dos mil años y todavía estamos en los postreros días; porque los postreros días delante de Dios, para los seres humanos son tres mil años, o sea que son tres días (que consta, cada día, de mil años); porque San Pedro, en el capítulo 3 de Segunda de Pedro, verso 8, nos dice que “un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”; y el Salmo 90, verso 4, del profeta Moisés, nos dice lo mismo: da testimonio de que un día delante de Dios es como mil años para nosotros.
Ahora, podemos comprender qué son los días postreros. Los días postreros delante de Dios, para los seres humanos son tres milenios: el quinto milenio (que comenzó cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de edad), el sexto milenio y el séptimo milenio. Y ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá; por lo tanto, ya estamos en el séptimo milenio, que es el Día Postrero, y también es llamado el Día del Señor.
Ahora, vean cómo el Día Postrero del cual habló Jesucristo en San Juan, capítulo 6 y versos 39 al 40, vean ustedes, ese Día Postrero, vean ustedes cómo era el séptimo milenio, porque es ese Día Postrero delante de Dios. Dice San Juan, capítulo 6, verso 39 al 40:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.
¿Para cuándo Cristo dice que la voluntad del Padre será manifestada en la resurrección de los muertos en Cristo? Para el Día Postrero. Jesucristo cumplirá la voluntad del Padre, con relación a los muertos en Cristo, resucitándolos en el Día Postrero.
Sigue diciendo:
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.
Vean cómo nuevamente Jesús dice: “… y yo le resucitaré en el día postrero”.
Y si continuamos leyendo todo ese capítulo 6, encontraremos dos lugares más donde Él dice: “… y yo le resucitaré en el día postrero”.
Así que queda establecido por Cristo que la resurrección Él la llevará a cabo para los santos que han partido, la llevará a cabo ¿para qué tiempo? Para el Día Postrero, o sea, para el séptimo milenio.
Por eso, aunque la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado esperando la resurrección de los creyentes que han partido durante este tiempo pasado, durante estos dos mil años, la resurrección no se efectuó durante estos dos mil años que han transcurrido de los santos del Nuevo Testamento, porque Cristo prometió que sería para el Día Postrero, para el séptimo milenio.
Ahora, ¿en qué año del Día Postrero?, ¿en qué año del séptimo milenio? Eso lo hemos de saber cuando Jesucristo resucite a los santos del Nuevo Testamento; y luego nosotros los que vivimos seremos (¿qué?) transformados.
Por lo tanto, la transformación nuestra también es para el Día Postrero, como la resurrección de los muertos en Cristo; porque primero es la resurrección de los muertos en Cristo y después la transformación de nosotros los que vivimos.
Y ahora, vean cómo Cristo hizo esta promesa y la cumplirá en el séptimo milenio, que es el Día Postrero.
Pero, ¿y qué ha estado haciendo Cristo durante todo este tiempo de los dos primeros días postreros? Pues ha estado en el Cielo haciendo intercesión en el Lugar Santísimo, sobre el Propiciatorio; y ha estado llamando y juntando a Sus escogidos de sus diferentes etapas o edades, durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, por medio de cada ángel mensajero de cada edad, en los cuales ha estado el Espíritu de Jesucristo llamando y juntando a Sus ovejas como Él prometió en San Juan, capítulo 10 y versos 14 al 16, donde dijo:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil…”.
Esos son los gentiles, los escogidos de entre los gentiles, los cuales vendrán a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo en la edad que a cada uno le toque vivir; son los que vendrán a formar parte de este Cuerpo Místico de creyentes. Dice:
“… aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
Oirán Su Voz. ¿Cómo oirán la Voz de Cristo? Por medio del ángel mensajero de cada etapa donde Cristo pone Su Palabra; y ese mensajero habla esa Palabra, y son llamadas las ovejas de Cristo, los escogidos de Dios, de edad en edad; pues esos mensajeros hablan inspirados por el Espíritu de Jesucristo, las palabras que Jesucristo coloca en su boca y en su corazón.
Y por eso es que de edad en edad han estado viniendo al Cuerpo Místico de Cristo los escogidos de Dios, que son las ovejas del Señor Jesucristo que el Padre le dio. Están viniendo al Cuerpo Místico de Cristo, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Redil del Buen Pastor; y ahí Él las pastorea con Su Palabra, por medio del ángel mensajero de cada edad, en la edad que les toca vivir a las ovejas de cada tiempo, de cada edad.
Y ahora, vean cómo es el Buen Pastor el que estaría llamando y juntando a Sus ovejas, hablándole a Sus ovejas directamente al alma, al corazón, y así llamándolas por medio del mensajero de cada etapa.
Y encontramos que de edad en edad hubo un territorio donde el llamado de Cristo, el Mensaje de Cristo, vino por medio del mensajero de cada edad; porque el mensajero de cada edad es la boca de Jesucristo, donde está la Palabra de Jesucristo, del Buen Pastor, llamando a Sus ovejas y colocándolas en Su Redil, que es el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, llamado también el Templo espiritual del Señor Jesucristo o Casa de Dios.
Ahora, vean cómo esto ha estado ocurriendo durante estos dos mil años que han transcurrido, durante estas siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Cristo estuvo manifestado en Espíritu Santo por medio de San Pablo, y San Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí”2.
Así fue con cada uno de los demás ángeles mensajeros también: con Ireneo, Martín, Colombo, Lutero, Wesley y William Marrion Branham. Cristo estuvo en ellos manifestado en Espíritu Santo, colocando Su Palabra en la boca de ellos, y ellos hablando esa Palabra inspirados, ungidos por el Espíritu Santo. Y las ovejas de Cristo escuchando esa Palabra en la edad que les tocó vivir, y siendo juntadas en el Redil del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, donde reciben a Cristo como su Salvador y luego reciben el Espíritu de Cristo; y así nacen en la Casa de Dios, en el Redil del Señor, como ovejas del Señor que reciben el nuevo nacimiento en la Casa de Dios, en el Redil del Buen Pastor.
Dice: “… y habrá un rebaño, y un pastor”.
Ese Rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, y ese Pastor es el Señor Jesucristo, manifestado de edad en edad por medio del ángel mensajero de cada edad, en el territorio en donde se cumple cada edad, y envía Dios Su mensajero para esa edad.
Luego que han transcurrido esas siete etapas o edades de la Iglesia gentil, ¿qué más Dios tiene para Sus ovejas para el tiempo final? Pues tiene el llamado final, porque cuando se habla del tiempo final, pues Dios tiene que cumplir todo lo que Él ha prometido para el tiempo final.
Por lo tanto, tiene que ser la Final Trompeta, el llamado final, el mensajero final, la manifestación final de Cristo, el pueblo final o últimos escogidos que estarán en la Tierra, los cuales escucharán la Trompeta Final, la Voz de Cristo hablando por Su último profeta mensajero, el cual estará en la Edad de la Piedra Angular y el cual es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y él viene con el Mensaje final, que es representado en la Trompeta Final, es simbolizado con la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, la cual Juan el apóstol escuchó en el Día del Señor. Dice San Juan de la siguiente manera, en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (¿En qué día estaba? En el Día del Señor, que es el Día Postrero, que es el séptimo milenio), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta…”.
¿Qué escuchó? No escuchó una trompeta, sino una voz, una voz de una persona como una gran voz de trompeta. Vamos a ver la Voz de quién es esta gran voz de trompeta o esta voz como de trompeta:
“… que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Es la Voz de Jesucristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, hablando por medio de Su profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, vamos a ver qué cosas estará hablando Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, vamos a ver qué cosas Cristo ha prometido darle a conocer a Su Iglesia en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. En Apocalipsis, capítulo 4, nuevamente Juan escucha esa Voz de Trompeta, o sea, la Voz de Cristo. Dice así: capítulo 4, verso 1 dice, de Apocalipsis:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta (aquí está la voz como de trompeta de nuevo), hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
¿Qué promete hablar esta Voz de Trompeta? Las cosas que han de suceder después de estas que ya han sucedido durante estos dos mil años que han transcurrido durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Ahora, Cristo con esa Voz de Trompeta va a mostrar a Su Iglesia las cosas que han de suceder aquí; y a medida que van siendo cumplidas, se las va identificando, dándoles testimonio de lo que se está cumpliendo en el Reino de Dios, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y así como habló por medio de siete ángeles mensajeros en las siete edades de la Iglesia gentil, estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular.
Por eso es que Cristo con Su Voz como una trompeta o como una gran voz de trompeta, promete dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Y donde esté Cristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino manifestado, en el hombre que esté manifestado, estará hablando con esa Gran Voz de Trompeta y estará mostrándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
O sea que tendrá un profeta mensajero ahí para estar manifestado en él, y por medio de él hablarle a Su Iglesia con esa Voz como una Gran Voz de Trompeta, y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder; así como le habló a Juan el apóstol, el cual es tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo con Sus ángeles mensajeros.
Y ahora, para el Día Postrero la Iglesia del Señor Jesucristo va a escuchar también la Voz de Jesucristo, así como la escuchó en cada edad por medio del ángel mensajero de cada edad.
Y ahora, vean ustedes cómo es que Cristo y por medio de quién es que Cristo en Espíritu Santo estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 6:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Por medio de quién son mostradas estas cosas que deben suceder pronto? Son mostradas a la Iglesia del Señor Jesucristo por medio del Ángel del Señor Jesucristo; porque en Su Ángel Mensajero estará Jesucristo en Espíritu Santo hablándole a Su Iglesia, así como estuvo en el mensajero de cada edad de las siete etapas de Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia en cada edad; ahora estará en el profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular en el Día Postrero, y estará hablando con esa Gran Voz de Trompeta.
O sea que estará hablando con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino todas estas cosas que deben suceder pronto; y estará revelándole a Su Iglesia el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero, estará dándole a conocer a Su Iglesia el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Porque así como Jesucristo vino manifestado en carne humana en cada ángel mensajero en cada edad, y por medio de cada ángel mensajero le habló a Su Iglesia, les habló a Sus hijos y les dio a conocer las cosas que ellos debían conocer en ese tiempo… Y ahora, para el Día Postrero, la Venida de Cristo a Su Iglesia, así como en cada edad fue en el ángel mensajero de cada edad, para la Edad de la Piedra Angular será en Su Ángel Mensajero, en el Ángel que Él envía en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular. Dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Por medio de quién le muestra a Su Iglesia (y después al pueblo hebreo) todas estas cosas que deben suceder pronto? Por medio de Su Ángel Mensajero. Porque en Su Ángel Mensajero es que Jesucristo coloca Su Palabra, Su Mensaje de Gran Voz de Trompeta, Su Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, que Él prometió que nos daría a conocer.
Y nos dijo: “Sube acá”: sube a la Edad de la Piedra Angular, que es donde Él en el Día Postrero se encontraría en Su Ángel Mensajero hablándole a Su Iglesia y dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino.
Y ahora, vean cuál es el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo: es el Mensaje del Evangelio del Reino, representado en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, de la cual también el apóstol San Pablo estuvo hablando en Primera de Corintios, capítulo 15 y verso 49 en adelante, dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial (o sea, la imagen de Cristo; porque seremos a imagen y semejanza de Jesucristo)”.
Y cuando hemos creído en Cristo y hemos recibido Su Espíritu Santo: hemos recibido la imagen de Cristo, hemos recibido un cuerpo teofánico, que es la imagen de Cristo; porque la teofanía es la imagen de Cristo, la imagen de Dios.
Ahora, continúa diciéndonos:
“Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”.
O sea que no podemos continuar viviendo por toda la eternidad en estos cuerpos, sin estos cuerpos ponerse viejos, morirse y descomponerse estos cuerpos, porque son cuerpos corruptibles.
Ahora, San Pablo nos va a decir un misterio que nosotros debemos comprender; dice:
“He aquí, os digo un misterio (este es uno de los misterios del Reino de Dios): No todos dormiremos (o sea que no todos vamos a morir); pero todos seremos transformados…”.
O sea que todos tendremos un cuerpo eterno, y seremos a imagen y semejanza del Señor Jesucristo. Dice:
“… en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta (aquí está la Trompeta de nuevo); porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad (¿Para qué? Para poder vivir eternamente en ese cuerpo eterno que hemos de recibir)”.
Ahora, vean ustedes cómo San Pablo nos dice que ese gran evento (en el cual los muertos en Cristo resucitarán en un cuerpo eterno y nosotros los que vivimos seremos transformados), San Pablo dice que será para el tiempo en que la Trompeta Final haya sonado. Y Cristo dice que la resurrección es para el Día Postrero.
Así que la Trompeta Final, ¿en qué día sonaría? En el Día Postrero, en el Día del Señor, como la escuchó el apóstol San Juan en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11.
Y en Apocalipsis, capítulo 4, la Voz de Cristo la escucha San Juan, y le dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Es el llamado de Cristo a Su Iglesia, representado, reflejado, en el llamado que Cristo le hizo a Juan en el capítulo 4 para subir arriba.
Y ahora la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Día Postrero, escucha ese llamado y sube a la Edad de la Piedra Angular, donde estará viendo todo lo que Juan vio en el Cielo cuando subió al Cielo y vio en el Templo que está en el Cielo, en el Lugar Santísimo, a Dios sentado en Su Trono; y lo vio con el Librito de los Siete Sellos en Su diestra.
Y ahora, todo esto se tiene que materializar en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular. Por eso la invitación es a subir a la Edad de la Piedra Angular, donde todos escucharemos la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta; o sea, escucharemos la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en la predicación del Evangelio del Reino, dándonos a conocer todas esas cosas que deben suceder pronto.
Es por medio de Su Ángel Mensajero (como dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 6) que todas estas cosas son dadas a conocer a los siervos de Dios; a la Iglesia del Señor Jesucristo primeramente, y luego al pueblo hebreo.
Ahora, vean cómo esta Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, es el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo en el Día Postrero.
Vean EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DEL SEÑOR JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD.
Un Mensaje tan grande y poderoso como el Mensaje del Evangelio del Reino, representado en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, y también representado en la trompeta del año del jubileo, viene siendo manifestado en forma sencilla; para —con ese Mensaje— Cristo por medio de Su Ángel Mensajero llamar y juntar a Sus escogidos, y darles a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en el séptimo milenio, que es el Día del Señor.
Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, pues ya estamos en el séptimo milenio; por lo tanto, las promesas para el séptimo milenio, Cristo tiene que estar cumpliéndolas ya, cada una en su debido momento. Y para darnos a conocer todas estas promesas y el cumplimiento de ellas a medida que van siendo cumplidas, Jesucristo dice en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Con qué? Con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es la Trompeta de Dios sonando en el Día Postrero y proclamando todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Y a medida que van sucediendo, van siendo identificadas por Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero; y así es como conoceríamos el misterio de la Segunda Venida de Cristo siendo cumplido en el Día Postrero, en el Día del Señor, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular.
Porque, así como vino Cristo en Espíritu Santo a Su Iglesia en cada edad, velado y revelado en el ángel mensajero de cada edad, Su Venida para el Día Postrero, para Su Iglesia, es en el Ángel del Señor Jesucristo, donde viene velado y revelado, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Viene con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, dándonos a conocer todos estos misterios del Reino de Dios prometidos para ser cumplidos en el Día Postrero.
Vean EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD.
Es el Mensaje más grande de todos los Mensajes que han predicado los profetas de Dios del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento. Y es un Mensaje dispensacional: es el Mensaje de la Dispensación del Reino, con el cual toda la Tierra con sus habitantes será llena del conocimiento de la gloria de Jehová en la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular.
Y con ese Mensaje del Evangelio del Reino la humanidad será llena del conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; porque esa es la Venida de Cristo en gloria, prometida para ser cumplida en el Día Postrero.
Y con el conocimiento de Su Venida, de la Venida del Hijo del Hombre en la gloria de Su Padre, será llena toda la Tierra con todos sus habitantes; por medio de la enseñanza de Su Venida a través del Mensaje del Evangelio del Reino.
Para eso es el Evangelio del Reino viniendo a la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero: para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en la Dispensación del Reino y Edad de la Piedra Angular.
Y no hay forma de conocer estos misterios, sino por medio del Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo en el Día Postrero siendo manifestado en simplicidad.
Todo sería sencillo; y por eso es que Dios tendría un pueblo sencillo que escucharía la Voz de Cristo, la Voz del Buen Pastor, y serían llamados y juntados en el Redil del Señor, en el Día Postrero; serían juntados en el Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Y así como se cumplió cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo durante estos dos mil años que ya han pasado, y hubo un territorio donde se cumplió, y un mensajero en el cual estuvo Cristo; para el Día Postrero Cristo tendría un mensajero: Su Ángel Mensajero; Cristo tendría una edad: la Edad de la Piedra Angular; Cristo tendría una dispensación: la Dispensación del Reino; y Cristo tendría un territorio: la América Latina y el Caribe; y Cristo tendría un pueblo: el pueblo latinoamericano y caribeño.
Vean ustedes la simplicidad del cumplimiento de estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero. Todo es en simplicidad, porque así Dios lo ha determinado desde antes de la fundación del mundo.
Las cosas grandes que Dios ha prometido, cuando han sido manifestadas, ha sido en simplicidad, por medio de un profeta sencillo que Dios ha enviado en medio de un pueblo sencillo, con un Mensaje sencillo.
Y aunque es un Mensaje importante, aunque es un Mensaje grande, es sencillo, porque es hablado en forma sencilla; no con términos que las personas no puedan comprender, sino con términos sencillos.
Miren, cuando vino Juan el Bautista y luego cuando vino Jesús, el Mensaje que ellos traían venía en forma tan sencilla, que usaban como tipo y figura de las cosas que ellos estaban hablando, usaban árboles, usaban el hacha; también usaban el simbolismo de las serpientes para hablar acerca de aquellas personas que no querían escuchar la Voz de Cristo.
Y luego también para representar la Crucifixión de Cristo: así como Moisés levantó una serpiente de bronce en el desierto, y toda persona que miraba a esa serpiente de bronce que estaba en una vara, levantada allá en el desierto… las personas que eran picadas por serpientes venenosas, miraban hacia esa serpiente de bronce y quedaban sanadas, quedaban sanas, no morían3.
¿Y qué poder había en esa serpiente de bronce? ¿Saben cuál era el poder de esa serpiente de bronce? El simbolismo que tenía, o sea, lo que representaba esa serpiente de bronce: representaba a Jesucristo tomando el juicio divino sobre Sí mismo y muriendo así en la Cruz del Calvario por nosotros4.
Y toda persona que viene a este mundo ha sido mordida por el pecado; el pecado, el cual en el Huerto del Edén lo causó la serpiente, en la cual estaba el diablo encarnado, la cual engañó a Eva. Y encontramos que el ser humano que viene a esta Tierra se encuentra mordido con una mordida venenosa, la mordida del pecado. Y así como la sentencia para una persona que es mordida por una serpiente venenosa, ¿cuál es? Muerte…; y la paga del pecado es muerte5.
Pero mirando a Jesucristo crucificado y lavando nuestros pecados en la Sangre del Cordero somos sanados, somos libres del pecado, somo libres del veneno del pecado; y ya no estamos sentenciados a muerte, sino estamos destinados a vivir eternamente. Porque “el que oye Mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida”, dice Cristo así en San Juan, capítulo 5, verso 24, y San Juan, capítulo 6, verso 40.
Ahora, vean cómo aquella serpiente de bronce levantada en una vara allá en el desierto representaba a Jesucristo muriendo en la Cruz del Calvario; porque el juicio que tenía que venir sobre nosotros (el juicio de la muerte), lo tomó Cristo y vino sobre Cristo. Y por eso, siendo que el bronce representa el juicio divino juzgado, encontramos que el juicio divino cayó sobre Jesucristo, fue juzgado para morir por nosotros, por causa de nuestros pecados.
Y ahora, vean la única forma de ser sanos de la mordedura del pecado, de la mordedura de la serpiente, y quitar el veneno del pecado, quitar el veneno que trajo la serpiente en el Huerto del Edén, vean ustedes, la única forma es mirando a Jesucristo crucificado, y lavando nuestros pecados en la Sangre del Cordero de Dios, Jesucristo.
Por eso aquella serpiente de bronce era efectiva para el pueblo hebreo, porque era el tipo y figura de Jesucristo muriendo en la Cruz del Calvario. Y si el tipo y figura era efectivo para librar de la muerte a aquellos que habían sido mordidos por las serpientes venenosas, ¡cuánto más Jesucristo es efectivo para no morir nosotros!, sino vivir eternamente.
Ahora, hemos visto ese simbolismo que fue colocado allá en el Antiguo Testamento.
Ahora, vean cómo Cristo ha estado manifestado de edad en edad, el Cristo que fue crucificado y que resucitó al tercer día (o sea, el día domingo), luego de haber muerto el día viernes.
Y vean ustedes cómo Cristo ha estado manifestado de edad en edad, por medio del ángel mensajero de cada edad; y cuando han escuchado la Voz de Cristo en cada edad han mirado a Jesucristo, han mirado a Jesucristo manifestado por medio del ángel mensajero de cada edad, y han mirado hacia la Cruz del Calvario para lavar sus pecados en la Sangre del Cordero, y así ser limpios de todo pecado; y así recibir luego el nuevo nacimiento, recibir el Espíritu Santo, y entrar al Cuerpo Místico de Jesucristo; y así estar en el Cuerpo Místico de Cristo con vida eterna, porque al recibir el Espíritu de Cristo ya hemos recibido vida eterna, y solamente nos falta el cambio de este cuerpo terrenal, ser cambiado este cuerpo mortal por un cuerpo inmortal.
Para los que murieron ya, para los que sus cuerpos mortales murieron, pues Cristo les dará un cuerpo nuevo, en el cual resucitarán; y para nosotros los que vivimos, si permanecemos vivos en este cuerpo mortal hasta que sean resucitados los santos del Nuevo Testamento, cuando los veamos seremos transformados.
Un cambio se operará en estos cuerpos mortales y seremos cambiados en nuestros átomos, y así tendremos un nuevo cuerpo; porque este cuerpo mortal será absorbido por el cuerpo inmortal, y así será que obtendremos el nuevo cuerpo.
Y esto ha sido prometido ¿para cuándo? Para el Día Postrero, y para la Trompeta postrera, o sea, para la Trompeta Final, para el tiempo en que la Trompeta Final haya sonado; y es la Trompeta del Evangelio del Reino sonando en el Día Postrero y dando Su Mensaje a todos los hijos de Dios, revelándole todas estas cosas que deben suceder pronto, mostrándole el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo.
Y así como vino Cristo en cada edad por medio de Su ángel mensajero de cada edad, en la Edad de la Piedra Angular viene por medio de Su Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es el Ángel del Señor Jesucristo; viene como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores, en Su Obra de Reclamo; y ahí le habla a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto: se las habla por medio de Su Ángel Mensajero, en el cual Cristo estaría velado y revelado en el Día Postrero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Ahora, podemos ver lo grande o la grandeza del Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, pero también podemos ver la simplicidad, la sencillez en que este Mensaje del Evangelio del Reino vendría a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Hemos visto: “EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”, siendo traído en términos sencillos para que todos los escogidos de Dios lo puedan comprender.
Y aun los términos y símbolos, y sombras, tipos y figuras, que están en la Biblia, que para las personas son un poco difícil de comprender, Cristo por medio de Su Ángel las estará dando en forma simple, en forma sencilla, las simplificará para que las podamos entender. O sea que Cristo por medio de Su Ángel Mensajero nos hablará de esas cosas tan grandes, colocadas en símbolos apocalípticos y en los diferentes símbolos bíblicos que hablan de este tiempo, y Él nos explicará esos símbolos en forma tan sencilla que hasta los niños lo entenderán.
Porque el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo viene en simplicidad, en sencillez, en este Día Postrero; y el pueblo que lo recibirá también será un pueblo sencillo. Porque si Dios envía Su Mensaje por medio de Su Ángel Mensajero en una forma complicada, los hijos e hijas de Dios, las personas sencillas no lo podrían comprender; tendrían que ir a la universidad y luego al seminario a estudiar, y obtener un título en teología para poder comprender un mensaje complicado; pero por cuánto viene en forma sencilla, hasta los niños, sin todavía ir a la escuela, lo pueden entender.
Como fue en la Primera Venida de Cristo, el cual, cuando entró a Jerusalén en Su entrada triunfal, estaban cantando: “¡Hosanna al que viene en el Nombre del Señor! ¡Bendito el Rey que viene en el Nombre del Señor! ¡Bendito el Reino de David que viene!”, y estaban cantando todas estas cosas, y decían: “¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!”, hablando acerca de Jesucristo6.
Vean, tenían el conocimiento de la Venida del Mesías, de la Venida del Rey de Israel. Aquellos niños que estaban proclamando estas cosas, vean ustedes, entendían, conocían la Primera Venida de Cristo; y sin embargo, los doctores en divinidad, en teología, como el sumo sacerdote y los miembros del Concilio del Sanedrín, que eran teólogos también, eran personas bien instruidas, eran sabios de la religión hebrea, vean ustedes, no comprendieron la Primera Venida de Cristo; porque fue manifestada ¿cómo? En simplicidad.
En una forma sencilla fue cumplida la Primera Venida del Mesías, y vino con un Mensaje sencillo, el cual no pudo ser comprendido por aquellos doctores en teología, pues ellos esperaban un mensaje complicado, en términos allá teológicos; y vino en términos de árboles, de hacha, de trigo, de cizaña, de horno de fuego, de trompeta o gran voz de trompeta, de ángeles, de nubes y todas esas cosas.
Vean ustedes en la forma tan sencilla que vino el Mensaje en la Primera Venida de Cristo. Y los sencillos lo entendieron. Y los complicados, con grandes conocimientos teológicos, tuvieron mucho problema con ese Mensaje y con ese joven de Nazaret llamado Jesús, en el cual se estaba cumpliendo la Primera Venida del Mesías, la cual estaba prometida para ser cumplida en medio del pueblo hebreo.
Dios cumplió todas las promesas correspondientes a la Primera Venida del Mesías en la persona de un sencillo carpintero de Nazaret.
¿Quién se iba a imaginar que un obrero de la construcción sería el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías, del Rey de Israel? El pueblo hebreo estaba esperando un rey, y le vino un carpintero. Pero ese carpintero era el Rey de reyes y Señor de Señores, el Rey de la séptima dimensión, el Rey de la sexta dimensión y el Rey de esta dimensión también.
Ahora, podemos ver cómo Dios cumple estas promesas mesiánicas en forma sencilla; es Dios siempre en simplicidad.
Bien dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que todo sería sencillo en cuanto al cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo, en cuanto al cumplimiento del Séptimo Sello; y dijo que sería como el nacimiento de Juan el Bautista y del Señor Jesucristo allá en un pesebre. Él dijo: “Si no vigilamos, nos pasará por encima”7, porque será en simplicidad; será Dios manifestado en simplicidad, cumpliendo la promesa de la Venida del Señor como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores, en Su Obra de Reclamo.
Por eso es que cuando Juan el apóstol estaba llorando, y el anciano le dijo: “Juan: No llores. He aquí el León de la tribu de Judá, el cual ha vencido para abrir el Libro y desatar sus siete Sellos”8, el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido; y cuando Juan miró para ver un León, vio un Cordero. Eso es Dios en simplicidad. Un León viniendo tan manso como un Corderito.
Ahora, vean cómo Juan tuvo esta experiencia, y él vio al León de la tribu de Judá como un Cordero; porque Juan había conocido a Jesús (que es el León de la tribu de Judá y es también el Cordero de Dios), lo había conocido como el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo; y lo quitó cuando murió en la Cruz del Calvario. Así fue que Juan el Bautista presentó la Primera Venida de Cristo9. Pero ahora, vean cómo el anciano le presentó a Juan la Segunda Venida de Cristo: como el León de la tribu de Judá.
Y ahora, vean cómo para el Día Postrero el precursor de la Segunda Venida de Cristo le prepara el camino a Cristo, al Ángel del Pacto, para venir como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; así es como dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que vendría Cristo en el Día Postrero.
Es Jesucristo viniendo en Espíritu Santo a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en el Día Postrero, y velándose y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero, y hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta, o sea, con la Trompeta del Evangelio del Reino, a través de Su Ángel Mensajero, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
El Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo. Pero el Señor Jesucristo en Espíritu Santo, así como estuvo en cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia gentil, estaría en Su Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino velado y revelado, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y cumpliendo todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Vean cómo viene en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, velado y revelado en Su Ángel Mensajero. Y el Mensaje de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero abre este misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, viniendo a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, así como vino a Su Iglesia en las edades pasadas velado y revelado en el ángel mensajero de cada edad.
O sea que Cristo reflejó allí, en cada ángel mensajero, Su Venida correspondiente al Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero. Allí estaba reflejándose en cada ángel mensajero de cada edad, para luego en el Día Postrero venir en Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular.
Y por medio del Mensaje que Cristo estará colocando en Su Ángel Mensajero, en el corazón y en la boca de Su Ángel Mensajero, será que la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrá el conocimiento de todos estos misterios: de la Venida de Cristo con Sus Ángeles a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, velado y revelado en y a través de Su Ángel Mensajero.
Ese es el misterio del Ángel del Señor Jesucristo. Y el misterio del Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo en simplicidad, es que ese Mensaje es el Mensaje del Evangelio del Reino, que ese Mensaje es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, de la Trompeta Final, que dijo San Pablo y dijo el Señor Jesucristo.
El Señor Jesucristo habló de esta Trompeta, esta Gran Voz de Trompeta, en San Mateo 24, verso 31:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”.
Y también habló San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17; y también en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 50 al 55; y también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11 aparece esa Gran Voz de Trompeta; y en Apocalipsis capítulo 4, verso 1.
Y por eso es que el Ángel del Señor Jesucristo es enviado para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto, porque él tiene la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final; o sea que tiene la Voz de Cristo en este Día Postrero; porque él es la boca de Cristo, la Voz de Cristo en este Día Postrero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Juan quiso adorarlo porque vio a Cristo velado y revelado en él, hablándonos estas cosas que deben suceder pronto; pero él le dijo: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas. Adora a Dios”. De eso nos habla San Juan en Apocalipsis, capítulo 19, verso 9 al 10, y Apocalipsis, capítulo 22, verso 8 al 9.
Esto es así porque el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, enviado por Jesucristo con el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Hemos visto: “EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DEL SEÑOR JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
Es el Mensaje prometido para el Día Postrero, es el Mensaje prometido para la Dispensación del Reino y para la Edad de la Piedra Angular, para ser escuchado por todos los hijos e hijas de Dios. Y este es el Mensaje con el cual la humanidad será llena del conocimiento de la Segunda Venida de Cristo y todas las cosas que están ligadas a la Segunda Venida de Cristo.
El Mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.
Así que podemos ver lo grande que es el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo manifestado en simplicidad, en forma sencilla; pero había sido prometido ese Mensaje para ser predicado, para ser proclamado, en este Día Postrero.
Ese es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta: es la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, hablándole a Su Iglesia en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
“EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
Todo es simple, sencillo, en el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, que es el Mensaje de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero.
Ninguno vaya a complicar ese Mensaje. Mantengan ese Mensaje simple, sencillo, tal y como ha estado viniendo de parte de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero.
¿Y quiénes escucharían el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo en simplicidad? ¿Dónde están esas personas? ¡Aquí estamos!, en la América Latina y el Caribe; están aquí en México, en la República Mexicana, y en todos los países latinoamericanos y caribeños, recibiendo el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo en simplicidad.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto todos los escogidos que faltan de ser llamados y juntados reciban el Mensaje en simplicidad, y sean juntados en el Redil del Señor, en la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego todos seamos transformados y raptados, y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Ha sido para mí un privilegio estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.
Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Dios te bendiga, Miguel.
“EL MISTERIO DEL MENSAJE DEL ÁNGEL DE JESUCRISTO EN SIMPLICIDAD”.
[Revisión marzo 2022]
1 San Juan 5:35
2 Gálatas 2:20
3 Números 21:8-9
4 San Juan 3:14
5 Romanos 6:23
6 San Mateo 21:7-10, San Marcos 11:7-11, San Lucas 19:35-38, San Juan 12:12-14
7 Los Sellos, pág. 472
8 Apocalipsis 5:5
9 San Juan 1:31, 1:36