El misterio del cumplimiento de la profecía

Muy buenos días, “Cachorritos de León” y maestras de los cachorritos, y todos los presentes; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios con ustedes, cachorritos, y ver cómo Dios los ha tenido en cuenta a ustedes:

Están en Su Programa para —en este tiempo en que vivimos— poder ustedes ver, entender, el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo; como hubo niños que en el tiempo de Moisés y también en el tiempo de Jesús pudieron ver, pudieron comprender, el Programa Divino correspondiente al tiempo en que vivieron, y recibieron las bendiciones de Dios; y vean ustedes que ellos pudieron ver el cumplimiento de la profecía o de las profecías correspondientes al tiempo en que ellos vivieron.

Y vean ustedes cómo el Mensaje que ellos creyeron y por el cual ellos comprendieron las cosas que Dios estaba realizando, fue por medio del Mensaje que anunciaba aquellas cosas que estaban sucediendo; porque el Mensaje, vean ustedes, de una dispensación, gira alrededor del cumplimiento de la profecía correspondiente a ese tiempo. Y ese es el misterio del cumplimiento de la profecía en cada tiempo; y produce un Mensaje; y ese Mensaje es el que da a conocer el cumplimiento de esa profecía correspondiente a ese tiempo.

Vean ustedes, en el tiempo de Moisés hubo una profecía con relación al pueblo hebreo y la liberación del pueblo hebreo, la cual Dios le dio al profeta y patriarca Abraham; y cuando llegó el tiempo para el cumplimiento de esa profecía, allí estaba Moisés, y por medio de Moisés Dios estaba cumpliendo esa profecía y estaba libertando al pueblo hebreo. Era el cumplimiento de la profecía para el tiempo de Moisés, y trajo un Mensaje para el pueblo, el cual giró alrededor del cumplimiento de esa profecía.

Y ahora, vean cómo también así fue en el tiempo de Jesús: Estaba la profecía de la Venida del Mesías, y cuando se cumplía esa profecía, allí estaba Jesús, el cumplimiento de esa profecía; y Él estaba predicando acerca de todas esas profecías que hablaban acerca de la Venida del Mesías, y les estaba diciendo a ellos: “Hoy se ha cumplido esta Escritura, esta profecía, delante de ustedes”.

¿Ven cómo surge un Mensaje cuando la profecía es cumplida? Y ese es el Mensaje que enseña el cumplimiento de esa profecía, para que las personas en ese tiempo, al recibir ese Mensaje, puedan comprender el cumplimiento de la profecía y creer el cumplimiento de la profecía, y recibir así las bendiciones de Dios, las bendiciones que están reservadas por Dios para el cumplimiento de esa profecía.

¿Quiénes reciben esas bendiciones? Pues los que creen el cumplimiento de esa profecía.

En Segunda de Pedro, capítulo 1, verso 15 en adelante, dice:

“También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.

Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,

porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

Ahora, vean cómo es que ha venido esta Palabra profética de edad en edad y de dispensación en dispensación: por medio de los santos hombres de Dios que han hablado esa Palabra siendo inspirados por el Espíritu Santo, el cual ha colocado esa Palabra en la boca de esos profetas; y por eso esa es la Palabra de Dios colocada en la boca de ese profeta, como Dios había prometido por medio del profeta Moisés en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, cuando dijo:

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis (¿Y por qué Dios dice, Dios ordena, que lo escuchen a él, a ese profeta? Vamos a ver por qué. Dice);

conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (o sea, como Moisés); y pondré mis palabras en su boca (¿Dónde Dios coloca Sus palabras? En la boca del profeta que Él levanta en medio del pueblo), y él les hablará todo lo que yo le mandare”.

¿Qué hablará ese profeta? Todo lo que Dios le mande; y Dios lo colocará en su corazón y en su boca para que lo hable al pueblo de Dios; y por consiguiente esa es la Palabra de Dios. Y por eso la Palabra profética ha venido por medio de estos profetas en donde Dios ha colocado Su Palabra. Y Dios dice: “A él oíd”.

Y ahora vean cómo todas las cosas que Dios estaría haciendo ya han sido habladas por medio de los profetas de Dios. Porque la Palabra de Dios, vean ustedes, anuncia las cosas que han de venir; las anuncia por medio de Sus profetas; o sea que todo lo que va a suceder, primero, vean ustedes cómo se encuentra: en la Palabra de Dios.

Viene de la Mente de Dios a la mente y el corazón del profeta, y el profeta lo habla; y se encuentra esa Palabra ya en la sexta dimensión.

Pero ¿de dónde vino? De la séptima dimensión, de la dimensión de Dios; pasa a la sexta dimensión, es hablada, y obtenemos el conocimiento de esa Palabra que está en la sexta dimensión, la obtenemos por medio de los profetas de Dios; y es escrita esa Palabra.

Luego esa Palabra pasa a esta dimensión terrenal al cumplirse, pasa en cuanto a su cumplimiento; y ahí tenemos la Palabra de Dios en cumplimiento. Y ahí es donde obtenemos el conocimiento del cumplimiento de esa Palabra, ahí es donde obtenemos el significado pleno de esa Palabra que había sido hablada, y ahí es donde nosotros podemos tener esa Palabra que teníamos en forma escrita, la podemos tener en la forma de su cumplimiento junto a la Palabra escrita.

Y así, vean ustedes, podemos tener la Palabra cumplida, hecha carne, como la tuvieron los discípulos de Jesucristo, los cuales tenían la Palabra escrita que decía que el Mesías vendría; pero vean ustedes, cuando vino, pues no solamente tenían la Palabra escrita, sino tenían la Palabra cumplida, tenían la Palabra hecha carne.

La Palabra que se había hecho letra, por medio de ser hablada por medio de los profetas, y luego ser escrita, ahora estaba hecha carne en la persona de Jesús.

Y ahora el beneficio de esa Palabra profética hecha carne iba a traer muchas bendiciones para los hijos de Dios; el beneficio sería: vida eterna para todos los hijos e hijas de Dios, todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.

Y ahora, vean ustedes cómo antes de la Palabra ser cumplida, antes de Dios cumplir Su Programa, primero lo tiene en Su Mente; por lo tanto está en la séptima dimensión, la dimensión de Dios.

Y luego pasa a la sexta dimensión, y se encuentra toda esa Palabra en Cristo, en el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, y es revelada a los profetas; y ya esa Palabra de la sexta dimensión, siendo revelada a los profetas, todavía permanece en la sexta dimensión; pero es escrito acá en la Tierra todo eso que está todavía en la sexta dimensión.

Esa Palabra se encuentra en la etapa de teofanía (la etapa de la teofanía, que es la etapa de la sexta dimensión); pero esa Palabra —que ya está en la sexta dimensión y que ha sido revelada a nosotros por medio de los profetas— se tiene que materializar, se tiene que cumplir; ya es una Palabra hablada, la cual tiene que ser cumplida.

Y cuando se cumple, pues tenemos aquí en la Tierra, en esta dimensión terrenal, el pensamiento divino que fue expresado por medio de Sus profetas; lo tenemos cumplido, y produce aquello que dice la Palabra escrita, produce aquello que iba a producir.

Vean ustedes cómo el beneficio y la Obra de esa Palabra prometida, se realiza, se lleva a cabo, cuando se hace carne, cuando se cumple esa Palabra aquí en la Tierra.

Y entonces, así como los discípulos de Jesucristo podían tener esa promesa que decía1: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y se llamará Emanuel su nombre (Emanuel significa: Dios con nosotros)”; cuando se cumplió esa promesa, y Jesús estaba con Sus discípulos, ellos tenían esa promesa, esa profecía, cumplida en medio de ellos; y por eso recibieron esas grandes bendiciones de parte de esa Palabra profética cumplida en carne humana en la persona de Jesús; y llevó a cabo la Obra de Redención como Cordero de Dios en la Cruz del Calvario, cuando esa Palabra profética de la Venida del Mesías se hizo carne en medio del pueblo hebreo en la persona de Jesús.

Es por medio del velo de carne en el cual se cumple, que produce aquello para lo cual Dios envió esa Palabra siendo hablada y luego siendo materializada en esta Tierra.

Vean ustedes, podían caminar Pedro, Jacobo y Juan, y los demás discípulos, podían caminar con el hijo de la virgen, con Jesús; y tenían (¿qué?) esa profecía, esa Palabra profética, la tenían en medio de ellos en carne humana, ¿ven? O sea, que ellos creían la Palabra profética, la cual se había hecho realidad, se había cumplido.

Pero vean ustedes, aquellas otras personas que decían: “Nosotros creemos lo que dice Dios aquí por medio de los profetas, creemos lo que dicen los salmos”, pero cuando se cumplió esa Palabra profética, decían que era Beelzebú, decían que tenía demonios2.

Pero Jesús decía: “Yo no tengo demonios, sino que no es como ustedes dicen. Yo honro a mi Padre celestial, yo hago la voluntad de mi Padre celestial, y ustedes me están deshonrando”3.

Ahora, vean ustedes cómo los que decían que creían la Palabra escrita, cuando se cumplió, no la quisieron creer cumplida; pero aquellos niños, humanamente hablando, porque no tenían una preparación teológica como los grandes doctores y sabios del pueblo hebreo, sabios en asuntos religiosos; ahora aquellos ignorantes (aparentemente ignorantes), pescadores: Pedro, Jacobo, Juan, y también Natanael y Felipe y todas estas personas (entre los cuales hubo pescadores, agricultores, y así por el estilo), encontramos que esas personas creyeron la Palabra que estaba escrita, la Palabra profética siendo cumplida en medio del pueblo hebreo. Y encontramos a Natanael diciéndole a Jesús4: “Tú eres el Cristo, Tú eres el Hijo del Dios viviente, Tú eres el Rey de Israel”.

Ahora, todo esto fue así porque se estaba cumpliendo en esas personas sencillas las palabras de Jesucristo. Vean ustedes, en el capítulo 28 de Isaías, verso 9, dice:

“¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?”.

Y ahora, en el capítulo 53 de Isaías, verso 1 en adelante, dice:

“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos (está hablando aquí del Mesías).

Ahora, ¿a quién se enseñará Ciencia, la Ciencia de Dios, con la cual se da a conocer el cumplimiento de la Venida del Mesías? ¿A quién se enseñará esta Ciencia?

¿Y quién ha creído en nuestro anuncio? ¿Quién ha creído, para el tiempo de la Venida del Mesías, el anuncio de la Primera Venida del Mesías? ¿Y sobre quién se manifestó el brazo de Jehová?

Ahora, en San Mateo, capítulo 11, verso 25 en adelante, dice:

“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Sí, Padre, porque así te agradó.

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.

Y ahora, podemos ver que Cristo predicando la Palabra estaba enseñando el misterio de la profecía cumplida en medio de ellos. La profecía de la Primera Venida del Mesías estaba cumplida en medio del pueblo hebreo como Cordero de Dios, y Cristo estaba enseñando que esa profecía estaba cumplida en Él [San Lucas 4:21]: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

¿Y a quién le estaba revelando estas cosas Él? A los niños. A personas que eran como niños, porque no tenían un conocimiento teológico como los grandes doctores de la Ley, como el sumo sacerdote y los miembros del Concilio del Sanedrín, y los sacerdotes del templo y de las diferentes sinagogas.

Vean, eran personas sencillas, eran personas como niños, que estaban obteniendo la revelación del Cielo por medio de la enseñanza de Jesucristo.

“Nadie sabe quién sea el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién sea el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”5. Y allí lo estaba revelando a esas personas.

También Cristo nos dice en el capítulo 13, verso 16 [San Mateo]:

“Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron”.

Vean, es que ellos estaban viendo y oyendo ¿qué? Estaban viendo el cumplimiento de la Palabra profética, estaban viendo el cumplimiento de la profecía de la Venida del Mesías para aquel tiempo.

¿Y estaban oyendo qué? Estaban oyendo el Mensaje de Jesucristo, que les mostraba el cumplimiento de esa profecía; estaban escuchando personalmente al Mesías dándoles testimonio de que en Él, en Jesús, estaban cumplidas esas profecías mesiánicas.

Allí estaba el cumplimiento de la profecía en medio del pueblo hebreo, y fueron bienaventurados aquellos que pudieron ver y oír estas cosas que estaban siendo cumplidas en medio del pueblo hebreo.

“Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen”. Eran los que estaban viendo el cumplimiento de la profecía mesiánica y estaban escuchando al Mesías dándoles a conocer estas cosas que debían suceder en aquel tiempo, las cuales ya estaban sucediendo en los días de los apóstoles.

Ahora, vean cómo también Cristo en el capítulo 13, verso 10 al 11, dice la Escritura [San Mateo]:

“Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron (a Jesús): ¿Por qué les hablas por parábolas?

Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”.

Por eso le hablaba al público en parábolas, pero a Sus discípulos les hablaba claramente.

Y ahora, vean ustedes cómo Cristo estuvo revelando a aquellas personas estas cosas que debían suceder en aquel tiempo en el cumplimiento de la profecía.

Y para este Día Postrero, ¿a quién se enseñará todo lo que debe suceder pronto, conforme a la Escritura (así como se enseñó a las personas sencillas todas aquellas cosas que debían suceder en aquel tiempo)?

¿Cómo fueron enseñadas? Por medio de la enseñanza de Jesús, que era el cumplimiento de aquellas profecías mesiánicas correspondientes a aquel tiempo.

O sea que Jesús trajo la enseñanza del cumplimiento de aquellas cosas que debían suceder. Él tenía la enseñanza para el pueblo, y les decía: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Y también les decía: “Si ustedes no creen que yo soy, en vuestros pecados moriréis”6.

Y para el Día Postrero, para el cumplimiento de estas cosas que deben suceder pronto, en donde Jesucristo estará en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, si no creen, pues pasarán por la gran tribulación y ahí morirán.

Ahora, EL MISTERIO DEL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA.

Vean cómo el cumplimiento de la profecía produce un Mensaje: el Mensaje que gira alrededor de esa o esas profecías siendo cumplidas en ese tiempo. Y por medio de ese Mensaje es que las personas pueden comprender la profecía cumplida en ese tiempo.

No hay otra forma para poder entender la profecía cumplida, a menos que sea por medio del Mensaje que brota del cumplimiento de esa profecía.

Y vean ustedes cómo en el cumplimiento de la profecía mesiánica de la Primera Venida de Cristo brotó el Mensaje del Evangelio de la Gracia; y es por medio del Mensaje del Evangelio de la Gracia que la humanidad puede obtener el misterio del cumplimiento de la profecía de la Primera Venida de Cristo, y recibir el beneficio de la Primera Venida de Cristo.

Cristo dio a conocer Su Venida, y Él fue el que trajo este Mensaje; y luego se ha distribuido, se ha extendido, de edad en edad, por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de cada ángel mensajero de cada edad. Y, en unión a ese mensajero, los ministros de cada edad han trabajado con ese mensajero para la extensión del Mensaje.

Y ahora para el Día Postrero: tenemos las profecías que hablan de las cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero; y el cumplimiento de estas profecías produce el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, de las cuales Cristo dijo7: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Y luego, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, obtenemos el conocimiento de estas cosas por medio del Mensaje que nos trae el Ángel del Señor Jesucristo; y dice: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

Por medio de Su Ángel Mensajero, Jesucristo nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero. Y a medida que van sucediendo, van siendo dadas a conocer como profecías ya cumplidas, de las cuales podemos obtener el beneficio que está prometido que obtendremos del cumplimiento de esas profecías.

Ahora, podemos ver el misterio del cumplimiento de la profecía; y podemos entonces obtener el conocimiento de ese misterio profético cumplido, y podemos obtener los beneficios prometidos para el cumplimiento de esa profecía en el tiempo final.

Así como hemos obtenido el beneficio del cumplimiento de la profecía mesiánica como Cordero de Dios; para el Día Postrero todos los escogidos de Dios obtendrán el beneficio de la profecía de la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Y por medio del Mensaje de la Segunda Venida de Cristo contenido en el Evangelio del Reino, obtenemos el conocimiento del cumplimiento de esta profecía, y obtenemos así el conocimiento que necesitamos para obtener el beneficio o los beneficios prometidos para el cumplimiento de esta profecía.

Y creyendo el cumplimiento de la profecía es que obtenemos los beneficios, es que obtenemos todas las bendiciones contenidas en esa profecía que tenía que ser cumplida.

Y ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DEL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA”, y hemos visto los beneficios que hay en el cumplimiento de esa profecía; hemos visto la forma en que entenderíamos el cumplimiento de esa profecía, y hemos visto la forma en que obtenemos los beneficios del cumplimiento de esa profecía.

Recibiendo y creyendo el cumplimiento de esa profecía, obtenemos las bendiciones que trae esa profecía siendo cumplida.

Así es como para este Día Postrero los escogidos de Dios, niños, jóvenes y adultos, obtendrán los beneficios del cumplimiento de la profecía de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, velándose y revelándose en y por medio de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.

Que Dios les bendiga, que Dios les guarde; y reciban el beneficio de la profecía cumplida.

Que Dios continúe bendiciéndoles grandemente, y que pronto todos sean transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero. Esto es para ustedes, niños, y también para ustedes, jóvenes, y también para todos ustedes, los adultos.

Así que vean ustedes, niños, que Dios no se olvidó de ustedes. Siempre Él ha tenido niños en cada edad y en cada dispensación, los cuales obtienen las bendiciones de Dios, porque Dios les permite entender el cumplimiento de la profecía correspondiente para ese tiempo; y esos niños lo creen con toda su alma y lo entienden, y ahí reciben las bendiciones de Dios.

Así son ustedes también, niños, en este tiempo final. Dios les ha permitido entender el cumplimiento de la profecía, para así recibir las bendiciones del cumplimiento de la profecía. Es Dios el que ha obrado con ustedes, niños, revelándole a ustedes, allá en lo profundo de sus almas, el cumplimiento de la profecía en este Día Postrero.

Así que, “Cachorritos de León”: Adelante sirviendo a Cristo y trabajando en Su Obra, y recibiendo las bendiciones de la profecía cumplida.

Dejo con ustedes nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte con ustedes aquí, “Cachorritos de León”.

Y Dios bendiga también a las maestras y maestros de los “Cachorritos de León”; y que Dios levante más maestras y maestros, tanto en la República Mexicana, como en toda la América Latina y el Caribe, para ayudar a estos niños que pertenecen al Reino de Dios en este Día Postrero, para que así puedan obtener más conocimiento de la profecía cumplida, y puedan recibir todas las bendiciones que Dios tiene en el cumplimiento de la profecía cumplida.

Y así estén listos para ser transformados y obtener el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para cada uno de ustedes, niños, y para los jóvenes, y para los adultos también, y para Miguel, y para mí también. Es una promesa para todos los escogidos de Dios: niños, jóvenes, adultos y ancianos también.

Así que Dios les bendiga, les guarde, y muchas gracias por la invitación que me hicieron para estar con ustedes aquí, y muchas gracias por vuestra amable atención. Dios les bendiga.

“EL MISTERIO DEL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA”.

[Hno. Miguel: ¿Cómo será llevar esa profecía cumplida hacia adelante?, con los que la llevan, William, con los que van llevando]

Dice que son benditos los pies de los que anuncian las Buenas Nuevas por los montes8.

Las Buenas Nuevas es la profecía cumplida.

Han sido bienaventurados los que han llevado las Buenas Nuevas de la Primera Venida de Cristo por el mundo entero. Y también serán bienaventurados en el Día Postrero los que también, en adición, estarán llevando las Buenas Nuevas de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Cuando una persona hace una labor, una obra, aquí en la Tierra, y ve que su obra es muy bonita…, pero luego ve que luego de pasar el tiempo desaparece su obra, pues se pone muy triste, porque la obra que hizo fue una obra temporal.

Pero cuando Dios nos habla de la Obra que llevamos a cabo en Su Reino, Él dice que el que trabaja, el que cosecha, el que recoge: para vida eterna recoge; o sea que el trabajo que se hace es para vida eterna; y las personas que son recogidas: son para vivir eternamente; por lo tanto el fruto de nuestro trabajo lo estaremos viendo por toda la eternidad.

“EL MISTERIO DEL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA”.

[Revisión marzo 2022]

1 San Mateo 1:23

2 Mt. 9:34, 12:24; Lc. 11:15; Jn. 8:52

3 San Juan 8:49

4 San Juan 1:49

5 San Mateo 11:27

6 San Juan 8:24

7 Apocalipsis 4:1

8 Isaías 52:7, Romanos 10:15

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