Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes, y radioyentes. Es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para hablarles sobre el tema: “EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”.
Este es el misterio más grande escondido en la Mente de Dios desde antes de la fundación del mundo, del cual Jesucristo dijo que ni los ángeles del Cielo sabían o conocían.
Pero este es el misterio que para el Día Postrero en el cual nosotros vivimos sería dado a conocer a los seres humanos, para así obtener las bendiciones de Jesucristo en Su Venida en este Día Postrero.
Quiero leer algunas Escrituras en San Mateo, capítulo 24, verso 27 en adelante, donde dice:
“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”.
Aquí nos habla de la Venida del Hijo del Hombre.
Luego, continúa hablándonos en San Mateo 24, verso 30 al 31, y dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”.
Amigos presentes y radioyentes, este tema: “LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”, contiene un misterio muy grande, el cual en tiempos pasados no fue dado a conocer a los seres humanos. Este misterio es el que en el Día Postrero se abriría, se daría a conocer a los seres humanos; y produciría el despertamiento espiritual más grande que el ser humano haya experimentado en su alma.
Este despertamiento es para este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, en donde entenderemos todas estas promesas correspondientes al Día Postrero; y veremos el misterio de la Venida del Hijo del Hombre en una forma sencilla, veremos este misterio siendo abierto en una forma sencilla; y estaremos disfrutando la bendición más grande del Reino de Dios que Él haya prometido para el Día Postrero.
Ahora, la Venida del Hijo del Hombre, vean ustedes, a través de la Escritura es la promesa más grande que Dios ha hecho para Su pueblo Israel y para Su Iglesia gentil.
Este misterio lo encontramos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento; porque en el Antiguo Testamento se profetizó más de la Segunda Venida de Cristo que de la Primera Venida de Cristo.
Ahora, vean cómo, así como Cristo en San Mateo 24, verso 30 al 31, nos dice que el Hijo del Hombre vendrá en las nubes y vendrá con poder y gloria; ahora aquí en Daniel, capítulo 7, verso 13, nos dice:
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”.
Aquí podemos ver la Venida del Hijo del Hombre también en las nubes; y Jesús dijo que el Hijo del Hombre será visto o vendrá en las nubes.
En los Evangelios cuando nos habla de esta misma profecía…; por ejemplo, en San Marcos, capítulo 13, verso 26, en adelante, nos dice: “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con poder y gloria. Y entonces enviará Sus Ángeles, y juntarán a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del Cielo hasta el otro”.
¿Qué estará aconteciendo cuando la señal del Hijo del Hombre sea vista en el cielo, y sea visto el Hijo del Hombre viniendo en una nube? Que ha llegado el tiempo para el llamado de los escogidos de Dios; en donde los escogidos serán llamados con Gran Voz de Trompeta, y serán reunidos, juntados, conforme a la promesa divina.
¿Quiénes son los escogidos de Dios? Los escogidos de Dios son las personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Ellos son los que, de edad en edad y de etapa en etapa, han creído en Cristo como Su Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo, y han recibido el Espíritu de Jesucristo; y por consiguiente, han nacido de nuevo; han nacido en el Reino de los Cielos, han nacido en la Iglesia del Señor Jesucristo, porque a la Iglesia del Señor Jesucristo se entra por el nuevo nacimiento.
Así que vean ustedes las promesas que hay para los escogidos de Dios para el Día Postrero: vendrá el llamado de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, llamando y juntando a todos los escogidos de Dios.
Y ahora, ¿dónde serán llamados y juntados los escogidos de Dios? En Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, dice el apóstol San Juan:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega? Es nuestro amado Señor Jesucristo; es la Voz de Jesucristo en el Día Postrero.
¿Y cuál es el Día Postrero? Ese es el séptimo milenio; “porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”, nos dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y también nos dice el profeta Moisés en el Salmo 90 y verso 4.
Ellos dicen que “un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”. Así que vean ustedes que cuando se habla del Día del Señor se está hablando de un día milenial, o sea, de un día compuesto por mil años para los seres humanos.
Y ahora podemos comprender por qué cuando Cristo estaba predicando habían comenzado ya los días postreros; pues San Pablo nos dice en su carta a los Hebreos, en el capítulo 1 y verso 1 en adelante:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.
San Pablo dice que Dios estaba hablando en los postreros días por medio ¿de quién? Por medio de Jesucristo, por medio del Hijo.
Y ya han transcurrido de Jesús hacia acá unos dos mil años y todavía estamos en los días postreros; porque los días postreros delante de Dios son: el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio. Y cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de edad comenzó el [quinto] milenio, y por consiguiente comenzaron los días postreros.
Y vean ustedes cómo durante estos días postreros Dios derramaría de Su Espíritu Santo; y el Día de Pentecostés comenzó a derramar de Su Espíritu Santo, y todavía está derramando de Su Espíritu Santo; porque es una promesa para los días postreros, o sea, para el quinto, sexto y séptimo milenio.
¿Y qué sucede cuando Dios derrama de Su Espíritu Santo sobre toda carne? Eso produce el nuevo nacimiento en la persona que recibe el Espíritu Santo; porque esa persona para recibir el Espíritu Santo cree en Jesucristo como su Salvador, y lava sus pecados en la Sangre del Cordero, y luego recibe el Espíritu de Cristo, y así nace de nuevo; y así nace dentro del Reino de los Cielos, o sea, nace o entra a la Iglesia del Señor Jesucristo. Esa labor la ha estado haciendo Cristo en medio de la raza humana en estos dos mil años que han transcurrido.
Y si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio, o sea, en el Día Postrero; y todavía sigue Jesucristo en Espíritu Santo llamando y juntando a Sus escogidos del Día Postrero, así como llamó y juntó a Sus escogidos de las edades pasadas.
Las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, juntamente con la Edad de la Piedra Angular, se encuentran en este diagrama en forma de una pirámide con diferentes secciones[1].
Y Cristo estuvo en Espíritu Santo manifestado en cada etapa de Su Iglesia, manifestado por medio de cada mensajero de cada edad, a través del cual habló, y llamó y juntó a Sus ovejas en Su Redil. Su Redil es Su Iglesia.
Y encontramos que de edad en edad, en el territorio correspondiente a cada edad, estaban los escogidos de cada edad; y el mensajero de cada edad fue enviado a ese territorio; y por medio de ese mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo estuvo manifestado cumpliendo la promesa de San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16, cuando dijo:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no son del pueblo hebreo, son de los gentiles o de los pueblos gentiles); aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
Dice que oirán Su Voz; pero Jesús, vean ustedes, se fue hace dos mil años aproximadamente, ascendió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios. ¿Cómo es posible que estarían escuchando la Voz de Cristo los escogidos, las ovejas de Jesucristo, entre los gentiles? Por medio de cada ángel mensajero que Él enviaría de edad en edad.
En cada ángel mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo estuvo manifestado; y para el Día Postrero estaría manifestado en Su Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino haciendo Su llamado final.
Por eso es que la promesa para el Día Postrero es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta; porque es el llamado final de Cristo por medio de carne humana, por medio de Su Ángel Mensajero, en este tiempo final; en donde Él con Su Mensaje del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, gira alrededor de la Venida del Hijo del Hombre; Él dándonos ese Mensaje, hablándonos ese Mensaje, revelándonos ese Mensaje, revelándonos ese misterio de la Venida del Hijo del Hombre, estaría llamando y juntando a todos los escogidos de Dios que viven en este Día Postrero.
Y ahora, así como cada etapa o edad, en la cual Cristo habló por medio de cada ángel mensajero, se cumplió en cierto territorio… Por ejemplo, la primera etapa o edad de la Iglesia gentil, donde Dios habló por medio del apóstol San Pablo, se cumplió en Asia Menor; y allá estaban los escogidos de Dios que escucharon la Voz de Cristo, y fueron llamados y juntados y colocados en el Redil del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Así también fue en la segunda etapa o edad. Estaban en Europa, allá, los escogidos; y Dios envió a Ireneo, e Ireneo tuvo su ministerio allá en Francia; y fueron llamados y juntados los escogidos de Dios de la segunda etapa o edad de la Iglesia gentil: escucharon la Voz de Cristo en el idioma de Ireneo.
Vean cómo Cristo ha venido de edad en edad hablando por medio del mensajero de cada edad, en el idioma del mensajero, a las ovejas que están en ese territorio donde Dios envía a ese mensajero. Vean cómo Cristo viene hablando en diferentes idiomas: de edad en edad usa el idioma del mensajero de cada edad.
Y ahora, vean, en Europa se cumplieron cinco etapas o cinco edades de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, que fue: la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta edad; para las cuales Dios envió a los mensajeros: Ireneo, Martín, Colombo, Lutero y Wesley.
Luego para cumplir la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil se movió Cristo en Espíritu Santo a Norteamérica, donde envió al reverendo William Marrion Branham; y por medio de él habló en inglés (en el inglés de Norteamérica), y llamó y junto a los escogidos de la séptima edad de la Iglesia gentil; y luego también estuvo aquí en esta brecha, entre la séptima edad y la Edad de la Piedra Angular, hablando ¿en qué idioma? Hablando en el idioma inglés de Norteamérica.
Y luego, para el llamado final, para el llamado de la Trompeta Final…; porque aquí sonaron las Trompetas, que es la Voz de Cristo, por medio de cada ángel mensajero. La Voz de Cristo está representada en una trompeta y también en un trueno o siete truenos.
Y ahora aquí, para el llamado del Día Postrero que corresponde a la Edad de la Piedra Angular, Cristo tendría a Su Ángel Mensajero, para por medio de él hablar en el idioma del Ángel Mensajero, y en el idioma de los escogidos del Día Postrero. Y esta es la Voz que escucha San Juan aquí en el Día del Señor, cuando dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (o sea, en el séptimo milenio que es el Día del Señor. Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta (o sea que no es una trompeta literal, sino una Voz como de trompeta),
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega? Nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, aquí en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, nos dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta (aquí tenemos la Voz de Cristo nuevamente como una trompeta), hablando conmigo, dijo: Sube acá…”.
¿A dónde hay que subir? “Sube acá”: A la Edad de la Piedra Angular; porque de edad en edad Cristo ha estado en cada edad manifestado en cada ángel mensajero, y aquí estaría en Su Ángel Mensajero manifestado.
Para oír la Voz de Cristo en la segunda edad, la persona tenía que subir a esa segunda edad: escuchar la Voz de Cristo por medio de Ireneo, que era el segundo ángel mensajero.
Pero ahora ya han transcurrido estas siete etapas o edades de la Iglesia gentil; y para oír la Voz de Cristo hablándonos en este Día Postrero, esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, tenemos que subir a la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Amor Divino, para escuchar la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero.
Y ahora, vamos a ver las cosas que Jesucristo, el Hijo del Hombre, estará hablándonos en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular. Dice… esta Voz dijo:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
Ahora, hay cosas que deben suceder en este tiempo final, además, en adición a las que ya sucedieron en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Esas cosas que deben suceder en este tiempo final, Cristo promete darlas a conocer a Sus hijos, los que suban a donde Él está en el Día Postrero, a la Edad de la Piedra Angular; donde Él está en el Día Postrero manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, hablándole a Su Iglesia en el idioma del Ángel Mensajero; ¿y en qué territorio? En el territorio donde Dios envía a Su Ángel Mensajero, así como los escogidos de Dios en cada edad estaban donde Dios envió a Su ángel mensajero de cada edad.
Y ahora, veamos aquí en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, aquí nos muestra por medio de quién es que vamos a escuchar y vamos a recibir el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto; aquí vamos a ver quién es el que nos dará a conocer todas estas cosas. Dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Qué viene haciendo este Ángel Mensajero de Jesucristo? Dando a conocer las cosas que deben suceder pronto, que son las cosas que Jesucristo dijo en el capítulo 4 que nos daría a conocer.
¿Y por qué Cristo dijo allá que las daría a conocer, y acá las da a conocer el Ángel del Señor Jesucristo? Porque es a través de Su Ángel Mensajero que Jesucristo estará manifestado en el Día Postrero y estará hablándole a Sus hijos, y dándoles a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ese Ángel Mensajero es un profeta, el profeta de la Dispensación del Reino, que es la séptima dispensación. Ese profeta viene con el Mensaje del Evangelio del Reino; y con ese Mensaje él revela el misterio de la Venida del Hijo del Hombre, y todas las cosas que deben suceder en este tiempo final.
El Mensaje del Evangelio del Reino, que es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, contiene la revelación de la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero con Sus Ángeles.
Y solamente por medio del Mensaje de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero es que se podrá comprender el misterio de la Venida del Hijo del Hombre, el misterio de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Solamente por medio de Su Ángel Mensajero es que la revelación de este misterio mayor será conocido.
Y para eso es que Jesús en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, nos dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿Cuál es o quién es el enviado de Jesucristo? El Ángel del Señor Jesucristo. ¿Y para qué? Para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, para así toda persona obtener el conocimiento del misterio de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles en el Día Postrero; y poder escuchar la Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así llamando y juntando a todos los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora hemos visto la forma en que Jesucristo estaría en el Día Postrero, en el séptimo milenio, manifestado, hablándole a Sus ovejas, llamando y juntando a Sus ovejas en Su Redil, o sea, en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia.
Ahora hemos visto por medio de quién Jesucristo estará cumpliendo Su promesa de darnos a conocer todas estas cosas, y cumpliendo Su promesa de Su Venida a Su Iglesia, a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; así como el misterio de la Venida y presencia de Cristo a Su Iglesia en cada edad fue por medio de cada ángel mensajero, por medio del cual estuvo velado y revelado hablándole a Su pueblo, a Sus ovejas, y llamándolas y juntándolas en Su Redil.
Y ahora el misterio aquí de Cristo es la Venida de Cristo en y a la Edad de la Piedra Angular, velándose y revelándose a través de Su Ángel Mensajero, y hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
Hemos visto este misterio de la Venida del Hijo del Hombre.
Ahora, el Ángel del Señor Jesucristo no es el Hijo del Hombre; el Ángel del Señor Jesucristo es el profeta mensajero del Señor Jesucristo, a través del cual Jesucristo estará manifestado en el Día Postrero.
Juan el apóstol en Apocalipsis, capítulo 19, verso 9 al 10, y Apocalipsis 22, verso 8 al 9, quiso adorar a los pies del Ángel de Jesucristo, pero él le dijo que no lo hiciera; él le dijo: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas. Adora a Dios”.
Porque este Ángel Mensajero es un profeta, el profeta de la Dispensación del Reino; pero por medio de este Ángel Mensajero Jesucristo en Espíritu Santo estaría manifestado en el Día Postrero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y así es como Cristo estaría hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, esa Gran Voz de Trompeta, que es la Trompeta del Evangelio del Reino siendo proclamado en el Día Postrero por medio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero; porque el Ángel Mensajero de Jesucristo estará predicando el Mensaje del Evangelio del Reino, ungido por el Espíritu de Jesucristo; y así es como estaríamos escuchando la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ahora, la señal del Hijo del Hombre en el cielo, ¿qué es esto?, ¿qué significa esto?
Dios por medio de los profetas nos habló de la Venida del Hijo del Hombre en las nubes, como leímos en Daniel, capítulo 7, verso 13 al 14. Y también encontramos en Apocalipsis, capítulo 1 y verso 7, que nos dice de la siguiente manera:
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.
Y también en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube (¿Cómo viene? Envuelto en una nube), con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.
Ahora aquí podemos ver la Venida del Hijo del Hombre en las nubes; la Venida del Hijo del Hombre en una nube, envuelto en una nube.
En San Lucas, capítulo 21, también nos habla de la Venida del Hijo del Hombre en una nube; y nos dice capítulo 21, verso 27 en adelante:
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
O sea, porque la transformación de nuestros cuerpos está cerca, para obtener un cuerpo nuevo y eterno que Cristo ha prometido para todos los creyentes en Él, que han lavado sus pecados en la Sangre del Cordero y han recibido el Espíritu de Jesucristo.
Ahora, vean ustedes cómo tenemos la promesa de la señal del Hijo del Hombre en el cielo: el Hijo del Hombre viniendo en una nube.
¿Se habrá cumplido esta promesa ya y no se han dado cuenta los seres humanos?
Cuando ocurrió la Primera Venida de Cristo estaba profetizada una Estrella que saldría de la tierra de Israel[2]; y cuando nació Jesucristo estuvo en los cielos una señal muy importante llamada la Estrella de Belén.
Unos magos del oriente, o sea, de Babilonia, vieron esa Estrella en el cielo, y salieron de Babilonia rumbo a la tierra de Israel para buscar y adorar al Mesías; porque conforme a lo que ellos entendieron, ya el Mesías estaba en la Tierra, porque la señal de la Venida del Mesías ya estaba siendo vista en el cielo.
En San Mateo, capítulo 2, verso 1 en adelante, dice:
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.
Habían visto Su Estrella; ahora vean: “su estrella”, porque esa Estrella en el cielo representaba al Mesías.
Y si ya esa señal estaba en el cielo y llevaba 2 años que estaba apareciendo en el cielo, el Mesías ya estaba en la Tierra, el Mesías ya había nacido. O sea que desde el comienzo que se vio la Estrella, desde esos días, el Mesías tenía que nacer; y ya teniendo 2 años de estar siendo vista la Estrella en el cielo, pues ya el Mesías tendría unos 2 años aproximadamente de haber nacido en la Tierra.
Ahora, vean lo que sucede aquí cuando ellos llegan a Jerusalén:
“… diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.
Ellos mirando desde Babilonia, mirando hacia la tierra de Israel…; ellos estaban en el oriente, o sea, en el este, y mirando hacia el oeste ellos miraban hacia la tierra de Israel; y vieron sobre el territorio de Israel una señal en el cielo, vieron esa Estrella, que ellos dicen que es la Estrella del Mesías, la Estrella del Rey de Israel; y ellos vinieron buscando al Rey de Israel.
Y como normalmente cualquier persona hubiera hecho, ellos hicieron: si estaban buscando al Rey, pues entonces ellos fueron a Jerusalén donde estaba el trono de David; porque se supone que el Rey esté allí en la capital, esté allí en Jerusalén, que es lugar donde está el trono de David; pero vean ustedes, no estaba allí en Jerusalén, sino que estaba en Belén de Judea.
Ahora:
“Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él”.
O sea que la noticia se corrió por toda la ciudad de Jerusalén; y vean, era una buena noticia, porque todo el pueblo estaba esperando la Venida del Rey de Israel.
Y ahora vienen estos magos dando la noticia que el Rey ya está en la Tierra, y preguntando: “¿Dónde está?”; llegaron a Jerusalén pensando que estaba allá en el trono, en Jerusalén. Y quizás algunas personas pensaron: “Entonces el sumo sacerdote y demás sacerdotes lo tienen escondidito allá en Jerusalén, en alguna parte de Jerusalén”.
El rey Herodes también se preocupó, porque si otro rey estaba presente el rey Herodes iba a ser destronado, y él no quería ser destronado; por lo tanto, iba a buscar al Mesías para matarlo.
Les pregunta a los magos cuánto tiempo hacía que ellos habían comenzado a ver esa Estrella, y conforme a lo que ellos le dijeron él entendió que ya llevaba 2 años esa Estrella apareciendo; por lo tanto, en términos así normales y sacando números, más o menos, el Mesías entonces tendría 2 años de edad aproximadamente; por lo tanto, el rey Herodes dijo: “Ya el Mesías debe tener unos 2 años de edad”. Así que él hizo sus planes con relación a la Primera Venida del Mesías.
Ahora, vean ustedes, el rey Herodes estaba muy interesado en saber acerca de la Venida del Mesías, por asuntos políticos, para quitarlo del camino. Dice:
“Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó (¿Quién les preguntó? El rey Herodes) dónde había de nacer el Cristo.
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta (¿Qué profeta escribió eso? Miqueas, en el capítulo 5, verso 2):
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel”.
Porque el Mesías vendría por medio de la descendencia del rey David; y María era una descendiente del rey David.
“Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”.
Ahora vean, cuando llegaron a donde estaba el niño, donde estaba Jesús, ya estaba en una casa. ¿Por qué? Porque Él había estado en un pesebre cuando nació, pero ya tenía 2 años aproximadamente; así que ya José había conseguido una casa y estaban viviendo ya en una casa (ya fuera alquilada o fuera de algún familiar de ellos); y por eso los magos llegaron a una casa, sin embargo, los pastores llegaron a un pesebre[3].
Ahora, vean ustedes cómo estos magos sabían que ya el Mesías estaba en la Tierra; ¿por qué? Porque es la señal del Hijo del Hombre, de la Primera Venida del Mesías, estaba en el cielo siendo vista. Y cuando estaba siendo vista en el cielo, eso era la señal de la Primera Venida del Mesías, de la Venida del Hijo del Hombre en medio del pueblo hebreo, como Hijo del Hombre e Hijo de Dios, para cumplir la Obra de Redención en la Cruz del Calvario como Cordero de Dios.
Vean, estuvo en medio del pueblo hebreo por 33 años, y ni se dieron cuenta los grandes líderes religiosos que la Venida del Mesías estaba cumplida en medio de ellos. 33 años hacía que la Estrella de Belén había aparecido dando testimonio, anunciando, que el Mesías ya estaba en la Tierra; y sin embargo, ni entendieron lo que esa Estrella estaba anunciando.
Siempre que Dios hace algo en la Tierra lo muestra en el cielo. Por eso Cristo habló de señales en el cielo[4], porque las señales en el cielo dan testimonio de acontecimientos en la Tierra; y uno tiene que ver el significado de esa señal en el cielo, y ver el cumplimiento aquí en la Tierra.
Esos magos estaban buscando el cumplimiento de esa señal en el cielo, porque esa señal en el cielo daba testimonio del gran evento de la Primera Venida de Cristo aquí en la Tierra.
Y ahora Cristo nos habla de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo para el Día Postrero: nos habla que será visto el Hijo del Hombre en el Cielo con poder y gran gloria, envuelto en una nube.
Y ahora, ¿habrá sido vista ya esa señal en el cielo, y no se han dado cuenta los seres humanos lo que han visto? En febrero 28 de 1963 apareció en el cielo una nube misteriosa a 26 millas de altura[5], con un tamaño de 30 millas de ancho por 50 millas de largo[6]; y no hubo una explicación acerca de esa nube, sino que fue publicada como una nube misteriosa[7]; un círculo de nube misteriosa, una nube misteriosa que apareció en el cielo; y no podía aparecer a esa altura una nube porque no hay humedad a esa altura, ni aviones tampoco vuelan a esa altura.
Ahora, ¿cuál es el misterio de esta nube en el cielo, sobre los cielos de Arizona? En el mensaje del libro de Los Sellos en español, nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham, de la siguiente manera: página 469 del libro de Los Sellos en español:
“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?”.
Ahora, cuando apareció esta nube en el cielo en febrero 28 de 1963, el reverendo William Marrion Branham estaba de cacería en los montes de Tucson, Arizona; y estos ángeles de los cuales él habla aquí son los que formaron esta nube; y él fue arrebatado por el Ángel que era diferente a los demás, fue llevado a esta nube y estuvo con ellos allí. Esta nube, el misterio de esta nube es que es una nube formada por ángeles enviados de Dios.
Y vean ustedes, cuando Dios le apareció al pueblo hebreo, lo que el pueblo hebreo veía era una nube: la nube de fuego durante la noche y de día le era una nube que les protegía del sol, durante la trayectoria del pueblo hebreo por el desierto por 40 años[8].
Fue en una Llama de Fuego, en una Columna de Fuego, en una Nube de Luz, que le apareció el Ángel de Jehová al profeta Moisés, y le dijo que Él era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob[9].
Porque estando estos ángeles en sus cuerpos teofánicos, vean ustedes, cuando se toma una foto de ellos, aparecen en la forma de una nube.
Ahora, podemos ver aquí, si tornamos esta foto hacia la derecha, encontraremos que forma el rostro del Señor Jesucristo; el rostro de Jesucristo está formado por estos ángeles. Y aquí la barba de Jesucristo está formada por los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; y el cabello blanco del Señor (acá arriba) está formado por el Ángel que era muy diferente a los demás.
Para cumplirse el tipo y figura de la barba del Señor y del cabello del Señor… Vean ustedes, para la barba del Señor, ese tipo y figura ser cumplido, vinieron siete ángeles mensajeros, cada uno en su edad, cumpliendo su ministerio en cada edad; y con el ministerio de Cristo a través de cada uno de estos ángeles mensajeros se formó el tipo y figura de la barba del Señor, o sea, se cumplió el tipo de figura de la barba del Señor; lo que representa la barba del Señor fue cumplido en el ministerio de los siete ángeles mensajeros de las siete edades.
Y ahora, para el cumplimiento del cabello blanco del Señor (porque eso es un tipo y figura, un simbolismo) se requiere el ministerio de este Ángel que era muy diferente a los demás; bajo el ministerio de este Ángel, que es el Ángel que tiene el Séptimo Sello, el tipo y figura del cabello blanco del Señor se convierte en una realidad, se cumple ese tipo y figura.
Y en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, Cristo se encuentra entonces, en el Día Postrero, con el tipo y figura convertido en una realidad del cabello blanco; con el cual aparece, vean ustedes, aparece en Apocalipsis, capítulo 1. Y vamos a ver el verso aquí: capítulo 1, verso 13 en adelante, dice:
“… y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve…”.
Ahí tienen el cabello blanco del Señor. Pero recuerden, todos estos son los tipos y figuras que estarán siendo cumplidos en la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero; o sea que cada uno de estos tipos y figuras, que son vistos aquí, serán cumplidos.
Y ahora, vean ustedes:
“Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos…”.
No es que Él va a venir con una espada saliendo de Su boca, una espada literal, sino que la Espada es la Palabra de Dios; y Su boca es el profeta mensajero que Él tendrá en el Día Postrero, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Porque cada profeta, en cada tiempo, ha sido la boca de Dios a través del cual Dios ha hablado a Su pueblo; porque Dios coloca Su Palabra (¿dónde?) en la boca de Sus profetas. En Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, nos dice así: que Dios coloca Su Palabra (¿dónde?) en la boca del profeta que Él envía.
Y sigue diciendo:
“… y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.
¿Cómo aparece el rostro del Señor aquí? Como el sol. El sol es el astro rey, y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores; es la Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre, como Rey de reyes y Señor de señores.
Ver la Segunda Venida de Cristo es ver Su rostro como el sol, verlo en Su Venida como Rey de reyes y Señor de señores; y es estar viendo también Sus ojos como llama de fuego, y es estar viendo también Su cabello blanco como blanca lana; y es estar viendo también una espada saliendo de Su boca, o sea, la Palabra de Dios, el Mensaje del Evangelio del Reino saliendo de la boca del mensajero del Señor Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes que todos estos tipos y figuras para el Día Postrero estarán siendo cumplidos conforme al Programa Divino. Y así es como estaremos viendo en el Día Postrero a Cristo en Su Venida; o sea, estaremos viendo el cumplimiento de todos estos tipos y figuras, los estaremos viendo cumplidos en la Segunda Venida de Cristo: en la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, y hablándonos por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ahora, vean ustedes que este Ángel que era muy diferente a los demás, que aparece aquí en esta nube, del cual habla el reverendo William Marrion Branham, dice que es el que lo levantó, o sea, el que lo llevó a donde ellos estaban; y aquí fue llevado, el reverendo William Marrion Branham también, en su cuerpo teofánico.
Y dice [Los Sellos]:
“154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.
Ahora, vean ustedes, el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo; es la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero, llamando y juntando a todos Sus escogidos. Ese es el misterio contenido en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1: “Cuando el Séptimo Sello fue abierto, hubo silencio en el Cielo como por media hora”.
Y ahora, ese misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, vean ustedes, lo tiene el Ángel que era muy diferente a los demás.
Y así como cada ángel mensajero de cada edad que aparece en esta nube; y que fue el mensajero, cada uno de ellos, los mensajeros de estas edades; para tener sus ministerios aquí en la Tierra, en cada edad, tuvieron que venir a la Tierra en carne humana.
Y ahora, para este Ángel Mensajero que aparece aquí, que era diferente a los demás, para tener Su ministerio aquí en la Edad de la Piedra Angular, tiene que venir en carne humana, y manifestarse a través de carne humana y tener Su ministerio. Y así el Séptimo Sello estará aquí en la Tierra abierto, cumplido, y llevando a cabo la Obra que corresponde a la Segunda Venida de Cristo, a la Venida del Séptimo Sello; la Obra de Jesucristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; y todo lo que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.
Ahora, vean ustedes que este Ángel que era diferente a los demás es el Ángel que en Su Venida, en el Día Postrero, en carne humana, estará cumpliendo la Venida del Hijo del Hombre; porque ese es el Hijo del Hombre siendo visto en el Cielo, pero Él tiene que venir a la Tierra en carne humana.
Ya lo encontramos aquí en una nube o en las nubes: en “una nube” si tomamos como una sola nube esta foto, y esta nube completa; pero si tomamos a cada ángel mensajero como una nube (una nube aquí, otra aquí, otra aquí, que forman una nube gigante), entonces es en “las nubes”, que todas esas nubes forman una sola nube y forman el rostro del Señor Jesucristo.
Aquí está el Hijo del Hombre, aquí está Jesucristo en Su cuerpo teofánico; pero Él tiene que ser manifestado en la Tierra en carne humana en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero, para tener Su ministerio correspondiente al Día Postrero; y tiene que venir con Sus Ángeles: con los ministerios de Moisés y Elías, y manifestarlos por medio de carne humana, por medio de Su instrumento que Él tenga en el Día Postrero.
Ese instrumento será el Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. ¿Dónde? En la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino. ¿Y en qué territorio? En la América Latina y el Caribe.
Vean cómo para la América Latina y el Caribe está la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; está la promesa de la Venida del Ángel Fuerte, de la Venida de Cristo, velándose y revelándose en y a través de Su Ángel Mensajero. Por eso Su Ángel Mensajero es enviado en el Día Postrero a la América Latina y el Caribe, hablando en el idioma de los latinoamericanos y caribeños, para darles a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Ahora, este es el misterio de esta nube misteriosa en el cielo, este es el misterio de la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Febrero 28 de 1963 fue vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo.
Por lo tanto, el Hijo del Hombre, Jesucristo, de ahí en adelante tenía o tiene que estar manifestado en la Tierra por medio de Su Ángel Mensajero; y en algún lugar tiene que estar el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, que es el instrumento, el velo de carne, a través del cual Jesucristo estará manifestado en carne humana y estará hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ese es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero; es el misterio de la Venida de Cristo, del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
Pero el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo; él solamente es el instrumento de Jesucristo, para Jesucristo a través de él manifestarse en el Día Postrero y darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así cumplir Su promesa a Su Iglesia, y llamar y juntar a Sus escogidos.
Por eso es que por medio de Su Ángel Mensajero Cristo estará manifestando los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez; esos son los tres grandes ministerios prometidos para repetirse en el Día Postrero.
Y por eso es que están anunciados para el Día Postrero: están anunciados como la venida de Moisés (uno de los Dos Olivos), la venida de Elías (el otro de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, verso 13, en adelante, y Zacarías, capítulo 4), y la Venida de Jesús. Son los tres grandes ministerios que estuvieron aquí en la Tierra en diferentes tiempos, que para el Día Postrero estarán nuevamente manifestados en carne humana.
Y así como fue el Espíritu Santo el que manifestó estos ministerios tanto en Moisés como en Elías… El ministerio de Elías, vean ustedes, fue manifestado en tiempos pasados en más de una ocasión:
- En Elías Tisbita fue manifestado ese ministerio del Espíritu Santo.
- Luego, cuando regresó el ministerio de Elías a la Tierra, vino en Eliseo, el cual tenía una doble porción del espíritu que estaba en el profeta Elías.
- Luego, la tercera ocasión en que vino el espíritu ministerial de Elías fue en Juan el Bautista. Por eso Jesús dice que Juan el Bautista es aquel Elías que había de venir[10]; y el Arcángel Gabriel también dice que Juan el Bautista vendría con el espíritu y virtud de Elías[11].
- Y ahora, la cuarta ocasión en que el ministerio de Elías estuvo manifestado en la Tierra fue en el reverendo William Marrion Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo.
Y está prometido el ministerio de Elías para ser manifestado nuevamente en el Día Postrero por quinta ocasión.
Ahora, vean ustedes que en cada manifestación que ha tenido el espíritu ministerial de Elías, esa manifestación ha sido llamada: Elías, y ha sido profetizada en la Escritura como la venida de Elías.
Y para el Día Postrero tenemos la promesa de la venida de los Dos Olivos, que son los ministerios de Moisés y de Elías repitiéndose en el Día Postrero; esto es para ser manifestado por el Espíritu Santo, por Jesucristo, a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, para así cumplir toda promesa que ha sido hecha; y los escogidos ser llamados y juntados por medio de la Gran Voz de Trompeta, a través del ministerio de los Ángeles del Señor, a través del ministerio de Moisés y Elías.
Ahora, vean ustedes que este misterio de la Venida del Hijo del Hombre es el misterio más grande de todos los misterios, el cual sería abierto y dado a conocer a todos los escogidos de Dios en este Día Postrero.
Y la apertura de ese misterio sería algo tan y tan sencillo, que cualquier persona diría: “¿Pero eso tan sencillo era esa promesa tan grande que había sido hecha?”. Sí señor. Eso tan sencillo, que para este Día Postrero estaría siendo cumplido, es la promesa grande de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
Y ya la señal del Hijo del Hombre fue vista en el cielo; por lo tanto, de febrero 28 de 1963 hacia acá, todo ser humano está llamado a estar buscando el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles aquí en la Tierra: en el Ángel del Señor Jesucristo.
Y para poder conseguir el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, miren, es sencillo: busquen al Ángel de Jesucristo; y cuando encuentren al Ángel de Jesucristo, cuando descubren quién es el Ángel de Jesucristo, ahí estarán encontrando el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; ahí estarán encontrando el ministerio de Moisés por segunda vez siendo manifestado, estarán encontrando el ministerio de Jesús por segunda vez siendo manifestado, y estarán encontrando el ministerio de Elías por quinta vez siendo manifestado.
Y estarán encontrando ahí la Gran Voz de Trompeta, el Mensaje del Evangelio del Reino siendo proclamado, siendo predicado; y con ese Mensaje —Cristo a través de Su Ángel Mensajero— dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
¿Vieron lo sencillo que es todo? Consigan al Ángel de Jesucristo. Cuando lo consigan, cuando sepan quién es, habrán encontrado el velo de carne donde Cristo estará en Su Venida con Sus Ángeles, con los ministerios de Moisés y Elías, cumpliendo Su promesa a Su Iglesia, en el Día Postrero; y hablándonos, en este Día Postrero, todas estas cosas que deben suceder pronto.
Ahora, vean ustedes cómo esta bendición corresponde al territorio de la América Latina y el Caribe. Ya otros territorios como Asia Menor, Europa y Norteamérica, tuvieron la bendición de Dios bajo el ministerio de Cristo a través de estos ángeles mensajeros que Él envió.
Pero ahora para la América Latina y el Caribe, Cristo envía Su Ángel Mensajero; y por medio de Él se manifiesta y nos habla todas estas cosas que deben suceder pronto; y opera los ministerios de Moisés y Elías, y el ministerio de Jesús; y nos trae los beneficios y bendiciones que Él ha prometido para Sus escogidos en este Día Postrero.
Ahora hemos visto: “EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”.
¿Vieron que este misterio es el más grande de todos los misterios? ¿Y vieron que sería cumplido en el tiempo final en la América Latina y el Caribe?; porque ya para otros territorios Dios cumplió lo que tenía en Su Programa por medio de cada ángel mensajero de cada edad del pasado.
Y ahora nos encontramos nosotros en la América Latina y el Caribe: el territorio que tiene la bendición de Dios en este Día Postrero.
Hemos visto el gran misterio de la Venida del Hijo del Hombre, y hemos visto la señal del Hijo del Hombre en el cielo aquí en esta foto.
Ya lleva, ¿cuántos años?, ¿unos 34 años? ¿Cuántos años, Miguel, lleva ya que esta señal apareció en el cielo? 34 años cumplió en febrero 28 de 1997.
Vean ustedes, la Estrella de Belén, cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario ¿tenía cuántos? Tenía 33 años ya que había aparecido en el cielo.
Ahora, esta señal ya tiene 34 años de haber aparecido en el cielo; y no todo el mundo sabe que esta es la señal del Hijo del Hombre en el cielo. No todo el mundo sabe que esa promesa ya está cumplida; y que estamos en el tiempo del ministerio de Jesucristo, del Hijo del Hombre —por medio de Su Ángel Mensajero—, operando los ministerios de Moisés y de Elías y de Jesús en este Día Postrero, y dándonos a conocer estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Pero Su Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo; él es el instrumento, el velo de carne de Jesucristo, para cumplir Él la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y operar en Su Ángel estos ministerios de Moisés por segunda vez, de Jesús por segunda vez y de Elías por quinta vez.
¿Vieron lo sencillo que es todo? Es siempre Dios obrando en simplicidad, en sencillez; así fue en el pasado, y así es en este tiempo final.
Siempre las personas han tropezado con la sencillez en que Dios cumple Sus promesas, siempre han tropezado con el velo de carne a través del cual Dios cumple Sus promesas.
Tropezaron con el velo de carne: Jesús de Nazaret, porque era un sencillo joven carpintero de Nazaret; y pensaban: “En un sencillo carpintero de Nazaret ¿cómo va a ser posible que se esté cumpliendo la Venida del Mesías, la Venida del Rey de Israel?”. Pero se estaba cumpliendo. ¿Ven? Dios obrando en sencillez, en simplicidad; y así es para este Día Postrero.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Hijo del Hombre, nuestro Salvador, sean sobre cada uno de ustedes, amigos y hermanos presentes, y radioyentes; y nos abra el entendimiento a todos para comprender todas estas cosas, todos estos misterios divinos que en ese tiempo final Cristo ha señalado, profetizado, que serían cumplidos. Y que nos permita ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles siendo manifestada en Su Ángel Mensajero; y que nos permita escuchar Su Voz, la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y nos permita entenderla. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias, amigos y hermanos presentes, y radioyentes. Y dejo con ustedes al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para que les dé las direcciones y teléfonos a los cuales ustedes, amigos radioyentes, se pueden comunicar para pedir literatura completamente gratis, y también pedir más información acerca de esta y otras conferencias similares a estas.
Dejo con ustedes nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín, el cual les dará teléfonos y direcciones a los cuales ustedes pueden comunicarse.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL MISTERIO DE LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE”.
[Revisión marzo 2023 -RM-DM]
[1] SPN62-1014M “La estatura de un varón perfecto” – En la última página aparece el diagrama. También se puede descargar en: https://imprenta.carpa.com/es/material/la-nube-y-la-piramide-diptico/
[2] Números 24:17
[3] San Lucas 2:8-20
[4] San Lucas 21:10-11
[5] 26 millas = 41.8 km de alto
[6] 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)
[7] La aparición de esa nube fue fotografiada y publicada en dos revistas:
Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564.
Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo: “And a High Cloud – Ring of Mystery”. / https://bit.ly/3ureXyD
[8] Éxodo 13:21-22
[9] Éxodo 3:1-6
[10] San Mateo 11:12-14
[11] San Lucas 1:8-17