Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para tener compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, y así ver dónde nos encontramos en el Programa Divino, y así recibir las bendiciones del Cielo prometidas para este Día Postrero.
Nuestro tema para esta ocasión es: “EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.
Y vamos a leer en San Lucas, capítulo 4, verso 14 al 21, donde dice así:
“Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.
Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.
Este pasaje bíblico que citó nuestro amado Señor Jesucristo es la profecía de Isaías, capítulo 61; y cuando Jesús leyó este pasaje hasta la mitad del verso 2, se detuvo allí; ¿por qué? Porque la otra mitad de ese verso decía:
“… y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados…”.
Y por cuanto eso no es para ser cumplido en la Primera Venida de Cristo, no pudo ser leído por Cristo en esa ocasión para decir: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”, porque Él cumpliría hasta la mitad de ese verso 2; porque la otra parte corresponde a la Segunda Venida de Cristo.
Ahora, vean cómo cuando Él leyó la profecía que tenía que ser cumplida en ese tiempo, la cual estaba siendo cumplida en Él, Él leyó esa Escritura y le dijo al pueblo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Se había cumplido esa profecía delante del pueblo, y Jesús tenía que dar testimonio de esa profecía que estaba siendo cumplida delante del pueblo, y de todas las profecías correspondientes a aquel tiempo que estaban siendo cumplidas.
Ahora, vean ustedes, el pueblo hebreo era bendecido cuando leía las Escrituras y cuando leía estas Escrituras mesiánicas correspondientes a la Venida del Mesías; pero la bendición plena contenida en esas profecías mesiánicas eran para ser derramadas sobre el pueblo cuando fueran cumplidas estas profecías.
Y cuando fue cumplida la profecía de la Primera Venida de Cristo, allí estaba la bendición plena de Dios en carne humana, en la persona en que estaba siendo cumplida aquella profecía.
Y por consiguiente, Él siendo la profecía cumplida, siendo el cumplimiento de la Venida del Mesías, Él vino a ser la Luz del mundo. Él dijo: “Yo soy la Luz del mundo; y el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida”. Capítulo 8 de San Juan, verso 12, nos da testimonio Cristo, de que Él es la Luz del mundo, y el que lo sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida.
La Luz de la Vida, vean ustedes, es Cristo. Dice en San Juan, capítulo 1, versos 1 en adelante, dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz (o sea, Juan el Bautista no era la Luz), sino para que diese testimonio de la luz.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.
Y cuando vino fue conocido por el nombre de Jesús; porque era el Verbo hecho carne, el cual estuvo en medio de los seres humanos. Y por eso Jesús podía decir: “Yo soy la Luz del mundo; y el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida”.
Dice:
“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.
Vean cómo vino a este mundo el Verbo haciéndose carne. “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”, nos dice San Juan, capítulo 1, verso 14.
“En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
A lo suyo vino (o sea, el pueblo hebreo), y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Ahora, vean ustedes cómo Cristo, la Luz del mundo, el Verbo, cuando se hizo carne habitó entre los seres humanos y lo conocimos por el nombre de Jesús. Y cuando leyó la Escritura de Isaías, capítulo 61, lo encontramos leyendo esa Escritura en San Lucas, capítulo 4, verso 14 al 21; y encontramos que al leer esa Escritura profética, esa Escritura que hablaba de la Venida del Mesías… porque en el Antiguo Testamento se hablaba de la Venida del Mesías como si fuera una sola, pero no se hacía la diferencia entre la Primera Venida de Cristo y Su Segunda Venida.
Porque la Primera Venida de Cristo es como Cordero de Dios, para quitar el pecado del mundo muriendo en la Cruz del Calvario. Y Su Segunda Venida es como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, para reclamar todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa: seres humanos y también toda la Creación.
Ahora, vean ustedes cómo cuando la profecía es cumplida, el cumplimiento de esa profecía trae todas las bendiciones divinas para lo cual Dios ha hecho esa promesa, esa profecía.
En Isaías, capítulo 55, nos habla Dios por medio del profeta Isaías, diciéndonos… versos 8 en adelante (8 al 11) dice:
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Ahora, vean cómo la Palabra de Dios no regresa a Dios vacía, sino que hace aquello para lo cual Dios la envió; o sea que cumple lo que ha sido prometido. Y cuando es cumplido aquello que ha sido prometido, produce un resultado, produce un beneficio, lleva a cabo una Obra Divina que estaba prometida para ese tiempo.
Y ahora, vean ustedes, la Palabra profética que ha sido dada por Dios, de la cual San Pedro nos habla y nos dice que es como una antorcha que alumbra en lugar oscuro; dice, capítulo 1, verso 19 en adelante, de Segunda de Pedro:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
Ahora, vean que la profecía no puede ser interpretada humanamente, porque Dios es Su propio intérprete; y Dios fue el que trajo esas profecías por medio de Su Espíritu Santo a los profetas, y por medio de los profetas al pueblo; y Dios es el que puede darnos a conocer el significado de esas profecías. Y cuando Dios cumple esas profecías, ahí tenemos la interpretación que Dios le da a esas profecías.
Cuando cumplió las profecías de la Primera Venida del Mesías, encontramos que Jesús de Nazaret era la interpretación a las promesas mesiánicas de la Primera Venida del Mesías; y por eso Él podía decir: “Hoy se ha cumplido delante de vosotros esta Escritura”, porque el cumplimiento de las profecías de la Escritura es la interpretación que Dios le da; y esa interpretación que Dios le da, se levanta en alto y da testimonio que la Escritura está cumplida.
Y cuando las personas pueden tomar, no solamente la Escritura en forma de letra, sino la Escritura cumplida, sino el cumplimiento de esa Escritura, la persona recibe la bendición divina prometida para ese tiempo, para el cumplimiento de esas Escrituras, para el cumplimiento de esas profecías.
Y ahora, vean dónde estaba la bendición de Dios para el tiempo de Jesús. ¿Dónde estaba la bendición de Dios para el tiempo de Jesús? Estaba en Jesucristo. Y toda persona que decía que creía las Escrituras, estaba llamado a recibir el cumplimiento de la Escritura en la persona de Jesús, el cumplimiento de la Escritura mesiánica correspondiente a aquel tiempo.
Y toda persona, vean ustedes, que ha recibido el cumplimiento de la Escritura profética en la persona de Jesús, el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías, ha sido bendecido.
Así será también para el cumplimiento de la promesa de la Segunda Venida de Cristo, pues las personas recibirán las bendiciones prometidas para la Segunda Venida de Cristo, que son: el ser llamados y juntados con la Gran Voz de Trompeta bajo el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta prometida para el Día Postrero.
Cristo Jesús, nuestro amado Salvador, en San Mateo, capítulo 24 y versos 30 al 31, nos dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Aquí tenemos la promesa de la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y de la Venida del Hijo del Hombre en las nubes o en una nube. Y también tenemos la promesa del ministerio de los Ángeles del Señor siendo enviados por Jesucristo con la Gran Voz de Trompeta, o sea, con el Mensaje del Evangelio del Reino, ¿para qué? Para llamar y juntar a los escogidos que estarán viviendo en el Día Postrero.
Ahora, hemos visto que está la promesa de una señal en el cielo; y esta señal en el cielo será vista por los seres humanos, y será visto el Hijo del Hombre viniendo en una nube.
En Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, encontramos al Ángel Fuerte, a Jesucristo, viniendo envuelto en una nube, con Su rostro como el sol, y Sus pies como columna de fuego o bronce bruñido, y con un Librito abierto en Su mano, y colocando Su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra.
Vean, esta es la promesa de la Venida de Cristo en las nubes, y luego tiene que cumplirse en la Tierra la Segunda Venida de Cristo; porque, así como para la Primera Venida de Cristo hubo una señal en el cielo…, y fue lo que hoy en día conocemos como la Estrella de Belén.
Los magos que vinieron del oriente, o sea, del territorio de Babilonia, buscando al Mesías, habían visto esa señal en el cielo, habían entendido que esa era la señal del Hijo del Hombre en Su Venida; y vinieron a la tierra de Israel buscando al Mesías, porque habían visto esa Estrella sobre los cielos, señalando esa Estrella el territorio de Israel.
Y ahora, vean ustedes cómo estos magos supieron que el Mesías ya estaba en la Tierra: porque la señal de la Venida del Mesías estaba ya en el cielo.
La Escritura decía que “de Jacob saldría una Estrella”1; y ahí estaba una Estrella en el cielo, una señal en el cielo, dando testimonio que el Mesías estaba en la Tierra.
Ahora, ¿cuántas personas se dieron cuenta que el Mesías estaba en la Tierra? Muy pocas personas; porque no comprendieron que aquella señal en el cielo significaba que el Mesías ya estaba en la Tierra.
Vean que ni el sumo sacerdote, ni los miembros del Concilio del Sanedrín, que eran los miembros de la religión hebrea, del Concilio de la religión hebrea, no se dieron cuenta de esa señal en el cielo; no entendieron que esa era la señal del Hijo del Hombre apareciendo en el cielo, dando testimonio que ya el Hijo del Hombre, el Mesías, Cristo, ya estaba en la Tierra.
Ya la Primera Venida de Cristo estaba en la Tierra, porque el velo de carne donde la Primera Venida de Cristo se cumpliría, estaba en la Tierra, naciendo en Belén de Judea. Vean ustedes, esa señal estuvo en el cielo por unos dos años, aproximadamente, dando testimonio que el Mesías ya estaba en la Tierra.
Ahora, vean cómo no se dieron cuenta los religiosos de aquel tiempo, excepto muy pocas personas, como aquellos magos que estaban en Babilonia, que eran descendientes de hebreos.
El profeta Daniel había vivido en Babilonia y había sido una persona muy importante en Babilonia, por lo tanto, las profecías del profeta Daniel estaban allí en Babilonia; y los que eran descendientes de Daniel y de otros hebreos que habían sido llevados cautivos allá en el tiempo de Babilonia, creían en las profecías de la Venida del Mesías; por lo tanto, hubo personas que vivían en Babilonia, que esperaban la Venida del Mesías, y sabían que el Mesías vendría en y a la tierra de Israel.
Ahora, vean ustedes cómo se cumplió esa señal en el cielo; y ni se dieron cuenta, el sumo sacerdote y los grandes líderes de la religión hebrea, que esa era la señal de que el Mesías ya estaba en la Tierra.
Y ahora, ¿cómo será para el Día Postrero, para el tiempo final, en donde tenemos la promesa que la señal del Hijo del Hombre será vista en el cielo? ¿Cuántos se darán cuenta de esa señal? ¿Cuántos reconocerán esa señal en el cielo?
Ahora, vean ustedes que nos dice que aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y dice:
“… y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
Ahora, vean ustedes que esa señal estará dando testimonio de la Venida de Cristo, del Ángel Fuerte, arriba en los cielos, en las nubes, para luego estar cumplida esa promesa aquí en la Tierra, conforme a como está en todas las profecías de la Segunda Venida de Cristo.
Vean, hablando acerca de las promesas de la Segunda Venida de Cristo, de las profecías de la Segunda Venida de Cristo, algunas nos dicen que vendrá en las nubes o en una nube. Desde el Antiguo Testamento se nos habla de la Venida del Hijo del Hombre en las nubes. Dice Daniel, capítulo 7, verso 13 al 14, dice:
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él”.
Aquí tenemos la Venida del Hijo del Hombre en las nubes. Dice:
“Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”.
Aquí tenemos la promesa de la Venida del Hijo del Hombre viniendo en las nubes. También tenemos la promesa del Hijo del Hombre viniendo como una Piedra no cortada de manos, que fue cortada de la montaña, como la vio el rey Nabucodonosor, y como la vio y se la interpretó el profeta Daniel.
Dice que vino esa Piedra no cortada de manos e hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido.
Capítulo 2 y versos 34 al 45 de Daniel, ahí encontramos la interpretación que Dios le dio al profeta Daniel, para que se la diera al rey Nabucodonosor, con relación a esta estatua que vio el rey Nabucodonosor (que representa el reino de los gentiles) y a la Venida de esa Piedra no cortada de manos (que es la Segunda Venida de Cristo). Es la Segunda Venida de Cristo porque hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido.
La Primera Venida de Cristo fue en las piernas de hierro; y fue las piernas de hierro, o sea, el imperio romano, el que hirió a Cristo en la Cruz del Calvario.
Y ahora, vean ustedes, ese imperio de los gentiles representado en esa estatua, con la cabeza de oro, que representa el imperio o reino del rey Nabucodonosor; y el pecho y los brazos de plata, que representa el reino o imperio medo-persa; y luego el vientre y los muslos de bronce, que representa el imperio de Grecia, en el cual Alejandro el Grande fue el líder máximo; luego tenemos las piernas de hierro, que es el imperio romano; y los pies de hierro y de barro cocido, que es el imperio que el anticristo estará gobernando en el tiempo final, en donde el anticristo obligará a las personas a servirle y a hacer conforme a su voluntad.
Ahora, veamos cómo es en los pies de hierro y de barro cocido, donde estará la bestia; y ella recibirá dominio, control, poder de los diez reyes que le darán su poder y su autoridad para que reine; pero vean ustedes, harán guerra contra el Cordero, contra Cristo, y Cristo los vencerá. Dice Apocalipsis, capítulo 17, verso 13 al 14, dice:
“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.
Pues son los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo los que están con Cristo, con el Cordero. Pero vean ustedes cómo la bestia con esos diez reyes harán guerra en contra de Cristo y los escogidos de Jesucristo; pero Jesucristo los vencerá, porque Él es Rey de reyes y Señor de señores.
Para Su Segunda Venida, Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, vencerá; porque se estará viviendo los pies de hierro y de barro cocido en el reino de los gentiles, en donde la bestia controlará ese reino.
Ahora, vean que es para este tiempo final en el cual nosotros vivimos, que estas profecías deben de ser cumplidas, y ya algunas de ellas han sido cumplidas.
Y vean ustedes cómo Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.
Aquí tenemos la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá. Viene clamando como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces. Es la Voz de Cristo como León de la tribu de Judá, es la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia, a Su pueblo, y dándole a conocer el misterio del Séptimo Sello, dándole a conocer el misterio de Su Venida en este Día Postrero.
Ahora, vean cómo aparece acá en las nubes, dice:
“… envuelto en una nube…”.
Ahora, muchos se preguntan: ¿viene como una piedra?, ¿o viene en las nubes?, ¿o viene en un caballo blanco? Pues en Apocalipsis 19, verso 11 en adelante, dice:
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios”.
Es la Venida del Verbo para el Día Postrero, así como en los días de Jesús era la Venida del Verbo hecho carne con Su nombre de redención: Jesús. Era el Verbo manifestado en carne humana en los días de Jesús de Nazaret.
Y por eso toda promesa correspondiente a la Primera Venida de Cristo, Cristo dio testimonio de que estaba cumplida en Él. Podía decir, de todas las promesas para la Primera Venida de Cristo, podía decir: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. No solamente de esta Escritura que Él leyó, sino de todas las demás que hablaban de la Primera Venida de Cristo.
Y ahora, para la Segunda Venida de Cristo tenemos la promesa que viene en las nubes; también tenemos la promesa que viene en un caballo blanco; y tenemos la promesa que viene como una Piedra no cortada de manos.
Ahora, vean ustedes que en las nubes será vista la señal de la Venida del Hijo del Hombre; señal prometida en la Escritura, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, prometida en las profecías de Daniel, y también en las profecías dadas por Jesucristo, y también en las profecías del Apocalipsis.
Y ahora, toda persona debe estar consciente que en el cielo aparecerá una señal, una nube, en donde estará el Hijo del Hombre.
Ahora, vean cómo San Lucas lo expresa en el capítulo 21, versos 27 en adelante, 27 al 28, dice:
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
“Vuestra redención está cerca”, o sea, vuestra transformación, la redención del cuerpo, para tener el cuerpo eterno, eso está cerca; y para la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos.
Ahora, San Lucas nos dice que viene en una nube el Hijo del Hombre. En febrero 28 de 1963 tomaron esta foto de esta nube, o tomaron unas cuantas fotos de esta nube misteriosa, que apareció a 26 millas de altura, con un tamaño de 30 millas de ancho por 50 millas de largo2 sobre los cielos de Arizona.
Ahora, la ciencia no pudo descifrar el misterio de esta nube y por eso publicaron que era una nube misteriosa3.
¿Cuál es el misterio de esta nube? El precursor de la Segunda Venida de Cristo dice que él fue arrebatado por siete ángeles que vinieron donde él estaba; pues él estaba de cacería en los montes de Tucson, Arizona, y fue arrebatado por estos ángeles, y fue llevado a esta nube.
Esta nube, dice que está formada por ángeles de Dios. Dice que estos ángeles son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, y que hay otro Ángel allí muy diferente a esos siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.
Y hablando de ese Ángel que es muy diferente a los demás (el cual se encuentra aquí), vean ustedes, este Ángel que está aquí, volando con sus alas puntiagudas, es el Ángel que era muy diferente a los demás; los demás son estos que están aquí, los cuales eran los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil.
Si tornamos esta foto hacia la derecha veremos que forma el rostro del Señor. Y al formar el rostro del Señor, los siete ángeles mensajeros de las siete edades vienen a formar la barba del Señor, y el Ángel que era diferente a los demás viene a formar el cabello blanco del Señor.
Encontramos que en Apocalipsis, capítulo 1, nos muestra al Hijo del Hombre, Jesucristo, con el cabello blanco. Dice, capítulo 1, verso 12 en adelante:
“Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro (al tener un cinto de oro sobre el pecho, lo muestra como Juez de toda la Tierra).
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve…”.
Ahora, aquí aparece Jesucristo, el Hijo del Hombre, con Su cabello blanco, pero no es porque ya hace dos mil años que Él estuvo aquí en la Tierra y se le ha puesto blanco el cabello por la edad, no. Esto que nosotros encontramos aquí en el Hijo del Hombre, son los símbolos de las cosas que Él estará manifestando; por lo tanto, estos símbolos serán cumplidos.
Por ejemplo, aquí tenemos el símbolo de la barba, cumplido bajo el ministerio de los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil. Y el cabello blanco del Señor (aquí), es formado por el Ángel que era muy diferente a los demás. Y bajo el ministerio de este Ángel Mensajero aquí en la Tierra en carne humana, el símbolo del cabello blanco del Señor Jesucristo estará cumplido; lo cual representa: madurez, experiencia y sabiduría para juzgar este mundo.
Y encontramos aquí, que este Ángel Mensajero es el que tiene el Séptimo Sello, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo. Y teniendo el Séptimo Sello, y el Séptimo Sello siendo la Segunda Venida de Cristo, este es el Ángel que con Su Venida a la Tierra y manifestado en carne humana, cumple la Segunda Venida de Cristo. La cual no fue cumplida en ninguna de las siete edades por medio de los siete ángeles mensajeros, porque se requiere la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás manifestado en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, para cumplirse el cabello blanco del Señor Jesucristo (cumplirse ese tipo y figura), y así Cristo cumplir Sus promesas para este Día Postrero.
Y Cristo viniendo en este Día Postrero, así como vino a cada edad en y por medio de cada ángel mensajero de cada edad…; a Su Iglesia vino en cada edad, y a cada ángel mensajero le reveló el Mensaje de su edad, y por medio de cada ángel mensajero le habló al pueblo, y llamó y juntó a Sus escogidos en cada edad.
Para ser parte del grupo de San Pablo, la persona tenía que entrar a la Edad de Éfeso, representada en la iglesia de Éfeso; entrar a esa primera edad creyendo en Cristo como nuestro Salvador y recibiendo el Espíritu de Jesucristo. Y ahora, vean ustedes cómo estaría bajo el ministerio de San Pablo, el primer ángel mensajero de la primera edad de la Iglesia gentil, la cual se cumplió en Asia Menor.
La segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta se cumplieron en Europa, en diferentes territorios europeos, donde Dios envió cinco ángeles mensajeros, cada uno para cada edad que se cumplió en Europa. Y llamó Cristo, por medio de esos ángeles mensajeros, a Sus escogidos de esas edades y de esos territorios.
Era el cumplimiento de la promesa divina del Espíritu de Dios recorriendo toda la Tierra, los siete espíritus de Dios recorriendo toda la Tierra, que es el Espíritu de Jesucristo recorriendo todos estos territorios por medio de estos ángeles mensajeros. Estos fueron las siete estrellas en la mano del Hijo del Hombre, fueron los siete espíritus de Dios, fueron las siete lámparas también, encendidas, juntamente con las siete edades de la Iglesia gentil4.
Y ahora, para la séptima edad o etapa de la Iglesia gentil, Jesucristo en Espíritu Santo pasa a Norteamérica, donde se manifestó por medio de Su ángel mensajero, el reverendo William Marrion Branham, y por medio de él llamó y juntó a Sus escogidos de esa séptima etapa o edad.
Y encontramos que después de eso pasó a la América Latina y el Caribe; y por medio de Su Ángel Mensajero en la América Latina y el Caribe, Jesucristo, el Ángel Fuerte (que está aquí arriba), desciende a la Tierra, se manifiesta en la América Latina y el Caribe por medio de Su Ángel Mensajero, para llamar y juntar a Sus escogidos latinoamericanos y caribeños, para formar así la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Amor Divino, la edad que tiene las promesas de la Venida de este Ángel con Sus Ángeles, con Moisés y Elías, que son los Ángeles del Hijo del Hombre; y con la Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, para el llamado de los escogidos de Dios del Día Postrero, para el llamado de los escogidos de Dios que subirán a la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero, y estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio; por consiguiente, ya estamos en el Día Postrero. Pero si dejamos el calendario tal y como está (aunque esté atrasado), solamente faltan unos tres años para terminar el sexto milenio y comenzar el séptimo milenio.
Pero, ¿se le habrá atrasado el calendario a Dios? El calendario humano está atrasado porque le hicieron unos cuantos cambios; pero el de Dios, ¿quién le podrá hacer cambios al calendario de Dios? Nadie. Por lo tanto, si a Dios no se le ha atrasado el calendario, pues ya estamos en el Día Postrero, en el séptimo milenio; y por consiguiente, estamos en el tiempo donde las profecías del Día Postrero tienen que estar siendo cumplidas.
Y tenemos la profecía de la señal del Hijo del Hombre en el cielo, tenemos aquí la profecía de la nube que aparecería en el cielo, en donde estaría el Hijo del Hombre, en donde estaría Cristo. Y ese es el Ángel que era muy diferente a los demás, el cual tiene que venir a la Tierra y manifestarse en carne humana en Su Ángel Mensajero, y llamar y juntar a Sus escogidos por medio de Su Ángel Mensajero, con el Mensaje del Evangelio del Reino, y en el territorio correspondiente a esa profecía.
¿Y cuál es el territorio correspondiente a esa profecía? Siendo que los escogidos del Día Postrero pertenecen al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, así como el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón tenían el lugar santísimo al oeste (o sea, al occidente), también el Templo espiritual de Cristo tiene su Lugar Santísimo en el occidente (o sea, en el oeste).
Y siendo que ya se han cumplido las siete etapas o edades de la Iglesia gentil en Asia Menor, Europa y Norteamérica, solamente queda la América Latina y el Caribe para Cristo cumplir el Lugar Santísimo, construir el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual con latinoamericanos y caribeños.
Vean la bendición tan grande que le ha tocado a los latinoamericanos y caribeños. Dios tiene en medio de los latinoamericanos y caribeños las piedras vivas, los escogidos, que llamaría en este Día Postrero y juntaría, y los colocaría en Su Templo espiritual, en Su Iglesia, y los colocaría en el Lugar Santísimo. Con ellos construiría el Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular, en donde Cristo estaría manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, en donde estaría Cristo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, visto aquí en esta nube.
Hemos visto el cumplimiento de la señal del Hijo del Hombre en el cielo, hemos visto el Hijo del Hombre en esta nube.
Y ahora, toca a todo ser humano ver la Venida del Hijo del Hombre a la Tierra en Su Ángel Mensajero, manifestado en el Día Postrero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Vean, aquí en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (¿dónde estaba Juan? En el Día del Señor, o sea, en el séptimo milenio), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta (¿qué escuchó? Una gran voz como de trompeta)…”.
Ahora, vean que Juan estaba en el Día del Señor en esta visión; o sea, su cuerpo físico estaba allá en la isla de Patmos, pero él fue transportado en espíritu, en su cuerpo teofánico, en su espíritu, él fue transportado al Día Postrero, o sea, al séptimo milenio; y oyó esta Gran Voz de Trompeta:
“… que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo.
Juan escuchó la Voz de Cristo en el Día del Señor, o sea aquí: en la Edad de la Piedra Angular, como una gran voz de trompeta. No la escuchó acá, sino acá arriba, en la Edad de la Piedra Angular; y la escuchó como una gran voz de trompeta ahí.
Y ahora, vamos a ver lo que promete esta Gran Voz de Trompeta. Apocalipsis, capítulo 4, ahí encontramos nuevamente la Voz de Cristo como una trompeta, y dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
¿Qué promete aquí? Pues darnos a conocer las cosas que sucederán después de estas que ya han sucedido en estos dos mil años que han transcurrido. Después de estas que han sucedido en las siete edades de la Iglesia gentil, hay cosas que tienen que suceder en el tiempo de la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, Él nos dice: “Sube acá”. ¿A dónde? A la Edad de la Piedra Angular; porque ya no está ni en la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad; porque ya los mensajeros, a través de los cuales Cristo estuvo aquí en la Tierra en cada edad manifestado, ya se fueron, terminaron sus días aquí en la Tierra, y ya están en el Paraíso con su pueblo.
Y ahora, solamente queda, para la Iglesia del Señor Jesucristo, la manifestación de Cristo a través de Su Ángel Mensajero, la manifestación del Ángel que era muy diferente a los demás, de Cristo a través de Su Ángel Mensajero, el Ángel de la Dispensación del Reino. Es un profeta dispensacional el Ángel de Jesucristo, el cual es enviado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, para el cambio de dispensación, el cambio de la Dispensación de la Gracia a la Dispensación del Reino.
Por medio del ministerio de Cristo a través de Su Ángel Mensajero se estará llevando a cabo el entrelace de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia; y se estará llevando a cabo el entrelace del Mensaje de la Dispensación del Reino con el Mensaje de la Dispensación de la Gracia. O sea que hay un entrelace ahí, un empalme, en el tiempo del ministerio del Ángel que era muy diferente a los demás.
En el tiempo del ministerio de este Ángel en carne humana por medio del Ángel de Jesucristo, se estará haciendo ese entrelace, en donde los escogidos de Dios son llamados y juntados arriba, en la Edad de la Piedra Angular, para escuchar todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Y ahora, vean cómo Cristo dijo: “Sube acá. Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Este diagrama de la Iglesia del Señor Jesucristo lo preparó el reverendo William Marrion Branham, y lo usó en el mensaje de “La Estatura de un Hombre perfecto”, y en el mensaje de Las Siete Edades de la Iglesia gentil; y también hizo referencia a este diagrama en otros mensajes.
Y ahora, vean cómo Cristo ha estado hablando de edad en edad: por medio de cada ángel mensajero en cada edad, y en el territorio donde se ha cumplido cada edad.
Y ahora, para la Edad de la Piedra Angular, Cristo estaría hablando por medio de Su Ángel Mensajero. ¿Y qué tendría que estar hablando? Pues estaría dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder en el tiempo de la Edad de la Piedra Angular.
Y veamos a ver cómo y por medio de quién Él nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; porque por medio de aquel que nos dé a conocer estas cosas, ese es el Ángel enviado para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, ese es el instrumento de Jesucristo para el Día Postrero.
Veamos a ver quién es este instrumento. Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿A quién ha enviado para mostrarnos estas cosas que deben suceder pronto? A Su Ángel Mensajero. Vean por medio de quién es que Cristo cumple la promesa que nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y así Él nos dará a conocer todas estas profecías que en este Día Postrero estarían siendo cumplidas. Y estaría dándonos a conocer el misterio de la Segunda Venida de Cristo en el Día Postrero, la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y estaríamos viendo la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, y por medio de Su Ángel Mensajero estaría dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Así que aquí tenemos la promesa del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo siendo enviado para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. O sea que no será por medios intelectuales que el ser humano comprenderá todas estas cosas que deben suceder, no será por medios intelectuales que el ser humano comprenderá la Segunda Venida de Cristo, sino por medio de la revelación de Jesucristo que vendrá a través de Su Ángel Mensajero.
No hay otra forma para poder comprender todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero y en la Edad de la Piedra Angular, excepto por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo dándonos testimonio de todas estas cosas, dándonos a conocer todos estos misterios del Reino de los Cielos. Esa es la única forma clara y segura para nosotros conocer estos misterios siendo cumplidos en este Día Postrero.
Ahora, habrá personas que se levantarán en contra de lo que estará diciendo el Ángel del Señor Jesucristo, pero él ni les hará caso; porque todos los que se levanten en contra del Ángel del Señor Jesucristo, se estarán levantando en contra de Jesucristo, que es Aquel que lo está enviando.
Porque, vean ustedes, Cristo en una ocasión dijo: “Cualquiera que recibe a uno de estos mis pequeñitos, a un niño como este, a mí recibe; y el que a mí recibe, recibe al que me envió”5. Ahora, el que lo rechaza, pues está rechazando a Jesucristo, por consiguiente.
Ahora vean, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, Cristo nuevamente dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Envía Su Ángel Mensajero para dar testimonio a todas las iglesias de estas cosas que deben suceder pronto. Él es el Enviado del Señor Jesucristo, y Él es el Ungido por Jesucristo, por el Espíritu de Jesucristo, para hablar —siendo inspirado por el Espíritu Santo— todas estas cosas que deben suceder pronto.
¿Y habrá personas que lo recibirán? Claro que sí. “El que es de Dios la Voz de Dios oye”6. Y Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz, y me siguen”7.
¿Quiénes lo recibirán, lo escucharán y creerán Su Mensaje? Todas las ovejas del Señor Jesucristo del Día Postrero. Y serán juntadas en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y obtendrán el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y recibirán los beneficios de la Segunda Venida de Cristo; y así seremos preparados para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Ahora, vean que la profecía no ha venido por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios, los profetas de Dios, hablaron siendo inspirados por Dios.
Ellos han tenido siempre las dos consciencias juntas y por eso pueden escuchar la Voz de Dios en otra dimensión, la sexta dimensión, y pueden obtener la revelación divina desde la sexta dimensión; y traer esa revelación divina, esa Palabra que está en la sexta dimensión, traerla; pues esa Palabra ha venido de la séptima dimensión, ha pasado a la sexta dimensión, y ahí en la sexta dimensión la capta el profeta de Dios, y de ahí la trae a esta dimensión terrenal y la habla a los seres humanos.
Y por cuanto ha sido hablada la Palabra de Dios, esa Palabra tiene que ser cumplida, tiene que materializarse en lo que significa esa Palabra delante de Dios. No en cuanto a la interpretación que le den los seres humanos, sino en cuanto a lo que significa esa Palabra delante de Dios; porque es el pensamiento de Dios que ha sido expresado, para luego ser cumplido en este planeta Tierra. Y el cumplimiento de esa promesa, de esas profecías, es la interpretación que Dios le da a Su Palabra que ha sido hablada.
Ahora, vean cómo el misterio de las profecías cumplidas es el misterio que las personas no han comprendido cuando ha sido cumplida cada profecía. Y ese es el tiempo de obtener todo el beneficio de esas profecías que han sido habladas.
Para este Día Postrero, así como para los días de Jesús, hay muchas profecías, y profecías mayores, que tienen que ser cumplidas; y ya muchas han sido cumplidas. Hemos visto la señal del Hijo del Hombre en el cielo.
Ahora, cualquier persona podrá decir: “Pero yo nunca había escuchado de esa señal”. Pero miren, está en la Biblia. Y ahora, vean ustedes, fue cumplida en febrero 28 de 1963.
Ahora, cualquier persona podrá decir: “Yo he ido a alguna iglesia y no han dicho nada de eso”. Pues miren, usted va a cualquier sinagoga y usted escuchará, y escuchará, y escuchará por años y años, y nunca dirán que la Estrella que apareció en Belén era la señal de la Primera Venida del Mesías, y ya llevan dos mil años que eso sucedió.
De esta señal en el cielo solamente van ¿cuántos años? 34 años nada más.
Pero vean ustedes, entre los creyentes en Jesucristo encontramos que sí se ha hablado de esa señal que apareció para el nacimiento de Jesucristo. Y entre los que serán llamados y juntados en el Día Postrero por Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero, Cristo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, llamándolos y juntándolos con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, sí escucharán acerca del cumplimiento de esta señal de San Mateo, capítulo 24, verso 30 al 31, y de Apocalipsis, capítulo 10, y otros lugares de la Escritura.
Ahora, vean que solamente los que obtienen el conocimiento de los misterios proféticos son los que saben, conocen, el cumplimiento de esos misterios, y pueden identificar esas profecías con el cumplimiento de esos misterios divinos.
Ahora, vean cómo para nuestro tiempo se están cumpliendo profecías, grandes profecías, y hay personas que todavía no saben que ya se han cumplido un sinnúmero de profecías correspondientes a este tiempo final.
Ahora, es muy importante comprender que solamente por medio del ministerio y Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo, en el cual estará Cristo en Espíritu Santo manifestado, será que se podrá obtener el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, y se podrá obtener el conocimiento del cumplimiento de todas estas cosas que están prometidas para suceder en este Día Postrero.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Así dice Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16.
Y ahora, vean cómo para los escogidos en la Edad de la Piedra Angular, para los escogidos es concedido comprender los misterios del Reino de los Cielos correspondientes al Día Postrero, los cuales estarían siendo cumplidos.
El resto de la humanidad no se dará cuenta del cumplimiento de estos misterios; porque para poder comprender el cumplimiento de estos misterios, las personas tienen que subir a la Edad de la Piedra Angular, donde están siendo dados a conocer en este Día Postrero, y donde está el ministerio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero, y donde Jesucristo en Espíritu Santo manifiesta el ministerio de Moisés por segunda vez y de Elías por quinta vez, a través de Su Ángel Mensajero.
Ahora, podemos ver que los misterios del Reino de los Cielos es para ser dados a conocer a los escogidos de Dios, que son los que forman parte del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Vean ustedes, en San Mateo, capítulo 13, verso 10 en adelante, dice así:
“Entonces, acercándose los discípulos (a Jesús), le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”.
Vean, a unos les es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, y a otros no les es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos.
Ahora, son bienaventurados aquellos a los cuales es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, porque esas personas son las que podrán ver el cumplimiento de las promesas divinas en el tiempo que a ellos les toca vivir.
Vean cómo Cristo dice a Sus discípulos, dice… en el mismo capítulo 13, verso 16 en adelante, dice:
“Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.
Ahora, vean que aquellas personas sencillas (muchos de ellos carpinteros, otros agricultores y así por el estilo) eran personas que no eran muy importantes, pero ellos estaban viendo lo más grande que se podía ver en aquel tiempo.
Carpinteros y agricultores estaban viendo la Primera Venida del Mesías, que era el evento más grande prometido para aquel tiempo; estaban viendo al Mesías en Su Venida. ¿Estaban viendo qué? Estaban viendo la profecía cumplida en un joven carpintero de Nazaret, la profecía mesiánica, la profecía de la Primera Venida del Mesías. ¿Y estaban oyendo qué? Estaban oyendo al Mesías predicando el Mensaje de las Buenas Nuevas, de las buenas noticias, de las noticias del año de la buena voluntad de Jehová.
Y ahora, vean cómo fueron personas sencillas las que pudieron ver y entender el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías. La Primera Venida del Mesías estaba prometida para ser cumplida en medio del pueblo hebreo.
Y ahora, vean ustedes cómo para el Día Postrero tenemos la promesa de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles, y encontramos que el cristianismo completo está esperando el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo.
Pero miren, ya la señal del Hijo del Hombre fue vista en el cielo. Y luego de eso, este Ángel que era muy diferente a los demás, para el Día Postrero tiene que estar manifestado en la Tierra en carne humana en Su Ángel Mensajero, en el Ángel del Señor Jesucristo, teniendo el ministerio del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; y operando en él (en el Ángel de Jesucristo) los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Eso es lo que hace este Ángel que es muy diferente a los demás, al venir a la Tierra en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo.
Y así es como Cristo visita a Su Iglesia en este Día Postrero, así como visitó a Su Iglesia de edad en edad por medio de carne humana en el ángel mensajero de cada edad y en el territorio correspondiente a cada edad.
Y ahora, el territorio correspondiente a la Venida del Ángel Fuerte en carne humana es la América Latina y el Caribe. Ese es el territorio para la Edad de la Piedra Angular y para abrirse la Dispensación del Reino en este Día Postrero. La América Latina y el Caribe es el territorio en donde Cristo completa el número de Su Iglesia, el número de los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Es con los escogidos de la Edad de la Piedra Angular que la Iglesia del Señor Jesucristo es completada. Y cuando sea completada, los muertos en Cristo resucitarán, y nosotros los que vivimos seremos transformados. Y estaremos de 30 a 40 días aquí en la Tierra, en una manifestación que Dios tendrá por medio de Sus escogidos aquí en la Tierra; y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial. Y disfrutaremos allí tres años y medio, mientras la Tierra estará pasando por la gran tribulación.
Ahora, hemos llegado al tiempo en donde tenemos que ver EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA en este Día Postrero, pues todos los escogidos que van a ser transformados y raptados estarán viendo el misterio de la Segunda Venida de Cristo, del Ángel Fuerte, viendo ese misterio cumplido en el Día Postrero. Así estarán los escogidos del Día Postrero; y esto es para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Por eso es que el llamado de Cristo es, en Apocalipsis, capítulo 4: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Y por medio de Su Ángel Mensajero, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos muestra todas estas cosas que deben suceder; porque Su Ángel Mensajero es Su instrumento, Su profeta mensajero para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino.
Y todo esto es para ser cumplido ¿dónde? Pues en la América Latina y el Caribe, entre los latinoamericanos y caribeños. Estamos en el tiempo de la profecía cumplida, estamos en el tiempo en que Él ha enviado Su Ángel para darnos testimonio de estas cosas que deben suceder pronto.
Hoy, en nuestra edad, la Edad de la Piedra Angular, y en la Dispensación del Reino, esta Escritura está cumplida; y muchas otras Escrituras están cumplidas. Y tenemos en la Edad de la Piedra Angular, entre los latinoamericanos y caribeños, la bendición de Jesucristo.
Ya la bendición de Cristo no está en la primera edad, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad, ni en los territorios donde se cumplieron esas edades, sino que está en la América Latina y el Caribe, a donde Cristo en Espíritu Santo se ha movido para manifestarse por medio de Su Ángel Mensajero y darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Y la sorpresa grande, el misterio grande, de los escogidos del Día Postrero, que escucharían la Voz de Cristo, es algo que sorprende a la humanidad completa: que los escogidos del Día Postrero, que escucharían la Gran Voz de Trompeta y serían juntados, serían latinoamericanos y caribeños. ¡Y eso sí que era un misterio!, pero ya está abierto este misterio.
Y esta profecía está siendo cumplida en la actualidad, y los latinoamericanos y caribeños escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, están siendo llamados y están siendo juntados en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y están escuchando todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.
“EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.
Vean ustedes, hay un sinnúmero de misterios que están ya cumplidos.
Y ahora, vean cómo estos misterios están siendo cumplidos, y cómo en estos misterios del Reino de los Cielos Dios había incluido para el tiempo final a los latinoamericanos y caribeños.
Y por eso es que a los latinoamericanos y caribeños les abriría el entendimiento y les abriría el corazón para recibir la enseñanza de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero, dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios entre los latinoamericanos y caribeños. Y si alguno se ha ido a otro continente o a otra nación, hasta allá le llega el Mensaje también; porque si tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero, Dios lo llamará dondequiera que se encuentre.
Pero la Obra Dios la está llevando a cabo en la América Latina y el Caribe. Ese es el territorio de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, ese es el territorio de la manifestación de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en este Día Postrero.
Hemos llegado al tiempo de la profecía cumplida y hemos visto lo que es EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA. Y hemos visto que siempre que Dios cumple una profecía: la cumple en forma sencilla; siempre que cumple una promesa que le ha hecho a Su pueblo. Y cuando hace una promesa más grande, la cumple en forma más sencilla.
Miren ustedes, allá en medio del pueblo hebreo, ¿cuántos podían imaginarse que la Primera Venida de Cristo sería en un joven carpintero de Nazaret? Eso no estaba en las explicaciones o interpretaciones teológicas de los grandes sabios y entendidos del pueblo hebreo, porque Dios había escondido estas cosas de la Primera Venida de Cristo (y también las de la Segunda Venida de Cristo) de los sabios y entendidos en asuntos religiosos, que eran los teólogos y doctores en divinidad de la religión hebrea; como también, para la Segunda Venida de Cristo, los doctores en teología, doctores en divinidad.
Ahora, vean cómo ellos en sus interpretaciones teológicas nunca tuvieron la interpretación que la Primera Venida de Cristo sería cumplida en un joven carpintero de Nazaret; eso no estaba ni en la mente de los doctores en teología; pero se cumplió en la forma en que Dios lo había pensado.
Y ahora, ¿qué si Cristo cumple Su Segunda Venida en forma similar a la Primera? ¿Qué si nos envía un carpintero o un obrero de la construcción, y cumple en algún obrero de la construcción Su promesa, la profecía del Día Postrero? ¿Estará eso en las interpretaciones teológicas de los grandes sabios y entendidos religiosos de la religión cristiana y de la religión hebrea? Que lo contesten ellos, porque ellos pues son los que saben si lo [que] tienen previsto es eso; porque los grandes sabios y entendidos del pueblo hebreo en la Primera Venida de Cristo no tuvieron eso previsto.
Ahora, Cristo cumplirá Su promesa en medio de Su pueblo, en medio del Israel celestial, que es Su Iglesia, en este Día Postrero. Y Él estará aquí en la Tierra manifestado, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Y por medio de Su Ángel Mensajero nos enseñará todas estas cosas que deben suceder pronto, y así nos estará revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Hoy esta Escritura, esta promesa, está cumplida. Es una promesa cumplida. ¡Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de nosotros en el Día Postrero, en este Día Postrero! Hoy se ha cumplido esta Escritura, y muchas Escrituras más que acompañan a esa Escritura.
Así que vean lo importante que es la profecía cumplida, porque cuando la profecía es cumplida es que podemos recibir los beneficios de esa profecía.
Por ejemplo, ustedes podían leer: “Yo Jesús he enviado Mi Ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”; y podían leer: “Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado Su Ángel, para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto”, y solamente podían obtener esas Escrituras en forma simbólica, que están aquí en el libro del Apocalipsis.
Pero para el cumplimiento de esta promesa, de la Venida de este Ángel en carne humana, podemos obtener el conocimiento de todas las promesas divinas correspondientes al tiempo final.
Y por medio de la enseñanza del Ángel Mensajero de Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas, podemos obtener el conocimiento de todas estas profecías, y el cumplimiento de ellas, a medida que van siendo cumplidas; incluyendo la principal de ellas, que es la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores, en Su Obra de Reclamo; y alrededor de esa giran todas las demás, porque esa es la principal.
Y nadie podrá conocer la Segunda Venida de Cristo, a menos que sea por medio del Mensaje del Ángel de Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y nadie podrá ser transformado y raptado sin primero recibir el conocimiento de estas cosas que deben suceder pronto, por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo.
Y nadie podrá ser transformado y raptado sin conocer la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, en EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también. Y pronto todos seamos transformados y raptados, y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y que Jesucristo nuestro Salvador les continúe bendiciendo.
Con nosotros nuevamente el reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar en esta noche, dándole gracias a Jesucristo por Sus bendiciones a nosotros en la América Latina y el Caribe.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos. Buenas noches.
“EL MISTERIO DE LA PROFECÍA CUMPLIDA”.
[Revisión junio 2022]
1 Números 24:17
2 26 millas (de altura) = 41.8 km / 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)
3 Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo “… And a High Cloud – Ring of Mistery” – https://bit.ly/3ureXyD / Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald – https://www.science.org/toc/science/140/3564
4 Apocalipsis 4:5, 3:1, 2:1
5 Mt. 10:40-42; Mr. 9:37; Lc. 9:48, 10:16; Jn. 13:20
6 San Juan 8:47
7 San Juan 10:27