Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, para compartir unos momentos alrededor de la Palabra Divina, la Palabra de Dios, alrededor del tema: “EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS”.
Para eso quiero leer en San Mateo, capítulo 13, verso 9 en adelante. Luego que Jesús habló la parábola del sembrador, dijo:
“El que tiene oídos para oír, oiga.
Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.
Que Dios bendiga nuestros corazones con Su Palabra y nos permita entender las parábolas, para así ser bienaventurados y recibir la bendición de Dios, entenderla en nuestro corazón.
Nuestro tema de esta ocasión es: “EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS”.
En las parábolas se esconden misterios del Reino de Dios. Y nos dice el mismo Jesús en la parábola de la levadura: en el capítulo 13 y verso 33 al 35 dice la Escritura [San Mateo]:
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
Para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Abriré en parábolas mi boca;
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo”.
Encontramos que en las parábolas hay cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Toda revelación divina estará escondida en las palabras dadas a través de las parábolas; y cuando viene la revelación divina de algún misterio del Reino de Dios o Reino de los Cielos, encontraremos siempre en forma de parábolas, que Dios en el Antiguo Testamento habló de eso, y también encontramos que en el Nuevo Testamento también ha hablado, pero estaba todo sellado en esas parábolas.
Las parábolas son comparaciones, son proverbios y dichos, los cuales o las cuales significan ciertas cosas que Dios está hablando al pueblo, pero las esconde en estas parábolas.
Las parábolas, como podemos ver a través de la Escritura, son dadas usando cosas comunes y corrientes entre los seres humanos; y con esas cosas sencillas, Dios muestra cosas grandes; porque las cosas grandes son mostradas en forma sencilla; eso es Dios obrando en simplicidad.
Ahora, vean, como por ejemplo el nuevo nacimiento. Dios por medio de Jesús hablándole a Nicodemo, le habló en forma simbólica o parabólica… porque las parábolas son símbolos o son cosas simbólicas, las cuales, cuando son habladas y son usadas estas cosas que ya nosotros conocemos, no significan exactamente esas cosas que nosotros conocemos, sino que son comparaciones, y, por lo tanto, simbolizan otras cosas del Programa Divino.
Por ejemplo, cuando Dios le habló a Nicodemo acerca de nacer de nuevo, vean ustedes, está siendo comparado con el nacimiento de un niño. Pero ahora Cristo le está hablando de algo mayor, de un nuevo nacimiento, así como había tenido Nicodemo el nacimiento natural por medio de su madre1.
Ahora, vean ustedes que cuando Nicodemo preguntó si era necesario entonces entrar en el vientre de su madre…, ¿cómo era posible para un hombre viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo? Jesús entonces le habló el significado de esas cosas que Él le había hablado usando el nacimiento humano; y al hablarle de un nuevo nacimiento, pues enseguida Nicodemo pensó en nacer de nuevo del vientre de su madre. Pero era nacer del Agua y del Espíritu, lo cual está tipificado en el nacimiento que el ser humano ha tenido aquí en la Tierra por medio de papá y mamá.
Por eso, vean ustedes, contiene, el nacimiento natural, las cosas que contiene el nuevo nacimiento: agua, sangre y vida; y así es como aparece el niño. Y así es como también aparece la persona en el Reino de Dios: la Palabra, la Sangre de Cristo y el Espíritu Santo, y ahí la persona nace en el Reino de Dios.
Ahora, vean cómo en las parábolas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento encontramos que están los misterios del Reino de Dios o Reino de los Cielos escondidos; esos misterios están ahí sellados. Y cuando llega el tiempo para abrirse algún misterio del Reino de Dios, encontramos que esa parábola o esas parábolas, en donde están sellados esos misterios, se abren y se dan a conocer al pueblo.
En Oseas, capítulo 12, verso 9, dice Dios… verso 9 al 10:
“Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.
Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas”.
¿Quién es el que ha usado estas parábolas? Es Dios; es Dios el que ha usado estas parábolas por medio de Sus profetas, y por medio de Jesús, y por medio de los apóstoles, y por medio de los siete ángeles mensajeros.
Y ahora, vean que todos ellos han hablado muchas cosas que han de suceder, las han hablado en parábolas; y ahí han quedado esas profecías, selladas en esas parábolas.
Por ejemplo, cuando se nos habla del recogido de los escogidos en el Día Postrero, vean ustedes, se nos habla de la Gran Voz de Trompeta, se nos habla de los Ángeles; y todas esas cosas tienen un significado: la Gran Voz de Trompeta es el Mensaje del Evangelio del Reino, los Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías en el Día Postrero siendo manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo. ¿Y quién es el Ángel del Señor Jesucristo? El profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular.
¿Ven cómo esas parábolas contienen esos misterios?, ¿cómo esas parábolas, comparaciones, proverbios o dichos, contienen las cosas que han de suceder?
Por ejemplo, tenemos otra en Eclesiastés. Vamos a ver esta por un momentito, ya que ha venido… en el capítulo 11, verso 1 en adelante, dice:
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás”.
Ahora, usted no va a tomar el pan que lleva para su casa o que usted puede comprar en la tienda, o ir a la tienda y comprar mucho pan, y decir: “Como Dios dice aquí: ‘Echa tu pan sobre las aguas’, me voy a llevar un saco de pan, un costal de pan, para echarlo sobre las aguas, y así estaré obedeciendo lo que Dios dice aquí”. Pero la Escritura también dice: “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.
No es el pan literal el que usted tiene que echar sobre las aguas, sino la Palabra de Dios; pero ya sabe que el Pan es la Palabra. Y ahora ¿se va a ir a un río o al mar a echarla? No, ahora tiene que buscar qué significan las aguas: Las aguas representan pueblos, naciones y lenguas; por lo tanto, representa gente.
Eche la Palabra de Dios sobre la gente, predicando, llevando el Mensaje, llevando la Palabra de Dios correspondiente al tiempo en que usted vive, en videos, en folletos, en cintas magnetofónicas, y por la radio y la prensa, y por todos los medios que hay para llevar la Palabra; y así usted estará echando el Pan sobre las aguas.
¿Ven? Así fue en cada edad del pasado, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Y esto está también en Deuteronomio, capítulo, 8, verso 3 al 4; y San Mateo, capítulo 4, verso 4, donde es dicho:
“No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (porque ese es el Alimento para el alma de todo ser humano)”.
Y ahora, vean lo que sigue diciendo aquí:
“… después de muchos días lo hallarás”.
Ahora, después que usted echa el pan sobre las aguas ¿va a hallarlo después? Pues claro que sí. ¿Dónde? En aquellos que se lo comieron: Los encontrará en la vida eterna, los encontrará después de muchos días. A algunos los encontrará en el Reino Milenial, aun otros los encontrará aquí en la Tierra reuniéndose donde usted se reúna, y a otros los encontrará después del Reino Milenial.
Porque han recibido la Palabra; y aunque no eran primogénitos, con todo y eso la recibieron —la Palabra—, y luego trabajaron también en la Obra de Dios, creyeron esa Palabra; y aunque no fueron primogénitos, sus nombres estaban escritos en el Libro de Vida; y ellos luego, en el Juicio Final, salieron a vida eterna, salieron bien en el Juicio Final y entraron a la vida eterna.
Y ahora vean, sigue diciendo:
“Reparte a siete…”.
Y ahora, cualquier persona dice: “Solamente le tengo que llevar la Palabra a siete personas; porque ya sé que el Pan es la Palabra y las aguas son la gente; y ahora dice que reparta a siete. Hoy voy y le reparto a siete personas y no hago nada más”.
“… y aun a ocho…”.
“Bueno, pues dice a ocho, pues buscaré otra persona más y le repartiré también”. Pero eso no significa eso.
“… reparte a siete…”.
La Iglesia del Señor Jesucristo ha estado pasando por diferentes edades o etapas, y el reverendo William Marrion Branham en este diagrama que hizo y usó en el mensaje “La estatura de un hombre perfecto” y “Las siete etapas o edades de la Iglesia gentil” (y también hizo mención en otros mensajes a este diagrama), encontramos que dibujó las siete edades o etapas de la Iglesia gentil en esta forma de pirámide, y luego dibujó una octava etapa o edad2.
Y ahora, vean ustedes cómo de edad en edad la Palabra ha venido al mensajero de cada edad, y el mensajero de cada edad le ha repartido a la gente de su edad, al pueblo de su edad; y los que han creído han estado brazo a brazo con ese mensajero, y los ministros de esa edad también han estado brazo a brazo con ese mensajero, repartiéndole a la humanidad pan espiritual, la Palabra de Dios.
“… reparte a siete (a la primera edad, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima edad; a la gente que estarán viviendo en ese tiempo, reparte a todo el mundo), y aun a ocho…”.
Se repartió en Asia Menor. Se repartió en cinco ocasiones en Europa (las cinco edades). Y se repartió Pan, alimento espiritual, la Palabra de Dios, en Norteamérica: el séptimo ángel mensajero la repartió; y los ministros que estuvieron brazo a brazo con él, y el pueblo que estuvo brazo a brazo con él, trabajaron en esa repartición del alimento espiritual, de la Palabra de Dios correspondiente a la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil, bajo la Dispensación de la Gracia.
Y ahora: “Reparte aun a ocho”: a la Edad de la Piedra Angular o en la Edad de la Piedra Angular. Eso le toca al Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, recibir ese alimento espiritual y repartirlo a los escogidos de Dios del Día Postrero con los ministros de Dios del Día Postrero; y con todos los creyentes del Día Postrero, llevar esa Palabra, ese Mensaje, por todos los lugares, hasta que el último de los escogidos sea recogido.
Y también que llegue esa Palabra a todos los que estarán viviendo en esta Tierra, comenzando desde el territorio donde se lleva a cabo esta repartición.
Ahora, vean ustedes que la repartición del alimento espiritual de cada etapa, y venido por medio del mensajero de cada edad, fue repartido en el territorio correspondiente a cada edad.
Y ahora, la repartición hecha en la primera edad fue en Asia Menor; en la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta fue en Europa; en la séptima edad fue en Norteamérica.
Y ahora, para repartirle a ocho, ¿dónde? Pues en la América Latina y el Caribe. Y por eso es que nosotros estamos aquí recibiendo la Palabra, el Pan de vida eterna, recibiéndola allá en lo profundo de nuestra alma; porque “no solamente de pan literal vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, de toda Palabra que sale del profeta mensajero de Dios para el tiempo en que Dios lo envía; porque la boca de Dios son los profetas mensajeros que Dios envía.
Por eso en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, dice: “Profeta como yo, os levantará el Señor vuestro Dios; a él oiréis…”. ¿Quién dice así? Pues Dios se lo dijo a Moisés, y Moisés se lo dijo al pueblo hebreo.
¿Y por qué se requiere que toda persona escuche a ese profeta? Porque ese es el que trae la Palabra de vida eterna, el pan espiritual para el alma de los seres humanos. Usted no puede recibir el pan espiritual en otra forma, es por medio del mensajero que Dios envía para el tiempo que a usted le toca vivir.
Si usted estuviera viviendo en el tiempo de Noé, ¿quién tenía el pan espiritual para la gente en aquel tiempo, para alimentar el alma de los seres humanos? Pues el profeta Noé. Miren, todos aquellos que no recibieron a Noé y su Mensaje, perecieron cuando vino el diluvio; los que lo recibieron, entraron al arca y se salvaron.
Ahora, vean ustedes que para cada tiempo Dios tiene un siervo fiel y prudente, el cual está alimentando a los hijos de Dios (¿dónde?) en la Casa de Dios.
Y ahora, la Casa de Dios, vean ustedes, es la Iglesia del Señor Jesucristo representada en este diagrama en forma de pirámide.
Y ahora, de edad en edad hemos tenido un siervo fiel y prudente con el alimento espiritual, con la Palabra de Dios correspondiente a cada edad, alimentando a los hijos de Dios (¿dónde?) en la Casa de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo; y en cada edad fue repartido el alimento espiritual.
Y ahora, para el Día Postrero, para repartirle a ocho, ¿dónde será esa repartición de ese Alimento? En la Edad de la Piedra Angular, la edad representada en el ocho. ¿Y dónde cae esa edad?, ¿en qué territorio? Pues en la América Latina y el Caribe.
Y por eso nosotros estamos recibiendo ese alimento espiritual en este Día Postrero; dice:
[Deuteronomio 18:15] “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca…”.
¿Dónde Dios coloca Sus Palabras? En la boca del profeta que Él envía. Y Cristo dijo: “Mis palabras son Espíritu y son Vida”3.
Y ahora, vean ustedes por qué es tan importante recibir la Palabra de Dios, el Mensaje de Dios correspondiente al tiempo que a la persona le ha tocado vivir: porque ese es el alimento espiritual para el alma de la persona.
¿Y cómo viene? Por medio del mensajero que Dios envía para ese tiempo, para esa edad y para esa dispensación. No lo puede conseguir en otro lugar. No puede ir a una tienda para conseguirlo, ni a una religión, sino que tiene que ir al mensajero que Dios envía para ese tiempo, porque ahí es donde Dios coloca Su Palabra.
“… y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”.
Por lo tanto, todo lo que Dios quiere que la persona sepa en el tiempo en que vive, para que eso sea el alimento espiritual para el alma de esa persona, vean ustedes, ¿dónde lo va a encontrar? En la boca del profeta mensajero que Dios envía para ese tiempo; no lo encontrará en otro lugar. ¿Por qué? Porque Amós, capítulo 3, verso 7, dice:
“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”.
También dice el profeta Amós, capítulo 8, verso 11 en adelante, que Dios enviará hambre sobre la Tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios.
Ahora, vean cómo es un hambre espiritual y una sed espiritual del alma de cada ser humano: Hambre de oír y sed de oír (¿qué?) la Palabra de Jehová, la Palabra que sale de la boca de Dios, la Palabra que sale del profeta mensajero de Dios para el tiempo en que la persona está viviendo.
Hubo hambre en cada edad, pero hubo Alimento de parte de Dios para los hijos e hijas de Dios en cada edad. Porque cuando hay hambre en una familia, pues hay una compra ahí que el hombre de la casa, el esposo, ha traído para alimentar su familia; de otra forma sería un hombre irresponsable, si no le tiene el alimento a su familia.
Ahora, vean ustedes cómo Dios nos tiene el alimento espiritual a todos nosotros, y siempre nos envía un siervo fiel y prudente de edad en edad. Si hay que repartir a siete, a estas siete edades de la Iglesia gentil, pues envía un mensajero para cada edad; y a ese mensajero le da el alimento espiritual, lo pone en su boca, él lo habla, y son alimentados los hijos e hijas de Dios (¿dónde?) en la Casa de Dios, porque esta es la Casa del Pan de Dios, del alimento espiritual, de la Palabra de Dios para cada etapa o para cada edad.
Y ahora, vean ustedes por qué Dios ha enviado mensajeros, profetas, de edad en edad y de dispensación en dispensación: porque ellos son la boca de Dios. Dios coloca en la boca de ellos y en el corazón de ellos Su Palabra, Su Mensaje. Y por eso es que tenemos la Biblia: gracias a que Dios ha enviado profetas de edad en edad y de dispensación en dispensación, siendo ellos la boca de Dios para la edad o dispensación en que Dios los ha enviado.
Y Dios dice: “No toquéis a mis ungidos, a mis profetas”4. Y también dice: “El pueblo perece si no hay profeta”5. O sea, si no hay profeta, pues no hay visión; y sin profecía el pueblo se desemboca, se desenfrena, y perece.
Ahora, vean ustedes, si no hay profecía es porque no hay profeta, y si no hay profeta entonces no hay alimento espiritual para ese tiempo; y el tiempo y el pueblo perecen. Cada persona trata de establecer su propia interpretación de la Palabra de Dios, de la Escritura, sin ser el profeta que Dios tiene señalado para ese tiempo; y en vez de alimentar bien a las personas, ¿qué hacen?, los dividen; y se encuentran entonces mal alimentados.
Ahora, Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y me siguen, y yo les doy vida, vida eterna”6.
Ahora, vean cómo, cuando Él dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, del redil hebreo); las cuales también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”7.
Aquí tenemos a Cristo, por medio de cada ángel mensajero, como el Buen Pastor manifestado en cada edad, llamando y juntando a Sus ovejas en cada edad.
La Voz de Cristo… Cristo en Espíritu Santo estuvo manifestado en cada ángel mensajero, y estuvo hablando por medio de cada ángel mensajero, y estuvo llamando y juntando Sus ovejas durante estas siete edades; y luego acá, en la Edad de la Piedra Angular también, donde junta Sus últimas ovejas.
Ahora, vean cómo sería que la Voz de Cristo sería escuchada por las ovejas de Jesucristo, que son las personas que tienen sus nombres escritos (¿dónde?) en el Libro de la Vida del Cordero. Esa es otra parábola, la parábola del Buen Pastor y Sus ovejas8: Sus ovejas son seres humanos, los escogidos de Dios, los primogénitos de Dios; y el Buen Pastor es nuestro amado Señor Jesucristo. Y vean cómo escucharían la Voz de Cristo de edad en edad, y cómo sería que le sería repartido el alimento espiritual a las ovejas del Señor.
En el Salmo 23 nos dice que Dios es el Buen Pastor [RVR1909]:
“Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará yacer:
Junto á aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma”.
Y así sigue hablándonos de Dios, Jehová, como el Buen Pastor. Y luego Jesucristo, vean ustedes, cuando toma la parábola, Él dice: “Yo soy el Buen Pastor”.
No es que hay dos buenos pastores: Jehová y Jesús. Es que el Jehová del Antiguo Testamento es el Jesús del Nuevo Testamento; y sigue siendo en el Nuevo Testamento, en carne humana, el Buen Pastor. Y luego que murió, resucitó y ascendió al Cielo, sigue siendo el Buen Pastor, el Pastor de todos los pastores, el Príncipe de los pastores.
Y Él por medio de cada ángel mensajero se manifiesta como el Buen Pastor, para llamar, juntar y recoger así Sus ovejas en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Redil; y ahí las alimenta con el pasto fresco de la Palabra de Dios correspondiente para cada edad, que es el alimento espiritual del alma y para el alma de cada hijo e hija de Dios.
Sin ese alimento espiritual las ovejas de cada edad morirían; pero Cristo ha dado ese alimento espiritual por medio del mensajero de cada edad en estas siete edades que han transcurrido, y así ha repartido a siete. Pero ahora, dice:
“… y aun a ocho…”.
Por lo tanto, es repartido el alimento espiritual en la Edad de la Piedra Angular, que es la edad representada en el ocho; y así como fue hallado el alimento espiritual en la boca de cada mensajero de cada edad, en el Día Postrero será hallado el alimento espiritual para el alma de los escogidos de Dios en la boca del Ángel del Señor Jesucristo, que es el profeta de la Dispensación del Reino.
Y ese alimento espiritual es el Mensaje representado en la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Ahora, vean cómo también la Segunda Venida de Cristo ha sido representada en diferentes parábolas, haciendo así diferentes comparaciones de la Segunda Venida de Cristo.
Encontramos también que la venida de los mensajeros de cada edad fueron colocados en parábolas o comparaciones; son comparados con siete estrellas, y acá arriba corresponde a la octava estrella, que es la Estrella resplandeciente de la Mañana; porque es la Estrella que aparece en un nuevo Día, o sea, cuando está rayando el alba de un nuevo día dispensacional y de un nuevo día milenial.
Y las siete estrellas o siete ángeles mensajeros los encontramos en la etapa correspondiente a la noche; y por eso la Iglesia de Jesucristo está comparada en o con la luna. Y la luna, como refleja la luz del sol, así la Iglesia de Jesucristo durante las siete etapas estuvo reflejando la Luz de Cristo, luz espiritual.
Y Dios le colocó a Su Iglesia, de edad en edad, un mensajero; y a través de ese mensajero Cristo se reflejó. Cristo, el Sol de Justicia, se reflejó por medio de cada una de esas estrellas, de esos mensajeros.
Y ahora, para el Día Postrero, tenemos la promesa de la venida de la Estrella resplandeciente de la Mañana, que no pertenece a ninguna de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, para resplandecer (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular, en la edad octava; y en un nuevo día dispensacional: el día de la Dispensación del Reino, que es el séptimo día dispensacional; porque hay siete dispensaciones, y la Dispensación del Reino es la séptima, y corresponde al séptimo milenio.
Si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos en el séptimo milenio; por lo tanto, la Dispensación del Reino tiene que estarse entrelazando con la Dispensación de la Gracia; o sea, la séptima dispensación se tiene que estar entrelazando con la sexta dispensación.
Y ahora, vean ustedes dónde nos encontramos en el Programa Divino; y solamente en la boca del Ángel Mensajero de Jesucristo podremos encontrar la Palabra de Dios correspondiente al Día Postrero, o sea, el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.
Solamente en el Mensaje del Evangelio del Reino es que podemos encontrar la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo siendo abierto, siendo dado a conocer, a la Iglesia del Señor Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular. En ninguna otra edad y por ningún otro ángel mensajero; solamente por medio del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.
Y ese Mensaje del Evangelio del Reino, en el cual y con el cual es revelado el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, ese Mensaje es el alimento espiritual para el alma de cada uno de ustedes y también para mi alma.
Vean ustedes cómo ha representado Dios el alimento espiritual de nuestra alma en el pan correspondiente al ocho, o sea, a la Edad de la Piedra Angular, el alimento espiritual para nosotros. Así como representó el alimento espiritual en el pan que se le repartiría a siete: así fue representado el alimento espiritual para las siete edades de la Iglesia gentil.
Y ahora, vean cómo en estas parábolas o comparaciones o proverbios, estos misterios del Reino de Dios estaban ocultos; pero vean cómo van siendo abiertos estos misterios, y van siendo dados a conocer todos estos misterios, a medida que también van siendo cumplidos.
Y ahora, vean ustedes lo que sigue diciéndonos aquí. Dice, cuando nos habla de que el profeta hablará todo lo que Dios le mandare, dice:
“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
En Hechos, capítulo 3, verso 18 al 23 dice, citando esa Escritura dice: “Yo le desarraigaré del pueblo (el que no oyere lo que él hablare en Mi Nombre)”. “El que no oyere lo que él hablare en Mi Nombre, Yo le desarraigaré del pueblo”; pierde todo derecho a las bendiciones de Dios, pierde todo derecho a la vida eterna, pierde todo derecho a ser parte del pueblo de Dios.
Y ahora, vean ustedes cómo, ahora en la Escritura también de Eclesiastés, que habíamos estado citando al principio, donde nos dice:
“… reparte a siete, y aun a ocho…”.
Vean ustedes, ya hemos visto lo que eso significa para las siete etapas o edades de la Iglesia gentil y para la Edad de la Piedra Angular, para este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo. Dice:
“… porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra”.
No sabes el mal que vendrá de la gran tribulación sobre la raza humana, como vino sobre la raza humana en el tiempo de Noé, que vino el diluvio y destruyó al mundo antediluviano; pues no creyeron a Noé y su Mensaje, y vino el diluvio y se los llevó a todos; no pudieron comprender.
Cristo, citando los tiempos de Noé, dice que como fue en los días de Noé: que comían, bebían, y se casaban y se daban en casamiento, y no entendieron9. ¿Qué no entendieron? No entendieron el Programa de Dios, no entendieron la Palabra de Dios correspondiente a ese tiempo, y por lo tanto no recibieron el alimento espiritual para el alma. Y al no tener el alimento espiritual para el alma estaban muertos espiritualmente; y lo que le sigue a la muerte espiritual es la muerte física. Por lo tanto, vino el diluvio y se los llevó a todos. Excepto a Noé y su familia, que tenían el alimento espiritual para el alma; por lo tanto, tenían vida espiritual y tenían el derecho a continuar viviendo. Y con ellos comenzó Dios luego la nueva generación.
Y ahora, dice:
“… así será la venida del Hijo del Hombre”.
O sea que para el Día Postrero, en el cual nosotros estamos viviendo, serían días paralelos a los días de Noé. Hubo un profeta dispensacional allá: para este tiempo tiene que estar un profeta dispensacional; y solamente hay uno prometido para el Día Postrero, que es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino; y ese es el Ángel del Señor Jesucristo.
Ese es el mensajero que viene revelando los misterios de Dios para el Día Postrero, dándole a conocer a la humanidad los juicios divinos que han de venir sobre la Tierra, como Noé lo hizo en su tiempo, dándole a conocer Noé los juicios divinos que vendrían sobre la raza humana.
Y ahora, este profeta como Noé estará dando a conocer los juicios del Apocalipsis, los juicios de la gran tribulación que vendrán sobre la raza humana; y vendrá así cumpliendo lo que dice Apocalipsis, capítulo 10, verso 8 al 11, en donde tiene que profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, lo cual fue tipificado en Juan el apóstol.
Y ahora, vean ustedes cómo para este tiempo final, en el cual nosotros vivimos, es necesario que se le reparta a ocho, que se le reparta a una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular en la Dispensación del Reino, para poder escapar de los juicios divinos que han de venir sobre la Tierra.
“… porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra”.
Pero ya, por cuanto ha sido dado a conocer, sabemos que vendrá la gran tribulación sobre la raza humana, como vino el diluvio sobre la raza humana; ahora vendrá un diluvio de fuego, como está prometido en la Escritura. ¿Dónde está eso escrito? En Malaquías, capítulo 4, verso 1, dice:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará (o sea, los quemará), ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.
Eso es un diluvio de fuego atómico que vendrá sobre la Tierra; y también hay fuego volcánico, y hay fuego de petróleo, de gasolina, de gas y de todos estos combustibles (que son combustibles que se prenden en fuego); y todo eso pues estará listo para ese tiempo. Aun el oxígeno también se prende en fuego. Si no hay oxígeno, pues no hay fuego; pero el fuego atómico, vean ustedes, viene, aunque la gente tenga lo que tenga para protegerse.
Bueno, algunas personas pueden decir: “Yo voy a hacer como los jueyes, como los cangrejos: una cueva”. Eso se llama (¿un qué?) un subterráneo o una… un túnel también le llaman, un lugar para protegerse de la radioactividad; un sótano o un… tiene otro nombre también; un refugio.
Bueno, y después que tiren las bombas atómicas y se le acabe la comida, ¿qué va a hacer? Porque la radioactividad no se va al ocurrir la explosión; más bien se queda, y se queda todo contaminado. Así que, ¿qué va a hacer después de la explosión o de las explosiones si no es destruido el refugio suyo?
Pero no se preocupen, para los escogidos de Dios hay un refugio, y Dios dice que Él es nuestro refugio10. Y si Él es nuestro refugio, Él sabe lo que va a hacer con nosotros.
Dice en Isaías, capítulo 26, versos… vamos a ver; un poquito antes… vamos a leer: verso 19 en adelante dice, o verso 18 en adelante dice… Este capítulo completo parece que nos habla del tiempo final, vamos a ver dónde podemos comenzar por aquí. Vamos a comenzar por aquí en el verso 14, dice:
“Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.
Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.
Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste”.
Porque las personas, cuando viene el castigo, el juicio, es que buscan a Dios (algunas personas); pero es mucho mejor buscarlo cuando no hay juicio o castigo sobre la raza humana, porque uno tiene más facilidades. Pero las personas no comprenden esto, y cuando se ven en apuros es que claman a Dios. Sigue diciendo:
“Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.
Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos (está hablando aquí ¿de qué? De la resurrección).
Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.
Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos”.
Y el capítulo 27, que sigue a continuación, verso 1 en adelante, dice:
“En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.
En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo”.
Y eso nos llevaría hasta Apocalipsis 19.
Vean cómo las cosas que están en el Nuevo Testamento ya estaban acá en el Antiguo Testamento; pero vean que todo esto está en forma parabólica, está en símbolos, está en comparaciones, está en proverbios, está en diferentes formas simbólicas, o sea, en parábolas.
Y ahora, vean cómo viene el día ardiente como un horno: será un diluvio, no de agua, sino de fuego. Pero ¿qué será de los escogidos de Dios? Dice que serán escondidos: “Escóndete por un poquito (o sea, por tres años y medio), en lo que pasa la indignación (o sea, la gran tribulación)”.
También en Malaquías, capítulo 4, verso 2 en adelante, dice:
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia…”.
Eso es la Segunda Venida de Cristo, porque Él dijo: “Yo soy la Luz del mundo”11. Él es el Sol de Justicia. Y Él viene como el Sol de Justicia en el Día Postrero, porque Él es el Rey de reyes y Señor de señores; y el sol es el astro rey, y representa a Cristo en Su Segunda Venida. Por eso en el Monte de la Transfiguración Su rostro resplandeció ¿cómo? Como el sol12.
Y también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 14 en adelante; y también en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante; ahí encontramos al Ángel Fuerte descendiendo del Cielo envuelto en una nube y con Su rostro como el sol, porque viene como Rey de reyes y Señor de señores.
Pero todo esto está en estos símbolos, en estas parábolas; porque las parábolas son símbolos que son usados para mostrar estos misterios del Reino de Dios; pero hasta que son abiertos estos misterios, estas parábolas, no pueden ser entendidas.
Pero a los escogidos de Dios es hecha la promesa: “A vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de Dios o Reino de los Cielos; mas a los demás no”13; porque estos misterios son para ser dados a conocer a los escogidos de Dios en las diferentes etapas por las cuales pasa la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora, las cosas que son para los escogidos de Dios para el Día Postrero, pues no fueron revelados estos misterios a los escogidos de las edades pasadas, solamente tuvieron las parábolas, las profecías, las comparaciones que hablan de las cosas que Dios estará realizando en este Día Postrero. Pero a nosotros, en este tiempo final, es concedido conocer el significado de estos misterios que se encuentran en estas parábolas correspondientes al Día Postrero.
Y ahora, vean cómo tenemos diferentes profecías en diferentes parábolas para este Día Postrero. La Segunda Venida de Cristo la encontramos en diferentes formas, en diferentes comparaciones, en diferentes parábolas.
Miren, viene como el Sol de Justicia, viene como el Sol, con Su rostro como el sol; y en otro lugar nos enseña que viene envuelto en una nube; y en otro lugar nos enseña que viene en un caballo blanco14; y así por el estilo. Y en otro lugar nos enseña que viene y que es el León de la tribu de Judá15; pues el león es el rey de los animales, y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores.
Ahora, vean cómo estas profecías de la Segunda Venida de Cristo, colocadas en estas parábolas y en diferentes comparaciones y proverbios, son para ser cumplidas en el Día Postrero y para ser dadas a conocer a todos los escogidos de Dios.
Vamos a ver… vimos lo que es la Venida del Señor con Su rostro como el sol: es la Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores. Pero vamos a ver un poquito con más detalles algo que es muy importante. La Venida de Cristo como… la Venida de Cristo en un caballo blanco.
En el libro de Los Sellos en español, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, en la página 277, orando dice…, en una parte de la oración, dice:
[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco (o sea, de ese verdadero caballo blanco de Apocalipsis 19), mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
¿Quién es el que llama a Sus escogidos? El Espíritu Santo, que es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Él ha estado llamando y juntando a Sus escogidos de edad en edad. Pero ahora, para el Día Postrero, encontramos en Apocalipsis 19 la Venida de Cristo en un caballo blanco como la nieve. ¿Y saben lo que el precursor de la Segunda Venida de Cristo nos dice?
Vean ustedes que viene con un nombre que ninguno conoce, y Su Nombre es El Verbo de Dios.
Pero Verbo no es nombre, por lo tanto… Es la Venida del Verbo de Dios. Y miren, cuando vino el Verbo de Dios dos mil años atrás, nos dice en San Juan, capítulo 1, verso 14:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de (virtud)”.
Y ahora, cuando vino el Verbo en carne humana, ¿qué nombre tuvo? Jesús. Esa es la Primera Venida de Cristo, la Primera Venida del Verbo en carne humana en toda Su plenitud, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, del Jehová del Antiguo Testamento.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.
Y cuando se hizo carne seguía siendo Dios. Por eso Jesús podía decir: “Él Padre y yo uno somos, una sola cosa somos, una cosa somos” [San Juan 10:30].
Y cuando Felipe dice: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”. Jesús dice: “¿Tanto tiempo hace, Felipe, que estoy con vosotros, y todavía no me has conocido? ¿No sabes que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre (o viceversa)? Y el que me ha visto a mí, ha visto al Padre”16. Porque el Padre estaba dentro de aquel cuerpo de carne.
Era el Jehová del Antiguo Testamento, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Ángel de Pacto, el que vino en carne humana. Eso lo dice el profeta Malaquías, en el capítulo 3, verso 1 en adelante, donde dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (¿Y quién fue ese mensajero? Juan el Bautista); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis (y después de Juan el Bautista ¿quién vendría? El Señor, a quien buscaba el pueblo hebreo. Lo buscaba en el templo, lo buscaba en sus oraciones, lo buscaba con sus sacrificios, en todas formas), y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros”.
¿Quién vendría? El Señor, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, ese sería el que vendría. Y cuando vino el Verbo, el Ángel del Pacto, el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob: vino en carne humana en aquel cuerpo llamado Jesús. Y en aquel joven carpintero de Nazaret se cumplió la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, llevando a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Y para el Día Postrero vendrá el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el mismo que estuvo en carne humana en la persona de Jesús, vendrá nuevamente y tendrá un Nombre que ninguno entiende. Y dice [Apocalipsis 19:16]:
“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”.
Ahora, vean cómo en Su vestidura, dos mil años atrás… porque Dios se vistió de carne humana, y en Su vestidura tuvo el Nombre de Redención: Jesús, para llevar a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Pero la Escritura nos dice en el capítulo 3, verso 12, de Apocalipsis:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.
Vean ustedes, hay personas que han leído la Biblia y no saben que Jesús dice que tiene un nombre nuevo; y ese es el nombre nuevo que Él estará usando en Su Segunda Venida. Y eso ni lo habían pensado las personas que han leído la Biblia: que Él tenía un Nombre Nuevo, y que ese sería el Nombre que Él colocaría sobre el Vencedor, y ese sería el Nombre para Su Segunda Venida como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Y ahora, si la Segunda Venida de Cristo era un misterio para muchas personas, ahora con ver que Jesús tiene un nombre nuevo es un misterio mayor, porque las personas se preguntan: “Y ahora, ¿cuál será el nombre nuevo del Señor?”. Bueno, Él dijo que lo escribiría sobre el Vencedor. Si consiguen el Vencedor van a conseguir el lugar donde Él habrá escrito Su nombre nuevo.
¿Y cuál es el nombre nuevo del Señor? Pues el Nombre Eterno de Dios; y ese es el nombre de la Ciudad de nuestro Dios. ¿O habrá otro nombre mejor para la Ciudad de Dios? No lo hay, ese es el nombre mejor; y por eso ese mismo es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.
Bueno, hemos visto todos estos misterios.
Ahora, hemos visto que el Jinete del caballo blanco es el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo.
Y ahora, para el Día Postrero tenemos la promesa que el Espíritu Santo vendrá a la Edad de la Piedra Angular, para repartir —por medio de Su Ángel Mensajero— el alimento espiritual, ¿a qué número? A ocho; porque luego vendrá el mal sobre la Tierra, el mal de la gran tribulación, el juicio divino.
Y ahora, ¿cómo vendrá Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero? Él en cada edad vino en Espíritu Santo manifestado en el ángel mensajero de cada edad; por lo tanto, no puede venir en otra forma en la Edad de la Piedra Angular. Tiene que venir por medio del mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es el Ángel del Señor Jesucristo, que es el mensajero de la Dispensación del Reino, un profeta dispensacional.
Por lo tanto, será la primera ocasión en que Jesucristo viene a Su Iglesia manifestado en carne humana en un profeta dispensacional; porque vino manifestado en carne humana en cada ángel mensajero, en la porción correspondiente a cada edad, en la manifestación correspondiente a cada edad. Pero para el Día Postrero vendrá en la Edad de la Piedra Angular, repartiendo el alimento espiritual para el alma a los que estarán en esa edad.
Y ahora, vean ustedes lo que nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, refiriéndose a Apocalipsis 19, refiriéndose al caballo blanco de Apocalipsis 19, y al Jinete que viene en ese caballo blanco. Dice17:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
¿Cómo vendrá? Aquí viene Cristo en Espíritu Santo en un hombre, en Su Ángel Mensajero, en el profeta mensajero de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, el cual estará repartiendo a ocho; porque en él estará Jesucristo en Espíritu Santo. Y con el Ángel Mensajero estarán los ministros del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular, repartiendo también a ocho. Y estarán los creyentes de la Edad de la Piedra Angular repartiendo también a ocho; o sea, a la Edad de la Piedra Angular. Y vean ustedes cómo esa edad corresponde a la América Latina y al Caribe.
Ahora, hemos visto estos misterios contenidos en las parábolas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Solamente hemos hablado de algunos de los misterios contenidos ahí.
Pero vean ustedes cómo, en esto que hemos hablado, hemos visto un cuadro claro de lo que Dios había prometido para este Día Postrero. Y cuando hemos visto el significado contenido en esas parábolas, hemos visto lo que sería la Venida de Cristo, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, a través de Su Ángel Mensajero: sería la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis en el Día Postrero, la Palabra encarnada en un hombre.
¿Y vieron lo sencillo que sería todo? Todo sería sencillo. Y el territorio para este gran evento es la América Latina y el Caribe. Y eso sí es una buena noticia para los latinoamericanos y caribeños; como fue una buena noticia la noticia que la Primera Venida de Cristo se cumpliría en la tierra de Israel; vean, y también fue una buena noticia que la Venida de Cristo manifestado en cada edad de la Iglesia, vean ustedes, fue en cada territorio donde Dios envió al ángel mensajero de cada edad.
Y ahora la buena noticia para los latinoamericanos y caribeños es la buena noticia de la Venida del Espíritu Santo, de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe. Ese es el territorio para la bendición de Dios del Día Postrero.
Por lo tanto, son los latinoamericanos y caribeños los bendecidos por Dios en este Día Postrero; como fueron bendecidos en cada edad, la gente que le tocó vivir en el territorio de cada edad.
Y ahora, vean ustedes la bendición tan grande que tienen los latinoamericanos y caribeños en este Día Postrero. Y nadie les podrá quitar esta bendición que fue ordenada, predestinada por Dios, desde antes de la fundación del mundo, para los latinoamericanos y caribeños.
Y por eso es que Dios coloca en medio de la América Latina y el Caribe a Sus escogidos del Día Postrero, los llama y los junta con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; en donde todos estos misterios contenidos en estas parábolas correspondientes al Día Postrero están siendo abiertos, y está siendo mostrado a todos los latinoamericanos y caribeños los misterios contenidos en las parábolas del Día Postrero, que se encuentran en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento.
“EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS”.
¿Vieron EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS? Hemos visto que contienen los misterios del Reino de los Cielos, contienen todas las cosas que Dios ha hecho en el pasado, las que está haciendo en el presente y las que hará en el futuro. Ahí están selladas todas esas cosas.
Pero vean cómo son abiertas en nuestro tiempo; porque a vosotros, escogidos en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, latinoamericanos y caribeños: a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos correspondientes a este Día Postrero.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de los misterios o “EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS”.
Que Dios les bendiga grandemente, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo nuestro Salvador. Y sean llamados los que faltan de ser llamados y juntados, y se complete el número de los escogidos de Dios, y seamos transformados y raptados en este Día Postrero; y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero, y disfrutemos allí esta gran Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno de nuestro amado Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo; porque ustedes son los que estarían en este Día Postrero recibiendo las bendiciones de Cristo.
¿Dónde están los que estarían viendo el significado, el contenido de esos misterios en esas parábolas? ¡Pues aquí están! ¡Aquí estamos, en este Día Postrero!
Que Dios les bendiga y les guarde, y pasen todos muy buenas noches.
Con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche.
Por aquí lo tenemos ya. Que Dios te bendiga, Miguel, y que Dios le bendiga a cada uno de ustedes también.
Con nosotros Miguel.
“EL MISTERIO DE LAS PARÁBOLAS”.
[Revisión junio 2022]
1 San Juan 3:1-7
2 https://imprenta.carpa.com/es/material/la-nube-y-la-piramide-diptico/
3 San Juan 6:63
4 1 Crónicas 16:22, Salmos 105:15
5 Proverbios 29:18
6 San Juan 10:27-28
7 San Juan 10:16
8 San Juan 10:11-18
9 San Mateo 24:37-39
10 Salmos 9:9, 18:2, 46:7, 46:11; 1 Samuel 2:2
11 San Juan 8:12
12 Mt. 17:2, Mr. 9:2, Lc. 9:29
13 San Mateo 13:11, San Lucas 8:10
14 Apocalipsis 19:11
15 Apocalipsis 5:5
16 San Juan 14:8-10
17 Los Sellos, pág. 256