Los secretos del Séptimo Sello ya revelados

Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para esta ocasión nuestro tema es: “LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS”.

Para lo cual quiero leer en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 al 5, donde dice:

“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.

Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS”.

Para poder comprender los secretos del Séptimo Sello ya revelado, necesitamos comprender lo que es el Séptimo Sello. El Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo; y Su Venida, vean ustedes, está contenida en y bajo ese Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8, verso 1.

Cristo, cuando habló de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero, también guardó silencio en cuanto a la Venida del Hijo del Hombre; y comenzó a hablar en parábolas con relación a la Venida del Hijo del Hombre y al tiempo que se estaría viviendo para esa ocasión; habló del pueblo hebreo y representó al pueblo hebreo en la higuera. Y dijo en San Mateo, capítulo 24, versos 30 en adelante, hablando acerca de la Venida del Hijo del Hombre, dice:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Ahora vean, nos muestra Cristo que para el tiempo correspondiente a la Venida del Hijo del Hombre, en el cielo será vista la señal del Hijo del Hombre, la cual dice que será “en las nubes”; en otro de los Evangelios dice que será “en una nube”; y en Apocalipsis, capítulo 1, y el capítulo 10, dice también que vendrá “en las nubes”.

Y ahora, vean ustedes, capítulo 1, verso 7 en adelante, dice:

“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.

Y luego, en Apocalipsis, capítulo 10, dice:

“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube…”.

Aquí nos habla de “una nube”, y en el capítulo 1 nos habla de “las nubes”; y en San Mateo, capítulo 24, nos habla que viene: “… viniendo sobre las nubes del cielo”.

Y en San Marcos, capítulo 13, verso 26, dice:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.

Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo”.

Y en San Lucas, capítulo 21, nos dice de la siguiente manera: versos 27 en adelante, dice:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.

Y ahora, vean ustedes, cuando comiencen estas cosas a suceder es tiempo que todos los hijos e hijas de Dios tengan sus cabezas levantadas al Cielo, a las cosas de Dios, a las cosas celestiales; y puedan ver, puedan comprender, la Venida del Hijo del Hombre en las nubes; porque dice:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.

Y ahora, por eso es que nos muestra que levantemos nuestras cabezas al Cielo, para que podamos ver las cosas celestiales, comprender las cosas celestiales que estarán siendo cumplidas en el Día Postrero.

Y para febrero 28 de 1963 apareció en el cielo una señal muy misteriosa, la cual no tuvo una explicación satisfactoria completamente de la ciencia, porque no podían explicar cómo a 26 millas de altura hubo una nube gigante, de 30 millas de ancho1; y no tuvieron una explicación totalmente satisfactoria con relación a esta nube, porque saben que es un misterio esta nube.

Ahora, Cristo nos habló de la Venida del Hijo del Hombre en las nubes del cielo, también nos habló “viniendo en una nube”; y en el libro del Apocalipsis también nos muestra al Hijo del Hombre, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube. Y para el año 1963, febrero 28, fue vista esta nube misteriosa en el cielo, formada por ángeles de Dios, lo cual la ciencia todavía no ha comprendido.

Así como en medio del pueblo hebreo, vean ustedes, una nube los guiaba de día y de noche…: de día les era una nube de sombra, y de noche era una nube de fuego que les alumbraba el camino2. Luego encontramos en el monte [Tabor] una nube que cubrió a Pedro, Jacobo, Juan y Jesús, allí en el monte de la Transfiguración; y esa nube y desde esa nube Dios habló, y les dijo a ellos: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento; a Él oíd”3.

Y ahora, podemos ver que también en el monte Sinaí estuvo una nube, y fue envuelta en esa nube el monte Sinaí4.

Podemos ver que para el Día Postrero, para el tiempo final, aparecería en el cielo una señal, y era una nube, en donde el Hijo del Hombre estaría presente, viniendo en una nube.

Ahora, al decir “una nube” o “las nubes”, está correcto, porque esta nube fue formada por siete ángeles mensajeros y uno que era diferente a los demás; fue formada por los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y otro Ángel que era diferente a los demás, el cual es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, o sea, Jesucristo en Su cuerpo teofánico; de lo cual habló, vean ustedes, el precursor de la Segunda Venida de Cristo cuando dijo [Los Sellos, pág. 469]:

“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?

154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.

Ahora, ¿por qué significó tanto el Séptimo Sello para el reverendo William Branham, siendo el precursor él de la Segunda Venida de Cristo? Porque ese Séptimo Sello es la Venida del Señor.

Ese Ángel que estaba allí (entre estos ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil), ese Ángel diferente, es el que tiene el Séptimo Sello; porque ese es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Su cuerpo teofánico, manifestado allí para, en el Día Postrero (así como vino manifestado en cada ángel mensajero), Él venir manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, en el cumplimiento de la apertura del Séptimo Sello aquí en la Tierra.

Y ahora, ahí está el misterio del Séptimo Sello: es el misterio de la Venida y manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová en carne humana en Su Ángel Mensajero. Y ya ese es uno de los misterios del Séptimo Sello que ha sido revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vean cómo dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, hablándonos acerca de la Venida de Jesucristo representada en el simbolismo o símbolos de Apocalipsis, capítulo 19, donde vemos la Venida de Cristo representada en un Jinete que viene en un caballo blanco, y con Él viene un Ejército celestial; y vean lo que dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que es la Venida de ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Orando, en la página 277 del libro de Los Sellos en español, dice:

“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

Ahora, ¿quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Es el Espíritu Santo, el cual es Cristo, el Ángel del Pacto viniendo en el Día Postrero.

En el libro de Los Sellos, página 134, en español, dice:

“142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.

Y ahora, ¿qué es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero encarnado? Dice en la página 256 del libro de Los Sellos en español:

“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Ahora vean que la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 es la Venida del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto, del Verbo, de la Palabra encarnada en un hombre.

Y para encarnarse la Palabra de edad en edad y de dispensación en dispensación, siempre Dios ha tenido un hombre aquí en la Tierra, un profeta aquí en la Tierra, a través del cual se ha manifestado la Palabra en carne humana, velada y revelada a través de carne humana, en la porción correspondiente para cada edad y cada dispensación.

Y para poder encontrar esa Palabra encarnada, hay que encontrar el velo de carne, el profeta mensajero correspondiente a ese tiempo: a esa edad y a esa dispensación; porque no puede venir manifestado en cualquier persona, sino en el mensajero correspondiente a esa edad y a esa dispensación en donde se está cumpliendo esa promesa.

Ahora, de edad en edad encontramos que Dios ha enviado mensajeros de edades para las diferentes etapas de las diferentes dispensaciones; y en ellos estuvo la Palabra prometida para ese tiempo encarnada, y por medio de ellos estuvo revelada, y por medio de ellos esa Palabra resplandeció en cada edad. O sea que vino Luz sobre la Palabra prometida para esa edad cuando se cumplió esa Palabra prometida en el mensajero enviado para esa edad.

Ese mensajero fue la Luz de Dios para esa edad, porque en ese mensajero estaba Dios, que es la Luz alumbrando el entendimiento y el alma de los seres humanos que vivieron en cada una de esas edades o etapas del pueblo de Dios.

Y vemos cómo luego se manifestó en toda Su plenitud en Jesús de Nazaret, en el cual estaba la Palabra, el Verbo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, hecho carne, hecho hombre entre los seres humanos, vestido de un cuerpo humano en medio del pueblo de Israel. Y vean ustedes, eso fue la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, eso fue la Venida del Señor como Cordero de Dios, eso fue la Primera Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre.

Recuerden que la Venida del Hijo del Hombre, la Venida de Cristo es la Venida del Ángel del Pacto vestido de carne humana, en un hombre del tiempo en donde se cumple esa promesa. Y ese hombre es el ungido con el Espíritu de Dios, es el ungido con el Espíritu Santo, es el ungido con el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual está manifestado en ese velo de carne.

Ahora, vean ustedes cómo fue la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios, lo cual fue la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová: en un cuerpo humano, nacido por medio de una virgen llamada María, el cual vino a ser un carpintero de Nazaret, o sea, un obrero de la construcción; pero en ese obrero de la construcción estaba el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, hecho carne, hecho hombre en medio de la raza humana, allá en medio del pueblo hebreo, para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y al final de la manifestación del Ángel del Pacto en ese velo de carne, se llevó a cabo la Obra de Redención; pero antes de llevar a cabo la Obra de Redención tenía que llevar a cabo la labor correspondiente a Su ministerio de tres años y medio, Obra que sería coronada con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.

Y ahora vean ustedes cómo tuvo un ministerio de tres años y medio, predicando y realizando todas las cosas que Dios había prometido que el Mesías haría en ese tiempo.

Tuvo —antes de esa etapa— cerca de 30 años en los cuales no se había revelado al pueblo hebreo, porque tenía que esperar el tiempo correspondiente, que era en la semana número setenta de la profecía de Daniel, en donde cumplió la primera parte de tres años y medio; y dejó tres años y medio para ser cumplidos en el Día Postrero (o sea, en el séptimo milenio), en donde se revelará al pueblo hebreo y le confirmará el Pacto al pueblo hebreo.

Y ahora, vean ustedes lo que fue la Primera Venida de Cristo: fue la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Verbo, la Palabra encarnada en un hombre llamado Jesús de Nazaret.

Y por cuanto el pueblo hebreo no conoció el tiempo de la visitación divina5 en carne humana, en ese velo de carne llamado Jesús, el juicio divino luego vino sobre el pueblo hebreo, y ha estado cayendo sobre el pueblo hebreo por estos dos mil años que han transcurrido.

Y todavía tiene problemas el pueblo hebreo, ¿por qué? Porque el pueblo hebreo no tiene el sacrificio por el pecado, el sacrificio de la expiación que ofrecían; ya no tiene templo, ni tiene el arca del pacto, para ofrecer sobre el propiciatorio la sangre del macho cabrío; y por consiguiente los pecados del pueblo hebreo han estado siendo vistos por Dios, y el pecado demanda el juicio divino de parte de Dios, el cual ha estado cayendo sobre el pueblo hebreo.

Ahora, vendrá un tiempo para el pueblo hebreo, señalado en Isaías, capítulo 59, verso 19… vamos a leer desde el verso 17 en adelante:

“Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,

como para vindicación (o sea, para venganza), como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.

Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”.

¿Por qué? Porque el Espíritu de Jehová, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, se hará carne en el Día Postrero, en la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo encarnado en un hombre del Día Postrero.

“Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.

Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre”.

Eso es para ser cumplido en el tiempo final, o sea, en el Día Postrero.

De esto también habló San Pablo en Romanos, capítulo 11, verso 25 en adelante, cuando dijo:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (o sea, hasta que haya entrado hasta el último miembro del Cuerpo Místico de Cristo)…”.

El Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia, ha estado siendo compuesto por gentiles y también por hebreos. Y este Cuerpo Místico de Cristo, siendo la Iglesia de Jesucristo y siendo también el Templo espiritual de Cristo, de etapa en etapa, de edad en edad ha estado siendo construido este Templo con seres humanos, con piedras vivas, en los diferentes territorios donde se han cumplido estas edades de la Iglesia gentil: Asia Menor, Europa y Norteamérica; y para este tiempo final, para la etapa de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino y Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo: en la América Latina y el Caribe.

Y ahora, sigue diciendo San Pablo… Vean, dijo:

“… hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles…”.

Cuando entre la plenitud de los gentiles, o sea, cuando entre hasta el último del Cuerpo Místico de Cristo, ¿luego qué pasará?

“… y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador…”.

¿De dónde viene? De Sion. Sion es la Iglesia de Jesucristo (y también…), vean ustedes, por cuanto la Iglesia de Jesucristo es el Israel celestial y la Jerusalén celestial; como también está el Israel terrenal, que es el Sion terrenal y es la Jerusalén terrenal también. Y ahora, dice:

“Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados”.

Porque Dios quitará los pecados del pueblo hebreo y entonces, vean ustedes, todo Israel recibirá la bendición, la redención; y estará en medio del pueblo hebreo el Rey de reyes y Señor de señores, el Hijo del Hombre e Hijo de David, para el reclamo de Su Trono, para sentarse en el Trono de David y reinar sobre el pueblo hebreo y sobre el planeta Tierra completo por mil años, y luego por toda la eternidad.

Ahora podemos ver que este misterio de la Venida del Redentor, la Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, para el Día Postrero, en medio de la Iglesia gentil, en medio de los escogidos de Dios de la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular: este misterio sería cumplido y sería revelado a la Iglesia de Jesucristo; y la Iglesia de Jesucristo estaría viendo la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de la Palabra encarnada en un hombre. Es la Venida del Verbo encarnado en un hombre, es la Venida del Espíritu Santo encarnado en un hombre del Día Postrero, el cual es el Ángel del Señor Jesucristo.

Ahora vean cómo este misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Venida del Ángel que era diferente a los demás, sería revelado a la Iglesia de Jesucristo, y lo veríamos manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero.

Pero Su Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo; él solamente es el instrumento de Jesucristo, del Ángel del Pacto, él solamente es el velo de carne a través del cual Cristo cumple esas promesas; y a través de él le habla a Su Iglesia con esa Gran Voz de Trompeta de Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, que es la misma Voz que aparece en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1, la Voz del León de la tribu de Judá, clamando como cuando un león ruge y siete truenos emitiendo sus voces.

Es la Voz del Ángel Fuerte, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero, velado en carne humana en Su Ángel Mensajero, y revelándonos todos estos misterios de la Venida del Hijo del Hombre como Hijo del Hombre e Hijo de David, y dándonos a conocer territorio: la América Latina y el Caribe; pueblo: pueblo latinoamericano y caribeño; Mensaje: el Mensaje de la Dispensación del Reino, que es el Evangelio del Reino, y Mensaje de la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad Eterna de la Iglesia; por lo tanto es el Mensaje Eterno de Dios para todos los hijos e hijas de Dios de este tiempo y de toda la eternidad.

En Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7, aparece el Ángel con el Evangelio Eterno para predicarlo a todo ser humano, naciones, pueblos y lenguas; y dice así, capítulo 14, verso 6 al 7:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.

Ahora, aquí tenemos un Ángel para predicar a todo ser humano.

Ahora, el Evangelio ha sido encomendado a seres humanos para ser predicado; y por consiguiente este Ángel que viene con el Evangelio Eterno es el mensajero de la Edad Eterna de la Iglesia de Jesucristo, el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es el Ángel del Señor Jesucristo.

Y con ese Mensaje es que revela a todos los hijos e hijas de Dios el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; revela al pueblo el misterio de la Venida de este Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, el cual es Cristo viniendo con el Librito abierto en Su mano, el cual es el mismo Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19.

Este es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual se hizo carne dos mil años atrás y lo conocimos por el nombre de Jesús de Nazaret. Y para el Día Postrero se hará carne de nuevo, en un hombre del Día Postrero, y lo conoceremos por el nombre que tenga el velo de carne; porque por medio de esa manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, será que la Iglesia de Jesucristo recibirá la fe para ser transformada y raptada en el Día Postrero.

Y esa fe de rapto, que es la revelación para el rapto, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la revelación de la Venida del Ángel del Pacto viniendo en el Día Postrero en carne humana…, para llevar a cabo Su Obra de León de la tribu de Judá, de Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Por eso tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores, en Su vestidura y en Su muslo; y viene vestido de carne humana. Ahí es donde viene el Nombre del Rey de reyes y Señor de señores, con el cual Él se revelará, se manifestará, en el Día Postrero en medio de Su Iglesia, y luego al pueblo hebreo.

Así como cuando el pueblo hebreo, representado en los hijos de Jacob, fueron a Egipto para comprar trigo: allí se encontraron con José6, pero no se llamaba José en medio de los gentiles, sino que se llamaba Zafnat-panea7. Fue el nombre que el rey, que el faraón, le colocó a José; o sea que recibió un nombre nuevo. Y cuando nuestro amado Señor Jesucristo murió, resucitó y ascendió al Cielo, recibió un nombre nuevo.

El reverendo William Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo, y profeta mensajero con el espíritu y virtud de Elías en su cuarta manifestación, dijo en la página 131 del libro de Los Sellos en español, dijo:

“131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre (cuando ascendió al Cielo y se sentó ¿dónde?, en el Trono de Dios, recibió un nuevo nombre). Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos (¿Dónde es revelado ese nombre nuevo que recibió Cristo cuando ascendió al Cielo? Es revelado en los Truenos).

132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo.

‘Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS (es el Verbo hecho carne nuevamente en el planeta Tierra).

Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.

Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES’.

Apocalipsis 19:13-16

133. Allí viene el Mesías, allí es donde está”.

Ahora, podemos ver dónde es que se cumple la Venida del Mesías: se cumple en la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19. Página 128 del libro de Los Sellos en español dice:

“121. Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener esa gran fe de traslación”.

Y nos dice, en la página 481 del libro de Los Sellos:

“193. Ahora, noten que la apertura del Séptimo Sello también es en un misterio triple. Les he dicho que es el misterio de los Siete Truenos. Los Siete Truenos en el Cielo abrirán este misterio. Será en la mera Venida del Señor Jesucristo…”.

¿Cuándo es revelado este misterio? En la mera Venida del Señor Jesucristo: en la Venida del Ángel que era diferente a los demás, en la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, en la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, lo cual es la Venida del Verbo, de la Palabra, del Ángel del Pacto, la Palabra encarnada en un hombre. Y por medio de ese hombre, el Ángel del Pacto le estará hablando a Su Iglesia en el Día Postrero; y al estar hablándole a Su Iglesia en el Día Postrero, eso es estar clamando como cuando ruge un león y los Siete Truenos estar emitiendo sus voces.

Y por medio de Su Mensaje, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, a través de Su Ángel Mensajero, nos estará revelando el misterio de Su Venida en carne humana, y nos estará revelando el misterio de Su Nombre Nuevo, y nos estará revelando el misterio de una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular, y el misterio de una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, y el misterio de un nuevo mensajero, que es el Ángel del Señor Jesucristo; y el misterio de un nuevo pueblo en el cual Él estaría manifestándose, revelándose, y hablándole con esa Gran Voz de Trompeta: ese pueblo es la Iglesia de Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, ese es el Israel celestial.

Y ahora, ¿dónde estaría el Israel celestial en la etapa de la Edad de la Piedra Angular?

Así como estuvo en la primera edad de la Iglesia gentil en Asia Menor, y luego en Europa en cinco etapas o cinco edades, y luego en Norteamérica en la séptima edad de la Iglesia gentil; ahora se encuentra la Iglesia de Jesucristo en la etapa latinoamericana y caribeña, escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, manifestado por medio de Su Ángel Mensajero en carne humana, y hablándonos estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero, hablándonos todos estos misterios de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles: que es la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo velado y revelado en carne humana en Su Ángel Mensajero, en donde manifiesta los ministerios de Moisés y de Elías, y a través del cual llama y junta a todos Sus escogidos en el Día Postrero con la Gran Voz de Trompeta, que es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino proclamando el misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ahora podemos ver todos estos secretos o misterios que han sido revelados en este Día Postrero: el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Su Ángeles, que es el misterio del Verbo, de la Palabra, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado a través de Su Ángel Mensajero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe.

Ahora, ese es el misterio más grande de todos los misterios bíblicos, y sería revelado en este Día Postrero.

Y ahora, el territorio donde sería dada esta revelación, hemos visto que es la América Latina y el Caribe; y hemos visto que el pueblo, los escogidos de Dios del Día Postrero de entre los gentiles, ¿serían llamados y juntados dónde? En la América Latina y el Caribe; ahí es donde surge el llamado de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios, que es la Trompeta del Evangelio del Reino llamando y juntando a los escogidos, revelándoles el misterio de Su Venida.

En la página 472 del libro de Los Sellos en español dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo:

“164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)…”.

¿Cuál es el Mensaje del tiempo del fin?, ¿cuál es el Mensaje del Día Postrero? Es el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

“Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia”.

“Cuando comience”; y Su comienzo puede ser contado ya sea desde el día en que nazca el velo de carne donde la Palabra se hará carne, o desde el día en que ese instrumento de Dios obtenga su nuevo nacimiento, y nazca en el Reino de Dios, y ahí comience el Séptimo Sello a ser manifestado, pero en forma completamente secreta, en forma secreta Su Venida, Su manifestación, en Su comienzo.

“Pero antes de conocer eso… Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello”.

Y ahora, ya para este año 1963, encontramos que la señal del Hijo del Hombre apareció en el cielo, en donde se encontraba el Hijo del Hombre, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Su cuerpo teofánico; el Ángel que era diferente a los demás, allí se encontraba presente, envuelto en esa nube de ángeles.

Y vean ustedes, lo encontramos aquí, el Ángel que era diferente a los demás, que es Cristo, el Ángel Fuerte de Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante (vean, aquí lo tenemos formando la cabellera blanca del Señor); y los otros ángeles son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.

Ahora, vean cómo ahí, en esa gran manifestación que sucedió en febrero 28 de 1963, hubo un evento profético siendo cumplido: la señal del Hijo del Hombre siendo mostrada en el cielo, así como para el tiempo de la Primera Venida de Cristo hubo una señal en el cielo llamada la Estrella de Belén; y esa señal fue vista por los magos, y ellos comprendieron que ya el Mesías estaba en la Tierra8.

Y ahora, miren lo que sucedió allá, en la forma que él lo narra, el reverendo William Branham; dice… vamos a ver9:

“Él fue todo mostrado en tipos, pero Dios conocía exactamente cuándo Él vendría. No importa cuántos tuvieron antes, Él tenía Su Mesías. Mostró en tipos lo que estaba viniendo.

Muy exactamente según nos mostró en las siete edades, lo que vendría. Tan exactamente lo que Él nos mostró lo que vendría cuando Él estableció la Luz allá arriba, en revelación a eso (o sea, cuando dice “allá arriba”, nos habla aquí de este gran evento), para mostrárselo al mundo. Cuando Él envió los siete ángeles para revelar los siete mensajeros que habían estado a través de allí, y mostrar los cabos sueltos, cada ángel viniendo cada día y revelando los cabos sueltos que Lutero dejó, y dejó Wesley, y dejó Pentecostés, está todo representado allí. Y el mismo tipo y sombra del Gran Shalom, Jehová, JVHW”.

Tomando la forma en que en el diccionario bíblico está, sería ‘YHWH’.

Y ahora, vean ustedes, allí fue mostrado YHWH, porque allí está (¿quién?) el Ángel que era diferente a los demás; allí está (¿quién?) YHWH.

Y, YHWH, para tener Su ministerio aquí en la Tierra en el cumplimiento del Séptimo Sello (porque Él es el que tiene el Séptimo Sello), tiene que venir velado en carne humana y revelado a través de carne humana. Tiene que venir el Verbo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Ángel que era diferente a los demás (el cual es YHWH), tiene que venir velado en carne humana, tiene que hacerse carne; tiene que venir el Verbo, la Palabra encarnada en un hombre, para entonces tener aquí en la Tierra YHWH manifestado en carne humana; y ahí verlo venir con ese Nombre que nadie entendía sino Él mismo.

La manifestación del Ángel que era diferente a los demás es la manifestación de YHWH en el Día Postrero; es la manifestación del Nombre de Dios.

Y ahora, podemos ver que todo eso fue mostrado allá en el cielo. Y la Gran Luz que vendrá para el Día Postrero, para la Iglesia de Jesucristo, ya no será ninguna de estas siete luces, que fueron los siete ángeles mensajeros, los cuales fueron las siete mechas encendidas en cada lámpara… Cada lámpara representa cada edad de la Iglesia, que tuvo un mensajero, una mecha encendida con el Fuego del Espíritu de Dios, en el cual estuvo el Ángel del Pacto manifestado en la porción correspondiente a cada edad.

Así como, vean ustedes, Juan el Bautista. Cuando le dijeron acerca de Jesús: “Mira, aquel del cual tú diste testimonio, ahora a él le siguen más personas que a ti, y bautiza más personas que tú”, Juan dijo: “A Él le conviene crecer, y a mí menguar”10. Juan fue el precursor de la Primera Venida de Cristo.

Y ahora el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham, dijo lo mismo; y (vamos a leerlo aquí), al él decir lo mismo: le conviene crecer a aquel del cual él dijo que vendría después de él. Ahora, en la página 474 del libro de Los Sellos, y 475, dice:

“[173]. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder (o sea, él sabe que será un hombre, pero no sabe quién será). ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo”.

Para conocer el misterio que causó silencio en el Cielo (que es el misterio del Séptimo Sello, que fue abierto en el Cielo), se requiere escuchar la Voz de los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo viniendo en el Día Postrero velado y revelado a través de carne humana, a través de Su Ángel Mensajero.

“¿Todos entienden?

174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo (o sea, no estará el precursor y el precursado). Y aun si así fuera (o sea, y aun si estuviera el precursor y el precursado; como sucedió en la Primera Venida de Cristo, que estuvo el precursor Juan el Bautista y el precursado Jesús; dice), él crecerá y yo menguaré”.

¿Quién es el que tiene la promesa de crecer? El que vendrá después del precursor de la Segunda Venida de Cristo. ¿Y quién es el que tiene la promesa de menguar? El precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Y por consiguiente, ¿quiénes tienen la promesa de crecer juntamente con el que crecerá? Los que estarán con él. Ellos son los que tienen la promesa de crecer con él, hasta llegar a la estatura de un varón perfecto; y tienen la promesa de ser transformados, para ser transformados en el Día Postrero y ser así adoptados en el Reino de Dios; recibir la adopción, o sea, la transformación de sus cuerpos: la redención del cuerpo físico al obtener un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado, el cual será a la semejanza del de nuestro amado Señor Jesucristo; porque todos seremos a imagen y semejanza de Jesucristo. La imagen es el cuerpo teofánico y la semejanza es el cuerpo físico.

Y ahora, ¿quiénes son los que tienen esa promesa? Los que estarán siguiendo al precursado en el cumplimiento de Su Venida, que será la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo, viniendo velado en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero. Eso será la Venida de la Palabra encarnada en un hombre, eso será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.

Pero ese velo de carne no es el Señor Jesucristo: él es el instrumento de Jesucristo para esa manifestación de Jesucristo, del Ángel del Pacto, a través de Su Ángel Mensajero.

Por eso, cuando Juan quiso adorarlo, él no aceptó la adoración de Juan11; porque él es un profeta, el profeta de la Edad de la Piedra Angular con el Mensaje Eterno de Dios para la raza humana; y él es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino para la raza humana.

Ahora, sigue diciendo:

“¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi”.

Y en la página 482 y 483 dice, cuando está hablando Jesús acerca de la higuera, dice:

“198. En la hora de Su Venida, cuando acontecerá la destrucción de la Tierra, ustedes saben, cuando le hicieron la pregunta en cuanto a cuándo sería la señal de Su Venida y del fin del mundo, en Mateo 24. Él les contestó eso y les habló de Israel estando de nuevo en su país, en el versículo 31; pero luego se fue a las parábolas, diciendo:

‘De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.

Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas’.

Mateo 24:32-33

199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar a Su Novia”.

¿Cuándo sería dado a conocer el resto?, ¿cuándo sería dado a conocer el misterio del Séptimo Sello? “Cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevarse a Su Novia”.

¿Y cómo dijo el precursor de la Segunda Venida que aparecerá Jesús sobre la Tierra? En la página 256, dijo:

“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Al aparecer la Palabra de Dios, el Verbo encarnado en un hombre, el Ángel del Pacto viniendo en carne humana en el Día Postrero, estará Él dándonos a conocer el misterio del Séptimo Sello y todos los misterios que giran alrededor del Séptimo Sello; porque todos los misterios que no fueron revelados en las edades pasadas y que no fueron revelados por el séptimo ángel mensajero, corresponden al Séptimo Sello, o sea, están bajo el Séptimo Sello; aun el misterio del Sexto Sello está bajo el Séptimo Sello .

Y ahora, encontramos que estos misterios y este misterio del Séptimo Sello está prometido para ser revelado en el Día Postrero, en el tiempo cuando aparezca Jesús sobre la Tierra velado en carne humana en Su Ángel Mensajero, y por medio de Su Ángel Mensajero Él estará revelándonos este misterio.

Y ahora vean ustedes, en la página 57 del libro de Los Sellos, cómo aparece sobre la Tierra Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo:

“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.

18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Ahora vean, el Ángel del Pacto, el Mensajero a Israel, el Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Su cuerpo teofánico, Jesucristo en Espíritu Santo, para el Día Postrero, en Su manifestación final por medio de Su Ángel Mensajero, Él viene directamente al pueblo hebreo; pero por cuanto Su Iglesia gentil está todavía en la Tierra, y ha llegado el tiempo para que la Iglesia gentil reciba la fe para ser transformada y raptada, entonces Él viene por Su Iglesia; y se manifiesta en medio de Su Iglesia y se revela en medio de Su Iglesia, y le da a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, y le revela el misterio de Su Venida.

Así como el misterio de Su Venida en cada edad a Su Iglesia fue en cada ángel mensajero, en el cual estuvo Cristo en Espíritu Santo manifestado en la porción correspondiente a cada edad; para el Día Postrero Cristo estará manifestado en Su Ángel Mensajero, en la porción correspondiente a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y a través de ese velo de carne estará revelándonos el misterio de Su Venida, y estará revelándonos el misterio del territorio donde Él estaría manifestado; y Él estará mostrándole a Su pueblo el por qué en la América Latina y el Caribe Él estará manifestado en medio de Su Iglesia, y después se tornará al pueblo hebreo.

Recuerden que es la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel que era diferente a los demás: el Ángel que tiene el Séptimo Sello.

Ahora, continuamos en la página 472, que fue de las primeras páginas que leímos al principio, donde dice:

“165. El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas’, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien. Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene como vino Juan el Bautista, viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un establo! ¡Gloria a Dios! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos! ¡Oh hermano!”.

Ahora vean cómo el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo, en el comienzo del cumplimiento de ese misterio sería realmente un secreto para la raza humana y un secreto para la Iglesia de Jesucristo, pero luego sería revelado este secreto a la Iglesia de Jesucristo (no al mundo, sino a la Iglesia de Jesucristo); y esto es lo que le da la fe para ser transformados y raptados los escogidos de Dios en el Día Postrero.

Con esa revelación de la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, envuelto en una nube, y que luego se hace carne, se manifiesta en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, esa revelación es la que nos da la fe para ser transformados y raptados en este tiempo final.

Así como la revelación de la Primera Venida de Cristo (la revelación de la Primera Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, manifestado en toda Su plenitud en carne humana en aquel joven carpintero de Nazaret, llamado Jesús de Nazaret) y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario es la revelación (la fe, la revelación) que nos trae ¿qué? Nos trae la salvación a todos nosotros; porque entonces, al escuchar esa revelación, creemos en Jesucristo como nuestro Salvador, lavamos nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibimos Su Espíritu Santo; y así nacemos de nuevo, en el Reino de Dios hemos nacido así.

Y ahora, nuestro segundo nacimiento, vean ustedes, no ha sido en la Tierra sino en el Cielo; y por eso tienen ustedes, con ese nuevo nacimiento, un nuevo cuerpo, un cuerpo teofánico.

Y en el Día Postrero, con la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá en Su Obra de Reclamo, tendremos la revelación para obtener la transformación de nuestros cuerpos, y así ser colocados en un cuerpo eterno, que será un nacimiento en un nuevo cuerpo creado por Dios. Pero no vamos a nacer por medio de mamá o papá terrenales, sino que hemos de obtener esa transformación los que vivimos; y los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos, y tendrán el cuerpo físico eterno y glorificado, y el cuerpo teofánico (que es el espíritu teofánico que recibieron cuando recibieron el nuevo nacimiento), y nosotros también. Y así estaremos en cuerpo eterno físico y glorificado, cuerpo teofánico eterno, y nuestra alma, que es lo que somos nosotros, que es la simiente de Dios viviendo en ese cuerpo eterno; con dos cuerpos: uno teofánico de la sexta dimensión y otro físico pero glorificado.

Y ahora, vean ustedes, así estaremos como cuerpo, espíritu y alma por toda la eternidad en un cuerpo eterno que Él nos dará.

Ahora, este misterio del nuevo nacimiento, vean lo sencillo que es, cuando por medio de la Palabra de Dios obtenemos toda esa revelación en este Día Postrero, bajo la revelación del Séptimo Sello, bajo la revelación del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Ángel que era diferente a los demás.

Y ahora, para este tiempo final, este misterio de la Venida de este Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Ángel que era diferente a los demás, ese misterio ha sido revelado a cada uno de ustedes y a mí también.

El misterio es que es la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el cual se hizo carne dos mil años atrás en el velo de carne llamado Jesús, y llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y para este Día Final viene velado en carne humana en Su Ángel Mensajero, para llevar a cabo Su Obra correspondiente al Día Postrero: viene como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ahora vean cómo este misterio ha sido abierto a todos nosotros en este tiempo final. Ese es el misterio más grande de toda la Biblia, el cual Dios mantuvo en Su mente hasta este tiempo final. Y ahora a nosotros en este tiempo final está siendo abierto ese misterio; y alrededor de ese misterio giran todos los demás misterios del Reino de Dios, giran todas las demás profecías correspondientes al Día Postrero.

Y ahora, vean ustedes cómo ya tenemos secretos del Séptimo Sello que han sido revelados ya; ya hemos obtenido ese conocimiento; y hemos visto que ha sido el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el que nos ha revelado estos misterios que ningún ser humano podía conocer y tampoco podía revelar a los demás seres humanos.

Ahora, este Ángel del Pacto, hemos visto que es un hombre de otra dimensión llamado el Ángel de Jehová. Es un hombre que tiene un cuerpo de la sexta dimensión, el cual puede pasar por las diferentes dimensiones: primera, segunda, tercera, cuarta, quinta o sexta dimensión.

Él, cuando en Su cuerpo físico (llamado Jesús) murió, luego pasó a la quinta dimensión, el infierno, y les predicó a las almas encarceladas que allí vivían. Fue en ese cuerpo que se parece al cuerpo nuestro, pero de la sexta dimensión, y descendió en ese cuerpo a la quinta dimensión12.

También encontramos que cuando pasa por la dimensión de la luz, lo encontramos en forma de Luz, una Luz misteriosa. Y cuando pasa a esta dimensión nuestra, lo encontramos que es visto en forma de un varón, pero en un cuerpo de otra dimensión. Pero cuando se hace carne entre los seres humanos, entonces nos puede hablar a todos; y podemos compartir con Él, tener compañerismo con Él, escuchar Su Voz, y así recibir la revelación de Su Palabra que Él nos trae para todos nosotros en este tiempo final; así como fue en Su Primera Venida en carne humana, en el velo de carne llamado Jesús.

Allí estaba el que era antes que Juan el Bautista, y era antes que Abraham, y era antes que Adán también, pero estaba vestido de carne humana; y en Su vestidura tenía un nombre, y era Jesús. Jesús en griego, y en hebreo es Josué o Yoshua.

Y ahora, vean ustedes, en griego se usa la “J”, pero en hebreo es una i griega o una ye, la cual es la primera letra de Jesús, es la primera letra de la Primera Venida del Ángel del Pacto en carne humana. Y ahí lo vamos a dejar quietecito.

Ahora, vean ustedes cómo para el Día Postrero aparece ese mismo Ángel del Pacto, el cual estuvo velado en carne humana, en el velo de carne llamado Jesús: ahora aparece ese Ángel del Pacto en Su cuerpo teofánico, en esa nube formada por ángeles; y allí está el nombre: YHWH. ¿Por qué? ¿Por qué está allí ese nombre? Vamos a ver por qué. Capítulo 23 del libro del Éxodo dice [verso 20]:

“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”.

¿Dónde está el Nombre de Dios, el Nombre Eterno de Dios? Está en ese Ángel del Pacto, que es el Ángel de Jehová, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. O sea que en ese cuerpo teofánico de Dios está el Nombre Eterno de Dios, está YHWH.

En el Éxodo, capítulo 3, verso 13 al 14, dice:

“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?

Y respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros”.

Cuando el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, le dice a Moisés Su Nombre, aquí tenemos una traducción y una explicación teológica de lo que ese Nombre significa: El Yo soy, eso cubre ‘el que fue, el que es y el que será’, ‘el primero y el último, el Alfa y Omega’. Ese es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, porque ese es el mismo Dios ya en Su cuerpo teofánico.

Ahora, aquí las letras que le dio Dios a Moisés cuando le dijo Su Nombre son “YHWH”.

Y ahora, cuando viene el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, en Su Primera Venida, vean ustedes, la primera letra de esas cuatro letras es la primera letra del Nombre que Él usa en Su Primera Venida.

Ahora, Su Venida tiene dos partes. Su primera parte, allá en la tierra de Israel como Cordero de Dios. La segunda parte de Su Venida es como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo para el Día Postrero; y ahí estará el Nombre también.

Ahora, ahí estará, ¿por qué? Porque el que lleva el Nombre Eterno de Dios es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová: YHWH.

Ahora, Él, vean ustedes cómo reveló allí Su Nombre por medio de Su manifestación en carne humana: llevando la primera letra allí el nombre del velo de carne donde se manifestó el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Y aun si lo leemos en hebreo, pues aun también tenía no solamente la i griega (como Yoshua), sino que también hasta la “h” aparece allí.

Ahora, para Su Segunda Venida, miren ustedes; dice nuestro hermano Branham [Los Sellos, pág. 131]:

“131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre”.

Vamos a ver lo que nos dice Apocalipsis, capítulo 3, verso 12:

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.

Y Su Nombre Nuevo. Ahí tenemos un misterio muy grande, del cual Jesucristo mismo habla en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12; y de lo cual también habló en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, cuando dice:

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido (eso es la revelación de Jesucristo para este Día Postrero, la revelación de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra – y en Su Obra y Su Obra de Reclamo), y le daré una piedrecita blanca (esa es la Piedra no cortada de manos, que vio Daniel), y en la piedrecita escrito un nombre nuevo…”.

Ahora viene, esa Piedrecita, que es la Segunda Venida de Cristo, ¿viene con qué? Con un nombre nuevo:

“… y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.

O sea que el que recibe la Venida de la Piedra no cortada de manos, el que recibe la Segunda Venida de Cristo, es el que conoce ese Nombre.

Esas promesas de Apocalipsis, capítulo 2 y capítulo 3: “Al que venciere…”, está hablando ahí en singular: “el que venciere”. Encontramos que es el Ángel el que recibe el Mensaje y recibe la promesa, y en alguno de los ángeles se tiene que cumplir esa promesa. Alguno de los ángeles recibirá esa Piedrecita blanca, recibirá la Segunda Venida de Cristo, recibirá la Venida del Ángel que era diferente a los demás; y vendrá el Ángel que era diferente a los demás en él manifestado en el Día Postrero; y el Ángel que era diferente a los demás viene con ese Nombre Nuevo.

Ese Nombre Nuevo es el Nombre Eterno de Dios. Es un nombre nuevo para la raza humana porque no conoce ese Nombre, pero ese es el Nombre Eterno de Dios, ese es el Nombre prometido aquí para los hijos de Dios.

Ahora, a través de las diferentes etapas del pueblo de Dios: los hebreos y la Iglesia de Jesucristo, encontramos que muchos mensajeros de Dios tuvieron la primera letra (y algunas veces hasta más letras) del Nombre del Ángel del Pacto manifestado en carne humana en Su Primera Venida, y también tendrán —muchos mensajeros de Dios— letras del Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.

Ahora, miren, Josué: Josué tuvo todas las letras del nombre del Mesías en Su Primera Venida. Josué tuvo todas las letras del nombre que tendría el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, en Su Primera Venida manifestado en carne humana, en aquel velo de carne llamado en griego Jesús y en hebreo Josué o Yoshua.

Y ahora, encontramos también a otros profetas que tuvieron diferentes letras del nombre que tendría el Mesías en Su Primera Venida. Por ejemplo, Moisés tuvo algunas letras; por ejemplo, tuvo la “e” y también la “s” (tuvo dos “s”), Moisés. Eso es hablándolo en español. Ya, si lo hablamos en el idioma hebreo, ya tendríamos que buscar cuántas letras tuvo.

También encontramos a otros profetas: a Abraham, pues tuvo la “h”. Y la “h” en Yoshua, ahí aparece también. También encontramos a Jacob (esto es si lo buscamos en hebreo), y también José. Miren, José tuvo la “J” y también tuvo la “s” y tuvo la “e” (esto es en español); tuvo tres letras de las letras que tendría el nombre del Mesías en Su Primera Venida.

Luego encontramos todos los diferentes profetas de las diferentes dispensaciones y edades, que muchos de ellos tuvieron —algunos de ellos— una letra, dos letras, tres letras, y hasta más letras, del nombre que tendría el Mesías en Su Primera Venida y también del nombre que tendrá en Su Segunda Venida.

Y recuerden que ese es el Nombre del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que sería revelado en Su manifestación en carne humana; y por eso es que aparecen, en las manifestaciones temporales que tuvo, en diferentes profetas aparece que algunos tuvieron algunas letras de ese nombre.

Ahora, vean, Elías: Elías tuvo también algunas letras de ese nombre; y, si lo llevamos al hebreo, también encontraremos algunas letras. También miramos a Juan el Bautista: Juan el Bautista tuvo la primera letra; miren, con la primera letra que comenzó el nombre de Juan, comenzó también el nombre del Mesías; y también tuvo una segunda letra, la “u”, que fue la tercera letra o la cuarta letra del nombre de Jesús; así como Eliseo tuvo muchas letras del nombre de Elías. Vean, Eliseo y Elías, se parecían los nombres también.

Y ahora, cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia gentil tendrá alguna letra: una, dos o tres, o hasta más, alguno de los mensajeros; y hasta puede ser posible que alguno de los mensajeros tenga hasta todas las letras que tendrá el Nombre del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 en Su Venida en carne humana.

Y ahora, esto es así porque en los mensajeros del Antiguo Testamento se reflejó la Primera Venida de Cristo y también la Segunda Venida de Cristo; y en los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil se reflejó la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, no es extraño que se haya reflejado una, dos o más letras también, del nombre que tendrá el cumplimiento de la Venida del Ángel del Pacto en carne humana.

Ahora, recuerden una cosa muy importante, y es que en la Venida del Ángel del Pacto velado en carne humana en el Día Postrero se cumplirá lo que fue precursado por el reverendo William Marrion Branham, el cual vino con el espíritu y virtud de Elías en su cuarta manifestación. Y todas las cosas que fueron reflejadas en él…; porque de todos los mensajeros, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, en el más que se reflejó la Segunda Venida de Cristo fue en el reverendo William Branham, que fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Tenemos la promesa que vendrá el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; eso es la Venida del Verbo, del Ángel del Pacto, la Palabra encarnada en un hombre.

Por eso en sueños o visiones que él pudo tener o pudo haber tenido, y otras personas pudieron haber tenido y le contaron a él y él habló de ellas, en donde apareció en un caballo grande, militar, blanco, cabalgando13; eso está reflejando la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, está reflejando la Venida de la Palabra encarnada en un hombre en el Día Postrero.

Un caballo representa un poder, y ese caballo representa el poder de la Palabra pura de Dios. Y en ese caballo es que viene el Jinete de Apocalipsis 19, en ese caballo es que viene el Verbo, el Ángel del Pacto, la Palabra encarnada en un hombre. Y él dijo que sería, la Venida de ese Jinete en un caballo blanco… Vamos a ver de dónde él dijo que sería, que aparecería, que se cumpliría Su Venida. Página 166 del libro de Citas, párrafo 1485, dice:

1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, vendrá otro tiempo?’ (o sea, de estos avivamientos que hubo en diferentes edades y dispensaciones, donde Dios envió un mensajero). Y sólo recuerden, del Oeste vendrá un jinete en un caballo blanco”.

¿De dónde vendrá ese Jinete? Del oeste; y el oeste es el continente americano; y el continente americano está compuesto por Norteamérica, Centroamérica, Suramérica y el Caribe.

Y ya en la parte norte, en Norteamérica, se cumplió la séptima edad de la Iglesia gentil, donde Cristo estuvo manifestado en Su séptimo ángel mensajero (de la séptima edad de la Iglesia gentil) y precursor de la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, ya el tiempo de Norteamérica se cumplió; como se cumplió el tiempo de Europa, donde Dios cumplió cinco edades; y se cumplió el tiempo también de Asia Menor, donde Dios cumplió la primera edad de la Iglesia gentil.

Pero ahora, para la América Latina y el Caribe, que es la parte del occidente, del oeste, ¿qué queda? ¿Es que vendrá este Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? Dice:

“… del Oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez”.

Ahora Elías, vean ustedes, dice que viene un Jinete en un caballo blanco. Ese Jinete, recuerden, es el Verbo, el Ángel del Pacto, la Palabra encarnada en un hombre. Y ahora Elías dice: “Recorreremos…”. “Cabalgaremos esta senda otra vez”. Ahora se está incluyendo él también ahí; porque él va a cabalgar esa senda con ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, en ese mismo caballo de la Palabra pura de Dios.

Y si es recorriendo esa senda otra vez: la recorrió por primera vez en Elías Tisbita, segunda vez Eliseo, tercera vez Juan el Bautista, cuarta vez William Marrion Branham; y quinta vez: este y en este Jinete y con este Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Recorrerá —el ministerio de Elías— la senda ministerial en carne humana nuevamente, en donde el Verbo, la Palabra estará hecha carne en el Día Postrero. En ese mismo velo de carne, que será el Ángel de Jesucristo, ahí estará también Elías en su quinta manifestación.

Del cual el reverendo William Branham dijo, en la página 399 del libro de Los Sellos en español, cuando le preguntaron acerca de este Elías que viene para el pueblo hebreo; en la página 399, pregunta número 11, la pregunta dice así:

“11. El Elías que viene a predicar a los judíos, ¿es el verdadero Elías que estuvo en los días de Achab, o será solamente el espíritu de Elías en otro hombre?

(Ahora, la contestación fue):

[94]. Yo he pensado que será un hombre de este tiempo ungido con ese espíritu (¿Un hombre de qué tiempo? De este tiempo, en el cual se cumple esta promesa); porque allá, cuando Elías ya había subido (o sea, se fue en el carro de fuego) y Eliseo se encontró con los hijos de los profetas, ellos dijeron: ‘El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo’. Es que Eliseo obró igual a Elías”.

Los hijos de los profetas vieron a dónde se fue la segunda etapa del ministerio de Elías14. La segunda manifestación del ministerio de Elías estaba (¿dónde?) en Eliseo.

La tercera ocasión en que el ministerio de Elías se manifestó fue en Juan el Bautista: sobre Juan el Bautista descendió y reposó el espíritu de Elías en su tercera manifestación. Y en la cuarta manifestación del ministerio de Elías encontramos que reposó el ministerio de Elías, el espíritu de Elías, en el reverendo William Branham, en un hombre del siglo XX.

Y ahora, en un hombre del siglo XXI reposará el espíritu de Elías por quinta ocasión; y reposará también el espíritu ministerial de Moisés por segunda ocasión, y reposará también el ministerio de Jesús por segunda ocasión.

Ahora, vean ustedes, en la página 449 del libro de Los Sellos en español dice:

“[54]. Y hay una sola persona quien podría dar cumplimiento a esa promesa. El único Espíritu que ha estado sobre la Tierra, que yo sepa, tendría que ser Elías, como fue en su tiempo; y así fue predicho que sería, porque su Espíritu fue nada menos que el Espíritu de Cristo. Cuando Cristo vino, Él fue la plenitud, fue el Dios de los profetas”.

Ahora, vean, el Espíritu de Cristo en Elías Tisbita fue el que operó ese ministerio; el Espíritu de Cristo en Eliseo fue el que operó ese mismo ministerio que estaba en Elías Tisbita. Y luego el Espíritu de Cristo en Juan el Bautista fue el que operó el espíritu de Elías por tercera ocasión. Y el Espíritu de Cristo en el reverendo William Branham fue el que operó el ministerio de Elías por cuarta ocasión. Y el Espíritu de Cristo en el Ángel Mensajero de Jesucristo es el que opera el ministerio de Elías por quinta ocasión, y opera el ministerio de Moisés por segunda ocasión, y opera el ministerio de Jesús por segunda ocasión.

Y ese es el misterio del Séptimo Sello: ese es el misterio de la Venida del Ángel del Pacto, de la Venida del Ángel de Jehová, de la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es el mismo Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; lo cual es el Verbo, el Ángel de Jehová viniendo en carne humana en el Día Postrero, velado en Su Ángel Mensajero del Día Postrero.

Ese es el misterio más grande de todos los misterios; y el precursor de la Segunda Venida de Cristo dijo que el cumplimiento de ese misterio sería en una forma tan sencilla que si no vigilábamos nos pasaría por encima15, y no veríamos el cumplimiento de Su Venida, el cumplimiento del Séptimo Sello, el cumplimiento de la apertura del Séptimo Sello en carne humana.

Ahora vean que todo es tan sencillo que, si las personas no vigilan, les pasará por encima y ni se darán cuenta de lo que ha sucedido.

En la página 149 del libro de Citas dice:

1333 – “Y esa última Trompeta, con el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primeramente’. Sólo descansando hasta ese tiempo”.

¿La última Trompeta y el último Sello es qué? La Venida del Señor, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, viniendo en el Día Postrero; siendo visto primeramente en el cielo, envuelto en una nube, como Él lo prometió. Ahí está el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, y por consiguiente está el nombre YHWH allí manifestado, en ese Ángel que era diferente a los demás.

Y para el Día Postrero, así como estuvieron manifestados los siete ángeles de las siete edades aquí en la Tierra en carne humana, estará manifestado en carne humana el Ángel que era diferente a los demás, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová: estará manifestado en el Ángel Mensajero de Jesucristo, en el Día Postrero; y ahí estará manifestado el Nombre de Dios, en la manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, del Ángel que era diferente a los demás.

Y en esa manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, estará cumpliéndose el Séptimo Sello aquí en la Tierra. Y ese misterio del Séptimo Sello será identificado aquí. Y es el Séptimo Sello —que es el Ángel que era diferente a los demás manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero— el que identifica Su Venida en carne humana en el Día Postrero. El Séptimo Sello es el que abre la Venida de Cristo, abre la Venida del Ángel que era diferente a los demás.

Ese es el misterio que causó silencio en el Cielo como por media hora, cuando fue abierto en el Cielo. Y ese misterio siendo revelado en la Tierra en el Día Postrero, es lo que cegará los ojos de los sabios y de los entendidos; porque ellos nunca se han imaginado que la Venida del Séptimo Sello (la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Verbo, la Palabra, la Venida de Jesucristo para el Día Postrero) es la Venida del Verbo, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo viniendo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Luego, cuando todos seamos transformados, entonces es que veremos a nuestro amado Señor Jesucristo en Su cuerpo glorificado, como Él lo ha prometido; pero antes de eso estaremos viendo el Séptimo Sello, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, manifestado en Su Ángel Mensajero.

Y el Séptimo Sello es el que se identifica con la Venida de Cristo; porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo, la Segunda Venida del Ángel del Pacto velado en carne humana y revelado a través de carne humana. Por eso es que el precursor de la Segunda Venida de Cristo dice que el Séptimo Sello lo trae de nuevo a la Tierra16. Por eso es que hubo silencio en el Cielo como por media hora.

Nadie conocía este misterio; solamente Dios lo conocía, y lo tenía escondido (¿dónde?) en Su mente. Por eso Jesús dijo que ni el Hijo sabía cuándo sería el día y la hora en que el Hijo del Hombre vendría17; pero dijo que sería como en los días de Sodoma y Gomorra, y sería como en los días de Noé18; así sería el día en que el Hijo del Hombre se manifestaría, se revelaría, vendría a la Tierra por segunda vez; y será Hijo del Hombre e Hijo de David.

Eso es la revelación a través de carne humana del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo, a través de Su Ángel Mensajero, en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y este misterio del Séptimo Sello siendo cumplido por el Ángel del Pacto, el Ángel que era diferente a los demás (que tiene el Séptimo Sello), viniendo en carne humana en Su Ángel Mensajero, cumplirá cada promesa correspondiente a la Segunda Venida de Cristo. Y por eso Él es el que tendrá el ministerio del Día Postrero manifestado por medio Su Ángel Mensajero, y por eso es que estará llamando y juntando a Sus escogidos.

Donde esté el Ángel del Pacto manifestado, ahí estarán los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; porque el único que tiene ministerios es el Ángel del Pacto, y Él es el que ha estado operando esos ministerios a través de Su Ángel Mensajero. Y Él es el que estará llamando y juntando a Sus escogidos, y los estará colocando en la Edad de la Piedra Angular, y estará revelándoles todos estos misterios correspondientes a este tiempo final.

Y luego que hayan sido llamados y juntados todos los escogidos de Dios, y los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados, ya solamente tendremos aquí en la Tierra de 30 a 40 días; y luego nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero; porque luego de la resurrección de los muertos en Cristo y transformación nuestra, luego de eso, solamente faltarán de 30 a 40 días para la gran tribulación comenzar, y los juicios divinos caer sobre la raza humana.

Pero durante ese tiempo, de 30 a 40 días, habrá una manifestación poderosa de Dios en este planeta Tierra. Y este mundo será estremecido como nunca antes había sido estremecido, por la predicación del Evangelio del Reino, y con grandes señales y maravillas a nivel mundial: señales y maravillas que nunca antes habían sido vistas manifestadas en la Tierra. Y todo eso será bajo el ministerio del Ángel del Pacto a través de carne humana, a través de Su Ángel Mensajero.

Ese es el ministerio que traerá grandes milagros y maravillas y señales a nivel mundial; y ese será el ministerio que traerá un Mensaje de testimonio para los perdidos también; como trae el Mensaje para los escogidos de Dios, para la Iglesia, para el pueblo hebreo y también para el mundo entero; porque ese es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, con el Mensaje Eterno, para predicarlo a todo ser humano, a toda nación, a todo pueblo y a todos los rincones del planeta Tierra.

Ahora, con ese Mensaje son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en este tiempo final, de entre los gentiles primeramente y después del pueblo hebreo. Y este misterio ya ha sido revelado a los escogidos de Dios, a la Iglesia de Jesucristo, en este tiempo final, en la América Latina y el Caribe, en la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, este es el misterio más grande de todos los misterios de la Biblia; y por la gracia de Dios ha sido revelado ese misterio tan grande a todos nosotros en este Día Postrero.

De todos los misterios, ese es el más grande, porque ese es el misterio del Séptimo Sello; pero en el misterio del Séptimo Sello hay muchos misterios que giran alrededor de Él: las cosas que estará haciendo, las cosas que estará predicando, el ministerio que estará teniendo y los que estarán recibiendo el beneficio de ese ministerio. Todos esos son secretos bajo el Séptimo Sello, que ya han estado siendo abiertos a todos nosotros en este Día Postrero.

Por ejemplo, el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, de los cuales Jesús dijo en San Mateo, capítulo 16, verso 27: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.

Vean ustedes, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles es la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, manifestado en Su Ángel Mensajero, operando los ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías a través de Su Ángel Mensajero. Ahí están los Ángeles del Hijo del Hombre, con los cuales Él viene: son los ministerios de Moisés y de Elías manifestados en Su Ángel Mensajero. Y así por el estilo vemos todos los misterios contenidos en el Séptimo Sello que ya han sido revelados.

Vean el Mensaje que tendría la Iglesia en el Día Postrero: el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje de la Dispensación del Reino (de la dispensación séptima) y también el Mensaje de la Edad de la Piedra Angular, que es el Mensaje del Evangelio Eterno, el Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.

Y el misterio del Ángel del Señor Jesucristo, que es el misterio del mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; porque ese Ángel del Señor Jesucristo es el último profeta que Dios enviaría a la Tierra; del cual dio testimonio el precursor de la Segunda Venida de Cristo diciendo, en la página 301 del libro de Los Sellos:

“106. Noten bien: En el tiempo cuando Dios iba a librar al mundo antes del diluvio, Él mandó un águila. Cuando decidió librar a Israel, también mandó un águila (ese fue Moisés; cuando iba a destruir al mundo, mandó un águila: ese fue Noé; siempre es un profeta). ¿No cree usted que cuando Juan estaba en la Isla de Patmos, este Mensaje era tan perfecto que aun no podía ser confiado a un ángel? Ahora, un ángel es un mensajero, pero ¿sabía usted que aquel mensajero era un profeta? ¿Lo creen? Vamos a probarlo. Veamos Apocalipsis 22:9 para ver si no fue un águila. Él era un ángel, un mensajero, pero era un profeta, el cual reveló a Juan completamente este libro de Apocalipsis. Ahora veamos lo que Juan vio:

‘Yo Juan soy el que ha oído y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.

Y él (el ángel) me dijo: Mira que no lo hagas (ningún verdadero profeta recibiría adoración, o mensajero cualquiera): porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios’.

Apocalipsis 22:8-9.

107. Ahora, el Libro era tan importante, y es la Palabra de Dios. ¡Cuidado! Cuando la Palabra de Dios es revelada, tiene que ser traída por el profeta, porque solamente a él llega la Palabra de Dios”.

Cualquier persona que venga diciéndole que tiene una revelación, que recibió una revelación para ese tiempo, esa persona tendría que ser el mensajero de esa edad; y si no es el mensajero de esa edad o de esa dispensación, él no puede recibir una revelación en esa forma que él puede decir que la recibió; tiene que recibir la revelación de Dios para esa edad o esa dispensación a través del mensajero de esa edad o de esa dispensación.

Por eso es que ninguna persona puede aparecer diciendo que tiene cierta revelación por ahí y que más nadie la tiene. La revelación que los hijos de Dios han tenido en cada edad es la revelación de Cristo a través del mensajero de cada edad.

Y para este Día Postrero, la revelación que tendrán los escogidos de Dios, la revelación que tendrá la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular es la revelación de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero. Fuera de esa revelación, no habrá otra revelación para los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Ahora, ¿qué de la revelación que han traído los mensajeros de Dios en edades pasadas y dispensaciones pasadas? Todo lo que fue hablado que Dios hará en este tiempo, será cumplido; y el mensajero de Jesucristo de este tiempo final tomará todas esas cosas que fueron profetizadas allá y las traerá a la luz en este tiempo final; y resplandecerán esas profecías, y veremos el cumplimiento de cada una de ellas a medida que son cumplidas.

Pero ninguna otra persona podrá tomar esas promesas y decir: “Esto significa tal cosa, tal cosa, y esto significa tal cosa”. No. Eso le toca al mensajero hacerlo, para traer a la luz todas las profecías correspondientes a este tiempo final.

Por lo tanto, toda revelación: desde la Segunda Venida de Cristo, y el Nombre Nuevo de Jesucristo (que es el Nombre Eterno de Dios), y la fe para el rapto, y el territorio donde sería el cumplimiento de estas promesas, y todas estas cosas, todo eso tiene que estar en la revelación de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero, siendo dada esa revelación a la Iglesia de Jesucristo. Ninguna otra persona podrá traer esa revelación. Y toda cosa que no se ajuste a esa revelación, no lo tendrá la Iglesia de Jesucristo.

Ahora, podemos ver que todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final estarían siendo reveladas a la Iglesia, porque toda revelación viene por medio del profeta para cada edad y para cada dispensación. Y para la Edad de la Piedra Angular Dios tendrá un profeta mensajero, llamado el Ángel del Señor Jesucristo. Ese es el profeta más grande de todos los profetas, después del Señor Jesucristo.

Y solamente de dos profetas se habla de que ministraron antes de venir en carne humana a la Tierra: uno fue Jesús, y el otro es el Ángel de Jesucristo, que dos mil años atrás estuvo ministrándole la Palabra de Dios a Juan en estos símbolos, transportando a Juan al Día Postrero y dándole la revelación del libro de Apocalipsis en esta forma simbólica; y todos estos símbolos tienen un significado.

Por lo tanto, el Ángel de Jesucristo en el Día Postrero estará dándoles a conocer a todos los hijos e hijas de Dios el significado de estos símbolos, que no han sido dados a conocer en tiempos o edades pasadas, o mensajeros pasados. Pero los que ya han sido dados a conocer por mensajeros pasados, como San Pablo y el reverendo William Branham, pues serán confirmados y serán dados o traídos con más luz para este tiempo final; porque habrá más luz sobre todas las cosas que ya fueron habladas por San Pablo y por el reverendo William Marrion Branham.

Ahora, podemos ver el tiempo que nos ha tocado vivir a todos nosotros: nos ha tocado vivir en el tiempo postrero, en el Día Postrero; nos ha tocado vivir en la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna; y nos ha tocado vivir en el Día Postrero, que es el séptimo milenio.

Y así como Dios tuvo un mensajero para cada edad…, y ese fue el mensajero del siglo en donde se cumplió cada edad; y si una edad cubrió más de un siglo, pues ese fue el mensajero para esos siglos donde se cumplió esa edad.

Y ahora, el profeta del siglo XX, ¿quién fue? El reverendo William Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Pero, para el siglo XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII, XXIX y XXX, ¿quién será el profeta para esos siglos (porque esos siglos corresponden al séptimo milenio) y para toda la eternidad? Será el Ángel del Señor Jesucristo, con el Mensaje del Evangelio Eterno; y si viene con el Mensaje del Evangelio Eterno, pues ya no habrá más ningún otro mensajero, porque ya ese viene con un Mensaje para toda la eternidad. No habrá lugar para otros mensajeros.

Así que bajo el ciclo divino de la Edad de la Piedra Angular, que es la edad representada en el año del jubileo, en el año cincuenta, todas las cosas profetizadas para el Día Postrero deben ser cumplidas.

El precursor de la Segunda Venida de Cristo dijo que para este tiempo todas esas cosas deben ser cumplidas; y si deben ser cumplidas todas esas profecías, entonces estaremos vigilando bien, porque a medida que va avanzando el tiempo todas las profecías correspondientes al Día Postrero van siendo cumplidas; y, si no vigilamos, el cumplimiento de esas profecías nos pasará por encima.

Es necesario estar despiertos, como dijo Cristo: “Velad y orad”19. ¿Velando y orando por qué? Por la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero.

Nadie sabía cuándo sería el día y la hora, pero para este tiempo final se revelaría todo este misterio y todos comprenderíamos lo que es el día, el cual es el séptimo milenio: “un día delante del Señor es como mil años”; ese es el Día del Señor, el Día Postrero, el día en que Cristo resucitará a los muertos en Cristo y transformará a todos los escogidos que estarán viviendo en este tiempo final. Y la hora de Su Venida: por cuanto un día delante de Dios son mil años, una hora son 41 años con 8 meses; o sea que la hora de Su Venida no es una hora de 60 minutos, sino que es una hora de 41 años con 8 meses para los seres humanos; porque “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”20. Pero el comienzo del Séptimo Sello sería completamente secreto.

Ahora, de esos 41 años con 8 meses, los primeros años (no sabemos hasta qué cantidad de años) sería un secreto la presencia del Séptimo Sello en la Tierra; la presencia del Ángel que era diferente a los demás, velado en carne humana, el cual por medio de carne humana también sería revelado en medio de Su Iglesia.

¿Y quién se iba a imaginar que el Séptimo Sello (siendo la Venida del Señor, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19) sería la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, la Venida del Verbo haciéndose carne nuevamente en el Día Postrero, en un hombre de este tiempo final (que es el Ángel del Señor Jesucristo, prometido en la Escritura en Apocalipsis 22, verso 6; y Apocalipsis 22, verso 16; y Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3)? Nadie se había imaginado que el cumplimiento del Séptimo Sello sería en el Ángel del Señor Jesucristo; pero ese es el misterio del Séptimo Sello, ese es el misterio que causó silencio en el Cielo como por media hora.

Cuando Dios promete la venida de un profeta que ya vino en el pasado, es la venida del Espíritu Santo en otro hombre, operando el ministerio que había operado en aquel profeta del pasado. Y eso es así para los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; en donde el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, viene en carne humana en Su Ángel Mensajero operando esos tres grandes ministerios, y revelándole a Su Iglesia el misterio de Su Venida, y mostrándole a Su Iglesia el misterio de Su Nombre Nuevo, y mostrándole a Su Iglesia el misterio de Su Obra para el Día Postrero.

Mostrándole todos estos misterios contenidos en el Séptimo Sello, la Iglesia de Jesucristo obtiene el conocimiento, la revelación, para ser transformada y raptada en el Día Postrero, los que estamos vivos, y los muertos en Cristo reciben la fe para ser resucitados en cuerpos eternos. Ellos están escuchando en el Paraíso todo lo que está sucediendo en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular. Ellos están escuchando la Voz de Cristo desde el Paraíso, porque ellos pueden mirar de allá hacia acá, y ver y escuchar todo lo que está sucediendo en este Día Postrero.

Hemos visto LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS.

Y con la revelación de los misterios del Séptimo Sello, usted descubrió que es uno de los escogidos de Dios; y ese es un gran misterio, un misterio grande, para usted como individuo: saber que usted es un escogido de Dios, y que por eso está escuchando la Voz de Cristo en este Día Postrero, y está siendo preparado para ser transformado y raptado en este tiempo final; ese misterio sí que le es de bendición grande para usted como individuo, porque solamente los escogidos de Dios serán los que recibirán la transformación de sus cuerpos.

Y al usted saber que es un escogido de Dios, entonces usted sabe que será transformado en este tiempo final, si continúa viviendo en su cuerpo físico hasta que los muertos en Cristo resuciten en cuerpos eternos. Pero si su cuerpo físico muere, no hay ningún problema: resucitará en este Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, en el cual ya estamos viviendo si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene.

Ahora hemos visto el misterio también del Día Postrero, que es el séptimo milenio. Hemos visto el misterio de lo que son los días postreros, que son quinto, sexto y séptimo milenio. Hemos visto también el misterio del Ángel de Jesucristo, que es el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular. Hemos visto el misterio del Evangelio del Reino, que es el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles; es el Mensaje que revela, proclama, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, el misterio del Séptimo Sello en medio de Su Iglesia. Hemos visto el misterio de Moisés, de Elías y de Jesús. Hemos visto el misterio de los latinoamericanos y caribeños en el Programa Divino. Hemos visto el misterio de la Edad de la Piedra Angular siendo cumplida en la América Latina y el Caribe. Hemos visto el misterio del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. Hemos visto el misterio de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Hemos visto el misterio del nuevo nacimiento. Hemos visto el misterio del cuerpo teofánico. Hemos visto el misterio de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero. Hemos visto lo que es la Gran Voz de Trompeta. Hemos visto lo que es también la cosecha, el recogimiento del trigo.

Hemos visto la gente que recibiría el Mensaje del Día Postrero: latinoamericanos y caribeños, en su mayoría; diríamos, el 99%, para dejar un lugarcito ahí, para que cualquiera de algún otro continente quiera entrar y diga: “Pero es que no nos han dejado un lugarcito”, pues ahí tienen un 1%, el cual podrá ser ocupado, usado, por personas de otras naciones, incluyendo el pueblo hebreo; y, dejando ese lugarcito ahí, pues también podrán entrar 144.000 hebreos: 144.000 hebreos podrán entrar a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en este Día Postrero.

Ahora hemos visto estos misterios, y hemos visto que todo era más sencillo de lo que la humanidad y los grandes sabios en teología se habían imaginado o habían interpretado. Todo es tan sencillo que, si no vigilamos, nos pasará por encima.

Solamente necesitamos una cosa: encontrar el velo de carne donde la Palabra estará encarnada en un hombre de este Día Postrero; y ahí encontraremos el Séptimo Sello siendo cumplido; encontraremos los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; encontraremos al Ángel del Pacto manifestado a través de ese velo de carne; y encontraremos a Cristo, el Ángel del Pacto, hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta, con esa Voz como de león, clamando como cuando ruge un león y los Siete Truenos emitiendo sus voces. Esa es la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Y estar escuchando la Voz de Cristo por medio de Su velo de carne, donde Él estaría encarnado en el Día Postrero, es estar escuchando los siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10, revelándonos el misterio del Séptimo Sello, revelándonos todas las cosas que debemos conocer y dándonos la revelación del rapto, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.

Ahora, el Ángel de Jesucristo no es ni Elías literalmente hablando, ni es Moisés literalmente hablando, ni es Jesús literalmente hablando: él es un hombre de este tiempo final, es el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular; pero en ese Ángel estará Jesucristo en el Día Postrero, velado y revelado en carne humana, dándonos a conocer por medio de él todas estas cosas que estarán sucediendo en este tiempo final.

Y así es como en este tiempo final estaríamos conociendo todos estos secretos del Séptimo Sello, que estarían siendo revelados en este planeta Tierra y siendo dados a conocer a la Iglesia de Jesucristo.

“LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS”.

Hemos mencionado los más sobresalientes secretos del Séptimo Sello ya revelados; pero hay muchísimos secretos del Séptimo Sello que ya también han sido revelados, pero que no hemos mencionado en esta ocasión.

Y también hay misterios bajo el Séptimo Sello que todavía no han sido revelados, pero que serán revelados a la Iglesia de Jesucristo en este Día Postrero. Hay misterios bajo el Séptimo Sello que todavía no han sido cumplidos, pero que serán cumplidos en este tiempo final; pero ya hay misterios, secretos del Séptimo Sello, que ya han sido cumplidos y han sido dados a conocer a la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final.

Y la Iglesia de Jesucristo ha estado colocándose en el orden divino correspondiente a este tiempo final. La Iglesia de Jesucristo ha estado colocándose en el paso que le corresponde, que es el paso de la Edad de la Piedra Angular; porque ya la primera edad fue el primer paso de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles; la segunda edad fue el segundo paso de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles, allá en Francia; la tercera edad fue el tercer paso de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles, allá en Europa también, en Francia y en Hungría; y la cuarta edad fue el cuarto paso de la Iglesia de Jesucristo, en Irlanda y en Escocia; y el quinto paso de la Iglesia de Jesucristo fue en la quinta edad de la Iglesia gentil, allá en Alemania; y el sexto paso de la Iglesia de Jesucristo fue en la sexta edad de la Iglesia gentil, allá en Inglaterra; y el séptimo paso de la Iglesia gentil fue en Norteamérica, en la séptima edad de la Iglesia gentil. Y para cada paso, vean ustedes, el Ángel del Pacto ha estado acompañando a Su Iglesia, manifestado a través de carne humana en el ángel mensajero de cada edad.

La Iglesia ha estado en esta trayectoria, como estuvo el pueblo hebreo en esa trayectoria desde que salió de Egipto hasta que llegó a la tierra prometida. Es la misma trayectoria siendo cumplida en la Iglesia del Señor Jesucristo, caminando entre los gentiles, como caminó el pueblo hebreo entre los gentiles rumbo a la tierra prometida; pero iba siempre a su lado el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, e iba siempre en medio del pueblo hebreo el profeta de Dios para el pueblo hebreo. Y así ha sido de edad en edad: el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, ha estado en medio de Su Iglesia de edad en edad, en su trayectoria entre los gentiles, camino a la tierra prometida.

Y ahora, en el Día Postrero: en la Edad de la Piedra Angular la Iglesia de Jesucristo se encuentra. Esa es la etapa más gloriosa de la Iglesia de Jesucristo; y la acompaña el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero. Ese es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual tiene el Nombre de Dios, el Nombre Eterno de Dios.

Y ahora, para el Día Postrero, nos encontramos en el paso número ocho, y el ocho representa eternidad. ¡Ha dado el paso a la eternidad! Esa es la edad donde se entrelaza la eternidad con el tiempo, y en donde el tiempo dejará de ser, y solo será eternidad para todos los hijos e hijas de Dios. Es ahí donde recibiremos el cuerpo eterno los que vivimos, y los muertos en Cristo: el cuerpo eterno en el cual resucitarán.

Hemos llegado al ciclo divino paralelo al de la Primera Venida de Cristo. Ese ciclo divino de la Primera Venida de Cristo y Su ministerio fue la Edad de la Piedra Angular, donde estaba la Piedra Angular, la Piedra que los edificadores desecharon21, y cumplió allí tres años y medio de la semana número setenta. Y ahora cumplirá los otros tres años y medio de la semana número setenta al pueblo hebreo.

Ahora la Iglesia de Jesucristo está en ese mismo ciclo divino en donde se encontraba Jesús con Sus discípulos dos mil años atrás.

Y ahora, el pueblo hebreo como nación, luego de ser declarado nación el pueblo hebreo, con sus leyes, su moneda y su bandera y toda su administración, del 14 de mayo del 1948 hacia acá han transcurrido 50 años.

El pueblo hebreo está celebrando el año número 50, y el año cincuenta es Pentecostés, y el año 50 es año del jubileo; o sea que el pueblo hebreo está de jubileo en este año, porque ya lleva 50 años. Y el pueblo hebreo será restaurado plenamente, y el Reino de Dios estará establecido en medio del pueblo hebreo; y el Espíritu de Dios estará en medio del pueblo hebreo en carne humana en el Día Postrero, en la manifestación del Mesías para el pueblo hebreo; y se sentará sobre el Trono de David, y reinará por mil años sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Y el pueblo hebreo estará a la cabeza de todas las naciones, pues Jerusalén será la capital del mundo y el territorio de Israel será el Distrito Federal. Esa es la bendición para el pueblo hebreo en este Día Postrero.

Y ahora, la nación hebrea y la Iglesia gentil se encuentran de jubileo, se encuentran en el Año del Jubileo: se encuentran en el ciclo divino de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, para ser revelado el Hijo del Hombre con Sus Ángeles primeramente a Su Iglesia y después al pueblo hebreo. Y cuando se complete el número de los escogidos de Dios de la Iglesia gentil, o de la Iglesia de Jesucristo, que está compuesta por gentiles y hebreos también, luego los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados; y ya se habrá terminado el tiempo para nosotros, porque entraremos físicamente a eternidad también.

Ahora, hemos visto: LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS. Y en los secretos del Séptimo Sello ya revelados, hemos visto que nuestro nombre está escrito (¿dónde?) en el Libro de la Vida del Cordero. Hemos visto que somos escogidos de Dios en este Día Postrero, en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular. Y hemos visto que pronto seremos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. De eso se encargará del Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que fue el que libertó al pueblo hebreo de Egipto, los llevó por el desierto y luego los introdujo en y a la tierra prometida; pero siempre usando seres humanos: usó a Moisés y después usó a Josué.

Josué es tipo de Cristo, como también lo es Moisés. Josué, siendo tipo de Cristo, representa al mensajero del Día Postrero. Y Josué, el Ángel del Pacto, vean ustedes, manifestado en Su Ángel Mensajero, estará como nuestro Josué, para llevarnos a la tierra prometida del nuevo cuerpo y a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial de Jesucristo; y llevarnos también a la Cena de las Bodas del Cordero.

Él es el que tiene el liderazgo en medio de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, y también es el que tiene el liderazgo, en el Día Postrero, de toda Su Iglesia de las edades pasadas también; porque en el Día Postrero Él será el que tendrá el liderazgo de todo Su Cuerpo Místico de creyentes, cuando resuciten los muertos en Cristo en cuerpos eternos y nosotros seamos transformados.

Ahora hemos llegado a la etapa más gloriosa del Cuerpo Místico de Jesucristo, en donde hemos estado viendo LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS.

En la tarde, a las 3:00 de la tarde estaremos nuevamente reunidos, y nuestro tema será: “LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO QUE SERÁN REVELADOS”, o sea, los que faltan por ser revelados; para así completar el cuadro de los secretos del Séptimo Sello y la revelación de esos secretos.

Con lo que Dios estaría haciendo en este tiempo final, se producirá el cambio del reino de los gentiles al Reino de Dios, se producirá el cambio de este mundo a un nuevo mundo, que será una renovación que Dios realizará en este planeta Tierra.

Durante la gran tribulación, con la caída de los juicios de Dios sobre el planeta Tierra, la Tierra (el planeta Tierra) recibirá un cambio; y para el glorioso Reino Milenial tendremos una Tierra renovada, fértil: la ceniza volcánica cubrirá la superficie, a tal grado que la hará fértil completamente y aun los desiertos florecerán22. Esto es porque viene un cambio aun para los desiertos, en donde serán territorios fértiles para los hijos e hijas de Dios que estarán viviendo en el Reino Milenial.

Habrá naciones que entrarán también, aunque sean naciones con personas mortales, pero vivirán la cantidad de tiempo que Dios les permita vivir; y estarán escuchando la predicación del Evangelio del Reino, que es la predicación del Evangelio Eterno; y ahí serán bendecidos también, en el Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora, podemos ver que la América Latina y el Caribe es un territorio que nosotros amamos, porque pertenecemos terrenalmente a ese territorio; y oramos por ese territorio, para que la misericordia de Dios se mantenga extendida en el territorio latinoamericano y caribeño, y pueda entrar al glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo.

Hemos visto este misterio del Séptimo Sello y Sus secretos que ya han sido revelados; el más grande de todos: la Venida del Señor con Sus Ángeles, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida del Ángel del Pacto, del Verbo; ese es el misterio más grande: la Venida del Verbo, la Venida de la Palabra encarnada en un hombre en este Día Postrero; como fue el misterio más grande dos mil años atrás la Venida del Verbo, la Palabra encarnada en un hombre llamado Jesús de Nazaret.

En todos estos días estaremos viendo cosas muy importantes si tenemos nuestros oídos y nuestro corazón abierto para escuchar, por medio de la Palabra hablada, todas estas cosas que todavía no están reveladas, pero que serán reveladas a todos nosotros en estos días postreros, de las cuales hablaremos en la actividad de las 3:00 de la tarde.

Ya hemos visto LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS. Hemos mencionado los más sobresalientes, para que así tengamos un cuadro claro, pero a esos se unen un sinnúmero de secretos que ya también han sido revelados.

Y bajo el Séptimo Sello hay otros secretos que no han sido revelados todavía para que no se interrumpa el Programa Divino; de los cuales solamente yo les podré hablar, por el momento, desde el punto de vista profético, o sea, como profecías que tienen que ser cumplidas; pero que no les puedo abrir cuál es el misterio escondido ahí, hasta que llegue el momento, para que no sea interrumpido ese propósito divino.

Llevemos el Mensaje por todos los lugares, con los secretos del Séptimo Sello que ya han sido revelados; porque con esos secretos ya revelados, los escogidos son llamados y juntados en este Día Postrero.

Niños, jóvenes y ancianos, adultos, todos lleven el Mensaje, que es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, y es también la herramienta de cosecha del Día Postrero. Ese es el Mensaje del Evangelio Eterno, de la Edad de la Piedra Angular, y Evangelio del Reino (de la Dispensación del Reino). Con ese Mensaje es que la Obra de Cristo para este Día Postrero se estaría llevando a cabo.

Adelante con el Mensaje por todos los lugares y todas las naciones, en el Nombre Eterno del Señor Jesucristo, llevándolo por todos los lugares. Y que pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto todos seamos transformados y raptados; y vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero, en el Cielo, a la Casa de nuestro Padre celestial. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Bueno, para mí ha sido una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS”.

¿Y cuántos han visto los secretos del Séptimo Sello ya revelados? Aquí estamos todos los que hemos visto los secretos del Séptimo Sello ya revelados. Aquí está un grupo, en este lugar; y también en diferentes lugares de la América Latina y el Caribe; y también en diferentes lugares de Norteamérica, y otras naciones en donde el Mensaje ha llegado.

¿Y dónde están los escogidos que recibirían y escucharían la Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, y recibirían Su Venida en el Día Postrero? Pues aquí estamos, en este Día Postrero, recibiendo Su Palabra, recibiendo Su Venida y recibiendo Su Voz: Su Gran Voz de Trompeta, esa Gran Voz de Trompeta, esos siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10; y siendo preparados para ser transformados y raptados en este tiempo final.

Que pronto todos seamos transformados y raptados en este Día Postrero. Amén y amén.

Bueno, será hasta las 3:00 de la tarde, Dios mediante, en que estaré nuevamente con ustedes para continuar viendo los secretos del Séptimo Sello, y viendo los que serán revelados, los que todavía no han sido revelados.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y vamos a pedirle a Félix pase para continuar en esta mañana.

Para el domingo próximo (en lo que llega Félix), será la actividad de la mañana, luego de la tarde; y luego en la noche tendremos la actividad que siempre acostumbramos el día 14 del mes de junio. Ahí estaré cumpliendo 58 años.

¿Saben que en Brasil ese es un día muy especial? En Brasil se le llama, en las agendas de Brasil aparece… se llama “el Día Universal de Dios”. Ese es el día 14 de junio. Y no sé cómo han sacado esa fecha; no sé si es solamente en Brasil o es en el mundo entero que le llaman así a ese día.

Y nosotros pues vamos a estar pasando ese día llenos de las bendiciones de Cristo, porque ese es un día muy especial también para nuestra edad y para nuestra dispensación; y para mi mamá y para mí también. Bueno, ese es el día en que yo vine en este cuerpo físico a este mundo.

El día 14 de junio, en el acta de nacimiento dice que eran como las 7:00 de la noche – dice las 7:00 de la noche. No sé si tomaron esa hora mami o la partera o comadrona; no sé si vio el reloj y lo apuntó; o si vio que estaba ya por oscurecer y dijo: “Bueno, es que como es verano, ya comienza a oscurecer por ahí casi a las 7:00 ya”. Así que no sé; pero cuando yo la encuentre de nuevo, le voy a preguntar. Ahora, mami, mami sabe; pero no sé si ella tenía el reloj allí en ese momento, o vio que la partera o comadrona le dijo por el reloj la hora que era.

Bueno, yo pido que Dios bendiga a mami grandemente, y siempre la use grandemente en Su Obra, y le llene del conocimiento de todo Su Programa correspondiente a este tiempo final; y también a mis hermanos: mis dos hermanas y mi hermano también; y a cada uno de ustedes también, que son mis hermanos y mis hermanas de la Familia celestial.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y nuevamente Félix Caro con nosotros.

“LOS SECRETOS DEL SÉPTIMO SELLO YA REVELADOS”.

[Revisión diciembre 2020]

1 A 41.8 km de altura, 48.3 km de ancho

2 Éxodo 13:21-22

3 San Mateo 17:1-5, San Marcos 9:2-7, San Lucas 9:28-35

4 Éxodo 19:16, 24:15-18

5 San Lucas 19:44

6 Génesis 42

7 Génesis 41:45

8 San Mateo 2:1-10

9 SPN64-0112 “Shalom”, pág. 26, párrs. 157-158

10 San Juan 3:26-30

11 Apocalipsis 19:9-10, 22:8-9

12 1 Pedro 3:18-20

13 Citas, pág. 158, párr. 1410

14 2 Reyes 2:11-15

15 Los Sellos: “Dios en simplicidad”, pág. 52, párr. 204; “El Primer Sello”, pág. 122, párr. 99; “El Segundo Sello”, pág. 152, párr. 13; “El Tercer Sello”, pág. 197, párrs. 30-31; pág. 209, párr. 90; “El Cuarto Sello”, pág. 264, párr. 157; “Preguntas y respuestas”, pág. 412, párr. 161; “El Séptimo Sello”, pág. 449, párr. 54; pág. 472, párr. 165

16 Citas, pág. 114, párr. 1008

17 San Marcos 13:32

18 San Mateo 24:37-39, San Lucas 17:26-30

19 San Marcos 13:33

20 2 Pedro 3:8, Salmos 90:4

21 Mt. 21:42, Mr. 12:10, Lc. 20:17, Sal. 118:22

22 Isaías 35:1-2

Scroll al inicio