Muy buenas noches, amables amigos presentes, televidentes y radioyentes, aquí en La Paz, Bolivia. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes y dirigirme a ustedes, para tener una corta plática alrededor de la Palabra Divina y darles a conocer el misterio del Monte de la Transfiguración.
Estaremos hablando bajo el tema: “EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO”; lugar donde Jesucristo subió y se transfiguró, y Su rostro resplandeció como el sol.
Leamos esta hermosa historia bíblica de la vida de Jesús, en esta etapa tan importante de la vida de Jesús, donde Él fue adoptado. En el capítulo 17 de San Mateo, verso 1 en adelante, dice:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos”.
Este es un evento muy importante en la vida de Jesús, pues fue la adopción de Jesús.
Nuestro tema, como les dije, para esta ocasión es: “EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO”.
Jesucristo tuvo Su ministerio aquí en la Tierra, un ministerio de tres años y medio, el cual comenzó cuando tenía cerca de 30 años; digamos, teniendo unos 29 años y medio, fue donde Juan estaba predicando y bautizando, y fue bautizado por Juan el Bautista1; estuvo con Juan el Bautista unos días, asistiendo a sus actividades, después fue al desierto, donde estuvo ayunando por 40 días2; y luego comenzó Su ministerio.
Y Juan dio testimonio acerca de Jesús, que Jesús era Aquel del cual él había dicho que vendría después de él; de uno que vendría después de él, del cual Juan no era digno de desatar la correa de Su calzado, el cual los bautizaría a todos con Espíritu Santo y Fuego3, o sea, a todos los creyentes en Jesús.
Los creyentes en Jesús serían los que serían bautizados con Espíritu Santo y Fuego, porque serían las personas que lavarían sus pecados en la Sangre de Cristo al recibir a Cristo como su Salvador, y recibirían luego el Espíritu Santo; y así obtendrían el nuevo nacimiento del cual Cristo le habló a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, verso 1 al 6.
Ahora, Jesús prometió que enviaría Su Espíritu Santo. ¿Y para qué vendría? Para producir el nuevo nacimiento en todos los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo, para poder entrar al Reino de Dios, al Reino de los Cielos, todos los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo; porque el que no cree en Jesucristo como su Salvador y lava sus pecados en la Sangre de Cristo y recibe Su Espíritu Santo, no puede entrar al Reino de los Cielos.
Ahora, ¿vieron lo sencillo que es todo? Recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo; y así entra al Reino de los Cielos, y así obtiene el nuevo nacimiento, y así obtiene vida eterna, y así obtiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Y cuando la persona muere físicamente, sigue viviendo: se va al Paraíso a vivir en el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión: de la sexta dimensión.
Y para el Día Postrero, Cristo ha prometido que resucitará a todos los creyentes en Él que han partido, que han muerto físicamente, los resucitará; y los resucitará en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Y a los que vivimos, y creemos en Cristo como nuestro Salvador y hemos lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo y hemos recibido Su Espíritu, la promesa es que seremos transformados; y entonces tendremos un nuevo cuerpo: un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo.
Esa es la promesa para los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo. Por lo tanto, no importa que el creyente luego muera físicamente: será resucitado en el Día Postrero, que es el séptimo milenio (para el cual faltan solamente 1 año con 10 meses y algunos días).
Ahora, no sabemos en qué año del séptimo milenio será la resurrección de los muertos y la transformación de nosotros los que vivimos; pero será en el séptimo milenio, en algún año del séptimo milenio.
Y ahora, los muertos en Cristo van a resucitar en el Día Postrero, y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados. Y para ser llamados, juntados, recogidos los escogidos de Dios, y recibir la fe, la revelación, para ser transformados y raptados y llevados al Cielo, a la Casa de nuestro Padre celestial: Dios ha prometido llamarlos y juntarlos con la Gran Voz de Trompeta. Por eso Jesús dijo:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”. (San Mateo, capítulo 24, verso 31).
Y San Pablo, hablando de esta Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, nos dice que es un misterio; dice4: “He aquí, os digo un misterio: No todos moriremos, mas todos seremos transformados”. O sea, eso es un misterio: esa transformación que vamos a recibir en el Día Postrero para tener un cuerpo eterno, y así ser restaurados a la vida eterna físicamente también, ser restaurados a la vida eterna de la cual cayó Adán y Eva en el Huerto del Edén.
Y ahora, San Pablo nos dice que eso es un misterio, y él dice: “He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos”, o sea, no vamos todos a morir. Ya han muerto los de las edades pasadas creyentes en Cristo; pero para el Día Postrero, cuando los muertos en Cristo resuciten, todavía estará viviendo un grupo de creyentes en Jesucristo aquí en la Tierra, y esos son los que tienen la promesa de la transformación.
Son personas creyentes en Jesucristo, que han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han recibido el Espíritu de Cristo (o sea, el Espíritu Santo), y por consiguiente han nacido de nuevo; pues todos los que han nacido de nuevo y murieron, serán resucitados; y todos los que viven y han nacido de nuevo (creyentes en Cristo, que han nacido de nuevo), si permanecen vivos hasta que ocurra la resurrección, seremos transformados; y nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Y entonces lo veremos a Él en Su cuerpo glorificado, porque también nosotros tendremos un cuerpo glorificado, como el cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo glorificado.
Ahora, para Cristo morir y luego resucitar y tener un cuerpo glorificado, tuvo que ser adoptado; y esta adopción se llevó a cabo en el Monte de la Transfiguración.
Y allí, en esa visión, fue mostrado, en esos eventos fue mostrada la Segunda Venida de Cristo; está siendo mostrado allí el Reino de Dios viniendo con poder y gloria, y el Hijo del Hombre viniendo en Su Reino; y también la venida de los Dos Olivos, la venida de Moisés y Elías está siendo mostrada allí, con la presencia de Moisés y Elías en el Monte de la Transfiguración.
Ahora, Jesús se transfiguró delante de ellos y Su rostro resplandeció como el sol. El sol es el astro rey, y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Por lo tanto, allí está representada la Segunda Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores. Y también están representados los ministerios de Moisés y Elías para venir en el Día Postrero, que son los ministerios de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, y Zacarías, capítulo 4.
Ahora, un monte representa un reino; y el Monte de la Transfiguración allí, donde Jesucristo fue adoptado…; y por consiguiente todo hijo de Dios que será adoptado estará – pertenecerá y estará en el Monte de la Transfiguración actualizado.
Ahora, ¿aquel monte qué representa? Aquel monte representa un reino, porque montes representa reinos. Y ese Monte de la Transfiguración representa el Reino de Dios, representa la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y todos los hijos e hijas de Dios que serán adoptados, los que partieron, pertenecen a ese Reino; pero ellos estaban subiendo de edad en edad por ese Monte; pero la adopción no ocurrió en el tiempo pasado, donde ellos, cada uno, subió a la etapa, a la edad correspondiente a la cual ellos vivieron; y por consiguiente tuvieron que partir: morir físicamente.
Pero serán resucitados en el Día Postrero, cuando se esté viviendo en la etapa de la cúspide del Monte de Dios, del Monte de Sion, de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Edad de la Piedra Angular; en donde los escogidos de Dios que viven y permanezcan vivos hasta que los muertos en Cristo resuciten, seremos transformados; y así todos seremos adoptados, en la manifestación de los hijos e hijas de Dios en cuerpos eternos.
Y esa adopción nos colocará a todos iguales a Jesucristo, con cuerpos eternos y espíritus teofánicos eternos también, y por consiguiente con vida eterna; o sea que pasaremos de personas con cuerpos mortales a personas con cuerpos inmortales.
Por eso es tan importante estar en EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO, que es la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, en la etapa de la cúspide del Monte de la Transfiguración actualizado, que es la Edad de la Piedra Angular, la cual se está cumpliendo en la América Latina y el Caribe.
Y para ser adoptados, vean ustedes, tenemos que seguir el orden divino:
Jesús tuvo que tener un ministerio antes de ser adoptado; y luego que tuvo un ministerio de unos tres años, luego fue adoptado en el Monte de la Transfiguración; y luego, de ahí en adelante, solamente tuvo unos seis meses, aproximadamente, en la Tierra, para llevar a cabo todo lo correspondiente a la Obra de Dios a través de un ministerio ya adoptado.
Y ahí fue donde la parte más importante de Su ministerio se llevó a cabo: fue la entrada triunfal a Jerusalén5 y también Su muerte en la Cruz del Calvario, donde Él —habiendo tomado nuestros pecados— se hizo mortal. Por eso en el Getsemaní estuvo en agonía orando a Dios y sudando gotas de sangre, y dijo: “Hágase no como yo quiero, sino como Tú quieres, conforme a Tu voluntad”, orando al Padre6; porque no había otra forma para redimir al ser humano; y se hizo mortal al tomar nuestros pecados7.
Él, siendo inmortal, no podía morir. Él decía: “Nadie me quita la vida; yo la pongo por mí mismo para volverla a tomar”8. Y para poner Su vida: hacerse mortal y poder morir, tenía que tener pecado; porque la paga del pecado es muerte9; y si no hay pecado, no hay muerte: hay vida eterna.
Por lo tanto, Jesús no podía morir; pero cuando tomó todos nuestros pecados tenía más pecados que cualquier persona, porque tomó no solamente los de una persona, sino los de todas las personas; y, por consiguiente, la muerte tenía que venir sobre Él, el juicio divino tenía que venir sobre Jesús. Y allí en la Cruz del Calvario murió, llevando nuestros pecados, quitando nuestros pecados, pagando el precio así de la redención, para restaurarnos a la vida eterna.
Ya en lo espiritual, al recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo, ya hemos sido restaurados espiritualmente a la vida eterna. Y ahora solamente falta ser restaurados físicamente a la vida eterna; solamente nos falta un cuerpo físico con vida eterna, el cual Él nos dará en este tiempo final. Y eso viene con la adopción, que es la redención del cuerpo, o sea, la transformación de nuestros cuerpos. Y de ahí en adelante ya no moriremos, porque estaremos como inmortales, con cuerpos inmortales iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.
Y luego nos iremos de la Tierra (después que estemos aquí, con ese nuevo cuerpo, de 30 a 40 días), después nos iremos al Cielo, a la Cena de las Bodas del Cordero, que está preparada para todos los escogidos de Dios, para todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo, todos los que han lavado sus pecados en la Sangre del Cordero y han recibido Su Espíritu Santo.
Esas son también las vírgenes prudentes10, con aceite en sus lámparas, o sea, con el Espíritu Santo; por consiguiente, son las personas que han creído en Cristo, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han recibido Su Espíritu Santo.
Ahora, ¿dónde han sido colocadas esas personas? Han sido colocadas en lugares celestiales en Cristo Jesús11, con vida eterna, y han nacido en el Reino de los Cielos, y así han nacido en la Iglesia del Señor Jesucristo. Nadie se une a la Iglesia de Jesucristo, sino que las personas nacen en la Iglesia del Señor Jesucristo por medio del nuevo nacimiento.
Y ahora, hemos visto cuál es EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO: es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y para subir a ese Monte, subimos creyendo en Cristo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibiendo Su Espíritu Santo; y así subimos a la Iglesia de Jesucristo, a ese Monte de Dios, a la edad que nos corresponde en este tiempo final: a la Edad de la Piedra Angular, que es la edad para la adopción de todos los hijos e hijas de Dios.
Es ahí, en EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO, que se llevará a cabo la adopción de todos los hijos e hijas de Dios, de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; es ahí donde nuestra adopción se realizará.
Por eso es que hay que estar ahí, en el Monte de la Transfiguración actualizado, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; así como Jesucristo para ser adoptado tuvo que subir al Monte de la Transfiguración, tuvo que estar en ese monte en el momento preciso, para poder ser adoptado; lo cual, para la Iglesia es tipo y figura de la adopción que la Iglesia recibirá en el Día Postrero. Lo mismo por lo cual pasó Jesús, pasa Su Iglesia y pasa cada creyente en Jesucristo como individuo.
Así que la Iglesia del Señor Jesucristo estará en su etapa final: la etapa de la Edad de la Piedra Angular, la etapa de la adopción; y todos los creyentes en Cristo, miembros de la Iglesia de Jesucristo, como individuos estarán en la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Adopción, que es la Edad de la Piedra Angular, para ser adoptados en el Día Postrero, que es el séptimo milenio (el cual comenzará dentro de 1 año, 10 meses y algunos días).
Ahora, no sabemos en qué año del Día Postrero, del séptimo milenio, será; pero sabemos que será en el séptimo milenio, que es el Día Postrero delante de Dios; porque “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”, dice San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el profeta Moisés en el Salmo 90 y verso 4. Un día delante del Señor, para los seres humanos son mil años; es un día milenial.
Los días postreros son quinto, sexto y séptimo milenio. Por eso, cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de edad, comenzaron los días postreros, porque comenzó el quinto milenio.
Y Dios derramaría de Su Espíritu Santo sobre toda carne12, o sea, sobre toda persona que creería en Jesucristo como su Salvador y lavaría sus pecados en la Sangre de Cristo. Él derramaría de Su Espíritu sobre esas personas, y Él dijo que sería para los días postreros13; o sea, para el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio, porque esos son los días postreros delante de Dios.
Desde los días de los apóstoles, desde el Día de Pentecostés hacia acá, Él ha estado derramando de Su Espíritu Santo sobre toda carne que se ha arrepentido y ha lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo; y esas personas han sido colocadas en el Monte de la Transfiguración actualizado, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ese es el Monte de Dios, ese es el Monte de Sion celestial y esa es la Jerusalén celestial.
Y ahora, podemos ver dónde estarán los hijos e hijas de Dios que en este tiempo final serán adoptados, serán transformados, y vendrán a ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Y podemos ver dónde tenían que estar en su tiempo las personas que morirían pero serían creyentes en Cristo y tendrían el Espíritu Santo. ¿Estarían dónde? En el Monte de Sion actualizado, que es el Monte de la Transfiguración, el cual es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ese es el Reino de los Cielos, ese es el Monte de la Transfiguración, ese es el Monte de Sion, y esa es también la Jerusalén celestial.
Ahora podemos ver EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO.
Es ahí donde también la Segunda Venida de Cristo será cumplida, conforme a Su promesa. Y así como vino el Padre celestial sobre el Monte de la Transfiguración, y dio testimonio acerca de Jesús, y dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd”14.
Y ese es el mismo testimonio que Jesucristo estará dando acerca de Sus hijos, y estará identificando esos hijos que serán adoptados en este tiempo final. Y por consiguiente, la Voz de Jesucristo, ¿dónde estará? En todos estos hijos e hijas de Dios que serán adoptados en este tiempo final.
Ellos tendrán el Mensaje Final de Dios para esta raza, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y ellos tendrán también al Enviado de Jesucristo para el Día Postrero.
Cualquier persona podrá preguntarse: “¿Jesús enviará a alguien en el Día Postrero a Su Iglesia?”. ¡Claro que sí! Que lo diga el mismo Señor Jesucristo en Su Palabra: Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, ahí Jesús dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿Quién es el Enviado de Jesucristo a Su Iglesia? El Ángel del Señor Jesucristo. El mismo que le dio a Juan la revelación apocalíptica es el mismo que Él envía a Su Iglesia para darle testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto.
En Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, también dice, con relación a este Ángel:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para…”.
¿Para qué? ¿Para qué lo ha enviado?
“… ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
Ninguna persona conocerá completamente las cosas que deben suceder en este tiempo final, excepto aquellos que estarán recibiendo al Ángel del Señor Jesucristo, el cual viene en este tiempo final dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; para así obtener el conocimiento de todos estos misterios divinos, y obtener el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y recibir así la fe para ser transformados y raptados (o sea, arrebatados al Cielo), y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.
¿Y quiénes serán los que estarán recibiéndolo? Serán nada menos que los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final; porque él es enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto; para así ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios, y preparados para ser transformados en este tiempo final; para así ser adoptados en la adopción de los hijos e hijas de Dios, y ser restaurados a la vida eterna, y a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída; y así regresar a la vida eterna y ser personas inmortales físicamente también.
Dios ha prometido que seremos transformados; y entonces no moriremos, porque ya tendremos un cuerpo eterno y glorificado; y entonces la muerte será sorbida en y con victoria15, la victoria que Jesucristo nos dará. Es la victoria de Cristo la que obrará, la que obtendremos con Él, y así obtendremos la victoria aun contra la muerte; y esto será obteniendo nuestra transformación, y los muertos en Cristo obteniendo la resurrección en cuerpos eternos.
Hemos visto este misterio de “EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO”.
El Monte de la Transfiguración allá, representa a la Iglesia del Señor Jesucristo, donde para el Día Postrero estarán todos los que van a ser adoptados, los que van a ser transformados, transfigurados, como nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, ¿dónde están las personas que están en el Monte de la Transfiguración actualizado? Aquí estamos presentes en esta noche, esperando nuestra adopción: la transformación de nuestros cuerpos, la redención del cuerpo; esperando así un nuevo cuerpo: eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de “EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO”. Hemos visto que ese Monte de la Transfiguración actualizado es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes, amables amigos y hermanos televidentes y radioyentes, y los aquí presentes.
Muchas gracias por vuestra amable atención y pasen todos muy buenas noches.
“EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN ACTUALIZADO”.
[Revisión junio 2020]
1 San Mateo 3:13-17, San Marcos 1:9-11, San Lucas 3:21-22
2 San Mateo 4:1-11, San Marcos 1:12-13, San Lucas 4:1-13
3 San Mateo 3:11, San Marcos 1:7-8, San Lucas 3:16, San Juan 1:26-34
4 1 Corintios 15:51
5 San Mateo 21:1-11; San Marcos 11:1-11; San Lucas 19:28-40; San Juan 12:12-19
6 San Lucas 22:41-44; San Mateo 26:39, San Marcos 14:36
7 1 Pedro 2:21-24
8 San Juan 10:17-18
9 Romanos 6:23
10 San Mateo 25:1-13
11 Efesios 2:6
12 Joel 2:28-29
13 Hechos 2:17-18
14 San Mateo 17:5, San Marcos 9:7, San Lucas 9:35
15 1 Corintios 15:54