El Administrador de los Misterios de Dios

Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes. Reciban un saludo también de todos los hermanos de Colombia y también del Perú.

Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esa ocasión para compartir con ustedes unos momentos alrededor del tema: “EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.

Para lo cual quiero leer en San Mateo, capítulo 13, verso 10 al 11, donde el mismo Jesús hablando, dice… capítulo 13… podemos leer desde el verso 9, donde dice:

El que tiene oídos para oír, oiga.

Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:

De oído oiréis, y no entenderéis;

Y viendo veréis, y no percibiréis.

Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,

Y con los oídos oyen pesadamente,

Y han cerrado sus ojos;

Para que no vean con los ojos,

Y oigan con los oídos,

Y con el corazón entiendan,

Y se conviertan,

Y yo los sane.

Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.

Muchas personas a través de la historia de la raza humana han tratado de interpretar los misterios de Dios, y por consiguiente han tratado de colocarse como administradores de los misterios de Dios para revelar los misterios de Dios; pero Dios tiene la forma para dar a conocer Sus misterios.

Ahora, vemos en el Antiguo Testamento que Dios envió a Sus profetas de etapa en etapa, hombres con las dos consciencias juntas, los cuales podían ver en otras dimensiones, y Dios les enviaba ángeles para darles a conocer las cosas que ellos tenían que hablar.

Por ejemplo, tenemos a Abraham, el Padre de la Fe, al cual Dios le habló, le reveló Su Programa, el Programa que Dios tenía con él; y Abraham le llamó Elohim.

Ahora, vean ustedes, en una ocasión le apareció como Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo, o sea, del Templo que está en el Cielo y Rey de Jerusalén. Luego en otra ocasión le apareció con dos Arcángeles: Elohim le apareció con dos Arcángeles, con Gabriel y Miguel, el día antes de la destrucción de Sodoma y de Gomorra; y Abraham los invitó a comer.

Ellos aceptaron la invitación, comieron con Abraham el ternero o becerro que les había preparado; y luego Gabriel y Miguel se fueron a Sodoma en la tarde y Elohim se quedó hablando con Abraham y dándole a conocer lo que iba a hacer. O sea que antes de la mañana ya Abraham sabía lo que Dios iba a hacer con Sodoma y Gomorra.

Ahora, estos son Ángeles que han venido del Cielo a Abraham, estos Ángeles eran: Elohim, el mismo Dios, el cual con Su cuerpo teofánico (llamado el Ángel de Jehová) vino y se materializó y comió con Abraham, y también vinieron con Elohim: Gabriel y Miguel.

Miguel, el Ángel que más adelante tomó el cuerpo de Moisés cuando murió; y dice la Escritura que nadie supo dónde lo enterró1, porque el diablo estaba tratando de quedarse con el cuerpo de Moisés. De seguro quería convertir el cuerpo de Moisés en un instrumento para que el pueblo hebreo adorara a Moisés.

Pues, miren ustedes, la serpiente de bronce que Moisés levantó por orden divina para el pueblo hebreo en el desierto, cuando eran mordidos por serpientes, y al mirar a esa serpiente de bronce quedaban sanados y no morían2…; porque esa serpiente de bronce levantada representaba a Cristo muriendo en la Cruz del Calvario, y el juicio divino cayendo sobre Jesucristo y siendo ahí juzgado el pecado del ser humano.

Y si el pecado era ya juzgado en una persona, entonces ya Dios no puede juzgar a la persona por sus pecados, porque ya los pecados de esa persona fueron juzgados en Jesucristo. Esto es para todos los que reciben a Cristo como su Salvador.

¿Ven? Él es nuestro Salvador. Él nos salva de ese juicio divino, Él nos salva de la muerte y nos da vida eterna.

Y ahora, por cuanto aquella serpiente de bronce representaba el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario para salvar a todos los que estaban condenados a muerte, así como aquellas personas que eran mordidas por serpientes venenosas estaban condenados a muerte; y eso representa la mordida de la serpiente ahí en el Huerto del Edén, la serpiente que engañó a Eva, y por consiguiente el pecado entró a la raza humana.

Ahora, vean ustedes: el veneno de la serpiente, que es el pecado, solamente puede ser contrarrestado y quitado del ser humano por medio de Cristo, el cual fue representado en la serpiente de bronce allá en el desierto.

Y ahora, así como toda persona que era mordida por las serpientes venenosas y estaban condenados a morir, porque el veneno de las serpientes entraba al cuerpo de las personas, pero las personas que miraban aquella serpiente vivían… o sea que el veneno de la serpiente se hacía inefectivo en las personas, porque siendo una serpiente de bronce la que estaba levantada en el desierto en una vara, el bronce representa el juicio divino; y aquella serpiente de bronce representaba el juicio divino o el pecado ya juzgado; por lo tanto, el pecado fue juzgado y en aquella serpiente de bronce fue juzgado el pecado.

Y las personas al mirar aquella serpiente de bronce quedaban sanadas, porque sus pecados fueron juzgados en aquella serpiente de bronce; porque tipificaba a Cristo tomando nuestros pecados, y por causa de nuestros pecados, tomando todo el veneno que el diablo por medio de la serpiente introdujo en la raza humana; y tomando todo ese veneno del pecado que el diablo colocó en nosotros, en el ser humano, vean ustedes, Cristo fue juzgado por Dios por nuestros pecados3.

Él no tenía pecado, pero al tomar nuestros pecados Él fue juzgado; porque llegó el tiempo para Dios juzgar el pecado en el ser humano, y la paga del pecado es la muerte4.

Por eso la muerte vino sobre el cuerpo de Jesús y tuvo que morir Jesucristo; o sea, el mismo Dios tuvo que morir físicamente, porque el cuerpo físico de Dios es Jesús. Dios estaba en Jesús manifestado en toda Su plenitud, era la manifestación de la Divinidad en carne humana.

Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne (en Jesús de Nazaret)”. Primera de Timoteo, capítulo 3, verso 16.

Y en San Juan y otros lugares nos habla de Cristo; por ejemplo, en el capítulo 3 de San Juan, donde nos muestra el tipo y figura. Dice capítulo 3, verso 14 en adelante:

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Todo aquel que en Él cree, no se pierde, sino que obtiene vida eterna; porque el pecado de la persona fue juzgado en Cristo; por lo tanto, la persona siendo libre del pecado tiene vida eterna.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado…”.

El que en Él cree no es condenado, ¿por qué? Porque el pecado del que cree en Jesucristo fue juzgado en Jesucristo; por lo tanto, la persona ha quedado libre de sus pecados, y por consiguiente no puede morir, tiene vida eterna; y aunque su cuerpo físico muera porque es un cuerpo mortal, corruptible y temporal, la persona sigue viviendo en el cuerpo teofánico que tiene, por cuanto la persona al recibir a Cristo como su Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo ha obtenido un cuerpo teofánico de la sexta dimensión y ha sido restaurado a la vida eterna; por consiguiente tiene un cuerpo teofánico inmortal, incorruptible, de la sexta dimensión, al cual pasa a vivir y en el cual pasa a vivir en la sexta dimensión si su cuerpo físico muerte.

Y para el Día Postrero, Cristo dijo: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero”.

San Juan, capítulo 6, verso 40, dice: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

Este mismo capítulo 6 de San Juan contiene cuatro lugares, cuatro versos, donde dice: “… y yo le resucitaré en el día postrero”.

Ahora, podemos ver que este misterio de la vida eterna y cómo obtener vida eterna ha sido abierto a la raza humana, y por medio de la predicación del Evangelio de la Gracia llevamos aproximadamente dos mil años dando a conocer la forma de ser restaurado el ser humano a la vida eterna: tiene que ser restaurado primeramente en y a un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Dios cuando creó al ser humano, a Adán, primero le dio un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, en el cual vivió no sabemos cuántos días, meses, años, siglos o milenios o millones de años; no sabemos cuánto tiempo.

Y en esa misma clase de cuerpo es que Jesucristo estaba antes de venir en carne humana a este planeta Tierra. Y Jesucristo en Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión ¿saben cómo es llamado? En el Antiguo Testamento es llamado el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto.

Él es el que comió con Abraham y fue llamado por Abraham: Elohim. Él es Aquel que también le apareció como Melquisedec. Él es el que llamó a Abraham de Ur de los Caldeos para que viajara hacia una tierra que Dios le daría. Él es también el que bendijo a Abraham y Él es el que le dio la promesa a Abraham; porque Él es el Ángel del Pacto.

Él es también el que bendijo a Jacob cuando Jacob se agarró de Él y luchó toda la noche hasta que rayaba el alba5, o sea, hasta que llegaron a la cuarta vigilia. Y rayando el alba de la cuarta vigilia, de un nuevo día, el Ángel no se podía ir porque Jacob lo tenía agarrado. Y le dice: “Suéltame, pues ya raya el alba”.

Y Jacob le dijo: “Yo no te soltaré hasta que tú me bendigas – hasta que tú me bendigas”.

Y el Ángel le dice: “¿Cómo te llamas?”.

Jacob le dice: “Jacob”.

El Ángel le dice: “No se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel”. Y vean ustedes, así bendijo el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto a Jacob.

Este mismo Ángel del Pacto fue el que le apareció a Moisés y le habló de la liberación del pueblo hebreo conforme a como le había hablado a Abraham: que su descendencia estaría esclava en una tierra ajena y por 400 años vivirían allá, pero luego Dios los libertaría con mano fuerte6. Cuando se habla de mano fuerte se está hablando del juicio divino para aquellos sobre los cuales la Mano fuerte de Dios caiga con ira.

El pueblo hebreo, vean ustedes, llegó a Egipto bajo una etapa de necesidad, porque hubo una hambruna sobre la tierra, tanto de Egipto como también de Canaán, la tierra de Canaán; y tuvieron que ir a comprar alimento a Egipto o en Egipto. Y allí estaba José, el hijo de Jacob, el cual habían vendido sus hermanos7; pero sus hermanos luego no sabían que aquel que era el segundo en el reino y que era el administrador, administrador de toda la casa del faraón, ellos no sabían que ese era su hermano José8. Ahora miren: el administrador allí administrando todos los bienes del rey (aun el alimento).

Ahora, podemos ver que fue Dios el que llevó hasta allí a José, lo acompañó; y hasta allí llegarían también sus hermanos y su padre; y al llegar allá vivieron muy bien mientras José estaba vivo y mientras estaba vivo el faraón que conocía a José.

Pero luego que José murió y también murió el faraón que conocía a José, luego vino otro faraón el cual vio que el pueblo hebreo era muy grande, iba multiplicándose, y esclavizó al pueblo hebreo9. Y el pueblo hebreo entró a esa etapa profética que Dios le había dicho a Abraham: serían esclavos en tierra ajena.

Cuando Dios dice algo, se tiene que cumplir, aunque las personas no sepan cómo se va a cumplir.

Ahora miren, Jacob y sus hijos y sus nietos llegaron a Egipto y tenían una bendición allí; pero después el lugar donde había sido de bendición se convirtió en lugar de esclavitud; y así se cumpliría la profecía: que estarían allá en Egipto por 400 años.

Y ahora, Dios dijo que serían 400 años, pero cuando el pueblo hebreo salió de Egipto eran 430 años; porque el pueblo hebreo había rechazado a Moisés cuando había aparecido a ellos.

O sea que cuando faltaban 10 años para cumplirse los 400 años, Moisés trató de libertar al pueblo hebreo, trató de comenzar una labor para la liberación del pueblo hebreo… pues Moisés sería una persona muy importante para esa labor y Moisés en su alma sabía que él era el hombre, pues tenía las dos consciencias juntas; su madre también le había enseñado las Escrituras y le había hablado acerca de esa liberación prometida por Dios a Abraham.

Y ahora, Moisés no pudo libertar al pueblo hebreo, sino que tuvo que salir huyendo de Egipto porque el faraón quería matar a Moisés; y huyó a Madián10. Ahí estuvo 40 años. Y cuando se cumplieron 40 años…

Vean estos ciclos de Moisés de 40 años: a los 40 años trató de libertar al pueblo hebreo, pero tuvo que salir huyendo: había matado a un egipcio, y ahora para las leyes egipcias Moisés era un homicida; y la sentencia para Moisés era la muerte. Pero Dios estaba con Moisés. No importan los problemas que Moisés tenía, ése era el hombre de Dios para la liberación del pueblo hebreo, y era un profeta dispensacional aunque todavía no había comenzado su ministerio.

Luego, cuando huyó y estuvo 40 años, Dios lo estuvo entrenando para el ministerio por 40 años; iba a bregar con el pueblo hebreo, iba a trabajar con el pueblo hebreo, iba a ser el instrumento de Dios para pastorear espiritualmente las ovejas de Dios del pueblo hebreo; por lo tanto lo entrenó con ovejas.

Y luego se le apareció en el monte Sinaí, en tierra gentil, y le habló y lo envió a Egipto para la liberación del pueblo hebreo11. El Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto le apareció a Moisés allá en Egipto en el monte Sinaí.

Ahora, podemos ver que en este monte… o diríamos, de Arabia. En este monte Sinaí estaba Dios, por eso se le llamaba el Monte de Dios. Y allí Dios se manifestaba, y allí Dios le apareció en la Columna de Fuego en un árbol, sobre un árbol, una zarza, y le habló a Moisés. La Biblia dice que era el Ángel de Jehová.

Y el Ángel de Jehová le dijo a Moisés en el capítulo 3 del Éxodo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés quiso saber Su Nombre y el Ángel le dio Su Nombre: YHWH. Cuatro consonantes que no pueden ser pronunciadas como un nombre a menos que se sepan, se conozcan, las demás letras que acompañan esas consonantes.

Y ahora, este Ángel de Jehová que aparece en el Antiguo Testamento a los diferentes profetas y patriarcas y personas como Manoa también (el padre de Sansón), y le aparece algunas veces en una Columna de Fuego a Sus profetas, y otras veces le aparece en la forma de un hombre, un varón, un varón de otra dimensión, un hombre de otra dimensión…

En este tiempo los estudiosos de los platillos voladores y de sus tripulantes, dirían: un extraterrestre. Pues los ángeles de Dios enviados son extraterrestres, porque no son de esta Tierra, no tienen sus cuerpos de esta Tierra; son cuerpos de otra dimensión, o sea, de la sexta dimensión. Y esa clase de cuerpo es la que el Ángel de Jehová tiene en esa sexta dimensión: es un hombre de otra dimensión en el cual está Dios en toda Su plenitud manifestado. Por eso fue que el Ángel de Jehová le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”.

¿Y cómo un ángel puede ser el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob? Porque ese Ángel es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. Y ahora, este mismo Ángel de Jehová es el que habló a diferentes profetas. Y en el capítulo 3 de Malaquías, donde está la profecía de la venida del precursor de la Primera Venida de Cristo y también está la profecía de la Venida del Mesías, la Primera Venida de Cristo, vean ustedes, dice así:

He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (¿Quién dice que enviará Su mensajero? Dios, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto. Dice: ‘He aquí, yo envío mi mensajero delante de mí’); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.

Luego de aparecer el mensajero que preparará el camino al Ángel de Jehová, ¿luego quién aparecerá? El Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, el Señor, al cual el pueblo hebreo buscaba.

Y ahora, vean ustedes también lo que nos dice el profeta Isaías en el capítulo 40, que es la profecía de la Venida del Mesías y de la venida de Su precursor. Capítulo 40, verso 3 en adelante, dice:

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane (¿ese fue quién? Juan el Bautista).

Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado”.

Y ahora, ¿cómo se manifestaría la gloria de Jehová? Se manifestaría en carne humana. Y eso sería la Venida del Mesías, la gloria de Jehová manifestada en el cumplimiento de la Venida del Mesías, la Venida del Ángel de Jehová en carne humana. Por eso ese mismo capítulo continúa diciendo:

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”.

Y ahora, ¿cómo iban a ver al Dios de Israel? Juan el Bautista presentando a Jesús, diciendo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, estaba presentado al Dios del Israel hecho hombre en carne, en medio del pueblo hebreo, para quitar el pecado del mundo.

He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder (ahí lo tienen viniendo), y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.

Este verso corresponde a la Segunda Venida de Cristo para el cumplimiento pleno de él.

Y ahora, en el capítulo 7, verso 14 de Isaías, nos dice:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.

Y Emanuel significa: Dios con nosotros, Dios con la raza humana y Dios con el pueblo hebreo en carne humana, en un profeta llamado Jesús; en medio del pueblo que lo estaba esperando pero que no lo reconoció por la forma sencilla en que vino, por la forma sencilla que tenía el velo de carne llamado Jesús: un joven sencillo nacido en medio del pueblo hebreo.

Pero los grandes líderes religiosos del pueblo hebreo no sabían, no conocían el misterio de Jesucristo; no sabían que el mismo Dios, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, había hecho sombra sobre María y había creado en ella una célula de vida; y en esa célula de vida estaba Dios, el Ángel del Pacto, para ir ahí creando Su cuerpo de carne, el cual luego nació en Belén de Judea.

Y ahí tenemos a Dios, Emanuel, en la forma de un hombre. Pero en Su primera etapa como un bebé, luego fue creciendo; y Ese fue nada menos que el cuerpo humano de Dios, del Ángel del Pacto, para con ese cuerpo humano llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Por eso es que Isaías, capítulo 9, verso 6 en adelante, dice:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”.

¿Quién sería ese niño que nacería? Sería Admirable, sería Consejero, sería Dios Fuerte, sería Padre Eterno, sería Príncipe de Paz. Vean, el Padre Eterno, el Dios Fuerte, el Príncipe de Paz, en un cuerpo humano llamado Jesús.

Ahora, podemos ver que nuestro amado Señor Jesucristo era y es el hombre más importante que ha pisado este planeta Tierra. Por eso es que Jesús podía decir… Vean, lo acusaban a Él de hacerse Dios. Y en el capítulo 8 de San Juan, verso 56 al 59, miren aquí lo que Jesús dice:

Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó…”.

¿Cómo vio Su día? Cuando le apareció allá Elohim con Gabriel y Miguel, y comieron con Abraham. Allí está viendo Abraham a Elohim, a Dios, al Ángel del Pacto materializado y comiendo con él; lo cual Él haría más adelante en medio del pueblo hebreo. Y cuando apareció Jesús en la escena era Elohim materializado en carne humana; lo cual había tipificado allá cuando le apareció a Abraham, y lo cual para el Día Postrero se repetirá antes de la destrucción del reino de los gentiles.

También nos dice en Daniel, capítulo 12, verso 1 en adelante, que para ese tiempo se levantará Miguel, o sea, el Arcángel Miguel, el cual está por los hijos de Israel; el Arcángel Miguel, el cual estaba con el pueblo hebreo y estaba con Moisés, y el cual tomó el cuerpo de Moisés.

Por eso es que en el libro del Apocalipsis, capítulo 12, aparece también el Arcángel Miguel en el Cielo, luchando contra el dragón y obteniendo la victoria en contra del dragón.

Ahora, vean ustedes cómo fue que Abraham vio el Día del Señor. O sea, que vio a Elohim, al Ángel de Jehová materializado y comiendo con Abraham; o sea que vio de antemano lo que sería la Primera Venida del Mesías y lo que sería la Segunda Venida del Mesías: el Ángel de Jehová manifestado en carne humana. Ahora, por eso Abraham vio el Día del Señor.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”.

Ahora, ¿cómo es que Jesús era antes que Abraham? El velo de carne que nació en Belén de Judea tenía una cantidad de años desde que nació hasta que comenzó Su ministerio, y tuvo un ministerio de tres años y medio; por lo tanto terminó Su ministerio a los 33 años.

Pero el que estaba dentro de ese cuerpo era antes que Abraham, y era antes que Adán también; porque era nada menos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, en el cual Dios ha estado manifestado en toda Su plenitud. Pues Dios estando en Su cuerpo teofánico (llamado el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto), en ese cuerpo, en ese hombre de la sexta dimensión, creó el universo completo, estando manifestado en ese cuerpo angelical llamado el Ángel de Jehová; llamado también el Verbo que era con Dios y era Dios, el cual creó todas las cosas; vean ustedes, habló y las cosas vinieron a existencia. Y en esa misma clase de cuerpo fue que Dios colocó a Adán.

Y ahora, podemos ver cómo es que Jesús era antes que Abraham. Y podemos ver cómo fue que Abraham vio Su día y se gozó: comiendo con Él allá; como se gozaban comiendo con Jesús los discípulos de Jesús, reconociendo quién era Jesús.

Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Y Natanael, cuando le dijo: “Cuando estabas debajo de la higuera te vi”, Natanael le dijo: “Tú eres el Rey de Israel”. Lo reconoció también.

Ahora vean ustedes, ellos se gozaban en la Primera Venida de Cristo teniendo al Ángel de Jehová en un cuerpo de carne llamado Jesús, hablando con ellos, enseñándoles a ellos la Palabra; porque Él es el verdadero Maestro, Él es el Administrador de los bienes divinos, Él es el que se encarga de la Administración de todos los misterios de Dios.

Y Él estando en carne humana con los discípulos, estaba dándole a conocer los misterios del Reino de los Cielos; y hablaba públicamente de esos misterios en parábolas, pero a Sus discípulos les explicaba más abiertamente esos misterios; aunque ellos no los podían comprender porque esos misterios no estaban cumplidos. Por lo tanto, el cumplimiento de esos misterios daría a conocer más ampliamente los misterios del Reino de los Cielos.

Ahora, vean ustedes, los discípulos conocían el misterio de la Primera Venida de Cristo, no completo, pero sabían que Jesús era el cumplimiento de la Venida del Mesías, ellos sabían que Jesús era el Mesías; lo que desearon ver y escuchar los profetas y los justos del Antiguo Testamento, y ahora los discípulos de Jesucristo tenían ese privilegio.

Entre los misterios del Reino de los Cielos encontramos, vean:

La Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Encontramos el misterio de la Iglesia del Señor Jesucristo, ese misterio de la Iglesia de Jesucristo representada la Iglesia en el trigo, en la parábola del trigo y de la cizaña; y siendo que el trigo representa los hijos del Reino: el misterio de la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por los hijos del Reino de Dios, compuesta por los que tienen Sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo; los cuales serían redimidos por medio de Jesucristo en Su Sacrificio realizado en la Cruz del Calvario.

El misterio de la Iglesia de Jesucristo es un misterio del Reino de los Cielos; pues en el Antiguo Testamento nadie sabía, nadie comprendía, que vendría a existencia la Iglesia del Señor Jesucristo, y que vendría en la mitad de la semana número 70 de la profecía de Daniel.

Hubo en la mitad de la semana número 70 de la profecía de Daniel un intervalo que lleva ya aproximadamente dos mil años (si dejamos el calendario como está).

Y en ese intervalo surgió la Iglesia de Jesucristo, nació el Día de Pentecostés; y ha estado creciendo la Iglesia de Jesucristo a medida que han estado siendo llamados y juntados los escogidos de Dios, los miembros de esa Iglesia de Jesucristo, que son hebreos y gentiles también; o sea, personas de entre los hebreos y personas de entre los gentiles llamados y juntados en cada etapa de la Iglesia de Jesucristo, los cuales han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido Su Espíritu Santo y han nacido de nuevo; vean ustedes, esas son las personas que forman la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y de ambos pueblos (de los hebreos y de los gentiles) Dios ha estado tomando un pueblo para Su Nombre, y ha estado de entre los hebreos y de los gentiles creando un Cuerpo Místico de creyentes, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, vean ustedes, ese es un misterio del Reino de los Cielos el cual no había sido revelado en el Antiguo Testamento, pero que ha sido revelado en el Nuevo Testamento.

Cristo habló de ese misterio, del misterio de Su Iglesia, y San Pedro también y San Pablo. Y de ambos pueblos: hebreos y gentiles, vean ustedes, han entrado a un mismo Cuerpo: a un Cuerpo Místico de creyentes, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel espiritual o celestial, compuesto por los redimidos a través de la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, los cuales tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y los cuales han entrado a un Nuevo Pacto bajo la Sangre del Nuevo Pacto, bajo la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y han estado entrando al Nuevo Pacto bajo la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, hebreos y gentiles, por medio de nuestro amado Señor Jesucristo; porque Jesucristo ha sido colocado por Dios por Pacto para toda nación, pueblo y lengua, y para toda persona de todas las naciones. Y bajo la Sangre de Cristo, la Sangre del Nuevo Pacto, entran los creyentes en Jesucristo, los cuales tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo.

Y ahora, encontramos que en la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel celestial, se han estado cumpliendo fiestas y tiene fiestas hebreas actualizadas, fiestas hebreas que han sido materializadas.

Por ejemplo: la Fiesta de la Pascua, la cual fue una realidad allá la noche antes – el día antes de la salida del pueblo hebreo de Egipto, cuando el cordero pascual fue sacrificado por cada familia y su sangre aplicada sobre el dintel y los postes de sus puertas12.

Vean ustedes, luego el pueblo hebreo por orden divina recibió esa fiesta, le fue ordenada esa fiesta; y año tras año, en el primer mes del año del calendario religioso hebreo, el día 14, vean ustedes, ahí el cordero pascual estaba presente. Y todo eso en memoria del cordero pascual que fue sacrificado en Egipto; pero como tipo y figura de la Venida del Mesías como el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo.

O sea, que esa Fiesta de la Pascua en medio del pueblo hebreo tiene dos partes muy importantes. Recuerden: esa conmemoración de esa fiesta tiene la parte histórica, conmemora ese evento histórico allá en Egipto; pero tiene el aspecto profético, que apunta hacia la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios para sacar de la esclavitud en la cual el diablo metió a la raza humana, sacar al ser humano de esa esclavitud, de la esclavitud del pecado.

Y ahora, vean ustedes: solamente por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, es que el ser humano puede ser libertado. Cristo dijo: “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”13. Y también Él dijo: “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”14.

Él dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os libertará”15. Y Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí”16.

Ahora, vean ustedes, conocer la verdad libertadora, la verdad que liberta al ser humano de la esclavitud del pecado, es conocer a Jesucristo nuestro Salvador y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario para ser libre, como el pueblo hebreo fue libertado allá en Egipto.

Ahora podemos ver cómo se ha actualizado la Fiesta de la Pascua. Y ahora, San Pablo nos dice que Cristo es nuestra Pascua17. Y Cristo siendo nuestra Pascua produce lo que produjo físicamente allá: el cordero pascual, el cual fue sacrificado el día antes de la salida del pueblo hebreo de Egipto.

Y ahora, podemos ver cómo Dios va actualizando todas estas fiestas hebreas. También fue actualizada la Fiesta hebrea de la Expiación, porque Jesucristo es nuestra Expiación por el pecado. Pero por cuanto el pueblo hebreo no ha recibido a Cristo como Su Salvador, para ellos todavía no ha sido efectiva esa Fiesta de la Expiación; pero ellos van a reconocer la Expiación en este tiempo final.

Y ahí, lo mismo que el pueblo hebreo tenía que hacer el día diez del mes séptimo, el día de la expiación18: que era afligir sus almas, lamentarse por sus pecados, llorar por sus pecados ese día de la expiación en que se llevaba a cabo ese sacrificio del macho cabrío… el que no se afligiera, el que no afligiera su alma, sería cortado del pueblo.

Y eso es lo que sucede desde que Cristo, nuestra Expiación, fue sacrificado en la Cruz del Calvario: luego toda persona escucha la predicación del Evangelio de la Gracia y los que reciben a Cristo como su Salvador afligen sus almas, se afligen por haber pecado, se arrepienten de sus pecados, reciben a Cristo como su Salvador, y son limpios por la Sangre de Jesucristo, la Sangre de la Expiación; y son así reconciliados con Dios.

Cristo está haciendo Intercesión con Su propia Sangre en el Cielo como lo hacía el sumo sacerdote el día de la expiación19. Y cuando entre hasta el último de los que completarán la Iglesia de Jesucristo, entonces Cristo terminará Su Obra de Intercesión en el Cielo.

Ahora, el pueblo hebreo va a reconocer la Expiación. Y por eso es que el profeta Zacarías nos habla de un Día en el cual el pueblo hebreo llorará; también en el libro del Apocalipsis está profetizado.

Vean ustedes, en el libro del Apocalipsis está en el capítulo 1, verso 7, dice:

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”.

Esto nos lleva a la profecía de Zacarías, donde para Israel (incluyendo las tribus del norte y las tribus del sur)… Vean ustedes, capítulo 12 de Zacarías, nos dice, verso 7:

Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.

En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.

Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”.

Lo mismo que sucedía el día de la expiación sucederá cuando Israel, el pueblo hebreo, reciba al Mesías.

Ahora, vean cómo ya aquí estaba profetizado que el Mesías sería herido, sería traspasado.

En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido.

Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;

los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;

todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí”.

Y el capítulo 13, verso 1, dice, de Zacarías:

En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia”.

Y lo único que purifica al ser humano y le quita el pecado es la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, para ser reconciliado el ser humano con Dios. El pueblo hebreo va a ser reconciliado con Dios por medio del Sacrificio de la Expiación, el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.

Pero vean ustedes cómo se ha actualizado el sacrificio de la expiación en la persona de Jesucristo nuestro Salvador. Y ese es uno de los misterios del Reino de los Cielos, del Reino de Dios: la Venida del Mesías, y luego las cosas que Él estaría haciendo en Su Primera Venida, y luego las cosas que Él estaría haciendo cuando ascendiera al Cielo.

Algunas personas no han comprendido que Cristo ha estado siempre bien ocupado en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo; porque Él es el Administrador de todos los Negocios de Dios desde el Trono de Dios. Pero en Espíritu Santo, Cristo ha estado en Su Iglesia obrando de etapa en etapa.

Y el misterio de cómo Cristo ha estado obrado de etapa en etapa durante dos mil años aproximadamente, en este intervalo que surgió en la mitad de la semana número 70, vean ustedes: en estos últimos dos mil años tenemos un sinnúmero de misterios del Reino de los Cielos, los cuales se han estado cumpliendo:

La Iglesia del Señor Jesucristo como uno de los misterios del Reino de los Cielos.

El misterio de las siete etapas de la Iglesia durante esas etapas que corresponden a la noche, donde Dios le dio una estrella para cada etapa, o sea, un mensajero; esas siete estrellas, que son los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra, esas siete manifestaciones del Espíritu de Dios en medio de Su Iglesia a través de carne humana en el mensajero de cada edad; todo eso corresponde a los misterios del Reino de los Cielos en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y vean ustedes, esas etapas de la Iglesia en las cuales han sido llamados y juntados los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, los cuales han escuchado la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo a través del mensajero de cada edad, su Mensaje (del mensajero de cada edad) se ha extendido por medio de los obreros, ministros, que Dios ha colocado al lado de esos mensajeros; el Mensaje se ha extendido y ha llegado a todos los que tenía que llegar en cada edad.

Y ahora, vean ustedes, el misterio de los siete candeleros y las siete estrellas: Los siete candeleros son las siete iglesias, las cuales allá en Asia Menor tenían… todas tenían… esas siete iglesias de Asia Menor tenían en ellas las cualidades, todo lo que estaría en las diferentes etapas de la Iglesia de Jesucristo. Cada etapa fue representada en una iglesia; por lo tanto, cada una de esas iglesias tendría las características que estarían manifestadas en cada etapa de la Iglesia de Jesucristo durante las siete edades de la Iglesia de Jesucristo correspondientes al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo; porque el Templo espiritual de Cristo es Su Iglesia.

Y luego, la etapa del Lugar Santísimo es la más misteriosa de todas, ahí está el misterio más grande de todos los misterios en y de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, todo lo que Él hará en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, ya ha sido reflejado en las siete edades de la Iglesia y Sus siete ángeles mensajeros. Por lo tanto, encontraremos que las cosas que se estarán cumpliendo en la Edad de la Piedra Angular, que es el lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, ya fue reflejado en las siete edades de la Iglesia.

La forma en que Dios estará manifestado hablándole a Su Iglesia en este tiempo final fue reflejado en cada edad pasada, en donde Dios estuvo en cada ángel mensajero, hablando por medio de cada ángel mensajero a Su Iglesia el Mensaje correspondiente a cada tiempo.

Y para este tiempo final estará Cristo en Espíritu Santo manifestado en Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia por medio de un Mensajero que Él tendrá, un Ángel Mensajero que Él tendrá, el cual es mencionado en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, como el Ángel de Jesucristo; y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, también es mencionado como el Ángel que Él envía para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, así como por medio de cada ángel mensajero en cada edad Él dio a conocer las cosas que tenía que dar a conocer en cada edad.

Y por medio del Mensaje que predicó cada ángel mensajero fueron llamados y juntados los escogidos de cada edad. Y así es para este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular: Dios manifestado en Espíritu Santo en el Ángel Mensajero que Él tendrá en la Edad de la Piedra Angular, estará dándonos a conocer por medio de ese Ángel todas las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.

Ahora, recuerden que el que administra todos los misterios divinos es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia; pero tiene que revelarlos a un hombre, y ese hombre estar ungido con el Espíritu Santo, el Espíritu Santo estar en él manifestado; y por medio de ese hombre, Cristo, el Espíritu Santo, hablarle a Su pueblo, a Su Iglesia, y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder, todos estos misterios de las cosas que deben suceder.

Vean, en San Juan, capítulo 14, verso 26, dice:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

Ahora vean cómo el Espíritu Santo estará en medio de Su Iglesia: En medio de Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes el Espíritu Santo estará dando a conocer las cosas que han de suceder, les enseñará todas las cosas, todo el Programa Divino correspondiente al tiempo, a la dispensación y edad en que estarán viviendo los hijos de Dios de etapa en etapa, y les estará recordando también todo lo que Jesús dijo en el pasado.

Y en el capítulo 15 de San Juan, verso 26, también nos dice:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”.

Y vean cómo ha venido de edad en edad el Espíritu Santo manifestado en Sus ángeles mensajeros dando testimonio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y donde está el Espíritu Santo en cada edad y en el mensajero de cada edad, ese mensajero estará dando testimonio acerca de la Primera Venida de Cristo y la Obra de Cristo en la Cruz del Calvario para quitar el pecado del mundo.

Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio”.

Y en el capítulo 16, verso 12 al 15, dice, de San Juan también:

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”.

Así que Cristo tenía muchas cosas que decirle a Su pueblo, a Su Iglesia; pero para aquel tiempo los discípulos no las podían sobrellevar, y aún ellos todavía no habían nacido de nuevo.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.

O sea que estará revelando las cosas que han de suceder. Y por eso encontramos en el apóstol San Pedro y también en el apóstol San Pablo al Espíritu Santo revelando cosas que han de suceder, y ellos hablando a la Iglesia esas cosas que han de suceder; y por eso son conocidas como profecías de San Pedro y profecías de San Pablo, y también de otros apóstoles como San Juan.

Pero el que ha estado ministrando esos misterios de Dios ha sido el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo; pero ha necesitado instrumentos, seres humanos, a los cuales revelarle estos misterios, y ungir esos hombres para que ellos los den a conocer a la Iglesia de Jesucristo.

Y vean, dice: “… y os hará saber las cosas que habrán de venir”.

Y ahora, en el libro del Apocalipsis encontramos a Jesucristo enviando a Su Ángel para dar a conocer las cosas que han de suceder. Este Ángel enviado aquí a Juan el apóstol en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, es un espíritu de profeta enviado al apóstol San Juan; un hombre enviado, un profeta enviado a Juan; pero para aquel tiempo no tenía carne humana, sino que estaba en Espíritu.

El reverendo William Branham dice que ese Ángel es un profeta. Vamos a ver aquí en el libro de Las Edades sin editar, vamos a ver lo qué nos dice con relación a ese Ángel. Página 15 del libro de Las Edades sin editar, versos 111 en adelante, dice:

Ahora, el capítulo 1, versículo 1, fue presentado a Juan. Ahora, ¿quién es el escritor? Juan – Juan. No era una revelación de Juan, y nosotros sabemos que no era, porque es la revelación del Señor Jesucristo. Él fue escogido como un discípulo (o sea, Juan). Y el Libro mismo revela la cosa, que era Jesucristo en Quien se estaba revelando.

Y Eso fue enviado… ‘Y la declaración enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan’. No sabemos quién era el ángel. La Biblia no declara quién era el ángel. Pero sí sabemos que era un profeta, porque la Biblia después dice: ‘Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas, las cuales pronto acontecerán (ahí está juntando en el capítulo 22, verso 6 y verso 16; está juntándolos ahí).

Después encontramos que cuando Juan empezó a adorar al ángel, el ángel dijo: ‘Mira no lo hagas’. Apocalipsis 22. Y él dijo: ‘Porque soy consiervo tuyo, y de los profetas’. Pudo haber sido Elías. Pudo haber sido uno de los profetas. Juan era un apóstol, pero este profeta fue enviado. Y Juan siendo un apóstol fíjese en la naturaleza de sus otras epístolas: eso prueba que no era Juan quien los escribió, porque no tiene la naturaleza de Juan. Fíjese en Primera de Juan y Segunda de Juan, y lo demás, y léanlo. Y miren la naturaleza de eso, después miren la naturaleza de esto (o sea, después miren la naturaleza del Apocalipsis: la forma en que está hablado y escrito). Juan era un escritor y era un apóstol, pero este es el espíritu de un profeta. Es una persona completamente diferente”.

Ahora vean ustedes cómo este espíritu de profeta (que no es otra cosa sino un hombre de otra dimensión) le revela a Juan todo este libro; y Juan lo escribe. Este Ángel es el que tiene la revelación de Jesucristo.

Y miren lo que dice el reverendo William Branham de la revelación de Jesucristo. En el libro de Las Edades (ahora vamos en el que está editado) nos habla acerca de la revelación de Jesucristo y nos muestra que para este tiempo final vendrá la revelación de Jesucristo. Página 373.

Recuerden que de edad en edad Jesucristo en Espíritu Santo, que es el Ángel de Jehová, ha estado revelándose a Su Iglesia y en medio de Su Iglesia de edad en edad. Cristo dijo: “El mundo no me verá más, pero vosotros me veréis”. Porque Él estaría en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, y estaría revelándose de edad en edad a través del mensajero de cada edad.

Por lo tanto, tenemos la revelación de Jesucristo de edad en edad a través de Sus mensajeros y la Obra que ha realizado de edad en edad. Página 373 del libro de Las Edades dice… (Esto es por el centro, por la mitad de la página). Dice:

“49. Así dice el ‘Amén’. Jesús es el Amén de Dios. Jesús es el ‘Así sea’ de Dios. Amén significa lo final, significa aprobación, significa promesa prevaleciente, significa promesa que no cambia, significa el sello de Dios.

50. Quiero que se fije bien ahora, para que vea algo muy precioso y hermoso. Dije que esta es la revelación del tiempo del fin, la revelación de Sí mismo (la revelación de Sí mismo del tiempo del fin será como el Amén de Dios, el ASÍ SEA de Dios). Cuando el día de la gracia termine, entonces dentro de poco tiempo empezará (o sea, comenzará) el Milenio”.

Aquí vean ustedes, el Amén de Dios, siendo que significa la aprobación – significa la aprobación, significa también lo final, significa promesa prevaleciente y significa el Sello de Dios. Y es el Sello de Dios, el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo. Vean ustedes, el Ángel viene con el Amén de Dios, viene con la revelación final de Jesucristo.

Ahora, dice en esta misma página, dice:

Jesús nos está dando esta descripción de Sí mismo en relación a la última edad. Los días de gracia están por terminar. Él ha mirado desde el primer siglo hasta el presente siglo veinte, y nos ha dicho todas las cosas concernientes a estas edades. Antes de que Él nos revele las características de la última edad, nos da una descripción final de Su propia Deidad, benigna y suprema. Esta es la revelación final de Sí mismo”.

Y ahora vean cómo la revelación final de Sí mismo estará en medio de Su Iglesia en este Día Postrero. Y ahora, el que viene con la revelación de Jesucristo en Apocalipsis ¿quién es? El Ángel del Señor Jesucristo. Por eso que en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, Jesús dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

Él viene enviado por Dios, por Jesucristo, dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, porque en Él viene el Espíritu Santo, el cual es el Administrador de los Misterios de Dios; y viene revelando las cosas que han de suceder, esos misterios divinos que están en el libro del Apocalipsis y en el libro del profeta Daniel, y en todos los libros del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, que han hablado de estos días postreros.

Todas esas profecías son abiertas en este tiempo final por Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en la revelación final de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Ahora, Juan vio la revelación final de Jesucristo en Su Ángel Mensajero, y la vio a tal grado que vio hasta que el Ángel del Señor Jesucristo fue adoptado; porque miren: vio hasta el Milenio y también vio hasta la eternidad. Así que vio todas estas cosas que Jesucristo llevaría a cabo a través de Su Ángel Mensajero en la revelación final de Jesucristo.

Y las palabras de Jesús en Apocalipsis 21, verso 7: “Al que venciere…”, dice una bendición para el Vencedor, dice:

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.

¿De quién está hablando aquí? De Uno que será adoptado; está hablando de un Hijo de Dios que será adoptado en el tiempo final, y por consiguiente serán adoptados también todos los demás hijos e hijas de Dios.

Para la resurrección de los muertos, los santos del Antiguo Testamento, tuvo que ser adoptado el Hijo de Dios dos mil años atrás en el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo, que era nada menos que la revelación del Padre en Su Hijo, en Su Enviado, en Jesucristo.

Por eso es que Jesús podía decir que el Padre estaba (¿dónde?) en Él; y que las obras que Él hacía no las hacía de Sí mismo, sino que el Padre que estaba en Él le mostraba las obras que Él debía hacer. Y era el Padre el que hacía esas obras, pero usaba a Su instrumento, Su Hijo.

Y vean ustedes, Él fue adoptado y llevó a cabo la Obra de Redención ya estando adoptado; y luego resucitó: luego de morir resucitó al tercer día; y con Él resucitaron los santos del Antiguo Testamento.

Para la resurrección de los muertos en Cristo y transformación de nosotros los que vivimos, un hijo de Dios será adoptado en este tiempo final; para la adopción de los demás hijos e hijas de Dios; y ese tiene que ser un Mensajero.

Vean ustedes, ¿quién fue el que fue adoptado dos mil años atrás? No fue el precursor de la Primera Venida de Cristo, no fue el mensajero de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, ni tampoco los mensajeros anteriores a Él. Fue el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular dos mil años atrás, el cual fue nuestro amado Señor Jesucristo; como Cordero de Dios vino en Su Primera Venida.

Y ahora, para el Día Postrero encontramos que ninguno de los siete ángeles mensajeros de las siete edades fue adoptado en el tiempo de su ministerio, y por eso tuvieron que partir.

Y ahora solamente queda un hijo de Dios del Cuerpo Místico de Cristo, diríamos, un hijo de Dios por medio del Segundo Adán, Jesucristo, por medio de Jesucristo nuestro Salvador, por medio del nuevo nacimiento; un hijo nacido en la Casa de Dios, en el Reino de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y tiene que ser ése, el Mensajero llamado el Ángel del Señor Jesucristo, enviado para la Edad de la Piedra Angular, enviado a la Iglesia de Jesucristo, como dice Jesucristo en Apocalipsis 22, verso 16:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

Y para este tiempo final Jesucristo envía ese Ángel Mensajero a Su Iglesia, envía Su Ángel, ese espíritu de profeta que le reveló a Juan el libro del Apocalipsis en símbolos; lo envía a Su Iglesia en este tiempo final para darle testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.

Y con esa revelación que él estará dándole a la Iglesia de Jesucristo, dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, serán llamados y juntados todos los escogidos de Dios de este tiempo final; tanto los escogidos de y para la Iglesia de Jesucristo, como también los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos, los cuales serán colocados bajo el Nuevo Pacto también.

Ahora, podemos ver quién es el que califica para ser el Mensajero de la Iglesia de Jesucristo del Día Postrero: solamente califica el Ángel del Señor Jesucristo, del cual Cristo dijo: Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

El único que califica es el que Cristo ha enviado. No puede otra persona decir: “No, yo quiero ser esa persona”, pues ya ese Ángel Mensajero de Jesucristo está ordenado desde antes de la fundación del mundo para venir en este tiempo final a la Iglesia de Jesucristo y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Ese Espíritu Ministrador, ese Ángel del Señor Jesucristo… pues espíritus ministradores son enviados a los herederos de salvación, dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 14, refiriéndose a los ángeles enviados para ministrar la Palabra al pueblo de Dios en la edad en que son enviados.

Y ahora, así cómo hubo un espíritu teofánico obrando en cada ángel mensajero de cada edad, en el Día Postrero estará ese Espíritu teofánico que le dio a Juan el apóstol la revelación del Apocalipsis, estará obrando a través de carne humana en la Iglesia de Jesucristo, y dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Será la manifestación del Ángel de Jesucristo a través del cual estará Cristo, el Ángel del Pacto, manifestándose, revelándose en este tiempo final.

Y esa será la revelación final de Jesucristo en medio de Su Iglesia. Y eso será el Amén de Dios, la revelación final, el Sello de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de Jesucristo. Porque el Sello de Dios es el Espíritu Santo; y el Espíritu Santo viniendo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero será el Sello de la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.

Y la Iglesia de Jesucristo tendrá el Sello del Dios vivo manifestado, el Ángel con el Sello del Dios vivo, para escapar de los juicios divinos que han de venir sobre esta Tierra en este tiempo final.

Y el resto pasará por la gran tribulación, porque no tendrán en su medio, no habrán recibido a Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, el Sello del Dios vivo manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la revelación final de Jesucristo.

Ahora vean cómo la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes tiene que tener el Espíritu Santo; no como primicias, no como fue en cada edad: que solamente fue las primicias manifestadas en cada ángel mensajero; sino que tiene que tener al Espíritu Santo, a Cristo, el Ángel del Pacto, manifestado en el Día Postrero en la revelación final en Su Ángel Mensajero.

Y el Cuerpo Místico de Cristo es el que tendrá a ese Ángel Mensajero ungido por el Espíritu Santo dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.

Y llegará el momento en que el Ángel de Jesucristo sea adoptado; y entonces tendrá la Iglesia de Jesucristo al Espíritu Santo manifestado en toda Su plenitud en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo.

Y así la Iglesia de Jesucristo tendrá la gloria de Dios manifestada en medio de Ella, y los muertos en Cristo resucitarán y nosotros los que vivimos seremos transformados; y así estará el Templo espiritual de Cristo con Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, manifestado en toda Su plenitud.

Y todos nosotros con cuerpos eternos, para así ser la primera ocasión en que personas creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, obtendrán la inmortalidad estando vivos en esta Tierra y obteniendo un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado como el cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Y así seremos a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, estos son misterios del Reino de los Cielos, los cuales están contenidos en las profecías que hablan del tiempo final, de este tiempo; y nos muestran esas profecías que habrá muchas cosas que estarán cumpliéndose conforme a esas profecías. Y el único que puede abrir esos misterios, dar a conocer esas profecías, abrir esas profecías, será el Administrador de los Misterios de Dios, que es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, el cual en el Día Postrero estará manifestado, velado y revelado en Su Ángel Mensajero, en la revelación final de Jesucristo en medio de Su Iglesia, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y así es como el Espíritu Santo nos mostrará las cosas que han de suceder pronto, en este tiempo final, por medio de Su Ángel Mensajero, el cual es enviado a la Tierra en carne humana en este tiempo final y es colocado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, vean ustedes cómo el Administrador de los Misterios de Dios es el Ángel del Pacto, Jesucristo; pero Él ha enviado mensajeros, ángeles, en diferentes ocasiones. Y aun, vean ustedes, en el Antiguo Testamento envió también Arcángeles, y fueron esos Arcángeles ungidos para dar a los profetas revelaciones.

Vean, al profeta Daniel el Arcángel Gabriel fue enviado; y le reveló a Daniel, le dio la revelación profética del reino de los gentiles cómo sería; Vean, le dio esa revelación con símbolos en diferentes ocasiones. Primero con los símbolos de una estatua con la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, y los pies de hierro y de barro cocido. Y ya estamos en el tiempo de los pies de hierro y de barro cocido del reino de los gentiles. También le muestra el reino de los gentiles en cuatro bestias.

Y así por es estilo podemos ver cómo el Ángel o Arcángel Gabriel fue enviado de la Presencia de Dios; porque esos son los Arcángeles Gabriel y Miguel, que están delante de la Presencia de Dios.

Por eso es que ustedes ven en San Lucas, capítulo 1, que el Arcángel Gabriel le apareció al sacerdote Zacarías, le habló, pero no se había identificado con el sacerdote Zacarías. Pero cuando el sacerdote Zacarías le dice: “¿Cómo será hecho esto? Porque mi esposa y yo somos personas ya ancianas…”. Y eso lo dijo con incredulidad, no creyendo que Dios era poderoso para cumplir lo que Él prometió, como lo cumplió a Abraham dándole un hijo cuando Abraham ya tenía 100 años y Sara tenía 90 años.

Y ahora el Arcángel Gabriel le dice: “Quedarás mudo. Yo soy Gabriel que estoy delante de la Presencia de Dios. Yo soy Gabriel que he sido enviado de delante de la Presencia de Dios”. (…) Capítulo 1, verso 18 en adelante, de San Lucas, dice:

Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas”.

Ahora, vean ustedes, Gabriel es uno de los Arcángeles que está delante de Dios, y el otro es Miguel; son los Ángeles de la diestra y de la siniestra; o sea, que son los Ángeles más cercanos a Dios. Y por eso cuando Dios apareció en la forma de un hombre a Abraham , apareció con los Ángeles de Su Diestra y de Su Siniestra, los Ángeles que están delante de la Presencia de Dios.

Y ahora, estos Arcángeles en el Cielo son los Dos Olivos, que en la Tierra son Moisés y Elías. O sea que la representación de Moisés y Elías, de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, y de Zacarías, capítulo 4… Vean, en Zacarías, capítulo 4 y Apocalipsis, capítulo 11, verso 13 en adelante, cuando el profeta Zacarías quiso saber quién o qué eran estos Dos Olivos… Vean, capítulo 4, verso 11 al 14, de Zacarías, dice:

Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos; a la derecha del candelabro y a su izquierda?

Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?

Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.

Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”.

Y en Apocalipsis, capítulo 11, los encontramos de nuevo. Dice capítulo 11, verso 3 al 4:

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra (son los que están en pie delante del Dios de la Tierra).

Ahora podemos ver que estos son los Arcángeles más cercanos a Dios. Y ahora podemos ver que estos son los Arcángeles en el Cielo que representan a los ministerios de Moisés y Elías en la Tierra. O sea que los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los Dos Olivos, tienen representación (¿dónde?) en el Cielo; en el Cielo tienen representación delante de Dios. Por eso es que en el Templo espiritual de Cristo los Dos Olivos estarán ¿dónde? En el Lugar Santísimo del Templo espiritual. Donde en el Día Postrero Cristo estará manifestado.

Y por eso es que sobre el propiciatorio estaban los dos querubines de oro, y Dios estaba en la Columna de Fuego en medio de los dos querubines de oro; vean, uno a la derecha y el otro a la izquierda; porque así es en el Cielo: a cada lado de Dios está Gabriel y Miguel.

Y luego, el rey Salomón colocó dos querubines de madera de olivo en el lugar santísimo del templo que construyó, y los colocó uno a cada lado, con una de sus alas tocando a la pared y la otra llegando hasta el centro sobre el arca del pacto; y el otro Arcángel, una de sus alas llegando a la pared y la otra llegando a encontrarse con la del Arcángel que estaba aquí. Y bajo las alas de esos dos querubines ¿está qué? El arca del pacto.

Ahora, vean ustedes cómo tenemos ahí la representación de los dos olivos de Zacarías, capítulo 4, verso 11 al 14, y de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante.

Vean, esos dos arcángeles o querubines gigantes que fueron colocados: fueron construidos de madera (¿de qué?) de Olivo; o sea, ahí están los Dos Olivos, cubiertos de oro. El oro representa la Divinidad; eso es la manifestación de Dios en los Dos Olivos. Y vean ustedes, las dos ramas de olivo vertían aceite como oro sobre el depósito del candelabro.

Y ahora vean ustedes, el misterio de esos Dos Querubines de Oro en el Lugar Santísimo; porque los ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, no estarían esos ministerios en la primera edad, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta séptima edad; o sea, los ministerios de los Dos Olivos: el ministerio de Elías por quinta vez y el ministerio de Moisés por segunda vez, no estarían en ninguna de esas siete edades, sino que estarían en la Edad de la Piedra Angular.

Y así como los ministerios son colocados por el Espíritu Santo en seres humanos, en hombres, en mensajeros, esos ministerios son colocados en el Día Postrero en un hombre que estará como el Mensajero del Señor Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular. Y ese no puede ser otro sino el Ángel del Señor Jesucristo, ese no puede ser otro sino ese Ángel del Señor Jesucristo manifestado en la Tierra en carne humana, en medio de la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez estarán manifestados por medio del Espíritu Santo a través del Ángel del Señor Jesucristo. Y las cosas que están dichas que hará Moisés, Jesús y Elías, las estaremos viendo en el Día Postrero siendo realizadas por Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, a través de carne humana, en la Edad de la Piedra Angular, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por cuanto ya Dios ha reflejado por medio de Sus siete ángeles mensajeros y también de los profetas del Antiguo Testamento y también del apóstol San Pedro lo que Él hará en este tiempo final a través de Su Ángel Mensajero, veamos aquí algo que fue reflejado… Aquí tenemos un reflejo de lo que Dios estará haciendo en este tiempo final a través de Su Ángel Mensajero, en donde estará manifestando los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús.

También hemos visto en San Pablo y en el reverendo William Branham un reflejo de lo que Dios hará, de lo que Cristo hará a través de Su Ángel Mensajero bajo el cumplimiento de la Tercera Etapa cuando venga la apretura. Y el reverendo William Branham dice: “Lo que ustedes han visto manifestado en parte…”, o sea, esa manifestación de Cristo a través del reverendo William Branham, del Espíritu Santo a través del reverendo William Branham llevando a cabo grandes milagros y maravillas; lo que ha sido visto manifestado en parte, temporalmente, será visto manifestado en toda Su plenitud cuando venga la apretura; porque Dios adoptará a un hombre: a Su Ángel Mensajero, y entonces se manifestará en toda Su plenitud a través de él.

Ahora, vean cómo reflejó en aquellas cinco veces mencionadas…; aunque Dios se manifestó poderosamente en otras ocasiones, pero Él escogió por dirección del Espíritu de Dios cinco ocasiones, 5 veces, en donde el poder de Dios fue manifestado plenamente por medio de la Palabra creadora, por medio de la Palabra creadora siendo hablada:

• Una fue cuando habló a existencia ardillas, y eso lo hizo él unas cuantas veces, en unas cuantas ocasiones. Ahora, un hombre que pueda hablar a existencia algo como ardillas y después cazarlas y comérselas, o sea, crear ardillas, eso es una manifestación de Dios, que es el único Creador, colocando ese poder creador y Su Palabra creadora en la boca de un hombre ungido por Él. Por lo tanto, era la Voz de Dios hablando a existencia esas ardillas en diferentes ocasiones.

• También la resurrección de un pececito muy pequeño que ya llevaba como media hora que había muerto, y hasta las tripas y todo su interior estaba fuera. Eso nos habla de la resurrección de los muertos en Cristo de todas las edades y de los nuestros que han partido, que no llevan mucho tiempo que han partido; y de algún otro que parta antes de la resurrección, los cuales serán resucitados juntamente con todos los que han de ser resucitados.

Ahora, vemos esos dos milagros: el de creación de ardillas para comer… porque fue para comer, y fue el Ángel de Dios el que le dijo que lo hiciera; no lo hizo por su propia cuenta. Igual que – eso nos habla también de ese tiempo de apretura en donde Dios proveerá para nosotros. Y el pececito siendo resucitado nos habla de la resurrección de los que han partido. Pero vean que siempre ha sido la Palabra creadora siendo hablada, siendo colocada en la boca de un hombre.

• Luego nos habla también de una tormenta que fue detenida por la Palabra creadora. Dios le dijo que le hablara a la tormenta; le habló y se detuvo la tormenta. Luego… esa fue la tercera; tenemos tres ocasiones ya.

• La otra ocasión fue la sanidad de su esposa, la hermana Meda Branham, la cual tenía en un ovario un tumor. Y nuestro hermano Branham orando por ella, ella estando en otra ciudad y otro estado, y nuestro hermano Branham estando en otro estado. Vean, él estaba en Jeffersonville, Indiana, y ella estaba en Tucson, Arizona.

Y el Ángel le dijo: “Habla, y lo que tú digas acontecerá”. Y él habló fuera de existencia el tumor. Y dijo que cuando el doctor – que desapareciera antes que el doctor colocara la mano sobre ella; lo cual iba a suceder al otro día, para ver dónde estaba el tumor y luego operarlo, examinarla y operarla. Pero antes del doctor colocar la mano sobre ella, desapareció el tumor.

Ahora vean cómo habló una Palabra durante la noche para que se cumpliera por la mañana; o sea que no tiene límite de tiempo. Puede ser hablada la Palabra para que se cumpla en ese momento o se cumpla dentro de unas horas, o se cumpla dentro de diez horas, o un día, o un mes. Eso es poder por medio de la Palabra creadora hablada sobre toda enfermedad.

Por eso es que vendrán los grandes milagros vistos en la Visión de la Carpa; y eso es la Tercera Etapa. Y todas esas cinco ocasiones nos habla de la Tercera Etapa, que ha de venir cuando venga la apretura.

• Y vean ustedes, todos nosotros hemos orado por nuestros familiares, para que Cristo los salve, porque nosotros queremos que vivan eternamente. Y cuando usted ora a Dios por ellos y eso es desde lo profundo de su corazón y usted lo cree allá en lo profundo de su alma y sabe que eso va a suceder, ya son suyos.

Y si usted no ve que se materializa hoy, pues lo espera para mañana, y así hasta que en algún momento se va a materializar. Y si no se materializa antes de que seamos transformados, pues se va a materializar cuando seamos transformados; porque bajo ese ministerio habrá algo para nuestros familiares, para nuestros seres queridos.

Y eso fue mostrado en el caso de la hermana Hattie Wright, la cual oraba por sus dos hijos. Y cuando en una ocasión estaba nuestro hermano Branham con sus amigos y hermanos en la casa de esta hermana amada, y estuvo hablando – nuestro hermano Branham estaba hablando acerca de la creación de las ardillas, y la hermana estaba en la cocina —pero siempre se escucha algo—; y ella dijo: “Esa es la pura verdad”. O sea, en palabras nuestras: “Esa es la verdad” o “esa es nada más que la verdad”; o sea, “es toda la verdad, la pura verdad”.

Y vean, el Ángel de Dios escuchó eso que salió desde lo profundo del corazón de ella, desde lo profundo del alma de ella. Y le dice al hermano Branham el Ángel de Dios, le dice: “Dile a ella que pida lo que ella quiere y le será concedido, lo que ella quiera”. Y así se lo dice nuestro hermano Branham a ella delante de las demás personas que estaban allí. Y ella no encontraba qué pedir, y le dice: “Ayúdeme, ayúdeme, hermano Branham”, o sea: “Ayúdeme para ver qué es lo más que me conviene”. Y él le dice: “Eso le toca a usted”. Pero el hermano Branham le dice: “Puede pedir por la sanidad de su hermana (parece que era que estaba en una silla de ruedas), o por sus padres (que estaban ya ancianos, que fueran rejuvenecidos)”.

Pero miren: si pedía por su hermana, pues quedaba sanada, pero después cuando pasaran muchos años comoquiera iba a morir; si pedía por sus padres para ser rejuvenecidos, iban a ser rejuvenecidos, pero después se iban a poner viejos de nuevo e iban a morir; por lo tanto eran peticiones buenas pero que eran cosas temporales.

También podía pedir por un millón de dólares o más y le sería concedido; pero eso es algo que la persona lo tiene y lo gasta; y si no lo gasta la persona, se lo gastan sus familiares. Cualquier persona puede decir: “No, yo lo tengo bien asegurado”, deje que se muera y verá que no estaba tan asegurado.

Y ahora, ella va a su alma, a su corazón, examina allá en su alma, en su corazón, y ahí ella ve que lo más importante para ella es la salvación de ella y la salvación de sus hijos; y ya ella había recibido la salvación. Y pidió por la salvación de sus hijos, los cuales estaban allí presentes; y estaban como los jóvenes cuando están en esa edad de la “pavera”, así estaban; y eso es normal en esas edades.

Y ahora, cuando el hermano Branham ungido por el Espíritu de Dios, le dice que le era concedida la petición de ella: “Yo te los doy en el Nombre del Señor Jesucristo”, los hijos de ella fueron tocados por el Espíritu de Dios y fueron compungidos, comenzaron a llorar, y fueron convertidos a Cristo. ¿Ven? Eso es salvación para los seres queridos. Todo eso viene en esa manifestación plena.

Pero miren: para nuestros seres queridos que son escogidos, eso tiene que ser antes que llegue ese momento. Por lo tanto, oramos por nuestros seres queridos para que pronto vengan a Cristo, sean establecidos en el Programa Divino y perseveren sirviendo a Cristo todos los días de su vida.

Ahora, no queremos esperar hasta ese momento de la apretura; pero si alguno no ha venido antes, vendrá en el momento de la apretura. Y ojalá que los que vengan en ese momento sean escogidos también; porque yo deseo lo mejor para ustedes y para mí, y para sus familias y para la mía también. Y yo deseo lo mismo que ustedes: tenerlos no solamente en el Milenio – no solamente en la eternidad, sino en el Milenio también, y tenerlos también con nosotros en la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, vean ustedes todas las cosas que Dios reflejó a través del reverendo William Branham, de lo que Él hará a través de un hijo que Él adoptará en la Edad de la Piedra Angular, y través del cual Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, estará ministrando los misterios divinos correspondientes a este tiempo final y dando a conocer las cosas que deben suceder pronto.

Ahora, no es el Ángel del Señor Jesucristo el que de Sí mismo revela las cosas que han de suceder pronto, sino que es el Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, dándole a conocer a Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto, y ungiendo a Su Ángel Mensajero para que él las hable a Su Iglesia, a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, podemos ver quién es el Administrador de los Misterios de Dios: es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo; pero para darlos a conocer a Su pueblo tiene que tener un hombre, un instrumento al cual revelarle estos misterios y él darlos a conocer al pueblo; y ese hombre estará ungido con el Espíritu Santo para poder hacer esa labor. Y esa es la administración de los misterios de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vean ustedes, tenemos el misterio del cuerpo teofánico. Ese misterio ha sido aclarado para todos nosotros. Hemos visto que se recibe cuando la persona obtiene el nuevo nacimiento, obtiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Hemos visto que ese es el cuerpo teofánico en el cual estaba Jesucristo antes de venir a la Tierra en carne humana, y era conocido como el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová.

Hemos visto también el misterio de las siete edades y el misterio de los siete ángeles mensajeros, que son los siete ojos de Dios que recorren toda la Tierra, y son también los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra. Y son esos ángeles las siete estrellas en la Diestra de Dios, en la Diestra del Hijo del Hombre.

Hemos visto también el misterio de la Edad de la Piedra Angular y el misterio del Ángel de Jesucristo de la Edad de la Piedra Angular. Y hemos visto también el Mensaje de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero para la Edad de la Piedra Angular, el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.

Vean, el misterio de la Gran Voz de Trompeta, de la Trompeta Final, ha sido abierto para la Iglesia del Señor Jesucristo. Y esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final sonando es la predicación del Evangelio del Reino revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo; o sea que el Mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.

Por eso el reverendo William Branham dice20: “La Séptima Trompeta (esa es la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15) como el Séptimo Sello es la Venida del Señor. Sonará, y los muertos en Cristo resucitarán primero”. Y hemos visto ese misterio.

Hemos visto el misterio del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de Cristo. El Jinete del caballo blanco es la Venida del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en la revelación final de Jesucristo.

Hemos visto la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, que es el Mensajero a Israel pero viniendo primeramente a Su Iglesia en el Día Postrero. Es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero; por eso estará manifestando los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; lo cual fue reflejado en el reverendo William Branham también.

Miren, en una ocasión… Recuerden que el que tiene ministerios es Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, y dónde Él esté Él tiene todos los ministerios, pero Él manifiesta el que corresponde a ese tiempo.

Y ahora, en la página 7 del libro de Las Edades sin editar, y comenzamos al final de la página 6, dice:

Antes de eso, una mujercita se paró en la reunión, una mujer bautista, llegó allí sin saber qué podía hacer. Y ella estaba parada en medio de la reunión, y el Espíritu Santo descendió sobre ella, y empezó a hablar en lenguas; una mujer bautista de la Primera Iglesia Bautista de Shreveport (eso es en Louisiana); y después ella no sabía lo que había hecho. Y antes de que ella pudiera decir algo, el Espíritu Santo dio la interpretación y dijo: ‘ASÍ DICE EL SEÑOR, dentro de tres meses estará el espíritu de Moisés, Elías y Cristo ministrando en este tabernáculo’. Allí aconteció, perfectamente”.

Y ahora, ¿cómo podía estar el espíritu de Moisés, de Elías y de Jesús, de Cristo, allí ministrando? A través del reverendo William Branham, en el cual estaba el Espíritu de Cristo y estaba operando el ministerio de Elías por cuarta ocasión.

Y ahora vean cómo reflejó lo que Él hará en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero operando los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; y ministrando en el Día Postrero, y ministrando los misterios de Dios a la Iglesia del Señor Jesucristo, y dándonos a conocer las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final; para que así estemos preparados, seamos preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Esa es la forma para recibir la fe, la revelación del rapto, la revelación para ser transformados y raptados.

Bueno, hemos visto aquí… Ahora también el misterio del rapto: un rapto espiritual primero, y eso es subiendo a la Edad de la Piedra Angular; y luego un rapto literal, el cual estamos esperando. Y cuando seamos transformados, seremos raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Hemos visto el misterio también de los 30 a 40 días cuando seamos transformados; pues estaremos de 30 a 40 días aquí, como Cristo estuvo luego de resucitado, y los santos del Antiguo Testamento luego de resucitados estuvieron 40 días en la Tierra apareciéndole a diferentes personas. Y Cristo estuvo ministrando durante ese tiempo.

Hemos visto también el misterio de la Segunda Venida de Cristo, el Ángel del Pacto, el Séptimo Sello, el Ángel que era diferente a los demás; el Ángel que era diferente a los demás, que apareció en la nube formada por ángeles, por los siete ángeles mensajeros de las siete edades y otro Ángel que era diferente a ellos, en febrero 28 de 1963; y fue tomada en fotos esta aparición de estos ángeles. Aunque los que la tomaron y los científicos que examinaron esa nube no saben que es una nube formada por ángeles: los siete ángeles mensajeros de las siete edades y el Ángel que es diferente a los demás; todos en sus cuerpos teofánicos.

Y con este misterio siendo abierto para este tiempo final, este Ángel que es diferente a los demás, viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero y manifestándose a través de Su Ángel Mensajero, será el que estará ministrando por medio de Su Ángel Mensajero los misterios de Dios que serán abiertos en este tiempo final y que serán cumplidos en este tiempo final.

Para eso viene el Ángel que era diferente a los demás, el Ángel del Pacto, Jesucristo, en este tiempo final y se revela en este tiempo final; y esa será la revelación final de Jesucristo en medio de Su Iglesia, y esa será la manifestación del Administrador de los Misterios de Dios.

Y el Administrador es nuestro amado Señor Jesucristo, el Ángel del Pacto; pero Él tiene que tener un instrumento en este tiempo final a través del cual darle a conocer estas cosas a Su Iglesia; y así todos obtener la fe, la revelación de todas estas cosas, y obtener la revelación, la fe para ser transformados y raptados en este tiempo final.

Hemos visto: “EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”. Y hemos visto que es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, Jesucristo nuestro Salvador, el cual siempre ha tenido un instrumento al cual revelarle Sus misterios y al cual usar para hablarle a Su pueblo y darle a conocer esos misterios.

Y para este tiempo final es para el cual hay más misterios que tienen que ser revelados, abiertos; porque tienen que ser cumplidos esos misterios en este tiempo final.

Miren, el misterio de la siega en el fin del siglo y la señal del fin del siglo es que Él envía Sus Ángeles. O sea que ninguna persona podrá decir que están viviendo en el tiempo de la cosecha, de la siega, en el fin del siglo… en ningún fin de siglo pasado podían decirlo si no podían ver a los Ángeles del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías en medio de la Iglesia de Jesucristo; pero nosotros en este tiempo final podemos decir que estamos viviendo en el fin del siglo, y estamos para pasar al próximo siglo.

No sabemos en qué año vamos a ser transformados, pero lo importante es estar preparados para ser transformados. Si no somos transformados en este año, pues esperamos el otro año; si no somos transformados el otro año, esperaremos al otro año de más arriba. Y mientras esperamos estaremos trabajando en la Obra de Jesucristo nuestro Salvador.

Y esperaremos todo el tiempo que tengamos que esperar. Si tenemos que esperar 1 año, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, el tiempo que sea, lo esperaremos. Y cuando se cumpla el Programa Divino y entre hasta el último de los escogidos al Cuerpo Místico de Cristo, los muertos en Cristo resucitarán y nosotros seremos transformados. ¿Ven? Cuando entre hasta el último.

No hemos sido transformados porque no ha entrado hasta el último. Y por eso trabajamos llevando el Mensaje, para que les llegue a todos los seres humanos y sean llamados los que faltan de entrar al Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular.

Ese es también un misterio del Reino de los Cielos que ha sido abierto a nosotros y ahora sabemos en qué territorio trabajar, llevar el Mensaje, porque sabemos en qué territorio Él está cumpliendo la Edad de la Piedra Angular y está llamando y juntando a los escogidos del Día Postrero. Por eso trabajamos en toda la América Latina y el Caribe y también entre todos los latinoamericanos y caribeños; aunque estén en Norteamérica o en otras naciones, o en Europa, hacemos que les llegue el Mensaje hasta ellos; pero el centro de trabajo es la América Latina y el Caribe.

Ahora, hemos visto estos misterios del Reino de los Cielos.

Nadie conocía el misterio de dónde sería construido el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, nadie sabía dónde se cumpliría la Edad de la Piedra Angular, nadie sabía dónde sería el llamado de los escogidos del Día Postrero, de la Iglesia de Jesucristo, y nadie sabía con gente de qué continente se completaría la Iglesia de Jesucristo. Pero miren, para nosotros es motivo de gozo saber que Cristo está completando Su Iglesia con latinoamericanos y caribeños. Y ese es un misterio tan grande que solamente los escogidos de Dios lo podrán creer. ¿Por qué? Porque le son abiertos otros misterios que se entrelazan con ese misterio.

Ahora, podemos ver que solamente el Ministrador de los Misterios del Reino de los Cielos es el que podía revelar estos misterios correspondientes al Día Postrero en y de la Iglesia del Señor Jesucristo, o sea, del Reino de los Cielos.

EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”. ¿Quién es? Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo obrando de edad en edad por medio del mensajero de cada edad; y hoy, en la Edad de la Piedra Angular, por medio de Su Ángel Mensajero en la revelación final de Jesucristo en medio de Su Iglesia.

EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.

En la tarde, Dios mediante, estaré nuevamente con ustedes para compartir con ustedes el tema: “EL SIERVO FIEL Y PRUDENTE QUE ALIMENTE LA FAMILIA DE DIOS”.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. Muchas gracias por vuestra amable atención; y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.

Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte, y luego pasar a Félix para algún cántico; y luego tendremos un receso y estaremos nuevamente aquí a las 3:00, nuevamente estaremos aquí para continuar escuchando la Palabra de Cristo, y en estos misterios del Reino de los Cielos ver todas las bendiciones que Él nos ha dado.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos y con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL ADMINISTRADOR DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.

[Revisión agosto 2019]

1 Judas 1:9

2 Números 21:8-9

3 Isaías 53:5, 1 Corintios 15:3

4 Romanos 6:23

5 Génesis 32:24-26

6 Génesis 15:13-14

7 Génesis 37:26-28

8 Génesis 41:39-45

9 Éxodo 1:8-14

10 Éxodo 2:13-15

11 Éxodo 3:1-10

12 Éxodo 12:1-14

13 San Juan 8:36

14 San Juan 8:24

15 San Juan 8:32

16 San Juan 14:6

17 1 Corintios 5:7

18 Levítico 23:32

19 Levítico 16

20 Citas, pág. 129, párr. 1164

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