Probados en las aguas de la Palabra

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, y también los que están a través de Internet; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en el Libro de los Jueces, capítulo 7, verso 1 en adelante (1 al 7), donde dice Dios a Gedeón:

“Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.

Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y vuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.

Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá.

Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber.

Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.

Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “PROBADOS EN LAS AGUAS DE LA PALABRA.”

A través de las Escrituras encontramos que Dios siempre ha probado a Su pueblo; encontramos que en el tiempo del éxodo en donde Dios libertó al pueblo hebreo, luego lo llevó por el desierto; y fueron etapas de pruebas para el pueblo hebreo, fueron etapas difíciles; y bajo esas etapas difíciles el pueblo estaba llamado a servir a Dios y a comportarse correctamente, y a respetar al mensajero, al profeta que Dios le dio, el cual era nada menos que un profeta dispensacional.

Por cuanto Dios estaba en el Profeta Moisés y había colocado Su Palabra en el corazón y en la boca y en la mente del Profeta Moisés, Moisés hablaba esa Palabra Divina, y por consiguiente era la Voz de Dios a través de un hombre llamado Moisés. Dios estaba en Moisés, y por eso todo lo que el pueblo hizo en contra de Moisés en diferentes ocasiones, contó como haciéndolas en contra de Dios; porque así como dijo Jesús: “El que a vosotros recibe a mí recibe, y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.”

Y ahora, eso mismo estaba sucediendo en la vida del Profeta Moisés y del pueblo hebreo; en cada ocasión en que el pueblo hebreo se levantaba en contra de Moisés, protestando en contra de Moisés (en contra de esa guianza que él les estaba dando para llevarlos a la tierra prometida), se estaban levantando en contra de Dios que era el que estaba guiando al Profeta Moisés y mostrándole a Moisés por donde ir con el pueblo.

Encontramos que algunos quisieron saber más que el Profeta Moisés, y algunos hasta pensaron regresar a Egipto para volver a ser esclavos allá y trabajar como esclavos por la comida, o sea, que pensaron en la comida más que en la bendición de la tierra prometida que era la meta a donde ellos llegarían.

Y ahora en el Nuevo Testamento la meta es llegar a ser a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador, llegar a tener un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado como el cuerpo de Jesucristo.

Ahora veamos esta trayectoria del Profeta Moisés con el pueblo rumbo a la tierra prometida, en el capítulo 8 de Deuteronomio, verso 1 en adelante, dice Dios al Profeta Moisés y el Profeta Moisés al pueblo:

“Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.

Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”

Podemos ver que el propósito de todas estas dificultades que el pueblo tuvo, fue probar al pueblo para que lo que había en el corazón de cada uno de ellos saliera, y así fuera probado el pueblo, si había de servir a Dios en la tierra prometida; porque si servían a Dios en el desierto, pues servirían a Dios también en la tierra prometida. Por eso es que toda persona que pasa por este planeta Tierra, está pasando por una trayectoria como el pueblo hebreo pasó por el desierto por 40 años.

está llamada a creer en Jesucristo como Su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir Su Espíritu Santo, para así obtener el nuevo nacimiento, y así nacer en el Reino de Dios y ocupar su posición en el Reino de Dios. Este reino terrenal pasará, pero el Reino de Dios permanecerá para siempre. Por lo tanto la persona esta llamada a ocupar su posición en el Reino de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Y así como toda persona se prepara en este planeta Tierra estudiando para obtener una profesión y ocupar una buena posición en el reino de los gentiles, cada persona tiene que prepararse para ocupar su posición en el Reino de Dios.

Y ahora, esta preparación es creyendo en Cristo como Su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo, y bautizándose en el Nombre del Señor Jesucristo y recibiendo Su Espíritu Santo y así naciendo de nuevo. Y luego sigue recibiendo la enseñanza de la Palabra de Dios.

Y ahora, algunas personas tienen una trayectoria terrenal de 40 años, o de 50 años, o de 60 o 70 años, o de 80 años o más, en donde la persona viene a esta Tierra para ser probado y servir a Dios y ocupar su posición en el Reino de Dios.

La persona sigue creciendo esa persona en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

La enseñanza de la Palabra de Dios para cada edad o cada etapa es el Alimento Espiritual para el alma de cada hijo e hija de Dios; sin ese Alimento Espiritual, es como en una familia estar sin alimento físico para ser alimentados y los niños crecer.

Y ahora, para cada etapa Dios ha colocado siervos fieles y prudentes que son los mensajeros de cada etapa, de cada edad, a los cuales les da ese Alimento Espiritual, ese Mana Espiritual, para darlo a los hijos de Dios ¿Dónde? En la Casa de Dios. Por lo tanto el Mensajero es enviado en y a la Iglesia de Jesucristo, ahí aparece, obtiene el nuevo nacimiento ahí; un Espíritu ministerial teofánico de la sexta dimensión es manifestado en ese Mensajero y ministra la Palabra de Dios que viene de otra dimensión, la trae a esta dimensión, a la Iglesia de Jesucristo, ministra esa Palabra, ese Mensaje de Dios para ese tiempo. Y cuando ese mensajero está ministrando esa Palabra, Dios comienza con esa Palabra a llamar y a juntar a Sus hijos de esa edad, y comienza a abrir el corazón y el entendimiento de todo hijo e hija de Dios correspondiente a ese tiempo.

Esas personas que reciben esa Palabra tienen un alma que viene de Dios, de la séptima dimensión. Por eso es que Cristo dijo en San Juan, capitulo 10, verso 14 al 16, que El es el Buen Pastor y que da Su vida por las ovejas; y también El dice que Sus ovejas oyen Su Voz y le siguen, ¿Por qué? Porque el que es de Dios la Voz de Dios oye. El también dice que tiene otras ovejas que no son del redil hebreo, y esas ovejas también escucharán Su Voz, y habrá un Rebaño y habrá un Pastor.

Esas ovejas que no son del redil hebreo son personas que en medio de los gentiles estarían viviendo, y Cristo estaría manifestado en medio de los gentiles en cada edad a través del Mensajero de cada edad hablándole al pueblo, y ese Mensaje se esparciría por medio del ministerio de otros ministros y llevarían ese Mensaje por todos los lugares, y así las ovejas de ese otro Redil, o sea, de los gentiles, escucharían la Voz del Buen Pastor, la Voz de Cristo, y serían recogidos, llamados, juntados en el Redil del Señor que es la Iglesia de Jesucristo. Y habrá un pastor el cual es Jesucristo nuestro Salvador y habrá un Rebaño, esa es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Todas esas ovejas han nacido de nuevo en el tiempo que les ha tocado vivir, porque han recibido a Cristo como su Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han recibido Su Espíritu Santo, estas ovejas son bautizadas en el Nombre del Señor Jesucristo.

Y ahora podemos ver que es un Programa Divino lo que Cristo ha estado llevando a cabo desde que El apareció en la Tierra, y todavía está llevando a cabo el Programa Divino. El ascendió al Cielo victorioso y se sentó a la Diestra de Dios, El recibió un Nombre Nuevo; el cual aparece hablado por el mismo Cristo diciendo que El tiene un Nombre Nuevo, en el capítulo 3, verso 12 del Apocalipsis; y El dice que colocará ese Nombre Nuevo, el cual es el nombre de la Ciudad de nuestro Dios y el Nombre de nuestro Dios, El dice que lo colocará, lo escribirá, sobre el Vencedor:

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios (o sea, lo hará una persona importante), y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él (ahora vean cómo Cristo dice: ‘y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios,’ por lo tanto habrá un Vencedor el cual obtendrá esa promesa) …y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”

Ahora, esa bendición prometida la heredará algún mensajero que obtendrá la victoria y obtendrá grandes bendiciones de parte de Dios; tiene que ser un Mensajero del Cuerpo Místico de Jesucristo.Y ahora, siendo que la Iglesia de Jesucristo es la que tiene las grandes promesas, grandes bendiciones para ser cumplidas en ella de etapa en etapa, y luego en el Día Postrero recibir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros; es la Iglesia de Jesucristo la que tendrá en medio de ella al Vencedor que obtendrá esta bendición tan grande, y a través de ese Mensajero estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Espíritu Santo en el Día Postrero, así como se manifestó a través de cada ángel mensajero de cada edad del pasado.

Y el pueblo hebreo va a recibir también beneficios de ese Ministerio, así como la Iglesia del Señor Jesucristo, porque ese Ministerio será el Ministerio correspondiente al Día Postrero, o sea, al Séptimo Milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá. Ese será el Ministerio que estará presente en el Día del Señor y ese es el Ministerio que Cristo estará usando en este tiempo final, en donde estará operando los Ministerios de los ángeles del Hijo del Hombre, y en donde el Ministerio del Hijo del Hombre será visto manifestado.

Pero este Mensajero no es el Señor Jesucristo, este Mensajero es el Angel del Señor Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3 y Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 y Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 y también Apocalipsis, capítulo 19, verso 6 al 10, el cual le reveló a Juan el apóstol todas estas visiones Apocalípticas. Y luego Juan el apóstol quiso adorar al Angel del Señor Jesucristo y el Angel le dijo que no lo hiciera.

Este Angel no es el Señor Jesucristo, solamente él es el Instrumento del Señor Jesucristo; si fuera el Señor Jesucristo este ángel tenía que aceptar la adoración de Juan, no la iba a rechazar; pero por cuanto este Angel es un Profeta, el cual es enviado a la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, pues no podía aceptar la adoración de Juan.

Ahora, por medio del Profeta Moisés se manifestó el Angel de Jehová, en el éxodo en donde Dios libertó el pueblo hebreo, y luego los llevó por el desierto rumbo a la tierra prometida. Encontramos que este ángel luego se hizo carne en medio del pueblo hebreo, en el tierra prometida, en la tierra de Israel. Este Angel fue el que llevó, libertó el pueblo, lo llevó por el desierto usando al Profeta Moisés, y luego introdujo el pueblo a la tierra prometida a través del profeta Josué; y luego se manifestó en los jueces y también en los reyes, y también se manifestó en los diferentes profetas en medio del pueblo hebreo. Y luego ese mismo Angel de Jehová se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, y fue conocido por el nombre de Jesús (el Angel de Jehová), el cual le había aparecido al Profeta Moisés.

Ahora vean ustedes, le había dado a conocer a Moisés Su Nombre: YHWH. Pero luego cuando se hace carne lo conocemos por el nombre de Jesús, en español, o Yoshua en hebreo, o Josué que es nombre hebreo.

Ahora miren, ya ese nombre lo había tenido una persona: Josué, el cual colocó al pueblo hebreo en la Tierra prometida.

Y ahora miren un misterio aquí: Josué no se llamaba Josué, se llamaba Oseas, hijo de Nun, pero Moisés le colocó a Oseas hijo de Nun, servidor de Moisés, le colocó el nombre Josué o Yoshua. Y ahora vean ustedes, ese nombre tiene que ver con lo que le dijo el Angel de Jehová a Moisés en el capítulo 3, verso 13 al 15, cuando Moisés en el Exodo le preguntó cuál era Su nombre.

Ahora vean cómo Moisés colocó sobre Oseas hijo de Nun —diríamos— escribió sobre Oseas hijo de Nun, le colocó ese nombre, el cual sería el nombre que el Mesías en Su Primera Venida usaría. Por eso encontramos que Josué tenía el nombre que tenía que ver con la entrada del pueblo hebreo a la tierra prometida.

Y ahora, cuando aparece el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, manifestado en carne humana en medio del pueblo hebreo, al cual Juan el Bautista le estaba preparando el camino, apareció con el nombre Josué, el mismo nombre que Moisés le había colocado a Oseas hijo de Nun.

Y ahora, para entrar a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo donde obtenemos el nuevo nacimiento y obtenemos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, vean ustedes: el Señor Jesucristo, que es el Angel del Pacto hecho hombre de esta dimensión ha llevado a cabo el segundo éxodo; y el mismo Angel del Pacto que se hizo carne, luego en Espíritu Santo ha estado en medio de Su Iglesia colocando el pueblo en la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y así colocando a cada alma de Dios escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, colocándola en un cuerpo teofánico, dándole un cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Y así entramos a la sexta dimensión, la dimensión de la Palabra, la dimensión angelical, como tierra prometida; y entramos al cuerpo teofánico como Tierra prometida pero de la sexta dimensión.

Y ahora para este tiempo final Cristo lleva a cabo el tercer éxodo, miren cómo allá tuvo a Su precursor Juan el Bautista y después a Jesús. Y ahora para este tiempo final ya Dios envío al precursor de la Segunda Venida de Cristo, y así comenzó Cristo el movimiento para el tercer éxodo, para nuestra entrada a la Tierra prometida del cuerpo nuevo, eterno inmortal y glorificado, y para nuestra entrada a la Tierra prometida del glorioso Reino Milenial.

Pero recuerden: así como el pueblo hebreo durante esos 40 años tuvo que ser probado para luego entrar a la Tierra prometida, encontramos que el pueblo ha estado siendo probado, cada persona como individuo, para entrar a la Tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo; y por eso encontramos que la humanidad se ha comportado como se comportó el pueblo hebreo en el desierto. El pueblo hebreo fue rebelde, así como Dios da testimonio de que fue un pueblo rebelde, y así ha sido la raza humana.

Pero vean ustedes, hubo algunos que se mantuvieron firmes en la Palabra de Dios dada por medio del Profeta Moisés, y así también han habido personas que se han mantenido firmes en el Evangelio sirviendo a Cristo y han obtenido la bendición del bautismo del Espíritu Santo; y por consiguiente han entrado a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, a la tierra prometida de un cuerpo teofánico y han entrado así a la sexta dimensión (la dimensión  angelical), tienen cuerpo angelical de la sexta dimensión.

Ahora, todo eso ha estado ocurriendo en lo espiritual, la Iglesia del Señor Jesucristo tiene esas personas de edad en edad, pero ahora vean ustedes: la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes pasa por esas diferentes etapas, y a medida que ha ido pasando de etapa en etapa ha ido teniendo el Espíritu Santo, a Cristo el Angel del Pacto, manifestado en las primicias a través de cada ángel mensajero que El ha enviado.

Y para el Día Postrero, la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, tendrá a Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, en medio de ella nuevamente manifestado en carne humana en el Angel Mensajero del Señor Jesucristo, así como estuvo manifestado en cada ángel mensajero de cada edad. Y en la Edad de la Piedra Angular es donde Cristo envía Su Angel Mensajero, y a través del cual El en el Día Postrero tendrá una manifestación plena cuando adopte a Su Angel Mensajero, y luego adoptará también a los muertos en Cristo que partieron y a todos los que estarán vivos en este tiempo final y estarán en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Ahora, se requiere que el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia de Jesucristo, se complete en este tiempo final. Hemos estado pasando por diferentes pruebas, pero recuerden que todo eso está en el Programa Divino, para que así cada persona se manifieste libremente y exprese con su vida si ha de servir o no ha de servir a Dios. Si no sirve a Dios aquí, pues no servirá a Dios ni en el Milenio ni en la eternidad. Si sirve a Dios aquí en esta dimensión y en estos cuerpo mortales también servirá a Dios en el Milenio y por toda la eternidad. Por lo tanto, cada persona se tiene que identificar aquí en la Tierra con Cristo, para así ocupar su lugar en el Cuerpo Místico de Cristo, para poder ir al glorioso Reino Milenial de Cristo y para poder también obtener un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible.

Hay personas que no comprenden estas verdades bíblicas, y una vida completa la desperdician, la pierden, y Cristo dice en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28:

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?.”

No le vale de nada a una persona vivir en este planeta Tierra sin recibir a Cristo como Su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, bautizarse en el Nombre de Jesucristo y recibir Su Espíritu Santo.

El propósito de nuestra vida aquí en la Tierra es que recibamos a Cristo como nuestro Salvador, y así obtengamos la salvación, y así seamos sellados con el Sello del Dios vivo, el Espíritu Santo, para nuestra redención; para el Día de la Redención, para el Día en que Cristo resucitará los muertos creyentes en El y nos transformará a nosotros los que vivimos, y nos dará a todos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado. Y ahí la redención del cuerpo se llevará a cabo. Redención o redimir es volver al lugar de origen.

Vean ustedes, el pueblo hebreo fue colocado de nuevo en la tierra de Israel, de donde ellos habían salido cuando fueron con Jacob a Egipto, en donde estaba José como el administrador, el gobernador de Egipto, colocado por el faraón.

Y ahora, cada hijo e hija de Dios será restaurado en el Programa de Redención y colocado en eternidad con vida eterna y con un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible. La vida no es solamente comer, beber, dormir y  trabajar; la vida es mucho más que eso, estamos aquí en la Tierra por un propósito divino y necesitamos entender el propósito divino por el cual hemos aparecido en este planeta Tierra en estos cuerpos mortales. Ninguno de ustedes escogió venir a esta Tierra. Por lo tanto hay un Ser Supremo que es el que determinó, eligió, el que usted apareciera en la Tierra en carne humana en este tiempo final.

Por lo tanto, necesitamos continuar en el Programa del Ser Supremo, al cual nosotros conocemos como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el cual se hizo hombre y habitó en medio del pueblo hebreo y fue conocido por el nombre de Jesús; el cual es nuestro amado Señor Jesucristo. El es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, hecho hombre en medio del pueblo hebreo. Por lo tanto necesitamos nosotros estar siempre en Su Programa, porque en Su Programa es que tenemos nosotros vida eterna. El es nuestra vida, la vida eterna para cada uno de nosotros.

Así que las pruebas por las cuales pasamos en nuestra vida terrenal, recuerden obrarán siempre para bien, para que salga de nuestra alma ahí todo lo que hay. Y todos deseamos que salga todo lo bueno que hay en nuestro corazón, en nuestra alma, hacia Dios. No deseamos que salga de nosotros cosas malas como sucedió con el pueblo hebreo, del cual Dios dijo que era un pueblo rebelde, a tal grado que Dios le dijo al Profeta Moisés, en la ocasión en que el pueblo se rebeló en contra de Dios y prepararon un becerro de oro; el cual lo preparó, lo fundió Aarón a petición del pueblo hebreo, e hizo mal al prepararle un becerro de oro, un ídolo: el ídolo de los egipcios.

Ahora, Dios le dijo a Moisés: “déjame destruir este pueblo el cual es un pueblo rebelde, y yo te haré una nación poderosa, un pueblo poderoso”; y Moisés no aceptó esa proposición y pidió a Dios misericordia y perdón para el pueblo hebreo.

Ahora la humanidad completa ha estado, desde que cayó, desde que pecó, ha estado en esa misma condición. Y cuando llegó el tiempo para la destrucción de la raza humana, Cristo tomó nuestros pecados, intercedió por nosotros y tomó nuestra culpa y murió por todos nosotros.

Lo que Moisés estaba haciendo allí (intercediendo por el pueblo y pidiéndole misericordia  a Dios para el pueblo) era nada menos que Cristo reflejándose en el Profeta Moisés. No es que Moisés tenía un plan mejor que el que Dios tenía, sino que eso representaba a Cristo intercediendo por el pueblo, por la humanidad, para que Dios no destruyera la raza humana. Si Moisés no actuaba en esa forma, entonces la humanidad no tendría oportunidad, pero se estaba reflejando allí lo que Cristo llevaría a cabo en Su Venida.

Ahora, “PROBADOS EN LAS AGUAS DE LA PALABRA.”

Vean cómo la humanidad, como todo ser humano es probado en las Aguas de la Palabra. Las Aguas de la Palabra vienen en medio de la raza humana y ahí son todos los seres humanos probados. Recuerden que la forma de tomar el agua allí en el caso de Dios probando al ejército de Gedeón, tenía que ver. Miren, los que tenían miedo se habían ido ya veinte mil; luego quedaron diez mil, los diez mil fueron llevados a las aguas, y Dios dijo: “los que tomen así con la mano el agua los colocarás a parte y los que se arrodillen para tomar el agua esos serán colocados en otro grupo.”

Y ahora 300 tomaron el agua con la mano, y el resto (9700) se tiraron al agua, se arrodillaron para tomar el agua, y esos no servían para ser instrumentos de Dios en la batalla, vean ustedes, se despreocuparon de todo; y personas descuidadas no son buenas en una batalla, pueden echar a perder una batalla; pero aquellos que sacaban el agua con la mano y tomaban, estaban pendientes, estaban alerta, estaban ocupados y preocupados.

Y toda persona tiene que preocuparse y ocuparse de su vida: de la Vida eterna. No puede ser una persona descuidada, lo más grande que Dios tiene y que Dios le da al ser humano ¿Saben lo qué es? La Vida eterna, eso es lo más grande que Dios le ha dado al ser humano. Y no solamente al ser humano sino a los ángeles también, la Vida eterna es lo más grande, y de ahí se desprenden las demás cosas, y Cristo es la Vida eterna para nosotros. Cristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al padre sino por mí.” También en San Juan, capítulo 1, la Escritura nos dice… comenzando en el verso 1:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz en las tinieblas resplandece,

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino (o sea, al pueblo hebreo) y los suyos no le recibieron.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”

Vean cómo es que somos manifestados como hijos e hijas de Dios: creyendo en El, en el Verbo que es Jesucristo, el cual es el Verbo que se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo y llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Cuando la persona nace en este planeta Tierra, no nace como un hijo de Dios; nace como un hijo de Dios cuando obtiene el nuevo nacimiento al creer en Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, bautizarse en el Nombre de Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo y así nace de nuevo la persona; así como nació en la Tierra por medio de sus padres terrenales y nació como un descendiente de Adán y Eva, ahora con el nuevo nacimiento nace como un descendiente de Dios, como un descendiente de Jesucristo, como un descendiente del segundo Adán. Y si el segundo Adán es el hijo de Dios, los descendientes del segundo Adán son hijos e hijas de Dios, los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios

“…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”

Y ahora vean cómo es que Dios se ha dado a conocer a la raza humana, por medio de Jesucristo Dios se ha dado a conocer, porque Jesucristo es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, y por cuanto Dios estaba en Su cuerpo teofánico llamado el Angel de Jehová; y luego en el Antiguo Testamento, vean ustedes, por medio del Angel de Jehová en Su cuerpo teofánico se daba a conocer a los profetas del Antiguo Testamento, y luego por medio de los profetas del Antiguo Testamento en una forma parcial, en la porción correspondiente a cada etapa Dios se dio a conocer; pero en toda Su plenitud se dio a conocer a través de Jesucristo. Porque Jesucristo es nada menos que el Angel de Jehová hecho hombre en medio de la raza humana. El es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, y por eso es el Angel que establece el Nuevo Pacto bajo la Sangre de Su cuerpo, el cuerpo que fue crucificado en la Cruz del Calvario.

Y ahora El es el hombre que ha sido colocado como y por Pacto, tanto como para el pueblo hebreo como para todo ser humano que vive en este planeta Tierra. Para una persona entrar en el Pacto de Dios, el Nuevo Pacto, lo tiene que hacer por medio de Jesucristo, el hombre que ha sido colocado cómo y por Pacto para todo ser humano.

Y ahora, por eso es que Cristo cuando tomó el pan, dijo: “Este es mi cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego cuando tomó la copa y la levantó y dio gracias y dio a tomar a Sus discípulos, dijo: “Esta copa es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada.”

Y ahora, en el vino representó Su Sangre que era derramada o que sería derramada en la Cruz del Calvario, la Sangre del Nuevo Pacto. Ya no se necesitan – no se necesitan sacrificios de animalitos, ya no se necesita la sangre de animalitos, ¿por qué? Porque ya un Nuevo Pacto ha sido establecido por Dios y la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora vean ustedes cómo bajo el Nuevo Pacto entran de etapa en etapa, de edad en edad, miles o millones de seres humanos y nacen en el Reino de Dios.

Y ahora, estamos nosotros en un Nuevo Pacto bajo la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Ya en el campo espiritual han entrado millones de almas al Reino de Dios a través de estos dos mil años de Cristo hacia acá, del Sacrificio de Cristo hacia acá. Y los que creyeron en el Antiguo Testamento, cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario, los pecados de esas personas que estaban cubiertos por la sangre de los sacrificios que ellos habían efectuado, esos pecados fueron quitados con la Sangre de Jesucristo, por eso resucitaron cuando Cristo resucitó.

Y ahora durante estos dos mil años de Cristo hacia acá, millones de seres humanos han entrado al Nuevo Pacto con Dios y han sido reconciliados con Dios. El pueblo hebreo, vean ustedes, siendo tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, en el pueblo hebreo se reflejó todo lo que sucedería en la Iglesia del Señor Jesucristo. Estudiar la historia del pueblo hebreo es algo muy hermoso, lo cual contiene los tipos y figuras, la sombra de lo que sería la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Israel Celestial.

Y ahora vean ustedes, la Primera Venida de Cristo fue cumplida en medio del Israel terrenal, el cual estaba esperando la Venida del Mesías. La Segunda Venida de Cristo es para ser cumplida en medio del Israel Celestial que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y en la etapa final de la Iglesia de Jesucristo es donde tiene que ser cumplida la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, en el templo encontramos el lugar donde estaba la Presencia de Dios, donde vino Dios en la Columna de Fuego y se colocó sobre el propiciatorio: fue el Lugar Santísimo.

Y ahora, la Iglesia de Jesucristo siendo representada en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón, encontramos que tiene Atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo; y es en el Lugar Santísimo de la Iglesia de Jesucristo donde la Segunda Venida de Cristo estará siendo cumplida en este tiempo final. Y la creación o construcción de la Iglesia de Jesucristo comenzó en el Este (la Tierra de Israel) y continúo de la Tierra de Israel a Asia Menor, de Asia Menor a Europa, de Europa a Norteamérica y de Norteamérica a la América Latina y el Caribe.

Y ahora, encontramos que en el Este en el templo estaba el atrio y la entrada al lugar santo, y luego continúa en el lugar santo, y luego tenemos el lugar santísimo que está en el templo, en el Oeste del templo.

Y ahora Cristo construyendo Su Iglesia comenzó allá en el Este o medio oriente, la tierra de Israel, pasó por Asia Menor, Europa, Norteamérica, y ahora la América latina y el Caribe; por lo tanto, el Lugar Santísimo del Templo espirital de Cristo corresponde a la América latina y el caribe donde llama y junta a Sus escogidos, con los cuales construye en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, donde tendrá la manifestación plena que El ha prometido para el Día Postrero. Y ahí es donde la Iglesia de Jesucristo llegará a la perfección, en la etapa o edad del Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, es en esa etapa donde los muertos en Cristo van a resucitar y los que estamos vivos vamos a ser transformados.

Ya las otras etapas terminaron y no se llevó a cabo ni la resurrección de los muertos en Cristo ni la transformación de los que estaban vivos en esas edades, porque eso corresponde a la etapa del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo. Por eso es que El nos ha colocado en éste territorio latinoamericano y caribeño; y aún si alguno ha ido a otra nación para vivir buscando una mejor condición económica, hasta allá le llegará el Mensaje, no importa en qué nación se encuentre o en qué continente se encuentre.

Ahora, nosotros estamos viviendo en la etapa del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, Cristo ha estado construyendo un Templo Espiritual para morada de Dios en Espíritu Santo, de lo cual nos habla San Pablo en su carta a los Efesios, en el capítulo 2, y nos dice:

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios…”

Ahora con el nuevo nacimiento la persona ha nacido en el Reino de Dios, ha nacido en la Casa de Dios, ha nacido en la Familia de Dios, pertenece a la Realeza Celestial, es un descendiente de Dios.

“… edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.” [Efesios 2:19 – Editor].

Y ahora, el Nuevo Templo, miren cuál es: La Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso ya no se necesita el templo o tabernáculo que construyó el Profeta Moisés ni tampoco el templo que construyó el rey Salomón, y mucho menos el que construyó Herodes, que ni tenía el arca del pacto ni tenía el propiciatorio, y por consiguiente no tenía la Columna de Fuego, no tenía la Presencia de Dios allí. Pero la Presencia de Dios vino al Templo en carne humana, y cuando vino al Templo en carne humana, se llamaba Jesús.

Y ahora, un Nuevo Templo ha estado siendo construido por el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, Jesucristo nuestro Salvador; ese es el Nuevo Templo que durante el Reino Milenial tendrá a Dios morando en toda Su plenitud, en ese Templo que es la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador. Ese es el Templo que permanecerá por el Milenio y por toda la eternidad; un Templo compuesto por seres humanos. Y ese Templo será ungido con la plenitud del Espíritu Santo en este tiempo final. Ese Templo es como hemos visto, la Casa de Dios, el Lugar de morada de Dios; y Dios va a morar en toda Su Plenitud en ese Templo Espiritual y eso será cuando El adopte a Su Angel y a Sus hijos de este tiempo final y los a creyentes que partieron al resucitarlos en cuerpos eternos; y entonces Dios estará en Su Templo (Su Templo Espiritual, Su Iglesia) en toda Su plenitud y ahí tendremos el ungimiento de ese Templo Espiritual y el ungimiento del Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual. San Pablo hablándonos en Hebreos, capítulo 1, verso 4 en adelante, dice… vamos a ver, capítulo 3, mejor verso 5 al 6, dice:

“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”

Y ahora Cristo ha sido colocado sobre Su Casa, la cual Casa somos nosotros: Su Iglesia.

Y ahora, la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo va creciendo, la Iglesia, la Familia de Dios va creciendo de edad en edad. Y la Casa de Dios como Cuerpo Místico de creyentes llega en este tiempo final a Su altura máxima, llega a su perfección, cuando se complete el número de la Iglesia de Jesucristo, cuando se complete el número de los miembros de la Iglesia de Jesucristo, y entonces Cristo adoptará a cada uno de Sus hijos, y así llegaremos a la perfección y habrá una Iglesia perfecta, un Templo Espiritual perfecto en este tiempo final.

Y ahora podemos ver el porqué trabajamos en la evangelización, trabajamos llevando el Mensaje (la Obra misionera), llevando el Mensaje por todos los lugares, y ustedes aquí en Puerto Rico llevando el Mensaje también por todos los lugares, para que así llegue hasta el último de los escogidos de Dios la Palabra, y llegue hasta su alma y venga a ocupar su posición en el Cuerpo Místico de Cristo, lo reciba como Su Salvador, lave sus pecados en la Sangre de Cristo y sea bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo, y reciba el Espíritu de Cristo y así nazca de nuevo, y nazca así en la Casa de Dios, la Iglesia de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y algún día (el cual esperamos que sea… que esté bien cercano) se completará el número de la Iglesia de Jesucristo, se completará con seres humanos, y de ahí en adelante lo que vendrá será el reclamo de todo lo que Cristo ha redimido con Su Sangre y la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Ahora podemos ver que mientras estemos todavía nosotros en este cuerpo mortal, corruptible y temporal, somos probados, y tenemos nosotros que en las pruebas mostrar que amamos a Cristo con toda nuestra alma, le servimos por Amor Divino y deseamos siempre trabajar en Su Obra; y entendemos que es un privilegio que El nos da, el que nosotros podamos trabajar en Su Obra, es un privilegio que El nos da a nosotros estando en estos cuerpos mortales; y por eso es que  nuestro trabajo en el Señor no es en vano, El recompensará a cada uno según sea Su Obra. Por eso es que trabajamos con Amor Divino con toda nuestra alma, no trabajamos sintiéndonos obligados, sino sintiéndonos como privilegiados al trabajar en Su Obra.

Y ahora viviendo nosotros en este tiempo final, el cual conforme al calendario gregoriano es el año 2000, le damos gracias a Jesucristo por este privilegio de vivir en este año 2000, haber pasado todos esos años y esas etapas donde hemos sido probados, y continuamos siendo probados, y hemos mostrado que amamos a Cristo y que seguimos adelante no importa los problemas que encontremos en el camino. Y orando también por nuestros familiares y dándole la oportunidad que ellos lean la Palabra, los Mensajes, y oigan la Palabra de Dios para nuestro tiempo para que así también tengan ellos la oportunidad de vida eterna.

Y ahora, hemos llegado nosotros al fin del siglo conforme al calendario gregoriano o al último año del siglo en que nos ha tocado vivir, del siglo XX, para entrar al siglo XXI, y el último año del sexto milenio, para entrar al séptimo Milenio, al año que viene. Esto es según algunas personas y algunas naciones, para otros, pues ya entramos. Pero vean ustedes, ya sea de una forma o de otra, no importa, lo importante es que estamos vivos aquí sirviendo a Cristo nuestro Salvador, el cual es nuestra vida. El es la vida eterna para cada uno de nosotros, y es un privilegio estar en el año 2000 sirviendo a Cristo. Ese es el privilegio más grande que nosotros tenemos: estar en Cristo en este año 2000, y continuaremos en Cristo todos los años venideros, y todos los siglos venideros y todos los milenios venideros, por toda la eternidad.

Ahora, nosotros entendemos que así como hemos sido probados y como la raza humana ha sido probada y es probada para poder entrar a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y los que en la prueba de la Palabra no pasan la prueba de la Palabra creyendo en Cristo como su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo y siendo bautizados en el Nombre de Jesucristo y recibiendo Su Espíritu Santo, pues no entran a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, no reciben el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Y ahora, para entrar a la tierra prometida del cuerpo físico, eterno, inmortal y glorificado, también somos probados en este Día Postrero, en las Aguas de la Palabra. ¿Y qué significa esto? Esto significa que para el Día Postrero habrá un Mensaje señalado en la Escritura como el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino sonando. Esa es la Trompeta final o Gran Voz de Trompeta sonando, revelando el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Y esa revelación es la revelación que nos da la fe para ser transformados en este tiempo final y ser llevados a la Casa de nuestro Padre Celestial a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como para entrar a la tierra prometida del nuevo cuerpo espiritual (el cuerpo teofánico), se requiere creer en el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, para recibir el cuerpo físico, eterno y glorificado, se requiere tener la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Y así es como hemos obtenido la fe para obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y entrar así a la tierra prometida del cuerpo teofánico de la sexta dimensión, necesitamos tener la fe para entrar a la tierra prometida del cuerpo físico, eterno y glorificado.

Y así como hemos sido probados para entrar a la tierra prometida del cuerpo teofánico, hemos sido probados en las Aguas de la Palabra, somos probados en las Aguas de la Palabra para entrar a la tierra prometida del cuerpo físico, eterno y glorificado.

Y ahora somos probados en las Aguas de la Palabra del Evangelio del Reino, como hemos sido probados en las Aguas de la Palabra del Evangelio de la Gracia.

Y ahora, todos los que entrarán a la tierra prometida del nuevo cuerpo, primero tienen que haber entrado a la tierra prometida del cuerpo teofánico, tienen que haber entrado a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo y tienen que haber sido probados en las Aguas de la Palabra del Evangelio de la Gracia, para luego pasar a las Aguas de la Palabra del Evangelio del Reino, ser probados y obtener así la revelación, la fe, para ser transformados y ser raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Podemos ver que fueron probados los hijos de Israel, el pueblo hebreo, para entrar a la tierra prometida literal: la Tierra de Israel. y luego en el segundo éxodo hemos sido probados nosotros, y los que vivieron en las edades pasadas, para entrar a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo y así tener nuestra representación ¿dónde? En la sexta dimensión: nuestro cuerpo teofánico. Y para entrar a la Tierra prometida del cuerpo físico, eterno y glorificado, somo probados en las Aguas de la Palabra del Evangelio del Reino, las Aguas de la Palabra de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino que gira alrededor del Séptimo Sello, gira alrededor del misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Todos los que estarán vivos en el Día Postrero y que serán transformados, habrán visto primero el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, habrán obtenido la fe, la revelación de ese misterio para poder ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Porque Cristo el Angel fuerte que desciende del Cielo, en Apocalipsis, capítulo 10, viene por Su Iglesia, aunque El es el Mensajero a Israel, Cristo el Angel del Pacto, El viene por Su Iglesia primeramente para llamar y juntar a Sus escogidos y prepararlos para ser transformados en este tiempo final. Todo eso es un misterio escondido aquí en la Biblia, pero está en la Biblia, pero es un misterio que ha estado escondido de los ojos de los sabios y de los entendidos en asuntos religiosos, en asuntos teológicos, pero que para este tiempo final, conforme a la Promesa divina será revelado a los hijos e hijas de Dios. El Profeta Daniel quiso entender y le fue dicho que estaba sellado y cerrado hasta el tiempo del fin.

Y ahora nosotros viviendo en el tiempo del fin estamos consientes que esta cosas que el Profeta Daniel vio y escuchó y no entendió, serán reveladas a todos nosotros en este tiempo final. También el profeta y apóstol Juan, el discípulo amado, el cual según la carne era primo hermano de Jesús, pues María y Salomé o Shalomé eran hermanas. Así que Jacobo y Juan eran primos hermanos de Jesús según la carne. Vean, ellos querían uno al lado derecho y el otro al lado izquierdo en el Reino de Jesucristo (sentarse uno a cada lado de Jesús), pero Cristo les dijo que el sentarse a Su derecha y a Su izquierda no era de El darlo, sino  aquellos a quienes estaba ordenado por Dios, y eso estaba ordenado por Dios para los Dos Olivos, para los Ministerios de Moisés y Elías, porque el Hijo del Hombre viene con Sus ángeles, ahí vienen Sus ángeles, son Moisés y Elías.

Y ahora, estos ángeles en la Tierra… en el Cielo, vean ustedes, son los dos ungidos que están delante de la Presencia de Dios.

Y ahora, la representación de los Dos Olivos en medio de la Iglesia de Jesucristo, la representación en el Cielo son los arcángeles Gabriel y Miguel, por eso los arcángeles Gabriel y Miguel estarán presentes en esta Tierra; por eso es que el arcángel Gabriel dice que para este tiempo final se levantará ¿quién? Miguel.

Y ahora vean ustedes, el arcángel Miguel se levantará en este tiempo final, el cual está de parte de los hijos de Israel. Capítulo 12, del Libro profeta Daniel, verso 1 en adelante; por lo tanto los arcángeles Gabriel y Miguel estarán presentes en esta Tierra manifestándose primeramente en medio de la Iglesia de Jesucristo y también en medio del pueblo hebreo.

Ahora vean ustedes que los arcángeles de Dios con sus ejércitos estarán presentes en este tiempo final para este cambio dispensacional, este entrelace dispensacional, y este cambio de reino, de gobierno que habrá en este planeta Tierra. Porque el reino o los reinos de este mundo vendrán a ser de nuestro Señor y de Su Ungido, de Su Cristo. O sea, que habrá un cambio de reino, el reino de los gentiles será quitado y será establecido el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo, y ese es el Reino de Dios viniendo a la Tierra.

El reino de los gentiles se encuentra en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, y durante la gran tribulación el reino de los gentiles va a ser quitado, y cuando termine la gran tribulación, los juicios divinos habrán caído sobre el reino de los gentiles y será quitado el reino de los gentiles. La bestia, el anticristo será quitado también, porque el anticristo es el que durante la gran tribulación estará gobernando sobre el reino de los gentiles. Todo eso será quitado y el glorioso Reino Milenial de Cristo será establecido. Y nosotros regresaremos con Cristo de la Cena de las Bodas del Cordero del Cielo, regresaremos con Cristo para el glorioso Reino Milenial y reinaremos como reyes y sacerdotes en ese glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.

Por lo tanto, la parte grande terrenal nuestra no está aquí en la Tierra en este tiempo, está en el glorioso Reino Milenial de Jesucristo y luego por toda la eternidad. Ahí es donde nosotros tenemos nuestra parte importante en este planeta Tierra y en el universo completo, es ahí donde la posición que ocuparemos será la posición más alta que una persona puede ocupar en ese Reino Milenial de Cristo, en ese Reino de Dios establecido en la Tierra y gobernado por Jesucristo nuestro Salvador, y con El Su Iglesia, la Reina, Su Reina gobernando con Jesucristo el Rey de reyes y Señor de señores.

Ahora en ese Reino es que nosotros tenemos la parte más importante de nuestra vida. Ahí es donde tenemos nosotros la parte en donde estaremos manifestados plenamente como hijos e hijas de Dios ocupando nuestra posición en el Reino de Dios que estará establecido en la Tierra; y ahí es donde cada uno de ustedes serán personas muy importantes: Reyes y Sacerdotes, descendientes del Rey de reyes Jesucristo y del Sumo Sacerdote, Jesucristo, Melquisedec. Por eso es que somos Reyes y por eso es que somos Sacerdotes y por eso es que somos Jueces; porque somos descendientes del Rey de reyes y Señor de señores, y del Sumo Sacerdote Jesucristo, Melquisedec, y el Juez de toda la Tierra; Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora podemos ver porqué es que en el Reino Milenial de Cristo seremos personas muy importantes, pero persona sencillas, y con cuerpos eternos y jovencitos para toda la eternidad: de 18 a 21 años de edad para el milenio y para toda la eternidad, o sea, que estaremos siempre en la flor de la juventud. Saber estas cosas y tenerlas ahí en nuestro corazón hechas una realidad ahí, es una bendición muy grande para cada uno de nosotros.

Y ahora, descubrimos que la vida no es solamente vivir en este cuerpo de carne; la vida es realmente la Vida eterna que Cristo nos da. Si la vida fuese solamente el vivir en este cuerpo mortal y después no hay nada más, seríamos las personas más miserables, más pobres y sin esperanza. La vida entonces tendría muy poco valor, y la Obra de Cristo, la Obra de Dios, sería algo pasajero, y el Sacrificio de Cristo, algo tan grande, no tendría ningún valor.

Pero vean ustedes, la vida es Cristo para todos nosotros, y El es el que nos da Vida eterna a todos nosotros. Somos probados en las Aguas de la Palabra para que así seamos vivificados allá en nuestra alma, esa simiente, esa semilla sea vivificada, esa alma sea vivificada, traída a Vida eterna por Cristo nuestro Salvador. Por eso cuando somos probados al escuchar Su Palabra lo que decimos es: “Yo lo creo con toda mi alma, yo creo Su Palabra con todo mi corazón, con toda mi alma. ” Y a medida que El va abriéndonos Su Palabra la vamos creyendo, El nos va abriendo el entendimiento, y vamos así creciendo espiritualmente en el conocimiento de El, de Dios, de Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora podemos ver este misterio de la prueba en la Aguas de la Palabra. Hay un propósito divino por lo cual somos nosotros probados, para obtener de parte de Dios Vida eterna. Por la fe en Cristo obtenemos Vida eterna, no por obras sino por la fe en Cristo, y obtenemos el nuevo nacimiento y obtenemos el cuerpo teofánico, y para este tiempo final obtendremos en adición el cuerpo físico, eterno, inmortal y glorificado.

“PROBADOS EN LAS AGUAS DE LA PALABRA.”

Vean, Apocalipsis 22, verso 6, Apocalipsis, 22, verso…Vamos a ver, primero Apocalipsis 21, verso 6 y 7, dice:

“Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

Cristo en Su ministerio terrenal ofreció Agua de Vida eterna, a la mujer samaritana le dijo que el Agua que él daba era una fuente que salta para vida eterna. En el capítulo 4 de San Juan, verso 14, da testimonio Cristo de esta Agua que El ofrece:

“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

¿Y de qué está hablando aquí? Del Espíritu Santo que El les dará a los creyentes en El. Y en el capítulo 7, verso 37 de San Juan… y verso 37 al 39, nuevamente Cristo habla del Agua que El dará y dice:

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Pero vean, aunque todavía no estaba a la disposición de todos y de recibir el Agua que Cristo les daría, El les está haciendo la invitación, porque todos los que vendrían a El recibirían el Agua de Vida eterna, el Espíritu Santo.

Y ahora al recibir el Agua de Vida eterna, el Espíritu Santo, reciben el nuevo nacimiento y por consiguiente reciben el cuerpo teofánico de la sexta dimensión. Y ahora en Apocalipsis, en el  capítulo 21 y el capítulo 22 nos vuelve Cristo hablar del Agua que El nos dará; y el Agua que El no da en adición del bautismo del Espíritu Santo que produce así el nuevo nacimiento y nos da el cuerpo teofánico, para el Día Postrero en adición nos dará el Agua del nuevo cuerpo eterno, inmortal y glorificado.

Y ahora, el que tenga sed de tener el cuerpo eterno, inmortal y glorificado, tendrá en el Día Postrero la oportunidad de obtener esa bendición si permanece vivo hasta que los muertos en Cristo resuciten, pues cuando los muertos en Cristo resuciten nosotros los que vivimos seremos transformados, porque ya se habrá completado el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, y ya Cristo habrá terminado Su Obra de Intercesión en el Cielo y habrá salido del Trono de Intercesión, y habrá reclamado todo lo que El ha redimido con Su sangre; y por consiguiente restaurará a la Vida eterna todo lo que El ha redimido con Su sangre preciosa. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

Y aquí encontramos en el último capítulo del Libro del Apocalipsis y último capítulo de la biblia, la oportunidad que Dios nos da en este tiempo final para tomar del Agua de la Vida gratuitamente.

Y ahora, primero tomamos del Agua de la Vida al creer en Cristo como nuestro Salvador y recibirlo como nuestro Salvador y lavar nuestros pecados en Su Sangre y ser bautizados en Su nombre y recibir el Espíritu Santo. Al recibir el Espíritu Santo estamos tomando el Agua de la Vida eterna: el Espíritu Santo, y obtenemos Vida eterna, y obtenemos así un cuerpo eterno de la sexta dimensión, un cuerpo angelical; pero necesitamos también obtener un cuerpo físico para vivir eternamente en un cuerpo físico, eterno, inmortal e incorruptible y glorificado, y ese cuerpo lo recibiremos en este tiempo final, y al recibirlo estaremos así tomándonos el Agua de la Vida eterna física, el cuerpo físico, inmortal e incorruptible; y eso también es entrar a la tierra prometida del nuevo cuerpo en el Día Postrero.

Todavía ninguno ha sido adoptado, todavía ninguno ha sido transformado, pero vamos a ser transformados en este tiempo final, yo lo creo con toda mi alma, y sé que quizás miles, y cuando digo miles puede ser un número de miles que puede llegar a un millón y hasta pasar de un millón, no sé cuanto será el número, y ojalá que sea grande el número que llegarán a la transformación, llegarán a la Adopción estando vivos en este tiempo final.

Y yo deseo que venga pronto esa adopción, tanto para mí como para ustedes también, porque con estos cuerpos que tenemos no podemos vivir demasiado, de muchos años, porque son mortales, corruptibles y temporales, y ya cuando tienen unos cuantos años, entonces el tiempo es menos el que nos queda aquí, y aún cuerpos jóvenes también se van antes de los cuerpos que ya tienen muchos años. Por lo tanto, nadie sabe cuántos años le va a durar su cuerpo, nadie sabe cuántos años le va a durar su cuerpo físico, mortal, corruptible y temporal pero sí nosotros sabemos cuánto nos va a durar el nuevo cuerpo: nos va a durar por toda la eternidad. Por lo tanto ese es el que nosotros necesitamos, y yo digo que yo lo necesito muy pronto, y mientras más pronto llegue mucho mejor para mí.

Así que continuemos hacia adelante siendo probados en las Aguas de la Palabra, sabiendo que hay un propósito al ser probados, y en cada una de esas pruebas con toda nuestra alma decimos: “Yo creo lo que Dios dice en Su Palabra. Yo creo la Palabra de nuestro Señor Jesucristo el cual es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Y cuando creemos Su Palabra, pues estamos creyendo lo que El ha hablado por medio de Sus profetas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Y nosotros creemos todo lo que dice el Angel del Señor Jesucristo enviado por nuestro amado Señor Jesucristo, y así nosotros nos mantenemos caminando hacia la tierra prometida del nuevo cuerpo creyendo en todo lo que Jesucristo nos dice a nosotros en este tiempo final.

“PROBADOS EN LAS AGUAS DE LA PALABRA.”

Para esta tarde tendremos: “EL MISTERIO DEL BAUTISMO EN AGUA EN EL NOMBRE ETERNO DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Y ahí veremos el porqué desde los días de Juan el Bautista, Jesús y los apóstoles, han estado siendo bautizados los creyentes, tanto en Juan el Bautista o en el Mensaje de Juan, y en Jesús y en el Mensaje que predicaron los apóstoles. Y así ha sido de edad en edad hasta que entre hasta el último de los escogidos de Dios al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Así que en la tarde estaremos viendo este misterio del bautismo en agua en el Nombre eterno del Señor Jesucristo.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto todos los muertos en Cristo sean resucitados y nosotros seamos transformados, y así seamos todos adoptados y luego llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y ya nos veremos en la próxima actividad a las 3:00 de la tarde Dios mediante.

Esperamos que ya para las 3:00 no esté tan frío, hacía tiempo no hacía frío así por el día, pero vean ustedes, Dios nos permite experimentar también lo que es el frío y esperamos ya en la tarde esté un poquito más caliente. Le damos gracias a Dios por todo este día, pues está muy bonito, aunque un poquito frío, pero está muy hermoso, muy bonito, y esto solamente lo podemos experimentar en estas temporadas así de diciembre, enero y febrero, y quizás hasta marzo por ahí un poquito, así que disfrutemos estos días también dándole gracias siempre a Jesucristo nuestro Salvador.

Bueno, con nosotros nuevamente dejo a nuestro hermano Félix Caro para continuar y finalizar esta primera parte de las actividades de este día.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos y les acompañe y les fortalezca en estos días, y en esta última etapa del Programa Divino. Y les informaremos durante estos días cuándo se llevarán a cabo bautismos para los que no han sido bautizados todavía en el Nombre del Señor Jesucristo puedan ser bautizados; los que ya fueron bautizados, pues ya fueron bautizados, pero los nuevos entonces podrán ser bautizados.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“PROBADOS EN LAS AGUAS DE LA PALABRA”.

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