Damas Valientes del Hijo de David

Muy buenas noches “Damas Valientes del Hijo de David,” y también los caballeros que se encuentran presentes, y también los niños. Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto sean sobre todos ustedes y les use grandemente en Su Obra en este Día Postrero. Quiero leer una Escritura, donde nos habla de damas valientes que trabajaron con Cristo, que le ayudaron a El en Su labor. En el capítulo 8 de San Lucas, verso 1 en adelante, dice:

“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del Reino de Dios, y los doce con él,

y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,

Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo una parábola.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“DAMAS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID.”

Encontramos que en el tiempo de Moisés hubo damas valientes, como la hermana de Moisés, la cual fue valiente como también la madre de Moisés había sido valiente: guardando de niño a Moisés, y no atendieron la orden del faraón.

Y vean a través del ministerio de Moisés encontramos que hubo damas mujeres valientes que trabajaron en la Obra que Dios le dio para llevar a cabo al Profeta Moisés. Luego las encontramos a estas mujeres valientes cantando con Miriam la hermana de Moisés. Miriam era mayor que Moisés, y Moisés tenía 80 años cuando sacó el pueblo hebreo de Egipto. Así que Miriam la hermana de Moisés tenia ochenta y algo de años, y también Aarón; o sea, que eran mayores que Moisés.

Ahora, una anciana de ochenta y algo de años, vean ustedes, frente al grupo de damas, cantando las maravillas de Dios cuando Dios abrió el mar rojo y pasó el pueblo hebreo en seco. Luego también encontramos con el rey David damas valientes trabajando en la Obra de Dios para el establecimiento del rey David en el trono en el cual Dios le dijo que se sentaría, y que ese sería un Trono para siempre; ese es el Trono donde se sentará Cristo, el Hijo de David.

Y ahora, Cristo en Su Primera Venida lo encontramos trabajando en la Obra de Dios. El dijo: “En los negocios de mi Padre me conviene estar.” Y encontramos damas valientes también trabajando con El en la Obra de Dios. Vean ustedes, le servían de sus bienes, o sea, colaboraban económicamente en la Obra que Jesús estaba llevando a cabo. Y encontramos que muchas de ellas iban en recorridos por los cuales Jesús iba por diferentes lugares, pero iban trabajando en la Obra de Dios.

Encontramos a María en algunas ocasiones, vean ustedes, allí como la líder del grupo de las damas, trabajando en la Obra de Dios. Las encontramos también en Jerusalén y ellas eran de Galilea; y encontramos un grupo de damas que habían seguido a Jesús desde Galilea, o sea, que lo habían seguido desde Galilea por todo ese recorrido en esas actividades hasta llegar a Jerusalén.

Y fue un momento muy duro para esas damas cuando Cristo fue tomado preso, juzgado, condenado y crucificado. Pero vean ustedes, ellas compraron especies aromáticas para la sepultura de Jesús; porque embalsamaban, le colocaban esas especies aromáticas a las personas que morían; y compraron todo eso

para el primer día de la semana que era domingo, ir a la tumba de Jesús y colocar todas esas especies en el cuerpo de Jesús y luego colocarle la sábana que le colocaban, los envolvían en sábanas, y así… ¿Recuerdan cómo las momias? Así pues los colocaban.

Por eso es que cuando Jesús resucitó a Lázaro, Lázaro salió todo amarrado de pies y de manos, ¿Por qué? Porque los envolvían así en esa forma; como también en Egipto los preparaban así, los embalsamaban; y ahora iban a hacer eso mismo con Jesús. Pero miren ustedes: ya José de Arimatea y Nicodemo habían comprado también especies aromáticas y lo habían hecho también, y lo habían envuelto en sábanas, en una sábana, y lo habían colocado en la tumba nueva de José de Arimatea, una tumba prestada; era de José de Arimatea y se la prestó a Jesús; pero se la devolvió con todo y sábana.

Y ahora, ¿las primeras que vieron a Jesús quiénes fueron? Damas valientes que servían a Jesucristo nuestro Salvador. Fueron madrugadoras también. ¿Y saben ustedes que casi siempre las damas son mas madrugadoras que los hombres? Porque vean ustedes, son siempre las que preparan el café en la mañana, preparan el desayuno y tienen que madrugar casi siempre más que los hombres, y casi siempre son las últimas que se acuestan en la casa, porque después que come el esposo y los niños tienen que arreglar la cocina, y se tienen que acostar tarde también la mayor parte de las ocasiones.

O sea, que las damas están trabajando siempre mientras están despiertas.

Ahora, lo más glorioso es ver damas trabajando en la Obra de Cristo.

Miren, estas damas estaban con Cristo, trabajando en la Obra de Cristo en Su ministerio terrenal, y le servían allí en Galilea; la mayor parte de ellas quizás eran familias, de la familia, o sea, de la familia de María; porque si ustedes leen encontrarán que el discípulo amado de Jesús: Juan el apóstol era ese hermano —Es porque está vivo,— ese hermano de Jacobo o Santiago, y Jacobo y Juan son hijos de Salomé hermana de María; o sea, que Jesús tenía dos primos hermanos: Juan y Jacobo. Y vean, ellos querían estar a la derecha y a la izquierda, y la tía de Jesús viene donde Jesús para que El en Su Reino… porque ellas creían (y los muchachos también) en ese glorioso Reino que anunciaba nuestro Señor Jesucristo, y ellos sabían que Jesús era el Mesías, el Rey Heredero al Trono de David; y ellas eran descendientes del rey David, o sea, María y Salomé. Por lo tanto Juan y Jacobo son descendientes también del rey David, o sea, que son de la realeza descendientes del rey David. Y Jesús también.

O sea, que la familia de la realeza del rey David, pues están preparándose para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra bajo el Trono de David, gobernado ese Reino desde el Trono de David, con el Heredero del Trono de David, que es Cristo, el Mesías. Así que ya estaban consientes de quién es Jesús, y estaban trabajando para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, para gobernar el Mesías sobre el Trono de David. De seguro la virgen María le había contado; así como le contó a Elizabeth, le había contado a su hermana Salomé y a las otras mujeres la visita del arcángel Gabriel y lo que le había dicho el arcángel Gabriel.

Por lo tanto ellas pensaban que el Reino de Dios sería establecido en esos días en la Tierra, y que Jesús se sentaría en el Trono de David en esos días; pues el arcángel Gabriel le había dicho que El ser que nacería en el vientre de María sería llamado Hijo de Dios, Hijo del Altísimo, y Dios le daría el Trono de David Su Padre, y reinaría sobre el pueblo hebreo.

Y ellos esperaban que el cumplimiento de esa promesa de Jesús, el Mesías sentarse sobre el Trono de David se cumpliera en ese tiempo. Pero vean ustedes, Cristo predicó el Reino de Dios, pero el pueblo hebreo cuando rechazó a Jesús rechazó su Rey, y por consiguiente rechazó el Reino de Dios. Y entonces hubo una brecha la cual se abrió para Dios extender Su Misericordia a los gentiles. En esa brecha ya llevamos cerca de dos mil años, desde la crucifixión de Cristo hasta este tiempo.

O sea, conforme al calendario gregoriano pues llevamos unos —diríamos— unos dos mil años menos 33, ¿qué son cuánto? 72 años mal contados; decimos mal contados porque si le añadimos los años de atraso que tiene el calendario, pues ya nos daría otro número.

Así que vean ustedes: una brecha de cerca de dos mil años ya tenemos, y no sabemos cuánto tiempo nos queda, no sabemos si este año o el próximo, o de aquí a algunos años más; pero algún día se cerrará esa brecha y Dios volverá a tratar con el pueblo hebreo. De un momento a otro entrará hasta el último de los escogidos de Dios al Cuerpo Místico de Cristo.

Ahora, en todas las labores de la Obra de Cristo entre los gentiles, pues hemos visto también damas valientes.

Miren ustedes, en el tiempo también de los apóstoles hubo Damas valientes trabajando en la Obra de Cristo con los apóstoles. Hubo damas valientes el día de pentecostés, la cuales habían estado diez días allí con los demás apóstoles orando y esperando el cumplimiento de la promesa de Jesucristo, el cumplimiento de la Venida del Espíritu Santo; entre las cuales estaban María (la virgen María), estaba Salomé la hermana de María, estaba María Magdalena y todas esas otras mujeres, las cuales no regresaron a Galilea, sino que se quedaron allí esperando la Venida del Espíritu Santo.

Y ahora, estas mujeres muy trabajadoras en la Obra de Cristo recibieron grandes bendiciones de Dios. Miren ¿quién fue la primera persona que vio a Cristo resucitado de entre los creyentes en Cristo? Pues fue una mujer. Y después las otras personas que lo vieron fueron también mujeres; esto es exceptuando a los soldados los cuales se espantaron cuando los ángeles aparecieron, o sea, que los soldados quizás no vieron a Jesús, sino que vieron al ángel o a los ángeles cuando vinieron por Jesús y cuando removieron la piedra; y cuando buscaron a Jesús en la cueva ya no estaba. O sea, que cuando buscaron a Jesús fue cuando despertaron del sueño que les causó el susto al ver a los ángeles.

¿Quiénes serían estos ángeles? Algún día hemos de saber quiénes eran esos ángeles, si eran seres angelicales o eran profetas. Si eran profetas podrían ser Moisés y Elías; y ahora…. porque esos fueron los que aparecieron en el monte de la transfiguración con Jesús, o sea, que estaban acompañando a Jesús, y estaban hablándole a Jesús de Su partida a Jerusalén allí en el monte de la transfiguración.

Así que vean ustedes: podían ser profetas, espíritus de profetas estos ángeles o podían ser ángeles que no eran profetas; pero algún día hemos de saber quiénes eran, los vamos a conocer personalmente, ya sea antes o después que tengamos el nuevo cuerpo.

Encontramos que ellos le dieron la noticia a María Magdalena de lo que había sucedido, y le dijeron que fuera a darle la noticia a los discípulos; y luego Jesús se le apareció a María Magdalena también, y le dijo que fuera a Pedro para darle la noticia.

Y ahora, vean ustedes cómo siguieron trabajando estas mujeres valientes; vean, no le tuvieron miedo al ejército romano, no tuvieron miedo cuando vieron que su líder fue tomado preso, juzgado y condenado y crucificado, ellas siguieron hacia adelante trabajando en la Obra de Cristo; y fueron bienaventuradas al recibir las buenas nuevas de que Cristo había resucitado. O sea, que fueron mujeres valientes las que recibieron la buena nueva, la buena noticia de la resurrección de Cristo. ¿Dónde estaban los apóstoles? No sabemos si estaban durmiendo. Pero aquellas mujeres estaban despiertas trabajando en la Obra de Cristo. Vean, estaban preparando todo para ir a ungir a Jesús; o sea, colocar especies en Su cuerpo y que así quedara su cuerpo cubierto con esas especies y envuelto así en la sábana o sábanas, o lienzos, como lo acostumbraban ellos con los difuntos.

Ahora, podemos ver que la noticia de la resurrección de Cristo primero la dieron esos dos angeles y después… y también Jesús cuando le apareció a María Magdalena, y luego María Magdalena fue la primera que dio a conocer que Jesús había resucitado; y luego las otras mujeres también, porque María Magdalena fue enviada para dar a conocer esa noticia, llevó esa noticia, y las demás fueron a los demás apóstoles también para dar esa noticia.

Pero miren ustedes: los apóstoles no creían que eso era cierto, pensaban que era una locura lo que ellas estaban diciendo, pero Jesús apareció a los apóstoles que estaban reunidos allí, y ellos se dieron cuenta que esas mujeres estaban diciendo la verdad, ellas estaban llevando un mensaje verdadero, el mensaje de la resurrección de Cristo. Y esas mujeres siguieron trabajando en la Obra de Cristo, y cuando nos encontremos con ellas en la resurrección de ellas, estarán con nosotros nuevamente jovencitas y de seguro van a estar trabajando también en la Obra de Cristo.

Y damas valientes de este tiempo estarán también trabajando en la Obra de Cristo, y estarán siendo bendecidas por Cristo en este tiempo final.

Ahora, podemos ver que hay damas valientes que están haciendo historia en el Programa Divino en este tiempo final, como hicieron historia estas damas valientes del tiempo de Jesús. ¿Ven ustedes cómo en la Biblia hay damas valientes? Estas son damas que trabajaron en la Obra de Dios en el Antiguo Testamento y también en los días de Jesús. Y de edad en edad han habido damas valientes que han trabajado en la Obra de Cristo.

¿Y en este tiempo final dónde están las damas valientes aquí en Puerto Rico que trabajan en la Obra de Cristo? Pues aquí están ustedes: valientes trabajando en la Obra de Cristo.

Que Dios siga añadiendo más damas valientes con ustedes para trabajar en la Obra de Cristo aquí en Puerto Rico. Y que también tenga jóvenes valientes, niños valientes, y adultos valientes y hombres valientes trabajando en la Obra de Cristo. Y que Cristo recompense a cada uno según sea Su Obra, porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Y trabajar en la Obra de Cristo es un privilegio que la persona tiene después que recibe la Salvación. Es un privilegio muy grande.

Ahora, en este tiempo final hay mucho trabajo en la Obra de Jesucristo. Y nosotros todos decimos: “En los negocios de nuestro amado Señor Jesucristo nos conviene estar.” ¿Y cómo? Trabajando en Su Obra.

Damas valientes del Hijo de David adelante trabajando en la Obra de Jesucristo, el Hijo de David, porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano. Después que ya todos estemos transformados cualquiera podrá decir: “Ahora es que yo quiero trabajar.” Pues mire: tuvo una buena oportunidad antes de ser transformada cada dama. Y ahora, las que aprovechan esa oportunidad han aprovechado el privilegio que Cristo les ha dado de trabajar en Su Obra, y quedan en la historia bíblica de este Día Postrero como damas valientes; como aquí el grupo de damas encabezada por la virgen María, y Salomé la hermana de María, y todas estas otras damas que trabajaron en la Obra de Cristo en los días de Su ministerio y después continuaron trabajando en la Obra de Cristo.

En este tiempo final si todas las damas comprendieran esto, estarían todas trabajando en la Obra de Cristo al máximo, y si los niños se dan cuenta de esto se les pueden pasar a las damas y a los adultos también; y si los adultos, los caballeros se dan cuenta, entonces tendremos caballeros trabajando en la Obra de Cristo trabajando en toda Su plenitud, y también jóvenes trabajando en la Obra de Cristo en toda Su plenitud, como los hubo en los tiempos de los profetas del Antiguo Testamento, y como los hubo en los días de Jesús y en los días de los apóstoles y en los días de los siete ángeles mensajeros.

Para nuestro tiempo habrá un grupo de personas trabajando en los negocios de Cristo, y unos estarán llevando fruto a 30 por uno, otros a 60 por uno y otros a ciento por uno. Y todos aqueremos ser de esos que llevan fruto a ciento por uno. Y tenemos esa oportunidad de llevar fruto al ciento por uno trabajando en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, con el conocimiento ya que tenemos de todo lo que ha sido la obra de Cristo en edades pasadas y en dispensaciones pasadas, nosotros tenemos más ventajas que todos los que vivieron en las edades pasadas, y más facilidad. ¿Quién en los tiempos pasados podía grabar un Mensaje, o sea, un Mensaje que predicara Moisés o Elías, o Abraham o Jacob, o Isaac o que predicara Adán, o que predicara en el Nuevo Testamento Jesús o los apóstoles? ¿Quién podía obtener ese Mensaje y decir: “Aquí tenemos ya lo que predicó en tal día, ¿lo quieren oír o lo quieren leer?”

Pero miren: en esos tiempos nos tenían grabadoras ni tampoco tenían imprentas para sacar rápidamente los Mensajes que ellos predicaban en aquellos tiempos, y por eso es que no podemos escuchar una grabación ni ver un video ni de Adán ni de Jacob, ni de Isaac ni tampoco de Noé, ni de Moisés ni tampoco del profeta Elías, ni tampoco de Juan el Bautista, o de Jesús o de los apóstoles o de los seis ángeles mensajeros anteriores al Rvdo. William Branham. Ya en el tiempo de nuestro hermano Branham ya las grabadoras aparecieron, y podemos escuchar algún Mensaje de nuestro hermano Branham o leer algún Mensaje, y algunas —digamos— 3 películas o 2 películas del hermano Branham.

Pero ahora en nuestro tiempo tenemos grabadoras, tenemos imprentas, y tenemos máquinas de video para ver, escuchar o leer los Mensajes que Dios nos da en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular. O sea, que nosotros somos los más ventajas que tenemos tanto para recibir la Palabra, y para leerla y para escucharla muchas veces, y también para llevarla a otras personas. Y tenemos las facilidades económicas también más de las facilidades económicas que tuvieron en cada edad y en cada dispensación del pasado.

O sea, que nosotros tenemos todas las ventajas y todas las facilidades que se pueden tener para hacer un buen trabajo en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo. Y poniéndonos en las manos del Señor Jesucristo seremos instrumentos de Cristo- en la Obra de Jesucristo de este Día Postrero se llevará a cabo completamente ¿por qué? Porque hay valientes, damas valientes del Hijo de David colocadas en las manos de Cristo. Y también hay jóvenes valientes y niños valientes y caballeros valientes trabajando en la Obra de Cristo.

Así que la Obra de este Día Postrero será la corona de la Obra de Cristo en Su Iglesia de etapa en etapa. La Obra que corona toda la Obra de Cristo en Su Iglesia, es la Obra que El lleva a cabo en este tiempo final. Sin nosotros los de las etapas pasadas no pueden ser perfeccionados; por eso es que sin nosotros, sin completarse el número de los escogidos de nuestro tiempo, ellos no pueden ser perfeccionados, ellos no pueden resucitar y ser perfectos en cuerpos eternos; tienen que esperar por nosotros, que se complete el número nuestro de este tiempo final. Y se completa ese número bajo la Obra que Cristo lleva a cabo usando a los que se colocan en las manos de Cristo en este tiempo final.

Así que adelante trabajando en la Obra de Cristo en este tiempo final Damas Valientes del Hijo de David.

Que Dios les bendiga y les guarde y les use grandemente en Su Obra. Dejo nuevamente a nuestro hermano Oscar Cardona para continuar y así él le pasará a la persona que él tenga que pasarle luego.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“DAMAS VALIENTES DEL HIJO DE DAVID.”

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