Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Leemos en San Juan, capítulo 3, versos 13 en adelante o 12 en adelante, donde dice:
“Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “EL NUEVO TESTAMENTO: LA HISTORIA DE AMOR.”
El Nuevo Testamento es la historia de Amor Divino, es la historia del Amor Divino hacia Sus hijos manifestado para salvación y vida eterna, por eso dice que ‘de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.’
Esta historia de Amor Divino fue reflejada en y con el pueblo hebreo. Por eso es que Dios le expresa en el Antiguo Testamento al pueblo hebreo Su Amor, pues allí se estaba reflejando el Amor Divino que sería manifestado a los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Así como vemos el Antiguo Testamento y observamos que gira alrededor del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y Su Amor expresado a la descendencia de Abraham, y por consiguiente a la descendencia de Adán (a Adán y a su descendencia); podemos ver en esa manifestación del Amor de Dios en el Antiguo Testamento bajo el Pacto antiguo, podemos ver todo lo que en el Nuevo Testamento se manifestaría en toda Su plenitud.
Y ahora, bajo el Nuevo Pacto, en el Nuevo Testamento, podemos ver el Amor de Dios expresado a través de Jesucristo para darnos vida eterna, para que así nazcan en el Israel Celestial los hijos e hijas de Dios. Todo esto es la manifestación del Amor Divino en el Nuevo Testamento. Por eso el Nuevo Testamento es una historia o la verdadera historia del Amor Divino bajo el Nuevo Pacto.
Por consiguiente todas las personas que están bajo en Nuevo Pacto, están bajo la manifestación del Amor Divino expresado hacia cada uno de ustedes y hacia mí; y por consiguiente estamos viviendo una historia de Amor, estamos viviendo la historia del Amor Divino en el Nuevo Testamento bajo el Nuevo Pacto. Y en la historia del Amor Divino, vean ustedes, no es por obras, sino que es por la fe en Cristo. Por la fe en Cristo es que obtenemos nosotros las bendiciones de Dios. Y ahora por la fe en Cristo es que el Amor Divino se expresa hacia cada uno de nosotros.
Su Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario fue la expresión del Amor Divino hacia todos nosotros; por eso es que el Nuevo Testamento gira alrededor de Jesucristo y Su Iglesia, Su Iglesia en donde nacen los hijos e hijas de Dios y vienen a ser el Israel Celestial. Por eso es que encontramos esa relación con el pueblo hebreo, porque en el pueblo hebreo se reflejó lo que Dios llevaría a cabo en Su Iglesia, o sea, que el tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, como pueblo, es el pueblo hebreo.
Y ahora, podemos ver que es el mismo Dios del pueblo hebreo, el mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo, el mismo Dios que se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo y llevó a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y luego que murió, resucitó y ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios, se sentó a la Diestra de Dios; y el día de pentecostés vino en Espíritu Santo sobre 120 personas y allí comenzó, allí nació, el Israel Celestial, y se estaba multiplicando el Israel Celestial.
El primer Mensaje que predicó San Pedro, encontramos que fueron miles de personas las que recibieron la Palabra y fueron bautizados y fueron llenos del Espíritu de Dios; y así encontramos… ahí fueron tres mil personas, y luego en otra ocasión fueron unas cuatro mil personas; y así fue creciendo el número de la Iglesia de Jesucristo, porque Dios continuaba añadiendo a Su Iglesia los que serían salvos, o sea, cinco mil personas fue en la segunda ocasión, y esto es sin contar a los niños y las mujeres.
Y ahora, en dos Mensajes de San Pedro, vean ustedes, se multiplica la Iglesia del Señor Jesucristo.
Podemos ver que todo lo que está ocurriendo en el Nuevo Testamento bajo un Nuevo Pacto es la manifestación del Amor Divino hacia Su Iglesia, hacia todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por lo tanto lo que se ha estado viviendo en el Nuevo Testamento es la historia del Amor Divino, es una historia de amor, pero de Amor Divino, Amor Agape de Dios hacia nosotros. Y Cristo y Su Iglesia han estado multiplicándose como el esposo y la esposa se multiplican al tener hijos y así la familia va creciendo.
Y ahora vean ustedes cómo la Familia de Dios, que son los miembros de la Iglesia de Jesucristo, han ido creciendo, ha ido creciendo esa Familia; en el tiempo de los apóstoles creció, luego en el tiempo de la primera edad siguió creciendo, más hijos fueron naciendo.
Vean que para cada etapa Dios ha tenido un Mensajero: tuvo el tiempo de los apóstoles donde San Pedro era el líder allí, que tenía las llaves del Reino de los Cielos y abrió la puerta a los hebreos y después a los gentiles también para entrar al Reino de Dios, para venir a formar parte de la Iglesia de Jesucristo los creyentes en Jesucristo.
Y luego entre los gentiles, el primer ángel mensajero de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles fue San Pablo, y ahí creció más la Familia de Dios con gentiles y hebreos que creyeron en Jesucristo como Su Salvador; luego en la segunda edad que se cumplió en Francia creció más la Familia de Dios, y así fue creciendo la Familia de Dios de etapa en etapa, de edad en edad.
Luego encontramos que en cada edad, la Simiente de Dios, la Palabra Simiente de Dios, ha venido al Mensajero de cada edad, y por medio del Mensajero ha sido sembrada esa semilla de la Palabra y ha brotado en los corazones de los que han escuchado la Palabra, y han nacido en el Reino de Dios de edad en edad miles o millones de personas.
Tuvimos la primera edad entre los gentiles donde San Pablo fue el mensajero; la segunda edad donde Ireneo fue el mensajero allá en Francia; la tercera edad donde Martín fue el mensajero allá en Hungría, y también cubrió Francia, luego ahí hubo un entrelace de Francia con Hungría; luego la tercera edad con Martín (esa fue la tercera edad); luego la cuarta edad con Colombo allá en Irlanda y Escocia, y ahí creció más la Familia de Dios; luego en Alemania con Lutero, y ahí creció más la Familia de Dios; luego Inglaterra con Wesley, y ahí creció más la Familia de Dios; luego en Norteamérica con el Rvdo. William Branham, y ahí creció más la Familia de Dios.
Y ahora, los últimos que nacen en el Reino de Dios, encontramos que les toca el territorio Latinoamericano y Caribeño, donde se cumple la Edad de la Piedra Angular, en donde Dios llama y junta a Sus escogidos del Día Postrero, y en donde completará su crecimiento la Iglesia del Señor Jesucristo.
Esto es un misterio del Reino de Dios, del Reino de los Cielos, de la Iglesia de Jesucristo, es un misterio escondido en el Amor Divino; y en esa manifestación del Amor Divino en y con Su Iglesia es cumplido este misterio del Día Postrero con los latinoamericanos y caribeños; y luego se tornará Cristo al pueblo hebreo donde tiene 144 mil hebreos, 12 mil de cada tribu, a los cuales le expresará Su Amor, Su Amor Divino.
Y ahora, en esta manifestación de la historia del Amor Divino para con Su Iglesia a través de Jesucristo nuestro Salvador, el cual ha estado manifestándose en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, y lo hemos visto en Sus manifestaciones diferentes en cada edad, Cristo dijo que el mundo no lo vería más, pero que nosotros sí lo veríamos.
Y ahora lo hemos estado viendo a través de la historia bíblica manifestado de edad en edad en cada ángel mensajero, lo hemos estado viendo manifestado en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, usando a cada ángel mensajero, y llamando y juntando a Sus escogidos y produciendo el nuevo nacimiento en cada uno de los creyentes en El. Y todo esto es la historia del Amor Divino, de Cristo y Su Iglesia envueltos en ese Amor Divino, el cual es Amor ágape, no es amor humano, sino Amor Celestial, Amor de Dios.
Y ahora, a nosotros nos ha tocado la mejor parte en el Programa Divino, nos ha tocado la parte final, pero esa es la mejor parte, esa es la parte donde están las grandes bendiciones prometidas para este tiempo final.
Y en este tiempo final la humanidad busca la Palabra de Dios en diferentes naciones y diferentes continentes; pero Dios dijo por medio del profeta Amós, en el capítulo 8, verso 11, que buscarían la Palabra y no la hallarían, y dijo que habrá hambre, hambre no de pan y sed no de agua, sino de oir la Palabra de Jehová, y no la hallarán; e irán errantes de mar a mar, e irán errantes también buscándola por el norte o por el sur y no la hallarán, ¿por qué? Porque la Palabra de Dios siempre ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo manifestada de edad en edad a través del mensajero de cada edad.
¿Para la primera edad tenían que ir a dónde? A Asia Menor, donde estaba la Palabra de Dios manifestada por medio de San Pablo (esto es en el tiempo de la primera edad). Y luego así pasando de edad en edad: de Asia Menor a Francia, de Francia a Irlanda, de Irlanda a Escocia… o sea, de Asia Menor a Francia, de Francia a Hungría, de Hungría a Irlanda y a Escocia, y de Irlanda y Escocia a Alemania, y de Alemania a Inglaterra, y de Inglaterra a Norteamérica.
¿Y de Norteamérica hacia dónde se ha ido la Palabra de Dios, la Palabra de Jesucristo? Pues hacía la América Latina y el Caribe. En donde El con Gran Voz de Trompeta, con esa Voz de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, clamando como cuando ruge un león, nos habla y nos revela todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, y nos abre el misterio del Séptimo Sello que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo, y así nos da la fe, la revelación de la Segunda Venida de Cristo para nuestra transformación y Rapto. Esa es la fe de Rapto de la cual habló el Rvdo. William Branham. La fe de Rapto es la revelación de Rapto, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Así como con la revelación de la Primera Venida de Cristo obtenemos la transformación interior, y obtenemos el nuevo nacimiento al recibir a Cristo como nuestro Salvador y recibir Su Espíritu Santo, así nacemos de nuevo; y ahora para obtener nuestra transformación y así obtener el cuerpo eterno, inmortal y glorificado, la fe de Rapto la necesitamos, la fe de Rapto, la cual es la fe, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Ninguna persona que esté viva en este tiempo final podrá ser transformada sin antes tener la fe de Rapto y transformación, que es la fe, la revelación, de la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora podemos ver este misterio bajo el Nuevo Testamento en la historia del Amor Divino. El Amor Divino está manifestado en la América Latina y el Caribe, y bajo esa manifestación del Amor Divino así como en cada edad ocurrió, El está llamando y juntando a Sus escogidos latinoamericanos y caribeños, y después llamará y juntará 144 mil hebreos, 12 mil de cada tribu; y todo esto está bajo el Nuevo Testamento, bajo el misterio de la historia del Amor Divino.
Tenemos la Bendición más grande que territorio alguno pueda tener en este tiempo final. Por lo tanto nosotros aprovechamos bien esa Bendición y ese privilegio tan grande que Cristo nos ha dado a todos nosotros en este tiempo final.
Estamos viviendo nosotros en los últimos días de la historia de la raza humana; y en los últimos días de la historia de la raza humana el Amor Divino se está manifestando en la América Latina y el Caribe en medio de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador, para así Cristo completar Su Iglesia en este tiempo final y reclamar a todos los miembros de Su Iglesia, todos los redimidos con la Sangre de Cristo y darnos el cuerpo eterno y glorificado que El ha prometido para cada uno de nosotros. Todo esto en el Nuevo Testamento bajo el Nuevo Pacto en la historia del Amor Divino.
Vean cómo va Cristo haciendo la historia del Amor Divino. ¿Cómo lo va haciendo? Cumpliendo en cada etapa, en cada edad el Programa que El tiene para cada edad. Y cuando vemos ese Programa cumplido en cada edad, lo que estamos viendo es nada menos que la manifestación del Amor Divino en cada edad, y tenemos entonces la historia del Amor Divino manifestado en las siete edades de Su Iglesia.
Y en nuestro tiempo tenemos la manifestación del Amor Divino en la Edad de la Piedra Angular, lo que luego para la humanidad que vivirá en el Reino Milenial será la más hermosa de las historias del Amor Divino, manifestado ese Amor Divino en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular. Y en esa historia del Amor Divino manifestado en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular nosotros somos los beneficiados.
Y ahora, no podemos quizás comprender plenamente esta manifestación del Amor Divino, pero sí lo podemos sentir en nuestra alma. Y podemos decir: “Las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos y grande es la heredad que nos ha tocado.” Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, y de esa herencia nos ha tocado la mejor parte.
Cuando estemos en el Reino Milenial comprenderemos mucho mejor la parte tan grande que nos ha tocado en el Reino de Jesucristo, y luego cuando estemos en la eternidad después del Reino Milenial, ahí será mayor la Bendición que hemos de tener. Cuando estemos en la Nueva Jerusalén, ahí la Bendición será mayor.
Así que en el Nuevo Testamento tenemos la historia del Amor Divino, manifestado ese Amor Divino en y con la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador. Y siendo nosotros miembros de la Iglesia de Jesucristo, ese Amor es expresado hacia nosotros de parte de Dios a través de Jesucristo. Por eso en el Nuevo Testamento, en la historia del Amor Divino, ha llegado hasta nosotros Su Bendición, Su Amor y Su Misericordia; y por eso es que en este tiempo final se está completando el Cuerpo Místico de Cristo con latinoamericanos y caribeños, y por eso es que los latinoamericanos y caribeños les ha tocado el territorio del occidente, el territorio de la parte oeste del planeta Tierra.
Y ahora, veamos lo que nos dice el profeta Isaías, en el capítulo 59, versos 17 en adelante, que nos habla de la Segunda Venida de Cristo; eso es lo mismo que Apocalipsis 19, versos 11 en adelante y también Isaías capítulo 63. Dice:
“Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
como para vindicación (o sea, como para venganza; ahí vindicación es venganza), como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de las costas.”
O sea, que Dios pagará a cada uno conforme a sus obras, y a las naciones pagará a cada una conforme a sus obras. Las naciones, pueblos y lenguas que han perseguido al pueblo hebreo o a la Iglesia de Jesucristo, les toca recibir el pago en el Día de venganza del Dios nuestro, o sea, el juicio divino; porque la Tierra será redimida conforme a la Escritura… vamos a ver cómo dice en Números, capítulo 35 (esto es una ley divina) dice… capítulo 25, verso 30 al 34, dice:
“Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera (aquí, vean ustedes, se requieren dos o tres testigos para condenar, para enjuiciar y condenar al homicida).
Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá…”
Y pueblos, naciones, y lenguas y religiones que han sido homicidas, que han perseguido al pueblo hebreo o a la Iglesia de Jesucristo y han matado a hebreos o a miembros de la Iglesia de Jesucristo, esas naciones o pueblos, como pueblos o como naciones, se tendrán que enfrentar al cumplimiento de esta ley divina; y aquí dice que no se tomará precio para el rescate del homicida, no importa lo rico que sea, pueblos, naciones o lenguas, que hayan perseguido al pueblo hebreo o a la Iglesia de Jesucristo, indefectiblemente morirán, o sea, que serán quitados de sobre la faz de la Tierra. Esa es la ley para el homicida establecida por Dios.
“… Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote.
Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó.”
O sea, que la sangre del que derramó sangre tiene que ser derramada también. Así que vean ustedes lo que será de las naciones, pueblos y lenguas, que han perseguido al pueblo hebreo y han derramado la sangre del pueblo hebreo, y también los que han derramado la sangre de la Iglesia de Jesucristo, los que han perseguido y han matado a la Iglesia de Jesucristo. Por eso es que el pueblo hebreo por poco desaparece de la faz de la Tierra: porque persiguió a Jesucristo y pidió la muerte de Jesucristo, y también persiguió a la Iglesia del Señor Jesucristo; pero Dios tendrá Misericordia del pueblo hebreo. Y ahora… porque Dios tiene un Pacto con Abraham, y por consiguiente con el pueblo hebreo.
Ahora vean ustedes, la Tierra no será expiada sino por la sangre del que la derramó; por lo tanto, naciones, lenguas y pueblos, van a desaparecer de la faz de la Tierra, porque Dios tiene todo grabado, toda la historia de las naciones, y en la historia de las naciones, vean ustedes, se encontrará lo que ellas han hecho desde que ellas nacieron como naciones. Así como Dios juzgará a cada persona como individuo, también juzgará a las naciones.
Y ahora, esto que les dije de que Dios tomará en cuenta lo que han hecho las naciones y pueblos contra Su Iglesia y también contra el pueblo hebreo, de esto da testimonio también Dios en Deuteronomio, capítulo 32, donde nos dice… en el capítulo 32, verso 43, dice:
“Alabad, naciones, a su pueblo,
Porque él vengará la sangre de sus siervos,
Y tomará venganza de sus enemigos,
Y hará expiación por la tierra de su pueblo.”
Por eso es que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, dice: “Mía es la venganza, Yo pagaré.” Por eso es que Cristo enseñó, y también en el Antiguo Testamento fue enseñado, que nadie tome venganza por sí mismo, porque Dios vengará la sangre de Sus siervos. Dios vengará la sangre del pueblo hebreo y también la sangre de Su Iglesia de manos de las naciones que persiguieron y mataron a los hebreos, y también los que mataron a los miembros de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador.
Así que podemos ver que naciones van a desaparecer; como está también en la parábola de San Mateo, capítulo 25, donde el Rey se sienta en Su Trono y son presentadas delante de El las gentes, las naciones, coloca las ovejas a Su derecha y los cabritos a Su izquierda; esto nos muestra el tiempo en donde los juicios divinos serán hablados. Dice:
“Cuando el Hijo del Hombre…” Capítulo 25, verso 31 de San Mateo:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”
Ahí podemos ver el juicio divino que ha de venir, en donde las ovejas recibirán la bendición de Dios para heredar con Cristo el glorioso Reino Milenial, y luego en la eternidad también estar con Cristo reinando. Pero también vemos ahí en esa parábola a las naciones y personas representados en los cabritos, los cuales serán echados al fuego. Dice el verso 41, el verso 40 en adelante, hablando de las ovejas, dice:
“Y respondiendo… (cuando le dicen: ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a ti? Y también habían preguntado otras cuantas cosas)…”
“Respondiendo El les dijo: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”
O sea, que habrá Bendición para las ovejas del Señor, pero habrá fuego y juicio divino para los cabritos. Ese es el mismo fuego del cual habla Malaquías en el capítulo 4, donde dice:
“He aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; y aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación.”
Ahora podemos ver que tanto en el juicio final, habrá allí personas que saldrán a vida eterna porque ayudaron a los miembros de la Iglesia de Jesucristo: “Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis pequeñitos…” Esos pequeñitos son los hermanos menores de Jesucristo, que son los miembros de la Iglesia de Jesucristo y Cristo es nuestro hermano mayor.
Allí para individuos en el juicio final se les tomará en cuenta lo que ellos hicieron en favor o en contra de los hermanos más pequeños de Jesús, o sea, los hermanos más pequeños, que son los miembros de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador. Y los que fueron de ayuda y bendición para la Iglesia de Jesucristo recibirán allí la recompensa de vida eterna, entrarán a la vida eterna; los que no lo hicieron bien, pues entonces, no recibirán la recompensa de la vida eterna, sino que serán echados al lago de fuego.
Ahora, para naciones, pueblos y lenguas, como naciones, antes de comenzar el glorioso Reino Milenial, el juicio divino, el Día de venganza del Dios nuestro, vendrá sobre el planeta Tierra y caerá sobre las naciones, pueblos y lenguas, que persiguieron a la Iglesia de Jesucristo o al pueblo hebreo. Por lo tanto, habrá multitud de naciones que no podrán entrar al glorioso Reino Milenial de Cristo.
Pero esperamos que todas las naciones Latinoamericanas y Caribeñas entren al glorioso Reino Milenial de Jesucristo nuestro Salvador, porque en este tiempo final esas son las naciones que están siendo de ayuda y bendición a los pequeñitos del Reino de Dios, a los más pequeños. ¿Y quién es el más pequeño en una familia? Pues el último que nace.
Y ahora, el último grupo que nace es el grupo de la Edad de la Piedra Angular, ese es el grupo más pequeño, es el grupo, el grupo llamado el Benjamín de la Iglesia de Jesucristo; y después de ese grupo no nacerá otro grupo, otra edad, con ese grupo se completará la Familia de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, podemos ver que esa Familia de Cristo es una Familia que lleva el Sello de Dios, lleva el Espíritu Santo que es el Sello de Dios, son sellados con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo y así son reconocidos como hijos e hijas de Dios, porque han nacido como hijos e hijas de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Y en este tiempo final están naciendo los últimos hijos e hijas de Dios, y así es como nace el último grupo de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, en el tiempo final, así es como nace la Edad de la Piedra Angular. ¿Vieron lo sencillo que es todo?.
Y ahora, las personas y pueblos que estarán brazo a brazo con ese grupo de este tiempo final, serán los que recibirán las bendiciones de Dios. Por lo tanto habrá naciones que entrarán al Reino Milenial de Cristo porque corresponden al grupo de naciones donde estarán los escogidos del Día Postrero, del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Así que la América Latina y el Caribe tiene una bendición muy grande en este tiempo final, bendición que todavía no ha comprendido pero que poco a poco la comprenderá; pero principalmente quiénes tienen que comprenderla son los escogidos de Dios, y trabajar en la Obra de Cristo sabiendo que nos ha tocado la etapa más gloriosa de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador: nos ha tocado el tiempo en donde los miembros de la Iglesia de Jesucristo que estén vivos en este tiempo final y permanezcan vivos hasta que se complete la Iglesia de Jesucristo y hasta que sean resucitados los muertos en Cristo, pues seremos transformados. Esa es una promesa para todos nosotros, y todo el que permanezca vivo hasta la resurrección de los muertos en Cristo será transformado en este tiempo final; pero si se va antes no hay ningún problema, será resucitado en un cuerpo eterno y aparecerá a nosotros como testigo de la resurrección.
Ahora, tendremos testigos de la resurrección de los muertos en Cristo, pero también tendremos testigos de la transformación de los vivos en Cristo; y pues todos queremos ser testigos de la transformación, todos queremos ser transformados, no ver muerte sino continuar viviendo en este tiempo final.
Y ahora, en este tiempo final como en todos los tiempos hubo una lucha, porque para obtener una victoria una lucha se tiene que llevar a cabo. Encontramos a Abraham y también a Jacob y a otros hombres de Dios que lucharon y obtuvieron la victoria, y obtuvieron un nuevo nombre al obtener la victoria. Abram obtuvo la victoria y su nombre fue cambiado a Abraham, y así vino a ser padre de naciones; y Jacob obtuvo la victoria luchando con el Angel de Jehová, agarrándolo hasta que obtuvo la bendición del Angel de Jehová, o sea, obtuvo la bendición de Jesucristo en Su cuerpo teofánico. Porque ‘antes que Abraham fuese Yo Soy,’ dijo Jesucristo nuestro Salvador. Cristo era antes que Abraham en Su cuerpo teofánico, era en el tiempo de Abraham en Su cuerpo teofánico, era en el tiempo de Jacob en Su cuerpo teofánico, era en el tiempo de todos los profetas en Su cuerpo teofánico, llamado – estando en Su cuerpo teofánico llamado el Angel del Pacto, o Angel de Jehová.
Y ahora, Jacob cuando obtuvo la victoria, obtuvo el cambio de nombre.
¿Cuántos saben que Jacob allá era un primo de Jesús? Jacob en el Nuevo Testamento era hermano de Juan el apóstol, y por consiguiente era primo de Jesús. También hay otros hermanos de Jesús en el Nuevo Testamento, y son mencionados en el Nuevo Testamento como Jacobo y también Judas, los cuales, pues, son mencionados como hermanos de Jesús.
Y ahora, Jacob, el hermano de Juan, también se le llama Santiago; porque Jacob es Santiago y Jacob también es Israel.
Y ahora, Jacob tuvo que luchar para obtener un cambio de nombre y venir a ser Israel príncipe con Dios, y vino a ser un príncipe con Dios, con poder ante Dios.
Y ahora, Cristo promete para el Vencedor sentarlo en Su Trono: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Y ahora al Vencedor Cristo le dice también: “Al que venciere…” Capítulo 3, verso 12 de Apocalipsis. Habíamos leído, citado capítulo 3, verso 21 de Apocalipsis, donde dice:
“Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Y ahora en el capítulo 3, verso 12, dice:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
Así como el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, le cambió el nombre a Jacob por Israel, vean ustedes, ahí está dándole un nuevo nombre, escribiendo un nuevo nombre, para Jacob.
Y ahora para el Vencedor El dice que le dará un nuevo nombre, dice que escribirá sobre él el Nombre de nuestro Dios, o sea, que un hombre va a tener escrito sobre él el Nombre de nuestro Dios y el nombre de la ciudad de nuestro Dios, y el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, y será columna en el Templo de nuestro Dios.
Cuando leemos en el Libro de los Hechos, encontramos que Pedro, Jacobo y Juan eran las columnas allá en la Iglesia, allá en Jerusalén. Ahora este Jacobo del cual nos habla que era una de las columnas allá es… no Jacobo el hermano de Juan porque ya había muerto, sino que es Jacobo el que es mencionado como el hermano de Jesús; ellos cuando Jesús estaba en Su Ministerio terrenal no creían en Jesús, pero después fueron creyentes en Jesús como el Mesías.
Y ahora, siendo ellos columnas allá en Jerusalén en la Iglesia de Jesucristo, significa que eran las personas claves allá en la Iglesia de Jesucristo: Pedro, Jacobo y Juan. Por eso ustedes pueden ver que de estas tres personas es de los cuales más se habla en el libro de los Hechos cuado se trata de los apóstoles del Señor y la Iglesia allá en medio de Israel, en medio de los hebreos; luego cuando se habla de la Iglesia entre los gentiles ahí la columna principal es el apóstol San Pablo, en la primera edad; y así por el estilo encontramos que el mensajero de cada edad ha sido la columna de cada edad, la persona principal a la cual Cristo se ha revelado y por medio del cual Cristo ha estado revelado en cada edad.
Y para el Día Postrero, pues, el Vencedor del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular será hecho columna en el Templo de nuestro Dios, o sea, que será colocado ahí como la persona sobre la cual Cristo escribirá el Nombre de nuestro Dios, el Nombre de la ciudad de nuestro Dios y Su Nombre nuevo.
Ahora, con esa bendición tan grande, pues, será hecho un príncipe con Jesucristo para sentarse con Cristo en Su Trono.
Y ahora, todos siendo Reyes y Sacerdotes, éste tiene que ser uno de ese Orden Sacerdotal y de esa Dinastía de Jesucristo, descendiente de Jesucristo.
¿Y cómo somos descendientes de Jesucristo? Pues por medio del nuevo nacimiento. Por medio del nuevo nacimiento somos descendientes de Jesucristo y por consiguiente somos de la Dinastía de Jesucristo, esa Dinastía de Melquisedec que se manifiesta por medio de esa Dinastía de David y del Trono de David. A esa Dinastía pertenecen todos los nacidos de nuevo, todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo; y por consiguiente también pertenecen al Orden Sacerdotal Celestial. Por eso en medio del pueblo hebreo se reflejó este Orden Sacerdotal. Y Dios dijo hablando del pueblo hebreo en el capítulo 19 del Exodo… Capítulo 19 del Exodo, nos dice el mismo Dios… capítulo 19, verso 4 al 6:
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre las alas de águilas, y os he traído a mí.
Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.”
Y ahora, bajo el Pacto antiguo el pueblo hebreo fue señalado como un pueblo santo y como un especial tesoro de Dios. Dice:
“…si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.”
Y bajo el Pacto antiguo, bajo el Pacto del Antiguo Testamento, el pueblo hebreo vino a ser un pueblo de un reino de sacerdotes y gente santa. Y ahora bajo el Nuevo Pacto el Reino de Sacerdotes y gente santa es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo es un Sacerdote del Orden de Melquisedec y es también un Rey, pertenece a un Reino, y por consiguiente es también un Rey, es Rey, es Sacerdote y Juez también, porque los santos juzgarán al mundo.
Y ahora siendo herederos y coherederos con Cristo, herederos de Dios y coherederos con Cristo, lo que Cristo es lo somos también nosotros: El es Sacerdote, nosotros somos Sacerdotes con El; El es Rey, nosotros somos Reyes con El; El es Juez, nosotros somos Jueces con El.
Y ahora, viendo bajo el Nuevo Pacto que el pueblo de gente santa, santificados por la Sangre de Cristo, es ese pueblo santificado, la Iglesia de Jesucristo, es también la Iglesia de Jesucristo con cada uno de Sus miembros, es ese Reino de Sacerdotes.
Y ahora este Reino de Sacerdotes durante el Reino Milenial estarán ministrando como Sacerdotes y como Reyes en este planeta Tierra y como Jueces también. Por eso es que Cristo le dijo a Sus apóstoles cuando ellos le preguntaron qué sería de ellos en el Reino, porque ellos habían dejado todo: familias, propiedades y todo por Cristo. Cristo les dijo: “Vosotros os sentaréis sobre 12 tronos y juzgaréis a las 12 tribus de Israel.” de los 24 ancianos que aparecen en el libro del Apocalipsis, 24 ancianos son los 12 apóstoles y los 12 patriarcas: 12 tronos para los 12 patriarcas, y 12 tronos para los 12 apóstoles. Por eso es que tienen coronas, porque ellos estarán como Reyes; pues tienen coronas, y las coronas son otorgadas, no a los ángeles sino a seres humanos que han vivido en este planeta Tierra.
Y ahora, ellos tendrán una parte muy importante en ese Reino, ellos son como los jueces que estaban en medio del pueblo hebreo cada uno en su tiempo, a través de los cuales Dios reinaba y juzgaba al pueblo hebreo y reinaba sobre el pueblo hebreo. Josué fue el primero de esos jueces y luego el último fue Samuel.
Ahora podemos ver que ese orden de jueces estará establecido en el Reino Milenial de Cristo, porque es un Reino Teocrático en el cual Cristo estará reinando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Ahora, por cuanto Cristo ha prometido a Sus apóstoles 12 tronos para reinar, para gobernar, sobre el pueblo hebreo y juzgar a las 12 tribus de Israel; para los gentiles, pues tiene siete ángeles mensajeros, cada uno correspondiente a la edad en donde Dios lo envió; y luego en el Día Postrero tiene a Su Angel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular, el cual obtendrá la bendición de sentarse con Cristo en Su Trono; o los siete ángeles mensajeros juntamente con el Angel de la Edad de la Piedra Angular son por todos ocho príncipes que estarán con Cristo en el Reino Milenial, y con ellos estarán los escogidos de cada una de esas edades, y estarán trabajando en el Reino Milenial de Cristo, estarán en el Reino Milenial de Cristo cada grupo con su ángel mensajero.
Por eso el ángel mensajero y su grupo no se separan nunca; por eso cuando el ángel mensajero parte, va al Paraíso para estar con su grupo de su edad, y el que haya quedado de ese grupo de ese mensajero parte, cuando parte de aquí de la Tierra va para estar con el grupo de ese mensajero, porque pertenece a ese grupo.
Ahora podemos ver también que cuando murió Abraham, cuando murió Isaac, cuando murió Jacob, y así cuando murió cada uno de estos hombres de Dios, dice la Escritura: “Y expiró y fue unido a su pueblo.” O sea, que fue a vivir a donde estaban su papá, sus hermanos, su abuelo, su bisabuelo y así por el estilo, se unió, fue unido a su pueblo; iban en el Antiguo Testamento al Seno de Abraham, llamado el Seno de Abraham, el Paraíso, donde también Cristo fue; cuando salió del infierno Cristo pasó por el Paraíso y de allí los trajo a todos en la resurrección.
Así también le fue dicho al Rvdo. William Branham cuando estaba en el Paraíso, cuando visitó a los miembros de su grupo, de su edad que habían partido, lo colocaron sobre un lugar alto y él pregunta porqué hacían eso con él, y ellos le dicen: “Porque tu eras un líder en la Tierra.” O sea, era el líder de su edad, y le dijeron o él dice… o le dijeron que así sería cuando él fuera al Paraíso, o sea, cuando él partiera de la Tierra; por lo tanto él está en una posición alta, en un lugar alto allá en al Paraíso en la actualidad.
También le dijeron: “Aquí nosotros ni comemos, ni bebemos, ni dormimos; pero nosotros regresaremos contigo a la Tierra, tu serás juzgado y entonces si tu entras nosotros entraremos contigo y seremos tus súbditos en la Tierra, y allí comeremos.” O sea, que estarían con él, sería el grupo de su edad.
Y así el grupo de cada mensajero estará con el mensajero en el… tanto en la resurrección vienen con el mensajero que les tocó, y luego en la Cena de las Bodas del Cordero y también en el Reino Milenial.
O sea, que el mensajero de cada edad es el líder de su edad cuando Dios lo colocó en esa edad, y seguirá siendo el líder de la gente de esa edad en el Milenio y por toda la eternidad. Pero el Líder de todo será nuestro amado Señor Jesucristo, pero esos mensajeros son hijos de Jesucristo, príncipes de Jesucristo, que estarán en las posiciones más altas en el glorioso Reino Milenial de Cristo y luego en la eternidad, y tienen que ver con el Reino de Cristo sobre los gentiles. Pero el que se sentará con Cristo en Su Trono, pues tendrá que ver con gentiles y con hebreos, porque el Trono del Señor Jesucristo tiene que ver con gentiles y con hebreos.
Ahora podemos ver el porqué el mismo Instrumento que usará para llamar y juntar a los escogidos del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y completar así el número de los escogidos de la Iglesia, será el mismo instrumento que usará para llamar y juntar 144 mil hebreos, y Cristo a través de ese Mensajero obtendrá la gran victoria en el Amor Divino.
Recuerden que estamos viviendo en el Nuevo Testamento donde se está viviendo lo que se convierta en la historia del Amor Divino del Día Postrero; así como lo que Dios realizó, lo que Cristo realizó, en cada edad fue la historia del Amor Divino manifestado en cada edad.
Y ahora, para este tiempo final el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que es el Mensaje con el cual son llamados y juntados todos los escogidos de Dios del Día Postrero, siendo el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino llamando y juntando a los escogidos de Dios al revelar el Misterio de la Segunda Venida de Cristo; o sea, que con la revelación del misterio del Séptimo Sello, la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo es que son llamados y juntados los escogidos de Dios del Día Postrero, y así reciben la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por eso es que solamente serán los escogidos de Dios los que escucharán el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, y serán preparados para ser transformados y raptados y llevados así con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ese mismo Mensaje es el que escuchará y recibirá el pueblo hebreo, y dirá: “Este es el Mensaje que nosotros estábamos esperando.” Pero primero lo recibe, lo escucha y lo recibe el Israel Celestial.
Así como el Israel terrenal fue el que tuvo la Primera Venida de Cristo, y tuvo el Mensaje de la Primera Venida de Cristo, el Mensaje del Evangelio de la Gracia (ahora…), y después los gentiles. Ahora en el Día Postrero el Mensaje del Evangelio del Reino y la revelación de la Segunda Venida de Cristo lo recibe el Israel Celestial, y del Israel Celestial es que pasará al Israel terrenal. Y así se completará el Programa Divino con la Iglesia de Jesucristo y pasará Dios a tratar con el pueblo hebreo, para cumplir Dios la segunda parte de la semana 70, que son tres años y medio, en donde el Ministerio de los Dos Olivos, Ministerio de Moisés y Elías, estarán manifestados en favor del pueblo hebreo, y le confirmará el Pacto al pueblo hebreo.
¿Qué pacto le confirmará al pueblo hebreo? El Nuevo Pacto. El cual Cristo ha estado confirmándole a Su Iglesia, y ha estado llamando y colocando bajo el Nuevo Pacto a todos los que han escuchado la Voz de Cristo en cada edad, y ha estado Cristo confirmándole el Nuevo Pacto a todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Y en este tiempo final nos confirma el Pacto, el Nuevo Pacto, a nosotros entre los gentiles y después lo confirmará al pueblo hebreo. Y así en la historia del Amor Divino manifestado en la Iglesia de Jesucristo, Cristo bajo el Nuevo Pacto lo que hace es confirmarle el Nuevo Pacto a todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
El pueblo hebreo está esperando la confirmación del Nuevo Pacto; aunque ellos no comprendan muy bien algunas cosas, Cristo ha prometido un Nuevo Pacto para el pueblo hebreo y ese es el Pacto que Cristo les estará confirmando en este tiempo final. Vean ustedes, en Isaías 59 nos dice… verso 19 en adelante —ya los versos 17 y 18 se los leí al principio—, dice:
“Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová (¿Desde dónde temerán el Nombre de Jehová? Desde el Occidente. ¿Por qué? Porque en el Occidente es que Cristo estará escribiendo el Nombre de nuestro Dios, el Nombre de la ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo, sobre el Vencedor), y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como un río (ese es el anticristo en el Día Postrero), mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él (esa bandera que levantará el Espíritu de Dios contra el enemigo será la Segunda Venida de Cristo con Sus ángeles, o sea, con Moisés y Elías. ¿Ven?).
Y vendrá el Redentor a Sión (¿Ven? Esa es la bandera que El levanta: la Venida del Redentor. Y ahí tendremos a Jehová bandera nuestra, hecho realidad), y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová (ahora vean el Pacto Nuevo que Dios hará con Israel): El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.”
¿Y cuándo ocurrirá esto, siendo que esta es una profecía de la Segunda Venida de Cristo, y Cristo confirmándole el Nuevo Pacto al pueblo hebreo? En el Nuevo Testamento San Pablo nos habla de esta promesa en el capítulo 11 de Romanos, verso 25 en adelante, y dice:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (o sea, hasta que se haya completado la Iglesia de Jesucristo).”
Y ahora dice:
“Y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sión el Libertador,
Que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados.”
Y ahora vean ustedes, el Pacto de Dios, de Cristo, con el pueblo hebreo: 144 mil hebreos entrarán al Nuevo Pacto, bajo el Nuevo Testamento, bajo la historia del Amor Divino, en la manifestación del Amor Divino en este tiempo final.
Por eso es que el Rvdo. William Branham profetiza que la victoria que será obtenida en el tiempo final será la gran victoria en el Amor Divino, porque esa gran victoria en el Amor Divino bajo el Nuevo Pacto en el Nuevo Testamento, es bajo la manifestación de Cristo en Amor Divino, en la Edad del Amor Divino que es la Edad de la Piedra Angular.
Por eso es que el Rvdo. William Branham cuando preparó este diagrama y lo usó en el Mensaje: “La estatura de un hombre perfecto,” y también en otros Mensajes, a la Edad de la Piedra Angular le colocó Amor, la Edad del Amor Divino, porque Dios es Amor. Y en cada edad colocó una virtud: la primera para la primera edad, fe; para la segunda virtud; para la tercera ciencia; para la cuarta edad templanza; para la quinta edad paciencia; para la sexta edad Temor de Dios; para la séptima edad amor fraternal; y para la Edad de la Piedra Angular Amor, Amor Divino.
Dios es Amor y en el Amor están todas las virtudes, el Amor nunca dejará de ser; por eso en la Edad de la Piedra Angular la victoria que será obtenida será la gran victoria en el Amor Divino, en la historia del Amor Divino en el Nuevo Testamento bajo el Nuevo Pacto.
Vean todas las cosas que están unidas a la Edad de la Piedra Angular. Siempre cuando se llega a la Edad de la Piedra Angular, se llega a la Edad del Amor Divino: La Primera Venida de Cristo fue la Edad de la Piedra Angular, el Ministerio de Juan el Bautista corresponde a la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, pero la Edad de la Piedra Angular corresponde al Ministerio de Jesucristo, por eso El es la Piedra Angular, el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular en Su Primera Venida.
Y ahora, Cristo sigue siendo la Piedra Angular viniendo a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, para manifestar el Ministerio de Piedra Angular, el Ministerio correspondiente al Día Postrero, el Ministerio correspondiente al León de la tribu de Judá, correspondiente a la Obra de Reclamo para el Día Postrero, y todo esto en el Nuevo Testamento bajo la historia del Amor Divino, historia que será el producto de la Obra de Cristo en este tiempo final.
La Obra de Cristo es una Obra de Amor Divino en la Edad de la Piedra Angular cuando ya todas las edades han terminado, y muchas personas pensaban que ya Cristo no tenía ninguna otra fase o etapa para Su Iglesia, pero tenía la etapa del Amor Divino, la etapa de la Edad de la Piedra Angular, bajo el Nuevo Testamento en la historia del Amor Divino.
Y ahora nosotros somos un fruto del Amor Divino, en donde la Misericordia divina está manifestándose en favor de cada uno de ustedes y también de mí.
El Rvdo. William Branham de acuerdo a las visiones que había tenido, calculó que para el 1977 ya todas las siete visiones que él había tenido estarían cumplidas; pero en la historia del Amor Divino en el Nuevo Testamento en medio de Su Iglesia, la Misericordia de Dios ha sido extendida y por eso hemos visto que Dios nos ha dado un poco más de tiempo por Amor hacía nosotros. No es que el Rvdo. William Branham tenía mal sus números, estaban muy bien; pero la Misericordia de Dios ha hecho que se haya extendido más el tiempo para alcanzar con Su Amor Divino a todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero en el Cielo, los cuales en este tiempo final están siendo llamados y juntados en la Edad del Amor Divino, la Edad de la Piedra Angular, o sea, que la Edad de la Piedra Angular es un milagro Divino, un milagro del Amor Divino.
Nadie pensaba que podíamos llegar al año dos mil, pero hemos llegado, y este año 2000 mil es el último año del sexto milenio de Adán hacia acá y del segundo milenio de Cristo hacia acá, y el próximo año 2001 es el primer año del tercer milenio y primer año también del séptimo milenio de Adán hacia acá, y primer año del siglo XXI conforme al calendario gregoriano.
Pero recuerden: conforme al calendario profético, pues ya estamos dentro del tercer milenio, o sea, dentro del tercer día de los días postreros, o sea, en el último día o en el Día Postrero; lo único es que no sabemos en qué año del tercer milenio de Cristo hacía acá, será la transformación; pero debe ser en uno de los primeros 125 años del tercer milenio. ¿Y eso por qué? Porque un día delante del Señor es como mil años, y los días literales tienen vigilias y la cuarta vigilia es de seis a nueve de la mañana.
Esa es la vigilia en que apareció Jesús resucitado con los santos del Antiguo Testamento resucitados, esa es la cuarta vigilia que en un día delante del Señor, el cual para los seres humanos es un milenio, pues tres horas corresponde a una vigilia (cada vigilia tenía tres horas), la cuarta vigilia tiene tres horas: de seis a nueve de la mañana.
Y por cuanto un día son mil años, una hora son 41 años con ocho meses; y tres horas son 41 años con ocho meses multiplicado por tres que da 125 años; por lo tanto en los primeros 125 años del tercer milenio de Cristo hacia acá y séptimo milenio de Adán hacia acá, tiene que ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Y ojalá que ocurra pronto, porque nosotros no queremos terminar nuestros días y que nuestro cuerpo muera, sino que queremos terminar nuestros días siendo transformados, terminar nuestros días en este cuerpo siendo transformados; como Pablo decía: “no quisiera ser desvestido, sino revestido.” O sea, no quisiera ser desvestido del cuerpo físico, sino revestido, o sea, revestido con el nuevo cuerpo, y eso es lo que todos deseamos: ser revestidos con ese cuerpo nuevo, eterno y jovencito y glorificado igual al cuerpo de Jesucristo nuestro Salvador.
Y eso se va a convertir en una realidad en los miembros de la Iglesia de Jesucristo de la Edad de la Piedra Angular; aunque algunos partan antes, pero regresarán en el nuevo cuerpo como testigos de la resurrección lo cual es una bendición grande; pero la bendición mayor es permanecer aquí y ser transformados; y así pues, nadie sufrirá por nosotros, sino que cuando seamos transformados nos gozaremos viéndonos jovencitos como Cristo ha prometido en Su Palabra, y experimentaremos la promesa de la transformación en nosotros mismos. Y todo esto en el Nuevo Testamento bajo el Nuevo Pacto en la historia del Amor Divino.
Hemos visto que es una historia de Amor Divino lo que se ha estado llevando a cabo de etapa en etapa en el Nuevo Testamento, y sigue la historia del Amor Divino en la Edad de la Piedra Angular; es la historia del Amor Divino en el Nuevo Testamento de edad en edad hasta llegar a la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, nosotros somos los beneficiados en esta historia del Amor Divino que se está llevando a cabo, y nosotros somos los participantes de esta historia que está siendo grabada en esta Tierra, o sea, que nosotros estamos, no leyendo la historia, sino que nosotros estamos haciendo la historia y Cristo la está haciendo con nosotros en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular.
Por eso ustedes pueden ver la forma en que viene el Mensaje para nuestra edad, y pueden ver que El nos da a conocer Su voluntad para que nosotros de todo corazón usando el libre albedrío que El nos ha dado, digamos: “Yo amo a Jesucristo y yo hago conforme a Su Palabra, yo hago conforme a Su voluntad sin nadie obligarme.” Porque lo hacemos con Amor Divino en la Edad del Amor Divino y El nos revela Su Palabra con Amor Divino y lleva a cabo la Obra de este Día Postrero en y con Amor Divino.
Es una Obra de Amor Divino la Obra que Cristo está llevando a cabo en la Edad de la Piedra Angular en la América latina y el caribe.
Y ahora, los protagonistas de y en esta Obra del Amor Divino son Jesucristo con Su Iglesia.
Hemos visto el Nuevo Testamento, y hemos visto que gira alrededor de Jesucristo y Su Iglesia con los Mensajeros de Cristo para Su Iglesia. Usted no encuentra otra cosa en el Nuevo Testamento en cuanto a la Obra que Cristo está haciendo; si encuentra otra cosa, pues es el enemigo tratando de evitar que Cristo lleve a cabo Su Obra en cada edad.
Y ahora, en el Nuevo Testamento: la historia del Amor Divino.
Ha sido para mí una bendición grande estar dándoles testimonio de la historia del Amor Divino.
Hemos visto y dado el testimonio de lo que ya es historia del Amor Divino en el Nuevo Testamento en la Iglesia de Jesucristo, y en la actualidad se está realizando lo que será historia del Amor Divino de este Día Postrero, o sea, que la historia del Amor Divino de este tiempo final se está viviendo en este tiempo final, estamos viviendo lo que para el pueblo hebreo y para los que vivirán en el Milenio será la historia de este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular. Nosotros vivimos la realidad, nosotros vivimos esa manifestación del Amor Divino en este tiempo final.
Que las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador en la manifestación del Amor Divino hacia nosotros, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seamos transformados y todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención, amados hermanos y amigos presentes, y los que están a través de Internet y de la linea telefónica también, y de televisión, y que Dios les ayude y les llene cada día más y más del conocimiento de Su Programa.
Nos veremos Dios mediante en la próxima actividad del domingo para continuar viendo la bendición tan grande que nos ha tocado a nosotros en este tiempo final.
Quizás en alguna ocasión que Dios me permita nuevamente hablar de Puerto Rico y la bendición de Puerto Rico, tendré que por obligación mostrarles el escudo de Puerto Rico o hablarles del escudo de Puerto Rico donde tenemos el Libro de los Siete Sellos y al Cordero sobre el Libro de los Siete Sellos. En los Salmos dice el salmista que los escudos son de Jehová, vean ustedes, en los escudos, de cada una de las tribus, en la bandera de cada tribu estaba lo que Dios tenía con cada tribu.
Y ahora, en el escudo de Puerto Rico Dios nos muestra a nosotros una bendición grande para todos nosotros; y ahí lo vamos a dejar, cuando Dios nos permita ver un poquito acerca de esa bendición tan grande, la estaremos viendo con todos los detalles que El nos permita.
Tendremos que hasta citar el lugar donde Juan el apóstol se encontraba, en donde descendió el Angel Fuerte con el Librito abierto en Su mano, y era una isla; y si fue en una isla allá donde Juan recibió la revelación y donde descendió el Angel Fuerte que desciende del Cielo, entonces hay una isla en algún lugar del planeta Tierra que tendrá una bendición, una bendición muy grande en donde Cristo expresará Su Amor Divino hacía Su Iglesia, y desde ahí se extenderá hacia otras naciones esa revelación, y los Siete Truenos emitirán sus voces y cubrirá todas las demás naciones la Voz de Cristo revelando el misterio del Séptimo Sello. Bueno, vamos a dejar eso quietecito.
¿Dónde Juan escuchó los Siete Truenos? En una Isla. Cuando el Angel Fuerte colocó su pie sobre el mar, el derecho, y sobre la Tierra el izquierdo, o sea, que colocó su pie izquierdo en una Isla y el otro en el mar, en el mar que llegaba hasta esa Isla.
Y vamos a dejar eso quietecito ahí, y si para el próximo domingo Dios me da algo más acerca de la bendición tan grande que Dios ha colocado entre nosotros, entonces estaremos hablando de todas esas cosas, y entonces podremos comprender porqué Dios nos ha prosperado tanto aquí en Puerto Rico.
Miren ustedes, llegamos aquí, no teníamos nada y luego conseguimos una carpa color crema, color arena, ¿cuántos recuerdan esa carpa primera? Y ya vean ustedes toda la trayectoria. Nos dio diferentes carpas y luego nos dio este lugar, nos ha dado terreno también, o sea, ha continuado Su Obra, y seguirá creciendo Su Obra aquí en Puerto Rico.
El tiene grandes bendiciones para todos nosotros, y siempre he dicho que este lugar (aunque no está lleno todavía) va a ser muy pequeño para todo lo que Dios va a estar haciendo cuando seamos adoptados, porque la Visión de la Carpa que vio el Rvdo. William Branham, eso es la y en la Adopción de un Mensajero en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular. Por eso fue que el Rvdo. William Branham nunca pudo cumplir la Visión de la Carpa, aunque él trató; pero alguien la cumplirá.
A través de alguien Cristo cumplirá esa Visión de la Carpa. Cuando se complete el número de los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo veremos el cumplimiento de la Visión de la Carpa, para luego venir el llamado para el pueblo hebreo, van a ver a Cristo obrando las grandes maravillas que El ha prometido para este tiempo final cuando todos seamos adoptados; o sea, que es una promesa para cuando estemos adoptados. A lo menos Uno tiene que estar adoptado, a lo menos el Mensajero que estará siendo el Instrumento de Cristo; pero con la adopción de uno vendrá la adopción para todos los demás.
Así que podemos ver porqué Dios ha ido obrando y bendiciéndonos, y en una forma progresiva hemos llegado hasta donde hemos llegado, y continuaremos hacia adelante y El continuará bendiciéndonos en el Nuevo Pacto y bajo el Nuevo Pacto en el Nuevo Testamento en esta historia de Amor Divino.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde y les prospere espiritualmente y materialmente, y les use también grandemente en Su Obra y les llene del conocimiento de todo Su Programa. En el Nombre eterno del Señor Jesucristo Amén y amén.
Bueno, con nosotros nuevamente dejo a nuestro hermano y amigo Félix Caro para continuar, y si tienen algún anuncio también lo hemos de escuchar. Tenemos también el cántico que siempre antes de Félix comenzar, siempre se coloca, vamos a darle la oportunidad para el cántico a Bengie aquí, y luego Félix continuar.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL NUEVO TESTAMENTO: LA HISTORIA DE AMOR.”