Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Calí, Colombia; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo cristiano alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Reciban un saludo de mi esposa Erica, mi niña América y de todos los hermanos de Puerto Rico, quienes les aman con toda el alma.
Hemos llegado al año 2000, lo cual es un milagro. El año 2000 conforme al calendario gregoriano es el último año del siglo XX y también el último año del sexto milenio; por lo tanto el próximo año ya estaremos en el séptimo milenio de Adán hacia acá y siglo XXI, y tercer milenio de Cristo hacia acá; aunque el calendario que se usaba antes y el calendario profético es diferente porque es de 360 días el año, y el calendario gregoriano que se usa entre las naciones que creen en Cristo, tiene 365 días y cuarto.
Pero no hay ningún problema, lo importante es saber que estamos en el tiempo final, y que los Días Postreros comenzaron ya desde que Jesús tenía alrededor de 4 a 7 años de edad. Los Días Postreros son: el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio. Por eso es que los apóstoles San Pablo y San Pedro hablando de aquellos días en que Jesús tuvo Su Ministerio terrenal, dicen que aquellos días eran los Días Postreros.
Y ahora, esto es así porque un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos, dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y también lo dice el Profeta Moisés en el Salmo 90 y verso 4. Y también San Pablo hablándonos de los Días Postreros, nos dice en Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3, que Dios habló en los Postreros Días por medio de Jesús, por medio de Su Hijo. Dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
¿Y cómo es posible que aquellos días en los cuales Dios estaba hablando por medio de Su Hijo Jesús eran los Postreros Días, y han transcurrido ya unos dos mil años de Cristo hacia acá? Porque un Día delante del Señor es como mil años. Cuando se habla de un Día delante de Dios, para los seres humanos es un milenio.
Por eso también cuando Pedro predicó el día de pentecostés, él dijo que Dios había prometido por medio del profeta Joel que en los Postreros Días derramaría de Su Espíritu sobre toda carne, y allí estaba derramando de Su Espíritu Santo sobre toda carne, ¿por qué? Porque ya los Días Postreros habían comenzado, los milenios postreros que son: quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio; y el primero de los Días Postreros es el quinto milenio, en ese quinto milenio fue que Jesús tuvo Su Ministerio y fue que Jesús llevó a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y fue que también vino el Espíritu Santo y nació la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, esto que dijo San Pedro: “Y en los Postreros Días Dios derramará de Su Espíritu.” Está en el capítulo 2, del libro de los Hechos, verso 14 al 20.
Pero ahora vamos a leer una Escritura muy importante para todos nosotros, conscientes de que estamos en el tiempo final, y conscientes que la promesa de Cristo para el tiempo final es la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles. Por lo tanto todo cristiano debe estar preparado para el evento más grande prometido para este tiempo final.
De la Segunda Venida de Cristo depende la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, siendo que para nosotros es tan importante nuestra transformación, si permanecemos vivos hasta que los muertos en Cristo resuciten, entonces nos conviene conocer en qué tiempo estamos viviendo y qué cosas ha prometido Dios en Su Palabra para los creyentes en Cristo.
No podemos descuidar nuestra salvación, la parte que corona nuestra conversión a Cristo, luego de haberlo recibido como nuestro Salvador, y haber lavado nuestros pecados en Su Sangre, y haber sido bautizados en Su Nombre, y haber recibido Su Espíritu Santo y haber obtenido el nuevo nacimiento; luego quedamos sellados en el Reino de Dios con el Sello del Espíritu Santo para el Día de la Redención, o sea, para el Día en que Cristo resucitará a los muertos creyentes en El y nos transformará a nosotros los que vivimos.
¿Quiénes serán los que serán resucitados en cuerpos eternos, y quiénes serán los que serán transformados estando vivos? Los que han sido Sellados con el Espíritu Santo por Cristo nuestro Salvador. Aquellos que han creído en Cristo como Su Salvador, han lavado sus pecados en Su Sangre, han sido bautizados en Su Nombre y han recibido Su Espíritu Santo serán transformados si permanecen vivos en el tiempo final, hasta que los muertos en Cristo resuciten, y si han muerto físicamente, pues serán resucitados en cuerpos eternos.
Así que es muy importante para todos nosotros como creyentes en Cristo, todo lo relacionado a ese tiempo final, porque para este tiempo final es que Cristo estará cumpliendo la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles.
Y no queremos que suceda a los creyentes en Cristo latinoamericanos y caribeños, lo que le sucedió a los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en la Primera Venida de Cristo, los cuales sabían que el Mesías vendría, y sabían también que vendría un precursor preparándole el camino, y sin embargo cuando vino el precursor no creyeron en él, decían que tenía demonios, porque no comía y bebía como los demás seres humanos; y luego vino el Hijo del Hombre que comía y bebía, y decían: “Este es un hombre comilón y bebedor de vino y amigo de publicanos y de personas así de esa clase (publicanos, rameras y personas de una condición baja frente a las exigencias de la religión hebrea).”
Pero sin embargo Cristo dijo: “Cosa maravillosa es esta, que los publicanos y pecadores y las rameras y toda esta clase de gente, está entrando al Reino primero que ustedes.”
¿Y qué decían acerca de Jesús aquellos grandes líderes religiosos? Que era beelzebú y que tenía demonios. Viene el Hijo del Hombre que come y bebe, y entonces dicen que es un hombre comilón y bebedor de vino y amigo de publicanos y de rameras y de toda esa clase de gente, de pecadores.
Y ahora, amigo de públicanos y de pecadores decían que era Jesús. Pero Jesús dijo: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, y no he venido a buscar justos, sino pecadores.”
Así que tenemos que estar a la expectativa en este tiempo final, porque como fue la Primera Venida de Cristo será la Segunda Venida de Cristo con Sus ángeles.
Y ahora, ¿habrá ya enviado un precursor como envió a Juan el Bautista preparándole el camino, y no se han dado cuenta los seres humanos? ¿Y en este tiempo estarán cumpliéndose otras profecías de las cuales nada saben algunas personas? Vamos a ver. Porque si algo necesitamos saber, Dios tiene que darlo a conocer, y para eso, miren la forma en qué hemos de conocer estas cosas prometidas para este tiempo final. Leemos en San Juan, capítulo 6, versos 35 en adelante, dice:
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.
Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.
Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “ENSEÑADOS DE DIOS.”
“ENSEÑADOS DE DIOS.”
Toda persona quiere ser enseñada de Dios, y Dios desde el Génesis ha estado enseñando al ser humano, le enseñó a Adán, y Adán le enseñó a su esposa, y luego encontramos que Dios le enseñó también a Abel para poder llevar a cabo el sacrificio correcto; y encontramos que Dios le ha estado enseñando a Sus mensajeros, a Sus profetas, y ha enviado esos mensajeros para que la enseñanza de Dios que El da a Sus mensajeros, pase al pueblo.
La forma en que Dios enseña a Su Pueblo, la podemos ver a través de la Escritura, y podemos ver que es por medio de Sus profetas mensajeros que El envía de edad en edad y de dispensación en dispensación. “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.”
Dios dijo por medio del profeta Isaías en el capítulo 54 y verso 13: “Y todos serán enseñados de Dios.”
Y luego cuando Jesús está predicando y está allí enseñando al pueblo, allí están siendo enseñados por Dios a través de Jesús; y aunque la gente decía: “¿Cómo sabe éste letras sin haber estudiado?” ¿Cómo sabía El todas esas cosas? Porque Su enseñanza no era de un instituto o seminario religioso del pueblo hebreo, sino que era del Padre Celestial. Y El decía que El no hablaba nada, ni obraba nada; sino lo que escuchaba del Padre eso era lo que hablaba, y lo que veía hacer al Padre eso era lo que El hacía.
Por eso en una ocasión orando por Sus discípulos El dijo: “Padre, la Palabra que me diste Yo les he dado y ellos la recibieron.” O sea, que Dios estaba enseñando al pueblo a través de Jesús. Dios estaba hablando al pueblo a través de Su Hijo Jesús, como había hablado al pueblo hebreo a través de los profetas del Antiguo Testamento; porque esa es la forma que Dios siempre ha usado para enseñar a Su Pueblo.
Nos dice el apóstol San Pedro, hablándonos acerca de los profetas y de la Palabra profética, dice en Segunda de Pedro, capítulo 1, verso 16 en adelante:
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia (eso sucedió en el monte de la transfiguración, donde Jesús subió con Pedro, Jacobo y Juan).
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
Y siendo inspirados por el Espíritu Santo, hablaron esa Palabra profética, y así fueron enseñados por Dios a través de esos profetas de Dios; y era Dios en esos profetas enseñando a Su Pueblo, así como enseñó al pueblo hebreo leyes y ordenanzas para todo Israel a través del Profeta Moisés.
También en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 10, dice:
“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”
Y ahora, podemos ver que los profetas de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo, no hablaron de sí mismos, sino que hablaron de la Palabra de Dios que les fue dada para el pueblo. Y Dios por medio del profeta Zacarías en el capítulo 7, verso 11 al 12, dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oir;
y pusieron su corazón como diamante, para no oir la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Aquí tenemos la forma en que Dios le hablaba al pueblo hebreo: le hablaba al pueblo hebreo por Su Espíritu Santo a través de los profetas; pero el pueblo hebreo no quiso escuchar, por tanto vino gran enojo de parte de Dios; y aún cuando Dios estuvo en carne humana en Jesús de Nazaret manifestado en toda Su plenitud, tampoco quisieron escuchar.
La Palabra profética a medida que ha ido pasando el tiempo ha estado siendo enriquecida a medida que Dios ha estado hablando de edad en edad y de dispensación en dispensación por medio de Sus profetas a Su pueblo. Dice en el capítulo 12 de Oseas, verso 10, dice:
“Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.”
¿Quién era el que usaba las parábolas? El mismo Dios que le daba las parábolas, para que usaran esas parábolas para enseñarle al pueblo hebreo. Y por medio de los profetas Dios aumentó la profecía. Miren cómo la profecía de Génesis, capítulo 3, fue aumentada. Vamos a ver primero Génesis, capítulo 3, verso 14 al 15, dice:
“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Toda persona sabe que esta es una profecía de la Venida del Mesías a través de una mujer; y el diablo, la serpiente, herirá en el calcañar a este hijo de la mujer; pero esta simiente de la mujer, que es el Mesías, herirá a la serpiente en la cabeza, herirá al diablo en la cabeza. Por eso en la Primera Venida de Cristo, Cristo fue herido, fue crucificado, y así fue herido en el calcañar, que son los talones; y allí se cumplió esa profecía; pero Cristo hirió al diablo en la cabeza y le quitó el poder de la muerte, y las llaves de la muerte y del infierno, al diablo.
Y ahora, veamos cómo esta profecía, cómo la profecía de la simiente de la mujer fue aumentada; pues Dios dice que El aumenta la profecía. Nadie sabia qué mujer sería la bienaventurada que daría a luz al Mesías, pero ya con esta profecía todos saben que por medio de una mujer vendrá el Mesías a la Tierra, para obtener la victoria en contra del diablo; pero ahí con esa profecía también podemos ver que el Mesías sería herido; por lo tanto moriría el Mesías.
Ahora, nadie sabía de qué nación sería esa mujer, nadie sabía en qué nación se cumpliría esa profecía. Pero ahora miren, en Isaías, capítulo 7, verso 14, por medio del profeta Isaías Dios aumenta la profecía, da más luz.
El aumento de la profecía, vean ustedes, es como el sol cuado raya el alba en la mañana, se ve una claridad; pero luego a medida que van pasando los minutos, va aumentando la luz del sol, hasta que el día es perfecto.
Y ahora San Pedro dice que estemos atentos a la Palabra profética como una antorcha que alumbra hasta que el día es perfecto y salga el Lucero de la mañana en nuestros corazones, o sea, la Segunda Venida de Cristo. Pues El dijo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 (él dijo):
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
Por lo tanto Cristo, la Estrella resplandeciente de la mañana en Su Segunda Venida, saldrá en nuestros corazones, ¿por qué? Porque lo recibimos en el Día Postrero y creemos Su Venida como está prometida. Y el cumplimiento de Su Venida hará que el Lucero de la mañana, la Estrella resplandeciente de la mañana esté en nuestra alma siendo creído en el cumplimiento de Su Venida en el Día Postrero.
Y ahora, veamos cómo aumentó aquí la profecía: es como el día que va naciendo y va teniendo más luz el día, así es la profecía. Vean ustedes la promesa de la Venida del Mesías, vean cómo comenzó: con la promesa de Dios allí, de la simiente de la mujer, el hijo de una mujer.
Y ahora en Isaías nos dio más luz diciendo… Capítulo 7, verso 14:
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel —Emanuel significa Dios con nosotros.—”
Y ahora, esta promesa de la Venida del Mesías aquí dada nos da más luz, la profecías es aumentada, y ahora podemos ver que la promesa de la Venida de ese Hijo de Dios a través de una mujer, sería a través de una mujer hebrea, una virgen hebrea, y sería una mujer de la tribu de Judá, porque en Miqueas, capítulo 5, verso 2, la promesa es que de Belén de Judea Dios levantará al Salvador. San Mateo nos da testimonio de esta promesa. San Mateo, capitulo 2, verso 1 en adelante, dice:
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.”
Pues no sabían que ya el Mesías había nacido en la Tierra, ni el sumo sacerdote sabía nada, ni los demás sacerdotes tampoco, ni el concilio de la religión hebrea: el concilio del sanedrín compuesto por 70 sabios, encabezado ese concilio por el sumo sacerdote, siendo el número 71 el sumo sacerdote, nada sabían del cumplimiento de la Primera Venida de Cristo.
¿Sucederá… volverá a suceder lo mismo con los concilios de la religión que están esperando la Venida del Mesías para el Día Postrero, que es la religión cristiana? Sería muy triste que esto se repita, y no sepan nada con relación a la Segunda Venida de Cristo, y permanezcan como aquellos sabios: el concilio del sanedrín con el sumo sacerdote, 71 sabios que nada sabían de lo que tenían que saber; sabían de política, sabían de todo, menos de la Venida del Mesías cumplida en medio de ellos en Belén de Judea.
Eso es una desgracia para un grupo ministerial con un nivel tan alto y con doctorados en teología; y que la cosa más importante que estaban esperando en aquellos días: la Venida del Mesías, cumplida en medio de ellos y no sabían que estaba ya el Mesías en la Tierra y que había nacido en Belén de Judea conforme a la profecía.
Y vienen unos magos del oriente, de allá de babilonia, de esos territorios lejanos dando testimonio que ya el Mesías está en la Tierra, y ellos vienen a adorarlo; y el pueblo que tenía la promesa y el pueblo en donde se estaba cumpliendo esa promesa, no sabía nada del cumplimiento de esa promesa, hecha esa promesa una realidad en medio del pueblo hebreo. Y tuvieron que venir personas de otro territorio a anunciar que el Mesías ya estaba en la Tierra. Unos sabios que vivían en otro territorio, aunque eran descendientes de hebreos, pero no estaban viviendo en la Tierra de Israel, ellos habían visto la señal en el Cielo: “Porque Su estrella hemos visto en el Oriente.” Ellos vivían hacia el oriente de Israel, y al oriente de Israel está Babilonia y todo ese territorio; y ellos en ese territorio habían mirado el Cielo, porque eran estudiosos —diríamos—, astrónomos, tenían astronomía y astrología, porque en esos tiempos tenían juntos estos conocimientos, y los reyes siempre tenían astrólogos y astrónomos y todos estos sabios.
Y ahora, estos eran sabios en los asuntos del universo, ellos miraban, y ellos por cuanto conocían las profecías bíblicas, ellos sabían que antes de Dios cumplir Sus promesas en la Tierra, lo muestra en el Cielo. Y Dios había revelado que de Jacob saldría una estrella [Números, capítulo 24, verso 17].
Y ahora en el Cielo está la estrella de Belén dando testimonio que el Mesías ya está en la Tierra. Por dos años estuvieron viendo esa estrella, dicen estos sabios al rey Herodes, y por eso fue que el rey Herodes cuando quiso conseguir al Mesías, dijo que era para adorarlo, pero era para matarlo, porque la profecía decía que la serpiente heriría en el calcañar al Hijo, la Simiente, a la Simiente de la mujer, o sea, al hijo de esa mujer por la cual vendría el Mesías.
Pero por cuanto no era el tiempo para el Mesías morir, no era el tiempo para la serpiente, el diablo, utilizando a Herodes allí, matar al Mesías; pues el arcángel Gabriel, el cual anunció al sacerdote Zacarías la Venida del precursor de la Primera Venida de Cristo y luego le anunció a María la Venida del Mesías, la Primera Venida de Cristo. Dice el Rvdo. William Branham que también el arcángel Gabriel anunciará la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, el Mesías estaba en la Tierra, la señal de la Venida del Hijo del Hombre, la Estrella de Belén estaba en el Cielo apareciendo por dos años.
¿Y qué pasó con la sabiduría del concilio del sanedrín encabezado por el sumo sacerdote? Tenían las profecías, y apareciendo esa estrella en el Cielo y no sabían que esa era la señal de la Venida del Mesías, y que ya estaba cumpliéndose esa promesa en la Tierra; y unos sabios astrónomos o astrólogos sabían más en cuanto a la Primera Venida de Cristo siendo cumplida, que el mismo sumo sacerdote. Cuando sea juzgado vergüenza le va a dar.
Vean, ni pudo reconocer, ni creer, que estaba en la Tierra, y aún cuando lo ve en la Tierra tampoco creyó en El. Vean ustedes, Caifás y Anás. Caifás era el sumo sacerdote aquel año cuando Cristo fue crucificado, pero Anás era el suegro de Caifás y había sido sumo sacerdote también.
Pero miren, cómo es posible que una promesa tan grande y de tanta bendición para el pueblo hebreo, como la promesa de la Venida del Mesías, la cual ellos estaban esperando que fuese cumplida, y cuando se cumple como que no les gustó el Mesías, como que no les gustó el hombre donde se estaba cumpliendo la Venida del Mesías, ¿por qué? Ellos esperaban un rey sabio, un rey con grandes doctorados, un rey bien importante, y cuando le aparece un joven carpintero de Nazaret, sin haber estudiado, sin tener doctorados en teología, sin ser una persona fina, no les gustó y no quisieron recibirlo, ellos decían: “No reinará este sobre nosotros, aunque El diga y Sus discípulos digan que El es el Rey de Israel, no vamos a estar brazo a brazo con El para que se siente en el Trono de David. No reinará este sobre nosotros.” Y mas bien decían: “Y si lo dejamos así, miren la gente se va tras El, esta gente que son del común del pueblo se van tras El.”
Y miren, la gente del común del pueblo, que no tenían grandes doctorados en teología, eran los que creían en Jesús; y aquellos grandes doctores en teología, el sumo sacerdote, la cabeza de la religión hebrea y el concilio de la religión hebrea no podían creer en Jesús; exceptuando a Nicodemo, Gamaliel y José de Arimatea, que son mencionados como creyentes en Jesús; pero el resto vean ustedes…
Ahora, el que Gamaliel, José de Arimatea y Nicodemo fuesen creyentes en Jesús, eso les da una oportunidad también a personas que son sabios en teología y que son escogidos de Dios, y Dios les alumbrará el alma y el entendimiento para ver lo que Dios ha prometido para este tiempo final, y para ver también el cumplimiento de lo que Dios ha prometido a medida que vaya siendo cumplido lo que Dios ha prometido.
Y lo más grande que Dios ha prometido para este tiempo final es la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, ¿para qué? Para llamar y juntar a Sus escogidos, y luego llevar a cabo la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, y llevarnos a la Cena de las Bodas del Cordero.
No hay otra esperanza para los creyentes en Cristo de este tiempo final, y no hay esperanzas para el mundo; pero para la Iglesia de Jesucristo si hay esperanzas, y la única esperanza que hay es la Segunda Venida de Cristo con Sus ángeles, para el recogimiento de Sus escogidos, para ser transformados en el Día Postrero; pues los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; porque los que vivimos no seremos delanteros a los que durmieron (a los que murieron), ellos resucitarán primero en cuerpos eternos y nosotros cuando los veamos entonces seremos transformados. Y la promesa de la resurrección para los muertos en Cristo es para el Día Postrero.
Y por cuanto un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día, el Día Postrero es el séptimo milenio para nosotros; séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá.
Conforme al calendario gregoriano ese séptimo milenio de Cristo hacia acá comenzará el próximo año, y ese tercer milenio de Cristo hacia acá comenzará también el próximo año, porque el tercer milenio de Cristo hacia acá y séptimo milenio de Adán hacia acá es el mismo milenio; y el próximo año conforme al calendario gregoriano comenzará el primer año del séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá, comenzará el primer año del Día Postrero. Pero si aplicamos el calendario profético que tiene 360 días al año, entonces ya hace algún tiempo que comenzó el Día Postrero, que comenzó el séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá.
Para el Día Postrero que es el séptimo milenio de Adán hacia acá, es que Cristo ha prometido la resurrección de los muertos en Cristo; pero no nos ha dicho en qué año del séptimo milenio, en qué año del Día Postrero.
Y ahora, por cuanto Cristo resucitó en la mañana, encontramos que la mañana siempre nos habla de resurrección, la tarde nos habla de muerte. Encontramos que Cristo murió en el tiempo de la tarde, a eso de las 3:00 de la tarde, aunque fue crucificado desde la mañana, pero Cristo resucitó en la mañana; Cristo siendo la Luz del mundo, El también es el Sol de Justicia; y vean ustedes, el sol muere en la tarde, pero resucita en la mañana. Y Cristo hablando acerca de Su Iglesia, de los miembros de Su Iglesia, de los creyentes en El, dijo: “Vosotros sois la luz del mundo.”
Y ahora, la resurrección para los muertos en Cristo será en la mañana del Día Postrero, y cuando decimos ‘en la mañana del Día Postrero,’ siendo que Dios estableció vigilias, hay cuatro vigilias. Vean las cuatro vigilias: las tres primeras son de 9:00 a 12:00 de la noche, la primera; de 12:00 a 3:00 de la mañana, la segunda; de 3:00 de la mañana a 6:00 de la mañana, la tercera; y de 6:00 de la mañana a 9:00 de la mañana, la cuarta.
Cristo resucitó en la cuarta vigilia, resucitó en la mañana. También cuando le apareció a Sus discípulos en Su Ministerio terrenal, cuando la barca de ellos estaba en peligro, lo cual sucedió luego que Jesús había multiplicado los panes y los peces, luego los discípulos fueron enviados por Jesús para pasar al otro lado durante la noche, y durante la noche una tempestad se levantó y quería destruir la barca en la cual iban los apóstoles, para destruir así a los apóstoles; pero Cristo vino caminando sobre las aguas del mar de Galilea a ellos en la cuarta vigilia; y siendo en la cuarta vigilia que Cristo apareció caminando sobre las aguas del mar de galilea embravecido, esto nos habla de la Segunda Venida de Cristo.
La barca con los apóstoles representa la Iglesia de Jesucristo, desde los tiempos pasados hasta este tiempo final, la cual ha estado pasando por estos dos mil años aproximadamente, en donde es la noche para este mundo; este mundo ha vivido en oscuridad, y la única luz que ha tenido, ha sido a Cristo en Su Iglesia resplandeciendo y enviando a Sus mensajeros de edad en edad, señalados como estrellas en el libro del Apocalipsis; y en cada uno de esos mensajeros estuvo Cristo resplandeciendo, reflejándose, a través de cada mensajero, y la Iglesia del Señor Jesucristo fue representada en la luna, ¿por qué? Porque estaba pasando por esas etapas de oscuridad durante estos dos mil años que han estado transcurriendo.
Pero en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11, tenemos ahí al Angel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube, y con el Arco Iris alrededor de Su cabeza y con Su rostro como el sol, como fue visto también en San Mateo capítulo 17, en el monte de la transfiguración, Jesús con Su rostro como el sol. Ese Angel Fuerte que desciende el Cielo es Cristo y viene con Sus ojos como llama de fuego, viene con un librito abierto en Su mano y viene con Sus pies de bronce, o sea, que viene para el juicio divino como Juez de toda la Tierra, viene para la predicación del Día de venganza del Dios nuestro. En Su Primera Venida, cuando leyó Isaías 61, El dijo:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido el Señor…”
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.”
Y allí se detuvo, si continuaba leyendo, a continuación decía: “y el día de venganza del Dios nuestro.”
¿Por qué no leyó esa otra parte? Porque la predicación del día de venganza del Dios nuestro es para la Segunda Venida de Cristo:
“Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”
Esa Escritura fue cumplida en la Primera Venida de Cristo, y la predicación del Día de venganza del Dios nuestro corresponde a la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto en la Segunda Venida de Cristo con Sus ángeles se estará enseñando, se estará dando a conocer el juicio divino que ha de venir sobre el reino de los gentiles, el cual en el Día Postrero estará en los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que vio Nabucodonosor en sueño, y la interpretó el profeta Daniel en el capítulo 2, verso 35 al 45 del libro del profeta Daniel.
Los pies de hierro y de barro cocido también tienen diez dedos, y en Apocalipsis, capítulo 17, verso 8 al 17, encontramos que esos son diez reyes que le darán su poder y su autoridad a la bestia, y así el anticristo en el tiempo final, en el Día Postrero, estará gobernando; pero se levantará en contra del Cordero y el Cordero lo vencerá.
Apocalipsis, capítulo 17, verso 14, dice que peleará contra el Cordero, la bestia con los diez reyes, pero dice: “Pero el Cordero los vencerá, porque El es Rey de reyes y Señor de señores.” ¿Por qué? Porque en Su Segunda Venida El viene como rey de reyes y Señor de señores, y viene con Sus pies como bronce bruñido, y el bronce representa el juicio divino.
Y ahora en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11, encontramos que el Angel Fuerte desciende del Cielo, coloca Su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la Tierra, y clamó como cuando ruge un león, y cuando hubo clamado Siete Truenos emitieron sus voces.
Y cuando Juan escuchó lo que los Siete Truenos hablaron, pues los Siete Truenos es la Voz de Cristo, el Angel Fuerte, hablando, hablando Su Mensaje correspondiente a este tiempo final y revelando el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Segunda Venida. Pero a Juan le fue prohibido escribir lo que los Truenos hablaron, le fue prohibido escribir lo que el Angel Fuerte habló, cuando clamó como cuando ruge un león.
Y ahora, el Angel Fuerte que es Cristo, viene con el Arco Iris alrededor de Su cabeza, o sea, que viene con el Pacto Divino. Por lo tanto El le confirmará el Pacto al pueblo hebreo, en los tres años y medio que le quedan al pueblo hebreo de la semana numero 70 de la profecía de Daniel, capítulo 9, y le estará confirmando Su Pacto a Su Iglesia en este tiempo final; Su Pacto, el Nuevo Pacto, bajo la Sangre del Nuevo Pacto que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.
En San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, Cristo también habló de la Venida del Hijo del Hombre y dice que será vista la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, y que el Hijo del Hombre vendrá sobre las nubes del Cielo. Dice, capítulo 24, verso 30 al 31:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”
Serán llamados y juntados por medio del ministerio de los ángeles del Hijo del Hombre sonando la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino. Con la predicación del Evangelio del Reino los ángeles del Hijo del Hombre llamarán y juntarán a los escogidos de Dios del Día Postrero, de la Iglesia de Jesucristo primeramente, y después los escogidos de Dios del pueblo hebreo que son 144 mil hebreos.
Por eso en Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante (verso 1 al 17), aparece el Angel que viene con el Sello del Dios vivo, o sea, el Angel Mensajero que viene con el Espíritu Santo; pues el Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo vendrá en ese Angel que sube de donde nace el sol, y vendrá el Espíritu Santo enseñando al pueblo hebreo, y llamará, juntará y sellará, 144 mil hebreos, 12 mil de cada tribu; esos son los escogidos de Dios de en medio del pueblo hebreo, 12 mil de cada tribu.
En Apocalipsis, capítulo 14, verso 1 en adelante, ya aparecen con el Cordero sobre el Monte de Sion sellados en sus frentes con el Nombre de su Padre y el Nombre del Cordero escrito en sus frentes; porque el Angel que viene con el Sello del Dios vivo los llamó, los juntó y los Selló con el Sello del Dios vivo, ése es el Ministerio correspondiente al Día Postrero a través del cual Dios en Espíritu Santo estará manifestado en ese Angel Mensajero que viene con el Sello del Dios vivo, que viene con el Espíritu Santo en él manifestado, enseñando a Su pueblo; enseñando primeramente a la Iglesia del Señor Jesucristo y así siendo llamados y juntados los escogidos del cristianismo, para ser preparados para ser transformados en el Día Postrero y luego ir a la Cena de las Bodas del Cordero, y luego llamará y juntará también 144 mil hebreos.
Por lo tanto ninguna otra persona podrá llevar a cabo el cumplimiento de esa profecía, solamente ese Angel Mensajero. Un Angel es un Mensajero, un Profeta Mensajero de Dios. Y en éste profeta Mensajero de Dios, en el Día Postrero, estará el Espíritu Santo manifestado usándolo, y hablando por medio de ese Profeta con ese Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y así estará llamando y juntando a todos los escogidos de Dios del Día Postrero, los escogidos de en medio del cristianismo y los escogidos de en medio del pueblo hebreo, o sea, de en medio del judaísmo:
“Y Enviara sus Angeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos.”
Muchas personas están esperando la Venida del Señor, la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles en este tiempo final, y el pueblo hebreo también está esperando la Venida del Mesías. Por lo tanto nos conviene conocer, escudriñar, las Escrituras y conocer este misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Angeles para llamar y juntar a Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta; pues Pablo habló de esa Trompeta o Gran Voz de Trompeta, la llamó: “Trompeta de Dios,” en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 al 17, y en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 50 al 55, la llamó: “La Trompeta Final.” Es la misma Trompeta, porque esa es la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo en el Día Postrero, llamando y juntando a todos Sus escogidos.
Y ahora, todos quieren escuchar esa Gran Voz de Trompeta, para así ser llamados y ser recogidos en este tiempo final. Cristo hablando del recogimiento de los escogidos también lo tipificó en la siembra del trigo y luego la cosecha del trigo.
Ahora, en esa siembra y cosecha del trigo, encontramos que Dios reflejó todo el Programa Divino que se llevaría a cabo en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Todo lo que Dios hace está reflejado en la naturaleza, está reflejado en los árboles: la siembra, la cosecha; y está reflejado también en el Cielo: las estrellas. Por eso es que el mismo Cristo habla del sol, y El dice: “Yo soy la Luz del mundo.”
Por medio del profeta Malaquías dice en el capítulo 4, verso 2:
“Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia, y en sus alas traerá salvación.”
Eso es la Segunda Venida de Cristo como el Sol de Justicia. El sol es el astro rey, y Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores; por lo tanto Su Segunda Venida está representada en el nacimiento del sol; como también está representada entre los animales en el león; por eso El dice en el libro del Apocalipsis que El es el León de la tribu de Judá; el león es el rey de los animales, y Jesucristo es el Rey de todos los seres humanos y de los cielos también.
En San Marcos, capítulo 4, verso 26 al 29, dice:
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después el grano lleno en la espiga;
y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.”
Y ahora, Cristo nos dijo en San Juan, capítulo 12, verso 24:
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Cristo murió, resucitó y ascendió al Cielo; y en el día de pentecostés, de ese grano de trigo que fue sembrado en Tierra nació la Iglesia del Señor Jesucristo; el grano de trigo nació en la forma de una planta de trigo, en la forma de Su Iglesia. Por eso, así como el fruto de trigo lo lleva la planta, así el fruto del Grano de Trigo que fue sembrado en Tierra lo lleva la Planta de trigo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, y el trigo son los hijos e hijas de Dios.
Porque un grano de trigo que es sembrado en Tierra, luego nace la forma de una planta y su fruto es: muchos granos de trigo. Y Jesucristo, el Grano de Trigo que fue sembrado en Tierra, es el Hijo de Dios, y el fruto de Jesucristo, el Grano de Trigo que fue sembrado en Tierra, son hijos e hijas de Dios, para reproducirse en hijos e hijas de Dios; conforme a la ley de la reproducción del trigo, vean ustedes, se reproduce un grano de trigo en muchos granos de trigo, en la planta de trigo.
Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo es que vemos la reproducción de Jesucristo, para ser a imagen y semejanza de Jesucristo, el Grano de Trigo que fue sembrado en Tierra. Por eso desde el día de pentecostés en adelante, se ha estado predicando el Evangelio de la Gracia, para que toda persona, toda oveja del Señor, toda alma de Dios, pueda escuchar la Voz de Cristo enseñándonos Su Programa de Redención.
Ahora, esto no es del que quiere, ni del que corra, sino de Dios que tiene Misericordia. Es por la Misericordia de Dios extendida a la persona, que la persona escucha la Voz de Cristo, y Dios le abre el corazón, el alma, y al escuchar la Voz de Cristo no endurece su corazón; hay otros que si endurecen su corazón; pero Dios ha dicho: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón.”
La Voz de Cristo enseñándonos Su Programa de etapa en etapa, de edad en edad por medio de los mensajeros que El ha enviado a Su Iglesia, señalados como ángeles mensajeros, que son espíritus ministradores que ministran la Palabra de Dios a la Iglesia del Señor Jesucristo, que son los herederos de salvación. Hebreos, capítulo 1, verso 14, dice que son espíritus ministradores enviados a los herederos de salvación. Y Hebreos, capítulo 1, verso 7, dice que Dios hace a Sus ángeles llama de fuego… vamos a ver… hace a Sus ángeles espíritu y a Sus ministros llama de fuego. Vamos a ver bien cómo aquí está para que tengamos el cuadro claro, capítulo 1, verso 7, dice:
“Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego.”
Y ahora, Dios ha enviado Sus ángeles de etapa en etapa, de edad en edad, y por eso los siete ángeles enviados a la Iglesia durante las siete edades, representados en los siete ministros de las siete iglesias de Asía Menor, que fueron tomadas como tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo pasando por Sus diferentes etapas; pues esas iglesias, siete iglesias de Asía Menor, mencionadas, tenían las características que estarían manifestadas en las diferentes etapas de la Iglesia de Jesucristo; y esos ministros de esas iglesias representaban, tipificaban, a los siete ministros mensajeros, siete ángeles mensajeros, que Cristo tendría en Su Iglesia durante las siete etapas o edades. Y esos fueron ángeles ministradores enviados a la Iglesia de Jesucristo, a los herederos de salvación.
Apocalipsis, capítulo 1 nos habla de esas siete iglesias y de los siete ángeles; capítulo 1, versos 10 al 20, y también en los capítulos 2 y 3 nos habla de esas iglesias y de esos ángeles, y dice:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias…”
Porque el Espíritu Santo estaba hablando de edad en edad a todos los hijos e hijas de Dios, estaba hablando a Su Iglesia y en Su Iglesia por medio del Mensajero de cada edad; era un misterio, pero ese misterio ya ha sido abierto a la Iglesia de Jesucristo.
Y ahora, para el Día Postrero las cosas que han de suceder en este tiempo final serán abiertas, reveladas, pues ellas están profetizadas en la Biblia; pero Dios le dijo al profeta Daniel, en el capítulo 12, cuando él quiso conocer estas cosas que iban a suceder, Dios le dijo: “Estas palabras están selladas y cerradas hasta el tiempo del fin.”
En el tiempo del fin es que estas palabras proféticas serían abiertas, a la Iglesia de Jesucristo primeramente y después al pueblo hebreo. Por lo tanto los que estarán viviendo en este tiempo final tendrán el privilegio de escuchar estas mismas cosas que el profeta Daniel escuchó y quiso entender, pues él quiso entender estas cosas que pasarían en este tiempo final, en el Día Postrero, pero le fue dicho que estaban selladas y cerradas hasta el tiempo del fin.
Y ahora todos estamos conscientes que estamos viviendo en el Día Postrero, estamos viviendo en el tiempo final; por lo tanto estas profecías contenidas en el libro del profeta Daniel y en el libro del Apocalipsis y demás libros de los profetas como Isaías, Jeremías, Ezequiel, Malaquías, Zacarías y todos estos profetas, tienen que ser abiertas estas profecías para poderlas entender, para así poder comprender estas profecías que hablan de las cosas que han de suceder en este tiempo, pero que por cuanto están selladas no pueden ser comprendidas a menos que Dios por medio de Su manifestación en Espíritu Santo abra estas profecías, nos abra estas Escrituras como se las abrió Jesús, las correspondientes a aquel tiempo a Sus discípulos.
Vean, los mismos discípulos de Cristo no entendían lo que se estaba cumpliendo, aunque ellos sabían que Jesús era el Mesías, pero ellos no comprendían el porqué El les hablaba de que tenía que morir. Pedro le dijo: “Tal cosa a ti no te acontezca.” Pero Jesús le dijo: “Apartate de mí Satanás.” ¿Por qué? Porque el único que no quería que se cumpliera lo que el Mesías tenía que hacer era el diablo.
Y lo que el Mesías tiene que hacer en Su Primera Venida, tenía que ser cumplido, y lo cumplió Jesucristo; y lo que el Mesías tiene que hacer en Su Segunda Venida tiene que ser cumplido.
Y ahora, ellos no comprendían las cosas que el Mesías estaría haciendo en aquel tiempo; pero luego que Jesús murió y resucitó, le abrió las Escrituras y les abrió el entendimiento, y entonces comprendieron que todas aquellas cosas que le sucedieron a Jesús estaban profetizadas que sucederían en aquel tiempo, y sucedieron en la primera parte de la semana número 70 de la profecía de Daniel, o sea, en los primeros tres años y medio de la semana numero 70; cada semana contiene siete años, es una semana de años.
Y ahora, la semana número 70 es la última semana para el pueblo hebreo, y ya de esa semana se cumplió la mitad: los tres años y medio del Ministerio de Jesús, y los otros tres años y medio de esa semana número 70 corresponden al tiempo de la gran tribulación, donde los Ministerios de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, estarán manifestados para el pueblo hebreo, revelándole al pueblo hebreo el misterio de la Venida del Hijo del Hombre, el misterio de la Venida del Mesías.
Y entonces ellos entenderán lo que ha sido la Primera Venida del Mesías, y también entenderán el misterio de la Segunda Venida del Mesías, pues la mayor parte de los teólogos del pueblo hebreo en los días de Jesús —y tiempos antes de Jesús— tenían la Venida del Mesías, las profecías de la Venida del Mesías, como una sola; y algunos no podían separar la parte que correspondía a la Primera Venida y lo que correspondía a la Segunda Venida.
Pero todo eso va a ser comprendido por el pueblo hebreo bajo el Ministerio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles; ellos van a ver la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, ¿dónde? En medio de la Iglesia del Señor Jesucristo siendo cumplida la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, como fue cumplida la Venida del Hijo del Hombre dos mil años atrás en medio del pueblo hebreo, o sea, en medio del Israel terrenal.
Y ahora, la Segunda Venida de Cristo será en medio del Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual por dos mil años ha estado esperando la Segunda Venida de Cristo con Sus ángeles, para ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios, y preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ahora, antes de tener Cristo el Ministerio de tres años y medio, encontramos que El estuvo en la Tierra por 29 años y medio, y muy pocas personas supieron que la Primera Venida de Cristo estaba cumplida en medio del pueblo hebreo, pero todavía no había comenzado Su Ministerio; por lo tanto la plenitud de Dios cuando fue bautizado por Juan fue que vino sobre Jesús.
Y ahora, antes de cumplirse en la semana número 70, en la primera parte de la semana número 70, el Ministerio del Mesías, pues el Mesías tenía que haber nacido en la Tierra, tenía que criarse, crecer y llegar a la edad correspondiente que Dios tenía en Su Programa, para Dios usar ese velo de carne llamado Jesús, ungirlo con Su Espíritu Santo en toda Su plenitud, y así tener el Ministerio Mesiánico de tres años y medio, y llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Todas estas cosas estaban en la Mente de Dios. Por eso Dios habló acerca del nacimiento del Mesías a través de una virgen hebrea de la tribu de Judá, descendiente del rey David, y nacería en Belén de Judea.
Y ahora, siendo que la promesa era que una virgen tendría un hijo, pues tenían que comprender todos que nacería un niño en Belén de Judea, pero luego tendría que crecer, tenía que crecer, para después llevar a cabo Su Ministerio Mesiánico en medio del pueblo hebreo. O sea, que cuando Dios dio las profecías de la Primera Venida del Mesías, esas profecías de la Primera Venida del Mesías cubrirían unos 33 años.
Es que algunas veces las personas cuando escuchan acerca de la Venida del Mesías, piensan: “Llega y ya está todo.” Y no saben que siendo un misterio Divino, tiene que ser cumplido y tener un proceso en cual se vaya cumpliendo cada profecía. Antes de llegar en un burrito o asno, pues tenía que nacer en la Tierra.
Así que vean ustedes que la Venida del Mesías, la Primera Venida del Mesías, estuvo cumplida en la Tierra por 29 años y medio, y muy pocas personas sabían que estaba ya cumplida la Venida del Mesías, aunque aquellos magos o sabios habían anunciado que ya el Mesías estaba en la Tierra. Luego comenzó Su Ministerio, y los que estaban esperando la Venida del Mesías como nación y como religión: la religión hebrea bajo la ley, bajo la Dispensación de la Ley; cuando lo vieron, no lo reconocieron; era un hombre sencillo, de unos 30 años aproximadamente, comenzando un Ministerio, luego de ser bautizado por Juan.
Y ahora, el Mesías del cual Juan el Bautista había dicho que después de él vendría uno del cual él no era digno de desatar la correa de Su calzado, el cual era mayor que él y era primero que él, y el cual los bautizaría con Espíritu Santo y fuego.
Y ahora, el precursor de la Primera Venida de Cristo anuncia que el Mesías viene después de él, y también dice Juan: “Y está entre vosotros.” Porque cuando el precursor está en la Tierra, pues entonces el Mesías también estaba en la Tierra. Y dice: “El les bautizará con Espíritu Santo y fuego; yo les bautizo en agua, con bautismo de arrepentimiento, pero El los bautizará con Espíritu Santo y fuego, o sea, El les dará el bautismo del Espíritu Santo y así producirá el nuevo nacimiento.”
Y ahora, cuando lo ve, dice: “Este es, éste es aquel del cual yo dije que vendría después de mi, este es aquel varón.” Juan el Bautista estaba anunciando un varón, un hombre, que vendría después de él, el cual sería el Mesías. ¿Y saben ustedes una cosa? Siendo que María y Elizabet (María, la virgen María, y Elizabet, la madre de Juan el Bautista, eran parientes o parientas), Jesús según la carne y Juan el Bautista eran primos.
Y ahora Jesús viene a ser un discípulo de Juan, porque recibió allí el bautismo por Juan, porque El creyó el Mensaje de Juan.
Y ahora, Juan no quería bautizar a Jesús, y le dice: “Ahora, yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, y Tu vienes a mí para que yo te bautice.” Y no quería bautizar a Jesús, y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia.” Y entonces lo bautizó.
El cordero pascual tenía que ser lavado; y ahora Cristo tenía que ser bautizado, así como era lavado el cordero pascual; porque no se puede ofrecer a Dios un sacrificio, un animalito, todo sucio, que venga, que lo traigan, del campo, sino que tiene que ser limpio, lavado y sin defectos.
Y ahora, Juan el Bautista entonces lo bautiza y ve el Cielo abierto y ve al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús, y dice: “Yo no lo conocía”; o sea, no conocía a Jesús como el Mesías, no conocía a Jesús como el hombre, el varón, al cual él le estaba preparando el camino; aunque eran primos; y si se habían visto cuando eran niños o jovencitos y se conocían según la carne, Juan según el Ministerio que Dios operaría en Jesús, no lo conocía, no lo conocía como el Mesías; y cuado vino lo reconoció porque el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma y ahí moró Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud en ese templo humano. Por eso es que Jesús decía: “Destruyan este templo (refiriéndose a Su cuerpo) y en tres días yo lo levantaré.” Dios estaba en Su templo humano llamado Jesús, habitando en Toda Su plenitud y cumpliendo las promesas Mesíanicas de la Primera Venida del Mesías como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo.
¿Y por qué los grandes líderes religiosos de la religión hebrea: el sumo sacerdote con el concilio del sanedrín, 70 sabios con el sumo sacerdote que era el número 71, no reconocieron el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías? La Escritura, Isaías dijo que estarían ciegos, y viendo no verían y oyendo no escucharían. Por eso es que Cristo dijo a Sus discípulos: “Vosotros sois bienaventurados (hablándole a Sus discípulos), porque muchos de los sabios y de los profetas quisieron ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís y no lo oyeron.” Todos querían ver la Venida del Mesías y todos querían escuchar al Mesías en Su Venida; pero ese privilegio lo tenían los discípulos de Jesucristo.
Sin embargo otros veían la Venida del Mesías y lo escuchaban, y decían: “Ese no es el Mesías, ése es Jesús de Nazaret, hijo de José y de María, lo conocemos a él y conocemos a sus padres también.” Pero sin embargo ese era el Mesías, un hombre sencillo sin una educación universitaria, sin una educación teológica; pero en El estaba Dios manifestado en toda Su plenitud, lo que lo convertía en el Mesías era que Dios estaba en El manifestado en toda Su plenitud. Mesías significa ungido. Y ése era el Ungido por el Espíritu Santo en toda Su plenitud, ése era el Mesías, el Cristo donde estaba el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, hecho carne, el Verbo que era con Dios y era Dios, el Angel del Pacto, hecho carne en la persona de Jesús; y eso fue la Primera Venida del Mesías, la Venida del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, la Venida del Angel del Pacto, el que había libertado al pueblo hebreo viniendo en un velo de carne llamado Jesús.
Y ahora, Jesús decía: “Nadie subió al Cielo sino el que descendió del Cielo, el Hijo del Hombre que está en el Cielo.” Y también decía: “Yo del Cielo he venido,” y estaba en la Tierra, y había nacido en la Tierra su cuerpo de carne. Y los judíos decían: “Nosotros lo conocemos y conocemos a sus padres, ¿cómo dice este: del Cielo he descendido?” Es que el que había descendido del Cielo era el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que estaba dentro de ese velo de carne.
Juan el Bautista cuando lo presentó dijo: “El es mayor que yo y era primero que yo”; era primero que Juan, nació después de Juan y comenzó Su Ministerio después de Juan. O sea, que el primero vino después; y el mismo Jesús hablándonos de El antes de estar en Su cuerpo de carne, ¿saben lo que dijo? En San Juan, capítulo 8, verso 56 al 59:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? (porque Abraham había vivido hacía cientos de años).”
Y ahora, Jesús dice que Abraham se gozó de que había de ver Su día, y lo vio y se gozó; eso fue cuando Abraham el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra recibió la visita de tres ángeles, los cuales fueron: Elohím, Gabriel y Miguel; los dos arcángeles Gabriel y Miguel con Elohím. Allí Elohím comió con Abraham y también los arcángeles Gabriel y Miguel, porque Elohím —Dios— creó para Sí mismo y para Sus arcángeles un cuerpo del polvo de la Tierra, para esa visita especial que le hizo a Abraham el día antes de la destrucción de Sodoma y de Gomorra. Ahí Abraham se gozó, él está viendo allí en esa ocasión también lo que sería la Venida del Señor, está viendo la Primera y Segunda Venida de Cristo:
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
De seguro ellos dicen: “¡Ya esto es el colmo! Ahora no solamente dice que vio a Abraham y comió con Abraham y se gozó Abraham al verlo; sino que ahora dice que es primero que Abraham; por lo tanto se está colocando como mayor que Abraham.” El es el mismo Melquisedec que le apareció a Abraham, cuando venía Abraham de la victoria obtenida contra aquellos reyes que se habían llevado a Lot y a su familia y a muchas personas de Sodoma y de Gomorra.
Ese Melquisedec que le apareció a Abraham, el cual es Melquisedec, Rey de Salem y Sacerdote el Dios Altísimo, y Rey de Paz y de Justicia, es el mismo Jesucristo en Su cuerpo teofánico como Sumo Sacerdote. El es Sacerdote del Templo Celestial. Ese es un Orden Sacerdotal del Cielo, el cual se reflejó en el orden sacerdotal Levítico del cual Aarón fue el primer sumo sacerdote y luego los descendientes de Aarón eran los que tenían el derecho al sumo sacerdocio. Pero ahora hay un Sacerdocio superior al sacerdocio Levítico, el sacerdocio Levítico solamente tipifica el Sacerdocio Celestial; y el Sacerdocio Celestial es el Sacerdocio del Orden de Melquisedec, el Sacerdocio de Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo del Templo Celestial; y a ese Orden Sacerdotal pertenecen todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Vean ustedes lo que nos dice el apóstol San Pedro, en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 al 10, dice:
“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”
¿Y por qué por medio de Jesucristo? Porque Jesucristo es el Sumo Sacerdote. Y nosotros somos Sacerdotes de ese Sacerdocio Santo y Celestial; así como en el orden Levítico hubo un sumo sacerdote y con ese sumo sacerdote hubo otros sacerdotes, pero uno era el Sumo Sacerdote, y el único que podía entrar al lugar santísimo. Sigue diciendo:
“Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
vosotros también que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
Y aquí tenemos al Orden Sacerdotal Celestial del Melquisedec al cual cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo pertenece, y por eso es que somos Sacerdotes de Dios, porque somos hijos del Sumo Sacerdote del Templo Celestial, y el Sumo Sacerdote del Templo Celestial es Melquisedec, Jesucristo nuestro Salvador. Por eso está la profecía dicha: “Tu eres Sacerdote conforme al Orden de Melquisedec.” Y ahora nosotros somos Sacerdotes conforme al Orden de Melquisedec también.
Y ahora podemos ver un Nuevo Orden Sacerdotal en el Israel Celestial. Todas estas cosas se reflejaron en el Israel terrenal, pero el Israel terrenal está compuesto por los siervos de Dios, pero el Israel Celestial está compuesto por los hijos e hijas de Dios. ¿Qué es más grande?…
¿En la Casa de Abraham quién era más grande: el siervo de Abraham, Eliezer o Isaac naciendo y siendo un bebé? Isaac aunque era un bebé, era mayor que el mayordomo de Abraham, porque el mayordomo de Abraham era un siervo.
Y en el Reino de Dios, los hijos e hijas de Dios son mayores que los siervos de Dios. Por eso Moisés como siervo fue fiel en toda la Casa de Dios; pero ahora Cristo como Hijo sobre Su casa, la cual Casa somos nosotros; la Casa de Dios, siendo nosotros Casa, es descendencia, Casa es Familia; la Casa de Dios, la Familia de Dios, los hijos e hijas de Dios, los cuales son señalados en la Escritura como un Templo Espiritual de Jesucristo; Casa de Dios, Templo de Jesucristo, para morada de Dios en Espíritu y para así ser los herederos porque, ¿quién es el heredero? Abraham se preocupaba mucho porque no tenía hijos y ya llevaba alrededor, cerca de 25 años y sin hijo, desde que Dios le había dado la promesa; pero Dios le dijo… Abraham decía: “Me va a heredar este esclavo mio, este siervo mio, el cual está conmigo y nació acá en la Casa, y me va a heredar él, porque no tengo yo un hijo. Dios le dijo a Abraham: “No te va a heredar tu siervo Eliezer, sino un hijo tuyo que te nacerá.” ¿El cual nacería por medio de quién? De Sara. Así que el heredero era un hijo y no era un siervo.
Y ahora, los herederos de Dios y coherederos con Cristo son hijos e hijas de Dios, y Jesucristo es el heredero de los Cielos y de la Tierra y nosotros somos coherederos con El; somos herederos de Dios y coherederos con Cristo. Por eso es que en la Familia de Dios los hijos tienen el lugar principal, son los Reyes y Sacerdotes y Jueces para el Reino Milenial y para toda la eternidad.
El pueblo hebreo en cual se ha reflejado todo este Programa que Dios llevará a cabo con los hijos e hijas de Dios, tiene una bendición grande, y aún de en medio del pueblo hebreo Dios ha tenido en el pasado y tiene en el presente hijos, los cuales en el pasado han sido llamados y colocados en el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así ha sido de edad en edad. Los mismos apóstoles eran hebreos, y Jesús por nacimiento también era hebreo según la carne. Por lo tanto Dios ha tenido y tiene hijos Suyos entre los hebreos y también entre los gentiles. Y por medio del nuevo nacimiento es que cada alma de Dios es identificada como un hijo o una hija de Dios.
Por eso le dijo Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, que era necesario nacer de nuevo, le dijo: “Es necesario nacer de nuevo —dijo—, porque el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios, no lo puede entender.” Nicodemo pensó que era naciendo de nuevo por medio de una mujer, y dijo: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo…” Eso significa que Nicodemo ya era una persona avanzada en edad y estaba muy preocupado, porque si había que nacer de nuevo, ¿cómo iba a nacer de nuevo? ¿Sería por medio de una mujer y sería por medio de la misma mujer a través de la cual nació? “¿Y cómo puede hacerse esto: un hombre ya siendo viejo?…” ¿Y si su mamá ya estaba ancianita o si su mamá había muerto? Si había muerto entonces era imposible para Nicodemo el nuevo nacimiento. O sea, que esas son las ideas que la gente se hace en cuanto al Programa Divino.
Vean un hombre tan sabio, y miren con unas ideas o un conocimiento tan infantil. Pero Cristo le dice… él le dice a Cristo: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer?” Miren qué tipo de preguntas hace Nicodemo. Cristo le enseña cómo es que la persona nace de nuevo. “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.”
Así como hemos nacido por medio de nuestros padres terrenales y hemos obtenido un espíritu del mundo y un cuerpo mortal, corruptible y temporal, del cual San Pablo dice que es cuerpo animal (en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 42 en adelante). Y el espíritu del mundo que la persona recibe es de la quinta dimensión; por eso tiene que nacer de nuevo, para poder obtener un espíritu del cielo, un espíritu celestial y así obtener un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; para eso es que el Espíritu Santo viene a la persona que ha creído en Jesucristo como Su Salvador, y ha lavado sus pecados en Su Sangre y ha sido bautizado en Su Nombre, para producir en la persona el nuevo nacimiento y así el viejo hombre morir, el viejo hombre estar muerto y sepultado, y el nuevo hombre a imagen de Cristo, con un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y un cuerpo teofánico de la sexta dimensión es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, es un cuerpo angelical.
Y ahora, esa es la primicia o las primicias del espíritu. Y para el Día Postrero en adición a las primicias del espíritu, Dios le dará a Sus escogidos la plenitud del espíritu que será la transformación de nuestros cuerpos y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos, o sea, que nos dará un nuevo cuerpo físico, eterno, inmortal e incorruptible.
¿Quiénes serán los que recibirán ese nuevo cuerpo? Pues los que hayan nacido de nuevo. No es del que quiera ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia; es esa bendición para las ovejas del Señor que de etapa en etapa, de edad en edad, durante estos dos mil años aproximadamente de Dispensación de la Gracia, han estado escuchando la Voz de Cristo y han estado siendo enseñados por Dios, Dios en Espíritu Santo ha estado enseñando a Sus ovejas de etapa en etapa; porque todos serán enseñados por Dios dice Isaías, capítulo 54, verso 13, y también lo repite el Señor Jesucristo en San Juan, capítulo 6, verso 45.
¿Y cómo es que Dios enseña a Su pueblo? Por medio de un hombre, de un Profeta.
Y ahora, Cristo en San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16, dijo:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.”
¿Qué significa esto? Que las ovejas del Señor que son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo que serían llamados y juntados, son ovejas desde antes de la fundación del mundo. Una persona no puede hacerse una oveja; como otro animal no puede hacerse una oveja si no es una oveja desde que nació; pueden vestir de oveja a un lobo, pero seguirá siendo un lobo, con pieles de ovejas que les pongan pero sigue siendo su naturaleza de lobo.
Ahora, las ovejas de Cristo, El dice que el Padre se las dio, dice:
“Así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no son del pueblo hebreo); aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” [San Juan 10-15:16 – Editor].
Y ahora, ¿cómo van a escuchar la Voz de Cristo, si Cristo murió, resucitó y ascendió al Cielo? Por medio de Sus mensajeros que El enviaría a través de cada edad. Entre los gentiles las ovejas, las otras ovejas que El tendría, que serían dentro de los gentiles, podemos ver cómo comenzó el llamado para esas otras ovejas: Dios usó a San Pedro en la casa de Cornelio, un centurión gentil, y ahí la Puerta se abrió para las ovejas de entre los gentiles, porque son ovejas de Cristo; y luego envió a San Pablo a los gentiles para llamar las ovejas de entre los gentiles.
Y San pablo fue el primer ángel mensajero a través del cual Cristo en Espíritu Santo estuvo llamando y juntando Sus ovejas de entre los gentiles de aquella primera edad entre los gentiles. San Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí.” Por lo tanto era Cristo en San Pablo enseñando a Sus ovejas y llamado a Sus ovejas, ¿y colocándolas dónde? En Su Redil. Y Su Redil es Su Iglesia, la cual nació el día de pentecostés. Su Iglesia sería llena de ovejas del Señor de entre los hebreos y de entre los gentiles.
Y por medio de Sus mensajeros de etapa en etapa, de edad, Cristo en Espíritu Santo ha estado enseñando a Sus ovejas y ha estado llamando y juntando a Sus ovejas. El dijo también: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.”
La Voz de Cristo ha estado en cada uno de Sus ángeles mensajeros, enseñando a Sus ovejas; y así todos han estado siendo enseñados por Dios de edad en edad. En el monte de la transfiguración Dios dijo: “Este es mio hijo amado en quien tengo complacencia, a El oid.”
Y de etapa en etapa las ovejas del Señor Jesucristo han estado escuchando la Voz del Buen Pastor, la Voz de Jesucristo por medio de Sus mensajeros que El ha enviado de edad en edad.
Tenemos estos grandes mensajeros para las siete edades: San Pablo en la primera edad, Ireneo en la segunda, Martín en la tercera, Colombo en la cuarta, Lutero en la quinta, Wesley en la sexta y el Rvdo. William Branham en la séptima edad. Estas etapas o edades se cumplieron en diferentes territorios: la primera en Asia menor, la segunda en Francia, la tercera en Hungría y Francia, la cuarta edad en Irlanda y Escocia, la quinta edad en Alemania, la sexta edad en Inglaterra y la séptima edad en Norteamérica.
¿Y no hay nada para nosotros los latinoamericanos y caribeños? Esa es una buena pregunta. Ya estas siete edades hasta aquí se cumplieron…………………….
[CORTE EN EL VIDEO ORIGINAL – EDITOR]
… les enseñaría todas las cosas.
Y ahora, de edad en edad ha estado el Espíritu Santo en esos Mensajeros enseñando a Su Iglesia, enseñando a Sus ovejas, llamándolas y juntándolas en cada etapa.
Y ahora, tenemos la Edad de la Piedra Angular para el Día Postrero, la cual corresponde a la América Latina y el Caribe en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
¿Y a quién enviará Jesucristo para por medio de esa persona Cristo enseñarle a Su Iglesia todas las cosas que nosotros necesitamos conocer en este tiempo final? Cristo en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, habló con esa Gran Voz de Trompeta en el Día del Señor. Dice Juan el apóstol:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.”
¿Quién es el Alfa y Omega, quién es el primero y el último? Pues nuestro amado Señor Jesucristo. Es nuestro amado Señor Jesucristo el que en el Día Postrero; que es el Día del Señor, así como el sábado es el día del Señor para el pueblo hebreo dado por Dios para descanso, el séptimo milenio es el milenio de descanso para la Tierra y para la raza humana. Y en el Día del Señor es que Juan escucha esa Gran Voz como de Trompeta, del Alfa y Omega, o sea, de Jesucristo nuestro Salvador. Es Cristo hablando en el Día Postrero con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.
Y ahora, ¿qué cosas estará hablando? En Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
¿Y cómo vamos a subir, y a dónde vamos a subir? Vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular. Porque ya Cristo no está en ninguna de estas siete edades [El Hno. William muestra el diagrama ‘La estatura de un hombre perfecto.’ – Editor], porque ya El estuvo en cada una de esas edades, manifestado en el ángel mensajero de cada edad enseñando a Su Pueblo, a Su Iglesia.
Y ahora, así como ha ido subiendo de edad en edad a través de Su manifestación en cada mensajero, sube a la Edad de la Piedra Angular y ahí es donde El promete darnos a conocer todas las cosas que deben suceder pronto en el Día del Señor, o sea, en el séptimo milenio.
¿Y cómo estará hablando Cristo? Ya hemos visto que El ha estado hablando por medio de hombres, de mensajeros, llamados ángeles mensajeros del Señor Jesucristo, señalados también como las siete estrellas en la Diestra de Jesucristo, del Hijo del Hombre.
Así como Dios en Espíritu Santo habló en el Antiguo Testamento por hombres, por profetas, en el Nuevo Testamento Cristo en Espíritu Santo ha estado hablando por medio de hombres también, y llamado a Sus escogidos y dándole a conocer las cosas que El deseaba enseñarle a Su pueblo en cada edad.
Pero ahora para el tiempo final hay cosas que estarán sucediendo que están profetizadas, pero que las personas no las comprenden; y esas cosas tienen que ser abiertas, esas Escrituras tienen que ser abiertas, y dadas a conocer a las ovejas del Señor, para así ser alimentadas con esa revelación divina las ovejas de Jesucristo.
Y ahora, ¿a quién enviará Cristo en el Día Postrero a y para la Edad de la Piedra Angular, para ser el Instrumento de Cristo y Cristo hablar por medio de él, y enseñarle a Su pueblo todas las cosas que han de suceder pronto en este tiempo final? Todos le preguntaríamos a Jesucristo si estuviera El con nosotros en este tiempo; pero todo aquel que quiera hacerle esa pregunta, quiero decirle una cosa: Antes de usted hacerle esa pregunta a Cristo, ya El se la contestó.
Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 en adelante, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
Ya le contestó Cristo la pregunta.
¿Cuál es el Enviado de Dios, de Jesucristo, para por medio de ese Enviado Cristo en Espíritu Santo darle a conocer a Su pueblo, a Sus ovejas las cosas que deben suceder pronto? Aquí dice que es el Angel del Señor.
Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, luego Cristo confirma nuevamente a quién El envía. Dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Ese Angel Mensajero es el Profeta Mensajero de Jesucristo para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino, es el Profeta de la Dispensación del Reino, es un Profeta dispensacional, es la clase de Profeta más grande que Dios tiene; y de esa clase de Profeta solamente Dios tiene siete profetas; y Dios ha tenido muchos profetas, pero la clase mayor de profeta es la clase de Profeta dispensacional.
El primero de esos profetas dispensacionales fue Adán; esos profetas vienen con las dos conciencias juntas, por eso pueden ver y oir a Dios, pueden ver y oir en otras dimensiones; y por eso viene la Palabra de Dios a ellos y ellos la hablan al pueblo: “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.”
Y ahora, Adán fue el primero de los siete profetas dispensacionales. Adán fue el Profeta de la Dispensación de la Inocencia; el segundo Profeta dispensacional fue Abel, o sea, —corrijo— Set; Abel murió y luego vino Set; Set fue el segundo Profeta dispensacional, para la Dispensación de la Conciencia; luego el tercer Profeta dispensacional fue Noé, para la tercera dispensación, la Dispensación del Gobierno Humano. Por eso cuando Cristo habla de la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles dice que será como en los días de Noé.
Y el cuarto Profeta dispensacional fue el patriarca y padre de la fe Abraham para la Dispensación de la Promesa; por eso fue tan grande Abraham. Luego el quinto Profeta dispensacional fue Moisés para la quinta dispensación, la Dispensación de la Ley; por eso fue tan grande Moisés. Y el sexto Profeta dispensacional fue Jesús de Nazaret, el Cristo, para la Dispensación de la Gracia; y el séptimo Profeta dispensacional, para la séptima dispensación, la Dispensación del Reino es el Angel del Señor Jesucristo.
El Rvdo. William Branham hablando del Angel del Señor Jesucristo, dijo en diferentes ocasiones que ese Angel era un Profeta; ese Angel que le dio la revelación Apocalíptica a Juan el apóstol es un Profeta, el cual en el tiempo de Juan lo encontramos en cuerpo angelical, cuerpo teofánico, dándole la revelación apocalíptica al apóstol San Juan.
Vamos a leer aquí lo que dijo el Rvdo. William Branham con relación a este Angel del Señor Jesucristo… vean, por eso fue que Juan quiso adorar al Angel del Señor Jesucristo, pero el Angel le dijo que no lo hiciera. ¿Por qué no aceptó la adoración de Juan? Porque ese Angel es un Profeta.
En la página 15 del libro de las “Siete Edades de la Iglesia de Jesucristo,” en la página 15 de “Las Siete Edades,” sin editar, dice el Rvdo. William Branham:
“Y eso fue enviado al… ‘Y la declaró enviándola por medio de Su Angel a Su siervo Juan.’ No sabemos quién era el Angel. La Biblia no declara quien era el Angel. Pero si sabemos que era un Profeta, porque la Biblia después dice:‘Yo Jesús he enviado Mi ángel para daros testimonio de estas cosas, la cuales pronto acontecerán.”
¿Para qué es enviado este Angel? Para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto.
“Después encontramos que cuando Juan empezó (o comenzó) a adorar al ángel, el ángel dijo: ‘Mira, no lo hagas.’ (Apocalipsis 22, verso 6 en adelante)… ‘Porque yo soy consiervo tuyo, y de los profetas.” Pudo haber sido Elías. Pudo haber sido uno de los profetas… Juan era un apóstol, pero este Profeta fue enviado. Y Juan siendo un apóstol… Fijense en la naturaleza de sus otras epístolas: eso prueba que no era Juan quien lo escribió, porque no tiene la naturaleza de Juan. Fíjese en Primera de Juan y Segunda de Juan, y lo demás (o sea, las demás epístolas), y leánlo. Y miren la naturaleza de eso, después miren la naturaleza de esto (o sea, después miren la naturaleza del Apocalipsis). Juan era un escritor y era un apóstol, pero este es el espíritu de un Profeta.”
¿Y qué es el espíritu de un Profeta? Es un cuerpo teofánico de la sexta dimensión. El Dios de los espíritus de los profetas ha enviado a Su Angel, o sea, ha enviado un espíritu de Profeta. Un espíritu de Profeta es un hombre de la sexta dimensión; así como cuando la persona recibe a Cristo como Su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y es bautizado en Su Nombre y recibe el Espíritu Santo, la persona ha nacido de nuevo y tiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
Un cuerpo teofánico de la sexta dimensión es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de la dimensión de los ángeles, es un cuerpo angelical. Y cuando el cristiano muere va a vivir al Paraíso que es la sexta dimensión, en ese cuerpo angelical, en ese cuerpo teofánico; y espera allí hasta que los muertos en Cristo resuciten, en donde recibirán (esos cristianos que ya murieron en su cuerpo físico, pero que se encuentran en su cuerpo teofánico), recibirán en la resurrección un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible, y entrarán ahí con Su cuerpo teofánico, y entonces tendrán dos cuerpos: Un cuerpo angelical de la sexta dimensión, y un cuerpo glorificado, eterno, inmortal e incorruptible.
Pero eso también es lo que tiene todo ser humano, aunque no lo comprenda; lo que sucede es que cuando la persona nace en esa Tierra, obtiene un cuerpo mortal, corruptible y temporal y recibe en ese cuerpo un espíritu del mundo, de la quinta dimensión. ¿Ve? Porque el ser humano es cuerpo, espíritu y alma; y cuerpo y espíritu son un cuerpo de esta dimensión y otro cuerpo de otra dimensión; y luego el alma es lo que en realidad es la persona.
Por eso es que Cristo dijo: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y pierde su alma?” El alma de la persona es lo que en realidad tiene valor; el cuerpo es mortal, corruptible y temporal, y el espíritu del mundo que recibe la persona es de la quinta dimensión. Por eso el que se va, el que muere, sin Cristo no puede esperar que lo lleven al Cielo; porque el Unico que lleva al Cielo la persona es Cristo, el que quita sus pecados es Cristo, y el que nos prepara para ir al Cielo es Jesucristo; y si la persona lo ha rechazado, ¿cómo entonces quiere que Cristo después lo lleve al Cielo? La persona entonces tiene que ir al lugar de donde es el espíritu que recibió cuando nació, tiene que ir a la quinta dimensión que es el infierno, y estará allí en el infierno que es una dimensión, una cárcel, de donde no podrá salir hasta que Cristo después del Reino Milenial lo resucite en el cuerpo que tuvo en la Tierra, para llevarlo al juicio final, para ser juzgado allí por todas las cosas que ha hecho en la Tierra, y allí dará cuenta a Dios, y allí será visto todo el tiempo que Dios le dio y las oportunidades que tuvo de recibir a Cristo como su Salvador, para recibir vida eterna.
La persona no puede recibir vida eterna sin Cristo, El es la Vida Eterna. Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie viene al Padre sino por Mí (San Juan, capítulo 14, verso 6).”
Así que por medio de Cristo es que obtenemos la vida eterna, es que somos restaurados a la vida eterna; no hay otra forma; la Unica la tiene Jesucristo para todos nosotros.
Y ahora, para conocer las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, Jesucristo dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
¿De cuáles cosas? De estas cosas que deben suceder pronto. Quizás alguna persona diga: “Es que yo he estudiado teología, por lo tanto yo mismo voy a averiguar en la Biblia las cosas que han de suceder.” Es bueno que sepa que esas cosas están selladas y cerradas hasta el tiempo del fin, y en el tiempo del fin Jesucristo envía Su Angel para abrir estas cosas y dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, darle testimonio a la Iglesia del Señor Jesucristo de todos estos eventos proféticos que deben suceder y la forma en que estarán siendo cumplidos.
Y ahí está el misterio grande: todos saben que hay profecías para este tiempo y pueden decir: “Si yo lo sé, aquí están.” Pero preguntele, ¿y qué significa eso? ¿Y dónde se cumplirá esa profecía? “A no, yo no sé.” Pues entonces necesita recibir y escuchar al Enviado de Jesucristo que en el Día Postrero viene enviado por Jesucristo dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, para así las ovejas del Señor, la Iglesia del Señor Jesucristo ser enseñada, para así los hijos e hijas de Dios ser enseñados por Dios en este tiempo final.
La enseñanza de Dios, de Jesucristo, en Espíritu Santo, viene a través del Angel Mensajero enviado para dar a conocer a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Jesucristo dijo: “Yo Jesús he enviado mi ángel.” Ya envió el Angel de cada edad y ahora solamente queda Uno para ser enviado a la Iglesia de Jesucristo, y el cual es un Profeta dispensacional; y es la primera ocasión en que Jesucristo envía a Su Iglesia un Profeta dispensacional.
Por eso es que Juan quiso adorar al Angel, pero el Angel le dijo que no lo hiciera, porque él es un Angel Mensajero. Angel significa Mensajero. Es un Profeta Mensajero Dispensacional, enviado primeramente a la Iglesia del Señor Jesucristo para darle testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto y así abrir las Escrituras, las profecías, correspondientes a este tiempo final, y con esas Escrituras siendo abiertas, abrir nuestro entendimiento y nuestro corazón para comprender todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y luego Cristo a través de ese mismo Angel Mensajero, Cristo en Espíritu Santo se revelará al pueblo hebreo y le dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y les abrirá el entendimiento y el corazón, abriéndole las Escrituras; con ese Mensaje del Angel del Señor Jesucristo dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto son llamados y juntados todos los escogidos de Dios de entre los gentiles y luego del pueblo hebreo.
Y con ese Mensaje del Evangelio del Reino dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, son enseñados de Dios todos los hijos de Dios, porque Dios en Espíritu Santo estará en Su Angel, ese es el Angel que viene con el Sello del Dios vivo, o sea, con el Espíritu Santo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, y así todos ser enseñados por Dios, porque Dios estará enseñándonos a través de Su Angel Mensajero.
“Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas ha enviado Su Angel para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Ese es un Espíritu de Profeta enviado a la Iglesia de Jesucristo en carne humana en el Día Postrero; ese es el último Profeta Dispensacional de Dios y es el último Profeta que Dios enviará a la Tierra, a la Iglesia del Señor Jesucristo y luego al pueblo hebreo; por lo tanto en él se manifestarán, o el Espíritu Santo manifestará los Ministerios que El ha prometido para el Día Postrero: los Ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; pero literalmente él ni será Elías, ni será Moisés, ni será Jesús; pero los Ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías estarán siendo operados por el Espíritu Santo en Su Angel Mensajero.
Y así es como Dios cumplirá Sus promesas correspondientes a este tiempo final, y nos enseñará todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, para así todo el Redil del Señor con las ovejas del Señor Jesucristo, que es la Iglesia de Jesucristo con todos los nacidos de nuevo, estarán siendo enseñados de Dios.
¿Vieron la forma sencilla en que Dios enseñó en el pasado? Dios por medio de Su Espíritu a través de los profetas; y en el Nuevo Testamento Jesucristo en Espíritu Santo a través de los apóstoles y a través de los siete ángeles mensajeros, y en este Día Postrero a través de Su Angel Mensajero. ASÍ ES COMO TODOS SOMOS ENSEÑADOS DE DIOS EN ESTE TIEMPO FINAL, COMO FUERON ENSEÑADOS DE DIOS EN LAS EDADES PASADAS A TRAVÉS DE LA MANIFESTACIÓN DE DIOS, DEL ESPÍRITU SANTO EN SUS MENSAJEROS.
Y siendo enseñados por Dios y de Dios, seremos preparados para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Siendo enseñados por Dios es que estaremos escuchando la Voz de Dios, esa Gran Voz de Trompeta de Cristo, que llama y junta a todos los escogidos de Dios, y nos enseña todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Este Angel Mensajero de Jesucristo es el segundo Profeta que ministra antes de venir en carne humana; y el primero fue Jesucristo nuestro Salvador, El fue el que ministró en todo el Antiguo Testamento y después se hizo carne y estuvo en medio del pueblo hebreo. Y este Angel del Señor Jesucristo es el segundo Profeta que ministra en Su cuerpo teofánico antes de venir a la Tierra en carne humana, es el que le ministró a Juan el apóstol toda la revelación de Jesucristo del Apocalipsis; y esa revelación del Apocalipsis contiene todo lo que sucedería de Cristo, o del tiempo de los apóstoles hasta este tiempo final, y en el Milenio y en la eternidad.
O sea, que la revelación más completa de Jesucristo la trae el Angel de Jesucristo a Juan en el Apocalipsis; y para el Día Postrero Cristo lo envía a Su Iglesia en carne humana para que le abra estos misterios correspondientes a este tiempo final.
Y todos los misterios que no pudo abrir ninguno de los mensajeros de las siete edades, y todo misterio que no pudo abrir el Rvdo. William Branham, el cual estuvo abriendo los misterios de las siete edades, será abierto en este tiempo final con el Mensaje de Jesucristo a través de Su Angel Mensajero, dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y ahora, vean la forma tan sencilla de ser enseñados de Dios en este tiempo final; así como Juan el apóstol fue enseñado de Dios, de Jesucristo, a través del Angel del Señor Jesucristo.
Todos en este tiempo final estaremos siendo enseñados de Dios, y el que oyó de Dios, el que oyó de Jesucristo y aprendió, escuchará al Angel de Jesucristo; y ninguno podrá venir a él si Jesucristo no lo trae para que escuche de Jesucristo a través de Su Angel todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Por lo tanto este Angel Mensajero no estará discutiendo con ministros, o denominaciones o iglesias, sino que les estará predicando el Mensaje de Jesucristo para este tiempo final, y estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, estará abriendo estos misterios correspondientes a este tiempo final luego de las siete edades de la Iglesia, y el que es de Dios, la Voz de Dios oye, y será enseñado de Dios.
Las ovejas de Jesucristo escucharán la Voz de Jesucristo a través de Su Angel Mensajero; porque es a Sus ovejas, a Su Iglesia, que Cristo envía Su Angel para que dé testimonio de estas cosas en las iglesias, ése es el Enviado de Jesucristo nuestro Salvador; por eso él estará hablando de Jesucristo.
Jesucristo habló de Su Angel y ahora Su Angel estará hablando de Jesucristo, y dándole a conocer la Obra que Jesucristo estará haciendo en este tiempo final, y el territorio donde lo estará llevando a cabo; y en ese territorio es que El estará enviando a Su Angel, porque en ese territorio es que estará cumpliéndose la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo.
Por lo tanto, la América Latina y el Caribe siendo el continente, el territorio, para el cumplimiento de esa promesa de Cristo enviando a Su Angel, para Cristo por medio de Su Angel en Espíritu Santo enseñarnos todas estas cosas que deben suceder pronto, nosotros en la América Latina y el Caribe le agradecemos a Cristo que no se haya olvidado de nosotros [la congregación dice: ¡Amén! – Editor].
A la Iglesia de Jesucristo en la etapa de Asia Menor, para los de Asia Menor les envió un apóstol o profeta mensajero de edad; así también a los de la segunda edad le envió un mensajero de edad, Ireneo, allá en Francia; a los de la tercera edad les envió un mensajero de edad, Martín, allá en Hungría y Francia también. Luego los de la cuarta edad en Irlanda y Escocia les envió un ángel mensajero de edad que fue Colombo; allá en Alemania a la quinta etapa de la Iglesia de Jesucristo les envió un ángel mensajero de edad que fue Lutero; a la Iglesia de Jesucristo en la sexta edad que se cumplió en Inglaterra, les envió un ángel mensajero de edad que fue John Wesley.
A la Iglesia de Jesucristo en la etapa séptima que se cumplió en Norteamérica le envió un ángel mensajero de edad que fue el Rvdo. William Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el cual fue un Profeta que vino con el espíritu y virtud de Elías.
Y ahora, Cristo le envía a Su Iglesia para la Edad de la Piedra Angular, para el territorio latinoamericano y caribeño un Profeta Dispensacional: Su Angel Mensajero, y desde ahí se extenderá el Mensaje para otras naciones y continentes, y llegará hasta el pueblo hebreo. Por lo tanto la bendición más grande es para la Edad de la Piedra Angular que se cumple en y entre los latinoamericanos y caribeños. Por consiguiente podemos decir que las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos y grande es la heredad que nos ha tocado, nos ha tocado la bendición más grande de Jesucristo.
Por eso es que todos los misterios que no habían sido abiertos en edades pasadas por ninguno de los siete ángeles mensajeros, serán abiertos por el Espíritu Santo a través de Su Angel Mensajero a la Iglesia de Jesucristo; porque el Espíritu Santo se los abrirá al Angel Mensajero y él los dará a conocer a la Iglesia de Jesucristo, a la cual él es enviado para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y le podrán decir a la Iglesia de Jesucristo, muchas personas le podrán decir: “Hay muchos buenos predicadores que hablan acerca de toda la Biblia, aun hablan del Apocalipsis.” Pero los escogidos de Dios dirán: “Pero Jesucristo me ha dicho en Su Palabra ‘Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias,’ a ése es al cual yo quiero escuchar, ¿por qué? Porque a través de ése es que Jesucristo en Espíritu Santo me enseñará todas las cosas que deben suceder, me abrirá el misterio de todas las cosas que deben suceder. A través de ése Angel Mensajero, de ése Profeta mensajero es que Dios nos enseñará todas estas cosas que nosotros debemos conocer en este tiempo final, para tener la fe para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. A ése es al cual yo quiero escuchar.” Así dirán las ovejas del Señor Jesucristo y así serán enseñadas de Dios.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de cómo Dios enseña a Sus hijos, cómo Cristo enseña a Sus ovejas, a Su Iglesia, de etapa en etapa, hasta llegar a este tiempo final en donde estará enseñándonos todas las cosas que deben suceder pronto a través de Su Angel Mensajero, y es el mismo Jesucristo el que dice que El ha enviado Su Angel.
Ese es el Profeta Mensajero del cual Jesucristo habla más claramente, ése es el Profeta Mensajero, después de Jesucristo, del cual la Biblia hablas más.
Con razón Juan trató de adorar al Angel que le mostraba todas estas cosas, pero el Angel le dijo que no lo hiciera, porque no está permitido adorar al Angel del Señor Jesucristo; él viene para ser el Instrumento de Dios, del Espíritu Santo, de Cristo, a través del cual Jesucristo en Espíritu Santo nos enseñará todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y así es como estaremos escuchando la Voz de Cristo, esa Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, en el séptimo milenio de Adán hacia acá, que ya hace tiempo comenzó, si contamos el tiempo con el calendario profético de 360 días; pero si lo dejamos tal y como está, pues estamos en el último año del sexto milenio y último año del tercer milenio de Cristo hacia acá, estamos en el fin del siglo, en donde el Hijo del Hombre enviaría Sus Angeles con la Gran Voz de Trompeta para recoger el trigo, recoger a los escogidos de Dios.
Y no sabemos cuánto tiempo más nos falte después de este año, no sabemos si en este año todo concluya y se recoja todo el trigo y seamos transformados y los muertos en Cristo resucitados, y nos lleve Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ya sea que todo eso ocurra este año o el año que viene o dentro de algunos años, lo importante es estar siendo enseñados de Dios en este Día Postrero por medio del Instrumento en que Dios en Espíritu Santo estará manifestado enseñándole a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y nosotros le damos gracias a Cristo por la promesa que El ha hecho de enviar a Su Iglesia, Su Angel Mensajero para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, siendo que la Iglesia de Jesucristo está en la etapa que corresponde a la América Latina y el Caribe, pues los latinoamericanos y caribeños le damos gracias a Jesucristo por Su bendición y por el Enviado que El ha prometido para nosotros en este tiempo final, y nosotros decimos: “Señor Jesucristo, nosotros te escucharemos dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, Te escucharemos a través de Tu Angel Mensajero; aunque reconoceremos que Tu Angel Mensajero no es Jesucristo, pero él es Tu Instrumento, el Instrumento de Jesucristo para Jesucristo en Espíritu Santo hablar a través de él y enseñarnos todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.”
¿cuántos sabían que los días postreros eran quinto, sexto y séptimo milenio? No lo sabíamos, pero ya lo sabemos. ¿Por qué? Porque Cristo nos ha enseñado cuáles son los Días Postreros.
Y así por el estilo podemos ver un sinnúmero de cosas que ya Cristo nos ha enseñado con relación a las cosas que deben suceder en este tiempo final.
¿Cuántos sabían que la bendición del Día Postrero para la Iglesia de Jesucristo la enviaría Jesucristo a los latinoamericanos y caribeños? No lo sabíamos, pero ya si lo sabemos.
Así como la bendición correspondiente a la Primera Venida de Cristo la envió a los hebreos y fue manifestada en medio del pueblo hebreo; en esa forma que hemos conocido ya lo que son los Días Postreros, lo qué son los latinoamericanos y caribeños en el Programa Divino, continuaremos conociendo todas las demás cosas que deben suceder en este tiempo final; conscientes de que el Angel de Jesucristo no es el Señor Jesucristo, él vendrá dando testimonio de Jesucristo nuestro Salvador y de toda la Obra que Jesucristo estará haciendo en este tiempo final.
Ha sido para mí una bendición grande darles testimonio de la forma en que Dios enseña a Sus hijos, para que así todos seamos enseñados de Dios y sepamos cómo obtener la enseñanza de Dios, sepamos por medio de quién Cristo ha prometido darnos la enseñanza de las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y nosotros con el libre albedrío que tenemos, decimos: “Yo soy enseñado por Jesucristo, el Espíritu Santo, Dios a través de Su Angel Mensajero.” Esa es la forma en que Dios estará enseñando a Sus hijos en este tiempo final. No busque otra forma ni se invente otra forma, quédese con la forma que Cristo ha dicho aquí en Su Palabra, y entonces los entendidos entenderán; así es como los entendidos entenderán, porque serán enseñados de Dios.
Bueno, no hay donde detenernos, pero vamos a pedirle a nuestro amigo y Hermano Miguel Bermúdez Marín pase por aquí para que él continúe y finalice nuestra parte en esta ocasión
“ENSEÑADOS DE DIOS.”
Vieron la forma sencilla que Dios tendría para este tiempo, para ser enseñados por Dios y obtener el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto; todo eso viene a la Iglesia de Jesucristo por el Amor y Misericordia de nuestro amado Señor Jesucristo, de ese hombre Jesucristo, que nos transformó; El es el mismo que dijo que nos enviaría a Su Angel.
Tenemos el cántico de Jesucristo el hombre que nos transformó, cantado por América y Erica, y todos podemos acompañar a Erica y América en este cántico tan hermoso y significativo.
SALMO 121
CORO
Quiero cantar una linda canción de un hombre que me transformó.
Quiero cantar una linda canción de Aquel que mi vida cambió.
//Es mi amigo Jesús//
El es Dios, El es Rey, es Amor y Verdad.
Sólo en El encontré esa paz que busqué.
Sólo en El encontré la felicidad.
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
CORO
Quiero cantar una linda canción de un hombre que me transformó.
Quiero cantar una linda canción de Aquel que mi vida cambió.
//Es mi amigo Jesús//
El es Dios, El es Rey, es Amor y Verdad.
Sólo en El encontré esa paz que busqué.
Sólo en El encontré la felicidad.
[La congregación aclama: ¡William querido Tu pueblo está contigo! El Hermano William regresa al púlpito – Editor].
Pueblo querido: ¡Jesucristo está contigo, y yo también estoy contigo!
“ENSEÑADOS DE DIOS.”