Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo cristiano alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban también saludos de Erica y América quienes les aman grandemente y desean las bendiciones de Dios para todos ustedes.
En esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 1 al 4… capítulo 2 del libro de los Hechos, verso 1 en adelante, dice:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Y de repente vino del cielo un estruendo como un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.
Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
El tema es: “LA ARMONÍA EN EL APOSENTO ALTO.”
La Escritura aquí nos dice: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.” Pueden haber muchas personas juntas y no estar unánimes; pero aquí estaban unánimes juntos.
Y ahora, vean ustedes, estaban pensando en la misma forma y esperando la misma bendición de parte de Dios. Y allí tenían al hombre al cual Dios le había dado las llaves del Reino de los Cielos, le había dado la revelación de la Primera Venida de Cristo; y allí estaba el hombre, el líder, el Instrumento de Cristo, para Dios en ese día derramar de Su Espíritu Santo y así producir el nuevo nacimiento en 120 personas, y abrir la Puerta a los seres humanos, la Puerta de Salvación, la Puerta del Reino de los Cielos.
Ahora, esto que iba a suceder ya estaba reflejado, tipificado, en el día de pentecostés allá en Levítico, capítulo 23. Pero vean como Cristo va materializando estas fiestas que el pueblo hebreo llevaba a cabo. Esta fiesta de pentecostés la encontramos aquí, del verso 15 al 16 del capítulo 23 de Levítico, dice:
“Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida…”
Y ahora, por cuanto la Ofrenda Mecida vino a ser Cristo, desde ese día contarían 50 días; pero los discípulos no sabían cuántos días serían; pero ya estaba acá, en estas fiestas hebreas ya estaba señalado hasta cuánto tiempo después de la resurrección de Cristo, de la presentación de la Gavilla Mecida, porque la Gavilla Mecida es Cristo, el primero que llegó a madurez. “Siendo él…” vamos a ver si lo leemos desde… vamos a ver aquí… el día que se ofrecía la gavilla mecida era el día que seguía a la pascua. Dice, verso 9 en adelante del capítulo 23 de Levítico, dice:
“Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
Habla a los hijos de Israel y diles (a los hijos de Israel): Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega.
Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá.
Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová.”
Y vean ustedes, el día siguiente al día de reposo, pues es domingo, porque el día de reposo es sábado.
Y ahora vean ustedes, Cristo resucitó el día domingo bien temprano en la mañana, y El es la Gavilla Mecida que fue presentada delante de Dios, y desde ese día, contando ese día, contarían 50 días, y el día 50 sería el día de pentecostés. Vamos a ver:
“Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán (siete semanas son 49 días).
Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.”
Y ahora, vean ustedes, 50 días después de Cristo haber resucitado vino el día de pentecostés.
Ahora, Cristo sabiendo, conociendo, que vendría todo esto, tanto en la vida de El siendo la Gavilla Mecida, siendo la Gavilla que sería mecida y que fue mecida; y luego lo tenemos ya resucitado, El le habla por 40 días a Sus discípulos, está hablándole a ellos, está preparándolos por 40 días, y luego… vean ustedes, dice la Escritura que les hablaba del Reino de Dios y también hizo delante de ellos muchas señales. Era un misterio ahí, una etapa que era para los discípulos. No dice en la Escritura que el Señor estuvo públicamente hablando y predicando como lo hacía antes de la muerte y resurrección.
Y ahora, en esos 40 días Cristo les habla cosas a Sus discípulos, y les muestra señales que fueron preparando a Sus discípulos, y luego cuando tiene que ascender al Cielo, les dice: “Quedense en Jerusalén hasta que sean investidos del Espíritu Santo, hasta que sean investidos de Poder de lo alto, hasta que reciban el Espíritu Santo.” Pero… Y Cristo les dice que iban a recibir el Espíritu Santo… vamos a ver en el capítulo 1 del libro de los Hechos, verso 3 en adelante, dice… Vamos a ver desde el 1… capítulo 1, verso 1 (del libro de los Hechos), dice:
“ En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.”
O sea, les dijo: “Dentro de no muchos días, muy prontito.” Pero no les dijo: “Dentro de 10 días.” Ellos tenían que mantenerse esperando por fe, creyendo lo que Cristo había dicho y sabiendo que el tiempo sería corto.
Y ahora, ellos no se dieron cuenta que para aquel tiempo, así como para la muerte de Cristo, vino la pascua y vino la víspera de la pascua, y en la víspera de la pascua era que se mataba al cordero pascual, y en la víspera de la pascua murió el Cordero de Dios que Juan había presentado.
Ahora vean ustedes que estas fiestas, esta fiesta de la pascua se tenía que materializar en el Cordero de Dios que era Jesucristo, y el Cordero de Dios tenía que morir en la víspera de la pascua. O sea, que todo el Programa Divino que El llevará a cabo está ahí en esas grandes fiestas que Dios le dio al pueblo hebreo. Por ejemplo la fiesta de la pascua ya hemos visto que la materializó en Cristo, el Cordero de Dios. Cristo es nuestra Pascua. La gavilla mecida la materializó en Cristo resucitando. El es la Gavilla Mecida, el cual fue presentado a Dios como el primero que llegó a madurez y fue ofrecido para Dios.
Y ahora, en el día… los 49 días que transcurrirían, para luego el día 50 ser el día de pentecostés, miren, de los 50 días Cristo estuvo con ellos 40 días, y ellos no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo, ellos no se daban cuenta que esas fiestas se estaban cumpliendo, se estaban materializando entre ellos. Y el nuevo fruto, miren allí, eran los seguidores de Jesús que serían presentados delante de Dios el día de pentecostés.
Y ahora, ellos no saben lo que está sucediendo. Cristo les había abierto muchas Escrituras, pero no les abrió ese misterio de esas 7 semanas, y luego (que son 49 días)… y luego el día 50. El no les dijo a ellos: “Miren, esta fiesta de la pascua, ya esta parte se cumplió en mí, Yo soy el Cordero Pascual que estaba allá en el Antiguo Testamento, me estaba representando y ahora se materializó. Y yo soy la Gavilla Mecida que ha sido presentada delante de Dios, vean, resucité, fui el primero que llegó a madurez. Y ahora ustedes van a tener 49 días, una etapa ahí, donde ustedes llegarán a cierta madurez para recibir – recibir una bendición del Cielo, recibir el Espíritu Santo del cual yo les he hablado; porque el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, Yo lo enviaré; por lo tanto estén preparados. Y será eso 50 días, en el día 50 contando desde el día que resucité.” El Señor no les explicó nada de eso.
Se requiere que todos los días estemos preparados para recibir lo que Dios ha prometido. Y lo que El ha prometido lo creemos y lo esperamos por fe. Así ninguno se va y dice: “No, si eso todavía faltan tantos días; yo voy allá a otros lugares que tengo que arreglar algunas cosas y luego vendré ese día.” Es que algunas personas piensan que cuando Dios dice que va a hacer tal cosa en tal día, pues hay que llegar en ese día. No, la persona debe estar ahí ya, y estarse preparando para eso que ha de venir de parte de Dios. Mientras uno espera, está en una etapa de preparación.
Es como en las actividades, los cultos, el Mensaje va a ser colocado a cierta hora, y cualquier persona podrá decir: “Yo llego a esa misma hora.” Está muy mal de su parte, porque hay una etapa que antecede a esa en la cual usted ora a Dios, usted escucha la lectura de la Palabra, y usted canta a Dios, glorifica a Dios, adora a Dios; esa etapa usted la necesita. Usted no puede llegar de momento cuando ya se está predicando, porque usted no tuvo esa etapa de preparación para recibir la bendición de Dios.
Ahora, por eso es que se tiene esa etapa de antesala en donde nosotros adoramos a Dios, glorificamos a Dios, cantamos a Dios y luego escuchar Su Voz.
Ahora, vean ustedes, 40 días con Jesús en esa etapa de preparación, pero luego ascendió al Cielo, y entonces le faltaban a ellos 10 días y Jesús no les dijo: “Dentro de 10 días recibirán el Espíritu Santo.” Tenían 10 días allí en los cuales ellos estarían en el aposento alto orando y preparándose para recibir esa bendición, tenían que estar unánimes y juntos, y vendría sobre ellos el Espíritu Santo.
Ahora, si usted se fija bien… miren ustedes, esa etapa es tan importante que no podemos dejarla pasar por alto, porque sin esa etapa – sin esa etapa las personas no pueden recibir la bendición que Dios tiene para ellos.
Dice San Pablo, del cual Lucas era compañero, por lo tanto, estas cosas que San Lucas habla aquí en el libro de los Hechos, pues San Lucas es el escritor del libro de los Hechos, también pues las había hablado con San Pablo. Y ahora miren lo que dice San Pablo hablando acerca de Cristo en el capítulo 15 de Primera de Corintios, dice:
“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
y que apareció a Cefas (ese es Pedro), y después a los doce.
Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.”
¿Apareció a cuántos? A más de 500 hermanos a la vez. ¿Y cuántos quedaron para recibir el Espíritu Santo? 120 personas. Durante los 40 días en que estuvo Jesús apareciéndole a Sus discípulos, vean, dice aquí que le apareció a más de 500 hermanos a la vez, o sea, tuvo un culto con ellos, con un grupo de más de 500 hermanos. Pero luego que se fue, que ascendió al Cielo, durante esos 10 días ya el grupo de 500 hermanos no estaba, la congregación de más de 500 hermanos no estaba; pero vean ustedes, quedó con un grupo de 120 que perseveraban orando y estaban unánimes, los otros no estaban unánimes ni juntos tampoco. ¿Porque cómo van a estar juntos los que no están de acuerdo? Así que no estaban unánimes con los apóstoles ni juntos con ellos.
Y cuando llegó el día 50, el día de pentecostés vino un viento recio del cielo y fueron llenos del Espíritu Santo, vino el Espíritu Santo en la Columna de Fuego, y lenguas de fuego fueron sobre los discípulos, sobre los 120, se posaron sobre ellos, recibieron el Espíritu Santo y hablaban en nuevas lenguas, y así obtuvieron el nuevo nacimiento 120 personas, allí fue que nació el grupo de 120 personas, el grupo que maduró y fue cosechado, vean ustedes, y fue presentado delante de Dios, allí el día de pentecostés, y eran 120. Con 120 comenzó, nació, la Iglesia de Jesucristo de la cual Cristo es la Cabeza, Cristo es el Primero.
Y ahora, comienza la Iglesia del Señor Jesucristo y estos 120 son los bienaventurados que habían sido cosechados y que habían sido presentados delante de Dios, habían madurado y habían sido cosechados y ahí estaban ante la Presencia de Dios recibiendo el bautismo del Espíritu Santo y así recibiendo un cambio, recibiendo una transformación interior, recibiendo el nuevo nacimiento donde se obtiene un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
Y de ahí en adelante Cristo en Espíritu Santo ha estado en medio de Su Iglesia, llamando y juntando a Sus hijos y produciendo el nuevo nacimiento, para lo cual son llamados y juntados los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. De edad en edad son bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, todos están supuestos a estar bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, y reciben el Espíritu Santo y obtienen el nuevo nacimiento.
Luego que todo este Programa Divino llegue a Su final, con el recogimiento, llamado y recogimiento de los últimos escogidos de Dios, miren ustedes, de edad en edad ha estado sucediendo eso, y el Espíritu Santo ha estado obrando al enviar a cada ángel mensajero a través del cual ha estado el Espíritu Santo velado y revelado, llevando a cabo la Obra de cada edad.
Y para el Día Postrero, para el Día Postrero, para el tiempo final, Cristo hace Su llamado final y por cuanto las siete etapas de la Iglesia del Señor Jesucristo terminaron, entonces coloca en el aposento alto de la Edad de la Piedra Angular (porque ese es el aposento alto de la Iglesia del Señor Jesucristo), coloca a Sus escogidos —recuerden que también los escogidos de aquel tiempo que estaban en el aposento alto en cuanto a edad estaban en la Edad de la Piedra Angular.— Y son llamados, juntados y colocados en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular para ahí estar juntos y unánimes, ahí estará la revelación de Jesucristo, como estaba la revelación de Jesucristo de la Primera Venida de Cristo y la tenía Pedro, él tenía la revelación de quién era Jesucristo.
“¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” Pedro dijo: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Todos dijeron lo que opinaban las demás personas. Pero cuando Cristo preguntó a ellos quién ellos creían que era el Hijo del Hombre, Pedro dijo: “Tu, Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Y Jesús le dice: “Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni Sangre, sino mi Padre que está en el Cielo; y yo te digo que tu eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia (o sea, sobre la revelación).”
Sobre revelación está edificada la Iglesia del Señor Jesucristo. La revelación que viene de edad en edad para Su Iglesia la reciben los escogidos de Dios y están edificados sobre esa revelación, esa es la revelación de Jesucristo para cada etapa, para cada edad.
Y ahora, para el Día Postrero Dios tiene algo muy importante. Pero recuerden que todo lo que sucedió allá para obtener el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo teofánico, las primeras personas que recibirían esa bendición, miren ustedes, tenían allí un hombre que tenía las llaves del Reino de los Cielos al cual Cristo se las dio. Dijo: “A ti daré las llaves del Reino de los Cielos.” Por lo tanto Pedro quedó como el líder del grupo. Por eso el día de pentecostés fue Pedro el que se levantó para dar a conocer lo que estaba pasando, y así abrió con la llave de la revelación divina, la revelación de la Primera Venida de Cristo, abrió el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención llevada a cabo en la Cruz del Calvario, dio a conocer ese misterio que no había sido comprendido ni por los mismos discípulos ni por la religión hebrea.
Y ahora Pedro es el que abre ese misterio y la gente que lo escuchó pregunta: “¿Qué haremos?” Pedro les dice: “Arrepentíos, y bauticese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados…” Vamos a ver, vamos a leerlo como lo dijo Pedro aquí, para que lo tengan tal y como Pedro le dijo aquí a las personas. Capítulo 2, verso 37 en adelante, dice:
“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Ahora podemos ver que comenzó el ministerio de la Iglesia del Señor Jesucristo, ese ministerio apostólico en el cual el Espíritu Santo tenía control completo y tenía a Pedro como el líder allí a través del cual el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo comenzó a obrar en medio del pueblo hebreo y después abrió la Puerta también a los gentiles en la casa de Cornelio. Pedro teniendo las llaves, tenía la autoridad de Cristo para abrir la Puerta a los hebreos y después a los gentiles; teniendo las llaves pues era el líder.
Y ahora, Cristo encontramos que levantó más adelante a Pablo, pero ya la Puerta para los gentiles estaba abierta y Cristo envió a San Pablo a los gentiles.
Y ahora, el Evangelio pasó de los hebreos a los gentiles conforme al Programa Divino. Y hemos tenido siete etapas o edades de la Iglesia entre los gentiles, en donde Cristo ha estado llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre, y de vez en cuando aparecen hebreos que también entran al Cuerpo Místico de Cristo en la misma forma: creyendo en Cristo como su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo y recibiendo Su Espíritu Santo luego de ser bautizados en Su Nombre.
Ahora, vean ustedes, la Iglesia del Señor Jesucristo está compuesta por y de hebreos y de gentiles; por un mismo Espíritu se entra a ese Cuerpo Místico de creyentes que es la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, o sea, la Familia Celestial de Dios, el Israel Celestial.
Y ahora, el Rvdo. William Branham dice: “Así como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles se lo llevarán de regreso a los Judíos. Vamos a ver dónde es que se encuentra ese pasaje: por la página 30 del libro de “Las Edades,” el libro que está editado, dice:
“Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado la dispensación de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan sólo pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder recorrerá hasta Apocalipsis 11; y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo de nuevo el Evangelio a los Judíos.”
¿Cómo volverá el Evangelio a los judíos? Por Moisés y Elías, los Dos Olivos. No importa cuántos traten de llevar el Evangelio a los judíos, irán en la permisiva voluntad de Dios o en contra de la voluntad de Dios. El mismo Rvdo. William Branham quiso ir a los Judíos para llevar el Evangelio y el Angel le dijo: “No vayas, ni es el tiempo… Y tiene que ser conforme a Apocalipsis 11, tiene que ser conforme a la Escritura.” Y no le permitió ir, aunque tenía la señal de profeta y tenía un Mensaje de Dios. Siendo el mensajero de la séptima edad de la Iglesia ¿dónde los iba a meter? En la séptima edad de la Iglesia. Y les iba a dar el Mensaje del Evangelio de la Gracia.
Y ahora, vean ustedes, dice:
“Aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos. Estamos listos. Todo esto está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el Rapto sucederá.”
Hay otro lugar donde el Rvdo. William Branham dice que así como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, el Evangelio volverá a los judíos; como vino el Evangelio a los gentiles así volverá.
Y ahora, al tener a Pedro y a Pablo como los apóstoles principales, ellos —Pedro y Pablo— tipifican a Moisés y a Elías, tipifican a los Dos Olivos. O sea, que el misterio de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, se está reflejando en Pedro y en Pablo.
Y vean ustedes, para el tiempo final en donde estará entrelazándose la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia es que estarán estos ministerios en medio de la Iglesia de Jesucristo, para poder tomar la Palabra, el Mensaje de Dios y llevarlo luego al pueblo hebreo.
Ahora, ¿cuándo vino el Evangelio para y a los gentiles? Luego del día de pentecostés.
Ahora, conforme a la Escritura tenemos otro pentecostés. Y cuando se nos habla de otro pentecostés es en adición al pentecostés de recibir el Espíritu Santo y así obtener el nuevo nacimiento luego de creer en Cristo como nuestro Salvador y habiendo lavado nuestros pecados en Su Sangre y habiendo sido bautizados en Su Nombre. Este otro pentecostés que viene en adición es para obtener la transformación del cuerpo nosotros los que vivimos y los muertos en Cristo recibir la resurrección en cuerpos eternos.
Y así como estaban en el aposento alto aquellos discípulos esperando recibir esa bendición del Espíritu Santo, estarán en el Aposento alto del Monte de Sión, en el Aposento alto del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Edad de la Piedra Angular, ese es el Aposento alto de la Iglesia de Jesucristo, para tener ahí los que van a recibir su transformación; y estarán ahí unánimes y juntos; por lo tanto tendrán ahí la revelación del misterio del Séptimo Sello. La revelación del misterio del Séptimo Sello es la revelación que nos prepara para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
La fe de Rapto es la revelación del Séptimo Sello, la fe de Rapto es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para recibir nuestra transformación y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como para recibir la transformación interior en donde recibimos el cuerpo teofánico al recibir el Espíritu Santo, se tiene que tener la revelación, la fe, de la Primera Venida de Cristo. Sin tener la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario y creer en Cristo como nuestro Salvador y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario es imposible que la persona reciba el Espíritu Santo. Porque la promesa del Espíritu Santo es para los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo, para todos cuantos el Señor nuestro Dios llame.
Ahora, vean ustedes, para recibir el cuerpo teofánico, al recibir el Espíritu Santo y recibir así el nuevo nacimiento, se requiere tener la revelación de la Primera Venida de Cristo; esa es la fe para obtener el Espíritu Santo y recibir el nuevo nacimiento, y en adición para recibir el nuevo cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado igual al cuerpo de Jesucristo, se requiere tener la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Sin esa revelación las personas no podrán ser transformadas si están vivas.
Por eso dice San Pablo “… y los que quedemos hasta la Venida del Señor.”
Y ahora, los que tendrán esa revelación, ¿dónde estarán? Pues en el Aposento alto de la Edad de la Piedra Angular. ¿Qué estarán ahí haciendo? Esperando lo que Cristo prometió. El ha prometido una transformación para todos nosotros, y eso es lo que El va a hacer con los que estarán en el Aposento alto de la Edad de la Piedra Angular.
Miren aquí en la página 47 del Libro de “Citas,” párrafo 402, dice:
“Y nosotros que vivimos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, no evitaremos o impediremos a los que duermen. Esos preciosos hermanos que sellaron su testimonio con su sangre. ‘No impediremos o estorbaremos a los que duermen, porque sonará la trompeta.’ Algo acontecerá, ese algo Evangélico sonará, el anuncio de Su venida (el anuncio de Su Venida, la revelación de Su Venida). Y los muertos en Cristo resucitarán primero. Y nosotros los que vivimos y permanezcamos seremos transformados.’ Parados allí, y sentir un cambio; el pelo canoso se irá, las arrugas cesarán, cambiados en un momento, en un abrir de ojos. Y encontraremos a nuestros amados primero.”
Ahora, vean ustedes, que es en el tiempo en que la Trompeta final o Gran Voz de Trompeta esté sonando, esa es la Voz de Cristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, hablándole a Su Iglesia, a Sus hijos, todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, les estará hablando acerca del Reino de Dios y todas las cosas que deben suceder en este tiempo final.
Y ahora vean ustedes, viene un cambio físico para todos nosotros, así como El ha producido un cambio interior al recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre y ser bautizados en Su Nombre, luego el Espíritu Santo viene a la persona y produce el nuevo nacimiento y la persona obtiene un cuerpo teofánico, un espíritu teofánico de la sexta dimensión.
Y ahora, en adición de ese cambio interior, de esa transformación interior, viene una transformación exterior para tener la semejanza física del Señor, para tener un cuerpo semejante al cuerpo eterno y glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. Así como recibimos la imagen que es el cuerpo teofánico, recibiremos también la semejanza física.
Ahora miren ustedes en el Mensaje, aquí en el Libro de “Citas,” página 159, en el párrafo 1418, dice:
“Uds. ven estos pequeños platillos (o sea, platillos voladores) pasando por el aire, los que ellos llaman platillos (voladores), así sucesivamente. Mejor que dejemos eso. ¿Se dan cuenta de toda la gente que está desapareciendo? Uds. dicen. No oyen de ellos. Ellos están parados allí y ellos no están allí. Esa es la manera que el Rapto va a ser. Uno de ellos caerá directamente, y este cuerpo terrestre se pondrá un cuerpo celestial.”
¿Ven ahí el misterio de los platillos voladores?
“…Será transformado en un momento de tiempo, cayendo directo fuera de espacio y llevada a casa.”
Dice: “Vemos todo está pasando ahora, y el Pentágono preguntándose de estas luces, y luces místicas, y todo que ellos están en el cielo. Uds. vieron que ellos tuvieron uno aquí en el periódico en Jeffersonville esta semana y así sucesivamente, una luz mística. Pensé ‘Oh ellos no saben lo que eso es.’ Pero escuchen hijitos, va (a tomarles) a cogerles a Uds. uno de estos días (¿ven, ven?); no se preocupen. Uds. recuerdan, Jesús dijo, ‘Como fue en los días de Sodoma.’ ¿Qué pasó antes de Sodoma? Dios descendió con algunos ángeles y ellos tuvieron un juicio de investigación. Dijo, ‘Yo he oído el llanto (o sea, el clamor) que es tan pecaminoso, tan grande, así que he descendido para hallar si es enteramente la verdad o no.’ ¿Es eso correcto? Miren, aquel Principal que se quedó con Abraham (o sea, Elohím) podía discernir los pensamientos que estaban en el corazón de Sara detrás de El. Ahora Uds. mirarían alrededor sólo un poco y notarían (¿ven?), miren como está haciendo la misma cosa hoy.”
Este es el discernimiento que estaba Dios llevando a cabo por medio del Rvdo. William Branham. Era el mismo Elohím manifestado en el Rvdo. William Branham.
“Es un juicio de investigación. Cuando después de un rato la Iglesia, cuando pueda pasar por ese lugar y cada semilla haya sido llevada a su sitio, ellos se habrán ido.”
Y ahora vean ustedes, cada semilla de Dios (cada hijo de Dios) es colocada en el Cuerpo Místico de Jesucristo.
“Ellos no sabrán qué les pasó. Uno estará yendo en una dirección. ¿Ven? Uno estará pasando a la casa del pastor, y uno estará yendo aquí, o allí abajo y la primera cosa que Uds. saben, ellos no están allí. Porque Enoc que fue el tipo, Dios se lo llevó, y él no fue encontrado. Descendieron para investigación.”
Así como Enoc se fue para no ver muerte, los escogidos de este tiempo final que permanezcan vivos hasta que los muertos en Cristo resuciten, serán transformados; y entonces luego de estar de 30 a 40 días aquí, luego iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Esa transformación que vendrá será lo que sucedió el día de pentecostés, pero ahora para el cuerpo. Allá fue para el interior en donde nació – cada uno de esos 120 nació de nuevo y obtuvo un cuerpo teofánico cada uno de ellos; y así ha venido aconteciendo durante estos dos mil años del día de pentecostés hacía acá, cumpliéndose así la promesa de Cristo que El derramaría de Su Espíritu Santo sobre toda carne, sobre toda carne que arrepentida recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en Su Sangre y es bautizado en Su Nombre.
Y cuando haya entrado hasta el último de los escogidos, cuando haya recibido hasta el último de los escogidos a Cristo y haya obtenido esa bendición, esa transformación interior, entonces estará completo el Cuerpo Místico de Cristo. Y siendo que los escogidos están siendo llamados y juntados arriba en la Edad de la Piedra Angular, ahí será el gran evento de la transformación de nosotros los que vivimos y de la resurrección de los muertos en Cristo; esa es la Edad para ese gran evento; pues ya las demás edades terminaron su tiempo, y en ninguna de esas edades ocurrió ni la resurrección de los muertos en Cristo ni la transformación de los vivos.
En la página 146 del Libro de “Citas,” verso o párrafo 1303, dice:
“Exactamente como en el principio, no fue la voluntad perfecta de Dios que los hijos nacieran en la tierra por sexo (o sea, por la unión de un hombre y de una mujer). ¡No, señor! Dios creó al hombre desde el polvo de la tierra, respiró el aliento de vida en él, y él se hizo un alma viviente. El sacó de ese hombre una compañera y le hizo una esposa a él. Eso fue la primera y original voluntad de Dios. Pero cuando el pecado entró e hizo la cosa que hizo, entonces El permitió que el hombre se casara con una esposa legalmente y tuviera hijos por ella. ‘Multiplicad y henchid la tierra entonces, así es la manera en que será hecho.’ Pero, Uds. ven, nunca fue Su voluntad perfecta. Por eso, todas estas cosas que tuvieron un principio tienen que tener un fin. Todo pecado tiene que venir a aniquilación. Todo pecado tiene que ser destruido. Por eso, en el gran Milenio cuando la resurrección venga, no tendremos que renacer otra vez por nuestros padres, sino que Dios, como El hizo en el principio, llamará al hombre del polvo de la tierra y a su compañera con él. Eso es correcto. Eso es la manera en que El lo hizo en el principio.”
¿Ven? Así será la resurrección de los muertos en Cristo, y nosotros seremos transformados, pues ya tenemos el polvo de la Tierra; así que del polvo de la Tierra El creará un nuevo cuerpo para nosotros, como también para los muertos en Cristo. ¿Y dice qué será cuando? En el gran Milenio.
¿No dijo Jesucristo que la resurrección sería para el Día Postrero? “Y yo les resucitaré en el Día Postrero.” Y el Día Postrero es el séptimo milenio, ese gran milenio en donde Cristo estará llamando y juntando a Sus escogidos del Día Postrero, y estará preparándonos para ese gran evento de la transformación de nuestros cuerpos y para la resurrección de los muertos en Cristo de todas las edades pasadas y algunos de los nuestros que también han partido, y que cuando regresen los conoceremos; porque los de las edades pasadas y los de… por ejemplo del tiempo de San Pablo si nos aparece alguno de aquel tiempo y nos dice: “Yo era uno de los discípulos de San Pablo.” Pero, ni conocimos personalmente a San Pablo ni tampoco a sus discípulos. Así que de los nuestros de nuestro tiempo que conocemos, cuando resuciten entonces si. Nos podrán decir:
—“Yo soy fulano de tal.”
—“Ah si, yo conocí a fulano de tal.”
—“Si, pues soy yo.”
—“Pero, ¿y porqué tan joven? Si fulano de tal tenía tantos años.”
—“Si, pero era en el cuerpo viejo, en el cuerpo nuevo que Cristo me ha dado, represento de 18 a 21 años de edad. Y búscalo en los Mensajes del Rvdo. William Branham y búscalo en todos los Mensajes que han venido después, y verás que sería así.”
Y no podemos decir otra cosa sino: “Verdaderamente así fue prometido y así se ha cumplido en ti.” Cuando los veamos entonces seremos transformados.
Vean ustedes, los que resucitaron en los días de Jesús le aparecieron, ¿a quiénes? A sus familiares. Y Jesús apareció a Sus familiares y a Sus discípulos.
Así que vean ustedes que habrá una gran reunión, este es el tiempo en que toda la Iglesia de Jesucristo será reunida, y cuando digo reunida es que podrá estar en un mismo lugar, en un mismo territorio.
Cuando le preguntaron al Hermano Branham: “¿Y la Iglesia, los escogidos serán reunidos, estarán en un sitio en alguna ocasión? ¿Serán juntados en algún lugar?” Dijo: “Sí, cuando ocurra la resurrección.”
Ahora, con la resurrección pues nos van a aparecer y ellos dijeron que cuando resuciten, cuando vengan a la Tierra de nuevo, en el nuevo cuerpo, entonces podrán comer. Así que ya sabemos que podrán comer y ya tienen la invitación de nuestra parte, son nuestros invitados. Así que comerán comida latinoamericana y caribeña.
Ahora, podemos ver que vendrá un estruendo del Cielo. Por eso el Rvdo. William Branham dijo que habrá un Trompetazo del Cielo y también dijo que habrá un viento recio, algo recio que va a suceder; esto es como fue el día de pentecostés.
Ahora, miren lo que dice el Rvdo. William Branham en la página 373 del Libro de “Los Sellos,” en español, dice:
“Reconocemos que nos queda poco tiempo…”
Un poquito antes vamos a ver. Dice:
“Ahora, Padre, pido que todos los que te aceptan hoy en su corazón, que lo afirmen para siempre en esta misma hora, probando que han terminado con el pecado, y que se levanten y se paren para hacer confesión pública del bautismo en el Nombre del Señor Jesucristo para la remisión de sus pecados, para así mostrar que ellos creen que Dios les ha perdonado, y por eso toman el Nombre de Jesucristo. Luego, Padre, derrama el aceite de Tu Espíritu Santo sobre ellos para que puedan ser colocados en el servicio del Señor Dios, y así puedan ser obreros en este último día tan malvado.
Reconocemos que nos queda poco tiempo, y la Novia puede subir en cualquier momento. En cualquier momento es posible que el Cordero salga del trono de Dios donde se encuentra el sacrificio. Luego allí será el fin. Ya no habrá esperanzas para el mundo; allí será su final. En ese tiempo la tierra comenzará con sus contracciones violentas que serán los terremotos y las tremendas sacudidas, como sucedió en el día de la resurrección de nuestro Señor. La misma cosa sucederá ahora cuando los santos aparezcan.”
Así que vean lo que estará sucediendo para la resurrección de los muertos en Cristo.
Así que cuando ustedes sepan o sientan que la Tierra está temblando, que algún terremoto o terremotos están sucediendo, no tengan miedo, más bien piensen: “De un momento a otro van a aparecer por ahí los santos resucitados.” Usted no tenga miedo, tome las precauciones pero no tenga miedo.
Usted dirá: “¿Y qué si muero en un terremoto?” No se preocupe que si ese no es el terremoto de la resurrección, usted resucitará en otro terremoto. Un terremoto se lo lleva y otro lo va a traer, y en otro va a venir. Pero si ese es el de la resurrección, pues no se preocupe, si muere, va a ser resucitado en ese mismo terremoto, en ese tiempo de ese terremoto pues vendrá con los que están resucitando y entonces tendrá el nuevo cuerpo.
Y ahora, vean ustedes que esta promesa es para los que están en el Aposento alto unánimes y juntos. Unánimes, todos estaban unánimes allí y sabían que el líder que Dios había escogido, que Jesucristo había escogido y le había dado las llaves, ¿era quién? Pedro. Por eso Pedro lo vemos ahí en diferentes momentos hablando siempre, porque era el hombre que tenía las llaves y que tenía la promesa para estas cosas.
Ahora podemos ver, miren aquí en el capítulo 1, verso 15 en adelante, dice:
“En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo:
Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,
y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio.
Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.
Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.
Porque está escrito en el libro de los Salmos:
Sea hecha desierta su habitación,
Y no haya quien more en ella;
y:
Tome otro su oficio.
Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.”
¿Ven? Pedro llevaba la voz cantante, Pedro era el líder allí, y todos estaban unánimes y juntos, estaban de acuerdo con Pedro y estaban de acuerdo con las cosas que estaban siendo allí ordenadas. ¿Pero podría haber alguno en desacuerdo con Pedro y los apóstoles? Si. Pero estaban entre los quinientos y algo y ya se habían ido, o sea, no estaban con ellos. Pero de esos 120 esos si estaban unánimes juntos, estaban de acuerdo y estaban colocando todo en su orden, y estaban orando y esperando la Venida del Espíritu Santo; no sabían cuándo sería; pero miren, sería 10 días después de Cristo haberse ido, contando desde ese día que se fue Cristo 10 días, porque vendría en el día de pentecostés que era el día 50 desde el día de la resurrección de Cristo.
Ahora, nosotros sabemos que es para la Edad de la Piedra Angular la promesa de la plenitud del Espíritu Santo, la promesa de nuestra transformación. Y ahí pues estamos unánimes juntos creyendo una misma cosa; no estamos tirando unos para un lado y otros para el otro lado, sino que estamos ahí creyendo una misma cosa, y ahí tenemos la revelación del misterio del Séptimo Sello, la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo, tenemos ahí la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto a medida que van siendo reveladas a nosotros, para así nosotros ser preparados para nuestra transformación.
No estamos interesados en luchar el uno con el otro o contra el otro, ni estamos interesados en quitarle la posición a otras personas, sino en estar preparados para nuestra transformación. Ese es el propósito de estar en el Aposento alto de la Edad de la Piedra Angular, para luego que estemos con el nuevo cuerpo ir a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, lugar que ha estado preparado esperando por todos nosotros.
Así que podemos ver: “LA ARMONIA EN EL APOSENTO ALTO.”
Y vean ustedes, allí eran 120, aunque cuando el Señor estuvo con ellos ya resucitado eran más de 500, pero quedó el grupo de 120 que estuvieron unánimes y juntos.
Y ahora, estamos unánimes juntos nosotros en el Aposento alto de la Edad de la Piedra Angular esperando nuestra transformación en adición al bautismo del Espíritu Santo.
¿Quiénes recibirán la Adopción y quiénes recibirán el nuevo cuerpo? Pues todos los que hayan recibido su transformación interior, todos los que hayan nacido de nuevo, todos los que hayan recibido el Espíritu Santo, pues recibirán luego el nuevo cuerpo, eterno, inmortal e incorruptible. Porque para nosotros es esta promesa, para nosotros que estamos vivos en este tiempo final.
Bueno, hemos visto el porqué estar EN ARMONIA EN EL APOSENTO ALTO. Por eso eviten discusiones y molestias los unos con los otros, porque estamos llamados a estar Unánimes juntos en el Aposento alto.
Y ahora, el Aposento alto hemos visto que es la Edad de la Piedra Angular, es el Aposento alto en el Templo Espiritual de Cristo, el Aposento alto en el Monte de Sión que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Hemos visto cómo seríamos llamados y juntados en el Aposento alto para ser preparados para nuestra transformación.
Y hemos visto la Armonía que hay en el aposento alto allá y en el Aposento alto de la Edad de la Piedra Angular: estamos en armonía con el Mensaje correspondiente a la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, en armonía en el Aposento alto continuemos perseverando y esperando nuestra transformación. Sucederán estas cosas, habrá terremotos y un terremoto grande, como fue en la resurrección de Cristo y de los santos del Antiguo Testamento. Habrá un viento recio —dice el Hermano Branham— que vendrá y seremos transformados, como hubo un viento recio allá.
Y ahora, él dice que esos carros de fuego o platillos voladores vendrán y dice que habrá una transformación, seremos cambiados. Así que estemos preparados.
En la América Latina y el Caribe actualmente se están viendo muchos platillos voladores o carros de fuego. Pero es que ellos tienen una misión, una labor muy importante con los escogidos de Dios, que estarán en el Día Postrero, ¿dónde? En el Aposento alto del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Los ángeles de Dios están con los escogidos de Dios, con la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final; y son más los que están con nosotros que los que están en contra.
Así que adelante unánimes juntos en el Aposento alto esperando nuestra transformación. No colocamos fechas, como tampoco Cristo colocó fechas allá, aunque Cristo las sabía. Pero nos mantenemos creyendo Su promesa y esperando el cumplimiento de ella en y para cada uno de nosotros.
Nuestros niños irán con nosotros y toda nuestra familia irá con nosotros. Todos nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por eso reclame su familia, que tengan los folletos y que tengan la oportunidad también de estar en las actividades y de estar en los bautismos para que Dios toque sus corazones y obre con ellos. Entre nuestros familiares que no están asistiendo, tienen que haber muchos también que son escogidos; y también los que vayan a quedarse, pero que después los veremos y los tendremos para toda la eternidad, también es bueno que ellos tengan los Mensajes y tengan el conocimiento de todas estas cosas; aunque tengan que dar luego sus vidas en la gran tribulación.
Bueno, estemos en el Aposento alto, ¿cómo? Unánimes juntos. Y juntos esperando nuestra Adopción, esperando la Venida de la doble porción, la Venida de nuestra transformación, la Venida del Espíritu de Dios transformando nuestros cuerpos.
Ha sido para mi un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio del Aposento alto donde estaban unánimes juntos esperando la Venida del Espíritu Santo para obtener el nuevo nacimiento, y obtener el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
Y ahora, estamos unánimes esperando la Venida del Espíritu de Dios transformando nuestros cuerpos y dándonos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Que Dios les bendiga, muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.
Con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión.
“LA ARMONIA EN EL APOSENTO ALTO.”