Siguiendo las indicaciones del Plano

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Minatitlán, Veracruz, República Mexicana; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 11, en adelante, donde dice:

Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio.

Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas.

También para grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos los utensilios del ministerio de la casa de Jehová.

Y dio oro en peso para las cosas de oro, para todos los utensilios de cada servicio, y plata en peso para todas las cosas de plata, para todos los utensilios de cada servicio.

Oro en peso para los candeleros de oro, y para sus lámparas; en peso el oro para cada candelero y sus lámparas; y para los candeleros de plata, plata en peso para cada candelero y sus lámparas, conforme al servicio de cada candelero.

Asimismo dio oro en peso para las mesas de la proposición, para cada mesa; del mismo modo plata para las mesas de plata.

También oro puro para los garfios, para los lebrillos, para las copas y para las tazas de oro; para cada taza por peso; y para las tazas de plata, por peso para cada taza.

Además, oro puro en peso para el altar del incienso, y para el carro de los querubines de oro, que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.

Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Terminamos de leer aquí dos versos más, donde dice:

Dijo además David a Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.

He aquí los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para todo el ministerio de la casa de Dios, estarán contigo en toda la obra; asimismo todos los voluntarios e inteligentes para toda forma de servicio, y los príncipes, y todo el pueblo para ejecutar todas tus órdenes.”

Y ahora, nuestro tema es: “SIGUIENDO LAS INDICACIONES DEL PLANO.”

Antes que se me pase o que se me olvide. Reciban un saludo de mi esposa Erica, y los Cachorritos de León reciban un saludo de América la Cachorrita de León.

En esta ocasión nuestro tema es: “SIGUIENDO LAS INDICACIONES DEL PLANO.”

Para la construcción del templo que tuvo en el corazón David construir para Dios y del cual Dios le dio las indicaciones, le trazó con Su mano (Dios) todas las cosas que debían ser construidas; por lo tanto fue la dirección de Dios al rey David, recibió la revelación de Dios de cómo tenía que ser construido ese templo, el cual David quería construir pero Dios le dijo: “No lo vas a construir tu, no me vas a edificar casa tu a mí, porque has derramado mucha sangre pero tu hijo (Salomón) será el que me va a construir esa casa.”

Y ahora, David tenía todo el plano, tenía oro, tenía plata, tenía bronce, tenía cobre, tenía de todo para la construcción de ese templo y entonces pasó todo eso a su hijo Salomón: el plano y todos esos materiales de construcción; y le dijo: “Y ahora, si falta busca más para que sea completado.”

Y ahora, ¿por qué era tan importante un tabernáculo, un templo allá en medio del pueblo hebreo en Jerusalén? Ellos tenían el tabernáculo que el Profeta Moisés había construido en el desierto y Dios se manifestaba en ese tabernáculo sobre el propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto; porque el propiciatorio que es la tapa del arca del pacto tenía los dos querubines de oro y en medio de los dos querubines de oro se manifestaba Dios en la Columna de Fuego y de ahí le hablaba al Profeta Moisés. Y cuando el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo el día diez del mes séptimo con la sangre de la propiciación, o sea, la sangre de la propiciación del macho cabrío que era sacrificado en expiación, llevaba la sangre de la expiación al lugar santísimo y rociaba sobre el lugar santísimo siete veces y se convertía ese trono en trono de Misericordia, y Dios extendía al pueblo hebreo Su Misericordia y era reconciliado el pueblo hebreo con Dios ese año y ese día; y todos los que como individuo se habían afligido por haber pecado ante Dios y se habían arrepentido y habían guardado ese día esa fiesta, obtenían la Misericordia de Dios y eran como individuos reconciliados con Dios, y venían las bendiciones de Dios sobre esas personas; pero las personas que no se arrepentían y no se afligían en sus almas, esas personas no alcanzaban la Misericordia de Dios y serían cortadas del pueblo de Dios, o sea, del pueblo Hebreo.

Si leemos en Levítico, capítulo 23, verso 26 en adelante, encontraremos que dice:

También habló Jehová a Moisés, diciendo:

A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.

Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.

Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.”

Ahora vean lo importante que era este día, porque era un día para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, y se tenía que llevar a cabo esa reconciliación por medio del sacrificio de la expiación, el sacrificio de ese macho cabrío que era sacrificado el día diez del mes séptimo, y el sumo sacerdote llevaba la sangre de la expiación dentro del lugar santísimo y la colocaba sobre el arca del pacto, o sea, sobre el propiciatorio donde estaba Dios en la Columna de Fuego, estaba en medio de los dos querubines de oro.

¿Y por qué era tan importante ese templo y sobre todo el lugar santísimo y sobre todo el propiciatorio? Porque allí estaba Dios. Y aquel propiciatorio o tapa del arca del pacto donde estaban los dos querubines de oro era el Trono de Dios en la Tierra en aquel templo o tabernáculo; porque aquel tabernáculo representaba el Templo Celestial de Dios, y el lugar santísimo representa el Lugar de Morada de Dios y el propiciatorio representa el Trono de Dios en el Cielo.

Y ahora, encontramos que todo lo que Cristo iba a hacer en el Templo de Dios, porque Jesucristo es Melquisedec el cual es Sacerdote, Sumo Sacerdote del Dios Altísimo del Templo Celestial y también El es Rey de Salém, o sea, de Jerusalén y Rey de justicia y rey de paz.

Y ahora, este Melquisedec que le apareció en el capítulo 14 del Génesis a Abraham, cuando Abraham regresaba de la victoria obtenida contra aquellos reyes que se habían llevado cautivo a Lot y a su familia, encontramos que aquel Melquisedec que le apareció a Abraham era nada menos que el mismo Dios, Jesucristo en Su cuerpo teofánico, el Verbo que era con Dios y era Dios.

Y ahora Dios le apareció en esa teofanía, en ese cuerpo teofánico, en ese cuerpo angelical de la sexta dimensión, y le apareció como Rey y como Sumo Sacerdote del Dios Altísimo, o sea, del Templo Celestial de Dios, del Templo en el Cielo.

Y ahora, cuando Jesucristo viene a la Tierra El es el Sumo Sacerdote Melquisedec y viene para llevar a cabo un Sacrificio con Su propio cuerpo, el cual El creó en el vientre de María cuando creó una célula de sangre la cual se multiplicó célula sobre célula y fue creado el cuerpo de Jesús, el cual nació en Belén de Judea a través de la virgen María; Dios se proveyó un cuerpo para llevar a cabo el Sacrificio por el pecado con y a través de ese cuerpo para la reconciliación del ser humano con Dios.

Y ahora ya no se requiere que el ser humano tenga un templo o tabernáculo allá en la tierra de Israel, ni se requiere que sea sacrificado un macho cabrío y tampoco se requiere que sea sacrificado un cordero el día de la pascua, porque nuestra Pascua, nuestro Cordero Pascual, es Cristo.

El profeta Juan el Bautista cuando vio a Jesucristo dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”

Cristo quitó el pecado del mundo, El es nuestro Cordero Pascual para nuestra liberación espiritual, para libertarnos del reino, del imperio del faraón, el diablo. Y por eso El dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os libertará.” También dijo: “Si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”

Jesucristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, Melquisedec, fue el que libertó al pueblo hebreo a través del profeta Moisés; y El es el que así como libertó al Israel terrenal, libertaría al Israel Celestial, libertaría la descendencia Celestial de Abraham, que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora para el Israel Celestial ya no se requiere un templo terrenal como el que construyó el rey salomón o el que construyó el Profeta Moisés; porque ahora Jesucristo, el Hijo de David, está construyendo un Templo Espiritual que es Su Iglesia, y está construyendo este Templo Espiritual de acuerdo al diseño, al modelo, al Plano Divino. Y ese Plano Divino para la construcción de ese Templo Espiritual, vean ustedes, es el mismo Plano que recibió el Profeta Moisés y el rey David (el cual se lo dio luego a Su hijo Salomón).

Y ahora vean ustedes. por cuanto aquellos templos o tabernáculos representaban el Templo que está en el Cielo, ahora la representación del Templo que está en el Cielo es el Templo Espiritual de Jesucristo que es Su Iglesia.

El dijo a Sus discípulos en el capítulo 22, versos 28 al 30: “Yo les he encomendado, les he encargado, un reino, como mi Padre me lo encargó a mí.”

Vamos a ver, San Lucas, capítulo 22 —para leerlo tal y como fue dicho por Jesucristo.— Dice:

Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.

Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,

para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”

Y ahora, el Reino de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo, y para el Glorioso Reino Milenial Cristo estará con Su Iglesia en este planeta Tierra y en ese Reino los apóstoles se sentarán sobre doce tronos y también los doce patriarcas; también los siete ángeles mensajeros se sentarán en tronos para gobernar sobre los gentiles, así como los apóstoles gobernaron, juzgaron a las doce tribus de Israel; y Cristo se sentará en el Trono de David para reinar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, sobre el mundo entero; y con El se sentará el Vencedor: “Al que venciere yo la daré que siente en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono.”

El Trono del Padre es el Trono Celestial, el Trono que está en el Cielo, donde Cristo cuando ascendió al Cielo victorioso se sentó para hacer Intercesión con Su propia Sangre como Sumo Sacerdote; y ese Trono Celestial ha estado rociado con la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo; como sucedía cuando el sumo sacerdote entraba el día diez del mes séptimo al lugar santísimo con la sangre de la expiación del macho cabrío, el cual rociaba sobre el trono, sobre el propiciatorio y se convertía en un trono o propiciatorio de Misericordia. Pero si no había sangre sobre ese propiciatorio el día diez del mes séptimo, si el sumo sacerdote no entraba y llevaba la sangre de la expiación allí, entonces aquel trono se convertía en un trono de juicio y el juicio divino venía sobre el pueblo hebreo; por eso es que desde que el pueblo hebreo rechazó a Cristo y dijo: “Su Sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos,” y pidió la crucifixión de Cristo. La Sangre de Cristo ha estado siendo demandada del pueblo hebreo.

Y ahora, el templo que estaba en Jerusalén fue destruido y ya el pueblo hebreo no ha podido estar ofreciendo sacrificios a Dios en el templo, y por consiguiente la ira de Dios ha estado siendo derramada sobre el pueblo hebreo, pues ellos no tienen un sacrificio por el pecado para estar reconciliados con Dios, y la Expiación que es Cristo y Su Sangre para reconciliarnos con Dios, ellos la rechazaron, por consiguiente la ira de Dios ha estado cayendo sobre el pueblo desde los tiempos pasados del primer siglo de la era cristiana hasta este tiempo final.

Hitler por poco extermina al pueblo hebreo y otros dictadores también; esto es porque la ira de Dios ha estado cayendo sobre el pueblo hebreo, porque el pueblo hebreo como nación no tiene una expiación por el pecado para ser reconciliados con Dios como nación.

Pero ahora vean ustedes, todos los que han recibido a Cristo como su Salvador y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han sido bautizados en Su Nombre y han recibido el Espíritu Santo, están reconciliados con Dios y han recibido el Espíritu de Cristo y han nacido de nuevo, y ahora están reconciliados con Dios.

Así es como Dios está reconciliando a todas las personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero; esas personas son del Israel Celestial, esas personas son de la descendencia Celestial de Abraham, por lo tanto son hijos de Abraham, hijos de Abraham porque son de la fe en Cristo.

Y ahora, podemos ver que el pueblo hebreo tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo, al Israel Celestial, y el templo que tenía el pueblo hebreo en Jerusalén y el tabernáculo que construyó Moisés tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo, como también tipifica el Templo que está en el Cielo.

Y ahora, la representación del Templo Celestial en la Tierra es la Iglesia del Señor Jesucristo, y Cristo ha estado construyendo, creando, un Templo Espiritual que es Su Iglesia, lo ha estado construyendo conforme al Plano Divino, conforme al Plano del Templo que está en el Cielo.

Y ahora miren ustedes, conforme al Plano Divino fue que Moisés construyó el tabernáculo y luego Salomón construyó el templo allá en Jerusalén de acuerdo al plano que le dio el rey y salmista y profeta David, pues él había recibido de la mano de Dios toda esa revelación Divina de cómo construir ese templo en Jerusalén, donde estaría el Nombre de Dios; porque el Nombre de Dios siempre está en Su Templo, ¿en qué parte del Templo? En el Lugar Santísimo sobre el propiciatorio y sobre la frente del sumo sacerdote en una lámina o laminilla de oro donde está escrito “Santidad a Jehová.”

Y ahora, el que tiene en la frente en una laminilla de oro sobre el turbante, o sea, sobre la mitra que es el turbante, es el que pude entrar al Lugar Santísimo y presentarse ante el Trono de Dios que es el Propiciatorio, porque ahí está Dios sentado en Su Trono en medio de los dos querubines de oro.

Ahora podemos ver que los demás sacerdotes no podían entrar al lugar santísimo, solamente el sumo sacerdote y una vez al año.

Y ahora, el Templo Celestial, Cristo entró, y entró al Lugar Santísimo y se sentó sobre el Propiciatorio, se presentó ante el Trono de Dios y ante la Presencia de Dios y se sentó sobre el Trono de Dios. El dice también para el vencedor: “Al que venciere yo le daré que se siente en mi trono así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono.”

Y ahora, el que sentó en el Trono llevaba el Nombre de Dios: “Yo he venido en nombre de mi Padre.” Dijo Cristo.

Y ahora, el que se sentará en el Trono con Cristo en el Trono de David, tendrá el Nombre de Cristo, El vendrá en el Nombre del que Lo envió, en el Nombre del Señor Jesucristo, porque Cristo escribirá sobre él el Nombre de nuestro Dios y el nombre de la ciudad de nuestro Dios y el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Apocalipsis, capítulo 13, verso 12.

Ese vencedor será el que recibirá el Maná escondido y comerá de ese Maná escondido:

Al que venciere, yo le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita blanca un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” [Apocalipsis 2:17 – Editor]

Esa Piedrecita Blanca es la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo, y aquel que recibirá la Segunda Venida Cristo en el Día Postrero, aquel que recibirá a Cristo y Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo, será el único que conocerá ese misterio, porque él será el que recibirá esa Piedrecita Blanca con un Nombre Nuevo, y ese será el que se sentará con Cristo en Su Trono, ese es este Hijo de Dios que viene por medio de Jesucristo y que nace en el Reino de Dios, en la Iglesia de Jesucristo por medio de creer en Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizado en Su Nombre y recibir el Espíritu Santo, ése es el que nace así en la Casa de Dios, la Iglesia de Jesucristo, y ése es el que vendrá en el Nombre del Señor Jesucristo, en el Nombre del que Lo envíe en este tiempo final, y ése es el que obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino porque Cristo estará en él manifestado para darnos a todos la Gran Victoria en el Amor Divino y ser transformados los que vivimos juntamente con los muertos en Cristo que serán resucitados en cuerpos eternos y glorificados.

Y ahora, veamos a este Vencedor Hijo de Dios, dice en el capítulo 21, verso 6 al 7:

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

Otro hijo de Dios será adoptado, otro hijo de Dios se sentará en un Trono; pero ahora no es en el Trono de Dios que está en el Cielo, porque en el Trono de Dios que está en el Cielo se sentó Jesucristo, el Hijo de Dios, el cual obtuvo la victoria, al morir resucitó victorioso y ascendió al Cielo y recibió un Nombre Nuevo.

Pero ahora, un hijo de Dios por medio de Jesucristo obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino y se sentará con Cristo en Su Trono, y el Trono de Cristo es el Trono de David al cual Cristo es heredero; como dijo el arcángel Gabriel a la virgen María que ese hijo o niño que nacería sería llamado “Hijo de Dios,” y Dios le daría el Trono de David. Vamos a leerlo en San Lucas, capítulo 1, verso 30 en adelante, dice:

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Y ahora el Heredero al Trono de David es Jesucristo nuestro Salvador, el Hijo de la virgen, el que nació por medio de la virgen María.

Y ahora en ese Trono El se sentará en el Día Postrero, que es el séptimo milenio. El en Su Segunda Venida como León de la tribu de Judá reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre y reclamará Su Trono, el Trono de David, para sentarse sobre ese Trono, y al que venciere, o sea, el Mensajero que está en el Día Postrero en la Iglesia de Jesucristo enviado por Cristo dando testimonio de estas cosas que deben suceder pronto, será el que obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino, porque Cristo obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino en este tiempo final y resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a todos los que vivimos, y entonces el Vencedor para el Reino Milenial se sentará con Cristo en Su Trono.

Y ahora antes de sentarse con Cristo en Su trono terrenal, el Trono de David, por cuanto la Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo Espiritual; así como el tabernáculo que construyó el rey salomón y como el que construyó el Profeta Moisés, tenía un trono y era el propiciatorio sobre el arca del pacto allá en el lugar santísimo, el Templo Espiritual de Cristo tiene un Trono, y para poderse sentar en el Trono de David primero tiene que estar en la Iglesia de Jesucristo en el Lugar Santísimo en el Trono de la Iglesia del Señor Jesucristo, sentado con Cristo en Su Trono en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, a través de las edades pasadas y dispensaciones pasadas estuvieron con Cristo los profetas del Antiguo Testamento en el Atrio de ese Templo, pero luego los mensajeros de cada edad y los apóstoles estuvieron en el Lugar Santo. Pero ahora, para el Día Postrero el Angel del Señor Jesucristo estará con Cristo en el Lugar Santísimo, y ahí se sentará con Cristo en Su Trono.

Y ahora, así como el ser humano es cuerpo, espíritu y alma, la Iglesia del Señor Jesucristo es Atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo.

Y ahora, así como el ser humano al tener cuerpo, espíritu y alma. El alma es el Trono de Dios, de Cristo, en el ser humano; y ahora el alma o corazón de la Iglesia de Jesucristo es el Lugar Santísimo de este Templo Espiritual, y ahí es donde Cristo en el Día Postrero estará y Su Angel estará con El ahí sentado en el Trono del Señor para luego sentarse con Cristo en el Trono de David.

La Obra de Dios para este tiempo final es en el Trono que es el Lugar Santísimo del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, como también en el Cielo la Obra es en el Trono de Dios, donde Cristo está haciendo Intercesión y donde El cuando entre hasta el último de los escogidos terminará Su Obra de Intercesión; saldrá y reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre, tomará el Título de Propiedad, el Libro de Los Sellos, lo abrirá y hará el reclamo y entonces resucitará los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará. Es una Obra del Trono de Dios, del Trono de Dios en el Cielo a y en el Trono de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo que es el Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual el cual es la Edad de la Piedra Angular.

Dios está obrando ya no en el Lugar Santo que corresponde a las siete edades, sino en el Lugar Santísimo que corresponde a la Edad de la Piedra Angular; y así como hubo un territorio para cada edad correspondiente a esa parte del Templo del Lugar Santo, hay un territorio con gente para la parte del Lugar Santísimo, en donde es construido del Lugar Santísimo, en donde es construido el Lugar Santísimo por Creación Divina con gente, y este territorio es la América Latina y el Caribe con gentes latinoamericanas y caribeñas; aunque algunos hayan viajado a otras naciones hasta allá les llega el Mensaje también.

Ahora, podemos ver dónde nos encontramos en el Programa Divino conforme al Plano de Dios.

Y ahora, ¿dónde estaba el lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón? Pues estaba en el Oeste.

Y ahora, ¿dónde está el Lugar Santísimo, la Edad de la Piedra Angular de ese Templo Espiritual de Jesucristo? En el Oeste, la América Latina y el Caribe.

Y ahora podemos ver este misterio de ese Templo Espiritual de Jesucristo, de ese Reino Espiritual de Jesucristo, donde Cristo se sienta en Su Trono en ese Reino Espiritual en este tiempo final.

Y ahora, así como el Padre le ha asignado a Jesús un Reino, Jesucristo le asignó a Sus discípulos un Reino, ese es el Reino del Señor Jesucristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual estará con Cristo en el Reino Milenial para estar con Cristo por el Milenio y luego por toda la eternidad.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo por cuanto ha estado siendo creada conforme al Plano Divino, conforme al Plano Divino del Templo Celestial, y por consiguiente del tabernáculo que construyó el Profeta Moisés y del templo que construyó el rey Salomón.

Y ahora, el Hijo de David, Jesucristo, es el que está construyendo ese Templo, ese Tabernáculo. Por eso San Pablo dice: “¿No saben ustedes que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en nosotros?” Eso está en Primera de Corintios.

Y ahora siendo que somos Templo de Dios como individuos y Dios mora en nuestra alma que es el Trono de Dios en nosotros como individuos y como Cuerpo Místico de creyentes somos los miembros del Cuerpo Místico de creyentes, pertenecemos a un Templo Espiritual que es la Iglesia del Señor Jesucristo, y pertenecemos a la parte más importante de ese Templo que es la Edad de la Piedra Angular, lo cual es el Lugar Santísimo de ese Templo Espiritual.

Y ahora, Primera de Corintios, capítulo 3, verso 16 y Primera de Corintios, capítulo 6, verso 19 nos habla de que somos Templo de Dios, y ahora dice también que cualquiera que destruya el Templo de Dios, será destruido por Dios. Por eso todas las personas y naciones que han perseguido a la Iglesia del Señor Jesucristo, Dios le pedirá cuenta en el Día del Señor que es el Día en que el juicio divino caerá sobre la raza humana, y también todos los que han perseguido al pueblo hebreo tendrán problemas delante de Dios, porque el pueblo hebreo es el tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo; en el pueblo hebreo se reflejó tanto la Iglesia de Jesucristo como también se reflejó el Templo Celestial.

Y ahora, como tipo y figura el pueblo hebreo fue un templo como nación.

Y ahora podemos ver que todo lo que se reflejó en el pueblo hebreo, luego lo materializa Jesucristo en Su Iglesia.

Y ahora, encontramos que en la Tierra Cristo está materializando Su Reino en Su Iglesia y está materializando en lo Celestial en Su Iglesia, Cristo está materializando Su Reino Celestial en Su Iglesia, con la cual reinará durante el Reino Milenial.

Y ahora, encontramos que la caída del diablo en el Cielo fue porque él tuvo envidia de Miguel y el reino de Miguel y quiso hacer un reino más hermoso que el Reino de Miguel.

Y ahora vean ustedes lo que dijo nos el Rvdo. William Branham acerca de ese arcángel caído en este librito o folleto titulado “Compendio,” y como tema o sub-tema tiene “Angeles,” dice:

Ahora, ya saben lo que dice Apocalipsis, capítulo 12 de la mujer vestida del sol. Y de dónde el gran dragón escarlata arrastró a la tierra dos terceras partes de las estrellas con su cola. Y nos damos cuenta que satanás allí en el principio edificó un reino en la parte norte, para que fuera mas hermoso que el de Miguel; y llegó el día cuando él declaró la guerra en el Cielo y él se llevó dos terceras partes de los seres angelicales. Correcto.”

Aquí podemos ver que el pecado comenzó en el Cielo, lo comenzó el diablo cuando se rebeló en contra de Dios y quiso tener un reino más hermoso que el reino de Miguel; y el diablo le ofreció a Cristo los reinos de esta Tierra y le dijo que esos reinos de esta Tierra eran de él y a quien él quería los daba (San Mateo, capítulo 4).

Y ahora, Cristo no aceptó esos reinos, porque los reinos del mundo el mismo diablo dijo que eran suyos; y ahora el diablo con sus ángeles caídos ha estado materializando su reino aquí en la Tierra en medio de los seres humanos y con seres humanos; y en el Génesis la cabeza de ese reino fue la serpiente en la cual el diablo se metió, o sea, que por medio de la serpiente el diablo se hizo carne para hacer caer la raza humana como hizo caer a los ángeles en el Cielo que fueron engañados por el diablo, y luego el primer hijo del diablo, la serpiente antigua por medio del engaño que trajo a Eva a través de la serpiente, tuvo su primer hijo que fue Caín, y luego Caín vino a ser la cabeza de ese reino del diablo y mató a Abel su hermano.

Y luego encontramos esa linea del maligno, lo cual es el reino del maligno, del diablo, materializándose en la Tierra. Mas adelante luego que la humanidad se multiplicó, el intento del corazón de la gente era de continúo al mal, y ahí esos gigantes o raza de gigantes eran los descendientes de Caín porque eran descendientes de la serpiente que engañó a Eva.

Y luego, encontramos que los hijos de Dios, los descendientes que vinieron por medio de Set vieron las hijas de los hombres que eran hermosas (o sea, vieron a las descendientes de Caín que eran hermosas y grandes) y tomaron mujeres entre si escogiendo entre las más hermosas y ellas concibieron hijos de los descendientes de Set, que eran los hijos de Dios, y tuvieron ahí mezclados los hijos de Dios con los hijos de los hombres, los hijos del maligno; y la ira de Dios vino sobre la raza humana trayendo el diluvio. Pero Noé, descendiente de la linea de los justos, descendiente de Set y por consiguiente de Adán, encontramos que ofrecía a Dios los sacrificios por el pecado; por lo tanto fue llamado justo, porque sus pecados eran cubiertos con la sangre de aquellos sacrificios que él ofrecía y también la de su familia, porque el mensajero dispensacional, el Profeta era sacerdote de su casa, de su familia, como también rey y como también juez.

Y ahora, encontramos que Dios le dijo a Noé cómo escapar del juicio que vendría y Noé construyó el arca donde entraron y se salvaron él y su familia; en los últimos siete años, o siete días encontramos que ellos entraron al arca (los animales también), pero ninguna persona se salvó, excepto Noé y su familia y los animales que entraron al arca, y Dios cerró la puerta.

Se ha estado predicando por dos mil años aproximadamente la salvación con la Puerta de la Gracia que es Cristo, esa Puerta del Reino de los Cielos, de la Iglesia de Jesucristo abierta con la Sangre de Redención aplicada en esa Puerta, porque es la misma Sangre de Cristo, la Sangre de la Puerta aplicada en la Iglesia de Jesucristo, y en el alma, en el corazón de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, luego que hemos tenido el tiempo de los apóstoles y luego el tiempo de los siete ángeles mensajeros, llegamos a la Edad de la Piedra Angular que corresponde a los siete días de los cuales Dios le dijo a Noé: “De aquí a siete días yo haré llover sobre la Tierra.” Aquellos siete días son tipo y figura del tiempo que nos corresponde a nosotros para todos los escogidos de Dios entrar al Arca que es Cristo para escapar del juicio divino, y para el pueblo hebreo también recibir a Cristo, en donde 144 mil hebreos lo recibirán.

Y ahora, podemos ver que estamos como en los días de Noé, como dijo Cristo en San Mateo 24, versos 34 al 39. Y estamos como en los días de Noé, en los últimos siete días que representan el tiempo correspondiente a nuestra edad; y eso es muy importante entenderlo.

Y ahora, nosotros estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos; fue durante esos siete días cuando Noé y su familia entraron al arca y se completó el grupo que se salvaría que Dios cerró la puerta del arca.

Y la Puerta de la Misericordia será cerrada de un momento a otro como en la parábola de las diez vírgenes en donde mientras las vírgenes insensatas iban a comprar aceite, vino el esposo (que es Cristo) y las que estaban preparadas, o sea, las vírgenes prudentes que es la Iglesia Novia de Jesucristo, las vírgenes prudentes entraron con El a las bodas y se cerró la puerta.

¿Ven que hay una Puerta que será cerrada? Esa Puerta es Cristo. Cristo dijo: “Yo Soy la Puerta de las ovejas y el que por mi entraré será salvo y hallará pastos, y saldrá y hallará pastos.”

Y ahora en San Lucas, capítulo 13, nos habla de esa Puerta la cual es angosta, y son muchos los que quieren o tratan de entrar por ella, y dice Cristo: “Muchos tratarán de entrar y no podrán.” En San Lucas, capítulo 13, verso 22 en adelante, dice:

Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.

Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:

Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.”

Cuando la Puerta de la Misericordia, la Puerta de la Gracia que es Cristo, sea cerrada esa Puerta de la Gracia, ya las personas aunque quieran recibir salvación, quieran arrepentirse, ya será demasiado tarde; y se cumplirá lo que dice el libro del Apocalipsis en el capítulo 22: “El que esté sucio, o sea, el que no haya sido limpiado con la Sangre de Cristo cuando hubo oportunidad ya es tarde.” Vamos a leerlo directamente aquí del Apocalipsis para que tengan el cuadro claro. Capítulo 22, verso 11, dice:

El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía (porque no hay Sangre para limpiar la inmundicia del pecado de los seres humanos cuando esto ocurra); y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.”

O sea, los que han sido lavados con la Sangre de Cristo mientras la Puerta estaba abierta manténganse cada uno en santidad, porque sin santidad nadie verá al Señor, no se ensucie, manténgase limpio, porque Cristo lo limpió de todo pecado; por lo tanto no vuelva al pecado.

Y ahora, podemos ver este misterio de esa puerta del arca allá tipificando a Cristo, la Puerta de las ovejas, por la cual entran los hijos e hijas de Dios al Redil del Señor que es la Iglesia del Señor Jesucristo. La Iglesia del Señor Jesucristo es la Casa de Dios, la Familia de Dios.

Y ahora, esa Familia de Dios es el Templo Espiritual de Jesucristo, el cual es creado, construido, por Cristo de acuerdo al Plano, al Plano Divino.

Y ahora se encuentra esta Casa, el Templo Espiritual de Cristo, en la etapa del Oeste que es la etapa de la construcción del Lugar Santísimo con latinoaméricanos y caribeños, que son piedras vivas cortadas por el Espíritu de Dios en Su manifestación final para ser colocadas en ese Templo Espiritual en la parte del Lugar Santísimo. Y cuando se complete la construcción de ese Templo será cuando entre al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último de los escogidos, y luego será dedicado a Dios para Dios morar en toda Su plenitud.

Y ahora, el apóstol San Pablo en Efesios, capítulo 2, versos 19 al 22, dice:

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (vean, pertenecemos a una Familia Celestial, la Familia de Dios por medio del nuevo nacimiento, y por consiguiente pertenecemos a ese Nuevo Templo que es la Familia de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo),

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Es para Dios morar en Espíritu Santo en cada uno de ustedes y en mí también que somos edificados, una Casa, un Templo Espiritual, una Familia Espiritual, Celestial.

Y ahora, podemos ver que de acuerdo al Plano Divino es que está siendo construida esa Casa, ese Templo Espiritual, esa Familia Celestial. Y esa Familia Celestial, ese Templo Celestial o Espiritual está siendo el reflejo o materialización del Templo Celestial, y Jesucristo está materializando Su Reino Celestial, lo está materializando aquí en Su Iglesia.

Y ahora vean ustedes el Reino de Cristo, para los seres humanos, para el mundo, no es tan hermoso como el reino de lucero, o sea, del diablo o de satanás; pues el reino del diablo, el reino de lucero, del arcángel caído que se rebeló en contra de Dios es el reino que en este tiempo final estará encabezado por el diablo, la serpiente antigua en el anticristo, el hombre de pecado, la bestia.

Ahora vean ustedes, ese reino del anticristo es el reino del diablo materializado en este planeta Tierra, pero la Iglesia del Señor Jesucristo es el Reino de Jesucristo materializado en este planeta Tierra.

Y ahora, podemos ver que ambos reinos estarán enfrentándose en este tiempo final, pero el Reino de Jesucristo encabezado por Jesucristo en el Día Postrero, en Su Segunda Venida obtendrá la Gran Victoria en el Amor Divino, y entonces el reino del anticristo y el anticristo serán quitados y establecido el Reino de Jesucristo, Su Iglesia con Jesucristo para el Glorioso Reino Milenial.

Ahora podemos ver cómo aquella batalla que comenzó en el Cielo, cuando el diablo fue vencido en el Cielo por el arcángel Miguel y Sus ángeles y echado por Tierra, la batalla vino a ser luego la batalla, la lucha, de los hombres.

Y ahora, todo se ha estado materializando aquí en la Tierra; lo que sucedió allá ahora se ha estado materializando aquí, y ambos reinos: el reino del diablo se ha estado materializando aquí en seres humanos con el anticristo y su reino; pero el Reino de Cristo se ha estado materializando aquí en la Tierra que es Cristo y Su Iglesia.

Y ahora conforme al Plano del Templo Celestial, conforme al Plano Celestial es que Jesucristo ha estado materializando Su Reino aquí en la Tierra, ha estado materializando el Templo Celestial, lo ha estado materializando aquí en la Tierra en Su Templo Espiritual que es Su Iglesia; y por eso es que las cosas que están en el Templo Celestial luego las encontramos en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, porque esos templos o tabernáculos representaban el Templo Celestial.

Y ahora en el Templo Celestial o el Templo Espiritual de Jesucristo, aquellas cosas que estaban en tipos y figuras son materializadas en seres humanos.

Y ahora Cristo está materializando en Su Iglesia las cosas que están en el Cielo: ha materializado las cosas del Atrio, ha materializado las cosas del Lugar Santo, y ahora en este tiempo está materializando las cosas que están en el Lugar Santísimo; en el Lugar Santísimo está el Trono de Dios y el Arca del Pacto, y está allá el Titulo de Propiedad en la Diestra de Dios, y están también allí los Dos arcángeles: Gabriel y Miguel, uno a cada lado de Dios.

Y ahora en el Templo Espiritual de Cristo, encontramos que es en el Lugar Santísimo donde Salomón colocó los dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro, dos querubines gigantes que con sus alas extendidas: una de las alas tocaba la pared y la otra llegaba hasta el centro de este querubín de la derecha y del otro querubín de la izquierda; el ala derecha llegaba hasta el centro y se encontraba con el ala del otro querubín, y la otra ala llegaba hasta la pared, y bajo las alas de los querubines estaba el arca del pacto.

Vean cómo el rey David recibió esa revelación del Cielo y la colocó en el plano que le entregó al rey Salomón, hijo del rey David. Vean aquí dice:

Además, oro puro en peso para el altar del incienso, y para el carro de los querubines de oro, que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.” {Primera de Corintios 28:18 – Editor}.

Y ahora, aquí tienen que ser hechos estos querubines de oro y estas cosas, pero ya los querubines de oro del propiciatorio ya estaban hechos, y estaban hecho el propiciatorio y al arca del pacto que construyó el Profeta Moisés; y esa fue el arca del pacto que luego fue colocada en el tabernáculo que construyó el rey Salomón.

Pero ahora en el plano que le da el rey David a su hijo Salomón son colocados dos querubines cubiertos de oro, que son los dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro, y bajo las alas de esos querubines fue colocada el arca del pacto. Esos dos querubines de madera de olivo, vean ustedes, son los dos olivos cubiertos de oro de Zacarías, capítulo 4, que son los Dos Ungidos que están delante de la Presencia de Dios, y son también los Dos Olivos que están en Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, que son los Dos Ungidos que están delante de la Presencia de Dios: esos dos querubines cubiertos de oro, los cuales son dos olivos o dos querubines de olivo, de madera de olivo, los Dos Olivos en la Tierra, en el Templo Espiritual de Cristo y que fueron colocados literalmente dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro en el templo que construyó Salomón, tipifica los Ministerios en el Templo Espiritual de Cristo de Moisés y Elías, y en el Cielo, pues tipifican esos dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro en el Cielo están tipificando a Gabriel y Miguel.

Y ahora, vean ustedes lo que está en el Lugar Santísimo del Templo Celestial fue lo que fue colocado en el Lugar Santísimo del templo que construyó el rey Salomón, para lo cual el rey David le dio los planos a Salomón de acuerdo a lo que Dios le mostró al rey David.

Y ahora, conforme al Plano Jesucristo ha estado construyendo Su Templo Espiritual y en el Lugar Santísimo tiene que colocar los Dos Olivos, porque los dos olivos estaban allá en el tabernáculo que construyó el rey Salomón, y los dos querubines de oro estaban allí también sobre el arca del pacto y también en el tabernáculo que construyó Moisés estaban esos dos querubines de oro sobre el arca del pacto, dos querubines de oro pequeños, pero luego fueron construidos en adición dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro en el templo que construyó el rey Salomón.

Y ahora en el nuevo templo que construyó el rey Salomón estaban los dos querubines de oro, y ahora en el Nuevo Templo que construye Jesucristo están los Dos Querubines de madera de olivo cubiertos de oro que son los Ministerios de Moisés y Elías, porque en el Cielo los Dos Querubines son: Miguel el arcángel, y Gabriel el arcángel.

Y ahora, Jesucristo materializa en Su Iglesia lo que esta en el Cielo. Por eso es que para la Edad de la Piedra Angular que es la edad del Lugar Santísimo, los Ministerios de los Dos Olivos, los Ministerios de Moisés y Elías, Jesucristo los coloca en Su Iglesia. Y de en medio de esos dos Ministerios es que Jesucristo, el Angel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo se manifiesta en medio de Su Iglesia, y el Ministerio de Cristo es manifestado en medio de Su Iglesia para darnos todas las bendiciones que El ha prometido para nuestro tiempo y revelarnos todos los misterios correspondientes a este tiempo final, y hablarle a Su Angel todo el Mensaje correspondiente a Su Iglesia para este tiempo final para que les dé testimonio de estas cosas que deben suceder pronto, y también le da el Mensaje para el pueblo hebreo, ¿desde dónde? Desde el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Y desde el Lugar Santísimo del Templo Celestial viene el Mensaje al Lugar Santísimo del Templo Espiritual del Señor Jesucristo.

Y ahora, vean ustedes cómo se fusiona el Templo Espiritual de Cristo con el Templo Celestial de Dios, y el Trono del Señor Jesucristo en Su Iglesia con el Trono de Dios en el Cielo. Vean cómo se fusiona el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo con el Lugar Santísimo del Templo Celestial de Dios, y por esa causa es que grandes bendiciones vienen y continuarán viniendo para la Iglesia del Señor Jesucristo que vive en este tiempo final.

Y ahora, SIGUIENDO LAS INDICACIONES DEL PLANO estamos en el territorio correcto: El Occidente; y estamos en la Edad correcta: La Edad de la Piedra Angular que es la Edad del Lugar Santísimo; y estamos en el Mensaje correcto: El Mensaje del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo, sin menospreciar el Mensaje del Evangelio de la Gracia, el cual también proclamamos, y damos a conocer la Gracia de Jesucristo para salvación de los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador, para que arrepentidos de sus pecados reciban a Cristo como su Salvador, laven sus pecados en la Sangre de Cristo, sean bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo y reciban el Espíritu Santo y reciban así el nuevo nacimiento y entren al Cuerpo Místico de Cristo, entren al Reino de los Cielos o Reino de Dios y sean preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en este tiempo final.

Hemos visto EL MISTERIO DE LAS INDICACIONES DEL PLANO con el cual el rey Salomón construyó el templo; es que aquel Plano tenía las indicaciones de parte de Dios para que aquel templo fuera el tipo y figura del Templo Celestial.

Y ahora el Plano para la construcción del Templo Espiritual de Cristo, el cual Cristo tiene y con ese Plano Cristo está construyendo ese Templo, y va por el Lugar Santísimo en Su construcción, encontramos que ese templo representa el Templo Celestial; y por eso las bendiciones del Templo Celestial vienen al Templo Espiritual del Señor Jesucristo para todos los que componen ese Templo Espiritual, el cual está siendo construido conforme a las indicciones del Plano.

Cristo está siguiendo las indicaciones del Plano y nosotros con El también trabajando en esa construcción de ese Templo Espiritual que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche dándoles testimonio de cómo Cristo y nosotros a través de la historia de la Iglesia de Jesucristo hasta llegar hasta nuestro tiempo, El ha estado siguiendo las indicaciones del Plano con cada ángel mensajero de cada edad y el grupo de su edad y también así es en este tiempo final.

Y ahora Cristo y Su Iglesia, Cristo y nosotros estamos siguiendo las indicaciones del Plano, del Plano de Dios para la construcción del Templo Espiritual de Jesucristo que representa, tipifica, y es la representación del Templo Celestial de Dios.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de cómo estamos siguiendo con Cristo las indicaciones del Plano, del Plano de la construcción y para la construcción de ese Templo Espiritual, de esa Iglesia Espiritual de Jesucristo, que es el Reino de los Cielos.

Que las bendiciones de Jesucristo desde el Trono Celestial, desde el Lugar Santísimo del Templo Celestial vengan al Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual sobre cada uno de ustedes y sobre mí también y nos use grandemente en Su Obra y nos llene del conocimiento de Su Programa y nos use llevando el Mensaje, y El lleve ese Mensaje directamente al alma de las personas y llame y junte a los escogidos que faltan por llegar y se complete así el número de los escogidos de Dios en la Casa de Dios y Cristo resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a nosotros y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y pasen todos muy buenas noches.

Con el cántico de Erica y América que nos habla del Hombre que nos transformó pasamos a nuestro Hno. Miguel, mientras está el cántico que nos habla del Hombre que nos transformó, y ése Hombre que nos transformó es nuestro amado Señor Jesucristo.

SIGUIENDO LAS INDICACIONES DEL PLANO.”

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