Muy buenos días, amados amigos presentes aquí en esta actividad aquí en Veracruz o en Minatitlán, Veracruz, República Mexicana; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir unos momentos de saludo y compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer una Escritura en… vamos a ver, vamos a buscar a Joel… Joel es el libro que vamos a buscar en la Escritura, y vamos a leer algunos versos ahí. Joel, capítulo 2, verso 21 en adelante, dice:
“Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.
Animales del campo, no temáis, porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.
Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.
Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejercito que envié contra vosotros.
Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamas será mi pueblo avergonzado.
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.
El sol se convertirá en tinieblas, y las luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.
Y todo aquel que invocaré el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL PARA ENCONTRARSE CON EL ÁNGEL DE DIOS.”
Que Dios nos permita entender todo ese Programa que hay ahí.
En ese pasaje del profeta Joel encontramos una profecía muy hermosa que nos habla de la restauración de Israel, el pueblo hebreo. Necesitamos entender que hay un Israel terrenal y hay un Israel Celestial, el Israel terrenal es el pueblo hebreo y el Israel Celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso aquí, vean ustedes, nos habla de ambos, cuando nos dice en el mismo capítulo 2, el verso 22. Dice:
“Porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos”.
Y ahora miren, la higuera representa, tipifica, a Israel; porque Dios tipifica con árboles, con animales, con peces, con la luna, con las estrellas y el sol, las cosas espirituales. Por ejemplo, con la luna, el sol y las estrellas, compara con el sol a Cristo, con la luna a la Iglesia, con las estrellas a todos los Hijos e Hijas de Dios; y con esas estrellas mayores, luceros, compara a Sus mensajeros; y la estrella de la Mañana representa a Cristo. Y El dice: “Al que venciere yo le daré la estrella resplandeciente de la mañana.”
En lo espiritual siendo que Cristo es la Estrella de la mañana, habrá una persona en la Tierra, un Mensajero, que recibirá la Estrella de la mañana, recibirá a Cristo en Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo. Y solamente aquel que lo recibirá en Su Segunda Venida será aquel que conocerá el misterio de Su Venida y ese Nombre Nuevo; y ese que conocerá ese misterio de Su Venida y el Nombre Nuevo será el Ángel Mensajero que estará en este tiempo final enviado por Cristo a Su Iglesia, como dice Apocalipsis 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las Iglesias.”
Así que la Iglesia del Señor Jesucristo tendrá un Ángel Mensajero en el Día Postrero, así como tuvo un Ángel Mensajero en cada edad, los cuales ya nosotros conocemos: San Pablo fue el primero de ellos y el Rvdo. William Branham fue el último de ellos, de los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia bajo el tiempo en donde Dios estaba construyendo el Lugar Santo de Su Templo Espiritual.
Y para el Día Postrero, para la construcción del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, es que el Ángel del Señor Jesucristo estará en medio del pueblo de Dios, para Cristo construir ese Lugar Santísimo, y estará usando a Su Ángel Mensajero, a través del cual estará llamando y juntando a todos los Escogidos de Dios del Día Postrero.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las Iglesias.”
¿De qué cosas? Apocalipsis 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para manifestar a sus siervos las cosas que han de suceder pronto.”
Las cosas que deben suceder pronto son reveladas, dadas a conocer, a la Iglesia de Jesucristo por el Ángel del Señor Jesucristo. Por lo tanto, el pueblo que estará en el tiempo final siendo el pueblo que estará formando la Edad de la Piedra Angular en el Cuerpo Místico de Cristo, serán los únicos que conocerán las cosas que deben suceder pronto; aun, vean ustedes, antes que sucedan ya ellos saben lo que va a suceder, ¿por qué? Porque Jesús ha enviado a Su Angel para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto; y ellos ya conocerán que hay un Programa Divino que se estará llevando a cabo, y ellos entonces obtendrán el conocimiento de las profecías divinas correspondientes a este tiempo final, porque el Ángel nos abrirá esas profecías divinas.
Y de otra dimensión, vean ustedes, estarán los arcángeles Gabriel y Miguel respaldando todo ese Programa Divino que Dios estará llevando a cabo en medio de Su Iglesia en el Día Postrero.
Y ahora, el Ángel que le dio la revelación a Juan, siendo que es un Profeta, un espíritu de Profeta, dice el Rvdo. William Branham, será enviado a la Tierra, a la Iglesia de Jesucristo en carne humana, para ser el Mensajero del Día Postrero, o sea, del séptimo Milenio y de la Dispensación del Reino; es un profeta mensajero dispensacional, la clase de profeta más grande que Dios tiene. El tiene solamente siete profetas dispensacionales que son: Adán, Set, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y el Ángel del Señor Jesucristo, solamente siete profetas para las siete dispensaciones.
Y ahora, Dios le envía a la Vid Verdadera, Su Iglesia, en el Día Postrero, así como le envió en las edades pasadas, les envió los siete ángeles mensajeros, cada uno en su edad; para el Día Postrero le envía a Su Angel Mensajero a la Vid Verdadera, y después lo enviará a la higuera, que es Israel. La Vid Verdadera es Cristo con Su Iglesia, porque El dijo: “Yo soy la Vid Verdadera, vosotros los pámpanos (o sea, las ramas).”
Y por cuanto Cristo y Su Iglesia están unidos, pues Cristo con Su Iglesia es esa Vid que llevará su fruto. Dice: “Llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos”; o sea, la Iglesia del Señor Jesucristo y el pueblo hebreo.
Y ahora, como fruto de la Vid Verdadera son todos los Hijos e Hijas de Dios, cada uno en su edad. Y el fruto que dará la Vid Verdadera, la Iglesia de Jesucristo, es el fruto que Cristo ha prometido producir en este tiempo final.
Y para este tiempo final luego que sean llamados y juntados todos los Escogidos de Dios en este tiempo final y estén ya dentro de la Casa de Dios, hayan sido llamados, juntados, se hayan arrepentido de sus pecados, hayan lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y hayan sido bautizados en Su Nombre y hayan recibido Su Espíritu Santo, pues vean ustedes, ya estarán en la Casa de Dios; y entonces Cristo terminará Su Obra de Intercesión en el cielo, saldrá, tomará el Título de Propiedad y hará Su Reclamo de todo lo que El ha redimido con Su Sangre Preciosa, resucitará a los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará.
Y para este tiempo final el fruto pleno de la Vid Verdadera será hijos e hijas de Dios en cuerpos glorificados, será la Adopción de los hijos e hijas de Dios, será la restauración de los hijos e hijas de Dios a la vida eterna físicamente también; y así seremos restaurados todos a la vida eterna en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Y así la Vid Verdadera, Cristo con Su Iglesia, la Vid Verdadera con Sus Ramas, porque es en las ramas donde lleva el fruto… vean ustedes, la planta de uvas usted ve que el tronco está en la tierra y sube esa planta y luego comienza a tener ramas; y ahora, Cristo y Su Iglesia, pues El dijo: “Sin mí nada podéis hacer.” Una Rama sin Cristo no puede producir uvas.
Y ahora, El dijo que el que lleva fruto el Padre lo limpiará, lo arreglará, quitará las cosas que le estorban en su vida, para que así lleve más fruto.
Y ahora, vean ustedes, en términos proféticos aquí la Vid Verdadera es Cristo y Su Iglesia, y la higuera es el pueblo hebreo. También en los tiempos de Jesús El aplicó lo de la Vid también al pueblo hebreo; pero luego cuando El habló a Sus discípulos acerca de que El —Jesús— es la Vid Verdadera, y dice a Sus discípulos: “Vosotros sois los pámpanos,” ya está siendo aplicada esa vid, esa planta de uvas, a la Iglesia del Señor Jesucristo con Cristo nuestro Salvador.
Y ahora en términos proféticos, la higuera es el pueblo hebreo y la vid la Iglesia del Señor Jesucristo con nuestro amado Señor Jesucristo. Ambos pueblos, el Israel terrenal y el Israel Celestial darán su fruto en el tiempo en que Dios llevará a cabo esta restauración.
Y ahora, para poder obtener una restauración física a la vida eterna en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible, primero tenemos que tener una restauración espiritual; y esa restauración espiritual a la vida eterna es la que El nos da cuando Lo hemos recibido como nuestro Salvador, hemos lavado nuestros pecados en Su Sangre y hemos sido bautizados en Su Nombre y hemos recibido el Espíritu Santo, y así hemos recibido el nuevo nacimiento y tenemos ya vida eterna, y hemos recibido un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
Pero nos falta la otra parte del Programa de Redención, que es la Redención del cuerpo, de lo cual habla San Pablo en el capítulo 8 de Romanos, versos 14 al 28, en donde nos dice que la creación completa gime a una y a una está de parto esperando la manifestación de los hijos de Dios, esto es la Adopción, la Redención del cuerpo; o sea, la transformación del cuerpo; para obtener el cuerpo eterno, inmortal, e incorruptible, nosotros los que vivimos; y para los muertos en Cristo resucitar en un cuerpo eterno, inmortal, glorificado, perfecto y jovencito, ¿para cuánto tiempo? Para toda la eternidad. Así que seremos restaurados físicamente a la vida eterna.
Y ahora, Joel nos habla de una restauración, por eso nos habla de la Venida del Espíritu Santo para producir el nuevo nacimiento. Y por eso San Pedro cuando predicó el primer Mensaje en el libro de Los Hechos, capítulo 2, el día de Pentecostés, citó lo que Joel decía. Pues San Pedro dice que Dios dijo por el profeta Joel que Dios derramaría de Su Espíritu sobre toda carne; ¿y esto es para qué? Para producir el nuevo nacimiento y ser restaurados primeramente espiritualmente, primeramente ser restaurados interiormente, restaurados a la vida eterna con un cuerpo teofánico eterno; y luego seremos restaurados físicamente a la vida eterna con un cuerpo y en cuerpo glorificado que El ha prometido para cada uno de nosotros. Y el pueblo hebreo será restaurado también, como dice también en Ezequiel, capítulo 37.
Ahora, ya vemos que el pueblo hebreo está en su tierra, esperando que Dios derrame Su bendición sobre el pueblo hebreo y sean restaurados espiritualmente con Dios, sean restaurados, reconciliados, con Dios; y como nación el Espíritu de Dios esté en medio de ellos; por eso Dios estará en medio de ellos y se sentará Cristo – Cristo estará en medio del pueblo hebreo y se sentará sobre el trono de David; y el Vencedor se sentará con Cristo en Su Trono; y así el Espíritu de Dios regresará al pueblo hebreo y la nación entonces estará restaurada completamente como nación, con Dios en medio de la nación hebrea manifestado.
Y durante el Reino Milenial, pues la nación hebrea estará restaurada con Dios en medio del pueblo hebreo, en donde el Mesías estará sentado sobre el Trono de David, gobernando sobre el pueblo hebreo; y con los doce apóstoles, sentados en doce tronos y también los doce patriarcas; y estarán como Jueces juzgando a las doce tribus de Israel, los doce apóstoles.
Y ahora, podemos ver cómo para este tiempo final, para los Días Postreros es que Dios ha prometido la restauración. Por eso desde los días de Jesús comenzaron los Días Postreros, para la restauración de todos los hijos e hijas de Dios, de todas esas almas de Dios; y es en los Días Postreros donde esa restauración se lleva a cabo.
Por eso hemos tenido dos mil años en donde Dios ha estado llamando y juntando a Sus hijos, produciendo una restauración espiritual primero, y restaurándonos a la vida eterna y dándonos un cuerpo teofánico eterno, de la sexta dimensión; y así estar colocados en lugares celestiales en Cristo Jesús. Por eso cuando el Cristiano muere físicamente, sigue viviendo en su cuerpo teofánico, sigue viviendo en el Paraíso, que es la sexta dimensión. Y para el Día Postrero recibirá la otra parte de esta restauración, que es la restauración a la vida eterna físicamente, en donde tendremos o recibiremos un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible.
Y ahora, para el llamado de los escogidos de Dios del Día Postrero, del Israel Celestial y del Israel terrenal, Cristo dice en San Mateo, capítulo 24, verso 30: “Y enviará Sus ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos,” los escogidos de los y de entre los gentiles, aunque pueden ser muchos de ellos hebreos que viven entre los gentiles y algunos de ellos que ni saben que son hebreos pero que son descendientes de Abraham.
Y ahora, miren ustedes, el llamado para los escogidos de Dios viene por medio de esa manifestación en donde Cristo envía Sus ángeles con Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a Sus escogidos y completarse así el Cuerpo Místico de Cristo; y luego llamará y juntará 144 mil hebreos, por medio del mismo ministerio de los ángeles del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías siendo manifestados en la Tierra en un hombre del Día Postrero, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y ahora, hemos visto cómo Dios ha estado restaurando todas esas almas de Dios durante estos dos mil años que han transcurrido, primeramente una restauración interior, espiritual, en donde obtenemos el cuerpo teofánico al creer en Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en Su Nombre y recibir el Espíritu Santo; y luego cuando se haya completado el número de los que serían restaurados a la vida eterna, produciendo Cristo en ellos el nuevo nacimiento, luego vendrá la restauración física para todos los hijos e hijas de Dios.
Ahora podemos ver dónde nos encontramos.
Hemos tenido la lluvia temprana durante estas siete edades de la iglesia y durante el tiempo de los apóstoles, la lluvia temprana de la enseñanza de la Palabra de Dios, la lluvia temprana, la predicación del Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, quitando el pecado del mundo. Pero tenemos la promesa que Dios enviará la lluvia tardía también, o sea, la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo como el León de Tribu de Judá, como Rey de Reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo, ésa enseñanza viene bajo la predicación de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, y con ésa enseñanza Cristo llamará y juntará a Sus escogidos del Día Postrero y los preparará, les dará la fe, la revelación, para ser transformados en este tiempo final, la revelación para ser transformados es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de Reyes y Señor de Señores, en Su Obra de Reclamo.
Así como hemos necesitado la revelación, la fe, para recibir el perdón de nuestros pecados y recibir el Espíritu Santo, la cual es la revelación de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo allá en la Cruz del Calvario; sin esa revelación ninguna persona puede obtener salvación, sin esa revelación ninguna persona puede obtener el perdón de sus pecados; sin esa revelación ninguna persona puede recibir el Espíritu Santo, y por consiguiente ninguna persona puede obtener el nuevo nacimiento.
Se requiere tener esa revelación divina de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y entonces recibir a Cristo como nuestro Salvador, recibir, aceptar la Obra que El llevó a cabo, reconocer que ya El nos perdonó y con Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario nos ha limpiado de todo pecado. Por lo tanto se materializa en nosotros esa Obra cuando nosotros lo recibimos como nuestro Salvador, y entonces se hace efectivo el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario en la vida de cada uno de nosotros; mientras tanto no es efectivo en la vida de la persona el Sacrifico de Cristo; no es efectiva la salvación para la persona hasta que no lo recibe a El como nuestro Salvador, como su Salvador.
Es como cuando le dicen a usted que le hicieron un cheque —digamos por un millón de dólares o más— a nombre suyo, y usted se pone muy contento; pero ese cheque, ese dinero no es efectivo hasta que usted no lo recibe; mientras usted no lo reciba puede usted estar diciendo que usted es rico, que le hicieron un cheque de un millón de dólares; pero estar que no puede comprar ni un dulce, y puede morirse de hambre porque todavía no lo ha recibido en su mano. Y así es con Cristo. El ya murió en la Cruz del Calvario, El ya llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, El ya nos salvó y ya El hizo el cheque de salvación para nosotros, está hecho a nuestro nombre y El lo firmó. Pero hasta que usted no lo recibe a El, a Cristo como su Salvador, no es efectivo en usted el cheque de la Salvación, no es efectiva en usted la salvación que Cristo ganó para usted y para mí. Y aún Cristo habiendo muerto en la Cruz del Calvario, habiéndonos salvado allá, la persona si no lo recibe, entonces no es salvo, no tiene la salvación, hasta que lo recibe.
¿Ven lo sencillo que es todo? Por eso es que a través de la historia bíblica los apóstoles y los ángeles mensajeros de cada edad han estado llamando al pueblo al arrepentimiento y bautizándolos en el Nombre del Señor Jesucristo para perdón de los pecados, para que reciban el don del Espíritu Santo, y se haga efectivo en ellos la salvación que Cristo ganó para todos nosotros en la Cruz del Calvario; y así se haga efectiva la Sangre de Cristo en nuestra vida y quedemos limpios de todo pecado.
El no lo va a salvar en este tiempo y El no va a derramar Su Sangre por usted en este tiempo, ya El lo hizo en el pasado. Solo es asunto de uno creerlo con toda el alma y recibir a Cristo y Su Obra de Redención realizada en la Cruz del Calvario, y así se materializa en nuestra vida esa Obra de Salvación y entonces recibimos Su Espíritu Santo y obtenemos el nuevo nacimiento; y luego nos prepara en el tiempo final, dándonos la fe para ser transformados y raptados, la fe, la revelación, para ser transformados y raptados, que es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Venida del Hijo del Hombre con Sus ángeles, la revelación de la Venida del Señor con Sus ángeles, la Venida del Señor como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo.
Y ahora, Cristo se ha manifestado por medio de Sus mensajeros de edad en edad, y así también para el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero lo estaría haciendo; y luego que termine Su Obra de Redención, de Intercesión allá en el Trono del Padre, Cristo saldrá y se manifestará en toda Su plenitud en Su Ángel Mensajero y lo adoptará, y adoptará a todos los hijos e hijas de Dios que han recibido la fe, la revelación, para ser trasformados, para ser adoptados, que es la transformación, la Redención del cuerpo; y los muertos en Cristo también tendrán un cuerpo eterno, pues resucitarán en un cuerpo eterno.
Vean el porqué Cristo para el tiempo final dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel,” es un Ángel Mensajero dispensacional. Por eso la Gran Voz de Trompeta es una Trompeta que es sonada, lo cual es un Mensaje dispensacional, y por eso es llamado: “Voz de arcángel y Trompeta de Dios”; Voz de Arcángel, Voz de Mensajero dispensacional, y desde otra dimensión, pues el arcángel Gabriel estará interviniendo.
Y ahora, para este tiempo final es que Dios envía al arcángel Gabriel y también al arcángel Miguel, porque estamos en un entrelace dispensacional que es una encrucijada dispensacional, donde ya no son ángeles, sino arcángeles de parte de Dios enviados; y por consiguiente el mensajero también estará representado ya no en un ángel, sino en un arcángel; y por eso Su Mensaje es un Mensaje dispensacional, que es Voz de arcángel y Trompeta de Dios. Y será la primera ocasión en que Jesucristo envía a Su Iglesia un Profeta dispensacional, y será también la primera ocasión en que Jesucristo envía a Su Iglesia un Mensajero dispensacional con un Mensaje dispensacional para abrir una Nueva Dispensación, la Dispensación del Reino.
Así que podemos ver el tiempo glorioso que nos ha tocado vivir para la restauración de los Hijos e Hijas de Dios del Israel Celestial y la restauración del Israel terrenal.
“LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL PARA ENCONTRASE CON EL ÁNGEL DE DIOS.”
Vean ustedes, Jacob se encontró con el Ángel de Jehová cuando regresó de entre su familia; aunque eran hebreos, pero estaban viviendo en territorio gentil, pero Jacob regresó al territorio donde Abraham e Isaac habían vivido, y Jacob también había vivido allí. Por lo tanto, regresar, eso es una restauración, porque regresa al lugar donde había estado primero, y eso también es redención; porque redimir es volver al lugar de origen.
Y ahora, podemos ver la restauración para el Israel terrenal. Ya vean ustedes cómo han estado regresando a su tierra y están esperando la Venida del Señor. Fue cuando Jacob había regresado a su tierra y se tenía que enfrentar a su hermano Esaú (ya estaba en territorio hebreo), encontramos que fue cuando se encontró con el Ángel, el Ángel que siempre lo había acompañado, el Ángel que lo había cuidado, lo había bendecido y que nunca lo había abandonado.
Y ahora, el Ángel le había dicho que regresara a su tierra, y estaba regresando, y el Ángel venía con él, el Ángel lo estaba guiando y cuidando; y luego cuando se encontró Jacob con el Ángel una noche, se agarró de ese Ángel y no lo soltaba. Y el Ángel le dijo: “Suéltame.” Y Jacob no lo soltaba, el Ángel lo hirió en su cadera, y por eso su cadera se descoyuntó y después cojeaba de su cadera.
Pero ya cuando el Ángel le dice: “Suéltame, déjame, porque tengo que irme, ya está rayando el alba.” Jacob le decía: “No te dejare, no te soltaré hasta que me bendigas.” El Ángel le dice: “¿Y cómo te llamas? ¿Cuál es tu nombre?” Jacob le dice: “Jacob —que significa suplantador.—” El Ángel le dice: “No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado, has peleado, con los hombres y con Dios y has vencido.” Y Jacob le dice: “Y ahora…” Vean, El Ángel le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?” Y Jacob le dijo: “¿Cuál es tu nombre (cuál era su nombre)?”
Pero ahora, Jacob le dice: “Y ahora, ¿cuál es tu nombre, cómo te llamas?” El Ángel le dice: “¿Por que preguntas por mi nombre?” Y no le quiso decir cuál era su nombre, y luego el Ángel se fue.
Ese evento tan importante, histórico, ese encuentro de Jacob con el Ángel, vean, el Ángel que lo acompañaba siempre ahora lo vio cara a cara. El Ángel tenía que irse.
¿Y saben lo que eso significa para el pueblo hebreo para el Día Postrero? Que el pueblo hebreo se encontrará con el Ángel.
Y ahora, vamos a ver cómo el Rvdo. William Branham dice que se va encontrar con el Ángel, y ya vamos a ir terminando, porque ya tenemos que irnos, estar viajando ya. Dice en la pagina 358, 359, del libro de “Los Sellos,” en español, dice:
“Fíjense que con el tiempo Jacob comenzó a sentir el anhelo de regresar a su tierra.”
Pues él estaba viviendo en Padan-aram, allá donde vivía su suegro, el cual era hermano de su madre Rebeca, o sea, ¿era Labán verdad, Miguel? El suegro de Jacob. Hay algunos que tienen suegros listos, y Jacob tenía el suegro más listo.
Pero ser listo y tratar de sacarle ventajas a un profeta y patriarca como lo era Jacob, el cual estaba acompañado por el Ángel de Jehová, era ser un tonto —su suegro—; porque estando el Ángel de Jehová con Jacob y cuidándolo, lo mejor para Labán era decirle: “Yo sé que Dios está contigo, el Ángel de Jehová está contigo, así que no te voy a hacer negocios donde yo trate de sacar ventajas, quiero que nuestros negocios sean negocios justos, donde tú salgas bien y yo salga bien, y que la mayor ganancia más bien sea para ti, porque si tú eres mi yerno, tienes mis hijas y tienes tus hijos que son mis nietos; por lo tanto, yo quiero lo mejor para ti y para tu familia.” Pero más bien deseó más bien lo mejor para él, Labán, y no para Jacob y la familia de Jacob.
Y vean cómo Dios siempre obró de tal manera que lo malo que Labán quería para Jacob rebotaba y le caía a Labán, y lo bueno que Labán quería para él rebotaba y le caía a Jacob. Es que se cumple la Escritura y bendición que Dios le dio a Abraham, a Isaac y a Jacob: “El que te bendiga será bendito, el que te maldiga será maldito.” Toda persona que lo bendecía y lo ayudaba, eso le rebotaba en bendición para la persona también; pero el que lo maldecía o trataba de ser listo y sacarle ventajas a Abraham, a Isaac o a Jacob, se perjudicaba; porque todo el mal que deseaban contra ellos, contra Abraham o Isaac o Jacob, le venía a la persona, y entonces Dios bendecía a Abraham o a Isaac o a Jacob.
Esa misma bendición la tiene la Iglesia del Señor Jesucristo por medio de Jesucristo que ha pasado esa bendición a nosotros, la bendición de Abraham con todos los pormenores; y lo principal es el Espíritu Santo, el cual produce el nuevo nacimiento; eso es el nuevo nacimiento, el Espíritu Santo en la persona.
Ahora, continuamos leyendo porque el tiempo se nos va, dice:
“Así es también con Israel. Jacob significa Israel, porque su nombre fue cambiado. El salió y obtuvo todo el dinero posible por medio del robo, la mentira y de otras maneras, porque a él no le importaba de dónde venía, ni quién era. Pero luego comenzó a regresar a su tierra porque tenía ese anhelo, y en el camino se encontró con Dios, y su nombre fue cambiado. Pero en ese tiempo, él estaba muy preocupado porque temía a Esaú, quien le estaba persiguiendo. Y fíjense en el dinero, igual será en este día cuando los Judíos hagan pacto financiero con Roma.
Ahora, Esaú no tenía necesidad del dinero de Jacob, como tampoco lo necesita Roma, porque Roma tiene las riquezas del mundo en sus manos. Pero hallamos que en aquella ocasión cuando todavía era Jacob, se encontró con Dios, y estaba pasando por ese tiempo de tribulación, entonces Jacob echó mano a algo que era real. Hubo un Angel que bajó del cielo, y Jacob mantuvo sus brazos alrededor del ángel, y allí se mantuvo. Ese Ángel le dijo: ‘Tengo que irme, ya está amaneciendo.’ Hermano: ¡El día esta por aparecer, está por llegar! (¿Qué día es ese? El séptimo milenio, con la séptima dispensación, el Día Milenial).
Pero Jacob dijo: ¡No te voy a dejar ir si no me bendices! No puedes partir, yo me voy a quedar contigo. Yo quiero que venga un cambio a mi situación’ Esos son los 144.000, ganadores de dinero que han sido tan deshonestos con las finanzas, pero cuando ellos por fin vean la cosa verdadera y la posibilidad de agarrarse de ello, allí estarán Moisés y Elías. ¡Amén! Ellos también lucharán con Dios hasta que los 144.000 de las doce tribus de Israel sean llamados y sacados fuera.
Eso sucede justamente antes de comenzar la tribulación ¡Cuán hermoso! Estos dos profetas predicarán como Juan el Bautista y les dirán: ‘El Reino de los cielos esta a la mano. ¡ISRAEL, ARREPIÉNTANSE!’ Arrepiéntanse ¿de qué? ‘Arrepiéntanse de sus pecados y de su incredulidad y regresen a Dios.”
¿Ven lo que será la materialización de aquel evento histórico con Jacob? Para el pueblo hebreo, los 144 mil hebreos escogidos de Dios, 12 mil de cada tribu, será el encuentro del pueblo hebreo con el Ángel del Pacto manifestado en el Día Postrero, en donde estarán los ministerios de Moisés y Elías.
Y ahora, en la pagina 458 y 459… recuerden que lo mismo que obra para el Israel Celestial obra luego para el Israel terrenal; porque la Trompeta, la séptima trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, esa séptima Trompeta como el Séptimo Sello es la Venida del Señor; y lo que es la séptima Trompeta para el pueblo hebreo con Moisés y Elías, es el Séptimo Sello para la Iglesia gentil, y eso es la Venida del Señor. Por eso es que el Hijo del Hombre viene ¿con quién? Con Sus ángeles, los ministerios de Moisés y Elías.
Pagina 458 y 459, dice:
“Entonces es entre el sexto y séptimo Sello cuando El llama esta gente, los cuales fueron mencionados por Jesucristo en Mateo 24:31. Cuando la trompeta suena, será la trompeta de los dos Testigos de la edad de la gracia para los Judíos. Suena una trompeta. Ahora veámoslo más claro acá en Mateo 24:31: ‘Y enviará sus ángeles (no es solamente uno, sino dos) con gran voz de trompeta’. ¿Qué es? Cuando Dios habla, se oye el sonido de trompeta. Siempre ha sido así la Voz de Dios, llamando a la batalla. Dios está hablando. Estos dos angeles vienen con el sonido de la trompeta. Y noten bien: Pero en los días de la voz del séptimo Ángel, suena la trompeta. En los días de la voz del primer Ángel, sonó la trompeta. En los días de la voz del segundo Ángel, sonó una trompeta.”
O sea, en los días de la Voz de cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia sonó una Trompeta, la Trompeta, la Voz de Dios a través del mensajero llamando el pueblo de cada edad, llamando y juntando las ovejas, los escogidos de Dios, en cada edad. Fue la Voz de Cristo como El había dicho: “También tengo otras ovejas que son de este Redil, las cuales también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.” La Voz de Cristo en Espíritu Santo a través del mensajero de cada edad, llamando y juntando Sus ovejas. Y siendo que la Voz de Cristo es una Trompeta, así es la Voz de Dios, la Voz de Dios sonando, la Voz de Cristo sonando por medio de cada ángel mensajero fue la trompeta de cada edad.
Pero ahora tenemos una Gran Voz de Trompeta, por lo tanto esa es la Voz de Dios dándonos un Mensaje dispensacional por medio de un mensajero dispensacional. Dice:
“En los días de la voz del segundo Ángel sonó una trompeta, y así es cuando El mandó a cada uno.
Pero cuando fueron anunciados los Sellos, estaban todos juntos en una gran escena divina para llamar un grupo de gente, y hubo el sonido de una sola trompeta; y fueron abiertos siete Sellos. El está reuniendo sus Judíos escogidos de los cuatro ángulos de la tierra.”
Ahora, podemos ver que pronto Dios va a tratar con el pueblo hebreo, cuando haya terminado el llamado de Sus ovejas correspondientes al Cuerpo Místico de Cristo y así se haya completado el Redil del Señor, la Iglesia de Jesucristo, se haya completado el Cuerpo Místico de Cristo, y entonces le toca al pueblo hebreo la oportunidad donde 144 mil, 12 mil de cada tribu, creerán, escucharán la Voz de Cristo, esa Gran Voz de Trompeta por medio de los ministerios de Moisés y Elías, siendo esos ministerios manifestados.
Y ahora, podemos ver lo que es la restauración de Israel, y podemos ver lo que es la restauración del Israel Espiritual o Celestial que es la Iglesia de Jesucristo, y del Israel terrenal que es el pueblo hebreo.
Dios llama a los escogidos del Israel Celestial que están escritos en el cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, así como los llamó de edad en edad, los llama en este tiempo final por medio de la Gran Voz de Trompeta en este tiempo final; como llamó por medio de cada Trompeta en cada edad a través del mensajero de cada edad. Y luego llamará los escogidos del pueblo hebreo que son 144 mil hebreos, por medio de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino a través del mensajero del Día Postrero.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las Iglesias.”
Y ahora, cuando el pueblo hebreo representado en Jacob allá, vea lo verdadero de parte de Dios, se agarrará y no va a querer soltar al Ángel del Señor, no va a querer soltar al Ángel del Señor Jesucristo, en donde Cristo estará manifestado en toda Su plenitud. Pero él tendrá que irse como tenía que irse el Ángel de Jehová allá cuando Jacob se agarró de El. Pero de ese Ángel dependía la bendición para Jacob. Y para este tiempo final de esa manifestación prometida ahí a través del Ángel del Señor Jesucristo dependerá la bendición para el pueblo hebreo.
Y así como el Ángel allá tenía que irse porque rayaba el alba, el Ángel del Señor Jesucristo tendrá que irse porque raya el alba del Séptimo Milenio; está rayando el alba del Séptimo Milenio y está rayando el alba de la séptima dispensación, y tiene que irse ¿para dónde? Para la Cena de las Bodas del Cordero.
Ahora, podemos ver este gran misterio, y tiene que irse con la Iglesia del Señor Jesucristo para la Cena de las Bodas del Cordero. Por eso la prisa allá del Angel, lo cual es tipo y figura de la prisa que tendrá el Ángel del Señor Jesucristo acá en el tiempo final. El también tendrá prisa con el Israel Celestial en este tiempo final, porque después tendrá que dar el Mensaje al Israel terrenal; y después tendrá prisa también de terminar con el Israel terrenal, porque tiene que irse a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así que podemos ver este misterio. Por eso es que el Rvdo. William Branham dice: “Esto sucede, sucede antes…” ¿Cómo fue que lo leímos aquí? Vamos a dejar eso quietecito ahí, porque si entramos ahí tendríamos que dar más explicaciones. Pero lo importante es y lo más importante es el Israel Celestial. Por lo tanto estén ustedes tranquilos y dejen el pueblo hebreo quietecito que para el pueblo hebreo le llegará el momento. El Israel Celestial es el más importante porque esos son los hijos e hijas de Dios, el Israel terrenal son los siervos de Dios; pero Dios ama también a sus siervos, el Israel terrenal, y les dará su oportunidad.
Ahora, hemos visto la restauración de Israel, del Israel Celestial que es la Iglesia de Jesucristo, y del Israel terrenal que es el pueblo hebreo.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre ustedes, el Israel Celestial, y se materialicen en ustedes y en mí todas las bendiciones prometidas para el Israel Celestial, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios del Israel Celestial, y pronto Cristo termine Su Obra de Intercesión y resucite a los muertos en Cristo y a nosotros nos transforme y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y Amén.
Y vamos a tener el cántico de Erica y América que nos habla del Hombre que nos transformó, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo; y mientras tenemos el cántico pasa para estar nuevamente con ustedes el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín.
“LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL PARA ENCONTRARSE CON EL ÁNGEL DE DIOS.”