¿Qué quieres que haga por ti?

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos aquí en Xalapa, Veracruz, República Mexicana; es para mí una bendición grande estar con ustedes y ver que fue bautizado un grupo de creyentes en Jesucristo nuestro Salvador en la tarde de hoy, y también seguirán siendo bautizados los que falten por ser bautizados, pues deseamos que todos los creyentes en Jesucristo arrepentidos de sus pecados sean bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo como dijo San Pedro:

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” [Hechos 2:38 – Editor].

Para que así todos estemos listos, preparados, porque estamos esperando nuestra transformación, y tenemos que estar preparados, ya arrepentidos de nuestros pecados y bautizados en Su Nombre y con el Espíritu Santo, para así tener el nuevo nacimiento y solamente nos falte el cuerpo nuevo, físico, eterno, inmortal e incorruptible y glorificado para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero a la cual El nos ha invitado. Dice: “Bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero.”

No sabemos en qué año Cristo completará el número de Su Iglesia y luego saldrá del Trono de Intercesión en el Cielo, tomará el Título de Propiedad, reclamará todos los que El ha redimido con Su Sangre y luego resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros, y estaremos solamente después de eso de 30 a 40 días aquí, dice el Rvdo. William Branham, y luego nos iremos con Cristo ¿a dónde? A la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, o sea, a la Casa de nuestro Padre Celestial; porque con ese cuerpo glorificado que hemos de recibir es como único podemos ir a la Casa de nuestro Padre Celestial.

Y ahora, vean ustedes las palabras de Jesús cuando nos dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie viene al Padre sino por mí.” En el Programa que Cristo tiene, vean ustedes, para que podamos llegar al Padre Celestial para la Cena de las Bodas del Cordero, El ha estado llevando a cabo una Obra, la Obra de Redención, la cual llevó a cabo en la Cruz del Calvario y ha estado intercediendo en el Cielo con Su propia Sangre por cada persona que tiene escrito su nombre en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Y hasta que entre el último de los que están allí escritos, El permanecerá allí; y cuando entre el último (que no sabemos quién será) entonces se habrá completado el número de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora nosotros no sabemos quién será el último de los escogidos como miembro del Cuerpo Místico de Cristo, que entrará al Cuerpo Místico de Cristo, que arrepentido de sus pecados recibirá a Cristo como su Salvador, lavará sus pecados en la Sangre de Cristo, será bautizado en Su Nombre y recibirá el Espíritu Santo.

Pero nosotros aunque no sabemos quién será el último, sabemos en qué grupo entrará el último de los escogidos de Dios: pues entrará en el último grupo de los escogidos, que es el grupo de la Edad de la Piedra Angular, y sabemos quién será el último Mensajero del Cuerpo Místico de Cristo: el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Por lo tanto con ese Mensajero y Su Mensaje será llamado hasta el último de los escogidos de Dios con la Gran Voz de Trompeta:

Y enviará Sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a Sus escogidos.”

Primeramente a los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo y después los escogidos del pueblo hebreo que son 144 mil hebreos.

Ahora, podemos ver dónde y cómo Dios está obrando para llamar y juntar Sus escogidos y completar el número de Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes; por eso ustedes pueden ver que algo grande Dios está llevando a cabo en medio de ustedes y en medio de todos los grupos creyentes en toda la América Latina y el Caribe y también en Norteamérica y otros lugares.

Ahora, no sabemos en qué año seremos transformados y nos iremos de aquí, pero sabemos que será cuando entre hasta el último de los escogidos de Dios en la Edad del Día Postrero que es la Edad de la Piedra Angular, con el llamado del Día Postrero que es el llamado de la Gran Voz de Trompeta.

Así que estén preparados porque cuando entre hasta el último Cristo resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros. No sabemos si este año o el año que viene o el año que viene más arriba, o el año que viene más arriba; no sabemos en qué año, pero en algún año del séptimo milenio sucederá todo esto, y el séptimo milenio es el Día Postrero delante de Dios por el cual Cristo dijo: “Y Yo le resucitaré en el Día Postrero.”

Ahora, vamos a leer en Segunda de Reyes, capítulo 4, verso 8 al 17… Dice parte de la historia de Eliseo y su ministerio, donde aparece Giezi (el siervo de Eliseo); y también aquí aparece una mujer del territorio de Sunem, por eso es la mujer Sunamita; ese territorio pertenece a la tribu de Isacar; así lo dice el libro de Josué, capítulo 19, verso 18.

Y ahora leamos en Segunda de Reyes, capítulo 4, verso 8 al 17, donde dice:

Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios.

Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.

Y aconteció que un día vino él por allí, y se quedó en aquel aposento, y allí durmió.

Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, vino ella delante de él.

Dijo él (Eliseo) entonces a Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.

Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí que ella no tiene hijo, y su marido es viejo.

Dijo entonces (Eliseo): Llámala. Y él (Giezi) la llamó, y ella se paró a la puerta (o sea, a la puerta de la entrada de ese aposento que le habían hecho a Elías).

Y él le dijo (o sea, Elías): El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva.

Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

La pregunta es nuestro tema, la pregunta de Eliseo: “¿QUE QUIERES QUE HAGA POR TI?.”

El profeta Eliseo fue siervo de Elías, y Dios le había dicho a Elías allá en el Monte Sinaí, que es el Monte de Dios donde había ido el profeta Elías en una ocasión huyendo de Jezabel; encontramos que Dios le dijo: “Vé y unge a estas personas que yo te voy a decir.” Le habló de Jehú, le habló de Hazael; Jehú por rey de Israel, Hazael por rey de Siria y a Eliseo por profeta en lugar de Elías; o sea, que el sucesor del profeta Elías sería Eliseo. El sucesor de Elías, vean ustedes, tenía un nombre muy parecido al de Elías: Eli-seo, sucesor de Elí-as.

Y ahora, Eliseo por cuanto iba a ser el sucesor de Elías, vean ustedes, él tenía un Ministerio el cual Dios manifestaría a través de él, un ministerio para ser manifestado en medio del pueblo hebreo.

Y ahora, los profetas vienen con las dos conciencias juntas y un espíritu teofánico de la sexta dimensión opera en ellos, y por eso es que ellos aun estando despiertos o dormidos, o en la forma que sea pueden ver en otras dimensiones, pueden escuchar la Voz de Dios, pueden ver ángeles también. Y vean ustedes, Elías se fue en un carro de fuego, Eliseo vio los montes llenos de carros de fuego para protegerlo, cuidarlo a él y así por el estilo.

Estos profetas como Elías y Eliseo y también Moisés y demás profetas, encontramos que por cuanto tienen las dos conciencias juntas, y las cosas que se ven son hechas de las que no se ven, de las que son invisibles a la vista humana, estos profetas trabajan en otra dimensión y materializan en esta Tierra cosas de otra dimensión; traen a esta dimensión terrenal la Palabra revelada de Dios para el tiempo, el Programa de Dios para ese tiempo lo traen de otra dimensión y ellos son usados por Dios, hablan esa Palabra Creadora y se materializa en ese tiempo lo que Dios prometió para ese tiempo.

Y ahora, vean ustedes el caso de Moisés también, Dios prometió la liberación del pueblo hebreo cuando el pueblo hebreo ya tendría cumplidos 400 años —ya cumplidos en Egipto.—

Y ahora podemos ver que cuando ya pasaron 400 años de esclavitud en Egipto, Dios envió al Profeta Moisés al cual lo tenía en el desierto allá en Madián, el cual ya se había casado con Séfora y tenía como suegro al sacerdote Jetro. Y Dios llamó a Moisés en el Monte Sinaí, le habló, se reveló a él, le dijo que era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que es el mismo Dios en Su cuerpo angelical, cuerpo teofánico, es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ese Angel de Jehová que aparecía a los profetas en el Antiguo Testamento en la forma de una Columna de Fuego, pero que en algunas ocasiones también se dejaba ver como un hombre, un ángel.

Tenemos diferentes casos en donde aparecía como un hombre, un varón. Por ejemplo en el caso de los padres de Sansón, el Angel de Jehová le apareció a Manoa y a su esposa, le habló de que tendrían un niño, un hijo, y le dio las instrucciones de cómo criar a ese niño; y luego Manoa quiso ofrecer un sacrificio a Dios, pues primero quiso darle de comer al ángel, le ofreció, pero el ángel le dijo que si iba ofrecer algo lo ofreciera a Dios en sacrificio; lo ofreció a Dios, prendió el fuego y cuando el sacrificio estaba siendo consumido, en la llama del fuego subió el ángel y entonces Manoa se dio cuenta que era el Angel de Jehová, y le dijo a su esposa: “Hemos de morir porque hemos visto a Dios cara a cara.” Pero ningún hombre a visto a Dios, dice la Escritura. Y le dijo Dios al Profeta Moisés: “No me verá hombre y vivirá.” Eso está por el Exodo, capítulo 33 al 34, también en San Juan, capítulo 1, verso 18; en esos lugares se nos habla de que nadie jamás ha visto a Dios. Pero en la sexta dimensión lo declaró, lo reveló, el Angel de Jehová, lo reveló ese hombre de la sexta dimensión que es el cuerpo teofánico de Dios.

Y luego en esta dimensión terrenal encontramos que los profetas parcialmente en una porción, no en toda su plenitud, revelaron al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, pues a través de ellos se manifestó el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob con Su cuerpo teofánico, usó a esos hombres, a esos profetas en las diferentes edades y dispensaciones; pero luego se creó el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, un cuerpo en el vientre de María, creó en él una célula de vida y se multiplicó célula sobre célula, la cual luego al multiplicarse vino a ser formado así el cuerpo de Jesús el cual nació luego en Belén de Judea; y en ese cuerpo habitó el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en toda Su Plenitud. O sea, que habitó con Su cuerpo teofánico dentro de ese cuerpo de carne.

Encontramos que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en Espíritu Santo, luego de haber creado esa célula de vida en el vientre de María, estuvo todo el tiempo atento a toda la trayectoria de esa célula de sangre, estuvo cuidando de ella todo el tiempo; y encontramos que moró en ese cuerpo llamado Jesús, ahí estaba Dios.

Por eso cuando Jesús hablando en el capítulo 14 con Sus discípulos, dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” [San Juan, 14:6 – Editor]. Sus discípulos, algunos de ellos, le dicen: “¿Cómo vamos a saber el camino?” Entonces, vean ustedes… le habían dicho: “¿Cómo vamos a saber el camino?.” Tomás le dijo… vean, vamos a leer desde el verso 1 del capítulo 14, dice:

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez (esa es Su Segunda Venida), y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

¿Y cómo le conocían y cómo le habían visto? Pues en carne humana, porque estaba allí en ese cuerpo de carne. El cuerpo visible de Dios a los seres humanos es el cuerpo de Jesús, el que estaba dentro era Dios:

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? (¿dónde estaba el Padre? En El) Y las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora (¿dónde?) en mí, él hace las obras.

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”

Y ahora, ¿por qué es que hará obras mayores? Vean:

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré (así dice Jesucristo nuestro Salvador).”

Y ahora, Cristo dijo que el que guarda Su Palabra, dice: “Mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos con él morada.”

Y ahora, así como el Padre moró en Jesús e hizo las obras que vimos hacer a Jesús y habló por medio de Jesús, puso en su boca esa Palabra para ser hablada, predicada; ahora Jesucristo en Espíritu Santo estaría en Sus hijos y El sería el que obraría a través de Sus hijos; y por eso Lo vemos obrando a través de los apóstoles y luego a través de los diferentes mensajeros, porque es Jesucristo en Espíritu Santo morando en esos mensajeros y haciendo las mismas obras cuando estaba en Su cuerpo de carne.

Y ahora, hemos visto lo que son los profetas de Dios, el mismo Mesías cuando vino era un Profeta, era el Profeta más grande de todos los Profetas, porque era el mismo Dios en la forma de un hombre Profeta. Y así estaba profetizado que sería, sería Emanuel —Dios con nosotros— y sería un Profeta.

Y ahora, volvemos al profeta Eliseo allá en Sunem en esa tribu o territorio de Isacar, donde estaba esta mujer creyente en Dios, creía a su profeta Eliseo, y su esposo era ya anciano y no tenían hijos.

Y ahora, se había portado tan bien esta mujer y su esposo también, que le habían hecho un lugar a Eliseo, un aposento a Eliseo, y ahí se quedaba Eliseo y el siervo de Eliseo (Giezi) cuando pasaban por Sunem (ese territorio de Isacar).

Y ahora, esta mujer tenía una buena posición económica, dice que era una mujer muy importante, tenían su hacienda, tenían sus propiedades, vivían bien; aparentemente ella no necesitaba nada. Pero ahora, vean ustedes, el profeta Eliseo le dice: “¿Qué quieres que yo haga, necesitas… qué quieres que haga por ti, necesitas que hable con el rey, o necesitas que hable con el general del ejército?”

Vean, Eliseo mantenía buena amistad con el rey, con el general del ejército y con todas estas personas. ¿Recuerdan que también Eliseo en cada ocasión en que hubo problemas y que los enemigos del pueblo hebreo trataron de destruirlo? Eliseo estaba para defender al pueblo hebreo; un solo hombre podía más que un ejército completo.

Y ahora, vean ustedes cómo este profeta, como también el profeta Elías, el Profeta Moisés y otros profetas, llevaban a cabo cosas simbólicas que representaban otras cosas. Y ahora, con esas cosas simbólicas que ellos hacían, luego se cumplían ciertas cosas que ellos querían que se cumplieran.

Y ahora, el profeta Eliseo podía hablar por esta mujer y por su esposo, podía hablar en favor de ellos con el rey o con el general del ejército, y conseguiría el favor que ella necesitaba; pero ella estaba muy bien y su esposo también, estaban viviendo muy bien económicamente y no necesitaban nada; pero no tenía hijos. Giezi le dice: “No tiene hijos, su esposo ya está avanzado en edad,” y ahí, Eliseo le dice a Giezi: “Dile que venga acá,” la mandó a buscar nuevamente, y entonces ella se paró en la puerta y él le dice: “El próximo año por este tiempo abrazarás un hijo, tendrás un hijo,” y ella sabiendo que su esposo ya estaba anciano y no sabemos cuántos años tenía ella —digamos que tenía, para no salirnos de la edad de ella, digamos que tenía de 30 a 50 más o menos, y ella no tenía esperanzas de tener hijos.— ¿Pero para Dios hay acaso alguna cosa imposible? No la hay.

Por lo tanto, Dios teniendo Sus profetas en la Tierra: “No hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.” Por lo tanto teniendo Dios un profeta en la Tierra y habiéndole dado la bendición de tener una doble porción ministerial la cual le pidió a Elías, porque Elías le dijo también: “Mira, ya yo tengo que irme, y ahora antes de que yo me vaya, pide lo que tu quieras.”

Y ahora vean, Eliseo pidió correctamente, pidió de acuerdo al Plan que Dios tenía para con él. Fíjense ustedes que si Eliseo llega a pedir ser un hombre rico o un político o un rey, dañaba el Programa de Dios porque Dios lo tenía para ser un profeta en lugar del profeta Elías.

Y ahora, el profeta Eliseo amaba tanto a Elías —su padre espiritual— que quería ser como él. Como los niños admiran tanto a sus padres que quieren ser como su padre, los niñitos varones todos quieren ser como su padre: se ponen los zapatos de su papá, aunque le quedan grandes pero ya se ponen los zapatos del papá, el sombreo o la gorra o lo que sea, y hasta la camisa también algunas veces, porque quieren ser como su papá. Y las niñitas, pues se ponen los zapatos de su mamá y también hasta el traje de su mamá algunas veces o algunas cosas de su mamá, porque quieren ser como su mamá.

Y ahora el profeta Eliseo ¿cómo quién ustedes creen que él quería ser? Como su padre espiritual: el profeta Elías. Pero ahora, cuando Elías le dice: “Pide lo que quieras, lo que tu desees pídelo y te será concedido, pero pídelo antes de que yo me vaya y te será concedido.” Y Eliseo, pues ya sabía lo que él quería, pues ya sabía Eliseo que Elías se tenía que ir, ya él tenía esa revelación y los hijos de los profetas en diferentes lugares le dijeron: “¿Sabes que hoy se va tu señor? Hoy Dios lo quitará de la Tierra? Eliseo les decía: “Si ya yo lo sé, shhh, guarden silencio.”

Y cuando Elías le dice: “Pide lo que tu desees.” Eliseo le dice: “Yo lo que quiero es una doble porción del espíritu que está en ti.” Elías le dice: “¡Cosa difícil tu has pedido!.” Era fácil pedir ser el hombre más rico del mundo, era fácil cualquier cosa; pero ser un profeta, esa es la cosa más difícil, ¿por qué? Porque los profetas de Dios son predestinados por Dios desde antes de la fundación del mundo. Y si una persona no ha sido elegida y predestinada por Dios para ser un profeta en el tiempo que le toque vivir en la Tierra, no puede serlo; porque eso ya viene determinado por Dios desde antes de la fundación del mundo. El tiene un profeta mensajero para cada edad y para cada dispensación también.

Y miren ustedes, solamente tiene siete Profetas dispensacionales, o sea, que cualquier persona puede decir: “Yo quiero ser un profeta y quiero ser un Profeta dispensacional.” Si era difícil ser u obtener una doble porción del espíritu de Elías en aquel tiempo, más difícil es ser un Profeta dispensacional; porque solamente Dios tiene siete profetas dispensacionales ya predestinados desde antes de la fundación del mundo. O sea, que no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia y El en Su Programa ya determinó quiénes serían Sus profetas para cada tiempo.

Pero vean ustedes, ya Dios le había dicho al profeta Elías en el Monte Sinaí que Eliseo sería el próximo profeta. Por lo tanto la petición del profeta Eliseo estaba bien. Y esa petición del profeta Elías estaba de acuerdo a todo el Programa Divino para Eliseo y para aquel tiempo en que Dios obraría a través de Eliseo.

Ahora vean que Eliseo no pidió algo en forma egoísta, podía pedir ser millonario, el hombre más rico, pero eso es pasajero y eso no es de beneficio para el pueblo y no era de beneficio para los servidores de Dios, el pueblo de Dios. Pero ahora el ministerio de profeta sería de bendición para todo el pueblo de Israel y aun defendería al pueblo de Israel.

Y ahora, cuando pedimos a Dios no podemos pedir con egoísmos, tenemos que pedir cosas que sean para toda la eternidad. El profeta Eliseo todavía sigue siendo el Profeta Eliseo; como el profeta Elías sigue siendo el Profeta Elías; porque Dios es el Dios de los espíritus de los profetas.

Y ahora, el profeta le dice a la mujer de Sunem: “¿Qué quieres que yo haga por ti?” Pues ella no necesitaba nada aparentemente, pero no tenía niño y entonces el profeta Eliseo dijo: “¡Tendrás un niño! Eso es lo único que te falta, porque tienes dinero, tienes propiedades junto a tu esposo, pero no tienes un niño, no tienes a quien cantarle en la noche cancioncitas de bebé.”

Y ahora, no importa la edad que ella tenía y no importa la edad que tenía el esposo, Dios le iba a dar un niño.

Ahora, recuerden una cosa: mujeres en la Biblia representan iglesias y hombres representan a Cristo.

Y ahora esta mujer encontramos que no tenía un niño y esto fue lo que el profeta Eliseo le dio por Palabra de Dios. Y ahora este niño siendo que mujeres representa iglesias y esta mujer representa la Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos que ese niño representa a los hijos e hijas de Dios, a los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, que por la Palabra Creadora hablada de edad en edad han venido a existencia. Donde no era posible que surgiera una edad y surgiera el llamado de los escogidos en una edad, ahí Dios envió un mensajero con la Palabra Creadora siendo hablada por ese mensajero, y vino a existencia la Iglesia de Jesucristo en esa etapa de la Iglesia, y vinieron los hijos e hijas de Dios y ahí nacieron los hijos e hijas de Dios milagrosamente.

Pero vean ustedes, los hijos e hijas de Dios de las edades pasadas han muerto físicamente, como también en lo espiritual cuando la persona ha recibido a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en Su Sangre y es bautizado en Su Nombre, está representando que él murió, fue sepultado con Cristo y resucitó una nueva vida, una nueva criatura.

Y ahora vean ustedes cómo son resucitados, morimos al mundo y resucitamos a Dios y para Dios. Pero ahora en lo físico encontramos que los hijos e hijas de Dios de edades pasadas han estado muriendo físicamente, cuando ha terminado esa etapa o edad, encontramos que ha partido el mensajero y el grupo de ese mensajero también, como murió el niño de la mujer Sunamita.

Pero la Iglesia del Señor Jesucristo todavía existe, y lo que la Iglesia del Señor Jesucristo desea en este tiempo y ha estado esperando, es la resurrección de los muertos en Cristo, y con la resurrección de los muertos en Cristo nosotros seremos transformados.

Y ahora, ¿dónde está el niño de esta mujer Sunamita que luego de haberlo tenido, cuando ya creció, murió? La mujer Sunamita lo colocó en la habitación o aposento del profeta Eliseo, y lo colocó sobre su cama; ella sabía que el que le dio ese niño era el que podía traerlo de nuevo a vida.

Y ahora, encontramos que Eliseo era el sucesor de Elías con una doble porción; por lo tanto era el segundo Elías; el tercer Elías fue Juan el Bautista y el cuarto Elías fue el Rvdo. William Branham. Pero tenemos la promesa de un quinto Elías para el Día Postrero en el cual vendrá el ministerio de Elías y el ministerio de Moisés.

Y ahora hemos tenido a través de las edades, la séptima edad donde apareció Elías en su cuarta manifestación; y digamos que ése fue el aposento de Elías para su cuarta manifestación, pero el aposento de Elías para su quinta manifestación es la Edad de la Piedra Angular y ahí es donde estarán y donde vendrán, donde vendrán en la resurrección los santos de las diferentes edades y en donde los escogidos de nuestro tiempo serán transformados, en el aposento de Elías en su quinta manifestación que sería el Eliseo con la doble porción; porque tendrá la porción de Elías y la porción de Moisés.

Y ahora, hemos visto que el profeta Eliseo entró a la habitación, cerró la puerta para sí, y se colocó sobre el niño: puso sus manos sobre las manos del niño, sus pies sobre los pies del niño, el cuerpo sobre el cuerpo del niño, su rostro sobre el rostro del niño, y ahí entró en calor el cuerpecito que ya estaba frío. Porque cuando muere un cuerpo, pues se pone frío.

Y ahora, entró en calor el cuerpo, calor del calor del cuerpo de Eliseo, y luego Eliseo caminó por la habitación y volvió y se colocó sobre el niño; o sea, que el profeta ahí caminando en la habitación estaba recibiendo la revelación de Dios.

Y ahora en la Edad de la Piedra Angular que viene a ser el aposento del quinto Elías, que sería el aposento del Eliseo que viene con una doble porción, que será el quinto Elías, encontramos que él estará caminando por toda su Edad, y estará trabajando y estará recibiendo la revelación divina; y su Edad, pues cubre todo el territorio latinoamericano y caribeño y llega hasta donde esté cada escogido de Dios, aun en otras naciones. Por lo tanto él estará caminando por toda su habitación, su Edad.

Encontramos también que luego de caminar en su habitación, volvió y se colocó sobre el niño en la misma forma: manos sobre manos, cuerpo sobre cuerpo, pies sobre pies, rostro sobre rostro, boca sobre boca y entonces el niño estornudó, estornudó siete veces, y siete es el número de completación, algo completo; y vino a la vida el niño.

Y ahora, los muertos en Cristo de las edades pasadas van a resucitar, nosotros los que vivimos vamos a ser transformados.

Y ahora en nuestro tiempo se recorren siete etapas en forma consecutiva, y en esas siete etapas, los Siete Truenos de Apocalipsis 10, emiten sus voces y revelan el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y así recibimos la fe, la revelación, para ser transformados y raptados y para los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos.

Así que podemos ver a Cristo, el León de la tribu de Judá clamando como cuando ruge un león, ahí tenemos los Siete Truenos en Apocalipsis, capítulo 10; y eso todo es para bendición de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Encontramos que esos siete estornudos del niño concuerdan con todo lo que representa el siete, hasta los Siete Truenos también; ahí tenemos Siete Truenos saliendo de ese niñito, siete estornudos (como Siete Truenos) para venir a la vida; y luego que fue resucitado, Eliseo lo tomó y se lo entregó a su mamá; el mismo que por Palabra de Dios puesta en la mente, el corazón y la boca de Eliseo, le dio la palabra de que tendría un niño y lo tuvo, ahora cuando el niño murió y fue colocado en la habitación de Eliseo y sobre la cama de Eliseo, fue traído a la vida y se lo entregó físicamente también, resucitado vivo; si fue de gozo y alegría cuando nació aquel niño, ahora es de gozo y alegría mayor cuando Eliseo se lo entrega resucitado.

Y ahora vean ustedes, cuando los muertos en Cristo resuciten, será un momento de gozo para todos nosotros y para Dios también; y cuando seamos transformados también será de gozo y alegría para todos nosotros y para Dios también, y los ángeles, para todos los que están en el Cielo.

Y ahora, ¿se requiere estar dónde? En la cámara de Eliseo que viene a ser la Edad de la Piedra Angular, ahí es donde la resurrección se llevará a cabo.

Y ahora vean ustedes, en la primera ocasión cuando Eliseo le dice a la mujer de Sunem: “¿Qué quieres?” Ella estaba bien, no necesitaba nada. Pero ahora en esta ocasión, mas bien no la mandó a buscar Eliseo, mas bien ella buscó a Eliseo, porque ella quería que Eliseo le concediera algo, ¿y qué era? La resurrección de su niño.

Y ahora, ¿qué es lo que quiere la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final? Pues la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Para lo cual Cristo con Gran Voz de Trompeta viene con Sus ángeles, envía Sus ángeles con Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a Sus escogidos y para luego resucitar a los muertos en Cristo y transformarnos a nosotros los que vivimos.

Hemos visto a Dios obrando grandes maravillas y señales a través de toda la historia bíblica, lo hemos visto obrando señales y maravillas en lo físico: sanando los enfermos, dándole vista a los ciegos, así por el estilo a través de Sus diferentes mensajeros; y ahora en Malaquías, capítulo 4, verso 2, antes de que venga el juicio divino de la gran tribulación, dice:

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas (las cuales son el Ministerio de Moisés y el Ministerio de Elías), y en sus alas traerá salvación (salud).”

Está hablando de este tiempo final, porque en el verso anterior que es el verso 1 del mismo capítulo 4, dice… vamos a leerlo para que lo tengan en la forma en que está escrito, dice:

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

Esa es la gran tribulación en donde se va desatar el fuego atómico con esas bombas atómicas y nitrógeno que tienen preparados, se va a desatar en una tercera guerra mundial, y también el fuego volcánico, terremotos y maremotos y todas estas cosas van a desatarse, y habrá fuego por diferentes lugares que quemará a los malos, y el fuego atómico disuelve la carne; de eso es que nos habla Zacarías en el capítulo 14 que estando sobre sus pies, su carne se va a disolver. Vamos a verlo aquí también, Zacarías, capítulo 14, verso 12, dice:

Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.”

Eso es la radioactividad produciendo todo eso, porque se van a usar armamentos nucleares en esa tercera guerra mundial, y por ese territorio cerca de Israel va también a desatarse la radioactividad en una guerra, porque ese es el territorio que está señalado para una guerra; pero de ahí, ustedes saben, se extiende para otros territorios; pero el centro, el centro de la guerra y lo que causa la guerra está en ese territorio, en el Medio Oriente.

Ahora, el profeta Malaquías, dice:

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará (o sea, los quemará), ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama (ni al abuelo, ni al bisabuelo, ni tampoco a las ramas que son los hijos y los nietos).

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.”

Nacerá el Sol de Justicia que es la Segunda Venida de Cristo siendo cumplida con Sus alas, Sus ángeles. “Porque el Hijo del Hombre vendrá con Sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” El Hijo del Hombre vendrá con Sus ángeles y enviará Sus ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos,” para así recibir la fe para ser transformados y raptados.

Y ahora, el Rvdo. Branham hablándonos de este pasaje de Malaquías, capítulo 4, donde nos dice que a los que temen Su nombre nacerá el Sol de Justicia y en Sus alas traerá salvación; miren lo que dijo el Rvdo. William Branham acerca de ese Gran Evento, en la página 33 del Mensaje “Shalom,” dice:

Seremos cambiados de lo que somos ahora hacia aquella gloriosa imagen del Hijo de Dios, lo cual es inmortal (vamos a ser cambiados, transformados, de lo que somos: hombres y mujeres mortales con cuerpos mortales, a personas inmortales con cuerpos inmortales iguales a nuestro amado Señor Jesucristo). Los años nunca lo podrán tocar.”

A ese cuerpo y a la persona no la podrá tocar el tiempo, los años; no se pondrán viejos, no se enfermarán, o sea, que la dimensión del tiempo no tendrá poder sobre esas personas, porque le pasarán los años, los milenios y los millones de años y no le harán nada:

… él es inmortal, El es el inmortal Hijo de Dios (o sea, que estaremos en cuerpos inmortales siendo hijos e hijas de Dios, como nuestro amado Señor Jesucristo). Así que sabemos que estamos en el tiempo del fin, estamos en el empalme (o sea, en la encrucijada, en ese entrelace dispensacional). Todas estas cosas completamente identificadas, así será identificada de nuevo.

Ahora, el futuro, El lo posee ¿cómo sé cuándo El viene? No sé, pero El estará aquí.”

Y el Rvdo. William Branham en el mensaje “Mire a Jesús,” y también en el libro de “Citas,” página 119, dice:

Yo no moriré de viejo sin que el esté aquí.”

Ya para este tiempo tendría 91 años de edad si estuviese aquí todavía; pero ya a los 70 u 80 años es normal que la persona muera y algunos pasan de los 80 y llegan hasta los 90 y algunos también un poquito más; pero conforme a la Biblia son – o es a los 70 años la edad que Dios le ha dado para la humanidad actual, y luego en los más fuertes 80 años —hasta 80 años.—

Ya de 70 años —como dicen algunas personas— es años o tiempo prestado o regalado que Dios nos está dando adicional al que normalmente las personas tienen. Y ahora continuamos aquí leyendo para que veamos algunas cosas más. Más abajo dice aquí mismo:

…Cuando todas las reflexiones de los corazones de los hombres deseando vivir y hospitales y doctores y operaciones y lloro y dolor, ¿cuándo cesarán? Así un glorioso reinado con Jesús de mil años de Shalom (O sea, de paz “Shalom es paz”). ¿Cuándo será? No sé, El dijo que estaría allí, no sé lo que va hacer, pero Su Palabra será vivificada cuando el Sol de Justicia se levantará con sanidad en Sus alas. Y la parte de sanidad allí no será una sanidad física como usted piensa, como decir que alguien tiene una enfermedad y le será quitada de ellos, eso es lo que El está haciendo ahora en tipo…” Lo que estaba haciendo en el Ministerio del Rvdo. William Branham es tipo y figura de lo que hará más adelante.

Y ahora vamos a ver lo que aquel tipo y figura señala para este tiempo:

Pero la criatura completa será cambiada, esto mortal tomará inmortalidad, esta edad vieja saltará hacia juventud. ¡Amén! Bueno, ¿cómo será? No sé, pero estará allí. Me estoy poniendo viejo este año —este año si el Señor me deja vivir para ver el 6 de abril, tendré 55 años de edad, un hombre viejo. Pero no estoy mirando… No quiero regresar a ser un muchacho nuevamente (o sea, no quiere volver a ser un muchacho en el cuerpo mortal, corruptible y temporal), prosigo al blanco que está allá abajo, para el propósito por el cual vine.”

¿Y cuál es la meta, el propósito? Pues ser inmortales en cuerpos eternos, glorificados, igual al de Jesucristo y ser jovencitos de 18 a 21 años pero en ese cuerpo glorificado. Volver a ser joven en este cuerpo que tenemos significa que nos volveremos a poner viejos. Y algunos no llegan a ponerse viejos, ¿saben por qué? Porque se mueren antes.

Pero lo importante es que si uno vive poco tiempo o mucho tiempo, lo viva sirviendo a Cristo en Su Programa correspondiente al tiempo que le ha tocado vivir, para que cuando regrese, si muere físicamente, cuando regrese no regrese en el mismo cuerpo sino que regrese en uno nuevo eterno, inmortal y glorificado; un cuerpo igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo; esa es la clase de cuerpo que El tiene para cada uno de ustedes, ¿y para quién más? Para mí también.

Y ahora, ¿qué quieres que haga por ti? Pregunta Eliseo a la mujer de Sunem, de la tribu de Isacar; en aquel momento ella no tenía necesidad, pero sí tenía la necesidad de un niño, aunque ella no se había dado cuenta o como le había ya pasado el tiempo a ella y al esposo, pues ya no tenía esperanzas de tener un hijo; pero cuando llegó el profeta, cuando el profeta está en la escena, el mensajero de su tiempo está en la escena hay esperanza, lo que necesita la persona es fe.

Y ahora, encontramos que luego cuando murió su niño, el cual le había sido dado porque fue hablada la Palabra para que viviera ese niño, ahora cuando estaba ya su niño muerto, ella necesitaba de parte del profeta algo y era la resurrección de su niño.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo, los que han partido, la Iglesia de Jesucristo necesita que los que han partido, los miembros de ella que han partido sean resucitados, y necesita la Iglesia de Jesucristo que nosotros los que vivimos seamos transformados, para así Su Iglesia, la Iglesia de Jesucristo ser una Iglesia con miembros inmortales, y por consiguiente será una Iglesia glorificada, será una Iglesia que tendrá todos sus miembros que la componen, los tendrá inmortales, glorificados, eternos y por consiguiente reinará la Iglesia con todos Sus hijos, reinará con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad.

Y ahora miren, para lo que la Iglesia de Jesucristo necesita, y esa es la petición de la Iglesia, cuando decimos: ¿Qué quieres que haga por ti? Pues lo que la Iglesia de Jesucristo necesita que sea hecho por ella es que luego de ser llamados y juntados los escogidos del Día Postrero, sean resucitados los muertos en Cristo y nosotros los que vivimos seamos transformados; y eso es lo que Cristo ha prometido cuando dijo: “Y Yo les resucitaré en el Día Postrero.”

Y ahora vamos a ver algo aquí: página 138 del libro de “Citas,” párrafo 1236, dice:

Y El entonces enviará Sus ángeles, y juntará Sus elegidos de los cuatro vientos, desde un cabo de la tierra hasta el cabo del cielo. Eso está hablando de la resurrección, el arrebatamiento, subiendo. El enviará Sus ángeles para juntar. ¿Ustedes alguna vez pensaron que son los ángeles? ¿Eh? Mensajeros, El los juntará, los congregará juntos (¿ven?), trayéndolos, juntarlos de las partes extremas de la tierra a las partes extremas del cielo, la Palabra que fue y ha sido hecha manifiesta en la tierra. ¿Ven? ¿Lo captan? La Palabra ha sido hablada; aquí se manifiesta.”

Y ahora veamos otro lugar donde nos habla de este misterio en la página 146, párrafo 1303, dice:

Exactamente como en el principio, no fue la voluntad perfecta de Dios que los hijos nacieran en la tierra por sexo. ¡No, señor! Dios creó al hombre desde el polvo de la tierra, respiró (o sea, sopló) el aliento de vida en él, El se hizo un alma viviente. El sacó de este hombre una compañera y le hizo una esposa a él. Eso fue la primera y original voluntad de Dios. Pero cuando el pecado entró e hizo la cosa que hizo, entonces El permitió que el hombre se casara con una esposa legalmente y tuviera hijos por ella. ‘Multiplicad y henchid la tierra entonces, así es la manera en que será hecho.’ Pero, Uds. ven, nunca fue Su voluntad perfecta. Por eso, todas estas cosas que tuvieron un principio tienen que tener un fin. Todo pecado tiene que venir a aniquilación. Todo pecado tiene que ser destruido. Por eso, en el gran Milenio cuando la resurrección venga, no tendremos que renacer otra vez por nuestros padres, sino que Dios, como El hizo en el principio, llamará al hombre del polvo de la tierra y a su compañera con él. Eso es correcto. Eso es la manera en que El lo hizo en el principio.”

Y ahora, vean cómo aquí nos dice que para el gran Milenio será que Cristo hará esto en la resurrección: resucitará a los creyentes en El que han partido, los resucitará en cuerpo eternos; y así vendrá el hombre y su compañera con él, y nosotros los que vivimos, pues seremos transformados.

Y ahora, eso es lo que necesitamos en este tiempo final y eso es lo que El nos dará (Cristo) en Su Venida en este tiempo final. Primero tenemos una resurrección espiritual, resucitamos de las edades, porque las edades ya murieron y resucitamos espiritualmente en y a la Edad de la Piedra Angular, una resurrección espiritual, porque luego viene una resurrección física para los muertos en Cristo y una transformación para nosotros los que vivimos.

Y ahora, ¿qué quieres que haga por ti? Dice el profeta Eliseo a esta mujer servidora de Dios, de Sunem. En la primera ocasión, miren ustedes, ella no necesitaba nada, pero Dios le dio un niño, y luego que muere su niño, ahora si necesita – ahora sabe lo que ella necesita.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo comenzó dos mil años atrás aproximadamente, y ha estado teniendo hijos espirituales creyentes en Cristo, pero miren ustedes, han muerto físicamente; y ahora sí que la Iglesia sabe que necesita que los muertos en Cristo resuciten y que nosotros seamos transformados.

Y ahora la Iglesia sabe en este tiempo lo que necesita, y eso que necesita está conforme a lo que Dios ha prometido para este tiempo.

Y ahora estando en la cámara del Profeta que es la Cámara del Rey del Cuerpo Místico de Cristo, la Edad de la Piedra Angular, la resurrección vendrá para los muertos en Cristo y para nosotros la transformación.

Tenemos otro caso: el caso de Bartimeo el ciego, el cual cuando escuchó que Jesús pasaba por el camino donde estaba sentado Bartimeo el ciego pidiendo limosna, cuando supo que era Jesús comenzó a gritar, a llamarlo y a decir: “Jesús, Hijo de David ¡Ten Misericordia de mí!” Todos trataban de que él dejara de estar clamando así, pero Jesús lo escuchó.

Porque Dios escucha nuestro clamor. Y Dios escucha el clamor nuestro cuando le estamos pidiendo algo a El. Tenemos impedimentos algunas veces para lograr lo que queremos, pero El escucha; puede tardar unos minutos o puede tardar un mes o un año, pero El ha escuchado.

Y ahora Jesús escuchó a este hombre ciego clamando: “Jesús, Hijo de David ¡Ten Misericordia de mí!” Y por cuanto el era hebreo (Bartimeo) podía clamar así, y Jesús respondería.

Y ahora, traen al ciego, Jesús dice: “Traigan al hombre acá,” lo trajeron a Jesús, y Jesús le pregunta: “¿Qué tu deseas?” Eso está… vamos a ver… eso está en el capítulo 10 de San Marcos, versos 46 al 52; y entonces, vamos a ver:

Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama (o sea, Jesús te llama).

El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.

Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

Y ahora, todos los que en el Día Postrero estarán viendo a Jesucristo como Hijo de David, recibirán el milagro de que sus ojos serán abiertos y verán todo el Programa de Dios. El ciego cuando dio a conocer cuál era su petición: “¡Que vea Señor!” Jesucristo habló la Palabra, por la Palabra hablada de Cristo los ojos de Bartimeo el ciego fueron abiertos y entonces veía, entonces veía a Jesús, y luego siguió a Jesús todo el camino.

Y ahora, los escogidos de Dios en la Segunda Venida de Cristo verán a Cristo como Hijo de David y recibirán el milagro por la Palabra, el Mensaje que Cristo estará dándole a Su pueblo, verán que le serán abiertos los sus ojos por esa Palabras hablada siendo revelada, y entonces verán a Cristo como Hijo de David para sentarse sobre el Trono de David, y seguirán a Cristo, seguirán a Cristo, el Hijo de David, en este tiempo final.

Ahí lo vamos a dejar (lo de Bartimeo). Vean ustedes, pues la humanidad ha estado ciega y aun hijos e hijas de Dios han estado ciegos espirituales, pero son hijos e hijas de Dios y sus ojos espirituales son abiertos en este tiempo final para ver a Cristo, no solo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo, sino como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, como el Hijo del Hombre e Hijo de David para sentarse en el Trono de David.

Y ahora, este misterio del Hijo de David, Hijo del Hombre, Hijo de David, es el misterio que verán en este tiempo final los hijos e hijas de Dios que como Bartimeo recibirán el milagro de ser abiertos sus ojos para ver.

Y ahora, hemos visto que esas personas también, no solamente recibirán el milagro de que sus ojos espirituales serán abiertos para ver, sino que también seguirán a Cristo y por consiguiente serán transformados en el Día Postrero.

Vean cómo Bartimeo luego que recibió la vista y pudo ver a Jesús, lo siguió. Y en el Día Postrero los escogidos de Dios al recibir el milagro por la Palabra Creadora siendo hablada, por el Mensaje de Dios siendo revelado a la Iglesia de Jesucristo, veremos todo el Programa de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, como Hijo del Hombre e Hijo de David.

Y seguiremos a Cristo como Hijo de David también; así como lo hemos estado siguiendo como el Cordero de Dios, como Hijo de David también Lo seguiremos; y seremos transformados e iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo y después regresaremos a la Tierra para el Glorioso Reino Milenial, donde Cristo como Hijo de David se sentará en el Trono de David al cual El es heredero; y nosotros reinaremos con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad como Reyes y Sacerdotes.

Vean la posición tan alta que le da Cristo a cada uno de ustedes y a mí también: la de ser Reyes y Sacerdotes y Jueces en el Reino Milenial; no importa que aquí en la Tierra ustedes tengan un trabajo o un oficio sencillo, o una profesión sencilla; en el Reino Milenial, en el Reino de Dios es donde nosotros necesitamos tener una posición bien alta, porque eso es para el Milenio y para toda la eternidad.

La posición aquí que tengamos es temporal, porque la posición aquí, vean, termina cuando terminan los días de la vida del ser humano, esos días terrenales pues se terminó, porque allí en el Paraíso no necesitan ni carpinteros para estar construyendo casas, ni necesitan albañiles, ni tampoco necesitan abogados allí, ni necesitan médicos tampoco (allí nadie se enferma), allí no se necesitan esas profesiones o los oficios que aquí se tienen; allí están en otro cuerpo. Pero en el Reino Milenial y en la eternidad sí se necesitan Reyes y se necesitan Sacerdotes y se necesitan Jueces, y esas son las posiciones que Cristo ha concedido a cada uno de ustedes y a mí también.

Y ahora, para que se pueda materializar literalmente nuestra posición de Reyes y Sacerdotes en el Reino Milenial, pues tenemos que ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, que es la Recepción de Cristo y Su Iglesia, es la Cena de las Bodas del Cordero; y luego regresaremos aquí como Reyes y Sacerdotes para gobernar, reinar, en este planeta Tierra.

Y ahora, ¿qué quieres que haga por ti? Dijo el profeta Eliseo a la mujer Sunamita. Y dijo Cristo a Bartimeo el ciego.

Y ahora, vean ustedes que la petición de la persona, lo que desea que haga Dios por él, es de acuerdo a su necesidad principal. Y ahora la necesidad principal nuestra, estando en el Cuerpo Místico de Cristo es que los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados, esa es nuestra necesidad para obtener la inmortalidad física, obtener el cuerpo glorificado, eterno y jovencito para toda la eternidad.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados hermanos y amigos presentes, y mientras… y pasen todos muy buenas noches. Y mientras escuchamos el cántico también podemos cantar juntamente con Erica y América; y mientras escuchamos y cantamos con Erica y América el cántico del Hombre que nos transformó que es Jesucristo, pasará nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

¿QUE QUIERES QUE HAGA POR TI?

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