Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en el Salvador; es para mí una bendición grande estar con ustedes aquí en la República del Salvador, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final, para así conocer a Dios y Su Programa y así hacer, trabajar, en la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final. Reciban también saludos de mi esposa Erica y mi hija América. Todos los cachorritos del León de la tribu de Judá reciban saludos de América quien espera pronto estar con ustedes en este mismo año en el cual estamos.
En esta ocasión leemos en el capitulo 11, verso 32 del libro del profeta Daniel, donde dice:
“Mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.”
“EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS.”
Para poder conocer este pueblo que conoce a nuestro Dios, pasamos al libro o carta de San Pablo a los Efesios donde nos dice en el capitulo 2, verso 19 al 22:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (este es el pueblo que conoce a nuestro Dios, porque este es el pueblo que desciende de Dios, es la Familia de Dios. Y así como cada hijo conoce a su padre, así cada hijo e hija de Dios conoce a su Padre Celestial que es nuestro Dios),
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Aquí tenemos el pueblo que conoce a su Dios, este pueblo es el Israel Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo, todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo pertenecen a ese pueblo que conoce a nuestro Dios.
Y de etapa en etapa, de edad en edad, durante estos dos mil años que han estado transcurriendo ha habido en la Tierra un pueblo que conoce a su Dios, para el cual Dios le ha enviado un mensajero de edad en edad, en el cual ha estado Jesucristo en Espíritu Santo manifestado dándole a conocer Su Programa correspondiente a cada edad y así enseñando a ese pueblo que conoce a su Dios, y ese pueblo es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, la forma en que Dios enseña a Su pueblo, a Su Iglesia, es por medio de Su Espíritu Santo manifestado en cada edad en el mensajero de cada edad; así es como viene el Espíritu Santo a la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, y así es como se manifiesta. “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.” Y eso está en Amós capitulo 3, verso 7. Así como Dios ha tenido profetas en el Antiguo Testamento Cristo dijo que enviaría profetas también a Su pueblo.
Y ahora, esos ángeles mensajeros de cada edad son los instrumentos del Espíritu Santo, para el Espíritu Santo manifestarse a través de ellos y enseñarle a Su pueblo, a Su Iglesia, para que ese pueblo conozca a Su Dios en cada edad que le toca vivir.
Y ahora, hemos nosotros llegado al tiempo final, y a través de la historia de la Iglesia de Jesucristo hemos visto ese pueblo que conoce a Su Dios y lo hemos visto obrando. El pueblo que conoce a Su Dios se esforzará y hará, es un pueblo esforzado que hace, que trabaja, en la Obra de Cristo. No es un pueblo que está dormido sino un pueblo que está despierto trabajando en el Programa Divino correspondiente a su tiempo, porque conforme al conocimiento que tiene de Dios para cada etapa, trabaja en el Programa de Dios; y su trabajo es un trabajo esforzado en cada tiempo.
Y ahora, hemos visto las siete etapas o edades de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles y hemos visto que Su Iglesia, la Iglesia de Jesucristo, ha sido una Iglesia esforzada en cada etapa, en cada edad. Pero que ha hecho – Ha hecho la Obra de Dios correspondiente a cada etapa.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo sube a la Edad de la Piedra Angular para escuchar la Voz de Cristo que le llama y le dice en Apocalipsis, capitulo 4, verso 1, Cristo con esa Voz de Trompeta le dice a Su pueblo, a Su Iglesia y a cada persona como individuo, con esa Voz de Trompeta dice:
“Sube acá.” ¿A dónde vamos a subir? vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo estará velado y revelado dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, pues dice:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia serán dadas a conocer a la Iglesia de Jesucristo al subir más arriba, al subir a la Edad de la Piedra Angular, la Edad para la manifestación final de Jesucristo en Espíritu Santo.
Y ahora, vamos a ver a través de quién será esta manifestación de Jesucristo en medio de Su Iglesia dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Con el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, el pueblo que conoce a su Dios obtendrá un conocimiento mayor de su Dios y del Programa de nuestro Dios para este tiempo final. Y será un pueblo esforzado, se esforzará y hará, trabajará en la Obra de Cristo y hará la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final, estará trabajando en la Obra del Señor todos los días de su vida.
Y ahora, veamos cómo Dios nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Apocalipsis, capitulo 22, verso 6, está la respuesta, ahí está la respuesta de cómo Dios, Jesucristo, nos dará a conocer estas cosas que deben suceder pronto.
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas…”
¿De quién son los espíritus de los profetas, esos espíritus teofánicos, esos cuerpos teofánicos de los profetas? De Dios. Son espíritus ministradores enviados a los herederos de salvación, a los miembros de la Iglesia de Jesucristo. ¿Para ministrarles qué? La Palabra correspondiente a la edad en que Dios los envía, para que así el pueblo de Dios conozca a su Dios y se esfuerce y haga, trabaje, en la Obra de Dios correspondiente al tiempo en que vive.
Y ahora dice:
“… el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
Ese Angel del Señor Jesucristo es un profeta, es un espíritu de profeta el que le reveló a Juan todo este libro del Apocalipsis. Ese Angel del Señor Jesucristo ahí revelándole a Juan todas estas cosas que deben suceder pronto es un espíritu de profeta, es un hombre de la sexta dimensión; pues un espíritu de profeta es un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y por consiguiente es un hombre de la sexta dimensión.
Así como el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico lo encontramos apareciéndole a diferentes profetas en el Antiguo Testamento, fue el que le apareció al profeta Moisés y lo envió para la liberación del pueblo hebreo y fue el que se veló en el Profeta Moisés y se reveló a través del Profeta Moisés y habló al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés y libertó al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés; por lo tanto no fue Moisés de sí mismo el que llevó a cabo esa liberación sino Dios a través de un hombre, a través de un profeta; porque la Palabra y el Verbo viene ¿a dónde? A los profetas.
Y ahora, este espíritu de profeta que libertó al pueblo hebreo, llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto luego se hizo carne, se vistió de carne humana el Verbo, la Palabra se hizo carne y habitó en medio de nosotros, dice San Juan capitulo 1, verso 14.
“…(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre) lleno de gracia y de verdad.”
Y lo conocimos por el nombre de Jesús. Así se llamó el cuerpo que nació de la virgen María, ese es el nombre de Dios humano para llevar a cabo la Obra de Redención del ser humano.
Y ahora, tenemos otro espíritu de profeta aquí enviado por Jesucristo, llamado el Angel del Señor Jesucristo, enviado a Juan con la revelación apocalíptica, dándosela a Juan en esta forma simbólica para que sea escrita esa revelación apocalíptica que contiene todas las cosas que han de suceder, pero que quedan selladas y cerradas en estos símbolos apocalípticos; pero que todo será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero; ya han sido reveladas las etapas, las siete edades de la Iglesia.
Y ahora, para este tiempo final las cosas que han de suceder en este tiempo final luego de las siete edades o etapas de la Iglesia, son dadas a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo conforme a la promesa de Cristo cuando dijo:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas.”
Y ahora, para darnos a conocer todas estas cosas envía un espíritu de profeta para revelar todas estas cosas que deben suceder pronto; a Juan se las dio en símbolos, pero para el tiempo final Jesucristo envía a Su Angel Mensajero, ese espíritu de profeta en carne humana y viene en carne humana este espíritu de profeta, así como el Angel de Jehová vino en carne humana dos mil años atrás y fue conocido por el nombre de Jesús.
Y ahora, el Angel del Señor Jesucristo está prometido para venir en este tiempo final.
Vean, ya el Angel de Jehová vino en carne humana y lo conocimos por el nombre de Jesús.
Y ahora, la promesa es que Jesucristo, el Dios de los espíritus de los profetas, enviará Su Angel, para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Nadie podrá conocer estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, aunque están aquí en la Escritura en el libro del profeta Daniel y también en el libro del Apocalipsis, pero están selladas y cerradas como le dijo el arcángel Gabriel al profeta Daniel.
Y ahora, para que sean abiertas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, Jesucristo tiene que enviar Su Angel Mensajero, el mismo que le envió a Juan el apóstol para darle todas estas revelaciones en y con símbolos.
Ahora, tiene que enviar ése mismo Angel Mensajero, ése espíritu de profeta, tiene que enviarlo en carne humana en el Día Postrero en medio de Su Iglesia y a Su Iglesia para aparecer como Uno del Cuerpo Místico de Cristo; así como el Angel de Jehová, el Angel del Pacto cuando se hizo carne apareció como uno del pueblo hebreo, nacido en Belén de Judea a través de una virgen llamada María.
Y ahora, este Angel del Señor Jesucristo tiene que aparecer en medio de la Iglesia de Jesucristo, tiene que nacer en esta Tierra, tiene que estar en el Programa Divino correspondiente al tiempo final, tiene que ser un creyente en Jesucristo nuestro Salvador y tiene que estar bajo el Pacto Nuevo, el Nuevo Pacto, bajo la Sangre del Nuevo Pacto, que es bajo la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo; por lo tanto tiene que nacer en esta Tierra según la carne y luego tiene que nacer en esta Tierra – tiene que nacer en el Cuerpo Místico de Cristo del Agua y del Espíritu, para así ser un miembro del Cuerpo Místico de Cristo y poder ser un Mensajero del Cuerpo Místico de Cristo enviado por Jesucristo en el Día Postrero.
Y ahora, todo será tan normal, tan común y corriente, que muchos lo pasarán por alto, como pasaron al Angel de Jehová cuando vino dos mil años atrás velado en carne humana.
Y ahora, el Angel del Señor Jesucristo vendrá velado en carne humana, porque Jesucristo lo enviará para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Apocalipsis 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Ya hemos visto quién es el Enviado del Señor Jesucristo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto; por lo tanto los escogidos de Dios no pueden ser engañados por falsos profetas, falsos cristos, porque Jesucristo le enviará Su Angel Mensajero para darles testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto. La promesa la hace Jesucristo nuestro Salvador y eso evitará que los escogidos de Dios sean engañados por los falsos profetas y falsos cristos, y que sean engañados por el anticristo, ¿porqué? Porque Cristo le enviará a Su Angel Mensajero en el cual Jesucristo estará en Espíritu Santo manifestado hablándole a Su Iglesia, y llevando a cabo la Obra final en medio de Su Iglesia.
Cristo en Espíritu Santo como estuvo en los mensajeros de las diferentes edades, estará también en Su Angel Mensajero. Ninguno de los mensajeros de las siete edades fue adoptado, pero este Angel Mensajero de Jesucristo será adoptado, así como el Angel de Jehová cuando estuvo en carne humana fue adoptado, y ese Angel de Jehová fue Jesucristo cuando se hizo carne.
Y ahora, cuando este Angel del Señor Jesucristo esté en medio de la Iglesia de Jesucristo hecho carne será el Profeta Mensajero de la Dispensación del Reino y Profeta Mensajero de la Edad de la Piedra Angular trayéndonos el Mensaje del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y él proclamando ese Mensaje será la Gran Voz de Trompeta sonando en este tiempo final, y llamando y juntando a todos los escogidos de Dios; con ese Mensaje de la Gran Voz de Trompeta es que son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en el Día Postrero.
San Mateo, capitulo 24, verso 31, dice Jesús:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos.”
Con esa Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino es que son llamados y juntados todos los escogidos de Dios del Día Postrero.
Y ahora, podemos ver el porqué ustedes están aquí: podemos ver que es que ustedes han estado escuchando la Voz de Jesucristo en este tiempo final, la Gran Voz de Trompeta, la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino llamando y juntando a todos los escogidos y revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y ahora, en esta noche tomaremos la Santa Cena, la cual también es llamada por algunos la Comunión. Y la Santa Cena es tomada en memoria de nuestro amado Señor Jesucristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
El pan representa, tipifica, el Cuerpo de Cristo; el Verbo se hizo carne, el Verbo, la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y el Verbo, la Palabra, al hacerse carne murió en la Cruz del Calvario, ese velo de carne fue partido por nosotros; por lo tanto el pan representa a Cristo, la Palabra, y Su Obra de Redención allí muriendo por nosotros en la Cruz del Calvario. El vino representa la Sangre de Jesucristo. Y la Vida de la Sangre es el Espíritu Santo; por lo tanto representa al Espíritu Santo que es la Vida de la Sangre.
Y tomamos la Santa Cena en memoria de Jesucristo. Su Sangre es la Sangre del Nuevo Pacto y entramos al Nuevo Pacto y quedamos bajo la Sangre del Nuevo Pacto cuando hemos creído en Jesucristo como nuestro Salvador, hemos lavado nuestros pecados en Su Sangre y hemos sido bautizados en Su Nombre y hemos recibido la Vida de la Sangre, o sea, hemos recibido el Espíritu Santo, y así el Espíritu Santo en nosotros mantiene la Sangre de Cristo, y la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.
Y ahora, en memoria de nuestro amado Señor Jesucristo en Su Primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario tomamos la Santa Cena. El pan no es el Cuerpo de Cristo sino que simboliza el Cuerpo de Cristo. El vino no es la Sangre de Cristo, el vino es vino, pero simboliza la Sangre de Cristo.
Y ahora, siendo que el pan representa el Cuerpo de Cristo, y Cristo es la Palabra, y el vino representa la Sangre de Cristo y la Vida de la Sangre de Cristo es el Espíritu Santo, las palabras de Jesús cuando dijo: “El que no coma mi Carne y beba mi Sangre, no tiene vida permaneciente en sí.” Cuando recibimos Su Palabra nos estamos comiendo Su Palabra, porque no solamente de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Cuando recibimos la Palabra revelada de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario nos estamos comiendo a Cristo, la Palabra, en Su Primera Venida y Su Obra de Redención. Y cuando recibimos Su Espíritu Santo estamos bebiendo Su Sangre.
Vean la forma de comer Su Cuerpo y beber Su Sangre: “El que come mi Cuerpo y bebe mi Sangre tiene, vida eterna (y dice); y yo le resucitaré en el Día Postrero.”
En el Evangelio según San Juan, capitulo 6, versos 39 al 58, es que Cristo nos habla acerca de comer Su Carne y beber Su Sangre. El es el Arbol de la Vida, y el que come Su Carne y bebe Su Sangre, pues se está comiendo el Pan de vida eterna que descendió del Cielo, el cual es Cristo. Está comiendo del Arbol de la Vida.
Y ahora, en la Santa Cena representamos Su Cuerpo en el pan y Su Sangre en el vino, y representamos lo que ha sucedido en nosotros: que hemos comido Su Carne y hemos bebido Su Sangre, y también damos testimonio que Cristo, Melquisedec, así como le dio pan y vino a Abraham le dará de Sí mismo a cada uno de Sus hijos en el Día Postrero; ya durante las siete etapas nos ha estado dando de Sí mismo al darnos Su Espíritu Santo y darnos así un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, al producir el nuevo nacimiento en nosotros.
Y en el Día Postrero en adición nos dará de Sí mismo, dándonos a comer Su Palabra correspondiente al Día Postrero y dándonos el cuerpo glorificado que El ha prometido para todos nosotros; y nos hará a Su Imagen y a Su Semejanza, inmortales espiritualmente e inmortales físicamente también. Y así seremos a Imagen y Semejanza de Jesucristo en y con un cuerpo teofánico de la sexta dimensión y un cuerpo físico inmortal incorruptible y glorificado igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, y en ese cuerpo seremos inmortales. En este cuerpo que tenemos físicamente somos mortales, pero nuestra alma es inmortal; y nuestro cuerpo teofánico que hemos recibido al recibir Su Espíritu Santo también es inmortal.
Y ahora, para este tiempo final Jesucristo dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Para así en este tiempo final todos llegar al conocimiento de nuestro Dios y esforzarnos y hacer la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final, y todos así estar trabajando en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo, y estar viviendo correctamente como hijos e hijas de Dios.
Hemos visto: “EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS.”
Y ahora, ¿cuál es el pueblo que conocerá a su Dios en el Día Postrero en este tiempo final? Pues el pueblo que estará en la Edad de la Piedra Angular conocerá a nuestro Dios y verá a Dios obrando en la Edad de la Piedra Angular por medio de Su Angel Mensajero y lo escuchará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Y ese pueblo se esforzará y hará, trabajará, no será un pueblo dormido, ni un pueblo vago, sino un pueblo esforzado, un pueblo que se esfuerza para trabajar en la Obra de nuestro Salvador Jesucristo, de nuestro Dios.
“EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS.”
Y ahora, ¿dónde está ese pueblo que conoce a Su Dios? [La congregación responde: “¡Amén!” —Editor] Aquí estamos, un pueblo esforzado que hace, trabaja, en al Obra de Dios en este tiempo final.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con el pueblo que conoce su Dios y que se esfuerza y hace la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y todos los que han sido bautizados hoy y han sido bautizados también en ocasiones anteriores y también los que serán bautizados después de los bautismos de hoy, que serán bautizados también en el Nombre del Señor Jesucristo, que el Espíritu Santo venga sobre todos ustedes y produzca en todos ustedes el nuevo nacimiento, y así estén listos, preparados, en este tiempo final trabajando en la Obra de Cristo, y conociendo a nuestro Dios y esperando nuestra transformación. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y dejo nuevamente con nosotros al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar y para ministrar la Santa Cena en esta ocasión.
Con nosotros el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín.