El tiempo se ha cumplido

Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, y los que están a través de Internet y demás medios de comunicación en los diferentes países de la América Latina, el Caribe, Norteamérica y otras naciones.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y en este nuevo año que comenzará esta noche, conforme al calendario gregoriano entre los gentiles, Cristo nos bendiga grandemente y nos prepare para nuestra transformación, y nos revele todo Su Programa correspondiente a este tiempo final, y añada también los que faltan por ser añadidos para que se complete el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Y pronto nos transforme, lo cual deseamos, aun si fuera posible esta misma noche; pero sabemos que será cuando se complete el número de los escogidos de Dios.

Que pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, y pronto seamos todos transformados. Que este año próximo El nos dé grandes bendiciones conforme a Sus promesas en Su Palabra profética. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Para todos los visitantes: les damos la bienvenida, y que Dios los bendiga grandemente.

En esta ocasión leemos en San Juan o San Marcos… San Marcos primero, capítulo 1, versos 12 al 15, donde dice:

“Y luego el Espíritu le impulsó al desierto.

Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.

Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,

diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

En esta noche en que despedimos el año 2000 y la damos la bienvenida al año 2001, en donde el tiempo del año 2000 termina y comienza el tiempo del año 2001, tenemos para esta noche el tema: “EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO.”

Así como termina el tiempo de un año el 31 de diciembre a la media noche, y comienza a las 12 y 1 segundo comienza el tiempo para un nuevo año; también en el Programa Divino hay edades y dispensaciones, las cuales comienzan y luego terminan, y ahí, cuando terminan esas dispensaciones o están terminando, se entrelaza una nueva edad o una nueva dispensación.

Para el tiempo en que apareció Juan el Bautista y Jesús, el tiempo de la Dispensación de la Ley estaba terminando, y por consiguiente estaba terminando la Dispensación de la Ley y estaba comenzando y entrelazándose la Dispensación de la Gracia. Y por eso apareció Jesús de Nazaret: porque El es el Mensajero de la Dispensación de la Gracia, un Profeta Mensajero dispensacional.

Dios tiene en Su Programa siete dispensaciones, con siete Profetas dispensacionales y con siete Mensajes dispensacionales, para las cuales Dios tiene un pueblo para cada dispensación:

· Tenemos la Dispensación de la Inocencia y su Mensajero fue Adán, él tenía el Mensaje de la Inocencia.

· Tenemos la dispensación – luego la dispensación segunda, la Dispensación de la Conciencia, su Mensajero fue Set, con el Mensaje de la conciencia.

· Luego tenemos la tercera dispensación, la Dispensación del Gobierno Humano y su Profeta Mensajero fue Noé, él fue el tercer Profeta dispensacional, con el Mensaje del Gobierno Humano.

· Luego tenemos la dispensación cuarta, la Dispensación de la Promesa, y su Profeta dispensacional fue Abraham, él tenía el Mensaje de la Promesa.

· Luego, la quinta dispensación, la Dispensación de la Ley, y su Mensajero fue Moisés con el Mensaje de la Ley.

· Luego, la sexta dispensación, la dispensación sexta, que es la Dispensación de la Gracia, y su Mensajero es nuestro amado Señor Jesucristo con el Mensaje de la Gracia.

· Y luego la dispensación séptima, que es la Dispensación del Reino, y su Mensajero es el Ángel del Señor Jesucristo con el Mensaje del Evangelio del Reino.

Esas son las siete dispensaciones, las cuales se entrelazan una con la otra. Y bajo esas siete dispensaciones están todas las personas que han de vivir en la eternidad, los que han servido a Dios en el tiempo de la dispensación que les tocó vivir; y los que saldrán, los que serán juzgados en el juicio final y saldrán bien, y saldrán con Vida eterna, son los que les han ayudado a los escogidos de Dios que han vivido en esas dispensaciones.

Y ahora, en cada ocasión en que ha llegado a su final una dispensación, el tiempo se ha cumplido, y aparece un nuevo Mensajero dispensacional con un nuevo Mensaje dispensacional, el cual proclama que el tiempo para la dispensación que existía está a su final, y el tiempo se ha cumplido para comenzar y entrelazarse una nueva dispensación, porque ya el tiempo de la dispensación pasada llegó a su final, y por consiguiente la última edad de la dispensación que llega a su final, también llega a su final y se cumple el tiempo de esa edad.

Tenemos por ejemplo el tiempo de Noé, cuando Dios le dijo a Noé que raería de la Tierra al ser humano, el tiempo se había cumplido para aquella generación antediluviana. Pero estando cumplido el tiempo es que aparece el Mensajero dispensacional para una nueva dispensación, Dios lo usa, para Dios por medio de ese Mensajero introducir una nueva dispensación, la cual se entrelaza con esa dispensación que ha llegado a su final.

Así fue en el tiempo de Noé, lo cual no comprendieron los antediluvianos, ni siquiera los líderes religiosos de las religiones del pueblo antediluviano. Pero Noé fue ese Profeta y recibió el Mensaje para una nueva dispensación y anunció el juicio que vendría sobre la raza humana que estaba rechazando a ese nuevo Profeta dispensacional.

Siempre el juicio divino viene al final de una dispensación, y la gente que vive al final de esa dispensación rechazan al Profeta que Dios envía para proclamar que el tiempo se ha cumplido y que una nueva dispensación se está entrelazando con la dispensación que ha llegado a su final.

En el tiempo de Noé el tiempo estaba cumplido, pero la paciencia de Dios por causa de Noé, esperando a que Noé terminara el arca para que entrara al arca, fue lo que dio lugar a que unos 100 ó 120 años transcurrieran desde el momento en que Dios le dijo que había llegado el fin para toda carne. Pero Dios le dijo: “Los días del hombre serán 120 años.” O sea, que Dios tuvo paciencia con Noé, en lo que Noé preparaba el arca, una paciencia de unos 100 ó 120 años, a causa, no del mundo sino de Noé.

O sea, que la paciencia de Dios fue extendida a Noé, y el mundo antediluviano se benefició de esa extensión de la paciencia de Dios y de la Misericordia de Dios a Noé. Si Noé no hallaba gracia delante de Dios, cuando Dios le dijo a Noé que había llegado el fin de toda carne, en ese mismo tiempo Dios hubiera destruido a la raza humana; pero esperó unos 120 años en lo que Noé preparaba el arca. Porque no destruirá Dios al justo con el injusto cuando envía Su juicio divino al final de una dispensación y entrelace con una nueva dispensación.

Siempre cuando el tiempo se cumple para una dispensación que estaba vigente y termina el tiempo para esa dispensación, comienza el nuevo tiempo para una nueva dispensación; se cumple el tiempo de una dispensación que ya pasó y comienza el tiempo para una nueva dispensación. Y siempre que esto ocurre, encontramos a los Arcángeles Gabriel y Miguel en la escena. Así como cuando se cumple el tiempo para una parte o etapa del reino de los gentiles, y llega a su final esa etapa del reino de los gentiles; como por ejemplo en el tiempo en que llegó a su final la etapa del reino de los gentiles, en la etapa de la cabeza de oro del reino babilónico, allí estaban presentes los Arcángeles Gabriel y Miguel.

Y luego, cuando llegó el tiempo para comenzar una nueva etapa, allí estaban los Arcángeles Gabriel y Miguel trabajando y luchando y peleando para que se llevara a cabo ese cambio. Se pasó del reino o imperio babilónico al imperio medo-persa. Y después cuando llegó a su final el imperio medo-persa, estaban también presentes los Arcángeles Gabriel y Miguel para dar paso al cambio del imperio de los medo-persas al imperio de Grecia.

Y luego, cuando llegó el fin del imperio de Grecia, estaban presentes los Arcángeles Gabriel y Miguel para dar paso al nuevo imperio, el imperio romano. Y así ha sido de etapa en etapa: han estado presentes los Arcángeles Gabriel y Miguel.

También cuando han habido cambios de dispensaciones, han estado presentes los Arcángeles Gabriel y Miguel. En los tiempos de Moisés, allí estaban presentes Ángeles y Arcángeles de Dios para el gran Programa de la liberación del pueblo hebreo; y allí estaba el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Su cuerpo teofánico, en teofanía, para libertar al pueblo hebreo.

El Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, le dijo a Moisés en el capítulo 3 del Exodo, que El era el Dios de su padre, o sea, el Dios del padre de Moisés, y el padre de Moisés era Amram; y también le dijo: “Y el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.”

Aquél que estaba en aquella Columna de Fuego era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Ángel del Pacto, Jesucristo presente allí en Espíritu Santo para enviar a Moisés y manifestarse por medio de Moisés y libertar al pueblo hebreo, conforme a la promesa de Dios a Abraham en el capítulo 15 del Génesis, donde le dijo a Abraham que su descendencia sería esclava en tierra ajena por 400 años, pero en la cuarta generación Dios los libertaría y volverían a su tierra.

Y cuando se cumplió el tiempo, cuando el tiempo estuvo cumplido, apareció nuevamente el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que le había aparecido a Abraham y le había dado la promesa, apareció a Moisés para cumplir esa promesa; y por eso le cita a Moisés que ha descendido para libertar al pueblo hebreo, y esto era conforme a la promesa que Dios le había hecho a Abraham. El tiempo estaba cumplido cuando apareció el Ángel de Jehová a Moisés en el Monte Sinaí, sobre aquella zarza, aquel árbol que ardía y no se quemaba.

Pero miren, estando el tiempo cumplido, tomó un lapso de tiempo en lo que Moisés fue al pueblo hebreo, llevó a cabo los milagros correspondientes, proclamó el Mensaje de liberación y habló las plagas o juicios a existencia, se cumplieron esos juicios, tuvieron también la muerte de los primogénitos de los egipcios; pero los primogénitos hebreos no murieron porque fue sacrificado el cordero pascual para la preservación de la vida de los primogénitos.

Ahora, vean ustedes, todo esto es tipo y figura de los Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, para los cuales Cristo, el Cordero de Dios vino a la Tierra y fue sacrificado.

Y ahora, San Pablo en el Nuevo Testamento, en Primera de Corintios nos dice que Cristo es nuestra Pascua. Siendo Cristo nuestra Pascua, nos muestra entonces que hay un Exodo que Cristo ha llevado a cabo en Su Primera Venida, para llevar a Su pueblo, a Sus hijos, a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo.

Y ese Éxodo se lleva a cabo en el campo espiritual, para en el Día Postrero llevarse a cabo el Éxodo por Cristo en la parte física, en donde seremos libertados de la esclavitud terrenal, seremos libertados de este cuerpo porque seremos transformados, y entonces entraremos a la tierra prometida del nuevo cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y también seremos libertados del reino terrenal de las tinieblas, del reino de los gentiles que se encuentra en la cuarta etapa, en los pies de hierro y de barro cocido para entrar al glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo; y así reinar con Cristo por el Milenio y luego por toda la eternidad.

Ahora, cada una de estas promesas de liberación se cumplen cuando el tiempo es cumplido para realizarse el cumplimiento de esas promesas.

Y ahora, en los días de Moisés se había cumplido el tiempo de la esclavitud del pueblo hebreo en Egipto y había llegado el tiempo para la liberación del pueblo hebreo.

Cuando se cumple el tiempo, aparece el Ángel de Jehová en medio de Su pueblo, pero primero aparece al Ángel Mensajero dispensacional. Así ha sido también de edad en edad: cuando se ha cumplido cada edad, Dios ha enviado el Mensajero para cada edad nuevo, y a ese Mensajero se ha revelado Cristo, el Ángel del Pacto, para comenzar una nueva edad, y llamar y juntar a los escogidos de Dios en esa nueva edad. A esos Mensajeros les cuidan y les guían Ángeles de Dios.

Y ahora, cuando se cumplió la Dispensación de la Ley, encontramos que Cristo nació en medio de la Dispensación de la Ley, al final de la Dispensación de la Ley, creció, y cuando llegó a su final esa dispensación, comenzó Cristo Su ministerio en la Edad de la Piedra Angular de aquel tiempo, porque ya la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley había llegado a su final, Su Mensajero había sido Juan el Bautista. Y cuando Juan fue tomado preso, llegó a su final esa séptima edad de la Iglesia hebrea, y llegó a su final también la Dispensación de la Ley. Por lo tanto, la Dispensación de la Gracia se estaba entrelazando con la Dispensación de la Ley. Y el que hace ese entrelace es el Espíritu Santo por medio del Mensajero dispensacional, el cual en aquellos días era nuestro amado Señor Jesucristo.

Como en cada dispensación pasada, cuando se entrelazó una nueva dispensación, fue el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el que hizo ese entrelace por medio del Mensajero dispensacional nuevo que Dios envió.

Y ahora, veamos lo que dice el Rvdo. William Branham acerca de estos entrelaces dispensacionales. El Mensaje: “La Encrucijada del tiempo,” página 2 en español, y párrafo 9 y párrafo 11, dice:

“En el pasado las dispensaciones siempre han llegado a su fin, y alcanzamos una encrucijada (o sea, un entrelace). Hay encrucijadas en los caminos, hay encrucijadas en las carreteras por las cuales viajamos en este mundo. Y también hay encrucijadas en este gran camino por el que viajamos a la gloria (en el Camino de Dios hay encrucijadas, o sea, son intersecciones como las hay en las carreteras).”

Luego, en el párrafo 11 de esta misma página 2, dice:

“Escudriñando las Escrituras por mucho tiempo me he dado cuenta que hay siete grandes encrucijadas en la Palabra de Dios. Siete es el número completo de Dios (esas siete encrucijadas son siete dispensaciones).”

En la página 11 de este mismo Mensaje: “La Encrucijada del tiempo,” nos dice en el párrafo 97:

“Fíjese cómo desciende el fuego cada vez, vean cómo vienen los Profetas siempre, cómo son hechos los milagros, cómo Dios se vindica a Sí Mismo en Sanidad y en Poder todo el tiempo en las encrucijadas (o sea, en los entrelaces dispensacionales; así también es en los entrelaces de una edad con otra edad). Nunca antes, sino justo en las encrucijadas, en el cambio de dispensación, en el cambio del tiempo.”

Luego, en el párrafo 102 de este mismo Mensaje: “La Encrucijada,” en la página 11, dice:

“Gabriel era el Ángel que estaba allí, él apareció en la encrucijada del tiempo. ¡Gloria a Dios!”

Ahí podemos ver que Gabriel, el Arcángel, aparece siempre en la encrucijada del tiempo, en la encrucijada o entrelace dispensacional. En cada encrucijada o entrelace dispensacional siempre aparece el Arcángel Gabriel.

El Rvdo. William Branham, dice que estamos en un cambio de dispensación. Si estamos en un cambio de dispensación, estamos en una encrucijada del tiempo, y por consiguiente el Arcángel Gabriel tiene que estar presente en este tiempo final. Es un tiempo muy importante este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.

El Rvdo. William Branham en este compendio que contiene extractos de los Mensajes del Rvdo.  William Branham, titulado este compendio: “Ángeles,” en la página 2, dice:

“Ahora, Ángeles menores pueden llegar. Por ejemplo, el que viene y me visita, es un Ángel menor. Pero cuando vemos bajar a Gabriel, algo grande está en camino. Gabriel anunció la Primera Venida de Jesús, y El anunciará la Segunda Venida de Jesús. El tocará la trompera, los muertos en Cristo resucitarán. Gabriel, el gran Arcángel de Dios.”

Cuando aparece Gabriel es tiempo de un entrelace dispensacional, para hacerse un cambio de dispensación.

Vean cómo Gabriel apareció en el tiempo de Zacarías el Sacerdote y la virgen María, para anunciar al sacerdote Zacarías que tendría un hijo (el sacerdote Zacarías por medio de su esposa Elisabet), el cual le pondrían por nombre Juan, y vendría con el espíritu y virtud de Elías y sería Profeta de Dios y sería grande delante de Dios, y le prepararía el camino al Señor; y esto era conforme a las profecías de Malaquías, capítulo 3, verso 1 al 2, y también Isaías, capítulo 40, verso 3 al 15, en donde estaba anunciada la Venida del precursor de la Primera Venida de Cristo y luego también la Primera Venida de Cristo estaba anunciada allí. Y Juan fue ese Mensajero que vino delante de El preparándole el camino.

Cuando se cumplió el tiempo nació Cristo de la virgen María allá en Belén de Judea, y cuando se llegó al tiempo para comenzar la semana número setenta de la profecía de Daniel, se cumplieron entonces las sesenta y nueve semanas, el tiempo estaba cumplido para comenzar la semana setenta de las profecías de Daniel.

Y Cristo vino del desierto, donde había ayunado, luego de haber sido bautizado por Juan el Bautista y haber sido lleno del Espíritu Santo, el Espíritu Santo, el cual descendió cuando fue bautizado Jesús y entró a Jesús y moró en El en toda Su plenitud, y luego fue al desierto en donde estuvo sin comer ni beber durante 40 días y 40 noches, fue tentado del diablo, y luego encontramos que vino predicando; y Juan fue tomado preso; y entonces vino a Nazaret, a Galilea, y vino predicando el Evangelio del Reino, y diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el Evangelio.”

Y así comenzó Cristo predicando en Galilea cuando el tiempo se había cumplido. Y entonces había comenzado ese entrelace dispensacional, donde se estaba entrelazando la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley.

Cuando Juan el Bautista fue tomado preso, ya Jesús sabía que no saldría de la cárcel con vida. Pero Jesús sabía que el tiempo se había cumplido, y ahora había comenzado ese ciclo divino para el ministerio mesiánico del Hijo del Hombre en Su Primera Venida como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo y abrir una nueva Dispensación de Gracia, en donde los seres humanos obtendrían el perdón de sus pecados y obtendrían así la Salvación, la Vida eterna, y vendrían a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Todo eso estaba en el Programa de la Primera Venida de Cristo, el cual se cumpliría en aquella primera parte de la semana número setenta, allí se cumpliría la Obra de Redención por Jesucristo, el Hijo del Hombre, el cual sería crucificado. Y todo eso sucedería ¿cuándo? Cuando el tiempo de la Dispensación de la Ley se había cumplido, y ahora una nueva dispensación se estaba abriendo, estaba siendo introducida.

Encontramos también que Gabriel le apareció a la virgen María y le anunció que tendría un hijo, el cual sería Hijo de Dios, y Dios le daría el Trono de David Su Padre.

Ahora, vean cómo el Arcángel Miguel estuvo presente en ese cambio o entrelace dispensacional en esa encrucijada del tiempo.

El Arcángel Miguel, es el Arcángel que con Su Ejercito lucha en contra del diablo, y es el Arcángel, el Príncipe, que está de parte del pueblo hebreo.

El Arcángel Gabriel es el Arcángel de la revelación divina, de la revelación de Dios, y es el Arcángel que habla de la Misericordia Divina, y es el Arcángel que habla de las promesas de Dios, el que da a conocer las promesas divinas para cada tiempo. Y cuando el tiempo se cumple, ahí está presente el Arcángel Gabriel. El tocó, sonó la Trompeta en la Primera Venida de Cristo, y él suena la Trompeta en la Segunda Venida de Cristo.

Dice el Rvdo. William Branham en el Mensaje, en este compendio titulado “Angeles,” en la página 18, dice:

“Si tomáramos un viaje en esta noche hacia el Cielo, y me encontrara con el padre Abraham, y le dijera, ‘Abraham, ¿Cuál es la cosa más gloriosa que jamás has conocido? ¿Cuál es la cosa más esencial que jamás has conocido?’

Abraham me diría: ‘La Vida Eterna.’

Entonces tomaríamos otro viaje y nuevamente iríamos, y llegaríamos con el gran Arcángel Gabriel, el cual es el mensajero del Pacto, para la gente judía, y está parado a la diestra de Dios, uno de las órdenes más altas de Ángeles en el Cielo. Y yo le diría: ‘Gabriel, eres un Ángel poderoso. Eres amado de Dios, y has estado aquí por tiempo incalculable; y quizás conozcas todo con respecto al Cielo, donde cada cosa está ubicada, por cuanto eres uno de los Ángeles a la diestra de Dios. Y conoces todos los secretos del Cielo. Tocaste la trompeta en la Primera Venida del Señor Jesús. Anunciaste Su Primera Venida, y anunciarás Su Segunda Venida, por lo tanto debes ser un hombre o un Ángel poderoso. Te quiero hacer esta pregunta. En todos los tesoros de Dios, ¿cuál es la cosa más tremenda que has hallado en todos Sus tesoros?’

Puedo ver a Gabriel enderezándose en forma muy atenta, y diciendo: ‘Lo más grande que he hallado entre los tesoros de Dios desde que me creó a mí, es la Vida (o sea, la Vida eterna). Dios me hizo para que pudiese vivir Eternamente, por la Eternidad. Y la Vida es lo más grande que hay.”

La Vida es la cosa más grande que hay, la Vida eterna.

Ahora, podemos ver cómo describe el Rvdo. William Branham al Arcángel Gabriel: como el que anunció la Primera Venida de Cristo, sonó la Trompeta, reveló, anunció la Primera Venida de Cristo por medio de una virgen, y lo anunció a esa virgen. Y dice: “Y anunciarás la Segunda Venida de Cristo, tocarás la Trompeta.” El, el Arcángel Gabriel, es el que está relacionado con ese misterio de la Segunda Venida de Cristo para sonar esa Trompeta, por eso es Voz de Arcángel.

Y ahora, esto es para este tiempo final, en la encrucijada del tiempo, donde se entrelaza la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia. Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, donde el tiempo de las siete edades de la Iglesia ya se ha cumplido.

Y ahora, estamos en un entrelace dispensacional desde hace años, como estuvo Jesús en una entrelace dispensacional, cuando El estuvo predicando en la primera parte de la semana número setenta. Ese era el tiempo para el ministerio mesiánico del Hijo del Hombre, era el tiempo para el Mensaje mesiánico y ministerio mesiánico, el cual estuvo en Jesús de Nazaret.

Y ahora, podemos ver porqué Cristo estuvo predicando el Evangelio del Reino. Y para el tiempo final tenemos la promesa en San Mateo, capítulo 24, verso 14, que dice:

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Y aquí estamos en el tiempo final, donde el tiempo de las siete edades se ha cumplido. El tiempo del Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo se ha cumplido, y ahora hemos entrado a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, para recibir la revelación, la fe de Rapto, que es la revelación para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque el tiempo se ha cumplido para las siete edades de la Iglesia, y hemos entrado a una edad eterna, la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, cuando se complete el número de los escogidos de Dios, entonces Cristo se levantará del Trono de Intercesión, del Trono del Padre, y entonces el tiempo de la Dispensación de la Gracia se habrá cumplido y habrá terminado, y se abrirá el tiempo para la Dispensación del Reino en toda Su plenitud. Y de ahí en adelante ya no habrá Sangre en el Trono de Intercesión. Pero Cristo se manifestará en toda Su plenitud en medio de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, en el occidente, pues El estará como el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, y eso será Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en medio de Su Iglesia, porque esa es la Dispensación del Reino que corresponde al Espíritu Santo, es la Dispensación del Espíritu Santo, para cumplir todas Sus promesas correspondientes a esa Nueva Dispensación, en donde está la promesa de la resurrección de los muertos en Cristo, y la transformación de nosotros los que vivimos. Y eso está prometido para el Día Postrero, que es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá y Tercer Milenio de Cristo hacia acá.

Conforme al calendario de los gentiles, el calendario gregoriano, esta noche a las 12:00 de la noche termina el año 2000 y comienza el año 2001, por consiguiente termina el tiempo del siglo XX y termina el tiempo del sexto milenio de Adán hacia acá y termina el tiempo del segundo milenio de Cristo hacia acá, para dar paso y dar comienzo el Tercer Milenio de Cristo hacía acá y comenzar también Séptimo Milenio de Adán hacia acá, en donde Cristo establecerá Su glorioso Reino Milenial.

Es en el Día Postrero, Tercer Milenio de Cristo hacía acá y Séptimo Milenio de Adán hacia acá, que Cristo introducirá el glorioso Milenio y Reino Milenial, y donde Cristo resucitará los muertos creyentes en El y nos transformará a nosotros los que vivimos.

Así que, estamos acercándonos al próximo día, conforme al calendario gregoriano nos estamos acercando al próximo día, día primero de enero del año *2001, y nos estamos acercando también al primer año del siglo XXI, y del Tercer Milenio de Cristo hacía acá y Séptimo Milenio de Adán hacia acá, y nos estamos acercando también al – nos estamos acercando al primer año y también al siglo XXI y al Milenio Séptimo de Adán hacia acá y Milenio Tercero de Cristo hacía acá; o sea, que nos estamos acercando al Día Postrero delante de Dios. “Porque un día delante del Señor es como mil años.” Ese Día Postrero delante de Dios es el próximo Milenio que comienza esta noche a las 12:01 (doce y un minuto).

Así que, nos estamos acercando al Día Postrero conforme al calendario gregoriano. Si sacamos las cuentas conforme al calendario profético, ya estamos en ese nuevo Milenio hace años. Pero sacando la cuenta conforme al calendario gregoriano, esta noche es el momento glorioso en que entraremos al nuevo Milenio, al Tercer Milenio de Cristo hacía acá, que es el Día Postrero de tres milenios postreros y es también el Séptimo Milenio, donde vendrá descanso para la Iglesia del Señor Jesucristo, descanso físico cuando seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y luego cuando regresemos para el glorioso Reino Milenial.

Ya no estaremos trabajando como lo hacemos en la actualidad, ni estaremos luchando en contra del pecado como lo hacemos en la actualidad, porque estaremos en cuerpos eternos. El Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacía acá es el Día Postrero y Día de descanso delante de Dios para el Pueblo de Dios. Lo que fue el séptimo día, el sábado para el pueblo hebreo, lo será el Séptimo Milenio, como Día Postrero delante de Dios, para la Iglesia del Señor Jesucristo y también para el pueblo hebreo, para todos los que han servido a Dios en edades pasadas y en tiempos presentes.

Y ahora, en este tiempo final, así como Dios envió a Moisés cuando llegó el cumplimiento del tiempo, y así como Dios envió a Jesús cuando llegó el cumplimiento del tiempo, y Jesús dio testimonio que el tiempo se había cumplido.

Vean, en Gálatas, capítulo 4, verso 4, dice:

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.”

A fin de que recibiésemos el bautismo del Espíritu Santo y obtuviéramos el nuevo nacimiento y obtuviéramos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y luego en el Día Postrero, en el cumplimiento del tiempo, Dios nos transformará, redimirá nuestros cuerpos físicos transformándonos (esa es la Redención del cuerpo). Y para este tiempo final Jesucristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Porque hemos llegado al cumplimiento del tiempo, el tiempo se ha cumplido para las siete edades de la Iglesia y hemos entrado a una edad eterna, la Edad de la Piedra Angular. Por eso se predica el Evangelio del Reino en medio de la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular: para revelar los misterios contenidos en la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, por cuanto el tiempo se ha cumplido, estamos a la expectativa para entrar al nuevo Milenio, al nuevo siglo y al nuevo año primero, al primer año del nuevo siglo y del nuevo Milenio.

Le pedimos a Cristo extienda Su Misericordia sobre todos nosotros que estamos aquí reunidos y los que están en otros países reunidos a través de la línea telefónica o de Internet escuchando esta conferencia, y para también los que la escucharán más adelante a través de video.

Y ahora, nos ponemos en pie para pedir a Cristo extienda Su Misericordia sobre Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y sobre cada uno de nosotros como individuos. Oremos:

Dios Todopoderoso, Señor del Cielo y de la Tierra, Creador de los Cielos y de la Tierra, nos acercamos a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo, y Señor, Te presento a Tu Iglesia en la Edad de la Piedra Angular en este Día Postrero, en el tiempo correspondiente a la Edad de la Piedra Angular y al cual vivimos.

Y Te ruego tengas Misericordia, Señor, de Tu Iglesia en esta etapa de la Edad de la Piedra Angular, perdones los pecados de Tu Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes. Y también Señor, Te pido Tu bendición sobre Tu Iglesia. Que, Señor, Tu Espíritu se manifieste plenamente en Tu Iglesia y traigas a realización todas las promesas que Tu haz hecho para Tu Iglesia para este tiempo final.

Y también presento a Ti cada miembro de Tu Iglesia. Y yo también me presento ante Ti. Y Te pido tengas Misericordia de nosotros. Te pido extiendas Tu Misericordia a nosotros. Te pido perdones nuestras faltas, nuestros errores y nuestros pecados que hemos cometido durante este año que está finalizando en esta noche.

Señor, Ten Misericordia de nosotros, lávanos con Tu Sangre Preciosa, pues nuestra confesión es sobre Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario y Tu Sangre derramada. Colocamos nuestros pecados en y sobre ese Sacrificio y Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario. Y Te pedimos Señor, nos limpies de todo pecado con Tu Sangre Preciosa.

Y Te pido, Señor, que te manifiestes en nuestras almas y nos ayudes y nos fortalezcas. Y pronto nos transformes, y pronto también completes el número de Tu Iglesia, y todos sean nacidos en Tu Cuerpo Místico de creyentes, los que faltan de nacer de nuevo. Y pronto, Señor, nos transformes como Tu lo has prometido.

Señor, necesitamos esa transformación, llévanos a esa perfección, guíanos a esa perfección conforme a Tu promesa.

Señor, que sea pronto el cumplimiento de esa promesa de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Señor, hemos trabajado en Tu Obra, pero no hemos hecho todo lo que está señalado para ser hecho en Tu Obra. Y deseamos en este próximo año seguir trabajando en Tu Obra, y que Tu nos uses grandemente en Tu Obra, a cada uno de nosotros como individuos y también a todo Tu Cuerpo Místico de creyentes en la Edad de la Piedra Angular, o sea, a Tu Iglesia en esta etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro de Tu Iglesia.

Señor, en Tus manos encomiendo a Tu Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y encomiendo a cada creyente de la Edad de la Piedra Angular, y me encomiendo también a Ti, para que Tu Misericordia sea extendida sobre nosotros, Tu Amor y Tu Bondad, y también Tus bendiciones sean extendidas sobre nosotros, y nos uses grandemente en este año que comenzará en esta noche, a las 12:01 (doce y un minuto).

Señor, ya está terminando el tiempo, faltan pocos minutos para terminar el tiempo del siglo XX y terminar el tiempo de este último año del siglo XX y este último día del siglo XX conforme al calendario gregoriano que se usa entre los gentiles.

Señor, luego tomaremos la Santa Cena y el Lavatorio de Pies en memoria de Ti, y de Tu Obra llevada a cabo como Cordero de Dios en la Cruz del Calvario, donde Tu cuerpo fue partido por nosotros y Tu Sangre derramada por nosotros, la Sangre del Nuevo Pacto donde Tu nos has colocado en Tu Iglesia.

Y ahora, estando bajo el Nuevo Pacto, en una nueva Dispensación, y estando bajo ese Nuevo Pacto y bajo la Sangre del Nuevo Pacto, Señor, Te pedimos que nos cuides, nos guardes, guardes a cada Primogénito Tuyo, preserves sus vidas, los preserves con Vida eterna, y nos ayudes y nos uses grandemente en este Día Postrero, y en este nuevo año que comenzará en esta noche y en este nuevo siglo y en este nuevo Milenio.

Ayúdanos a caminar más cerca de Ti, cumpliendo todos Tus preceptos, toda Tu Palabra, cumpliendo toda Tu voluntad. Fortalécenos y ayúdanos, y pon en nosotros siempre el querer como el hacer también, y la fortaleza para hacer siempre conforme a Tu voluntad.

Señor, Dios Todopoderoso, que Tus Arcángeles con Sus Ejércitos estén siempre con nosotros, los Arcángeles Miguel y Gabriel con Sus Ejércitos, protegiendo, protegiéndonos, protegiendo a Tu Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, y protegiendo a cada miembro de Tu Iglesia en este tiempo final.

Y que la revelación divina fluya en medio de Tu Iglesia y en el alma de cada creyente, y fluya a través del Mensaje de este Día Postrero, el Mensaje del Evangelio del Reino. Y seamos todos llenos del conocimiento de Tu Gloria, y seamos llenos de todo ese conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, donde el tiempo de las siete edades se ha cumplido.

Y ahora, Dios Eterno, en Tus manos encomiendo a Tu Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y encomiendo a cada miembro de Tu Iglesia y me encomiendo también yo, me encomiendo a Ti. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, esperamos unos momentos mientras termina el tiempo del último año del siglo XX y comienza el primer año del siglo XXI, y termina el siglo o el Milenio Segundo de Cristo hacía acá y  comienza el Milenio Tercero de Cristo hacía acá, en el cual esperamos grandes bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.

Aunque el mundo cada día lo que espera son más y más problemas, nosotros como miembros del Cuerpo Místico de Cristo esperamos más y más bendiciones de parte de nuestro amado Señor Jesucristo.

¿Qué hora tenemos Miguel? ¿Cuántos? ¿7? 17 minutos, 15 minutos más o menos para terminar el año y comenzar el nuevo año. O sea, que hemos tenido casi media hora desde que comenzamos a orar y a presentar a la Iglesia de Jesucristo ante la Presencia de Jesucristo, ante la presencia de Dios, y presentar a cada miembro de la Iglesia de Jesucristo (aquí presentes y también los que están en otras naciones).

Es un momento muy importante, estos últimos minutos del siglo XX, para dar paso luego al siglo XXI.

Y ahora, mientras llega ese momento, podemos tener algún cántico, algún cántico en el cual podamos expresar nuestro agradecimiento a Dios, y darle gloria y honra a nuestro amado Señor Jesucristo por las bendiciones que El nos ha dado en este año 2000.

¿Cuál es el cántico que tienen? Vamos a pedirle a Félix que pase acá para un cántico, mientras esperamos que termine el año 2000 y comience el año 2001.

Así que, vamos a esperar ese momento, glorificando a Cristo, dándole gracias por Sus bendiciones con nuestro Cántico, y con nuestra alma rendida a Cristo.

Mientras se aproxima la despedida del año, escuchamos explosiones, y así también es dando la despedida a la Sexta Dispensación con los Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. ¿Ven?, que en la despedida del año hay explosiones, truenos, petardos y todas esas cosas, y en la despedida de la Dispensación de la Gracia hay Truenos también, los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10.

Cuando desde el estudio ya tengan las 12:00 de la media noche, nos pueden dar unas campanadas, para entonces saber que estamos en la media noche, en la despedida del año. Faltan todavía 10 minutos para la media noche.

Los Jóvenes de Puerto Rico interpretan el cántico

“UN CANTO ESPECIAL:”

Ha llegado ya el tiempo de un entrelace Milenial,

donde grandes bendiciones Jesucristo nos dará.

En el Ángel del Señor Dios las ha manifestado.

Y es una gran bendición que a Su pueblo ha revelado.

Un canto especial en este milenio,

trabajaré más con mi Señor en Su Reino.

Y amaré más a todos mis hermanos.

//Y alabaré más al Dios de los Cielos que mi vida me ha dado.

Levántate y canta esta canción,

un cántico nuevo que traigo del corazón.

Rompiendo barreras tus sueños no serán limitados.

//Y pídele a Dios que este nuevo año seamos transformados.

CORO

Canta a Cristo, alaba a Cristo, en esta nueva edad,

junto a Su Ángel le alabaremos cada día más y más.

Canta a Cristo, alaba a Cristo, en esta nueva edad,

junto a Su Ángel le alabaremos en el Milenio y por la Eternidad.

ALEGRES Y JUBILOSOS HOY LE CANTAMOS AL REY DE REYES, EN ESTA NOCHE TAN ESPECIAL. ESPERAMOS EN ESTE NUEVO AÑO GRANDES BENDICIONES DE PARTE DE DIOS, SEGUIR TRABAJANDO EN SU OBRA, ESPERANDO NUESTRA TRANSFORMACIÓN.

Y QUE ESTE ENTRELACE MILENIAL SEA DE GRAN BENDICIÓN PARA NUESTRO ÁNGEL MENSAJERO: WILLIAM SOTO SANTIAGO, Y PARA CADA UNO DE NOSOTROS.

Tres minutos para la media noche. En esos tres minutos quiero decirle a ustedes: que les agradezco todo lo que ustedes han hecho en la Obra de Cristo, todo el trabajo que han llevado a cabo todas las personas que han trabajado en la Obra de Cristo aquí en Cayey, tanto en la Carpa en los diferentes trabajos que se han realizado, como las demás personas que han trabajado en una forma o en otra forma aquí en la Iglesia en Puerto Rico, en Cayey y en diferentes lugares de Puerto Rico, y también en la América Latina y el Caribe. Todos los que han trabajado, que Dios les bendiga grandemente también. Y que para el próximo año trabajen más en la Obra de Cristo, Cristo les dé más bendición y oportunidad para trabajar en Su Obra, y también use más personas en Su Obra el próximo año.

Y ahora, le damos gracias a Cristo por Sus bendiciones recibidas en este año 2000. Oremos:

¡Oh, Dios Eterno, Padre Celestial! En el Nombre del Señor Jesucristo Te damos gracias por las bendiciones que nos has dado en este año 2000.

Te damos gracias por la oportunidad de trabajar en Tu Obra. Te damos gracias por usarnos en Tu Obra, y Te damos gracias por el trabajo o los trabajos que nos has dado, tanto en Tu Obra como también para el sostén de nuestras familias. Te damos gracias por el dinero que nos has provisto en este año que está terminando.

Te damos gracias también por todo lo que nos has dado: la salud, la familia, los hijos, y toda bendición que nos has dado en este año que está terminando. Gracias por el aire que nos has dado para respirar, por el agua, por los alimentos y por todo lo que nos has dado para poder vivir en esta Tierra.

Te damos gracias por las bendiciones espirituales y las bendiciones materiales que nos has dado en este año 2000. Gracias por usarnos en Tu Obra en este año 2000. Y nos ponemos en Tus manos, para que nos uses en este próximo año 2001 y no haya limitaciones en cuanto a lo que Tú hagas a través de nosotros.

En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo Te damos gracias, Oh, Padre Celestial. Y Te pedimos nos uses en este próximo año también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Ya son las 12:00, son las 12:00 de la media noche, en donde le estamos diciendo con alegría al año 2000: Adiós. Fue un año maravilloso para nosotros, pero tenía que terminar para dar paso al año 2001, donde Cristo tendrá también grandes bendiciones para cada uno de ustedes y para mí también.

“EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO.”

El tiempo del año 2000 se ha cumplido, se acabó el tiempo del año 2000, y lo despedimos con gozo. Y también le damos la bienvenida al año 2001 con gozo, con alegría, con fe y con esperanza, sabiendo que Cristo tiene grandes bendiciones para todos nosotros.

Y que nuestro amado Señor Jesucristo nos dé salud y prosperidad espiritual y material a todos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Y que Su paz esté manifestada siempre en nuestra alma.

¿Ya entró el nuevo año Benjie? O sea, que lo que estamos viendo y escuchando, vean ustedes, comenzamos a verlo y a escucharlo, terminando, despidiendo el año 2000, y continuamos viendo todas estas cosas, comenzando el año 2001; porque se está entrelazando el año 2001 con el año 2000.

Así que, continúa todo el gozo, el regocijo y el ruido que comenzó a fines… en los últimos minutos del año 2000, y en el último minuto principalmente del año 2000, y continúa en los primeros minutos del año 2001. Y nosotros continuamos regocijados y dándole gracias a Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, para comenzar el año 2001, así como el pueblo hebreo comenzaba el año nuevo religioso con la pascua, que tipifica a Cristo, el Cordero Pascual, y luego la Santa Cena es en memoria de Cristo, el Cordero Pascual que murió por todos nosotros, para quitar nuestros pecados. Juan el Bautista presentando a Cristo dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”

Y por cuanto El como el Cordero de Dios quitó el pecado del mundo, El dijo, hablando de la pascua, el pan y el vino que El estaba allí tomando y dando a Sus discípulos, dijo del pan: “Este es mi cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego dijo: “Haced esto en memoria de mí.” Y luego tomando la copa de vino dijo: “Esta es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada, tomad.”

Y El dijo en San Lucas, capítulo 22, en Su última Cena: “Y tomó el pan y dio gracias…”  Capítulo 22, verso 19 en adelante:

“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”

Y ahora, en Corintios, Primera de Corintios, capítulo 11, versos 23 en adelante, dice San Pablo:

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

  Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”

Esto es lo que Cristo ordenó y San Pablo también lo enseñó, y esto es la Santa Cena, en donde tomamos el pan que representa el cuerpo de Cristo y el vino que representa la Sangre de Cristo, la Sangre del Nuevo Pacto, en el cual El nos ha colocado cuando lo hemos recibido como nuestro Salvador, para así ser preservada la vida de nuestras almas y vivir eternamente con nuestro amado Señor Jesucristo.

Así como el cordero pascual fue sacrificado en Egipto, en el tiempo de Moisés para la preservación de los primogénitos; ahora, el Cordero de Dios, Jesucristo, fue sacrificado para la preservación de los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y así como salieron libres los hebreos, salen libres todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, porque entran al Nuevo Pacto bajo la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y recordamos la muerte del Señor Jesucristo en cada ocasión en que tomamos la Santa Cena, en donde el pan representa el cuerpo de Cristo crucificado y el vino representa la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario.

Y ahora, estaremos tomando la Santa Cena en memoria del Señor Jesucristo, recordando la muerte de nuestro amado Señor Jesucristo. Y luego estaremos llevando a cabo el lavatorio de pies, el cual Cristo realizó en la última pascua, luego de haber cenado.

Y en San Juan, capítulo 13, verso 3 al 17, dice:

“Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.

Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.

Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.

Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.”

Y ahora, continuemos viendo lo que sigue diciendo Jesús:

“Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?

Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.

Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debeis lavaros los pies los unos a los otros.

Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.

Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.”

Tanto la Santa Cena como el Lavatorio de Pies está basado en las Palabras de nuestro amado Señor Jesucristo, y son amabas cosas un memorial.

Y ahora, pasaremos al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para que dé paso a la Santa Cena y al Lavatorio de Pies.

Y que Cristo, nuestro Salvador, en este año 2001 nos bendiga grandemente con todas las bendiciones del Trono de Dios prometidas para Su Iglesia y para cada miembro de Su Iglesia para este tiempo final. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Y nos dedicamos a Cristo para servirle en este año 2001 con toda nuestra alma, con toda nuestra mente, y con todas nuestras fuerzas. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Bueno, con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para dar paso a la Santa Cena y el Lavatorio de Pies.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos.

“EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO”.

Scroll al inicio