Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
En este año esperamos grandes bendiciones de parte de Dios, conforme a como El ha prometido, y aunque el mundo se encuentra en dificultades, con todo y eso nosotros esperamos bendiciones de parte de Dios. El mundo está convulsionado en todos sus campos: en lo político, en lo religioso, en lo económico, y también el planeta Tierra se encuentra en la misma situación.
En el día de ayer hubo un terremoto de 7.6° (siete punto seis grados), en Centro América. Y sentimos mucho todo lo que ha sucedido. El Salvador es el lugar más afectado; y esto es a causa de que el planeta Tierra también está convulsionado, con dolores de parto, porque será renovado el planeta Tierra para Cristo establecer Su Reino Milenial, y tener el planeta Tierra un Reino de paz, de amor, y de felicidad para los que estarán viviendo en ese glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Que Dios bendiga a nuestros hermanos en el Salvador y en todo Centro América, y los fortalezca y los ayude en todo, y nos proteja a nosotros y a ellos también.
En esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 3, versos 18 al 23, donde dice:
“Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.
Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable;
y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
En nuestro tema: “LA TRAYECTORIA DE LA REDENCION,” veremos en esta ocasión: “La Redención o la restauración de: el hombre, la Tierra, la Iglesia e Israel.” O sea, el hombre… vamos a ponerlo en orden: “EL HOMBRE, LA IGLESIA, ISRAEL Y EL PLANETA TIERRA.”
En esta mañana estuvimos viendo la Redención del hombre, del ser humano, y en esta ocasión veremos la Redención, la restauración de Israel, de la Iglesia como Cuerpo Místico, y de Israel, y del planeta Tierra.
Dios para redimir al ser humano llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, porque el ser humano estaba perdido, y eso es lo mismo que ha sucedido con el planeta Tierra, con Israel y con la Iglesia.
Y ahora, veamos a la Iglesia del Señor Jesucristo, cómo luego de nacer el Día de Pentecostés, luego entraron en diferentes etapas, y el paganismo entró en medio del cristianismo, y fue perseguido el verdadero cristiano en tiempos pasados, en los primeros siglos. Y luego entró el tiempo o edades del oscurantismo en donde parecía que toda la simiente de Dios sería extirpada del planeta Tierra, como hizo Caín con Abel.
Y bajo las persecuciones que lanzaron en contra de los verdaderos cristianos, la Luz de Dios en esas edades estuvo en una cantidad muy pequeña; se llenó de oscuridad el cristianismo con esas persecuciones y matanzas que ocurrieron contra los cristianos por muchos siglos. Y fue algo muy terrible en medio del cristianismo lo que estuvo ocurriendo: era nada menos que la cizaña levantándose en contra del trigo, Caín levantándose en contra de Abel, Judas levantándose en contra de Cristo, la simiente de la serpiente levantándose en contra de la simiente de la mujer.
Y ahora, luego que han transcurrido esas edades del oscurantismo, la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado siendo restaurada, y ha entrado en sus diferentes etapas de restauración; comenzaron esas etapas de restauración con Lutero, y esa etapa corresponde a Justificación. Así como para la restauración del ser humano, al recibir a Cristo como Su Salvador, entra a esas etapas de justificación y queda como si nunca hubiera pecado, porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado; y al creer en Cristo, la persona recibe el perdón de sus pecados, y entra a esas diferentes etapas de justificación, santificación y bautismo del Espíritu Santo; y para el Día Postrero recibirá la plenitud del Espíritu Santo, que será la transformación de nuestros cuerpos.
Esas mismas etapas son por las cuales pasa la Iglesia del Señor Jesucristo como Iglesia, como Cuerpo Místico de creyentes. Con esa etapa en donde Dios levantó a Martín Lutero, comenzó la etapa de Justificación para la Iglesia. Luego cuando Dios levantó a John Wesley, comenzó la etapa de Santificación para la Iglesia del Señor Jesucristo.
La quinta edad, la etapa de Justificación con Lutero. La sexta edad, la etapa de Santificación con Wesley. La séptima edad, la etapa de Bautismo del Espíritu Santo; esto corresponde a las primicias, y corresponde a la restauración de los dones en la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde Dios levantó al Rvdo. William Branham como el Mensajero de la séptima edad de la Iglesia y como precursor de la Segunda Venida de Cristo. Y con ese Mensaje del Rvdo. William Branham, la Segunda Venida de Cristo es precursada; o sea, que el Mensaje del precursor, precursa la Segunda Venida de Cristo. Por eso el Rvdo. William Branham dijo: “Este Mensaje precursará la Segunda Venida de Cristo, introducirá a Cristo al mundo.”
Aunque se haya ido el precursor, el Rvdo. William Branham con el espíritu y virtud de Elías, quedó Su Mensaje para introducir la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, el Mensaje del Rvdo. William Branham estará siendo mostrado en este tiempo final, porque ese Mensaje muestra lo que será la Segunda Venida de Cristo; así como Juan el Bautista con su Mensaje mostró lo que fue la Primera Venida de Cristo, cuando mostró, señaló a Jesús y dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Era Jesús, primo de Juan el Bautista por parte de Elisabet y María, las cuales eran parientas.
Y para este tiempo final el Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo introducirá, precursará la Segunda Venida de Cristo, porque tiene que ser conforme a como Dios dijo a través del precursor de la Segunda Venida de Cristo. Así como la Primera Venida de Cristo fue conforme a como dijo Juan el Bautista, fue por medio del hombre que Juan el Bautista señaló: y eso era nada menos que el Verbo, la Palabra hecha carne en Jesús de Nazaret, en donde estaba el Pilar de Fuego, la Columna de Fuego, el Angel del Pacto hecho carne en medio del pueblo hebreo; fue la Venida del Verbo, la Palabra en carne humana. Eso será también la Segunda Venida de Cristo: la Venida del Verbo, la Palabra en carne humana. Eso será la Venida del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19.
Y ahora, todo esto será para la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo, la restauración de la Iglesia, y la Iglesia será restaurada totalmente a su posición correcta, con Vida eterna, y con la manifestación de Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; para así la Iglesia obtener la restauración total con la plenitud del Espíritu Santo en medio de ella, llevando a cabo la labor correspondiente a este tiempo final.
Y los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrán en el Día Postrero la bendición de la transformación de sus cuerpos, porque la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes es transformada, y por consiguiente los miembros de Su Iglesia serán transformados físicamente también. Para este tiempo final la Iglesia del Señor Jesucristo será una Iglesia joven como Cuerpo Místico de creyentes, no será una Iglesia anciana, sino una Iglesia jovencita; porque eso tipifica también lo que seremos todos nosotros en el cuerpo nuevo que hemos de recibir: seremos personas jovencitas que estaremos representando de 18 a 21 años de edad. Por lo tanto, la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, será jovencita en la Edad de la Piedra Angular.
La Iglesia en la Edad de la Piedra Angular no será una Iglesia de muchos siglos, sino una Iglesia rejuvenecida, una Iglesia restaurada a su posición original. Y Cristo estará en medio de Su Iglesia, manifestado en Espíritu Santo a través de Su Angel Mensajero. Por lo tanto, esa Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, será la Iglesia que continuará para el Reino Milenial; y por consiguiente a esa Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, en esta etapa de la Edad de la Piedra Angular, se unirán los santos de las edades pasadas cuando resuciten.
Miren ustedes: cuando los santos del Antiguo Testamento resucitaron, resucitaron con Cristo, y quedaron unidos a Cristo y con Cristo. Y los santos que resucitarán en el Día Postrero, resucitarán con Cristo en Su Segunda Venida, y estarán unidos a Cristo, y por consiguiente estarán en este tiempo final en la Iglesia del Señor Jesucristo, en la edad correspondiente a este tiempo final, que es la Edad de la Piedra Angular. O sea, que ellos no resucitarán para irse para una edad que ya pasó, sino que ellos resucitarán para estar en una edad que está vigente, que es la Edad de la Piedra Angular.
En palabras más claras: ellos no resucitarán para irse a una etapa pasada. Ellos aparecerán para estar con nosotros en la Edad de la Piedra Angular; y así el grupo de la Edad de la Piedra Angular crecerá, y será un grupo grande, cuando se unan al grupo de la Edad de la Piedra Angular todos los santos de las edades pasadas, que son millones. Por lo tanto, tendremos un gran congreso aquí en la Tierra, una gran convención aquí en la Tierra, y serán todos jovencitos, porque los que vendrán serán jovencitos en cuerpos glorificados, y entonces cuando nosotros los veamos seremos transformados.
Y así será como físicamente los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de las edades pasadas, serán restaurados a la Vida eterna con cuerpos eternos, y nosotros seremos restaurados a la Vida eterna físicamente con cuerpos eternos; esa es la parte física que para este tiempo final Cristo llevará a cabo. El dijo, hablando de los creyentes en El, los cuales (los de aquel tiempo) partirían físicamente en algún momento. El dijo: “Y Yo les resucitaré en el Día Postrero.”
Hay una resurrección prometida para ser llevada a cabo en el Día Postrero, y es la resurrección de los creyentes en Cristo de edades pasadas, y hay una transformación para los que estarán vivos en el Día Postrero, y que permanecerán vivos hasta que Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, y se levante del Trono, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo y reclame todos los que El ha redimido con Su Sangre Preciosa, y resucite a los muertos creyentes en El y a nosotros nos transforme.
Por lo tanto hay una promesa de transformación para personas que estarán vivos y que no verán muerte, sino que lo que verán será una transformación. Esas personas estarán recibiendo la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final, ellos serán la Palabra hecha carne de la Edad de la Piedra Angular. Así como los creyentes de cada edad fueron la Palabra hecha carne para la edad en que ellos vivieron, o sea, la Iglesia del Señor Jesucristo en cada edad fue la Palabra hecha carne, en ella estuvo Cristo en Espíritu Santo con Su Mensaje correspondiente a ese tiempo, manifestado a través del Mensajero correspondiente a cada edad.
La Palabra viene al Mensajero y en el Mensajero, el cual es levantado en medio del Cuerpo Místico de Cristo. Cuando aparece ese Mensajero con ese Mensaje, ha llegado el Espíritu Santo a la Iglesia en Su manifestación correspondiente a ese tiempo. Y por consiguiente la Palabra está manifestada en carne en el Mensajero de esa edad, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo; y los que son de Dios, oyen la Voz de Dios por medio de ese Mensajero que Cristo envía para ese tiempo.
Vean lo que dijo el Rvdo. William Branham en el libro de las “Siete edades,” página 265:
“Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el Mensajero de cada edad. Ellos reciben de El la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo Jesús. Estos Mensajeros son llamados estrellas porque brillan con una Luz prestada o reflejada, la Luz del Hijo, Jesús. También son llamados estrellas porque son ‘portadores de luz’ en la noche. Así que en la oscuridad del pecado, ellos traen la Luz de Dios a Su pueblo.”
Ahora, vean la labor que Cristo en Espíritu Santo hace por medio de esos Mensajeros: trae, se identifica con cada uno de esos Mensajeros en cada edad, trae la revelación divina para esa edad a ese Mensajero, ese Mensajero la habla, la da al pueblo, y con ese Mensaje que habla son llamados y juntados los escogidos de Dios de esa edad, y son colocados en el Cuerpo Místico de Cristo en unión con Cristo, para así estar sellados en el Reino de Dios, el Reino de Jesucristo, estar sellados con el Espíritu Santo, como individuos y como parte del Cuerpo Místico de Cristo.
Cada hijo e hija de Dios de cada edad vino a ser parte de esa Palabra de Dios correspondiente a la edad en que vivió, la recibió y se hizo carne en él esa Palabra de Dios correspondiente a esa edad; por lo tanto se hizo carne en el Cuerpo Místico de Cristo la Palabra de Dios de esa edad, y se hizo carne en los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, la Palabra prometida para cada edad; por lo tanto vinieron a ser parte del Cuerpo Místico de Cristo, la parte correspondiente a esa edad.
Y ahora, nosotros estamos viviendo en la parte de la Edad de la Piedra Angular, que es la parte de la Cabeza del Cuerpo Místico de Cristo. Así como en el reino de los gentiles la cabeza de oro era el imperio o reino del rey Nabucodonosor, del cual él era el rey o emperador.
Ahora, Cristo en Su Iglesia es el Señor de Su Iglesia, y es Rey de reyes y Señor de señores. Es la edad en que Cristo es coronado por los santos de las edades pasadas con Sus Mensajeros y por los escogidos de este tiempo final. Es en la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Cabeza, que es la Edad eterna de la Iglesia de Jesucristo, donde Cristo cumplirá Su Segunda Venida cuando se levante del Trono del Padre.
Es a Su Iglesia en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que Cristo en este tiempo final vendrá, al levantarse del Trono del Padre y reclamará a todos los que El ha redimido con Su Sangre, los que han partido los resucitará y a nosotros los que vivimos nos transformará, y así nos restaurará físicamente a la Vida eterna, dándonos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y así restaurará a la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, la restaurará a Vida eterna, y será una Iglesia que continuará para el Milenio y para toda la eternidad.
La Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, es la que recibirá la plenitud de Cristo, la plenitud de Dios en este tiempo final. Cristo se manifestará en toda Su plenitud en medio de Su Iglesia, y hará las cosas que El ha prometido hacer. Y el pueblo hebreo cuando vea esas grandes maravillas que El estará haciendo, dirá: “¡Este es el que nosotros estamos esperando!” Pero Cristo no viene por el pueblo hebreo, sino que viene por Su Iglesia en este tiempo final.
La Iglesia del Señor Jesucristo es el Israel Celestial. Por lo tanto, es restaurado primero el Israel Celestial, que es la Iglesia de Jesucristo, es restaurado como Cuerpo Místico a una edad eterna, y es restaurado cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo a Vida eterna, al recibir un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, el cual pronto hemos de recibir, tanto nosotros los que vivimos como los muertos en Cristo cuando sean resucitados en cuerpos eternos. Y así se llevará a cabo la restauración de todas las cosas para nosotros como individuos, y para la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.
Y para Israel como nación, la restauración de Israel está prometida en Joel; en la restauración de Israel están – está la restauración también de la Iglesia, que es el Israel Celestial. O sea, que lo que aplica al pueblo hebreo, aplica también a la Iglesia del Señor Jesucristo; porque ambos son el Israel de Dios, el terrenal, el pueblo hebreo, y el Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso, así como Dios llamó al pueblo hebreo de Egipto, El ha llamado a Su Iglesia del mundo, del Egipto espiritual, del reino del maligno, el reino de Satanás, y nos ha trasladado al Reino de Jesucristo.
Y ahora, el Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, tiene grandes promesas para este tiempo final, promesas de restauración a la Vida eterna física, para la Iglesia del Señor Jesucristo obtener la transformación de los que la componen en este tiempo final, y los que fueron parte de la Iglesia en edades pasadas. Todos serán restaurados a la Vida eterna en cuerpos eternos, y la Iglesia del Señor Jesucristo así será glorificada como Iglesia, como Cuerpo Místico de creyentes, y como individuos los miembros de la Iglesia de Jesucristo.
El llama y junta a Sus escogidos en este tiempo final, por medio del cumplimiento de la promesa de Mateo, San Mateo, capítulo 24, versos 31, donde dice:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”
Eso es también lo que está prometido en la parábola del trigo y de la cizaña, donde el Hijo del Hombre envía Sus Angeles, los cuales son los Dos Olivos, o sea, los ministerios de Moisés y Elías, para recoger el trigo en el Alfolí de Dios, pero la cizaña será echada, atada y echada en el horno de fuego donde será el lloro y el crujir de dientes, será echada la cizaña a la gran tribulación, donde el fuego atómico quemará la cizaña.
Y con los juicios de la gran tribulación que caen a la Tierra (bajo el Séptimo Sello que es donde están todos esos juicios), la Tierra será impactada por esos juicios divinos, la humanidad como seres humanos también, y los que queden en la Tierra serán impactados por esos juicios divinos, y por consiguiente habrá un cambio en el mundo, en este mundo; los reinos de este mundo serán quitados de manos del diablo, y los reinos de este mundo vendrán a ser de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ya no habrán gobiernos como los hay en la actualidad en las diferentes naciones, que son elegidos por el voto del pueblo, y en otros países en diferentes formas también; para el glorioso Reino Milenial Cristo será el que gobernará, habrá un sólo Reino que gobernará el planeta Tierra completo. Y en ese Reino Cristo tendrá a Sus Apóstoles y a Sus Mensajeros y a los patriarcas en posiciones muy importantes, gobernando en el Reino de Cristo, y Cristo es la Cabeza de ese Reino, el Rey de ese Reino Milenial que está prometido para comenzar en el Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacia acá.
Conforme al calendario gregoriano ya ha comenzado ese Séptimo Milenio, ya ha comenzado el primer siglo de ese nuevo milenio, y ha comenzado el primer año de ese nuevo milenio conforme al calendario gregoriano que se usa en la mayor parte de naciones gentiles. O sea, que el día primero de enero de este mismo año comenzó el Tercer Milenio de Cristo hacia acá o Séptimo Milenio de Adán hacia acá.
Y en algún año de este nuevo milenio que ha comenzado, Cristo terminará Su Obra de Intercesión, se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, lo abrirá en el Cielo y reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre, vendrá con ese Título de Propiedad, resucitará a los muertos en Cristo, los traerá del Paraíso, los traerá a la Tierra, les dará un cuerpo glorificado y eterno, y a nosotros los que vivimos nos transformará. Por eso es que El a Sus escogidos en cada edad los ha llamado y los ha juntado, por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo a través del Mensajero de cada edad, y los ha colocado en el Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia, y han perseverado sirviendo a Cristo en la edad que les ha tocado vivir.
Y ahora, nosotros estamos perseverando en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular. Y la mayoría de nosotros no verá muerte, hasta que los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados. Por lo tanto cuide su cuerpo físico, trátelo bien, y no haga desarreglos contra su cuerpo, y no peque contra Dios; porque el pecado trae consecuencias para el alma, para el espíritu, y para el cuerpo también; porque la paga del pecado es muerte. Por lo tanto, cuidemos nuestros cuerpos, estemos con nuestros pecados confesados a Cristo, arrepentidos de nuestros pecados, y estemos viviendo conforme a la voluntad de Cristo.
Pronto vamos a ser restaurados a la Vida eterna, físicamente seremos restaurados. Ya tenemos Vida eterna en nuestro interior, hemos recibido esa transformación interior, pero pronto recibiremos esa transformación física que Cristo ha prometido para cada uno de ustedes y para mí también. Y así la Iglesia del Señor Jesucristo recibirá esa restauración, la restauración de todas las cosas que perdió Adán y Eva en la caída; y así nosotros como individuos recibiremos esa restauración total, seremos restaurados a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída, y nosotros estaremos restaurados con cuerpos eternos y glorificados, como el cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. Para eso Cristo vino en Su Primera Venida: para llevar a cabo la Obra de Redención, para restaurarnos a todos nosotros a la Vida eterna.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, es restaurada en este tiempo final, y por consiguiente será restaurada al Reino, y el Reino será restaurado a la Iglesia de Jesucristo, porque será restaurado el Reino de Dios en este planeta Tierra. Cristo será el que llevará a cabo esa restauración del Reino de Dios en este planeta Tierra. Por eso El dijo, enseñando a orar a Sus discípulos, les dijo que orasen pidiendo – que oraran pidiendo: “Venga Tu Reino, hágase Tú voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra.” Así será en el glorioso Reino Milenial, pero primero es así en el alma de cada hijo de Dios, y en la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes.
La Iglesia del Señor Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa de este tiempo final, continuará sin desaparecer, seguirá siendo el grupo de la Edad de la Piedra Angular, aunque algunos de los nuestros partan, continuará la Edad de la Piedra Angular, porque es una edad eterna. Las otras edades tuvieron un tiempo y cesaron, pero la Edad de la Piedra Angular continuará por todo el tiempo que nos falta para ser transformados, y por el Milenio y por toda la eternidad.
Todo el Cuerpo Místico de Cristo cuando sea juntado, sean resucitados los que han partido y nosotros transformados, será el grupo de la Edad de Oro. Ellos vienen para la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular. Y así la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrá Su restauración total.
Es en medio de Su Iglesia en donde el pueblo hebreo verá a Cristo manifestado en toda Su plenitud en este tiempo final; es ahí donde Cristo estará llevando a cabo el cumplimiento de todas Sus promesas correspondientes a este tiempo final, a la Edad de la Piedra Angular, en donde El entrelaza una nueva dispensación con la Dispensación de la Gracia, y también entrelaza un nuevo Mensaje dispensacional, el Mensaje de la Dispensación del Reino con el Mensaje de la Dispensación de la Gracia. Como lo hizo en Su Primera Venida: que entrelazó el Mensaje de la Dispensación de la Gracia, con el Mensaje de la Dispensación de la Ley, y entrelazó la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley; así también para este tiempo final El estaría haciendo.
Y ahora, cuando el pueblo hebreo vea a Cristo manifestado en toda Su plenitud, cuando Cristo haya completado Su Iglesia y resucite a los creyentes en El que han partido y nos transforme a nosotros, entonces Cristo estará manifestado en toda Su plenitud, el poder de Dios estará en toda Su plenitud manifestado en Su Iglesia, y grandes maravillas, milagros y señales, serán llevados a cabo; porque estará restaurada la Iglesia del Señor Jesucristo en toda Su plenitud con cuerpos eternos, cuerpos inmortales y glorificados, y estaremos aquí en la Tierra unos 30 ó 40 días, con esos cuerpos nuevos en esa manifestación plena del Espíritu Santo, de Jesucristo, el Angel del Pacto, y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Cuando tengamos el nuevo cuerpo, entonces veremos a Cristo en y con Su cuerpo glorificado, mientras tanto estaremos viendo a Cristo manifestado por medio de Su Angel Mensajero, como fue visto Cristo manifestado en cada edad, por medio del Angel Mensajero de cada edad. El ministerio en cada edad fue la manifestación de Cristo en el Angel Mensajero de cada edad, llevando a cabo la Obra correspondiente a cada edad.
El ministerio de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, es la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en el Angel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es el mismo Angel que le dio a Juan la revelación del libro del Apocalipsis, es el mismo Angel Mensajero, el mismo Profeta Mensajero que envía Cristo a Su Iglesia para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y cuando el pueblo hebreo vea esa manifestación de Cristo en toda Su plenitud, cuando Cristo se manifieste en toda Su plenitud al resucitar a los creyentes en El en cuerpos eternos y transformarnos a nosotros, el pueblo hebreo dirá: “¡Este es el que nosotros estamos esperando!” Y entonces comenzará esa etapa gloriosa de la restauración de Israel, en donde ciento cuarenta y cuatro mil hebreos serán restaurados, y en donde el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Vida entrará a ellos, y así Israel recibirá la restauración.
Luego de la gran tribulación tendremos a Israel como la nación cabeza de todas las naciones de la Tierra, porque el pueblo hebreo como nación es la nación primogénita de Dios.
Durante el Reino Milenial ya se formarán naciones, nuevas naciones en este planeta Tierra; porque las naciones que existen en la actualidad, la mayor parte de ellas, desaparecerán (como nación). Pero serán creadas por Dios nuevas naciones.
En el Reino Milenial de Cristo, la nación principal será la nación hebrea, el pueblo hebreo y el territorio hebreo, y es ahí donde estará el Trono de Cristo, donde Cristo estará como Rey de reyes y Señor de señores, ese es el Trono de David, donde se sentará Cristo como Heredero de David, y por consiguiente Heredero al Trono de David. Desde ese Trono Cristo gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, y sentará con El en ese Trono al Vencedor de este tiempo final, de la Edad de la Piedra Angular, que será el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, el cual es el Angel del Señor Jesucristo enviado a Juan el Apóstol.
Así como Cristo envió a Su Angel a Juan el Apóstol, lo enviaría a Su Iglesia en este tiempo final, pero en carne humana, para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Y así la Iglesia del Señor Jesucristo tendrá a Cristo en Espíritu Santo en medio de Ella, manifestándose y preparándonos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y el pueblo hebreo será restaurado como nación, con el Espíritu de Dios en medio de ellos, en la manifestación del Espíritu de Dios en medio del pueblo hebreo, a través del Mensajero de Jesucristo para el Día Postrero. Así es como regresa el Espíritu de Vida, el Espíritu de Dios al pueblo hebreo, y el Espíritu de Dios estará en medio del pueblo hebreo, en ese Reino Milenial, sentado sobre el Trono de David, estará gobernando Cristo sobre el pueblo hebreo, y eso será el Reino de Dios establecido en la Tierra, y el Trono en medio del pueblo hebreo en Jerusalén.
Ahí estarán también los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo con Cristo, porque la Iglesia del Señor Jesucristo es la Reina, con Cristo, el Rey para ese glorioso Reino Milenial. Y así se llevará a cabo la restauración de Israel, del Israel terrenal, y será llevada a cabo también la restauración del Reino de Dios en este planeta Tierra.
Y ahora, la restauración de la Tierra, o sea, del planeta Tierra: la Tierra ha estado pasando por sus diferentes etapas, y con el diluvio en el tiempo de Noé, la Tierra pasó por la etapa de Justificación. O sea, que son diferentes etapas por las cuales la Tierra pasa para ser restaurada, ser restaurada para ser el lugar de morada de Dios con los hijos e hijas de Dios.
Y ahora, con esa etapa del diluvio la Tierra entró a la etapa de Justificación.
Luego, cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario y derramó Su Sangre sobre el planeta Tierra, la Tierra entró a la etapa de Santificación. Cristo santificó la Tierra con Su Sangre; así como nos santifica a nosotros, así como nos santificó a nosotros.
Y tendrá un bautismo de primicias de fuego durante la gran tribulación, fuego atómico, fuego volcánico, y así por el estilo. Pero al final del Reino Milenial tendrá el bautismo pleno de fuego, cuando termine el Reino Milenial, o sea, terminen los mil años del Reino Milenial y Dios resucite a todos los muertos de tiempos y edades pasadas que no pertenecieron al Cuerpo Místico de Cristo, ni pertenecieron a los santos que resucitaron con Cristo, entonces los que no habían resucitado serán resucitados (buenos y malos), para ir ante el juicio del Trono blanco, conforme a Apocalipsis, capítulo 20, donde dice…
Miren ustedes, durante los mil años del Reino Milenial, el diablo estará atado (estará atado), encerrado, atado por cadenas de circunstancias, y no molestará a los seres humanos por mil años; pero al final de los mil años será soltado el diablo.
Vean, capítulo 20 de Apocalipsis, dice (verso 1 en adelante):
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.”
Estos son los redimidos por la Sangre de Cristo, son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de edades pasadas y los de nuestro tiempo. “Pero los otros…” Estos son los que reinarán con Cristo por mil años en ese Reino Milenial.
“Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,
y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.”
Para ese tiempo, al terminar el Reino Milenial, serán resucitados todos los muertos de edades y dispensaciones y generaciones pasadas, los cuales no tuvieron parte en la primera resurrección, no tuvieron parte ni en la resurrección de los santos del Antiguo Testamento cuando Cristo resucitó, y tampoco tuvieron parte de la resurrección de los creyentes en Cristo, ni de la transformación de los que vivos serán transformados; por lo tanto tendrán que esperar al final del Reino Milenial para ser resucitados, y como también los que morirán durante el Reino Milenial, porque durante el Reino Milenial morirán personas de las naciones que entrarán al Reino Milenial.
O sea, personas que sobrevivirán a los juicios de la gran tribulación, pues entrarán al Reino Milenial vivos; pero durante el Reino Milenial se estará predicando el Evangelio del Reino, y tendrán un lapso de tiempo para creer, y el que no crea tendrá un lapso de tiempo de vida y morirá. Dice el libro del Profeta Isaías, que el niño morirá de 100 años, y el pecador será maldito a los 100 años; o sea, que no tiene derecho a pasar de 100 años de edad el pecador en el Reino Milenial de Cristo.
Y ahora, durante ese Reino Milenial, pues nosotros no tendremos problemas, porque estaremos en un cuerpo eterno.
Ahora, al final de ese Reino Milenial, al final de ese Milenio, miren lo que acontece (dice):
“…a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.”
O sea, que el diablo será libertado al final del Reino Milenial, y serán resucitados también todos los pecadores de todas las naciones. Por lo tanto, la Tierra estará llena de seres humanos resucitados, que vivieron en tiempos pasados, y el diablo los organizará, los engañará de nuevo, como los había engañado en el tiempo en que ellos habían vivido y en los territorios donde habían vivido, los engañará de nuevo.
No sabemos el lapso de tiempo que habrá cuando termine ese Reino Milenial, o sea, cuando se cumplan esos mil años, de ahí en adelante no sabemos cuánto tiempo habrá para la resurrección de los pecadores, y para el diablo organizarlos de nuevo, prepararlos, preparar almas y venir a rodear la ciudad de Jerusalén donde estará Cristo gobernando, reinando, y en donde estará la Iglesia de Jesucristo, y estarán los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos también, con Cristo y Su Iglesia; y rodearán la ciudad para dar un golpe de estado a Cristo y Su gobierno, pero del Cielo descendió fuego. Dice:
“…y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió (a todos).”
Como descendió fuego sobre Sodoma y Gomorra, cuando los Arcángeles Gabriel y Miguel fueron enviados allí. Así también descenderá fuego contra el diablo y ese ejército que él tendrá, que el diablo tendrá. Y dice:
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras (y fueron juzgados cada uno según sus obras).
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Ese es el juicio final para los pecadores, y para también las vírgenes fatuas y para todos los que no tuvieron parte en la primera resurrección. Los que no tuvieron parte en la resurrección de los santos del Antiguo Testamento, cuando Cristo resucitó y con El resucitó a los santos del Antiguo Testamento, pues todas esas personas del Antiguo Testamento que no resucitaron, resucitarán al final del Reino Milenial para ser juzgados por Cristo en el juicio del Trono blanco.
Y unos saldrán bien en el juicio y entrarán a la Vida eterna, los que tengan sus nombres escritos en el Libro de la Vida, y no hayan sido borrados sus nombres del Libro de la Vida, y los que salgan mal serán echados al lago de fuego; y el que no esté escrito en el Libro de la Vida, será lanzado en el lago de fuego.
Ahora, habrá algunos en todo tiempo, en toda edad y en toda dispensación, que no tendrán sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida. Dice en el capítulo 17, verso 8 del Apocalipsis:
“La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.”
Aquí nos muestra que hay personas que no están escritas en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo, o sea, que no están sus nombres escritos ahí en el Libro de la Vida, por consiguiente esas personas serán echadas en el lago de fuego allá al final del juicio final. Esas personas son engañadas por la bestia, esas personas son las que se maravillarán de la bestia, y no entenderán que la bestia es el diablo encarnado en un hombre, el anticristo, el hombre de pecado. Y no podrán comprender ese misterio, sino que se maravillarán de la bestia.
Ahora, podemos ver que hay personas que no tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida, y mucho menos en la sección del Libro de la Vida del Cordero, que es la sección de los que tienen parte en la primera resurrección, es la sección donde están escritos los nombres de aquellos que son redimidos por la Sangre de Cristo.
Y ahora, hemos visto lo que será el final, al final de los mil años del Reino Milenial, vendrá la resurrección, la segunda resurrección, para los que no tuvieron parte en la primera resurrección, y serán juzgados en el Trono blanco del Señor Jesucristo, Trono de juicio del Señor Jesucristo. Y luego, los que salgan mal serán echados al lago de fuego, los que salgan bien entrarán a eternidad, y entrarán por consiguiente al Reino de Dios para toda la eternidad.
Pero vean ustedes: la Iglesia del Señor Jesucristo y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo no serán juzgados, más bien, San Pablo dice: “¿No saben ustedes que los santos juzgarán al mundo y aún a los ángeles?” La Iglesia del Señor Jesucristo con sus miembros que estarán transformados con cuerpos eternos, estarán con Cristo, y serán la Corte del Señor Jesucristo para ese juicio final que se llevará a cabo. Y ahí serán juzgados los ángeles que se rebelaron en contra de Dios, y serán juzgados todos los que no creyeron la Palabra de Dios para el tiempo que les tocó vivir.
Cristo con Su Iglesia juzgará a la humanidad completa, a todos los que han vivido en este planeta Tierra. Y luego, los que salgan mal: para el lago de fuego, como dice Cristo en San Mateo, capítulo 25. Este juicio de las naciones tiene dos partes muy importantes; una parte se cumple en este tiempo final, y las naciones que salgan bien en ese juicio (que no es el juicio final), entrarán al Reino Milenial. Y luego, al final de los mil años habrá un juicio total.
En San Mateo, capítulo 25… vean, en esta misma forma en que serán juzgadas las naciones, serán juzgados también los individuos en el juicio final. Dice, capítulo 25, verso 31 en adelante:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria (o sea, en el Trono de David),
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”
Estas personas no son los escogidos, no son los miembros de la Iglesia de Jesucristo, sino que son las personas que saldrán bien en ese juicio, y también son las naciones que saldrán bien en ese juicio, y tendrán el derecho a entrar al Reino Milenial. Luego más abajo, el verso 40 en adelante, dice:
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”
Eso es hablándole a esas personas que entrarán a la Vida eterna en ese juicio, les dirá que será porque le hicieron bien a esos hermanos más pequeños de Cristo. ‘A estos mis hermanos más pequeños,’ son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora, las naciones que han perseguido a la Iglesia del Señor Jesucristo y que también han perseguido al pueblo hebreo, no tienen esperanza de existir para el Milenio y mucho menos para la eternidad. En lo que Cristo dice, vean, dice:
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”
O sea, que el infierno ha sido preparado por Dios, fue creado por Dios para el diablo y los ángeles caídos que se rebelaron en contra de Dios. Y ahí también serán echados todos aquellos que no han ayudado a la Iglesia de Jesucristo en el tiempo en que a ellos les tocó vivir; y también a las naciones que no han ayudado a la Iglesia del Señor Jesucristo, sino que la han perseguido, encontramos que la sentencia es que serán echadas en el infierno.
“Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”
Y ahí quedarán totalmente resueltos los problemas de la raza humana, los problemas de los individuos y los problemas de las naciones. Y los justos estarán en la eternidad, en el glorioso Reino eterno de nuestro amado Señor Jesucristo con Su Iglesia. Y habrá un lapso de tiempo en que la Tierra estará pasando por ese bautismo de fuego, y será quemado todo lo que no tiene derecho a vivir eternamente.
Todo lo que no estaba en la creación original, será deshecho, será quemado; por lo tanto el diablo será destruido, quemado en el lago de fuego, los ángeles que se rebelaron en contra de Dios y se fueron en favor del diablo, serán quemados en el lago de fuego; las naciones o gentes que no sirvieron a Cristo en el tiempo que les tocó vivir aquí en la Tierra, serán echados en el lago de fuego, o sea, los que no hicieron nada por Cristo y Su Iglesia serán echados en el lago de fuego. Y los que en el Antiguo Testamento no estuvieron al lado de los Mensajeros, de los Profetas que Dios envió, tendrán problemas también. Y los que en este tiempo final no harán nada en favor de la Iglesia de Jesucristo, sino que la perseguirán, la parte de esas personas será también el lago de fuego.
Y ahora, todos los que no tengan sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida, serán echados en el lago de fuego. Dice Apocalipsis (en ese juicio), dice:
“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego (Apocalipsis 20, verso 14 en adelante). Esta es la muerte segunda.
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Y así será erradicado del planeta Tierra el mal; el mal y también el mar, no habrá mares sino ríos; y también el mal, el pecado, el diablo y sus ángeles serán echados al lago de fuego; y de ahí en adelante no habrá más problemas en el planeta Tierra, no habrá más problemas en el Cielo, no habrá problemas —más— en medio de las huestes celestiales, no habrá problemas de ángeles rebelándose en contra de Dios, no habrá más pecado, no habrá más tristezas, no habrá más dolor, porque todas las cosas temporales habrán llegado a su final.
En el capítulo 21, verso 1 en adelante, de Apocalipsis, dice:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.”
De la Tierra surge un Monte alto a causa de los volcanes que surgirán, a causa de que la Tierra pasará por ese Bautismo de fuego; así como por medio del bautismo del Espíritu Santo ha estado surgiendo un Monte alto, la Iglesia del Señor Jesucristo, ese Reino de Cristo. Y al final del Milenio, cuando esta Tierra pase por fuego a causa de ese bautismo en fuego, fuego literal y fuego espiritual, surgirá un Monte alto en el territorio de Israel, porque los volcanes al hacer erupción y la Tierra estar en esa condición (pasando por fuego), formará un Monte alto en el territorio que en la actualidad es Jerusalén, y también todo Israel; y será un Monte gigante en donde los redimidos por Cristo vendrán, descenderán y habitarán en esa ciudad, en ese lugar que vendrá a ser la Nueva Jerusalén, para toda la eternidad, donde estará Cristo con Su Iglesia y estará Dios en esa ciudad.
El Trono de Dios y del Cordero estarán en esa ciudad, en la parte alta de esa ciudad, y los escogidos de Dios de cada edad estarán viviendo en esa ciudad, en la parte de la ciudad que les corresponde, de acuerdo a la parte que les tocó vivir en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Siendo que la ciudad es en forma de Monte, de mayor a menor: los que les tocó vivir en el tiempo del Antiguo Testamento, les toca vivir acá abajo, estarán aquí en la puerta, y en la puerta los patriarcas y también los doce Apóstoles, sentados en sus tronos, porque son 24 tronos. A ellos les toca esa parte, porque ese fue – esa fue la parte que ellos vivieron en su tiempo, en el Programa Espiritual, en la trayectoria de la Redención.
Y los del tiempo de los Apóstoles, les toca la parte baja de la ciudad, los del tiempo de la primera edad les toca un poquito más arriba, los del tiempo de la segunda edad les toca más arriba (un poco), los del tiempo de la tercera edad les toca más arriba, y así, va así subiendo cada grupo para vivir en la parte que le corresponde en esa ciudad.
Y ahora, ¿dónde nos toca a nosotros en esa ciudad? Si a nosotros nos ha tocado vivir en la Edad de la Piedra Angular, nos toca vivir allá en la etapa de la Piedra Angular, la parte alta de esa ciudad, y la parte alta de la ciudad es la más importante, ahí es donde estará el Trono de Cristo y el Trono de Dios. El Trono del Cordero estará ahí, y el Trono de Dios estará ahí; por lo tanto la séptima dimensión estará ahí manifestada en la parte alta de esa ciudad.
Y esa será la ciudad más importante del planeta Tierra y del universo completo, porque esa será la ciudad donde estará el Trono de Dios y del Cordero, para gobernar, no solamente en este planeta Tierra y sobre este planeta Tierra, sino sobre el universo completo. Y entonces todas esas galaxias con todas esas estrellas y todos esos planetas, serán poblados y serán gobernados por Cristo y Su Iglesia por toda la eternidad, y así el Reino de Dios estará gobernando en esta Tierra y en el universo completo, y todos estaremos en cuerpos eternos para toda la eternidad.
Ahora, no hemos sido nosotros los que hemos escogido una bendición tan grande, fue Dios el que la escogió para todos nosotros, y ha sido para Su Gloria. No es asunto de elección humana, sino de elección divina. El nos escogió en Cristo desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos sin mancha delante de El, es un Programa de Redención establecido por Dios, el cual se está llevando a cabo.
Y hemos visto la trayectoria de la Redención para cada persona como individuo, para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, para el pueblo hebreo como nación y para el planeta Tierra, en donde el universo completo recibirá también sus bendiciones.
Con la restauración del planeta Tierra para la eternidad, luego de ese juicio de fuego que vendrá sobre el planeta Tierra, el universo completo se beneficiará con la restauración del planeta Tierra, para el planeta Tierra existir por toda la eternidad. Y ya entonces será el planeta-casa de Dios, del Cordero y de la Iglesia del Señor Jesucristo y del pueblo hebreo, será el planeta más importante del universo completo. Y la ciudad será la ciudad más importante del universo completo, y el pueblo de esa ciudad será el pueblo más importante de los Cielos y de la Tierra, porque son los redimidos por la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahí también estarán Abraham, Isaac, Jacob y los Patriarcas y los Profetas del Antiguo Testamento. Allí también estará Adán, Abel, Set, toda esa descendencia de esos hombres de Dios, estará Matusalén, estará Enoc, estará también Noé, estará Moisés, estará Josué, estará el Profeta Elías, estará Abraham, el Padre de la fe, Isaac, Jacob, los patriarcas. Todos ellos estarán en esa ciudad. O sea, los escogidos del Antiguo Testamento estarán en cierto lugar determinado por Dios.
Ahora, cuando estemos en esa ciudad, entonces veremos con más claridad dónde estarán los santos del Antiguo Testamento. Pero a nosotros nos corresponde, sobre todo saber dónde estaremos nosotros en esa ciudad: estaremos en la parte más alta de esa ciudad. Por lo tanto, de todos los escogidos de Dios, que son los bienaventurados de Dios, los Primogénitos de Dios, los más bienaventurados son los de este tiempo final, que están en la Edad de la Piedra Angular. Así estaremos también nosotros colocados en esa nueva Jerusalén. Esto será en la restauración del planeta Tierra, en donde estará la Nueva Jerusalén.
Pero miren todo lo que sucederá con la restauración de la Tierra, se lleva a cabo en la restauración de cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y se lleva a cabo con la restauración de la Iglesia de Jesucristo y se lleva a cabo en la restauración del pueblo hebreo. Lo último que será restaurado será el planeta Tierra, en esa restauración.
Para ser transformado el planeta Tierra, tendrá una nueva forma, y será el planeta Tierra en forma de un trompo, que girará serenamente en ese Reino eterno de Cristo con Su Iglesia, en donde el Hijo entregará el Reino al Padre, conforme a Primera de Corintios, capítulo 15. Todo esto está en el Programa de la Redención, el Programa de la Restauración para el escogido de Dios que tiene su nombre en el Libro de la Vida del Cordero escrito, para la Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia de los Primogénitos de Dios, y para el pueblo hebreo, y para el planeta Tierra.
Ahora, hemos visto la restauración, la cual es para el individuo, la Iglesia, el pueblo hebreo y el planeta Tierra. Y hemos visto la trayectoria de la Redención, en donde esta restauración va llevándose a cabo en sus diferentes etapas.
Lo último que quedará restaurado será el planeta Tierra, pero ya ha comenzado la restauración del planeta Tierra con el diluvio, donde fue justificado, la Justificación del planeta Tierra.
Luego, con la Sangre de Cristo derramada sobre la Tierra, la Santificación del planeta Tierra. Ahí Cristo compró el planeta Tierra, pagó el precio de la Redención del planeta Tierra.
Luego vendrá el Reclamo del planeta Tierra y la purificación del planeta Tierra. Eso mismo es lo que sucede con el individuo creyente en Cristo, con la Iglesia y con el pueblo hebreo, en la trayectoria de la Redención.
Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: “LA TRAYECTORIA DE LA REDENCION.” En esta vista que hemos tenido, de la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo, de Israel, el pueblo hebreo, y del planeta Tierra.
En la mañana tuvimos una vista sobre la restauración del ser humano, en la trayectoria de la Redención.
Al ver la trayectoria de la Redención y ver que hay una restauración para el ser humano, para la Iglesia, para el pueblo hebreo y para el planeta Tierra; aunque el mundo esté en la condición que está, nuestra fe no desmaya, y nuestra esperanza es firme en lo que Dios ha prometido. Como Dios ha dicho, así El hará, y realizará la restauración del planeta Tierra y restaurará en el planeta Tierra el Reino de Dios, el gobierno de Dios bajo el reinado de Jesucristo nuestro amado Salvador, como Rey de reyes y Señor de señores.
Así que, aunque la Tierra tiemble y los montes se traspasen al corazón de la mar, no temeré mal alguno, porque Jehová está con nosotros [Nota – Salmo 46:2]. Jesucristo, el Angel del Pacto está con nosotros, en nuestra edad y en nuestro corazón. Nuestra alma, nuestro corazón está representado en la Edad de la Piedra Angular. Ese es el corazón de la Iglesia: la Edad de la Piedra Angular.
Esta ahí Cristo en la Edad de la Piedra Angular, en el corazón de Su Iglesia, y está en el corazón de cada uno de nosotros. Y en el Reino Milenial estará en el corazón de la Tierra que será la tierra de Israel, y sobre todo Jerusalén. Y en la eternidad estará en el corazón de la Tierra que será la Nueva Jerusalén. Y en la eternidad estará en el corazón del universo que será el planeta Tierra.
Vean lo importante que es el planeta Tierra para Dios en Su Programa de Redención. Por eso es que Dios colocó a Sus hijos en este planeta Tierra.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, en la trayectoria de la Redención, sean sobre cada uno de ustedes conforme a las bendiciones que El ha prometido para Su Iglesia y para cada miembro de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, se materialicen en cada uno de ustedes y en mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto los muertos en Cristo sean resucitados por Cristo, y nosotros los que vivimos seamos transformados, y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención amados hermanos y amigos presentes, y los que están a través de Internet; será hasta la próxima ocasión en que estaré con ustedes en estos mismos días venideros, pues todavía estaré con ustedes todo este mes, y parte del otro también. Oren mucho por mí, porque hay muchas cosas que Cristo nos dará a conocer, y a mi me gustaría que nos dé a conocer muchas cosas en estos días en que estamos teniendo estas actividades y esta serie de la trayectoria de la Redención. Esta serie continúa, y estaremos viendo todo lo que ha estado sucediendo en el pasado, y todo lo que está sucediendo en este tiempo, y todo lo que estará sucediendo más adelante.
Vimos hoy que el cuerpo que recibió Adán es cuerpo ¿qué? Animal. Pero el Segundo Adán recibió un cuerpo celestial, y fue adoptado y fue glorificado. Adán no fue adoptado y no fue glorificado su cuerpo, no fue hecho eterno, inmortal y glorificado, porque pecó antes de ser adoptado. Eso muestra que la Adopción será un cuerpo celestial, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios; esta carne y sangre no puede ser inmortalizada, no puede ser eterna. Por eso seremos transformados, recibiremos un nuevo cuerpo, para vivir por toda la eternidad.
Bueno, que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes. Muchas gracias por vuestra amable atención, y mientras escuchamos el cántico que nos habla de Jesucristo, el Hombre que nos transformó interiormente y que nos transformará físicamente, pasará nuestro Hno. Félix para finalizar esta actividad con algún cántico, y siendo despedidos en oración.
Todos podemos unirnos en este cántico que nos habla de Cristo, el Hombre que nos transformó, el que nos transformó como individuos, y nos transformará físicamente también; el que transforma a Su Iglesia como Cuerpo Místico, transformará al pueblo hebreo, y transformará el planeta Tierra completo. Ese es nuestro amado Señor Jesucristo.
[Nota – El Hno William junto con la congregación interpretan el cántico: “Mi Amigo Jesús.”].
Sólo en El encontré la felicidad, la felicidad para el Milenio y para toda la eternidad.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Nos dijo nuestro Hno. Cardona que superamos la meta. Les felicito, y que Dios les bendiga grandemente por todo lo que han hecho en favor de la Obra y en favor de ustedes mismos, porque es para el servicio de ustedes también. Ya comenzamos también, ya para la nueva meta, creo yo ¿verdad? O estamos preparándonos para comenzar para la nueva meta que culminará en el mes de Junio, por ahí para el cumpleaños, por ahí ya habremos cumplido la nueva meta, en donde esperamos saldar el terreno, lo que falta de pagar del terreno.
Así que, estemos preparándonos para esa nueva meta que tenemos, para salir de este compromiso, y así que quede libre el terreno.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA TRAYECTORIA DE LA REDENCION.”