Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes, y los que están a través de Internet. Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y en esta tarde Cristo nos abra las Escrituras y nos enseñe los misterios del Reino de Dios. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Para esta ocasión leemos en Apocalipsis, capítulo 22, y dice:
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
En este resumen tomaremos como tema: “LA RESTAURACION DE LA CREACION.”
Tomaremos: “LA RESTAURACION DE LA CREACION.”
Para poder comprender lo que es la restauración de la creación, necesitamos comprender que Dios ha tenido un propósito, y El ha estado obrando conforme a ese propósito; y toda la creación viene de Dios.
Y ahora, tenemos en la creación de Dios que está la creación original. Pero luego Dios creó y eso no estaba en la creación original: cuando creó al diablo y esas huestes que entregó al diablo, ese reino que entregó al diablo, o sea, a Lucero, encontramos que no estaba en la creación original.
Ahora, podemos ver que la creación original es restaurada a la Vida eterna.
Pero, vean ustedes, Lucero, por cuanto tenía libre albedrío, él de sí mismo encontramos que produjo el pecado, esa rebelión en contra de Dios, de él salió incredulidad y pecó ante Dios, se rebeló en contra de Dios.
Ahora, el ser humano al caer, encontramos que fue provocada esa caída por el diablo, por lo tanto el diablo fue responsable de la caída del ser humano, aunque el ser humano tenía libre albedrío; pero el diablo tentó al ser humano.
Ahora, al diablo nadie lo tentó; por lo tanto él no tiene lugar para arrepentimiento, no tiene lugar para ser redimido, no tiene lugar para ser restaurado a la Vida eterna.
Ahora, para comprender más claramente este misterio de la creación de Dios y comprender mejor a Dios, en Romanos, capítulo 9, versos 6 en adelante, dice:
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas,
ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia.
Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.
Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre
(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama),
se le dijo: El mayor servirá al menor.
Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.”
Aquí encontramos que Jacob es tipo del pueblo hebreo, y es tipo por consiguiente de todos los hijos e hijas de Dios del Israel Celestial. Y Esaú es por consiguiente tipo y figura del anticristo, y por consiguiente es tipo y figura del diablo también. Y Jacob es tipo y figura también de Cristo.
Por eso la palabra dicha acerca de Jacob: “De Egipto llamé a mi hijo,” el cual fue Israel, luego se cumplió también en Jesús, cuando estuvo en Egipto a causa de que Herodes quería matar al niño Jesús, y el Angel le dijo a José: “Lévantate (era de noche) toma al niño y a su madre y vete a Egipto, porque Herodes buscará al niño para matarlo.” Se levantó a esa hora José a causa de lo que le dijo el Angel Gabriel, y se fue a Egipto, y allí permaneció hasta que murió Herodes; y el Angel Gabriel le dijo a José: “Ahora los que buscaban la muerte del niño o buscaban al niño para matarlo, han muerto, vete a la tierra de Israel.”
Y no se fue a Belén de Judea por miedo, sino que se fue a Nazaret, porque nadie iba a buscar al niño Jesús en Nazaret; si lo iban a buscar, lo iban a buscar en Belén de Judea, porque allá fue que los doctores de la ley y los principales sacerdotes dijeron que el Mesías tenía que nacer; y allí fue que nació, allí fue donde lo encontraron los magos, y allí fue donde Herodes mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, pensando que iba lograr matar al Mesías
Por lo tanto, José se fue a Nazaret donde nadie buscaría al Mesías, porque nadie esperaba que el Mesías fuera nazareno, nadie esperaba que el Mesías viviera en Nazaret, sino en Belén de Judea. Por lo tanto, se cumplió lo de Belén de Judea con el nacimiento del Mesías, pero luego se podía criar en algún otro lugar.
Pero José y María eran descendientes del rey David, por lo tanto el Mesías, Jesús, era el Heredero al Trono de David, como le había dicho el Arcángel Gabriel a la virgen María: que Dios le daría el Trono de David, Su padre, y reinaría para siempre. O sea, que el Arcángel Gabriel tiene un conocimiento grande, una revelación grande de todo el Programa Divino, fue el que anunció la Primera Venida de Cristo, y dice el Rvdo. William Branham: “Es el que anunciará la Segunda Venida de Cristo.”
Y ahora, fue el que tocó la Trompeta en la Primera Venida de Cristo, anunciando la Primera Venida de Cristo, y es el que toca la Trompeta anunciando la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, este Arcángel Gabriel es el mismo que le dio al Profeta Daniel la revelación allá y le dijo que le mostraría a Daniel lo que estaba escrito en el Libro de la Verdad. O sea, que este es el Angel o Arcángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, es —diríamos— el Angel o Arcángel-Profeta de esa dimensión celestial.
Y ahora, bien es dicho su nombre Gabriel, que significa: “Varón de Dios u Hombre de Dios.”
Y ahora, este Angel es muy importante en el Programa Divino, este Angel ha estado en todo el Programa de Dios, trabajando en la Obra de Dios en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento. Este Arcángel o Angel le dijo al Profeta Daniel… vean, no es un Angel que está con lo brazos cruzados, sino que es un Angel que está muy activo, trabajando en la Obra de Dios en esa dimensión y desde esa dimensión.
Miren lo que le dice al Profeta Daniel en el capítulo 10, verso 10 en adelante, dice:
“Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos (dice el Profeta Daniel, el cual se había debilitado y se había desmayado cuando le vio).
Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días (o sea, que este Arcángel conoce todo el misterio del pueblo hebreo y las cosas por la cuales pasaría el pueblo hebreo, porque es el Arcángel que tiene acceso al Libro de la Verdad)…
He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.
Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido.
Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.
Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,
y me dijo: Muy amado, no temas…”
Ahora miren, éste que tiene semejanza de hombre: “aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez.” ¿Quién es ése? El Arcángel Gabriel. Por eso se llama Gabriel, que significa: “Varón, o sea, Hombre de Dios.”
“…me tocó otra vez, y me fortaleció,
y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.
Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”
O sea, que el Arcángel Miguel es el que ayuda al Arcángel Gabriel, cuando el Arcángel Gabriel necesita ayuda. Por supuesto que Miguel es mayor que Gabriel; pero Gabriel es el Arcángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, es el Arcángel que viene con esa revelación divina al Profeta Daniel; y es uno de los Arcángeles principales de Dios, es uno de los Arcángeles que descendió a la Tierra con el Arcángel Miguel, cuando Elohím visitó a Abraham y comió con Abraham.
Elohím, Dios, creó para Gabriel y para Miguel y para Sí mismo cuerpos del polvo de la Tierra, y aparecieron a Abraham en cuerpos humanos, cuerpos de carne, y por eso pudieron comer con Abraham, y le hablaron de la promesa del hijo que Dios le había prometido a Abraham, y le dijeron que el próximo año, le dijo Elohím que el próximo año Sara tendría el hijo prometido.
Luego, encontramos que ya en la tarde se levantaron de la mesa, ellos llegaron al medio día, pero… a eso de las 12:00 en adelante, pero ya en la tarde, a la caída del sol, se levantaron, y terminó esa gran comida que Abraham le había preparado a Elohím y Sus Arcángeles que vinieron en carne humana; y luego Gabriel y Miguel se fueron a Sodoma, porque allí estaba Lot con su familia, por los cuales Abraham había orado y había pedido Misericordia a Elohím.
Gabriel y Miguel se fueron a Sodoma, pero Elohím todavía permaneció con Abraham, y dijo en el capítulo 19 del Génesis: “¿Encubriré yo a Abraham lo que Yo voy a hacer?” Y comenzó a decirle a Abraham: “El clamor de Sodoma y Gomorra —por supuesto— ha venido delante de Mí (o sea, ha llegado hasta el Trono de Dios en el Cielo), y he descendido para ver si es así o no, si es como ha llegado hasta el Cielo.” Y descendió con Sus Arcángeles en esa investigación de juicio, para, si era así, entonces derramar el juicio divino, la ira de Dios.
Y Abraham comenzó a interceder por su sobrino Lot, cuando le dijo: “¿Destruirás Tú al justo con el injusto, el Juez de toda la Tierra? No haga tal cosa el Juez de toda la Tierra.” Y le dijo: “Si hay 50 justos, ¿destruirás Tú, destruirás a Sodoma, lo destruirás? Quizás allí hay 50 justos, no vayas a destruir esos 50 justos, hay que hacer algo por ellos.” Dios le dice: “Si hay allí 50 justos, Yo perdono la ciudad completa por amor a esos 50 justos.”
Y ya que Dios le contesta en forma positiva, Abraham continua y dice: “Quizás no hay 50, sino que quizás hay solamente 45 justos en la ciudad.” Dios le dice: “Si hay 45 justos, perdonaré la ciudad completa por amor a los 45 justos.”
Y ya que Abraham ve que la Misericordia de Dios está disponible para ser extendida a Sodoma y Gomorra si hay allí 45 justos, entonces sigue bajando el número y le dice: “Quizás no hay 45 justos, quizás hay solamente 40.” Dios le dice: “Yo perdonaré la ciudad por amor a los 40 justos que encuentre allí.”
Y ya que Abraham ve que hay Misericordia de parte de Dios para ser extendida, si encuentra allí cierta cantidad de justos, Abraham sigue bajando y dice: “Quizás no hay 40, quizás hay solamente 30 justos allí, ¿destruirás la ciudad, destruirás al justo con el injusto allí?” Dios le dice: “Si encuentro allí 30 justos no destruiré la ciudad por amor a esos 30 justos.”
Miren cómo la Misericordia de Dios es extendida para una ciudad o una nación, por amor a cierta cantidad de justos que Dios encuentre en esa ciudad; y aun las personas no comprenderán porqué una ciudad mereciéndose el juicio divino, Dios no la destruye: es por amor a los justos que estén en esa ciudad.
Cuando Dios fue a destruir con el juicio divino, a enviar el juicio divino sobre Jerusalén, ¿qué dijo Jesús que hicieran los creyentes en El, los discípulos, cuando vieran a Jerusalén cercada de Ejércitos? Les dijo: “Salgan de la ciudad los que estén en la ciudad, y los que no estén en ella, no regresen a la ciudad.” ¿Por qué? Porque Dios iba a destruir esa ciudad, el juicio divino iba a venir sobre la ciudad de Jerusalén, porque ellos habían rechazado al Mesías en Su Venida, y por consiguiente ellos habían rechazado la Misericordia de Dios, y por consiguiente les vendría el juicio divino; y Dios ordenó, Cristo ordenó a Sus discípulos salir de la ciudad. Y no estando los justos, los creyentes en Cristo en la ciudad, entonces el juicio divino vendría sobre esa ciudad.
Y ahora, Abraham sabe que la Misericordia de Dios es grande; Dios es un Dios Misericordioso que se arrepiente del castigo si la persona se arrepiente de sus pecados.
Y ahora, Abraham le dice: “Quizás no hay 30 justos allí, quizás solamente hay 20.” Dios le dice: “No la destruiré por amor a esos 20.”
Y ahora, Abraham ve lo grande que es la Misericordia de Dios y le dice: “Quizás no hay 20, hablaré una sola vez más, una sola vez y no más: quizás solamente hay 10 justos.” Y él va bajando de 10 en 10. Y Dios le dice: “No la destruiré por amor a esos 10 justos (si los encuentro allí); si encuentro 10 justos allí no la destruiré por amor a ellos.” Abraham no podía seguir bajando, ¿por qué? Porque cuando Dios destruyó el mundo ante-diluviano, solamente estaba Noé y su familia (8 personas), y Dios destruyó el mundo ante-diluviano; por lo tanto no podía bajar Abraham de 10 personas. Y por cuanto también estaba bajando de 10 en 10, si bajaba de esos 10, quedaba en 0 (cero).
Así que, en Sodoma solamente estaba Lot, su esposa y sus dos hijas, que son 4 personas, la mitad de los que hubo en el tiempo de Noé.
Y ahora, Abraham ora a Dios por Misericordia para Lot y su familia, y luego los Arcángeles reciben de parte de Dios la orden de sacar de Sodoma a Lot y su familia. Y le dicen a Lot, cuando están allá en la casa de Lot, donde habían comido también en esa noche… Vean, Elohím comió una vez con Abraham, pero no comió con Lot; los Arcángeles comieron con Abraham y también comieron con Lot: comieron con Abraham en el día, o sea, de 12:00 a 3:00 ó 4:00 de la tarde, y luego comieron con Lot en la noche.
Eran los Arcángeles Gabriel y Miguel en la forma de hombres, las personas veían hombres, pero eran Arcángeles de Dios materializados en carne humana; y ellos tenían la comisión de sacar de Sodoma a Lot, y cuando la gente en la ciudad vinieron a la casa de Lot, para decirle: “Saca a los que te están visitando, queremos conocerlos.” Lot dice: “No vayan ustedes a hacer ese mal con ellos.” O sea, que ellos lo que querían era hacer maldad en contra de esos Angeles; ellos no sabían que eran Angeles, pero quizás tampoco Lot lo comprendía bien; pero eran Angeles de Dios, Gabriel y Miguel, los Arcángeles principales de Dios.
Y le dicen a Lot, cuando sucedió todo el problema, y luego lo colocan dentro, porque Lot salió y le hicieron daño a Lot, y luego ellos estiraron la mano y lo metieron dentro de la casa, y luego cegaron a todas aquellas personas, a tal grado que no podían ver la puerta de entrada a la casa; y le dicen a Lot y a su familia: “Sal de la ciudad, porque no podemos hacer nada, hasta que hayas salido de la ciudad.” Le dicen que han venido para destruir la ciudad.
Recuerden que son los mismos Angeles que se encargaron de estas diferentes etapas del reino de los gentiles, en la etapa de la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, y las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro cocido para este tiempo final; en esas diferentes etapas han estado interviniendo estos Arcángeles Gabriel y Miguel. Por eso en Daniel, capítulo 12, dice, hablando de este tiempo final… Dice: “En aquel tiempo…” Verso 1:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo (o sea, de los hijos de Israel); y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro (o sea, que serán libertados los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu).”
Así que para este gran evento estarán presentes los Arcángeles Miguel y Gabriel. Gabriel anuncia, suena la Trompeta y anuncia la Segunda Venida de Cristo, así como anunció también la Primera Venida de Cristo.
Y ahora, miren lo que dice el Rvdo William Branham en este aspecto, contenido en este folleto, en este compendio, titulado “Angeles,” en la página 21, dice:
“Vean, el Angel del Señor está ahora mismo en la Tierra; se está moviendo por todos lados preparando todo para la Venida del Señor. Y son los mismos Angeles que escucharon del pecado allá en Sodoma y descubrieron y dijeron: ‘Tuvimos que bajar y ver si todo esto era tal como habíamos escuchado.”
Los mismos Angeles que estuvieron en Sodoma y que también habían visitado a Abraham, son los mismos Angeles que en este tiempo final estarán obrando en la Tierra. Se levantará Miguel, el gran Príncipe que está de parte de los hijos de Israel, y estará también presente el Arcángel Gabriel.
Ahora, es un misterio estos dos poderosos Arcángeles de Dios, los cuales han estado trabajando en el Reino de Dios todo el tiempo. Y el Arcángel —diríamos—, el Angel Guardián de Israel, es el Arcángel Miguel, y el Angel Guardián de la Iglesia del Señor Jesucristo es el Arcángel Gabriel.
Ahora, estos dos Arcángeles están en buen compañerismo y se ayudan el uno al otro, y en muchas ocasiones obran a la misma vez y para el mismo propósito.
Ahora, estos Angeles han estado con el Israel terrenal, el pueblo hebreo, y han estado con el Israel Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para este tiempo final, como fue en los días de Lot… ¿cómo fue en los días de Lot? Estaba Elohím, Gabriel y Miguel, visitando a Abraham, el padre de la fe. Para el tiempo final Dios visita a la simiente de Abraham, a la simiente de Abraham Celestial, y luego a la simiente de Abraham terrenal, y ahí estarán presentes también Gabriel y Miguel. Por eso se levantará Miguel y será tiempo ¿de qué? De angustia.
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo (ese es el Príncipe, el Arcángel del pueblo hebreo); y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces (porque para ese tiempo será que comenzará la gran tribulación, cuando se levante el Arcángel Miguel en favor del pueblo hebreo).”
Ahora, será un tiempo en que será libertado todo – serán libertados todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida, todos los que pertenecen al grupo de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, o sea, serán libertados los escogidos del pueblo hebreo. Pero antes de eso serán libertados los escogidos del Israel Celestial; estarán presentes los Arcángeles de Dios, Miguel y Gabriel, tanto con el Israel Celestial como con el Israel terrenal. Y vendrá el juicio divino sobre el reino del anticristo, y será quitado el imperio del anticristo y será establecido el glorioso Reino o Imperio de Jesucristo nuestro Salvador; y así será restaurado el Reino de Dios en esta Tierra, conforme al Programa Divino.
Ahora, vean cómo estos Arcángeles estarán trabajando para la restauración de la creación, para la restauración del Reino de Dios, para la restauración de cada hijo e hija de Dios a la Vida eterna con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado; y para la restauración del pueblo hebreo como nación, y para la restauración del Reino de David en medio del pueblo hebreo, y restauración por consiguiente del Trono de David, para que el pueblo hebreo ya no sea gobernado más por sistemas humanos, sino por Dios a través del Trono de David, en el cual se sentará el Mesías, y con El se sentará el Vencedor, para ser el Virrey o ser el Administrador con Cristo, como el Siervo fiel y prudente al cual Su Señor pondrá sobre todos Sus bienes. Y habrá un Reino de paz sobre este planeta Tierra.
Ahora, es muy importante estar conscientes que estamos viviendo en el tiempo final, en donde la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Israel Celestial, y el pueblo hebreo, que es el Israel terrenal, tienen grandes promesas de parte de Dios; y tienen la promesa de la visitación divina, como visitó Dios al padre de la fe, a Abraham, en el capítulo 18 del Génesis, el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Y antes de la destrucción del reino de los gentiles, antes de la destrucción de los pies de hierro y de barro cocido del reino de los gentiles, que es el reino del anticristo; antes de esa destrucción estarán presentes Elohím, Miguel y Gabriel, visitando al Israel Celestial, que es la simiente de Abraham Celestial; y luego visitando al Israel terrenal, que es la simiente de Abraham según la carne.
Y ahora, encontramos en Gálatas, capítulo 3 y capítulo 4, que el Apóstol San Pablo nos muestra que los miembros de la Iglesia de Jesucristo son simiente de Abraham, hijos de Abraham. Capítulo 3, versos 26 al 29 de Gálatas, dice:
“pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”
Ahí tenemos claramente la revelación divina de que todos los que han sido bautizados en Cristo y han obtenido el nuevo nacimiento son linaje de Abraham, descendientes de Abraham.
También nos habla el Apóstol San Pablo en el mismo capítulo 3, verso 6 al 9, de Gálatas:
“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.
De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.”
Y en ese mismo capítulo 3, verso 13 en adelante (13 al 16), dice San Pablo:
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero,
para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.”
Y ahora, por medio de Cristo, la Simiente de Abraham, nosotros obtenemos el nuevo nacimiento y venimos a ser descendientes de Abraham, del Israel Celestial, porque hemos nacido por medio de Jesucristo, la Simiente de Abraham, el cual también es el Heredero del Trono de David, porque vino por medio de la tribu de David y por medio de la descendencia de David. La tribu de David es la tribu de Judá, y vino por medio de la familia de David. El es el Heredero al Trono.
Y todos los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos [Nota – Gálatas 3:27]. Hemos sido sepultados con Cristo y hemos sido resucitados con Cristo, y hemos obtenido el nuevo nacimiento; y ahora pertenecemos a una nueva creación. Somos simiente de Dios, descendientes de Dios por medio de nuestro amado Señor Jesucristo; por eso somos descendientes, simientes de Abraham, la descendencia Celestial, y somos también descendientes del rey David por medio de Jesucristo, porque somos hijos de Jesucristo nuestro Salvador. Por medio de Cristo hemos obtenido el nuevo nacimiento; por el nacimiento natural ustedes son hijos de sus padres terrenales y descendientes de su padre, de sus abuelos, de sus bisabuelos, así hasta llegar a Adán.
Y ahora, esta raza que viene por medio de Adán es una raza caída, la raza caída descendiente de Dios; pero ahora la raza restaurada con Vida eterna, la raza que tiene Vida eterna, descendiente de Dios, es la que viene por medio de nuestro amado Señor Jesucristo, y estos son los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; ese es el Israel Celestial, ese es el Israel que tiene la restauración a la Vida eterna, recibe la restauración a la Vida eterna.
Y en el campo espiritual, es restaurado espiritualmente primero a la Vida eterna cada miembro de ese Cuerpo Místico de creyentes, y luego seremos literalmente físicamente, restaurados también a la Vida eterna en este tiempo final; para así ser los miembros de la nueva creación restaurados a la Vida eterna en toda su plenitud, tanto espiritualmente como físicamente también.
Al ser restaurados espiritualmente, pues somos restaurados en la dimensión espiritual o invisible, somos restaurados a la Vida eterna en la sexta dimensión, que es la dimensión con Vida eterna; es la dimensión llamada el Paraíso, donde están todos los que han partido, pero que han recibido primero Vida eterna, tienen sus cuerpos teofánicos, por lo tanto tienen Vida eterna, viviendo en cuerpos teofánicos. Pero serán resucitados para obtener también Vida eterna física en cuerpos físicos y glorificados, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, donde había sido dicho que no son hijos de Dios, luego es dicho que son hijos de Dios. Vamos a ver dónde se encuentra esto: está en Romanos, capítulo 9, verso 25 en adelante, dice:
“Como también en Oseas dice:
Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,
Y a la no amada, amada.
Y en el lugar donde se les dijo:
Vosotros no sois pueblo mío,
Allí serán llamados hijos del Dios viviente.”
Y ahora, de entre los gentiles, que no eran pueblo de Dios (porque el pueblo de Dios como nación es el pueblo hebreo), ahora Dios está llamando hijos e hijas de Dios, o sea, está produciendo el nuevo nacimiento entre gentiles, donde está llamando un pueblo para Su Nombre, y está produciendo el nuevo nacimiento, y por consiguiente están naciendo hijos e hijas de Dios en medio de los gentiles, pero en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; es ahí donde nacen los hijos e hijas de Dios, es ahí donde Cristo produce el nuevo nacimiento de los hijos e hijas de Dios.
Ninguna persona puede nacer fuera, nacer – ninguna persona puede nacer de nuevo, ninguna persona puede nacer como un hijo o una hija de Dios, fuera del Cuerpo Místico de Cristo, tiene que ser en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Y ahora, en donde Dios dijo: “Vosotros no sois mi pueblo (esto es los gentiles).” Ahora Dios dice: “Pueblo mio.”
Y ahora, de entre los gentiles y con gente de entre los gentiles Dios está formando Su Iglesia, pero también entran hebreos, porque no hay hebreos ni gentiles en el Cuerpo Místico de Cristo, todos son un Cuerpo Místico de creyentes compuesto por gentiles y hebreos.
Ahora, la amada era, es la que antes no era amada. Y de la que no era antes amada Dios está trayendo hijos e hijas de Dios.
Y ahora, de entre los gentiles están naciendo los hijos e hijas de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Este es un misterio muy grande, pero ya es un misterio conocido por todos los creyentes en Cristo: que Cristo está llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre, o sea, está llamando individuos de las diferentes naciones gentiles, para que sean parte del Cuerpo Místico de Cristo, o sea, sean parte de la Iglesia del Señor Jesucristo; pero también está llamando hebreos de etapa en etapa, para colocarlos en Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes.
Cristo es la Vid Verdadera, y las ramas son la Iglesia de etapa en etapa; son diferentes ramas, diferentes edades, donde se produce el fruto, que son los hijos e hijas de Dios. Y también Cristo es el Arbol de Olivo, y las ramas naturales, o sea, las ramas originales, fueron los hebreos; pero por su incredulidad, dice San Pablo en Romanos, capítulo 11, fueron desgajados y quitados del Olivo Verdadero, y fueron injertados gentiles en ese Arbol de Olivo Verdadero. Romanos, capítulo 11, dice… capítulo 11, verso 20 en adelante, dice:
“Bien; por su incredulidad fueron desgajadas (las ramas), pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.”
Lo cual sucederá cuando Cristo se torne a los hebreos y llame esos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales serán colocados en el Olivo original. Por eso estará el ministerio de Apocalipsis 11, el ministerio de los Dos Olivos, para colocar de nuevo Dios en el Olivo Verdadero, colocar esas ramas verdaderas hebreas. Pero en este Olivo encontramos también gentiles que fueron injertados.
Las siete etapas o edades de la Iglesia durante las siete edades, fueron injertadas en el Olivo Verdadero, y han estado produciendo el fruto correspondiente a cada rama, a cada edad. Y para este tiempo final tenemos la Rama principal, la Edad de la Piedra Angular. Ahí es donde serán colocados los ciento cuarenta y cuatro mil, como también son colocados de entre los gentiles los escogidos del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Es en el Cuerpo Místico de Cristo donde está el Arbol Verdadero de Olivo, donde han sido injertadas esas ramas gentiles. Por lo tanto, es ahí mismo en ese Cuerpo Místico de creyentes, en la Edad de la Piedra Angular, donde tienen que ser restauradas las ramas verdaderas hebreas en el tiempo final, por medio del ministerio de los Dos Olivos, en donde serán llamados y juntados ciento cuarenta y cuatro mil, doce mil de cada tribu, conforme a Apocalipsis, capítulo 7, en donde el Angel que viene con el Sello del Dios vivo llama y junta esos ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y los coloca en el Arbol de Olivo Verdadero.
En Apocalipsis, capítulo 14 los encontramos ya restaurados sobre el Monte de Sión: ‘sobre el Monte de Sión,’ esto es en la Edad de la Piedra Angular del Cuerpo Místico de Cristo. Ellos verán el misterio de la Segunda Venida de Cristo y el misterio de la Primera Venida de Cristo, y serán restaurados al Olivo Verdadero.
Y ahora, podemos ver que esto es un misterio, pero en este tiempo final este misterio va a ser cumplido en la restauración del pueblo hebreo a Dios. Sigue diciendo:
“Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (o sea, hasta que haya entrado hasta el último de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, hasta que haya entrado hasta el último miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y el último miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo puede ser un gentil o un hebreo).”
Ahora, con la entrada del último miembro al Cuerpo Místico de Cristo se completará la Iglesia del Señor Jesucristo, y entonces Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, resucitará a los muertos creyentes en El y a nosotros nos transformará. También Cristo llamará y juntará los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Luego vendrá la gran tribulación, donde los juicios divinos caerán sobre el planeta Tierra.
Por eso cuando el Rvdo. William Branham, en el cual se reflejó el Programa que Dios estará llevando a cabo en este tiempo final, como se había reflejado también en otros Profetas, cuando le fue dicho: “Mira al Este (o él miró al Este),” entonces escuchó una explosión grande en Norteamérica, y cuando miró lo que vio fue humo, humo y cráteres en la tierra de Norteamérica. Eso no es otra cosa sino una explosión atómica; y eso no puede venir en otra forma sino en una tercera guerra mundial.
Y ahora, cuando esto se cumpla será cuando Cristo en Su manifestación final por medio del Instrumento que El tendrá en el Día Postrero, mire al Este, al pueblo hebreo, para llamar y juntar los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y los llame y los junte, luego vendrá ese juicio divino, no solamente sobre Norteamérica sino sobre toda la humanidad, y sobre todo el reino de los gentiles en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, y comenzará la gran tribulación, juicio terrible que vendrá sobre la raza humana.
Pero para que todos estemos al tanto de todas estas cosas que estarán sucediendo y tomemos las correctas medidas de seguridad, Jesús dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.” Apocalipsis 22, verso 16, y Apocalipsis 22, verso 6, también dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
O sea, que estarán siendo anunciadas todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, por medio del Angel del Señor Jesucristo, el cual estará en medio de la Iglesia de Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo en carne humana; y ése será el mismo Angel Mensajero que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis.
Ese Angel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis, dice el Rvdo. William Branham: “Pudo haber sido Elías, el Profeta Elías, o pudo haber sido alguno de los Profetas.” Dice: “Era un Espíritu de Profeta, ese Angel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis.” No sabemos quién era el Angel, pero sabemos que era un Profeta, era un Profeta en cuerpo teofánico, cuerpo angelical.
Pero para el tiempo final, siendo ese un Espíritu de Profeta, tiene que hacerse carne en medio de la Iglesia de Jesucristo, para ser enviado a la Iglesia de Jesucristo y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y luego será enviado al pueblo hebreo para darle a conocer estas cosas también. El conocerá el misterio que estará Cristo manifestando en él, y él también dará a conocer ese misterio (hasta donde lo pueda dar a conocer), a la Iglesia del Señor Jesucristo y después al pueblo hebreo.
Pero aun con todo y eso seguirá siendo un misterio ese Angel, porque si ese Angel estuvo dándole la revelación del Apocalipsis a Juan el Apóstol, tiene que tener un nombre cuando estuvo dándole la revelación a Juan el Apóstol; pero Juan, o no supo o no escribió el nombre de ese Angel del Señor Jesucristo. Pero ese misterio lo conocerá ese mismo Angel cuando esté en medio de la Iglesia de Jesucristo en carne humana.
Así como Cristo conocía Su misterio de lo que El era antes de venir en carne humana: El sabía que El era el Angel del Pacto, el Angel de Jehová que le había aparecido a Moisés, y también el mismo Angel de Jehová que le había aparecido a Abraham y había comido con Abraham. El sabía que El era antes que Abraham, porque El es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cuerpo teofánico a través del cual Dios estuvo manifestándose en el Antiguo Testamento, y luego se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo.
Y ahora, ¿habrá estado este Angel del Señor Jesucristo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, desde el nacimiento de la Iglesia de Jesucristo, a través de toda la historia de la Iglesia de Jesucristo? Estuvo con Juan dándole la revelación del Apocalipsis; Juan quiso adorarlo, pero el Angel no se lo permitió. Ese es el Angel de Jesucristo a través del cual Jesucristo dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis, fue el Angel a través del cual Jesucristo le habló a Juan el Apóstol; y era un espíritu de Profeta, o sea, un cuerpo teofánico de Profeta. Y para el Día Postrero seguirá siendo el Instrumento de Jesucristo cuando esté en medio de Su Iglesia, en medio de la Iglesia de Jesucristo, en carne humana.
Si Jesucristo lo usó estando en cuerpo teofánico, lo usará también cuando esté en carne humana, manifestado ese Angel del Señor Jesucristo.
Es un misterio grande el misterio de ese Angel, pero ese misterio será tan sencillo que él lo conocerá y él sabrá (al estar en carne humana), que él es el mismo Angel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis; y podrá abrir ese misterio de toda esta revelación divina, y sobre todo las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, podrá abrirsélas a la Iglesia del Señor Jesucristo.
La Columna de Fuego estará acompañando a ese Angel del Señor Jesucristo; o sea, que tendrá la unción del Espíritu Santo ese Angel del Señor Jesucristo.
Y la Iglesia del Señor Jesucristo, por medio de la revelación de Jesucristo a través de ese Angel, conocerá el misterio del Séptimo Sello y conocerá todos los misterios correspondientes a este tiempo final, y las cosas que estarán sucediendo en este tiempo final, para la restauración a la Vida eterna física en cuerpos eternos, inmortales y glorificados; porque este es el tiempo para la restauración de todas las cosas a los hijos e hijas de Dios, este es el tiempo para la restauración de todas las cosas para la Iglesia del Señor Jesucristo; este es el tiempo para la restauración de todas las cosas que perdió Adán y Eva, ser restauradas a todos los hijos e hijas de Dios, ser restaurada la Vida eterna física a los hijos e hijas de Dios, ser restaurada la Vida eterna física a la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego ser restaurado el pueblo hebreo como nación.
Este es el tiempo para la restauración de todas las cosas a la Iglesia del Señor Jesucristo y a cada miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo; por eso para este tiempo Jesucristo dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Y con esa revelación, dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, nos da la revelación del Séptimo Sello, y así nos da la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y así seremos restaurados a la Vida eterna, y así parte de la creación de Dios, los hijos e hijas de Dios obtendrán la restauración a la Vida eterna.
Y con la restauración de los hijos e hijas de Dios a la Vida eterna física, luego vendrá la restauración del pueblo hebreo, y luego vendrá la restauración del Reino de Dios en este planeta Tierra, lo cual es el Reino Milenial, y vendrá la restauración del Edén, lo cual será el glorioso Reino Milenial, en donde el Segundo Adán, que es Cristo, y la Segunda Eva, que es la Iglesia de Jesucristo, estarán en el Nuevo Edén, que es el glorioso Reino Milenial de Cristo.
Y disfrutaremos esos mil años de paz en el Nuevo Edén en este planeta Tierra, y luego vendrá la restauración total del planeta Tierra y la restauración total también de los animales, de los árboles, y de todas las cosas, a la Vida eterna, y vendrá la restauración del planeta Tierra – o con la restauración del planeta Tierra vendrá todo eso, y el planeta Tierra nunca más pasará por problemas, como los que ha pasado a través de todos estos milenios pasados.
Y la Tierra será transformada y cambiará hasta su forma, será en la forma de pirámide la ciudad de Dios con los hijos e hijas de Dios, donde estará el Trono de Dios y del Cordero; por lo tanto en esa ciudad se fusionará la séptima dimensión, la dimensión de Dios, y el Trono de Dios.
Y la Tierra se verá (mirándola desde otro planeta o desde el espacio), se verá en la forma de un trompo, a causa de esa ciudad que tendrá 1.500 millas aproximadamente de alto, y será en la forma de una pirámide; por lo tanto la Tierra obtendrá esa nueva forma, y será un planeta Tierra para toda la eternidad; estará ya derecha la Tierra, su inclinación ya no la tendrá (la que tiene en la actualidad); y será un Paraíso de Dios el planeta Tierra, y será el planeta Tierra el planeta más importante de todos los planetas; será este planeta Tierra el lugar donde estará la ciudad de Dios, y donde estará el Trono de Dios y el Trono del Cordero, para gobernar sobre toda la humanidad en el planeta Tierra y en el universo completo.
En palabras más claras: el centro del universo en la eternidad, después del juicio final, será el planeta Tierra. Quizás los científicos estarán buscando el centro del universo, pero miren, estamos parados en el centro del universo, que es el planeta Tierra, conforme al Programa original de Dios, de la creación original.
Por eso Dios colocó al ser humano en el planeta Tierra, y por eso la Venida de Dios en carne humana, en forma de hombre, ha sido en el planeta Tierra, porque este planeta Tierra es el centro del universo, es la capital del universo como planeta; por lo tanto es el planeta más importante de todos los planetas, aunque tiene todos estos problemas en la actualidad, y está temblando con terremotos y con guerras, con maremotos, con tormentas, y así por el estilo. ¿Por qué? Porque está con dolores de parto para dar a luz un nuevo mundo para Cristo y Su Iglesia, para ese glorioso Reino Milenial, en donde el Reino de Dios será establecido en la Tierra en ese glorioso Reino Milenial de Cristo, el Hijo de David sentado sobre el Trono de David. Pero después del Reino Milenial recibirá una transformación total, para ser restaurado totalmente a eternidad.
Ahora, podemos ver las cosas que deben suceder en el planeta Tierra y el porqué, y podemos ver cuál es el propósito de Dios en este planeta Tierra. Por eso es que dice Apocalipsis, capítulo 12, verso 15 al 19, que Dios destruirá a los que destruyen la Tierra, pues están destruyendo propiedad privada, una propiedad de Dios.
Ahora, este planeta Tierra es una herencia dada por Dios a Sus hijos, pero ellos perdieron el control de este planeta Tierra, el diablo les quitó el control de este planeta Tierra, y ha estado el diablo controlando y gobernando este planeta Tierra; pero será restaurado el planeta Tierra a los hijos de Dios. “No temáis manada pequeña, porque al Padre le ha placido daros el Reino, darles el Reino.” [Nota – San Lucas 12:32].
Así que, el Reino Milenial pertenecerá a la manada pequeña del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; y reinaremos con Cristo como Reyes y como Sacerdotes y como Jueces en este planeta Tierra, y tendremos la posición más alta de este glorioso Reino Milenial de Cristo, juntamente con nuestro amado Señor Jesucristo, porque El nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y reinaremos sobre la Tierra por mil años y luego por toda la eternidad.
Todo eso está en la restauración de la creación. Será restaurada toda la creación original de Dios; y aun el mismo Adán regresará a la Tierra con Eva, para vivir en este planeta Tierra, y no vamos a estar criticando ni a Adán ni a Eva, sino que vamos a decir: “Todo tuvo un propósito, y todo benefició al propósito de Dios.”
Así que, no estaremos criticando ni a Adán ni a Eva, sino admirándolos, viendo que ellos fueron los primeros seres humanos que pisaron este planeta Tierra.
Y ahora, todos los santos del Antiguo Testamento estarán en el planeta Tierra en ese glorioso Reino de Cristo. Los santos del Antiguo Testamento ya resucitaron con Cristo, y los santos del Nuevo Testamento que han partido resucitarán en este tiempo final, y los que estemos vivos, y veamos la resurrección de ellos, seremos transformados y así seremos restaurados a la Vida eterna física, que será en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado. Eso es en la restauración de la creación.
Miren ustedes, los hijos de Dios de este tiempo final seremos restaurados a la Vida eterna física también, y luego continuará la restauración de las demás cosas, por la cual clama, clama toda la creación, clama por la Adopción de los hijos de Dios; y la Adopción es nuestra transformación para los que vivimos y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados.
La restauración es la Adopción, y la Adopción es la Redención del cuerpo, nuestra transformación; el cuerpo nuevo que El nos dará, cuando lo tengamos, eso es nuestra Redención: la Redención del cuerpo. Como ha ocurrido con la Redención interior, en donde hemos obtenido un cuerpo teofánico; así también con la Redención física será al obtener el cuerpo eterno, inmortal y glorificado. Siempre se obtiene un cuerpo cuando se efectúa dentro de la persona o en la persona esa Redención. Y esto es la restauración de la creación.
En la restauración de la creación estamos nosotros como criaturas de Dios, hijos e hijas de Dios que estábamos en Dios desde antes de la creación, y por eso hemos salido manifestados en la creación de Dios, en la nueva creación, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, de la cual Cristo es la Cabeza, El es el Principio de la creación de Dios, de esta nueva creación.
Y ahora, hemos visto lo que es la creación de Dios de Dios, lo que fue la caída de la creación, con la caída de Adán y Eva en el Huerto del Edén, y hemos visto lo que es la restauración de la creación.
Y ahora, nosotros somos las personas más bienaventuradas, porque estamos viviendo en el tiempo donde de un momento a otro se efectuará la restauración a la Vida eterna en un cuerpo eterno, la restauración física a la eternidad. Por lo tanto la mayor parte de los que vivimos no veremos muerte; solamente algunos, para ser testigos de la resurrección.
Ahora, podemos darnos cuenta de la importancia de la creación de Dios. Podemos ver también lo que fue la caída, y podemos ver la importancia de la restauración en el Programa de Redención de Dios, a través de Cristo, en el cual hemos sido nosotros colocados para nuestra restauración total.
Y ahora, hemos sido colocados en el Programa de restauración para obtener todas estas bendiciones de parte de Dios, y ser adoptados en este tiempo final como hijos e hijas de Dios con cuerpos eternos, inmortales y glorificados.
Los que no han entrado al Programa de restauración de la creación, que es a través de Cristo, no tienen esperanza de ser restaurados a la Vida eterna. Ni hay esperanza tampoco para Lucero, el cual se rebeló en contra de Dios, y el cual es el diablo, no hay esperanzas para él; pues Cristo a través de Su Angel en Apocalipsis dice lo que será el final del diablo, que es Satanás, que es la serpiente antigua, y que fue ese arcángel o querubín llamado Lucero.
Ahora, podemos ver todo este misterio; y todavía hay más cosas que todavía son un misterio, pero que serán abiertas y dejarán de ser un misterio.
Hemos tenido el resumen de: “LA RESTAURACION DE LA CREACION,” O sea, hemos tenido este resumen de: “DIOS, LA CREACION, LA CAIDA Y LA RESTAURACION.”
En este tema: “LA RESTAURACION DE LA CREACION,” hemos hecho este resumen, y nos hemos visto en este Programa de restauración, que es el Programa de Redención que Cristo ha estado llevando a cabo, el cual El en la Cruz del Calvario lo llevó a cabo, pero que tiene diferentes partes, y van de etapa en etapa llevándose a cabo.
Y ahora, en DIOS, LA CREACION, LA CAIDA Y LA RESTAURACION, hemos visto que hubo un Programa Divino para ser llevado a cabo.
Y ahora, vemos que somos eternos, estábamos con Dios desde antes de la fundación del mundo. Eso significa que no podemos perdernos. Por eso Dios ha provisto un Programa de Redención: para todas las almas que estaban con Dios desde antes de la fundación del mundo.
Desde antes de la creación estábamos en Dios y con Dios, somos parte de Dios; por eso es que al escuchar Su Voz hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, hemos lavado nuestros pecados en Su Sangre, hemos sido bautizados en Su Nombre y hemos recibido Su Espíritu Santo, y hemos obtenido el nuevo nacimiento, y hemos nacido en el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel Celestial.
Y ahora, somos ciudadanos celestiales, nacidos como seres celestiales por medio del nuevo nacimiento. Por eso estamos esperando el nuevo cuerpo, que es el cuerpo que Dios desde antes de la fundación del mundo diseñó y predestinó para cada uno de ustedes y para mí también: un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.
El cuerpo físico glorificado de Dios es el cuerpo glorificado de Jesucristo, el cuerpo angelical de Dios es el cuerpo teofánico de Jesucristo. Y en esa misma forma nosotros recibiríamos un cuerpo teofánico angelical al nacer de nuevo, y recibiríamos también un cuerpo físico, glorificado, cuando seamos transformados. Todo eso está en el Programa de Dios; por lo tanto: “No temáis manada pequeña, porque al Padre le ha placido darles el Reino.” [Nota – San Lucas 12:32]. Es una cosa segura para cada uno de ustedes y para mí también, que seremos restaurados a la Vida eterna en un cuerpo eterno, inmortal y glorificado. Es un Programa Divino, el cual El está llevando a cabo, para que todos seamos a Su imagen (cuerpo teofánico) y a Su semejanza (cuerpo glorificado).
Aunque tengamos problemas en esta Tierra no se desanimen, sigan hacia adelante, porque mejor es el fin del negocio que el principio, y nuestro final es ser glorificados, ser glorificados como nuestro amado Señor Jesucristo, para reinar con Cristo por el Milenio y luego por toda la eternidad. Iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a esa Gran Fiesta, donde El repartirá los galardones a cada uno de ustedes y a mí también, y a los mensajeros y sus grupos de las edades pasadas, por todo lo que hemos trabajado en Su Reino.
RECUERDEN QUE LOS GALARDONES SON DADOS DE ACUERDO A LAS OBRAS DE FE DE LOS CREYENTES EN CRISTO.
Así que, adelante, sabiendo que somos hijos e hijas de Dios, y que seremos restaurados físicamente a la Vida eterna, y que seremos galardonados por Jesucristo en la gran Cena de las Bodas del Cordero, y que luego regresaremos a la Tierra para reinar con El por el Milenio y después por toda la eternidad.
Adelante siempre, todos los días de vuestra vida, con ánimo, sirviendo a Cristo, nuestro amado Salvador, sirviendo a Cristo, trabajando en Su Reino, y ofreciéndole nuestra adoración a Jesucristo nuestro Salvador.
“LA RESTAURACION DE LA CREACION.”
Ese ha sido el resumen que hemos tenido de: “DIOS, LA CREACION, LA CAIDA Y LA RESTAURACION.”
Oren mucho por mí, para que en la próxima ocasión Dios me dé también todo lo que debo hablar a ustedes, y así nos llene de más conocimiento de todo Su Programa.
Todavía continúo con ustedes en todos estos días, en todo este mes y parte también del otro, casi todo el próximo mes también. Y estaré estudiando lo más que pueda, evitando salir fuera de la casa, para que Dios me dé todo lo que debo hablarle a ustedes en este mes y en la mayor parte del próximo mes, para así crecer en el conocimiento de Jesucristo y Su Programa de Redención, Su Programa de restauración de todas las cosas.
Bueno, muchas gracias a cada uno de ustedes por haber estado orando por mí; pues Dios me ha estado ayudando mucho en todos estos días, mientras he estado estudiando y también mientras he estado hablándole a ustedes.
Sigan orando por mí, yo oraré por ustedes, para que también Dios les bendiga a todos ustedes, y les abra cada día más y más el entendimiento y el corazón para comprender todos estos misterios del Reino de Dios. Y oren mucho por todos los viajes que hemos de tener en este año también; pues esperamos que pronto esté completado el número de los escogidos de Dios. Nos gustaría que fuera en este mismo año; pero si no se logra en este año, pues será en el próximo año. Pero lo importante es que los que ya estamos estemos preparados para ser transformados en el momento que Cristo lleve a cabo esa transformación.
Esperamos grandes bendiciones de parte de Dios en este año 2001, y ya El ha estado dándonos grandes bendiciones de parte de Dios. Cristo está bendiciéndonos grandemente en este año, y continuará bendiciéndonos.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y les llene cada días más y más del conocimiento de todo Su Programa, y les prepare a ustedes y a mí para estar listos para nuestra transformación. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, ya tenemos listo el cántico que nos habla del Hombre que nos transformó interiormente y que nos transformará físicamente también, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo, el Hombre que nos transformó. Y mientras tenemos el cántico, Félix estará también con este cántico, que estará siendo pasado en grabación, para que así todos también puedan acompañar este cántico y todos cantar de todo corazón al Hombre que nos transformó, o sea, a nuestro amado Señor Jesucristo.
SIEMPRE RECUERDEN: ADORA A DIOS.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo y que Dios les guarde a todos.
“LA RESTAURACION DE LA CREACION.”