Lo que sucede a la Final Trompeta

Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Reino de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

La Visión de la Carpa es una promesa divina; y San Pablo en Hebreos, capítulo 11, por ahí, nos dice que imitemos a aquellos que por la fe conquistaron ¿qué?, promesas, o las promesas; promesas para su tiempo.

Y ahora, esa es una promesa muy grande, en la cual la Iglesia llegará a la parte culminante, en donde la plenitud de Dios va a ser manifestada; y será en forma ilimitada esa manifestación; y por consiguiente, será la primera vez que eso ocurrirá en la historia del cristianismo. No habrá limitaciones en cuanto a lo que Dios estará haciendo.

Ustedes encuentran, a través de los mensajes del reverendo William Branham, que ha dicho que vendrá un tiempo en que el poder de Dios estará en la Iglesia, a tal grado que miembros del cuerpo físico (que le faltarán a algunas personas) van a ser creados[1]. Y eso no se ha visto en el cristianismo, pero está prometido para ser manifestado en el Día Postrero.

Y en la página 136 y 138… La 136 del libro de Citas, dice que los grandes milagros, milagros internacionales, serán para Moisés y Elías[2]; o sea que vamos a tener en esa manifestación plena de Dios los ministerios de los Dos Olivos.

Y aun la página 114 del libro de Citas, que es una cita del libro o del mensaje “Almas encarceladas”, dice que habrá un ministerio que mostrará grandes señales, pero ya será pasado de tiempo[3]; pasado de tiempo en cuanto a que ya Cristo habrá completado Su Iglesia.

Pero no hay problemas: en esos días los muertos en Cristo van a resucitar, y los que están vivos en Cristo van a ser transformados.

¿Recuerdan ustedes el pececito que fue pescado por un hermano o compañero de pesca del reverendo William Branham?, y era tan pequeño que cuando lo sacó, el anzuelo, al quitárselo le trajo todo lo que tenía adentro; y salió todo lo que tenía adentro, y la persona luego lo tiró al agua e hizo un comentario, como que le había llegado su final al pececito; y ahí fue dicho que sería vista la gloria de Dios, o fue – le había sido dicho al reverendo William Branham que la gloria de Dios iba a ser manifestada.

Y ellos estaban esperando algo grande, y miren, después, media hora después, el reverendo William Branham ve el pececito, y el Señor, el Espíritu Santo, le dice que le hablara a vida, que hablara a vida ese pececito nuevamente. Y él le habló a vida: “Yo te doy la vida”, y el pececito volvió a vivir[4]. Fue la Palabra creadora de Dios a través de un profeta, siendo hablada para la resurrección de un pececito.

Y esa resurrección de ese pececito es muy pero que muy significativa, porque representa (ese pececito) nada menos que a los muertos en Cristo que van a ser resucitados; será una Voz que los traerá a resurrección: la Gran Voz de Trompeta, la Trompeta Final, la Voz de Cristo.

Ahí, en esa Trompeta Final o Voz de Cristo, serán hablados a resurrección los muertos en Cristo, y los de nuestra edad vendrán para estar con nosotros. Y luego también los demás de otras edades se van a juntar con nosotros, porque se juntarán con los que estarán viviendo en este tiempo final y estarán en la edad de resurrección, que es la Edad de la Piedra Angular.

Y todo eso va a ser en la parte culminante del Programa Divino; y está ligado a la Tercera Etapa, y por consiguiente al Séptimo Sello, por consiguiente a los Siete Truenos, y por consiguiente a la Visión de la Carpa; y no se puede explicar mucho para que no haya imitaciones.

Y por cuanto los ministerios de los Dos Olivos, de Moisés y Elías, son los que estarán siendo operados para traer esos grandes milagros, por consiguiente, donde estén esos ministerios —operados por el Espíritu Santo— estará el cumplimiento de la Visión de la Carpa en el Día Postrero.

Cualquier persona puede decir: “Eso es una promesa y cualquiera la puede cumplir”, y ponerse a hacer un lugar así para que Dios lo cumpla; pero si no están los ministerios siendo operados…, o sea, si no está el Espíritu Santo operando esos ministerios en él, no tiene nada que estar haciendo para construir un lugar así, porque Dios no lo va a vindicar.

Pero en el que esté en el Día Postrero, en la etapa correspondiente a nuestro tiempo: la Edad de la Piedra Angular, y tenga el Mensaje del Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, las dos Lluvias, y esté, por consiguiente, el Espíritu de Dios obrando a través de él: lo estaremos respaldando, y estaremos brazo a brazo con él trabajando, para que surja a existencia, se haga realidad, la Visión de la Carpa, y que Dios pueda operar ese ministerio a ese nivel, en donde grandes cosas han de suceder. Y por consiguiente, la labor será de bendición para todo el pueblo, para todo el cristianismo.

Ahí es que van a ver los judíos esa manifestación de Dios; y eso será Cristo viniendo por Su Iglesia en la Tercera Etapa.

Y será una Obra que no solamente será vista en el lugar donde esté llevándose a cabo, sino mundialmente; porque para eso Dios ha dado satélites, televisión y los canales de televisión, y también los televisores, para que todos tengamos en nuestras congregaciones buenas pantallas de televisión para captar esas transmisiones, y nuestras congregaciones todas estén disfrutando esa manifestación de la Tercera Etapa en una Carpa Catedral que está prometida que surgirá en este planeta Tierra.

El reverendo William Branham fue transportado al futuro, a muchos años más adelante del tiempo en que él estaba viviendo, y vio todo eso. Él trató de hacer realidad esa visión, y hasta dijo las cosas que él iba a estar haciendo allí y las cosas que Dios iba a estar haciendo; de lo cual pues no vamos a explicar mucho, para así dejar las cosas tranquilitas, y vamos a trabajar en pro de ese proyecto divino para que se haga una realidad, y Dios entonces obre lo que Él ha prometido.

En Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 al 17, encontramos que el séptimo Ángel, de estos siete ángeles con las siete trompetas, cuando él suena la Trompeta, ahí:

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,

diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido”.

La ira de la gran tribulación viene. En Apocalipsis, capítulo 14, también nos habla de ese día de la ira. Es el mismo “día grande y terrible del Señor”, que está prometido para ser manifestado en este planeta Tierra, que será “el día ardiente como un horno”[5]; día que nosotros no queremos vivir aquí en la Tierra, sino que queremos estar seguros en el Cielo, en la Cena de las Bodas del Cordero.

Capítulo 14, verso 6 en adelante, del Apocalipsis, dice:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado…”.

Y ahora, nos habla de la hora de Su juicio. Esto fue reflejado también en uno de los mensajeros del pasado. Reflejado; pero el cumplimiento pleno es para este tiempo; pero tiene que reflejarse en el pasado.

“… y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.

Y aquí nos habla de un mensajero con el Evangelio Eterno para predicarlo a todo pueblo, nación y lengua. También en San Mateo, capítulo 24, verso 14, dice: “Y será predicado este Evangelio del Reino por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.

Es el mismo mensajero que tiene la misión de comerse el Librito abierto en Apocalipsis, capítulo 10, el cual fue representado en Juan el apóstol; y por consiguiente, Juan el apóstol representa no solamente a ese mensajero, sino a todo el grupo de la Iglesia del Señor Jesucristo de ese Día Postrero.

Y ahora, en este tiempo final es que Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 al 19, que ocurre bajo el ministerio de los Dos Olivos (en este mismo capítulo 11, versos 1 al 14), es que todo esto se estará llevando a cabo en este tiempo final cuando Cristo complete Su Iglesia.

Cuando Cristo complete Su Iglesia y comience a adoptar a Sus hijos, por supuesto, comenzará adoptando en el orden correspondiente.

Y en la visión o en la resurrección del pececito, vean ustedes, la gloria de Dios fue manifestada, porque el pececito representa a los creyentes, a los cristianos que partieron y serían resucitados, y principalmente a los creyentes del tiempo final: los creyentes del tiempo correspondiente a la Trompeta Final, la Gran Voz de Trompeta, la Voz de Arcángel, la Voz de Dios hablándole a Su pueblo en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio de Adán hacia acá.

Es para el séptimo milenio, para el Día Postrero, que está prometida la resurrección. Y Cristo dice en San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40:

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.

¿Para qué tiempo es la resurrección conforme a las palabras de Cristo? Para el Día Postrero.

“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

¿Quién será el que realizará la resurrección? Cristo. Eso es para el Día Postrero, en donde Él manifestará Su gloria, Su poder; y por consiguiente, Él, en esa parte culminante de la Iglesia, estará cumpliendo esa promesa. Y luego que estemos transformados es que todos los cristianos creyentes en Cristo transformados, y los que partieron resucitados, podrán estar juntos también.

Ya no tendremos que sacar visas ni boletos aéreos, tendremos todo el equipo por dentro: será un cuerpo interdimensional, glorificado, joven, inmortal, incorruptible, un cuerpo igual al cuerpo de Cristo; por lo tanto, no vamos a tener problemas en esos días.

Tenemos que luchar para que llegue esa etapa, tenemos que tener todo listo para que llegue esa etapa; y recuerden que antes de que suceda algo, hay que trabajar, hay que hacer el trabajo correspondiente.

Y ahora, lo que sucede al final, a la Final Trompeta, vean, son muchas cosas: el llamado final con la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, el establecimiento de la Iglesia en una nueva edad, la introducción de una nueva dispensación y de un día nuevo, un día milenial nuevo, o sea, el séptimo milenio; y así por el estilo, todo lo que corresponde al final de la Iglesia y al comienzo de la Dispensación del Reino, todo eso está ahí incluido.

Ahí estará el llamado final para los escogidos, los cuales se unirán a Cristo por medio de la Palabra hecha carne del Día Postrero.

La Palabra prometida para el Día Postrero manifestada, hecha carne, estará trayendo toda la Palabra revelada; y al escucharla los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, obtendrán ese llamado en el corazón y vendrán, sin nadie obligarlos. Es el llamado del Buen Pastor, de Cristo, en el Día Postrero. Y juntará así a todos los escogidos de Su Cuerpo Místico de creyentes; será Cristo por medio del ministerio del Día Postrero. Y después obrará con los judíos, 144.000 judíos; ya eso lo veremos ya al final.

Cuando ellos vean a Cristo viniendo por Su Iglesia, dice el reverendo William Branham en la página 22 del libro de Citas, ellos dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Verán a Cristo, el Ángel del Pacto, viniendo por Su Iglesia. Vendrá manifestado Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en medio de Su Iglesia.

Y luego comenzará a sellar; pero ya esa es una señal en donde los creyentes en Cristo ya están o estarán siendo transformados; tendrán que tener la Voz de Arcángel, esa Gran Voz de Trompeta, tendrán que tener la Aclamación, todo eso, que es la misma Palabra, el mismo Mensaje de Cristo; y estarán preparados para ser transformados y raptados todos los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, correspondientes a este tiempo final.

Todos van a escuchar esa Trompeta Final. Sin escucharla no podrán tener la fe, la revelación del rapto, que es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Venida del Señor.

El reverendo William Branham, en la página 14 del mensaje “Cristo, el misterio de Dios revelado”, dijo: “El Séptimo Sello no ha sido abierto todavía, y está muy bien”[6]: hablando de ese Séptimo Sello, cómo vendrá y cuándo vendrá. O sea, eso no ha sido abierto al público.

Pero el reverendo William Branham en el libro de Los Sellos, página 465… vamos a ver este aquí, que tiene las páginas en la forma que yo las cito siempre, del libro de Los Sellos: página 466 y 467 (último párrafo):

“145. Siete es el número perfecto de Dios, y hubo estos siete truenos consecutivos uno tras otro. Estos siete truenos sonaron así rápida­mente, como si estuvieran deletreando algo. Ahora noten, pues, que en ese tiempo Juan comenzó a escribir y le fue dicho: ‘No lo escri­bas’. Jesús nunca habló de esto; Juan no lo podía escribir; los ángeles no sabían nada de esto. Entonces, ¿qué es? Es aquello de lo cual dijo Jesús que ni los ángeles en el Cielo lo conocían, ni Jesús mismo lo conocía; porque Él dijo que solamente Dios lo conocía”.

Y ahora, en la página 464 a la 465, dice:

“139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo eso está contenido en el Séptimo Sello”.

Y luego comienza a hablar del Séptimo Sello como un cohete que es disparado y tiene diferentes etapas.

(Estamos, Miguel, buscando…, vamos a buscar esa parte donde dice: “A él le conviene crecer…”). [Hno. Miguel: Ese es la 474]. 474 (aquí lo tengo) y 475. Dice:

“[173]. Yo únicamente les estoy diciendo lo que vi y las cosas que me han sido dichas. Usted haga lo que guste. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder”.

Cuando dice: “No sé quién será”, está hablando de una persona.

“[173]. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo”.

Y los Siete Truenos es la Voz del Ángel Fuerte, de Cristo.

“174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando (y ahora nos habla de una persona). Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento”.

Por eso él dice en el libro de Citas, página 119, y en otr-… es en la página 162 y 157, que estaba poniendo el fundamento, el andamio, para que otra persona subiera en él; poniendo la plataforma[7]; y, por supuesto, tiene que ser el que él está anunciando que va a venir después de él. Dice:

“[174]. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre”.

O sea que no estará ministrando de nuevo. Se fue y regresará en la resurrección de los muertos en Cristo; para lo cual ya estará operando la Visión de la Carpa y habrá un ministerio nuevo ahí, dos ministerios que estará operando el Espíritu Santo, que son los ministerios de los Dos Olivos.

“[174]. No habrá dos aquí al mismo tiempo”.

Ahora, está hablando de un hombre. “No habrá dos aquí al mismo tiempo”: es porque Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo.

“[174]. Y aun si así fuera (y aun si fuera como sucedió con Juan en el tiempo de Juan y de Jesús)

[174]. Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré”.

Está diciendo lo mismo que dijo Juan el Bautista cuando le dijeron: “Mira, ahora aquel del cual tú diste testimonio, ahora vienen a Él más personas; vienen a Él y bautiza más”[8], o sea, “bautiza más gente que tú”, es lo que le están diciendo: “Vienen a Él y son bautizados muchas personas”.

Y Juan dice: “No puede el hombre hacer nada de sí mismo si no le fuere dado de Dios”. O sea que no era una obra humana, era algo de parte de Dios.

Y entonces dice: “A Él le conviene crecer y a mí menguar”. Esas fueron palabras correctas de parte de Juan el Bautista.

Y ahora, será en la Visión de la Carpa y en el cumplimiento de la Visión de la Carpa donde estará aquel del cual dijo el reverendo William Branham: “A él le conviene crecer”. Ahí es donde crecerá al máximo ese ministerio.

Y ahora, lo que todos los que han creído el Mensaje que Dios trajo por el reverendo William Branham, ¿qué es lo que deben estar buscando? A aquel del cual dio testimonio el reverendo William Branham que vendría después de él, al cual le conviene crecer, y el cual tendrá el ministerio del Día Postrero, y llegará a la parte culminante del cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Cristo en Espíritu Santo estará en medio del cumplimiento de esa promesa; porque es el Programa de Dios por medio de Cristo para Su Iglesia para el Día Postrero.

Y así será estremecido este mundo con la demostración del poder de Dios en toda Su plenitud, sin limitaciones. Y así será que mundialmente van a ver esa manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en medio de Su Iglesia.

Dice el reverendo William Branham, y también Amós, capítulo 3, verso 7: “Porque no hará nada el Señor, sin que revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Y para el Día Postrero tendremos los ministerios de Moisés y Elías, y el ministerio de Jesús; porque es el Espíritu Santo el que opera los ministerios.

El ministerio que vimos operado en Jesús, ¿quién lo operó? El Espíritu Santo. El que vimos en Moisés, ¿quién lo operó? El Espíritu Santo. El que vimos en Elías, ¿quién lo operó? El Espíritu Santo. Por eso en Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12, dice que Dios era el que hablaba por medio de los profetas:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.

Y ahora, vean, Dios el Padre, por medio de Su Espíritu, o sea, por medio del Ángel del Pacto, por medio de Su cuerpo angelical, por medio de Cristo en Su cuerpo angelical, enviaba Su Palabra al pueblo usando los profetas. A través de los profetas, Dios con Su cuerpo angelical, entraba en ellos, y a través de ellos hablaba al pueblo.

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”.

Hebreos, capítulo 1:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas (¿Ven? Dios),

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”.

En Jesús estaba Dios hablando, y por consiguiente estaba el Espíritu Santo; porque Dios hablaba por los profetas enviando Su Palabra por medio de Su Espíritu a los profetas, y de los profetas pasaba al pueblo; ungía a esos profetas, y ellos hablaban siendo inspirados por el Espíritu Santo. No era la palabra de ellos; era la Palabra de Dios, del Creador, del Padre, a través del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo en ellos hablando al pueblo.

O sea que Dios con Su cuerpo angelical estaba tomando un cuerpo de carne, un profeta en cada tiempo, y usaba ese cuerpo y hablaba al pueblo. Y luego se creó un cuerpo físico de carne en el vientre de María; y luego, cuando nació, ese era el velo de carne humana de Dios, ese era el templo humano de Dios, esa era la semejanza física, la semejanza humana de Dios, que podía ser vista por los seres humanos.

Porque el cuerpo angelical no lo podían ver los seres humanos; lo veían algunas veces los profetas, pero no todo el tiempo, y algunas personas también (que no eran profetas), de vez en cuando pudieron ver el cuerpo angelical de Dios, que es la imagen de Dios.

La imagen es el espíritu, el cuerpo angelical; un espíritu es un cuerpo pero de otra dimensión.

Y ahora, vean el por qué el ser humano es alma, espíritu y cuerpo: porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es el alma eterna viviente, y Su cuerpo angelical es el Espíritu, el Espíritu Santo, y Su cuerpo de carne…; y Su cuerpo angelical es la imagen de Dios, de una dimensión invisible al ser humano: del mundo de los espíritus, del mundo de los ángeles, de la sexta dimensión; y el cuerpo de carne es la semejanza física de Dios, que tiene por nombre Jesús.

Y ahora, el ser humano es también trino: alma, que es lo que es la persona, y tiene dos cuerpos: uno espiritual, llamado el espíritu de la persona, y otro físico, llamado el cuerpo de carne, con el cual vivimos en esta dimensión terrenal.

Si nos vamos de esta dimensión terrenal (lo cual ocurre cuando el cuerpo físico muere): vamos a una dimensión espiritual o invisible a la vista humana, en donde se vive con cuerpos de otra dimensión; un cuerpo espíritu, un cuerpo que no es visible a nuestra dimensión, excepto en algunos momentos en que se hace visible.

Y esas son las teofanías o cuerpos teofánicos que aparecían a través de la historia bíblica; y algunos eran llamados: el Arcángel Miguel, otro aparecía como el Arcángel Gabriel; hombres de otra dimensión.

La ciencia se pregunta: “¿Habrá hombre en otros planetas, en otras dimensiones?”. Si leen la Biblia no tienen ni que hacer experimentos, ya está ahí. La Biblia es el libro más científico que existe, y que narra abiertamente cosas de esta dimensión y de otras dimensiones. Y podemos ver cómo este libro llamado la Biblia, que es el Libro de Dios y que es el pensamiento de Dios expresado para la raza humana, nos da todo ese conocimiento divino.

En estos días me dijeron, y publicaron también por la prensa, que en Manizales aparecieron unos platillos voladores o carros de fuego; y miren, todavía la ciencia preguntándose si existen: si existe otro mundo, si existen personas de otra dimensión, si existe otra gente más adelantada que las del planeta Tierra.

Todavía el Arcángel Miguel existe y el Arcángel Gabriel. Pueden pensar si son adelantados o no, que todavía están viviendo y aparecen en la Biblia desde el principio; y Jesús todavía está viviendo y está tan joven como cuando se fue; y el profeta Elías también.

Si los judíos se llegan a preguntar si existen seres en otra dimensión, si hay otra raza superior a esta, si existen en otros planetas, sería imperdonable: porque están esperando a Elías, el cual ya se fue en un carro de fuego; y también el cristianismo, que vio a Moisés y a Elías hablando con Jesús en el Monte de la Transfiguración.

Por lo tanto, no tenemos esas preguntas, de que si hay o no hay vida en otros mundos, porque ya lo hemos leído, otros lo experimentaron. San Pedro, San Juan y Jacobo dicen que ellos lo vieron allí.

Dice San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 1, dice, verso 16 en adelante…, o el 15 en adelante; dice:

“También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas”.

Y hay que tener memoria también de la experiencia que tuvieron en el Monte de la Transfiguración; lo cual fue una visión, en donde aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús[9]; y lo cual viene a ser tipo también, y figura, de lo que será la Venida del Señor para el Día Postrero.

Por eso el reverendo William Branham, cuando estuvo precursando la Venida del Señor, tenía que precursarla como fue visto en el Monte de la Transfiguración: a Jesús con Moisés y Elías; y a Jesús resplandeciendo Su rostro como el sol: “Porque a los que temen Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”.

Sus Alas: los ministerios de los Dos Olivos, uno a cada lado; como en el tabernáculo, sobre el arca del pacto, estaban dos querubines de oro, uno a cada lado, y la Presencia de Dios sobre el propiciatorio[10]; y también estaban en el templo que construyó Salomón dos querubines de madera (¿de qué?) de olivo, gigantes, cubiertos de oro[11].

La madera de olivo mostrando la humanidad y mostrando esos ministerios, y el oro mostrando la Divinidad ahí; Dios operando esos ministerios.

Y ahora, el reverendo William Branham recibió de parte de Dios, en el río Ohio, cuando allí estuvo bautizando, cuando bautizaba el número 17 (¿fue?)… Eso fue en el mes ¿de qué? De junio. Junio, día 11 (por ahí más o menos). Después lo buscan, y me corrigen si no estaba bien, para apuntarlo en algún sitio.

Escuchó la Voz del Ángel que vino en esa llama de fuego, en esa Columna de Fuego, y dijo que así como Juan el Bautista fue el precursor de la Primera Venida de Cristo, él lo dice algunas veces: “Tú precursarás la Segunda Venida de Cristo”, o “tú eres enviado para precursar la Segunda Venida de Cristo”[12]; y también en otras ocasiones dice: “Tu Mensaje precursará la Segunda Venida de Cristo”[13].

Por eso el Mensaje del reverendo William Branham es tan importante para el cristianismo, y para el judaísmo también; estará presente mostrando todas estas cosas que han sido prometidas y que fueron precursadas por el reverendo William Branham; él habló de esas cosas.

Y por cuanto en el Monte de la Transfiguración aparecieron Moisés y Elías…; en donde está allí el orden de lo que será la Venida del Señor: aparecieron Moisés y Elías; y la promesa es que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles[14].

Por eso el reverendo William Branham, precursando la Segunda Venida de Cristo, habla de Moisés, de Elías y de Jesús; lo cual todo concluirá como fue concluido allí; y una Voz del Cielo, o Dios hablando, una Voz del Cielo, desde la nube dijo: “Este es mi Hijo amado en el cual tengo contentamiento”. O sea: “Este es mi Hijo amado, mi David”, porque David significa ‘Amado’ y se escribe en la misma forma. David y Amado se escribe igual en hebreo.

Y ahora, cuando los discípulos, que estaban con sueño y también temerosos, salen de la visión, ven solamente a uno: a Jesús.

Todo llegará a esa etapa; y entonces veremos y entenderemos lo que está prometido que será la Venida del Señor con Sus Ángeles, y comprenderemos el Mensaje que precursó la Segunda Venida de Cristo.

El pueblo que estará más adelantado en todos estos temas y en todo este Programa Divino de la Venida del Señor, será el que esté en la etapa o edad correspondiente a este tiempo final; en medio del cual y para el cual la Visión de la Carpa se convertirá en una realidad. Estaremos brazo a brazo en esa labor para que se cumpla la promesa de la Visión de la Carpa.

Y cuando regrese el reverendo William Branham y los otros mensajeros, los otros seis mensajeros (y el reverendo William Branham: siete), y los apóstoles, les podamos dar la bienvenida, puedan estar con nosotros, con sus grupos, en cuerpos glorificados; que no habrá problema si tenemos muchos asientos o no.

Si en el cuerpo angelical no se cansan, ¿cómo será en el cuerpo glorificado? Tampoco se van a cansar, ni habrá necesidad de dormir; en ese cuerpo no habrá problemas. Por lo tanto, para ellos solamente les tendremos comida, porque ellos dijeron allá que regresarán a la Tierra, tomarán cuerpos y entonces comerán[15].

Así que no pidieron un cuartito para dormir, no lo van a necesitar; y cuando tengamos nosotros el cuerpo nuevo, tampoco vamos a necesitar de una habitación para dormir.

Vean, cuando Cristo ya resucitó, no se acostó a dormir en ningún momento; pero sí —para que creyeran que era Él y que era un cuerpo, no un espíritu— pidió de comer algo y comió delante de ellos, no tuvo ningún problema para comer; y ellos se pusieron muy contentos. Y cuando les apareció a ellos les dijo: “Paz a vosotros, no temáis”[16].

Y ahora, yo estoy esperando mi cuerpo glorificado. Todavía no lo tengo, pero lo voy a tener. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. La promesa es para nosotros.

Todas estas cosas son eventos que sucederán al final de la Trompeta, de esa Gran Voz de Trompeta, a la Final Trompeta, “porque será tocada la Trompeta, y los muertos en Cristo resucitarán primero”[17].

Resucitarán primero, ¿cómo? Glorificados, en cuerpos glorificados. Resucitarán primero, incorruptibles, inmortales y jóvenes para toda la eternidad, y aparecerán a los creyentes que estarán vivos; y que muchos estarán por televisión viendo todo, y otros estarán en las actividades de una Carpa Catedral que está prometida. O sea que estarán en actividades, no estarán inactivos.

Mientras más nos acercamos a ese momento, más trabajo nos viene; es que hay mucho trabajo todavía por hacer. Y si pensábamos que habíamos terminado nuestro trabajo, podemos ver que ahora en este año hemos tenido más trabajo; y el año que viene, si no ocurre antes la resurrección, la transformación, vamos a tener más trabajo.

Y ahora, “LO QUE SUCEDE AL FINAL DE LA TROMPETA”.

Cuando ya se concluya ese Mensaje, cuando se llegue al final: pues la resurrección y la transformación de los creyentes; y luego, en esos días también habrá esa etapa de 30 a 40 días, dice el reverendo William Branham, en donde ya podremos estar todos juntos, o a lo menos viajando de vez en cuando para las actividades; aunque yo pienso que para esos días tendremos actividades o 12 horas o 24 horas diarias, cuando se llegue a esa etapa que ya estemos transformados y los muertos ya resucitados.

Ahora, estamos más cerca de ese momento que lo que estábamos el año pasado; cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada año, nos acercamos más a esa promesa tan grande que por la fe la vamos a conquistar, porque la creemos de todo corazón, y Dios honra la fe del creyente.

Honró la fe de Abraham: cuando Dios le dijo que su simiente sería como las estrellas del cielo; le dijo: “Míralas, y cuéntalas si las puedes contar”[18].

Todavía no las han podido contar (las estrellas del cielo), los científicos, aun con todos los equipos que tienen. Cada vez que obtienen un equipo que pueda lograr más visión del universo: descubren más estrellas, y son millones o billones.

¿Y cómo Abraham iba a contar (vamos a decir) un millón de estrellas? Ya cuando va por mil se le olvida por cuál de ellas iba, y se le olvida a cualquiera por dónde va.

Una noche estrellada Abraham recibe la promesa de que su simiente será como las estrellas del cielo; y Abraham, que no tenía el hijo que Dios le había prometido o que Dios le iba a prometer, pero ya le había dicho que sería padre de naciones, ahí en ese mismo capítulo 15 [Génesis] se lo habla.

Y ahora, le es cambiado el nombre: de Abram por Abraham[19].

Ahora, el nombre tiene que ver con ser padre de naciones; no solamente de una nación, sino de naciones; y sería heredero del mundo. Por lo tanto, todo lo que tendrá que ver con el futuro de la humanidad está ligado a Abraham y a su simiente, el cual es Cristo, el Mesías, por el cual y a través del cual serían benditas todas las naciones.

Y ahora, será Cristo el que va a seleccionar las naciones que han de entrar al Reino Milenial. Eso el mismo Cristo lo dijo en San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46, donde muestra que el Hijo del Hombre se sentará en Su Trono de Gloria y reunirá a todas las naciones delante de Él, unas a la derecha y otras a la izquierda: unas a la derecha, como las ovejas son colocadas por el pastor; y otras a la izquierda, representadas en cabritos; y la bendición viene para los de la derecha.

En la diestra está la bendición, la Bendición de la Primogenitura, la bendición para entrar al Reino del Mesías.

Esas naciones entrarán, y por consiguiente vendrán a formar parte del Reino del Mesías, juntamente con Israel. Las otras naciones serán destruidas, dice que serán echadas al infierno que fue preparado para el diablo y sus ángeles, donde será el lloro y el crujir de dientes; y todo eso va a suceder.

Así que podemos ver las cosas que están más adelante también, después de la Trompeta Final; pero las que nos llaman mucho la atención son las que ocurren estando todavía nosotros en estos cuerpos y las que ocurren para nuestra transformación; esas son las más que nos llaman la atención; porque después, cuando ya estemos transformados, vamos a estar…, obligatoriamente vamos a estar allí con Cristo, en ese Juicio, para ser Su Gabinete, Su Gabinete del poder judicial.

Así que ya sabemos lo que sucede a la Final Trompeta: un Mensaje, un llamado para los escogidos; porque los escogidos del Día Postrero, la Iglesia-Novia de Cristo se unirá a Cristo por la Palabra hecha carne. No hay otra forma.

La Palabra prometida para este tiempo final hecha carne será lo que unirá, lo que juntará a todos los escogidos; y eso está en el tiempo final, bajo la Trompeta Final.

Por lo tanto, oramos a Dios para que Dios continúe obrando, y llamando y juntando a todos Sus escogidos que formarían parte del Cuerpo Místico de Cristo de este tiempo final; porque ya los de edades pasadas ya fueron llamados por los mensajeros que Dios envió.

Y si hay algunos que permanecen en edades o mensajes de otra edad y quieren permanecer así, pues no los vamos a obligar a que cambien de edad; y si Dios los coloca como parte del grupo del mensajero de la edad, de una edad pasada, ya eso es asunto de Dios.

Permanecemos en la edad que nos corresponde, recibiendo la Palabra que nos corresponde y preparándonos para nuestra transformación; recibiendo la revelación, la fe, para ser transformados y raptados, o sea, la revelación del Séptimo Sello, la revelación del misterio de la Venida del Señor.

Así como para obtener la salvación y vida eterna, y obtener, por supuesto, la transformación interior: recibimos la revelación, la fe, de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Esa es la fe, la revelación que se recibe para obtener esa transformación interior, en donde la persona obtiene el nuevo nacimiento, y obtiene la adopción espiritual y vida eterna; así obtiene las primicias del Espíritu.

Y luego, para recibir la plenitud en el Día Postrero, se requiere tener —en adición (sin dejar la fe de la Primera Venida de Cristo, la revelación de la Primera Venida de Cristo, sino junto a la revelación de la Primera Venida de Cristo)—, recibir la revelación de la Segunda Venida de Cristo.

En la Primera vino para redimir Su Iglesia; en Su Segunda viene para la resurrección de los muertos en Cristo y para la transformación de los vivos creyentes en Él, para la redención física de los creyentes.

“LO QUE SUCEDE A LA FINAL TROMPETA”.

Bajo la Trompeta Final son llamados y juntados con Gran Voz de Trompeta todos los escogidos; por eso tiene que ver con la Iglesia-Novia y también con los judíos, pero tiene su forma para entenderlo.

Y ahora vamos a dejar esto quietecito aquí, solamente aplicado el 90% a la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo; dejamos los judíos quietecitos por el momento.

Los 144.000 no van a ser transformados, tienen que pasar por la gran tribulación. Van a creer en el momento correspondiente.

Por lo tanto, trabajamos al máximo, lo máximo, por los que van a ser transformados: por los miembros del Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo. Aunque también trabajamos por los judíos, pero no tanto como trabajamos por la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete la Iglesia del Señor Jesucristo, y los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos, y los que vivimos seamos transformados.

Que pronto se haga una realidad la Visión de la Carpa, en donde se cumplan todas las cosas que fueron vistas y que fueron prometidas en esa manifestación plena del poder de Dios, en esa manifestación de la Tercera Etapa, la cual se identificará a sí misma con el cumplimiento de todo lo que fue prometido.

En el Nombre del Señor Jesucristo, oh Dios, Padre celestial, te lo pido.

Y te pido que mañana (en la actividad de la mañana) Tú te manifiestes, hables directamente al alma de las personas, pongas en mi boca las palabras correspondientes y me uses conforme a Tu voluntad; y traigas a Tus Pies los que faltan para entrar a Tu Cuerpo Místico de creyentes, todos los que estén allí presentes, y también en otras naciones que estarán escuchando Tu Palabra, y en todo momento en que escuchen nuevamente el mensaje que Tú estarás dándonos en esa actividad.

Que ese mensaje siga tan vigente, y siga llamando y llamando más personas, hasta que se complete Tu Iglesia; y así sea con todos los demás mensajes que Tú nos has dado en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo te lo ruego, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén.

Pasen todos muy buenas noches, y que Dios les continúe bendiciendo a todos.

“LO QUE SUCEDE A LA FINAL TROMPETA”.

[Revisión septiembre 2024]

[1] Citas, pág. 93, párr. 804

[2] Citas, pág. 136, párr. 1208

[3] Citas, pág. 114, párr. 1002

[4] 57-0623 “Cree desde el corazón”, párrs. 130-157

[5] Malaquías 4:1, 4:5

[6] 63-0728 “Cristo es el misterio de Dios revelado”, párr. 106

[7] Citas, pág. 71, párr. 615; pág. 91, párr. 791; pág. 119, párr. 1058; pág. 157, párr. 1407

[8] San Juan 3:26-30

[9] Mt. 17:1-8, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36

[10] Éxodo 25:17-22

[11] 1 Reyes 6:23-28, 2 Crónicas 3:10-13

[12] Citas, pág. 80, párr. 683; pág. 81, párr. 687

[13] Citas, pág. 119, párr. 1058

[14] San Mateo 16:27

[15] Los Sellos, pág. 322, párr. 219

[16] San Lucas 24:36-43

[17] 1 Corintios 15:51-52

[18] Génesis 15:2-5

[19] Génesis 17:1-6

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