La estatura de la plenitud de Cristo

Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; a todos ustedes que están presentes y también los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones.

Para esta ocasión leemos en Efesios, capítulo 4, versos 7 en adelante, donde nos dice San Pablo:

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

Por lo cual dice:

Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,

Y dio dones a los hombres.

Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido (primeramente) a las partes más bajas de la tierra?

El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO”.

La promesa y el Programa Divino es que todos lleguemos a ser iguales a Cristo, que todos lleguemos a ser eternos en alma, espíritu y cuerpo. Pero el cuerpo físico que tenemos es mortal, por lo tanto tenemos la promesa de que hemos de recibir un cuerpo eterno, joven y glorificado.

Ahora, lo que es para individuos, el Programa de llegar a la estatura de Cristo, es también para la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, es también para el pueblo hebreo como nación, es también para el Reino de Cristo, del Mesías, y es también así para el planeta Tierra completo.

O sea, el Programa de Redención, vean ustedes, es para el ser humano, para la Iglesia y también para el planeta Tierra; o sea que hay un Programa de Redención para el individuo, para la Iglesia y para el planeta Tierra. Y el planeta Tierra está gimiendo por esa redención que ha sido prometida. Eso lo dice San Pablo en Romanos, capítulo 8, cuando dice, del verso 14 en adelante, dice:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”.

Y ahora, el verso 9 de este mismo capítulo 8 dice:

“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.

La vida está en la sangre. Para tener la Vida, el Espíritu de Cristo, tiene que tener la Sangre de Cristo, que lo limpia de todo pecado; ahí se hace el examen de la Sangre, para saber de quién es la persona hija. Los que no tienen el Espíritu de Cristo, la Vida de Cristo, el Espíritu Santo, dice: “No son de Él”. Por eso hacen también el examen de la sangre, para encontrar la paternidad de un hijo.

Ahora, sigue diciendo el verso 11… verso 10:

“Pero si Cristo está en vosotros (¿Cómo está? Por medio de Su Espíritu), el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado (por causa del pecado el cuerpo está muerto, no tiene la vida eterna; lo que tiene es una vida temporera), mas el espíritu vive a causa de la justicia”.

El espíritu que está en la persona tiene ya vida eterna, cuando la persona ha recibido el Espíritu de Cristo. Por lo tanto, el cuerpo angelical de la persona tiene vida eterna; es el ángel de la persona.

“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”.

Va, le trae Vida al cuerpo físico, la Vida de Dios, la Vida de Cristo, y algún día transformará – será transformado el cuerpo físico, y entonces ya será un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Cristo nuestro Salvador; y para los muertos en Cristo: reciben ese cuerpo en la resurrección, o sea, resucitan en esa clase de cuerpo. El cuerpo antiguo ya murió para los muertos en Cristo, pero ahora Dios le va a dar un cuerpo nuevo y eterno.

Ahora, recuerden que antes de regresar, los mensajeros con su grupo, van a pasar por un juicio; pero no por el Juicio Final, que es el difícil, el malo; un juicio en donde Cristo juzgará al mensajero con su grupo. Recuerden que cuando el reverendo William Branham visitó a su grupo, los que habían partido de su grupo, de su edad, ellos le hablaron de estas cosas y él se sorprendió, él no sabía eso[1].

No se preocupen, que los que están vivos van a pasar por un momento también; será un momento como aquel en donde San Pedro era usado por el Espíritu Santo, y en donde encontramos que en medio del pueblo, como siempre, ha habido problemas.

El pueblo hebreo, cuando Moisés lo llevó por el desierto: hubo problemas en medio de ellos, o sea, hubo personas problemáticas o personas que se dejaron usar por espíritus malos y se levantaban algunas veces en contra del mismo mensajero que Dios usó para libertarlos de la esclavitud en Egipto.

Y desgraciadamente aun Miriam (o María) y Aarón, también cometieron un grave error. Primero dicen o critican a Moisés por la esposa, una crítica familiar[2]; pero con Dios no se puede… Dios no acepta esas cosas, y mucho menos que lo hagan con Moisés, un mensajero dispensacional.

Y la Palabra de Dios siempre viene a un profeta, viene al mensajero de la edad, para esa edad, y al mensajero dispensacional para la dispensación completa. La clase de profeta más grande delante de Dios es un mensajero dispensacional, solamente tiene siete; y con siete Él completará, realizará todo el Programa que Él (que Dios) tiene con el ser humano.

Ahora vean, hay dos cosas importantes: Una: una crítica por la esposa; o sea, la elección no le tocaba ni a Aarón ni a Miriam, le tocaba a Moisés. Y él, por cuarenta años allá en el desierto, por Madián, se casó, y era una joven del mundo árabe, no era judía, y también tenía el color un poquito más oscuro que muchos hebreos.

Ahora, Moisés, dice que era el hombre más manso de todos en medio del pueblo[3]; y Moisés no dijo nada. Recuerden que cuando un mensajero como Moisés no dice nada en un caso así… Y Aarón y Miriam eran mayores que él, pero todos tenían más de ochenta años, de ochenta años en adelante. Y cuando el mensajero, Moisés, no dice nada o no hace nada, es peor, porque Dios es el que hace entonces, y Dios no va con el sentimiento de familia, que si porque eran familia o…; no.

Y Miriam y Aarón dicen: “¿Pero no ha hablado Dios también por nosotros?”. Están tratando de ocupar la posición de Moisés, o sea, de dividirse en parte: “No, en Moisés solo no, nos toca una parte a nosotros, Dios ha hablado por nosotros”. Dios solamente habla por el mensajero correspondiente a cada dispensación el Mensaje dispensacional; los demás pueden ser ayudantes, pero no la Voz de Dios. Donde Dios coloca Su Palabra es en la boca del mensajero.

Por eso Dios le dijo, cuando Moisés quiso una persona que hablara bien para que lo ayudara y hablara al pueblo, Dios se enojó con Moisés[4]; estaba repartiendo el ministerio sacerdotal con otra persona, el cual después le hizo un becerro de oro[5], el cual comenzó allá; ya cuando estaban libertados comenzó con problemas el ministerio de Aarón.

Y el reclamo: “¿No ha hablado Dios por nosotros también?”. O sea: “Moisés no es el único hombre, el único que tiene contacto con Dios, el único al cual Dios le habla, y Dios habla a través de él”. Pues era el Ángel del Pacto en Moisés, no en Aarón ni en Miriam.

Y ahora, ¿qué están ellos haciendo, se dieran o no se dieran cuenta? Recuerden que el poder sobre el pueblo lo tiene Dios y lo opera a través del mensajero de cada tiempo; si es dispensacional es para la dispensación completa; y no habrá otro mensajero para esa dispensación. Pero ellos querían agarrar el poder. Eso así, cuenta delante de Dios, el poder sobre el pueblo, y en cualquier momento podían echar a Moisés a un lado.

Ya lo estaban echando a un lado: estaban tratando de que el pueblo pusiera la vista en ellos, cuando tenía que (el pueblo) tener la vista en Moisés, porque en Moisés estaba Dios.

Ya ellos querían seguir sus propios consejos y no el consejo de Dios a través de Moisés. Es como decir: “No, aquí no manda Moisés”, o: “No importa lo que Moisés diga; lo que nosotros digamos, eso es lo que vale. Allá Moisés donde está, pero aquí mandamos nosotros”, podían… Ellos estaban buscando ser la autoridad delante del pueblo. Y el susto que pasaron fue grande, y la sentencia fue que no entrarían a la tierra prometida.

Ahora, de dispensación en dispensación eso se repite. Y uno debe siempre buscar ser representado en las personas positivas y en los hechos positivos, y no en hechos negativos.

Por ejemplo, Moisés era el instrumento de Dios, Dios estaba reinando a través de Moisés. Pero podía decir Aarón o Miriam: “Moisés no puede estar preguntando cuánto recogimos para la construcción del tabernáculo, porque eso lo hacemos nosotros; él no se tiene que meter en nada de esto”. O: “Nosotros podemos, de lo que entró, tomar algo para nosotros, o ponerlo para otra cosa”. Pero eso no fue lo que Dios le dijo a Moisés; o sea que si hacían de otra forma… y tenían una construcción para llevar a cabo, si hacían de otra forma estaban haciendo diferente a como Dios les ordenó.

Recuerden, también nosotros tenemos por delante una labor importante.

Ellos podían decir: “Hoy la meta que tenemos era tanto, así que vamos a guardar el sobrante para el otro día o la otra semana”. Si Dios los bendijo y les dio más de lo que ellos tenían pensado, pues todo era para ese día, era la meta con abundancia de bendición; y ya para el otro día o la otra semana era la meta de la otra semana. Y en eso debemos ser fieles nosotros.

Cuando se estaba recogiendo para el tabernáculo no podían decir: “Bueno, vamos a sacar tanto por ciento para otras cosas: para comprar materiales, para hacer una casita para personas, o para nosotros (hacer agrandar la casita, la carpa que ellos tenían; cada familia pues cargaba con su carpa)”. Lo que se pide o se recoge para una cosa debe usarse en eso, no se debe desviar nada para otra cosa, ni dejar y decir: “Ya se cubrió la meta, el sobrante ya lo vamos a dejar para la otra meta que tengamos”.

Mire, cuando Dios les dio el maná hicieron algo parecido, muchos dijeron: “Recibimos maná, recogimos mucho, y ahora vamos a guardar para el otro día”. ¿Qué pasó? Al otro día estaba lleno de gusanos[6].

Siempre tenemos que ser fieles al Señor. Recuerden que estamos en la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual tiene que llegar a la estatura de la plenitud de Cristo. Lo que es y lo que se cumplió en Cristo se tiene que cumplir en cada creyente y también en la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes; y en el planeta Tierra también, que tiene la promesa de ser redimido, ser regresado a Dios, por lo cual va a pasar por muchas etapas difíciles, y va a ser purificado para ser entregado nuevamente a los hijos de Dios.

La gran tribulación, digamos que es las primicias (como las primicias del Espíritu), pero luego vendrá la plenitud: el fuego que abrasará el planeta Tierra completo después del Reino Milenial, para ser purificado completo.

Algunos se preguntarán: “¿Y dónde entonces vamos a estar, dónde nos vamos a meter?”. No se preocupen, con el cuerpo glorificado no hay ningún problema.

En la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico, así como en individuos, nació; y va creciendo de edad en edad, hasta llegar a una etapa muy importante, en donde, así como en cada edad estaba el mensajero con los escogidos de cada edad, habrá una etapa o un tiempo para la Iglesia en que esto se va a cumplir.

Página 4 del mensaje titulado “La estatura de un Hombre perfecto”[7], predicado por el reverendo William Branham, dice:

31 Estamos acercándonos a Los Siete Sellos. Acabamos de estudiar Las Siete Edades de la Iglesia. Y este mensaje de enseñanza ayuda a aparejar a todo aquel que es redimido por la Sangre del Señor Jesús, y que estará en aquella edad de la Iglesia, la edad eterna de la Iglesia, al fin de los (Siete) Sellos”.

Aquí nos habla de una edad eterna, por lo tanto no es ninguna de las siete edades de la Iglesia.

Y en la página 37 del libro de Citas, párrafo 311, dice[8]:

311 – “34 Ahora fíjese, entonces la Venida del Señor Jesús está tan cerca, a la mano, que el Espíritu desde aquí abajo…, solo apenas justificación, santificación, bautismo del Espíritu Santo (está hablando de las últimas tres edades de las siete edades de la Iglesia, o sea, las tres edades postreras de las siete edades), y ahora al tiempo de la Venida de la Piedra Angular”.

¿Quién hablaba de la Piedra Angular y de la Venida de la Piedra Angular y de la Edad de la Piedra Angular? El que fue enviado para hacer la introducción, o sea, preparar el terreno para cuando llegara ese tiempo.

311 – “[34] LA IGLESIA DEBE ESTAR TAN PERFECTAMENTE COMO CRISTO HASTA QUE CRISTO Y LA IGLESIA PUEDAN UNIRSE (aquí traduce: ‘Unirse juntos’) JUNTOS, EL MISMO ESPÍRITU. Y si el Espíritu de Cristo está en usted, le HACE VIVIR LA VIDA DE CRISTO, ACTUAR LA VIDA DE CRISTO, HACER LAS OBRAS DE CRISTO. ‘El que creyere en Mí, las obras que Yo hago también él las hará’. Jesús dijo eso, ¿ve? AHORA VAMOS A TENER… TENEMOS UN MINISTERIO LLEGANDO, QUE ES EXACTAMENTE COMO LA VIDA DE CRISTO. ¿QUÉ IDENTIFICA EL MINISTERIO? LA VENIDA DEL SEÑOR. (…)

[36] Mire la iglesia luterana bajo JUSTIFICACIÓN, viniendo fresco del catolicismo. Mírela, moviéndose. Luego mire a Wesley llegando un poco más cerca, a la SANTIFICACIÓN, tejiendo dentro de las Escrituras (o sea, en las Escrituras cumpliéndose o cumpliendo esas Escrituras de la restauración de la Iglesia). Mire en medio de Wesley. Luego la cosa siguiente QUE VINO ERA LA EDAD PENTECOSTAL. Y la edad pentecostal con la restauración de los dones, los dones espirituales. AHORA MIRE LA EDAD QUE VIENE AHORA, HACIA ARRIBA, A LA PIEDRA ANGULAR”.

¿Ve que él habló de que después de las siete edades venía una edad perfecta?: la Edad de la Piedra Angular.

311 – “[36] ¿Ve lo que quiero decir? La Venida del Señor, LO MANIFESTADO. DIOS EN TODA CREACIÓN ESPERA QUE LA IGLESIA HALLE SU LUGAR POSICIONALMENTE”.

Y su lugar para este tiempo es ¿dónde? Arriba. Ya no es ni la edad luterana, ni la edad wesleyana, ni la edad pentecostal; ya esas son edades que concluyeron, que ya pasaron, ya tuvieron sus mensajeros; y quedan algunas personas de esa edad, pero ya su mensajero, el mensajero de cada una de esas edades, se fue.

Las cosas que Dios ha prometido hacer y no han sido cumplidas en edades pasadas serán cumplidas en esta edad, señalada por el reverendo William Branham: la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Venida de la Piedra Angular, de la Venida del Señor.

Y dice que “Dios espera que la Iglesia encuentre su lugar”. Su lugar, o… En el tiempo de Lutero, pues su lugar era la edad luterana con el Mensaje de Lutero; en el tiempo de Wesley, la edad era la edad wesleyana con el Mensaje de Dios a través de Wesley; y en la edad, la etapa pentecostal, pues la edad pentecostal con el Mensaje de Dios a través del reverendo William Branham para todo el pueblo; y en donde hubo también la restauración de los dones.

Ahora, veamos un poquito más…

Recuerde que la Iglesia tiene que reconocer y ocupar su posición en el Cuerpo Místico de creyentes. Y la Iglesia va creciendo hasta completarse esa Pirámide, o esa Iglesia, ese Cuerpo Místico de creyentes; y en donde encontramos que la Iglesia llega a su perfección, llega a la imagen y semejanza de Cristo, como Cuerpo Místico, y cada creyente como individuo.

No hay otra edad para nuestro tiempo. Es en esa edad donde Dios cumplirá todo lo que Él ha prometido, y cumplirá Cristo Su Venida. Es en esa edad que los judíos van a ver al que ellos están esperando, y ahí van a ver a Elías también.

Recuerden que Elías lo único que tiene que hacer es pasar de la séptima edad a la Edad de la Piedra Angular. Y así como Elías estaba en el monte (también) de Dios, en el monte Horeb, así ha estado en el Monte de Sion, el Monte de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vamos a ver algo más: página 106, párrafo 920, dice [Citas]:

920 – “Miren en dónde estamos, aquí en el tope de la Pirámide. Aquí en donde Dios lo ha probado con la Biblia, por los Siete Sellos, que han sido perfectamente revelados. Esperando solamente los siete misterios a lo último, en la Venida del Señor y el rapto de la Iglesia”.

Vamos a buscar otro lugar: página 107, párrafo 931; a lo último de ese párrafo dice:

931 – “¡… si la Iglesia únicamente conociera su posición! Así será algún día, entonces acontecerá el rapto, o sea, cuando Ella reconozca lo que es”.

Y así, a través de los mensajes del reverendo William Branham y a través de toda la Biblia, ustedes podrán comprender dónde se encuentra la Iglesia del Señor Jesucristo en el Cuerpo Místico de Cristo, en qué etapa de la Iglesia estamos viviendo, y qué cosas están prometidas para esa etapa, y qué Mensaje corresponde a esa etapa.

Por cuanto la Iglesia del Señor Jesucristo es el Cuerpo Místico de Cristo, y por consiguiente es un Templo espiritual, encontramos que durante las siete edades la Iglesia ha vivido en la etapa del Lugar Santo. Y luego, para nuestro tiempo, corresponde a la etapa del Lugar Santísimo.

¿Dónde tuvieron problemas los hijos de Aarón, y dos de ellos murieron? En el lugar santísimo[9]. Ese es el lugar más peligroso de todos los lugares del Templo espiritual de Cristo, como lo fue en el tabernáculo y en el templo que construyó el rey Salomón.

Ese lugar es donde el juicio divino vino sobre los hijos de Aarón; que estaban ministrando, pero con fuego extraño; o sea que no era un fuego producido por la fórmula que tenía que ser usada para producir ese fuego. No tenía el aceite con la fórmula correcta, no tenía las demás cosas con la fórmula correcta, y las cosas que eran echadas en el incensario para que se prendiera el fuego que estaba en esas brasas ahí del incensario.

Y no se puede colocar fuego extraño —interpretaciones privadas— para esa etapa de la Iglesia.

Cualquiera que lo haga, tendrá el mismo problema que tuvieron los hijos de Aarón. Y hasta Dios le prohibió a Aarón que llorara por sus hijos, le prohibió que hiciera duelo[10].

Así que tenemos que estar conscientes de qué etapa de la Iglesia estamos viviendo: estamos viviendo en la etapa de corona de la Iglesia del Señor, la etapa más gloriosa de todas las etapas; la etapa en y para la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos y glorificados.

Esa es la etapa de la adopción, de la cual San Pablo dice, en Romanos, capítulo 8, verso 18 en adelante, dice:

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

La gloria venidera: cuando tengamos el cuerpo glorificado, ahí tendremos la gloria de Dios manifestada; y eso influye también para la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, como Templo espiritual. Será la única etapa de la Iglesia en que estará glorificado el Templo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo. Dice:

“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (o sea, ser manifestados con vida eterna física en cuerpos eternos y jóvenes, como el de Jesucristo).

Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;

porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;

y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.

Y la redención de nuestro cuerpo será: para los vivos la transformación, en donde obtendremos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y joven, como el cuerpo glorificado de Cristo nuestro Salvador; y para los muertos en Cristo, pues la resurrección en cuerpos eternos. Todo eso va a cumplirse en nuestro tiempo, en la etapa o edad correspondiente: la Edad de la Adopción, la Edad del Amor Divino, la edad que nosotros no escogimos para vivir, pero que por elección divina nos toca vivir; la etapa más gloriosa.

Por eso esa es la etapa en donde aparecerá una Gran Carpa Catedral, la cual fue vista por el reverendo William Branham. Él trató de que se hiciera realidad en su tiempo y no fue posible, porque no era para su edad. Recuerden que él fue transportado a través del tiempo, para estar en el tiempo en donde esa Carpa Catedral aparecería.

Por lo tanto, corresponde a una etapa de la Iglesia que se conectará no solamente con el cristianismo, sino con el judaísmo también.

Ahí es donde el pueblo hebreo va a ver al Mesías manifestado, y dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Ahí van a ver todo lo que ellos están esperando. Y también los que van a ser transformados, van a ver todo lo que están esperando.

Y ahora, es ahí, vean, es ahí donde los ministerios de los Dos Olivos estarán siendo operados por el Espíritu de Dios; y también el ministerio de Jesús será visto siendo operado por el Espíritu de Dios.

Ahí también es que va a ser manifestado el juicio divino. Serán habladas las plagas; también todo lo que va a pasar, los juicios divinos que van a venir sobre la Tierra, todo eso va a ser abierto ahí.

Y el Séptimo Sello va a ser abierto ahí también, públicamente. Y ahí también van a aparecer los Ananías y Safira, porque el juicio comienza ¿por dónde, dice? Por la Casa de Dios[11].

Yo los amo mucho y les recomiendo que se cuiden de llenar los requisitos para ser los Ananías y Safira. No vaya alguno de ustedes a actuar como Ananías y Safira. Recuerden, miren, mintieron; y hubo dinero detrás de todo ese problema[12]. Era el mismo problema de Judas Iscariote, hubo dinero también[13]. Después pues fue tarde para arrepentirse.

Cualquiera que haya tenido problemas que puedan llenar los requisitos de las cosas de Ananías y Safira, o de Judas Iscariote, o de aquellos que en el tiempo de Moisés se rebelaron contra Moisés: reconózcanlo delante de Dios, oren a Dios, y también restauren lo que no les corresponde.

Lo que hayan hecho mal: hagan la restauración; como hizo y dijo Zaqueo, dijo a Jesús que él, a cualquiera que le había robado, vamos a decir, defraudado, le restituiría, ¿cuántas veces?[14].

Entonces, ustedes mejor superen la sinceridad y justicia de Zaqueo (cinco veces o más); pero mejor arreglar las cosas antes de que llegue ese momento.

Todos esperamos que llegue el cumplimento pleno de la Visión de la Carpa; pero recuerden: van a suceder esas cosas las cuales están prometidas. O sea que las puede comenzar con juicio, porque el juicio comienza por la Casa de Dios; y antes de comenzar para el mundo tiene que comenzar en la Casa de Dios.

Es un consejo como compañero en el ministerio de cada uno de ustedes que han estado trabajando; hemos estado trabajando por años juntos, bien unidos, en la Obra del Señor.

Yo quiero las bendiciones de Dios para cada uno de ustedes y para vuestras congregaciones también.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo está en la etapa más gloriosa de todas, la etapa en donde llegará a la perfección física como Cuerpo Místico de creyentes, como Templo espiritual de Dios.

Llegará en un momento en donde la plenitud de Dios, por medio de Cristo, entrará a Su Iglesia; y eso hará que quede sellada como la Iglesia que ha llegado a la plenitud de Cristo, que ha llegado a la perfección.

Porque con la resurrección de los muertos en cuerpos eternos y perfectos, y la transformación de los vivos, la Iglesia será perfecta. Y cada creyente, cada individuo creyente en Cristo nacido de nuevo, llegará a su perfección, porque entonces tendrá también su cuerpo perfecto, el cuerpo glorificado.

Ya tenemos las primicias del Espíritu Santo: el cuerpo angelical, y ahora nos falta la otra porción; y entonces tendremos la doble porción: resurrección espiritual al recibir el Espíritu de Cristo, y así la vestidura de Boda, la primera porción; y luego la segunda porción de la vestidura de Boda: el cuerpo físico glorificado. Tan sencillo como eso.

Recuerden que es un Programa Divino de una Nueva Creación, o sea, de una nueva raza que está siendo creada; y que (una raza perfecta) la primera fase es la espiritual, la que no se ve: tienen que nacer en la dimensión del Reino de Cristo, donde está Cristo, la dimensión del cuerpo angelical; y luego recibir el cuerpo físico glorificado, para poder habitar en esta Tierra e ir de esta Tierra a cualquier otra dimensión.

Así que es un proyecto divino que Dios tiene – ha tenido, tiene y tendrá en Su mente, y la meta es que todos seamos iguales a Jesucristo, con cuerpos eternos y glorificados.

Y ahora, ya hemos identificado la etapa o edad donde la Iglesia llegará a la perfección. No llegó en edades pasadas; llegará en nuestro tiempo, la perfección total: será perfecta en alma, espíritu y cuerpo. O sea que tendrá todas esas etapas del templo, como Templo espiritual, y así cada creyente en Cristo nuestro Salvador.

Es una bendición muy grande, un privilegio muy grande, ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, que llegará a la estatura de la plenitud de Cristo.

Recuerden que en una familia van creciendo y luego todos llegan a una estatura, físicamente. Y así será también para los creyentes en Cristo: todos llegaremos a esa estatura perfecta, llegaremos a ser como Cristo, y entonces estarán en cuerpos eternos los herederos y coherederos con Cristo de toda la Creación.

Por eso para este tiempo final es que regresa el Título de Propiedad. ¿A dónde regresa? A la Iglesia, a los herederos, para recibir esa bendición prometida para el tiempo final: para obtener la Iglesia su transformación y cada creyente su transformación.

De ese Título de Propiedad se puede hablar mucho, pero no conviene dar a conocer muchas cosas que hay ahí. Ese Título de Propiedad, quien lo tiene pues es el dueño de toda la Creación, por eso lo tiene Dios.

A Adán le fue dado y luego le fue quitado cuando pecó; y ha permanecido en la mano de Dios, en la diestra de Dios. Y luego, Cristo luego que lleva a cabo Su Obra de Intercesión en el Cielo, se presenta ante Dios para tomar el Título de la vida eterna, el Título de Propiedad, donde están escritos los nombres de todos los hijos e hijas de Dios.

Y al tomarlo, entonces hace Su Obra de Reclamo, para recibir toda esa herencia divina; y los creyentes en Cristo son co-herederos. Para lo cual, ese Título de Propiedad, luego que Cristo lo toma en el Cielo, vean, no se lo come; por lo tanto, nadie se ha comido ese Título de Propiedad. Adán tuvo la oportunidad, pero comió del árbol de la ciencia del bien y del mal.

Y ahora, para el Día Postrero, tiempo final, Cristo lo estará tomando en el Cielo, después lo trae a la Tierra y se lo entrega a un hombre para que se lo coma; y todo eso estará ocurriendo ¿dónde? En la Edad de la Adopción y para la adopción de la Iglesia.

Y la Palabra viene siempre al mensajero de la etapa correspondiente.

Viene al mensajero de la dispensación, si es el Mensaje para una dispensación. Si es para una edad, pues viene la parte correspondiente a esa edad; y se hace carne en el mensajero.

Ese Título de Propiedad, al ser entregado a una persona que se lo coma… Cuando una persona se come un alimento, se hace luego parte de la persona ese alimento; porque de ahí vienen las células, se multiplican; es una etapa donde produce ese efecto químico.

Y así es para los creyentes en Cristo, la Iglesia, en los términos espirituales: ahí se hace carne la Palabra en cada creyente en Cristo, comenzando con el mensajero de ese tiempo.

Y entonces podrán regresar físicamente a la vida eterna, podrá ocurrir esa transformación física.

Y también reconocidos como los herederos y coherederos con Cristo del planeta Tierra y de toda la Creación. Los herederos, los justos, los santos, los pobres, heredarán la Tierra, la recibirán por heredad; son coherederos con Cristo; para lo cual tiene que, el Título de Propiedad, aparecer.

Aparece en el Cielo, y luego Cristo lo trae a la Tierra, el Ángel del Pacto de Apocalipsis, capítulo 10; y ese es el Mensajero a Israel, pero viene por Su Iglesia. Así que el Mensajero a Israel, ¿dónde lo vamos a encontrar? En medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en la edad correspondiente a este tiempo final.

Por eso las religiones miran y buscan dónde; no saben el tiempo en que están viviendo. Y el pueblo hebreo sabe que tiene que aparecer en algún sitio, lugar y tiempo, pero no conocen este secreto que le es abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Tiene que aparecer en el Monte de Sion, la Jerusalén celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; ellos son los miembros de esa Iglesia y son los hijos del Reino celestial que va luego a ser establecido en la Tierra, y por eso tienen que estar ahí en ese Reino. Y esos son los miembros de la Realeza del Reino celestial, tienen la posición más alta del Reino celestial; y por consiguiente tendrán la posición más alta del Reino terrenal de Dios, del Reino Milenial; serán el Gabinete del Mesías. Lo conocerán antes que lo conozca el pueblo hebreo y antes que comience el Reino Milenial.

Todos están a la expectativa: el cristianismo está a la expectativa, el judaísmo también, y el islam también.

No sé si ustedes han escuchado las entrevistas que se le han hecho a los imanes, a los jeques o jeque, lo que hablan acerca de Jesús también; y hablan de un Reino que va a ser establecido y ellos van a estar ahí. Así que algo se está preparando para suceder en este tiempo final.

Pero recuerden, esa manifestación divina que está prometida, va a ser vista en medio del cristianismo en una Gran Carpa Catedral; y los milagros y maravillas están señalados para ser hechos por los Dos Olivos, milagros y señales mundiales. Así que algo grande se está preparando.

Por lo tanto, oremos; y también trabajemos en la Obra de Dios, en el Programa que dará cumplimento a todas estas cosas que están prometidas para la Iglesia del Señor Jesucristo y para los hebreos y para toda la humanidad. Eso será la Tercera Etapa, la cual va a surgir; y no va a durar mucho tiempo; pero en ese tiempo recibirán la fe para ser transformados e ir luego con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

El reverendo William Branham dijo que lo que fue visto en él siendo manifestado, esa Tercera Etapa, de la Palabra creadora siendo hablada y las cosas sucediendo, dice: “Ahora lo que ustedes han visto suceder en parte…”[15]. Y dio cinco ejemplos[16]:

  • La tormenta siendo detenida por la Palabra hablada, que le fue dicho que hablara.
  • El tumor que fue hablado fuera de existencia de su esposa.
  • La salvación de los hijos de una creyente llamada Hattie Wright, hablado por la Palabra hablada: salvación por la Palabra hablada.
  • Y la creación de ardillas.
  • Y la resurrección de un pececito, que representa a los creyentes en Cristo, a los cristianos que han muerto en edades pasadas.

Recuerden que Cristo dijo a Sus discípulos: “Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores (¿de qué?) de hombres”[17]. En los peces están representados los cristianos, y aquel pececito: pues los cristianos que habían muerto; y aun los de este tiempo final, porque llevaba como media hora de estar muerto el pececito sobre las aguas.

Así que podemos ver el tiempo en que estamos, y de un momento a otro se va a completar la Iglesia, y entonces viene esa parte gloriosa; pero que habrá también cosas que sucederán en medio del cristianismo.

Va a estar el poder de Dios manifestado en toda Su plenitud, y ahí es donde el reverendo William Branham dice: “Entonces la boca de los críticos será cerrada”[18], ya sea que sea cerrada por lo que vean o que sea cerrada por el juicio que le caiga encima también.

Recuerden que Pablo habló juicio sobre personas: a un molestoso le dijo que quedara ciego, y quedó ciego[19]. O sea que Pablo usaba el poder de parte de Dios sin miedo. Pablo, pues, su forma de ser era fuerte.

Así que… Pedro también era así, y Pedro también podía hablar bendición o maldición.

Es que en Pedro y en Pablo se representan, se tipifican, los Dos Olivos. Así como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, o sea, como los judíos lo trajeron a los gentiles (Pedro en la casa de Cornelio y San Pablo a los de Asia Menor): “así como trajeron el Evangelio a los gentiles (los judíos, Pedro y Pablo), los gentiles lo llevarán a los judíos”[20]. Y dice: “Y allí estarán (¿quién?) Moisés y Elías”, los Dos Olivos.

¿De dónde surgirán los Dos Olivos? De la Iglesia del Señor Jesucristo. De en medio del cristianismo surgirán, y por lo tanto dominarán todo lo relacionado al cristianismo, y al judaísmo; o sea que conocerán del cristianismo y del judaísmo. Pueden hablar, predicar del cristianismo (el Evangelio de la Gracia) o predicar del judaísmo (al predicar el Evangelio del Reino). Pueden tocar todas las cosas del judaísmo y aclarar muchas cosas que todavía en medio del judaísmo no han comprendido; y decir como la mujer samaritana: “Cuando Él venga nos enseñará todas las cosas”[21].

Escuchamos en una ocasión en una sinagoga, cuando leyeron acerca de la becerra bermeja, oí que dijeron desde el púlpito: “Esto no lo entendemos, pero cuando Él venga nos dará a conocer lo que eso significa”.

Así que están esperando algo grande los judíos, los islámicos y también el cristianismo, los cristianos; y eso está bueno; están a la expectativa, y Dios tiene algo grande para este tiempo final.

Conociendo el Programa Divino para nuestro tiempo y estando en la etapa en que todas estas cosas sucederán, pues estemos unidos, orando los unos por los otros; no criticándonos, no bloqueándonos el uno al otro, sino unidos, como en el Día de Pentecostés. El aposento alto allá representa la edad que es la edad más alta, el Aposento Alto de la Iglesia. Allá recibieron el Espíritu, la vestidura espiritual, ciento veinte, y después se extendió para tres mil personas, y luego para otras más que diariamente seguían entrando al Cuerpo Místico de Cristo[22].

Y ahora nos encontramos en el Aposento Alto espiritual, que es la edad correspondiente a nuestro tiempo; la única edad que tiene la promesa de la Venida del Señor para transformar nuestros cuerpos, para ahí estar los que estarán vivos – que serán transformados estando vivos. Y si alguno ha partido, no se preocupe: resucitará, porque todos tienen que volver, pero vendrán en cuerpos glorificados; y entonces estará la Iglesia completa con cuerpos eternos: un Ejército poderoso. Y estará en favor del pueblo hebreo también.

Serán los miembros del Reino celestial, los hijos del Reino, los cuales luego de la Cena de las Bodas del Cordero vendrán con Cristo, con el Mesías, para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, la restauración del Reino de David.

Así que va a haber una lucha ahí conforme a Apocalipsis 19, pero eso lo vamos a dejar quietecito. Vamos a ver lo que necesitamos para llegar a esa transformación; y para la Iglesia, para que llegue también a esa estatura de la plenitud de Cristo, para que en nuestro tiempo sea pulida, bien pulida.

Y cuando se dice “sea pulida”, pues lo único que quiere decir: sean quitadas las cosas que tienen que ser quitadas. Porque cuando uno pule un pedazo de madera, ¿qué hace? Le quita las asperezas, le quita todas esas cosas que no deben de estar; con lija y un cepillo (lo que sea), se las quita, y entonces después queda lisa, bien pulida, como debe de estar.

Así que, como individuos también: que seamos bien pulidos, que sean quitadas todas las cosas que no deben de estar; sean quitadas por la Palabra, pulidas por la Palabra del Señor siendo usada por el Espíritu de Cristo, para quitar toda nuestra aspereza, nuestras cosas que no deben de estar en nosotros. Cada cual es responsable por sí mismo, y cada pastor es responsable por sí y por la congregación que pastorea.

Así que amamos a todos los hermanos y los tratamos con cariño. No decimos: “Si se quiere ir, que se vaya”. No. ¿Y qué si Cristo le dijera así, lo mismo, a usted? No le gustaría. A Cristo tampoco le gusta que tratemos mal a las personas; son las ovejas del Señor; no son nuestras, son del Señor. Y el Señor pagará o dará la recompensa, porque Él es el Obispo, el Pastor de los pastores.

Así que podemos tener buenas recompensas con Cristo en Su Reino. Recuerden que aquí, en el reino terrenal, lo que almacenemos en este reino lo vamos a perder; lo que almacenamos en el Reino de Cristo será para toda la eternidad. Por eso Él dijo: “Haced tesoros (¿dónde?) en el Cielo, donde ni ladrones minan, ni el orín ni la polilla corrompen”[23]. Eso mismo también que lo sepan todos los hermanos en todas nuestras congregaciones.

Nuestra esperanza está en Cristo y Su Reino. Acá en la Tierra no hay esperanza. Cuando aparentemente se ponen buenas las cosas, de momento se ponen peor. Algunas veces la solución a un problema causa un problema mayor que el que se trató de resolver; pero así es, porque hemos llegado al tiempo final, hemos llegado al tiempo en que el reino de los gentiles va a ser quitado y los reinos de este mundo van a ser entregados a Cristo, al Mesías; por lo cual Él tendrá el Título de Propiedad, y lo tendrá manifestado en medio de Su Iglesia, que es coheredera con Él. Corresponde el Título al heredero y a los coherederos. Y así todos llegaremos a la estatura de la plenitud de Cristo.

Recuerden que es una nueva raza; porque la raza antigua, que comenzó con Adán, pecó y perdió la vida eterna.

Y ahora, una nueva raza con el segundo Adán ha estado siendo creada, primeramente la parte invisible, la parte espiritual, o sea, el cuerpo angelical, y después será el cuerpo físico. Y ya cuando tengamos el cuerpo físico glorificado, podremos decir el uno al otro: “He llegado”. Y todos juntos podrán decir: “Hemos llegado a la total perfección, hemos llegado a la estatura de Cristo, hemos llegado a ser perfectos, hemos llegado físicamente a ser eternos, juntamente con Cristo nuestro Salvador”. Esa es la nueva raza.

Hitler quería traer a existencia una nueva raza, o la raza ariana [aria], subirla al nivel máximo, pero eso no funcionó. La nueva raza o raza perfecta es la que está señalada como la Iglesia del Señor Jesucristo, los miembros de la Jerusalén celestial, que tienen la ciudadanía ¿dónde? En el Cielo, como hijos e hijas de Dios.

Esa es la raza que llegará a la perfección, a la estatura de un Varón perfecto, a la estatura de Cristo nuestro Salvador; y por consiguiente, es la heredera no solamente de la Tierra juntamente con Cristo, sino de toda la Creación.

Herederos de Dios y coherederos con Cristo de toda la Creación; herederos a la vida eterna, herederos al Reino eterno, herederos a todo lo eterno, a todo lo de Dios; herederos del y al Reino de Dios. Cuando estemos con el cuerpo nuevo es que lo vamos a entender bien; pero mientras tanto, tenemos que tener nuestra esperanza en Cristo y Su Reino, que es el único Reino que va a permanecer por toda la eternidad y que será mundial.

Por lo tanto, para ir de un país a otro no habrá problemas, y mucho menos para los creyentes en Cristo; con el cuerpo eterno ya uno se transportará como Cristo, que estando allí en Jerusalén dijo a las mujeres que fueron y lo vieron resucitado, les dice: “Digan a mis discípulos que vayan allá (¿a dónde?) a Galilea, y allí los veré”[24]; y cuando llegaron, ya Cristo había llegado. Y también, vean, subió al Cielo, cuando le vieron subir al Cielo[25], y no tuvo que usar un medio de transporte terrenal.

Así que el ser humano, en los adelantos científicos, aunque parezca que está muy adelantado, comparado a como es en el Reino celestial, está en pañales todavía la ciencia terrenal.

Estamos en un tiempo muy glorioso, y tenemos que aprovechar este tiempo para llegar a la estatura de la plenitud de Cristo.

Y cuando entre hasta el último escogido: llegó a su estatura máxima, ya creció; porque la Iglesia ha ido creciendo; pero cuando llegue hasta el último escogido habrá llegado a su estatura máxima, ni uno más y ni uno menos. Los que ya están, pues llegaron, y no pueden ser quitados. Y los otros, que están en el Paraíso, pues ya se habrá completado el número de los que tenían que partir, y tienen que regresar, pues han orado por su regreso a la Tierra.

Han estado clamando, toda la naturaleza y los que partieron, y nosotros mismos, clamando por la adopción, que es la redención del cuerpo; y así físicamente llegaremos a la perfección, a la estatura de Cristo.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa Catedral; y, como hemos escuchado, se requiere un esfuerzo mayor para cumplir todos los compromisos, y ese esfuerzo debe ir aumentando cada día, hasta que esté levantada esa Gran Carpa Catedral, y todos los terrenos y todas las cosas ya estar sin deudas.

Y esperamos que pronto se complete todo ese proyecto, y dedicar a Dios ese auditorio, esa Gran Carpa Catedral. Dios sabe lo que va a hacer con ella. Dios va a obrar como Él lo ha prometido, y tiene que tener gente que crean lo que fue prometido.

¿Por qué lo hacemos, hacemos ese proyecto? Porque lo creemos. No es un proyecto de tontos, sino un proyecto de personas que creen lo que Dios ha prometido; y los que se unen a un proyecto así pues son inteligentes. Los que hablan en contra son ignorantes. Los que no se unen a trabajar, pues entonces no tienen la bendición que hay en un proyecto así.

¿Recuerdan que yo les decía que aprendieran a trabajar con las computadoras? En este tiempo es en el cual las van a estar necesitando; porque habrá actividades que estarán siendo transmitidas por satélite o por internet, y usted podrá verlas; pero si no tiene el equipo, tendrá que esperar que le llegue el DVD, y tardaría tiempo en lo que le llega si no tiene una forma para que le llegue rápido.

Bueno, los que no han aprendido: aprendan, porque lo van a necesitar; hasta con una portátil, dondequiera que se encuentren, si tienen la forma o el sistema de satélite o de internet: se conecta y puede ver todo, y conectarlo para la congregación también. Lo conecta al sistema que tenga, y ya pues usted asegura el alimento espiritual para usted y para su congregación.

Recuerden que cada ministro también está tipificado en el siervo fiel y prudente; lo es el mensajero de la dispensación, lo es el mensajero de la edad y lo es cada pastor.

“LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO”.

[Revisión noviembre 2024]

[1] Los Sellos, págs. 320-322

[2] Números 12:1-16

[3] Números 12:3

[4] Éxodo 4:10-16

[5] Éxodo 32:1-35

[6] Éxodo 16:4-30

[7] 62-1014M “La estatura de un Varón perfecto”, párr. 31

[8] Cita 311: 60-0522E “Adopción #4”, párrs. 34, 36

[9] Levítico 10:1-3

[10] Levítico 10:6

[11] 1 Pedro 4:17

[12] Hechos 5:1-11

[13] San Mateo 26:14-16

[14] San Lucas 19:1-8

[15] Citas, pág. 119, párr. 1057

[16] Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”: Sanidad hermana Meda Branham: págs. 290-295, párrs. 71-136 ([64-0120] “Sus palabras infalibles de promesa”) / Detiene la tormenta: págs. 281-284, párrs. 86-122 ([63-1110E] “El que está en vosotros”) / Resurrección del pececito: págs. 235-238, párrs. 130-157 ([57-0623] “Cree desde el corazón”) / Creación de ardillas: págs. 238-245, párrs. 33-52 ([59-1123] “Habla a esta montaña”) / Salvación hijos de Hattie Wright: págs. 250-252, párrs. 170-188 ([60-0417M] “Id, decid”)

[17] San Mateo 4:19, San Marcos 1:17

[18] Citas, pág. 34, párr. 286

[19] Hechos 13:6-11

[20] Las Edades, pág. 30, párr. 109

[21] San Juan 4:25

[22] Hechos 1:15, 2:1-4, 2:41, 2:47

[23] San Mateo 6:19-20, San Lucas 12:33

[24] San Mateo 28:7, San Marcos 16:7

[25] Hechos 1:9

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