Palabras de saludo a las damas

Muy buenas tardes, damas, jóvenes, adultas; y también los niños y niñas; y también los varones que se encuentran acá, y que están también participando de estos momentos de alegría, de gozo, en el Señor.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que ustedes están dándole al proyecto de La Gran Carpa Catedral en Puerto Rico.

Es una labor muy importante, que está prometida para ser llevada a cabo en este tiempo final; y vemos que se está llevando a cabo en medio del Cuerpo Místico de Cristo, en la edad que nos corresponde vivir, y que hemos reconocido que es la etapa más importante de la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual no se podía llevar a cabo en ninguna otra etapa de la Iglesia, porque cada etapa de la Iglesia corresponde a un tiempo y a un pueblo.

Y ahora, así como la primera etapa entre los gentiles correspondió a Asia Menor, y luego la segunda por ahí a Francia (por ahí), y así por el estilo, por Europa… a Europa le tocaron cinco etapas. Pero recuerden, no importa cuántas le tocaron, la más importante es la Edad de la Piedra Angular: una que da por siete y por muchas más.

A Norteamérica le tocó la séptima edad, y tuvo la bendición de Dios para esa edad y el Mensaje de Dios para esa edad. Pero ahora a la América Latina (a los latinoamericanos) le ha tocado la Edad de la Piedra Angular, en donde se conecta también el pueblo hebreo. No podía haber una conexión con el pueblo hebreo fuera de la Edad de la Piedra Angular, porque de ahí es que Dios pasa a tratar con el pueblo hebreo.

Así que podemos ver que las cosas que están pasando en nuestro tiempo, en medio del pueblo de Dios para nuestro tiempo, son cosas proféticas que experimentaríamos nosotros, y disfrutaríamos nosotros, y nos regocijaríamos en todo lo que Dios estaría haciendo en nuestro tiempo; cosas que ya Dios ha comenzado a hacer, porque comenzó ya hace años esa edad, la Edad de la Piedra Angular, la edad perfecta de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde llegará a la perfección la Iglesia del Señor, donde los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos glorificados y los que vivimos seremos transformados.

Así que, conscientes de la posición de la Iglesia de este tiempo final, y conscientes del Mensaje correspondiente a nuestro tiempo…: un Mensaje doble, correspondiente a la Lluvia de nuestro tiempo: la Lluvia Tardía del Evangelio del Reino y la Lluvia Temprana del Evangelio de la Gracia. Ninguna otra edad tuvo la Lluvia Tardía y la Lluvia Temprana; solamente tuvieron la Lluvia Temprana del Evangelio de la Gracia, y produjo la Obra correspondiente a cada edad.

Y ahora, tenemos en nuestro tiempo esa introducción de la Lluvia Tardía, o sea, del Evangelio del Reino, y entrelazándose con el Evangelio de la Gracia. La Lluvia Tardía, vean, entrelazándose con la Lluvia Temprana; ambas lluvias en la Edad de la Piedra Angular; cosa que no comprendían tampoco en edades pasadas, porque no era para edades pasadas, era para nuestro tiempo.

Y ahora, en nuestro tiempo hasta los niños lo pueden comprender, cosas que en otras edades ni los teólogos las podían comprender. Pero ahora vean cómo Dios revela hasta a los niños: a los niños, literalmente niños, y a los niños espirituales, les revela todas estas cosas; porque al Padre le agradó hacerlo así: esconder estas cosas de los sabios y entendidos, y revelarlas ¿a quiénes? A los niños, dice Cristo.

Así como ocultó la Lluvia Temprana allá en los días de Jesús, y la reveló ¿a quién? A los niños de aquel tiempo; dice la Escritura en San Mateo, capítulo 11, verso 25 al 27; y también en San Mateo, capítulo 13, versos 11 al 17.

Las cosas que los sabios y los entendidos no podían comprender, ahora se las reveló a los niños; las cosas que los profetas desearon conocer…: profetas y justos deseaban vivir y ver esas cosas; y vean cómo, comenzando allá el cristianismo, Dios comenzó a revelarlas, las correspondientes a la Lluvia Temprana; y luego, para este tiempo, las correspondientes a la Lluvia Tardía, juntamente con la Lluvia Temprana.

Las cosas que Dios nos ha dado a conocer y nos ha permitido entender, son cosas que los sabios y los entendidos han deseado comprender. Y también los profetas desearon vivir y ver estas cosas; pero a nosotros nos ha tocado, no por elección nuestra, sino por elección de Dios.

Y estamos aquí en la Tierra no solamente para verlas y entenderlas, sino para disfrutarlas, para ser parte de todo ese Programa. No ser espectadores sino ser actores en el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo. Y por consiguiente estaríamos trabajando en Su Obra, en Su Programa correspondiente a nuestro tiempo.

Sabemos que fue vista una Gran Carpa Catedral, en donde Dios se manifestó grandemente. Pero al mismo que le fue revelado eso que pasaría en medio del cristianismo, también le había sido revelado que los milagros y maravillas serían para Moisés y Elías. Por lo tanto, van a estar ahí esos ministerios de Moisés y Elías, en la parte que les corresponde llevar a cabo.

O sea, que para que se cumpliera esa promesa, tenían que estar los ministerios de Moisés y Elías; y a quien le fue mostrada esta Visión de la Carpa, solamente tenía el ministerio de Elías; por lo tanto, faltaba el ministerio también de Moisés.

Y eso es para el ministerio de los Dos Olivos y el ministerio de Jesús para el tiempo final, en donde grandes cosas van a suceder, y en donde también van a estar siendo reveladas las plagas, todo ese misterio de las plagas; y no solamente las plagas que ya sucedieron sino las que estarán sucediendo en este tiempo final.

Todo eso será revelado en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. O sea que grandes cosas Dios tiene para realizar en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. Y está prometida esa visión para ser cumplida en medio de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo. No es en medio de cualquier grupo, sino en medio de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.

Y ahí será donde el poder de Dios estará manifestado en toda Su plenitud cuando llegue el momento; y lo que fue visto en parte, manifestado en el reverendo William Branham, será visto manifestado en toda Su plenitud.

O sea que la Visión de la Carpa está unida con la Tercera Etapa, con el Séptimo Sello, con los Dos Olivos, con todas las demás cosas. La fe para el rapto, los Siete Truenos, las plagas, todas esas cosas, están ligadas a la Visión de la Carpa. Por lo tanto, es el proyecto más grande del Programa Divino.

Y aun está ligado el grupo de los 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu, están ligados ahí; y el pueblo hebreo está ligado también al cumplimiento de la Visión de la Carpa, porque cuando ellos vean al Señor obrando todas esas cosas, dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. ¿Ven? Está ligada esa Visión de la Carpa al pueblo hebreo también.

Por eso es tan importante esa Visión de la Carpa y el cumplimiento de ella. Y no puede ser cumplida esa Visión de la Carpa, a menos que sea con el grupo elegido por Dios para llevarse a cabo esa Visión de la Carpa. No puede ser con el grupo de la primera edad, porque ya ese pasó, no puede ser con el grupo de la segunda, tercera, cuarta, quinta, o sexta, o séptima, porque ya ellos tuvieron su tiempo.

Y, por consiguiente, no será en el territorio donde se cumplieron esas edades; tiene que ser en el territorio donde se estará cumpliendo la Edad de la Piedra Angular. Tan simple como eso.

Así que Dios tiene grandes bendiciones para el pueblo latinoamericano, Dios tiene grandes bendiciones para el pueblo de Dios en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y con esas bendiciones el pueblo recibirá todo lo que Dios ha prometido para Su Iglesia en el Día Postrero.

Dios va a estremecer este mundo como nunca antes lo ha hecho. Dios va a mostrar Su poder en este tiempo final.

La Visión de la Carpa y en la Visión de la Carpa se entrelazará la Dispensación de la Gracia y la Dispensación del Reino; se entrelazará el León de la tribu de Judá con el Cordero de Dios, esos ministerios divinos; o sea, se entrelazará el ministerio de Cristo como Cordero y el ministerio de Cristo como León.

Recuerden que cuando el anciano ve a Juan llorando, le dice a Juan: “No llores, he aquí el León de la tribu de Judá, el cual ha prevalecido para tomar el Libro y abrir sus Sellos”. Y cuando Juan miró, lo que vio fue un Cordero. ¿Ve? Ahí está entrelazado Cristo como Cordero y como León, pues estaba saliendo de Su Obra de Cordero y Su Obra de Sumo Sacerdote para estar en Su Obra de León, de Rey y de Juez.

Ya cuando el anciano lo ve, ya había cambiado, pero Juan ve que es el mismo Señor Jesucristo ahora cambiando de Sumo Sacerdote y Cordero a Rey, a León. Ahí tenemos el cambio.

Y todo eso en la Iglesia se tiene que realizar; en la Iglesia la parte que corresponde a la Iglesia. Lo que sucede en el Cielo, luego sucede en la Iglesia; y así corresponde a la Edad de la Piedra Angular.

Así que estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos; y podemos decir1: “Las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos, y grande es la heredad que nos ha tocado”.

Por lo tanto, trabajamos en la Obra del Señor con aprecio y agradecimiento a Cristo por la bendición tan grande de vivir en la etapa o edad más importante de todas las edades. Trabajamos también con gozo, con alegría y con mucho agradecimiento a Cristo por el privilegio de vivir en este tiempo y estar en la etapa más gloriosa, la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

Les reitero mi aprecio y agradecimiento por el respaldo que le están dando al gran proyecto de La Gran Carpa Catedral.

Que Dios les bendiga y les guarde; y dejo nuevamente al reverendo José Benjamín Pérez para finalizar nuestra parte, y luego ya pasaremos a los ministros; y mañana nos veremos nuevamente para la actividad.

Mañana es domingo (domingo en la mañana), para la actividad correspondiente, en donde esperamos grandes bendiciones de Cristo. Para lo cual les pido que oren mucho para que haya grandes bendiciones de Cristo, y Cristo nos mantenga el entendimiento abierto para entender toda Su Palabra.

Que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros el reverendo José Benjamín Pérez.

Dios les bendiga.

“PALABRAS DE SALUDO A LAS DAMAS”.

[Revisión enero 2021]

1 Salmo 16:6

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