Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; es un privilegio y bendición grande dirigirme a todos ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de La gran Carpa-Catedral, y también el respaldo que le están dando a AMISRAEL; ya ustedes vieron en el documental que fue pasado, el trabajo que está llevando a cabo AMISRAEL.
Para esta ocasión leemos en Romanos, capítulo 8, versos 14, en adelante, donde San Pablo nos dice:
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;
porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LOS PASOS PARA LA ADOPCIÓN,” o sea, el orden para la adopción.
Para saber los pasos para la adopción primero tenemos que saber qué es la adopción, la cual nos habla el apóstol Pablo en este pasaje, la adopción dice aquí que tenemos… dice:
“…y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu (o sea, el bautismo del Espíritu Santo), nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”
De la adopción que nos habla aquí el apóstol Pablo es de la redención del cuerpo, en donde hemos de obtener, los que estemos vivos en el Día Postrero cuando los muertos en Cristo resuciten en cuerpos glorificados, eternos, inmortales y jóvenes para toda la eternidad, los que vivimos creyentes en Cristo, seremos transformados; y eso es la adopción para los hijos e hijas de Dios, la redención del cuerpo, en donde obtendremos cuerpos inmortales, cuerpos jóvenes para toda la eternidad, iguales al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador; porque Dios está creando una nueva raza de seres, y la cabeza, el primero de ellos, es Jesucristo, Él es el segundo Adán.
Y así como hemos traído la imagen del terrenal, de Adán, traeremos la imagen del celestial, de Cristo, la imagen es el cuerpo angelical que recibimos al recibir el Espíritu de Cristo y es la redención espiritual, pero falta la redención física, la redención del cuerpo físico que será cuando recibamos el nuevo cuerpo glorificado; y así ya estaremos físicamente como hijos e hijas de Dios en cuerpos eternos como Jesucristo el Hijo de Dios a Su imagen cuerpo angelical y a Su semejanza cuerpo glorificado.
Él está creando esa nueva raza, pues cuando Él creó a Adán y a Eva fue para traer una raza con Vida eterna, pero Dios le dio libre albedrío al ser humano para que él tuviera la oportunidad de escoger entre el árbol de la Vida y el árbol de ciencia del bien y del mal; y el árbol de la Vida le traería a confirmación en la Vida eterna, sería adoptado, y el árbol de la ciencia del bien y del mal le traería la muerte; Dios le había dicho a Adán antes de tener a su compañera Eva, le había dicho que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal; porque el día que lo hiciera ese día moriría. Aparentemente cuando Adán y Eva pecaron, aparentemente no murieron, pero sí murieron, murieron a la Vida eterna y solamente les quedó vida temporera que a Adán se le terminó a los novecientos treinta años y a Eva ni sabemos cuando se le acabó el tiempo de vida terrenal; ahora, ellos no se perdieron, porque Dios les dio vestiduras de pieles, y por consiguiente fue sacrificado por Dios un animalito y eso obró para cubrir la desnudez de ellos, cubrir el pecado de ellos.
Ahora, todo esto tipificaba a Cristo muriendo por los seres humanos, por todos los hijos e hijas de Dios; y ahora por medio del segundo Adán el ser humano es restaurado a la Vida eterna; por consiguiente comienza como comenzó Dios con Adán, primero en otra dimensión, la dimensión del Espíritu, la dimensión angelical ahí comenzó Adán y el segundo Adán, encontramos que también antes de tener el cuerpo de esta dimensión de carne, ya Él estaba en la dimensión angelical y es llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová que le apareció a Moisés y le había aparecido a Abraham, a Isaac y a Jacob en otras ocasiones, y a diferentes personas del pasado.
Y ahora, el segundo Adán, vean ustedes, ya estaba en otra dimensión, era Cristo, el Ángel del Pacto, el árbol de la Vida en el Huerto del Edén; pero el árbol de la Vida, Cristo, el Ángel del Pacto, todavía no se había hecho carne; el árbol de la ciencia del bien y del mal se hizo carne en la serpiente.
Ahora, veamos: Cristo el segundo Adán para poder efectuar la redención del ser humano, redimir al ser humano, adoptar al ser humano como hijos e hijas de Dios tuvo que venir en carne humana, siendo que Él es el Ángel del Pacto, Él vino para establecer un nuevo Pacto con Su pueblo. Malaquías, capítulo 3, verso 1, nos dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.”
¿Cómo vendría? En carne humana, el Verbo que era con Dios y era Dios y creó todas las cosas, el cual es la luz que alumbra a todo hombre, venía a este mundo, como vendría en carne humana.
“A lo suyo vino (el pueblo hebreo), y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios…”
No los que nacen según la carne, sino es ese nacimiento diferente pero está tipificado el nacimiento físico que obtiene cada persona, nos dice:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” [San Juan 1:11 al 13].
Es un nuevo nacimiento producido por Dios, se nace de Dios. Eso es de lo cual le habló Cristo a Nicodemo en San Juan, capítulo 3, cuando le dijo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
Así como para nosotros ver este reino terrenal tuvimos que nacer, para ver el Reino de Dios hay que nacer de nuevo, porque el Reino de Dios no es de este mundo, por eso Cristo decía: “Mi Reino no es de este mundo.”
Y ahora, para ver el Reino de Dios hay que nacer de nuevo; para entrar al Reino de Dios hay que nacer de nuevo, nacer del agua y del espíritu, dice Cristo a Nicodemo. Nicodemo no sabía, no conocía, aun siendo… le dice Cristo: “¿Eres tú el maestro a Israel y no sabes esto?” ¿Ve? Ahora le dice: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”
Es necesario nacer de nuevo, nacer del agua y del espíritu, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, para así entrar al Reino de Dios, y así obtener la redención espiritual, obtener la adopción espirital, la cual Cristo estuvo anunciando; se recibe el Espíritu de Cristo y la persona ha nacido de nuevo, del agua y del espíritu, ha nacido en el Reino de Dios que está en la esfera espiritual; y ya tiene Vida eterna la persona, pero nos falta la adopción física, que es la redención del cuerpo, en donde obtendremos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Ahora, ya sabemos qué es la adopción, la adopción del cuerpo, la redención del cuerpo.
Y ahora, vamos a ver los pasos para la adopción o el orden para la adopción. En el Monte de la Transfiguración, allí Cristo en el capítulo 17 de San Mateo, llevó a Pedro, Jacobo y Juan y se transfiguró delante de ellos, allí se transformó; allí está Él mostrando lo que será la Venida del Señor en el Día Postrero con Sus ángeles, los ministerios de Moisés y Elías, al aparecer Moisés y Elías allí; o sea, que Moisés y Elías están ligados a la adopción, no solamente de Jesucristo, el Hijo de Dios, sino de todos los hijos e hijas de Dios para el Día Postrero.
Y ahora, hay un tiempo para la adopción y es después del precursor de la primera Venida de Cristo; vino el tiempo de adopción bajo el ministerio de Jesucristo nuestro Salvador, Él fue adoptado al final de Su ministerio cuando murió siendo crucificado, fue sepultado y al tercer día resucitó glorificado. Al resucitar glorificado, eso es la adopción del cuerpo, la redención del cuerpo; subió al Cielo y allí presentó Su Sangre de Su Sacrificio, fue aceptada Su Sangre y luego regresó y estuvo entre Sus discípulos por cuarenta días, hablándoles en diferentes ocasiones en que les apareció.
Y luego subió al Cielo, luego de cuarenta días, se sentó a la diestra de Dios en el Cielo como Sumo Sacerdote, intercediendo por todos los que lo reciben como su único y suficiente Salvador, y produciendo el nuevo nacimiento en todos aquellos que lo reciben como Salvador, bautizándolos con Espíritu Santo y Fuego, en donde la persona obtiene su adopción espiritual, nace en el Reino de Dios a la Vida eterna, y por consiguiente obtiene un cuerpo angelical llamado: “el ángel” de cada persona.
Recuerdan que Pedro cuando estuvo preso y fue libertado por el Señor, tocó a la puerta donde estaban los hermanos, los creyentes que oraban por él; y una joven llamada Rode fue a abrir la puerta y de gozo al oír que era Pedro no abrió la puerta, y dice a los demás que están en la casa: “Es Pedro.” Ellos le dicen: “Rode estás loca, es su ángel.” Ellos tenían conocimiento de que cada creyente en Cristo tiene su ángel, su cuerpo angelical.
Ahora, encontramos que el nuevo nacimiento es la adopción espiritual en el Reino de Cristo de cada creyente en Cristo, y ya tiene la persona Vida eterna; pero todavía estamos en un cuerpo mortal, corruptible y temporero a causa de que vinimos a esta Tierra por la descendencia del primer Adán. Pero ahora, por medio del segundo Adán obtendremos la adopción física, que será para los muertos en Cristo la resurrección en cuerpos eternos y glorificados.
Ahora, ¿cómo va a ser esa adopción? ¿Cuáles son los pasos para esa adopción? Vamos a ir, no vamos a explicar demasiado, pero vamos a tocar algunos puntos muy importantes. El apóstol Pablo, una persona conocedora de todo ese Programa Divino, de la adopción, nos dice en Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo…”
Así como al nacer en esta Tierra tenemos una ciudadanía del país en el cual hemos nacido, por cuanto el nuevo nacimiento es del Cielo, nuestra ciudadanía de creyentes en Cristo nacidos de nuevo es celestial, está en el Cielo en la Jerusalén celestial.
“…de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Él va a transformar nuestros cuerpos, para que sean nuestros cuerpos como Su cuerpo glorificado. Eso es la redención del cuerpo, eso es la adopción física de los hijos e hijas de Dios. También en Primera de Tesalonicenses, nos dice San Pablo, vean, es el más que habla de este evento. Cristo también fue el más que habló en Sus días de este evento, pero ahora en las cartas apostólicas el más que habla es el apóstol San Pablo. Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 en adelante, dice:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él ( o sea, estos son los muertos creyentes en Cristo).
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
Son palabras de aliento para los creyentes en Cristo.
Ahora, tenemos aquí el orden de la Venida del Señor para la adopción: Voz de mando, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios. Pero ahora veamos en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante, donde nos dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.”
O sea, que así como hemos traído una imagen terrenal, un espíritu del mundo, traemos la imagen celestial, el cuerpo angelical; y luego la semejanza física viene en el Día Postrero, en la resurrección de los muertos en Cristo, los creyentes en Cristo que resucitarán, recibirán la semejanza física de Cristo, y así serán a imagen y semejanza de Dios; porque la imagen de Dios es Cristo en Su cuerpo angelical, es el Ángel del Pacto; y la semejanza física de Dios es el cuerpo físico de Jesucristo, el cual ya está adoptado, está glorificado, resucitó glorificado; y así resucitarán los creyentes en Cristo en cuerpos glorificados, eso será la Adopción para los que han partido creyendo en Cristo y para los vivos, será la transformación.
Vamos a continuar leyendo aquí:
“Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.”
O sea, que estando en estos cuerpos mortales no vamos a heredar el Reino de Dios, tiene que ser con el cuerpo glorificado, cuerpo eterno y no vamos a obtener, a heredar la inmortalidad, no vamos a heredar la inmortalidad física con estos cuerpos mortales; la incorrupción no la vamos a heredar con cuerpo corruptibles tiene que ser cuerpos incorruptibles, cuerpos inmortales para heredar la inmortalidad física.
Ahora, va San Pablo a decir o abrir este misterio:
“He aquí, os digo un misterio…”
Recuerden que esto es un misterio, si la ciencia lo tuviera, lo conociera, ya tendríamos, principalmente los científicos, ya serían inmortales, porque ellos agarrarían para ellos ese privilegio primero.
Ahora, vamos a ver:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos (o sea, no todos vamos a morir; dice dormiremos porque los creyentes en Cristo no mueren, sino que duermen; y Cristo los va a despertar en la resurrección en el Día Postrero); pero todos seremos transformados (tanto los muertos en Cristo como los vivos en Cristo tendrán un cuerpo glorificado),
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta…”
A la final trompeta, aquí hay un orden divino para la adopción de todos los hijos de Dios, no es un asunto de la persona decir: “Yo soy un creyente en Cristo y yo no tengo que saber nada de ese programa de adopción, para ser adoptado.” Hay un programa de adopción, y por consiguiente de acuerdo a ese programa es que va a venir la adopción para los escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero; y los que van a ser adoptados son los que van a conocer ese programa, ese orden divino; los demás no necesitan conocerlo si no van a ser transformados; pero los que van a ser transformados lo van a conocer, van a creerlo y van a obtener la fe para ser transformados.
Así como hay un orden para recibir la salvación y Vida eterna y para recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, por consiguiente obtener la adopción espiritual y todo gira alrededor de la primera Venida de Cristo para recibir la adopción espiritual y obtener Vida eterna en nuestra alma.
Y ahora, hay un misterio dijo Pablo, y él dijo que es un misterio del cual él está hablando aquí, pues lo es, dice que será a la final Trompeta; entonces algunas personas piensan: “Bueno, habrá un ángel con una trompeta por ahí sonando esa trompeta.” Mire eso es más difícil que lo que en realidad esto significa. Un ángel es un mensajero y esa Trompeta final es la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablando en esta Tierra a Su pueblo, a Su Iglesia.
Es la Trompeta de Dios, la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia y si es la Trompeta final entonces antes han sonado otras trompetas, otros mensajes de parte de Dios; la Trompeta final o gran Voz de Trompeta es el mensaje del Evangelio del Reino, así como la gran Voz de Trompeta para la transformación espiritual, la adopción espiritual es el Evangelio de la Gracia, que gira alrededor de la primera Venida de Cristo; y la Trompeta final o gran Voz de Trompeta es el Evangelio del Reino en el Día Postrero que gira alrededor de la segunda Venida de Cristo. Tan simple como eso, y ese sí que es un misterio, la segunda Venida de Cristo.
En los días de Jesús, Él dijo que ni los ángeles sabían, y aún Él estando en la Tierra sin todavía ser transformado, porque no había sido crucificado todavía, no sabía cuándo sería el día y la hora de la Venida del Hijo del Hombre, ese es el misterio que ni los ángeles en el Cielo sabían.
Y ahora, sin embargo Cristo habló mucho de la Venida del Hijo del Hombre. Por ejemplo, Él dijo que cuando estuvieran viendo todas esas señales que Él mencionó, entonces aparecería la señal del Hijo del hombre en el cielo, o sea, que hay señales para que todos estemos al tanto del tiempo que nos toca vivir. Recuerden que en San Mateo, capítulo 16, versos 1 al 3, Cristo habló de la señales de los tiempos cuando aquellas personas que estaban allá querían que Cristo les mostrara señales, milagros; pero vean, San Mateo, capítulo 16, versos 1 al 3, dice:
“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.
Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”
Y ahora, las señales de los tiempos son las que están en la Escritura, las profecías que hablan de las señales que van a ser manifestadas en el Cielo y en la Tierra. Por ejemplo en Números, capítulo 24, versos 27, por medio del Espíritu de Dios el profeta Balaam que vendió su primogenitura por dinero y que no podía maldecir al pueblo hebreo, pero dio un consejo malo para que el rey lo llevara a cabo en contra del pueblo hebreo, porque sabía que si el pueblo hebreo pecaba contra Dios, Dios los destruiría; o sea, que entonces él le enseñó a Balac cómo tenía que hacer: hacer que el pueblo hebreo pecara y entonces Dios los destruiría; pero Balaam decía que él no podía hablar nada a menos que fuera lo que Dios pusiera en su boca; no podía maldecir al pueblo hebreo, no podía maldecir al que Dios había bendecido y dice: “De Jacob saldrá estrella.” (Números, capítulo 24, verso 17).
Y esa es a señal que vieron los magos, los sabios que vinieron a Jerusalén en los días en que nació Jesús, preguntando en Jerusalén: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido, porque su estrella hemos visto en el Este, o sea, en el Oriente.” Ellos vivan en el territorio allá de Babilonia y Ur de los Caldeos, pero eran conocedores de las escrituras hebreas; y en esos territorios vivían también los descendientes de Daniel y de Sadrac, Mesac y Abed-nego, vivían en esos territorios y hubo muchos hebreos en esos territorios que fueron llevados en el cautiverio y muchos quedaron allá.
Pero ahora ellos conociendo esas profecías mesiánicas, observaban el cielo; porque tenía que aparecer en el cielo una señal, la estrella que dijo Balaam; esa fue Palabra de Dios puesta en la boca de Balaam, todas esas bendiciones que echó sobre el pueblo hebreo era lo que Dios ponía en la boca de Balaam para que hablara, porque Dios le dijo: “No vas a hablar, sino lo que yo te diga que hables, lo que yo ponga en tu boca.” Un profeta no puede hablar lo que él quiere, sino lo que Dios ponga en su boca, si coloca otra cosa que no sea lo que Dios ponga en su boca se sale del Programa de Dios, eso fue lo que hizo Balaam cuando dio un consejo a Balac, el cual iba a perjudicar al pueblo hebreo.
Y ahora, cuando estos magos ven esa estrella mirando del Este hacia el Oeste, eso es muy importante: una mirada, parado en el Este mirando hacia el Oeste. Recuerden que el Cristianismo, y por consiguiente el Espíritu Santo ha viajado del Este hacia el Oeste, de la tierra de Israel, de todo ese territorio del Medio Oriente, Asia Menor, Europa, Norteamérica; y ahora del Continente americano solamente queda la América Latina, incluyendo todo el Caribe.
Hay un bendición grande para el Cristianismo, para la Iglesia del Señor Jesucristo que está esperando grandes bendiciones y está esperando ver las cosas que Dios ha prometido, y todo tiene que ser de acuerdo al orden o los pasos para la adopción.
Y ahora, los magos cuando llegan a Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido, porque su estrella hemos visto en el Oriente?” Ni el sumo sacerdote, ni los miembros del Concilio del Sanedrín que son setenta, más el sumo sacerdote: setenta y uno, no sabían de eso; ellos no eran estudiosos de las estrellas como eran aquellos magos, o sea, vamos a decir aquellos astrólogos o astrónomos, si son señales en el cielo, en las estrellas; hay señales de esas que solamente pueden ser vistas y entendidas, captadas por personas que estudian esos movimientos de los astros, esos movimientos del zodíaco y todas esas cosas, porque ahí aparecen esas señales. Es que Dios lo que va a hacer en la tierra, primero lo muestra en el cielo, porque es la primera Biblia, por eso vean ustedes cuando Dios le dice a Abraham que su descendencia será como las estrellas del cielo.
¿Ven? Cada uno de los descendientes de Abraham esta representado en algunas de esas estrellas del cielo, y el Mesías no puede ser la excepción; porque es un descendiente de Abraham según la carne. Cristo dice: “Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana.” Ahí lo tienen, Él mismo se identifica con esa estrella resplandeciente de la mañana. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, donde dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
Y ahora, la cosa es que Cristo también dice en Apocalipsis, capítulo 2, verso 28.
“Y le daré la estrella de la mañana.”
A alguien le va a dar la estrella de la mañana y no es el Planeta Venus, allí nadie quisiera estar en estos momentos, pues según estuve viendo por la televisión, hace un poquito mas de calor que aquí, son unos cuatrocientos grados nada mas, así que nadie quiere ir a estar allí; porque allí no hay árboles, solamente hay rocas que se han derretido y todo eso, es un planeta (vamos a decir) volcánico; está en esa situación, por causa de los vientos solares y otras cosas, y los volcanes y todo eso, según estuve viendo por la televisión.
Ahora, ¿qué es la estrella de la mañana? Cristo dijo que Él es la estrella de la mañana y Él está hablando en el libro del Apocalipsis, y Él dice: “El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias.” Es Cristo en Espíritu Santo, la estrella resplandeciente de la mañana, es el Espíritu Santo, es la Columna de Fuego que le apareció a Moisés y que guío al pueblo hebreo por el desierto, ese es Cristo en Espíritu Santo; por esa causa nos habla del Espíritu Santo que estaba en los profetas del Antiguo Testamento, a través del cual Dios le hablaba al pueblo hebreo. Vean en Zacarías, capítulo 7, una Escritura que todos conocen, capítulo 7, versos 11 al 12, de Zacarías, dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros.”
Vean, Dios por medio de Su Espíritu enviaba Su Palabra a través de los profetas, el Espíritu Santo es el Ángel del Pacto; Cristo en Su cuerpo angelical es el Espíritu Santo en el cual está el Nombre de Dios, ese es el misterio del Ángel del Pacto. En Éxodo, capítulo 23, versos 20 en adelante, dice:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”
¿Dónde esta el Nombre de Dios? En el Ángel del Pacto, por eso cuando Moisés le pregunta al Señor… recuerden que Dios, ¿estaba dónde? En el Ángel del Pacto, es que el Ángel del Pacto, ese Ángel, ese cuerpo angelical es nada menos que la imagen del Dios viviente, Cristo en Su cuerpo angelical.
Recuerdan que Cristo dijo: “Antes que Abraham fuese yo soy.” (San Juan, capítulo 8, verso 58): ¿Cómo era Cristo antes de Abraham? Era nada menos que el Ángel del Pacto que le aparecía a Adán, a Abel, a Set y a todos los profetas; a Noé le habló del diluvio que vendría y también le aparecía a Abraham, a Isaac, a Jacob, a José también.
Y así por el estilo le aparecía a diferentes personajes de la Biblia, le apareció a Moisés, y le dijo: “Yo soy…” dice que le apareció el Ángel del Señor, el Ángel de Jehová y le dice: “Yo soy el Dios de tu padre.” O sea, el Dios de Amram, padre de Moisés, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob y dice la Escritura que era el Ángel del Pacto, es que en el Ángel del Pacto está Dios, porque el Ángel del Pacto es el cuerpo angelical de Dios, ese cuerpo teofánico que aparecía en diferentes ocasiones; es el mismo Ángel con el cual Jacob luchó y no lo soltó hasta que recibió la bendición del Ángel, el cual le cambió el nombre de Jacob a Israel; porque había luchado con Dios y con los hombres y había vencido, (Génesis, capítulo 32, versos 24 al 32).
Y luego Jacob le puso por nombre Peniel a cierto lugar, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma.” Y luego, también la Escritura nos habla en Deuteronomio y otros lugares que no hubo ningún profeta como Moisés, el cual haya conocido a Dios cara a cara o que Dios lo haya conocido cara a cara, le hablaba cara a cara Dios a Moisés como habla un hombre con otro hombre, con otra persona; y también Manoa, encontramos en el capítulo 13 del libro de los Jueces que se encontró primero su esposa, la señora, ¿qué? La señora Manoa se encontró con el Ángel de Dios y le habló acerca de que tendría un hijo ella y su nombre iba a ser Sansón y luego se lo dice ella a su esposo, Manoa ora a Dios para que envié nuevamente al Ángel que le había aparecido a su esposa, Dios lo envía, ella lo encuentra, y entonces va adonde su esposo Manoa, y le dice: “El Ángel que me había aparecido me apareció otra vez y está en tal lugar.”
Fueron a donde el Ángel y entonces Manoa le pregunta: “¿Cómo debemos de hacer con el niño que ha de nacer del cual tú le hablaste a mi esposa?” Y el Ángel le dice: “Como yo le dije a ella, así debe hacer.” Y le explicó nuevamente. Y luego Manoa le preguntó el nombre al Ángel: ¿Cuál es tu nombre? Para cuando se cumpla lo que tú has dicho nosotros te honremos.”
Lo mismo que Jacob le preguntó por el nombre al Ángel con el cual él luchó; y el Ángel le dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre?” Es que todo el mundo ha querido saber, conocer el nombre del Ángel de Dios, porque en el Ángel de Dios está el Nombre de Dios, si sabe cual es el Nombre del Ángel, pues sabe cuál es el Nombre de Dios.
Y ahora, Manoa le ofrece una comida, un cabrito y el Ángel le dice: “No comeré de tu comida, pero si quieres sacrificar, sacrifica a Dios, sacrifícale a Dios.” Y Manoa trajo un sacrificio, una ofrenda para Dios la colocó en la roca y luego el Ángel subió por el fuego que subía del sacrificio; y entonces Manoa dijo: “Hemos de morir, porque hemos visto a Dios cara a cara.” Y la Escritura dice cuando Dios le dijo a Moisés, el cual quería ver la gloria de Dios, Dios le dijo a Moisés de la siguiente manera, vamos a ver capítulo 33, verso 18 del Éxodo dice… verso 18 en adelante, dice:
“ El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.
Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá ( y Manoa sabía eso, lo había leído también).
Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;
y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”
Las espaldas de Dios son las espaldas del Ángel del Pacto, las espaldas de la imagen del Dios viviente que es el cuerpo angelical de Dios, y las espaldas de la semejanza física de Dios, es las espaldas de Jesucristo. Tan simple como eso.
Ahora, Manoa conocía esas escrituras y sabía que nadie podía ver a Dios cara a cara y vivir, también nos habla San Juan, capítulo 1, verso 18, vamos a ver esa Escritura y ahí alguna persona podrá decir: “Hay una contradicción en la Biblia,” pero en la Biblia no hay contradicciones; aparentemente hay una contradicción, pero esa contradicción aparente está en la mente de la persona que no entiende lo que eso significa. Capítulo 1, verso 18, dice:
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”
Y entonces todos esos grande profetas como Moisés y demás profetas que dijeron que vieron a Dios cara a cara, ¿mentirían? No, es que lo ellos vieron fue el cuerpo angelical donde moraba y mora Dios eternamente. Al ver el Ángel de Dios o el Ángel de Jehová estaban viendo a Dios en Su cuerpo angelical, pero Dios estaba dentro de ese cuerpo angelical, por eso nadie vio al que estaba dentro del cuerpo angelical, que es Dios, pero Dios estaba a través de ese cuerpo angelical hablando, manifestándose, libertando al pueblo hebreo y así por el estilo, y hablando a través de los profetas.
Y ahora, ese cuerpo angelical es Cristo en Su cuerpo angelical, es el Hijo de Dios; por eso es que en la escrituras Él dice: “Antes que Abraham fuese, yo soy.” Esa es la explicación; y aquí, vean ustedes en Malaquías, ¿qué es lo que Malaquías promete para la Venida del Señor, para el cumplimiento de la Venida del Señor?
¿Qué es la Venida del Señor? Vean, aquí aparece también Juan el Bautista, pero no tiene el nombre Juan el Bautista, ese lo tiene cuando ya nace y le ponen el nombre, pero ya ese nombre estaba ya destinado para Juan; el ángel le dice a Zacarías (el sacerdote) que le ponga por nombre Juan a ese niño que va a tener, va a ser profeta de Dios y va a venir con el espíritu y poder o virtud de Elías (San Lucas, capítulo 1, versos 11 en adelante).
Ahora, el capítulo 3 de Malaquías, dice verso 1:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”
Ese fue Juan el Bautista precursor de la primera Venida de Cristo, por eso Juan decía que después de él vendría uno mayor que él y que era primero que él; y sin embargo Juan nació unos seis meses antes que Jesús, por lo tanto era seis meses mayor que Jesús; y también dice que el que viene después de él les bautizará con Espíritu Santo y Fuego, pero que Juan dice: “Pero yo les bautizo con agua, pero el que viene después de mí les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”
Ahora, después, vean, viene para preparar el camino al Señor.
“…y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.”
O sea, que venía Dios el Padre y venía el Ángel del Pacto. El Ángel del Pacto es el Espíritu Santo, un espíritu es un cuerpo de otra dimensión; por eso en Ezequiel, capítulo 9, ese varón con el tintero de escribano en Su cintura es el Espíritu Santo que el Día de Pentecostés selló en sus frentes a todos aquellos que estaban en el Aposento Alto esperando la Venida del Espíritu Santo, que eran ciento veinte, y después los que creyeron cuando Pedro predicó, que eran como tres mil personas, los cuales fueron bautizadas en el Nombre del Señor, también recibieron el Espíritu de Cristo, pues fueron añadidos a la Iglesia; y nadie es añadido a la Iglesia, a menos que nazca del Agua y del Espíritu; o sea, que la persona no es añadida a la Iglesia porque se meta a un grupo religioso, es porque nazca del Agua y del Espíritu.
Recuerden que el Reino de Cristo esta en la esfera espiritual y no se entra si no se nace del Agua y del Espíritu y entonces es que es un miembro de Cuerpo Místico de Cristo que es Su Iglesia.
Y ahora, el Ángel del Pacto vendría, ¿ve? El mismo Ángel que estuvo con Moisés, en el cual estaba Dios ahora vendría en medio del pueblo hebreo; por eso dice la Escritura: “He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará su nombre Emanuel, que traducido es: ‘Dios con nosotros.” [Isaías 7:14]. De esto fue que le habló también el ángel a José cuando él pensaba dejar a María en forma secreta para no ofenderla, pero el ángel le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David.” Hijo de David, porque era descendiente del rey David, y por lo tanto, era un príncipe aunque era pobre, pero eso no quita de que la persona sea un príncipe.
¿No dice la Escritura que Cristo con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes? Somos Reyes y Sacerdotes del Reino de Cristo, aunque seamos pobres eso no tiene nada que ver, en el Reino de Cristo somos ricos nuestro tesoro está en el Reino de Cristo.
Ahora, podemos ver este misterio de lo que han dicho estos hombres de Dios del Antiguo Testamento que vieron a Dios cara a cara; y luego en el Evangelio según San Juan, capítulo1, verso 18, dice que a Dios nadie le vio jamás, que el unigénito Hijo de Dios le ha dado a conocer, le ha declarado; fue Jesucristo en Su cuerpo angelical, a través del cual Dios se revelaba en el Antiguo Testamento; por eso la Escritura dice que Dios le dio la ley al pueblo hebreo en el monte Sinaí, pero también dice que la ley fue dada por comisión de ángeles (Hebreos, capítulo 2, verso 2; y el capítulo 7 del libro de los Hechos).
Así que, la ley fue dada por medio del Ángel del Pacto, si es la ley dada al pueblo hebreo para establecer un Pacto con el pueblo hebreo, pues tiene que darlo el Ángel del Pacto, otro no lo puede dar, no puede dar la ley, no puede hacer un Pacto con el pueblo sino es el Ángel del Pacto. Lo mismo para el nuevo Pacto que fue prometido en Jeremías, capítulo 31, verso 31, pues tiene que venir, ¿quién? El Ángel del Pacto en quien está Dios, “y vendrá a Su Templo el Señor y el Ángel del Pacto a quien deseáis vosotros; tiene que venir el Ángel del Pacto, que es Cristo para establecer un nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá; por eso en la última cena, San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29, Cristo tomando el pan, dio gracias lo partió y dio a Sus discípulos y les dice: “Comed, este es mi cuerpo,” y luego toma la copa de vino y dando gracias, luego da a Sus discípulos, les dice: “Tomad de ella todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”
Es la Sangre del nuevo Pacto, está hablándoles del nuevo Pacto que Dios dijo que haría con la casa de Israel y con la casa de Judá, en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36; porque es que Cristo es el Ángel del Pacto y Cristo el Ángel del Pacto vino y se hizo carne en medio del pueblo hebreo, Emanuel, Dios con nosotros; eso es lo que estaba prometido y eso fue lo que se cumplió.
Ahora, podemos ver que Cristo no estaba mintiendo cuando Él dice: “Antes que Abraham fuese, yo soy:” Es que Él es el Ángel del Pacto, por eso es que después puede hablar que Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Ahora, podemos ver que entonces Jesucristo es más importante de lo que nosotros pensábamos o de lo que piensan muchas personas que piensan que fue un hombre que apareció ahí, pero no saben que era el Ángel del Pacto en quien estaba Dios y está Dios, y creó en el vientre de María un cuerpo de carne para habitar en ese cuerpo de carne y Dios habitó en Cristo en toda Su plenitud, por eso dice que le plació a Dios que morase en Cristo la plenitud de la divinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahí estaba todo: la plenitud de la divinidad. Por eso Cristo decía que Él no hacía nada de Sí mismo sino que decía: “Sino que el Padre que mora en mí, Él hace las Obras.”
Y también decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido,” y comienza a decir para qué había sido ungido. San Lucas, capítulo 4, versos 11 al 17, y ahí Él está tomando el libro del profeta Isaías y leyendo Isaías, capítulo 61, verso 1, y no terminó de leer ese versículo, porque dejó sin leer una parte que dice: “Y para predicar o proclamar, y para proclamar el día de venganza del Dios nuestro.” Vamos a ver cómo lo dice en Isaías, y vamos a ver porqué no lo podía leer, dice:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro.”
Pero Él no leyó: “…y el día de venganza del Dios nuestro,” porque eso es para la segunda Venida de Cristo. En la segunda Venida de Cristo se estará proclamando el día de venganza del Dios nuestro, se estará dando a conocer los juicios divinos que han de venir durante la gran tribulación sobre el planeta Tierra.
Todas esas plagas que están señaladas en el libro del Apocalipsis, se repetirán en el planeta Tierra; y eso es como fue en Egipto cuando Moisés fue a libertar al pueblo hebreo. Por eso es que lo que hacen los dos Olivos en Apocalipsis 11, es como lo que hizo Moisés en Egipto y como lo que hizo el profeta Elías; porque los dos Olivos son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el Día Postrero, por eso es que los hebreos, los judíos están esperando que venga Elías; porque Malaquías, capítulo 4, versos 5 al 6, dice: “He aquí, yo os envío al profeta Elías, antes que venga el día del Señor, grande y terrible. No sea que yo venga y con maldición hiera la Tierra.” O sea, antes que venga la gran tribulación Dios ha prometido enviar a Elías.
Y para los judíos Elías no será literalmente el Elías que subió al Cielo, sino un hombre de este tiempo final o del tiempo en que se cumpla esa profecía, un profeta, un hombre con el ministerio de Elías en la Tierra hablándole al pueblo hebreo y a toda la humanidad, proclamando la paz imperecedera y la paz imperecedera, ¿dónde está prometida para ser dada al pueblo? En el Reino del Mesías. Así que, vean ustedes todo lo que está ligado al orden o los pasos para la adopción.
Ahora, vamos a ver… les dije que la gran Voz de Trompeta o Trompeta final es el mensaje final de Dios, Dios hablando en el tiempo final en el Día Postrero, pues es para el Día Postrero que Cristo dijo que resucitará a todos los creyentes en Él que hayan muerto. San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”
¿Para cuándo Él ha prometido la resurrección? Para el Día Postrero.
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”
Cuando fue a resucitar a Lázaro también Cristo le dice: “Tu hermano resucitará.” Marta le dice: “Yo sé que resucitará en la resurrección en el Día Postrero.” Marta sabía que la resurrección es para el Día Postrero, porque ya Cristo lo había dicho acá en, San Juan, capítulo 6; y Cristo le dice: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.” Y le pregunta: ¿Crees esto? Ella le dice: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” [San Juan 11:25-27].
Y ahora, la resurrección quedó establecida por Cristo para ser llevada a cabo en el Día Postrero, ¿y qué es el Día Postrero? No es un día de veinticuatro horas: un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día, o sea, que cuando decimos el día o los días postreros no son tres días ni cuatro días, son los milenios postreros para los seres humanos que delante de Dios son solamente tres días; así como la semana tiene siete días y el día postrero es el séptimo, el sábado, el sábado milenial es el séptimo milenio en donde el Mesías resucitará a los muertos creyentes en Él y a los vivos los transformará, los llevará con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.
Luego de una temporada aquí en la Tierra con el cuerpo glorificado, ya obtenido, eso será esa manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos y glorificados, ya adoptados, ya transformados ya con Vida eterna física, después iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero una fiesta grande en el Cielo que está anunciada a través de las escrituras y que será la fiesta más grande que se haya llevado a cabo en el Cielo, allá estarán Abraham, Isaac, Jacob y los patriarcas y todos esos hombres de Dios del pasado, los profetas también.
Recuerden que cuando Cristo resucitó, resucitaron con Él muchos de lo santos que habían dormido (San Mateo, capítulo 27, versos 51 en adelante). Y aparecieron a muchos en la ciudad de Jerusalén, a muchos de sus familiares, eso está en San Mateo, capítulo 27, versos 51 en adelante.
Y ahora, luego que seamos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero con cuerpos eternos, porque no hay otra forma de ir a la Cena de las Bodas del Cordero, tenemos que estar vestidos con el cuerpo angelical y con el cuerpo físico glorificado, sin el cuerpo físico glorificado no podemos ir a la Cena de las Bodas del Cordero, sin el Espíritu Santo produciendo en nosotros el nuevo nacimiento y obteniendo el cuerpo angelical y luego obteniendo el cuerpo físico glorificado en el Día Postrero, sin eso no podemos ir a la Cena de las Bodas del Cordero, por eso no todas las personas van a ir sino los creyentes en Cristo nacidos de nuevo que serán transformados; porque todos los nacidos de nuevo van a ser transformados; porque ya tienen las primicias del Espíritu, ya tienen Vida eterna, Vida eterna espiritual, pero les falta la Vida eterna física que será al tener el cuerpo nuevo glorificado.
Y ahora, dice San Pablo:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” [Efesios 4:30].
Para el día de la redención del cuerpo, para el día de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. El día de la redención es el Día Postrero, el día del Señor.
Ahora, los días postreros de los cuales se ha predicado tanto y algunas veces algunas personas piensan que los días postreros son éstos; ahora veremos en qué día de los días postreros estamos. Desde que Cristo estaba en la Tierra y estuvo predicando, aun desde antes de comenzar a predicar ya estábamos en los días postreros. Dice San Pablo, en Hebreos, capítulo 1, versos 1 al 3.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (¿quién es el resplandor de la gloria de Dios, y la imagen misma de la sustancia de Dios? Jesucristo, el Hijo de Dios), y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”
¿Por qué? ¿Qué Nombre heredó? El Nombre eterno de Dios, no hay otro nombre mas excelente que el Nombre de Dios, el cual Dios le colocó en el Ángel del Pacto y lo colocó en Jesús el cual dijo: “Yo he venido en nombre de mi Padre.” Ese es el Nombre que heredó nuestro amado Salvador.
Ahora, vieron que dice San Pablo que Dios ha hablado en estos postreros días por medio de Su Hijo, y ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá y no solamente él dice esto acerca de los días postreros, sino San Pedro también en el capítulo 2 del libro de los Hechos cuando predica el Día de Pentecostés, dice que Dios dijo… vamos a ver, capítulo 2, versos 14 en adelante, dice:
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.”
¿Para cuándo fue que Dios dijo que derramaría de Su Espíritu Santo? Para los postreros días, el Día de Pentecostés está derramando de Su Espíritu Santo, porque ya habían comenzado los días postreros; y entonces, ¿qué son los días postreros? Así como el quinto día de la semana, jueves, es el día primero de los tres días postreros, el sexto día viernes es el segundo día postrero de la semana, y el sábado es el séptimo día de la semana, el último, el postrero de la semana; así también delante de Dios los días son… el postrero son el quinto milenio que comenzó cuando Cristo tenía de tres a siete años de edad y el sexto milenio, y luego el séptimo milenio al cual hemos entrado conforme al calendario gregoriano, ya llevamos nueve años dentro del séptimo milenio de Adán hacia acá, que es el tercer milenio de los tres milenios postreros.
Los milenios postreros o los días postreros son quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio, los días postreros delante de Dios. “Porque un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.” Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8 y el Salmo 90, verso 4. Tan simple como eso. No hay otra forma para poder comprender qué son los días postreros, porque si comenzaron de los días de Jesús, ¿cómo lo vamos a entender? Tenemos que también reconocer que de esto Dios ha estado hablando en Oseas, capítulo 6, versos 1 en adelante, y dice:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
Ahí tenemos los días postreros nuevamente. Tan simple como eso.
Desde que Cristo murió hacia acá, han transcurrido dos mil años en donde ya Dios no ha estado tratando con el pueblo hebreo bajo el Pacto de la Ley y ellos no lo saben; ha estado tratando Dios con Su pueblo bajo un nuevo Pacto, Su Iglesia y Dios se movió de la tierra de Israel y ha estado caminando, viajando entre los gentiles, llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, el Redil del Señor.
Ahora, miren en simbolismo, en tipología, miren: “Y conoceremos y proseguiremos en conocer a Jehová.” O sea, que hay más para ser conocido de parte de Dios. En Zacarías, capítulo 14, verso 9, dice: “En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. Y Jehová será Rey sobre toda la Tierra.” Y en Habacuc, capítulo 2, verso 14, dice: “Y la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.” Y en Isaías, capítulo 11, verso 9, también dice lo mismo.
¿Con qué va a ser llena la Tierra del conocimiento de Dios? Con un mensaje, con el mensaje de la gran Voz de Trompeta. ¿Y qué es el mensaje de la gran Voz de trompeta? La Voz de Dios hablando por medio de Su espíritu Santo. ¿Y qué estará hablando? ¿Qué mensaje estará dándonos? El mensaje del Evangelio del Reino.
Ese es el mensaje que Juan el Bautista predicaba y que predicaba Jesús, pero cuando fue rechazado en Jerusalén, y luego fue crucificado, luego el Día de Pentecostés comenzó a predicarse el mensaje del Evangelio de la Gracia, y Dios ha estado tratando con Su Iglesia durante estos dos mil años y se detuvo allí la semana número setenta, pues Cristo cumplió tres años y medio de esa semana número setenta y le falta al pueblo hebreo, tres años y medio de la semana número setenta de trato de Dios con ellos; esos son los tres años y medio de la gran tribulación, donde Dios va a tratar con el pueblo hebreo. Pero la Iglesia del Señor Jesucristo estará de fiesta, estará de fiesta en la cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, en las fiestas mas importantes; por eso dice Apocalipsis 19, versos 9 al 10, que son bienaventurados los que son convidados, llamados a la cena de las bodas del Cordero.
Esas personas van a escapar del juicio divino de la gran tribulación, van a estar en pie delante del Hijo del Hombre y van a evitar todas estos juicios divinos que han de venir sobre la raza humana, de eso es que nos habla también en el capítulo 21, versos 34 al 36, de San Lucas. Queremos que seamos tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que vendrán y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Y ahora, hemos estado viendo: “EL ORDEN O LOS PASOS PARA LA ADOPCIÓN,” será a la final Trompeta, el final mensaje de Dios que es el Evangelio del Reino.
El mismo Cristo hablando del Evangelio del Reino, lo cual será una señal para la raza humana, será la señal del fin, del fin del mundo, del fin del tiempo, del fin del reino de los gentiles, dice, capítulo 24, de San Mateo, versos 13 al 14.
“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Hemos visto que el Evangelio del Reino es nada menos que el mensaje final de Dios, la gran Voz de Trompeta o Trompeta final, y ese es el mensaje que el pueblo hebreo va a escuchar; por eso es que el pueblo hebreo como nación no ha querido escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, no puede creer; porque el mensaje que escuchará es el mensaje del Evangelio del Reino, ese es el mensaje con el cual vendrá el Ángel de Apocalipsis, capítulo 7, que viene para sellar, llamar y sellar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu: capítulo 7, versos 1 en adelante; y en Apocalipsis, capítulo 14, versos 1 al 5, ya aparecen sellados en sus frentes con el Nombre del Padre, y con el Nombre del Cordero en sus frentes, o sea, con el conocimiento del Nombre de Dios, el Padre y el Nombre de Jesucristo. Ya aparece en Apocalipsis, capítulo 14, versos 1 al 5.
Ahora, en Apocalipsis encontramos que hay un mensaje profético para todas las naciones, por eso es que cuando el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el cual es Cristo, el Ángel del Pacto con el librito abierto en Su mano, el Libro que estaba sellado en el Cielo con siete Sellos, en Apocalipsis, capítulo 5, y lo toma Cristo, el Cordero, el cual también es el León de la Tribu de Judá y Él lo toma cuando ya termina Su Obra de Intercesión y se convierte en el León de la Tribu de Judá, Juan lo conocía como el Cordero de Dios, pero el anciano le dice que es el León de la Tribu de Judá. Está comenzando Su labor de reclamo tomando el Libro para hacer Su Obra de reclamo, reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre, resucitar a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y a los vivos transformarlos; eso es en la Obra de reclamo de Cristo como León de la Tribu de Judá, y todo eso está contenido en el Evangelio del Reino.
Y ahora, le entrega el Título de Propiedad a un hombre en Apocalipsis, capítulo 10, para que se lo coma, y luego le dice:
“Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”
En Juan el apóstol está representada la Iglesia del Señor Jesucristo con todos los mensajeros que tendría la Iglesia del Señor. Para el Día Postrero el Ángel Fuerte desciende del Cielo con el librito abierto en Su mano, y ese es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, es el Libro de la Redención, es el Título de Propiedad de la Vida eterna; para lo cual tiene que abrirse ese Libro en el Cielo, ser traído a la Tierra para llevarse a cabo la Obra de redención física, de la redención del cuerpo físico.
Y ahora vean, le es entregado el Libro a un hombre que se lo coma y después le es dicho: “Es necesario que profetices sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.” Si va a profetizar el que se lo come, ¿qué tiene que ser? Un profeta, y tiene entonces que venir con un mensaje profético que estará dando a conocer todas las cosas que han de suceder; y después pasa a Apocalipsis 11, que es el ministerio de los dos Olivos. En San Mateo, capítulo 24, verso 31, dice: “Y enviará sus ángeles con gran voz de Trompeta, y juntarán a sus escogidos, desde un extremo del cielo hasta el otro.” Esos ángeles son los ministerios de los dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; corresponden esos ministerios a Moisés y Elías, al ministerio de los dos Olivos; y el llamado de los ciento cuarenta y cuatro mil, doce mil de cada tribu corresponde a los dos Olivos con el mensaje de la gran Voz de Trompeta, la Trompeta final, la séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 en adelante.
Esa es la gran Trompeta de la cual habló Cristo, es el Evangelio del Reino, el Evangelio eterno, el mensaje que escuchará y creerá el pueblo hebreo. Cuando ustedes vean un acercamiento del pueblo hebreo y de sus líderes hacia alguna parte del Cristianismo; recuerden, algo está moviéndose en el Programa Divino. Ellos están buscando a un hombre, a un profeta, por eso es que ellos no reciben predicadores; porque ellos solamente fueron ordenados por Dios a creer a profetas, profeta dice Moisés: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios, a él oiréis.” (Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 al 19). Y dice más adelante: “Profeta de entre vuestros hermanos os levantará el Señor, vuestro Dios, y pondrá…” dice Dios: “Y pondré mis palabras en su boca, y él hablará todo lo que yo le mandare. Y cualquiera que no oyere lo que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
Esa profecía se cumple parcialmente en cada profeta que Dios ha enviado, pero plenamente se cumple en el Mesías en Su primera Venida y en Su segunda Venida. Profeta como Moisés, un profeta dispensacional, con un mensaje dispensacional, para el Día Postrero será el mensaje del Evangelio del Reino.
Y ahora, vamos aquí a Apocalipsis, capítulo 14, versos 6 al 7, donde veremos ese mensajero:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra (y si lo va a predicar a los moradores de la Tierra, pues tiene que estar en la Tierra y tiene que ser un profeta), a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Viene enseñando que adoren a Dios, que sirvan a Dios, enseñando cómo servir a Dios, cómo adorar a Dios, estimulando el pueblo que busquen a Dios y mostrándole a la humanidad que la ahora de Su juicio, del juicio divino, ha llegado, o sea, que viene ese mensajero un poco antes de comenzar la gran tribulación con el Evangelio eterno, que es el Evangelio del Reino. Ese mensajero ya hemos visto que será un profeta que vendrá profetizando sobre muchas naciones, pueblos y lenguas; como hizo Moisés profetizando las cosas que iban a suceder en Egipto, y como profetizaba también Elías.
Y ahora, en este tiempo final este mensajero que vendrá tendrá el mensaje final de Dios, la gran Voz de Trompeta o Trompeta Final. En el tiempo que él esté dando su mensaje será que Cristo va a resucitar a los muertos creyentes en Él y va a transformar los vivos creyentes en Cristo; ese es el tiempo de la Trompeta Final o gran Voz de Trompeta, ese es el tiempo de la predicación del Evangelio del Reino por este mensajero que es enviado con el mensaje eterno, el Evangelio del Reino; y ese mensajero es este mismo mensajero que aparece aquí en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6.
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
Y en Apocalipsis 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
El enviado de Jesucristo es el Ángel del Señor Jesucristo enviado para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder, ese es el mensajero con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino para predicarlo a todas las naciones, pueblo y lenguas, a todos los moradores de la Tierra; por lo tanto Él no tendrá problemas con la gente, él le hablará para todos los seres humanos y los amará a todos, él traerá ese mensaje final.
Pero como ningún mensajero, ningún profeta ha hecho nada, ni ha hablado nada, ni ha hecho ningún milagro sino ha sido Dios por medio de Su Espíritu Santo a través de él, eso será Dios por medio de Su espíritu Santo, Cristo en Espíritu obrando a través de ese mensajero como habló a través de los profetas del antiguo Testamento, como habló a través de San Pedro y San Pablo. ¿No dice San Pedro “los que predicaron el Evangelio por el Espíritu Santo?” Así será ese mensajero, él conocerá el mensaje de la Ley, conocerá el mensaje de la Gracia y conocerá el mensaje del Evangelio del Reino.
Tendrá esa ventaja para poder tratar con judíos y también con el Cristianismo; o sea, que podrá hablar con el Cristianismo, podrá hablar con el judaísmo y no tendrá ningún problema, él tendrá el mensaje correspondiente a la Dispensación del Reino, y por consiguiente el mensaje para el Día Postrero, para el séptimo milenio de Adán hacia acá y para el tercer milenio de Cristo hacia acá, que es el Día Postrero de los tres milenios postreros. Ahí está el Orden o los pasos para la Adopción.
Los que van a ser adoptados no tendrán que obligarlos para creer, porque ellos entenderán, los entendidos entenderán, dice Daniel, capítulo 12. Cristo les abrirá el entendimiento como hizo con Sus discípulos en San Lucas, capítulo 24, versos 41 en adelante.
Y entonces todos entenderemos los pasos para la adopción, la adopción es nuestra transformación para los vivos y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, la redención del cuerpo en donde tendremos cuerpos inmortales como el cuerpo glorificado de Cristo nuestro Salvador. Dios no se va a salir de Su Programa, tiene que haber una etapa de la Iglesia para la adopción, vamos a llamarla la Edad de la Adopción.
Ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá, y por consiguiente del Cristianismo, y la Iglesia ha estado pasando por diferentes etapas; tiene que venir una etapa y la vamos a llamar: la Etapa de la Edad de la Piedra Angular, la Etapa de la Adopción, la etapa en donde todas las promesas del Día Postrero van a ser cumplidas: la Venida de Elías y Moisés, de los dos Olivos para los judíos, la Venida del Señor para la Iglesia del Señor, la gran Voz de Trompeta o Trompeta final, el Evangelio del Reino o Evangelio eterno, el llamado de los escogidos de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, y recogiendo también de los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo para completar la Iglesia del Señor Jesucristo; porque sin completarse la Iglesia no podemos salir de esta Tierra, no podemos ser transformados, porque Cristo no puede dejar el Trono de Intercesión sin redimir hasta el último que está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Él dijo que ninguna de Sus ovejas se va a perder, por lo tanto Él va a llamarlas a todas, como Él dijo, y Él dijo: “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy Vida eterna.”
“LOS PASOS PARA LA ADOPCIÓN.”
Vivir en esta Tierra y no conocer los pasos para la adopción y estar esperando la transformación, es como vivir en el tiempo en que vino Juan el Bautista y vino Jesús, que muchos estaban esperando que viniera Elías y también que viniera el Mesías, y vino y ni se dieron cuenta porque no conocieron los pasos para el cumplimiento de ese programa, pensaron que Elías vendría en un carro de fuego, porque se fue en un carro de fuego y como se fue así tendría que venir; y miren, era el ministerio de Elías en otro hombre llamado Juan el Bautista.
Y el Mesías vino y no lo conocieron excepto los que habían recibido a Juan el Bautista y otros que escucharon la predicación de Jesús ó de los apóstoles, o sea, que digamos que una décima parte (¡y mucho!) de los habitantes del pueblo hebreo supo que el Mesías estaba en la Tierra o quizás menos, pero muchos lo vieron pero no supieron que el Mesías estaba en la Tierra, porque creyeron que era un falso profeta, que era impostor, que era un comilón y bebedor de vino; porque lo invitaban a comer los pecadores, iba y estaba con ellos y comía y decían: “Este es un comilón y bebedor de vino y amigos de publicanos y pecadores.” Y Cristo le dice: “Los sanos no tienen necesidad de médico, son los enfermos los que tienen necesidad de médico.” Así que, Cristo sabía explicar porqué Él estaba con esa gente comiendo, aceptando sus invitaciones.
Ahora, estamos viviendo en un tiempo paralelo al de Jesús, al de Lot, y también Abraham y al de Noé, un tiempo paralelo, pues Cristo dijo que así sería en este tiempo. El séptimo milenio es el milenio o día del Señor para la Venida del Hijo del Hombre y por lo tanto el Día del Hijo del Hombre. Cristo dijo que sería como el día o los días de Noé y como en los días de Lot: “El Día del Hijo del Hombre,” y algunas personas dicen: “El Día del Hijo del Hombre será lunes o martes que vendrá;” el Día del Hijo del Hombre es el séptimo milenio, ese es el día del Señor, al cual Juan el apóstol fue transportado y escuchó una gran Voz como de Trompeta que decía: “Yo soy el alfa y omega, el primero y el último.” (Apocalipsis, capítulo 1, versos 10 al 11).
Y esa Voz que tendrá que estarse escuchando en el día del Señor, el Día Postrero, el séptimo milenio de Adán hacia acá, tercer milenio de Cristo hacia acá. Eso es el mensaje del Evangelio del Reino, el mensaje del Evangelio eterno; y él traerá todo el conocimiento divino que nosotros necesitamos obtener para estar listos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, sin obligar a ninguna persona. Se predica el Evangelio de Cristo y el que va a creer, creerá, o sea, el que está en el Programa Divino. Recuerden que Cristo dijo también a aquellos que no querían creer en Él “Ustedes no pueden creer, porque no son mis ovejas.” Y ya los despidió.
El que no quiere creer, pues no va a creer. Él dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y me siguen.” Él dijo: “El que es de Dios, la Voz de Dios oye.” El que es de Dios para ser transformado y llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, escuchará la gran Voz de Trompeta, la Trompeta Final, el mensaje final de Dios; el Evangelio del Reino que estará entrelazándose con el Evangelio de la Gracia. Ese es un misterio también: cómo se entrelaza un mensaje dispensacional con otro mensaje dispensacional, tiene que hacerlo solamente un profeta dispensacional, ningún otro profeta puede hacerlo y tiene que ser el que está ordenado para esa nueva Dispensación entrelazar su mensaje con la Dispensación que esta pasando.
“LOS PASOS PARA LA ADOPCIÓN.”
Todos los que van a ser adoptados van a estar escuchando la gran Voz de Trompeta, la Trompeta de Dios, todos los muertos escucharán la Voz del Hijo del Hombre, la Voz del Hijo de Dios y resucitarán.
“LOS PASOS, EL ORDEN PARA LA ADOPCIÓN.”
En ese mensaje va a estar revelado el misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia; y de eso no vamos a hablar ahora, lo dejamos para otra ocasión; porque la Venida del Señor a Su Iglesia va a ser más sencillo de lo que nos imaginamos.
El mundo ni se va a dar cuenta cuando Cristo se lleve Su Iglesia, por lo tanto ni va a saber qué fue la Venida del Señor a Su Iglesia: será como ladrón en la noche dice la Escritura. Las vírgenes fatuas tampoco lo vieron, supieron que venía, pero no tenían aceite y fueron a comprar y cuando vinieron, ya las vírgenes prudentes habían entrado con el Esposo a las Bodas, y se había cerrado la puerta.
Así que, son las vírgenes prudentes las que van a verlo, a recibirlo, y a irse con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Es importante conocer los pasos, o sea, el orden para la adopción, para la transformación de los vivos y para los muertos en Cristo la resurrección en cuerpos eternos.
Ha sido una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de la Palabra del Señor para todos ustedes y para mí también. Ya yo le recibí como mi Salvador y estoy esperando mi transformación. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo lo reciba en Su Reino y le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento; para lo cual puede pasar acá al frente para que oremos por usted. Los que están también en otras naciones pueden venir a los Pies de Cristo, los que todavía no han recibido a Cristo para que queden también incluidos en la oración que estaremos haciendo en esta ocasión.
Cristo tiene mucho pueblo, muchos hijos, muchas ovejas acá en Veracruz, Veracruz; y en todo el Estado de Veracruz, y en toda la República Mexicana, y también en todas las naciones, en toda la América Latina y el Caribe y en Norteamérica también, y en el África y en todas las demás naciones, y los está llamando en este tiempo final. Por lo cual, si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, tu nombre está escrito en el Cielo, eres una oveja del Señor y Él te está llamando para colocarte en Su Redil, en Su Reino, en Su Iglesia.
Tenemos que asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, y no hay otra forma de asegurar nuestro futuro eterno, sino a través de Cristo nuestro Salvador.
La exclusividad de la Vida eterna Dios la ha dado a Jesucristo; por eso cuando Cristo nos dice: “El que tiene al Hijo tiene la Vida y el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la Vida, no tiene la Vida eterna.” Vean, se requiere que el quiere vivir eternamente obtenga la Vida eterna a través de Cristo nuestro único y suficiente Salvador; para lo cual ahora usted tiene la oportunidad porque ha escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y nació la fe de Cristo en vuestra alma, cree en Cristo y ahora tiene la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador.
Esta parte corresponde al Evangelio de la Gracia, porque todavía no se ha completado la Iglesia del Señor Jesucristo y es con el Evangelio de la Gracia, que son llamados y juntados todas las ovejas del Señor en la Dispensación de la Gracia, en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador.
Cristo tiene mucho pueblo aquí en Veracruz, en todo el Estado de Veracruz, y los está llamando; y es un privilegio saber que nuestro nombre está escrito en el Cielo, es motivo de regocijo. El mismo Cristo lo dijo cuando Sus discípulos vienen a Él gozosos porque habían echado fuera demonios en Su Nombre, y dicen a Cristo, cuando Él los mandó a predicar y a echar fuera demonios y también sanar a los enfermos, vienen adónde Él y le dicen: “Señor, hasta los espíritus se nos sujetan en Tu Nombre.” Cristo les dice: “No os gocéis de que los espíritus se os sujetan en mi nombre, gozaos de que vuestros nombres están escritos en el Cielo.” Eso es lo importante, que nuestro nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y por lo tanto somos ovejas del Señor que le han sido dadas por el Padre para que las busque y les dé Vida eterna; para eso es que Él dijo que buscaría Sus ovejas: para darles algo que no tenían, la Vida eterna.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino. Algunas veces hay personas tímidas, que le da timidez o vergüenza venir a los Pies de Cristo, pero Cristo es la persona más importante que hay, la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra, Él es el Rey de reyes y Señor de señores; recibirlo como nuestro Salvador es el privilegio más grande que nosotros tenemos y Él nos da la Vida eterna.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión. Si falta alguno por venir de los que están presentes, puede venir, y de los que están en otras naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador.
Tenemos que asegurar nuestro futuro eterno y con quien único lo podemos asegurar es con Jesucristo. No hay otra persona que nos asegure el futuro eterno. Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, y creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados; reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.
Señor, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Señor, sálvame, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible; porque Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere será condenado.” ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestra alma; por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando es sumergido en las aguas bautismales por el ministro, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. El agua no quita los pecados es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, y aunque es tipológico fue ordenado por Cristo y ha estado siendo obedecido por los apóstoles y por todos los ministros y todos los que han recibido a Cristo como Salvador, los cuales han estado siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y así es también en nuestro tiempo.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dejo al reverendo José Honorio Nolasco Escobar con ustedes, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y en cada nación dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Continúen pasando todos una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LOS PASOS PARA LA ADOPCIÓN.”