El misterio de Dios, el Padre y de Cristo

Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. Tengan todos una feliz navidad y un próspero año nuevo 2010, y que las bendiciones de Cristo sean sobre todos ustedes.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al gran proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y el, esfuerzo que están haciendo en estos días de navidad para así que pronto se tenga esta gran Carpa-Catedral levantada en Puerto Rico, en donde esperamos grandes bendiciones de parte de Dios.

También aprecio mucho y agradezco mucho el respaldo que le han estado dando al trabajo de la obra misionera y la evangelización, que es un proyecto divino que estableció Cristo para Su Iglesia cuando dijo:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Por lo tanto, se le da la oportunidad a todos los seres humanos para que obtengan la salvación y Vida eterna a través de Cristo nuestro Salvador; y por cuanto todo ser humano tiene libre albedrío, cada cual decide si quiere vivir eternamente o no quiere vivir eternamente, y se le da a conocer cómo puede obtener la Vida eterna: a través de Cristo nuestro Salvador.

También aprecio un agradezco mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL, ya ustedes han visto las labores que ha estado llevando a cabo AMISRAEL y en todas ha tenido éxito completo.

Un saludo muy especial al doctor Miguel Bermúdez Marín y también al doctor Salomón Cunha y su esposa la doctora Kélita Machado. Que Dios les bendiga grandemente y les use siempre grandemente en Su Obra. Y también mis hijos e hijas en Puerto Rico y también en Brasil, y también allá a Erica en Brasil.

Ahora, leemos una Escritura en San Lucas, capítulo 2, que nos habla de lo que en este día, 24 de diciembre, se conmemora. Dice en San Lucas, capítulo 2, versos 1 en adelante:

“Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado (vigilen estos censos porque son muy importantes).

Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.

Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.

 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.

Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.

Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.”

Y leemos también en Colosenses, capítulo 2, versos 2 a 3, que dice San Pablo:

“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

En el tema para estos días navideños que tendremos será: “LA TRAYECTORIA DEL PROGRAMA DIVINO DESDE EL GÉNESIS HASTA EL APOCALIPSIS.” Tendremos cinco conferencias, y estos cinco temas son: “El Misterio de Dios el Padre, y de Cristo,” para hoy jueves 24 de diciembre, día de noche buena como comúnmente le llamamos; y para el  próximo domingo 27 de diciembre de este mismo año 2009, nuestro tema será: “El Principio de la Creación,” y para el jueves de la próxima semana, día de despedida de año o de año viejo como comúnmente le llamamos, el tema será: “Los éxodos y sus propósitos.”

Y para el sábado, ya eso es para los ministros, el tema será, el sábado 2 de enero, el próximo año y del próximo mes, será: “La Venida del Mesías;” y para el domingo 3 de enero del próximo año (del próximo mes también), el tema será: “Recibiendo un Reino Inconmovible.”

Para hoy tomaremos este tema de esta serie o sub-tema de esta serie, que es: “EL MISTERIO DE DIOS EL PADRE, Y DE CRISTO.”

En este pasaje que leímos en Colosenses, en apóstol San Pablo nos dice que:

“Unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”

Y ahora, Dios el Padre, Creador de los Cielos y de la Tierra, el Dios eterno llamado también el eterno, y en los diferentes Nombres compuestos encontramos que expresan todo lo que Dios es.

Ahora, este misterio de Dios el Padre, y de Cristo, encontramos que es el misterio donde están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, pues para la creación de los Cielos y de la Tierra se necesitó sabiduría y conocimiento; aun para construir algo en la Tierra se necesita cierto grado de sabiduría y de conocimiento.

Y ahora, tenemos el misterio de Dios el Padre y de Cristo, donde están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. En Génesis, capítulo 1, verso 1 dice que.. Dice:

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

Y ahora, el Dios Creador de los Cielos y de la Tierra tiene una forma para llevar a cabo Su proyecto de la creación de los Cielos y de la Tierra.

Ahora, veamos a Dios y a Cristo, Dios el Padre y a Cristo para conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo. Dios creó al ser humano, dice Génesis, capítulo 1, versos 26 al 27; y dice:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Y luego en el capítulo 2, verso 7, dice:

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”

Y ahora, encontramos un misterio aquí de la creación del ser humano. Dios había dicho: “Hagamos al hombre conforme a nuestra semejanza, a nuestra imagen y semejanza; hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.”

Y luego cuando el verso 27 dice:

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Y no dice a Su imagen y semejanza, sino a Su imagen solamente los creó. Es que primero lo creó a Su imagen y después le creó la semejanza física en el capítulo 2, y esa semejanza física vino del polvo de la tierra de donde Dios le creó la semejanza física.

Y ahora, el ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo cual es el ser humano el que tendrá el privilegio y bendición de conocer a Dios, porque es a imagen y semejanza de Dios. Dios le dio al ser humano libre albedrío para que él haga sus decisiones.

Y ahora, esto nos muestra que Dios tiene libre albedrío y Él hace Sus decisiones. Y ahora, nos muestra también cómo es Dios. El ser humano es alma, espíritu y cuerpo, y Dios también: Padre que corresponde a alma, Espíritu y cuerpo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tan sencillo como eso.

Pero ahora vamos a ver este misterio así como lo podemos ver en el ser humano, el misterio del ser humano que es alma, que es lo que en realidad es la persona, eso es lo más grande del ser humano: alma, alma viviente.

Luego el espíritu del ser humano es un cuerpo espiritual, un cuerpo de otra dimensión, parecido a nuestro cuerpo físico, es llamado también el ángel de la persona, porque es un cuerpo espiritual como el de los Ángeles.

Recuerden que cuando Pedro el apóstol estuvo preso allá en el libro de los Hechos, da testimonio de esto y lo libertó Dios y lo sacó fuera de la cárcel y lo colocó en la calle, y Pedro al darse cuenta comprendió que no era una visión, sino que era una realidad, y de ahí se fue a la casa donde estaban los hermanos orando por él, la casa de Juan Marcos, y cuando toca a la puerta una joven llamada Rode que estaba en la casa, sale o va para abrir la puerta, y cuando se acerca escucha la voz, pues siempre cuando alguien toca a la puerta se le pregunta: “¿Quién es?”

Y cuando escucha que es Pedro, no le abre la puerta de gozo, de alegría, no abre la puerta y va a dar la noticia a todos en la casa que es Pedro que está tocando a la puerta, y le dicen a esta joven Rode: “Rode, estás loca, es su ángel.” Es que ellos sabían que cada persona tiene un cuerpo angelical. Ese es el ángel que tiene cada persona, es su cuerpo angelical.

En muchos países cuando ven a una persona que pasa y se desaparece y llegan a conocer quién es la persona, dicen: “Ha muerto, porque ya está caminando en su espíritu,” en el espíritu de la persona, la Iglesia primitiva tenía ese conocimiento, y aun más, el mismo Cristo dijo que: “Los ángeles de estos pequeñitos ven el rostro de mi Padre cada día.”

El cuerpo angelical, ese espíritu de cada persona, es un cuerpo como el que tenemos, pero de otra dimensión, y luego tenemos otro cuerpo de carne para vivir en esta dimensión. Cuando Dios creó al ser humano, primero le dio su cuerpo angelical donde estaba el ser humano en alma, pero con un cuerpo de otra dimensión.

El ser humano es alma viviente y tiene dos cuerpos: un cuerpo espiritual llamado espíritu, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, y tiene un cuerpo físico para vivir en esta dimensión, cuando muere su cuerpo físico, pues sigue viviendo en otra dimensión: la dimensión a la cual pertenece ese cuerpo espiritual.

Por lo tanto, cuando muere el cuerpo físico, la persona solamente murió su cuerpo físico, la persona que es alma viviente continúa viviendo en otra dimensión en cuerpo espiritual, o sea, un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión.

Y ahora, siendo que Dios creó al ser humano a Su imagen y semejanza, vamos a ver cuál o qué es la imagen de Dios y cuál es la semejanza física de Dios, para poder conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo.

En la Escritura nos habla de un Ángel que le aparecía a los profetas del Antiguo Testamento, en algunas traducciones lo llaman el Ángel de Jehová, en otras traducciones lo llaman el Ángel de Dios, las traducciones que no usan el nombre Jehová.

Y ahora, ese Ángel cuando aparecía en diferentes ocasiones, por ejemplo a Abraham, a Isaac, a Jacob, a Moisés, vean ustedes, cuando le apareció a Jacob en una de las ocasiones, Jacob luchó con ese Ángel toda la noche, y ya en la mañana cuando estaba rayando el alba, el Ángel le dice: “Suéltame porque raya el alba,” tenía que irse.

Recuerden que la mañana es un tiempo de partida, en la mañana se levantan las aves y los animales para salir a buscar su alimento, las aves durante todo ese día, pero comienzan en la mañana. Luego encontramos también al ser humano que se levanta en la mañana y se va, parte para su trabajo, y los niños para la escuela. Es una etapa de partida.

Y ahora, el Ángel tenía que irse para el lugar de donde él había venido: del Cielo, y le dice a Jacob: “Suéltame que raya el alba,” por lo tanto tenía que irse. Por eso el rapto o arrebatamiento como fue en la resurrección de Jesús, también será en un nuevo día dispensacional, en la mañana de un nuevo día que significa el primer siglo, vamos a decir.

Y ahora, encontramos que el Ángel quería irse, pero Jacob le dice: “Yo no te dejaré si no me bendices,” eso está en el capítulo 32 del Génesis, verso 24 al 32, y el Ángel le pregunta… recuerden que el Ángel sabía cuál era el nombre de Jacob, pero hay cosas que usted tiene que hablar, le corresponde a la persona identificarse.

Y ahora, Jacob le dice: “Jacob,” “¿Cuál es tu nombre?” “Jacob,” el Ángel le dice: “No se llamará más tu nombre Jacob sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido.”

Jacob quería saber el nombre del Ángel de Dios, y le pregunta por Su Nombre, y el Ángel le pregunta: “¿Por qué preguntas por mi Nombre?” todo el mundo ha querido conocer el Nombre del Ángel de Dios, ¿por qué? Porque el Nombre del Ángel de Dios es el Nombre de Dios.

Vamos a ver si es cierto o no, en el Éxodo… y ahora, recuerden que Jacob luego que el Ángel se fue, le colocó por nombre al lugar Peniel, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma.”

¿Y cómo puede decir un profeta como Jacob que al ver al Ángel de Dios estaba viendo a Dios? En la misma forma dijo Manoa más adelante en el libro de Jueces, capítulo 13, cuando Manoa y su esposa, la señora Manoa recibieron la visita del Ángel de Dios y el Ángel le dijo que Manoa y su esposa iban a tener un hijo, el cual fue Sansón, y Manoa le pregunta: “Cuál es tu Nombre, para cuando se cumpla lo que tú has dicho, te honremos.”

El Ángel le dice: “¿Por qué preguntas por mi nombre el cual es admirable?” Y admirable es que dice Isaías, capítulo 9, verso 6 al 7 que será el niño que va a nacer, el cual será Admirable, Padre eterno, Dios fuerte, Príncipe de Paz. Ahora, ahí está el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, del Mesías.

Ahora, encontramos también que Manoa dice a su esposa cuando ofrecen el corderito en sacrificio, en ofrenda, y al ser quemado el sacrificio, el fuego del altar que preparó sobre una piedra, sobre una roca Manoa, el fuego subía y el Ángel subió en la llama de fuego, y Manoa dice: “Hemos de morir, porque hemos visto a Dios cara a cara.” Y lo que vieron fue el Ángel de Dios.

Y ahora, en el Éxodo, cuando Moisés tiene la experiencia de tener la visión de Ángel de Dios, en el capítulo 3 del Éxodo, el Ángel le dice a Moisés, dice capítulo 3, verso 1 en adelante:

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.

Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.

Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias.”

Y ahora, el Ángel le dice a Moisés que Él es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y luego dice que Moisés tuvo miedo, temor de mirar a Dios y se cubrió su rostro, y dice que luego Jehová le dijo: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo.”

Y ahora, Dios hablaba por medio del Ángel, y el Ángel venía a ser para todos los que lo veían: Dios. Ahora, ¿cómo podemos entender esto? Vamos a pasar a otro lugar en el capítulo 6, verso 2 en adelante, dice:

“Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ

Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.”

Por lo tanto, es la primera ocasión en que se da a conocer con Su Nombre eterno a un hombre, a Moisés. Por eso en el capítulo 3, verso 13 al 14 Moisés quiso saber cuál era el Nombre de Dios que le estaba hablando por medio del Ángel:

“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres  me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?

Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.  Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.

Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová,  el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.”

Y ahora, vean ustedes cómo Dios le revela el Nombre a Moisés, son cuatro consonantes que Moisés escuchó siendo habladas por Dios, escuchó la pronunciación de esas consonantes como Nombre (recuerden que hebreo no hay vocales).

Y ahora, ¿por qué el Ángel se identifica como Dios y cuando le pregunta por el Nombre, el Ángel le da a conocer el Nombre a Moisés? En el capítulo 23, verso 20 al 23 del Éxodo dice de la siguiente manera con relación al Ángel de Dios y al Nombre de Dios:

“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”

¿Dónde está el Nombre de Dios? En el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto que es nada menos que la imagen del Dios viviente, el cuerpo angelical de Dios, ese es el Mesías en una dimensión celestial, ese es el Mesías en la sexta dimensión.

Y ahora, ya teniendo este cuadro claro de quién es Dios y cuál es Su cuerpo angelical, Su imagen, la imagen del Dios viviente, el Espíritu Santo, recuerden que este Ángel de Dios donde está el Nombre de Dios es el Espíritu Santo (un espíritu es un cuerpo de otra dimensión).

Y ahora, ya estamos conociendo quién es Dios, cuál es Su cuerpo angelical, la imagen del Dios viviente; y ya estamos llegando muy cerca de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo. En el capítulo que leímos del Génesis donde Dios le dio a Adán primero el cuerpo angelical, y luego más adelante le dio el cuerpo de carne.

Y ahora, Dios, vean ustedes, tiene Su cuerpo angelical y luego la semejanza física de Dios vamos a buscarla a través de la Escritura, como también vamos a mostrar un poco más claro el misterio de la semejanza de Dios, de la imagen de Dios.

El apóstol San Pablo hablándonos de la imagen de Dios, en Hebreos, capítulo 1, versos 1 al 3, dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia…”

Y ahora, San Pablo dice que Jesucristo, que el Hijo de Dios es la imagen de Dios, es la imagen del Dios viviente:

“…y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”

Y ahora, el Nombre de Dios está en el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, y ahora, hablando de Cristo dice que es la imagen del Dios viviente, y la imagen es el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios donde está el Nombre de Dios.

Y ahora, aquí dice que Cristo heredó más excelente Nombre que el de los Ángeles, Cristo dijo en San Juan, capítulo 5, verso 43: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Así como el Ángel del Pacto en el Antiguo Testamento aparecía en el Nombre del Padre, en el Nombre de Dios, porque en Él estaba el Nombre de Dios.

Y ahora, leemos también, ya vimos que es la imagen de Dios, y ahora, vemos en Colosenses, capítulo 1, verso 15 que dice, hablando de Jesucristo dice:

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”

Queda en claro que la imagen de Dios es Cristo: Jesucristo, el Mesías. Por eso Jesucristo decía en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham? Era el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios. Y ahora, vamos a ver si esto es cierto. Recuerden que el Ángel del Pacto es el Mesías, o sea, el ungido con la presencia de Dios, donde está Dios el Padre.

En el capítulo 3 de Malaquías, verso 1 dice, hablando del Mesías y también del precursor del Mesías, hablando para la primera Venida del Mesías, dice:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…”

Todos sabemos que ese fue Juan el Bautista, conforme a San Mateo, capítulo 11, verso 9 en adelante, donde Cristo dice: “¿Qué salisteis a ver en el desierto: una caña movida por el viento, un profeta? Yo os digo que más que profeta, porque este es aquel del cual está dicho, está escrito: he aquí…” vamos a leerlo para que lo tengan claro. Dice verso 10 del capítulo 11 de San Mateo:

“Porque éste es de quien está escrito:  He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz,  El cual preparará tu camino delante de ti.”

Juan el Bautista fue ese mensajero que apareció preparándole el camino al Mesías.

Y ahora veamos a ver quién y qué sería el Mesías. Ya vimos que se mensajero de Malaquías, capítulo 3 fue Juan el Bautista. Aun en el capítulo 17, verso 10 al 13 de San Mateo, Cristo da testimonio de Juan cuando dice, cuando le preguntan: “¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?” Jesucristo les dice: “A la verdad Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas (les está hablando de un Elías para el futuro), mas yo os digo que ya Elías vino y no le conocieron, sino que hicieron de él todo lo que quisieron, así harán al Hijo del Hombre.” Y entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista, el que le preparó el camino a Jesucristo, el que decía: “Después de mí viene uno, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado. Yo les bautizo en agua, con agua, bautismo en agua, pero el que viene después de mí, tras mí, es más poderoso que yo, porque es primero que yo, y Él les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”

Y ahora, cuando ve a Jesús en la ocasión en que Juan estaba bautizando y Jesús va para ser bautizado por Juan, Juan dice: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” San Juan, capítulo 1, versos 29 al 36. Y Juan también dice: “Éste es aquel del cual yo di testimonio diciendo que después de mi vendría uno mayor que yo.”

Y ahora, vamos a ver quién es en realidad Jesucristo, para poder conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo, y esto nos va ayudar para estar preparados para la Venida del Mesías en este tiempo final, para la Venida del Señor que el Cristianismo está esperando y que está esperando también el Judaísmo:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (Malaquías, capítulo 3 verso 1. Ahora, el que lo está enviando, al que lo está enviando será el que le va a preparar el camino); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.”

Y ahora viene el Señor, el Dios Todopoderoso, el Padre al cual buscaba el pueblo hebreo en sus oraciones en el templo y también esperaba Su Venida, y el Ángel del Pacto. Donde quiera que Dios se mueva, estará el Ángel del Pacto, y les dije que el Ángel del Pacto es la imagen del Dios viviente, el cual es el Cristo, el Mesías; antes de hacerse carne siempre lo encontramos desde el Génesis apareciendo a diferentes profetas, y en Él pues está el Dios Todopoderoso.

Y ahora dice:

“Y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis.”

Está el templo humano y está el templo de piedras, Cristo en una ocasión dijo: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré.” (San Juan, capítulo 2, versos 17 al 22).

Muchos pensaron que hablaba del templo literal de piedras, y dijeron: “En cuarenta y seis años fue construido, levantado este templo, ¿y tú dices que en tres días lo vas a levantar?” Y aun más, pensaron que Él estaba incitando al pueblo a que destruyeran el templo, que fue una de las acusaciones que le hicieron cuando estaban juzgándolo el concilio del sanedrín.

Y ahora, la Escritura dice que Él no hablaba del templo de piedras sino de su cuerpo, porque el cuerpo físico es un templo para Dios morar en él. Y ahora:

“Y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.”

O sea, que Dios el Padre viene con Su Ángel, viene Dios el Padre y el Ángel del Pacto ¿a dónde? A Su templo, Su casa física, Su cuerpo físico, que va a tener en la Tierra y que será la semejanza física de Dios. Así como la imagen de Dios visible por muchos profetas y los Ángeles, es el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, aunque muchos profetas y hombres de Dios dijeron que habían visto a Dios cara a cara como Jacob y también como Manoa y también como Abraham, el cual se encontró con Melquisedec en el capítulo 14 del Génesis, el, cual le dio pan y vino, tipo del cuerpo y la Sangre de Cristo, en donde también encontramos que está representada la santa cena: el pan y el vino que representan el cuerpo y la Sangre de Cristo (la santa cena que tomaremos en estos días de semana santa).

Luego en el capítulo 17 y 18 del Génesis, Abraham también tuvo la visita de tres Ángeles, era Dios visitando a Abraham con sus Ángeles o Arcángeles Gabriel y Miguel, lo cual hay un misterio ahí también, pero ese no lo vamos a tocar en estos días, o por lo menos hoy no vamos a tocar ese misterio (vamos a ver si lo tocamos, sería en la actividad con los ministros del día 2, si lo llegamos a tocar).

Recuerden que Cristo dijo que la venida del Hijo del Hombre será como en los días ¿de quién? De Lot, fue el tiempo en que Dios visitó a Abraham con Sus Arcángeles, comieron con Abraham, almorzaron con Abraham, y luego los dos Arcángeles fueron a Sodoma y cenaron con Lot.

Y ahora, y fueron para destruir a Sodoma y Gomorra. La visita de estos tres Ángeles era una investigación de juicio para el juicio divino caer sobre Sodoma y Gomorra y ciudades cercanas, lo cual siendo el tipo y figura de este tiempo final, de los cuales Jesús dijo que la Venida del Hijo del Hombre será como en los días de Lot y como en los días de Noé, será para un tiempo en que el juicio divino va a caer sobre la raza humana, o sea, que será para antes de comenzar la gran tribulación. Entonces visita a la simiente de Abraham primero, Abraham y su simiente, a la simiente de Abraham en este tiempo final la estará visitando.

Como hacía también en otras ocasiones que visitaba a Abraham en diferentes ocasiones y le hablaba, como ha visitado a la simiente de Abraham durante la Dispensación de la Ley a través de los profetas, y como ha visitado la simiente de Abraham en la Dispensación de la Gracia, la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual ha estado siendo visitada por Dios a través de los diferentes mensajeros que Él, que Dios le ha enviado.

Y ahora, para este tiempo final tenemos la promesa de que va haber una visitación divina muy grande. Y ahora, dice que vendrá a Su templo, en Malaquías, capítulo 3, el Señor, y el Ángel del Pacto, dos: El Señor, el Padre, y el Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo, vendrá a Su templo físico, el cuerpo físico que es la semejanza física de Dios.

La Escritura dice en Isaías, capítulo 7, verso 14:

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Que traducido es: “Dios con nosotros.” Y en Isaías, capítulo 9 nos habla de ese mismo niño que ha de venir, que ha de nacer, y nos dice esa Escritura, capítulo 9, verso 6 al 7:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.”

Todos estos atributos estarán en ese niño que ha de nacer. Estos atributos los veremos en el Mesías Príncipe, tanto en Su primera Venida como en Su segunda Venida. Él es el único que podrá traer la paz al ser humano, a la raza humana; la trae al alma de las personas cuando lo reciben como Salvador, y la traerá al planeta Tierra, al Israel y las naciones en Su segunda Venida:

“Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.  El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (Será una obra de Dios).

Y ahora, aquí tenemos la promesa de la Venida del Mesías, del Príncipe de Paz. Su primera Venida sería para morir Su cuerpo físico en Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano; ese cuerpo físico que nacería en la Tierra y moriría sería la semejanza física de Dios, por eso dice la Escritura que en Cristo habitó la plenitud de la divinidad.

En Colosenses, capítulo 1, nos da una descripción muy hermosa del Mesías, de Cristo, y dice capítulo 1, verso 12 en adelante, dice:

“Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.”

Recuerden que los santos en luz son los creyentes en Cristo y tienen una herencia eterna, porque son los hijos e hijas de Dios; y son los hijos los que son los herederos:

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia,  él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud (Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo está en Cristo),

y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado.”

Y ahora, podemos ver, dice:

“…ahora os ha reconciliado

en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.”

Y ahora, podemos ver que en Cristo el Ángel del Pacto, fueron creadas todas las cosas, Él es el Verbo que era con Dios y era Dios, dice San Juan, capítulo 1, lo mismo en otras palabras, cuando dice capítulo 1, verso 1 en adelante:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”

Nada de lo que ha sido hecho, nada fue hecho, sino a través del Verbo que era con Dios y era Dios, o sea, a través del Ángel del Pacto, del Mesías en Su cuerpo angelical.

“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron (o sea, vino al pueblo hebreo).

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Y ahora, el Verbo que era con Dios y que es el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, se hizo carne y habitó entre los seres humanos; el Espíritu Santo vino en carne humana, el Espíritu Santo se hizo carne en medio de la raza humana, en medio del pueblo hebreo, y ahí estaba Dios en toda Su plenitud, la plenitud de la Divinidad moró en Jesucristo: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Jesucristo es la imagen de Dios en Su cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto, y Jesucristo es la semejanza física de Dios en Su cuerpo de carne, cuerpo que ya está glorificado y está a la diestra de Dios en el Cielo, y está como Sumo Sacerdote en el Templo celestial. Se sentó con el Padre en el Trono celestial del Padre, de eso es que da testimonio Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21, donde nos dice de la siguiente manera:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Tan simple como eso.

Él lo había dicho también en San Mateo, capítulo 26, verso 64, cuando lo estaban juzgando y lo estaban interrogando y le preguntan si Él es el Mesías, Él les dice: “Tú lo has dicho” (San Mateo); y en San Marcos dice que Él, es el Mesías, y luego dice: “Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios.”

Y eso fue lo que sucedió cuando Cristo subió al Cielo y se sentó a la diestra del poder de Dios, eso significa sentarse en el Trono de Dios y recibir todo el poder del Cielo y de la Tierra, de lo cual Él habló en San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20, cuando dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” ya estaba glorificado, ya había subido al Padre y había luego descendido en medio de Sus apóstoles pero ya con Su cuerpo resucitado y glorificado.

Por eso era que no lo podían reconocer, porque estaba glorificado, y en el cuerpo glorificado la persona es joven, representa de 18 a 21 años de edad, y así será para todos los creyentes en Cristo, serán glorificados: los muertos Cristo resucitados en cuerpos glorificados y eternos y jóvenes, y los vivos en Cristo que estén en esos días vivos cuando ocurra la resurrección, serán transformados y entonces tendrán todos un cuerpo glorificado, joven y eterno. Tan simple como eso.

Recuerden que siempre que la imagen de Dios es el cuerpo angelical de Cristo llamado el Ángel del Pacto en el Antiguo Testamento, y la semejanza física de Dios es el cuerpo físico de Jesucristo, el cual ya está glorificado, y la imagen de cada persona que es alma viviente, es su cuerpo espiritual llamado el espíritu de la persona, y la semejanza física de cada individuo es el cuerpo físico que tiene.

Y así podemos ver lo que es el ser humano: alma viviente, es trino: alma, espíritu y cuerpo, como Dios es trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el mismo Dios, y por esa causa cuando aparece la persona en un sitio en su cuerpo físico, pues dice: “Apareció fulano de tal,” cuando aparece en su cuerpo espiritual ya sea en sueños o cuando muera su cuerpo físico y lo vean, la persona dice: “Vi a fulano de tal,” porque el nombre lo lleva en su cuerpo y también su espíritu, en los dos cuerpos.

Y podemos ver que lo más grande del ser humano es su alma, lo demás son dos cuerpos: el cuerpo espiritual y el cuerpo físico, lo mayor es el alma, como en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¿quién es el mayor? El Padre; el mismo Cristo fue el que lo dijo: “El Padre mayor es que yo,” y si Él dice que el Padre es mayor que Él, el Padre es mayor que la imagen, el cuerpo angelical, y es mayor que el cuerpo físico llamado Jesús. Tan simple como eso.

Ahí tenemos el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, para lo cual Él, Dios el Padre vino manifestado en un cuerpo de carne llamado Jesús, que es la semejanza física de Dios para llevar a cabo la redención del ser humano, por eso nació en Belén de Judea en medio de los seres humanos, porque tenía que ser, hacerse pariente redentor del ser humano para poder recibir al ser humano, y por Su Sangre somos redimidos y ahora tenemos eterna redención en Dios por medio de Su Sacrificio, del Sacrificio de Su cuerpo físico realizado en la Cruz del Calvario.

La bendición más grande para el pueblo hebreo y para los cristianos, para la raza humana, fue la muerte física del cuerpo físico de Dios, del cuerpo físico, de la semejanza física de Dios que fue el cuerpo de Jesús muriendo en la Cruz del Calvario, poniendo en Expiación Su cuerpo, como decía Isaías, capítulo 53,* versos 10 en adelante.

El Mesías pondría Su cuerpo, Su vida, en expiación por el pecado del ser humano. Y por lo tanto, ya nunca más tendría un cuerpo mortal, porque el que tuvo, que podía hacerse mortal al tomar el pecado del ser humano, ya murió; y ahora Su cuerpo es glorificado, está glorificado para nunca más morir.

“EL MISTERIO DE DIOS EL PADRE, Y DE CRISTO.”

Hemos visto lo sencillo que es el misterio de Dios el Padre y de Cristo, donde están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Y ahora, por cuanto por medio de Su cuerpo físico Dios llevó a cabo el Sacrificio de Expiación por el pecado para reconciliarnos con Él, somos reconciliados con Dios por medio del Sacrificio de Su cuerpo físico en la Cruz del Calvario. Todos los que lo han recibido como Salvador, han obtenido la redención de sus almas y han recibido Vida eterna.

Si hay alguno que todavía no lo ha recibido como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, pueden pasar al frente y estaremos orando por usted; y los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, si todavía no lo han hecho, para que Cristo les reciba en Su Reino.

Y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador, pues ya tienen conocimiento del bien y del mal.

Vamos a dar unos minutos mientras vienen a los Pies de Cristo para orar por las personas que lo estarán recibiendo como su único y suficiente Salvador aquí presentes y también los que están en otras naciones. Para lo cual también pedimos que los que están en las cámaras nos avisen cuando ya estén listos en otras naciones.

El próximo domingo tendremos el tema: “EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN DE DIOS,” en esta serie: “LA TRAYECTORIA DEL PROGRAMA DIVINO DESDE EL GÉNESIS HASTA EL APOCALIPSIS.”

Vamos a ver si nos pasan alguna imagen de alguno de los países para saber si están reunidos en el país que están pasando al frente y recibiendo a Cristo, si nos pueden pasar de ese país alguna imagen, si tienen las facilidades.

Dios tiene mucho pueblo y los está llamando en este tiempo final, nos avisan cuando tengamos la imagen aquí… ¿de qué país? Cuando tengan alguna imagen de Venezuela, de México o algún otro país donde estén recibiendo a Cristo como Salvador, pueden pasarla acá.

Recuerden que Dios tiene mucho pueblo en toda la América Latina y esto incluyen todo el Caribe, y también tiene pueblo en Norteamérica, y también tiene pueblo en muchas otras naciones, y los está llamando en este tiempo final. Este es el tiempo del llamado final para completarse la Iglesia del Señor Jesucristo.

Hemos visto: “EL MISTERIO DE DIOS EL PADRE, Y DE CRISTO,” y hemos visto lo sencillo que es todo este misterio para ser entendido, aunque es el misterio más grande de todos los misterios, y este misterio cubre y cubrirá la primera Venida de Cristo y la segunda Venida de Cristo.

Del misterio de Dios el Padre y de Cristo, ahora falta la segunda parte que será abierta en este Día Postrero en el cual estamos viviendo. Belén de Judea fue el lugar del escenario donde nació el Mesías, Su cuerpo físico, pues ya el Mesías tenía Su cuerpo angelical que es el Ángel del Pacto donde estaba el Nombre de Dios, y que es la imagen del Dios viviente, y luego recibió la semejanza física que es el cuerpo físico de Jesucristo y que es la semejanza física de Dios el Padre celestial.

Eso es Emanuel que significa Dios con nosotros, el Verbo hecho carne en medio de Su pueblo. Para el Día Postrero tenemos la promesa de la Venida del Hijo del Hombre, ese será el misterio por el cual hubo silencio en el Cielo como por media hora, el misterio más grande de todos los misterios de Dios, ese es el que falta de ser abierto en este tiempo final. Y ese continuará siendo el misterio de Dios el Padre y de Cristo.

Vamos a ver si ya están listos en los demás países… ya están listos, vamos a orar por los que han venido a los Pies de Cristo en los diferentes países, vamos a estar puestos en pie. Con nuestras manos levantadas al Cielo todos decimos, los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir en Tu Reino eternamente contigo, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas al Cielo, todo decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.

Ustedes que han recibido a Cristo en estos momentos en diferentes naciones, me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista y ordenó que todos los que creyeran en Él, fueran bautizados. Es un mandamiento de Cristo el bautismo en agua en Su Nombre. Por lo tanto, me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Recuerden, el agua en el bautismo no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando es sumergido en las aguas bautismales por el ministro, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando es levantado de las aguas bautismales por el ministro, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Dejo al ministro correspondiente en cada nación para que les indique cómo hacer para ser bautizados, y dejo al ministro aquí presente en Cayey, Puerto Rico para continuar y finalizar en esta noche esta actividad.

Dejo al reverendo José Benjamín Pérez para continuar, y nos veremos Dios mediante el próximo domingo todos aquí, y con los ministros el otro sábado arriba; sí, el otro sábado arriba, mañana no hay actividad ni tampoco el sábado, es el sábado 2 de enero, el próximo año.

Así que, Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando todos una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, y continúen pasando una feliz navidad un próspero año nuevo.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL MISTERIO DE DIOS EL PADRE Y DE CRISTO.”

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