Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y ministros también junto a sus congregaciones presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. Que las bendiciones del Dios eterno Creador de los Cielos y de la Tierra, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.
Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al importante proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, agradezco vuestras oraciones y respaldo total que le están dando a ese proyecto, y también a la obra misionera y evangelística junto al misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín y todos los ministros e Iglesias.
También el respaldo que le están dando al programa de televisión que se está transmitiendo desde Bogotá y que cubre toda la República de Colombia. ¿Cuántos han estado escuchando, viendo el programa? Que grandes bendiciones de parte de Dios, sean dadas a todos ustedes a través de escuchar ese programa.
Y también aprecio mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL, ya mañana es la reunión de AMISRAEL, y luego el miércoles 27 se estará llevando a cabo el evento del Holocausto o Shoah en recuerdo a ese holocausto que se llevó a cabo en donde unos seis millones de hebreos fueron sacrificados, fueron asesinados, y se efectúa este evento con el propósito de recordar esa etapa difícil y también para que nunca más se repita.
Así que estaremos el miércoles 27 en ese evento en las horas de la tarde, a la 1:00 de la tarde en el Capitolio, 1:00 de la tarde del miércoles próximo 27 de enero. Pero para comenzar a la 1:00 de la tarde hay que estar mucho antes allá para conseguir lugar y no interrumpir cuando haya ya comenzado a la 1:00 dicho evento. Están invitados para estar en ese importante evento.
Para esta ocasión leemos una Escritura muy importante en la carta de San Pablo a los Efesios, en el capítulo 6, versos 10 al 17, que dice de la siguiente manera, y vamos a leerlo:
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA ARMADURA DE DIOS.”
Para tener la armadura de Dios, recuerden que el apóstol San Pablo nos enseña que hay una batalla, una guerra; y que la guerra, la batalla que tenemos, la lucha que tenemos no es contra carne y sangre, no es contra seres humanos, sino que es contra principados, contra potestades, contra gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes; o sea, que es una batalla contra el mundo espiritual del maligno, el cual está como león rugiente buscando a quién devorar, dice la Escritura.
El diablo o Satanás, del cual por muchos milenios se ha estado escuchando a través de las enseñanzas bíblicas, no es otra persona sino un arcángel que tenía una tercera parte de los ejércitos celestiales, y que se rebeló en contra de Dios, quiso ser igual a Dios, se llenó de orgullo y se levantó en contra de Dios y quiso sentarse en el Trono de Dios.
Por eso es que a través de la Escritura está ese personaje enemigo de Dios tipificado, representado, está representado en dos reyes que existieron en la Tierra, uno, el rey de Babilonia, y otro, el rey de Tiro; o sea, que el diablo o Satanás se manifestó a través de esos reyes, y por eso las características del diablo o Satanás estaban siendo manifestadas en esos reyes, y por esa razón en el capítulo 14 de Isaías nos habla diciéndonos… capítulo 14, verso 4 en adelante, dice:
“Pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!
Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores;
que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.
Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.
Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.
El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.
Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?
Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;
que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;
pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.
No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.
Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.”
Aquí el verso 22 nos dice:
“Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.”
Ahora, podemos ver que en el rey de Babilonia está tipificado Satanás o el diablo, ese arcángel que se rebeló en contra de Dios, por eso habla en esa forma acerca del rey de Babilonia, y en el capítulo 28 de Ezequiel en el príncipe o rey de Tiro, también el diablo o Satanás, ese arcángel se refleja y por consiguiente, Dios lo que habla para el rey de Tiro, lo está hablando también para el diablo o Satanás. Dice:
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Hijo de hombre…”
Recuerden que le dice Dios a Ezequiel Hijo de Hombre, porque es un profeta, un profeta es Hijo de Hombre. Por eso la venida del Mesías como Hijo del Hombre es la venida del Mesías como un profeta, por eso es que Jesucristo hablaba del Hijo del Hombre hablando de Sí mismo, porque era un Profeta, un Profeta dispensacional. Y ahora:
“Hijo del Hombre , dí al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;
he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto.
Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.
Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,
por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.
Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares.
¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador.
De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
Vino a mi palabra de Jehová, diciendo:
Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.”
Y ahí se está refiriendo, a través del rey de Tiro, se está refiriendo al diablo, el día de la creación de ese arcángel llamado Lucero o Lucifer o Satanás o diablo, dice… recuerden que es un querubín, un arcángel:
“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.”
O sea, que cuando la Tierra estaba también en esa etapa volcánica formándose, también allí estaba:
“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.”
Recuerden que el rey de Tiro no era un querubín, por eso a través del rey de Tiro, Dios se está refiriendo a ese querubín, a ese arcángel que se rebeló en contra de Dios, y ese es el que está como príncipe de las tinieblas, del reino de las tinieblas, de ese reino del maligno del cual Dios ha estado libertando a todos aquellos que han estado recibiendo a Cristo como Salvador, así como libertó al pueblo hebreo del rey de Egipto y de ese reino del rey de Egipto.
En el rey de Egipto y su reino también está representado el diablo y su reino, el reino de las tinieblas, y recuerden que siempre el diablo, Satanás, o sea, el adversario o enemigo que es el diablo y Satanás, y que es ese arcángel o querubín que se rebeló en contra de Dios y que tenía y tiene la tercera parte de los ángeles del ejército celestial, pero el Arcángel Miguel y el Arcángel Gabriel tienen las otras dos terceras partes, cada uno tiene una tercera parte, Gabriel una tercera parte y el Arcángel Miguel otra tercera parte.
Y ahora, el reino de las tinieblas es el reino del maligno, y por esa causa es que cuando Jesús habla del maligno en San Juan, capítulo 14 y capítulo 12… capítulo 12 vamos a ver lo que Él dice, capítulo 12, verso 31.
Recuerden que el mismo Cristo habló de ese arcángel caído, dice capítulo 12, verso 31:
“Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”
El príncipe de este mundo, de este mundo que cayó en las manos del maligno cuando Adán y Eva pecaron contra Dios, el maligno se apoderó de este reino terrenal, se apoderó del planeta Tierra y de la raza humana, el ser humano perdió el derecho a vivir eternamente, cayó cautivo en el reino de las tinieblas que es un reino de muerte, de donde vino la muerte para el ser humano.
Y por esa causa el ser humano fue lleno de tiniebla espiritual y digamos para no exagerar, más de un 50 por ciento de los seres humanos no conocen a Dios porque hay tiniebla espiritual sobre la mente y el corazón de los seres humanos, pero cuando Cristo, la luz del mundo, el cual dijo: “Yo soy la luz del mundo,” resplandece en el corazón del ser humano, le alumbra el corazón y la mente para ver el Programa Divino y entrar por la puerta de salvación que es Cristo y tomar el camino de la Vida eterna que es Cristo.
El camino angosto es Cristo y la puerta angosta es Cristo, San Mateo, capítulo 7, verso 13 al 14 y San Juan, capítulo 10, verso 9 dice:
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo.” Y también en el capítulo 14 de san Juan, verso 6, Jesucristo dice:
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
No hay otra forma de llegar a Dios, no hay otra forma de acercarse a Dios, sino a través de Jesucristo, Él es el camino a Dios. No hay que hacer caminos, hay un camino que es Cristo, Él es el camino, no hay que estar haciendo otros caminos. Mucha gente dice que todos los caminos llevan a Dios. No, hay solo un camino que lleva a Dios, y es Cristo, y también muchos dicen que todos tienen la verdad, pero Cristo dijo: “Yo soy la verdad,” el que tiene a Cristo, tiene la verdad, el que no tiene a Cristo, no tiene la verdad.
Muchos dicen y piensan que cuando mueran van al Cielo, muchos piensan que van a vivir eternamente, pero Cristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida.” El que tiene a Cristo, tiene la Vida eterna, el que no tiene a Cristo, pues no tiene la Vida eterna.
Recuerden que Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco, y yo les doy Vida eterna,” ¿por qué les da Vida eterna a los que oyen Su Voz y lo siguen? Porque no tienen Vida eterna y Cristo es el que tiene la exclusividad de la Vida eterna para otorgarla a toda persona que lo recibe como único y suficiente Salvador.
Al que Cristo no le ha dado Vida eterna, pues no tiene Vida eterna, todas las cosas le han sido entregadas a Cristo. San Juan, capítulo 5, versos 19 en adelante dice:
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace…”
O sea, que todas las cosas que Cristo hizo, le fueron mostradas por el Padre para que Cristo las hiciera:
“…y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.”
Jesucristo a los que quiere da vida, ¿y a quiénes Él quiere darle vida? A todos los que lo reciben como único y suficiente Salvador. Por cuanto la exclusividad de la Vida eterna el Padre la ha dado a Su Hijo Jesucristo, el que quiere recibir Vida eterna, tiene que ir al que tiene la exclusividad de la Vida eterna que es Jesucristo.
Por eso nos acercamos a Cristo, lo recibimos como Salvador para que Él nos dé la Vida eterna. Y ahora, sigue diciendo:
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo.”
Por eso es que dice la Escritura, el apóstol Pedro y el apóstol Pablo dicen que Cristo es al que Dios ha puesto por Juez de los vivos y de los muertos, porque todo el juicio lo ha dado Dios el Padre a Su Hijo Jesucristo. Sigue diciendo:
“Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”
Y ahora, Cristo dice que los muertos vana escuchar la Voz del Hijo de Dios, dice:
“De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”
Dice: “Y ahora es,” y ya han transcurrido dos mil años, ¿cómo podemos entender esto? Él no se equivocó, es que cuando el ser humano fue colocado en la Tierra, Adán, y le fue dada una compañera, ellos podían continuar viviendo eternamente, pero estaban en una etapa de prueba para ser luego adoptados, pero al pecar, perdieron la Vida eterna, perdieron el derecho a vivir eternamente y perdieron el derecho de ser los reyes o rey del planeta Tierra.
Él era rey del planeta Tierra, todo le fue dado a Adán, pero perdió el derecho, el diablo se apoderó del planeta Tierra, de todos los derechos que Adán tenía, y por consiguiente luego el diablo le dice a Jesús, cuando Jesús estuvo ayunando por 40 días y sintió hambre, fue el diablo con tentaciones: “Si eres Hijo de Dios, dí a estas piedras que se conviertan en pan,” pues tenía hambre.
Pero Jesús le dice: “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” Si una persona luego de 40 días de ayuno se come un pedazo de pan, normalmente se muere, es normal que se muera porque su sistema digestivo lleva muchos días sin funcionamiento y por consiguiente va a morir normalmente.
Y ahora, otra de las tentaciones fue que le mostró todos los reinos del mundo, le dijo que eran de él, que eran del diablo, es que él le había robado la bendición a Adán y obtuvo los reinos del mundo, obtuvo el planeta Tierra por vías ilegales, pero el Título de Propiedad que es el Libro sellado con siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, regresó al dueño original que es Dios.
Dios lo puso en las manos de Adán, pero cuando pecó Dios le quitó el Título de Propiedad para que el diablo no lo fuera a tomar, eso es lo que está contenido en lo que sucedió en el Huerto del Edén en donde Dios dijo: “Ahora el hombre es como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Por lo tanto, para que no alargue su mano y tome del Árbol de la Vida y viva eternamente, viva para siempre…” Dice la Escritura que Dios lo sacó del Huerto del Edén porque Dios no quiere que el ser humano viva eternamente como pecador.
Y ahora, el ser humano perdió la Vida eterna y por consiguiente viviría un lapso de tiempo que para Adán fueron unos 930 años, pero murió, y lo que le dejó a su descendencia, Adán, fue una vida temporera que es la que nosotros también hemos heredado como descendientes de Adán.
Pero el segundo Adán que es Jesucristo, fue enviado para redimir al ser humano, o sea, para restaurarlo a la Vida eterna, para lo cual el ser humano tiene que comer del Árbol de la Vida, y el Árbol de la Vida es Cristo. Por esa causa es que al creer en Cristo como Salvador, al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, la persona está comiendo del Árbol de la Vida que es Cristo, y recibe Vida eterna. Tan sencillo como eso.
Por eso también Jesús en el capítulo 6 de San Juan, dijo: “Yo soy el pan de vida, el que come de este pan, vivirá eternamente.” Y no se come el pan de Vida como nos comemos un pedazo de pan o de carne, no se come físicamente, es por la fe, creyendo.
Recuerden que hay personas que cuando escuchan a otra persona decir algo, la persona dice: “Yo no me como ese cuento, yo no me como eso, eso yo no me lo puedo comer,” o sea, no lo puede ¿qué? Creer, y eso pasó con muchas personas del tiempo de Jesús, no pudieron comer del pan de Vida, no pudieron creer, pero el que cree se está comiendo el pan de Vida, está comiendo del Árbol de la Vida, está comiendo la carne del Hijo del Hombre creyendo en la primera Venida de Cristo en un cuerpo físico, está creyendo en ese cuerpo de carne en el cual Él vino, está creyendo en Su primera Venida, y está creyendo en la Sangre que Él derramó en la Cruz del Calvario, está comiendo la carne y bebiendo la Sangre del Hijo del Hombre, de Cristo, del Mesías. ¿Ven tan simple que son estas palabras de Cristo cuando las podemos escuchar y comprender?
Y ahora, el ser humano tiene un Sacrificio de Expiación por sus pecados, el cual fue representado en los sacrificios que se efectuaban en medio del pueblo hebreo desde el tiempo de Adán donde Dios le dio vestiduras de pieles a Adán y Eva, para lo cual, pues tuvo que morir el animalito del cual fueron tomadas sus pieles.
Y ahora, ya no necesitamos, el ser humano no necesita más sacrificios de animalitos, porque el Cordero de Dios que es Cristo, el cual también es el macho cabrío de la Expiación que moriría para la reconciliación del ser humano con Dios, lo cual fue representado en el macho cabrío de la expiación allá en Levítico, capítulo 16 y también 23, versos 26 al 29; vean, aquello fue el tipo y figura, la sombra, se estaba reflejando el Mesías, Cristo y Su Sacrificio que efectuaría en Su primera Venida, se estaba reflejando, tipificando en aquellos sacrificios.
Ahora, Pablo el apóstol nos dice que nuestra pascua la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros, Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7.
Y ahora, Cristo es el Cordero de Dios, el Cordero pascual como dijo también Juan el Bautista en el capítulo 1, versos 29 al 36 de San Juan, cuando vio a Jesús que venía a Él, dice: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” para quitar el pecado del mundo tenía que morir como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados y como murió cada corderito allá en Egipto en la víspera de la pascua por cada primogénito de cada familia hebrea.
Para la preservación de cada primogénito en cada familia, se efectuó un sacrificio de un corderito de un año en la víspera de la pascua, por lo tanto, se le llama el cordero pascual y la sangre fue aplicada en el dintel y los postes de las puertas de los hogares hebreos, de la puerta de entrada; ahí estaba la sangre para que el ángel de la muerte no entrara a ese hogar.
Tipo y figura de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario como el Cordero pascual para la Sangre ser aplicada en nuestra alma, en nuestro corazón, para la preservación de la Vida eterna, porque en este planeta Tierra a través de los diferentes siglos y milenios ha estado pasando la muerte espiritual para el alma de los seres humanos, y solamente los que tienen aplicada la Sangre en su corazón, escapan de la muerte, son preservados para vivir eternamente.
Así como sucedió en Egipto en donde la muerte, el ángel de la muerte pasó por Egipto, y desde el primogénito del faraón hasta el primogénito del esclavo y del preso y de los animales murieron, excepto los hijos primogénitos de los hebreos, porque tenían la sangre del cordero pascual aplicada en la puerta de sus hogares.
Y ahora, eso fue tipo y figura de lo que estaría pasando, por lo tanto ya Cristo, el Cordero de Dios fue sacrificado y ahora la Sangre de Cristo ha estado siendo aplicada en todos aquellos que lo reciben como su Salvador, y en la casa de Dios que es la Iglesia, Cristo es la puerta y ahí está la Sangre de Cristo. Por lo tanto, son colocados en la casa de Dios, la Iglesia todos los primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Ahora, podemos ver la importancia de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, por lo cual Cristo dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
Los primogénitos egipcios murieron, ellos no creían eso que estaba haciendo Moisés, y los hebreos de sacrificar un corderito pascual, perecieron los primogénitos desde el hijo primogénito del faraón hasta los hijos de los esclavos, de los pobres, de los presos y también de los animales.
Y ahora, se ha estado moviendo en el mundo espiritual todo aquello que fue allá tipificado. Y ahora, la lucha no es contra sangre, carne y sangre, sino contra principados, principados de otra dimensión, principados del reino de las tinieblas, y el príncipe de todos esos principados es ese arcángel caído, ese querubín llamado Satanás o el diablo, o Lucero, o Lucifer.
Ese es el que ha estado con ese ejército del reino de las tinieblas luchando en contra de Dios y en contra de los seres humanos, lo cual todos necesitamos comprender para así ser vestidos de toda la armadura de Dios, y teniendo calzados nuestros pies con al apresto del Evangelio de Cristo, y con el yelmo de salvación y con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, para poder… y sobre todo tomando el escudo ¿de qué? De la fe, con el cual… “con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
Recuerden que todas esas persecuciones que han venido en contra de los cristianos, han venido de otra dimensión, de la dimensión del reino de las tinieblas, esa dimensión que es el reino del maligno con todo su ejército, esa tercera parte de los ángeles que estaban bajo su mando y que se rebelaron contra Dios, ese ejército actúa usando seres humanos, levantándolos en contra de los hijos de Dios.
Y por eso vemos que las persecuciones que han venido a los cristianos, a los creyentes en Cristo a través de la historia, ha sido por medio de personas, de naciones, de reinos, pero detrás de eso está el diablo con sus ángeles caídos que vienen a ser diablos o demonios, espíritus malos que le acompañan o que pertenecen a ese reino.
Y entre todos esos ángeles caídos hay ciertos ángeles que tienen posiciones muy grandes, o sea, dice que no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, así como en el Reino de Dios hay príncipes del Reino, por ejemplo el Ángel Gabriel y Ángel Miguel son príncipes, y bajo el mando de ellos están ejércitos celestiales, y también hay otros de niveles menores que están bajo el mando de esos Ángeles; así también es en el reino del maligno, en el reino de las tinieblas.
Por eso usted encuentra en Apocalipsis, capítulo 12 que hay una batalla en el Cielo, Miguel y sus Ángeles pelean contra el dragón y lo echan del Cielo.
Y ahora, también encontramos en el libro del profeta Daniel, capítulo 10, vamos a ver algunos lugares aquí para que sepan que también en el Cielo hay guerras y que desde otra dimensión se dirigen las guerras que ocurren en la Tierra. Miren aquí en el capítulo 10, verso 11 en adelante, dice:
“Y me dijo: Daniel (esto fue el Ángel Gabriel), varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.”
Miren, las palabras, la oración que Daniel estaba haciendo, hizo que Dios enviara al Ángel Gabriel a donde Daniel:
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días…”
Y ahora, vean que hay una lucha aquí. Cada nación tiene un príncipe de otra dimensión. Recuerden que también las naciones dicen, muchas naciones dicen: “Nuestro ángel guardián es tal ángel,” pues miren, aquí hay algo que nos aclara ese sentir, en el capítulo 12 del libro de Daniel, dice:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.”
Y ahora, aquí nos dice que Miguel, el Arcángel Miguel, dice que en ese tiempo se va a levantar:
“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo.”
O sea, de parte del pueblo hebreo. El Ángel guardián del pueblo hebreo es el Arcángel Miguel, que con su ejército ha estado defendiendo al pueblo hebreo, ese Ángel acompañó al pueblo hebreo cuando fueron libertados de la esclavitud en Egipto, ese Arcángel con su ejército ha estado de parte del pueblo hebreo.
Toda nación quisiera tener como su Ángel guardián al Arcángel Miguel, pero ese es el Arcángel del pueblo hebreo, y al comprender eso, toda nación y todos los reyes y gobernantes deben meditar en eso y mejor ser amigos de Israel y no enemigos, porque el que se ponga como enemigo de Israel, se está poniendo de enemigo contra el Príncipe Miguel.
O sea, él es el rey de ese tercer grupo de Ángeles, de esa tercera parte de Ángeles que está con el Arcángel Miguel. Ahora, podemos ver porqué el pueblo hebreo tuvo, tiene y tendrá éxito, porque tiene el Ángel o Arcángel Miguel, y el ejército del Arcángel Miguel a favor de ellos.
Ahora, cuando el pueblo desobedecía a Dios, entonces Dios estaba en contra del pueblo hebreo, por lo tanto, el Ángel o Arcángel Miguel con su ejército entonces estaba en contra del pueblo hebreo, tan simple como eso.
Y ahora, estamos viendo que hay otra u otras dimensiones y seres en otras dimensiones, el Arcángel Miguel es de otra dimensión, de la sexta dimensión, el Arcángel Gabriel también con todas esos ejércitos celestiales que no se rebelaron en contra de Dios y que trabajan en favor de Dios y el Programa Divino y en favor del pueblo de Dios. Miguel en favor del pueblo hebreo y Gabriel en favor de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, el Arcángel Gabriel tiene que ver con los cambios de gobierno o cambios de imperios del reino de los gentiles representado ese reino en una estatua que vio el rey Nabucodonosor que tenía la cabeza de oro que representaba el reino o imperio de Nabucodonosor, reino babilónico con el pecho y los brazos de plata que representaba el reino medopersa, o imperio medopersa, y con el vientre y los muslos de bronce que representaba el imperio griego, imperio de Grecia, y con las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro cocido. Las piernas de hierro es el imperio romano de los césares que crucificó a Jesucristo en la Cruz del Calvario por orden de Pilato.
Y ahora, después de las piernas de hierro se ha estado viviendo en los pies de hierro y de barro cocido, en el reino de los gentiles. En la primera Venida de Cristo, el reino de los gentiles en la etapa de las piernas de hierro, o sea, del imperio romano, crucificó a Cristo.
En la etapa de los pies de hierro y de barro cocido la segunda Venida de Cristo que es la venida de la piedra no cortada de manos, quitará al reino de los gentiles y establecerá el Reino de Dios en la Tierra, y esa piedra que es Cristo en Su Venida, el Mesías en Su Venida en el Día Postrero, dice que esa piedra crecerá y formará un gran monte, o sea, un gran reino, un imperio mundial. Tan simple como eso.
Pero eso no será por fuerza humana, sino por el poder divino manifestado en esos Arcángeles de Dios: el Arcángel Miguel con su ejército, y el Arcángel Gabriel con su ejército, y por consiguiente esos dos reinos, el reino de Miguel y el reino de Gabriel, vencerán al reino del maligno que tiene una tercera parte solamente; Gabriel tiene una tercera parte y Miguel otra tercera parte y se unen y son dos terceras partes en contra del maligno, y entonces será establecido en la Tierra el Reino de Dios, del cual Cristo dice que cuando oremos, allá en el Padre nuestro en el capítulo 6 de San Mateo, versos 10 en adelante dice que cuando oremos digamos: “padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo, también en la Tierra, aquí en la Tierra.”
Todos deseamos la venida del Reino de Dios. ¿Y qué será eso? Recuerden que los discípulos del Señor Jesucristo le preguntaban a Jesús cuándo sería la venida del Reino de Dios, y estaban interesados en la venida del Reino de Dios, aun cuando Cristo ya había resucitado y estaba con Sus discípulos, ya cuando tenía que irse Jesucristo al Cielo, le preguntan en el libro de los Hechos, capítulo 1, versos 1 al 9: “¿Restaurarás el Reino a Israel en este tiempo?”
Pues los discípulos del Señor Jesucristo esperaban el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de Dios en la Tierra, lo cual es la restauración del Reino de David, porque el Reino de David es el Reino de Dios terrenal que representa en la Tierra al Reino celestial de Dios.
O sea, que la representación del Reino celestial en la Tierra es el Reino de David, y la representación del Trono celestial de Dios en la Tierra es el Trono de David, tan simple como eso, y cuando se habla de la venida del Reino de Dios y restauración del Reino de Dios, se está hablando de la restauración del Reino de David.
Por eso cuando el Ángel Gabriel le apareció a la virgen María, le habla acerca de un niño que ella va a tener, y le dice que le ponga por nombre Jesús o Yeshua en hebreo, y le dice que Dios le va a dar el Trono de David Su Padre, y va a reinar sobre la casa de Jacob para siempre, eso será la restauración del Reino de David.
O sea, la venida del Reino de Dios a la Tierra, y será la representación en la Tierra del Reino celestial, y entonces se cumplirá en esa etapa Zacarías, capítulo 15, verso 9 que dice: “Y en aquel día el Señor será uno, y uno Su Nombre.” “Y el Señor (dice Jehová la traducción)…” “y Jehová será Rey sobre toda la Tierra.” Eso es en el Reino del Mesías, el Reino de David que será restaurado, y será un Reino mundial, un imperio mundial, por eso se le llama en Isaías, capítulo 9: un imperio.
Y ahora, el Arcángel Gabriel ha sido el Ángel que aparece aquí en la Escritura, que ha trabajado para que se efectúen esos cambios del reino babilónico: la cabeza de oro, al reino medopersa: el pecho y los brazos de plata, y del reino medopersa al reino griego que es representado en el vientre y los muslos de bronce, y también del reino griego al reino romano, o sea, del vientre y los muslos de plata a las piernas de hierro. Y así por el estilo el Ángel o Arcángel Gabriel con su ejército ha estado trabajando en ese programa.
Y ahora vean lo que nos dice aquí en el capítulo 10, continuamos leyendo, dice al final del verso 12 que leímos, dice:
“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras.”
Y son oídas vuestras palabras también cuando humillados delante de nuestro Dios oramos a Dios, y si nos tiene que mandar un Ángel o un Arcángel, nos lo envía en el momento que Él desee. No ha sido a Daniel solamente que Dios le ha enviado al Ángel Gabriel, sino al sacerdote Zacarías le envió al Ángel o Arcángel Gabriel que le dijo que el sacerdote Zacarías iba a tener un hijo; o sea, por medio de su esposa Elisabet la cual era avanzada en edad y Zacarías el sacerdote ya era un hombre viejo, una persona avanzada en edad, y le dice que va a tener ese hijo porque Dios ha escuchado su oración. Mientras más tarde la respuesta, más grande es la bendición.
Y ahora, le dice que le ponga por nombre Juan y que “vendrá con el espíritu y virtud de Elías, para convertir el corazón de los padres a los hijos,” y Zacarías le dice al Ángel: “¿Cómo será eso? ¿Qué señal tendré de que eso es así? ¿Cómo va a ser eso? Pues yo soy viejo y mi esposa es avanzada en edad,” y para colmo era estéril, y el Ángel le dice: “Yo soy Gabriel (se identifica) que he sido enviado a ti para darte estas buenas noticias, estas buenas nuevas, y por cuanto no has creído en lo que te hablé, vas a quedar mudo hasta el día en que se cumpla esto que te hable,” y quedó mudo.
Pero a la virgen María fue ese mismo Ángel, le da la buena noticia de que va a tener un hijo, va a concebir, pues la Biblia en Isaías, capítulo 7, verso 14 dice:
“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (lo cual traducido es Dios con nosotros).”
Sería la Venida del Mesías, y la virgen María dice, le pregunta al Ángel… le dice el Ángel que “Dios le va a dar el Trono de David su Padre,” y le dice que le ponga por nombre Jesús; ella creyó todo eso, y le dice: “¿Cómo será esto?” o sea, “¿qué hay que hacer? ¿cómo será esto?” y el Ángel le explica: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y hará sombra sobre ti y concebirás y darás a luz.”
Y para aumentarle la fe, para que suba la fe de María, le dice: “Y tu parienta Elisabet, la que llamaban estéril, es de seis meses ya, está embarazada porque no hay cosa imposible para Dios,” y ahí sube la fe de María y le dice: “Hágase conforme a Tu Palabra,” la subió al grado máximo, al grado que tenía que subir para que se hiciera en ella una realidad las palabras del Ángel Gabriel.
Ahora vean que el Ángel Gabriel no solamente tiene que ver con asuntos políticos, vean, está metido en la política, tiene que ver con las cosas políticas del reino de los gentiles, para los cambios que tienen que ocurrir, y es un guerrero, digamos, es un general comandante de la tropa de una tercera parte de los Ángeles que le fueron asignados.
Y él dice que luchó, peleó e iba a pelear nuevamente contra el príncipe del reino de Persia, o sea, que es un Ángel guerrero; esos ejércitos celestiales no están para ser vistos como estatuas, sino que están para trabajar, y trabajar en todo el Programa Divino. Como nosotros estamos en la Tierra también para trabajar en el Programa Divino.
Y ahora, este Ángel tiene también que ver con las cosas espirituales, y también es el Ángel que encontramos que trae las profecías de cosas que han de acontecer al profeta Daniel, por eso le dice: “Y yo he venido para mostrarte estas cosas que han de suceder.”
Y ahora, veamos el verso 13 de este mismo capítulo 10 de Daniel, dice… le está diciendo:
“Y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia…”
Recuerden que Persia en la actualidad es Irán, y Babilonia en la actualidad es Irak:
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días.”
Está el príncipe del mundo espiritual, del reino de Persia, y luego también está el príncipe de carne del reino de Persia. En la actualidad el príncipe del reino de Persia, el físico, pues es el rey de Irán. Ahora, en el tiempo de Daniel, vean, dice el Ángel Gabriel:
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.”
O sea, que cuando Gabriel necesita ayuda, tiene un buen ayudante: el príncipe, Arcángel *Miguel, príncipe porque es el principal rey de todo ese ejército de una tercera parte de las huestes celestiales, y se llevan muy bien estos dos príncipes, pero el que da problema es el otro príncipe del reino de las tinieblas que tiene otra tercera parte que se rebelaron en contra de Dios y el Programa Divino. Ahora vean:
“He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.”
O sea, que es un Arcángel Profeta, y le he llamado siempre el Arcángel profeta de otra dimensión, es un hombre pero de otra dimensión. Recuerden que los Ángeles tienen cuerpos como nosotros, pero de otra dimensión. Tenemos que ser realistas y entender estas cosas para no vivir como ignorantes espirituales. Hay vida en otras dimensiones.
Ahora vean que este Arcángel Gabriel, viene, dice.
“He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días…”
Lo que ha de venir al pueblo hebreo en los postreros días, los postreros días son los postreros milenios, así como los postreros días de la semana el jueves, viernes y sábado, esos son los tres días postreros de la semana, y un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos, nos dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8 y el Salmo 90, verso 4, y los días postreros delante de Dios son los milenios postreros para los seres humanos.
El apóstol Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3 dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas.”
Porque la forma de Dios hablarle a los seres humanos es por medio de los profetas, o sea, Dios por medio de Su Espíritu Santo que es el Ángel del Pacto, a través de los profetas le habla al pueblo, ese es el orden divino para Dios hablarle al pueblo. En Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12, dice: “Pero no quisieron escuchar, antes…” Vamos a leerlo aquí para que lo tengan claro: “Antes volvieron la espalda para no oír, y taparon sus oídos para no escuchar,” pero vamos a leerlo aquí tal y como está escrito para que tengan el cuadro claro de lo que Dios, y de cómo Dios habla a los seres humanos.
Recuerden que estamos hablando del mundo físico y del mundo espiritual, del mundo tangible y del mundo invisible. Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12, dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Ahora, Dios por medio de Su Espíritu es que habla, pero tiene una instrumentalidad humana que son los profetas de Dios, habla Dios por medio de Su Espíritu a través de carne humana, a través de profetas que son personas con las dos conciencias juntas, que pueden ver en otras dimensiones y aun estando despiertos pueden ver en otras dimensiones, puede ver a los Ángeles, pueden oír la Voz de Dios y traer la Palabra de Dios al pueblo.
Para eso es que Dios envía profetas, y hay profetas para etapas, edades pequeñas, y hay profetas para dispensaciones. Un profeta dispensacional es la clase de profeta más grande que Dios envía al planeta Tierra, como Adán para la primera Dispensación de la Inocencia; Set para la segunda dispensación, la de la conciencia; Noé para la Dispensación del Gobierno Humano; Abraham para la Dispensación de la Promesa; Moisés para la Dispensación de la Ley; Jesús para la Dispensación de la Gracia, y para el Día Postrero el séptimo profeta dispensacional será el que nos toca en este tiempo final.
Ese será el profeta para la Dispensación del Reino con el Evangelio del Reino proclamándolo a todo pueblo, nación y lengua, proclamando el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino y dando a conocer las cosas que han de suceder, y trabajando en el Programa Divino para la introducción del Reino de Dios en la Tierra.
Ese será el mensajero que Dios enviará a Su Iglesia y después al pueblo hebreo, porque ese es el que viene con el Evangelio del Reino para predicarlo a todos los moradores de la Tierra. El mismo Cristo y Juan el Bautista predicaban el Evangelio del Reino, pero cuando fue rechazado y fue crucificado, de ahí en adelante ya no se predicó más el Evangelio del Reino, y luego se predicó desde el Día de Pentecostés en adelante el Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la primera Venida de Cristo. Pero Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 14:
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
La señal del fin para la humanidad, será un profeta mensajero dispensacional predicando el Evangelio del Reino a toda las naciones y para todos los seres humanos; ese es el mensajero con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra, a toda nación, pueblo, lengua, a todo individuo, y estará proclamando que adoren a Dios, que sirvan a Dios, porque la hora de Su juicio ha llegado, o sea, que será en el tiempo final donde estará la humanidad en el ciclo divino para el juicio de Dios sobre el planeta Tierra, como estuvo la humanidad en el tiempo de Noé, el cual predicaba que vendría el juicio divino, el diluvio que destruiría la humanidad. Era una cosa increíble para aquel tiempo, pero era la verdad.
Y será una cosa increíble para muchas personas, un mensajero con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino predicándolo y dando a conocer que el juicio divino, la hora del juicio divino, la hora de la ira de Dios ha llegado.
O sea, ese ciclo divino donde vendrá el juicio divino sobre el planeta Tierra, y ya ustedes han estado viendo que han estado esporádicamente cayendo juicios, plagas sobre la raza humana, pero vendrá un tiempo, un lapso de tiempo de tres años y medio que se van a derramar los juicios divinos sobre la raza humana.
Lo que hasta al momento ha sucedido solamente podemos decir que son como el tiempo en que va a venir una tormenta, son los vientos que anuncian una tormenta que va a venir, vientos huracanados, pero que todavía la tormenta no ha llegado. O sea, los dolores de parto.
El planeta Tierra está con dolores de parto para dar a luz un nuevo mundo, un nuevo planeta para el glorioso Reino del Mesías. Siempre hay que ver las cosas desde el punto de vista positivo, porque “todas las cosas obran a bien para los que aman a Dios,” por lo tanto, todo va a obrar para bien para los hijos de Dios, todo va a obrar para bien para el Mesías, todo va a obrar para bien para el pueblo hebreo y para todos los seres humanos que van a vivir en el Reino del Mesías.
Así que, una renovación viene para el planeta Tierra, una transformación, y por lo tanto, vienen etapas, momentos muy difíciles para los seres humanos.
Y ahora, el Señor Jesucristo hablando acerca de las señales que Él dio, él dice que cuando estemos viendo esas cosas suceder, levantemos nuestras cabezas: “Erguíos y levantad vuestras cabezas a las cosas (por supuesto) celestiales porque vuestra redención está cerca” (San Lucas, capítulo 21, versos 25 al 28, y sobre todo el verso, versículo 27 y 28).
¿Y qué es nuestra redención está cerca? Par los muertos en Cristo la resurrección en cuerpos eternos y glorificados y jóvenes, y para los vivos en Cristo la transformación de sus cuerpos, eso es la redención del cuerpo, la adopción de los hijos e hijas de Dios conforme a Romanos, capítulo 8, versos 18 al 24.
Y ahora, siendo que los días postreros son los milenios postreros que son el quinto milenio representado en el día jueves, o sea, representado en el quinto día de la semana, el sexto milenio representado en el día viernes, sexto día de la semana, y el séptimo milenio representado en el día sábado, séptimo día de la semana. El sábado es llamado y conocido como el día del Señor para el pueblo hebreo y para muchas personas.
Y el Señor dijo: “Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado,” y siendo que tipifica al séptimo milenio de Adán hacia acá, y es el Día Postrero milenial, el último milenio delante de Dios para… delante de Dios es el séptimo día milenial, el Día Postrero delante de Dios, que para los seres humanos es el séptimo milenio; ese es el milenio donde Cristo cumplirá Su Venida y donde Cristo establecerá Su Rino en el planeta Tierra, y por consiguiente ese el día milenial donde Cristo resucitará los muertos creyentes en Él y a los vivos los transformará.
Ahora, podemos entender las palabras de Cristo cuando nos dice en San Juan, capítulo 6 de la siguiente manera, palabras que si no sabemos que los días postreros son el quinto, sexto y séptimo milenio, no entenderíamos lo que Cristo está diciendo aquí, dice capítulo 6, versos 39 al 40 de San Juan.
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”
¿Qué es lo que el Padre le ha dado y que no lo puede perder? Las ovejas del Padre: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (San Lucas, capítulo 19, verso 10 y San Mateo, capítulo 18, versos 11 al 14).
Y ahora, ¿para qué tiempo es que Cristo dice que va a resucitar a los creyentes en Él que han muerto físicamente? Para el Día Postrero, el Día Postrero que es el séptimo milenio de Adán acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, porque los días postreros de los cuales escuchamos a muchas personas predicando: “Estamos en los días postreros,” miren lo que nos dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3 para que sepamos bien sobre el tema de los días postreros.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
Y ahora, San Pablo está diciendo que Dios habló por medio del Señor Jesucristo en los días postreros, dice: “En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,” por Jesucristo al cual, dice: “A quien constituyó heredero de todo.”
Hay muchas personas que dicen: “Yo tengo tal cosa, tengo…” y que es rico, pero miren, no tiene nada, todo lo heredó Cristo, Él es el dueño de todo, el heredero, y Él es el que tiene el Título de Propiedad, el Libro sellado con siete Sellos, ese es el Título de Propiedad no solamente del planeta Tierra sino de toda la creación, es el Título de Propiedad de la Vida eterna, y ahí están los nombres de todos los primogénitos que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, ese es el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, podemos entender que al Dios estar hablando por medio de Jesucristo dos mil años atrás y San Pablo decir: “En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,” ahora podemos comprender que en los días de Jesús cuando ya tenía de 3 a 7 años de edad, comenzaron los días postreros, porque comenzó el quinto milenio que es el primero de los días postreros delante de Dios y que para los seres humanos es el quinto milenio, o sea, el primero de los milenios postreros.
El apóstol San Pablo nos dice esto y el apóstol Pedro el Día de Pentecostés predicando su primer mensaje lleno del Espíritu Santo, o sea, el Espíritu Santo hablando por medio de él, dice que Dios había prometido derramar de Su Espíritu sobre toda carne en los días postreros, y ya está derramando de Su Espíritu allí, ¿por qué? Porque ya los días postreros delante de Dios habían comenzado.
Los días postreros delante de Dios son los milenios postreros que son quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio, y ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá. O sea, que ya los dos primeros días postreros delante de Dios han transcurrido, y ya hemos entrado al último de los días postreros delante de Dios. O sea, hemos entrado ya al tercer milenio de Cristo hacia acá que es también el séptimo milenio de Adán hacia acá.
De los días postreros se habla también en el Antiguo Testamento, por ejemplo allá en el libro del profeta Oseas, en el capítulo 6, verso 1 en adelante dice:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
Ya han transcurrido dos días delante de Dios, dos mil años, y dice aquí: “Después de dos días nos resucitará,” y:
“Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
Tercer día milenial delante de Dios, tercer día para los seres humanos, tercer milenio de Cristo hacia acá.
Por eso es que en este tiempo el pueblo hebreo tiene que estar esperando esa restauración del Reino de Dios en la Tierra, esa restauración del Reino de David donde el Trono de ese Reino del Mesías estará en Jerusalén, e Israel vendrá a ser cabeza de todas las naciones, o sea, la capital del mundo, Jerusalén será la capital de ese Reino y por consiguiente la capital del mundo.
Es el único pueblo que por decreto divino tiene una ciudad que es la ciudad de Dios, llamada la ciudad de Dios, la ciudad del Rey, donde el Trono del Rey, de Dios a través del Mesías será restaurado ese Trono en ese lugar, y el Reino del Mesías gobernará sobre todas las naciones.
Y ahí será en donde se acabarán los problemas políticos, los problemas económicos, los problemas que hay en muchas naciones, y ya ustedes saben todos los problemas que hay; se acabará también la forma de gobierno que por el voto se eligen a los gobernantes, porque con un solo voto se sentará en el Trono de David el que gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
¿Y quién va a hacer ese voto? Dios, será por el voto divino, por el decreto divino que habrá un gobernante que tendrá un imperio que gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, y para eso va a estar el Ángel o Arcángel Gabriel trabajando, y también le va ayudar el Arcángel Miguel.
La forma de gobierno de la actualidad va a desaparecer, y va a ser establecido en la Tierra, en el planeta Tierra la forma de gobierno de Dios, la teocracia será restaurada, y estará ahí la monarquía también.
O sea, que se fundirán, habrá un Reino. En la monarquía el Rey gobierna para Dios, en la teocracia es Dios gobernando a través de un Rey, en la monarquía es un rey gobernando para Dios, ¿ven? Pero siempre hay un rey. El Rey principal es Dios, pero tendrá un velo de carne, un instrumento para llevar a cabo esa labor que será el Mesías Príncipe.
Y ahora, hemos visto este misterio de los días postreros, y ahora, sabemos que estamos en el Día Postrero, por eso en este tiempo el pueblo de Dios tiene que estar esperando la resurrección de los muertos en Cristo, y la transformación de los vivos creyentes en Cristo, pues es una promesa divina.
Y ahora, el Arcángel Gabriel y el Arcángel Miguel estarán trabajando en ese gran proyecto divino, es el proyecto divino para el Día Postrero, toda la labor que se tiene que llevar a cabo para la restauración del Reino de Dios en la Tierra; y los creyentes en Cristo estar bien armados con la armadura de Dios, sabiendo que hay luchas espirituales que el reino de las tinieblas lanza contra los hijos e hijas de Dios.
Estamos entonces con toda la armadura de Dios para poder apagar los dardos del enemigo que vienen desde otra dimensión, la dimensión del reino de las tinieblas que es la quinta dimensión, y que por medio también de seres humanos y de otras formas, usando otras formas y a personas, lanza esas persecuciones en contra del pueblo de Dios, de los hijos e hijas de Dios.
Estamos en un tiempo muy importante en el Programa Divino, hemos llegado al Día Postrero, por lo tanto, ya comprendemos las palabras del Ángel Gabriel que dice: “He aquí he venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los días postreros.” ¿Ven? Desde el Antiguo Testamento el mismo Ángel Gabriel habla de los días postreros; Oseas, capítulo 6 también habla de los días postreros.
Y ahora, las cosas que sucederían al pueblo hebreo en los días postreros, o sea, de Cristo hacia acá, son todas esas cosas que hemos estado viendo por las cuales ha estado pasando el pueblo hebreo. Pero para el Día Postrero el Mesías Príncipe llegará, y ellos lo reconocerán, y también reconocerán a Elías, porque están esperando a Elías conforme a Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6 que estará para el pueblo hebreo precursando la Venida del Señor.
Y ahora, estemos con la armadura de Dios preparados, sabiendo que estamos en el Día Postrero y que hay luchas, etapas difíciles para los seres humanos, y para los creyentes en Cristo hay luchas espirituales. Nunca se aparte del Señor, no importa los problemas que usted tenga o tengan otras personas; no tropiece con los problemas de otra persona ni con los suyos tampoco, recuerde que hay una enemigo con una tercera parte de los ejércitos celestiales que se rebeló en contra de Dios, y él trata de destruir al pueblo de Dios, trata de destruir a los seres humanos, trata de apartar del camino de Dios a las personas.
Agárrese bien de Cristo y siga adelante sirviendo a Cristo con todo vuestro corazón, con toda vuestra mente, con todas las fuerzas, amando a Dios con toda vuestra alma.
Es importante que todos estén dentro del Reino de Cristo, del Reino de Dios, para lo cual dice Cristo a Nicodemo: “De cierto , de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios,” y todo ser humano quiere entrar al Reino de Dios para vivir eternamente. Nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo donde nace la fe de Cristo al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, la persona cree en Cristo y da testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como Salvador, porque con el corazón se cree para justicia, pero con… la fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Ya hemos escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, ha nacido la fe de Cristo en vuestra alma, creemos en Cristo y ahora los que no han recibido a Cristo como Salvador, pueden dar testimonio público de vuestra fe en Cristo para salvación y Vida eterna, porque con la boca se confiesa para salvación, se confiesa a Cristo como único y suficiente Salvador.
Ya yo lo confesé como mi Salvador y Él me salvó y me colocó en Su Reino, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, por lo tanto, los que todavía no lo han recibido como Salvador, lo pueden hacer en estos momentos y estaremos orando por usted, por lo cual pueden pasar acá al frente para orar por usted.
Y los que están en otras naciones también pueden recibir a Cristo como Salvador si no lo han hecho todavía para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo. Vamos a dar unos minutos mientras llegan para orar por ustedes.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Recuerden que Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mi, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.”
En las demás naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar para ustedes en Su Reino también.
El ser humano en su vida terrenal hace muchas decisiones importantes que obligatoriamente tiene que hacer, pero ninguna de esas decisiones lo coloca en la Vida eterna, excepto una, que es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
El privilegio más grande que una persona tiene es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. No hay otra cosa más importante que la vida. Si se le acaba la vida de una persona, se le acabó todo, se le acabó la riqueza terrenal, se le acabó el trabajo porque no puede venir a trabajar si no tiene el cuerpo físico, se le acabaron las amistades, no se las puede llevar para donde va (y ninguno quisiera irse con él), se le acabó su profesión, no se la puede llevar y decir a donde llegue: “Yo soy el ingeniero fulano de tal, o el doctor fulano de tal o soy un militar de tal grado.”
Ahí no vale nada de eso. Esas son cosas que vienen a ser las añadiduras que recibimos aquí en la Tierra, que son buenas mientras estamos aquí en la Tierra, pero cuando terminamos nuestra vida aquí en la Tierra, no las tenemos.
Ahora, ¿qué es lo más importante entonces? Si en esta vida terrenal la vida física es tan importante, cuánto más la Vida eterna; sin la Vida eterna de nada la sirvió a usted vivir en esta Tierra. El mismo Cristo dice en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”
¿De qué le vale al hombre, al ser humano ganar todo el mundo? O sea, convertirse en una persona importante y rica económicamente, ¿de qué le vale si pierde su alma? De nada le sirvió ser una persona rica, se murió y dejó de ser rico.
¿Recuerdan la parábola que dio Cristo del hombre rico y el mendigo Lázaro? Donde dice que murió el hombre rico y fue sepultado, y murió también el mendigo y fue llevado por los Ángeles al Seno de Abraham. El mendigo servía a Dios, el hombre rico dice que hacía fiestas casa día.
Y luego se encontró el hombre rico en el infierno y ve al padre de la fe: Abraham en el Paraíso, llamado el seno de Abraham en aquel tiempo, y le dice a Abraham: “Padre Abraham, yo estoy aquí atormentado, envía a Lázaro con la punta de su dedo mojado en agua para que la coloque en mi lengua.”
Y el padre Abraham, el padre de la fe le dice: “Tú recibiste tus bienes en la Tierra y Lázaro males, ahora él es consolado aquí (o sea, en el seno de Abraham, en el Paraíso) y tú atormentado allá en el infierno, y además hay una grande sima (un grande abismo, un grande abismo que los separaba), de tal modo que los que están acá en el seno de Abraham no pueden pasar allá, ni los de allá pueden pasar al seno de Abraham.”
Recuerden que la persona después que muere ya no tiene más oportunidad para elegir, si no eligió a Cristo como Salvador, después que muera ya no puede decir: “Ahora quiero recibir a Cristo,” para que cuando muera ir al Paraíso. No, si no lo eligió acá, al elegir a Cristo usted está eligiendo también el Paraíso, todo lo que Cristo tiene, todo el Reino de Cristo, para ir al Reino de Cristo, ir al Paraíso cuando terminen sus días aquí en la Tierra, y es mejor que sepa estas cosas estando vivo aquí en la Tierra y no cuando muera físicamente, porque el hombre rico vino a comprender esas cosas cuando ya estaba muerto, y ya no tenía oportunidad.
Y entonces el nombre rico le dice al padre de la fe: Abraham: “Envía a Lázaro a la tierra (o sea, que resucite) a mis hermanos, porque yo tengo hermanos allá en la Tierra para que les hable (¿les hable de qué?) de como es acá para que no vengan también.”
Mire, se preocupó de sus hermanos cuando ya estaba en el infierno, cuando ya no tenía oportunidad, y Abraham, le dijo… dice el padre Abraham: “A Moisés y a los profetas tienen (o sea, que tienen la Palabra), si no creen a Moisés y a los profetas, tampoco van a creer a alguien que se levante de entre los muertos.”
El que no cree, aunque se levante alguien de entre los muertos, no va a creer. Recuerdan que Cristo resucitó y los que no creían en Cristo, tampoco creyeron cuando supieron la noticia de que Cristo había resucitado. El incrédulo siempre será incrédulo, el creyente siempre será creyente. Y el incrédulo siempre estará buscando excusas, inventando cosas para decir que no cree por tal cosa o por tal cosa, pero no, es porque es incrédulo, por no decir lo que dijo Cristo de los incrédulos, pero si quieren oír lo que dijo Cristo de los incrédulos, se los voy a leer; capítulo 8 de San Juan, verso 47.
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”
Ese es Cristo hablando, aunque parece duro lo que dijo, pero es la verdad, y si es la verdad nada podemos en contra de la verdad, y aún más, en el capítulo 10 de San Juan, verso 24 en adelante dice:
“Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.”
Recuerden que hay muchas personas así, que les gusta preguntar: “¿Eres tú tal cosa?” a Jesús le preguntaban: “¿Eres tú el Cristo?” pero no para creer sino para combatirlo. Dice Cristo:
“Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí.”
Las obras que Él hacía daban testimonio de que Él era el Mesías, porque esas eran las obras que el Mesías iba hacer en Su Venida en aquel tiempo:
“Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.”
Ya se los había dicho también: “Ustedes no pueden creer porque no son de mis ovejas, ustedes van a hacer así,” el incrédulo no puede creer, el creyente no necesita mucho para creer: ve las Obras de Dios, las cree, ve el cumplimiento de lo que Dios prometió, lo cree:
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre uno somos.”
Y ahora vean, las ovejas del Señor que son las ovejas que el Padre le dio para que las busque y les dé Vida eterna, oyen la Voz del Señor, la Voz de Cristo el buen Pastor, que es el Evangelio de Cristo, y creen, nace la fe de Cristo en su alma.
Pero el que no es de Dios, el que no es de las ovejas del Señor, no va a escuchar la Voz de Cristo el buen Pastor.
Ustedes están aquí recibiendo a Cristo como Salvador, porque han escuchado la Voz de Cristo el buen Pastor, porque el nombre de ustedes está escrito en el cielo en el Libro de la Vida, ustedes son ovejas del Señor que escucharían la Voz del Señor, el Evangelio de Cristo y lo recibirían como único y suficiente Salvador. Por lo tanto, ustedes son bienaventurados.
Vamos a pedirle a los que están en las cámaras y en las computadoras que nos indiquen cuando ya están listos en las demás naciones para orar por las personas que han recibido a Cristo como Salvador. Aquí estamos viendo… allá una vista de Caracas, Venezuela. Yo creo que Miguel, estamos viendo aquí Caracas, Venezuela, pues en todos los países están conectados con esta transmisión de esta actividad a través del satélite Amazonas y también de internet y por lo tanto, lo que está sucediendo aquí, también está sucediendo en otras naciones, personas recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Es un tiempo muy glorioso en donde Cristo está llamando Sus ovejas, Sus escogidos, los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, o sea, los primogénitos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, para completar Su Iglesia, para colocarlos ¿dónde? En Su Iglesia, en Su Reino.
Ya vamos a orar por las personas que han recibido a Cristo como Salvador, ¿en Valencia ya estarán listos Miguel? Villahermosa también, ya están listos en todos los lugares. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión.
Los que están presentes y los que están también en otras naciones que han venido a los Pies de Cristo, con nuestras manos levantadas al Cielo y los ojos cerrados, repitan conmigo esta oración, y todos puestos en pie en todas las naciones.
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu primera Venida, y creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en el cual podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador; Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y produzcas en mi el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible,” porque Él dijo.
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).
Y la pregunta es desde lo profundo de vuestro corazón: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados.
El bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo que ha estado siendo obedecido por el mismo Cristo, por los apóstoles y por todos los ministros y los que han recibido a como Salvador.
El Día de Pentecostés Pedro predicó y como tres mil personas creyeron en Cristo y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Esto está en el libro de los Hechos, capítulo 2, versos… vamos a ver aquí cómo fue el Día de Pentecostés; dice capítulo 2, versos 36 en adelante del libro de los Hechos.
“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Como tres mil personas creyeron y fueron bautizadas en ese día, y luego a través del libro de los Hechos podemos ver que los apóstoles predicaban y los que creían eran bautizados inmediatamente; aun Pablo en la cárcel con Silas cuando hubo un terremoto y se abrieron las puertas de la cárcel, el carcelero creyó que todos se habían ido, se iba a matar con la espada, y San Pablo le dice: “No te hagas ningún daño, todos estamos aquí.” Y entonces vino donde San Pablo y le preguntó qué él tenía que hacer para ser salvo, y Pablo dijo: “Cree en el Señor Jesucristo y serán salvo tú y tu casa,” esa misma noche, lo sacó de la cárcel, le lavó las heridas de los azotes que le habían dado, lo llevó a la casa, les dio comida y todos en la casa creyeron también, y los bautizó esa misma noche.
Por lo tanto, vean, no hay horario en el cual puedan ser bautizadas las personas, por lo tanto, bien pueden ser bautizadas como Cristo dijo y como los apóstoles también dijeron por medio del Espíritu Santo.
Y ahora, vean ustedes, el mismo Cristo cuando Juan predicaba y estaba bautizando en el Jordán, llegó Cristo a las aguas del Jordán, entró a las aguas del Jordán para que Juan lo bautizara, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes para mi para que yo te bautice?” y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia.” Y entonces lo bautizó.
Si Cristo para cumplir toda justicia tenía que ser bautizado, cuánto más nosotros, cuánto más cada ser humano que vive en esta Tierra. En el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan simple como eso es el bautismo en agua en el Nombre del Señor.
Ahora, el bautismo en agua no le quita los pecados a la persona, es la Sangre de Jesucristo la que nos limpia de todo pecado. El bautismo en agua es tipológico, pero es un mandamiento del Señor.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de Cristo nuestro Salvador, para salvación y Vida eterna de cada uno de ustedes como también para mí.
Dejo aquí inmediatamente al ministro Alejandro Sarria para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA ARMADURA DE DIOS.”