Reitero mi cordial saludo a las autoridades políticas de Bolivia, a las autoridades “mallkus” de los pueblos milenarios, a los concejales, a los líderes espirituales y a todas las personas presentes; es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para platicar con ustedes sobre la principal preocupación del ser humano, para lo cual recurrimos a las Escrituras sagradas y buscamos las palabras del Rabí Profeta Jesús en San Mateo, capítulo 6, versos 25 en adelante, donde dice Jesús:
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA PRINCIPAL PREOCUPACIÓN DEL SER HUMANO.”
El ser humano nace en este planeta Tierra con la angustia existencial, porque no sabe de dónde ha venido, no sabe porqué está aquí en este planeta Tierra y no sabe a dónde va cuando muera su cuerpo físico, y eso causa esa angustia existencial.
Y ahora, la mayor preocupación del ser humano por consiguiente es la salvación de su alma, porque el ser humano quiere vivir eternamente, el ser humano es la corona de la creación, el ser humano es hecho por Dios a Su imagen y semejanza, o sea, que así como Dios es trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, el ser humano es alma, espíritu y cuerpo; el ser humano es trino.
Y por consiguiente el ser humano es espiritual por naturaleza y necesita las cosas espirituales a través de las cuales busca su origen, de dónde ha venido; y busca el motivo del porqué está en este planeta Tierra, y también busca lo que será su futuro eterno.
Pues en esta Tierra, en estos cuerpos físicos los cuales son mortales, sabemos todos que estamos pasando por una etapa de nuestra vida. El cuerpo físico es una casa terrenal, una habitación, un lugar donde el ser humano que es alma viviente, vive, y tiene esta casa terrenal, este cuerpo humano para comunicarse en esta Tierra con los demás seres humanos para trabajar y para llevar a cabo todos los quehaceres que el ser humano está llamado a realizar en esta Tierra.
De todas las criaturas que Dios creó en este planeta Tierra, los peces, las aves, los reptiles, los animales, encontramos que el ser humano es el único que cada día, cada año, cada milenio aprende más; usted encuentra a los animales y a las aves que no son así, ¿cuál es el motivo? Es que los animales, las aves no tienen alma, por eso no tienen libre albedrío, porque el libre albedrío es el sentido del alma; el ser humano es el único que puede tomar decisiones, y toma decisiones sobre el planeta Tierra con todo lo que tiene, y toma decisiones el ser humano muchas veces sobre otros seres humanos.
Es que el ser humano es la cosa más grande, más hermosa, más gloriosa que Dios ha creado, es la corona de la creación, por eso Dios le dio al ser humano este planeta Tierra con todo lo que tiene para que gobernara, le dio el planeta Tierra con todo lo que posee para que cuidara del planeta Tierra.
Por eso es responsable el ser humano de todo lo que hace con el medio ambiente, todo lo que hace con la naturaleza. Ha sido colocado como el cuidador del planeta Tierra. Por lo tanto, el ser humano tiene una posición muy importante en el Programa Divino y tiene una posición muy importante en todo el sistema de la creación.
La vida del ser humano no termina cuando muere su cuerpo físico, continúa viviendo porque es alma viviente y tiene un espíritu y tiene un cuerpo físico; si pierde su cuerpo físico, pues sigue la persona que es alma viviente, sigue viviendo en el cuerpo espiritual, un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, del mundo de los espíritus.
Sigue viviendo en otra dimensión y algún día habrá una resurrección en donde los seres humanos se presentarán ante el Creador de los Cielos y de la Tierra para ser juzgados por lo que hicieron mientras vivieron en estos cuerpos mortales.
También está en el programa del Creador la redención del ser humano. Recuerden que el ser humano al pecar en el Huerto del Edén perdió el derecho a la Vida eterna y a ser el rey del planeta Tierra, y el ser humano recibió la muerte, perdió la Vida eterna, se hizo mortal y lo que le ha dejado a sus descendientes Adán y Eva, ha sido una vida temporera.
Pero con la promesa divina de que hay un programa de redención para que toda persona que desea ser restaurado a la Vida eterna, a como era originalmente cuando Dios colocó al ser humano aquí en el planeta Tierra, pues tenga la persona la oportunidad de obtener su redención, o sea, su restauración a la Vida eterna, al original. Para lo cual encontramos que en todas las naciones a través de la historia de la raza humana, se han hecho diferentes sacrificios para el Creador, para pedir perdón a Dios, para buscar la misericordia divina y para buscar la paz divina, tanto para el alma como para el cuerpo físico, y para la nación.
El ser humano de todos los sacrificios que ha tenido, hay uno que ha quedado delante del Creador como el Sacrificio perfecto de Expiación por el pecado del ser humano; estuvo tipificado en todos esos sacrificios que encontramos que el pueblo hebreo realizaba. Por ejemplo, el día diez del mes séptimo del calendario hebreo religioso, se efectuaba el sacrificio de expiación por el pecado del ser humano, en donde las personas que confesaban a Dios sus pecados quedaban perdonados y cubiertos con la sangre de ese sacrificio de expiación de un macho cabrío.
Y luego otro macho cabrío que había sido elegido también, el sumo sacerdote colocaba sus manos sobre él y confesaba los pecados del pueblo, y llevaban lejos a ese macho cabrío llevando los pecados del pueblo, para así estar alejados del pueblo todos los pecados.
Todo eso era tipo y figura de un Sacrificio perfecto que sería efectuado, por lo tanto, todos los sacrificios que se han efectuado en el planeta Tierra, desde el que fue por Dios en favor de Adán, pues Dios le dio vestiduras de pieles de ovejas a Adán para cubrir su desnudez, por lo tanto un animalito fue sacrificado.
Todos esos sacrificios de Adán hacia acá llegan a la parte culminante y llegan a la perfección en el Sacrificio del Mesías Príncipe que murió crucificado en una cruz allá en Jerusalén. Ese es el Sacrificio perfecto de Expiación por el pecado del ser humano y por consiguiente para todos los seres humanos, para que todos por medio de ese Sacrificio, puedan acercarse a Dios y ser reconciliados con Dios y recibir la paz en el alma, en el espíritu y también en el cuerpo.
Y así es como la angustia existencial desaparece del ser humano, no hay otra forma en que pueda desaparecer, pues con el conocimiento obtenido a través del Evangelio de Cristo, el ser humano sabe, llega a conocer de dónde vino: vino de otra dimensión, nuestra alma no es de esta dimensión, es de otra dimensión, de otro mundo.
Por eso cuando muere la persona, desaparece de esta dimensión pero sigue viviendo en otro mundo, en otra dimensión. Por eso cuando llega a conocer estas cosas, ya no se asusta cuando hablan acerca de platillos voladores o carros de fuego que aparecen en diferentes naciones, son Ángeles, seres de otra dimensión.
Y el ser humano va conociendo a través de la Escritura todos estos misterios y llega al conocimiento del lugar de donde ha venido: de otra dimensión. El ser humano ha venido de Dios, y luego sabe también que su espíritu viene de otra dimensión, del mundo de los espíritus, del mundo de cuerpos parecidos a nuestros cuerpos, pero de otra dimensión, por eso son invisibles a la vista humana. Solamente en casos que ellos deseen dejarse ver o que las personas tengan visiones o sueños, pueden ser vistos en esas ocasiones.
Y ahora, conociendo estas cosas ya el ser humano va comprendiendo quién es, porque lo más triste para una persona es que no sepa quién él es; y el ser humano necesita saber que es la corona de la creación, que no desciende del mono ni de ningún otro animal, sino que desciende de Dios, creado a imagen y semejanza de Dios.
El ser humano tiene cinco sentidos en el cuerpo para comunicarse con las cosas terrenales: vista, audio u oído, olfato, también sabor, tacto también, y esos sentidos los necesitamos. Si la persona no tiene tacto, puede colocar su mano en algo que esté muy caliente y se quema y se hace daño en su cuerpo.
Si no tiene vista, no puede ver las bellezas de este mundo que Dios ha creado, y también puede tropezar si anda solo. Si no tiene audio, no puede escuchar las cosas hermosas que otras personas le dicen, también la música y los cánticos que se llevan a cabo, se expresan en este mundo.
También el espíritu de la persona que es un cuerpo, pero de otra dimensión, tiene cinco sentidos: razón… tiene también otros sentidos para comunicarse el hombre interior con otras personas en esa comunicación interior de unos a otros.
Tiene memoria, por eso recordamos y por eso también aprendemos, porque son con los sentidos del espíritu que la persona aprende. Se educa el espíritu en la escuela, en las universidades, y cada día sabe más porque estudia más y aprende más. Por eso es tan importante el estudio para los niños, los jóvenes y aun los mayores. Y cuando se estudia, pues se pueden obtener mejores profesiones y ganar mucho más y ser de beneficio para la familia y para la nación.
Ahora, el alma de la persona que es lo más importante, tiene un solo sentido: el libre albedrío. El libre albedrío con el cual la persona hace sus decisiones, con el libre albedrío la persona cree o duda, y por eso es que se predica el Evangelio a todo ser humano, y cada persona luego hace su elección, su decisión, porque tiene libre albedrío, Dios no obliga nadie, a ningún ser humano, porque le dio libre albedrío, Dios le presenta al ser humano su programa de salvación y Vida eterna, que es la principal cosa que el ser humano necesita, porque la principal preocupación del ser humano es la salvación y Vida eterna de su alma.
Por eso Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas.” Buscar el Reino de Dios y Su justicia, ¿para qué? Para entrar al Reino de Dios. Al buscar el Reino de Dios y Su justicia, entonces llega al conocimiento del Programa Divino para entrar al Reino de Dios, que es un Reino con Vida eterna en donde la persona obtiene la Vida eterna, y en donde la persona obtiene la paz para su alma.
El Reino de Dios está en la esfera espiritual, y por esa causa aunque los creyentes en Jesucristo tienen Vida eterna, físicamente el cuerpo físico no tiene Vida eterna, no es eterno, potencialmente sí, pero literalmente no tiene Vida eterna el cuerpo físico, sino el alma y el espíritu; pero tiene la promesa de que va a tener un cuerpo físico con Vida eterna llamado un cuerpo glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo, el cual está tan joven como cuando subió al Cielo, el cual está sentado en el Trono de Dios como Sumo Sacerdote haciendo intercesión por toda persona que lo recibe como único y suficiente Salvador.
Esa clase de cuerpo que Jesucristo tiene, con el cual aparecía a Sus discípulos ellos estando encerrados en diferentes lugares, Él aparecía y luego desparecía, comía con ellos también, hablaba con ellos también, pero luego cuando le llegó el momento de subir al Cielo no necesitó un medio de transportación aéreo como avión o un cohete, porque para ir a la Casa del Padre celestial no hay medios de transportación terrenal; y los discípulos ven a Jesucristo que va subiendo al Cielo, y una nube lo cubrió y lo quitó de la vista de ellos.
Esa clase de cuerpo ya viene con el equipo de transportación en él, es un cuerpo inter dimensional, y esa es la clase de cuerpo que van a tener todas las personas que van a estar en la fiesta más grande que se haya llevado a cabo en el Cielo, en la casa del Padre celestial, esa fiesta llamada la Cena de las Bodas del Cordero; para lo cual los que van a estar en esa fiesta, van a obtener un cuerpo físico glorificado, igual al de Jesucristo, para lo cual los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos glorificados, y los vivos en Cristo, creyentes en Cristo van a ser transformados, y entonces todos tendrán cuerpos jóvenes, eternos, inmortales, y glorificados, como el de Jesucristo, y estarán en la Tierra ya con esos cuerpos de 30 a 40 días como estuvo Cristo ya resucitado de 30 a 40 días, Él estuvo unos 40 días con sus discípulos ya resucitado con Su cuerpo glorificado.
Luego serán llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Recuerden, es como en una boda que luego que se lleva a cabo el matrimonio, el líder espiritual o religioso los declara marido y mujer, luego van a una fiesta, la recepción; pues así es con esta fiesta que está prometida para todos los creyentes en Cristo, será la fiesta más grande que se haya llevado a cabo en el Cielo y por consiguiente en toda la creación.
Es la fiesta de las celebración de esa unión del ser humano con Dios, en donde los que estarán con esos cuerpos eternos, serán iguales a Jesucristo, y eso es la unión del ser humano con Dios, y con Vida eterna.
Y luego cuanto tengamos ese cuerpo eterno y glorificado, entonces vamos a conocer mejor la historia de la raza humana, de la familia humana, pero mientras llega ese momento a través de las Escrituras, podemos obtener el conocimiento de la historia, aunque con algunas limitaciones.
Ahora, lo importante es saber que el ser humano tiene una preocupación muy importante, aunque tiene muchas, y más en estos tiempos donde hay tantos problemas a causa de que el medio ambiente no ha sido tratado correctamente por el ser humano, ha sido agredido el medio ambiente, y en respuesta a esa agresión en su propia defensa el medio ambiente está respondiendo con terremotos, maremotos, volcanes y así por el estilo y el derretimiento de los polos.
Con todo eso que está sucediendo que cada año se hace más notable, el planeta Tierra va a ser renovado; con esa lava volcánica y la ceniza volcánica y todo eso, a medida que el planeta Tierra gira, se va a regar en todo el planeta Tierra y lugo va a ser fértil y va a prepararse para un Reino mundial que ha de venir, llamado el Reino del Mesías, el Reino de un hombre que es llamado el Príncipe de Paz el cual traerá la paz en Su Reino para todas las naciones que formarán parte de ese Reino.
Por cuanto ese personaje es el heredero del planeta Tierra, Él será Rey del planeta Tierra completo y de todas las naciones, por eso es llamado un Imperio, el Imperio del Mesías, del ungido, es el deseado de todas las naciones, porque todas las naciones desean un gobernante con esas calificaciones, un gobernante justo, un gobernante que en su gestión política traiga la justicia social para la colectividad, y eso es un retrato de lo que será ese Príncipe, ese Rey que gobernará el planeta Tierra completo y traerá la paz; las herramientas de guerra o armas de guerra serán convertidas en herramientas de trabajo.
En ese Reino es que el ser humano tendrá la felicidad física completa, porque la meta de todos los trabajos que se llevan a cabo en todas las naciones, todos los trabajos políticos, la meta es la felicidad de la familia humana; y por consiguiente tienen que ser erradicadas todas las cosas que impiden que la familia humana tenga esa felicidad.
Se está preparando todo para ese Reino, y todas las cosas que vemos que están sucediendo y que causan catástrofes, luego más adelante serán las que van a producir un cambio en el planeta Tierra.
El planeta Tierra va a ser enderezado, pues está inclinado, tiene una inclinación. Cuando sea enderezado, que será en el Reino de ese líder político y espiritual llamado en la Santa Escritura el Mesías, y que será un Profeta, la Tierra tendrá un clima muy agradable, y el medio ambiente va a estar en sus mejores condiciones.
Ese Rey va a estar protegiendo el medio ambiente con todas las leyes que serán establecidas en ese Reino, y estará protegiendo a la familia humana y por consiguiente a todas las naciones. Por eso es el deseado de todas las naciones, todas las naciones desean tener un líder político de esa clase, pero lo van a tener y va a ser uno para todas las naciones.
A ese Reino yo pertenezco, ¿y quién más? Pues cada uno de ustedes también, se entra al Reino del Mesías primeramente en la esfera espiritual al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y nacer la fe de Cristo en el alma de la persona, porque con el corazón se cree para justicia, o sea, usted cree con su corazón, con su alma, porque tiene el libre albedrío para creer o para dudar; pero cuando escucha la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en su alma y entonces cree, cree en Cristo, la fe viene por el oír la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo, pero con la boca se confiesa para salvación y entonces la persona recibe a Cristo como Salvador y da testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como su único y suficiente Salvador, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo perdona sus pecados, con Su Sangre lo limpia de todo pecado, es bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento.
De esto es que le habló Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, versos 1 al 6 cuando le dice a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.”
Y Nicodemo siendo un maestro en el campo religioso de la religión hebrea o judía no entendía y le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede el hombre ya siendo viejo, siendo adulto entrar en el vientre de su madre nuevamente, o sea, para nacer de nuevo?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.”
Así como para entrar nosotros a este reino terrenal en el cual vivimos tuvimos que ¿qué? Tuvimos que nacer. Para entrar al Reino de Dios se tiene que nacer, nacer de nuevo, nacer de acuerdo a la forma en que está establecido que se nace en el Reino de Dios: del Agua y del Espíritu, o sea, de la Palabra, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y así la persona entra al Reino de Dios que está en la esfera espiritual y vive en la Tierra sirviendo a Dios, creyendo en Dios y esperando la otra etapa que será la parte física en donde los creyentes en Cristo entrarán físicamente a la Vida eterna, al recibir un cuerpo eterno y glorificado y joven para toda la eternidad. Esa parte corresponde a este tiempo final.
Y ahora, se está todavía en la etapa de entrar en la esfera espiritual al Reino de Dios, que es el Reino del Mesías que está en la esfera espiritual. Cuando el Reino de Dios físicamente sea establecido en la Tierra, del cual Cristo dijo en Su oración del ‘Padre nuestro’ enseñándole a orar a Sus discípulos, en el capítulo 6, verso 10 de San Mateo, Él dijo que orando pidamos la venida del Reino de Dios:
“Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
El Reino de Dios va a ser restaurado en este planeta Tierra, y el Reino de Dios restaurado en el planeta Tierra será la restauración del Reino de David, ese es el Reino de Dios terrenal, y la restauración del Trono de Dios en la Tierra es el Trono de David al cual el Mesías Príncipe es el heredero, y entonces habrá paz para Jerusalén, para todo Israel, para todo el medio ambiente, para todo el Medio Oriente también y para todas las naciones y sus habitantes.
Habrá paz para el ser humano, para los animales, para las aves, para los peces, para los reptiles y así por el estilo, y la naturaleza estará también en paz, tendrá paz la naturaleza, no va a ser agredida por los que habitarán en ese Reino del Mesías. Por lo cual los que habitarán en ese Reino se habrán ocupado de la principal preocupación del ser humano: la salvación de su alma. Cristo dijo:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” (San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28).
La principal preocupación del ser humano es la salvación de su alma, es su futuro eterno, y estando en esta Tierra viviendo es cuando único puede asegurar su futuro eterno para vivir eternamente en el Reino de Dios, y para volver a vivir en este planeta Tierra, pero ya no con un cuerpo mortal porque el cuerpo mortal se va poniendo viejo a medida que le pasan los años y se enferma muchas veces en su existencia y también muere.
Pero con el nuevo cuerpo que va a tener la familia humana que entrará al Reino del Mesías, ya no tendrá esos problemas de salud, no tendrá el problema de la vejez, permanecerá joven para toda la eternidad, y cuando uno sabe que hay un Reino prometido para ser establecido en la Tierra con esas cualidades, uno enseguida dice: “Yo quiero pertenecer a ese Reino, yo quiero entrar. ¿Cómo puedo entrar a ese Reino?”
Recuerden, hay personas que quieren irse a otros países porque las condiciones de vida son mejores que las del país donde vive, y entonces tienen un sueño de conseguir un trabajo mejor, ganar más dinero y tener a su familia en una condición económica mejor.
Ahora, el sueño que debe tener cada persona y que debe ser su preocupación es la salvación de su alma para entrar al Reino de Dios y vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y ahí se habrán terminado todos los problemas de la persona.
“LA PRINCIPAL PREOCUPACIÓN DEL SER HUMANO.”
Comenzamos con la solución a esa preocupación en la siguiente forma ya establecida por Dios, con la predicación del Evangelio de Cristo de la cual Cristo dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
El que no crea será condenado, condenado a la segunda muerte que es la muerte del alma y del espíritu en el lago de fuego. Por eso tenemos que conocer todas estas cosas para conocer lo que será el futuro de los seres humanos; el futuro de unos será en el lago de fuego (los que no crean) y el futuro de otros será en el Reino del Mesías con y para aquellos que creerán.
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).
Y ahora, por cuanto Dios le dio el libre albedrío al ser humano, no obliga al ser humano ni a creer y tampoco a no creer. Él le presenta al ser humano la verdad, la realidad, dice la Escritura en Deuteronomio, capítulo 30 y también por el capítulo 21 de Jeremías:
“He puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición (y entonces lo que Dios hace es una recomendación); escoge , pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.”
No te obliga ni a creer y tampoco te obliga a no creer, sino que te presenta la verdad y te recomienda que escojas la vida, la bendición.
Toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe de Cristo en su alma y lo recibe como su Salvador, ha escogido la vida, la bendición, y por consiguiente vivirá eternamente con Cristo en Su Reino. Miren la promesa aquí para los creyentes en Cristo, San Juan, capítulo 5, verso 24 es uno de esos pasajes, dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”
Y en el capítulo 6 de San Juan, versos 39 al 40, dice Jesucristo:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”
La resurrección a la Vida eterna física es para todos los creyentes en Cristo, y será llevada a cabo esa resurrección para los que ya han muerto físicamente, en el Día Postrero. Un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día, dice San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el Salmo 90, verso 4.
Cuando se habla de los días postreros, se está hablando de los milenios postreros que son el quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio; en los días de Juan el Bautista y de Jesucristo cuando ellos estaban en la Tierra, comenzaron los días postreros. Por eso es que en Joel dice que Dios derramará de Su Espíritu Santo sobre toda carne en los días postreros (capítulo 2 del libro del Profeta Joel, versos 21 al 29). Y San Pablo dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
O sea, que San Pablo dice que cuando Dios estaba hablando por medio de Jesucristo a los seres humanos, eran ya los días postreros. Es que son los milenios postreros que comenzaron en el tiempo de Juan el Bautista y de Jesucristo.
Y en nuestro tiempo encontramos que ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá, pero delante de Dios solamente son dos días, y ya estamos en el tercer milenio de Cristo hacia acá, y ese es el Día Postrero delante de Dios; de los días postreros el último es el tercer milenio de Cristo hacia acá, que también viene a ser el séptimo milenio de Adán hacia acá.
Conforme al calendario gregoriano ya llevamos diez años dentro del séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, este es el milenio en el cual Cristo va a resucitar a todos los muertos creyentes en Él y va a transformar a los que estén vivos en ese tiempo en que ocurra la resurrección. No sabemos en qué año de ese milenio postrero, pero va a llevarse a cabo esa resurrección.
Cristo y Juan el Bautista vivieron en el primer siglo del primero de los días postreros, o sea, del quinto milenio. Debe por consiguiente llevarse a cabo en el primer siglo del séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá la resurrección de los muertos en Cristo, y la transformación de los que vivimos, porque después el resto será el Reino del Mesías; y después del Reino del Mesías de mil años, habrá otra resurrección llamada la segunda resurrección, que es para los que van a ser juzgados por Dios en el Trono blanco.
Pero esta resurrección que tiene que ocurrir pronto y que no sabemos en qué año, es la resurrección para Vida eterna, para entrar literalmente, físicamente al Reino del Mesías y para ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Cuando conocemos estas cosas la angustia existencial desaparece, y nuestra principal preocupación y la principal preocupación del ser humano viene a hacerse la cosa más agradable, la cosa más dulce: la salvación y Vida eterna para el ser humano por medio de Jesucristo; porque la preocupación del ser humano es vivir eternamente. Y la fórmula está ya establecida por Dios, dice en Primera de Juan, capítulo 5, versos 10 al 13.
“Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo (o sea, en Jesucristo).
El que tiene al Hijo, tiene la vida (la Vida eterna); el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”
Y la buena noticia es que Dios nos ha dado Vida eterna, que tenemos Vida eterna, que hemos logrado la solución a la principal preocupación del ser humano, pues la principal preocupación del ser humano es la vida, y la Vida eterna es la bendición y el regalo más grande que Dios le da al ser humano por medio de Jesucristo.
Recuerden que la exclusividad de la Vida eterna la ha dado Dios a Jesucristo para que la imparta a los seres humanos. Por eso es que Cristo dice en San Juan, capítulo 10, verso 27 en adelante:
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna.”
Él es el único que nos puede dar Vida eterna, y Él nos da la Vida eterna cuando escuchamos Su Evangelio, Su voz, y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador. Por lo tanto, la principal preocupación del ser humano tiene solución: recibiendo a Cristo como Salvador obtiene la Vida eterna, y así tiene asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.
Yo lo recibí como mi Salvador y por esa causa tengo asegurado mi futuro eterno, ya no tengo preocupación en cuanto a mi futuro eterno que vendrá; estamos en esta Tierra pasando por una etapa, pero luego viene esa etapa eterna.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y quiere asegurar su futuro eterno en la Vida eterna con Cristo, puede recibirlo en estos momentos y estaremos orando por usted, por lo cual puede pasar acá al frente para que oremos por usted.
Los que están en otras naciones a través del satélite Amazonas o de internet, también pueden venir a los Pies de Cristo, pueden pasar al frente donde ustedes se encuentran para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo.
Cuando hay preocupación, hay temor, porque hay incertidumbre, no se saben las cosas ni a dónde vamos a ir, pero cuando hay el conocimiento divino de lo que es la vida y lo que es esta temporada en la Tierra y a donde vamos cuando muere nuestro cuerpo físico, y que por cuanto hemos recibido a Cristo como Salvador vamos a una dimensión llamada el Paraíso donde ya los problemas que tenemos aquí en la Tierra no los llevamos para esa otra dimensión, allá ni se duerme, allí no hay noche, ni se trabaja, no hay necesidad de trabajar, ni se come. No hay necesidad de comer en un cuerpo espiritual, el espíritu no come, no come comida física, come cosas espirituales. Tampoco hay que madrugar allá en esa dimensión celestial para ir al trabajo y encontrarse con el tráfico, como están los cinco días de la semana, de lunes a viernes.
Ahora, cuando se regrese a la Tierra en el Reino del Mesías, ahí se trabajará, se comerá porque ya tendremos un cuerpo físico pero glorificado. El futuro del ser humano está ya determinado por Dios, para los que creen en Cristo su futuro es glorioso: en el Reino de Dios con Cristo. Para los que no creen en Dios su futuro es muy triste porque dejarán de existir.
Y a nadie le gustaría dejar de existir, aunque hay personas que creen que cuando mueren físicamente dejarán de existir, lo que dejó de existir es el cuerpo físico, pero la persona es alma viviente y no deja de existir; solamente van a dejar de existir aquellos que no obtengan la Vida eterna, entonces si el alma y el espíritu de esas personas será echado en un lago de fuego y dejará de existir. Esa es la triste situación para muchas personas que habrán vivido en este planeta Tierra y no se preocuparon de buscar primeramente el Reino de Dios y Su justicia.
Todavía vienen más personas que como ustedes desean vivir eternamente, todos deseamos vivir eternamente; una de las señales es que cuando nos miramos en el espejo no quisiéramos vernos de una edad muy avanzada, de ancianos; quisiéramos vernos siempre jovencitos, ¿ven? Porque el ser humano fue creado para vivir eternamente, para ser eterno y ser joven por toda la eternidad.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión, todavía veo que vienen más personas, es que Dios tiene mucho pueblo aquí en La Paz, Bolivia y en toda la República de Bolivia y los está llamando, Dios tiene muchos hijos, y el Reino de Dios se está llenando de hijos de la tierra boliviana, hijos de la tierra de Bolivia, el Reino de Dios se está llenando de bolivianos.
Y el sueño del Reino Mesiánico, es el sueño de todo ser humano, aunque algunos no lo han descubierto todavía que ese es el sueño del alma de todo ser humano: vivir en un Reino eterno con un cuerpo eterno, con juventud eterna y por consiguiente felicidad eterna, el anhelo del alma del ser humano es todo lo que tendrá el Reino del Mesías, eso es lo que anhela el alma de todo ser humano.
Veo que vienen más personas todavía, Dios tiene mucho pueblo aquí en La Paz, Bolivia, y en todas las ciudades y en todas las regiones de Bolivia. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos. Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo y nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida y creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el cielo en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, un Redentor. Doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mi el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador, ustedes me dirán: “Cristo dijo: ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo;’ quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.
El agua en el bautismo no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado. Pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, el mismo Jesucristo cuando Juan el Bautista predicaba y bautizaba, estando en el Jordán bautizando llegó Jesucristo, entró a las aguas bautismales allá en el Jordán para que Juan lo bautizara, y Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado pot Ti, ¿y Tú vienes a mi para que yo te bautice? Y Jesucristo le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó. Y si Cristo para cumplir toda justicia necesitaba ser bautizado, cuánto más nosotros. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados conforme al mandato divino.
En el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando el ministro sumerge a la persona, o antes de ser bautizada cuando recibe a Cristo como Salvador la persona muere al mundo. Y cuando es sumergido en las aguas bautismales tipológicamente está siendo sepultada, y cuando es levantada de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan sencillo como eso es el simbolismo, la tipología del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
El apóstol Pedro predicando el Día de Pentecostés se encontró con que todos los que lo estaban escuchando le preguntan a Pedro y a los apóstoles: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” Pedro dice:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos (y para los que están cerca); para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
Eso está en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 31 al 48, y dice:
“Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
Como tres mil personas creyeron y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y así añadía Cristo a Su Iglesia cada día los que han de ser salvos, y todavía sigue añadiendo a Su Iglesia los que han de ser salvos, los que han de tener salvación y Vida eterna y vivir, y que vivirán en el Reino de Dios por toda la eternidad.
Y ahora, entendiendo el simbolismo del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Dios por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
Dejo en estos momentos al ministro correspondiente, al ministro, reverendo Rafael Mamani Condori para… aquí lo tenemos, así que él les indicará cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y a los que están en otras naciones a través del satélite Amazonas o de internet, también pueden ser bautizados, para lo cual, pues dejo al ministro correspondiente en cada nación y en cada lugar.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos.
“LA PRINCIPAL PREOCUPACIÓN DEL SER HUMANO.”