Tiempo de estar en lugar seguro

Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final, para lo cual leeremos una Escritura muy importante.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y también el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística acá en Venezuela, y también en otras naciones; y también el respaldo que le están dando a AMISRAEL. Que Dios les bendiga por todo lo que están haciendo y les use cada día más y más en Su Obra en este tiempo final.

Para esta ocasión leeremos un pasaje muy conocido, en donde Jesús estuvo hablando las siguientes palabras, en San Lucas, capítulo 6, versos 46 al 48, y dice:

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.

Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.

Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.”

“TIEMPO DE ESTAR EN EL LUGAR SEGURO.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

En esta parábola el Señor Jesucristo nos muestra que es importante estar en un lugar seguro. Cuando hay tiempos de tempestad como el tiempo de las tormentas o de tormenta, también de terremotos y maremotos, es importante que cada persona y su familia estén en un lugar seguro, y si así es en lo físico, cuánto más en lo espiritual, ya que en el mundo espiritual se decide a qué reino usted irá; porque de acuerdo al reino que usted ha elegido será el lugar que usted irá luego que termine su vida en esta Tierra.

Y ahora, todos queremos ir al Paraíso cuando termine nuestros días en la Tierra y vivir eternamente en el Reino de Dios, para lo cual se requiere estar en el lugar seguro el cual nos asegura la Vida eterna. A través de la historia bíblica encontramos que en una ocasión en que Moisés quería ver la gloria de Dios allá en el Éxodo, capítulo 33, verso 18 al 23, Dios le dijo: “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.” Y le dijo: “Yo te voy a colocar sobre la roca, y entonces pasaré, y cuando haya pasado verás mis espaldas.” Vamos a leerlo para que lo tengan claro aquí, capítulo 33 del Éxodo, este fue un momento muy importante para Moisés; dice capítulo 33, versos 18 en adelante:

“El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.

Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.

Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;

y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.

Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Y continúa en el capítulo 34, desde del verso 1, dice:

“Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.

Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte.

Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte.

Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.

Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová.

Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;

que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.

Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró.

Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.

Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.”

Aquí podemos ver que cuando pasó Dios delante de Moisés, Dios había colocado a Moisés en una hendidura de la roca.

Y ahora, ¿qué quiere decir todo esto? Vean Moisés estando sobre la roca cuando Dios pasó habiendo pasado la gloria de Dios delante de Moisés, luego Moisés vio las espaldas de Dios como las espaldas de un hombre.

Y ahora, el apóstol Pablo hablándonos de la roca, nos dice que la roca que seguía al pueblo hebreo era Cristo, en la primera roca que le dio agua al pueblo y también en la segunda roca que le dio agua al pueblo estaba representado Cristo; por eso cuando Moisés hirió la primer roca y dio agua tipifica la crucifixión de Cristo en Su primera Venida para darle el agua de la Vida eterna, el Espíritu Santo a todos los creyentes en Él. Recuerden que Él dijo en San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39.

“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.”

El que viene a Cristo bebe del agua de la Vida, que es el Espíritu Santo. Él dice: “El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva, y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido todavía glorificado.”

Ahora, podemos ver que Cristo es la Roca. Cuando Cristo está en San Mateo, capítulo 21, hablando con un grupo de judíos que no creían en Él, dice capítulo 21, versos 42 en adelante, dice:

“Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores,

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.”

Y ahora, esta Piedra de la cual habla aquí la Escritura, la Piedra Angular o Piedra del Ángulo, es Cristo, es el Mesías, y el que caiga sobre esta piedra recibiéndolo como su único y suficiente Salvador, será quebrantado de corazón, afligido en su alma por haber pecado contra Dios y alcanzará la misericordia de Dios; él ha caído sobre la roca y por consiguiente se ha colocado en el lugar seguro para ser librado de la ira divina y obtener la misericordia de Dios. Cristo como la Piedra del Ángulo representado en aquella roca o piedra sobre la cual Moisés estuvo parado mientras pasaba la gloria de Dios, y también tipificado Cristo en la toca primera que le dio agua al pueblo hebreo, y en la segunda roca. La primera fue en el monte Sinaí y la segunda roca fue en Cades-barnea, de la cual y a la cual le dijo Dios a Moisés que le hablara y la roca daría agua para el pueblo.

Aquella roca segunda representa la segunda Venida de Cristo, y no era para ser herida por Moisés con la vara; porque la segunda Venida de Cristo no es para morir por el pecado del pueblo de Dios, sino que la segunda roca, es para hablarle a la roca, y la roca le dará agua al pueblo. Cuando Moisés hirió aquella roca segunda rompió el tipo y figura correspondiente a la segunda Venida de Cristo, y por eso se enojó Dios contra Moisés, y se enojará Dios contra todo persona que hiera la roca, la segunda Venida de Cristo; toda persona que la hiera hablando en contra de esa roca; la segunda Venida de Cristo tendrá la mismas consecuencias que tuvo Moisés, no entrará a la Tierra prometida, y no entrará a la Tierra prometida del glorioso Reino del Mesías; serán culpables igualmente como aquellos que rechazaron la primera Venida de Cristo y pidieron Su muerte, y también como los que los crucificaron, los romanos.

Por lo tanto, la posición correcta es estar en la Roca que es Cristo nuestro Salvador. Dice aquí el Señor Jesucristo que al que oye Su Palabra y hace conforme a Su Palabra, Él lo comparará con un hombre sabio, con un hombre prudente que edificó su casa, que ahondó, cabó y ahondó, y edificó su casa sobre la roca; esa es la base para todo ser humano: estar su vida fundada sobre Cristo la Roca para estar consciente que está en el lugar seguro. Es importante que los padres también tengan a sus hijos fundados sobre la Roca que es Cristo, para que también estén seguros sabiendo que vivirán eternamente en el Reino de Dios.

Ahora, para el tiempo final tenemos la promesa de la Venida del Hijo del Hombre, o sea, la promesa de la venida de la Piedra no cortada de manos que le fue mostrada al rey Nabucodonosor y que también le fue mostrada al profeta Daniel, el cual le dio la interpretación del significado de aquella estatua que vio el rey Nabucodonosor con la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, los pies de hierro y de barro cocido que representa el reino de los gentiles y sus diferentes etapas por las cuales él pasaría. La cabeza de oro, el imperio babilónico con Nabucodonosor como rey; el pecho y los brazos de plata como el imperio Medo-Persa, el vientre y los muslos de *bronce como el imperio griego; las piernas de hierro el imperio romano, y los pies de hierro y de barro cocido que es lo que ha quedado del imperio romano; los pies de hierro eso es del imperio romano y están cubiertos de barro cocido; esa es la sucesión del imperio romano, los pies de hierro y de barro cocido, y también es la sucesión de todo ese imperio de los gentiles que terminará o que terminaría, o terminará en los pies de hierro y de barro cocido; o sea, que el imperio de los gentiles comienza de arriba hacia abajo, pero el Reino del Mesías comienza de abajo hacia arriba y va subiendo de edad en edad, en las diferentes etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo a los cuales le fue dicho por Cristo: “No temáis manada pequeña, porque al Padre le ha placido daros el Reino.”

La Iglesia del Señor Jesucristo tiene como fundamento a Jesucristo, eso es lo que dice el apóstol Pablo cuando escribe en su carta a los Corintios, y en donde él muestra que el fundamento es Cristo, también esto está en el verso… capítulo 3, verso 11, de Primera de Corintios, dice:

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”

Jesucristo es el fundamento de la Iglesia del Señor Jesucristo; está fundada sobre la Roca, está fundada sobre un lugar seguro, y cada creyente en Cristo como individuo está fundado sobre la Roca, y está en un lugar seguro.

Ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes ha estado pasando por diferentes etapas y cada creyente en Cristo tiene que estar en la etapa que corresponde al Cuerpo Místico de Cristo en el tiempo que le toca vivir para sí estar en el lugar seguro.

Y ahora, hemos llegado al tiempo más glorioso de todos los tiempos en donde el pueblo de Dios ha llegado a la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa que corona ese Cuerpo Místico de creyentes que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Así como fue el lugar seguro cada etapa de la Iglesia, la cual está fundada sobre la Roca, en este tiempo final el lugar seguro en el Cuerpo Místico de Cristo es la Edad de la Piedra Angular, es la Edad Mesiánica también; y por consiguiente es la Edad para la Venida de la Piedra Angular, la Venida del Señor en el Día Postrero. Es a Su Iglesia que Él en el Día Postrero vendrá, y vendrá a la etapa que representa a Cristo, a la etapa de la Edad de la Piedra Angular; vendrá la Piedra Angular, ahí es el lugar donde estaremos seguros en este tiempo final, en el Día Postrero.

“ES TIEMPO DE ESTAR EN EL LUGAR SEGURO;” en Cristo, la Roca, en la etapa de la Iglesia que corresponde a nuestro tiempo.

Cristo, la Piedra del Ángulo o Piedra Angular, en este tiempo estará visitando Su Iglesia, Su pueblo, y tenemos que estar en Cristo como Moisés, para ver la gloria de Dios pasar y ver la manifestación del Hijo del Hombre en medio de Su Iglesia, y así estar sobre la roca que es Cristo en el Día Postrero. En San Lucas también Cristo, dice capítulo 21, versos 34 al adelante.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.

Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.

Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”

Y ahora, para este tiempo final tenemos que estar sobre la Roca que es Cristo en el Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa correspondiente a la Venida del Hijo del Hombre, para estar en pie delante del Hijo del Hombre, y la promesa de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero la tiene la Iglesia del Señor Jesucristo, y esa promesa es para ser cumplida en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, ahí es donde van a estar en pie delante del Hijo del Hombre los creyentes en Cristo en el Día Postrero, los que serán tenidos por dignos de evitar todas estas cosas, todos estos juicios divinos de la gran tribulación que han de venir sobre la raza humana.

Hijo del Hombre es título de profeta; por eso encontramos que a Jeremías, a Ezequiel y a otros profetas Dios les llamó Hijo del Hombre; porque eso nos habla de la manifestación de Cristo el Ángel del Pacto a través de carne humana. Por eso cuando estuvo Jesucristo en la Tierra, Él mismo se llamaba Hijo del Hombre, y por eso hablaba tanto de sí mismo como el Hijo del Hombre; porque era un profeta.

Así fue la primera Venida del Señor, la primera Venida de Cristo, y así será también la segunda Venida de Cristo, pues Cristo dijo que como fue en los días de Noé y como fue en los días de Lot, así será la Venida del Hijo del Hombre; y eso será nada menos que el cumplimiento de la segunda Venida de Cristo a Su pueblo, a Su Iglesia, y estarán en pie delante del Hijo del Hombre los que estarán fundados sobre la roca, los cuales estarán en la etapa correspondiente al Día Postrero que es la etapa de la Edad de la Piedra Angular, en la Iglesia del Señor Jesucristo y estarán viendo la gloria de Dios siendo manifestada en el Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; y los Ángeles son los ministerios de los dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías. Bajo ese ministerio se completará la Iglesia del Señor Jesucristo y también serán llamados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.

Por lo tanto, para este tiempo en el cual nos ha tocado vivir es tiempo de estar en el lugar seguro. En el lugar seguro como Cuerpo Místico de creyentes, es la Iglesia del Señor Jesucristo; el lugar seguro como Edad, es la Edad de la Piedra Angular; el lugar seguro como mensaje es el mensaje de la gran Voz de Trompeta; y así por el estilo tenemos que conocer en el Programa Divino cual es la Edad que nos ha tocado vivir, la Edad vigente delante de Dios en este tiempo final, también tenemos que conocer este entrelace dispensacional donde se entrelaza la dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia, y tenemos que conocer qué es la gran Voz de Trompeta o Trompeta final, no estar pensando que será una trompeta literal sino que es la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablándonos en este tiempo final, el mensaje del Evangelio del Reino.

“ES TIEMPO DE ESTAR EN EL LUGAR SEGURO.”

Es ahí en el lugar seguro donde los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos glorificados y los que estemos vivos vamos a ser transformados, esas personas serán los que estarán en pie delante del Hijo del Hombre y habrán sido tenidos por dignos de evitar todos estos juicios divinos que han de venir durante la gran tribulación y estar en pie delante del Hijo del Hombre para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por lo tanto, si alguno todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, puede hacerlo en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado y le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento, y esté en pie delante del Hijo del Hombre en el Día Postrero para evitar todas estas cosas que vendrán, estos juicios que han de venir sobre la raza humana.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo y la fe de Cristo nació en su alma, en su corazón, puede pasar al frente para recibirlo, dando testimonio público de su fe en Cristo y estaremos orando por usted. Vamos a dar unos minutos para que también los que están en otras naciones puedan venir a los Pies de Cristo los que todavía no lo han hecho para que estén en lugar seguro en este tiempo final, estén en Cristo, la Roca para tener segura la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. De un momento a otro se va a completar el número de la Iglesia del Señor Jesucristo, y cuando se complete ya no habrá oportunidad de salvación para las personas; pero todavía la puerta de la misericordia, de la salvación, está abierta; y por consiguiente, hay oportunidad de obtener el perdón de pecados recibiendo a Cristo Salvador para entrar al lugar seguro, entrar a Cristo, la Roca, estar sobre la Roca y estar por consiguiente en el lugar seguro que es Cristo nuestro Salvador.

Dios tiene mucho pueblo en esta hermosa nación, Venezuela, y los está llamando para colocarlos en Cristo que es el lugar seguro para todos los seres humanos. Cristo es la Roca, Cristo es el lugar seguro para todo ser humano; la Roca que nos creó es Cristo: “Si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas.” Estar en Cristo es estar sobre la Roca; y por consiguiente es estar en el lugar seguro.

Todavía vienen más personas que como ustedes quieren vivir eternamente, quieren estar en el lugar seguro que es Cristo nuestro Salvador, quieren estar seguros que cuando terminen sus días en esta tierra y termine su vida física puedan ir al Paraíso, a la dimensión donde están todos los creyentes en Cristo que han muerto físicamente, pues todos queremos vivir eternamente, todos queremos estar en el Paraíso cuando terminen nuestros días en esta Tierra. Se predica el Evangelio de Cristo conforme a como Él lo ordenó cuando dijo:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).

Todos queremos ser salvos, el mismo Cristo dijo:

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (San Lucas, capítulo 19, verso 10).

O sea, que el Hijo del Hombre, Cristo nuestro Salvador vino a buscarme a mí y a salvarme a mí. ¿Y a quién más? A cada uno de ustedes también, para que estemos en el lugar seguro que es Cristo, la Roca, nuestro Salvador.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. En las demás naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, y los niños también de diez años en adelante pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Si falta alguno por venir todavía, puede venir para que Cristo le coloque en el lugar seguro, pues todos queremos estar seguros que viviremos eternamente. Todos queremos estar seguros que cuando nuestro cuerpo físico muera, en alma y espíritu vayamos al Cielo, al Paraíso; todos queremos estar seguros de la Vida eterna para lo cual tenemos que estar en el lugar seguro, en Cristo en la etapa correspondiente a nuestro tiempo, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados los que están presentes y los que están en otras naciones, y los que ha venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón. Señor creo en Ti, creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en el cual podemos ser salvos, y creo, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Y reconozco que soy pecador y necesito un Salvador; doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Señor, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado todos vuestros pecados, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.

Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor lo más pronto posible, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere será condenado.” Tan simple como eso es la salvación y Vida eterna para el creyente o la condenación para el que no cree.

Ahora, ustedes me dirán: “Yo creí en Cristo y lo recibí como mi Salvador, por lo tanto quiero ser bautizado en agua en Su Nombre. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en Su Nombre. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, el mismo Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista. Cuando Él fue donde Juan estaba bautizando allá en el Jordán, Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?” Y Jesús le dice a Juan: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó. Si Cristo para cumplir toda justicia le convenía ser bautizado en agua por Juan el Bautista, cuánto más nosotros.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Y cuando es sumergido en las aguas bautismales en el Nombre del Señor, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando es levantado de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

En el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Muerte, sepultura y resurrección, es ahí la identificación que se realiza en el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de nuestro amado Señor Jesucristo.

Así es como nos colocamos en el lugar seguro, siendo colocados en Cristo, la Roca, recibiéndolo como nuestro Salvador, siendo bautizados en agua en Su Nombre y Cristo bautizándonos con Espíritu Santo y Fuego y produciendo en nosotros el nuevo nacimiento.

Que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador sean sobre todos ustedes, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, y ustedes que están en otras naciones también pueden ser bautizados los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, y también nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.

Dejo con ustedes al misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín, para que les indique como hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y nos veremos ya pronto en la actividad pública del domingo en la mañana; nos estaremos viendo, ¿dónde? Aquí nuevamente el domingo nos veremos, traigan a sus familiares también para que se coloquen en el lugar seguro, que es Jesucristo nuestro Salvador y puedan vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Que Dios les bendiga y les guarde. Continúen pasando una noche feliz llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

“ES TIEMPO DE ESTAR EN EL LUGAR SEGURO.” 

Scroll al inicio