La promesa de Dios para hoy

Mi cordial saludo para el doctor Esteban Gerl, representante de asuntos religiosos del gobierno de Apodaca, autoridades religiosas y políticas presentes, hermanos y hermanas presentes y también los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.

Quiero extender un especial saludo al doctor Salomón Cunha y a la doctora Kélita Machado allá en Jerusalén, que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre ustedes, doctor Salomón Cunha y doctora Kélita Machado, Dios les bendiga grandemente.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de la gran Carpa-Catedral y también el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística para la salvación de miles o millones de seres humanos, y también aprecio mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL.

Ya ustedes vieron esta actividad que fue llevada a cabo en Bogotá, Colombia, por AMISRAEL y el gobierno de Israel, la Embajada de Israel, y se unieron también otras entidades para participar, para estar en esa actividad, y de Israel también vinieron personas de gobierno como el ministro que estuvo hablando en esa ocasión para asuntos de la diplomacia.

Para esta ocasión leemos un pasaje muy importante que se encuentra en Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7, y dice de la siguiente manera:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”

Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LA PROMESA DE DIOS PARA HOY.”

Viendo la situación en que se encuentra el planeta Tierra y la familia humana, deseamos saber qué Dios tiene para la humanidad en este tiempo, cuál es el Programa Divino que tiene que llevarse a cabo en este tiempo.

El Señor Jesucristo estuvo hablando del tiempo final, del Día Postrero, y Él enumeró todas las cosas que Dios estará llevando a cabo en el Día Postrero, y por consiguiente esas son promesas divinas para hoy.

En esas promesas divinas tenemos esta que fue leída y esta es de la cual Cristo estuvo hablando también en San Mateo, capítulo 24, verso 14, donde dice:

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

“Será predicado este Evangelio del Reino (dice Cristo) en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” El Señor Jesucristo, así como Juan el Bautista, predicaban el Evangelio del Reino.

Cuando Cristo murió, resucitó y ascendió al Cielo, luego el Día de Pentecostés se comenzó a predicar el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios para morir en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, para reconciliar al ser humano con Dios.

Toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe de Cristo en su alma, cree en Cristo y da testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, pues Cristo dijo:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Para eso se predica el Evangelio de Cristo: para que nazca la fe de Cristo en el alma de las personas, crean y lo reciban como único y suficiente Salvador. Eso es bajo la predicación del Evangelio de la Gracia, el Evangelio de la paz, el Evangelio de nuestra salvación, ese es el mensaje de la Dispensación de la Gracia, o sea, de la sexta dispensación que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo.

El Evangelio del Reino es el mensaje de la dispensación séptima, la Dispensación del Reino, y gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, como Hijo de David.

A través de estos dos mil años que han transcurrido se ha estado predicando el Evangelio de la Gracia, se ha estado predicando el Evangelio de Cristo, presentándole a la humanidad la Primera Venida de Cristo y Su Sacrificio expiatorio en la Cruz del Calvario, para que todo aquel que crea, lo reciba como Salvador y obtenga la Vida eterna.

Toda persona tiene la misma oportunidad de obtener la Vida eterna por medio de Cristo, y todo ha sido hecho simple, sencillo, para que tengan la misma oportunidad los pobres y los ricos, los que han estudiado y los que no han estudiado, todos tengan la misma oportunidad de salvación y Vida eterna, por lo cual no va a depender del grado académico que tenga la persona para recibir la salvación, va a depender de su fe, su fe en Cristo, la fe de Cristo en su alma. Porque la salvación no es por obras ni por sabiduría humana, sino por la fe en Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador.

Por eso es que Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y yo las conozco y yo les doy Vida eterna; y no perecerán jamás, mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre,” San Juan, capítulo 10, verso 27 al 30.

Y ahora, podemos ver que ninguna persona nos puede dar Vida eterna, excepto Jesucristo, no hay otro Salvador, no hay otro redentor, todo eso es revelado, dado a conocer en el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de nuestra salvación, el Evangelio de Cristo; por eso se predica el Evangelio de Cristo a todos los seres humanos, para que todos puedan obtener la Vida eterna.

Ahora, cuando se habla del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino, se está hablando de un mensaje dispensacional para una nueva dispensación, la Dispensación del Reino que es la séptima dispensación en el programa de dispensaciones, el programa de trato de Dios con el ser humano.

En el Reino del Mesías Dios estará tratando por medio del Mesías con el pueblo hebreo y con toda la humanidad, con todas las naciones, será un trato de acuerdo a la dispensación séptima y será revelado todo ese programa en el mensaje de esa Dispensación del Reino.

Ahora, siendo que Juan el Bautista y Jesucristo predicaban el Evangelio del Reino, y cuando murió Cristo luego se detuvo la predicación del Evangelio del Reino para el pueblo, aunque Cristo resucitado le habló acerca del Reino de Dios a Sus discípulos en privado, el Día de Pentecostés se comenzó a predicar el mensaje del Evangelio de Cristo, el mensaje del Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, y todavía se predica el mensaje del Evangelio de Cristo, el Evangelio de nuestra salvación.

Para este tiempo en que vivimos, conforme a la Escritura que leímos al principio, tenemos la promesa de un Ángel, o sea, un Mensajero, Ángel significa Mensajero, que aparecerá con el mensaje del Evangelio eterno, el mensaje del Evangelio del Reino, para predicarlo a todos los moradores de la Tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Si va a predicarlo a todos los moradores de la Tierra, pues tiene que ser un predicador, con un mensaje divino llamado el mensaje del Evangelio eterno que es el mensaje del Evangelio del Reino, estará hablándonos acerca del Reino de Dios del cual Cristo dijo que orando pidamos la venida del Reino de Dios, San Mateo, capítulo 6, verso 10 dice Cristo que orando digamos: Padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo, también en la Tierra.

Para hacerse la voluntad de Dios en la Tierra como se hace en el Cielo, será establecido el Reino de Dios en la Tierra, y el Mesías Príncipe, que es el heredero al Trono de David y Reino de David, se sentará en el Trono de David y gobernará, reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, porque el Reino del Mesías es mundial, traerá la justicia, la verdad, la paz y como resultado la felicidad, no solamente para el pueblo hebreo, sino para todas las naciones.

En Isaías, capítulo 9 nos dice que esa persona es el Príncipe de Paz, y que la paz no tendrá límite en Su Reino, y por cuanto todo el mundo o todas las naciones que estarán sobre la Tierra en ese tiempo van a pertenecer a ese Reino, en todas las naciones habrá paz, la paz permanente que traerá esa persona llamado el Mesías, llamado el Cristo, recuerden que Mesías significa el ungido, el ungido con el Espíritu de Dios.

Por lo tanto, será Dios a través de un hombre reinando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, Dios gobernando este planeta Tierra a través del velo de carne que Él tendrá, llamado el Mesías que el pueblo hebreo está esperando.

Y ahora, aquí aparece un Mensajero con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra, ese es el mensaje del cual Cristo dijo:

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Esa es la promesa de parte de Dios para el pueblo hebreo y para toda la humanidad: Un Mensajero con un mensaje, un Mensajero con el Evangelio eterno, con el Evangelio del Reino para predicarlo a los moradores de la Tierra, en y con ese mensaje Dios nos abrirá las Escrituras y el entendimiento para poder comprender el tiempo en que estamos viviendo, y qué hacer para agradar a Dios, dice que este Mensajero llama a la humanidad a buscar a Dios, dice:

“Tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria.”

O sea, que es un Mensajero que llama a la humanidad a temer a Dios, porque los problemas que tiene la humanidad es a causa de que le falta temer a Dios. El temor a Dios ayuda a la humanidad, porque el que teme a Dios hace la voluntad de Dios, busca la voluntad de Dios, quiere agradar a Dios:

“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.”

Viene también mostrando, dando a conocer, revelando a la humanidad que la hora del juicio divino ha llegado; será un Mensajero que conocerá las diferentes etapas del Programa Divino y en qué etapa vivimos en este tiempo.

El mismo Señor Jesucristo hablando del tiempo final, mostró que la humanidad estará en una etapa como la del tiempo de Noé cuando vino el diluvio y destruyó a la humanidad de aquel entonces. En la actualidad quizás hay personas que piensan que Dios no puede destruir una nación, un pueblo o el mundo entero, quizás pensó así el mundo antediluviano del tiempo de Noé, pero vino el diluvio y a todos esos que no entendieron, excepto Noé y su familia, se los llevó el diluvio y murieron.

Y cuando Cristo murió, en Espíritu, cuerpo angelical, bajó al infierno y le predicó allí a aquellos espíritus que fueron desobedientes en el tiempo de Noé. Recuerden que cuando la persona muere, lo que muere es el cuerpo físico; la persona, que es alma viviente, sigue viviendo en cuerpo angelical, cuerpo espiritual, va al paraíso si es un creyente en Dios y sirve a Dios y sirve a Cristo, y si no, pues va donde fueron los que fueron desobedientes en el tiempo de Noé y donde fue el hombre rico que cuando murió dice que fue al infierno, eso es la quinta dimensión, es otra dimensión a la cual nadie quisiera ir; y yo no quisiera que las personas fueran a ese lugar, por eso les predico a Cristo y les muestro la vía única de salvación y Vida eterna que es Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, encontramos que el mundo antediluviano estaba lleno de violencia, guerras, problemas por todas partes, pero hubo un hombre llamado Noé que ofrecía a Dios el sacrificio por su pecado y por el pecado de su familia, era un patriarca, un hombre temeroso de Dios, descendiente de Adán y Eva por la línea de los descendientes de Adán, era también de la línea de Enoc y de Matusalén.

Y ahora, Cristo hablando del tiempo final dice que será como en los días de Noé, la humanidad se encuentra como en los días de Noé. ¿Qué hubo allá? Hubo el anuncio de un juicio divino porque la humanidad había llegado al tiempo, a la hora, del juicio divino, a la hora o momento en que el juicio de Dios sería derramado sobre la Tierra.

Estaban violando las leyes divinas, y aunque algunas personas ignoren las leyes divinas, eso no es excusa para la persona, cada persona está llamada a interesarse en conocer las leyes divinas, no está exento de responsabilidad el que ignora las leyes divinas.

Es como en una ciudad o en un país, va manejando alguna persona y pasa la luz roja o pasa algún lugar donde tenía que detenerse, pero el policía viene y lo denuncia si lo ve haciendo eso, no puede decir: “Fue que yo no la ví,” eso no lo exceptúa de responsabilidad.

Y así son las leyes divinas, ya están dadas en la Palabra, y cada persona está responsabilizado en tener la Biblia, leer la Biblia, conocer la Palabra de Dios donde están las leyes divinas, porque la Palabra de Dios es el pensamiento divino expresado en letra.

¿Usted quiere saber cómo Dios piensa? Lea la Biblia, la Biblia contiene el pensamiento divino. Recuerden que la Biblia es también como un libro importante de un importante autor, recoge el pensamiento del autor, y la Biblia recoge el pensamiento de Dios para ser conocido por todos los que la leen. Usted puede saber cómo Dios piensa, pues leyendo la Biblia.

Y ahora, en cuanto a la promesa de Dios para hoy, pues usted puede saber cómo Dios piensa en cuanto a lo que Él ha prometido para hoy, leyendo la Biblia, en la Biblia está, aquí dice que habrá  un Ángel, un mensajero con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra, a toda nación, pueblo, lengua y reyes; es un mensaje para la familia humana, un mensaje para todos, no tendrá barreras, ni religiosas ni políticas.

En San Mateo, capítulo 24, ahí nos dijo Cristo que ese tiempo será como en los días de Noé, allá Noé anunció el juicio divino que vendría sobre la raza humana, un juicio mundial, y para este tiempo viene el otro juicio divino en donde la humanidad pasará por una etapa muy difícil en donde millones de seres humanos han de perecer, serán tres años y medio de juicio divino sobre la raza humana, como en el tiempo de Noé fueron 40 días de lluvia, más todos los días que hubo de inundación de la lluvia de esos 40 días.

Y para el Día Postrero, para este tiempo final será un lapso de tiempo de tres años y medio llamado la gran tribulación donde los juicios divinos caerán sobre la raza humana, como cayeron también sobre Egipto en el tiempo del Profeta Moisés, como las diez plagas. Están señaladas siete trompetas y también están señaladas siete copas con siete plagas.

Será un tiempo muy difícil para la raza humana, será un tiempo como en los días de Noé y será un tiempo como en los días de Lot también, en donde Sodoma y Gomorra y otras ciudades cercanas fueron destruidas.

Las naciones cada día se acercan más al modelo del tiempo de Noé y del tiempo de Lot, por cuanto pecaron contra Dios en aquellos tiempos, Dios juzgó al mundo de aquel tiempo. Así Él ha de hacer en este tiempo final.

Cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo donde está como sumo sacerdote y haya entrado hasta el último escogido, la última oveja, al redil del Señor, a la Iglesia del Señor, habrá completado Su Iglesia y entonces se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad en el Cielo, lo abrirá, que es el Libro sellado con siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, y hará Su Obra de Reclamo como Rey, como Rey de reyes y Señor de señores, ya no habrá misericordia para la humanidad, sino que ya estará como Rey y Juez para juzgar este mundo.

Él reclamará el Reino, reclamará el planeta Tierra, reclamará todos los que han creído en Él y han muerto, los resucitará en cuerpos glorificados, y a los que estén vivos creyentes en Él, los transformará, y luego los llevará con Él a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, conforme a Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 al 17 y Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58, y dice que eso será “a la final trompeta, porque será tocada la trompeta y los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles y nosotros los que vivimos, seremos transformados,” y entonces seremos inmortales, tendremos cuerpos jóvenes y eternos y glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Y así es como pasaremos a una etapa mucho mejor para los creyentes en Cristo, de inmortalidad física con cuerpos glorificados. Pero para la humanidad no será bueno, la humanidad que no ha creído en Cristo, o sea, los que no han creído en Cristo, tendrán un tiempo muy difícil en donde los juicios divinos caerán sobre el planeta Tierra.

Para el tiempo final encontramos que el mismo Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,  con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”

Son enviados los Ángeles con Gran Voz de Trompeta, los Ángeles son los dos Olivos, son los ministerios de Moisés y Elías que aparecen en el Monte de la Transfiguración con Cristo cuando Cristo fue allí glorificado, transformado, transfigurado en el Monte de la Transfiguración, ese es el orden de la venida del Señor con Sus Ángeles para el Día Postrero, San Mateo, capítulo 17, versos 1 al 9.

Estos Ángeles del Hijo del Hombre, siendo los ministerios de los dos Olivos, son los ministerios de Moisés y Elías que estarán repitiéndose en el Día Postrero, por eso las señales que hacen en Apocalipsis, capítulo 11, son las mismas que hicieron Moisés y Elías, son esos ministerios de Moisés y Elías siendo repetidos en este planeta Tierra, operados por el Espíritu Santo, que es el único que tiene ministerios, en un hombre del Día Postrero que será ese Ángel Mensajero, ese Profeta Mensajero que viene con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra.

Ese Mensajero es el mismo de Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante, donde nos dice de la siguiente manera:

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos  de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.”

O sea, para que no se desatara una tercera guerra mundial que será atómica, o sea, que estos Ángeles están deteniendo las guerras. Dice:

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.”

Este Ángel Mensajero, ese Profeta Mensajero que viene con el Sello del Dios Vivo, el Sello del Dios Vivo es el Espíritu Santo, “no contristéis al Espíritu Santo de Dios con el cual fuisteis sellados para el día de la redención,” dice San Pablo en Efesios, capítulo 4, verso 30.

Ese Mensajero viene con el Sello del Dios Vivo, con el Espíritu Santo en él, hablando el Espíritu Santo por medio de él y dando este mensaje a ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, ese es el Mensajero a cargo del llamado de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.

Ese es el mismo Ángel que viene con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra, con ese mensaje serán llamados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, es lo mismo que dice Jesús: “Y enviará sus ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a sus escogidos.” los escogidos ahí son los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. San Mateo, capítulo 24, verso 31.

Y ahora, estamos ya viendo quién es ese Mensajero con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino, que estará predicándolo a todos los moradores de la Tierra. Y ahora, ese es el enviado de Dios no solamente para algunas personas, sino para toda la familia humana; ese es el Mensajero que hará el entrelace de la Dispensación del Reino con el Dispensación de la Gracia y con el Evangelio del Reino y el Evangelio de la Gracia.

Es una promesa: la promesa de Dios para hoy como Mensajero, es ese Mensajero que aparece bien identificado en la Escritura, y para tener un cuadro más claro de ese Mensajero y de esa promesa, en Apocalipsis, capítulo 21 y capítulo 22 nos habla sobre este tema. En el capítulo 22, verso 6 en adelante dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Este Ángel del Señor Jesucristo es un espíritu de Profeta, es ese Profeta que viene con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra, y con ese mensaje da a conocer todas las cosas que han de suceder pronto en este tiempo final, están contenidas todas las cosas que han de suceder en el mensaje de ese Ángel Mensajero.

Luego en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 al 17 dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

¿Quién es el enviado de Jesucristo? Su Ángel, el Ángel del Señor Jesucristo, ese Profeta Mensajero que aquí en el libro del Apocalipsis en el tiempo de Juan el apóstol, está en cuerpo angelical.

Para el Día Postrero también va a estar en medio del Cristianismo y va a estar con cuerpo de carne, así como el Ángel del Pacto que le apareció al Profeta Moisés en el Éxodo, capítulo 3, versos 1 al 16, dice la Escritura que es el Ángel de Dios, el Ángel de Jehová, el cual le dice a Moisés: “Yo soy el Dios de tu padre (o sea, el Dios de Amram, el padre de Moisés), el Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob.”

Y ahora, ¿por qué este Ángel le dice a Moisés que Él es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob? Es que el Ángel, ese cuerpo teofánico angelical es el cuerpo angelical de Dios, un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, y ese Ángel del Pacto es un cuerpo angelical, es llamado el Espíritu Santo.

Por eso cuando aparecía a diferentes Profetas, ellos decían: “He visto a Dios cara a cara,” así dijo Jacob, y dijo: “Y fue librada mi alma,” y le puso por nombre al lugar donde eso sucedió: Peniel, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma,” Génesis, capítulo 32, versos 24 al 32.

Y Manoa y su esposa, cuando vieron a este Ángel, luego Manoa al principio no sabía que era el Ángel de Dios, pero luego cuando subió en la llama de fuego del sacrificio que Manoa ofreció a Dios, se dio cuenta que era el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto, y le dice a su esposa en el capítulo 13 del libro de los Jueces: “Hemos de morir porque hemos visto a Dios cara a cara.”  Reconoció que era Dios, pero era el Ángel de Dios, el cuerpo angelical, pero en él estaba Dios, ¿ven?

Y ahora, es que Dios tiene Su cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto, y tiene Su cuerpo físico de carne que ya está glorificado el cual es el cuerpo físico que nació de la virgen María y que le fue puesto por nombre Yeshua o Jesús.

Y ahora, así como Dios tiene Su Ángel, o sea, Su cuerpo angelical, Su imagen que es el cuerpo angelical teofánico, llamado también el Espíritu Santo a través del cual Dios habla, encontramos que ahora Cristo dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Es un cuerpo angelical, un cuerpo espíritu de Profeta, porque Dios es el Dios de los espíritus de los Profetas, luego los trae a la Tierra y los coloca en un cuerpo de carne, y esos son los Profetas de Dios de diferentes tiempos, vienen de otra dimensión.

Y ahora, este Ángel con el Evangelio eterno, con el Sello del Dios Vivo, con el Espíritu Santo, es un espíritu de Profeta que Cristo envía a Su Iglesia para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, es por medio de este Ángel que Juan recibió el libro o la revelación del libro del Apocalipsis, fue por medio de este Ángel que obtuvo todas esas visiones apocalípticas, y ese Ángel no es Jesucristo, porque cuando Juan quiso adorar al Ángel, el Ángel le dijo: “Mira, no lo hagas, yo soy consiervo tuyo y con tus hermanos.” O sea, que es un Profeta.

Y ahora, este Profeta en el Día Postrero va a estar en la Tierra en medio del Cristianismo, y después en medio del Judaísmo, llevando a cabo Su ministerio terrenal, predicando el Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones, es el Mensajero en el cual Dios operará el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías, y el ministerio de Jesús también, porque el que opera ministerios es el Espíritu Santo, el que tiene los ministerios.

Algunos van a decir como en los días de Jesús, que Jesús pregunta: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” y Sus discípulos comienzan a decir a Jesús: “Unos dicen que tu eres Elías, otros dicen que tu eres Juan el Bautista, otros dicen que tu eres alguno de los Profetas que ha resucitado.”

Todos tenían concepto de Jesús, de que Jesús era un Profeta, pero no sabían cuál de los Profetas, pero Jesús era más que Profeta, era el Ángel del Pacto hecho carne, el Verbo hecho carne en medio del pueblo hebreo, el pueblo de Dios. Y el Verbo es el Ángel del Pacto a través del cual Dios creó todas las cosas.

Por eso Jesucristo es la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra, Él es el Ángel del Pacto que le dio la Ley al pueblo hebreo a través de Moisés, por eso Él podía decir: “Antes que Abraham fuese, yo soy,” San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58.

Jesucristo es nada menos, en cuanto al cuerpo de carne, el velo de carne de Dios, la semejanza física de Dios, en Jesucristo estaba la plenitud de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, Él dice: “Yo no hago nada de mí mismo, el Padre que mora en mi, Él hace las obras,” ¿dónde estaba el Padre? En Cristo obrando. Y también dijo en una ocasión: “El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido.” el Espíritu Santo, que es el Ángel del Pacto, estaba en Él, en ese cuerpo de carne metido y obrando a través de ese cuerpo de carne.

Así que Dios el Padre y el Espíritu Santo estaban ¿dónde? En el velo de carne llamado Jesús, Jesucristo no hacía nada de sí mismo, o sea, el velo de carne no hacía nada de sí mismo, era Dios el Padre por medio del Espíritu Santo obrando a través de Jesús. Tan sencillo como eso.

Y ahora, para el Día Postrero la promesa en cuanto a Mensajero y mensaje, es que Dios enviará, que Cristo enviará Su Ángel, Su Mensajero, con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino, para predicarlo a los moradores de la Tierra, a toda nación, pueblo, lengua y reyes, y les dirá que busquen a Dios, que adoren a Dios, que sirvan a Dios, y les dirá que la hora del juicio divino ha llegado, que estamos en el tiempo, en el ciclo divino donde el juicio de Dios va a ser derramado sobre la raza humana.

El calentamiento global, los problemas de los terremotos, maremotos, tsunamis y demás problemas, el derretimiento de los hielos polares, todo eso trae juicio divino, trae problemas sobre la raza humana, pero ya todo eso está profetizado que así sería en este tiempo final.

Miren: Job, un hombre del tiempo de Abraham, en el capítulo 38 encontramos que Dios está hablando con él, era un Profeta, el justo Job, en el capítulo 38, versos 22 en adelante dice Dios a Job:

“¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,

O has visto los tesoros del granizo

Que tengo reservados para el tiempo de angustia,

Para el día de la guerra y de la batalla?”

Miren: el secreto, los tesoros de la nieve y del granizo, miren, son cosas que están guardadas para el tiempo de la angustia, para el tiempo de la gran tribulación, para el tiempo de la guerra y de la batalla.

Recuerden que una tercera guerra mundial y que será atómica, está marcada en la profecía bíblica, y eso ocasionará más problemas al planeta Tierra, más contaminación, pero con todos esos problemas de una guerra atómica, por cuanto todo obra para bien en el Programa Divino, eso va a causar que la Tierra se enderece esos grados que tiene de inclinación, y va a ser preparado el planeta Tierra para el Reino del Mesías.

Y ahora, todas esas cosas están profetizadas que han de suceder en el Día Postrero, “un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día,” dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8 y el Salmo 90, verso 4, un día delante del Señor para los seres humanos corresponde a mil años, en esta forma de un día – mil años.

El día del Señor, del cual nos habla la Escritura, delante de Dios para el ser humano es el séptimo milenio de Adán hacia acá, como el séptimo día de la semana para los judíos es el día del Señor, el día de reposo, el día que tienen que dedicar a Dios.

Así que, en el Programa Divino encontramos que para este tiempo final hay grandes cosas para suceder, por ejemplo, en la parábola del trigo y de la cizaña Cristo señala que el que siembra la buena semilla, o sea, el trigo, es el Hijo del Hombre, y que el trigo son los hijos del Reino, los hijos de Dios, y la cizaña son los hijos del malo, y el que siembra la cizaña, pues es el malo, el diablo dice Cristo, y dicen los siervos: “¿Quieres pues que arranquemos la cizaña?”

Eso es como cuando Jacobo y Juan en una ocasión en que Jesús con Sus discípulos querían entrar a Samaria y no los recibieron, no quisieron que entraran los habitantes de esa Ciudad, y Jacobo y Juan le dicen: “Señor, ¿quieres que mandemos a descender fuego del Cielo y los queme a todos?” Cristo les dice: “No, ustedes no saben de qué espíritu son.” O sea, ellos querían hacer como hacían Moisés y como hacía Elías, que mandaban a descender fuego del Cielo y quemaba a las personas bajo juicio divino.

Y ahora, encontramos que para este tiempo final Cristo dice en esa parábola: “Dejen crecer lo uno y lo otro junto, el trigo y la cizaña dejenlo crecer junto, y en el tiempo de la cosecha, de la siega (que es el tiempo del fin del siglo o fin del mundo o fin del tiempo) Yo diré a los segadores lo que van hacer, ellos se van a encargar,” y los segadores son, dice Cristo: los Ángeles, Él enviará los Ángeles, y esos son los ministerios de Moisés y Elías en el Día Postrero operados por el Espíritu Santo para llevar a cabo la labor profética del Día Postrero, traer la Palabra profética, dar a conocer las cosas que han de suceder en el Día Postrero, todos esos juicios divinos que han de venir, así como Moisés los dio a conocer antes de caer sobre Egipto esos juicios, también serán dados a conocer en este tiempo final.

Así nos habla también Apocalipsis, capítulo 11, que son los ministerios de los dos Olivos, los que tendrán a su cargo dar a conocer esas cosas, esos juicios divinos que han de venir sobre la raza humana, y los que escuchen y quieran preservar su vida, quieran cuidarse, entonces sabrán cómo hacer.

Es como cuando el negociado del tiempo a través de la televisión y la radio anuncian cómo va a estar el tiempo el día de mañana, va a haber lluvia, pues el que no quiera mojarse, se lleva su paraguas o su capa o llega más temprano, antes que caiga la lluvia para no mojarse, el que diga: “Eso cada vez dicen cosas y algunas se cumple y otra no,” y sale y agarró el aguacero y entonces dice: “Pero esta se cumplió.”

Ahora, la de Dios nunca falla, las profecías divinas nunca fallan, sino que se cumplen cada una en su debido momento, pero uno puede cuidarse si conoce las profecías bíblicas y conoce las cosas que van a suceder, busca a Dios.

Miren, cuando Dios envió a Jonás para que fuera a Nínive y dijera que dentro de 40 días, pasados 40 días, pasado ese tiempo, Nínive iva a ser destruida, él no quería ir porque él decía que Dios era un Dios misericordioso y se arrepentía si las personas se humillaban.

¿Ven? Hay una… hay ahí una bendición grande, que aunque sea tiempo de juicio divino la persona busca a Dios y se evita muchos problemas, por eso el mensaje de Apocalipsis, capítulo 14, dice: “Temed a Dios y dadle gloria,” o sea, busquen a Dios, Dios puede tener misericordia con usted, con su familia y así por el estilo.

Cuando el rey de Nínive escuchó a Jonás diciendo que dentro de 40 días o pasados 40 días Nínive iba a ser destruida, lo llamaron, hablaron con él, el rey se humilló y todo el pueblo con él, y Dios le dice a Jonás que no iba a destruir a Nínive por el momento. O sea, no que la sentencia iba a ser quitada, sino que por ese momento no la iba a destruir, le alargó el tiempo de misericordia a Nínive.

Y puede alargarnos el tiempo de misericordia en lo que se completa la Iglesia del Señor y se cumplen las demás profecías de bendición que hay para el pueblo. Sabemos que este planeta Tierra va a pasar por un tiempo muy difícil en donde la diferencia entre el pobre y el rico no se va a dejar ver mucho, porque lo que viene es demasiado terrible, es que cuando Cristo salga del Trono del Padre, el Trono del Padre se convertirá en un trono de juicio, ya la Sangre de Cristo será quitada del Trono de Intercesión en el Cielo y no habrá nada entre el ser humano y Dios, y Dios va a ver el pecado de los seres humanos y eso demanda el juicio divino.

Mientras Cristo está en el Cielo, Dios mira a la humanidad a través de la Sangre de Cristo, y no ve pecado porque la Sangre de Cristo cubre el pecado del ser humano.

Y ahora, la promesa para el Día Postrero, la promesa para hoy es que habrá un Mensajero predicando el Evangelio del Reino a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. En ese mensaje tendremos los consejos para buscar a Dios, servir a Dios y alcanzar por consiguiente la misericordia de Dios.

Cuando veamos a ese Mensajero con el Evangelio eterno predicándolo a todas las naciones, recuerden, hemos llegado al tiempo en que la hora del juicio divino está por comenzar, y no habrá forma de que este planeta Tierra escape. El calentamiento global sigue aumentando y están preocupados por allá por Rusia que por el aumento del calentamiento global vaya a haber explosiones en esos lugares donde almacenan los desperdicios nucleares, y quizás, pues también las bombas o artefactos nucleares que están bajo tierra, pues también pueden tener problemas.

O sea, que ahora no hay dónde guardar el fuego que han acumulado y las cosas que han usado para producir esos artefactos nucleares. La humanidad está muy asustada y sobre todo los que saben mucho sobre esas cosas.

Así que estamos en un tiempo muy importante, y tenemos que conocer cuál es la promesa de Dios para hoy, para escuchar la Voz de Dios, buscar a Dios, servir a Dios, entrar al Reino de Dios que está en la esfera espiritual, antes que se cierre la puerta.

Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo al escuchar el Evangelio de Cristo y nacer la fe de Cristo en el alma de la persona, creer en Cristo, dar testimonio público de su fe en Cristo y recibirlo como Salvador, y ser bautizado en agua en Su Nombre, y nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo, recibir el Espíritu de Cristo.

Así es como la persona nace del Cielo, nace en el Reino de Dios, entra al Reino de Dios, y por consiguiente ha entrado a la Vida eterna, ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.

Es importante que la persona viva con una esperanza de Vida eterna, y solamente la puede encontrar en Jesucristo. Sin una esperanza de un futuro glorioso la vida no es dulce, pero con una esperanza de Vida eterna, de un futuro glorioso, aun los momentos difíciles se hacen pasajeros, y aun la persona se interesa en actuar lo mejor posible en su vida, porque tiene una esperanza de Vida eterna, tiene una esperanza de un futuro eterno y glorioso con Cristo en Su Reino.

Así también es para las naciones, y queremos que todas las naciones latinoamericanas, incluyendo por supuesto el Caribe, puedan entrar al Reino del Mesías, al Reino de Dios, para vivir en ese glorioso Reino de Paz, de armonía, de prosperidad, de felicidad.

Como individuos entramos a Su Reino en la esfera espiritual recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador, y así aseguramos nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino. El ser humano hace muchas decisiones en su vida, pero ninguna de ellas le coloca en la Vida eterna, excepto una: recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.

Yo ya lo recibí como mi Salvador y aseguré mi futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay alguno que todavía no lo ha hecho, puede hacerlo, puede recibirlo como Salvador y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado y le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento, para lo cual puede pasar acá al frente y estaremos orando por usted.

“LA PROMESA DE DIOS PARA HOY.”

En la promesa de Dios para hoy hay grandes bendiciones, hay bendición para la persona recibir a Cristo como Salvador y entrar al Reino de Cristo y tener así asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.

La fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Por lo tanto, ahora llegó el momento de confesar a Cristo como único y suficiente Salvador.

Cristo hablando de todos los que creerían en Él, les asegura la Vida eterna, dice San Juan, capítulo 6, versos 39 en adelante, 39 al 40:

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

Esta es la esperanza de todos los creyentes en Cristo, es Vida eterna lo que reciben de parte de Cristo todos los que lo reciben como único y suficiente Salvador, Dios tiene mucho pueblo y los está llamando en este tiempo final para colocarlos en Su Reino con Vida eterna.

Dios tiene mucho pueblo aquí en esta Ciudad y en todas las Ciudades de la República Mexicana y los está llamando en este tiempo final, en toda la República Mexicana Él tiene muchos hijos. El Reino de Cristo se está llenando de Mexicanos en esta hora, en este momento, los cuales están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador, no solamente aquí en estos momentos, sino en otras ciudades y en otros lugares, y también tiene mucho pueblo en toda la América Latina y los está llamando en este tiempo final, y en todas las naciones. Este es el tiempo del llamado final para buscar a Dios y servir a Dios con toda nuestra alma, este es el tiempo para asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino.

Todavía continúan viniendo más personas a los Pies de Cristo, pueden continuar viniendo. En las demás naciones también pueden venir a los Pies de Cristo los que faltan por venir, y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador.

Dice la Escritura: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón.” El nombre suyo está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, usted es una oveja del Señor y por eso ha estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, y ha nacido la fe de Cristo en vuestra alma porque el nombre suyo está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida. Cristo dijo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido,” San Lucas, capítulo 19, verso 10 y San Mateo, capítulo 18, versos 11 al 14. También Cristo dijo:

“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le  confesaré  delante de mi Padre que está en los cielos.

Mas a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33.

¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” pregunta Jesucristo en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28. De nada le sirve al ser humano vivir en esta Tierra y convertirse en una persona rica y perder su alma. Sin Cristo el ser humano está perdido, con Cristo el ser humano tiene Vida eterna. Por lo tanto, todos necesitamos a Cristo.

Todavía vienen más personas que como ustedes desean vivir eternamente, por lo tanto, esperaremos unos minutos mientras llegan, pues Dios tiene mucho pueblo y los está llamando en estos momentos.

En las demás naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todas las personas que están viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador.

Todavía vienen más personas, por eso estamos esperando un momentito mientras llegan, pues así como ustedes quieren vivir eternamente, también ellos quieren vivir eternamente y están viniendo a los Pies de Cristo, pues ya nació la fe de Cristo en su alma y ahora vienen para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Todavía veo que vienen más personas, por eso estamos dando unos segundos mientras llegan.

Jesucristo dijo que cuando un pecador se arrepiente, hay gozo en el Cielo, así que en el Cielo están muy gozosos los Ángeles, Cristo, Dios el Padre y los santos que están en el paraíso mirando hacia acá, también están muy contentos viendo que ustedes están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.

Cuando las personas reciben a Cristo como Salvador, se aumenta el grupo del Cielo, se aumentan los ciudadanos celestiales. Vamos ya a estar orando por ustedes. Todavía vienen algunas personas, por eso es que estamos esperando unos segundos.

Vamos a estar con nuestras manos levantadas al Cielo los que están presentes y los que están en otras naciones, nuestros ojos cerrados, y los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Señor, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y sea producido en mi el nuevo nacimiento.

Sálvame Señor, Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido com vuestro único y suficiente Salvador. Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor lo más pronto posible, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’ ¿Cuándo me pueden bautizar?” es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.

Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo. El mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista, y entonces vino el Espíritu Santo sobre Jesucristo. Cuando Pedro predicó le preguntan a Pedro el Día de Pentecostés:

“Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” libro de los Hechos, capítulo 2, versos 31 al 47.

Y así el Señor añadía a Su Iglesia los que habían de ser salvos, los que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida.

El bautismo en agua es tipológico, es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida.

Esa es la tipología del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, por esa causa es que en el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Los que están en otras naciones también pueden ser bautizados, y que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca también en ustedes el nuevo nacimiento, y nos veremos por toda la eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Continúen pasando todos una tarde feliz, llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo con ustedes al reverendo Epifanio López para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“LA PROMESA DE DIOS PARA HOY.”

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