La identificación de los discípulos del Señor Jesucristo

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo, y damas colaboradoras en la Obra del Señor, como aquellas damas que trabajaron en la Obra de Dios en el tiempo de Moisés, en el tiempo de los diferentes profetas, y en el tiempo del Señor Jesucristo y también de los apóstoles.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes que están presentes, y los que están a través del satélite Amazonas en diferentes naciones.

Hay una profecía muy grande relacionada a una Gran Carpa Catedral que va a aparecer en medio del cristianismo, y Dios va a estar manifestado para bendición de la familia humana; será una manifestación del amor divino en beneficio de los seres humanos.

Por lo tanto, esperamos ver pronto ese proyecto convertido plenamente en una realidad.

Todos los proyectos, pues toman cierta cantidad de tiempo. Ustedes pueden ver los proyectos de gobierno: algunas veces toman tanto tiempo que ni le da tiempo al presidente que está en turno realizarlo completamente, pero lo comienza por lo menos; y también le pasa así a los gobernadores y a los alcaldes: algunas veces no les da el tiempo y tienen que ser reelegidos para luego continuar y concluir los proyectos que tenían. Todos los proyectos son así porque tienen requisitos establecidos por la ley o leyes de cada país.

Vamos a leer las Escrituras en San Juan, capítulo 13, versos 31 al 35, que nos dice, Jesucristo nos dice:

“Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.

Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.

Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR JESUCRISTO”.

Cristo dice: “En esto conoceréis que sois mis discípulos (¿en qué?), en que tenéis amor unos con los otros”.

La manifestación del amor entre los hermanos es una evidencia de que el amor de Dios está en el corazón de esas personas, y que son verdaderamente discípulos del Señor Jesucristo, siguen la enseñanza de su Maestro y aman a su Maestro: al Señor Jesucristo.

“LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR JESUCRISTO”.

Cuando Moisés construyó el tabernáculo, y luego, más adelante, Salomón construyó el templo, ambos (el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón) son tipo y figura del Templo celestial; por esa causa es que las cosas que están en el tabernáculo y luego en el templo que construyó Salomón, representan las cosas celestiales, las cosas del Templo celestial.

Y ahora, encontramos que lo más importante del templo es el lugar santísimo, donde está el arca del pacto; porque en el Cielo lo más importante es el lugar donde está el Trono de Dios; no hay cosa más importante.

Es igual que en un reino terrenal. ¿Qué es lo más importante de un reino terrenal?, ¿dónde está lo más importante? Pues donde está el trono; porque ahí está el rey, y de ahí salen las órdenes para gobernar al pueblo que pertenece a ese reino.

Y ahora, siendo que Dios es amor[1], vean dónde está el amor de Dios manifestado: en el Lugar Santísimo; y de ahí sale para todas las otras partes del Templo.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo espiritual compuesto por seres humanos creyentes en Cristo; así como cada creyente en Cristo también, como individuo, es un templo humano.

El mismo Jesucristo estando frente al templo, allá en el capítulo 2 de San Juan, versos 17 en adelante, dice: “Destruyan este templo…”, estaba frente al templo terrenal: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré”.

Le dicen los judíos: “En 46 años fue construido este templo, fue levantado este templo, ¿y ahora tú dices que en tres días tú lo vas a levantar?”.

Pero Él no hablaba del templo de piedras; Él hablaba de Su cuerpo. ¿Por qué? Porque el cuerpo es un templo para Dios morar en él, y todos sabemos que Dios moraba en Jesucristo en toda Su plenitud.

Por lo tanto, el Templo humano de Dios era Jesucristo; por eso Él decía: “El Padre que mora en mí, Él hace las obras. Yo no hago nada de mí mismo; y como yo escucho al Padre hablar, así yo hablo”[2]. O sea, era la Palabra de Dios, del Padre, a través de Jesucristo, y eran las Obras del Padre a través de Jesucristo.

Y también Él decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido”[3]. Vean, y si era el Ungido por el Espíritu Santo, Ungido significa ‘Mesías’, ‘el Cristo’; era el Cristo, el Mesías, el Ungido.

Y ahora, encontramos que el amor de Dios fue expresado por medio de Jesucristo en toda su plenitud; es la persona donde habitó la plenitud de Dios. En ninguna otra persona, en ningún otro profeta habitó la plenitud de Dios; solamente en Jesucristo. Y ahora, encontramos que —por consiguiente— los atributos divinos fueron manifestados en toda su plenitud a través de Jesucristo (por consiguiente).

Y ahora, Cristo dice que así como el Padre lo amó a Él, nos ha amado a nosotros[4]. Cristo como Hijo de David es el Amado. “Este es Mi Hijo amado (dice en el Monte de la Transfiguración Dios el Padre); a Él oíd”[5]. ¿A quién hay que escuchar? Al Amado, a Jesucristo. David significa ‘amado’.

Y todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo son descendientes de Dios, porque vienen por medio de Cristo a través del nuevo nacimiento; y por consiguiente pertenecen a una nueva raza que Dios está creando, una nueva raza con vida eterna, en los cuales Dios colocó el alma de esas ovejas del Padre para que sean restaurados a la vida eterna, para que obtengan la vida eterna. Esas personas están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; esas personas son los elegidos, los escogidos, los predestinados de Dios. La Escritura nos habla de los elegidos, de los escogidos, de los predestinados.

Siendo que el amor divino es lo más grande que una persona puede tener y expresar, y Dios está en el Lugar Santísimo del Templo celestial, en Su Trono…

Vean, encontramos que a través de las edades se han manifestado diferentes virtudes divinas en los creyentes. Para este tiempo la manifestación es la del amor divino; porque es el tiempo que corresponde, en el tipo y figura, al Lugar Santísimo del Templo celestial, al lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés y al lugar santísimo del templo que construyó el rey Salomón.

El amor conquista todo.

Y gracias al amor todavía la raza humana continúa existiendo. Sin amor no estaríamos nosotros existiendo en la Tierra; porque la aparición de nosotros en la Tierra ha sido una manifestación del amor de nuestros padres.

Más alto que el amor no hay ninguna otra virtud; a tal grado que el amor aun conquista todo lo que no puede ser conquistado; aun conquistará al mismo diablo.

El amor derrota todas las cosas contrarias a Dios.

Y por consiguiente, las palabras de Cristo: “Amaos unos a otros”, y: “En esto conoceréis que sois mis discípulos, en que os améis unos a otros”; y ahora, eso mostrará que Cristo en Espíritu está en el corazón de cada persona.

El amor divino corresponde al alma de la persona. El amor fraternal corresponde al espíritu de la persona. Son dos cosas muy diferentes.

Amor humano, amor fileo, que puede existir entre una persona y otra, pero después se pelean y se va ese amor humano; pero el amor divino permanecerá para siempre; a tal grado que Jesucristo en la Cruz del Calvario dice: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”[6].

Esa es la identificación de los discípulos del Señor Jesucristo; y para lo cual tiene que estar el Espíritu Santo en la persona; y la persona estar en el tiempo que corresponde en el Programa Divino, en la dispensación y edad correspondiente, para que fluya ese amor divino desde lo profundo del corazón de las personas. Y siempre amando a Dios sobre todas las cosas; porque sobre el amor terrenal está el amor celestial, el amor divino.

Es importante que cada persona comprenda que la evidencia del Espíritu Santo en la persona es que cree la Palabra, el Mensaje que corresponde a su tiempo; y entonces fluye el Programa Divino y la Obra de Dios a través de la persona. Siempre ha sido en esa forma.

Para el tiempo final tenemos la promesa de que la plenitud de Dios va a ser manifestada, que va a surgir en medio del cristianismo una Gran Carpa Catedral, que va a manifestarse una Tercera Etapa del Programa Divino, y que la Iglesia va a recibir la fe de rapto, la fe para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Habrá, para ese tiempo en que va a ser cumplida esa promesa, muchas personas creyentes en Cristo: ministros, congregaciones e individuos, que captarán ese Programa Divino y estarán trabajando en ese Programa Divino; y eso será Dios en ellos obrando para que se haga una realidad, se cumpla, lo que Dios ha prometido. Porque Dios tiene que usar seres humanos para llevar a cabo Su Obra; es por medio de seres humanos que Dios obra.

Por consiguiente, todas las naciones desearían que fuera en su país; y por consiguiente, en cada país deben desear que sea en su país; pero también respaldar al país que esté trabajando en ese proyecto.

Y si se va a cumplir en unos cuantos países a la vez, pues también está bien. No importa en cuántos países; si se cumple en 20 o 30 países, mucho mejor; pero eso lo va a determinar Dios. Por lo tanto, lo importante es que esté todo listo.

Y si alguna persona pensara: “Bueno, es que no va a ser en ese país”, pues entonces Dios tendrá otro país.

Y en algún país se va a instalar una Gran Carpa Catedral. No importa dónde la fabriquen, lo que importa es dónde va a ser levantada.

Por lo tanto, se dejan las puertas abiertas para todos los países; pero recuerden que la elección, ¿quién la hace? Dios.

Todos los países, pues colaborarán; y donde se levante, cada creyente podrá decir: “Yo tengo una partecita ahí —eso es lo importante—, yo colaboré. Yo no me puse en contra de ese proyecto aunque no fuera en mi país, porque es un proyecto divino que ya fue visto desde muuuchos años atrás; por lo tanto, estaré como Josué y Caleb: brazo a brazo, como estuvieron brazo a brazo con Moisés. No estaré como otras personas, que se levantaron en contra y dijeron: ‘No es posible que conquistemos esa tierra prometida; hay muchos problemas, muchos obstáculos, es imposible. Y la gente que vive en esos lugares son gigantes’[7]. Pero Josué y Caleb dijeron: ‘Son nuestro pan, ¡sí podemos!’”[8].

Por la fe, basados en la Palabra, se conquistan las promesas.

Y por consiguiente, la Iglesia del Señor Jesucristo, los que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, van a conquistar esa promesa; van, por la fe…, llevarán a cabo las obras de la fe, que es el trabajo que tienen que hacer, para que sea una realidad. Y de esos yo soy uno, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Ahora, será en un tiempo de apretura para los creyentes en Cristo. Por lo tanto, cuando ustedes vean que pueden venir apreturas o alguna apretura para el pueblo de Dios, para los creyentes, no piense en el problema, piense en lo que está prometido: que será en un tiempo de apretura el cumplimiento de la Visión de la Carpa, pero va a ser dada la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y se van a hablar las Plagas – las Copas y las Plagas, se va a hablar sobre las Trompetas, todo esto; o sea que va a haber mucho alimento espiritual.

Cuando todo esté cumplido y se complete el Programa Divino y seamos transformados, los creyentes dirán: “Dios cumplió lo que prometió; y ahora estamos transformados con cuerpos glorificados, como el de Jesucristo”. Eso será cuando ya estemos transformados.

Y quien no hizo nada en favor o se levantó en contra, dirá: “Yo no hice nada; y para colmo, me levanté en contra”. Y podrá decir: “Bien merecida la gran tribulación”. Porque unos van a ir a la gran tribulación y otros van a ir a la Cena de las Bodas del Cordero.

Lo que no entiendan ahora, lo entenderán después; no se preocupen. Hay cosas que no entendemos, y eso está bien; porque algunas veces entendemos algo y lo estamos regando, y el enemigo entonces lo escucha y nos hace la guerra. Por eso algunas veces Dios conserva muchas cosas sin darlas a conocer.

Y ahora, es importante que el amor de Dios, el amor divino, fluya en y desde nuestros corazones hacia los demás hermanos; y cubriéndonos siempre la espalda. Y nunca dando oído a las cosas negativas que hablen en contra de los hermanos, de las congregaciones o de los ministros, siguiendo la recomendación que dio el reverendo William Branham en estas palabras que habló para los creyentes: “Unas Palabras a la Novia” (le colocaron como título a estas palabras que él habló); y esto lo habló en el mensaje “Cristo es el misterio de Dios revelado”[9], predicado el 28 de julio de 1963, por el reverendo William Marrion Branham. Dice:

80 Sobre todo, amaos los unos a los otros. ¡Amaos los unos a los otros! ¡No importa lo que el diablo procure decir!”.

Recuerden que el diablo tratará de usar a quien se deje usar, para hablar mal en contra de los hermanos, o en contra de los ministros, o en contra de las congregaciones, o en contra de cualquier proyecto que estén llevando a cabo para la gloria de Dios.

[80] Por ahora ustedes son un gran grupo dulce y amoroso. Pero recuerden mi advertencia (pero recuerden mi advertencia): Satanás no permitirá que se queden así (o sea, que no permitirá que se queden tranquilos); no señor. Él disparará con todo, aunque tenga que traer a alguien que le sirva de instrumento. Él traerá a un crítico, un incrédulo, y lo pondrá para hacer que aquella persona tenga compañerismo con ustedes bajo la quietud. Entonces lo llenará con algún veneno, y empezará a correr entre la Iglesia con eso…”.

Con algo en contra de alguien, o de todos los ministros, o de todas las congregaciones, o de todo el trabajo que se está haciendo; alguien que comenzará a criticar, y a decir: “Eso no está bien, esto está mal”, o “eso no es así”, o “ese proyecto no está bien”, o “no es de Dios”. Pero ya sabemos que los proyectos que se llevan a cabo están basados en la Palabra.

Dice:

[80] Entonces lo llenará con algún veneno, y empezará a correr entre la Iglesia con eso; pero no vaya usted a tomar parte en eso; no tenga usted nada que ver con eso”.

O sea, no se una a tal o tales personas para respaldarlos, porque usted entonces viene a ser parte de ese grupo; como el grupo de Coré, Abiram… Datán y Abiram: que se levantaron en contra de Moisés, y luego se los tragó la tierra, y se fueron al lugar al que pertenecían[10].

El juicio de Dios viene sobre esas personas, tarde o temprano. Puede decir: “No nos ha pasado nada”, pero están bajo maldición, en algún momento les pasará; como les pasó a los que se levantaron en contra de Moisés, que no querían que Moisés entrara a la tierra prometida con el pueblo.

Ahora, dice:

[80] Manténganse amorosos, amables y bondadosos los unos para con los otros. Ore por ese hombre (o mujer) para que pueda ser salvo también, o esa mujer, quienquiera que sea. Solo ore por ellos, y permanezcan unidos.

81 Y quédense al lado de su pastor. ¿Ve usted? Él siendo su pastor merece su respeto. Él los guiará porque está ordenado por Dios para hacerlo.

82 Ahora, ¿recordarán esto? El enemigo vendrá; y cuando lo haga, acérquense lo más posible el uno al otro. Y aquel al que el diablo está usando como enemigo, se apartará de ustedes o entrará para ser uno de ustedes. Eso es todo.

83 Nunca vayan a formar grupos o clanes para rumorar entre ustedes, o hacerse parte de un clan”.

No vayan a formar grupitos para hacerse parte de un clan que respalda a una persona que esté atacando la Obra de Dios, que esté hablando mal en contra de los pastores, o en contra de las congregaciones, o en contra de los proyectos que se llevan a cabo. Nunca haga una cosa como esa. Recuerden, se encontrarían como parte de… un grupo como aquel de Datán, Coré y Abiram, y otros grupos que se levantaron en contra de Moisés cuando iban rumbo a la tierra prometida.

Recuerden que vamos rumbo a la tierra prometida del nuevo cuerpo, del cuerpo glorificado, y a la tierra prometida: para la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.

[83] Nosotros somos uno. Yo no podría decir: ‘Mano izquierda, estoy disgustado contigo, te voy a eliminar porque no eres la mano derecha’. Esta es mi mano izquierda y quiero que así permanezca hasta la punta de los dedos, quiero que cada parte de mi cuerpo se quede como está. Dios quiere que nosotros, como un Cuerpo de creyentes, nos mantengamos completamente unidos el uno con el otro.

84 Ustedes tienen cintas que tratan sobre estas cosas, y también sobre lo que nosotros creemos. Ustedes tienen cintas que tratan sobre la disciplina en la Iglesia, cómo nos debemos comportar en la Iglesia de Dios y cómo tenemos que reunirnos aquí juntos, sentados en lugares celestiales”.

Estamos llamados a reunirnos en las actividades. Los domingos, dice el reverendo William Branham que es pecado irse a hacer otra cosa que no sea estar en el culto[11].

Sigue diciendo:

[84] No se quede en su casa”.

Algunos dicen: “Hoy estoy cansado, no puedo ir, no voy a ir”. Eso está mal. Es el día de la Resurrección de Cristo, domingo, y es para estar reunidos alabando a Dios, adorando a Dios, y escuchando Su Palabra. Hay escuelas bíblicas en la mañana en las iglesias.

Ahora, sigue diciendo:

[84] Si Dios está en su corazón, usted casi no puede esperar a que aquellas puertas se abran para entrar y tener compañerismo con sus hermanos. Si usted no se siente así, entonces le diré que es tiempo que se ponga a orar, porque estamos en los últimos días.

85 La Biblia nos exhorta que, cuanto más veamos que aquel día se acerca, debemos amarnos más los unos a los otros con amor cristiano y amor divino. Debemos congregarnos en lugares celestiales en Cristo Jesús, y amarnos los unos a los otros. ‘En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si tuviereis amor los unos con los otros’. Eso es correcto. Quédense juntos.

86 Si usted piensa que algún hermano o hermana está un poco errado, diga: ‘Señor, nunca permitas que nazca en mí raíz de amargura, porque eso le afectará a él, y también sacaría a Cristo de mi vida’. Los ácidos venenosos de malicia y celo y odio, apartarán inmediatamente al Espíritu Santo de usted; lo alejará de aquí del tabernáculo. Eso eliminará al Espíritu de Dios, o lo ahuyentará de aquí, hará daño a su pastor. Hará todo eso. ¿Ve usted? No hagan ustedes eso.

87 Más bien júntense lo más posible; acérquense, abróchense… Así como testificó un hermano, un ministro, aquí la otra noche, sobre una visión que tuvo de una hebilla…”.

Es como en el avión, que se abrocha la correa, y como uno se abrocha la correa también; también se dice: “Amárrese la correa bien”.

[87] … como testificó un hermano, un ministro, aquí la otra noche, sobre una visión que tuvo de una hebilla (o sea, la hebilla de la correa), que se abrocha sobre toda la armadura de Dios”.

Como esos… de esas vestiduras antiguas de guerra, que tenían sus correas, que había que amarrarlas bien; entonces hay que amarrar bien toda la armadura de Dios en la persona, tenerla bien amarrada.

[87] Hay que ajustarse la correa fuertemente; júntense así el uno con el otro. Ámense uno al otro. Hable bien uno sobre el otro…”.

Algunas veces escuchamos personas hablando mal de los hermanos. No haga usted eso, eso está mal. Ore más bien. Lo que tenga que hablar, háblelo a Dios; y pídale a Dios que tenga misericordia de su hermano.

[87] Hable bien el uno sobre el otro, diga cosas buenas uno acerca del otro; y entonces Dios les bendecirá”.

Con esto termino esta plática con ustedes en amor divino, como: “LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR JESUCRISTO”.

Que Dios les bendiga y les guarde. Y dejo con ustedes al misionero Miguel Bermúdez Marín para continuar.

Dios te bendiga, Miguel. Dios les bendiga a todos.

“LA IDENTIFICACIÓN DE LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR JESUCRISTO”.

[Revisión junio 2025]

[1] 1 Juan 4:8-16

[2] San Juan 5:19, 8:28, 14:10

[3] San Lucas 4:18

[4] San Juan 15:9

[5] Mt. 17:1-8, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36

[6] San Lucas 23:34

[7] Números 13:31-33

[8] Números 14:9

[9] 63-0728 “Cristo es el misterio de Dios revelado”, párrs. 80-87

Marcador: https://imprenta.carpa.com/es/materiales/separador-unas-palabras-para-la-novia/

[10] Números 16:1-35

[11] Citas, pág. 136, párr. 1209: 64-0823M “Preguntas y Respuestas #1”, párr. 210 / Citas, pág. 138, párr. 1230: 64-0830M “Preguntas y Respuestas #3”, párr. 124

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