La trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.     Vi que el video de la campaña: “Paz en Tierra Santa,” lo vieron aquí y en las diferentes naciones, y fue un éxito esa parte de la campaña en todos los países; fue en todos los países que se llevó a cabo, y se continuará llevando a cabo la campaña: “Paz en Tierra Santa” en todos los países.     Ya para el día 25 de diciembre del mes en curso, estaremos en reunión por internet, dando a conocer el éxito de las metas que cada uno de los coordinadores tiene en los diferentes países. Por lo tanto, les deseo que logren la meta que se han propuesto, y que la pasen, y que la puedan doblar si trabajan más. Es importante para que se aumente el apoyo en la campaña en Facebook y en la página de internet. Así que esperamos que todos logren sus metas y hasta las sobrepasen.     Como les dije, el 25 de este mes ya entonces sabrán los resultados de cada país por internet y Facebook en la reunión que se estará teniendo a través de internet, y hay más proyectos importantes por la paz de Tierra Santa, la paz del Rey del reyes y Señor de señores, la paz de la Ciudad de Dios, la Ciudad del Rey, la Ciudad del Mesías, la Capital del Reino del Mesías, donde yo voy a estar juntamente con Cristo ¿y con quién más? con cada uno de ustedes también.     Así que hay que orar por el lugar donde vamos a estar; es como cuando se quiere ir a vivir a otro país, o si quiere tener un apartamento o una casa, se ora, y entonces, pues hay que orar por el lugar, la ciudad donde vamos a vivir, para que sea una ciudad de paz y el Reino sea dirigido desde Jerusalén (el Trono está allí, el Trono del Mesías) y gobierne no solamente sobre Israel, sino sobre todo el Medio Oriente y sobre todas las naciones, y la paz no tendrá límite, no tendrá límite sobre el Trono de David que será ocupado por el Mesías Príncipe, y se extenderá, de Jerusalén saldrá la paz para todas las naciones.     Y las armas de guerra, todo ese conocimiento para hacer armas de guerra, será para beneficio de las personas, convertidas en herramientas de trabajo, y eso es lo que la humanidad desea. Por eso desean la venida del Ángel del Pacto, que es Cristo, la Venida del Mesías, la venida del deseado de todas las gentes, porque todos quieren ese gobierno y ese gobernante: el Mesías, y eso es lo que también ellos desean de sus gobernantes cuando votan por ellos, que por lo menos se parezcan al Mesías que va a gobernar el mundo entero, que gobiernen bien su país para que haya bendición y paz en su país.     El proyecto de la Gran Carpa-Catedral, por lo que vimos en la última vez que vimos un documental, va muy bien, está muy adelantado, y ya este mismo mes tendrán otro documental para ser pasado por internet y por el satélite Amazonas, para que así sigamos toda la trayectoria de la realización del proyecto de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico.     Y va a ser de grande bendición para la Iglesia local, para todas las Iglesias de Puerto Rico y de todas las naciones, las cuales van a recibir grandes bendiciones también; será una bendición para todas las naciones y por consiguiente para toda la familia humana.     Ahora leemos en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, donde dice:     “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,     vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.     Por lo cual también contiene la Escritura:         He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;         Y el que creyere en él, no será avergonzado.         Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,         La piedra que los edificadores desecharon,         Ha venido a ser la cabeza del ángulo;         y:         Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,         porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.     Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;     vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”     Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.     “LA TRAYECTORIA DEL PUEBLO DE DIOS EN MEDIO DE LA RAZA HUMANA.”     A través de la Escritura encontramos que el pueblo de Israel es el pueblo terrenal de Dios bajo el pacto que Dios le dio a Israel por medio del profeta Moisés, bajo ese pacto Israel es el pueblo de Dios; y bajo el nuevo Pacto encontramos que de entre los gentiles, dice la Escritura en el libro de los Hechos, capítulo 15 (esto hay que comenzarlo un poquito antes), verso 12 en adelante, esto fue cuando se reunió el concilio de Jerusalén, los apóstoles, y donde el apóstol Pablo y Bernabé estuvieron presentes también, los cuales predicaban entre los gentiles, San Pablo y Bernabé. Entonces dice que después de haber hablado Pedro, verso 7 en adelante dice:     “Y después de mucha discusión…”     Miren, entre los apóstoles todavía habían discusiones, no solamente cuando estaban con Jesús, sino luego también por asuntos doctrinales, y eso en ningún momento quiere decir que porque tenían problemas, las personas tenían que irse y decir: “Tienen problemas, por lo tanto, yo dejo la Iglesia, yo me voy.” No, los problemas se resuelven, el mismo Cristo vino y hubo muchos problemas que le hicieron a Él, pero Él continuó adelante y llevó a cabo la Obra que Dios le dio para realizar, y la parte culminante de esa Obra fue la que parecía una desgracia para Cristo: Su juicio; lo tomaron preso, lo juzgaron, lo condenaron y lo crucificaron, lo azotaron también, lo desfiguraron.     Y estos soldados romanos eran como salvajes, hicieron todo eso sobre Cristo, y sin embargo Él estando en la Cruz mira a Su pueblo Israel y dice: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Y aun ese perdón puede llegar hasta los gentiles también.     Era necesario que Jesucristo muriera en la Cruz del Calvario llevando los pecados del ser humano, estaba escrito, y Él mismo dijo que el Hijo del Hombre no vino a condenar al mundo, sino a salvar al mundo, y esa era la forma en que salvaría al mundo, porque para ese tiempo era el tiempo del juicio divino para la familia humana a causa del pecado, y la familia humana iba a dejar de existir.     Pero eso no lo entendía la gente, solamente lo entendía Jesucristo, y Él tenía por decreto divino el programa de salvación para llevarlo a cabo, Él dijo: “Nadie me quita la vida, Yo la pongo por mí mismo para volverla a tomar, este mandamiento recibí de mi Padre.” (San Juan, capítulo 10, versos 14 al 18). Y para poder entonces darle Vida eterna a los seres humanos, Él se hizo pecado por nosotros, llevó Él nuestros pecados, Dios cargó en Él nuestros pecados y por eso el juicio divino que tenía que caer sobre la familia humana, cayó sobre Él, y por eso Él tuvo que ir al infierno en el cuerpo angelical, cuerpo espiritual, que es el Ángel del Pacto o Espíritu Santo.     Y ahora vean, aquí en la reunión aquí en Jerusalén donde se reunieron los apóstoles, y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer este asunto que estaba sucediendo entre los gentiles, y que estaban exigiendo, los que estaban en Jerusalén, y eran judíos los apóstoles y los ancianos, que los gentiles también tenían que circuncidarse, supieron que los gentiles se estaban convirtiendo a Cristo. Y ahora dice:     “Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.     Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;     y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.     Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?     Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.     Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.     Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.     Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.     Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:         Después de esto volveré         Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;         Y repararé sus ruinas,         Y lo volveré a levantar,         Para que el resto de los hombres busque al Señor,         Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,     Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.”     Y ahora, había una promesa para los gentiles: que buscarían a Dios, y esto es por medio del nuevo Pacto en donde se presenta a Cristo como el Salvador de judíos y de gentiles, y de entre los gentiles llamando un pueblo, buscando un pueblo, sacando un pueblo, para Su Nombre.     Y ahora, de gentiles y judíos ha estado formando un pueblo llamado la Iglesia del Señor Jesucristo, y por lo tanto, el pueblo bajo el nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Cristianismo como le llaman, la Iglesia del Señor Jesucristo, que fue reflejada, tipificada, en el pueblo hebreo, en Israel, el cual salió de Egipto por mano de Dios a través del profeta Moisés al cual le acompañaba el Ángel del Pacto, la Columna de Fuego, y por medio de Moisés los libertó, los pasó a través del Mar Rojo en seco, y los llevó al monte Sinaí para establecer allí con ellos el pacto, les dio allí el pacto, les dio los Diez Mandamientos, les dio leyes y ordenanzas para todo Israel.     Y así hubo una unión de Dios con el pueblo hebreo, lo cual está representado en la unión de un joven y una joven, novios, que se casan y vienen a ser una misma carne. La unión del matrimonio, ese es un pacto que se hace, y eso es lo mismo que en términos espirituales como esposo, Dios, e Israel como esposa de Dios; por eso encontramos a través de Isaías, Jeremías, Ezequiel, y otros profetas, que Dios dice a Israel: “Yo soy tu marido.” Y por eso en una ocasión en Jeremías, capítulo 3, verso 8 por ahí, dice que le dio carta de repudio, de divorcio, a Israel, o sea, al reino del Norte compuesto por las diez tribus por causa de la infidelidad en donde ellos se tornaron a dioses ajenos, y eso es infidelidad a Dios, que es su marido.     Y ahora, encontramos esos términos hablados por Dios reclamándole a Israel y también reclamándole al reino del Sur, al reino de Judá, de lo mismo en Jeremías 3 y otros lugares de Jeremías, y también reflejado en Oseas, capítulo 1, versos 1 al 11, Israel representado en la esposa de Oseas, y Dios representado en Oseas; y luego les habla en Oseas mismo, que va nuevamente a casarse. Vamos a ver… Oseas está después de Daniel, dice en Oseas 2, verso 19 en adelante dice:     “Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.     Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.     En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;     Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.”     Esto nos habla de que Dios nuevamente se unirá a Su pueblo, y Su pueblo a Dios, y esto está ligado al Reino del Mesías, es por medio del Mesías Príncipe que vendrá esa boda, ese casamiento del Mesías con Israel para el Reino terrenal.     Pero el Reino celestial corresponde al pueblo celestial que es la Iglesia del Señor Jesucristo, y se unirán en la Tierra en el Reino del Mesías, el Reino celestial, conforme a la oración de Cristo que enseñó a Sus discípulos en el capítulo 6, verso 10 en adelante de San Mateo, cuando les dice: “Ustedes…” cuando ellos pidieron que les enseñara a orar, Él les dice: “Ustedes orarán así: Padre nuestro que estás en los cielos, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el cielo también en la tierra,” pidiendo la venida del Reino de Dios.     Recuerden que el Reino de Dios, cuando está en la Tierra, como en el tiempo de David y el rey Salomón, era el Reino de Dios terrenal, el Reino de David; y el Trono de Dios terrenal, el Trono de David. Ese Reino terrenal y Trono terrenal es la representación del Reino celestial y del Trono celestial.     Cristo, cuando subió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios luego que resucitó de entre los muertos y subió al Cielo, se sentó en el Trono de Dios como Él lo había dicho, se sentó a la diestra de Dios, se sentó y todo poder le fue dado en el Cielo y en la Tierra; Él mismo lo dice en San Mateo, capítulo 26, verso 54, que verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y también San Marcos lo dice por ahí por el capítulo 14, verso 61 al 66, y Esteban cuando lo apedrearon, lo estaban apedreando, y vio el Cielo abierto y a Jesucristo sentado a la diestra de Dios.     Cristo se sentó con Su cuerpo glorificado en el Trono de Dios, la primera ocasión en que un cuerpo físico glorificado se sienta en el Trono de Dios. Esto es sencillo, porque en el Trono de Dios estaba sentado el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, y por eso siempre que el poder de Dios era manifestado en la tierra, ahí aparecía el Ángel del Pacto en la Columna de Fuego, vestido de gloria.     ¿Y por qué es el que estaba sentado en el Trono? Porque el Ángel del Pacto, ese cuerpo angelical teofánico, es la imagen del Dios viviente. “Nadie jamás ha visto a Dios (dice la Escritura), el unigénito hijo que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer, Él le ha declarado.”     O sea, el Ángel del Pacto que es llamado también el Hijo de Dios, que salió de Dios, y que es la primera forma que se vio de Dios, ese Ángel del Pacto, la Columna de Fuego, y ahí fue formándose Dios en cuanto a una forma visible, salió del mismo Dios, no fue creado, sino que salió del mismo Dios esa forma visible, y ese es el Verbo que era con Dios y era Dios y que es antes de todas las cosas y que es el Unigénito y también el Primogénito; es antes que todas las cosas, y en Él fueron creadas todas las cosas, y por medio de Él Dios creó los Cielos y la Tierra.     Es que siendo la imagen del Dios viviente, es el cuerpo angelical de Dios, la imagen de Dios, y luego siempre cuando aparecía en Su Trono sentado como lo vio allá en la visión o sueño de la escalera que vio Jacob, por ahí por el capítulo 28 del Génesis, verso 11 en adelante (11 al 28), cuando lo vio, dice que vio a Dios sentado sobre Su Trono, y la Escritura dice que a Dios nadie le vio jamás.     Entonces si nadie vio jamás a Dios, y Jacob está diciendo que vio a Dios sentado en Su Trono, ¿a quién vio? Vio el cuerpo angelical de Dios, ¿y Dios dónde estaba? Dentro de ese cuerpo angelical, como usted y yo estamos dentro del cuerpo físico, porque el cuerpo físico es una casa terrenal donde vivimos para comunicarnos con las otras personas, y en ese cuerpo angelical era que Dios aparecía a diferentes personas, y las personas decían que vieron al Ángel de Dios, y decían: “Hemos visto a Dios cara a cara.” En el capítulo 32 también, del verso 24 al 32, Jacob vio a Dios cara a cara cuando vio al Ángel con el cual luchó y no lo soltó hasta que recibió la bendición de Él.     Y Manoa, en el capítulo 13 del libro de los Jueces, vio al Ángel de Dios, al Ángel del Pacto, no sabía que era el Ángel de Dios, o sea, que no sabía que era la imagen del Dios viviente, no sabían que era el Ángel del Pacto, no sabían que era el cuerpo angelical en el cual estaba Dios, pero cuando lo supo, el susto que pasó lo hizo pensar que iban a morir él y su esposa porque habían visto a Dios cara a cara.     Y Dios le había dicho al profeta Moisés en la ocasión en que Dios iba a destruir al pueblo por causa del becerro de oro que habían hecho, y pide misericordia para el pueblo, y Dios se la concede, y cuando se la concede, Moisés quería ver a Dios y le dice que le mostrara Su gloria; capítulo 33 del Éxodo, verso 18 en adelante dice… esto es un pasaje muy importante, vamos a leer un poquito antes, verso 12 en adelante del capítulo 33 dice, del Éxodo:     “Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos (¿ven? Moisés hablaba cara a cara con Dios).     Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.     Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.     Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.     ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?     Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre (si Moisés hallaba gracia en los ojos de Dios, esa gracia se extendía al pueblo, si Moisés no hallaba gracia delante de Dios, el pueblo era destruido).     El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.     Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.     Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.     Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña (y recuerden que la peña tipifica a Cristo);     y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.     Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”     Y cuando pasa ¿qué ve? primero ve que Dios está pasando, escucha la Voz de Dios proclamando el Nombre de Dios, y luego, cuando ha pasado, ve las espaldas de un hombre que va caminando.     ¿A quién vio? Vio al Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, en el cual iba Dios, en el cual camina Dios, desde que salió de Dios, Dios ha estado en Él; estaba en Él, salió de Dios, y ahora Dios entró a Él y en Él camina todo el tiempo, y más adelante… eso es la imagen de Dios, por eso Dios dijo que: “Hagamos al hombre conforme a nuestra imagen y semejanza,” (capítulo 1 y 2 del Génesis). Capítulo 1, verso 26 al 28, dice:     “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.”     O sea, son dos cosas: imagen, que es cuerpo angelical, y semejanza: cuerpo físico visible de esta dimensión terrenal para comunicarse físicamente con las personas, y poder comer, y así por el estilo, y trabajar también:     “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.     Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”     ¿Y qué pasó con la semejanza? Eso está para más adelante en el capítulo 2, y ya el hombre con la imagen, el hombre está con el cuerpo angelical: alma viviente dentro de un cuerpo angelical, y ya está como Dios, a imagen de Dios. Luego más adelante en el capítulo 2, verso 7, dice:     “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”     Ahí le da la semejanza física, y entra Adán con su cuerpo angelical dentro del cuerpo físico que Dios le creó del polvo de la tierra; le formó del polvo de la tierra un cuerpo físico, y entró Adán y ahí entonces podía trabajar, labrar el Edén, y podía comer. Antes de eso no podía ni trabajar ni nada, porque con el cuerpo angelical no puede ni es para estar trabajando en el campo, él guiaba a los animales a través de esa manifestación en el cuerpo angelical, en la forma de una luz se movía y dirigía los animales, gobernaba sobre ellos.     Pero luego cuando le da Dios el cuerpo físico de carne, ya desde el cuerpo físico de carne él se encarga hasta de ponerle nombre a todos los animales, y dirigirlo, trabajar en el Huerto del Edén también, comer de todas las frutas, de los vegetales y todo lo que le fue dado. El hombre originalmente fue creado para ser vegetariano, y volverá algún día; pero todavía no es el tiempo, por lo tanto, no hay ninguna prohibición para comer carne o cualquier otro alimento, que si hace daño la carne para algunas personas, ya eso es problema de la persona que decida qué dieta le conviene más y qué dieta desea tener.     Abraham tenía alguna dieta buena, de carne, de terneros, de ovejitas, de vacas, y también de otros animales, y también de lo que sembraban, y como vivían en sitios que es un poquito difícil para la siembra, pues tenía otras formas: animales, tomaba también leche de la vaca, hacían queso también y todas esas cosas, vivían muy bien ellos allá.     Y cuando llegó Dios en Su cuerpo angelical con los Arcángeles Gabriel y Miguel, tres varones el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, lo cual es tipo y figura de la destrucción del reino de los gentiles para el Día Postrero, por eso dice Cristo en San Lucas, capítulo 17, que será como en los días de Lot, el día en que el Hijo del Hombre se revelará, se manifestará, así será ¿qué? la Venida del Hijo de Hombre.     Y la humanidad en este tiempo está como en los días de Lot, como estaba Sodoma y Gomorra, y por eso es que encontramos muchas leyes siendo establecidas que se igualan a las leyes de esos territorios de Sodoma y Gomorra, por lo tanto, no hay que criticarlos, no hay que estar peleando con ellos, son profecías que tienen que cumplirse.     Así estaría la humanidad en este tiempo final, pues el mismo Cristo dijo que sería como en los días de Lot, que son los días de Sodoma y Gomorra, así sería el tiempo para la Venida del Hijo del Hombre, y ya el tiempo está.     La Venida del Hijo de Hombre es el evento más grande prometido para la raza humana, prometido por Dios; es el más grande, y será el más sencillo a la vista de las personas. Hay un misterio muy grande en la Venida del Hijo de Hombre, pero eso no lo vamos hablar ahora porque ese es el misterio del séptimo Sello, y todavía no debe ser abierto al público hasta que entre hasta el último escogido, hasta el último escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo como Sumo Sacerdote, y tome el Título de Propiedad, que es el Libro sellado con siete Sellos en Apocalipsis, capítulo 5, versos 1 en adelante.     Mientras tanto, el pueblo bajo el nuevo Pacto que es la Iglesia del Señor Jesucristo, ha estado en una trayectoria desde el Día de Pentecostés hacia acá, moviéndose no solamente entre los judíos, sino entre los gentiles también, dentro de los cuales también ha estado llamando personas como individuos, porque en la Iglesia del Señor Jesucristo no se entra a formar parte de ella como pueblo, como parte del pueblo de una nación, es como individuos que Dios está formando ese pueblo, no con naciones. La Iglesia del Señor Jesucristo está compuesta no por naciones, sino por individuos.     Y ahora, encontramos que por esa causa es que hay judíos y gentiles que son parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Nació y comenzó con judíos o con hebreos, porque hebreos cubre los que son del reino del Sur, llamado reino de Judá, del cual viene el nombre judíos, que vino más adelante, cuando Moisés los libertó no se llamaban judíos, sino hebreos.     Y también se le dice Israel, israelitas, pero judíos no se les llamaba hasta cierto tiempo después en el reino ya de diferentes reyes, más adelante; eso lo buscaremos después en otra ocasión y les hablaremos acerca del tiempo en que comenzaron a llamarse judíos todos los hebreos.     Y ahora, en la trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana, el pueblo de Dios bajo el nuevo Pacto, esa es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora han venido a ser pueblo de Dios, y por consiguiente son el pueblo que pertenece al Reino celestial.     El mismo Cristo dice a los creyentes en Él, en Su ministerio terrenal, Él dice: “No temáis manada pequeña porque al Padre le ha placido daros el Reino” (eso está por ahí por San Lucas, lo pueden conseguir luego, y debe ser San Lucas… San Lucas no, tengo marcado por aquí pero no tengo exacto el lugar, puede ser el 7:27 ó 14:22 de San Lucas), y ese Reino es del mismo que Cristo les habla en San Mateo, capítulo 21, verso 43, en Su entrada triunfal hablando con los judíos, les dice: “El Reino de Dios será quitado de vosotros y dado a gente que produzca los frutos de él.”     Los frutos del Reino de Dios son hijos e hijas de Dios, por lo tanto, a la Iglesia del Señor Jesucristo le fue dado el Reino de Dios, a los creyentes en Cristo, y han entrado al Reino de Dios por medio de nacer de nuevo como le dice Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, versos 1 al 6, cuando le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Y también encontramos en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, que San Pablo dice:     “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;     el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya…”     O sea, para que sea igual a Su cuerpo glorificado, para que tengamos un cuerpo glorificado como el que Él tiene, eso será la transformación para los creyentes en Cristo que vivirán en este tiempo final y permanecerán vivos hasta la Venida del Señor, y para los que murieron, creyentes en Cristo, resucitarán en cuerpos glorificados como el cuerpo glorificado que Jesucristo tiene, el cual está tan joven como cuando resucitó y subió luego al Cielo. Está representando de 18 a 21 años de edad, así me van a ver ustedes algún día, y cuando yo los mire a ustedes, también los voy a ver jovencitos de 18 a 21 años de edad en apariencia.     Así será el cuerpo nuevo, glorificado, para todos los creyentes en Cristo, porque ese pueblo de Dios bajo el nuevo Pacto pertenece a una nueva raza, por eso dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es,” y por consiguiente pertenece a una nueva raza de la cual Jesucristo es la cabeza, el primero; y por medio de Cristo a través de la unión con Su Iglesia se ha estado reproduciendo en muchos hijos e hijas de Dios, y por consiguiente esa es la familia de Dios, la descendencia de Dios, y son los miembros de la realeza celestial, al ser hijos e hijas de Dios, que es el Rey del universo, pues ¿qué son? príncipes y princesas todos los creyentes en Cristo, y Cristo es el Príncipe de Paz que está sentado en el Trono celestial, heredó el Trono celestial.     Ese era el Trono que estaba en disputa, recuerden que Cristo habla de ese Reino, de ese Trono, y Él obtuvo la victoria, y el que obtiene la victoria es el que se sienta en el Trono, y es el que recibe todo el poder que le confiere el Trono celestial, por eso Él dijo: “Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra” (San Mateo, capítulo 28, verso 16 al 20).     Y ahora, los creyentes en Cristo, por ser los miembros de ese pueblo de Dios celestial que es la Iglesia del Señor Jesucristo, también cuando sean transformados tendrán todo el poder como Cristo lo tiene al estar transformado; al estar sin transformar también tienen el poder, pero están limitados por una cosa: el poder de Dios lo tiene cada persona, pero solamente puede ser manifestado en la persona a medida que la fe la usa; si tiene poca fe para usarla, entonces poco del poder de Dios puede ser manifestado en la persona. Por eso cuando Cristo baja del Monte de la Transfiguración en el capítulo 17, versos 10 en adelante, y en otras ocasiones cuando maldice la higuera, y se secó, ellos preguntan por qué ellos no pudieron sacar fuera el espíritu malo, el demonio de epilepsia que estaba en el muchacho.     Cuando Cristo baja en el Monte de la Transfiguración, ve un grupo de personas, una multitud allí y los discípulos en medio de ellos, y ellos tratando de echar fuera un demonio de epilepsia de un jovencito; el papá del joven lo llevó a los apóstoles porque ellos sabían que ellos habían orado por los enfermos o echado fuera demonios, habían resucitado muertos, y ahora no podían sacar fuera ese espíritu malo que atacaba a ese muchacho, se manifestaba en ese muchacho, caía al suelo, y algunas veces lo echaba al fuego o a otro lugar. Si había un río, pues lo echaba al río ese espíritu; como hizo con los cerdos aquella legión de espíritus malos en Gadara, cuando Jesús les permitió entrar a esos cerdos, que eran como dos mil.     Es que si eran judíos no podían tener cerdos, así que estaban violando los decretos divinos, así que no podían reclamar que perdieron tanto, ellos estaban fuera de la ley divina, esos fueron los espíritus que salieron del que estaba loco o endemoniado, y que por los cementerios, sepulcros, se pasaba, y si lo amarraban con cadenas rompía las cadenas, era la fuerza de esos espíritus malos.     Ahora, cómo será el poder de Dios en una persona, el ejemplo lo tenemos en Sansón, era el poder de Dios cuando se manifestaba que superaba ese poder. Y también en David, cuando mataba leones y mataba osos, ya estaba ungido para ser rey, y cuando mató a Goliat también. Así que esa piedra que tiró, iba con el poder de Dios, iba a una velocidad que ni la vio el gigante.     Y ahora, encontramos que este pueblo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, tiene una trayectoria que puede ser identificada por sus diferentes etapas por las cuales ha pasado. Entre los gentiles, digamos siete etapas, siete edades, y ya esas siete edades han llevado a cabo su labor, sus mensajeros vinieron y se fueron.     Para cada edad Dios ha tenido un mensajero en el cual se ha manifestado Dios, porque la trayectoria del pueblo de Dios está acompañada por Dios en medio de Su Iglesia, en medio de Su pueblo, velado y revelado a través del mensajero de cada edad, a través del cual trae el mensaje para cada edad. Eso es Dios por medio del Ángel del Pacto, por medio de Su Espíritu en el mensajero de cada etapa, de cada edad.     Han sido reunidos en cada edad los escogidos correspondientes a cada etapa de la Iglesia, y ahora, ¿dónde nos encontramos? En la parte más importante, la Edad de Oro de la Iglesia, la edad que corona la Iglesia, la Edad de la Piedra Angular. Estamos paralelos al tiempo de la primera Venida de Cristo, que fue una etapa o Edad de Piedra Angular del pueblo de Dios, del pacto que Dios le dio en el monte Sinaí, en donde le dio la Ley y ordenanzas para todo Israel.     Y ahora, el pueblo del nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Pacto nuevo, cubiertos con la sangre, no de animalitos, sino con la Sangre de Cristo nuestro Salvador, que es la Sangre del nuevo Pacto y del Pacto eterno por consiguiente, conforme a Hebreos, capítulo 13, versos 20 al 21 que dice: “Por la Sangre del Pacto eterno, la Sangre de Cristo.”     No hay otra sangre, ni habrá otra sangre que limpiará al ser humano de todo pecado, y ya no hay sacrificios de animalitos por el pecado de las personas, cualquier otra forma vendría a ser como el sacrificio o la ofrenda que presentó Caín. Pero la que presentó Abel fue de sangre, de un corderito sacrificado, presentado ante Dios, que es tipo y figura de Cristo como el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo.     Y ahora, viendo la trayectoria del pueblo hebreo en el Programa Divino, podemos ver cómo sería la trayectoria del pueblo de Dios bajo el nuevo Pacto, la trayectoria de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque en el pueblo hebreo se refleja la Iglesia del Señor Jesucristo. Israel, el pueblo hebreo bajo el pacto que estableció Dios en el monte Sinaí por medio del profeta Moisés para el pueblo hebreo, es el tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo.     Ya se pasó de la Dispensación de la Ley a la Dispensación de la Gracia, por lo tanto ya se pasó de los tipos y figuras a la realidad, a lo que estaba reflejándose en Israel como pueblo; siendo la sombra, cuando llega lo que causa esa sombra, desaparece la sombra y se queda la realidad. Estamos en la realidad en donde Dios está llamando y juntando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre y por consiguiente tiene el Nombre del Señor Jesucristo.     Luego, cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo y Cristo salga del Trono de Intercesión y haga Su Obra de Reclamo, ya no habrá más oportunidad para recibir a Cristo como Salvador, y aunque lo hagan, ya no tendrá el efecto que tiene mientras Cristo esté en el Trono del Padre como Sumo Sacerdote, porque ya no habrá Sangre que los limpie de todo pecado y por consiguiente tendrán que pasar por la gran tribulación.     Cuando venga una etapa en donde la Iglesia del Señor Jesucristo va a ser perseguida y oprimida, ahí la Iglesia va a buscar más a Dios, ahí los cristianos van a buscar más a Dios, el poder de Dios va a ser manifestado en toda Su plenitud, pero ya no habrá tiempo de misericordia para la humanidad.     Para ese tiempo, aunque reciban a Cristo como Salvador, tendrán que pasar por la gran tribulación, y serán parte de las vírgenes insensatas o vírgenes fatuas de San Mateo 25, versos 1 al 13. Pero para ese tiempo ya estará completada la Iglesia del Señor, las vírgenes prudentes ya habrán entrado con Cristo a las bodas, y la puerta se habrá cerrado.     O sea, que las vírgenes prudentes recibirán a Cristo en Su Venida y entrarán con Él por la puerta, que es Cristo, Cristo en Su primera Venida y segunda Venida sigue siendo la puerta de la Casa de Dios, de la Familia de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; casa ahí significa familia.     Y ahora, es importante saber que Dios va a tratar nuevamente con el pueblo hebreo en la segunda parte de la semana número setenta, que son tres años y medio, de los cuales todavía ningún año de esos se ha cumplido, son tres años y medio que faltan, y comenzarán a correr, comenzarán esos tres años a cumplirse, cuando la Iglesia del Señor Jesucristo esté transformada, los muertos en Cristo resucitados y listos para irnos, o ya en la Cena de las Bodas del Cordero, y entonces los juicios de la gran tribulación caerán sobre la raza humana.     Los ministerios de los dos Olivos, de Moisés y Elías, son ministerios muy importantes, y el ministerio de Cristo nuevamente también estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, son los tres ministerios señalados para ser manifestados en la Iglesia del Señor Jesucristo en el tiempo final en el Día Postrero en la etapa correspondiente a nuestro tiempo, que es la Edad de Oro de la Iglesia, la Edad de la Piedra Angular, la edad o etapa más importante de la Iglesia que es la edad o etapa para la adopción, o sea, para la transformación, la redención del cuerpo. Eso corresponde al pueblo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo en medio de la raza humana en su trayectoria, la trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana.     Las cosas correspondientes a esta etapa son las más misteriosas del Programa Divino, pero están en la Escritura, y esas Escrituras, a medida que van siendo vivificadas, o sea, cumplidas, serán la luz del pueblo y para el pueblo en la Iglesia, en la etapa correspondiente en la cual vivimos, y esa será la interpretación que Dios le da a lo que Él ha prometido, porque nadie puede poner otra interpretación, sino la que Dios le da. La Palabra vivificada, o sea, hecha realidad, es la interpretación de cada promesa divina.     Esa es la forma en que Dios la interpreta, es así para todas las promesas que fueron dadas a través de toda la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y para las promesas o visiones que fueron dadas por el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham.     Algunos se preguntarán: “¿Cómo será? ¿Qué significará tal cosa que fue dicho en tal pasaje de la Biblia o dicho por el reverendo William Branham?” Despreocúpese de eso, lea, y créala, y cuando se cumpla, usted sabrá cuál es la interpretación; esa es la interpretación de Dios, porque Dios es Su propio intérprete, y la interpretación, que es el cumplimiento de esa promesa, será la luz de esa promesa. Ya usted la leerá con luz, la verá hecha realidad.     Es como las promesas de la Venida del Mesías como Cordero: cuando Juan vio a Jesús, ¿qué vio? Esa promesa, la Palabra hecha carne, hecha realidad, y dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Así será con toda promesa, con toda Escritura que ha sido dada para el pueblo. Cuando veamos su cumplimiento, entonces miraremos la Escritura, y diremos: “Esto es tal cosa, tal visión, tal profecía,” y así por el estilo.     Cuando nos veamos transformados, diremos: “Eso es lo que fue dicho, los muertos en Cristo resucitarán primero y nosotros los que vivimos seremos (¿qué?) transformados, esto es la transformación.” y en cuerpos inmortales, cuerpos glorificados, cuerpos eternos, iguales al cuerpo eterno, inmortal, joven y glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.     Esa es una bendición grande para la Iglesia del Señor Jesucristo, esta es para el pueblo de Dios bajo el nuevo Pacto, que es el que está esperando esa promesa, cree esa promesa y la está esperando, y algún día se va a hacer realidad cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo, cuando se complete el pueblo de Dios en medio de la familia humana, de la raza humana, en su trayectoria. En su trayectoria cada etapa de la Iglesia se ha ido cumpliendo en cierto territorio y de ahí se ha extendido esa etapa para otros territorios.     Y hay un territorio para cumplirse la etapa de la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Oro de la Iglesia, la edad para la adopción, y ahí estarán los creyentes en Cristo recibiendo la revelación divina por medio de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, que es la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia en forma consecutiva en este tiempo final, hablándole a Su pueblo, Su Iglesia, en medio de la raza humana.     Y en la trayectoria de la Iglesia del Señor Jesucristo los que les toque ser parte de esa etapa, de esa Edad de Oro de la Iglesia, tendrán la bendición gloriosa de obtener la revelación divina, mantener su fe en lo que Dios ha prometido, obtener la fe para ser transformados y raptados, que girará alrededor del séptimo Sello, alrededor de la segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, y esa fe subirá al máximo, será el tiempo en donde la fe de los creyentes en Cristo, del pueblo de Dios, subirá a tal grado que serán transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.     La fe viene por el oír la Palabra, y con el corazón se cree. Por lo tanto, oyendo la Palabra, que es escuchando la gran Voz de Trompeta, el mensaje del Evangelio del Reino juntamente con el mensaje del Evangelio de la Gracia, la fe subirá a tal grado que se hará posible, se hará realidad, la promesa de la resurrección de los muertos creyentes en Cristo y la transformación de los que vivimos. Todo eso lo hará Cristo, el cual lo ha prometido, y nosotros recibiremos el beneficio de todas esas promesas que Cristo ha hecho para Su pueblo, el pueblo de Dios, en su trayectoria en medio de la raza humana.     En el Oeste tiene que surgir una manifestación grande, la manifestación más grande en medio del Cristianismo, y eso es para el Día Postrero, para el tiempo de la tarde, que es donde se pone el sol, y el sol se pone siempre en el Oeste.     Vean, la misma naturaleza nos dice dónde, hacia dónde es el final de la trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana, y el pueblo que estará en ese territorio y será creyente en Cristo formando parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, obtendrá todo ese conocimiento y la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, estarán escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo, la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, dándonos a conocer todas estas cosas que han de suceder en este tiempo final, estarán escuchando la Voz del Espíritu Santo.     Por lo tanto, es importante conocer estas cosas para saber dónde estamos en la trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana, y entonces podrán decir: “Las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos y grande es la heredad que nos ha tocado,” y estar agradecidos por haber nacido y vivir en el territorio que Él nos ha colocado.     Hay personas que tienen un sueño: puede ser el sueño alemán, o el sueño inglés o el sueño francés, de irse a esos países, o el sueño americano, de irse a alguno de esos países para vivir allá y tener todas esas bendiciones, esos beneficios de conseguir empleos en los cuales gane mucho para tener mejor la familia, y por eso algunos se van y hasta pierden la vida tratando de entrar en forma indocumentada, lo cual no debe hacerse, porque no tiene ninguna garantía, y por consiguiente va a tener problemas la mayor parte en este tiempo final, y más en este tiempo.     Ahora, los creyentes en Cristo no miran sino la bendición que Dios tenga en el lugar que les ha tocado vivir, ¿y saben ustedes cuál es el sueño de los creyentes? La Venida del Señor, la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que vivimos, para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y se tiene que materializar cada promesa que Él ha hecho con relación a la resurrección, la transformación, y rapto o arrebatamiento de la Iglesia. Donde se cumpla, habrá un sinnúmero de detalles que estarán siendo vivificados, siendo hechos una realidad.     Por lo tanto, hay cosas que no se cumplieron en otros tiempos pero se van a cumplir en este tiempo, en la etapa que corresponde a nuestro tiempo en la trayectoria de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque ahí es donde están las bendiciones de Dios, porque es la Iglesia la que está dentro del nuevo Pacto, cubierta con la Sangre del nuevo Pacto que es la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario, y la vida de la Sangre es el Espíritu Santo.     Por lo tanto, en la trayectoria del pueblo de Dios en medio de la raza humana, nos ha tocado, para mí la mejor parte, y para ustedes también les ha tocado la mejor parte del Programa Divino, por lo cual estamos agradecidos a Dios por esa bendición tan grande que nos ha dado.     Todavía Él sigue llamando los que faltan para completar Su Iglesia, porque Él no puede salir del Trono del Padre, donde está como Sumo Sacerdote haciendo intercesión con Su Sangre por todos los escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que interceda por ellos, hasta que lo reciban como Salvador.     Por lo cual, si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado y pueda ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, en donde nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.     El bautismo en agua en el Nombre del Señor es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. El bautismo en agua es tipológico, simbólico; por eso nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando lo recibimos como Salvador, morimos al mundo, cuando nos sumergen en las aguas bautismales el ministro, estamos siendo sepultados tipológicamente, y cuando nos levantan de las aguas bautismales, estamos resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.     Por lo tanto, conscientes de que el bautismo en agua es tipológico y no quita los pecados, sino que es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo.     El mismo Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán; cuando Juan estaba bautizando vino Jesús desde Galilea, bajó desde Galilea hasta donde estaba Juan en el Jordán en Judea, y entró a las aguas bautismales, fue bautizado por Juan. Juan no lo quería bautizar, lo conocía, era su primo según la carne, y probablemente cuando niños habían hablado y jugado quizás porque las familias se visitan, y María, la virgen María era parienta de Elisabet, vivía en las montañas de Judea.     Y cuando supo que estaba embarazada Elisabet y tenía seis meses, el Ángel Gabriel se lo dijo en el capítulo 1, versos 30 al 36 de San Lucas, fue allá y le contó la visita del Ángel Gabriel y lo que le dijo acerca de ella, de Elisabet, que estaba embarazada y ya tenía seis meses, y en cuanto a lo que le dijo de que el Espíritu Santo haría sombra sobre María, y concebiría, y tendría, daría a luz un niño, y le pondría por nombre Jesús, y Él salvaría a Su pueblo de sus pecados, y Dios le daría el Trono de David su Padre y reinaría sobre Israel para siempre.     Todo eso se lo contó después, y por eso María supo que el Ángel que le apareció a ella fue el Ángel Gabriel, porque era el Ángel que le había aparecido al esposo de Elisabet, o sea, al sacerdote Zacarías, y al sacerdote Zacarías se le identificó como Gabriel, y por lo que hablaron, entonces Zacarías le dijo: “Es el mismo Ángel que me apareció a mí,” de seguro le contó cómo era y todas estas cosas, y entonces… y María también le contó que le había dicho que Elisabet estaba embarazada y ya tenía seis meses de embarazo, así que ya sabía quién era el Ángel que le había aparecido.     El Ángel Gabriel anunció la primera Venida de Cristo, el Ángel Gabriel anunciará la segunda Venida de Cristo, y eso lo vamos a dejar quietecito para otra ocasión, para mostrar cómo es que eso se lleva a cabo.     Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, en otros países también pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos los que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.     La persona más importante que ha pisado este planeta Tierra es el Señor Jesucristo; es nada menos que el cuerpo físico de Dios, es el velo de carne de Dios. Cristo decía: “El Padre que mora en mí, Él hace las obras,” Él decía: “El Padre y yo una cosa somos,” y decía: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre,” (San Juan, capítulo 10, verso 30; San Juan, capítulo 14, verso 6 en adelante y otras Escrituras como en el capítulo 15 o capítulo 16 de San Juan también).     Es que era nada menos que el Verbo hecho carne, el cuerpo angelical de Dios hecho carne ahora, teniendo también un cuerpo de carne llamado Jesús, y por consiguiente, Dios dentro del cuerpo angelical entró al cuerpo de carne llamado Jesús, y por eso en Cristo estaba la plenitud de Dios, la plenitud de la Divinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. En Él moraba el Padre, y decía: “El Padre mayor es que Yo,” así como lo mayor que hay en usted, lo más importante es su alma, así lo más importante en Cristo es el Padre. Y luego el cuerpo angelical, llamado el Ángel del Pacto, y luego el cuerpo de carne que murió en la Cruz del Calvario al tomar nuestros pecados.     Cristo es la persona más importante, es el cuerpo en el cual Dios mora y morará eternamente. Cristo es el Ángel del Pacto, ahora con un cuerpo de carne glorificado también, y en Él está Dios, Cristo se sentó en el Trono del Padre, y algunas personas piensan: “Entonces hay dos sentados en el Trono.” No, hay uno solo, ¿Dios dónde está? En Cristo, dentro del cuerpo glorificado está Dios con Su cuerpo angelical, y por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, gobierna los Cielos y la Tierra, “todo poder me es dado en el cielo y en la tierra,” dijo Cristo, San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20.     Y Él está en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, el mismo Ángel del Pacto que guió al pueblo hebreo está con Su pueblo del nuevo Pacto en la trayectoria de Su pueblo en medio de la raza humana, Él dijo: “Donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estaré Yo.”     Ya estamos listos para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo y están aquí presentes o en otras naciones, por lo tanto, con nuestros rostros inclinados y nuestras manos levantadas al Cielo y nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos:     Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti juntamente con todas estas personas que te han recibido como único y suficiente Salvador, te ruego los recibas en Tu Reino.     Y ahora, repitan conmigo esta oración:     Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi alma, en mi corazón. Creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio único de Expiación por nuestros pecados.     Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo en que podemos ser salvos. Te ruego Señor me perdones y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mí el nuevo nacimiento y se haga realidad la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario.     Señor, te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo. Amén.     Padre, gracias por recibir a estas personas que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador, los encomiendo en Tus manos en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.     Y ahora, ustedes me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Porque Cristo dijo:     “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).     Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo, porque con Él estaremos como Él nos ha prometido en Su Palabra; y nos veremos ya el próximo domingo Dios mediante, o próximo domingo ya sea en persona o por internet o por video o por satélite, como siempre lo he dicho: en una forma o en otra estaremos siempre viéndonos, y manteniendo compañerismo alrededor de la Palabra de Dios.     En los demás países también pueden ser bautizados los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, y que Dios les bendiga, les guarde y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y también nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de Cristo, en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.     Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez para que les indique cómo hacer para ser bautizados, y en cada país dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma. Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo, y les sigo diciendo siempre: tengan una feliz Navidad y un próspero Año nuevo 2012.     Con ustedes el reverendo José Benjamín Pérez, y en cada país el ministro correspondiente.     “LA TRAYECTORIA DEL PUEBLO DE DIOS EN MEDIO DE LA RAZA HUMANA.”

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