Nuevas de gran gozo para todo el pueblo

Les reitero mis felicitaciones a todos ustedes en este día de Navidad en que estamos reunidos aquí en Puerto Rico y ustedes que están en otras naciones, ministros y sus congregaciones. Que la paz de Cristo sea sobre todos ustedes y sobre mí también.

Agradezco a todos los coordinadores y voluntarios el apoyo que han dado a la campaña: «Alcemos Nuestra Voz: Paz en Tierra Santa.» Como parte de nuestros esfuerzos por conseguir la paz en Tierra Santa, creemos muy importante rememorar la Shoah a fin de mantener presente en la memoria de la humanidad que el odio y la intolerancia son terribles caminos que no deben correrse de nuevo.

Es por ello que el día domingo 22 de enero del 2012, estaremos en el evento en conmemoración internacional de las victimas del holocausto, en Bogotá, Colombia, y el Gran Rabino de Israel Yona Metzger,también estará con nosotros compartiendo en ese evento.»

Y veamos una grabación en donde el Gran Rabino nos da un saludo y confirma que estará en esa actividad en Bogotá el próximo mes de enero del 2012; ya lo vieron y lo volverán a ver hablando en estos momentos. Adelante… [proyección del saludo].

Era corto, pero ahí confirma que estará en Bogotá, Colombia, el día 22 de enero en la conmemoración de la Shoah, y luego en otras actividades en los días siguientes.

«En ese evento de la conmemoración de la Shoah tendremos invitados importantes del ámbito religioso, figuras académicas, políticas, y militares de la vida nacional. Todos los coordinadores de la campaña de cada país están invitados para estar también con nosotros en ese evento allá en Bogotá, Colombia. Ya se les enviará un comunicado en donde se les dará a conocer más detalles.

El lunes 23 será una ceremonia privada en el Palacio de San Carlos, Sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, con invitación al excelentísimo señor presidente Juan Manuel Santos, embajadores, ministros del Despacho, senadores y otros miembros del área gubernamental.

A todos ustedes allá en Colombia, gracias por la labor que están haciendo para ese evento allá con el Gran Rabino y todos los invitados, sea un éxito más en nuestro esfuerzo por la paz en pueblos y naciones, y nos estaremos viendo en esos días de esas actividades allá en Bogotá, Colombia.»

Y ahora, leemos en San Lucas, capítulo 2, versos 1 en adelante, que nos habla del nacimiento de Cristo Jesús allá en Belén de Judea, y dice así la Escritura:

«Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.

Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.

Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.

Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.

Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.

Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.

Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.»

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

«NUEVAS DE GRAN GOZO PARA TODO EL PUEBLO.» O sea, nuevas noticias de gran gozo para todo el pueblo. Ese es nuestro tema para esta ocasión.

Este acontecimiento histórico que nos narra San Lucas en el capítulo 2, sucedió en Belén de Judea, en Israel. Es el evento más grande del nacimiento de un niño en este planeta Tierra, porque es el nacimiento del Mesías Príncipe en este planeta Tierra. Esto fue profetizado en los tipos y figuras y también en otras formas en la Escritura, dadas por el Espíritu Santo a Sus profetas.

Por ejemplo, cuando nos dice en Génesis, capítulo 3, verso 15, que la simiente de la mujer herirá en la cabeza al maligno, a la serpiente, esto está hablando de la Venida del Mesías. Capítulo 3, verso 15, dice:

«Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.»

Esto es lo que le dice Dios a la serpiente que engañó a Eva. La simiente de la mujer sería el Mesías, el cual vendría por medio de una mujer, y en los diferentes tipos y figuras encontramos también esas profecías. Por ejemplo cuando se habla del cordero pascual que fue sacrificado allá en Egipto por cada jefe de familia, cada cabeza de familia, cada padre de familia, para la preservación de la vida de los primogénitos que vivían en esa casa, ese cordero pascual, que preservaría la vida de los primogénitos, tipifica al Mesías viniendo como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo.

Por eso San Pablo dice: «Porque nuestra pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.» (Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7). Y cuando Juan el Bautista vio a Jesús dijo: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.»

Tanto el sacrificio del cordero pascual que fue efectuado en Egipto por cada familia hebrea para la preservación de la vida de los primogénitos que estaban en esos hogares y su sangre aplicada en el dintel y los postes de los hogares, tipifica a Cristo muriendo como el Sacrificio para la preservación de la vida de los primogénitos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero que vendrían a formar la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y también todos los demás sacrificios que el pueblo hebreo efectuaba, tanto por la paz como también para la reconciliación de cada persona y del pueblo con Dios, como el sacrificio de Expiación por el pecado, de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29 que se efectuaba el día diez del mes séptimo de cada año, también tipifican a Cristo, el Mesías, muriendo por el pecado de Su pueblo y de todo ser humano.

Esas son promesas de la Venida del Mesías en los tipos y figuras en esas fiestas que efectuaba el pueblo hebreo desde la antigüedad, y que todavía las efectúan aunque con algunas variaciones.

También en profecías más abiertas, ya no en tipo y figura, también encontramos la promesa de la Venida del Mesías. En Isaías, capítulo 7, verso 14, dice:

«Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.»

Esa profecía tiene su pleno cumplimiento en el Mesías naciendo a través de una joven virgen descendiente del rey David y por lo tanto siendo de la tribu de Judá. Ahí nos da más luz acerca de la Venida del Mesías, y por esa causa en San Mateo nos dice, por el capítulo 1, verso 18 en adelante:

«El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo…»

Ese es el verso 18, y sigue diciendo el verso 19 en adelante:

«José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David…»

¿Por qué le dice: «José, hijo de David»? Porque José es descendiente del rey David, y por lo tanto es un príncipe, así como María es una princesa, aunque eran pobres, pero la pobreza no quita el título que tenga una persona:

«José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»

Aquí el Ángel le da el nombre que le tiene que poner al niño que ha de nacer, así como también lo había dado a la virgen María el nombre que le tenía que poner en el verso 31 de San Lucas, capítulo 1, ahí el Ángel le da el nombre también:

«Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

Ese es el Arcángel Gabriel hablándole a la virgen María. Sigue diciendo en San Mateo… sigue diciendo, el verso 22 dice:

«Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,

Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.» Ese niño que nacería sería: Dios con nosotros, Emanuel, que significa: «Dios con nosotros.»

Y ahora, le había dado el nombre: Jesús, pero Jesús, que es el nombre que le pondría al niño, Jesús sería: Dios con nosotros, Dios visitando a Su pueblo en un cuerpo de carne humana, y que sería nada menos que la semejanza física de Dios, o sea, el cuerpo físico de Dios es el cuerpo que nació a través de la virgen María y que ya está glorificado. En Él habitó la plenitud de la Divinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo estaba en Él, por eso Él decía: «El Padre y yo, una cosa somos,» y Él decía: «El Padre que mora en mí, Él hace las obras,» y también Él decía: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido.» Al decir: «Por cuanto me ha ungido,» vean, el ungido con el Espíritu Santo era Jesús, el Ungido, el Cristo, el Mesías, porque el Mesías lo que significa es: «El Ungido.»

Ahora, podemos ver esas promesas que fueron hechas en el Antiguo Testamento, por ejemplo, estas promesas que fueron dadas por el Espíritu Santo a través del profeta Isaías; veamos otra profecía importante, Isaías, capítulo 9, verso 1 el 7 dice:

«Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.

Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.

Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro…»

Este niño que nacería, ¿quién sería? El Mesías, el que nació a través de la virgen María. Eso en la primera Venida del Señor.

Pero también está la Segunda Venida de Cristo en la cual Él vendrá como León, ya no como Cordero ni como Sumo Sacerdote, sino como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores para buscar a Su Iglesia y llevarla con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora vean que este niño que es nacido es el Príncipe de Paz, y el principado estará sobre Su hombro; el principado y por consiguiente el heredero al Reino y Trono de David; por eso Dios le dará el Trono de David su Padre, dice el Arcángel Gabriel a la virgen María, porque este niño que nacería sería el que tendría el principado para heredar el Reino de David:

«…Y se llamará su nombre…»

Vean, «se llamará Su nombre…» o sea, el nombre que tendrá el Mesías será llamado «Admirable;» no que le van a poner por nombre Admirable o Consejero o Dios fuerte. En algunos países encontramos que hacen así: algunas veces le ponen el nombre de una marca de algún producto (en algunos países ya eso lo han estado corrigiendo), y en algunos países también le ponen el nombre del algún presidente de alguna nación, y entonces ya va con un nombre grande el cual él no ganó.

Ahora… ya lleva ese nombre una fama, pero no es la fama del que se lo pusieron, sino la fama de uno que lo tuvo en alguna ocasión, pero no quiere decir que esa persona va a hacer lo mismo en algún momento, a lo mejor en vez de poner en alto el nombre, lo va a desacreditar.

Ahora, vean lo que significará ese Nombre y quién será la persona que llevará el Nombre Jesús, el Nombre del Mesías, el que nacería a través de la virgen, se llamaría, esa persona con ese nombre, se llamaría Admirable; es como cuando hay un presidente en alguna nación, vean, le llaman: «El presidente,» pero ese no es el nombre de la persona, es el nombre del título que tiene la persona; es un título, y estos son títulos que describen lo que es este niño que nacería a través de una virgen judía descendiente de la tribu de Judá y descendiente del rey David, y por lo tanto sería una princesa aunque fuera pobre, y José, también un descendiente del rey David por Salomón, el hijo de David, y María descendiente del rey David por Natán, otro hijo del rey David.

Ahora, el niño que nacería a través de la virgen, este niño que Dios daría y que sería llamado Hijo de Dios, porque Dios crearía en el vientre de esa virgen esa vida, y se reproduciría célula sobre célula hasta formar el cuerpo del niño que nacería a través de la virgen de la cual habló el profeta Isaías en el capítulo 7,verso 14 de su libro.

Ahora, estos títulos describen quién y cómo es ese niño, «el principado sobre su hombro,» por lo tanto, el heredero a la corona y Trono de David y Reino de David:

«Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte…»

Sería Dios fuerte porque Dios estaría en Él, sería el velo de carne de Dios, donde Dios habitaría en toda Su plenitud, el velo de carne en el cual Dios morará eternamente, cuerpo que Él glorificó, resucitó glorificado y joven para toda la eternidad, y se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, y por eso todo poder le fue dado en el Cielo y en la Tierra, porque el que está sentado en el trono del reino es el que tiene el poder.

Y algunos piensan: «Y entonces Dios ¿dónde está? ¿Y Dios entonces le dio todo el poder a Cristo y se quedó sin poder?» no, Dios está en Jesucristo, porque Jesucristo en Su cuerpo físico, que ya está glorificado, es el velo físico, el cuerpo físico, de Dios, es la semejanza física de Dios.

Cuando veamos a Cristo en Su Venida a Su Iglesia, y cuando estemos con Él en la Cena de las Bodas del Cordero, Él podrá decir nuevamente: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre,» si lo dijo estando en Su cuerpo físico que moriría, cuerpo de carne que todavía no estaba glorificado, cuánto más al estar en Su cuerpo ya glorificado; y podrá decir, cuando estén buscando al Padre las personas, como decía uno de Sus discípulos: «Muéstranos al Padre y nos basta,» Él dirá: «El Padre mora en mí, el que me ha visto a mí, ha visto al Padre.»

Ahora continuamos leyendo aquí en Isaías, ya hemos visto que dice que será y que es:

«Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.»

Si es el Príncipe de Paz, la paz permanente no podrá venir a menos que sea a través del Príncipe de Paz, la cual vendrá en Su Reino, el Reino de David que será restaurado, y eso será la venida del Reino de Dios a la Tierra, porque el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David, y el Trono de Dios en la Tierra es el Trono de David, el cual representa el Trono celestial de Dios aquí en la Tierra:

«Lo dilatado de su imperio…»

O sea, Su Reino es un imperio, el imperio más grande que haya existido en el planeta Tierra, porque el Reino de David, aunque era un imperio, era pequeño comparado con lo que será el Reino del Mesías. Bajo la monarquía, vean, ese Reino de David fue una bendición para el pueblo hebreo, aunque hubo muchos problemas, muchas guerras, muchas dificultades. Y luego lo heredó el rey Salomón (Salomón hijo de David), y para sentarse en el Trono de David también hubo luchas, porque otros querían sentarse en el Trono de David, querían heredar el Reino de David, Trono de David; se vio en peligro hasta la vida del rey David por uno de sus hijos: Absalón, que quiso matar a su padre para quitarle el Trono y Reino al rey David.

Por el egoísmo y por el poder al trono, al reino, a una posición política, hay personas que hacen cosas aún en contra de sus padres; diríamos: no tienen corazón. El amor al poder es muy peligroso, se va por encima del respeto a sus padres y del amor a sus padres y seres queridos. También así es el amor al dinero, el amor a la fama, y a muchas otras cosas:

«Lo dilatado de su imperio (se va a extender, se va a dilatar, a extender del territorio de Israel a todo el Medio Oriente y a todas las naciones. No tendrá, dice)… Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino…»

No habrá límites, se extenderá ese Reino y la paz al mundo entero, a toda la familia humana, porque la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, de la gloria del Señor, de la gloria del Dios de Israel, y eso significa una conversión al Dios de Israel, de la familia humana. Dice: «Y en aquel día Jehová será uno, y uno Su Nombre,» y también dice: «Y todos me conocerán.»

Ese tiempo del Reino del Mesías será la victoria del Dios de Israel y por consiguiente la victoria del Reino de Dios en la Tierra, la victoria del Mesías, la victoria del pueblo hebreo, y la victoria para todas las naciones, porque recibirán la paz bajo el Reino y corona del Mesías.

Todas las naciones estarán bajo la corona del Mesías, todos los que gobernarán, todos los reinos de la tierra, gobernarán, reinarán bajo la corona del Mesías. Así que va a ser un tiempo glorioso.

Ahora, recuerden que eso va siempre moviéndose gradualmente, todas estas cosas podemos ver que van cumpliéndose gradualmente. Ya se cumplió la primera Venida del Señor como Cordero, ya llevó a cabo Su obra como Cordero, fueron dadas las noticias de Su Venida allá en Belén de Judea por el Ángel Gabriel, el cual le había dado la noticia primero a Zacarías, el sacerdote, que tendría un hijo a través de su esposa Elisabet, la cual estaba ya anciana, avanzada en edad, y él también (Zacarías), pero el Ángel le dijo que la oración de Zacarías había sido escuchada, y la oración era que Dios le diera un hijo.

Y vino respuesta de parte de Dios enviada a través del Ángel Gabriel o Arcángel Gabriel, que es el Ángel que tiene acceso al Libro de la Verdad y por consiguiente al Libro que contiene todas las cosas que han de suceder en el planeta Tierra y en el Cielo también; es el Ángel de las revelaciones divinas, el cual le aparecía al profeta Daniel, y vino a Daniel para darle conocimientos y sabiduría de las cosas que iban a suceder. Anunció allá en el antiguo Testamento la Venida del Mesías, se la anunció al profeta Daniel allí en el capítulo 9 cuando le dice que: «Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre la santa ciudad (la santa ciudad Jerusalén).»

Y después de las sesenta y dos semanas, y antes siete que habían transcurrido, que son sesenta y nueve por todas (semanas de años) que vienen a ser cuatrocientos ochenta y tres años, después de eso le quitarán la vida al Mesías, y eso vino a ser en la semana número setenta, a la mitad de la semana número setenta, en donde Jesús tuvo un ministerio de tres años y medio y luego fue crucificado allá en la Cruz del Calvario; ahí le está hablando del Mesías ya en Su ministerio y en Su muerte, en donde Él moriría como el Sacrificio de Expiación por el pecado de los seres humanos.

Ahora, acerca del nacimiento del Mesías le habló al sacerdote Zacarías cuando le dice que el hijo que va a tener Elisabet y Zacarías, vendrá delante del Señor, o sea, preparándole el camino al Señor, y luego a la virgen María le habla de un niño, un hijo que ella va a concebir por obra y gracia del Espíritu Santo, y será llamado Hijo de Dios, y le dice que le ponga por nombre Jesús, que significa Salvador, Redentor, porque el nombre tiene que ver con lo que es y va a hacer la persona.

Luego encontramos que le habla de ese niño que será el heredero al Trono de David. Es el Arcángel Gabriel el que anunció en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento la Venida del Mesías; algún día vamos a conocer con muchos detalles quién es el Arcángel Gabriel, ya sabemos que es uno de los dos Arcángeles principales de Dios, de la diestra de Dios, y sabemos que tiene una labor importante, una misión importante, tanto entre los judíos como entre los gentiles. Es el que tiene que ver con los cambios de los gobiernos del reino de los gentiles, él con su ejército se encarga de que ocurran esos cambios.

¿Cómo lo hace? Espere que nos encontremos con él ya cuando estemos transformados, y vamos a entender cómo lo hace, pero eso le toca a él saber cómo lo hace; y el Arcángel Miguel es el Arcángel del pueblo hebreo, de Israel, como diríamos: es el Ángel guardián de los judíos, y con un Ángel guardián como el Arcángel Miguel con su ejército, es fácil comprender porqué tanto éxito tiene el pueblo hebreo.

Y a toda persona y a toda nación le gustaría tener como Ángel guardián al Arcángel Miguel, y eso es fácil: estar brazo a brazo con el pueblo hebreo, y el Arcángel *Miguel con su ejército se encargará de hacer algo en favor de las personas o naciones, y Gabriel con su ejército le ayudará en lo que sea, porque la conexión del Arcángel Miguel con los gentiles, es Gabriel, en cuanto a los Arcángeles con sus ejércitos; y Jesucristo es el que está sobre todas las huestes celestiales, sobre todos los reinos celestiales, porque el Trono de Dios es el que gobierna sobre todas las potestades, autoridades, principados.

Vean, Miguel tiene un principado, es un príncipe, dice Gabriel a Daniel; Miguel, el príncipe por los hijos de Israel; y Gabriel es otro príncipe del Reino celestial, y Cristo sobre el Trono divino tiene el gobierno, control, de todo ese Reino celestial: «Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra.» (Dice Cristo en San Mateo, capítulo 28, verso 16 al 20).

Y ahora, hemos visto esas palabras:

«Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre (¿y quién va a hacer eso?). El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.»

Será una obra de Dios, y por consiguiente las huestes celestiales estarán muy activas con sus príncipes, con sus líderes, como Gabriel y Miguel y demás Arcángeles que están frente a huestes celestiales.

Así que, desde el mundo espiritual, desde el mundo de las huestes celestiales, habrá una actividad muy grande en pro del establecimiento del Reino del Mesías, como hubo una actividad muy grande en cada ocasión en que el reino de los gentiles tenía que ser cambiado: de la cabeza de oro a los pechos y los brazos de plata. Cabeza de oro, el imperio babilónico de Nabucodonosor, y su hijo, y luego pasando al imperio medo-persa, pecho y brazos de plata; y luego del medopersa los Arcángeles Gabriel y Miguel lucharon para que terminara ese imperio y comenzara el imperio de Grecia con Alejandro el Grande, en el vientre y los muslos de bronce; y después viene el imperio romano, cuarto imperio, con las piernas de hierro, el imperio de los césares.

Y luego pasamos al imperio o a los pies de hierro y de barro cocido; por cuanto tienen hierro los pies, es el mismo imperio romano con una cubierta de barro, y ahí es que entra todo lo que corresponde al tiempo después de la caída del imperio romano hacia acá, se pasó a los pies de hierro y de barro cocido, el cual está en la actualidad en su etapa final, y ese imperio cubre también en nuestro tiempo, el tiempo de la democracia en los diferentes países.

Encontramos que el mismo Jesús habló de la higuera y los demás árboles, y cuando veamos la higuera y los demás árboles reverdecer, levantemos nuestras cabezas porque nuestra redención está cerca. Ya vimos el reverdecer de la higuera: Israel, como una nación libre y soberana, una nación democrática, que es el pilar de la democracia en el Medio Oriente. Si Israel desapareciera como Estado, desaparecería el pilar de la democracia en el Medio Oriente, y por consiguiente la democracia desaparecería en el Medio Oriente. Por eso tienen que proteger la democracia en el Medio Oriente, encabezada por Israel.

Podemos ver también los demás países que están libertándose de sus dictadores y buscando ser países democráticos, y eso está bueno, porque es la democracia la que mantiene la paz en el mundo, y por cuanto la democracia es lo último en el reino de los gentiles, no van las naciones a buscar la cabeza de oro del reino de los gentiles, porque eso ya pasó hace bastante tiempo.

Restaurar la cabeza de oro es imposible. Quedan residuos de ese imperio, porque eso es lo que dice la Biblia en el libro del profeta Daniel; por ejemplo en el capítulo 7 de Daniel nos dice que de esos reinos quedarían residuos, pero con el final de los pies de hierro y de barro cocido terminarán también los residuos de esos reinos o imperios anteriores.

En el capítulo 7 de Daniel muestra el reino de los gentiles en sus diferentes etapas, como los muestra representados en diferentes bestias, y nos dice que luego… el capítulo 7, verso 9 en adelante dice:

«Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.

Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían (estos millares de millares son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo), y millones de millones asistían delante de él (y millones de millones asistían delante de Él); el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.

Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.»

Esto es el anticristo con su reino en el Día Postrero, en donde su reino va a ser destruido y él también, y en esto va a haber intervención de poder atómico y también de poder de otra dimensión. Recordemos que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por poder de Ángeles con sus huestes celestiales.

Así que la ciencia está comenzando a dar sus primeros pasos, como un bebé que comienza a dar sus primeros pasos para caminar. Aún el profeta Elías se fue en un carro de fuego, y el profeta Eliseo vio muchos carros de fuego, ejército celestial, y la Escritura dice que el Señor viene con Sus carros de fuego, así que va a haber una gran batalla en la Tierra y también viene con sus carros de fuego para llevar a los escogidos; los creyentes que esperan la Venida del Señor, van a ser transportados en carros de fuego a la Cena de las Bodas del Cordero.

Sigue diciendo el verso 12 del capítulo 7 de Daniel:

«Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.»

¿Ven? Le habían sido quitadas a las otras bestias, les había sido quitado el dominio, le fue quitado el dominio al imperio babilónico, le fue quitado el dominio al imperio medopersa, le fue quitado el dominio al imperio de Grecia, le fue quitado el dominio al imperio romano bajo los césares, pero le fue permitido tener una prolongación de vida, por eso quedan vestigios de esos reinos, pero luego van a ser quitados también esos residuos que quedan de esos imperios pasados.

En la visión o sueño del rey Nabucodonosor de la estatua que vio en el capítulo 2 del libro del profeta Daniel, la cabeza de oro, pechos y brazos de plata… que tipifica (la cabeza), el imperio babilónico con Nabucodonosor; el pecho y los brazos de plata con el imperio medo-persa, el vientre y los muslos de bronce con el imperio *de Grecia; *las piernas de hierro con el imperio romano de los césares; y luego los pies de hierro y barro cocido, lo cual corresponde al reino de los gentiles desde la caída del imperio romano de los césares.

Y ahora, nos dice en el capítulo 10 que el rey vio una piedra no cortada de manos, cortada del monte, del Monte de Dios, que salió e hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido y fueron desmenuzados los pies de hierro y de barro cocido, las piernas de hierro, los muslos y el vientre de bronce, el pecho y los brazos de plata, y la cabeza de oro.

Esa piedra no cortada de manos es el Mesías en Su Segunda Venida con Su Reino para establecerlo en este planeta Tierra, por eso esa piedra dice que creció y fue hecha un gran Monte, un gran Reino que llenó ¿qué…? Porque estas son buenas noticias, de las buenas noticias que vio el Ángel con su ejército celestial cantando y proclamando: «Paz para los hombres de buena voluntad…» Daniel, capítulo 2, verso 44 en adelante dice:

«Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,

de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.» Ahí podemos ver que todo esto nos habla de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles.

Y ahora, hoy día de Navidad y de buenas noticias para todo el pueblo, siendo que desde ayer se está recordando el nacimiento de Cristo, y en la noche de ayer se recuerda que nació durante la noche, y conforme al calendario hebreo los días comienzan en la tarde, por lo tanto, desde ayer es 25 de diciembre conforme al calendario judío, pero que eso de los meses que usan los gentiles y los días no concuerdan con el calendario judío. Para los gentiles los días terminan y comienzan a la medianoche.

Ahora, viendo que la Escritura no nos dice a qué hora de la noche nació Jesús, lo dejamos así: desde que oscureció hasta antes de amanecer, los ángeles aparecieron antes del amanecer a los pastores.

Y ahora, las nuevas de gran gozo es que ha nacido en Belén de Judea un Salvador que es Cristo el Señor, que es la persona más importante, el niño más importante que ha nacido en este planeta Tierra, y siendo el más importante, nació en un lugar donde reunían las ovejas, fue colocado, no en una cuna, sino que su cuna fue un pesebre, y el matre fue pasto, que es lo que se acostumbra colocar en el pesebre.

Así que, esto fue Dios en simplicidad trayendo a Su Hijo unigénito, a Su Hijo primogénito. Ahora, dije unigénito y dije primogénito: unigénito en Su cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto y llamado también la imagen del Dios viviente, la imagen vista a través de toda la Escritura, del Génesis hasta el Apocalipsis, llamado el Ángel de Dios o el Ángel del Señor que le aparecía a diferentes personas y diferentes profetas, lo cual quedó registrado.

El mismo Ángel que le apareció al profeta Moisés, que libertó al pueblo hebreo por medio del profeta Moisés, y que le dio la Ley en el monte Sinaí, y le dio leyes y ordenanzas para todo el pueblo hebreo, porque la Ley fue dada por comisión de Ángeles, el Ángel de Dios, que es la imagen del Dios viviente, que es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, y que es Cristo en Su cuerpo angelical.

A través de ese cuerpo angelical era que Dios se manifestaba y que Dios creó todo el universo, toda la creación del mundo visible y del mundo invisible también, y luego se hizo carne en ese cuerpecito que nació a través de la virgen María, estaba naciendo el cuerpo físico de Dios en el cual Dios moraría eternamente, estaba naciendo Emanuel, que significa Dios con nosotros, el cuerpo donde Dios moraría, y ese cuerpo sería la semejanza física de Dios para toda la eternidad. Tan sencillo como eso.

Y ahora, hemos visto quién es el niño Jesús que nació en Belén de Judea; y que el Ángel con sus huestes celestiales cantaron para aquellos pastores las buenas nuevas: «Gloria a Dios…» dice capítulo 2, verso 13 al 14:

«Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!»

Un anuncio de paz para la familia humana, un anuncio de paz es el nacimiento de Jesús en Belén de Judea, es el evento más importante que se ha llevado a cabo en el nacimiento de una persona, pero en simplicidad.

¿Quién iba a pensar que iba a estar en un pesebre? ¿Quién iba a pensar que iba a ser de esa forma tan sencilla? Nadie se lo imaginaba, pero así fue, así tenía que ser porque así Dios lo determinó desde antes de la fundación del mundo.

Recuerden que estas cosas son ya determinadas, predestinadas por Dios desde antes de la fundación del mundo, y el que usted esté aquí y que sea un creyente en Cristo, desde antes de la fundación del mundo Dios lo colocó a usted, colocó el nombre suyo en el Libro de la Vida del Cordero, para ser rociado con la Sangre de Cristo y ser restaurado a la Vida eterna cuando viniera a este planeta Tierra.

Por lo tanto, estamos aquí, y Dios lo conocía; por Su previo conocimiento Él determinó y escogió a los que Él por Su previo conocimiento conoció que creerían y recibirían a Cristo como único y suficiente Salvador.

El mismo Cristo dijo: «Nadie viene a mí, si el Padre que me envió no lo trajese, y el que a mi viene, yo no lo echo fuera,» dice Cristo. Si el Padre celestial no lo trae, la persona no puede venir a los Pies de Cristo para recibirlo como único y suficiente Salvador. Así como fueron estos pastores llevados, enviados a Cristo allá a Belén de Judea a un pesebre, fue Dios el que obró todas estas cosas, y es el que ha obrado para que usted y yo recibamos a Cristo como único y suficiente Salvador, y es el que nos ayuda para mantenernos fiel sirviendo a Cristo, siguiéndole todos los días de nuestra vida.

Es Dios por medio de Su Espíritu el que obra el querer y el hacer en nuestras vidas, el que gobierna nuestras vidas. Sí, tenemos un Rey, el cual está sentado en el trono de nuestro corazón, y Su Nombre es Señor Jesucristo; Él en Espíritu Santo está reinando, gobernando la vida de cada creyente en Él y gobernando Su Iglesia, Él es el Rey, el Señor, y Él es el Esposo de Su Iglesia.

Ahora, siendo que todas estas cosas que sucedieron para el cumplimiento de la primera Venida de Cristo fueron tan sencillas, ¿cómo será para la segunda Venida de Cristo? Será todo sencillo también, y en alguna ocasión vamos a ver todo ese misterio, pero yo creo que será bajo la Tercera Etapa en el cumplimiento de la Gran Carpa-Catedral, de la visión de la Gran Carpa-Catedral en donde habrá un pueblo creyente en Cristo colocado en la edad correspondiente a nuestro tiempo, que no es la edad luterana, ni wesleyana, ni pentecostal, es la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Oro de la Iglesia del Señor, la Edad para la adopción de todos los hijos e hijas de Dios.

En ninguna de las edades pasadas ocurrió la adopción física que será la transformación de los creyentes que estarán vivos en el Día Postrero. Solamente ha estado ocurriendo la adopción espiritual en donde las personas al recibir a Cristo, y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, después Cristo los bautiza con Espíritu Santo y produce en esas personas el nuevo nacimiento, esa es la parte de la redención en la esfera espiritual, en donde se nace de nuevo.

Pero habrá una esfera física, hay una esfera física de adopción, que será nuestra transformación en cuerpos glorificados, eternos, inmortales, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, de lo cual San Pablo habló en diferentes ocasiones, y nos dice que será a la final trompeta ese evento; y la final trompeta será el mensaje final de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo, la predicación del Evangelio del Reino del cual Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 14:

«Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.»

O sea, que antes de venir el fin en medio de la raza humana, y sobre todo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, se estará predicando el Evangelio del Reino juntamente con el Evangelio de la Gracia; y esos son nada menos que la Lluvia Temprana, el Evangelio de la Gracia, la enseñanza del Evangelio de la Gracia, del Evangelio de Cristo, que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, y la predicación del Evangelio del Reino que es la Lluvia Tardía que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Todo esto estará aconteciendo en la Iglesia del Señor Jesucristo. Es en la Iglesia del Señor Jesucristo donde se predica el Evangelio de la Gracia, y es la Iglesia del Señor Jesucristo la que lo predica a todos los seres humanos, para que todos crean en Cristo como su único y suficiente Salvador, y será la Iglesia del Señor Jesucristo la que estará con la predicación del Evangelio del Reino en el Día Postrero juntamente con la predicación del Evangelio de la Gracia.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo será la que trabajará en la etapa correspondiente a nuestro tiempo, la Edad de Oro de la Iglesia, la Edad de la Piedra Angular, la que estará trabajando para conquistar esa promesa, para que se haga realidad la promesa de la Visión de la Carpa, y serán bienaventurados todos los que estarán trabajando en ese proyecto divino, en ese proyecto de la construcción de una Gran Carpa-Catedral. Que Dios bendiga a todos los que estarán trabajando en este tiempo final en ese proyecto divino.

Será una bendición grande trabajar en ese proyecto, como fue una bendición grande trabajar en el proyecto divino de la construcción del tabernáculo en medio del pueblo hebreo allá en el desierto con Moisés, el profeta que recibió la revelación para construir ese templo, ese tabernáculo, para Dios, y fue con ofrendas voluntarias del pueblo hebreo, así Dios le ordenó a Moisés que le comunicara al pueblo, y así lo hicieron, y fueron bendecidos todos los que trabajaron en ese proyecto, y hubo tanto entusiasmo e interés en las personas y en los príncipes con las diferentes tribus, que llegó el momento en que Dios le dijo a Moisés: «Dile al pueblo que ya basta,» los constructores le dijeron a Moisés también: «Dile al pueblo que ya basta de traer más ofrendas.»

Eran ofrendas, tanto en dinero, en oro, en material también, materiales para la construcción, y ellos le dijeron: «Ya hay suficiente,» y le fue dicho al pueblo que ya estaba bien. Esperamos que algún día Dios diga que ya basta de ofrendas para el proyecto divino del Día Postrero.

Cuando construyeron también el templo, Salomón recibió de David su padre, mucho oro, plata, bronce, hierro, madera y piedras, para la construcción de ese templo, que David estaba almacenando, él creía que él era el que le tocaba construirlo y había recibido también los planos, la revelación de todo lo que debía ser construido, y ya estaban los planos hechos, y le fueron entregados a Salomón, del cual Dios le dijo a David: «Tú no puedes construir el templo porque tu has derramado mucha sangre, tu eres un hombre de guerra y has derramado mucha sangre, tu hijo Salomón construirá la casa para mí, el templo para mí.»

Y David no se puso celoso, él más bien ayudó a Salomón en todo, le dio todos los materiales que ya él había almacenado, y le dijo: «Si falta algo, ponlo tú, consíguelo tú,» y le fue dada la oportunidad al pueblo que trajeran también ofrendas voluntarias, material también, de construcción, de todo, y ya más adelante ya también se había completado todo lo que se necesitaba, y los constructores dijeron a Salomón: «Ya basta, con lo que tenemos da y sobra, con lo que tenemos ya es suficiente, dile al pueblo que no traiga más material.» Y así sucedió.

Esperamos que en el proyecto de la Visión de la Carpa sea tanta la colaboración del pueblo, que en algún momento se diga: «Ya es suficiente.» A lo mejor será, cuando se diga: «Ya es suficiente» ya tenemos que irnos, no que vaya a terminarse en el momento que nos vamos a ir, sino que como también hay muchos… habrá muchos gastos, luz, agua, teléfono, pagos de terrenos y así por el estilo, siempre habrá gastos, pero será el pueblo que tiene promesa de transformación y rapto el que estará trabajando en ese proyecto divino en donde la gloria de Dios va a ser manifestada.

Como entró la gloria de Dios al tabernáculo que construyó Moisés y como entró la gloria de Dios al templo que construyó Salomón, entrará la gloria de Dios al y en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, entrará a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Templo espiritual de Cristo, en donde será dedicado, y entrará la plenitud de Dios, la plenitud de Cristo y Su manifestación, será paralelo a lo que fue en el tiempo de Moisés y la dedicación del tabernáculo, y lo que fue en el tiempo del rey Salomón y la dedicación del templo que Salomón construyó.

Así será también en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. Vimos que la Columna de Fuego, en la visión que tuvo el reverendo William Branham, la Columna de Fuego entró a esa Gran Carpa-Catedral y fue luego a un cuartito pequeño de madera que fue visto por el reverendo William Branham, así que, hay muchos detalles claros de todo ese proyecto divino, y en el lugar que Dios escogió desde antes de la fundación del mundo para cumplirse la Visión de la Carpa, ahí se va a levantar, va a ser vista la Visión de la Carpa hecha una realidad.

Por supuesto habrá personas que lucharán en contra de ese proyecto divino como siempre los hubo en tiempos pasados, siempre hay personas que no hacen nada y no quieren que los demás hagan, siempre hay personas que se dejan usar por el maligno, que es el que está siempre en contra de todo proyecto divino.

Pero los creyentes estarán firmes en la fe en Cristo y en todo el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo en la edad correspondiente a nuestro tiempo. No escucharán las críticas, sino que escucharán la Palabra, escucharán lo que ha sido prometido para nuestro tiempo, y estarán conscientes que en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, donde se cumplirá la Tercera Etapa, la fe para ser transformados y raptados vendrá; les será dada la fe a los creyentes en Cristo para ser transformados y raptados en el Día Postrero, les será revelado el misterio del séptimo Sello, estarán escuchando los siete Truenos, la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte, hablándoles en este tiempo final y dándoles a conocer el misterio más grande de todos los misterios que causó silencio en el Cielo como por media hora. Todo eso corresponde al cumplimiento de la Visión de la Carpa.

O sea, que hay grandes bendiciones, grandes promesas para ser cumplidas en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, y estas son buenas nuevas también, están ligadas a la Segunda Venida de Cristo viniendo a Su Iglesia para darles la fe para ser transformados y raptados en el Día postrero, de lo cual estaremos hablando en otras ocasiones.

Ya el próximo domingo estaremos nuevamente reunidos y estaremos hablando del nuevo año y también se tocarán algunas cosas de los planes para el nuevo año, y se dará a conocer también y se presentará (espero que en video), cómo va el proyecto de la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico.

Y la Gran Carpa-Catedral, con su administración, aprecia y agradece mucho el respaldo que le están dando al proyecto de la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y el domingo próximo tendrán algunas vistas de ese proyecto, de cómo va, para que así se mantengan siguiendo los diferentes pasos del proyecto de la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, proyecto de la Iglesia la Gran Carpa-Catedral, el nuevo templo que tendrá la Iglesia de Puerto Rico acá en Cayey, Puerto Rico, que será de bendición no solamente para Puerto Rico sino para todas las naciones y para todos los creyentes en Cristo y para todas las religiones, y para el Judaísmo, para todos los judíos también, para todos los islámicos también, y para todos los seres humanos que viven en el planeta Tierra.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de las buenas nuevas, las buenas noticias, las nuevas, las noticias de gran gozo para todo el pueblo.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, aquí presente, o en alguna de las naciones que están conectadas en estos momentos vía satélite o vía internet, que todavía no ha recibido a Cristo, lo pueden hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino y le perdone, y con Su Sangre le limpie de todo pecado y pueda ser bautizado en agua en el Nombre de nuestro amado Señor Jesucristo, y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento.

Para lo cual puede pasar acá al frente, y en el lugar donde usted se encuentra puede pasar al frente también, para que quede incluido en la oración que estaremos haciendo por las personas que estarán recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.

Los niños de diez años en adelante también pueden pasar para recibir a Cristo como Salvador, y los de un día en adelante de nacidos también pueden pasar para ser presentados al Señor por los ministros aquí presentes, si todavía no han sido presentados al Señor.

Lo más importante que una persona puede hacer en su vida es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, porque es la única cosa que lo coloca en la Vida eterna, y lo único que le da el privilegio y derecho de recibir la Vida eterna.

Cristo dijo: «Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y Yo las conozco y Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás; mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.» (San Juan, capítulo 10, versos 27 al 30).

Ustedes han estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, y por consiguiente el Espíritu de Dios los ha guiado para que estén en estos momentos escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, las buenas nuevas, las buenas nuevas de paz, de amor, y de salvación y Vida eterna para los seres humanos.

Recuerden que es para los seres humanos esta bendición. No se predica entre los animales para llamar a los animales a que vengan a recibir a Cristo, sino entre los seres humanos, porque el ser humano fue el que pecó y el que cayó de la Vida eterna, y ahora tiene la oportunidad el ser humano de ser restaurado a la Vida eterna por medio de Cristo nuestro Salvador, que murió por cada uno de nosotros en la Cruz del Calvario llevando nuestros pecados para salvar nuestra alma y darnos por consiguiente la Vida eterna, restaurarnos a la Vida eterna.

No hay otra forma en que el ser humano pueda estar restaurado a la Vida eterna bajo la Dispensación de la Gracia y bajo la Dispensación del Reino, todo es por medio del Mesías Príncipe, nuestro amado Señor Jesucristo.

«NUEVAS DE GRAN GOZO PARA TODO EL PUEBLO.»

Fue y sigue siendo el nacimiento de Jesucristo en Belén de Judea, y luego las buenas nuevas de la Cruz y de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, que es la Obra de Redención por todos nosotros, o sea, todo lo que se habla de Cristo son buenas nuevas, buenas noticias para los seres humanos.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador en esta ocasión. Los que están en otras naciones también puestos en pie para orar por todos los que han venido a los Pies de Cristo y están en otras naciones, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo en esta ocasión.

Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, y nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi alma, en mi corazón. Creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, un Redentor. Doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer de nuevo, quiero vivir en Tu Reino eternamente, te lo ruego oh Dios eterno, Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén.

Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados, y con Su Sangre les ha limpiado de vuestros pecados, porque ustedes le han recibido como único y suficiente Salvador. Ahora ustedes me dirán: «Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo,» porque Él dijo:

«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.»

Ustedes me dirán: «Escuché la predicación del Evangelio de Cristo, creí, y lo he recibido como mi único y suficiente Salvador. Ahora quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor. ¿Cuándo me pueden bautizar?» es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo. En los días de Juan el Bautista, en donde él predicaba el arrepentimiento y el bautismo en agua para arrepentimiento, llegó Jesús; desde Nazaret fue a Judea, donde Juan el Bautista estaba predicando y bautizando, y Juan estando en las aguas del Jordán bautizando a las personas que creyeron su mensaje, Jesús también entró a las aguas del Jordán para que Juan lo bautizara.

Y Juan, cuando lo ve, le dice, ya cuando le toca el turno a Jesús para ser bautizado, Juan le dice a Jesús: «Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?» o sea, que algo sabía acerca de Jesús, era su primo según la carne, porque María y Elisabet eran parientas, y de seguro cuando niños jugaron en algunas ocasiones, porque María visitaba a su prima, a su parienta, Elisabet, allá en las montañas de Judea; la visitó cuando estaba embarazada y tenía ya de seis meses en adelante, y Juan cuando oyó la salutación de María brincó en el vientre de su madre Elisabet.

Y ahora encontramos que de seguro en otras ocasiones, cuando ya Jesús había nacido, de seguro María visitó a su parienta y le mostró el niño Jesús, y de seguro Juan y Jesús estuvieron jugando en esos días de su niñez, y quizás más adelante también, porque recuerden que las familias se visitan siempre, y así era costumbre allá en Israel también.

Y ahora, cuando llega a donde Juan para que lo bautice, Juan le dice: «Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?» Jesús le dice: «Nos conviene cumplir toda justicia,» y entonces lo bautizó.

Y cuando lo bautizó y sube de las aguas bautismales, Juan ve al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús. No dice que el pueblo completo vio al Espíritu Santo, pero Juan sí vio al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús, y esa era la señal que Dios le dijo a Juan el Bautista que vería sobre el Mesías Príncipe cuando Él viniera a Juan. Cuando fuera bautizado vería al Espíritu Santo descender como paloma sobre aquel al cual él le estaba preparando el camino, el cual sería el Mesías.

Ahí fue ungido como el Mesías por el Espíritu Santo, de ahí en adelante ya era el Mesías confirmado, con el Espíritu de Dios en Él y con el testimonio de Juan el Bautista que vio el Espíritu Santo sobre Él viniendo cuando lo bautizó. Y Juan dijo: «Éste es Él,» y luego al otro día cuando ve a Jesús, le dice: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,» le dice a sus discípulos, y dos de sus discípulos entonces se fueron con Jesús, porque hay que seguir ¿a quien? A aquél al cual le fue preparado el camino, no al que preparó el camino, al que preparó el camino, tenían que seguirlo en lo que llegaba aquél al cual él le estaba preparando el camino, porque si no seguían al que le estaba preparando el camino, entonces no fueron bien preparados.

Juan decía: «A Él le conviene crecer y a mí menguar,» ¿y a quién va a seguir el pueblo? al que le conviene crecer, no se va a quedar con el que le conviene menguar. El que le conviene menguar estará contento de que los que le escucharon sigan a aquel que vendría después de él. O sea, que Juan se ponía contento de que sus discípulos siguieran a Jesús. Muchos de los discípulos de Jesús eran, habían sido seguidores de Juan el Bautista, hasta que conocieron a aquél al cual Juan le estaba preparando el camino, y del cual Juan dijo que después de él vendría uno mayor que él (que Juan) el cual era primero que él, y que les bautizaría con Espíritu Santo y Fuego.

O sea, que hay que seguir ¿a quién? Al que bautiza con Espíritu Santo y Fuego, al que es mayor, al cual Juan le estaba preparando el camino. La labor de un precursor es preparar al pueblo para que reciban al que vendrá después de él. No se pueden quedar pensando que ya no van a recibir a ningún otro que vendrá después, hay que recibir al que viene después, el cual es mayor que el precursor.

Él, Juan el Bautista, bautizó a Jesús y vio al Espíritu Santo descender sobre Jesús, fue identificado como el Mesías Príncipe, de ahí en adelante estaba ungido como el Mesías. En algunas ocasiones encontramos que Cristo decía… en una ocasión dijo: «No le digan a nadie que yo soy Jesús el Cristo, el Mesías,» lo estaban persiguiendo, y era un momento difícil: «No digan a nadie que yo soy Cristo, el Mesías, el Cristo,» y también les dijo de la visión que tuvieron en el monte *de la Transfiguración: «No digan a nadie la visión hasta que resucite de los muertos.»

O sea, que no todo se puede decir al público, o los creyentes no todo lo pueden decir a las demás personas, porque van a estar criticando o persiguiendo la Obra de Dios. Hay cosas que son para los creyentes nada más. María es el ejemplo, ella guardaba todo ¿dónde? acá en el corazón. Por lo tanto, hay cosas que son exclusivamente para los creyentes.

El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, Su muerte en la Cruz del Calvario, Su sepultura allá en el sepulcro de José de Arimatea, y Su resurrección del sepulcro, Su resurrección glorificado para nunca más morir y para ir al Trono del Padre, sentarse en el Trono del Padre, presentarse, presentar Su Sangre allá y estar como Sumo Sacerdote haciendo intercesión con Su Sangre por toda persona que lo recibiría como único y suficiente Salvador, y esto hasta que se complete el número de los que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo.

Hasta que se complete Él no puede salir del Trono del Padre, del Trono de Intercesión, del Lugar Santísimo en el Cielo, porque entonces faltaría alguno en el Cuerpo Místico de Cristo para ser transformado y llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ninguno de ustedes quisiera que fuera algún familiar de ustedes, ni hijo, ni hija, ni nieto, ni nieta, ni esposa, ni esposo, ni familiares lejanos, todos quisiéramos que todos nuestros familiares crean en Cristo como único y suficiente Salvador, y de entre ellos habrá personas que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero y formarán parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, por eso los invitamos siempre para estar en las actividades para que escuchen la predicación del Evangelio de Cristo y nazca la fe de Cristo en su alma, porque la fe viene por el oír la Palabra del Señor.

Ahora, siendo que el bautismo en agua es tipológico, y vimos que es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, y por eso nos identificamos con Cristo en el bautismo en agua, nos identificamos con Él en Su muerte, sepultura y resurrección.

Por lo tanto, bien pueden identificarse con Cristo en el bautismo en agua siendo bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, ustedes que lo han recibido como Salvador en estos momentos y están aquí presentes, y los que están en otras naciones. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.

Dejo al reverendo José Benjamín Pérez para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y en cada país dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y continúen pasando una tarde feliz, un día feliz de Navidad con y de las buenas nuevas de gran gozo para todo el pueblo, y nos veremos el próximo domingo Dios mediante en el lugar donde ya les indicaron y que para los que llegaron un poco tarde, que creo que serán muy pocos porque ustedes siempre llegan temprano, les dejo al reverendo José Benjamín Pérez para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua y también que les dé un recordatorio de que el próximo domingo será en el nuevo auditorio, pero el viernes ¿será dónde? Viernes será aquí.

Así que aquí el viernes, y el primer día del año 2012 en un nuevo lugar, y ya ustedes verán si valió la pena estar en el nuevo lugar, ustedes serán quiénes lo dirán. Bueno, ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

«BUENAS DE GRAN GOZO PARA TODO EL PUEBLO.»

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