Promesas y Profecías en Gran Carpa Catedral

Muy buenos días, amables amigos, hermanos y ministros reunidos aquí y también en diferentes naciones. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos abra las Escrituras en esta ocasión y nos enseñe Su Palabra por medio de Su Espíritu Santo en esta ocasión y siempre. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Un saludo para el misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín, allá donde se encuentra en estos momentos, y a todos los ministros que están allá reunidos con él, y a todos los ministros que están reunidos en diferentes naciones.

Para esta ocasión leemos un pasaje de la Escritura que nos dice en Hageo, capítulo 2, verso 1 al 9, dice:

“En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:

Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:

¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?

Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová (o sea, ‘dice el Eterno, el Señor ’); esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová (o sea, ‘dice el Señor ’), y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.

Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.

Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;

y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.

La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “PROMESAS Y PROFECÍAS EN GRAN CARPA-CATEDRAL.”

En este pasaje que leímos hay una promesa de una restauración y de la presencia de Dios para estar en esa casa, y que la gloria postrera de la Casa, del Templo de Dios, será mayor que la primera. Esto nos habla de la restauración del templo allá, en cuanto al cumplimiento de esa profecía a corto alcance o a corto tiempo o el tiempo presente correspondiente a los días de Zorobabel y del sumo sacerdote Josué.

Esta profecía tiene múltiple cumplimiento, múltiples cumplimientos tiene esta profecía como las demás profecías. Cuando Dios va a hacer algo paralelo a lo que ya hizo en el pasado, la misma profecía se cumple nuevamente con gente nueva y en otro territorio, algunas veces, pero que es paralelo o equivalente al territorio donde se cumplió por primera vez.

Teniendo en cuentas estas cosas podemos mirar también cuando Dios dice de Israel, en Éxodo, capítulo 4, verso 21 al 25: “Israel es mi hijo, mi primogénito;” y por consiguiente, de Egipto Dios llamó a Israel y lo llevó a la tierra prometida.

Como nación, como pueblo, la única nación, el único pueblo (porque Dios trata con Israel como nación, como pueblo), la única nación o pueblo que está señalado en la Escritura que es Su primogénito, Su hijo primogénito, es Israel; y por consiguiente, las bendiciones de Primogenitura tocan a Israel terrenalmente.

Y cuando Jesús siendo un niñito fue llevado a Egipto por José y María porque estaban buscando a los niños, iban a buscar a los niños de dos años hacia abajo para matarlos: El rey Herodes mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, porque los magos que llegaron a Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el Oriente”… Viviendo ellos en el Oriente, miraban hacia Jerusalén, hacia Israel; o sea, su mirada era de allá de la parte oriental, de la parte oriental o Este de Israel, hacia el mundo árabe: hacia Irán, Ur de los Caldeos y todos estos territorios. Y los sabios (que en esos tiempos como en nuestro tiempo se reúnen, y en aquel tiempo la astrología y la astronomía estaban juntas), ellos observaban el firmamento; porque antes de Dios hacer las cosas en la Tierra, cumplirse, las muestra en el cielo; porque esa es la primera Biblia. Y luego que tenemos la Biblia escrita, concuerda con la primera Biblia: el cielo, todas esas estrellas y galaxias, el zodiaco y todo esto del cielo.

Recuerden que Dios le dijo a Abraham, que su simiente sería como las estrellas del cielo, y por consiguiente cada simiente de Dios (y viene a ser cada simiente de Abraham) está representada o representado en alguna estrella del firmamento.

El Mesías Príncipe en el libro de Números está representado también en una estrella. Por ahí por Números, por el capítulo 20 nos habla acerca de esto, 24, verso… Este es Balaam hablando; era un profeta, pero amaba el dinero; era de la descendencia de Edom, y eso es Esaú. Esto fue cuando Balac, rey de esa región, quería que maldijera a Israel, pero él decía… Por ejemplo, en el capítulo 23 para que tengamos una idea clara, Dios le había dicho que hablara lo que Dios pusiera en su boca para hablar.

¿Por qué se podía acercar Balaam a Dios y hablar con Dios y Dios con él? Una: era profeta, tenía las dos conciencias juntas para poder ver y oír de la dimensión de Dios; y otra, sabía cómo acercarse a Dios: se acercaba realizando los sacrificios correspondientes. Porque la persona no se puede acercar a Dios si no hay un sacrificio (en el Antiguo Testamento) que cubriera los pecados; porque si se acercaba a Dios, moría, como le pasó a los hijos de Aarón en el capítulo 10 de Levítico.

Y en el capítulo 16 Dios le dice a Aarón y a Moisés que solamente una vez al año podían entrar al lugar santísimo, y tiene que ser con sangre, la sangre de expiación, lo cual se efectuaba el día diez del mes séptimo de cada año; ése era el día para entrar al lugar santísimo y colocar la sangre de la expiación sobre el propiciatorio. Si entraban sin sangre al lugar santísimo, morían, la presencia de Dios que estaba allí en la Columna de Fuego los quemaba; eso le pasó a los hijos de Aarón en el capítulo 10 de Levítico.

Por eso en el capítulo 23 de Números dice:

“El día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio a los más cercanos del pueblo.”

O sea, de los hijos de Israel, los cuales habitaban en cabañas o carpas. Miren de dónde vienen las carpas, las cabañas; y aun el tabernáculo o templo de Dios en medio de los hebreos viajando por el desierto, era un tabernáculo, una carpa construida con pieles, y allí estaba la presencia de Dios. Aun Abraham también, en su tiempo, vivía en carpa y también su descendencia; o sea, está ligado, el asunto de las carpas, está ligado al pueblo hebreo también, a los descendientes de Abraham y a Moisés.

Moisés viniendo con el pueblo, traía un pueblo que era protegido de las inclemencias del tiempo cuando se detenían, viviendo esa temporada (ya sea una semana, un mes o un año) en carpas, y recogiendo el alimento todos los días en la mañana: el maná, y después carne también: en aves que bajaban.

Ahora, Balaam sabía cómo acercarse a Dios. Toda persona en cualquier tiempo ha tenido que acercarse a Dios cuando ha querido acercarse a Dios, para adorar a Dios o hacerle alguna petición, teniendo un sacrificio por el pecado. Por ejemplo, en el tiempo de Adán y Eva, luego de pecar, Dios les dio pieles de un animal; por lo tanto hubo un sacrificio, la muerte de un animalito, por Adán y Eva, para poder Dios darle con qué cubrir la desnudez de ellos.

Y después, vean ustedes, cuando nacen Caín y Abel, la revelación de un sacrificio para cubrir los pecados, esa revelación la tenía Abel. Caín no tenía esa revelación y preparó un altar con flores, pero Abel preparó un altar con un corderito, un animalito sacrificado a Dios; esa fue la ofrenda de Abel.

La de Caín, muy bonito su altar con flores y con cosas del campo, frutos del campo, pero Dios miró con agrado la ofrenda de Abel, era la correcta: sus pecados estaban cubiertos con la sangre de ese sacrificio; por lo tanto se podía acercar a Dios y Dios verlo sin pecado, aunque estaban en él, pero estaban cubiertos (porque la sangre de animalitos no quita los pecados).

Pero Caín aparece con un altar y un sacrificio, una ofrenda para Dios muy bonita; pero sus pecados no estaban cubiertos con sangre, y por lo tanto, no agradó a Dios la ofrenda de Caín: El pecado no había sido cubierto.

El pecado siendo cubierto con el sacrificio y la sangre de un animalito, representaba el Sacrificio del Mesías Príncipe, que no cubriría el pecado sino que lo quitaría completamente; y Dios vería al ser humano, a la persona que tendría ese sacrificio por sus pecados, habiendo recibido al Mesías como su Salvador, lo vería sin pecado; porque el Mesías Príncipe con Su Sangre ha quitado el pecado, lo ha desintegrado y lo ha regresado al originador, a su lugar de origen, que fue el diablo.

Y no hay otro sacrificio por el pecado, sino el Sacrificio del Mesías Príncipe, de Jesucristo. Por eso cualquier persona que trate de acercarse a Dios sin creer en el Sacrificio de Cristo y Su Sangre aplicada por medio de la vida de la Sangre —que es el Espíritu Santo—, la persona tendrá sus pecados en él y no se puede acercar a Dios, no hay forma de acercarse a Dios.

El mismo Cristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” Es por medio de Cristo que el ser humano se puede acercar a Dios, no hay otra forma.

“Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre, yo lo haré,” dice Cristo ¿Ve? Todo está ligado a Cristo, Su Nombre y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.

No hay ni habrá otro sacrificio por el pecado. ¿Por qué? Porque ya los tipos y figuras: los sacrificios de animalitos (que eran el tipo y figura) ya se cumplieron con el Sacrificio de Cristo; ya llegó el antitipo.

Aquello era el tipo y figura; y el Sacrificio de Cristo, la muerte de Cristo, es el antitipo: la realidad, que estaba siendo reflejada, tipificada, en aquellos sacrificios que se hacían desde el Génesis hasta los mismos días de Juan el Bautista y de Jesús.

Aunque, por cuanto no tenían templo, no eran válidos; porque en el templo allí… O sea, no tenían el templo original, tenían un templo allí; y aunque eran aceptados temporalmente, luego con la muerte de Cristo terminaron los sacrificios. Por eso luego, cerca de cuarenta años después de la muerte de Cristo, fue destruido el templo por Tito Vespasiano y su ejército, y fue quitado el sacrificio.

Si no hay templo, no puede haber un sacrificio de animalitos por el pecado; todo eso era el tipo y figura: esos sacrificios, y ya los tipos y figuras pasaron; ya, de la muerte de Cristo en adelante, se está viviendo la realidad de lo que eran los tipos y figuras. Por eso Juan el Bautista cuando ve a Jesús dice: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”

Y ahora, para acercarse a Dios la persona tiene que tener el Sacrificio; y el Sacrificio de los creyentes en Cristo es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y la Sangre que nos limpia de todo pecado es la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario. Y Dios los ve sin pecados, y por lo tanto se pueden acercar a Dios, orar, pedir a Dios sus peticiones, hacer sus peticiones a Dios; también ofrendar o presentar a Dios sacrificios de alabanzas, alabar a Dios, cantarle a Dios, bendecir el Nombre de Dios, todo esto; y es recibido por Dios.

Sin Cristo no hay forma de acercarse a Dios. Como en el pasado, para acercarse a Dios la persona tenía que efectuar el sacrificio de animalitos correspondientes, establecido por Dios conforme a las Leyes y ordenanzas divinas dadas por Dios a través de Sus profetas que recibían la revelación divina.

Adán la recibió, también Abel y así por el estilo; por eso era que sacrificaban animalitos por el pecado. Y luego Moisés construyó un templo o tabernáculo en donde el sumo sacerdote llevaría la sangre de la expiación (del día diez del mes séptimo de cada año), para reconciliar al pueblo con Dios, para ser reconciliados con Dios y tener derecho a vivir un año más.

¿Por qué un año más y no para siempre? Porque los sacrificios de animalitos no son perfectos, son solamente el tipo y figura; y cada año tenían que ofrecer el sacrificio de expiación por el pecado; lo cual también recuerda los pecados del pueblo para que se arrepientan, y ese día queden perdonados; aunque no limpios de pecado sino cubiertos con la sangre de esa expiación, señalando proféticamente también al tiempo y Sacrificio del Mesías Príncipe para quitar el pecado de las personas y reconciliar al ser humano con Dios.

La reconciliación del ser humano con Dios es por medio de Cristo, el cual nos reconcilia con Dios, así como la reconciliación temporal que se efectuaba antes de la muerte de Cristo, el sumo sacerdote era el que efectuaba esa labor, el cual era el único que podía entrar al lugar santísimo con la sangre de la expiación para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios.

Y ahora, podemos ver que luego, más adelante, cuando ya entran a la tierra prometida, siguen usando un tabernáculo, una carpa. La que tenían era de pieles, y así por el estilo, pero luego Dios coloca en el corazón de David la construcción de un edificio, un templo.

Es que David era profeta, tenía las dos conciencias juntas, y era un hombre conforme al corazón de Dios; y Dios transmitía los pensamientos y deseos de Su corazón, al corazón y pensamientos del corazón de David.

Fue construido el templo, Salomón lo construyó, el hijo de David, el cual es tipo y figura del Mesías Príncipe; y también se había sentado en el Trono de David, que es el Trono de Dios en la Tierra y es el Trono del Reino de Dios en la Tierra. Cuando se habla de la restauración del Reino de Dios o restauración de Israel, se está hablando de la restauración del Reino de David y Trono de David, al cual es heredero el Mesías Príncipe.

Y ahora, luego de la construcción y dedicación de ese templo, la gloria de Dios descendió, entró al templo y moró en el lugar santísimo, sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de dos querubines de oro; y los sacrificios tenían que ser hechos en ese templo.

Cuando fue destruido el templo la primera vez, luego fue restaurado más adelante; es la cosa más grande que el pueblo hebreo podía hacer: restaurar el templo. La construcción fue grande, y la restauración era grande en cada ocasión en que el templo era destruido y luego restaurado. Cuando era destruido era por los problemas del pueblo con Dios, que se apartaban de Dios y entraban también en idolatría, lo cual es rebelión contra Dios.

Y ahora, desde el tiempo de la destrucción del templo allá en Jerusalén, era el tiempo del año 70 de la Era cristiana o Era común, como es llamada entre los judíos; de ahí en adelante no han tenido templo.

Ahora, en el tiempo de Zorobabel, antes de la destrucción por Tito Vespasiano, dice que la gloria de ese templo que sería construido por Zorobabel y el sumo sacerdote Josué, sería mayor que la gloria primera, y así sucedería.

Así también, luego que comienza la Era o Dispensación de la Gracia, encontramos, mirando hacia atrás hacia el tiempo en que el templo fue destruido, encontramos que ya Israel, los judíos, no han tenido sacrificio siendo efectuado en el templo; porque no hay templo. Y por consiguiente, cuando Dios mira sus pecados, los ve, porque no hay una sangre que cubra sus pecados; ese ha sido el problema que ha tenido Israel desde que fue destruido el templo allá en Jerusalén.

Y ahora, hay un nuevo Templo, compuesto, construido con seres humanos, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ha estado siendo construido, de etapa en etapa, hasta llegar al tiempo final donde se construye el Lugar Santísimo con piedras vivas: seres humanos que reciben a Cristo como único y suficiente Salvador.

Cuando sea construido totalmente, se complete esa labor, la gloria de Dios descenderá, la presencia de Dios descenderá; y eso será Dios, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Mesías, Cristo, el Ungido, viniendo a Su Iglesia y por Su Iglesia. Y como siempre hay un lugar donde reunirse los creyentes bajo el Nuevo Pacto, la Iglesia, que es también un Templo espiritual: para el Día Postrero hemos visto que en los últimos cien años se han estado reuniendo en templos, y también desde los días de los apóstoles en construcciones, ya sea de carpas o templos de piedra o de madera, para tener sus actividades, lo cual les llaman iglesias. Europa y Norteamérica están llenos de templos del cristianismo llamadas iglesias.

Y para el Día Postrero el cristianismo, la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por los elegidos, escogidos, correspondientes al tiempo final, tienen una promesa de una resurrección si ya murieron, una resurrección en cuerpos glorificados; y para los que estén vivos, tienen la promesa de una transformación; para, todos, luego de eso estar unos treinta o cuarenta días aquí en la Tierra, y eso sería como estrenando el cuerpo nuevo, glorificado, igual al cuerpo glorificado de Cristo.

Filipenses (capítulo 3, verso 20 al 21), también Primera de Corintios (capítulo 15, versos 49 al 58) y también Primera de Tesalonicenses (capítulo 4, versos 13* al 18*) y otros lugares, nos hablan de ese tema; y nos dice que será “a la final trompeta”: “Porque será tocada la trompeta y los muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles (o sea, en cuerpos glorificados) y los que vivimos seremos transformados.”

Para este tiempo final también hay una promesa de la cual habló el reverendo William Branham; y recuerden que así como Dios obró por medio de Jesucristo llevando a cabo Su Programa para aquel tiempo, Cristo por medio de Su Espíritu Santo, o sea, Dios por medio de Su Espíritu Santo, estará obrando por medio de Su Iglesia, que es Su Templo espiritual; y todo lo que estará haciendo lo estará haciendo por medio de Su Iglesia, usando diferentes instrumentos junto al cual estará la Iglesia del Día Postrero, así como estuvo de etapa en etapa la Iglesia del Señor Jesucristo trabajando bien unida al mensajero correspondiente a cada tiempo y haciendo lo que correspondía a cada tiempo conforme al Programa de Dios.

Para este tiempo final tenemos la promesa de que Dios va a obrar por medio de Su Iglesia, o sea, que será el Espíritu Santo usando a Su Iglesia en el Día Postrero.

Algunas personas podrán decir: “Eso lo están haciendo unas personas, unos creyentes en Cristo;” pero los creyentes en Cristo dirán: “No, eso lo está haciendo Cristo por medio de Su Espíritu, Dios por medio de Su Espíritu, a través de seres humanos,” porque es lo que Dios prometió, la Palabra prometida que tiene que ser traída a vida, a cumplimiento, y para lo cual estará usando seres humanos; a tal grado que llegará todo el Programa Divino a cumplirse.

Y en cuanto a construcciones, tenemos la promesa de que habrá algo muy importante en el Programa Divino para ser cumplido. Y quiero refrescarles la memoria: por ejemplo, aquí en la página 120 del libro de “Citas,” párrafo 1068, dice:

“Ese grande don – he tratado de explicar los otros y decir cómo opera. Esto no se puede explicar. Nada más espera. No estará en operación tan perfectamente ahora (o sea, en el reverendo William Branham no estaría en operación plenamente, perfectamente, sino parcialmente). Espera cuando ese concilio de iglesias traiga esa persecución, entonces pasará. Esta es la razón, porque yo vuelvo a orar por los enfermos. Solamente tengo una cosa en mi vida, que el Señor me dijo, que no se ha cumplido todavía: es ese edificio o carpa donde estará un cuartito y yo tendré que estar adentro orando por los enfermos. Esto no ha pasado todavía que yo sepa. Esta es la única cosa que yo sé.”

Y esto fue en el año 1.964, en enero 20… el 20 de enero de 1.964, por eso el reverendo William Branham siempre trató de vivificar, materializar esa visión, hacerla real teniendo una gran Carpa-Catedral para que se cumpliera todo lo que él vio en esa visión.

Luego hay otro lugar en la página 148 de este libro de “Citas,” párrafo 1324, dice:

“Yo quiero obtener mi propia carpa, mi material como el Señor me dio una visión (o sea, él quería tener una Carpa-Catedral como Dios le mostró en una visión), y yo creo que el tiempo está solamente a la mano ahora (o sea, que estaba cerca). Y yo quiero ver mientras que estoy aquí, porqué no podemos obtener la carpa (él buscaba la explicación porqué no la había podido obtener cuando él la deseaba) Y luego cuando vayamos, como venir aquí a Jeffersonville, en lugar de tener sólo un día, o dos, o tres o cuatro días, podemos salir aquí y colocar esta carpa y tener dos o tres semanas (¿Ven ustedes?) y solamente un… nadie puede decir nada de ello. Podemos una de dos: tomar un parque de pelota, o si no nos dejan tener, aquí hay un labrador (o sea, una hacienda, una finca con un agricultor) acá afuera que nos dejará tener una hacienda. Rentaremos la hacienda y la colocaremos (o sea, ‘colocaremos la Gran Carpa,’ esa visión, esa Carpa que él vio, colocarla). La única cosa que solamente tuviéramos que hacer allí sería hacer nuestros propios edificios de afuera y tal y un… para nuestras conveniencias (o sea, las facilidades, ‘tener nuestras facilidades’), y eso se pudiera hacer fácilmente. Y luego empezamos a tener nuestros cultos así, porque es según una visión del Señor, que se debe de hacer de ese modo.”

¿Cómo se debe hacer? Como fue mostrado en la visión. Dios dio la visión y Dios es el que obrará y ungirá a Su Iglesia (del territorio que corresponda) para trabajar en ese proyecto. Y hay muchos detalles ahí que no pueden ser dichos todavía, pero en el Día Postrero, en el tiempo final, habrá una Iglesia que estará trabajando en ese proyecto con todos los grupos y ministros que se unirán para trabajar conforme a esa visión que le fue mostrada al reverendo William Branham.

Ese es un proyecto para los días postreros, el tiempo final o el Día Postrero, que se verá siendo realizado por el Espíritu Santo a través de seres humanos, en donde se estará predicando acerca del Libro sellado con siete sellos, dando a conocer todo el contenido de los Siete Sellos y, sobre todo, el misterio del Séptimo Sello, que y del cual no se dio a conocer en el tiempo del reverendo William Branham. Eso será la Tercera Etapa para la manifestación del Espíritu de Dios en medio de Su Iglesia.

Va a ser de bendición para la Iglesia del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo, para las vírgenes prudentes, para las vírgenes insensatas también; para que las vírgenes prudentes tengan la fe, reciban la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y para las vírgenes insensatas, que no tienen aceite, para que reciban fuerza, revelación, para que mientras estén pasando por la gran tribulación (donde será el lloro y el crujir de dientes) den sus vidas por Cristo.

Tienen que pasar por la gran tribulación todas las vírgenes insensatas porque no tenían aceite: la vida del Espíritu Santo, y por consiguiente no habían nacido de nuevo aunque eran cristianos y aunque eran vírgenes, o sea, personas buenas, personas nobles, personas que se mantenían firmes en Cristo.

Y también será para testimonio al mundo: a los perdidos, que no podrán ser salvos pero verán la manifestación del poder de Dios y la Palabra que se estará hablando en esa manifestación, en donde las plagas van a estar siendo habladas, o sea, dándose a conocer las cosas que han de venir sobre la Tierra, esos juicios divinos que han de venir sobre la Tierra.

Los ministerios de los Dos Olivos, de Moisés y Elías, van a estar ahí. El ministerio de Cristo, del Mesías, va a estar ahí también, operado por el Espíritu Santo, que es el único que tiene ministerios y opera los ministerios en seres humanos.

Lo que será el Sexto Sello para los judíos, será el Séptimo Sello para la Iglesia, para los creyentes en Cristo. Y ahí no vamos a explicar mucho sino más adelante, en otra ocasión, o en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Van a ser bienaventurados todos los que estarán trabajando en ese proyecto divino. Es un proyecto divino, y debe ser hecho como fue mostrado en la visión, dice el reverendo William Branham; y él dice: “Todavía no se ha cumplido.” Él estaba profetizando, hablando, lo que le fue mostrado que sería cumplido, realizado, en el futuro.

Por lo tanto, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo se cumplirá esa visión: Habrá una Gran Carpa-Catedral que será de bendición para todos los creyentes en Cristo. Y miren… y cuando eso se cumpla, entonces los que habrán estado trabajando en ese proyecto darán gracias a Dios por haber sido instrumentos de Dios en ese proyecto. Es una oportunidad única, porque después de ese proyecto no hay otro, físico, para llevarse a cabo para beneficio de todo el cristianismo, de las vírgenes prudentes, aun de bendición para las vírgenes insensatas o fatuas como algunos les llaman.

También Israel verá esa manifestación; porque la gloria postrera será mayor que la gloria primera que vimos en la Iglesia del Señor Jesucristo entre los judíos, allá en el tiempo de San Pedro y de otros apóstoles, en la tierra de Israel; porque allá nació el cristianismo.

Es una de las bendiciones que los gentiles han recibido de los judíos, por lo cual el cristianismo está muy agradecido a Dios por los judíos y ora a Dios por los judíos, para que Dios los ayude, los libre de todos los peligros, los bendiga, y pronto el Mesías Príncipe para Israel aparezca, Dios les abra los ojos espirituales y lo vean y lo reciban, para que así pronto sea restaurado al Reino de Dios, Israel, y el Reino de Dios sea restaurado a Israel; en donde Jerusalén va a ser la capital de ese Reino, el cual será mundial, y todo el territorio de Israel vendrá a ser el Distrito Federal. O sea que, como nación, Israel será la cabeza de todas las naciones.

El mismo apóstol San Pablo dice en Romanos, capítulo 4, verso 13:

“Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.”

Heredero del mundo, la simiente de Abraham es el Mesías Príncipe, el cual es el heredero del mundo entero: “Pídeme y te daré por heredad todas las naciones (Salmo 2), y las regirá con vara de hierro.” Ese es un Salmo mesiánico, Salmo 2, verso 6:

“Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.

  • Yo publicaré el decreto;*

  • Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;*

  • Yo te engendré hoy.*

  • Pídeme, y te daré por herencia las naciones,*

  • Y como posesión tuya los confines de la tierra.*

  • Los quebrantarás con vara de hierro;*

  • Como vasija de alfarero los desmenuzarás.”*

Así que, miren la bendición tan grande que tendrá Israel y el cristianismo, la Iglesia del Señor Jesucristo: que el Mesías Príncipe será el heredero del mundo entero, y por consiguiente gobernará sobre el mundo entero desde Jerusalén; por lo cual, así como en todos los países la cabeza de una nación es la capital, y la cabeza de Israel es Jerusalén, la capital.

Pero por cuanto el Reino será mundial, porque el Hijo del Hombre, el Mesías Príncipe, es heredero del mundo, como Hijo del Hombre es el heredero del planeta Tierra completo, por consiguiente Su Reino será mundial; y por consiguiente, la nación cabeza de todas las naciones será Israel.

Miren el futuro profético señalado en la profecía de Israel. No importa por los problemas que pase Israel, su futuro en la profecía bíblica es glorioso, y ya está muy cerca que se haga realidad esa parte de la profecía.

Y ahora, con relación a la Iglesia del Señor Jesucristo, su final va a ser también glorioso: Va, la gloria de Dios, a estar en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, en el cumplimiento de la Gran Carpa-Catedral que le fue mostrada al reverendo William Branham, en donde la Tercera Etapa (llamada por el reverendo William Branham y el Ángel que le aparecía y lo guiaba) será una realidad. Dice página 471 del libro de “Los Sellos,” dice:

“En eso la Voz me dijo: ‘No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales. ¡Déjalos!’ Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión, y parecía una carpa o una especie de catedral. Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño (o sea, un cuartito pequeño).”

En una carpa gigante, un cuartito de veinte por doce, ó doce por veinte, doce pies por veinte pies, doce de ancho por veinte de largo, aproximadamente, se vería tan pequeñito dentro de una Gran Carpa-Catedral como él vio en esa visión.

Ahora, recuerden que la promesa es del que la materializa, del que la cumple. Hay muchas promesas en la Biblia, pero… y decimos al cantar: “Todas las promesas del Señor, mías son.” Son de todos, pero que el que la materializa, la cristaliza, es de él, se hace una realidad en su vida.

“Y esa luz que ustedes ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba. Se fue volando de donde yo estaba, y se fue a posar sobre la carpa, y dijo: ‘Te encontraré allí. Esto será la tercera etapa, y no se lo dirás a nadie.”

“No se lo dirás a nadie.” ¿Por qué y para qué? Para que no haya imitaciones, aunque siempre podrán salir imitaciones, pero no podrán hacer una imitación completa, fallarán en algo.

“Y allá en el Cañón Sabino…”

Esto fue cuando cayó la espada en su mano; por supuesto, no una espada literal, de esta Tierra, sino que está en una visión y es una espada de otra dimensión; y la espada representa la Palabra de Dios.

“Y allá en el Cañón Sabino, Él me dijo: ‘Esta es la tercera etapa.’ Hay tres cosas muy grandes que acompañan la tercera etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido.”

Un idioma desconocido al reverendo William Branham, así que no era inglés. Los Truenos emiten sus voces consecutivamente, y es en un idioma desconocido, por lo tanto, desconocido para el reverendo William Branham; no es inglés entonces. Y los Truenos del Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis 10, es la Voz de Cristo, del Mesías, del Espíritu Santo, hablando en el Día Postrero a Su Iglesia y en medio de Su Iglesia, y luego a todo el cristianismo y a toda la humanidad.

Esa será la Voz de Cristo hablando consecutivamente en el tiempo final. Por lo tanto, tiene que haber una etapa de la Iglesia, digamos una Edad, una etapa; y ya las siete pasadas entre los gentiles terminaron. Pasamos entonces, subimos entonces (como se ha venido haciendo, subiendo de una edad a otra), subimos a una Edad Eterna: la Edad de Piedra Angular, la Edad para la Venida del Mesías, la Edad para la Venida de la Piedra del Ángulo, Jesucristo, la Piedra que los edificadores desecharon que ha venido a ser cabeza del ángulo. Es lo que corona la Iglesia del Señor Jesucristo: la Venida del Señor en el Día Postrero.

“Pero estuve allí parado, y lo miré directamente; y esta es la tercera etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios (o sea, que lo que viene es el Espíritu Santo de Dios llevando a cabo la Obra correspondiente al Día Postrero, será una Obra del Espíritu Santo) ¡Oh, hermano! ¡Por eso fue que todo el Cielo estuvo en silencio!”

Eso es la Venida de Cristo a Su Iglesia para darle la fe para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y ahora podemos ver cómo la Tercera Etapa, esa manifestación donde el poder de Dios en toda Su plenitud va a ser manifestado, lo encontramos que será en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. Habrá una Carpa-Catedral en la cual se van a cumplir todas estas promesas de una Gran Carpa-Catedral y de la manifestación de Dios en toda Su plenitud; y entonces la gloria postrera para el Día Postrero será mayor que la primera, que lo que fue en el tiempo de los apóstoles.

Por eso en la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo vendrá la coronación de Su Iglesia con la gloria de Dios, la gloria de Cristo, manifestada en toda Su plenitud. Cuando los judíos vean eso, dirán: “Esto es y éste es el que nosotros estamos esperando.”

Por lo tanto, la visión de la Gran Carpa-Catedral tiene un propósito con la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, los que van a ser transformados, y las vírgenes insensatas de la parábola de las diez vírgenes que dio el Señor por el capítulo… Les voy a dar el capítulo exacto: capítulo 25 de San Mateo, versos 1 al 13. Y al final dice:

“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.”

Y en San Lucas dice: “Orad que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir sobre la Tierra, y a estar en pie delante del Hijo del Hombre.” San Lucas, capítulo 21, versos 25 al 36.

Y también el capítulo 18, verso 8, dice: “Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la Tierra?”

O sea, que para este tiempo final tenemos grandes promesas de parte de Dios, las cuales van a ser cumplidas en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo para bendición del cristianismo, del judaísmo y de todas las personas que despertarán a la realidad. [Efesios 5:14]:

“Despiértate, tú que duermes,

  • Y levántate de entre los muertos,*

  • Y te alumbrará Cristo.”*

Desde que el ser humano pecó en el Huerto del Edén (Adán y Eva) murió a la vida eterna, y le quedó solamente vida temporal; por lo tanto, los seres humanos han estado muertos y obtienen una resurrección espiritual cuando reciben a Cristo; despiertan a la vida eterna recibiendo a Cristo, y entonces reciben vida eterna, una resurrección a la vida eterna para el alma, una resurrección espiritual. Y luego viene la resurrección física para el cuerpo físico, en donde obtendrá cada creyente la vida eterna física. Ya tienen vida eterna en el alma y el espíritu, y les falta la vida eterna física, o sea, la redención física: la adopción, que es la redención del cuerpo.

Con la Primera Venida encontramos que se llevó a cabo el Programa para la redención del alma, la parte espiritual, interior; y ahora la segunda parte del Programa de la Redención es la física. Para lo cual, recibiremos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; lo cual estará ligada a la Venida del Señor a Su Iglesia, que es el Séptimo Sello cuando sea abierto a la Iglesia; entonces los que van a ser transformados estando vivos recibirán ese conocimiento y serán preparados para la transformación, tendrán la fe para ser transformados.

Por eso es que el apóstol Pablo nos enseña que la Venida del Señor a Su Iglesia será para nuestra transformación. Dice Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21:

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

¿Para qué esperamos la Venida del Señor? Para nuestra transformación, la adopción del cuerpo, la redención del cuerpo. Y para ese tiempo la Iglesia del Señor Jesucristo, el cristianismo, tendrá el cumplimiento de la Visión de la Carpa, tan sencillo como eso, donde la gloria de Dios estará manifestada en medio de Su Templo espiritual, Su Iglesia, en el Día Postrero; y eso será la manifestación de la Tercera Etapa, en donde la Palabra hablada se cumplirá.

¿Cómo comenzará todo? No sabemos, pero debe comenzar poniendo el fundamento, la Palabra primero; y después las señales aparecerán en el tiempo que Dios quiera, respaldando esa Palabra prometida, el mensaje de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final o Gran Trompeta de Isaías, capítulo 27, verso 13; y Gran Voz de Trompeta de Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58; y Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13* al 18*; y Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21.

Hemos estado viendo la promesa de la Visión de la Carpa y el propósito que Dios tiene con el cumplimiento o materialización de esa visión de la Gran Carpa-Catedral. Si Dios se la mostró al reverendo William Branham funcionando, pues va a aparecer; porque lo que se ve, es hecho de lo que no se veía: primero es hecho en otra dimensión y después se materializa en esta dimensión terrenal. Tan sencillo como eso.

“PROMESAS Y PROFECÍAS EN Y PARA Y DE LA GRAN CARPA-CATEDRAL.” Y de la visión que le fue mostrada al reverendo William Branham.

Así que hay grandes bendiciones para todos los creyentes en Cristo del mundo entero, para los judíos también, y para todos los que creerán en el Día Postrero en la Venida del Señor cuando se haga una realidad y se abra ese misterio a la Iglesia del Señor Jesucristo; y el mundo entero experimentará el impacto de esas profecías.

Con esa manifestación de la gloria de Dios, la gloria del Mesías, en el campo espiritual, será estremecido el mundo entero, entiendan o no entiendan.

No todos van a entender, como sucedió en el tiempo de Adán, en el tiempo de Abel y Caín. Adán, la enseñanza que traía Adán la entendió Abel por revelación divina, pero Caín no; la entendió también Set después, pero no la descendencia de Caín.

En el tiempo de Noé la revelación divina la entendió, el Programa de Dios lo entendió Noé, pero no lo entendió el mundo antediluviano, y perecieron.

“Como fue en los días de Noé y como fue en los días de Lot, así será la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero, así será la Venida del Hijo del Hombre,” dice Cristo en San Mateo, capítulo 24, verso 34 al 39; y San Lucas, capítulo 17; y también capítulo 21 de San Lucas.

Estamos en el tiempo en que las profecías bíblicas correspondientes al Día Postrero han comenzado a cumplirse, y estos misterios bíblicos contenidos en las profecías de los profetas del Antiguo Testamento y también en los mensajes de Juan el Bautista y de Jesús y de los apóstoles, hasta el libro del Apocalipsis, y los mensajes dados por el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham en profecías que corresponden al Día Postrero: han comenzado el proceso de cumplimiento.

Por lo tanto, podemos ver que la única esperanza para el ser humano es la Venida del Señor.

El planeta está en grave peligro: terremotos, maremotos, tsunamis, volcanes, en las naciones guerras y rumores de guerras, todo está con dolores de parto para dar a luz un mundo nuevo: una tierra nueva para el Mesías y Su Reino.

Y la Iglesia está con dolores de parto para dar a luz a Cristo. Todo lo que está sucediendo son dolores de parto, que cuando sucede en una mujer que está embarazada y le llega el tiempo para dar a luz, esos dolores no los quiere nadie, como tampoco los dolores de parto del planeta Tierra, las naciones no los quieren: terremotos, maremotos, volcanes y todos esos problemas, no los quieren las naciones; y guerras y rumores de guerras, y violencia en medio de la raza humana.

O sea, que el tiempo del fin o tiempo final es el tiempo de los grandes problemas, pero también para las grandes bendiciones de Dios. Por lo tanto, no podemos mirar los problemas para desanimarnos, sino las bendiciones que están prometidas para los creyentes en Dios, los creyentes en Cristo, los creyentes en la Palabra profética que nos promete, nos anuncia, grandes bendiciones para todos los creyentes en Cristo, y grandes bendiciones también para el pueblo hebreo.

Si las naciones, si los líderes de las naciones, supieran, entendieran y creyeran, que Israel va a estar a la cabeza de todas las naciones, todas estarían, sus líderes políticos, estarían preguntándole a Israel: “¿Qué necesitas? ¿Qué quieres? ¿Qué te traemos?”

Porque aun la bolsa de valores mundial va a estar en Jerusalén: la Escritura dice que las naciones llevarán las riquezas a Jerusalén. Así que va a ser la nación más rica de todas las naciones. Y eso es por Decreto Divino, porque Dios va a estar en Jerusalén gobernando a través del Mesías Príncipe en el Reino del Mesías, y luego por toda la eternidad.

“PROMESAS Y PROFECÍAS EN O CON RELACIÓN O DE LA GRAN CARPA-CATEDRAL.”

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de estas promesas, de estas profecías con relación a la Gran Carpa-Catedral, mostrando todas las bendiciones que vendrán cuando se esté cumpliendo la visión de la Gran Carpa-Catedral; y en donde los que trabajarán en ese proyecto divino dirán: “Yo tengo una partecita en ese proyecto, yo trabajé en tal forma o en tal forma,” cada cual conforme a como Dios le ha dado para trabajar.

Nadie se quiere quedar fuera de esa bendición; por lo tanto, estarán trabajando todos los creyentes al máximo, esforzándose y siendo valientes, porque eso es importante. Como le dijo Dios a Josué: “Solamente que te esfuerces y seas muy valiente.” Cuando se tiene que ser muy valiente es porque habrá problemas, habrá luchas; y esforzarse, porque con esfuerzo es que tiene que llevarse a cabo la labor que corresponde al tiempo final.

Fue antes de pasar a la tierra prometida, ya para pasar en unos días, como unos tres días, pasar a la tierra prometida, que Dios le dijo a Josué, el sucesor de Moisés: “Moisés mi siervo ha muerto,” y entonces le da la comisión a Josué, y le dice: “Solamente que te esfuerces y seas muy valiente; tú pasarás el pueblo a la tierra prometida.” Y Josué tipifica al Espíritu Santo que pasará a los creyentes en Cristo a la tierra prometida del cuerpo nuevo y glorificado, y a la Tierra Prometida del Reino de Dios, del Reino de Cristo.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos y les use grandemente en el proyecto de la Visión de la Gran Carpa-Catedral y de todo proyecto que Dios tenga: de evangelización, de literatura, de imprenta, de trabajo de imprenta, de televisión, y de todos los trabajos correspondientes a este tiempo final, para que sean llamados y juntados los que faltan en el Cuerpo Místico de Cristo, para que se complete Su Iglesia y Cristo salga del Lugar de Intercesión donde está como Sumo Sacerdote, tome el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, lo abra en el Cielo y haga Su Obra de Reclamo: reclame todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Bueno, continúen pasando una tarde feliz los que están presentes y los que están también en otras naciones. Y estando en el tiempo final, pues a trabajar en la Obra del Señor, porque los instrumentos que Dios estará usando son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo y todos los que se unan para trabajar en el proyecto divino correspondiente al tiempo final y todos los demás proyectos que haya en la Iglesia del Señor Jesucristo para ser llevados a cabo.

Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez para continuar y finalizar en esta ocasión. Que Dios les bendiga y les guarde, y hasta mañana, Dios mediante, en que estaré nuevamente con ustedes.

Continúen pasando todos, una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador. Dios les bendiga.

“PROMESAS Y PROFECÍAS EN GRAN CARPA-CATEDRAL.”

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