Muy buenas tardes, ministros, hermanas, hermanos, colaboradores, jóvenes, todos los presentes. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Leemos en Primera de Pedro, capítulo 2, versos 21 al 25, que dice:
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra.
“PASTORES SIGUIENDO LAS PISADAS DEL MAESTRO.”
Dios comenzó a obrar en toda Su plenitud en y a través de Cristo nuestro Salvador; y como el Padre lo envió y obró por medio de Él, Cristo ha enviado a todos los creyentes en Él, y por medio de ellos obra; o sea, que continúa la Obra de Dios que comenzó en Cristo, la continúa en los creyentes en Cristo, es continuada esa Obra en todos los que siguen las pisadas de Cristo nuestro Maestro, caminando siempre en el camino de la vida eterna, que es Cristo nuestro Salvador.
Y por consiguiente, el que obró por medio de Cristo obra también por medio de todo creyente en Cristo; así que la Obra de Dios que comenzó en Cristo, la continúa en usted y en mí también. Por lo tanto, sigamos las pisadas del Maestro Jesucristo nuestro Salvador.
Él evangelizaba. ¿Por qué evangeliza Su Iglesia, los creyentes? Porque siguen las pisadas de Cristo nuestro Maestro, el cual evangelizaba.
Y Él siempre hablando del Padre, y nosotros siempre hablando de Cristo, en el cual el Padre obró por Su Espíritu, y ahora obra en Su Iglesia por Su Espíritu en la forma ordenada por Dios para cada edad y para cada dispensación.
Y ahora, nos encontramos en la etapa de la Iglesia más gloriosa de todas, la etapa que le ha tocado a la América Latina y el Caribe.
En el tiempo de San Pablo no se oía acerca de América Latina y el Caribe; en el tiempo de Ireneo, de Martin, de Colombo, tampoco se escuchaba o por lo menos no está en las páginas sagradas de la Biblia.
Luego en la etapa de Lutero y Wesley se puede ir a las páginas de la historia y se puede encontrar algo, pero hay que buscarlo bien; y luego en la etapa del reverendo William Branham ya hay hasta viajes del reverendo William Branham a la América Latina. Vean cómo se ha ido acercando la presencia de Dios a los latinoamericanos y caribeños.
Y ahora en nuestro tiempo le llegó la bendición a los latinoamericanos y caribeños, para seguir las pisadas de Cristo nuestro Maestro, nuestro Salvador.
Por lo tanto, adelante trabajando en la Obra de Cristo, siguiendo las pisadas del Maestro; y que Dios les use grandemente en Su Obra en este tiempo final, en donde la Obra de Dios para este tiempo estará coronando a la Iglesia del Señor Jesucristo con la piedra de corona como edad, que es la Edad de la Piedra Angular; y coronar a la Iglesia con la piedra de corona en Su Venida, que será la Venida del Señor; lo cual será sencillo, conforme a las palabras del reverendo William Branham, que es el precursor de la Segunda Venida de Cristo; él nos habla en “Las Edades” y en el libro de “Los Sellos,” que todo va a ser sencillo.
Por lo tanto, esperamos en nuestro tiempo el cumplimiento de todas esas promesas, y las esperamos trabajando en el Programa Divino, obrando, para que cuando llegue nos encuentre trabajando en Su Programa.
Es importante estar conscientes del tiempo, de la edad, de la dispensación que nos ha tocado vivir; para así, de acuerdo al tiempo y edad, las sazones y los tiempos, sepamos lo que Dios ha prometido para nuestro tiempo y trabajemos en el Programa correspondiente al tiempo final: un tiempo paralelo al tiempo de Noé, al tiempo de Abraham y Lot allá en el territorio donde vivían, y al tiempo de nuestro amado Señor Jesucristo también.
Así es nuestro tiempo, un tiempo paralelo a esos tiempos pasados; por lo tanto, se estará repitiendo con gente nueva aquellos tiempos tan importantes de la historia de la humanidad.
Estamos aquí para cumplir el Programa Divino ordenado por Dios desde antes de la fundación del mundo para nuestro tiempo y para nosotros como creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
“SIGUIENDO LAS PISADAS DEL MAESTRO.”
Dios les bendiga y les guarde. Dejo con ustedes nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín.
(¿Esta es la primera o segunda actividad de hoy? La primera. Así que, todavía falta alguna más ¿verdad?… Sí. Cuando lleven a cabo la otra actividad estaré con ustedes también, para compartir con ustedes).
Que Dios les bendiga y les guarde y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.
“PASTORES SIGUIENDO LAS PISADAS DEL MAESTRO.”