El grato olor de un ciudadano celestial

Muy buenas tardes, compañeros en el ministerio de Cristo en Su Iglesia en este tiempo final. Es para mí un privilegio estar con ustedes en esta ocasión, en esta reunión de ministros, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final, que es el que nos ha tocado a nosotros vivir y del cual tenemos que preocuparnos y ocuparnos.

Este es el tiempo más maravilloso, más hermoso, más importante en el Programa Divino, porque es el tiempo para la adopción de los hijos de Dios, que es la transformación del cuerpo que está prometida para todos los creyentes en Cristo.

Nos dice San Pablo en Segunda de Corintios, capítulo 2, verso 14…, pasaje que escuchamos siendo leído por el misionero Miguel Bermúdez Marín, y dice de la siguiente manera: Segunda de Corintios, capítulo 2, verso 14:

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento”.

Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“EL GRATO OLOR DE UN CIUDADANO CELESTIAL”.

Los ciudadanos celestiales, dice el apóstol San Pablo que son los creyentes en Cristo. Por eso es importante que nosotros sepamos de quién está hablando el apóstol, para llevar el grato olor del conocimiento de Cristo.

En Colosenses, capítulo 2, nos dice… el capítulo 1, verso 12 en adelante, dice:

“… con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz…”.

O sea que hay una herencia de la cual y a la cual somos participantes. Es la herencia de los santos en luz, de la cual somos herederos y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro, conforme a las palabras de San Pablo en Romanos, capítulo 8, verso 14 en adelante. Ahora, sigue diciendo este pasaje en el verso 13:

“… el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.

Hemos sido libertados del reino de las tinieblas, del poder, de la potestad de las tinieblas, y hemos sido trasladados al Reino del amado Hijo de Dios, al Reino de Cristo.

“… en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.

Encontramos que Dios por medio del Verbo, Cristo, el Ángel del Pacto, creó todas las cosas; porque en Él fueron creadas todas las cosas.

En Él estaban todas las cosas, así como en un árbol, en una semilla de un árbol de mango, de aguacate, están todas las cosas que va a producir ese árbol: hojas, el tronco, las ramas, las hojas y el fruto; el fruto, que tiene que ser el que madure. El propósito es que lleve fruto.

Por eso en una ocasión Él dijo algo acerca de un árbol o de una higuera, y los siervos en la parábola dijeron: “¿Para qué ocupa más el lugar, no llevando fruto?”. El señor dijo: “Dejadlo un año más; y si no lleva fruto durante ese año, se cortará”[1]. Porque el propósito es que los árboles lleven el fruto que está dentro de ellos, el cual tiene que salir de dentro de ellos y madurar.

La Iglesia del Señor Jesucristo, así como Cristo también, son comparados a un árbol. El Árbol de la Vida en el Huerto del Edén era Cristo, y el árbol plantado junto a arroyos de aguas, del salmo[2], es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por eso también encontramos a Cristo diciendo: “Yo soy la Vid verdadera, mi Padre es el labrador”. Y diciendo a los creyentes en Él: “Vosotros sois los pámpanos”[3]. (Los galhos como dicen en Brasil; pero no son gallos de carne, como lo pensarían las personas, sino las ramas de la vid de uvas).

Es en las ramas donde el fruto aparece, es en las ramas por donde la vida de la planta o árbol de uvas, de la vid, muestra su fruto, muestra lo que está dentro de él. Y lo que está dentro de Cristo como fruto, como el Padre de familia, como el que engendra hijos e hijas de Dios, Él por medio de las ramas produce hijos e hijas de Dios de edad en edad.

Hemos tenido en el árbol de uvas, en la Vid, entre los gentiles, la primera rama en el tronco allá: la edad apostólica, Cristo y Sus discípulos. Luego, de ahí surge la rama primera de la edad entre los gentiles, de la cual San Pablo es el instrumento mensajero para esa rama de la Vid verdadera, de Cristo, y produce hijos e hijas de Dios en esa rama. Y así siguen las edades, las diferentes ramas, hasta que llega al tiempo final, la parte alta de la Vid, de donde tiene que surgir una directamente del tronco, una que reciba directamente del tronco la vida. Y esa es nuestra edad.

Así como el fruto primero que madura es el que está en la parte alta del árbol, así también los primeros que madurarán serán los creyentes en Cristo de este tiempo final. Los de las edades pasadas no llegaron a madurar, porque es para nuestro tiempo esa bendición tan grande.

Vean lo que dice el reverendo William Branham en el mensaje “Misterio predestinado de Su voluntad”[4]:

“[75] Su Sangre fue derramada para que yo pudiera ir a mi herencia. ¿Para ser qué? ¿Qué herencia? LA CALIDAD DE HIJO, PARA SER UN HIJO DE DIOS.

76 Y ahora esto solo pudiera ahogarlo hasta la muerte. ¿Pero sabía usted que los hombres que son hijos de DIOS SON DIOSES AMATEUR? ¿CUÁNTOS JAMÁS SABÍAN ESO? ¿Cuántos saben que Jesús lo dijo? La Biblia, Jesús dijo: ‘¿Acaso no dice vuestra ley que ustedes son Dioses? (O sea, cuando dice: ‘Yo dije, vosotros dioses sois’)[5]. Y si ustedes les llaman Dioses…’. Y Dios dijo en Génesis 2 que ellos eran Dioses porque ellos tenían completo dominio sobre el dominio del mundo. Él le dio dominio sobre todas las cosas. Y él perdió su calidad de hijo, él perdió su calidad de Dios, él perdió su dominio; y Satanás se lo quitó (se lo tomó, se lo cogió). Pero hermano, estamos esperando por la MANIFESTACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS, QUIENES REGRESARÁN PARA ATRÁS PARA TOMARLA OTRA VEZ. Esperando por la plenitud de los tiempos cuando la PIRÁMIDE LLEGA ARRIBA, A LA CÚSPIDE…”.

¿Cuál es la cúspide? (Estoy leyendo de la página 46, al final). La cúspide es en la edad que nos ha tocado vivir; es la edad, la etapa para la adopción de todos los hijos de Dios; porque en otras edades no llegaron a la adopción, no llegaron a la adopción del cuerpo, la redención del cuerpo, que es la glorificación de nuestros cuerpos, para tener el cuerpo glorificado como el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador.

“[76] Esperando por la plenitud de los tiempos cuando la PIRÁMIDE LLEGA ARRIBA, A LA CÚSPIDE, CUANDO LOS HIJOS COMPLETOS DE DIOS SERÁN MANIFESTADOS, CUANDO EL PODER DE DIOS ANDARÁ FUERA Y TOMARÁN CADA PODER QUE SATANÁS LE QUITÓ A ÉL. (…)

[77] ÉL HIZO EL HOMBRE UN DIOS, UN DIOS EN SU DOMINIO. Y SU DOMINIO VA DE MAR A MAR, DE PLAYA A PLAYA. ÉL TIENE CONTROL DE ELLA.

78 Y cuando Jesús vino, siendo el ÚNICO DIOS SIN PECADO, Él lo probó. Cuando los vientos soplaron Él dijo: ‘Sea la paz’. ¡Amén! Y cuando el árbol, Él dijo: ‘Ningún hombre coma de ti’.

79 ‘De cierto os digo (ustedes… QUE SON DIOSES PEQUEÑOS), si dijeres a esta montaña: ‘Sé movida’, y no dudares en vuestro corazón, pero creas que lo que has dicho vendrá a acontecer, puedes tener lo que has dicho’.

80 VA DERECHO ATRÁS PARA EL GÉNESIS, AL ORIGINAL.

¿Qué es ello? AHORA EL MUNDO Y LA NATURALEZA ESTÁ GIMIENDO. ¿Por qué? POR LA MANIFESTACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS, CUANDO VERDADEROS HIJOS, HIJOS NACIDOS, HIJOS LLENOS, HABLEN Y SU PALABRA ES ESO. YO CREO QUE ESTAMOS AL BORDE DE ESO AHORA MISMO. Sí, señor. ‘Di a esta montaña, SEA ASÍ’.

81 —‘HERMANO, Y DESEO ESTO Y ESTO, UNA CIERTA COSA HECHA. Yo soy un creyente en Cristo Jesús.

82 —‘YO SE LO DOY EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUCRISTO’.

¡Allí está una manifestación!

83 —‘¡OH, HERMANO!, MI COSECHA SE ESTÁ QUEMANDO, MAS ALLÍ NO HE TENIDO LLUVIA ALGUNA’.

84 —‘YO LE ENVIARÉ LA LLUVIA EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS’.

Allá vendrá”.

O sea que lo que hacía Jesús, el Espíritu de Dios en Jesús, y lo que vimos hacer a través de San Pablo y San Pedro, y vimos como una muestra de lo que es la Tercera Etapa, lo vimos manifestado como una muestra en el reverendo William Branham, va a ser en toda su plenitud en la Iglesia del Señor Jesucristo. ¿En qué etapa, en qué edad? La Edad de Piedra Angular.

Así como el Espíritu de Dios guio a Cristo para que subiera a un monte alto con Pedro, Jacobo y Juan, para allí mostrar la visión de lo que será la Segunda Venida de Cristo[6], allá se transfiguró delante de ellos, Su rostro resplandeció como el sol, Sus cabellos blancos como la lana, Sus ojos (aparece en Apocalipsis)[7] como llama de fuego, y así por el estilo. Pero en Apocalipsis está mostrando también lo que será la Segunda Venida de Cristo para la adopción.

Y vean ustedes, allá en el Monte de la Transfiguración aparecieron Moisés y Elías. Están ligados los ministerios de Moisés y Elías con la adopción de los hijos de Dios para el Día Postrero.

O sea que algo va Dios colocándolo en su lugar para la adopción de los hijos e hijas de Dios, para darles la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por eso es importante que estemos preparados. La adopción vendrá en la manifestación de la Tercera Etapa mencionada por el reverendo William Branham; en la Edad de la Piedra Angular será que vendrá; y será en una Gran Carpa Catedral, como la vio el reverendo William Branham.

Cuando Dios se la mostró, la Visión de la Gran Carpa Catedral, vio al Ángel que lo acompañaba, el cual estaba acompañándolo y le habló; y también le mostró un lugar pequeño en donde entraban enfermos y salían al otro lado sanos; y él no entendía por qué allí. Y el Ángel le dijo: “No será un espectáculo público como antes”, como era acostumbrado; o sea, como él lo hacía públicamente; dice:

“No será así. ¿No dice la Escritura: ‘Cuando oras a tu Padre entra a tu cámara secreta (esa va a ser la cámara secreta). Y ahí entra a tu cámara secreta, y ora a tu Padre que te ve, y Él te recompensará en público’?”[8].

Miren cómo las Escrituras se van juntando para lo que está prometido para este tiempo final.

Luego también él vio a la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, que viajó, voló, hacia ese lugar también[9]. O sea que va a ser un tiempo maravilloso para la Iglesia del Señor Jesucristo; y va Dios, en esa manifestación, a impactar a Su Iglesia, revelándole, dándole la fe, la revelación, para ser transformados, por medio de la revelación de los Siete Truenos, de lo que hablaron los Siete Truenos. Eso será lo que será hablado: la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia en la Edad de Piedra Angular en forma consecutiva. O sea que pasarán siete edades en forma consecutiva, sin necesidad de siete etapas con un mensajero para cada etapa.

Es en esa etapa donde ocurrirá la adopción, la redención de nuestros cuerpos, la transformación nuestra, la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados. Y cuando todo eso ocurra, las actividades de los creyentes en Cristo transformados serán actividades de jóvenes.

Y estaremos como Dios nos vio desde antes de la fundación del mundo: con cuerpos eternos, inmortales, glorificados, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Y entonces ya no tendremos que hacer actividad en un sitio o en otro sitio, sino todos juntos. Todos los creyentes en Cristo van a reunirse…; probablemente desde que sean transformados no se van a separar quizás, o irán a ver a algún familiar, como hicieron Abraham, Isaac, Jacob, y los que resucitaron con Cristo que visitaron a sus familiares[10].

Y eso será un susto para los familiares; pero, de seguro, para Dios tener misericordia de sus familiares también.

Recuerden que Cristo estuvo apareciendo a Sus discípulos por 40 días. Se ve, asegurado, que aparecía todos los domingos[11]; de los otros días no sabemos; por lo menos ocho veces le apareció a Sus discípulos. Y el Día de Pentecostés vino sobre 120[12], y era el primer día de la semana también.

Por lo tanto, estemos preparados porque estamos en un Domingo espiritual también. Siete edades, y luego la Edad de Piedra Angular es el ocho. Cae en eternidad el ocho, y cae en primer día (también) de la semana, primer día de una nueva semana. También es conocido como el octavo día, pero no hay octavo día, es el comienzo de un nuevo tiempo, de una nueva semana. Y por consiguiente, el domingo nos habla de resurrección, nos habla también de adopción, de transformación, de grandes bendiciones para los creyentes en Cristo.

Es grande el amor y misericordia que Dios ha tenido para conmigo. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también, al mostrarnos, revelarnos estas cosas para este tiempo final.

En el aposento alto, día que vendría el Espíritu Santo sobre los creyentes en Cristo, vean, hubo en aquellos tiempos grupos religiosos: saduceos, fariseos, los doctores de la Ley, los fariseos estaban ahí, los herodianos; y así por el estilo hubo grupos religiosos, personas religiosas en aquel tiempo. Pero hubo un grupito que seguía a Jesús, que tenía la revelación de lo que tenía que esperar en aquellos días: la adopción espiritual, que es el bautismo del Espíritu Santo; y después, al final, cuando se llegara a una edad paralela a la de Jesucristo y Sus apóstoles, vendría la adopción física para todos aquellos que ya tendrían la adopción espiritual.

Y la adopción espiritual es el nuevo nacimiento, en donde se recibe el Espíritu de Cristo; y la adopción física es la transformación de nuestros cuerpos, donde recibiremos un cuerpo como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Es importante estar conscientes y tener conscientes a las congregaciones, del tiempo que nos ha tocado vivir, y de estar esperando, como en el Día de Pentecostés estuvieron esperando por diez días allí en el aposento alto la venida del Espíritu Santo para obtener el nuevo nacimiento, para obtener esa adopción espiritual.

Porque el que no nace de nuevo, el que no nazca de nuevo no puede entrar al Reino de Dios, le dice Cristo a Nicodemo en San Juan, capítulo 3, verso 1 al 6; y se entra al Reino de Cristo en la forma espiritual.

Y para entrar literalmente al Reino de Cristo, como reyes, sacerdotes y jueces, necesitamos el cuerpo eterno, el cuerpo glorificado; porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción[13].

Y San Pablo dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos (o sea que no todos vamos a morir físicamente); mas todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la Final Trompeta; porque se tocará la Trompeta, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y nosotros los que vivimos seremos transformados”[14].

Una resurrección para los que murieron, en cuerpos incorruptibles; y una transformación para los que estén vivos: una transformación de nuestros cuerpos, para tener un cuerpo incorruptible, inmortal y glorificado, igual al cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador.

Esa es la meta de Dios por medio de Cristo, y esa también es nuestra meta: la transformación de nuestros cuerpos para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y ahora, como decía el reverendo Andrés Cruz Gallegos: hay un secreto en la Visión de la Carpa, donde será manifestada la Tercera Etapa y donde la fe para ser transformados, la fe de rapto, va a ser dada a los creyentes por medio de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. Porque son los Truenos, es la Voz de Cristo hablando consecutivamente, la que le dará la revelación, la fe, para ser transformados los creyentes en Cristo de este tiempo final; o sea que todo va a culminar en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por eso estemos preparados y trabajando en ese proyecto, como trabajaron en el proyecto de la construcción de un tabernáculo allá con Moisés (Moisés vuelve); como trabajaron allá con Salomón, que así como fue cuando Salomón dedicó el templo y vino la Columna de Fuego, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, y entró y pasó al lugar santísimo[15]; así como lo había hecho en el tabernáculo que había construido Moisés en el desierto, y los acompañó por el desierto[16]; encontramos que también acompañó a Israel en su tierra, estando también allí en el templo.

Y Cristo ha estado construyendo Su Templo espiritual, Su Iglesia, a través de la cual, al completarla, se manifestará en toda Su plenitud y entrará, así como entró al tabernáculo que construyó Moisés conforme al modelo que le fue mostrado en el monte; y conforme al modelo que le fue mostrado a David y le dio los planos a su hijo Salomón para construir el templo en Jerusalén[17]; así también Dios por medio del Espíritu Santo, Cristo por medio del Espíritu Santo, ha estado construyendo un nuevo Templo, un Templo espiritual: Su Iglesia, para morar en Ella en toda Su plenitud. En toda Su plenitud.

Y el lugar de ese Templo, más privilegiado…; así como el más privilegiado era el lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés: Allá estaban dos querubines de oro sobre el propiciatorio; y en medio de los dos querubines de oro la presencia de Dios en aquella Nube de Luz allí en el templo, en el tabernáculo, en el lugar santísimo, que era de oro, madera cubierta con oro el lugar santísimo; el arca: de madera cubierta con oro por dentro y por fuera; la tapa del arca, del propiciatorio… el propiciatorio, que es la tapa del arca, era de oro puro; y los dos querubines eran de oro puro también. Era una tapa con dos querubines, una fabricación monolítica; y en medio de los dos querubines estaba la presencia de Dios[18].

Luego, encontramos, en el templo que construyó el rey Salomón, que, en adición a los dos querubines de oro sobre el propiciatorio, colocó (no sobre el arca del pacto, sino al lado) a cada lado del arca del pacto dos querubines gigantes de madera de olivo cubiertos de oro[19]; porque es en el Lugar Santísimo donde Dios tendrá esos Dos Querubines de madera de olivo cubiertos de oro, o sea, cubiertos de la Divinidad, Dios en ellos.

Por eso se va a cumplir… Se va a cumplir la página 30 de Las Edades, donde dice:

109. Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado la dispensación de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan solo les pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder recorrerá hasta Apocalipsis 11; y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos”.

¿Quién le va a llevar el Evangelio a los judíos? Los Dos Olivos. ¿Y dónde van a estar? En el Lugar Santísimo del Templo espiritual.

[109]. Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles (¿Cómo lo trajeron? Por medio de Pedro y San Pablo; ellos son tipo y figura de los Dos Olivos), así también los gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el Rapto sucederá”.

Esa es la forma para Dios tratar en este tiempo final con los judíos. Por eso cuando el reverendo William Branham, teniendo el ministerio de Elías por cuarta ocasión, vio que hay 144.000 judíos que van a ser llamados y juntados, él, como ministro responsable, quiso ir para hablarles a ellos; pero el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, le dijo que no era el tiempo todavía; que no era todavía, que la maldad del amorreo no se había cumplido[20].

Y él hasta ahí creía que solamente había cuatro manifestaciones de Elías. Más adelante se dio cuenta y supo que son cinco, y que era para más adelante esa manifestación para los judíos. Entonces comprendió que Elías… que Elías recorrerá ese camino ministerial por quinta ocasión, y que no será el ministerio de Elías solo, sino el ministerio de Moisés también.

O sea que los Dos Olivos de madera de olivo cubiertos de Oro, del Lugar Santísimo, tendrán una misión grande con el pueblo hebreo. Esos son los únicos que los judíos van a escuchar, a esos dos ministerios siendo manifestados. Van a decir: “¡Esto es lo que estamos esperando!”.

Todo eso tiene un secreto grande, y ellos están esperando por Elías. Por eso no reciben a nadie, excepto cuando Elías les aparezca, cuando les aparezca en el tiempo correspondiente para el llamado; cuando llegue ese momento, ellos lo verán.

El reverendo William Branham, en la página 41 del mensaje “Fiesta de las Trompetas”, dice que ellos van a ver a Cristo viniendo por Su Iglesia, lo van a ver en Su Iglesia[21]. Es una bendición grande que tendrá la Iglesia en el Día Postrero. Y van a ver a Cristo en Su Iglesia, viniendo por Ella.

O sea que hay muchas cosas que están por suceder; y no pueden suceder en la primera edad, porque ya esa edad terminó, y su mensajero se fue y está en el Paraíso esperando la Venida del Señor al Paraíso, a la sexta dimensión; porque cada mensajero tiene que ser juzgado allá, para después entrar acá, a esta dimensión, recibiendo un cuerpo glorificado.

Así como pasó por el Paraíso: cuando Cristo murió y fue a resucitar, primero pasó por el Paraíso; después de haber salido del infierno pasó al Paraíso, y trajo con Él a los santos que dormían físicamente; sus cuerpos estaban muertos, y ellos estaban en alma y espíritu allá en el Paraíso; y en la resurrección de Cristo resucitaron con Cristo jovencitos, y visitaron a algunos de sus familiares.

Estamos en un tiempo muy pero que muy glorioso; estamos en el tiempo del Lugar Santísimo en el Templo espiritual de Cristo, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo como Templo espiritual. Y así como la manifestación del Espíritu Santo en los creyentes y mensajeros de cada edad, y en el trabajo que llevaron a cabo, fue de olor grato ante la presencia de Dios, así también es en este tiempo.

Y obedientes a la Palabra de Dios: haciendo conforme a como Dios nos dice en Su Palabra; y trabajando conforme al tiempo que nos ha tocado vivir, para que las promesas para este tiempo se conviertan en una realidad.

El reverendo William Branham dice que la actitud correcta… Vamos a leerlo. En el mensaje “La hora ha llegado”, del 15-04 de 1951[22], dice:

“[17] Todos los que están aquí, ¿entienden ustedes lo que quiero decir cuando digo ‘la actitud correcta’? Su actitud mental correcta hacia las promesas divinas de Dios hará que ocurran”.

O sea, tenga la actitud correcta de las promesas – hacia las promesas que Dios ha hecho para nuestro tiempo, creyéndolas de todo corazón, no importa las adversidades, no importa los problemas, no importa que parezca que no se van a cumplir.

Abraham recibió la promesa de tener un hijo[23], y cada año que pasaba parecía que se alejaba más el cumplimiento de esa promesa; y era al revés: era un año más cerca del niño que le había sido prometido.

Se podían reír de él, de que estaba esperando un niño, y su esposa ya no podía tener niños, y su esposa pensaba también que ya no podía tener niños; pero él se mantuvo firme creyendo en la promesa. Tenía la actitud mental correcta frente a la promesa que Dios le había hecho: creyendo que Dios era poderoso para cumplir lo que Él había prometido.

Y Dios es poderoso para cumplir lo que Él ha prometido para Su Iglesia para este tiempo final.

Por lo tanto, nunca se desanime, nunca mire los problemas como algo que va a impedir que se cumpla la promesa. Él la va a cumplir porque Él lo prometió; y es poderoso para cumplirla.

Y nosotros con la actitud correcta frente a esas promesas, haremos… Esa actitud correcta hará que se cumplan, que ocurra lo que Dios prometió.

Por lo tanto, adelante, ministros y vuestras congregaciones, dando olor grato ante la presencia de Dios, trabajando en el Evangelio, llevando el Evangelio por todas partes, y trabajando en el Programa Divino para que se cumplan las promesas que Él ha hecho, trabajando alrededor de esas promesas; y Dios respaldará el trabajo, porque son conforme a lo que Dios prometió.

Haciendo la Obra de Dios siempre: recibiremos siempre la bendición de Dios. Cristo dijo que Él vino para hacer las obras del Padre, las obras que le fueron dadas para llevar a cabo[24]. Y Su Iglesia ha sido colocada en la Tierra para llevar a cabo las obras que Cristo le ha encomendado.

Por lo tanto, conscientes de la edad en que estamos, del Mensaje de Dios para nuestro tiempo, con las promesas correspondientes a nuestro tiempo, trabajemos con nuestra fe firme en Cristo y Sus promesas; sin dudar ninguna de ellas.

Y siempre pensando y creyendo y confesando: “Yo voy a ser transformado”, porque Él lo ha prometido. Si Él lo ha prometido, Él lo cumplirá; y nosotros lo recibiremos porque lo creemos de todo corazón.

Eso está también en cada creyente. Y la fe en cada creyente activa la Palabra prometida para el tiempo, para que se haga realidad; y Dios activa Su poder por la fe de las personas.

Recuerden que Cristo decía: “Si puedes creer, si crees…”. O sea que está de nuestra parte el creer; porque Dios no puede obrar en contra de lo que usted cree.

Si usted no cree que va a recibir una bendición, Dios no puede darle la bendición, porque estaría en contra de lo que usted está creyendo. Está creyendo que no puede, entonces Dios no lo hace. Para el que cree, todo es posible[25], vienen todas las bendiciones de Dios.

De todas las etapas de la Iglesia, la etapa más bendecida es la que nos ha tocado a nosotros vivir. Tiene las bendiciones prometidas más grandes de la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo. Tiene la promesa de la adopción física en adición a la adopción espiritual; o sea que tiene la promesa de una doble porción: la porción espiritual y la porción física para los creyentes en Cristo del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; que son los que estarán dando olor grato a Dios, ante la presencia de Dios.

Ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de “EL GRATO OLOR DE UN CIUDADANO CELESTIAL”.

Recuerden que Cristo por Pablo dijo en Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21: “Porque vuestra ciudadanía está en los Cielos”. Y por consiguiente ¿somos qué? Ciudadanos celestiales.

“Porque vuestra ciudadanía está en los Cielos, de donde también esperamos al Salvador; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria Suya, con el poder con el cual puede también sujetar a Sí mismo todas las cosas”.

Todas las cosas están sujetas a Cristo. Él dijo: “Y todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”. San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20.

Por lo tanto, Él estando en Espíritu en medio de Su Iglesia manifiesta Su poder, el cual ha colocado en medio de Su Iglesia; le ha dado a Su Iglesia para llevar a cabo las obras que Cristo continuaría llevando a cabo; las continuaría llevando a cabo a través de Su Iglesia, de edad en edad. Y por consiguiente, los miembros de Su Iglesia son los instrumentos de Cristo para Él obrar y cumplir lo que Él ha prometido.

Que Dios les bendiga y les guarde, ciudadanos celestiales, dando grato olor celestial; dando grato olor a Cristo, a Dios, porque sube hasta el Cielo el grato olor que dan los ciudadanos celestiales en este tiempo final, como ha sido en tiempos pasados.

Que Dios les bendiga y les guarde; y ya nos veremos, Dios mediante, en las próximas actividades. Mañana estaremos también con ustedes para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente para este tiempo final.

Dejo con ustedes al misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y luego finalizar en la hora que él tenga programada.

Con ustedes el misionero Miguel Bermúdez Marín.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“EL GRATO OLOR DE UN CIUDADANO CELESTIAL”.

[Revisión junio 2024]

[1] San Lucas 13:6-9

[2] Salmos 1:3

[3] San Juan 15:1, 15:5

[4] Citas, pág. 37, párr. 312: 60-0522E “Adopción #4”, párrs. 75-84

[5] San Juan 10:34

[6] Mt. 17:1-8, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36

[7] Apocalipsis 1:12-16, 2:18, 19:12

[8] Citas, pág. 13, párr. 98 al final; pág. 14, párr. 103; pág. 40, párr. 321

[9] Citas, pág. 10, párr. 87; pág. 13, párr. 98; pág. 14, párr. 103; pág. 40, párr. 321; pág. 99, párr. 860

[10] San Mateo 27:52-53

[11] San Lucas 24:1, 24:13-49, San Juan 20:19-29

[12] Hechos 2:1-4

[13] 1 Corintios 15:50

[14] 1 Corintios 15:51-52

[15] 1 Reyes 8:10-11, 2 Crónicas 5:11-14

[16] Éxodo 40:33-38, Números 9:15-23

[17] 1 Crónicas 28:11-13

[18] Éxodo 25:10-22, 37:1-9

[19] 1 Reyes 6:23-28, 2 Crónicas 3:10-13

[20] Las Setenta Semanas de Daniel – 61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC)

[21] 64-0719M “La Fiesta de las Trompetas”, párr. 253

[22] 51-0415E “La hora ha llegado”, párr. 17

[23] Génesis 18:9-15

[24] San Juan 5:19-20, 8:28-29

[25] San Marcos 9:23

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