Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y también los que están en otras naciones; y un saludo muy especial al misionero Miguel Bermúdez Marín, quien estuvo hablándoles hace algunos minutos; y desde el lugar donde se encuentra y al lugar donde se encuentra, quiero extenderles mis saludos al fiel misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín.
Que Dios te bendiga, Miguel, y te dé mucha salud y mucha vida para que llegues vivo a la transformación y también al cumplimiento de la Visión de la Carpa. Y que Dios les bendiga a todos ustedes, ministros allá reunidos con él, y a toda la congregación allá reunida con él donde él se encuentra, y a todos los ministros en diferentes naciones y sus congregaciones. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y también sobre mí. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén. Y nos use grandemente en este tiempo final.
Ahora leo en Primera de Reyes, capítulo 19, verso 8 en adelante… Verso 8 en adelante, dice, de Primera de Reyes, capítulo 19, hablando del profeta Elías dice:
“Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida (matarme).
El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.
Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.
A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.
Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará.
Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.”
En la introducción en esta noche, del tema de escuela bíblica, el tema del estudio bíblico será: “ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS”; por lo cual tendremos una corta introducción al tema de escuela bíblica del próximo domingo, Dios mediante.
Hoy viernes, 4 de noviembre, tendremos la introducción en esta noche; y pasado domingo, 6 de noviembre, o el próximo domingo 6 de noviembre, será la escuela bíblica, donde el tema será: “ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.”
El Monte Sinaí en el tiempo de Moisés, en el Éxodo, fue el Monte de Dios donde estaba el Ángel del Pacto y donde le apareció Dios a Moisés en una zarza que ardía y no se consumía. Allí estaba Dios en el Ángel, en Su Ángel, en el Ángel del Pacto, para hablarle al instrumento que Él tenía, a través del cual se manifestaría y libertaría al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto.
Por lo tanto, ese era el monte al cual Dios los llevaría para darle los Diez Mandamientos; manifestarse, revelarse a Israel en ese monte, del cual se dice en Hebreos, capítulo 12, verso 18 en adelante, San Pablo hablando dice:
“Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor.”
Así como se acercó Moisés con el pueblo hebreo al Monte de Dios, al Monte Sinaí o Monte Horeb, ahora bajo el Nuevo Pacto, el cristianismo, los creyentes en Cristo, desde el Día de Pentecostés se han acercado al Monte de Dios, el cual en el Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual ha estado pasando por las diferentes etapas. Y cuando pasa por la etapa de santificación en los días de Lutero, en esa etapa, esa es la etapa que allá en el Monte Sinaí estaba el profeta Elías en el Monte de Dios.
Ahora vean, podemos ver al profeta Moisés con el pueblo en el Monte Sinaí, podemos ver al profeta Elías (ahora en este pasaje que leímos) con el pueblo, las diez tribus, o donde Dios le iba a hablar, y lo vemos huyendo cuando Dios le aparece y dice: “¿Qué haces aquí, Elías?” [Primera de Reyes 19:9]
Le dice: “He sentido un vivo celo por Jehová; porque los hijos de Israel han dejado Tu Pacto.” Y comienza a explicarle por qué había huido. Y se encontraba en el mejor lugar: en el Monte de Dios, el Monte Sinaí o Monte Horeb.
Cuando pasa Dios delante de él, se escucha y se ven los efectos de un “poderoso viento que rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento (esa fue la edad o el tiempo de Lutero, la Edad Luterana). Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto (esa es la etapa wesleyana).
Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego (esa es la etapa pentecostal en el cristianismo)…”
Son etapas que luego en el Monte de Sion o Monte de Dios del Nuevo Testamento, en el Monte de la Iglesia del Señor Jesucristo, se materializan esas etapas; porque aquellas reflejaron las etapas que en el Monte de Dios del Nuevo Pacto, del Nuevo Testamento, se materializarían.
Pero luego viene un…:
“…y tras el fuego un silbo apacible y delicado.”
Esa es en la Edad de Piedra Angular la Voz de Dios hablando con un Silbo Apacible, hablando un Mensaje apacible, un Mensaje suave para todos los creyentes. Y vean [verso 13]:
“Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.”
O sea que él estaba huyendo porque le querían quitar la vida, y huyó hacia el Monte de Dios, en donde vio el viento recio, un terremoto y un fuego; tres cosas, cada una en su momento; pero Dios no estaba ni en el viento recio, ni en el fuego – ni en el terremoto, ni en el fuego. Y luego vio y oyó un silbo apacible, y Dios ahí sí estaba. Y cuando oyó el silbo apacible, vino a Elías Palabra de Dios, y le pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?”
Es la misma pregunta que va a surgir: “¿Por qué el Señor con los creyentes en Cristo en el Día Postrero, en el Monte de Dios, en la Edad de Piedra Angular?” Cuando los judíos vean a Cristo viniendo por Su Iglesia, ellos dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando.” Eso será en el Silbo Apacible, en la Edad de Piedra Angular.
Van a ver la bendición que vendrá en medio del cristianismo en la Edad de Piedra Angular, bajo el ministerio de Elías, el cual estará ahí, y de ahí pasará el ministerio al pueblo hebreo.
Vimos a Elías en la séptima edad, el ministerio de Elías en el reverendo William Branham por cuarta ocasión; y él dice que vendrá por quinta ocasión para los judíos también. Esa es la quinta ocasión o quinta manifestación del ministerio de Elías, que Dios le hablará no solamente a la Iglesia del Señor Jesucristo sino al pueblo hebreo; sobre todo al pueblo hebreo en la quinta manifestación de Elías o ministerio de Elías. Ellos lo van a ver y van a hacerse la pregunta: “¿Por qué con el cristianismo ha estado ese ministerio?”
Ya estamos en el tiempo del Silbo Apacible; por lo tanto, Dios le estará hablando al pueblo acerca de Israel y acerca de un grupo de cristianos que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.”
Ahora vimos que bajo el Nuevo Pacto el Monte de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo; es también Sion espiritual, es también la Jerusalén espiritual. Por lo tanto, ya sabemos cuál es el Monte en que Elías aparecerá en su quinto ministerio en el Día Postrero.
Y estuvo en el cuarto ministerio también en el Monte de Dios en la etapa de Laodicea, en la etapa pentecostal; por eso el reverendo William Branham estuvo con ese ministerio, moviéndose en esa séptima edad de la Iglesia gentil representada en la iglesia de Laodicea de Asia Menor.
Para este tiempo final el ministerio de Moisés y Elías pasarán al pueblo hebreo para llevarles la Palabra profética, la Palabra de bendición al pueblo hebreo; pero primero lo verá la Iglesia del Señor Jesucristo, el quinto ministerio de Elías y luego el ministerio de Moisés, y así por el estilo, en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.
Ahí vamos a ver más claramente el ministerio de Elías por quinta ocasión y el ministerio de Moisés en acción. Y lo vamos a oír tronando con los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, el ministerio del Ángel Fuerte que desciende del Cielo.
Los truenos literales representan los Truenos espirituales, que es la Voz de Dios hablándole al pueblo; como le habló en el Monte Sinaí, y se veían relámpagos, voces, truenos, pero era Dios hablando. La parte física la veían, pero no comprendían completamente quizás, algunos, a Dios hablándoles; pero Moisés sí sabía lo que estaba hablando Dios.
Y Dios le hablaba con Voz tronante a Moisés, y el pueblo escuchaba cuando Dios le hablaba. Todos escuchaban truenos, veían relámpagos, voces; el monte estaba lleno de ángeles y carros de fuego. Era un momento muy importante en la vida del pueblo hebreo.
El Monte Sinaí estaba lleno de ángeles. Eso está en Deuteronomio. Eso fue cuando estaban siendo echadas las bendiciones. Capítulo 33 del Deuteronomio:
“Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.
Dijo:
Jehová vino de Sinaí,
Y de Seir les esclareció;
Resplandeció desde el monte de Parán,
Y vino de entre diez millares de santos,
Con la ley de fuego a su mano derecha.
Aun amó a su pueblo…”
¿Qué dice Moisés? “Vino entre diez millares de santos.” O sea que hubo una reunión grande ahí.
Ahora veamos por un momento Daniel, capítulo 7, verso 9 en adelante. Dice:
“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.”
Aquí también millares de millares sirven delante de Dios.
La Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto estará con el Mesías-Príncipe en el Juicio para las naciones y después para el Juicio Final.
“ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.”
Ya vimos que el Monte de Dios bajo el Nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahí es donde apareció el ministerio de Elías por cuarta ocasión, así como apareció el ministerio de Juan el Bautista en el pueblo que estaba bajo el Pacto Antiguo (Israel), y vino e introdujo al Mesías.
Y la edad o etapa de Juan el Bautista fue la séptima etapa de la Iglesia hebrea bajo la Ley, que es el pueblo hebreo. Y luego el Mesías-Príncipe en la Edad de Piedra Angular, porque Él es la Piedra Angular o la Piedra del Ángulo, y Él es el que produce la Edad de Piedra Angular; así como Dios produce por cada mensajero cada edad, en la formación de un pueblo como Templo de Dios, y por consiguiente como Monte de Dios.
Y ahora es en el Día Postrero la Iglesia del Señor Jesucristo, que ha pasado por diferentes etapas o edades, el Templo espiritual de Dios. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Por lo tanto, dice: “el que destruyere el Templo de Dios, Dios lo destruirá a él.” [Primera de Corintios 3:16-17]
O sea que las persecuciones y todas estas muertes en contra del cristianismo, van a ser juzgadas en el Juicio Divino; y la recompensa la dará Dios, la bendición la dará a los creyentes que han sido mártires y a todos los que queden en el Día Postrero que estén en el Monte de Dios, que es el lugar donde Él colocará los que están inscritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
¿Dónde vemos al cuarto Elías que vino? En el Monte de Dios en la séptima etapa. Después, fuera de la séptima etapa: entre la séptima etapa y la octava etapa, entre la séptima edad y la Edad de Piedra Angular.
¿Y dónde veremos a Elías viniendo primeramente por quinta ocasión? En el Monte de Dios, en el Templo espiritual de Cristo, que es Su Iglesia y es el Monte de Dios bajo el Nuevo Pacto.
Por eso es tan importante conocer estas promesas divinas, para no fallar en el Día Postrero y estar viendo lo que debemos ver en el Programa Divino.
“ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.”
“Es el Monte en el cual y al cual nos hemos acercado”, dice San Pablo en Hebreos, capítulo 12, verso 18 al 29. Es ahí donde Dios hablará como habló en el Monte Sinaí, es ahí donde Elías también… Así como Moisés estuvo en el Monte Sinaí, Elías también estuvo en el Monte Sinaí, y Dios le habló; y es en el Monte de Dios del Nuevo Pacto, la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Dios ha estado hablando, es el Monte de Dios; y por consiguiente, es donde ha estado manifestando el ministerio de Elías por cuarta ocasión (en la séptima edad), y manifestará el ministerio de Elías por quinta ocasión. Y de ahí pasará al pueblo hebreo, donde será manifestado el ministerio de Elías por quinta ocasión y luego el ministerio de Moisés.
Y lo que será Moisés y Elías para los judíos, será el misterio del Séptimo Sello para la Iglesia del Señor Jesucristo.
El domingo continuamos, Dios mediante. Esto solamente ha sido la introducción al tema del estudio bíblico del domingo en la escuela bíblica: “ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.” Veremos con más detalles, Dios mediante, sobre este tema.
Dejo con ustedes al misionero Miguel Bermúdez Marín allá donde se encuentra, y a cada ministro en la iglesia o congregación donde se encuentra; y en Puerto Rico dejo al reverendo José Benjamín Pérez a continuación.
Hasta el próximo domingo, Dios mediante, donde vamos a ver a Elías con más detalles en y para la quinta manifestación del ministerio de Elías y el ministerio de Moisés en el Monte de Dios.
Pasen todos muy buenas noches. Que Dios me los bendiga grandemente, y nos abra las Escrituras el próximo domingo y el entendimiento para comprender.
Oren mucho por mí también, para que esté bien para el próximo domingo. Dios me ha estado ayudando mucho y me continuará ayudando; y a cada uno de ustedes también.
Recuerden que la… Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“ELÍAS EN EL MONTE DE DIOS.”