Muy buenas tardes, ministros y colaboradores presentes y también en otros países.
Para esta ocasión leemos en Josué, capítulo 1, versos 1 en adelante; y dice de la siguiente manera:
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:
Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.
Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.
Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla, y nos abra las Escrituras y el entendimiento para comprender.
“NO TEMAS NI DESMAYES”.
Dios, como estuvo con Moisés, luego estuvo con Josué, para colocar el pueblo en la tierra prometida. Y como estuvo con Josué como había estado con Moisés, luego encontramos que estuvo con Jesucristo. Y luego, como estuvo con Jesucristo, estuvo con los apóstoles. Y luego, como estuvo con Jesucristo y los apóstoles, ha estado con cada ángel mensajero de edad en edad, en la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto.
Por eso es que la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en la virgen María, como también en otras mujeres de la Biblia, mujeres de fe.
Ahora veamos, página 187 del libro de Las Siete Edades de la Iglesia, en esta versión en español dice… Vamos a leer un poco antes: desde la página 186 dice:
“55. El primer hijo (Adán) era la Palabra-simiente hablada de Dios. Le fue dada una esposa para reproducirse. Para eso le fue dada la esposa, para reproducirse; para producir otro hijo de Dios. Pero ella cayó. Ella cayó por mezclarse. Ella hizo que él muriera.
56. Al segundo Hijo (Jesús), también una Palabra-Simiente hablada de Dios, le fue dado una novia así como fue Adán. Pero antes de que Él se pudiera casar con ella, ella también había caído. Ella, como la esposa de Adán, fue puesta a prueba para ver si creería la Palabra de Dios y tendría Vida, o dudar la Palabra y morir. Ella dudó, dejó la Palabra; y por eso murió.
57. De un grupo pequeño de la verdadera simiente de la Palabra, Dios presentará a Cristo una Novia amada. Ella es una virgen de Su Palabra. Ella es una virgen porque no conoce ningún credo ni dogma hecho por el hombre. Por y a través de los miembros de la Novia será cumplido todo lo prometido por Dios que habría de ser manifestado en la virgen”.
Es importante saber que todo lo que ha sido prometido por Dios que habría de manifestarse en la Iglesia-Virgen, lo va a cumplir a través de los miembros de Su Iglesia-Novia. Ese es uno de los misterios del Plan de Dios que se lleva a cabo en la Iglesia del Señor Jesucristo.
“58. La palabra de promesa vino a la virgen María, y esa Palabra prometida era Él mismo, Quien habría de ser manifestado. Dios fue manifestado. Él mismo actuó en ese tiempo y cumplió Su propia Palabra de promesa en la virgen. Fue un ángel quien le había traído el mensaje, y el mensaje de ese ángel fue la Palabra de Dios (Isaías 9:6). Él cumplió en ese tiempo todo lo que estaba escrito acerca de Él, porque ella aceptó Su Palabra.
59. Los miembros de la Novia-Virgen Le amarán y ellos tendrán Sus virtudes, porque Él es su cabeza y todo poder le pertenece. Ellos están sujetos a Él, así como los miembros de nuestros cuerpos están sujetos a nuestra cabeza.
60. Note la armonía entre el Padre y el Hijo. Jesús nunca hizo nada sin que primeramente le fuese mostrado del Padre (Juan 5:19). Esta armonía ahora habría de existir entre el Novio y la Novia. Él le enseña a ella Su Palabra de Vida, ella la recibe y nunca la duda. Así que nada la puede dañar, ni aun la muerte. Porque si la simiente fuere sembrada, el agua la hará brotar de nuevo. Aquí está el secreto de esta cosa: la Palabra está en la Novia (así como estuvo en María). La Novia tiene la mente de Cristo porque ella sabe lo que Él quiere que se haga con la Palabra. Ella lleva a cabo el mandamiento de la Palabra en Su Nombre porque ella tiene un ASÍ DICE EL SEÑOR. Entonces la Palabra es vivificada por el Espíritu, y llega a suceder. Así como una simiente que es sembrada y regada, llega a la cosecha madura, cumpliendo su propósito.
61. Aquellos que están en la Novia hacen solamente Su Voluntad; nadie puede hacer que procedan de otra manera. Si no tienen un ASÍ DICE EL SEÑOR, se quedan callados. Ellos saben que tiene que ser Dios en ellos haciendo las obras, cumpliendo Su propia Palabra. Él no completó toda Su obra cuando estuvo aquí en Su ministerio terrenal, así que ahora obra en y por medio de la Novia”.
¿Cómo obra? En y por medio de la Novia. Así es la Obra de Jesucristo en esta Tierra: obrando Dios por medio de Cristo en y a través de Su Iglesia-Novia, la cual nació el Día de Pentecostés.
“[61]. Ella sabe eso, porque no era el tiempo para hacer ciertas cosas que ahora tiene que hacer; pero Él ahora a través de la Novia dará cumplimiento a esa obra que dejó para este tiempo en particular”.
Hay una Obra que Él dejó para llevar a cabo en este tiempo final, la cual no hizo en edades pasadas y que tiene que ser hecha por Cristo en este tiempo final; y por lo tanto, Cristo en Espíritu Santo en Su Iglesia, y a través de Su Iglesia, hará la Obra del Día Postrero. Lo que está prometido llevar a cabo, Cristo lo llevará a cabo en y a través de Su Iglesia-Novia. Tan sencillo como eso.
Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”[1]. ¿Cómo estaría? En Espíritu Santo, obrando y cumpliendo lo que corresponde Dios llevar a cabo en medio de Su Iglesia y a través de Su Iglesia.
Por lo tanto, tenemos que tener la vista fija en lo que está prometido para el Día Postrero, las cosas que Dios hará, y saber que las hará por medio de Su Espíritu a través de Su Iglesia.
Así ha obrado de edad en edad: siempre cumpliendo lo que está prometido para Su Iglesia en cada edad; para lo cual ha levantado un mensajero, al cual se ha revelado y a través del cual luego le ha hablado al pueblo, a Su Iglesia, cumpliendo lo que Él ha prometido; y luego, de la Iglesia y el mensajero, ha salido el Mensaje para todas las naciones.
Siempre Dios obrando por medio del Espíritu Santo en Su Templo espiritual, que es Su Iglesia, la cual está bajo el Nuevo Pacto en la Dispensación de la Gracia; la cual se completará, la Obra de la Dispensación de la Gracia, en este tiempo final, en la etapa de Edad de Piedra Angular, con lo cual y con la cual será coronada la Iglesia del Señor Jesucristo.
Porque la Edad de la Piedra Angular es la Cámara del Rey, es la etapa o Edad Mesiánica para la Venida de la Piedra del Ángulo o Piedra Angular, que es la Segunda Venida de Cristo; así como dos mil años atrás vino al pueblo que estaba bajo el Pacto correspondiente a aquel tiempo, en la Dispensación de la Ley.
Vino la Piedra de corona en aquel tiempo; y por consiguiente la edad o etapa fue Edad de Piedra Angular, con la cual y en la cual cumplió Su Primera Venida y las obras que llevaría a cabo en Su Primera Venida, en la cual vino como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo. Por eso cuando Juan el Bautista lo presentó, dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”[2].
Por eso Juan hablaba mucho acerca de la Venida del Mesías y el símbolo del Cordero de Dios, porque tenía que llevar a cabo la Obra de Redención como Cordero de Dios. Como sucedió en Egipto cuando libertó a Israel de la esclavitud en Egipto, y cuando libró a los primogénitos de la muerte, en la noche en que la muerte estaba pasando por todos los hogares en Egipto; y el que no tenía la señal de la sangre del cordero pascual en la puerta, en el dintel y los postes de la puerta de entrada del hogar, moría todo primogénito que estuviera en esa casa.
Es que aquel cordero pascual representaba a Cristo, al Mesías en Su Primera Venida, que vendría para librar de la muerte a todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que son los primogénitos escritos en el Libro de la Vida del Cordero, del cual ningún nombre puede ser borrado.
Hay otra sección en el Libro de la Vida del cual pueden ser borrados los nombres; pero en la sección llamada: del Libro de la Vida del Cordero, de ahí no puede ser borrado ningún nombre. Esos son los nombres de los que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo, y son imborrables.
Por eso tuvo que —Cristo— venir para efectuar la redención de todas esas personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Pueden pasar por muchos problemas en esta Tierra, muchas situaciones difíciles, pero sus nombres no pueden ser borrados de la sección del Libro de la Vida del Cordero.
Y mientras más nos cuidemos, mejor para nosotros: menos problemas tendremos delante de Dios y delante de los hombres.
Por lo tanto, conscientes de que nuestros nombres están escritos en el Cielo, en la sección llamada el Libro de la Vida del Cordero… Es un solo Libro: el Libro de la Vida, pero tiene dos secciones: una de la cual pueden ser borrados los nombres, y otra de la cual no pueden ser borrados los nombres, porque esos son los nombres de los que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo en el tiempo de la Dispensación de la Gracia.
Conocer esta verdad bíblica es una bendición muy grande para nosotros: saber que nuestros nombres están escritos desde antes de la fundación del mundo en la sección del Libro de la Vida del Cordero.
Por lo tanto, no temas, porque el Señor está contigo y también conmigo.
“NO TEMAS NI DESMAYES”.
Como Él estuvo con los creyentes verdaderos de tiempos pasados, también está con nosotros. Nos ha colocado en la etapa de Su Iglesia más importante de todas las etapas: en la cúspide de ese Cuerpo Místico de creyentes, en la etapa de Edad de Piedra Angular.
La etapa de Edad de Piedra Angular es la etapa para la Venida de la Piedra Angular, la Venida del Señor en este tiempo final. Ese es el misterio más grande de toda la Biblia: la Segunda Venida de Cristo; y va a ser abierto ese misterio en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. Ahí es donde va a ser abierto ese misterio, y le va a dar la fe para ser transformados y raptados a todos los creyentes que van a ir en el rapto a la Cena de las Bodas del Cordero.
Van a recibir fe de rapto. Así como se obtiene – como las personas tienen fe para sanidad divina, obtendrán fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, “NO TEMAS NI DESMAYES”, porque el Señor está con nosotros.
Está con nosotros como estuvo con Moisés, con Josué, con los jueces, con los profetas, con Jesús, con los apóstoles, con los ángeles mensajeros de cada edad; así también está con nosotros en este tiempo final: en Espíritu Santo, llevando a cabo el Programa Divino correspondiente a este tiempo final, como lo hizo en tiempos pasados, edades y dispensaciones pasadas. Y eso es llevando a cabo la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final.
Dios en Espíritu está con nosotros para ayudarnos en todo lo que necesitamos, y usarnos en todo lo que Él desea usarnos en este tiempo final.
Por lo tanto, “no temas ni desmayes”, “¡esfuérzate y sé valiente!”. Él nos ayudará; como siempre nos ha ayudado, también en lo que falta nos ayudará. Por lo tanto, llegaremos a la meta de la transformación; y si alguno se va antes: regresará en la resurrección de los muertos creyentes en Cristo, para ser resucitado en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado que tiene Cristo nuestro Salvador; pero si permanece vivo, cuando los veamos resucitados: seremos transformados.
“NO TEMAS NI DESMAYES”.
Como Él estuvo con Moisés, con Josué y con todos estos hombres de Dios, y pueblo de Dios, y edades de Dios pasadas y dispensaciones pasadas, está con nosotros; y está con nosotros confirmándonos el Nuevo Pacto, confirmándonos todas las promesas, y cumpliendo gradualmente cada promesa divina correspondiente a este tiempo final a Su Iglesia-Novia en la Edad de Piedra Angular.
Así como fue subiendo de una edad a otra: ha subido hasta la cúspide del Monte de Dios, del Monte de Sion espiritual, que es Su Iglesia; ha subido hasta la etapa de Edad de Piedra Angular, y nos ha subido a nosotros también con el “sube acá”[3]. “Sube” ¿a dónde? A la Edad de Piedra Angular, que es la edad para cumplir las promesas del Día Postrero y darnos las bendiciones que están prometidas para todos nosotros.
Por lo tanto, adelante, sin temor, sin miedo, porque el Señor está con nosotros.
“NO TEMAS NI DESMAYES”.
Que Dios les bendiga a todos aquí presentes y a los que están en otras naciones; y nos vemos mañana, Dios mediante, en la mañana, para la actividad correspondiente de mañana domingo, de escuela bíblica, mañana temprano en la mañana, para que concuerde el horario con el horario de Puerto Rico. Ya que son unas dos horas de diferencia, tenemos que estar a buena hora para conectarnos con Puerto Rico, y que todos en los diferentes países estén conectados en la actividad de mañana domingo.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Dejo con ustedes al reverendo Andrés Cruz Gallegos a continuación, y en cada país dejo al ministro correspondiente a continuación.
“NO TEMAS NI DESMAYES”.
[Revisión mayo 2025]
[1] San Mateo 28:20
[2] San Juan 1:29, 1:36
[3] Apocalipsis 4:1