Ha nacido el Rey – Introducción

Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, y los que están en diferentes países: congregaciones, ministros y hermanos; y también los ministros que se encuentran hoy aquí con nosotros en representación de sus congregaciones; y también al misionero doctor Miguel Bermúdez Marín allá en Valencia, Venezuela, en la congregación del reverendo Marco Joya, el cual está presente aquí pero allá su hijo está también atendiendo las actividades que se llevan a cabo allá, y las que se están llevando a cabo acá también; así que están conectados con esa transmisión.

Un saludo para el hijo de Marcos Joya, David: que Dios lo bendiga grandemente y le use siempre grandemente en Su Obra junto a su padre, Marcos Joya. Marcos Joya: que Dios te bendiga grandemente y te use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Y a Miguel: que Dios lo use siempre grandemente en Su Obra en este planeta Tierra; y a cada uno de ustedes también que están presentes, y a todos los hermanos y hermanas que están en diferentes países: que Dios les bendiga grandemente y les use siempre grandemente en Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Leemos en San Mateo, capítulo 2, verso 1 en adelante, hasta el verso 15. Dice:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;

y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.

Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,

y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.

Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.

Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:

Voz fue oída en Ramá,

Grande lamentación, lloro y gemido;

Raquel que llora a sus hijos,

Y no quiso ser consolada, porque perecieron.

Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto,

diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño.

Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

El tema de estudio bíblico para la escuela bíblica del próximo domingo en la mañana es: “HA NACIDO EL REY”. Hoy solamente una corta introducción al tema de escuela bíblica del próximo domingo.

Fue un misterio grande la Venida, el nacimiento de Jesucristo en Belén de Judea; pero estaba prometido que una virgen concebiría y daría a luz un hijo (Isaías, capítulo 7, verso 14).

Y en Génesis nos habla de la simiente de la mujer: Génesis 3 nos dice… Capítulo 3, verso 15, dice… Esto lo habló Dios a Eva y a la serpiente. Capítulo 3, verso 14 en adelante, dice, de Génesis:

“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.

La “simiente de la mujer” aquí, es la Venida del Mesías, el Mesías-Príncipe que nacería a través de una mujer; lo cual ya se venció en la parte literal; pero está la Venida del Mesías para este tiempo final como Hijo de David, como Rey de reyes y Señor de señores, como Príncipe de Paz, y por consiguiente como Rey del planeta Tierra con Su Reino, el cual es el Reino de David que será restaurado, con el Trono de David en Jerusalén.

Por lo tanto, para este tiempo final habrá una pregunta muy importante, como hubo en aquellos tiempos del rey Herodes, y será… Ha nacido el Rey, y la pregunta será: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?” Fue la pregunta de aquellos magos que llegaron a Jerusalén; llegaron buscando el Rey de los judíos que había nacido en aquellos días, y preguntaban: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente”. (San Mateo, capítulo 2, versos 1 al 12).

El verso 2, de San Mateo… capítulo 2, verso 1 al 2, dice:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.

Esa era la pregunta para aquel tiempo y esa es la pregunta para este tiempo. Y la pregunta para este tiempo tiene su contestación en el Séptimo Sello de Apocalipsis. Ese será el misterio más grande de la raza humana para el Día Postrero. Ese misterio del Séptimo Sello está en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 en adelante, donde dice:

“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”.

El misterio del Séptimo Sello es la Venida del Rey de Israel, la Venida del Rey de los judíos para este tiempo final. Por lo tanto, estemos apercibidos, porque esa es la promesa grande para la humanidad, y sobre todo, para los judíos.

“¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?”, preguntaron los magos que venían del Este, viajando hacia la tierra de Israel. La tierra de Israel estaba al oeste de ellos. Ellos, como eran magos, astrólogos o astrónomos, miraban al Cielo, porque el firmamento es la primera Biblia. Por eso la Biblia nos habla de estrellas, y el mismo Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Y aquí en Apocalipsis 10, verso 1 en adelante, dice:

“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.

Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,

sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.

Este Ángel que desciende del Cielo en Apocalipsis 10 con el Librito abierto en Su mano, es el Ángel del Pacto que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Es el Señor en Espíritu Santo, es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, es el Señor en Su cuerpo angelical.

Vean, Éxodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, dice:

“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.

Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.

Este Ángel es el cuerpo angelical de Dios, cuerpo teofánico de Dios, llamado también el Espíritu Santo. Por eso la Escritura dice que siempre que aparecía este Ángel del Pacto, Dios estaba presente; decían que Dios le había aparecido, le había aparecido en Su cuerpo angelical. Pero también dice la Escritura que a Dios nadie le vio jamás. [San Juan 1:18] Por lo tanto, a Dios, el Padre, nadie le vio jamás; solamente han visto el cuerpo angelical de Dios llamado el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, en el cual está el Nombre de Dios.

Luego cuando se hace carne en cada mensajero de Dios, cada profeta, el Espíritu Santo habla a través de ese profeta mensajero el Mensaje correspondiente para el cual viene en cada mensajero de Dios. De eso da testimonio Dios a través de Zacarías. Y dice en Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.

¿Cómo Dios hablaba por medio de los profetas? Por medio de Su Espíritu Santo, que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios. Dios usaba un velo de carne, lo cual era un profeta mensajero en el cual moraba Dios en Espíritu Santo; y hablaba por medio de ese velo de carne, de esa persona llamada un profeta; como lo fue Abraham, Isaac, Jacob, como lo fue Moisés, y como lo fueron Isaías, Jeremías, Ezequiel y todos los demás profetas, como también Samuel lo fue.

Para este tiempo final tenemos la promesa que el Rey de Israel, el Rey para el Reino Milenial (Reino de mil años): sobre Israel y en Israel y desde Israel aparecerá. Ese es el misterio más grande de toda la Biblia.

Cuando fue abierto en el Cielo ese misterio del Séptimo Sello (en Apocalipsis, capítulo 8), hubo silencio en el Cielo como por media hora para evitar que hubiera imitaciones, para evitar que hicieran imitaciones y evitar que las personas fueran engañadas con imitaciones; porque la promesa de la Venida del Rey, de la Venida del Hijo de David, será cumplida en este tiempo final.

Ya para el cristianismo, para los gentiles, ya envió el precursor, que fue el reverendo William Branham. Para los judíos será la manifestación del ministerio del quinto Elías.

Así como hubo la manifestación del cuarto Elías en el reverendo William Branham, habrá una quinta manifestación del ministerio de Elías como uno de los Dos Olivos que aparecen en Zacarías, capítulo 4, versos 11 al 14.

Esos son los Dos Olivos que están delante de la presencia de Dios, los cuales aparecen también en Apocalipsis, capítulo 11; y también aparecen en el capítulo 10 cuando se come el Librito que está abierto y dado de la mano del Ángel, vienen los ministerios, son manifestados esos dos ministerios de los Dos Olivos luego, en Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14.

Por lo tanto, Israel tiene que estar esperando los Dos Olivos de Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14; y Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14; y demás profecías, como Isaías, capítulo 61, verso 2 en adelante. Esos dos ministerios proclamarán el juicio divino que vendrá sobre el reino de los gentiles, que está en los pies de hierro y de barro cocido.

Esos dos ministerios son los que abren los ojos a Israel y con Gran Voz de Trompeta cristalizan la Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, verso 24 al 25.

Para la Iglesia del Señor Jesucristo en el cristianismo, vendrá el Señor para darles la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto no habrá conflictos entre la Iglesia del Señor Jesucristo y el judaísmo.

Por lo tanto, los judíos van a ver al Señor viniendo por Su Iglesia, y dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Y la interrogante será: “¿Por qué en medio del cristianismo?” Al final vendrá en la Edad de Piedra Angular, como está señalado, porque será paralelo al tiempo de Jesús y los apóstoles, y de Juan el Bautista; pero todo será en simplicidad.

Ese misterio será abierto en la apertura del Séptimo Sello, porque eso es el Séptimo Sello para los creyentes en el cristianismo. Para los judíos será el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de Elías y de Moisés, de un profeta como el profeta Elías, de un profeta como el profeta Moisés. Todo será sencillo.

En la Visión de la Carpa, en su cumplimiento, vamos a ver el cumplimiento del Séptimo Sello y el cumplimiento de los Dos Olivos para el pueblo hebreo, los cuales amamos de todo corazón.

Porque el pueblo hebreo, los judíos, van a recibir la bendición más grande que hayan recibido en tiempo alguno: van a recibir la bendición del Rey de los judíos, del Hijo de David, para sentarse en el Trono de David y reinar en el Reino de David por mil años, y traer la paz a Israel y a todas las naciones que se unirán a ese Reino del Hijo de David, el cual será un Reino judío.

Y desde Jerusalén, que será la capital de ese Reino del Hijo de David, el cual es heredero al Reino y Trono de David, desde ahí reinará sobre Israel y sobre todas las naciones. Ahí es donde Israel recibe la paz permanente, porque recibe el Reino de Dios, el cual es establecido en esta Tierra. Así que los judíos tienen una bendición grande en el Programa Divino.

Y en este tiempo final, en la cristalización o materialización o cumplimiento de la Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, verso 24 y 25, surge el llamado a los judíos, a los judíos o hebreos de todas las tribus de Israel, surge el llamado para colocarlos a salvación en este tiempo final; porque será en el tiempo para Dios juzgar a todas las naciones; pero Israel tendrá la bendición que entrará al Reino de Dios, y por consiguiente entrará al Reino de David, al Reino del Hijo de David, que se sentará en el Trono de David y reinará y traerá la paz a Israel y a todas las naciones. Tan sencillo como eso.

Por lo tanto, los judíos van a ver la Venida del Rey de Israel, del Rey de los judíos, primeramente en medio de los escogidos de entre los gentiles, y después lo van a ver en medio de ellos, porque dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando. ¿Por qué con los gentiles?”

Ese misterio va a ser aclarado cuando se cumpla la Visión de la Carpa. Ahí es donde todos estos misterios serán abiertos y concluirá la Dispensación de la Gracia, y será introducida la Dispensación del Reino para los judíos.

La pregunta va a ser: “¿Dónde está el Rey de los judíos?”

La pregunta de los magos fue: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?” Y ese es un misterio, el misterio más grande de la Biblia contenido en las Escrituras. Y con la apertura del Séptimo Sello en Apocalipsis, capítulo 8, será abierto ese misterio a los creyentes en Cristo y luego al pueblo hebreo, a los judíos, que tienen promesa de grandes bendiciones para reinar el Rey de los judíos en el Trono de David en Jerusalén y restaurar el Reino de David.

Ahí es donde el Reino de los judíos, que es el Reino de David, cubrirá toda la Tierra; y todas las naciones serán benditas en ese Reino que desde Israel y desde Jerusalén que tendrá la capital y el Trono, desde ahí saldrá la bendición para todas las naciones.

Así que los judíos como pueblo de Dios tienen la promesa más grande como nación terrenal: de tener al Rey de los judíos sentado en el Trono de David con el Reino de David restaurado, reinando sobre todas las naciones. Es una promesa para los judíos, para el pueblo hebreo, la cual va a ser cumplida en este tiempo final, que es el Día Postrero.

“¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?”, fue la pregunta de los magos allá en Jerusalén a los líderes religiosos.

“HA NACIDO EL REY”.

Preguntan ellos:  “¿Dónde está? ¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?”

Si esa pregunta fue buena en aquel tiempo, va a ser hecha en este tiempo final nuevamente: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?”

La buena noticia era que el Rey de los judíos había nacido, pero todo tenía que cumplirse conforme a las profecías.

La pregunta es: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?” Esa es la pregunta más grande que puede hacer una persona; y la contestación correcta es la más grande que podrá escuchar una persona; y la bendición más grande será verlo, creerlo, llevarlo en nuestro corazón y en nuestra mente, y oír Su Mensaje Final, el Mensaje en donde estarán siendo llamados todos los hebreos a la Fiesta de las Trompetas en el Día Postrero.

“HA NACIDO EL REY”.

Eso ya sucedió dos mil años atrás, y se repetirá en este tiempo final. Por lo tanto, lo que pasó dos mil años atrás ya es historia; ahora falta la Venida del Señor en el Día Postrero a Su pueblo.

Nos dará la fe para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero en carros de fuego, como fue con el profeta Elías cuando se fue de esta Tierra, el cual fue arrebatado por carros de fuego que vinieron a buscarlo.

Los carros de fuego son llamados normalmente “platillos voladores”, y este es el tiempo para la aparición de esos carros de fuego.

Vean, en el tiempo también del profeta Eliseo aparecieron muchos carros de fuego alrededor de su casa protegiéndolo. Los carros de fuego o platillos voladores, de los cuales la ciencia ha tenido la pregunta: ¿Quiénes son, de dónde han venido y a qué vienen? En la Biblia tenemos la respuesta a todas esas preguntas que surgen sobre los platillos voladores.

La Escritura dice que los carros de Dios son multitudes, son millones, y aparecen ahí en la Biblia sus apariciones a diferentes profetas de Dios. Aun en el Monte Sinaí; el Monte Sinaí estaba lleno de ángeles, así lo dice la Escritura. O sea que por milenios han estado apareciendo en la Tierra, y están primeros que Adán y Eva. Así que no es cosa nueva lo de los platillos voladores o carros de fuego.

En carros de fuego o platillos voladores serán llevados en el rapto o arrebatamiento de la Iglesia a la Casa de nuestro Padre celestial, la séptima dimensión, para la Cena de las Bodas del Cordero, los creyentes en Cristo del tiempo final, de la etapa o edad correspondiente a este tiempo final.

Por lo tanto estemos preparados, porque algo grande está preparándose o está preparado para bendición de los creyentes en Cristo y también del pueblo hebreo, el cual luego recibirá una bendición muy grande.

Estamos en ese entrelace dispensacional, y por consiguiente, en ese entrelace de un pueblo a otro pueblo.

Oremos mucho por Israel, porque hay una bendición muy grande para Israel y queremos que la aproveche bien. Queremos la bendición de Dios para Israel, para el pueblo hebreo. Oremos mucho por Israel, para que Dios los despierte a la realidad de la bendición que tiene Dios para Israel.

Y todo eso está en el marco de la restauración del Reino de David y Trono de David. En ese marco es que vendrá el Hijo de David, el Rey de los judíos, el Rey de Israel.

“¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?”

Nuestro tema de introducción ha sido: “HA NACIDO EL REY”.

Próximo domingo continuaremos en el estudio bíblico, hoy ha sido solamente la introducción. Hemos cubierto bastante en esta ocasión, pero el domingo entraremos en algunos detalles que por el tiempo en esta ocasión, de introducción, no podemos entrar.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos use grandemente en Su Reino en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Con nosotros el reverendo José Benjamín Pérez a continuación.

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo para todos, y para mí también!

Que Dios les bendiga y les guarde; y nos continuaremos viendo todos los días de actividades.

Ya el reverendo José Benjamín Pérez les dirá los días de actividades que hay programados para estos días de Navidad.

“HA NACIDO EL REY”.

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