Hoy, conscientes del mandamiento de Cristo y Su Obra Redentora en la Cruz del Calvario, en la cual Él puso Su Cuerpo en Expiación por nuestros pecados y derramó Su Sangre con la cual nos limpió de todo pecado…
Y ahora conmemoramos Su muerte en la Cruz del Calvario, Su Sacrificio expiatorio, en cada ocasión en que tomamos la Santa Cena y el Lavatorio de Pies, el cual nos señala que después de ser creyentes, cualquier falta o pecado que cometemos la confesamos a Cristo, y Cristo con Su Sangre nos limpia de todo pecado y así nos mantiene limpios delante de Dios todo el tiempo.
Por eso nos dice en esta última cena del Señor: Capítulo 26, versos 26 en adelante de San Mateo:
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias (al Padre), les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”.
Hemos visto que el pan representa el Cuerpo de Cristo que fue crucificado por nosotros, Él es la Expiación por nosotros; y el vino representa la Sangre de Cristo que fue derramada por todos nosotros. Y nos dice: “Bienaventurados sois si sabéis estas cosas y las hacéis”. [San Juan 13:17]
Así que cada uno de ustedes aquí presentes y en otros países, que han tomado la Santa Cena en esta ocasión, todos ustedes y yo también somos bienaventurados; porque estamos conmemorando el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario como la Pascua, como el Cordero Pascual.
Él es nuestra Pascua, dice San Pablo en Corintios, capítulo 5, verso 7: “Porque nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.
Estamos conmemorando nuestra Pascua, la cual es Cristo, que fue crucificado por nosotros y derramó Su Sangre con la cual nos limpió de todo pecado; y desde el Día de Pentecostés ha enviado Su Espíritu, que es la vida de la Sangre, para darnos vida eterna. No hay otra cosa que quite el pecado, sino la Sangre de Cristo; y luego nos da Su Espíritu, luego de recibirlo como Salvador.
Por lo tanto, somos bienaventurados al hacer, al llevar a cabo la Santa Cena, tomando el pan como símbolo del Cuerpo de Cristo y tomando la copa de vino como símbolo de la Sangre de Cristo, la Sangre del Nuevo Pacto.
No hay otra sangre para el Nuevo Pacto, sino la Sangre de Cristo. Por lo tanto, somos bienaventurados al tener la Sangre del Nuevo Pacto, por lo cual hemos entrado al Nuevo Pacto y por consiguiente a la vida eterna.
Que Dios les bendiga grandemente a todos en este nuevo año 2017, y nos fortalezca y nos ayude a caminar más cerca de Dios este año que el año pasado. Y que en este año también Dios cumpla promesas que Él ha hecho para el tiempo final.
Deseamos el cumplimiento de las profecías, de las promesas divinas de bendiciones hechas para ser cumplidas en la Iglesia del Señor Jesucristo, el pueblo que está dentro del Nuevo Pacto, para tener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Que Dios les bendiga y les ayude, y les fortalezca grandemente en este nuevo año 2017. Y nos veremos el próximo viernes y el próximo domingo, Dios mediante.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando un día feliz, lleno de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, en este primer día del año 2017 del calendario gregoriano para los gentiles.
Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez a continuación, y en cada país dejo al ministro correspondiente a continuación.
Que Dios les guarde y les bendiga a todos.
Y vamos a leer Números, capítulo 6, versos 22 al 27:
“Jehová habló a Moisés, diciendo:
Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”.
En el Nombre del Señor Jesucristo sea esta bendición para cada uno de ustedes que me escuchan; y haya paz en la vida de cada uno de ustedes, la paz de Cristo habite en vuestros corazones; y todas las bendiciones de Cristo, de Dios por medio de Cristo, se materialicen en la vida de cada uno de ustedes y en mí también, y en todo el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y ahora, el reverendo José Benjamín Pérez con ustedes, y en cada país el ministro correspondiente.
ORACIÓN FINAL
Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo venimos a Ti, dándote gracias por el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, en donde Su Cuerpo fue crucificado y Su Sangre derramada, llevando Él nuestros pecados, y con Su Sangre limpiándonos de todo pecado; y llevando así a cabo la Obra de Redención para la salvación y vida eterna, para todos los que creen en Él como único y suficiente Salvador.
Te damos gracias por ese Sacrificio en la Cruz del Calvario. Gracias, oh, Señor.
Y ahora, habiendo creído en Ti y en Tu Obra Redentora en la Cruz del Calvario, nuestras vidas están en Tus manos, obra en nuestras vidas, ayúdanos a ser como Tú, ayúdanos a caminar correctamente en Tu Reino y a dar testimonio con nuestras vidas y con nuestro trabajo en Tu Obra, de Ti, dar testimonio de Ti.
Y Señor, trabajar siempre en Tu Obra basados siempre en Tus promesas correspondientes a este tiempo final y Tu Obra Redentora en la Cruz del Calvario.
Acompáñanos hasta nuestros hogares, Señor, y gracias por la oportunidad de dar testimonio de que creemos en Ti con toda nuestra alma, al escuchar Tu Evangelio y decir amén a Tu Evangelio, y al llevar a cabo la Santa Cena y el Lavatorio de Pies.
Gracias por ese privilegio de conmemorar Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario, conmemorarlo en la Santa Cena y Lavatorio de Pies.
Ahora acompáñanos, no solamente hoy sino todo el año y todos los años subsiguientes que tengamos que vivir en este cuerpo terrenal, y luego por toda la eternidad.
En el Nombre del Señor Jesucristo, sé con todos los hermanos y hermanas y ministros, aquí en Puerto Rico y en todos los países.
Y también te pedimos bendigas a Israel, y que pronto se materialice la Fiesta de las Trompetas para ellos, y así se abra la puerta de bendiciones para Israel.
Sé con cada creyente en Ti, Señor, y derrama Tus bendiciones sobre cada miembro de Tu Cuerpo Místico de creyentes.
En el Nombre del Señor Jesucristo te lo rogamos, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén.
Felicidades en este nuevo año, les reitero; y hasta el próximo viernes y domingo, Dios mediante, aquí; y por internet o satélite en todos los países.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una tarde feliz con las bendiciones de Cristo nuestro Salvador en este primer día del año 2017, y por toda la eternidad.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
“ACTIVIDAD DE SANTA CENA Y LAVATORIO DE PIES”.