Muy buenos días, amados hermanos y amigos y ministros presentes, y también los ministros que están en diferentes naciones y congregaciones, y el misionero Miguel Bermúdez Marín allá donde se encuentra, junto al ministro correspondiente, de la congregación donde se encuentra, y a la congregación; y al reverendo José Benjamín Pérez y la congregación allá en Cayey, Puerto Rico. Reciban todos mis saludos. Que Dios les bendiga grandemente, y nos abra las Escrituras y nos abra el entendimiento para comprender.
Tenemos un video. Este video resume todas las proclamas que han sido entregadas por diferentes autoridades a la Embajada Mundial de Activistas por la Paz como reconocimientos por todas las acciones realizadas en favor de la sociedad.
Para lo cual vamos a ver este video, para que estén al tanto de cómo van las actividades con la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, las cuales ustedes también respaldan; y es correcto que sepan cómo se usa el respaldo que ustedes le dan a la Embajada Mundial de Activistas por la Paz en todos los proyectos de la Embajada y todas las actividades públicas que se llevan a cabo.
Algunos dirán: “Ese que está ahí soy yo”, porque estaba respaldando la actividad que se estaba llevando a cabo. Y cuando se dice: “Tales personas han respaldado los proyectos de la Embajada económicamente”, cuando se dice algo de los que la han respaldado, la persona dice: “Yo soy uno de ellos”.
Y el Señor tiene en cuenta todo lo que hacemos en favor de los proyectos divinos correspondientes a cada tiempo, como lo hizo con los creyentes de otras etapas. Aun dice que cualquiera que le dé un vaso de agua fresca a uno de estos pequeñitos, no perderá su recompensa. [San Mateo 10:42]
Por lo tanto, adelante con el video que tenemos de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, de algunas de las actividades que hemos llevado a cabo con la Embajada Mundial de Activistas por la Paz en estos días, en este viaje que hemos tenido. Y todavía nos falta la de mañana lunes; esa la verán más adelante.
Por lo tanto, adelante con el video, y luego estaré nuevamente con ustedes.
[Proyección del video-documental]
Ha sido reconocido el esfuerzo de cada uno de ustedes que están presentes y de los que están en diferentes naciones trabajando junto a la Embajada Mundial de Activistas por la Paz. ¡Les felicito! ¡Extiendo mis felicitaciones a todos ustedes por el respaldo y el éxito obtenido!
Ahora buscamos en nuestras Biblias: Capítulo 30 del Génesis, versos 22 al 25:
“Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.
Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;
y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.
Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.
Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
José, que significa ‘Él añade’ (o sea, ‘Dios añade’)…; porque ella, Raquel, era estéril, y Dios le concedió la petición de su corazón: tener hijos. Dios la escuchó, le dio un hijo que nació en tierra gentil, allá en Harán; y luego ella pidió que le añadiera más hijos, y por eso le puso el nombre de José: ‘el que añade’. Le dio un hijo y pidió otro.
Era como nosotros, que pedimos algún deseo, y cuando es concedido queremos más cosas; porque ya después del primero se sabe que ya supo cómo pedir y puede seguir pidiendo. Así hacemos con nuestros padres cuando somos pequeños, que “le buscamos la vuelta”, como decimos, y cuando “le encontramos el lado flaco”, ahí después te van más peticiones.
Por eso siempre la primera ocasión para pedir es la más difícil, porque no se sabe cómo actuará la otra persona; pero cuando ya se sabe, entonces se entra a pedir a Dios principalmente todas las cosas buenas que deseamos para nosotros, para nuestra familia y para nuestro prójimo; y para el pueblo de Israel también.
José es la persona que no se le encuentran faltas a través de la Escritura. Por eso es tipo y figura del Mesías venidero, como también lo fue de la Primera Venida del Mesías; también es tipo y figura de la Segunda Venida del Mesías.
La bendición de la primogenitura la obtuvo José para él y sus hijos; cuando los llevó antes de morir Jacob, para que les echara la bendición…; porque antes de morir tenía que pasar la bendición que estaba en él a su descendencia. Y como no estaba bendiciendo a sus hijos en ese momento, llevó los hijos, sus hijos, José, para que los bendijera primero que a sus otros tíos o hermanos de José, tíos de Manasés y Efraín.
Y cruzando las manos (tipo y figura de la Cruz, de la crucifixión en la Cruz) bendijo al menor primero… Porque al primero que se le echa la bendición es al mayor, es la bendición del primogénito.
Ahora vean cómo un cambio, cómo hubo un cambio aparentemente, de bendición; pero estaba en el Programa de Dios la bendición de la primogenitura para Efraín, y por supuesto para José, el cual fue bendecido dos veces: en la bendición que fue echada a sus hijos Efraín y Manasés, y luego en la bendición que fue echada a todos sus hermanos José apareció siendo bendecido de nuevo por Jacob.
Efraín tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo y Manasés tipifica a los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, o sea, tipifica a Israel. Tan sencillo como eso. Tipifica a Israel. Y luego encontramos que Benjamín tiene una bendición grande porque es el hermano menor de los doce hijos de Jacob, y hermano por parte de padre y madre de José. Por lo tanto, hay una bendición grande para Benjamín. Ahí está envuelto el pueblo hebreo, los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.
José siendo gobernador de Egipto no se reveló a sus hermanos, aunque ellos vinieron a comprar trigo y él sabía que esos eran sus hermanos cuando los vio; pero él no les dijo que él era José, sino que les habló en egipcio para que no lo conocieran todavía; o sea, les habló en idioma gentil, les habló en el idioma del reino gentil para que no lo conocieran.
Y él, en una de las ocasiones que vinieron a comprar trigo (cuando ya faltaban unos cinco años de hambruna), él echó la copa de José en los sacos de trigo; y después que se fueron mandó (de su Gobierno) a que revisaran los sacos de trigo que llevaban cuando ya habían comenzado su viaje, y encontraron la copa de José en el saco de trigo de Benjamín – la copa del rey o la copa de José; y ya los hicieron virar.
En la primera ocasión les estableció cómo tenían que hacer: “Se quedará Simeón aquí, y ustedes van y busquen a su hermanito menor (o sea, a Benjamín) y no regresen sin él, no regresen más bien sin él hasta que lo traigan a él”.
Le hablaron ellos: “Este es el hijo amado de mi padre”. Y él les pregunta, les hace preguntas. Le dicen: “Tenía otro, pero murió”. Y ahí ya él sabiendo lo que había pasado les dice que tienen que traer a Benjamín; y le dicen ellos que su padre moriría de dolor si muere este hijo amado que él tiene. Dejó preso en garantía a uno de los hermanos (Simeón), y cuando vinieran con Benjamín quedaría libre su hermano.
Ahora, encontramos que le hablaron a Jacob y le dijeron: “Si no vamos con nuestro hermano Benjamín, no nos venderá ni trigo, y muere nuestro hermano que está allá como garantía”.
Jacob entonces lo envió, al jovencito; y eso era lo que faltaba: el pequeño Benjamín, tipo y figura de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.
Cuando ellos aparezcan se revelará a sus hermanos, o sea, a Israel. Mientras tanto habrá un tiempo de espera, y habrá un tiempo muy importante para Efraín, que es tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente, tenemos que aprovechar bien ese lapso de tiempo que nos queda, diríamos, como una brecha.
Lo que tenemos que hacer en el Programa Divino ¡tenemos que hacerlo ya! Después el resto corresponde a los judíos. Lo que tenemos que hacer aquí en la Tierra; porque después también vamos a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial para la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, conforme a los tipos y figuras estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, y con el conocimiento de la etapa que nos ha tocado vivir, la etapa de y para la Venida de la Piedra Angular, la Venida del Señor, que es la Piedra Angular, en una etapa o edad paralela a la de la Primera Venida del Señor, con la antesala del reverendo William Branham, que fue el precursor de la Venida del Señor para este tiempo final, como lo fue Juan el Bautista, precursor de la Venida del Señor en Su tiempo.
Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos en medio del cristianismo y del judaísmo; este es el tiempo más glorioso para el cristianismo y para el judaísmo, el tiempo más glorioso para los gentiles y el tiempo más glorioso para los judíos; y no podemos darnos el lujo de desaprovechar este glorioso tiempo.
Más bien podemos decir: “¿Qué es lo que hay que hacer?” ¡Para hacerlo! Es como fue en los días de Yeshua o Jesús; y por consiguiente estamos en un tiempo paralelo a aquel tiempo.
Él tuvo que morir dos mil años atrás; porque si no moría, Israel sería destruido. Él salvó a Israel y Él salvó a Su Iglesia: los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Por lo tanto, hubo un propósito de salvación, de redención para Israel y para la Iglesia del Señor Jesucristo, y para todos los que también están escritos en la sección del Libro de la Vida. Esa sección está en el mismo Libro de la Vida, del cual pueden ser borradas algunas personas o permanecer escritas en ese Libro; todo depende de lo que hagan en su vida. Cada persona es responsable por su vida vivida en esta Tierra.
Siendo que José representa ‘el que añade’, y representa la Segunda Venida del Señor para el cristianismo y la Primera para el judaísmo (porque no han reconocido todavía la Primera), encontramos que Dios por medio del Señor añade cada día más a Su Familia, como añadió a Benjamín en la familia de Jacob por medio de Raquel su esposa.
Y es ahí, en la esposa amada de Jacob, donde quedó la bendición de la primogenitura que fue echada a José cuando fue echada, hablada esa bendición (esa Palabra hablada, Palabra creadora) sobre Efraín. Y luego la otra parte de esa bendición cayó sobre Manasés; que representa, Manasés a Israel, y Efraín a la Iglesia del Señor Jesucristo, a los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y luego la tribu de José se convirtió en dos tribus, una doble porción de tribu: la tribu de Efraín y la tribu de Manasés.
Y luego cuando bendice Jacob las tribus, echa la bendición sobre cada hijo de Jacob como cabeza de tribu, y vuelve a bendecir allí a José; ya no a los hijos sino a José y toda su descendencia con la bendición de tribu.
La tribu de José consta de la tribu de Efraín y la tribu de Manasés. Por eso encontramos en la Biblia algunas ocasiones en que se menciona solamente la tribu de José y no se menciona, por ejemplo, la tribu de Efraín. Pero ¿dónde quedó? Quedó en José.
Y ahora estamos nosotros en el tiempo en que los tipos y figuras de José, de Efraín, de Manasés y de Benjamín, tienen que convertirse en una realidad con el pueblo hebreo y con la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahí es donde está la bendición de Dios para los judíos y para los creyentes en Cristo, los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo nacidos de nuevo, que forman la Iglesia del Nuevo Testamento, del Nuevo Pacto.
Como Israel es la Iglesia del Antiguo Pacto, del Antiguo Testamento, la Iglesia del Señor Jesucristo es la Iglesia del Nuevo Pacto. Los sacados fuera. Israel: los sacados fuera de Egipto; y la Iglesia: los sacados fuera del mundo.
Podemos ver que todo es sencillo cuando son abiertas las Escrituras y el entendimiento para comprender.
Encontramos que José, hijo de Jacob y Raquel, nació profeta, y por eso era que tenía los sueños que no le gustaban a los que no los tenían. Siempre los que envidian, envidian porque ellos no tienen lo que los otros tienen; y no quisieran que lo que ellos no tienen lo tengan otras personas; sin darse cuenta que si otras personas lo tienen (lo que ellos no tienen) les va a ser de ayuda a ellos también. Pero algunas veces combaten al que tiene algo que ellos no tienen.
No debemos ser así. Debemos decir: “Que Dios te bendiga por el privilegio de tener lo que tienes, de que Dios te ha dado todo lo que tienes; y oro a Dios para que lo uses correctamente, para que seas de bendición para tu familia y para tu prójimo”.
José viniendo en el Día Postrero, José tipifica para el tiempo final en que vivimos, la Venida del Señor a Su Iglesia; y cuando los judíos lo vean, dirán: “¡Pero si este es el que nosotros estamos esperando! ¿Por qué allá?” Entonces conocerán la historia del por qué con los creyentes en Cristo. Eso está por suceder muy pronto.
Cuando ustedes vean los judíos acercándose, recuerden, es que estamos ya para ser transformados; para los muertos en Cristo resucitar en cuerpos glorificados, los creyentes en Cristo que estén vivos ser transformados y ser llevados con el Señor en las nubes, lo cual es en platillos voladores, como fue llevado el profeta Elías.
Y estamos conscientes de que Israel sabe de este tema porque lo tiene registrado en la Biblia, todo lo relacionado a los carros de fuego; que son los platillos voladores, que son los ángeles que vienen en misiones especiales a la Tierra; y la ciencia también tiene fotos, videos, documentación científica de que son una realidad. Pero lo más grande de esa realidad es que vienen por nosotros, como vinieron por el profeta Elías; vienen para los que son representados en Efraín.
En la tipología bíblica, todo lo que va a suceder en este tiempo está tipificado. Por ejemplo, para el llamado de Israel está establecido el sonido de la Trompeta de la Fiesta de las Trompetas, de Levítico, capítulo 23, verso 24. Sin el sonido de esa Trompeta de esa Fiesta de las Trompetas, sin el cumplimiento de esa Fiesta de las Trompetas, no hay llamado para el pueblo hebreo.
Y para el llamado, reunión, para juntar los escogidos del Día Postrero para recibir la fe, la revelación para ser transformados…, que es la revelación del Séptimo Sello, de la Venida del Señor, que es hablada por el Señor en Apocalipsis, capítulo 10, y que son los Siete Truenos de Apocalipsis 10 (eso es para este tiempo final), es lo que llama y junta los escogidos en la edad correspondiente y paralela al tiempo de Yeshua o Jesús, o sea, la Edad de la Piedra Angular. Tan sencillo como eso.
Ahí es donde suena esa Trompeta o Gran Voz de Trompeta que juntará a todos los escogidos en este tiempo final. Es ahí donde recibimos la fe para ser transformados y raptados con el Señor en las nubes, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Dice San Pablo en Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21 (recuerden que cuando una persona nace, obtiene la ciudadanía de ese país, de esa nación; hay nación terrenal y nación celestial):
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
Ahí está la promesa de que nuestra ciudadanía como creyentes, por medio de haber nacido de nuevo, hemos nacido en el Reino de Dios y por consiguiente nuestra ciudadanía como creyentes es celestial; y la terrenal la usamos para las cosas terrenales, la ciudadanía terrenal del país donde hemos nacido; y también la ciudadanía que hayamos obtenido terrenalmente la usamos para las cosas terrenales.
Hemos visto que hay una bendición muy grande para todos los creyentes en Cristo. Es la bendición mayor.
Y en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 49 en adelante, dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados…”
Y ya les dije cómo va a venir esa transformación: Como vino la de Elías será el rapto o arrebatamiento de los creyentes.
Dice:
“…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad”.
Esa es la promesa para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.
Primera de Corintios, capítulo 14, verso 8, dice:
“Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”
Tiene que ser un sonido cierto el que se escuche de parte de la Trompeta de Dios en este tiempo final.
Y Primera de Tesalonicenses, verso 13 en adelante, dice [capítulo 4]:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
Son palabras de aliento; estas y todas las palabras de la Biblia son palabras de aliento para nuestra alma; y estas que hablan de la Venida del Señor, de la fe para ser transformados y raptados, del secreto del Séptimo Sello, del secreto de las siete voces de los Siete Truenos (que será revelado a los creyentes lo que los Truenos hablaron, para darnos la fe para ser transformados) y la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, todas esas son promesas divinas que nos fortalecen espiritualmente y que nos dan aliento, y nos muestran que hay vida después de la muerte, hay vida después de esta vida terrenal.
Por lo tanto, somos consolados por las Escrituras que nos hablan todas estas bendiciones divinas que Dios tiene para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.
“JOSÉ DELANTE DEL PUEBLO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA”.
Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión; y queremos, deseamos y sabemos que primero se revela a Su Iglesia en Su Venida, y nos revela ese misterio la Voz del Ángel Fuerte tronando, rugiendo como cuando ruge un león (o sea que lo hace como león y no como cordero), dándonos a conocer el misterio del Séptimo Sello, el cual es revelado por el Señor clamando, rugiendo como león, como León de la tribu de Judá.
Primero lo hace, lo revela a Su Iglesia, y después al pueblo hebreo. O el pueblo hebreo lo verá y dirá: “¿Por qué está con los gentiles?” La explicación ya la tenemos.
Será de bendición para la Iglesia y de bendición para los judíos también. Ahí está la bendición más grande para la Iglesia y la bendición más grande para el pueblo judío, y no la vamos a perder.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, con ustedes que están aquí presentes y con los que están en diferentes países conectados con esta actividad.
Que Dios les bendiga a todos y les guarde; y que pronto todos estemos preparados, listos, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Y orando siempre por la Iglesia y también por Israel; siempre orando por los judíos, a los cuales Dios les ha hecho una promesa y la va a cumplir en este tiempo final.
Que Dios les bendiga a todos, y continúen pasando un día o una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Pero si hay alguno que todavía no ha conocido a Cristo, no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos, y estaremos orando por usted. Para lo cual pueden pasar al frente si se encuentran aquí presentes; y si se encuentran en algún otro país pueden pasar al frente donde se encuentren, allá en la congregación donde se encuentren pueden pasar al frente, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos los que recibirán a Cristo como único y suficiente Salvador.
Vamos a dar unos minutos mientras pasan al frente los que no han recibido a Cristo y desean de todo corazón recibirlo.
Lo más importante es la vida. Sin la vida ustedes no estarían aquí. Y más que la vida terrenal, la vida eterna es lo más importante para el alma de todo ser humano. El mismo Jesucristo dijo: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. [San Mateo 16:26].
O sea que cualquier persona que no se ocupe de la salvación de su alma, no importa que sea multimillonario, ha hecho el peor negocio: despreocuparse de su futuro eterno, despreocuparse de su alma; cosa imperdonable, porque eso es lo que es la persona: alma viviente. Lo demás, el espíritu de la persona, es un cuerpo de otra dimensión, y el cuerpo físico es de esta dimensión terrenal.
El mismo Jesús dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y las demás cosas serán añadidas”. Eso está por el capítulo 6 de San Mateo [verso 33]. Por lo tanto, este es un momento de ocuparnos de nuestra alma y saber dónde vamos a vivir eternamente o si no vamos a vivir eternamente.
Recibir a Cristo es vida eterna. Él es el que nos asegura, que nos da vida eterna para vivir con Él en Su Reino. Nadie más puede asegurarle la vida eterna a otra persona. Solamente es Jesucristo el que lo promete y tiene el poder para cumplirlo.
Con nuestros rostros inclinados:
Padre nuestro que estás en los Cielos, vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo con estas personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Recíbeles en Tu Reino. Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Repitan conmigo esta oración los que han venido a lo Pies de Cristo en estos momentos:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi corazón.
Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu Primera Venida. Creo en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por el pecado en el Nuevo Pacto.
Y reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Doy testimonio público de Tu fe en mí y de mi fe en Ti, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino. Haz una realidad en mí la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Los que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión aquí y en otros países y otras congregaciones, preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar? Porque yo he creído en Cristo como mi único y suficiente Salvador; y Él dijo en Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16: ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado’. Por lo tanto, yo he creído de todo corazón, y ahora deseo ser bautizado en agua en el Nombre del Señor”.
Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Dejo con ustedes al ministro aquí, al reverendo Juan Ramos, y en cada país dejo al ministro correspondiente, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, como dice la Escritura.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y les use grandemente en Su Programa en este tiempo final. Y que todos seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
“JOSÉ DELANTE DEL PUEBLO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA”.