Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, y los que están en diferentes países, ministros y sus congregaciones; y también misionero Miguel Bermúdez Marín allá en Barcelona, Venezuela, en la congregación que pastorea el reverendo Barrolleta, la iglesia o congregación “Una Obra de Fe”.
Allí, en la congregación “Una Obra de Fe”, está el reverendo doctor Miguel Bermúdez Marín en esta ocasión. Recibe un saludo de todo corazón, de mi parte y de parte de esta congregación aquí en Puerto Rico; y también un saludo para el reverendo Jesús Barrolleta y la congregación.
Para esta ocasión vamos a leer en San Mateo 21, verso 1 en adelante, y San Mateo 23, verso 39, ya que pasado mañana o próximo domingo comienza la Semana Santa, la cual es conmemorada por el cristianismo en todos los países. Leemos, y dice de la siguiente manera:
“Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos,
diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.
Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará.
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Decid a la hija de Sion:
He aquí, tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una asna,
Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó;
y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima.
Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.
Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste?
Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea”.
Y en el capítulo 23, verso 39, dice:
“Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema para esta introducción que estaremos haciendo, la introducción del tema del domingo próximo de la escuela bíblica, es: “ISRAEL, HE AQUÍ, TU REY VIENE A TI”.
Ya en la Primera Venida se cumplió esa Escritura, en la cual Él vino sobre un pollino, hijo de animal de carga, y cumplió esa profecía. Y los que vieron el cumplimiento de esa profecía, una parte creyó y otra parte no creyó; lo cual muestra que cuando Dios cumpla las profecías, lo que Él ha prometido, una parte creerá y otra parte no creerá.
Lo más importante, el Programa Divino, la parte más importante es la Primera Venida del Señor y la Segunda Venida del Señor.
Para la Primera Venida hubo muchas profecías, y el mismo Señor se estuvo identificando como el Mesías prometido durante esos tres años y medio de ministerio que Él tuvo, los cuales fueron la primera parte de la semana setenta, la primera mitad; y faltan tres años y medio para el pueblo hebreo, en donde el Mesías-Príncipe se revelará a ellos.
Por lo tanto, Israel tiene una promesa muy grande: la Venida del Mesías revelándose como José se reveló a los judíos allá en Egipto. Y eso está muy cerca de ser cumplido en este nuestro tiempo en el cual nos ha tocado vivir.
Los judíos están esperando la Venida del Mesías en este mismo año nuestro que estamos viviendo; porque para ellos es el año 5777, el cual comenzó el año pasado en la fiesta de Año Nuevo para ellos. Esa fiesta de Año Nuevo es la Fiesta de las Trompetas, que tiene grandes bendiciones para el pueblo hebreo.
Es en esa Fiesta de las Trompetas que Él se revelará a Israel; porque desde el Día de Pentecostés hacia acá se ha estado viviendo en la Fiesta de Pentecostés, que tiene alrededor de dos mil años que comenzó, en la cual se predica el Evangelio de Cristo, la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y se hace el llamado a salvación y vida eterna para recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, y así nacer en el Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia, es el Israel espiritual, los cuales son del Orden de Melquisedec: son reyes, sacerdotes y jueces; porque “los santos juzgarán al mundo”[1].
Los santos vienen con el Señor, los que murieron, vienen en la resurrección; y los que están vivos serán transformados, todos los que están en el Cuerpo Místico de Cristo, que son los que han nacido de nuevo en el tiempo que les ha tocado vivir.
Luego viene la Fiesta de las Trompetas (de Levítico, capítulo 23, verso 24); esa fiesta es para los judíos, para el llamamiento a los judíos, para Dios comenzar a tratar con los judíos en Su Programa, en la Fiesta de las Trompetas. Y luego le seguirá la Fiesta de la Expiación (de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29); y ellos verán la expiación y recibirán la reconciliación con Dios.
Luego vendrá la Fiesta de las Cabañas, que es el Reino Milenial de Cristo sobre la Tierra con los judíos y gobernando con los judíos sobre todas las naciones.
Es ahí donde Israel recibe la bendición grande, en esas tres fiestas: la Fiesta de las Trompetas, la Fiesta de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos o Fiesta de las Cabañas.
Todo eso es para ser cumplido con el pueblo hebreo; porque ya la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo estará transformada y estará con el Rey heredando todo lo que Dios le otorga al Mesías-Príncipe; y por consiguiente, la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo estará en el Reino Milenial con el Mesías-Príncipe, viviendo en cuerpos glorificados del Orden de Melquisedec.
De ese Orden es la Iglesia del Señor Jesucristo y de ese Orden es Melquisedec, el Mesías-Príncipe; y también el Mesías-Príncipe es descendiente del rey David, y por consiguiente descendiente de la tribu de Judá.
Todas esas cosas para este tiempo final serán aclaradas, y en el Reino de Dios recibirán la bienvenida los judíos de este tiempo final. Pero hay una bendición grande para los creyentes en Cristo que forman la Iglesia del Señor Jesucristo de este tiempo en el cual a nosotros nos ha tocado vivir.
Así como dice la Escritura que vendría el Señor en un burrito, en un pollino, hijo de asna, ahora Cristo dice: “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Y ahora, esta profecía será cumplida en la Segunda Venida de Cristo, en la Venida del Señor, en donde Él viene sobre un caballo blanco en Apocalipsis, capítulo 19.
Así como vino en un burrito, en un pollino, hijo de asna, a Israel, ahora tenemos la promesa de que vendrá en un caballo blanco poderoso, como Rey de reyes y Señor de señores, y Juez de toda la Tierra.
Un caballo blanco representa un poder. Viene en el tiempo final cabalgando sobre el poder divino en toda Su plenitud, viene con los escogidos del Día Postrero. Y cuando ocurra la resurrección se unirán a ese grupo el grupo que resucitará en cuerpos glorificados, para estar una temporada aquí de 30 a 40 días ya transformados; y luego ir con el Señor a la Cena de las Bodas del Cordero, donde será investido el Mesías y también la Iglesia-Novia del Señor, para reinar sobre la Tierra desde Jerusalén, sobre el Trono de David.
Por lo tanto, estemos preparados, porque lo que sucedió allá, de Cristo entrando a Jerusalén en un pollino hijo de asna, y todos clamando “¡Hosanna al que viene en el Nombre del Señor!”, y diciendo: “He aquí, tu Rey”, la Escritura diciendo: “He aquí, tu Rey”, eso se repetirá en medio del cristianismo, en donde el Señor vendrá sobre el poder de la Palabra, o sea, tipificado en un caballo blanco viniendo a Su Iglesia en este tiempo final.
De lo cual habló el reverendo William Branham en el libro de Citas, página 155; y dice… Este es un extracto del mensaje “¿Cuál es la atracción en el monte?”. Y ahora, ¿cuál es la atracción en el Monte de Sion, que tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo? Dice en la página 155, párrafo 1383:
1383 – “Oh, habrá una verdadera lluvia temprana y tardía en los postreros días sobre ese grupo pequeño que viene con Él sobre este asno manso y humilde, sin duda, sin denominación, clamando: ‘Hosanna al Rey que viene en el nombre del Señor.’ ¿Qué pasa hoy? ¿Cuál es la atracción en el monte?”.
Y ahora, vean cómo muestra que habrá una repetición de la profecía de la entrada del Señor a Jerusalén.
La Iglesia del Señor Jesucristo es la Sión espiritual y también la Jerusalén celestial.
Y ahora, en la página 166 de este libro de Citas, en un extracto o párrafo 1485, dice:
1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’ Y solo recuerden, del Oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como… estamos casi listos. Vean, es una promesa”.
Y ahora, aquí está la promesa de que del occidente, o sea, del oeste… Y el occidente, el oeste del planeta Tierra, corresponde al continente americano; y el Medio Oriente o Medio Este, o el este, corresponde a Israel.
Y ahora, así como la promesa de la Primera Venida de Cristo, del Mesías, fue para el este, ahora la Segunda Venida es prometida para el oeste, viniendo sobre un caballo blanco en Apocalipsis, capítulo 19, como nos muestra aquí el reverendo William Branham; y nos trae un avivamiento, un despertamiento espiritual. Todo eso es paralelo a lo que pasó en la Primera Venida del Señor.
Es tan paralelo que hasta el precursor lo tiene la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto, como lo tuvo Israel en la Primera Venida de Cristo, el cual fue Juan el Bautista. Y el Israel celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo tiene un precursor de la Segunda Venida de Cristo, que es el reverendo William Branham.
Por lo tanto, así como la Primera Venida del Señor fue de acuerdo a como Juan lo predicó, lo anunció, lo presentó al pueblo, y dijo[2]: “Este es del cual yo dije que después de mí vendría uno mayor que yo”; Juan con su Mensaje presentó al Mesías-Príncipe en Su Primera Venida; y el reverendo William Branham con su Mensaje presenta la Segunda Venida de Cristo viniendo a Su Iglesia en el tiempo final, en la etapa que corresponde al oeste, o sea, al continente americano, que consta de Norteamérica, Centroamérica y América Latina. Tan sencillo como eso.
Por lo tanto, muchos preguntarán en el Día Postrero como en aquel tiempo: “¿Quién es este?”. “¿Quién es este?” en la Primera Venida y “¿Quién es este?” en la Segunda Venida del Señor.
Todo será sencillo, como fue sencillo en aquel tiempo de los días de Juan el Bautista y de Jesús de Nazaret.
La Escritura, la Biblia y el Mensaje del reverendo William Branham estarán presentando la Venida del Señor en el Día Postrero; y con Su Mensaje escucharemos las palabras: “He aquí, vuestro Rey. He aquí, tu Rey viene a ti”, pues está esperando la Venida del Señor. Y para este tiempo final tiene que cumplirse la Venida del Señor.
Y el Mensaje de parte de Dios para el pueblo de Dios es: “He aquí, tu Rey viene a ti”. O sea, que está llamado el pueblo a esperarlo en medio del pueblo y darle la bienvenida; pues Él dijo: “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”.
¿Ven? Es paralelo en todo. Así como tuvo un precursor la Primera Venida, tiene un precursor la Segunda Venida; y si tiene un precursor la Primera y la Segunda Venida, tiene que tener un precursado también; porque no puede precursar algo y no cumplirse lo que fue anunciado para el pueblo de Dios del Pacto vigente de este tiempo final.
El Mensaje del precursor presentará la Venida del Señor: en lo que él habló está la presentación de la Venida del Señor. Por lo tanto, será como fue dos mil años atrás: “He aquí, tu Rey viene a ti”.
Viene al pueblo del Nuevo Pacto, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, como vino al Pacto de la Ley dos mil años atrás, que era el Pacto que estaba vigente en aquellos días; y vino después de Juan el Bautista, después del precursor; por lo tanto, era el mensajero que correspondía a la Edad de Piedra Angular.
Así también será en este tiempo final: será en la Edad de Piedra Angular donde se cumplirá la Venida del Señor a Su Iglesia. Por eso es en la etapa más importante de la Iglesia del Señor Jesucristo.
“ISRAEL, HE AQUÍ, TU REY VIENE A TI”.
Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto: ¡He aquí, tu Rey viene a ti en este tiempo final!
Ha sido para mí una bendición y un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de la Palabra de Dios para nuestro tiempo.
Pasado mañana o próximo domingo estaré nuevamente con ustedes para la escuela bíblica, de la cual el tema de estudio bíblico será: “ISRAEL, HE AQUÍ, TU REY VIENE A TI”.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos los presentes y a todos los que están en otros países reunidos.
Si hay alguna persona, en diferentes países, que no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos; y si aquí presente también hay alguno que no ha recibido a Cristo, lo puede hacer, y estaremos orando por usted.
Para lo cual puede pasar al frente si está aquí presente, o si está en otro país puede pasar al frente, para que quede incluido en la oración que estaremos haciendo por usted; para lo cual pueden pasar al frente.
Pueden estar puestos en pie todos mientras pasan al frente y reciben a Cristo las personas aquí y en diferentes países. Y ahora vamos a orar por las personas que están viniendo a los Pies de Cristo en diferentes países.
Con nuestros ojos cerrados, nuestros rostros inclinados:
Padre nuestro que estás en los Cielos, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti con todas estas personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Recíbeles en Tu Reino. Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y ahora repitan conmigo esta oración que estaré haciendo por ustedes que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador:
Señor Jesucristo, vengo a Ti creyendo en Tu Evangelio y te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Creo en Tu Nombre como el único nombre dado a los hombres en que podemos ser salvos. Creo que no hay otro Salvador, no hay otra forma de salvación para el ser humano.
Doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí. Creo en Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados; y reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.
Vengo a Ti dando testimonio y recibiéndote como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente.
Señor, te recibo con todo mi corazón. Haz realidad en mí la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos en diferentes países preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?”.
El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado; pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, por eso Él dijo[3]: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
Por lo tanto, siendo un mandamiento de Cristo podemos ver que aun el mismo Jesucristo fue bautizado por Juan el Bautista; el cual, cuando vio a Jesús que entró a las aguas del río Jordán para ser bautizado (donde Juan predicaba y bautizaba), Juan dijo: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?”, y no lo quería bautizar. Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda justicia”, y entonces lo bautizó. Y cuando subió de las aguas bautismales, el Espíritu Santo vino sobre Jesús[4].
Vean, es importante ser bautizado todo creyente para que venga el Espíritu Santo sobre la persona y produzca el nuevo nacimiento.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Dios cuando esté en la Tierra; y antes estamos en el Reino de Dios en la esfera espiritual.
Después estaremos en la Cena de las Bodas del Cordero, en la Casa de nuestro Padre celestial; y después regresaremos a la Tierra para el comienzo del Reino Milenial del Mesías-Príncipe. En Israel será la capital, que será Jerusalén.
Por lo tanto, en todo el Programa Divino estarán todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo; y estará el Rey, que viene en el Día Postrero para llevar a cabo la Obra correspondiente al tiempo final, que llevará a cabo el Mesías-Príncipe, el cual vendrá en el poder de Dios, tipificado viniendo en un caballo blanco con un Ejército vestido de blanco en caballos blancos.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, en la introducción del tema: “ISRAEL, HE AQUÍ, TU REY VIENE A TI”.
Próximo domingo veremos con más detalles este tema, en el cual esperamos que en Su Venida lo podamos ver y decir: “He aquí, Él viene a nosotros”, y lo veamos en Su Venida.
Que Dios les bendiga y les guarde.
Dejo a cada ministro en cada país para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y aquí dejo al reverendo José Benjamín Pérez a continuación.
Que Dios les bendiga y les guarde; pasen todos muy buenas noches.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“ISRAEL, HE AQUÍ, TU REY VIENE A TI”.
[Revisión marzo 2018]
[1] Primera de Corintios 6:2
[2] San Juan 1:30
[3] San Marcos 16:15-16
[4] San Mateo 3:13-17