Domingo, 3 de septiembre de 2017
Cayey, Puerto Rico
Hoy domingo, 3 de septiembre, les agradezco el respaldo que están dándole al proyecto de construcción de La Gran Carpa Catedral.
Todos queremos que se cumpla la profecía de la Visión de La Gran Carpa Catedral, donde será dada la fe para ser transformados y raptados, la fe de rapto ahí vendrá. Eso es la Tercera Etapa de la cual habló el reverendo William Branham.
Por lo tanto, deseamos que pronto esté lista la construcción de La Gran Carpa Catedral, donde esperamos grandes bendiciones de parte de Dios para este tiempo final el cual estamos viviendo.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y les reitero mi aprecio y agradecimiento por el respaldo que le están dando a la construcción de La Gran Carpa Catedral en Cayey, Puerto Rico.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, y los que están en otros países. Un saludo muy especial para el misionero Miguel Bermúdez Marín y todos los ministros de todos los países y sus congregaciones.
Hoy domingo, 3 de septiembre del 2017, es para mí una bendición grande dirigirme a ustedes para saludarles en el Nombre del Señor.
Hemos estado en un tiempo en que las señales en los cielos se han estado cumpliendo, como el eclipse del cual Cristo habló de que el sol se oscurecería y la luna no daría su resplandor. Siempre que ocurre ese fenómeno celestial está anunciando la Venida del Hijo del Hombre con la espada que sale de su boca.
Es para mí una bendición grande decirles que estamos viviendo en el fin del tiempo y que tenemos que estar preparados para recibir la fe para ser transformados, la cual está en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, llamada la Tercera Etapa, en donde vendrá la fe para ser transformados y raptados, y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.
Estamos en un tiempo muy importante.
En el mes de junio ya me había dicho que había llegado el tiempo de partir, pero por amor a los escogidos le pedí más tiempo para estar con ustedes, porque si me iba yo solo quedarían ustedes pasando por la gran tribulación. Por lo tanto, le pedí más tiempo al Señor, y me fue concedido más tiempo para estar con ustedes.
El caso era que ya tenía que partir pero como a Ezequías le fueron añadidos 15 años, al rey de Judá, a mí me ha sido añadido más tiempo para continuar con ustedes hasta tener la fe para ser transformados y poder ser llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.
Nunca he deseado presentarme solo allá, sino con todos ustedes, en la presencia del Señor para la Cena de las Bodas del Cordero. Así que me fue concedido más tiempo, hasta llegar a completar la labor que corresponde a este tiempo final.
Que Dios te bendiga, Miguel; y a cada ministro, que Dios le bendiga, y a las congregaciones, que Dios les bendiga grandemente. En el Nombre del Señor Jesucristo.
Dr. William Soto Santiago