El Enviado del Padre

Un saludo muy especial al misionero internacional, doctor Miguel Bermúdez Marín, junto al reverendo Jairo Ordóñez, allá en la congregación de Maracaibo, Venezuela; y a todos los ministros con sus congregaciones; y también al reverendo José Benjamín Pérez Matos y a la Iglesia de Cayey, Puerto Rico.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también.

En esta ocasión tendremos como tema del estudio bíblico: “EL ENVIADO DEL PADRE”, hoy viernes 15 y domingo 17 de diciembre de 2017.

Es para mí un privilegio grande dirigirme a cada uno de ustedes con el tema “EL ENVIADO DEL PADRE”, o sea, del Padre celestial, de Dios; en donde queremos ver en esta ocasión quién está prometido que será enviado por el Padre celestial a Su pueblo, a Su Iglesia.

Dios ha tenido diferentes enviados en diferentes dispensaciones y diferentes edades de esas dispensaciones; y encontramos que a través de esos enviados es que ha venido la Palabra de Dios para cada tiempo al pueblo de Dios, al pueblo que está bajo el Pacto vigente en ese tiempo; por lo tanto, queremos ver cuál es el Enviado del Padre para este tiempo final.

En el tiempo de cada profeta enviado, vino la Palabra de Dios para el pueblo que estaba bajo ese Pacto Divino. Y tenemos siete dispensaciones importantes, para las cuales Dios ha enviado mensajeros dispensacionales, profetas dispensacionales, que son los profetas más grandes que Dios envía a la Tierra; y una dispensación dura cientos y miles de años en algunas ocasiones.

Y ahora, hemos visto que al pueblo que está bajo el Pacto Divino para ese tiempo es que Dios le envía un profeta mensajero dispensacional; y dentro de esa dispensación envía diferentes mensajeros de edades, etapas, de esa dispensación.

Y ahora, para los días de la Venida del Mesías dos mil años atrás, Él envió al precursor: Juan el Bautista, que fue el último profeta de las edades de la Ley para el pueblo hebreo.

Encontramos que luego de ese mensajero tenía que aparecer el Mesías-Príncipe, y llevaría a cabo un ministerio de tres años y medio, en donde pondría Su vida en expiación por el pecado.

Antes de comenzar Su ministerio era un sencillo carpintero en Nazaret, habiendo nacido a través de la virgen María y criado bajo las leyes divinas de la Dispensación de la Ley.

Encontramos que para tener ese ministerio de tres años y medio tuvo que venir veintinueve años antes a la Tierra, para luego comenzar ese ministerio que lo llevaría al cumplimiento de la Venida del Mesías para ese tiempo como Cordero de Dios, para morir en el Sacrificio correspondiente y quitar el pecado del mundo; porque Él llevaría el pecado de Su pueblo.

Y ahora, cuando comenzó Su ministerio ya era una persona adulta, que había estado en medio del pueblo por cerca de treinta años; y tenía que haber crecido, tenía que haberse criado como los demás niños, como las demás personas; pero tenemos algo muy importante, y es que cuando el enemigo de Dios, el diablo, Satanás, sabe que Dios va a hacer algo en favor del pueblo, se levanta en contra de ese instrumento que Dios va a usar, como pasó con José el hijo de Jacob, el cual Dios tuvo que llevarlo por Su gracia a Egipto, y ser allá educado; pero los egipcios no sabían quién era ese joven que era segundo en el reino de Egipto en los días del Faraón que ayudó y colocó a José como segundo en el trono, en el reino de Egipto[1].

Si se daba a conocer quién era José, tendría muchos problemas allá en Egipto. Encontramos que muy pocos sabían que José era hebreo, descendiente de Jacob. Encontramos también, que Moisés nació ya determinado por Dios como mensajero dispensacional, como profeta para la Dispensación de la Ley.

Y el Faraón, si sabía que Moisés era hebreo, lo echaba a los cocodrilos en el río allá, lo cual estaban haciendo con todos los niños hebreos que nacían; si llegaban a saber que Moisés era el Libertador que Dios enviaría, lo mataban; por eso el Faraón dio la orden de matar, de echar en el río a todos los niños que nacieran, todos los varones que nacieran[2]. ¿Para qué? Para que el Libertador muriera; porque ya sabían que estaba en algún lugar, que había nacido, pero no podía ser revelado quién era para evitar que muriera.

Encontramos también otros mensajeros de Dios que fueron instrumentos parcialmente para la edad, para alguna de las edades de cada dispensación.

Tenemos, por ejemplo, a Juan el Bautista. Juan el Bautista murió degollado, pero él presentó al que vendría después de él: a Jesucristo.

Jesucristo, encontramos que había vivido una temporada en Egipto porque el rey supo que había nacido el Mesías-Príncipe cuando entrevistó a los magos que vinieron buscando al Rey de Israel que había nacido y venían a adorarlo.

Y Herodes no quería que apareciera otro rey, y mandó a averiguar dónde estaba el Mesías: les encargó a los magos que fueran, lo vieran y luego le dijeran dónde estaba, para él ir a adorarlo; pero la intención era ir para matarlo; porque el rey no quería que apareciera el Libertador, no quería que apareciera el Mesías-Príncipe, el Rey de Israel; pero el Ángel del Señor le apareció a José en sueños y le dijo que se fuera a Egipto porque el rey buscaría al niño para matarlo[3].

Siempre hay una lucha cuando está prometida la llegada de un profeta al pueblo de Dios, a la Casa de Dios, a la Familia de Dios.

Encontramos a Juan el Bautista, que fue decapitado porque estaba predicando y anunciando la Venida del Mesías que estaría en medio de ellos[4]; y cuando lo vio y lo bautizó dijo que Ese era el que vendría después de él[5].

Ahora, encontramos que Jesucristo hablaba con Sus discípulos las cosas, y predicaba las cosas que el Mesías-Príncipe estaría llevando a cabo para aquel tiempo, que era cumplir lo que el Mesías-Príncipe materializaría en Su Venida.

Encontramos que Él cumplió todo lo que estaba prometido que el Mesías realizaría en Su Primera Venida como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo con Su Sangre de Su Sacrificio, y limpiar así al ser humano de todo pecado.

Por lo tanto, después del precursor viene el precursado; para lo cual tiene que estar en la Tierra en los días de la vida del precursor. En algún tiempo de la vida terrenal del precursor en esta Tierra, tiene que estar presente el precursado, haciendo una labor que tiene que ver con lo que el Mesías-Príncipe llevará a cabo, materializará en esta Tierra; para luego, al final, abrirse el misterio de la Venida del Mesías.

Y si no pueden creer en Él, que crean a las obras que Él estará llevando a cabo, que son la materialización de lo que está prometido que Dios realizará en el tiempo del ministerio profético, ministerio mesiánico de ese hombre ungido con el Espíritu de Dios para cumplir la Venida del Mesías.

Las obras que Él estará haciendo antes de ser revelado al pueblo quién es el Mesías-Príncipe prometido para ese tiempo, las mismas obras que Él estará haciendo, darán testimonio de que ese es el Mesías-Príncipe que está prometido para venir a la Casa de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero; como fue dos mil años atrás con la presencia de Jesucristo, el cual cumplió todo lo que estaba prometido para ser realizado por el Mesías-Príncipe en Su Primera Venida como Cordero de Dios.

Cuando fue revelado en Su ministerio profético mesiánico ya tenía cerca de 30 años[6]; por lo tanto, el ministerio mesiánico es corto: de tres años y medio, para Jesús dos mil años atrás; y eso es la mitad de la semana número setenta del libro del profeta Daniel. Falta la otra mitad, de tres años y medio, la cual será cumplida en la Segunda Venida de Cristo, del Ungido, del Mesías-Príncipe, que también será un descendiente de Abraham, será un descendiente de Jacob, será un descendiente de Judá, será un descendiente también de Judá.

Por lo tanto, estemos preparados, porque las obras que estará haciendo el Señor en este tiempo final serán la evidencia de que Ese es el Enviado de Dios a la Casa de Dios, a la Familia de Dios, que es el Cuerpo Místico de creyentes para los gentiles; y para los judíos será los Dos Olivos, Moisés y Elías, esos ministerios repitiéndose en este tiempo final.

La Casa de Dios, la Familia de Dios, la descendencia de Dios, los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, tendrán en este tiempo final la materialización de la promesa de la Venida del Mesías a la Casa de Dios, a la Casa, a la Familia de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto.

E Israel va a ver estos ministerios de los Dos Olivos: el ministerio de Elías por quinta ocasión manifestado en un hombre, y el ministerio de Moisés; lo cual identificará a esa persona como el Enviado de Dios, como el Enviado del Padre; enviado a la Casa de Dios, a la Familia de Dios, a la descendencia de Dios.

Ahora, leemos un pasaje aquí, de Primera de Timoteo, capítulo 3, verso 14 al 16, y dice así:

“Esto te escribo…”.

San Pablo escribiéndole a Timoteo le dice:

Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,

para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria”.

Aquí el apóstol Pablo nos dice, hablándole a Timoteo, cómo debe conducirse en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Es en la Casa de Dios, en la Familia de Dios, donde Dios envía Sus profetas mensajeros, de dispensación en dispensación y de edad en edad.

Por lo tanto, ¿dónde vamos a buscar el Enviado de Dios para el Día Postrero? En la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahí es que encontrarán, verán, el cumplimiento de la Venida del Mesías en el tiempo final.

Para los gentiles…, lo que es para la Iglesia la Segunda Venida de Cristo, es para los judíos la Venida, la manifestación de los Dos Olivos: la manifestación de Elías por quinta ocasión en su quinto ministerio, y el segundo ministerio de Moisés para el pueblo de Dios, para los judíos.

Lo que es el Sexto Sello, los Dos Olivos, Moisés y Elías, para los judíos: es el Séptimo Sello, la Venida del Señor, para el cristianismo. Tan sencillo como eso.

Por lo tanto, es importante estar despiertos espiritualmente esperando el cumplimiento de las profecías correspondientes a este tiempo final.

Los creyentes en Cristo deben estar alertas, porque el misterio de la Segunda Venida de Cristo va a ser abierto al público en algún momento; y ahí terminará la misericordia, porque se cierra la puerta de la misericordia divina bajo la Dispensación de la Gracia y se abrirá la puerta de la Dispensación del Reino, en donde entrarán judíos del pueblo hebreo, 12.000 de cada tribu de los hijos de Israel.

Por lo tanto, estemos alerta, con nuestros ojos espirituales bien abiertos, porque pronto se abrirá el misterio de la Segunda Venida de Cristo para el cristianismo, y de la Venida de los ministerios de Elías y Moisés para los judíos.

El tema de nuestro estudio bíblico para hoy viernes 15 de diciembre y domingo 17 de diciembre de 2017, ha sido: “EL ENVIADO DEL PADRE”.

Que Dios nos abra las Escrituras y nos deje ver cuáles son las profecías para este tiempo final, las profecías mesiánicas que debe cumplir el Mesías-Príncipe prometido para venir en este tiempo final.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos; y nos permita a todos ver en este tiempo final el momento importante en que vivimos, en el cual, cuando lo veamos en el cumplimiento de Su Venida, podamos decir: “¡Eso es lo que yo estaba esperando!, porque yo creía de todo corazón lo que está prometido en la Escritura con relación a la Venida del Mesías para este tiempo final”.

Que Dios les bendiga a todos y les guarde, y les use grandemente en Su Reino en este tiempo final, y que pronto recibamos la fe, la revelación de la Venida del Señor, y las obras que estarán siendo cumplidas por Él en este tiempo final; y así recibamos la fe para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo.

Y que Dios les bendiga a todos y les guarde grandemente a todos, hoy viernes 15 de diciembre y domingo 17 de diciembre de 2017.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

“EL ENVIADO DEL PADRE”.

[Revisión julio 2023 – PP]

[1] Génesis 41:1-44

[2] Éxodo 1:15-16

[3] San Mateo 2:1-15

[4] Mt. 14:1-12, Mr. 6:14-29, Lc. 9:7-9

[5] San Juan 1:29-34

[6] San Lucas 3:23

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