Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Aprecio y agradezco mucho todo lo que están haciendo para el nuevo auditorio en Puerto Rico. Y espero que Dios derrame grandes bendiciones bajo y en ese nuevo auditorio, pues mi deseo es que Dios tenga un lugar donde cumplir lo que Él ha prometido. Y en algún lugar, en alguna nación, tiene que aparecer lo que vio el reverendo William Branham.
Como él vio ese edificio del cual él dijo que era una carpa o una catedral (era un edificio), y él vio todo lo que ahí se hacía[1]…, vean, ahí tenía también el modelo para él trabajar, y hacer los llamamientos al altar, y también orar por los enfermos, en la misma forma que más adelante se llevará a cabo en ese lugar. Por lo tanto, él hizo —por dirección divina— el tipo y figura de lo que va a ocurrir más adelante.
Y esperamos que aparezca esa Carpa o Catedral. El reverendo William Branham trató de hacerla, de mandarla a hacer, de conseguir el dinero y todo, pero no era el tiempo.
O sea que alguien la tiene que mandar a hacer; y tienen que estar con él los ministros correspondientes para trabajar en esa labor, con sus congregaciones, pues todos van a ser beneficiados.
Y todos los que comprenderán y creerán de todo corazón esa visión, van a comprender que tiene que aparecer en la escena, y que Dios va a usar seres humanos para trabajar en pro de ese propósito.
Como para el tiempo en que tenía que aparecer el tabernáculo en medio del pueblo hebreo cuando iban por el desierto, pues vean: Dios se lo mostró a Moisés, para que lo hiciera de acuerdo al modelo que le fue mostrado[2]; y Moisés no tenía que ponerse a buscar los materiales, sino darlo a conocer al pueblo, y darle la oportunidad al pueblo que…, y para que ofrendaran[3], para llevar a cabo la construcción de ese tabernáculo con todo lo que tendría por dentro; excepto la Columna de Fuego, que vendría, y ya esa parte la pondría Dios[4].
O sea que Dios le dio la oportunidad a Moisés y a Su pueblo de hacer todo, excepto una sola cosa, pero esa era la más importante: la presencia de Dios dentro de ese tabernáculo en el lugar santísimo.
También así sucedió con el templo que construyó Salomón. Para la construcción de ese templo, vean ustedes, el pueblo…, el rey David y el pueblo pusieron los materiales, y los constructores, los obreros, y el contratista y todo[5]; pero cuando se terminó fue dedicado a Dios, y Dios puso lo más importante: Su presencia[6].
Sin la presencia de Dios, no importa lo que se haga, lo grande que sea; si no está la presencia de Dios: no tiene ningún valor delante de Dios. Pero cuando está la presencia de Dios, ahí hay un valor inmenso, que no puede ser comprado por el hombre, el cual pone Dios: Su presencia en el lugar, y que ha sido preparado para Dios.
Un Nuevo Templo ha estado siendo construido, y es la Iglesia del Señor Jesucristo.
De etapa en etapa hemos visto cómo la presencia del Señor ha estado en medio de Su Iglesia: En el tiempo de los apóstoles. Luego se movió para la primera edad; edad que fue representada en la iglesia de Éfeso, porque en ese territorio pues fue que Dios se manifestó, y allí estaba la cabeza de la Iglesia de ese tiempo; o sea que ese era el sitio más importante en ese tiempo.
Y encontramos la revelación que fue dada a la Iglesia por San Pablo en Efesios: una revelación muy grande, muy profunda.
Y podemos ver que en cada edad: una ciudad – un país y una ciudad ha sido sobresaliente en el Programa Divino; así se fue moviendo la construcción de la Iglesia del Señor Jesucristo, o sea, del Templo espiritual de Cristo.
Pasaron, o pasó esa etapa luego, pasó a una nueva etapa: a Europa, donde se cumplieron unas cinco edades de la Iglesia…; una en Asia Menor, cinco en Europa y una en Norteamérica (la séptima); o sea, de la Iglesia entre los gentiles.
Pero con todo y eso, siendo que la Iglesia es el Templo espiritual de Cristo, vean ustedes, el tiempo de los apóstoles allá y el tiempo de las siete edades, todo eso corresponde al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.
Esa construcción ha venido de este a oeste, como el sol viene de este a oeste; así ha venido Cristo, y por consiguiente la presencia de Cristo en medio de Su Iglesia. Y ahora nos encontramos en el occidente, o sea, en el oeste.
Entre los latinoamericanos y caribeños hay una bendición muy grande; pues el Espíritu de Dios, así como ha venido moviéndose de Israel a los gentiles: pasando a Asia Menor y después a Europa, y de ahí dio un salto a Norteamérica…
En…, vean, en Europa tuvo cinco etapas o edades; pero ahora pasa al continente americano y tiene una etapa en Norteamérica.
Y la otra etapa ¿dónde la irá a tener? Porque tiene que ser en el oeste; porque el Lugar Santísimo, que es la etapa que corresponde a la Iglesia en el tiempo final, tiene que cumplirse en el oeste, y por consiguiente: la América Latina y el Caribe, para la construcción del Lugar Santísimo. Y luego vendrá la dedicación a Dios, de ese Templo espiritual, en donde la plenitud de Dios será manifestada; y vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Por eso es que… Vean, comenzó todo en el este; y por eso del este fue traída la bendición a los gentiles, por Pedro y Pablo: Pedro en la casa de Cornelio[7], y Pablo trayéndolo al pueblo gentil, a Asia Menor[8].
Y ahora, el Evangelio regresará a los judíos; y por esa causa se regresará a una etapa o edad en donde, digamos que la mayoría tendrá sangre judía (si no todos, pues la mayoría). Será una Edad Judía; y diríamos “hebrea”; porque al decir “judía”, ya en cierto sentido se refiere a la tribu de Judá, y junto a ella: la tribu de Benjamín.
Por lo tanto, será una Edad Hebrea; aunque el reverendo William Branham dice que será una Edad Judía o de los judíos; vean, y señala que así como Pedro y Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán a los judíos; y después señala que será Moisés y Elías[9].
¿De dónde entonces saldrá Moisés y Elías? De entre los gentiles, de en medio de la Iglesia de Jesucristo, de la etapa más importante, que es la etapa del Lugar Santísimo.
Es ahí donde aparecerán los Dos Olivos, los Dos Ungidos, los Dos Candeleros; donde aparecerán (Apocalipsis 11, verso 3 en adelante) los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, llamados también los Dos hijos de Aceite, los Dos Olivos, de lo cual también nos habla Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14. Y todo eso, vean ustedes, tiene que ver con la restauración de todas las cosas.
Si quieren tener más información… Recuerden que yo siempre les he recomendado (por mucho tiempo) que aprendan a… que aprendan computación, que aprendan a tener…, eh, trabajar con las computadoras, porque lo van a necesitar; y yo creo que ya lo están necesitando.
Ustedes escucharon al misionero Miguel Bermúdez Marín hablando, y también en la conferencia grabada que escucharon. Algo se está moviendo, porque todo tiene que entrelazarse.
Aun el reverendo William Branham dice: “Cuando el Ángel comience a sellar esos 144.000, (dice que) entonces se cerrará la puerta para los gentiles”[10]; y luego serán todos judíos, todos hebreos. Y dice que los hebreos, los judíos, llevarán el Evangelio (¿a quién?) a los judíos, y el rapto sucederá. O sea que coloca ahí todo en un entrelace.
Como también, cuando nos habla de la Tercera Etapa, dice que será cuando venga la apretura; y entonces lo que vimos en parte manifestado en él, será manifestado en toda su plenitud; y entonces comienza a enumerar las cosas que estarán sucediendo[11].
Y dice que esa Tercera Etapa será para la Novia (la Iglesia-Novia), será también para las vírgenes insensatas y será también para el mundo. Eso está en la página 118 y 119 del libro de Citas; y también hay otra cita, que se encuentra en el libro o mensaje “Almas encarceladas”.
“Almas encarceladas”, ese…, eso que él dice allí, vamos a ver si se lo puedo encontrar. Si consiguen la página donde está ese tema: “Almas encarceladas”, eh… Si hay alguien que lo haya conseguido… La página 114 (vamos a…), el párrafo 1002[12]; dice (vamos a leer por la… casi por la mitad) [Citas]:
1002 – “[205] Pero recuerde, para ese tiempo ya todo habrá pasado (o ya todo habrá cesado). ¡Es una cosa horrible!
206 Habrá un ministerio que mostrará grandes maravillas (¿Qué ministerio es ese? El de los Dos Olivos), Joel así lo dijo. Pero no habrá tiempo para la redención”.
O sea que se cierra la Puerta de la Dispensación de la Gracia, y ya no habrá más oportunidad para entrar, para formar parte de la Iglesia del Señor. O sea que de ahí en adelante, cuando se cierre la Puerta, el resto que venga ya pasarán por la tribulación.
1002 – “[206] Todo entonces es terminado, porque el Cordero ya habrá tomado Su Libro y la redención habrá cesado (o sea, ya habrá entrado todo escogido de Dios, toda persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; ya se habrá completado la Iglesia). Jesús predicó y fue rechazado; luego prosiguió hacia aquellos que estaban encarcelados y no podían arrepentirse; ya no había tiempo para la salvación. ¡Ese mismo ministerio tendrá que repetirse! ¿Qué tal si eso pudiese ser la Tercera Etapa, a los que están perdidos eternamente?”.
Hay otro mensaje donde el reverendo William Branham dice: “Señor, muestra Tu poder a este mundo, estremece este mundo una vez más”[13]. Eso va a ser hecho realidad.
Él también dice: “No es difícil pedir, porque es una promesa”[14]. O sea, está pidiendo algo que ha sido prometido.
Por lo tanto, la Iglesia de edades pasadas no tuvo la promesa para ser cumplida esa bendición en ninguna de las edades pasadas; pero Dios mostró el tipo y figura – en tipo y figura lo que va a hacer en este tiempo final: está mostrado en el tiempo apostólico o de los apóstoles, del tiempo de San Pedro; y también en el tiempo de San Pablo; y también en una forma muy grande en el tiempo del reverendo William Branham.
Así que lo que Dios está preparando para llevar a cabo es algo muy grande. Eso es lo que va a despertar totalmente a los judíos o a los hebreos, y dirán: “Esto es lo que nosotros estamos esperando”. Y eso será paralelo a lo que sucedió a Jacob cuando se encontró con el Ángel (en el capítulo 32 del Génesis).
Así que tenemos que estar preparados; tenemos que tener todo preparado para que, cuando eso se cumpla, las personas no tengan que estar corriendo de un sitio hacia el otro, y buscando visas; sino que también cada congregación tenga su equipo de transmisión – o de recibir, para que estén recibiendo la señal correspondiente por satélite o por internet. La de satélite pues es más clara; la de internet, ya ustedes saben que se cae la señal, y luego ya tienen problema.
Siempre queremos tenerle a nuestras congregaciones lo mejor. Recuerden que son príncipes y princesas las personas que están en vuestras congregaciones.
Y cuando el Príncipe de las ovejas cumpla todo Su Programa, entonces cada uno será recompensado según su obra. Por lo tanto, no tratamos mal a las ovejas del Señor. Tendremos que dar cuenta al Príncipe de los pastores por todo el trabajo que hayamos realizado en el Rebaño que Él ha colocado en nuestras manos.
Ahora, lo… y lo que tiene…, eh, lo primordial para la Iglesia, es que en algún lugar aparezca ese edificio, ese auditorio, esa Catedral, esa Carpa. Y tiene que aparecer entre la gente ¿de qué edad?, ¿de la primera?, ¿segunda?, ¿tercera?, ¿cuarta?, ¿quinta?, ¿sexta?, ¿séptima?
El mensajero de la séptima edad trató de tenerle a Dios, a Cristo (para que se manifestara), tenerle ese lugar (y…), para que cumpliera todo lo que él vio en esa Carpa; pero no le fue permitido. Aun, cuando él en una ocasión ve una carpa grande y es colocado allí, él dice…, piensa acerca de su carpa, de su tabernáculo; pero le fue dicho: “Este no es; este no es tu tabernáculo”[15].
Así que, aun cuando él fue y vio la visión, no era el auditorio, catedral o carpa suya; porque él fue, digamos, fue de visita, y estaba en el aire, y estuvo viendo todo lo que allí estaba sucediendo.
Por lo tanto, de alguien era esa Carpa Catedral; el cual, para llegar a esa…, digamos, a ese nivel de actividades, tuvo que haber comenzado bajito, tuvo que haber comenzado en una forma sencilla; y fue creciendo, hasta llegar a la parte culminante del Programa que Dios tenía con esa persona en medio de Su Iglesia.
Así que no puede ser en la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, o sexta, o séptima edad, porque ya todo ese tiempo pasó. Tiene que ser en la Edad de la Piedra Angular, y territorio donde la Edad de la Piedra Angular esté siendo manifestado; o sea, al territorio que corresponde esa edad. Y de ahí de ese territorio se extiende a otros territorios, como sucedió en edades pasadas; pero cada etapa o edad de la Iglesia tiene un territorio principal.
La Edad de la Piedra Angular tiene – corresponde al oeste o el occidente; y ya de la parte norte del occidente o del oeste, ya tuvo la Iglesia su séptima etapa o edad. Y ahora solamente queda la América Latina y el Caribe; por lo tanto, la bendición más grande es para los latinoamericanos y caribeños.
Que Dios nos ayude a apreciar esa bendición tan grande que está en el Programa de Dios para todos nosotros.
Trabajar con un pueblo es difícil. A través de la historia ustedes lo ven: allá en el tiempo de Moisés, lo ven en el tiempo de Josué, lo ven en el tiempo de los jueces, también lo pueden ver en el tiempo de los profetas; y luego en el Nuevo… – luego en los días de Jesús, de Juan y de Jesús, también lo pueden ver: al precursor y al precursado los mataron. Luego en el tiempo de los apóstoles, a los cuales también persiguieron, y algunos de ellos fueron matados.
O sea que ha sido una Obra (decimos) cuesta arriba; pero así es, porque es subiendo un monte. Así está la Iglesia: en forma de pirámide, y es subiendo; por lo tanto, da más trabajo que bajando. Ya cuando la Iglesia baje con Cristo, ya es más fácil: ya viene transformada.
Pero subiendo, de edad en edad, vean ustedes, muchos no han querido que suba; pero los escogidos han subido a la edad que les corresponde. Aun luego que han subido han querido bajarlos, pero Cristo los ha sostenido.
Y ahora, nos encontramos en la etapa más gloriosa: la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Para este tiempo, un mensajero dispensacional tiene que aparecer en medio del pueblo de Dios; y por consiguiente, será mensajero para el cristianismo y para el judaísmo, será mensajero para gentiles y judíos o hebreos, será un mensajero para todo ser humano; será un mensajero para todo pueblo, nación, lengua y reyes; será un mensajero para toda la Dispensación del Reino.
Y por cuanto será un mensajero para toda la Dispensación del Reino, pues será el único que obtendrá el cumplimiento de grandes promesas que hay ahí para la Dispensación del Reino; o sea, la…- la o las bendiciones más grandes él las heredará. Y los que estarán con él, junto a sus congregaciones, también heredarán las bendiciones más grandes que hay para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Vean ustedes, los apóstoles —y por consiguiente, a esos mensajeros de Dios—, Cristo dijo que irían ante reyes, ante príncipes, y así por el estilo; luego Pablo tamb-…, Pedro también, para dar testimonio; Pablo también, y también diferentes mensajeros de edades, como Ireneo; como Lutero también, que príncipes de Alemania y territorios… y de esos territorios lo protegieron; y también le fue dicho al reverendo William Branham que iría delante de reyes y oraría por reyes.
Y por consiguiente, para el Día Postrero se va a reunir todo eso. Y sobre quien esté el ministerio del Día Postrero, que será un ministerio dispensacional, irá delante de reyes, y la manifestación de Dios no tendrá limitaciones en cuanto a lo que Dios hará; y no solamente en cuanto a sanidades o milagros, sino en cuanto a revelación divina y en cuanto a muchas otras cosas que necesitan los reyes, los príncipes, los gobernantes, y así por el estilo.
Pero eso lo vamos a dejar quietecito; ya en la trayectoria del Programa Divino vamos a estar viendo todo eso. Y no nos vamos a sorprender, sino nos vamos a alegrar y a darle gracias a Dios por lo que estará haciendo, a causa de que todo eso está en el Programa Divino.
La Tercera Etapa será para la Iglesia-Novia, para las vírgenes insensatas y para el mundo. Y todo eso lo verá Israel y dirá: “Esto es lo que estamos esperando”. Por lo tanto dirá: “Esto también quiero que sea para mí; no solamente para el cristianismo ni para el mundo, sino lo queremos también para nosotros”; y ahí estarán los Dos Olivos para llevar, pasar el Mensaje, a Israel.
Por lo tanto, nadie vaya a tratar de hacer lo que trató de hacer el reverendo William Branham, de ir a Israel y de llevar el Mensaje[16]; porque él no era la persona, y a través de la Escritura sabemos que será Moisés y Elías, los Dos Olivos.
Por lo tanto, no traten de ocupar el lugar que no les corresponde; pero sí, cuando veamos y reconozcamos ese ministerio manifestado en una persona, entonces estemos brazo a brazo con él: respaldándolo con nuestras oraciones y también económicamente, y cuidando sus espaldas, para que así se haga realidad el Programa Divino con la Iglesia-Novia de Cristo y con las vírgenes insensatas.
O sea que veremos un acercamiento de las insensatas a ese ministerio, y de ese ministerio a ellos; o sea que Dios le va a abrir la puerta entre las vírgenes insensatas, y también en el mundo (por lo tanto, a nivel de Gobierno y a nivel académico, y en todos esos niveles, y a nivel religioso también: en el mundo), y también le serán abiertas las puertas con Israel.
Así que ese ministerio está prometido para estar en medio de la Iglesia. Y ahí, con ese ministerio, será que la Iglesia será restaurada; porque será Cristo colocando esos ministerios por medio de Su Espíritu en medio de Su Iglesia; y por consiguiente veremos esos ministerios operando en un hombre, que tendrá la misión de estar en medio de la Iglesia y después en medio del pueblo hebreo.
Tendrá la misión de trabajar para que se cumplan todas las promesas que Dios ha hecho para Su Iglesia, para las vírgenes insensatas, para el mundo y para el pueblo hebreo. Tendrá la misión de dejarse usar por Dios para Dios cumplir la Tercera Etapa, lo cual será Dios por medio del Espíritu de Cristo operando a través de un hombre. Lo vamos a reconocer, porque estaremos viendo el cumplimiento de cada una de esas promesas a través del Espíritu de Dios en él.
Algunas personas podrán decir: “¿Cómo es que le hace para lograr el éxito en tal o cual cosa?”. No es el éxito de él, es el éxito del Espíritu de Dios, que prometió hacer esas cosas, y las estará cumpliendo en medio de Su pueblo.
No fue Moisés el que libertó al pueblo, no fue Moisés el que trajo las plagas; fue Dios. Fue Dios el que hizo todo eso por creación divina y el que libertó al pueblo; pero estaba velado en un hombre: colocaba Su Palabra en ese hombre, ese hombre hablaba, y las cosas ocurrían.
Era la Palabra creadora de Dios prometida para aquel tiempo; por eso él les hablaba acerca de la liberación, porque eso fue lo que Dios prometió para ese tiempo.
No les hablaba de hacer un arca para cruzar el Mar Rojo, sino que les hablaba de la liberación que Dios había prometido, para salir caminando.
No les habló de un arca para cruzar el Jordán, no le habló de eso a Josué. Dios tenía la forma establecida.
Y cruzar el Jordán (el Jordán representa muerte), pasar al otro lado del Jordán: es pasar a la tierra prometida.
Siguiendo el arca, el pueblo pasaría al otro lado del Jordán; y llegaría, por consiguiente, a la tierra prometida.
Josué tipifica al Espíritu Santo, porque en él estaba el Espíritu Santo.
El Jordán: la muerte.
Y la tierra de Israel (que…) a la cual pasaron: es la tierra prometida del nuevo cuerpo, que han de recibir los creyentes en Cristo; y es la tierra prometida del Reino de Dios, al cual entraremos físicamente, como hemos entrado ya también espiritualmente y estamos en el Reino de Cristo, el cual está manifestado en la forma de Su Iglesia.
Así que luego, cuando seamos raptados para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, regresaremos después de tres años y medio a la Tierra para el establecimiento del Reino Milenial, que vendrá a ser también la tierra prometida; volviendo a la tierra prometida, para estar con Cristo en Su Reino por mil años, como reyes y sacerdotes y jueces; o sea, como los miembros del Gabinete de Su Reino; y por consiguiente, como miembros de la Realeza de ese Reino.
A todo lo que Cristo es heredero, también nosotros somos herederos[17]. Así que es grande la bendición que hay para la Iglesia.
La Iglesia va a ser restaurada a todo lo que tenía, y aun más; porque será restaurada cada persona a la vida eterna física, con un cuerpo eterno y glorificado, y todo el poder de Dios estará manifestado en Su Iglesia.
Así como el pueblo hebreo estaba esperando la restauración de Israel, que es la redención de Israel… ¿Y qué era eso? La restauración del Reino de David; eso era lo que ellos estaban esperando. Y por eso en la entrada triunfal de Cristo ellos clamaban: “¡Hosanna al Rey que viene en el Nombre del Señor! ¡Hosanna al Hijo de David! (¿Ven?). ¡Bendito el Reino de David que viene!”[18]. Así cantaban, porque estaban esperando la restauración de ese Reino.
Pero no sería en Su Primera Venida que sería restaurado el Reino de Dios —el Reino de David en la Tierra, en medio del pueblo hebreo—, sino que esto corresponde a la Segunda Venida de Cristo.
Por eso el reverendo William Branham, en la página 155 del libro de Citas (como ustedes pues no – algunos no tienen el mismo libro, porque no coincidieron las páginas de las nuevas… las diferentes ediciones que hicieron después de este, pues les doy también el párrafo), el párrafo 1383[19], donde dice:
1383 – “119 Oh, habrá una verdadera Lluvia Temprana y Tardía en los postreros días sobre ese grupo pequeño que viene con Él sobre este asno manso y humilde, sin denominación, clamando: ‘¡Hosanna al Rey que viene en el Nombre del Señor!’”.
O sea que aquello que pasó allá, en alguna forma va a estar repitiéndose. Y los judíos van a ver eso y dirán: “¡Este es el que estamos esperando!”.
“Cuando los judíos vean a Cristo viniendo por Su Iglesia, ellos dirán: ‘Este es el que nosotros estamos esperando’”. Eso lo leyó el reverendo Miguel Bermúdez Marín de la página 22 y 23 (les voy a dar el párrafo), párrafo 176; y también el párrafo 183. Y también está en la página… (vamos a ver…), en la página 2-A, párrafo 11; y también página 2-A, párrafo 14; y página 2-A, párrafo 15[20] también. Ahí dice, en ese último párrafo que les di:
15 – “[233] … ‘¡El mismo Espíritu Santo que cayó el Día de Pentecostés está aquí mismo para ustedes!’.
234 Y el poder del Evangelio volverá a los judíos en ese tiempo. Entonces allí habrá un avivamiento entre aquellos judíos que llevarán miles y decenas de miles y… 144.000 al Reino de Dios…”.
Vamos a ver:
15 – “[234] … y… 144.000 al Reino de Dios, serán sellados por el Ángel. (…)
236 Y allí mismo, tan pronto como el Ángel empiece a sellar a esos 144.000, la puerta de la Iglesia gentil es cerrada y los judíos llevan el Espíritu Santo a los judíos. ¡Y ellos tendrán un avivamiento que barrerá al mundo entero! Y el poder de Dios será manifestado entre los judíos”.
Ahora, podemos ver que algo va a pasar en este tiempo con los judíos; y ellos están esperando algo. Pero también los gentiles, la Iglesia del Señor, está esperando algo grande que le ha sido prometido.
Y lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, será para los judíos la Séptima Trompeta. O sea que lo que es la Séptima Trompeta para los judíos: Moisés y Elías, los Dos Ungidos, será para la Iglesia el Séptimo Sello, o sea, la Venida del Señor; porque el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles[21].
Donde veamos el Séptimo Sello, estaremos viendo también la Séptima Trompeta; donde veamos la Séptima Trompeta (Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías), estaremos viendo también el Séptimo Sello.
Dice: “Lo que es la Séptima Trompeta para los judíos, será o es el Séptimo Sello para la Iglesia: la Venida del Señor”[22].
En el Monte de la Transfiguración, donde Cristo les mostró la Venida del Reino, al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino, ¿qué vieron ellos? Vieron a Moisés, a Elías y a Jesús. Y después de cierto momento dejaron de ver a Moisés y Elías, y ya lo que veían era solamente a Jesucristo[23], solamente lo que veían era la Venida del Señor; pero ellos primero tenían que ver a Elías y a Moisés.
Eso es lo que dice el reverendo William Branham por ahí por la página 59, y cuarenta y algo, del libro de Las Edades. Y también en el libro que es sin editar, también ahí encontrarán más claro sobre todo eso. Él dice que ese es el orden de la Venida del Señor; y dice: “¿Qué vieron ellos primero?, ¿qué será primero? Elías. ¿Y después? Moisés”[24].
Él dice: “Ese es el orden de la Venida del Señor”; o sea que hay un orden. Y si hay un orden, tiene que todo ocurrir de acuerdo a ese orden.
O sea que el cumplimiento tiene que concordar con lo que está prometido. No puede ser que ocurra algo fuera de lo que está prometido y se vaya a decir que eso es lo que Dios tiene; no. Lo que Dios tiene es lo que Él ha prometido; y es lo que Él va a hacer, lo que Él va a cumplir y lo que Él va a respaldar; y eso será la Obra de Dios para ese tiempo.
Por lo tanto, para nuestro tiempo hay promesa divina, y hay territorio establecido por Dios; y hay ministerios establecidos por Dios, para ser operados por el Espíritu de Dios.
Por lo tanto, la promesa de la restauración del poder de Dios a Su Iglesia es ciento por ciento verdadera. La promesa es, conforme a las palabras de Jesús, que serán restauradas todas las cosas.
San Mateo, capítulo 17, verso 11, luego de Jesús bajar del Monte de la Transfiguración y Sus discípulos preguntarle: “¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?”, Cristo les dice:
“Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías (vendrá) primero, y restaurará todas las cosas”.
Eso es de acuerdo también a Malaquías, capítulo 4, donde dice… del verso 4 en adelante, dice:
“Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.
O sea que antes de Dios herir la Tierra con los juicios de la gran tribulación, antes tiene que aparecer en la escena Elías.
Y ahora, ya apareció el primer Elías, que fue Elías Tisbita; ya apareció el segundo Elías, que fue Eliseo (o sea, personas donde estaba ese espíritu ministerial que estuvo en Elías, el cual luego estuvo en Eliseo); y luego apareció por tercera ocasión operado en Juan el Bautista (fue el Espíritu Santo operando ese ministerio de Elías); y luego apareció en Norteamérica en el reverendo William Branham, siendo operado ese ministerio de Elías por el Espíritu Santo.
Y la promesa es que aparecerá nuevamente para la restauración de todas las cosas, aparecerá por quinta ocasión; y por consiguiente, aparecerá para la restauración de la Iglesia, la restauración de todas las cosas, y para la restauración de Israel: ser restaurado al Reino de Dios, o sea, al Reino de David, que será restaurado; y tendrá Israel entonces la paz, y de Israel saldrá la paz para todas las naciones.
Ahí está el secreto de la paz para todas las naciones, de la paz imperecedera. Mientras tanto, pues buscamos la paz temporal también, para poder trabajar mejor en favor de la paz imperecedera; pero la meta es la paz imperecedera.
“JESUCRISTO RESTAURANDO EL PODER A SU IGLESIA A TRAVÉS DEL PROFETA ELÍAS”.
“Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas”. (San Mateo, capítulo 17, verso 11).
Y también en el libro de los Hechos…, en el libro de los Hechos también ha sido dicho, en el capítulo 3… (aquí no está); en el capítulo 3 del libro de los Hechos, dice…, verso 18 en adelante…; y también en el capítulo 1. Capítulo 1, verso 6 en adelante: “Entonces…”, del libro de los Hechos:
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”.
O sea que la restauración que Israel, todos los judíos o hebreos estaban esperando, y todavía están esperando, es la restauración del Reino, lo cual será la restauración del Reino de David; porque ese es el único Reino, con ese único Trono, que tiene —por decreto divino— la promesa de gobernar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Por cuanto no era para aquellos días, Él les dice – les dijo:
“Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”.
O sea, a ellos no les tocaba saber eso, pues eso no era para aquellos días; a ellos les tocaba saber lo correspondiente a su tiempo. Y para saber todas las cosas correspondientes a su tiempo les iba a enviar el Espíritu Santo, el cual les iba a dar poder para trabajar en la Obra de Dios, y tener así la manifestación de Dios por medio de Su Espíritu en medio de Su Iglesia; con lo cual, una restauración comenzaría en la esfera espiritual.
Y luego, para la Segunda Venida de Cristo, entrará la esfera física, que será la parte de la redención física, la restauración de todas las cosas: la restauración de la Iglesia al Reino de Dios, no solamente en lo espiritual sino físicamente también, con un cuerpo eterno y glorificado y joven; y la restauración también de Israel al Reino de Dios, que es el Reino de David; y la restauración también del Edén, lo cual será el Reino Milenial; la restauración de Israel a y en la tierra prometida con el Reino de David restaurado.
Por lo tanto, ese ministerio está ligado a la restauración de la Iglesia y la restauración de Israel. En Israel está tipificada también la Iglesia.
Por lo tanto, bajo el ministerio de Elías la restauración de todas las cosas se llevará a cabo; pero ahí estará también Moisés; ahí estará el ministerio del Espíritu Santo: del mismo Espíritu que estuvo en Cristo, y el mismo Espíritu de Cristo operando todos esos ministerios.
Y la Iglesia tendrá lo que le ha sido prometido, e Israel tendrá lo que le ha sido prometido: Israel tendrá la Séptima Trompeta, y la Iglesia tendrá el Séptimo Sello.
Ese misterio está prometido para ser abierto a la Iglesia; y entonces todos tendrán la fe, la revelación, para ser transformados.
Así como para ser transformados espiritualmente obtuvimos la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, para la transformación física tendremos todos la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo.
Y ahí lo vamos a dejar, porque con esa bendición obtendremos la restauración de todas las cosas: la restauración de la vida eterna a nosotros, la restauración del poder de Dios a Su Iglesia; y luego, para Israel: la restauración de Israel al y en el Reino de David.
Así que adelante trabajando en el Reino de Dios, ¡cada día con más ánimo!, sabiendo que cada día se acerca nuestra redención: la redención del cuerpo, nuestra transformación; se acerca cada día: 24 horas; 24 horas cada día más cerca del nuevo cuerpo.
En la manifestación prometida, dice el reverendo William Branham en la página 136 del libro de Citas, que los grandes milagros serán para Moisés y Elías; y preguntan… – o él dice: “Lo que tenemos que esperar es la Venida del Señor”[25].
Por consiguiente, ese misterio va a estar en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo y va a ser abierto a la Iglesia de Jesucristo; pero dice que cuando comience será un secreto por completo[26].
Y si dice que los grandes milagros serán para Moisés y Elías, entonces la Venida del Señor en medio de la Iglesia será un secreto; pero tiene la promesa de una Tercera Etapa.
Así que muchos van a ver a Elías, otros van a ver a Moisés. Pero los escogidos que van a ser transformados: verán a Cristo manifestado, cumpliendo Su promesa a Su Iglesia; verán la manifestación de Cristo en medio de Su Iglesia. Y ahí lo vamos a dejar.
Nuestro tema: “JESUCRISTO RESTAURANDO EL PODER A SU IGLESIA A TRAVÉS DEL PROFETA ELÍAS”.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Y adelante.
Y oren mucho por mí, para todas estas actividades que me faltan por llevar a cabo este año; oren mucho por la actividad de mañana domingo; oren mucho también por este proyecto de Puerto Rico, al cual ustedes se han unido, junto a vuestras congregaciones.
Bueno, no veo a Miguel por acá. Vamos a tener a Miguel por aquí. Fue una plática, una conversación…
Les debo algo, ¿verdad? Yo creo que les debo el 3:18, ¿verdad?, 3:18 en adelante, Miguel, del libro de los Hechos. (Ya esto entra, Miguel, en el postre). Capítulo 3, verso 18 en adelante…, esto es el apóstol Pedro en su segundo mensaje; tenía una revelación grande; dice:
“Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”.
Así que en todas las edades pasadas estuvieron esperando la Venida del Señor, pero el tiempo aquí señalado es el tiempo de y para la restauración de todas las cosas, para el tiempo en que va a ser restaurada la Iglesia y todo el poder de Dios en Su Iglesia: en que van a ser restaurados a la vida eterna física, y en que…; esto es para – como individuos; y la Iglesia como Cuerpo Místico: restaurada a como era originalmente. Y el pueblo hebreo, Israel, será restaurado a y en el Reino de David.
¿Ven? La restauración del Reino es (la restauración del Reino) parte de la restauración de todas las cosas. Y Cristo dijo: “Elías vendrá y restaurará todas las cosas”.
En el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento ninguno de los Elías anteriores restauró todas las cosas; solamente el quinto Elías será el que tendrá esa bendición. Pero vemos, también, que cada uno de esos Elías restauró; una Obra de restauración vino con ellos.
El profeta Elías restauró el pueblo a la adoración al verdadero Dios[27]; los restauró, por consiguiente, a Dios.
Y el segundo Elías mantuvo al pueblo con Dios; y restauró al hijo de una mujer que fue tan buena que le hizo una casa o casita o cabaña al profeta Eliseo, para cuando pasara por esa ciudad (el cual pasaba cada cierto tiempo con su siervo) tuviera un lugar donde quedarse; le restauró el hijo que había muerto[28], ¿ven? Es un ministerio de restauración.
El profeta Elías también restauró a la vida un jovencito (¿verdad?) que había muerto[29], y…; después buscamos bien.
[Hno. Miguel: Ese es el de la viuda, el que resucitó el profeta Elías… Eliseo].
Y Eliseo restauró el niño; tuvo que hacer unas cuantas cosas; ¿siete veces, verdad? Cualquiera lo vería haciendo eso y diría: “¿Qué estará haciendo?”. Él sabía lo que estaba haciendo. Y la cosa es que cualquier otra persona hacía eso y no le funcionaba; él lo hizo, y funcionó. Y todo eso es un reflejo de lo que Dios estará haciendo en este tiempo final.
Recuerden que… Vamos a ver, ¿siete veces fue, Miguel? ¿Pueden buscar por ahí? Porque si fue siete veces: hay siete edades, y también hay Siete Truenos: los Siete Truenos para la Edad de la Piedra Angular, donde se recorren siete edades consecutivas como una sola Edad, pero que contiene todo lo de siete edades; o sea, una Obra perfecta, porque siete es completación.
Está el hijo de la sunamita y está el otro, el hijo de la viuda; pero ese no estaba muerto, “casi estaba muerto” (él y su mamá), porque no había alimento; y ella salió a buscar unas… dos palos para colocarlos en el fuego (como se colocan en el fuego: uno los coloca así, en forma de cruz), y para calentar una harina que tenía con un poquito de aceite, hacer la masa, y hacer unas (diríamos acá) tortillas, ¿verdad? ¿Cómo diría…? Y…, dice: “Comerlas y luego acostarnos a dormir… – morir después”, porque después no había más alimento[30].
Vean, en lo último que le quedaba: Dios lo multiplicó: hablando, colocando esa Palabra en la boca del profeta Elías. Así que restauró el alimento en la vasija, y en la botija el aceite.
[Hno. Miguel: Eliseo fue el de la viuda, el que oró siete veces, Eliseo].
Sí, siete veces.
[Hno. Miguel: Siete veces. “(Volviendo) luego (dice), se paseó por la casa… (…), y después subió… (…) nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos” {2 Reyes 4:35}. El niño estornudó siete veces].
Así que ahí podemos ver, en todos esos casos, el tipo y figura de lo que Dios estará haciendo en este tiempo final conforme a Sus promesas. Siempre tiene que haber un tipo y figura.
Bueno, por aquí dejaremos al misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín, con ustedes nuevamente. Él me pasó aquí la parte, me dio la oportunidad de estar con ustedes en esta plática, y nuevamente lo tienen con ustedes.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“JESUCRISTO RESTAURANDO EL PODER A SU IGLESIA A TRAVÉS DEL PROFETA ELÍAS”.
[Revisión febrero 2025]
[1] Los Sellos, pág. 471, párr. 161
[2] Éxodo 26:1-30, Hebreos 8:5
[3] Éxodo 25:1-9
[4] Éxodo 40:34-35
[5] 1 Crónicas 22:2-19
[6] 2 Crónicas 7:1
[7] Hechos 10:1-48
[8] Hechos 16:6-10
[9] Las Edades, pág. 30, párr. 109
[10] Citas, pág. 2-A, párr. 15: 54-0103M “Preguntas y Respuestas #1”, párrs. 231-234, 236
[11] Citas, pág. 119, párr. 1057: 63-1229E “Apartando la mirada hacia Jesús”, párrs. 38-44, 49
[12] Cita 1002: 63-1110M “Almas encarceladas hoy”, párrs. 205-206
[13] Citas, pág. 60, párr. 525 (524 antigua revisión): 61-1119 “Perfecta fuerza por perfecta debilidad”, pág. 50, párrs. 365, 373
[14] Citas, pág. 105, párr. 906: 63-0707M “La Acusación”, párrs. 391-392
[15] Citas, págs. 74-75, párr. 638: 62-0908 “Etapa actual de mi ministerio”, párrs. 4-7
[16] Las Setenta Semanas de Daniel – 61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC)
[17] Romanos 8:17
[18] Mt. 21:1-9, 21:15-16; Mr. 11:1-10; Lc. 19:28-40; Jn. 12:12-19
[19] Cita 1383: 65-0725E “¿Cuál es la atracción en el Monte?”, párr. 119
[20] Cita 15, pág. 2-A: 54-0103M “Preguntas y Respuestas #1”, párrs. 233-234, 236
[21] San Mateo 16:27
[22] [Citas, pág. 128, párr. 1143: 64-0719M “La Fiesta de las Trompetas”, párrs. 155, 158-160, 162, 173] [Citas, pág. 130, párr. 1164: 64-0726E “Cisternas rotas”, párr. 158]
[23] Mt. 17:1-8, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36
[24] Citas, pág. 42, párr. 345: 60-1204E “La visión de Patmos”, párrs. 227-230
[25] Citas, pág. 136, párr. 1208: 64-0823M “Preguntas y Respuestas #1”, párrs. 186, 197-198
[26] Los Sellos, pág. 466, párr. 144
[27] 1 Reyes 18:20-40
[28] 2 Reyes 4:32-37
[29] 1 Reyes 17:17-24
[30] 1 Reyes 17:8-15