Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones, ministros y congregaciones, y doctor Miguel Bermúdez Marín allá en la República Mexicana.
Que Dios derrame Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y nos llene del conocimiento de Su Palabra, nos abra las Escrituras y el entendimiento para comprender; y aumente nuestra fe en la Escritura, en la Palabra, en las promesas de Dios para nuestro tiempo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para tener una pequeña plática sobre los cuarenta días de Jesús ya resucitado, apareciendo a Sus discípulos, principalmente apareciendo los domingos a Sus discípulos.
Siempre los domingos es un día muy especial para los creyentes en Cristo, porque fue el día de la Gavilla Mecida, que es Cristo siendo resucitado el día domingo dos mil años atrás.
Leemos en el libro de los Hechos, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice… San Lucas fue el escritor del libro de los Hechos. Dice:
“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LOS CUARENTA DÍAS DE JESÚS EN LA TIERRA, ANTES DEL RAPTO.” Estos cuarenta días son desde el día de Su resurrección hasta el día del rapto o arrebatamiento que tuvo, y fue llevado al Cielo.
Esto que sucedió bajo el ministerio de Cristo desde que vino hasta que se fue, todo está contemplado en las fiestas hebreas, las siete fiestas hebreas; ahí está contemplado todo lo que se cumplió en la Primera Venida de Cristo; y lo que falta de ser cumplido de esas siete fiestas se cumplirá en la Segunda Venida de Cristo.
O sea, que se cumplió la primera fiesta, la Fiesta de la Pascua, de la cual San Pablo dice en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7: “Porque nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Cristo es el Cordero Pascual, como dice Juan el Bautista en San Juan, capítulo 1, versos 27 al 36. Cuando dice: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, lo que muestra es —ahí también— que tenía que ser sacrificado para la preservación de la vida de los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que serían los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.
También encontramos la Fiesta de los Panes sin levadura, por siete días; esa es la segunda fiesta.
También tenemos la Fiesta de las Primicias; y Cristo es las Primicias. Primera de Corintios, capítulo 15, verso 23; y Levítico, capítulo 23, verso 9 en adelante. Por eso el día de la gavilla mecida resucitó Cristo, el cual es nuestra Gavilla Mecida.
Y luego viene el tiempo en que hay que contar 49 años para ir luego al año – el día 50, que es el Día de Pentecostés, que nos habla de cosecha.
La Fiesta de Pentecostés es la fiesta que se cumplió el Día de Pentecostés, Dios derramando Su Espíritu Santo sobre los creyentes que estaban en el aposento alto, y que ya habían pasado por los cuarenta días con Jesús —con Jesús ya resucitado— en donde Cristo estuvo con ellos hablándoles acerca del Reino de Dios; muchas cosas que no fueron escritas, pero quedó en el conocimiento de los que iban a recibir el Espíritu Santo el Día de Pentecostés.
Vean que todas las cosas que sucedieron estaban ya profetizadas por diferentes instrumentos de Dios, profetas; estaban también en las fiestas hebreas. Ya se han cumplido cuatro fiestas hebreas: La Pascua, los siete días de los panes sin levadura, la tercera fiesta: la Fiesta de las Primicias, el cual es Cristo resucitado… Él es nuestra Primicia, es Cristo las primicias, dice Primera de Corintios, capítulo 15, verso 23; y luego los que son de Cristo, en Su Venida, los cuales serán resucitados en el Día Postrero, y los que estén vivos serán transformados.
Luego, los cuarenta días de Cristo con Sus discípulos.
Luego diez días de Sus discípulos en el aposento alto, hasta llegar al día cincuenta, en donde vino el Espíritu Santo sobre los creyentes en Cristo. El día cincuenta es el Día de Pentecostés, porque “pentecostés” significa cincuenta.
Ese día es muy importante, porque es el tiempo en que se presentaba a Dios el fruto de la cosecha que se había llevado a cabo durante el ministerio de Cristo, que sembró y luego vino la cosecha. Y durante el tiempo que Cristo estuvo con ellos, estuvo enseñándoles, hablándoles del Reino de Dios y preparándolos para el Día de Pentecostés, donde recibirían el Espíritu Santo y obtendrían ese cambio interior, esa transformación interior; o sea, el nuevo nacimiento.
Esas fiestas – esa Fiesta de Pentecostés ha continuado en la Dispensación de la Gracia. Mientras falte alguno por ser añadido a la Iglesia, esa Fiesta continúa hasta el final. Y luego vendrá una repetición bajo un nuevo ciclo divino, en donde habrá una manifestación grande de Dios en medio de Su Iglesia, lo cual es la Adopción, en donde Dios adoptará como hijos e hijas a todos los creyentes en Cristo de edades pasadas y de nuestro tiempo, resucitando a los muertos creyentes en Él y transformando a los que estén vivos.
Eso es para el Año de Pentecostés, eso es para la Edad de Piedra Angular, para el Día Postrero. Luego de pasadas las etapas de las siete semanas – de días, y luego vino el Día de Pentecostés; ahora son pasadas las siete edades de la Iglesia, representadas en los 49 años o 49 días, y luego viene el Año de Pentecostés, luego de siete semanas de años proféticos; lo cual, para este tiempo final la Iglesia del Señor Jesucristo sube al Aposento Alto, que es la Edad de Piedra Angular, para esperar la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Encontramos que para aquel tiempo hubo una resurrección de Cristo con los santos del Antiguo Testamento. Para este tiempo final habrá una resurrección de los santos del Nuevo Testamento y una transformación de los que estén vivos, para luego ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y por cuanto esas fiestas hebreas, esas siete fiestas, más el Año del Jubileo, representan eventos que Dios llevará a cabo en medio de Su pueblo…; tanto de Su pueblo Israel, en donde ya cumplió cuatro fiestas, y continuará cumpliendo las otras fiestas con Israel, como la Fiesta de las Trompetas (de Levítico, capítulo 23, versos 23 al 25); después de eso, la Fiesta de la Expiación (de Levítico, capítulo 23, verso 26 al 29).
No será hecho un sacrificio de nuevo sino que ellos entenderán, Dios les abrirá el entendimiento y las Escrituras para comprender que ya se realizó la Fiesta de la Expiación, que fue la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario. Entonces llorarán, lamentarán por lo que pasó; y ahí viene arrepentimiento, el arrepentimiento de Israel para alcanzar la misericordia de Dios en el Día Postrero.
Después de eso vendrá la Fiesta de las Cabañas, la Fiesta de los Tabernáculos, que es el Reino Milenial, para Israel y para todos los que sobrevivan en la Tierra, sobrevivan a la gran tribulación; y sobre todo, para la Iglesia del Señor Jesucristo, que estará en el Cielo, en la Cena de las Bodas del Cordero, y regresará para el establecimiento del Reino Milenial.
Cristo ya cumplió cuatro fiestas, y ahora faltan tres, que cumplirá en Su Segunda Venida: la Fiesta de las Trompetas, la Fiesta de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos. Tan sencillo como eso.
Y ahora nos encontramos en un tiempo muy, pero que muy importante. Para la Iglesia este es el tiempo más glorioso de todos los tiempos; tiempo en que la Iglesia del Señor Jesucristo ha subido a la Edad del Aposento Alto, a la Edad de la Piedra Angular, para esperar la Venida del Señor, la venida de los creyentes que partieron, regresando en la resurrección, y los vivos ser transformados para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Habrá una manifestación plena luego de la resurrección, en donde estaremos todos juntos cuando tengamos el cuerpo nuevo. Así que no se preocupen por buscar un boleto aéreo, está seguro en el Programa Divino el que vamos a estar juntos, vamos a ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. Mientras tanto, nos comunicamos a través de satélite, de internet, y todos como un solo cuerpo escuchando la Palabra del Señor, que nos prepara para el cumplimiento del Año de Pentecostés o Año Cincuenta en el Programa Divino; pues vemos que se recorren esas etapas en días allá, después corresponde al cumplimiento de años; y todo eso muestra las siete edades de la Iglesia, que corresponden a los siete años de cada semana para luego venir el año cincuenta, que corresponde a la Edad de Piedra Angular, en donde Él nos transformará y nos llevará con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ese es el Aposento Alto para la Iglesia del Señor Jesucristo, esa es la Edad Mesiánica en medio del cristianismo para el Día Postrero, ese es el lugar para esperar nuestra transformación, esperar ese cambio que todos necesitamos para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Han transcurrido alrededor de dos mil años de Cristo hacia acá, y estamos en un tiempo paralelo al tiempo del ministerio del Señor Jesucristo. Estamos situados en la Edad de Piedra Angular de la Iglesia del Señor Jesucristo, del pueblo del Nuevo Pacto, la Iglesia del Señor Jesucristo; así como Israel, el pueblo del Pacto Antiguo, estuvo dos mil años atrás en la etapa o Edad Mesiánica de la Iglesia del Antiguo Testamento, que es el pueblo hebreo, los sacados fuera de Egipto; y el pueblo del Nuevo Pacto es los sacados fuera del mundo, los sacados fuera del reino de las tinieblas.
Y ahora, el tiempo de cuarenta años allá en el desierto, el tiempo de cuarenta días de Jesús con Sus discípulos ya resucitado; y para el Día Postrero habrá, luego de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que vivimos, habrá un tiempo de treinta a cuarenta días como los días de Jesús ya resucitado, en donde fueron reunidos los discípulos del Señor Jesucristo y fueron colocados en espera de la Venida del Espíritu Santo.
Para este tiempo final habrá una manifestación grande de Cristo en medio de Su Iglesia, para cumplir esas profecías que están en las fiestas hebreas, las cuales son la sombra, el tipo y figura, de la Obra que Dios llevaría a cabo en medio de Su pueblo en la Primera Venida y en Su Segunda Venida.
En Su Primera Venida y en Su Segunda Venida Él cumplirá esas fiestas, a las cuales ya le falta solamente tres fiestas para ser cumplidas. Así que estemos a la expectativa, porque algo grande está por ocurrir en el Programa Divino.
Y en el cumplimiento de la Visión de la Carpa veremos cómo esas fiestas se van a mover, cómo el cumplimiento de esas profecías, las vamos a ver más claramente siendo realizadas por el Espíritu de Dios.
Cristo en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo ha estado desde el Día de Pentecostés, pues Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (San Mateo, capítulo 28, verso 20). Y San Mateo, capítulo 18, verso 20, nos dice: “Donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estaré allí.” Y Él se va a manifestar en toda Su plenitud, y va a manifestar Su Nombre Eterno en el Día Postrero, porque Él viene en Apocalipsis, capítulo 19, con un nombre que nadie entiende sino Él mismo. Y en el capítulo 3, Él escribirá sobre el vencedor el Nombre de nuestro Dios, el Nombre de la ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo (capítulo 3, verso 12, de Apocalipsis).
O sea, que habrá una cantidad grande de bendiciones divinas para los creyentes en Cristo bajo el Nuevo Pacto, que impactará el alma, el espíritu y la mente de Su Iglesia y de todos los seres humanos.
Una vez más, Dios manifestará Su poder en toda Su plenitud, y luego nos llevará de aquí de la Tierra a la Casa de nuestro Padre celestial, para la Cena de las Bodas del Cordero; en donde serán investidos Cristo y Su Iglesia, el Rey y la Reina, para gobernar sobre este planeta Tierra en el Reino Milenial.
“LOS CUARENTA DÍAS DE JESÚS EN LA TIERRA, ANTES DEL RAPTO.”
Y habrá treinta a cuarenta días también de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo investida antes del rapto. Ahí será la manifestación plena de Dios en Su Iglesia y a través de Su Iglesia, para bendición de cada creyente en Cristo; y eso impactará al cristianismo, a la Iglesia-Novia, a los judíos y al mundo entero.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión.
Estaré nuevamente con ustedes el próximo domingo, pasado mañana, en la continuación de nuestro tema: “LOS CUARENTA DÍAS DE JESÚS EN LA TIERRA, ANTES DEL RAPTO.” O sea, luego de resucitado y antes del rapto.
Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez a continuación, y en cada país dejo al ministro correspondiente a continuación.
Pero si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, y Dios le ha hablado a su corazón y ha nacido la fe de Cristo en su alma, puede pasar al frente para que quede incluido en la oración que estaremos haciendo por los que vendrán a los Pies de Cristo en estos momentos.
Vamos a estar puestos en pie para la oración por los que en diferentes lugares están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Con nuestros rostros inclinados:
Padre nuestro que estás en los Cielos, vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo. Mira a los que están viniendo a Tus Pies, Señor, a los Pies de Cristo. Recíbelos en Tu Reino. Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y ahora repitan conmigo esta oración los que están viniendo a los Pies de Cristo:
Señor Jesucristo, escuché la Palabra Tuya siendo predicada y nació Tu fe en mi alma. Creo en Ti con toda mi alma.
Doy testimonio público de Tu fe en mí, y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino.
Haz en mi vida una realidad la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y ahora, dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez, y en cada nación dejo a la persona correspondiente, ministro correspondiente, para que les indique a los que han recibido a Cristo en estos momentos como Salvador, cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y dejo al misionero Miguel Bermúdez Marín allá donde se encuentra, para que a continuación tome la palabra allá; y en cada lugar dejo al ministro correspondiente.
Que Dios les bendiga y les guarde, y hasta el próximo domingo, pasado mañana, Dios mediante.
Oren mucho por esa actividad de mañana, Dios mediante, pasado mañana, Dios mediante, en donde esperamos grandes bendiciones de parte de Dios.
Recuerden que ya estamos muy cerca a la materialización de lo que está prometido para la Iglesia del Señor Jesucristo, para tener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Oren también mucho por el proyecto de la Gran Carpa Catedral, que está adelantado; y esperamos que vuestras oraciones sean hechas a favor de todos estos trabajos, para que pronto esté terminado ese proyecto y entre en funcionamiento la Gran Carpa Catedral.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Dejo al reverendo José Benjamín Pérez con nosotros, y en cada país al ministro correspondiente.
“LOS CUARENTA DÍAS DE JESÚS EN LA TIERRA, ANTES DEL RAPTO.”