Prosiguiendo al que conoce el camino a la tierra prometida – Introducción

Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, y también ministros presentes, y también ministros y congregaciones en otros países de la América Latina y Norteamérica, y demás países que están conectados con esta transmisión. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

Y un saludo muy especial al misionero Miguel Bermúdez Marín, que se encuentra en otro país. Dios te bendiga, Miguel, y te use siempre grandemente en Su Obra en este tiempo final, en la edad que nos ha tocado vivir, la Edad de Piedra Angular, que es la edad que introduce el Reino de Dios para todos los seres humanos en este tiempo final.

Ahora leemos en Éxodo, capítulo 23, versos 20 en adelante, y dice:

“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.

Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”

Y leemos también en San Juan, capítulo 16, versos 12 en adelante, que dice:

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla, nos abra las Escrituras para entender y la mente para comprender. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Nuestro tema para el próximo domingo de escuela bíblica es: “PROSIGUIENDO AL QUE CONOCE EL CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.”

Y hoy tendremos unos momentos de introducción a ese tema que tendremos para la escuela bíblica del próximo domingo.

Hoy tendremos la introducción al tema: “PROSIGUIENDO AL QUE CONOCE EL CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.”

El pueblo de Israel tenía que seguir al que conocía el camino a la tierra prometida, el que los sacó de Egipto por medio de la Columna de Fuego a través del profeta Moisés, y el que continuó la Obra a través de Josué el Comandante en Jefe del Ejército de Israel, el cual era guiado por el Comandante en Jefe de las huestes de Dios, el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, en el cual estaba Dios manifestado para la liberación del pueblo hebreo, para el camino a la tierra prometida y la entrada a la tierra prometida.

Todo eso era labor de Dios por medio del Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, que aparecía en diferentes ocasiones en una columna de fuego de noche, y de día en una nube que protegía del sol al pueblo hebreo. Ese era el Ángel del Pacto, el Ángel del Dios, el Ángel de Jehová, como dice la Escritura; y ese Ángel de Jehová o Ángel del Pacto o Ángel de Dios es nada menos que la imagen del Dios viviente, el cuerpo angelical de Dios.

Por eso la Escritura dice que cuando aparecía ese Ángel de Dios, las personas decían: “Hemos visto a Dios.” Estaban viendo a Dios en Su cuerpo angelical, cuerpo teofánico, el Verbo que era con Dios y era Dios.

También dice la Escritura que a Dios nadie jamás le vio [San Juan 1:18]; nadie jamás vio a Dios, pero vieron a Dios vestido de un cuerpo angelical, llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Dios, el cual es la manifestación de Dios en forma visible en algunas ocasiones, y el cual fue visto por los profetas de Dios y fue visto por Moisés. Moisés vio las espaldas de ese cuerpo angelical de Dios, el cual aparecía en diferentes ocasiones a los profetas de Dios.

A través de ese Ángel es que toda revelación divina vino en el Antiguo Testamento o Antiguo Pacto para el pueblo hebreo; era a través de ese Ángel que le aparecía a Adán y a Eva en el Huerto del Edén. Por eso la Escritura dice que la Ley fue dada por comisión de ángeles.

Y ahora, ese Ángel algún día aparecería en forma humana, en forma de carne. Ese Ángel en forma de carne sería el Mesías prometido para el pueblo hebreo. Ese Ángel del Pacto al aparecer establecería el Nuevo Pacto con la Casa de Israel. Él sería el que traería un Nuevo Pacto para el pueblo y abriría una nueva dispensación, la Dispensación de la Gracia, al efectuar el Sacrificio de Expiación por el pecado con Su propia Sangre y Su propio cuerpo.

Por eso dijo en la última cena Jesús [San Marcos 14:24]: “Esta es la Sangre del Nuevo Pacto, la cual es derramada por muchos.” O sea, por todos los que le recibirían como Salvador.

El Ángel del Pacto es el Espíritu Santo, el Ángel de Dios, el cual vendría sobre los creyentes del Nuevo Pacto y establecería la nueva dispensación, la Dispensación de la Gracia, e introduciría al pueblo a esa nueva dispensación; y Él estaría en medio del pueblo en Espíritu Santo, llamando y juntando los escogidos que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y así formaría de etapa en etapa la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y cuando complete Su Iglesia —los cuales entran de edad en edad a la vida eterna—, luego resucitará a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y a los creyentes que estarán vivos los transformará; y todos tendrán un cuerpo glorificado igual al cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador. Y entonces todos tendremos vida eterna física, con cuerpos físicos eternos igual al cuerpo físico glorificado que tiene Cristo, Jesucristo nuestro Salvador.

Y así es como entraremos a la tierra prometida de la vida eterna con Cristo nuestro Salvador, que es el Ángel del Pacto, el cual se hizo carne y se hizo —por consiguiente— un cuerpo físico en esta dimensión terrenal para llevar a cabo la Obra de Redención.

Luego, en el fin del tiempo, cuando hayan entrado todos los creyentes en Cristo para formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia, y haya transformado a los creyentes vivos, y a los muertos los haya resucitado incorruptibles y glorificados, se abrirá la Dispensación del Reino, en donde hay muchas bendiciones para todos los creyentes en Cristo, que serán los que estarán con el Mesías gobernando sobre el planeta Tierra como reyes, sacerdotes y jueces; porque los santos recibirán el Reino y gobernarán en este planeta Tierra sobre todas las naciones.

Es en ese Reino donde…, el Reino Milenial o Reino de David, donde, desde el Trono de David y en el Trono de David, se sentará el Mesías-Príncipe, o sea, el Ungido con el Espíritu de Dios a través del cual el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, se manifestará y gobernará sobre y en el Reino de David, y traerá la paz a Israel y al mundo entero para todos los que entrarán a ese Reino Mesiánico que está prometido para establecerse en este planeta Tierra.

Son promesas divinas hechas a Abraham, a Isaac, a Jacob, a los patriarcas, a los profetas, a los apóstoles, a los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob de diferentes dispensaciones.

Por lo tanto, todos los que han seguido al que conoce el camino a la tierra prometida… Y el que conoce el camino es el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto en Sus diferentes manifestaciones y diferentes dispensaciones… ha estado guiando a los individuos a la tierra prometida; no solamente la tierra prometida de Israel, sino la tierra prometida de la vida eterna, a la cual entran los que siguen al que conoce el camino, que es el Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo, el Ángel de Dios, que guía a los individuos y a Israel como nación, a la tierra prometida de la vida eterna. Y está guiando a la tierra prometida de la Dispensación del Reino, en donde será restaurado el Trono de David y Reino de David.

PROSIGUIENDO, CONTINUANDO Y SIGUIENDO AL QUE – PROSIGUIENDO AL Y CON EL QUE CONOCE EL CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.

El que conoce el camino es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, que es la imagen del Dios viviente, que es el cuerpo angelical de Dios, el Verbo de Dios.

En las diferentes dispensaciones y edades de esas dispensaciones, ha habido un grupo de personas que lo ha seguido. Y en este tiempo, ¿quiénes son los que siguen al que conoce el camino, al Ángel del Pacto? Cada uno de ustedes, y yo también.

Por lo tanto, hay personas siguiendo al que conoce el camino a la tierra prometida, a la tierra prometida de la vida eterna y a la tierra prometida del Reino Milenial del Mesías-Príncipe que ha de restaurar el Trono de David y Reino de David a Israel, desde el cual gobernará, reinará sobre todas las naciones.

Por lo tanto, Israel será el pueblo terrenal privilegiado, donde el Reino de David será restaurado y el Trono de David será restaurado; por lo tanto, Jerusalén se convertirá en la capital del mundo entero de ese Reino, y todo el territorio de Israel se convertirá en el Distrito Federal del Reino del Mesías, que será un reino mundial.

Por lo tanto, son bienaventurados todos los que han estado y los que están siguiendo al que conoce el camino a la tierra prometida. Y el que conoce el camino es el Ángel de Dios, el Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto estemos listos para entrar a la tierra prometida de la vida eterna física en cuerpos eternos y glorificados. Que nos abra las Escrituras y el entendimiento para comprenderlas, y que la fe en lo que Dios ha prometido, cada día crezca más y más en nuestras almas. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con todos ustedes en esta ocasión en la introducción al estudio bíblico del próximo domingo: “PROSIGUIENDO AL QUE CONOCE EL CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.”

Que Dios les continúe bendiciendo.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos, y estaremos orando por usted. Recuerden que Él está llamando y juntando los escogidos, y los que faltan de llegar al Cuerpo Místico de Cristo los está llamando y juntando en este tiempo final; para lo cual pueden pasar al frente y estaremos orando por usted en estos momentos. Y ustedes que están en otros países, también pueden venir a los Pies de Cristo si no lo han hecho, para que Cristo les reciba en Su Reino.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han estado viniendo a los Pies de Cristo aquí y en diferentes naciones.

Lo más importante en la vida es la vida eterna. Para lo cual, toda persona tiene la oportunidad de recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.

Con nuestros rostros inclinados y nuestros ojos cerrados:

Padre nuestro que estás en los Cielos, vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo con estas personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Te ruego los recibas en Tu Reino. En el Nombre del Señor Jesucristo te lo ruego.

Y ahora repitan conmigo esta oración que estaré haciendo por cada uno de ustedes que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador en estos momentos:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, en mi alma.

Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu Primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.

Doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Creo en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.

Doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, bien pueden ser bautizados, hoy o el domingo, los que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador.

El bautismo en agua es tipológico. En el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección; porque así como estábamos en nuestros padres terrenales, y por medio de la unión de nuestro padre con nuestra madre hemos venido a existencia físicamente, porque estábamos en los lomos de nuestro padre terrenal…; así como Leví, el hijo de Jacob, dice la Biblia que estaba en los lomos de su padre Jacob. Cuando Abraham diezmó a Dios, Jacob – Leví, Jacob e Isaac estaban en los lomos de Abraham.

Por lo tanto, en esa misma forma encontramos en el campo espiritual que estábamos en los lomos de Cristo, en los lomos del pensamiento divino desde antes de la fundación del mundo; por lo tanto, tuvimos la oportunidad de aparecer en esta Tierra para hacer contacto con Cristo y obtener la restauración a la vida eterna que perdió el ser humano en el Huerto del Edén al pecar contra Dios.

Y ahora, en este Programa de restauración a la vida eterna hemos aparecido en esta Tierra para ser restaurados a la vida eterna espiritual y física también.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados, ya sea hoy o el domingo próximo, en donde habrá bautismos también.

Dejo de parte del reverendo Andrés Cruz Gallegos el bautismo y cuándo será la oportunidad de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y en cada país dejo al ministro correspondiente para que haga en la misma forma que corresponda.

Que Dios les bendiga; y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

“PROSIGUIENDO AL QUE CONOCE EL CAMINO A LA TIERRA PROMETIDA.”

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